Explora Libros electrónicos
Categorías
Explora Audiolibros
Categorías
Explora Revistas
Categorías
Explora Documentos
Categorías
Villavicencio
Mayo de 2014
ANALISIS DE LA CRIA DE CERDOS A CAMPO ABIERTO Y SU EFECTO SOBRE
LAS CONDICIONES PRODUCTIVAS DE UN SUELO DE TERRAZA ALTA DEL
PIEDEMONTE DEL DEPARTAMENTO DEL META
Director
ALVARO OCAMPO DURAN
Z., MSc., PhD DIC
2
AGRADECIMIENTOS
A mi hermosa hija Abril Juliana y mi madre Adiela por ser mi motor, un apoyo
incondicional y el tiempo regalado para hacer posible mi proceso formativo.
Al doctor Alvaro Ocampo Durán por las enseñanzas, el apoyo, estímulo y dedicación
al desarrollo de este trabajo.
A todos los estudiantes del programa de Medicina Veterinaria y Zootecnia que en las
diferentes etapas apoyaron la realización de este proyecto.
3
RESUMEN
4
resultados similares a los de referencia para el sistema a campo. Adicionalmente, se
encontraron cambios altamente significativos (P<0,005) en la expresión de
actividades relacionadas con la exploración y termorregulación (descansar, caminar
y bañarse) de acuerdo a la época del año y los cambios en las temperaturas
ambientales a lo largo del día.
Por otra parte, el sistema generó importantes cambios en las características físicas,
químicas y biológicas del suelo, resultado de la acción animal y contrario a los
reportes de la literatura, la producción de biomasa vegetal se incrementó. Se
registraron cambios en las características físico-químicas del suelo atribuibles al
tiempo de ocupación de los lotes y la densidad animal, se evidenció incremento en
las concentraciones de MO (3,5%±0,14 vs. 7,9%±0,70), N (70±2,8 kg vs. 158±14,14
kg), y C (1,75±0,1 vs. 3,09±0,12) luego de dos años de ocupación a bajas
densidades (equivalente a 22 cerdas/ha). Por otra parte, la presencia de cerdas en
los lotes no generó incremento en los niveles de compactación del suelo, siendo
menores que en el sistema ganadero tradicional a profundidades de hasta 15 cm.
Los resultados obtenidos indican una alta capacidad de adaptación de las cerdas al
sistema y potencial para el desarrollo del sistema en condiciones de piedemonte del
departamento del Meta. Pudiendo constituir una estrategia de integración agrícola y
pecuaria competitiva que permitiría la producción de carne porcina, y mejorar
algunas de las características productivas de suelos marginales o degradados del
piedemonte del departamento del Meta, para su aprovechamiento en la producción
de biomasa vegetal para la alimentación animal o humana.
5
TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................. 10
2. OBJETIVOS ................................................................................................................. 39
OBJETIVO GENERAL ............................................................................................................ 39
OBJETIVOS ESPECÍFICOS ..................................................................................................... 39
6
4.3.4 Microbiología de suelos........................................................................................... 78
4.4 CAMBIOS EN LA COMPOSICIÓN FLORÍSTICA.................................................................... 80
6. CONCLUSIONES ........................................................................................................ 86
BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................... 87
LISTA DE TABLAS
Tabla 4.4 Actividades desarrolladas y porcentaje del tiempo diario dedicado a estas
por cerdas de cría a campo según época del año y tratamiento aplicado. ............... 57
Tabla 4.6. Cambios en las características físico-químicas de los suelos bajo cuatro
tratamientos, según año de muestreo y tratamiento aplicado ................................... 67
7
Tabla 4.8. Especies presentes en los lotes evaluados durante dos años de monitoreo.. 80
Figura 3.2 División de los lotes experimentales para monitoreo del uso del área y
diversidad florística .................................................................................................. 46
Gráfica 4.1. Uso de las estrategias de termorregulación por las cerdas gestantes,
según la época del año y los cambios en las temperaturas máximas a lo largo
del día. ..................................................................................................................... 59
Gráfica 4.2 Tiempo dedicado por las cerdas gestantes a las principales actividades
según la época (seca o lluvias) ............................................................................... 60
Figura 4.1. Distribución de las áreas sucia, limpia, húmeda y de pastoreo, en los
lotes ......................................................................................................................... 63
Figura 4.2. Uso de las áreas según actividad exhibida por cerdas de cría a campo
abierto. ..................................................................................................................... 65
8
Gráfica 4.10. Número de especies vegetales presentes en los lotes según
tratamiento y año de ocupación............................................................................... 81
9
INTRODUCCIÓN
10
El enfoque de sostenibilidad de los sistemas productivos agrícolas y pecuarios
incluye aspectos de salud ambiental, bienestar animal, rentabilidad económica, y
equidad social y económica (Astier et al., 2008). Su funcionamiento se fundamenta
en el conocimiento de las relaciones existentes entre el ambiente, los componentes
del sistema, los procesos y mecanismos involucrados en la producción, y la forma en
que éstos son alterados por las prácticas de manejo. El adecuado manejo del
recurso suelo como parte del sistema y la integración de las actividades productivas
es fundamental en este enfoque. En contraste con los sistemas de producción
convencionales, las actividades productivas realizadas bajo el enfoque integrador,
además de permitir la diversificación de la producción, pueden inducir una mayor
captura de carbono, la protección de los suelos, el adecuado manejo del recurso
hídrico y la regulación de ciclos hidrológicos, entre otros procesos que pueden
constituirse en opciones de solución para la mitigación y/o adaptación a los
fenómenos de cambio y variabilidad climática.
11
agricultura; siendo por otra parte, factible de ser desarrollado en múltiples escenarios
y escalas. Estas características permiten inferir que el sistema de producción de
cerdos a campo abierto podría ser una alternativa productiva de bajo costo para la
Orinoquia colombiana, que permita la generación de proteína animal para abastecer
el mercado local y regional, haciendo uso de suelos marginales o degradados,
incrementando sus contenidos de materia orgánica y nutrientes, dinamizando las
dinámicas biológicas y mejorando finalmente su fertilidad y capacidad productiva. Su
integración con otros sistemas pecuarios como el ganadero o con cultivos agrícolas,
podría potencializar la capacidad productiva regional. El principal objetivo de este
ensayo fue determinar el impacto de un sistema de cría de cerdos a campo abierto,
sobre las condiciones de fertilidad de un suelo de piedemonte del departamento del
Meta y establecer información de línea base sobre el comportamiento animal y
desempeño productivo del sistema.
12
1. REVISIÓN DE LITERATURA
Aunque la cría de cerdos al aire libre data desde la domesticación misma del cerdo,
los continuos avances tecnológicos tales como la cerca eléctrica, la disponibilidad de
equipos y refugios tecnificados de bajo costo y la creciente especialización del
mercado de la carne, han hecho de este un sistema competitivo y de fácil manejo
(Honeyman et al., 2001). Su consolidación como sistema productivo a gran escala
inició en 1950 con el modelo “Roadnigth” del Reino Unido, como una variante
moderna de los sistemas extensivos tradicionales, donde se manejaban grupos de
hembras y sus crías en lotes bajo un esquema de rotación con cultivos agrícolas,
que permitía mediante un sistema de bajos costos, generar ingresos adicionales a
los productores, y mejorar la fertilidad de los suelos agrícolas (McCulloch, 1997). Su
expansión en los años 80 alcanzó varios países europeos y de Norteamérica,
manteniendo el enfoque integrador de la producción animal para el mejoramiento de
la productividad del suelo y la disminución de costos de infraestructura (Berger,
1996). La continua adaptación del sistema a contextos particulares lo ha llevado a la
intensificación, siendo actualmente en muchos países una estrategia de producción
de cerdos manejados al aire libre, sin integración con cultivos agrícolas (Thornton,
1990).
13
España, Italia y Portugal, que involucra cerdos criollos o sus cruces mantenidos en
áreas de bosque natural para la generación de productos de alto valor; y el sistema
intensivo industrial en el cual las cerdas son mantenidas durante todas la fase de
cría al aire libre en pequeños lotes estáticos y los lechones luego del destete son
confinados hasta su finalización.
En Cuba, el sistema de cría intensiva al aire libre (CIAL), tiene un fuerte componente
forrajero para el aprovechamiento de los recursos de alta disponibilidad local,
14
orientado al abastecimiento del mercado interno y la seguridad alimentaria (Ly y
Rico, 2006); En Argentina, INTA1 y GIDESPORC2 han desarrollado un sistema a
campo ajustado a las condiciones locales que ha alcanzado el 22% de las granjas
porcícolas del país (GITEP, 2006, citado por Campagna, 2011). En Uruguay, la
Universidad de la República ha desarrollado desde finales de la década de los
ochenta un sistema para pequeños y medianos productores orientado a la cría
intensiva, obteniendo parámetros productivos similares a los obtenidos en sistemas
de confinamiento (Petrocelli y Burgueño, 1997), donde la producción se realiza de
forma estática en lotes con gramíneas y leguminosas y el suministro de dietas
balanceadas (Brunori, 2008). En México el sistema se ha evaluado con especial
énfasis en el uso de razas criollas (Santos Ricalde, 2002). Para Venezuela, se
reportan algunos ensayos orientados al aprovechamiento de recursos locales para la
alimentación animal, como batata (Ipomoea batata), yuca (Manihoc esculenta) y
ramio (Bohemeria nivea), entre otros (Gonzales, 1999), encontrando un
comportamiento productivo similar al de cerdos confinados en las fases de
crecimiento, finalización y cría (Tepper, 2006).
15
et al., (1998) reportaron en el departamento de Antioquia la existencia de un sistema
integrado denominado “cerdos-pastos-leche”, cuyo objetivo es el mejoramiento de
las condiciones del suelo con el aporte de materia orgánica proveniente de la
explotación porcina para la producción de pastos y su posterior aprovechamiento
con vacas de alta capacidad genética para la producción de leche. Este sistema ha
generado resultados productivos y económicos positivos. Mejía (1998), reportó una
reducción del 250% en los costos de establecimiento de pasto estrella en la estación
experimental del NUS3 de Corpoica, en suelos manejados con cerdos a campo y
abono con porquinaza. Este investigador, en 2001, propuso un sistema de cría de
cerdos a la intemperie orientada a la disminución de costos de infraestructura, el
establecimiento de praderas y alternativas nutricionales.
Por otra parte, la Fundación Horizonte Verde (1997) reportó tres ensayos con cerdos
en fase de ceba manejados a campo abierto en la altillanura plana de la Orinoquia
colombiana; ensayos que generaron ganancias de peso similares a las obtenidas en
granjas porcinas tradicionales de la región; con el incremento del contenido de
materia orgánica, fósforo y elementos menores del suelo, la capacidad de
intercambio catiónico y de especial importancia la mesofauna presente. Finalmente,
Fajardo (2009) en un estudio comparativo realizado en el departamento del Tolima,
entre los sistemas a campo y en confinamiento reportó parámetros productivos del
sistema de cría a campo, similares a los estándares nacionales y costos de
producción inferiores, relacionados con menores costos en la infraestructura
productiva.
3
Estación Experimental El Nus, ubicada en el corregimiento San José del Nus,
municipio de San Roque, en el Nordeste del departamento de Antioquia
16
animal y la producción orgánica (Edwards, 2003). En Latinoamérica, el sistema esta
orientado a la búsqueda de alternativas que disminuyan los altos costos de
infraestructura y mantenimiento y la dependencia externa, principalmente de la
producción intensiva de granos (Mora et al., 2000). En general, la literatura científica
disponible coincide en que el sistema ofrece una disminución significativa de la
demanda de capital en relación con los sistemas en confinamiento, variando entre
40 y 70% (Thornton, 1990; Edwards y Zanella, 1996; Santos, 2002). Otros autores
establecen que el sistema se constituye en una alternativa debido a su flexibilidad
económica y productiva (Dalla Costa et al., 1995; Campagna et al., 2005).
17
resume las principales características de estas variantes. Las tres variantes del
sistema confluyen en características flexibles que permiten su adaptación a
diferentes escalas y propósitos del sistema, propiciando su sostenibilidad.
18
Sistema Características Productos
Australia • Especialización a fase de cría
Estados Unidos • Alta densidad animal
Canadá • Nivel de tecnificación intermedio a alto
• Legislación regulatoria sobre densidades,
manejo sanitario e impactos ambientales
Fuente: elaboración propia, 2014
Algunos autores han relacionado beneficios del sistema en relación con el bienestar
animal. Rudine et al., (2007), establecieron que los cerdos manejados bajo este
sistema expresan en mayor proporción su comportamiento natural, lo cual reduce el
estrés, mejora el estatus sanitario de los animales y su inmunidad contra bacterias.
Adicionalmente Muriel, et al., (2002), establecieron que un mayor bienestar animal
asociado al sistema promueve la calidad del producto final, por incremento de los
ácidos grasos poliinsaturados (PUFA) n-3 y n-6, de lípidos neutros y de lípidos
polares n-3; lo cual genera un sabor superior en la carne y consecuentemente
beneficios para la salud de los seres humanos.
19
obstante, Heldmer et al., (2006), indicaron que cerdos manejados a campo pueden
estar más expuestos a algunas infecciones, tales como la artritis asociada con
Erysopelothrix rhusiopathiae, la más frecuente en Europa. Además, si los cerdos se
mantienen al aire libre en suelo mojado o con barro, puede haber un riesgo elevado
de exposición a Leptospira si la temperatura ambiente le es favorable. Boqvist et al.,
(2011), establecieron una asociación positiva altamente significativa entre la
precipitación y la seropositividad a Leptospira en cerdos criados al aire libre dentro
de la misma zona climática.
20
patrón de comportamiento más estable a lo largo del día. Sin embargo, el éxito de
los sistemas de cerdos al aire libre puede depender de los detalles del diseño de la
vivienda, la gestión y la ubicación, incluyendo el tipo de suelo y las condiciones
climáticas (Turner, 2002).
21
de estas actividades puede estar motivado por la necesidad de cubrir las demandas
nutricionales de los animales.
Stolba y Gush (1984), demostraron que los cerdos a campo dedican la mitad del
tiempo a actividades de exploración, particularmente al hozado, actividad que puede
ser altamente destructiva para las pasturas y el suelo, convirtiéndose en una
limitante del sistema especialmente en suelos con estructura frágil. Sin embargo,
Edwards, et al., (1993) determinaron que la intensidad del hozado esta directamente
relacionada con la necesidad de alimento de los animales. Esto permitió establecer
que un adecuado manejo nutricional en el sistema, permitiría disminuir los daños
generados por esta actividad. De igual forma, Quintern y Sundrum (2006)
establecieron que un manejo adecuado del sistema, permite hacer uso estratégico
del hozado, el cual favorece la descompactación y el mejoramiento de la porosidad
del suelo, semejando un proceso de labranza.
22
libre tienen un comportamiento más tranquilo en relación con cerdos criados en
confinamiento. Adicionalmente concluyeron que el carácter apacible junto con el
incremento en el ejercicio, por la actividad física, hace a estos menos susceptibles a
estrés. Jensen y Wood-Gush (1984), encontraron menos interacciones agresivas
durante la alimentación en cerdos a campo, en comparación con cerdos mantenidos
en confinamiento.
Guy et al., (2002), reportaron que lechones en lotes a campo durante los primeros
días pasan la mayor parte del tiempo dentro del refugio, y cuando no están en él,
están hozando, revolcándose y explorando los lotes. Un aspecto muy importante
tiene que ver con los hallazgos de Webster (1997), quien encontró que los lechones
nacidos al aire libre a partir de los 15 días de edad, pasaron menos tiempo en
contacto con la cerda y dedicaron más tiempo al hozado y masticado de plantas y
paja disponible. Esta actividad ejerce un efecto positivo sobre la adaptación de los
23
lechones a la alimentación sólida, facilitando el destete. Además, esta disminución
en el tiempo e intensidad del contacto entre la cerda y sus crías hace que
paulatinamente disminuya la producción láctea, incrementando el consumo de
alimento sólido por los lechones, lo cual disminuye el estrés posdestete.
24
cerdas se muestran más dispuestas a amamantar a sus crías, incluso mayor número
de veces al día (Goenaga, 2010), disminuyendo la variabilidad en el peso de las
camadas. Una característica interesante es que al comienzo del parto, las cerdas
son más activas, pero dentro de la primera o segunda hora después del inicio del
parto se hacen muy pasivas, exhibiendo una baja actividad, en decúbito lateral y no
responden a los lechones. Esta reacción es considerada como estrategia evolutiva
que reduce el riesgo de aplastamiento de los lechones durante las dos primeras
horas posparto (Pedersen et al., 2003).
Aunque se reconoce que las cerdas gestantes y lactantes tienen un alto potencial
para el pastoreo y el uso de forrajes (Fernández et al., 1986, Vestergaard et al., ,
1995, Sehested et al., , 1999 y Rivera Ferre et al., , 2001), existe muy poca
evidencia en la literatura científica sobre sistemas de manejo de cerdas en pastoreo.
En cerdas gestantes el consumo de forraje es alto. Se ha demostrado que son
capaces de obtener cerca del 50% de sus requerimientos energéticos del pastoreo
(Sehested et al., 1999 y Rivera Ferre et al., 2001) dependiendo de la calidad de los
pastos. Sin embargo, para que una pastura sea útil nutricionalmente se debe
25
mantener en buenas condiciones. Forbes (1986) demostró que la cantidad de tiempo
que los animales dedican al pastoreo es muy variable, y que este depende entre
otros factores de la calidad y cantidad de forraje disponible, de la accesibilidad al
mismo, del estado fisiológico del animal, de la habilidad física de este para cosechar
el forraje y su capacidad para digerirlo. El pastoreo varía de intensidad durante el
día, existiendo varios períodos de pastoreo, siendo más intensivos temprano en la
mañana o al ocaso, seguida de pastoreos menos intensivos en horas de la tarde.
Buckner et al., (1998), establecieron que cerdas de cría en pastoreo dedican más del
25% del tiempo a la forrajería, presentando picos de actividad al amanecer y al
anochecer. Así mismo, Carlson et al., (1999), determinaron que los cerdos en
crecimiento pueden consumir herbáceas y plantas forrajeras hasta en un 20% de la
ingesta diaria de materia seca cuando estos son alimentados con concentrado de
forma restringida. Contrario a estos hallazgos, Mowat et al., (2003), establecieron
que el consumo de forraje solo alcanza el 4% de la ingesta de materia seca cuando
el concentrado es suministrado ad libitum. Rubio (1991) citado por Santos y Lean
(2000), sugirió que una cerda lactante consume un promedio de 0.640 kg de MS/día
de pasto estrella (Cynodon nlemfuensis). Por su parte, Boada et al., (1984), citados
por Mora et al., (2000), establecieron que una pastura de buena calidad podría
sustituir hasta el 15% de la ración, siendo el límite de ingestión de pasto fresco del
7%, cuando éste tiene 20% de materia seca.
Sobre las especies a utilizar en el sistema, Tainton (2000) demostró que las familias
Poaceae y Fabaceae presentes en comunidades naturales o en pasturas cultivadas,
contribuyen ampliamente a cubrir los requerimientos nutricionales de los cerdos. Las
leguminosas son mas consumidas que las gramíneas por cerdos en pastoreo, y de
éstas, son consumidas en mayor proporción las hojas que los tallos (Sehested et al.,
2004). Otro punto importante, tiene que ver con los hallazgos de Edwards et al.,
(2003), quienes establecieron que la ingestión de forraje y suelo por cerdas de cría
puede contribuir sustancialmente a cubrir sus demandas de energía, aminoácidos,
minerales y micronutrientes. Aunque se ha establecido el efecto positivo del
aprovechamiento de las pasturas para la alimentación de cerdas de cría en
26
pastoreo, es necesario contar con un profundo conocimiento sobre la utilización de
nutrientes, consumo voluntario y selección de especies vegetales para el
establecimiento del sistema. La elección de forrajes de alta palatabilidad y altos
contenidos nutricionales, pueden sustituir la proporción de concentrados
suministrados, reduciendo así el nivel de dependencia de éstos, generando una
menor carga de nutrientes (abono) en el medio ambiente (Cherney y Allen, 1995).
Wheaton y Rea (1993), recomendaron la elección de forrajes con base en la
suculencia, alta productividad, palatabilidad, contenido de proteínas y vitaminas, y
muy importante, la viabilidad de crecimiento durante periodos de tiempo
razonablemente largos. Por su parte Rachuonyo et al., (2005), propusieron el uso de
forrajes que resistan el pisoteo y el hozado, manteniendo la cobertura del suelo. Sin
embargo, para que estos forrajes hagan parte de un sistema permanente tendrían
que tener baja palatabilidad, bajo nivel de consumo por los cerdos y alta resistencia
a los daños. En este modelo los forrajes proporcionarían algunos nutrientes, pero su
principal función sería reciclar los nutrientes del estiércol en la biomasa de las
plantas, disminuyendo olores y contaminación del suelo y del agua. La eficiencia del
sistema esta determinada por el establecimiento de una secuencia de rotación entre
potreros y la cosecha periódica de los forrajes como heno o silo para exportar estos
nutrientes del sistema.
27
campo es 9% mayor a la ración de animales confinados; de igual forma
establecieron que la ganancia de peso es inferior en 2% y la conversión superior en
3%. Estos resultados han sido atribuidos por diversos autores al incremento en la
demanda de energía por un mayor comportamiento exploratorio de los animales en
los sistemas al aire libre (Strudsholm y Hermansen, 2005; Hansen et al., 2006); la
búsqueda de alimento (Berger et al., 2000) y las variaciones del clima (Lundeheim et
al., 1995, Berger et al., 2000 y Lambooij et al., 2004). Sin embargo, Demori et al.,
(2012), concluyeron que las características de las canales y del músculo
Longissimus dorsi no difieren entre animales criados al aire libre y confinamiento.
28
Los índices productivos encontrados en los países latinoamericanos evidencian
competitividad del sistema en términos de productividad. En Brasil, Dalla Costa
(1998), reportó un promedio de 2.20 partos/cerda/año, 18.50 lechones
destetados/cerda/año, y 18% de mortalidad al destete, en cerdas manejadas bajo el
sistema SISCAL. Así mismo, Dalla Costa y Monticelli (1999), reportaron 9.90
lechones nacidos vivos/parto; 8.80 destetados/camada; 8.90 kg de peso promedio al
destete y 18.02 lechones hembras mestizas (Landrace x Yorkshire) criadas al aire
libre. Siendo determinante en todos los casos un mayor peso de la camada al
nacimiento y al destete, en el sistema a campo. Otros autores coinciden con los
datos reportados por Dalla Costa; Filippsen et al., (2001) reportaron mortalidades del
19,45% en un sistema a campo; y Mortensen et al., (1994), reportaron mortalidad del
15,8%, con un rango de 11 a 23% en diferentes épocas del año.
29
Aunque el sistema de producción de cerdos a campo se identifica como una
alternativa productiva de bajos efectos contaminantes, particularmente por la
reducción de la carga animal; algunos autores han evidenciado efectos negativos de
éste sobre el medio ambiente. Los principales impactos ambientales de la
producción de cerdos a campo abierto, se han relacionado con el contenido de
nutrientes en el alimento balanceado suministrado a los cerdos, y la densidad de
carga; que en condiciones inadecuadas imposibilitan un ciclaje óptimo de los
nutrientes depositados durante el pastoreo (Zihlmann et al., 1997; Williams et al.,
2000, 2005; Eriksen y Kristensen, 2001). El nitrógeno y el fósforo son los elementos
de mayor interés en estas investigaciones, debido a su aporte en la generación de
gases de efecto invernadero. Sin embargo, otros autores han establecido impactos
ambientales del sistema a nivel local, tales como la eutrofización de fuentes de agua
superficiales y profundas (Eriksen y Kristensen, 2001, y Quintern y Sundrum, 2006),
factor de riesgo en condiciones de alta pluviosidad, por su efecto en los procesos de
lixiviación y escurrimiento de nutrientes (Edwards, 1998). A mayor pluviosidad mayor
riesgo de contaminación de las aguas. Otros impactos incluyen, destrucción de la
capa vegetal presente en los lotes por la acción animal (Edwards, 1998),
compactación, acumulación de metales pesados y salinidad de los suelos (Menzi y
col, 1998). Quintern y Sundrum (2006) demostraron que la magnitud de estos
impactos se relaciona con el nivel de intensificación de la producción, el manejo
inadecuado de la carga animal, la prolongada permanencia de los cerdos en los
potreros y ubicación inadecuada de los lotes. Una alta carga animal y el uso
continuo del suelo, amplifican las entradas al sistema, incrementando la deposición
de nutrientes en el suelo, distribuyendo espacio-temporalmente de manera irregular
dichos nutrientes y alterando sus ciclos naturales (Menzi et al., 1998). Watson y col
(2003), señalaron que otra causa de acumulación de nutrientes en el suelo se debe
al exceso de éstos en las raciones comerciales, que son eliminados por los animales
en las excretas y orina; siendo determinantes de la magnitud de los impactos
negativos, la estructura del suelo, el clima predominante y la vegetación existente en
los lotes. Sin embargo, otro aspecto importante tiene que ver con la heterogénea
distribución de nutrientes, debido a la distribución de las deyecciones en los lotes
30
(Eriksen y Kristensen, 2001 y Watson et al., 2003), que genera “hot spots4” de
nutrientes en los lotes y compactación superficial hasta los 15 cm de profundidad;
efectos que tienen un mayor impacto en la zona circundante a refugios, comederos y
bebederos, por la mayor presencia de animales y el mayor contenido de humedad
de esta zona.
Monteverde, 2012 estableció que los efectos del sistema de producción de cerdos a
campo abierto sobre los contenidos de carbono del suelo, son más notorios e
importantes cuando el uso del suelo es de largo plazo. Similares reportes indican
que el uso directo de purines de cerdo sobre el suelo genera una incorporación de
carbono del 40% en el suelo, siendo el carbono restante oxidado biológicamente y
liberado como dióxido de carbono a la atmósfera. Sobre este tema, Dambreville, et
al., (2006), establecieron que el uso continuado de purines en un suelo durante 9
años, incrementó la biomasa microbiana y generó un aumento de 6,5% en el
carbono orgánico del suelo.
4
“Hot
Spots”
Puntos
calientes,
áreas
de
mayor
concentración
de
nutrientes
en
los
lotes.
31
Los reportes relacionados con contenidos de materia orgánica y carbono en el suelo
en sistema de cerdos a campo son escasos y contradictorios. Galvão (1998) en un
sistema de cría con pastoreo rotativo, no encontró diferencias en el contenido de
materia orgánica del suelo, pH y elementos menores, entre parcelas con dos
gramíneas como cobertura vegetal y diferentes densidades animales. Contrario a
este reporte, Monteverde (2012) citó el trabajo de Moreira, et al., (2007), quienes
reportaron una tendencia al incremento en el contenido de materia orgánica del
suelo en la zona de pastoreo, en un sistema a campo de 10 años. Monteverde en
su trabajo reportó reducción de la materia orgánica, en un sistema a campo de 12
años de desarrollo; explicando en parte esta disminución por la reducción de
material orgánico no particulado; reducción del carbono orgánico del suelo y una
mayor compactación en los lotes. Al comparar estas evidencias es posible concluir
que los efectos del pastoreo de los animales sobre las propiedades físicas del suelo,
se evidencian en el incremento de la compactación y la remoción de materiales
superficiales, que en conjunto con otros elementos tales como la acción del viento y
agua, afectan la dinámica de los nutrientes, la biología del suelo y la cobertura
vegetal.
Quinter (2005), estableció que la compactación del suelo es uno de los aspectos
más críticos de la producción de cerdos a campo; siendo esta generada por efectos
repetitivos y acumulativos, cuando el sistema se maneja en densidades adecuadas o
bajas; o el excesivo pisoteo animal, con altas densidades; El sobrepastoreo genera
un efecto directo sobre el sistema suelo-planta, pues disminuye el área foliar y la
capacidad fotosintética, causando la progresiva eliminación de la cobertura vegetal,
lo cual genera en una exposición directa del suelo al contacto con la pezuña del
animal y potencializa la acción de agentes erosivos incrementando el riesgo de
erosión (Pérez, 2005). Otro factor a tener en cuenta es el contenido de humedad
(Pérez, 2005); la alta saturación de agua magnifica el efecto de la compactación
sobre la estructura del suelo.
32
contenidos de materia orgánica y menor respiración. Por su parte, Quintern y
Sundrum (2006), establecieron que el movimiento de los refugios, comederos y
bebederos en un sistema de engorde de cerdos a campo, incrementan las áreas de
compactación de <1% a 2,9%, en el 8% del área utilizada luego de tres semanas,
cuando se manejan densidades de 10 animales por hectárea. Encontrando que la
compactación esta circunscrita a las capas superficiales del suelo, a profundidades
de hasta 7 cm.
33
Eriksen et al., (2002), establecieron que el 44% del nitrógeno de la ración
suministrada a cerdas lactantes a campo, se constituye en carne de lechones, una
fracción del 16 a 34% se lixivia en forma de nitrato, el 13 % se volatiza en forma de
amonio y el 8 % restante es desnitrificado. Al respecto, Salomón et al., (2007),
establecieron diferencias en la distribución de nutrientes entre sistemas de engorde:
fijos y móviles. El sistema fijo, mostró una baja proporción de nitrógeno (7%),
concentrada en el área de pastoreo (45% del área total), mientras que en las zonas
preferidas de excreción la concentración fue casi ocho veces superior. Por otra
parte, el sistema móvil mostró una menor proporción de nitrógeno (5%) concentrada
en áreas de pastoreo (76% del área total). Estos hallazgos son importantes pues
indican que ninguno de los dos sistemas de manejo evita el exceso de cargas
puntuales.
Por otra parte, aunque las alteraciones en el ciclo del fósforo no representan un
problema agronómico, si representan riesgo de eutrofización de las aguas, por
lavado o lixiviación (Koopmans et al., 2007). Este elemento se moviliza disuelto o
adherido a las partículas sólidas, siendo más predominante la movilización en
adhesión con partículas solidas en la mayoría de las situaciones. Monteverde
(2012), encontró que el fósforo disuelto en agua de escorrentía de áreas con
producción intensiva, puede exceder niveles críticos y generar eutrofización. Estos
resultados coinciden con los de Koopmans et al., (2007), quienes establecieron que
en el largo plazo, la aplicación de grandes cantidades de estiércol porcino, genera
un aumento de fósforo en el suelo a profundidades de 40 a 50 cm, lo cual indica un
34
fuerte movimiento descendente de este nutriente. Estos hallazgos sugieren, que un
manejo inadecuado del fósforo y su lixiviación, constituyen una amenaza ambiental.
El pastoreo ejerce efectos sobre la cobertura vegetal y el suelo, que pueden ser
negativos si no existen adecuadas prácticas de manejo. El pisoteo y el hozado
causan pérdidas parciales o totales de la vegetación. Williams et al., (2005),
35
establecieron que con altas densidades (25 cerdas/ha), la cobertura vegetal es
degradada en pocos meses, y con densidades medias (12 cerdas/ha) los efectos
negativos son evidentes en el primer año de uso. Guevara (2011) estableció que
parcelas con cobertura de centeno y ryegrass, en un periodo de 12 semanas,
presentaron un 21.88% menos de cobertura vegetal que parcelas sin cerdos;
encontrando las actividades de forrajeo, hozado y pisoteo como causas principales.
De igual forma, Eriksen et al., (2006) y Edwards (2003), reportaron mayor deterioro
de la cobertura vegetal en lotes con cerdas gestantes que con cerdas lactantes.
Larsen y Kongsted (2000), encontraron que el nivel de cobertura vegetal es similar
en parcelas con cerdas lactantes y en gestación. Sin embargo, la pastura es más
baja en los potreros de gestación, cuando las cerdas gestantes son manejadas con
restricción alimenticia. Este último aspecto es resaltado por varios investigadores:
Braund et al., (1998), encontraron que cerdas a campo con alimentación restringida
producen serios daños en las pasturas; por otra parte, cuando se suministra dietas a
voluntad, con alto contenido de fibra se reduce el hábito de pastoreo, pero no el
daño en la pastura. De igual forma, el manejo de cerdos en crecimiento con
restricción (20% menos de ración) incrementa el pisoteo y hozado (Stern y
Andresen, 2003). Braund et al., (1998) establecieron que, como la acción de hozar y
forrajear son actividades relacionadas con la exploración y búsqueda de alimento, el
suministro de dietas ricas en fibra podría disminuir los impactos sobre el tapiz
vegetal, sin afectar el balance nutricional de los animales y su desempeño
productivo; aunque el manejo nutricional no sustituye estrategias de manejo tales
como el anillado.
36
como especies mas aplicables al sistema. Sin embargo, se ha establecido que el
manejo de cargas animales y de tiempos de ocupación de los potreros, son
estrategias que permiten la disminución de los impactos ambientales, así como el
uso estratégico de los nutrientes depositados en el terreno por los cerdos, que
disminuyen el riesgo de contaminación de aguas superficiales y profundas.
Pietrosemoli et al., (2012), demostraron que el cultivo de cereales y gramíneas
anuales después de la ocupación con cerdos, seguido del cultivo de sorgo forrajero
elimina del suelo el exceso de nutrientes depositados por los cerdos y que los
niveles de nitrógeno y fósforo disminuyen hasta niveles observados antes de la
introducción de los cerdos. Esto demuestra que la integración de cerdos a campo y
agricultura, se constituye en un sistema de producción que permite el uso
estratégico del territorio y la complementariedad entre las dos actividades
productivas.
Los suelos de los Llanos Orientales se caracterizan por su alta acidez, baja fertilidad,
dominio de caolinitas y óxidos e hidróxidos de hierro y aluminio Phiri et al. (2001).
Los suelos del piedemonte llanero pertenecen a las clases taxonómicas Typic
Hapludox, Oxic Dystrudept, Plinthic Tropaquet y Typic Udorthent (IGAC, 2004); son
altamente evolucionados, con altos contenidos de cuarzo, caolinita, óxidos de hierro
y aluminio; presentan bajos contenidos de bases intercambiables, pH acido, baja
disponibilidad de fosforo y capacidad de intercambio catiónico, predominio del
aluminio en el complejo de cambio y baja capacidad de almacenamiento de agua
(Corpoica, 2007, Sánchez, 2010).
37
que requieren para su establecimiento preparación de los lotes utilizando técnicas de
labranza y aplicación de enmiendas y fertilizantes (Jamioy, 2011).
38
2 OBJETIVOS
Objetivo general
Objetivos específicos
39
3. MATERIALES Y MÉTODOS
El tapiz vegetal presente en los lotes experimentales al inicio del ensayo, estaba
compuesto de pasturas en avanzado estado de degradación, dominadas por
Cynodon nlemfuensis y Paspalum conjugatum, con presencia de otras gramíneas
nativas e introducidas, leguminosas y arvenses. Los lotes fueron delimitados con
cerca eléctrica y se establecieron refugios colectivos estáticos uno de 20 m2, y dos
de 9 m2; en hierro y teja metálica, dotados con comederos individuales y bebederos
automáticos; los planos de las áreas experimentales se presentan en la Figura 3.1.
40
Las cerdas fueron introducidas al área experimental tres meses antes del inicio del
ensayo para su adaptación al sistema de manejo. Los animales fueron alimentados
con una dieta balanceada elaborada en el sitio, según requerimientos nutricionales y
acorde al estado fisiológico de los animales. Se utilizó aceite crudo de palma como
base energética y torta de soya como base proteica según Ocampo (2002) (Tabla
3.1). El alimento fue suministrado de manera restringida en dos raciones diarias
(7:30 a.m. y 4:30 p.m.), ajustando el tamaño de la ración según el estado fisiológico
de los animales. El manejo reproductivo se fundamentó en la monta directa con un
reproductor comercial (Landrace x Pietran), realizando el servicio una vez se
identificaba el celo. El ensayo contempló el desarrollo de la gestación y el parto en la
misma época, monitoreándo una época seca y una época de lluvias.
Las cerdas fueron asignadas al azar a un grupo según la densidad animal, en lotes
colectivos de 450 y 150 m2 por cerda, permaneciendo en ellos durante toda la
gestación, hasta 8 días antes de la fecha esperada de parto, cuando eran
trasladadas a corrales de parto; permaneciendo allí durante la lactancia (25-32 días);
los corrales de parto fueron corrales confinados en cama profunda de 6 m2, con
sustrato de cascarilla de arroz, sin áreas independientes para los lechones y las
41
cerdas. Los lotes experimentales se manejaron con 30 días de ocupación y 30 días
de descanso.
Los tratamientos evaluados fueron densidad animal; T1 450 m2/cerda (22 cerdas/ha)
y T2 150 m2/cerda (66 cerdas/ha).
42
condiciones ambientales sobre las actividades. Las actividades identificadas son
descritas en la Tabla 3.2. Se evaluó el uso del terreno en los lotes para cada
actividad identificada, con particular orientación al forrajeo y al hozado; para lo cual
cada lote fue subdividido de manera imaginaria en 8 cuadrantes (Figura 3.2).
Para estimar los parámetros productivos del sistema (número de partos por hembra
por año, porcentaje de mortalidad, porcentaje de fertilidad), principales causas de
mortalidad en lechones; y establecer los efectos de la época del año sobre los
parámetros productivos, se registraron el número de repeticiones del celo, número y
peso de lechones al nacimiento, lechones nacidos vivos, lechones nacidos muertos,
43
mortalidad a las 24 y 48, días de lactancia, número y peso de lechones al destete, y
días de retorno al celo posdestete. El análisis de los resultados productivos se
analizó teniendo en cuenta el tratamiento aplicado (T1 y T2), la época del año
(época seca y época de lluvias) y la gestación evaluada (1ª y 2ª).
La información registrada fue analizada en IBM SPSS Statistic, versión 20. Todas las
variables fueron evaluadas para distribución normal, pruebas de Levene para
homogeneidad de varianzas y prueba de t-Student para muestras independientes.
3.2 Determinación de los efectos del sistema sobre las características del suelo
y la diversidad florística
44
Tabla 3.3 Parámetros fisicoquímicos y microbiológicos de suelos evaluados
Parámetro
Materia orgánica MO
Contenido de Carbono C
Ph pH
Nitrógeno N
Fósforo P
Aluminio Al
Capacidad de intercambio catiónico CIC
Resistencia a la penetración (compactación) Co
Actinomicetos Ac
Bacterias B
Hongos H
Fuente: Elaboración propia
45
Figura 3.2 División de los lotes experimentales para monitoreo del uso del área y
diversidad florística
La información registrada fue analizada en IBM SPSS Statistic, versión 20; Todas las
variables fueron evaluadas para distribución normal, pruebas de Levene para
homogeneidad de varianzas, prueba de t-Student para variables independientes y
correlación de Pearson.
46
4. RESULTADOS Y DISCUSION
La Tabla 4.1 resume los resultados de los parámetros productivos en este trabajo
según densidad animal, la Tabla 4.2 según la época del año y la Tabla 4.3 según el
tratamiento aplicado. No se encontraron diferencias significativas (P>0,05) en los
resultados para la época del año (época seca o época de lluvias), el número de
parto (primer o segundo parto) y densidad animal (Tratamientos 1 y 2).
Independientemente del tratamiento, el número de partos por hembra por año fue de
2,0; ligeramente inferiores a los reportados para cría a campo por Fajardo (2009), y
cría en confinamiento para la zona centro del país por Díaz et al., (2004), ambos en
Colombia con 2,1 partos por cerda por año; pero superiores a los reportados por
Oyhantçabal (2010) en sistemas no consolidados en Uruguay, donde el número de
partos por cerda varió entre 1,5 y 1,95. Por otra parte, los sistemas consolidados de
cría a campo en países latinoamericanos han alcanzado resultados cercanos al
sistema en confinamiento (promedio generel 2,2-2,3 partos/cerda/año) (González,
2006; Guerrero, 2002, Dalla Costa, 1998), los cuales son superiores a los de este
trabajo. La comparación de los resultados obtenidos con los valores de referencia
requiere considerar que en este ensayo se evaluaron solamente primer y segundo
parto, y que las cerdas de cría a campo presentan mejores resultados entre el
segundo y octavo parto (Garrido, 2010). Independientemente del sistema de manejo,
la productividad anual en cerdas de cría es influenciada por factores como el número
de ciclo reproductivo (González Hernández et al., 2002; Sasaki y Koketsu, 2007) y
las condiciones ambientales (Auvigne et al., 2010; Peltoniemi et al., 1999); factor
diferencial entre el sistema evaluado en este trabajo y los valores de referencia
(4400 mm/año vs. 1100 mm/año, como valor máximo; Bell, 2013).
47
Tabla 4.1. Media y desviación estándar de los datos de desempeño productivo de
las cerdas de cría mantenidas a campo abierto, según época del año
La tasa de fertilidad del Tratamiento 1 fue superior al Tratamiento 2 (80% vs. 75%).
En los dos tratamientos los resultados más bajos se registraron en la primera
gestación (68%), particularmente cuando esta se desarrolló en época de lluvias
(60%). En la segunda gestación, la tasa de fertilidad registrada fue mas cercana a
los parámetros de referencia para el sistema (75%-83%) (Caviglia et al., 2011; Vadell
et al., 2003), siendo mas baja en época seca (75%) que en época de lluvias (100%).
Aunque algunos autores han sugerido que la fertilidad de las cerdas puede estar
influenciada de manera negativa por las condiciones ambientales, siendo las altas
temperaturas ambientales y la humedad factores de alta importancia
(Suriyasomboon, et al., 2006; Santos Ricalde y Lean, 2000; Prunier et al, 1997). En
48
este trabajo no hubo diferencias significativas en las temperaturas máximas y
mínimas entre épocas (Gráfica 4.3) y no se evidenció una tendencia clara de
incremento de la fertilidad por época del año. Las menores tasas de fertilidad
obtenidas en este ensayo durante la primera gestación pueden ser atribuidas entre
otros factores, al proceso de maduración de las cerdas (Garrido, 2010) y su
adaptación al sistema de manejo (González, 2006).
49
con los reportados por Larsen et al., (2002), quienes establecieron que el promedio
de DRCP en sistemas a campo (5,4 días) no difiere con los promedios para manejo
en confinamiento; y con Fajardo (2009) quien reportó para Colombia, DRCP entre
los días 4 y 5 en el 81% de las cerdas a campo.
50
sistemas a campo en condiciones tropicales (11,1-12,2 NLN y 8,1-9,11 NLD). El
tratamiento 2 (150 m2/cerda) de mayor densidad animal, presentó el mayor número
de lechones al nacimiento y destete (P>0,05), resultados que difieren de los
reportados por Araque et al., (2012) y Gonzales et al., (2002), quienes indicaron
mejores resultados (11.38 y 10,08 NLN) a menores densidades (600 y 800
m2/animal).
El peso promedio al nacimiento (1,33-1,43 kg) fue similar a los resultados de Torres
Novoa et al., (2007) para el sistema en confinamiento en el departamento del Meta y
51
los resultados para el sistema a campo reportados por González et al (2001) en
Venezuela, y Bell (2013) en Uruguay. No hubo efectos significativos en este
resultado por la época del año o tratamiento aplicado. El PPN de primer parto fue
superior al PPN de segundo (1.433 vs. 1.327 kg), diferencia que puede estar
relacionada ésta con el número del parto y número de lechones al nacimiento (Close
y Cole, 2004)
El peso al destete no fue afectado por el tratamiento o la época del año, sin embargo
si hubo efectos por la edad del destete y el número del parto (r=1, P= 0,0001). En
este ensayo el destete fue realizado cuando las cerdas evidenciaban un número
muy bajo de encuentros para lactancia con los lechones y consumo importante de
concentrado por estos, el cual era suministrado a partir de los 15 días de edad. La
lactancia para el primer parto tuvo una longitud 25 días, generando un peso
promedio de los lechones de 6,85 kg; resultados que coinciden con los parámetros
presentados por Suriyasomboom et al., (2006) y González et al.,(2001) para el
sistema a campo en países tropicales. La longitud de la lactancia para el segundo
parto fue de 31 días, generando un peso promedio de los lechones de 8,14 Kg.
Resultados superiores a los reportados por Sulbaran et al., (2009) (7,72 kg) para
lactancias de 28 días en un sistema a campo en Venezuela, los de Parsi (2007) para
cerdos destetados a los 25 días en Argentina (6,96 kg); y, a los reportados por
Torres-Novoa y Hurtado-Nery (2007), quienes encontraron PPD de 5,40 Kg a los 21
días, en sistemas confinados en el departamento del Meta. La ganancia diaria de
peso obtenida en este trabajo fue de 220 g/lechón/día para las dos épocas del año,
tratamientos y gestaciones; resultados que coinciden con los de Fajardo (2009)
quien reportó ganancia diaria de peso para el sistema a campo de 214 g/lechón/día;
y son superiores a los reportados por Díaz et al., (2004), quienes reportaron
ganancias de peso de 205 g/día para el sistema tecnificado en confinamiento para
Colombia. El peso de los lechones al destete superior al segundo parto (31 días)
coincide con los reportes de Wulbers-Mindermann et al., (2002), quienes
establecieron que las camadas de cerdas a campo abierto tienen mayores
ganancias de peso a medida que aumenta el número ordinal de parto, por las
52
condiciones favorables del sistema y la experiencia materna previamente adquirida;
siendo inferiores en todos los casos los de primer parto.
53
La producción de momias se ha asociado particularmente a la manifestación de
enfermedades infecciosas y micotoxinas, sin embargo, el número ordinal de parto,
tamaño de la camada y la temperatura ambiental, también son causales de la
presentación de momias (Schneider et al., 2003). En el presente ensayo no se
estableció la causa de estas momificaciones.
Los resultados este trabajo y la información de referencia indican que las altas tasas
de mortalidad observadas pueden ser atribuidas al bajo número de partos
monitoreados (1º y 2º), lo cual implica un bajo número de lechones nacidos en
primer parto, poca experiencia materna, incremento del stress materno por el
confinamiento durante el periodo de periparto, y baja habilidad en el manejo a
campo del personal a cargo de los animales. Un factor que puede ser determinante
es el manejo dado a las cerdas durante periparto, parto y lactancia. En este ensayo,
las cerdas fueron retiradas de los potreros entre 8 y 6 días antes del parto, y
confinadas a corrales individuales de parto-lactancia de 6 m2. Durante el alojamiento
en los corrales, las cerdas manifestaron signos de nerviosismo e irritación,
exhibiendo continuos cambios de posición, mordiendo barrotes, paredes y
comederos, e incremento de los episodios de vocalización. Estos hallazgos
coinciden con los de Gonzales, et al., (2002), quienes reportaron altas tasas de
mortalidad (45.73%), y consecuentemente un número muy bajo de lechones al
destete (5.47) en cerdas manejadas a campo durante la gestación y confinamiento al
parto; estableciendo como causa principal de mortalidad el aplastamiento, debido al
traslado de las cerdas a corrales paritorios fuera del potrero, desencadenando
alteraciones del comportamiento por estrés y falta de adaptación. De igual forma,
Andersen et al., (2005) describieron una alta correlación entre número de
aplastamientos y la imposibilidad de las madres de expresar comportamientos
naturales, tales como la conducta de construcción del nido y la presencia de
personal durante el parto; factor adicional que puede incrementar las tasas de
mortalidad por aplastamiento (Berger et al., 1997).
54
De otra parte, aunque no fue un objetivo de este ensayo, se monitoreo la sanidad de
las hembras y sus camadas durante el periodo experimental, con el fin de registrar y
clasificar las patologías de mayor incidencia en el sistema. Se registraron casos
eventuales de infestación por larvas de mosca en lechones hacia el final de la
lactancia. Se trataron 3 casos de miasis en la cara exterior de la oreja, estando
relacionado ésto con la época de transición de temporada seca a temporada de
lluvias.
4.2.1 Etograma
55
La organización de grupos experimentales evidenció comportamientos agonísticos
en las cerdas al inicio del ensayo, pues la agrupación generó reorganización de la
estructura social de cada uno de los grupos. Se evidenció cohesión social en los
grupos un mes después de su establecimiento y durante toda la gestación. Las
cerdas fueron separadas durante la lactancia, retornando al grupo para un nuevo
periodo de gestación. No se incluyó la fase de lactancia en este trabajo.
La expresión de las actividades descansar (D), bañarse (B), caminar (C) y pelear (P),
fue altamente influenciada por la época del año (P<0.0001) (Gráfica 4.2), y se
evidenciaron cambios en la expresión de actividades y uso de los lotes en relación
con los cambios de temperatura ambiental registrados a lo largo del día. Las
temperaturas máximas alcanzaron 36,6ºC tanto en época seca como en época de
lluvias, y las temperaturas mínimas 23,81ºC en época seca y 22,46ºC en época de
56
lluvias. En todos los momentos de monitoreo, las mayores temperaturas se
registraron en la observación de las 4:00 p.m.
Tabla 4.4 Actividades desarrolladas y porcentaje del tiempo diario dedicado a estas
por cerdas de cría a campo según época del año y tratamiento aplicado.
Media± Valor Media± Valor
Actividad Época Tratamiento
Desvest –p Desvest –p
Lluvias 1.98±0.276 1 2.07±0.340
C
Seca 2.17±0.564 2 2.07±0.548
NS
Lluvias 21.81±1.801 1 22.41±2.605
P
Seca 23.40±2.195 2 22.80±1.640
Lluvias 51.86±1.711 1 43.95±8.946
D
Seca 36.48±1.709 2 44.40±8.227
Lluvias 8.56±0.850 1 15.38±7.290
B
Seca 22.81±2.126 2 16.00±8.585
0.001
Lluvias 2.70±0.275 1 3.95±1.535
Ca
Seca 4.68±0.832 2 3.43±0.781
NS
Lluvias 0.71±0.204 1 0.50±0.236
Pe
Seca 0.25±0.122 2 0.46±0.361
Lluvias 1.83±0.280 0.077 1 1.83±0.314
Be
Seca 2.11±0.213 0.079 2 2.11±0.160
Lluvias 6.48±1.244 1 6.41±1.644
Pa
Seca 5.31±1.170 2 5.38±0.624
NS
Lluvias 2.42±0.407 1 2.96±0.775
H
Seca 2.93±0.909 2 2.40±0.599
Lluvias 1.74±0.312 0.012 1 2.01±0.378
Ch
Seca 2,20±0.186 0,015 2 1.93±0.333
C: Comer; P: Pastorear; H: Hozar; D: Descansar; B: Bañarse; Ca: Caminar; Be: Beber; P: Pelear; Pa:
Pararse; Ch: Curiosear humanos
57
estrategia de termorregulación por las cerdas, tanto en época seca como en época
de lluvias. La observación directa permitió establecer el alto impacto de estas
piscinas sobre el comportamiento de las cerdas. Por esta razón, la actividad
bañarse, fue incluida en el protocolo de observaciones y en la construcción del
etograma. En la fase de adaptación de las cerdas, no se evidenciaron diferencias
relevantes en función de la densidad animal, en consecuencia, los resultados
presentados se refieren al comportamiento de los dos grupos independientemente
del tratamiento.
El tiempo dedicado a bañarse fue fuertemente influenciado por la época del año
(r=0,979; P<0,001). En época seca, las cerdas dedicaron 62% más tiempo a esta
actividad que en época de lluvias. Igualmente, las estrategias de termorregulación
utilizadas a lo largo del día fueron influenciadas por los cambios de temperatura; se
evidenció que no obstante la disponibilidad de alternativas para la termorregulación
como la presencia de vegetación y refugios (Figura 4.1), las cerdas prefirieron el uso
de las piscinas en las horas de altas temperaturas (11:00 a.m.-3:00 p.m.). Este
comportamiento fue más prolongado en la época seca, prefiriendo en época de
lluvias los refugios. La Gráfica 4.1 presenta la tendencia en el uso de las estrategias
de termorregulación en función de la época del año y los cambios en las
temperaturas máximas a lo largo del día.
58
Gráfica 4.1. Uso de las estrategias de termorregulación por las cerdas gestantes,
según la época del año y los cambios en las temperaturas máximas a lo largo del
día.
59
0 Época de lluvias, 1 Época seca
Gráfica 4.2 Tiempo dedicado por las cerdas gestantes a las principales actividades
según la época (seca o lluvias)
El tiempo dedicado a caminar por los lotes se incrementó 42% en la época seca, las
cerdas dedicaron hasta el 4,57% del tiempo a esta actividad en épocas seca y 2,7%
en época de lluvias. El tiempo dedicado al descanso se incrementó en 30% en la
época de lluvias; siendo éste para la época seca de 35,6%, comparado en el tiempo
dedicado en época de lluvias de 51,8%. Estos resultados pueden estar explicados
en parte por la mayor permanencia de las cerdas en el refugio debido al incremento
en la frecuencia y volumen de las precipitaciones durante la época de lluvias. Se
presentaron lluvias en 7 de 30 días registrados (pluviosidad acumulada de 54 mm)
en época seca, y en 22 de 30 días de registros (pluviosidad acumulada de 727 mm)
60
en época de lluvias. Whittemore & Kyriazakis (2006), establecieron que el descanso
representa el 60% de la actividad para cerdos en sistemas de producción al aire
libre, actividad que puede estar influenciada por la época del año en climas
estacionales, especialmente por las bajas temperaturas (Scollo et al., 2010).
Contrario a lo obtenido en este trabajo, Lagreca y Marotta (2005) reportaron que
cerdas reproductoras a campo pasan 26% del tiempo reposando y 68%
pastoreando; diferencias que pueden atribuirse al manejo nutricional de las cerdas,
pues estos autores encontraron una tendencia a la disminución en el tiempo
dedicado a hozar y pastorear en época cálida, cuando se incrementó la ración
alimenticia.
61
El suministro de alimento fue restringido en dos raciones diarias, en consecuencia
los horarios de alimentación condicionaron el comportamiento de las cerdas. Previo
al suministro del alimento, las cerdas abandonaban otras actividades,
particularmente el pastoreo y el descanso, evidenciando actitudes expectantes
incluidas en la categoría curiosear humanos. Durante el suministro de alimento, se
registró una mayor expresión de actitudes agonísticas entre los animales,
relacionadas con la estructura jerárquica de los grupos y el acceso al alimento. No
se registraron estereotipias durante el periodo de observación.
Las cerdas establecieron tres zonas claramente definidas en cada lote, una zona
sucia, una zona limpia y una zona húmeda, similar a lo reportado por Brumm et al.,
(1997), Richard y Smiths (1998), y Peet (2003). La zona húmeda se ubicó cerca al
área de refugios, donde se ubicaron comederos y bebederos; contiguo a los refugios
se ubicaron las piscinas. La zona sucia se ubicó alejada de los refugios, cerca al
borde opuesto de las piscinas y la zona limpia correspondió al resto de los lotes
(Figura 4.1). Las actividades registradas se relacionaron con cada una de estas
zonas. Las actividades de descanso fueron registradas en mayor proporción en la
zona húmeda, con el uso de algunas áreas de la zona limpia cercanas a la
vegetación natural compuesta por arboles de limoncillo ornamental (Swinglea
glutinosa). Las actividades de excreción fueron observadas particularmente en la
zona sucia, sin embargo fue posible evidenciar deyecciones en la zona limpia; y en
la zona de pastoreo se registraron actividades de exploración, pastoreo y hozado.
Hubo una mayor evidencia de hozado en los bordes de los lotes, paralelo a las
cuerdas eléctricas, coincidiendo con los hallazgos de Menzi et al., (1998)
62
Figura 4.1. Distribución de las áreas sucia, limpia, húmeda y de pastoreo, en los
lotes y actividades realizadas en cada una
Las cerdas gestantes fueron observadas diariamente por 2,5 horas, en escaneos de
5 minutos a intervalos de 15 minutos. El monitoreo permitió establecer cambios en la
expresión de las actividades y ubicación de los animales en función de los cambios
en la temperatura a lo largo del día. No hubo diferencias significativas (P>0,05)
según la época del año en las temperaturas máximas (36,6ºC tanto en época seca
como en época de lluvias) ni mínimas (23,81ºC en época seca y 22,46ºC en época
de lluvias), Gráfica 4.3. Las cerdas dedicaron mayor tiempo a actividades de
exploración en los intervalos de 8:00-10:00 a.m. y 3:00-5:00 p.m.; el uso de las
piscinas fue continuo pero más evidente en el intervalo 10:00 a.m.-1:00 p.m., los
refugios y áreas de sombra natural fueron utilizados en una mayor proporción en el
intervalo de 1:00-3:00 p.m. (Gráfica 4.1). Las cerdas exhibieron a lo largo del día
63
todo el repertorio comportamental descrito, pero se registraron dos picos de
actividad en el día, relacionados con el suministro de alimento. La mayor expresión
de actividades exploratorias se registró en la mañana después del suministro del
alimento. Otro pico de actividad de menor intensidad fue observado en la tarde,
también posterior al suministro de alimento. Este comportamiento puede estar
relacionado con el patrón natural de comportamiento de los cerdos (Wood-Gush et
al., 1990), aunque también puede estar influenciado por factores ambientales como
la temperatura ambiental, que tanto para época seca como de lluvias, fueron
menores en las mañanas.
64
alimento, por lo cual las cerdas sustituían cualquier otra actividad por expresiones de
curiosidad, desplazándose hasta las personas y realizando algunas vocalizaciones
características. El uso del área estuvo determinado por las condiciones climáticas,
las áreas de mayor uso se ubicaron en los sublotes que tenían alternativas de
termorregulación, refugios, sombra natural o piscinas. La figura 4.2 muestra las
principales actividades realizadas por los animales en cada uno de los sublotes.
Figura 4.2. Uso de las áreas según actividad exhibida por cerdas de cría a campo
abierto.
Las áreas con mayor dedicación al descanso fueron aquellas con sombra natural,
tales como barreras vivas o presencia de plantas de altura media; así como aquellas
áreas anegables donde el patrón de drenaje del suelo permitió la construcción de
piscinas por la actividad animal. El pastoreo fue registrado principalmente en lotes
abiertos y bien drenados, evidenciando claras preferencias de consumo hacia las
especies Mimosa púdica, Senna covanensis, Sida spinosa, Desmodium sp, y brotes
de gramíneas como Brachiaria decumbens, y Brachiaria humidicola. Pese a que el
consumo de forraje se tuvo en cuenta como patrón de comportamiento, no se
65
determinó el aporte nutricional de los forrajes a los animales; de acuerdo con
Edwards (2003), en estos casos, el consumo de forraje aporta el 5% de la ingesta
diaria de materia seca.
La evaluación de las condiciones del suelo se realizó entre mayo de 2011 y enero de
2013. Las unidades experimentales fueron lotes sometidos a cuatro tratamientos: el
tratamiento 1 con una carga animal equivalente a 22 cerdas por ha (450 m2/cerda);
el tratamiento 2 con una carga equivalente a 66 cerdas/ha (150 m2/cerda); en ambos
casos, los lotes fueron sometidos a rotaciones de 30 días de ocupación y 30 días de
descanso. El tratamiento 3 correspondió a un lote dedicado a la ganadería bovina,
66
manejado según el sistema tradicional de la zona y el tratamiento 0, fue
seleccionado de un área contigua a los lotes experimentales, la cual no recibió
ningún uso durante el periodo experimental. Se evaluó los cambios en las
características físico-químicas de los suelos para establecer los efectos del
tratamiento asignado y las diferencias en cada lote según el tiempo de ocupación (1
ó 2 años), resultados presentados en la Tabla 4.6. Los contenidos de materia
orgánica (MO), nitrógeno (N), carbono (C) y producción de biomasa evidenciaron
cambios atribuibles al tratamiento aplicado.
Tabla 4.6. Cambios en las características físico-químicas de los suelos bajo cuatro
tratamientos, según año de muestreo y tratamiento aplicado
Característica T Año 1 Año 2 P Media±DE P
d
0 3,85±0,21 3,85±0,49 NS 3,85±0,39
d
1 3,5±0,14 7,9±0,70 0,013 6,91±2,16ª
MO b
2 3,35±0,28 3,65±0,29 3,53±0,64
c
3 3,05±0,07 3,3±0 NS 3,17±0,15
d 0,001
0 77±4,24 84±11.31 80,50±8,06
d
1 70±2,8 158±14,14 0,013 138,25±43,23ª
N* (Kg/ha) b
2 67,0±5,65 72±5,55 76,62±12,89
NS c
3 63±4,24 67±1,41 65±3,46
0 3,7±0,28 3,8±12.58 3,7±8,73
1 7,45±1,06 9,4±3,53 0,013 8,50±3,41
P ppm
2 2,32±0,24 2,1±0,28 3,21±3,15
3 2,85±0,21 3,86±1,9 2,85±1,25
NS
0 4,6±0,01 4,7±0,21 4,67±0,15
1 4,6±0,01 4,7±0,10 NS 4,64±0,10
pH
2 4,67±0,03 4,57±0,035 4,63±0,09
3 4,7±0 4,6±0,14 4,65±0,010
d
0 1,92±0,10 2,12±0,24 2,02±0,19
d
1 1,75±0,1 3,09±0,12 0,013 2,45±1,08ª
Contenido carbono b 0,001
2 1,67±0,14 1,8±0,1 0,012 1,71±0,32
c
3 1,52±0,035 1,65±0 1,58±0,0
NS
0 1247,5±121,6 1445,5±1277,6 1346,52±635
1 652,75 1948,38± 0,001 1350,14±56
Producción biomasa
2 440.05±113,20 2677,17±331,64 1571,87±25,8
3 992,5±96,5 1479±70,8 1235,75±0,14
0 3,3±0,14 3,6±0,84 3,45±0,52
NS NS
1 3,45± 3,09± 3,37±
CIC Efectiva
2 3,16±0,88 2,83±0,031 3,07±0,35
3 3,3±0 3,2±0,21 3,27±0,12
Saturación Al 0 1,19±0,007 1,17±0,035 1,18±0,02
67
1 1,19± 0,93±0,18 1,02±0,45
2 1,08±0,035 0,93±0,01 1,03±0,32
3 1,17±0,10 1,45±0,35 1,31±0,26
Letras diferentes en la misma columna indican diferencias significativas (P<0,001)
Tratamientos: 0= control, 1= 450 m2/cerda, 2=150 m2/cerda; 3=ganadería
68
cerdas fueron superiores a los rangos (1,9-3%) para suelos de piedemonte llanero,
bajo diferentes sistemas de manejo, reportados por Rincón (2010).
La producción de biomasa fue influencia por la época del año (r=0,931; P=0,0001),
siendo superior en la época de lluvias que en la época seca (Gráfica 4.6), el
tratamiento con cerdas también afecto la biomasa producida; la producción de
biomasa fue superior en época de lluvias para el tratamiento 2, sin embargo en
época seca la producción fue mayor en el tratamiento 1, esto puede ser explicado
por efecto de la acumulación de biomasa durante el invierno, la cual no se afecto por
consumo de animales.
Es factible que este incremento haya sido determinado por el incremento de los
contenidos de carbono en los tratamientos 1 y 2, y al incremento de materia orgánica
atribuible a las deyecciones porcinas. El incremento de la producción de biomasa
permite mayor ciclaje de carbono y retorno de este al suelo, efecto aditivo en la
deposición de este nutriente. Según Monteverde (2012) y Soares (2011) es posible
incrementar el carbono orgánico del suelo (COS) con la producción de cerdos a
campo; siendo la fotosíntesis y la ración las principales fuentes de carbono en el
sistema.
69
Un aspecto relevante sobre la producción de biomasa tiene que ver con el
comportamiento animal (forrajeo, pisoteo y hozado), el cual es determinado por la
etapa fisiológica de los animales. En el caso de cerdas de cría hay mayor efecto
sobre el tapiz vegetal en la etapa de gestación que en lactancia (Eriksen, et al. 2006;
y Edwards, 2003; Larsen y Kongsted, 2000). Sin embargo, el estado nutricional y
manejo alimenticio de los animales determina el grado de impacto de estos sobre el
tapiz vegetal (Stern y Andresen, 2003; y Braund, et al. 1998) dado que el hozado y
forrajeo son actividades relacionadas con la exploración y búsqueda de alimento. El
incremento en la producción de biomasa de los lotes con cerdas en este trabajo
difiere de la literatura disponible, la cual en general, reporta pérdida de la cobertura
vegetal en los sistemas a campo. Esto puede estar relacionado con el tipo de
especies presente en los lotes, que en un alto porcentaje correspondió a gramíneas
estoloníferas, las cuales por una parte evidenciaron una baja palatabilidad para las
cerdas, y de otra, poseen sistemas de reproducción vegetativo que les permiten
soportar la presión del pisoteo y hozado más exitosamente que las demás especies.
De igual forma, la dieta suministrada, formulada de acuerdo a la etapa fisiológica de
las cerdas que cubre el 100% de los requerimientos, influyó en el comportamiento
animal y consecuentemente en la conservación del tapiz vegetal, coincidiendo con
Braund, et al., (1998).
70
71
Gráfica 4.7. Comportamiento de la capacidad de intercambio catiónico de los lotes
experimentales según tratamiento y año de ocupación por época.
72
Para condiciones trópico-ecuatoriales hay muy poca literatura disponible que analice
efectos del sistema cría de cerdos sobre el suelo. Lo anterior implica un análisis de
los resultados con referentes de países subtropicales y templados, los cuales
presentan marcadas diferencias en las condiciones ambientales respecto a la zona
de estudio; particularmente en relación con la pluviosidad y la marcada
estacionalidad de las épocas seca y de lluvias. No obstante, se dispone de algunos
reportes de los efectos del sistema a campo sobre el suelo provenientes de
73
Venezuela. Rodríguez et al. (2010), evaluaron el impacto del pisoteo en un sistema
de cría a campo en una zona de bosque muy seco tropical, con precipitación anual
promedio de 930 mm y temperatura de 26,7 °C; reportando mayores niveles de C
(22%) en las capas superficiales del suelo (5 cm), en lotes con cerdos, respecto a
suelos de lotes sin cerdos. Sus resultados son contrarios a los encontrados en este
ensayo que se analizan más adelante; ellos hallaron altos niveles de compactación
en el horizonte de 5 cm luego de 9 meses de ocupación. Rey Brina (2009), reportó
incrementos del 26% en los resultados de pH, 6% para materia orgánica y 490%
para fósforo en lotes manejados con cerdos a campo. El único reporte proveniente
de la Orinoquia colombiana, fue publicado por la Fundación Horizonte Verde, que
reportó un ensayo con cerdos de ceba a campo abierto en suelos de altillanura del
departamento del Meta, el cual generó resultados aceptables dentro de los
parámetros zootécnicos de la zona, además del incremento de la materia orgánica
del suelo, los contenidos de fósforo y elementos menores, así como disminución de
la acidez con un incremento de la CIC.
74
corresponda a un efecto complementario de las deyecciones y la ración. Sin
embargo, la causa de la amplia diferencia en los contenidos de nitrógeno entre los
lotes con cerdas (T1 y T2), pudo tener influencia de factores como la topografía de
los lotes y la estructura de los suelos.
75
excretado el 52% a través de las heces y el 27% a través de la orina (Poulsen et al.,
1999).
76
Los niveles de compactación a profundidades de 5 a 10 cm fueron bajos (12 y 10
kgF/cm2) para el tratamiento 1 (450 m2/cerda o 5000 kg/ha) y para el tratamiento 2
(150 m2/cerda o 15.000 kg/ha), a profundidades de 10 a 15 cm fueron medios (12 y
12 kgF/cm2) y, a profundidades superiores a 20 cm los niveles de compactación para
estos tratamientos, al igual que para el T0, fueron altos (superiores a 15 kgF/cm2).
Los datos de compactación para el lote dedicado a la ganadería bovina, fueron
superiores a los demás tratamientos durante el segundo año de ocupación,
arrojando resultados de compactación extremadamente alta (mediciones superiores
a 25 KgF/cm2) a profundidades entre los 20 y 30 cm.
77
incremento de raíces ejerza un efecto importante en la disminución de la
compactación en perfiles superficiales.
Sin embargo, es necesario evaluar los efectos en el largo plazo, particularmente por
el tipo de suelo y las condiciones ambientales de la región. Algunos de los suelos del
piedemonte, como en el caso de los lotes experimentales son altamente anegables,
y tienden a presentar una alta saturación de agua en época de invierno, factor
predisponente a la pérdida de la estructura física por acción del pisoteo (Taboada,
2007).
78
Gráfica 4.9 Cambios en las poblaciones de actinomicetos, bacterias y hongos
presentes en el suelo según tratamiento y año de ocupación
79
poblaciones de hongos es un indicador positivo del sistema en función del ciclaje de
nutrientes del sistema.
Tabla 4.8. Especies presentes en los lotes evaluados durante dos años de monitoreo
Especie
Nombre científico Nombre común Familia
Brachiaria decumbens Pasto amargo Poaceae
80
Brachiaria brizantha Brizanta Poaceae
Paspalum conjugatum Grama Poaceae
Brachiaria arrecta Tanner Poaceae
Brachiaria humidicola Pasto dulce Poaceae
Cynodon nlemfuensis Pasto estrella Poaceae
Panicum máximum Guinea Poaceae
Arachis pintoi Maní forrajero Fabaceae
Desmodium ovalifolium Desmodium Fabaceae
Mimosa púdica Dormidera Fabaceae
Senna cobanensis - Fabaceae
Clidemia hirta Clidemia Melastomataceae
Sida spinosa Sida Malvaceae
Pseudoelephantophus spicatus Amargón Asteraceae
81
El mayor impacto de la época de lluvias sobre la diversidad florística se registró en
los tratamientos 2 y 3, que generaron disminución en el número de especies
presentes de 42 y 31%, respectivamente. El menor efecto se registró en los
tratamientos 1 y 0, con reducciones de 20 y 10% respectivamente (Gráfica 4.11). No
hubo diferencias estadísticamente significativas (P>0,05) en relación a los
tratamientos aplicados.
82
La mayor dominancia de las especies Cynodon nlemfuensis y Brachiaria brizantha
(Clase 5 con una cobertura > al 75%) y disminución en la presencia de fabáceas,
particularmente Mimosa pudica, Desmodium ovalifolium y Arachis pintoi (Clase r) al
final del periodo experimental en los lotes con cerdas, determinada por escala de
Braun-Blanquet; coincide con los registros del comportamiento animal. Se observó
una mayor preferencia de consumo por leguminosas, malváceas, asteráceas y
melastomatáceas, siendo consumidas inicialmente, en cada periodo de ocupación
de los lotes Mimosa púdica, Senna covanensis, Sida spinosa, Desmodium sp, y en
ausencia de éstas, consumo de brotes de las gramíneas Brachiaria decumbens y
Brachiaria humidicola. Estos registros coinciden con los resultados de Mora et al.,
(2005) quienes establecieron mayor consumo de leguminosas que de gramineas por
cerdos a campo abierto en condiciones tropicales; siendo Cynodon nlemfuensis,
Brachiaria decumbens y Panicum maximum las gramineas de menor consumo.
Estos autores establecieron que la aceptación o rechazo de consumo de especies
forrajeras en cerdos a campo se relaciona con el hábito de crecimiento y contenido
nutricionales de las especies. Igualmente, Bauza (2006) estableció una alta
selectividad en el consumo de especies de muy buena calidad y alto valor nutritivo
por cerdos en pastoreo, comportamiento que puede reducir la persistencia de las
especies de mayor consumo y modificar las características de la pastura, esto junto
con el pisoteo y los hábitos de crecimiento de las especies vegetales podría explicar
la mayor presencia de poaceas al final del periodo experimental.
5 DISCUSIÓN GENERAL
83
orgánica, nitrógeno y fósforo, así como la respuesta de las poblaciones microbianas,
gracias a la presencia de los cerdos, favorecerían la producción de biomasa vegetal,
el ciclaje de nutrientes y el incremento de la productividad sin dependencia de
mayores entradas al sistema. Estos en conjunto, podrían mejorar el balance de
carbono incrementando la captura del mismo.
Las primeras gestaciones de la cerdas (1ª y 2ª), han sido reseñadas por diferentes
autores, como las de más bajos resultados productivos en los sistemas a campo.
Los resultados relacionados con NLN y PLN, aunque fueron ligeramente inferiores a
los valores de referencia en sistemas intensivos en el mundo, están dentro del rango
para estos sistemas en Suramérica. El PLD con lactancias de 31 días, fue muy
superior a los valores de referencia para los sistemas a campo. Los parámetros
biológicos obtenidos, son comparables a los reportados en los sistemas de cría en
confinamiento de la Orinoquia, siendo necesario incrementar el número de partos
por cerda por año y reducir las tasas de mortalidad en lactancia a fin de incrementar
el NLD, y la competitividad del sistema. Es evidente, según este trabajo, la
necesidad de profundizar sobre el comportamiento animal en condiciones de campo,
en función de la precipitación, radiación solar y temperatura ambiental de la
Orinoquia. Esto facilitará el diseño e implementación de alternativas de manejo e
84
instalaciones apropiadas, que permitan disminuir las altas tasas de mortalidad
registradas en este trabajo.
El sistema de cría a campo mejora las condiciones del suelo, gracias al incremento
de los contenidos de materia orgánica, nitrógeno, carbono y fósforo, así como la
producción de biomasa vegetal y las poblaciones microbianas. Genera menores
niveles de compactación que el sistema de producción bovina tradicional en la zona.
La importante deposición de nutrientes en el suelo, factor que en otras latitudes
puede representar una amenaza ambiental, podría constituirse en una oportunidad
productiva para los suelos de la Orinoquia, corrigiendo el déficit nutricional en N y P.
Sin embargo, considerando el elevado ingreso de nutrientes al sistema mediante el
alimento, para minimizar riegos ambientales y lograr mayor eficiencia del sistema
productivo, se requiere establecer alternativas complementarias que utilicen estos
nutrientes, tales como la producción intensiva del forraje para alimentación animal o
el establecimiento de cultivos agrícolas de ciclo corto en alternancia con la
producción de cerdos. (Figura 5.1).
85
Figura 5.1. Representación sistémica de la integración del sistema de cría de cerdos
a campo abierto con otros sistemas agrícolas y pecuarios
6 CONCLUSIONES
86
La densidad animal, la presencia de gramíneas estoloniferas, el manejo alternado
con ocupación y descanso de los lotes, y el suministro de alimento balanceado
acorde a los requerimiento de cerdas de cría, pueden ser estrategias que limitan el
efecto de la acción animal sobre el tapiz vegetal. El manejo de cerdas de cría luego
de dos años de ocupación generó incrementos entre el 100 y 200% en la producción
de biomasa vegetal.
Los parámetros productivos obtenidos en este trabajo coinciden con los valores de
referencia para el sistema de cría a campo en Suramérica. Esto indica que el
sistema puede ser competitivo si se ajustan las estrategias de manejo para
incrementar el número de partos por cerda por año a 2,2 y disminuir las tasas de
mortalidad; los cuales podrían ser el resultado de los partos monitoreados (1º y 2º) y
la baja experiencia en el sistema de manejo.
Bibliografía
87
4. Astier, M; Maserra, O; y Galván-Miyoshi, Y. 2008. Evaluación de la
sustentabilidad. SEAE, CIGA, ECOSUR, CIEco, UNAM, GIRa, Mundiprensa.
España
5. Auvigne V, Leneveu P, Jehannin C, Peltoniemi O, Salle E. 2010. Seasonal
infertility in sows: A five year field study to analyze the relative roles of heat stress
and photoperiod. Theriogenology, 74: 60 – 66.
6. Basso. C.P. Vieites. C.M. y Dupont. J. 1995. Transformation of an extensive
traditional pig farm in Argentina into a pastoral system of intensive breeding. Pig
News and Information. 16:127-129
7. Baxter. Emma M; Jarvis. Susan; Sherwood. Lorna; Robson. Sheena K; Ormandy.
Elisabeth; Farish. Marianne; Smurthwaite. Kathleen M; Roehe. Rainer; Lawrence.
Alistair B; Edwards. Sandra A. Indicators of piglet survival in an outdoor farrowing
system. Livestock Science 1 September 2009 (volume 124 issue 1 Pages 266-
276 DOI: 10.1016/j.livsci.2009.02.008)
8. Becerra, M. R. 2013. La fragilidad ambiental del desarrollo de la Orinoquia.
Revista semillas. Colombia. Disponible en :
http://www.google.com.co/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&ved=0
CCgQFjAA&url=http%3A%2F%2Fwww.semillas.org.co%2Fapc-aa-
files%2F0ccc57454a31b3c038b4b92d620f7f60%2Frevista-semillas-final-3-de-
septiembre_1.pdf&ei=jsdsU8rSNdXfsASRtYLoAQ&usg=AFQjCNEnGEs7lZvYUfo
uCN8eIIrp5sNKhQ&bvm=bv.66111022,d.cWc. Revisado en Febrero de 2014.
9. Berger. F; Dagorn. J; Le Denmat. M; Quillien. J.P; Vaudelet. J.C y Signoret. J.P.
1997. Perinatal losses in outdoor pig breeding. A survey of factors influencing
piglet mortality. Annales de Zootechnie. 46:321-329
10. Berger. F; Bellanger. D; Dourmad J.D. 32iemes Journees de la recherché
porcine en France. 1. 2 et 3 fevrier. 2000.32 (2000). pp. 247–254
11. Bignoly. D. 1971. Comportamiento de los animales en pastoreo. Dinámica Rural.
36: 104 – 106
12. Bird, J. A; Herman, D. J; Firestone, M. K.Rhizosphere priming of soil organic
matter by bacterial groups in a grassland soil. Soil Biology and Biochemistry,
Volume 43, Issue 4, April 2011, Pages 718-725
13. Boqvist S, Eliasson-Selling L, Bergström K, Magnusson U. The association
between rainfall and seropositivity to Leptospira in outdoor reared pigs. Vet
J. 2012 Jul;193(1):135-9.
14. Brito. B.G. Bertol. T.M. CHIAPETTI. D. Ocorrência de diarréia em leitões
recentemente desmamados e sua influencia no ganho de peso. In: Reunião
Anual Da Sociedade Brasileira De Zootecnia. 1994. Maringá. PR. Anais.
Maringá: EDUEM. 1994. 746p. p.594.
15. Braund. J. P; Edwards. S.A; Riddoch. I. Buckner. L.J. Modification of foraging
behaviour and pasture damage by dietary manipulation in outdoor sows. Applied
Animal Behaviour Science 56 1998 173–186.
16. Brunori. J.; Spiner. N. 2008. Sistema intensivo de producción de cerdos a campo
en combinación con agricultura. Grupo Porcino. INTA Marcos Juárez. En:
www.inta.gov.ar/mjuarez/info/documentos/Porcinos/sist_int_campo08.pdf.
Consultado mayo 2012
88
17. Campagna. D. Producción de cerdos sustentable. Oportunidades y desafíos". En
34º Congreso de producción animal. Argentina. 2011. Disponible en:
http://www.aapa.org.ar/congresos/2011/Viernes/Daniel_Campagna.pdf Revisado
en abril de 2013
18. Campagna, D.; Somenzini, D. 2005.Elementos a tener en cuenta para decidir que
categorías confinar en los sistemas de producción porcina a campo para mejorar
su eficiencia. FERICERDO. Marcos Juárez, 19 y 20 de agosto 2005.
19. Campagna, D. 2003. Caracterización de los principales componentes de
producción de cerdos a campo de argentina. III Encuentro latinoamericano de
especialistas en producción porcina a campo. INTA Marcos Juárez.
www.gidesporc.com.ar . 4 pp.
20. Cardozo. A.F. Rodríguez. L.E. Potencial y necesidades de investigación sobre el
cerdo criollo en los llanos de Colombia y Venezuela. 2010 Revista
Computadorizada de Producción Porcina Volumen 17 (número 2):107-115
21. Carlson. D. Lærke. H.N.. Poulsen. H.D. & Jørgensen. H. 1999. Roughages for
growing pigs. with emphasis on chemical composition. ingestion and faecal
digestibility. Acta Agricultúrae Scandinavica. Section A. Animal Science 49: 129-
136.
22. Cherney. J. H.. and V. G. Allen. 1995. Forages in a livestock system. Pages 175–
188 in Forages: An Introduction to Grassland Agriculture. Vol. 1. R. F. Barnes. D.
A. Miller. and C. J. Nelson. ed. Iowa State University Press. Ames.
23. Close, W; Cole, D. Nutrición de cerdas y verracos. Nottingham University press,
1ª Ed. Hoyos López. D. F. México. 2004
24. Damm. B.I. Lisborg. L. Vestergaard. K.S. & Vanicek. J. (2003). Nest-building.
behavioural disturbances and heart rate in farrowing sows kept in crates and
Schmid pens. Livestock Production Science 80(3). 175-187.
25. Dalla Costa, K., I. Oliveira, V. Faquin, G. Silva, E. Severiano. 2009. Produção de
massa seca e nutrição nitrogenada de cultivares de Brachiaria brizantha (A. Rich)
Stapfsob doses de nitrogênio. Ciênc. agrotec., Lavras, 33(6), 1578-1585.
26. Dalla Costa. O.A.; Girotto. A.F.; Ferreira. A.S.; De Lima. G.J.M.M.
1995. Análise económica dos sistemas intensivos de suinos ao ar livre (SISCAL)
e confinados (SISCON). nas fases de gestacão e lactacão. Rev. Soc. Bras.
Zootec.24 (4). 615-622.
27. Dalla Costa. O.A. y Monticelli. C. 1998. Por dentro do Siscal. Suinocultura
Industrial/Fev Mar. p 32-35
28. Dambreville. C.; énault. C.; Bizouard. F.; Morvan. T.; Chaussod. R.; Germon. J.C.
2006. Compared effects of long-term pig slurry applications and mineral
fertilization on soil denitrification and its end products (N2O. N2). Biology and
Fertility of Soils. 42 (6): 490-500.
29. Demori. Alice Bogoni et al., Criação intensiva de suínos em confinamento ou ao
ar livre: estudo meta-analítico do desempenho zootécnico nas fases de
crescimento e terminação e avaliação de carcaça e carne no Longissimus
dorsi. Cienc. Rural [online]. 2012. vol.42. n.7. pp. 1294-1299 Disponible en:
http://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0103-
84782012000700025&lng=en&nrm=iso.
89
30. Díaz, R. Suarez. L.F. Rivera. B. Estrada. B. Sistema Cerdos-Pastos-Leche: Un
modelo de análisis económico y ambiental. 1998
31. Díaz CA, Rodríguez MN, Vera VJ, Ramírez G, Casas GA, Mogollón JD. 2004
32. Caracterización de los sistemas de producción porcina en las principales
regiones porcícolas colombianas. Rev Colomb Cienc Pecu; 24:131-144.
33. Edwards, S.A.; Zanella. A. J. 1996. Produçao de suinos ao ar livre na Europa:
productividade. bem-estar e consideraçoes ambientais. A hora Veterinaria. 16
(93): 86-93.
34. Edwards, S.A. 1998. Environmental damage risks from outdoor pig production. In:
Symposium Environment and Swine Production (Goiana). Proceedings. Goiania.
35. Edwards, S.A. 2003. Intake of nutrients from pasture by pigs. Proceeding of the
Nutrition Society. 62: 257-265.
36. Edwards, S.A. 2005. Product quality attributes associated with outdoor pig
production. Livestock Production Science. 94: 5-14.
37. Elhottová, D; Koubová, A; Šimek, M; Cajthaml, T; Jirout, J; Esperschuetz, J;
Schloter, M; Gattinger, A. Changes in soil microbial communities as affected by
intensive cattle husbandry, Applied Soil Ecology, Volume 58, July 2012, Pages
56-65
38. English, P.; 1997. Advances in sow and piglet management from parturition to
weaning. Memoria. Conferencias. pag. 163-183. VII Congreso Latinoamericano
de Veterinarios Especialistas en Cerdos. Río Cuarto. Octubre de 1997.
39. Eriksen, J. & Kristensen, K. 2001. Nutrient excretion by outdoor pigs: a case study
of distribution. utilisation and potential for environmental impact. Soil Use and
Management. 17. 21–29.
40. Eriksen, J.; Petersen, S.O.; Sommer, S.G. 2002. The fate of nitrogen in outdoor
pig production. Agronomie, 22: 863-867.
41. Eriksen, J. 2005. Grass cover retained by nose-ringing of outdoor sows only
partially reduces the risk of N leaching. Newsletter from Danish Research Center
for Organic Farming. DARCOFenews. No 3. En: http://orgprints.org/6133/
(consultado agosto 2013)
42. Eriksen, J.; Hermansen, J.E. 2005 Outdoor production of slaughterpigs requires
an optimized management to mitigate N pollution. Newsletter from Danish
Research Center for Organic Farming. DARCOFenews. No 2. En:
http://orgprints.org/5482/ (consultado agosto 2013)
90
47. Filippsen, L. F; Galvão Leite, D. M; da Silva, A; Vargas, G. A. Prevalência de
doenças infecciosas em rebanho de suínos criados ao ar livre na região sudoeste
do Paraná. Brasil. Ciência Rural. vol. 31. núm. 2. abril. 2001. pp. 299-302.
48. Fontaine, S.; Mariotti, A.; Abbadie, L. 2003. The priming effect of organic matter: a
question of microbial competition? Soil Biology and Biochemistry, 35 (6): 837-843.
49. García I., C. 2008. Enmiendas orgánicas para suelos basadas en residuos
orgánicos. Discurso de ingreso leído por el Académico electo en el acto de la
Sesión Solemne de su Toma de Posesión como Académico de Número.
Academia de Ciencias de la Región de Murcia. Murcia. 78 p. Disponible en
internet:
http://www.acc.org.es/docos/de2008/DiscursoInvestiduraCarlosGarcia.pdf
50. Garrido, A. 2010. Influencia del número de ciclo en la prolificidad de la cerda
ibérica en régimen extensivo. Disponible en:
http://www.uco.es/zootecniaygestion/img/pictorex/09_12_10_colgar_tfm.pdf
Revisado en enero de 2014
51. Galvão, D. 1998. Avaliação do efeito do pisoteio rotativo dos suinos sobre as
propiedades físicas e químicas do solo em diferentes lotações e forrageiras. En:
Memorias del Primer Encuentro de Técnicos del Cono Sur Especialistas en
Sistemas Intensivos de Producción Porcina a Campo. Argentina. En:
http://www.sian.info.ve/porcinos/publicaciones/encuentros/Galvãoleite.htm
(consultado agosto 2012)
52. Giuffré, L.; Ratto, S. y Romina, R. 2008. Indicadores ambientales. Extracto del
capitulo “Indicadores ambientales”, publicado en el libro Agrosistemas: Impacto
ambiental y sustentabilidad. Giuffré, L. EFA-Orientación Gráfica Editora. ISBN
978- 950-29-1061-1. 493p. Buenos Aires, Argentina. Disponible en:
http://www.estrucplan.com.ar/articulos/verarticulo.asp?IDArticulo=1912
Consultado el 14 de julio de 2010.
53. Goenaga, P. Comportamiento materno de la cerda y sus implicancias en la
producción actualización bibliográfica. 2010. En Sitio Argentino de Producción
Animal. Disponible en: http://www.produccion-
animal.com.ar/produccion_porcina/00-produccion_porcina_general/154-
Comportamiento_materno.pdf. revisado en junio de 2013
54. Goenaga P. 2006. Porcinos : cría intensiva a campo [En línea]. Consultado marzo
2013. Disponible en: http://www.inta.gov.ar/PERGAMINO/info/documentos/
2006/cria_int_acampo06.pdf.
55. González, C.; Díaz, Ivonne.; Vecchionacce, H. y Novoa, L. 2001. Potencialidad
de la producción de cerdos a campo en Venezuela. V Encuentro de Nutrición y
Alimentación de Monogástricos. Venezuela. (On line):
http://www.sian.info.ve/porcinos/publicaciones/encuentros/gonzalezeivone.htm
56. González, C. Días, L. Vecchionacce, H. Díaz, I. 2002. Comportamiento
productivo y reproductivo de cerdas gestantes a campo o en confinamiento.
Venezuela. Revista Unellez de ciencia y tecnología. V.E. 23-27.
57. González, C. Araque, H. Sulbarán, L; y Mora, F. 2006. Desempeño productivo de
cerdas lactantes con dos dietas en un sistema a campo. En APPA - ALPA -
Cusco. Perú. (On line): http://www.produccion-
91
animal.com.ar/produccion_porcina/00-produccion_porcina_general/91-
Gonzalez_DIETAS.pdf Revisado en diciembre de 2012.
58. González C., de Armas I., Paz C., Guevara G., Tamayo, Y. 2002. Influencia del
número de partos y la época del año sobre indicadores reproductivos en una
unidad porcina. Revista producción animal. Vol 14, No.2. 69-72
59. Guerrero Padilla, Eugenio. Proyecto jabalí. Los porcicultores y su entorno. México
D.F vol 30. Noviembre – Diciembre de 2002 p. 36 – 43.
60. Guevara, J. C. Efecto de la movilización de las estructuras de sombra y
bebederos sobre la cobertura vegetal de Centeno (Secale cereale) y Ryegrass
(Lolium multiflorum) en pastoreo con cerdos de engorde. 2011. Disponible en:
http://bdigital.zamorano.edu/bitstream/11036/669/1/T3057.pdf. Revisado en:
febrero de 2013
61. Guy, J. H. Rowlinson, P. Chadwick, J. P. y Ellis, M. 2002. Behaviour of two
genotypes of growing-finishing pig in three different housing systems. Appl. Anim.
Behav. Sci. 75:193-206
62. Hansen. L.L. et al., Effect of organic pig production systems on performance and
meat quality. Meat Science. v.74. p.605-615. 2006. Disponible en:
http://dx.doi.org/10.1016/j.meatsci.2006.02.014. Revisado en 20 jun. 2013.
63. Heldmer, E., Lundeheim, N., Robertson, J.-Å., 2006. Gross lesions at slaughter in
ecological pigs. Svensk Veterinärtidning 13, 13–19 (in Swedish).
64. Honeyman. M.S. McGlone. J.J. Kliebenstein. J.B. Larson. B.E. 2001. Outdoor Pig
Production. PIH-145. Pork Industry Handbook. Purdue University. W. Lafayette.
IN. 9 pp
65. Honeyman. M.S. y Roush. W. 1997. Outdoor pig production: A pasture farrowing
herd in Western Iowa. ASL-R1498. Swine Research Report. Iowa State University
http://www.extension.iastate.edu/Pages/ansci/swinereports/Mgmtecon97.htm.
66. Horta, Carmo. Produção de suínos ao ar livre: avaliação de efeitos ambientais.
Agroforum, Nº 18 Año 15. 2007
67. Horta, Carmo; Batista, Marta; Roque, Natália e Almeida, José. Efeitos
ambientais da produção de suínos ao ar livre: evolução e distribuição espacial
das formas de P no solo e perdas de P na água de drenagem. Rev. de Ciências
Agrárias[online]. 2012, vol.35, n.1 [citado 2013-10-04], pp. 36-48. Disponible en:
<http://www.scielo.gpeari.mctes.pt/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0871-
018X2012000100004&lng=pt&nrm=iso>. ISSN 0871-018X.
68. IGAC, 2004. Estudio general de suelos y zonificación de tierras del Departamento
de Meta. Bogotá́ .
69. Jamioy Orozco, D. D. 2011. Propuesta de indicadores de calidad edafológicos
para valorar la influencia de los sistemas productivos sobre algunas propiedades
físicas y químicas en suelos oxisoles del piedemonte llanero colombiano. Tesis
de maestria, Universidad Nacional de Colombia Sede Palmira. Disponible en:
www.bdigital.unal.edu.co/7169/#sthash.KB2KBuUB.dpuf. Revisado en diciembre
de 2013.
70. Jensen. P. 1986. Observations on the maternal behaviour of freeranging
domestic pigs. Appl. Anim. Behav.Sci. 16:131-142.
92
71. Jensen. P. and D. G. M. Wood-Gush. 1984. Social interactions in a group of free-
ranging sows. Appl. Anim. Behav. Sci. 12:327-337.
72. Jensen. P. 1989. Nest site choice and nest building of free-ranging domestic pigs
due to farrow. Applied Animal Behaviour Science 22(1). 13-21.
73. Jensen. P. 1993. Nest building in domestic sows: the role of external stimuli.
Animal Behaviour 45(2). 351-358.
74. Jensen. P. Vestergaard. K. & Algers. B. 1993. Nestbuilding in free-ranging
domestic sows. Applied Animal Behaviour Science 38(3-4). 245-255.
75. Johnson. A. K. J. L. Morrow-Tesch and J. J. McGlone. 2001. Behaviour and
performance of lactating sows and piglets reared indoors or outdoors. J. Anim.
Sci. 79:2571-2579.
76. Kanga. J. S. Kanengoni. J. S. Baloyi. J.J. and Masafu. M. M. Estimating intake
and digestibility on growing pigs fed concentrate-forage diets by using n-alkane
and acid-insoluble ash markers. Proceedings of the 45th Congress of the
Grassland Society of Southern Africa (GSSA). Kimberley. South Africa. 19-23 July
2010.
77. Koopmans. G.F.; Chardon. W.J.; McDowell. R.W. 2007. Phosphorus movement
and speciation in a sandy soil profile after long-term animal manure applications.
Journal of Environmental Quality. 36 (1): 305-315.
78. Kurz. J.C. and Marchinton. R.L. 1972. Radiotelemetry studies of feral hogs in
South Carolina. J. Wildl. Mgmt. 32:1240-1248.
79. Kuzyakov, Y., Hill, P.W., Jones, D.L., 2007. Root exudate components change
litter decomposition in a simulated rhizosphere depending on temperature. Plant
and Soil 290, 293e305.
80. Lagreca, L; Marotta, E. 2009 Como realizar la etapa reproductiva del cerdo a
campo. V curso de producción de la carne porcina y alimentación humana.
Disponible en:
http://www.uccuyosl.edu.ar/pdf/veterinaria_cuyana/4/06_Lagreca.pdf. Revisado
en junio de 2013.
81. Lambooij. E. et al., Effects of housing conditions of slaughter pigs on some post
mortem muscle metabolites and pork quality characteristics. Meat Science. v.66.
p.855-862. 2004. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1016/j.meatsci.2003.08.007.
Revisado en: diciembre de 2012.
82. Larsen, V.A; Jørgensen, E. Reproductive performance of outdoor sow herds,
Livestock Production Science, Volume 78, Issue 3, 20 December 2002, Pages
233-243.
83. Larsen, V.A.; Kongsted, A.G. 2000. Sows on pasture. En: Ecological Animal
Husbandry in the Nordic Countries. Proceedings from NJF-seminar No. 303.
Horsens, Denmark 16-17 September 1999. (Eds.) Hermansen, Lund y Thuen.
DARCOF, Report No 2. 202 p
93
85. Lundeheim. N. Nyström. P.-E. Andersson. K. 1995. Outdoor versus indoor raising
growing/finishing pigs. Does a genotype×environment interaction exist? EAAP
46th meeting in Prague. Czech Republic. Commission of Pig Production.
86. Ly. L.; Rico. C. 2006. Cría de cerdos al aire libre. El caso cubano. Revista
Computadorizada de Producción Porcina. 13 (1): 13-24
87. Llado. B. Calidad de suelos en una situación de producción de cerdos sobre
pastoreo. 2010. Disponible en:
http://www.fagro.edu.uy/~suinos/biblioteca/sustentabilidad/Llado_2010.pdf.
Revisado en agosto de 2012
88. McCulloch R. 1997. History of Outdoor Pig Production. Department of Animal
Science & Food Technology. Texas Tech University.
http://www.pii.ttu.edu/Outdoor/OUThealth.htm
89. McGlone. J.J. Techniques for evaluation and quantification of pig reproductive.
ingestive. and social behaviors. J. Anim. Sci. 69 (1991) 4146-4154
90. McGlone J.; Stansbury. W.; Tribble. L. 2007. Management of lactating sows
during heat stress: Effects of water drip. snout coolers. floor type. and a high
energy – density diet. J. Anim. Sci. 66: 885 – 891
91. Meat and Livestock Commission. 1998. MLC Pig Yearbook 1998. Meat and
Livestock Commission. United Kingdom. p. 53
92. Mejía. J. A. Establecimiento de pasto estrella en un suelo preparado con cerdas y
abonado con porquinaza en el nordeste antioqueño. En Memorias del 6 foro
ganadero del nordeste antioqueño. 6. Foro Ganadero del Nordeste Antioqueño.
1998
93. Menzi. H.; Stauffer. W.; Zihlmann. U.; Weisskopf. P. 1998. Impact
environnemental de la production porcine plein-air. Proc. RAMIRAN-conference.
Rennes (F). 26-28 mayo 1998.
94. Micklich. D.; Matthes. H.D. Die Weidehaltung von Sauen verschiedener Rassen
auf Flußauenstandorten. Arch. Tierz. 42 (1999). 161-173
95. Monteiro, M.C.H. 2007. Evolução das propriedades químicas de um cambissolo
sujeitas à produção de suínos ao ar livre. In Congresso Ibérico da Ciência do
Solo, 2, Huelva,
96. Mora. A.; Armendáriz. I. R.; Belmar. R.; Ly. J. 2000. Algunos aspectos de la
producción y manejo de cerdos en exterior. Revista computarizada de producción
porcina. 7 (2).
97. Mortensen. B. Ruby. V. Pedersen. B.K. Outdoor pig production in Denmark. Pig
News Information. Farnham Royal. v.15. n.4. p. 117-120. 1994.
98. Mowat. D. Watson. C.A. Mayes. R.W. Kelly. H. Browning. H. & Edwards. S.A.
2003. Herbage intake of growing pigs in an outdoor organic production system.
Proceedings of the British Society of Animal Science. Penicuik. Lothian: British
Society of Animal Science. Pp. 169.
99. Muriel. E; Ruiz, J. Ventanas, J. y Antequera, T. 2002. Free-range rearing
increases (n-3) polyunsaturated fatty acids of neutral and polar lipids in swine
muscles. Food Chem. 78:219-225.
100. Ocampo. A. Efecto del nivel de pulidura de arroz en una dieta basada en el
fruto entero de palma africana para el engorde de cerdos. 1994
94
101. Ocampo. A. PhD Thesis. High lipid diets based on oil palm for growing-
fattening pigs. University of London. Imperial College. Department of Agricultural
Sciencies. June 2002.
102. Oliveiro C.; M. Heinonen . A.; Valros .O.; Hälli O.; Peltoniemi O.A.T. (2008).
Effect of the environment on the physiology of the sow during late pregnancy.
farrowing and early lactation Animal Reproduction Science 105 (2008) 365–377
103. Oliveiro C.; Heinonen. M.; Valros. A.; Peltoniemi.O. (2010). Environmental and
sow- related factors affecting the duration of farrowing. Animal Reproduction
Science 119: 85-91
104. Parsi, J. 2007. Asignaciones de espacio y comparación de dos tipos de
instalaciones para la etapa de posdestete en sistemas de producción porcina al
aire libre. Tesis, Universidad Nacional de Rio Cuarto. Disponible en:
http://www.produccion-animal.com.ar/produccion_porcina/00-
instalaciones_porcinas/65-tesis_parsi.pdf Revisado en Enero de 2014
105. Pedersen. L.J. Damm. B.I. Marchant-Forde. J.N. & Jensen. K.H. (2003).
Effects of feed-back from the nest on maternal responsiveness and postural
changes in primiparous sows during the first 24 h after farrowing onset. Applied
Animal Behaviour Science 83(2). 109-124
106. Peltoniemi OAT, Tast A, Love RJ. 2000. Factors effecting reproduction in the
pig: seasonal effects and restricted feeding of the pregnant gilt and sow. Animal
Reproduction Science, 60 – 61: 173 – 184.
107. Petrocelli. H. y Burgueño. J. 1997. Desempeño reproductivo de tres sistemas
de cría de cerdos en Uruguay. Archivos Latinoamericanos de Producción Animal.
5 (Supl. I): 341-343 pp.
108. Phiri, S.; Amézquita, E.; Rao, I.M. and Singh, B.R. 2001. Disc harrowing
intensity and its impact on soil properties and plant growth of agropastoral
systems in the llanos of Colombia. Elsevier Science B.V; Soil & Tillage Research
62, 131 – 143.
109. Prunier, A. ,Messias de Braganc M; Le Dividich, L. 1997. Influence of high
ambient temperature on performance of reproductive sows. Livest Prod Sci;
52:123–33.
110. Quintern. M. 2005. Integration of organic pig production whitin crop rotation.
En: Organic pig production in free range systems. Edit por Sundrum y Weibmann.
Landbauforschung Völkenrode (FAL Agricultural Research). Sonderheft (Special
Issue) 281. pp. 31-34.
111. Quintern. M.; Sundrum. A. 2006. Ecological risk of outdoor pig fattening in
organic farming and strategies for their reduction. Agriculture. Ecosystems and
Environment. 117. 238-250.
112. Rachuonyo, H. A; Allen, V. G. and McGlone, J. J. Behavior, preference for,
and use of alfalfa, tall fescue, white clover, and buffalograss by pregnant gilts in
an outdoor production system. Journal of Animal Science. 2005, 83:2225-2234.
113. Rachuonyo. H. A. Allen. V. G. and McGlone. J. J. Behavior. preference for.
and use of alfalfa. tall fescue. white clover. and buffalograss by pregnant gilts in
an outdoor production system. J ANIM SCI 2005. 83:2225-2234.
114. Rincón Castillo, A; Ligarreto, G. A; Garay, E. 2010. Producción de forraje en
los pastos Brachiaria decumbens cv. amargo y Brachiaria brizantha cv. toledo,
95
sometidos a tres frecuencias y a dos intensidades de defoliación en condiciones
del piedemonte llanero colombiano.
Rev. Fac. Nal. Agr. Medellín 61(1):4336-
4346.
115. Rivera Ferre. M.G. Edwards. S. Mayes. R.W. Riddoch. I. Hovell. F.D.DeB. The
effect of season and level of concentrate on the voluntary intake and digestibility
of herbage by outdoor sows. Anim. Sci.. 72 (2001). pp. 501–510
116. Rodríguez M. A; Pulido M., Rey, J. C.; Lobo L.D; Araque, H y Rivero, C.
2010. Efecto del pisoteo en sistemas de producción de cerdos a campo sobre
propiedades del suelo. Agronomía Trop. v.60 n.2 Maracay jun.
117. Rudine. A.C. Morrow. J.L. McGlone. J.J. Sutherland M.A. y Hulbert. L. 2007.
Devierse production system and social statu effects on pig inmunity and behavior.
Livestock science 111: 86-95
118. Salomon. E.; Akerhielm. H.; Lindahl. C.; Lindgren. K. 2007. Outdoor pig
fattening at two Swedish organic farms. Spatial and temporal load of nutrients and
potential environmental impact. Agriculture. Ecosystems & Environment. 121 (4)
407-418.
119. Sánchez E., J.A. 2010. Los suelos de Colombia. En: Burbano O., H. y Silva
M., F. (Eds). Ciencias del suelo principios básicos. Sociedad colombiana de la
ciencia del suelo. Bogotá́ . Colombia. pp. 487 – 552.
120. Santos Ricalde. R. H. Lean. I. J. Effect of feed intake during pregnancy on
productive performance and grazing behaviour of primiparous sows kept in an
outdoor system under tropical conditions. Livestock Production Science. Volume
77. Issue 1. October 2002. Pages 13–21.
121. Sarria. P.. Pérez. H. y Silva. J. 2001. Caracterización de las actividades de
comportamiento de cerdos al aire libre.Livestock Research for Rural
Development. 13(4): versión electrónica disponible in:
http://www.cipav.org.co/lrrd/lrrd134./sarrhtml.
122. Sasaki Y., Koketsu Y. 2008. Sows having high lifetime efficiency and High
longevity associated with herd productivity in commercial herds. Livestock
Science 118, 140-146
96
en:
http://people.ufpr.br/~marson/Doctos/Gomes_2011_DissMsc_Sistemas_ar_livre_
suinos_solos.pdf. Revisada en Diciembre de 2013.
128. Sobestiansky. J.. Dalla Costa. O.A.. Peruzzo. B.F.. et al., Sistema de
produção ao ar livre: estudo da prevalencia de infecções urinárias em fêmeas em
produção. In: Congreso Nacional de Producción Porcina. 3; Jornadas de
Actualización Porcina. 8. 1994. Rosario. Argentina. Anais.. Rosario: Universidad
Nacional de Rosario. 1994. 1v. p.S-21.
129. Sørensen. J.T; Edwards. S; Noordhuizen. J; Gunnarsson. S. Animal
production systems in the industrialised world. Rev. Sci.Tech. Off. int. Epiz.. 2006.
25 (2). 493-503
130. Stansbury, W. F., J. McGlone and L. F. Tribble. 1987. Effects of season, floor
type, air temperature and snout coolers on sow and litter performance. J. Anim.
Sci. 65:1507-1513.
131. Stern. S; Andresen. N. Performance. site preferences. foraging and excretory
behaviour in relation to feed allowance of growing pigs on pasture. Livestock
Production Science. Volume 79. Issues 2–3. February 2003. Pages 257-265
132. Stern, S. Heyer, A. Andersson, K. Lundström, K. Rydhmer, L. 2002.
Production results and technological meat quality for pigs in indoor and outdoor
rearing systems (submitted for publication).
133. Stolba, A. y Wood-Gush, D. G. M. 1984. The identification of behavioural key
features and their incorporation into a housing design for pigs. Ann. Rech. Vet.
15:287-298
134. Strudsholm. K.; Hermansen. J.E. Performance and carcass quality of fully or
partly outdoor reared pigs in organic production. Livestock Production Science.
v.96. p.261-268. 2005. Disponible en:
<http://dx.doi.org/10.1016/j.livprodsci.2005.02.008>. Revisado en: 21 jun. 2013.
135. Sulbaran, L; Araque, H; González, C; Mora, F. Comportamiento productivo de
cerdos nacidos y terminados en cuatro modalidades distintas de alojamiento.
Revista científica FCV-LUZ. Vol. XIX, Nº 149-54, 2009
136. Suriyasomboon, Annop; Lundeheim, Nils; Kunavongkrit, Annop; Einarsson,
Stig. 2006. Effect of temperature and humidity on reproductive performance of
crossbred sows in Thailand, Theriogenology, Volume 65, Issue 3, February,
Pages 606-628
137. Tepper. R. 2006. Comportamiento productivo de cerdos estabulados y a
campo alimentados con recursos alternativos. Trabajo de Grado de Magister
Scientiarum. Facultades de Agronomía y Ciencias Veterinarias. Universidad
Central de Venezuela. 57 p.
138. Taboada, Miguel. Cambios en el suelo asociados al tránsito y pisoteo en
hacienda. En http://www.produccion-animal.com.ar/ . Revisado en enero de 2013.
139. Thornton. K. 1990. Producción a la intemperie: retorno al futuro. Industria
Porcina. 10: 6-9.
140. Thodberg. K.. Jensen. K.H. & Herskin. M.S. (2002). Nursing behaviour.
postpartum activity and reactivity in sows: Effects of farrowing environment.
previous experience and temperament. Applied Animal Behaviour Science 77(1).
53-76.
97
141. Torres-Novoa, D. M; Hurtado-Nery, Análisis de parámetros de desempeño
zootécnico en la fase de cría en una porcícola comercial del departamento del
Meta. Orinoquia. Volumen 11 - Nº 2 - Año 2007
142. Tummaruk P, Lundeheim N, Einarsson S, Dalin AM. 2001. Effect of birth litter
size, birth parity number, growth rate, backfat thickness and age at first mating of
gilts on their reproductive performance as sows. Animal Reproduction Science,
66: 225 – 237.
143. Vadell, A; Gómez, J. 2003. Resultados de ocho años en un sistema de cría a
campo de mínimos costos. III Encuentro Latinoamericano de epsecialistas en
sistemas de producción a campo. Argentina. Disponible en:
http://www.sian.info.ve/porcinos/publicaciones/encuentros/IIIencuentro/index.htm.
Revisado en junio de 2013.
144. van der Mheen, H.W; Spoolder H.A.M. Designated rooting áreas to
reducepasture damage by pregnant sows. Applied Animal Behaviour Science 95
(2005) 133–142
145. Vasquez, E y Torres, S. 2006. Fisiología vegetal en : Nutrition mineral.
Tercera edición.
146. Ciudad de la Habana, Cuba Editorial Félix Valera . Tomo I: 164-167.
147. Verhovsek. D.; Troxler. J.; Baumgartner. J. (2007) Peripartal behaviour and
teat lesions of sows in farrowing crates and in a loosehousing system. Animal
Welfare16: 273-276
148. Vieites. C.M. Dupont. J. Basso. L.R. y Basso. C.P. 1994. The pastoral system
of intensive breeding in Argentina. Pig News and Information. 15:95N-97N.
149. Wallenbeck, Anna (2009) studies of sow behaviour, piglet-production and GxE
interactions for performance. Disponible en:
http://pub.epsilon.slu.se/1989/1/2009_37_Anna_Wallenbeck.pdf, revisado en
junio de 2012
150. Watson. C.A.; Atkins. T.; Bento. S.; Edwards. A.C.; Edwards. S.A. 2003.
Appropriateness of nutrient budgets for environmental risk assessment; a case
study of outdoor pig production. European Journal of Agronomy. 20: 117-126
151. Warriss, M P. D. Kestin, S. C; and Robinson, J. M. 1983. A note on the
influence of rearing environment on meat quality in pigs. Meat Sci. 9:271-279.
152. Wheaton, H. N; and Rea, J. C. 1993. Forages for swine. Univ. Of Missouri
Extension - G2360. Disponible en:
http://muextension.missouri.edu/xplor/agguides/ansci/g02360.htm. Revisado en
Nov de 2012
153. Weber, R; Keil, N.M; Fehr, M; Horat, R; (2007). Piglet mortality on farms using
farrowing systems with or without crates. Animal. Welfare: 277–279
154. Webster. S. 1997. Behavioural effects of outdoor and indoor rearing of pig:
Observations on commercial units. Cambac JMA Research. UK.
155. Williams, J.R. Chambers, B.J. Hartley, A.R. Ellis, S. & Guise, H.J. 2000.
Nitrogen losses from outdoor pig farming systems. Soil Use and Management. 16.
237–243.
156. Williams, J.R. Chambers, B.J. Hartley, A.R. & Chalmers, A.G. 2005. Nitrate
leaching and residual soil nitrogen supply following outdoor pig farming. Soil Use
and Management. 21. 245– 252
98
157. Whittemore, C. & Kyriazakis, I. (2006) Whittemore's science and practice of
pig production. 3rd. ed. Oxford. 704 pp.
158. Wulbers-Mindermann, M. B. Algers, C. Berg, N. Lundeheim and J. Wood-
Gush, D.G.M. Jensen, P. Algers, B. 1990. Behaviour of pigs in a novel semi-
natural environment Biol. Behav., 15, pp. 62–73
159. Sigvardsson. 2002. Primiparous and multiparous maternal ability in sows in
relation to indoor and outdoor farrowing systems. Livest. Prod. Sci. 73:285-297.
160. Zapata. S.B. Bienestar y producción animal: la experiencia europea y la
situación chilena. 2002. [Consulta: 18 Enero 2011]. Disponible en: URL:
http://www.produccionanimal.com.ar/etologia_y_bienestar/bienestar_en_general/
02-produccion.pdf
161. Zihlmann. U. Weisskopf. P. Menzi. H. & Ingold. U. 1997. Bodenbelastung
durch freilandschweine. Agrarforschung. 4. 459–462.
99