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Unidad 2. Situación didáctica 1.

La Discriminación: una barrera para la Inclusión

Discriminación: Una barrera para la Inclusión


Adaptado de CONAPRED (2008). Curso taller: Prohibido discriminar. México Consejo Nacional para Prevenir
la Discriminación. 2a edición

Introducción

Ser diferente no significa ser inferior y, sin embargo, con inquietante frecuencia personas de
diferentes épocas, latitudes y culturas han creído lo contrario y actuado en consecuencia, abriendo
el camino a la discriminación, el hostigamiento, la persecución e incluso el exterminio.

El de la discriminación, pues, no es un asunto banal. Se trata, por el contrario, de un desafío


mayúsculo que exige una toma de posición en favor del principio de la igualdad de todas las
personas, de la noción de los derechos humanos y de los valores de la democracia, entre ellos la
libertad y la tolerancia en primerísimo lugar.

La lucha contra la discriminación también exige el despliegue de acciones en muy diversos


terrenos, en particular en el educativo. “La misión fundamental del Consejo Nacional para Prevenir
la Discriminación consiste en impulsar una reforma vigorosa a la cultura de la sociedad, de tal
manera que la lucha contra la discriminación no sólo se exprese en las instituciones y normas
formales, sino que también sea capaz de transformar los referentes, las costumbres, las
tradiciones, los mapas cognoscitivos y las actitudes cotidianas que provocan, en su conjunto, la
permanencia de las asimetrías, productos de actos discriminatorios, entre las personas”.

En efecto, combatir la discriminación implica, paralelamente a la transformación de las


condiciones estructurales de desigualdad e inequidad, un compromiso con la modificación de
pautas culturales y sociales en las que se asientan los prejuicios, la intolerancia y la propensión
estigmatizadora. Porque a menudo, como ya se dijo, la diferencia, lejos de verse como una
condición inherente a la complejidad del género humano y como una posibilidad de encuentro y
enriquecimiento, se visualiza como una amenaza y es objeto de menosprecio, exclusión y rechazo.

Discriminación e igualdad

La discriminación es una práctica cotidiana que consiste en dar un trato desfavorable o de


desprecio inmerecido a determinada persona o grupo, que a veces no percibimos, pero que en
algún momento la hemos causado o recibido.

Hay grupos humanos que son víctimas de la discriminación todos los días por alguna de sus
características físicas o su forma de vida. El origen étnico o nacional, el sexo, la edad, la
discapacidad, la condición social o económica, la condición de salud, el embarazo, la lengua, la
religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil y otras diferencias pueden ser
motivo de distinción, exclusión o restricción de derechos.

Los efectos de la discriminación en la vida de las personas son negativos y tienen que ver con la
pérdida de derechos y la desigualdad para acceder a ellos; lo cual puede orillar al aislamiento, a
vivir violencia e incluso, en casos extremos, a perder la vida.

Para efectos de la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, se entenderá por esta
cualquier situación que niegue o impida el acceso en igualdad a cualquier derecho, pero no
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siempre un trato diferenciado será considerado discriminación. Por ello, debe quedar claro que
para efectos jurídicos, la discriminación ocurre solamente cuando hay una conducta que
demuestre distinción, exclusión o restricción, a causa de alguna característica propia de la persona
que tenga como consecuencia anular o impedir el ejercicio de un derecho.
Algunos ejemplos claros de conductas discriminatorias son:

1.- Impedir el acceso a la educación pública o privada por tener una discapacidad, otra
nacionalidad o credo religioso.

2.- Prohibir la libre elección de empleo o restringir las oportunidades de acceso, permanencia y
ascenso en el mismo, por ejemplo a consecuencia de la corta o avanzada edad.

3.- Establecer diferencias en los salarios, las prestaciones y las condiciones laborales para trabajos
iguales, como puede ocurrir con las mujeres.

4.- Negar o limitar información sobre derechos reproductivos o impedir la libre determinación del
número y espaciamiento de los hijos e hijas.

5.- Negar o condicionar los servicios de atención médica o impedir la participación en las
decisiones sobre su tratamiento médico o terapéutico dentro de sus posibilidades y medios.

6.- Impedir la participación, en condiciones equitativas, en asociaciones civiles, políticas o de


cualquier otra índole a causa de una discapacidad.

7.- Negar o condicionar el acceso a cargos públicos por el sexo o por el origen étnico.

Es importante mencionar que las personas con discapacidad, adultas mayores, niñas, niños,
jóvenes, personas indígenas, con VIH, no heterosexuales, con identidad de género distinta a su
sexo de nacimiento, personas migrantes, refugiadas, entre otras, son más propensas a vivir algún
acto de discriminación, ya que existen creencias falsas en relación a temerle o rechazar las
diferencias. No obstante, debemos estar conscientes de que las personas en lo único que somos
iguales, es en que somos diferentes.

¿Dónde estamos? La situación de la discriminación en México


Grupos vulnerables
Mujeres

La Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la


Mujer establece que discriminación por sexo es “toda distinción, exclusión o restricción basada en
el sexo que tenga por objeto o resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio
por la mujer, de los derechos humanos y las libertades fundamentales en las esferas política,
económica, social, cultural y civil o en cualquier otra esfera”.

En lo que se refiere a percepciones y opiniones de los miembros de un grupo específico (mujeres,


adultos mayores o personas con discapacidad, entre otros) y de la percepción general de la
sociedad sobre los mismos, la Primera Encuesta Nacional sobre Discriminación en México 2005
revela que:
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Casi 90% de las mujeres encuestadas opina que sí existe discriminación por su condición.
Una de cada cinco mujeres considera que son las propias mujeres las responsables del fenómeno,
y casi una tercera parte lo atribuye al machismo.
Una de cada tres personas está de acuerdo con que las mujeres ganen menos dinero que los
hombres.

Uno de cada cinco encuestados opina que las mujeres tienen menos capacidades que los hombres
para ejercer cargos importantes.

Uno de cada cuatro mexicanos opina que las mujeres son violadas porque provocan a los
hombres.

El trabajo y la familia son los dos espacios donde más se percibe la discriminación hacia las
mujeres.

Estos datos indican que la marginación, el rechazo, la inequidad, la violencia y la falta de


oportunidades son expresiones inequívocas de la discriminación contra las mujeres mexicanas.

Estas representaciones se basan en los prejuicios que tienen como efecto la discriminación y la
exclusión de las mujeres, y es en este contexto donde la censura y condena al pleno goce de la
sexualidad femenina es un atentado contra sus derechos fundamentales.

La desigualdad que padecen las mujeres en el mundo, en relación con el disfrute, respeto y
garantía de sus derechos políticos, económicos, sociales y culturales está profundamente
arraigada en la tradición, la historia y la cultura.

Personas con discapacidad

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que en el mundo aproximadamente el 10% de


la población tiene algún tipo de discapacidad. En América Latina, esta población se estima en 75
millones, de los cuales el 80% vive en condiciones de pobreza extrema. Para el caso de México, y
aplicando la proporción de personas con discapacidad considerada por la oms, existirían 10
millones de personas que se encuentran expuestas a discriminación por motivos de discapacidad.
Por su parte, la Primera Encuesta Nacional sobre Discriminación en México 2005 revela que:

El mexicano promedio sí discrimina a las personas con discapacidades.

El 41% de los encuestados opina que las personas con discapacidad no trabajan tan bien como las
demás.

Una de cada tres personas encuestadas está de acuerdo con que en las escuelas a las que asisten
niños con discapacidad disminuye la calidad de la enseñanza.

El 42% de los encuestados está de acuerdo con que, dadas las actuales dificultades de empleo,
sería preferible dar trabajo a una persona sin discapacidad que a una con discapacidad.

La encuesta revela, además, algunos datos sobre la autopercepción de las personas con
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discapacidad en materia de discriminación:

Nueve de cada 10 personas con discapacidad opinan que sí existe discriminación en su contra.
Más de la mitad de las personas con discapacidad afirma que no han sido respetados sus
derechos.

Tres de cada cuatro personas con discapacidad creen tener menos oportunidades para ir a la
escuela.

El 64% de las familias que cuentan con algún miembro con discapacidad subsiste con tres salarios
mínimos o menos.

Actualmente, el modelo médico asistencialista tiende a ser remplazado por una perspectiva de
derechos de la persona con discapacidad basada en el respeto de los derechos humanos, la
igualdad de oportunidades y la no discriminación. En este contexto, para que en México se puedan
establecer genuinas acciones a favor de la inclusión social de las personas con discapacidad es
necesario reproducir los estándares de inclusión recogidos en los instrumentos internacionales
que ya contemplan este enfoque.

Para lograr una cultura de la no discriminación hacia las personas con discapacidad se requiere
que las instituciones públicas, privadas y sociales asuman su responsabilidad y que continúen
profundizando los enfoques arriba señalados, para lograr lo siguiente: 1) un cambio en el enfoque
social, de tal manera que las personas con discapacidad y sus organizaciones participen
activamente en la elaboración de planes y programas; 2) la construcción, a través de procesos
educativos diversos, de una cultura de la discapacidad enfocada hacia el respeto de los derechos y
la no discriminación; y 3) el diseño e implantación de políticas públicas armonizadas con los
instrumentos internacionales que contemplen la tutela de los derechos civiles y políticos,
económicos, sociales y culturales de las personas con discapacidad.

Grupos lingüísticos

En el caso de México, los grupos que sufren discriminación lingüística se corresponden


socialmente con los pueblos y comunidades indígenas que padecen discriminación étnica o racial.
En este sentido, a la discriminación lingüística debe suponérsele una discriminación étnico-racial
que la agrava y escala. Las personas privadas del derecho a usar su lengua, como consecuencia,
pueden estar impedidas de ejercer otros derechos fundamentales, entre los que se incluyen una
representación política justa, procesos judiciales imparciales, acceso pleno a la educación, acceso
a la salud, acceso a la libertad de expresión, y el mantenimiento de su legado cultural.

La discriminación lingüística, como las otras formas de discriminación, se constituye a través de


una historia de estereotipos y representaciones negativas de las personas que hablan una lengua
distinta al español. Con el predominio de la cultura escrita sobre la oral, a partir de la colonización
española, se afianzó la percepción de que las personas cuya lengua no es el español tienen
capacidades intelectuales inferiores a las de quienes sí manejan la lengua oficial.

Ignorar los derechos de las comunidades originarias a usar sus propias lenguas ha conducido a la
discriminación y a la exclusión social de los pueblos y comunidades indígenas. De acuerdo con
datos de la Primera Encuesta sobre Discriminación en México de 2005:
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Nueve de cada 10 indígenas afirman que sí hay discriminación en su contra.

Nueve de cada 10 indígenas afirman que no obtienen trabajo a causa de su origen étnico.

Tres de cada cuatro indígenas consideran que tienen menos posibilidades para asistir a la escuela
que los demás mexicanos.

Dos de cada tres indígenas afirman que tienen pocas o nulas posibilidades para mejorar su calidad
de vida.

Nueve de cada 10 indígenas piensan que en México hay discriminación por el solo hecho de
pertenecer a una etnia.

La Encuesta también expone la manera como es tratada la población indígena:

El 43% de la población opina que las y los indígenas tendrán siempre una limitación a causa de sus
“características raciales”.

El 40% de las y los mexicanos está dispuesto a organizarse con otras personas para solicitar que no
se permita a un grupo de indígenas establecerse cerca de su comunidad.

Una de cada tres personas considera que lo único que tienen que hacer los indígenas para salir de
la pobreza es no “comportarse como tales”.

Para actualizar estos datos se puede consultar la Encuesta Nacional sobre discriminación 2010

Adaptado de CONAPRED (2008). Curso taller: Prohibido discriminar. México Consejo Nacional para Prevenir
la Discriminación. 2a edición.

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