Está en la página 1de 4

REFRANES

1. No hay mal que por bien no venga.


Comenzamos con uno de los refranes cortos que nos invitan a ver el lado positivo de las cosas,
especialmente cuando nos suceden cosas que consideramos negativas. Según este refrán, siempre
podemos sacar algo bueno de una mala situación.
2. Quien duerme mucho, poco aprende.
Refrán popular que seguramente tu madre utilizó al verte dormir hasta altas horas de la tarde, pues
dejamos de aprender nuevas cosas en el tiempo extra que gastamos durmiendo.
3. De tal palo tal astilla.
Uno de los refranes cortos que no puede faltar es este que nos enseña que cada una tiene cosas de
donde viene, es decir, de nuestros padres. Los comportamientos, los gustos, las afinidades, los
talentos o los vicios también se pueden heredar.
4. En casa de herrero, azadón de palo.
Y este es el refrán indicado para aquellas personas que se dedican a hacer ciertas actividades o
empleos que luego no se aplican en su casa. Un chef que no cocina en casa, una costurera que no
arregla sus propios vestidos o un médico que no visita médicos son algunos ejemplos.
5. Al que no quiere caldo se le dan dos tazas.
Una lección para aquellas personas que evitan a toda costa hacer algo, no porque sea algo malo
para ellas, sino por comodidad o viveza. Al final y por evitarlo, pueden terminar haciendo aún más de
lo que debían.
6. No hay peor ciego que el que no quiere ver.
Muchas veces tenemos la verdad delante de los ojos y aún así no la vemos porque preferimos
evitarla. De esto trata este refrán corto.
7. A todo marrano le llega su noche buena.
Aunque a veces parezca que no, para todos hay oportunidades en esta vida. Este refrán corto
también se puede expresar como “A cada cerdo le llega su San Martín”, significando que al final
todos acaban recibiendo el castigo que merecen.
8. El que no corre, vuela.
Este es uno de los refranes cortos que utilizamos para motivar, para no perder el entusiasmo y no
dejar que las oportunidades se nos escapen, sino que vayamos mucho más rápido tras de ellas. Si
no llegamos primero, llegará otro.
9. No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista.
Otro de los refranes cortos que nos invitan a no desistir por duras que sean las situaciones, pues
tarde o temprano los momentos malos terminan.
10. Hierba mala nunca muere.
Con este refrán sentenciamos a las personas de mal proceder, con las que damos en momentos
determinados y que parecen no desaparecer. Pero también es un refrán corto que se utiliza con
humor entre conocidos.

FABUIILAS

La liebre y la tortuga
Una vez, una liebre se burlaba de las patas tan cortas y de la lentitud al caminar de una tortuga, sin
embargo, esta no se quedó callada y se defendió lanzando una risa y diciéndole a la liebre: – Puede
que seas muy veloz amiga liebre, pero, estoy más que segura de que podré ganarte una carrera.
La liebre, sorprendida por lo que le dijo la tortuga, aceptó el reto sin pensarlo dos veces, ya que ella
estaba muy segura de que ganaría a la tortuga a ojos cerrados. Entonces, ambos propusieron a la
zorra, que fuese ella quien señalase el camino y la meta.
Días después, llegó el esperado momento de la carrera, y al sonar la cuenta de tres, se inició la
carrera de estos dos contendientes. La tortuga no dejaba de caminar y caminar, pero a su lento
paso, avanzaba tranquilamente hacia la meta.
En cambio la liebre, corrió tan rápido que dejó muy atrás a la tortuga. Al darse la vuelta y ya no verla,
la liebre vió seguro su éxito sobre la carrera y deicidió echarse una siesta.
Poco después, la liebre despertó y vió si por atrás seguía sin llegar la tortuga, pero al mirar hacia la
meta, vió a la tortuga muy cerca de la final, y en un intento desesperado por correr lo más veloz que
pudo, la tortuga llegó y ganó.
Moraleja: la enseñanza es que las metas se consiguen poco a poco, con trabajo y esfuerzo. Aunque
a veces parezcamos lentos, el éxito llegará siempre.
También nos muestra que no tenemos que burlarnos de las personas por sus defectos físicos, ya
que pueden ser mejores en otros aspectos.
Esta fábula tiene un gran valor educativo, ya que hacer las cosas bien hechas es importante en la
educación y para ello es necesario ser pacientes.

El león y el ratón

Érase una vez un león que estaba descansando en la selva, después de un día de caza. Era un día
caluroso y solo le apetecía dormir.
Cuando se encontraba más cómodo, llegó un ratón haciendo mucho ruido. El león era tan grande
que ni si quiera se percató, pero el ratón empezó a subir por su nariz.
El león se despertó con muy mal humor, empezó a gruñir, y agarró al ratón, preparándose para
comerlo.
“¡Perdóname!” suplicó el pobre ratón. “Por favor déjame ir y algún día seguramente te lo pagaré”.
Al león le resultó divertido pensar que un ratón podría alguna vez ayudarlo. Pero fue generoso y
finalmente lo liberó.
Algunos días más tarde, mientras acechaba a una presa en el bosque, el león quedó atrapado en la
red de un cazador.
Era incapaz de liberarse y rugió fuerte para pedir ayuda. El ratón reconoció la voz y acudió
rápidamente para ayudarlo. Mordió una de las cuerdas que ataban al león y este se liberó.
Entonces el ratón dijo:
“Incluso un ratón puede ayudar a un león”.
Moraleja: no menosprecies lo que pueden hacer los demás. Aunque parezca lo contrario todos te
pueden ayudar.

La cigarra y la hormiga

Una cigarra cantaba y disfrutaba durante el verano. Día tras día se despertaba tarde y sólo se
dedicaba a cantar, hasta que un día algo le llamó la atención.
Un grupo de hormigas pasaban por debajo de su rama cargando pesadas porciones de comida
sobre su espalda, entonces la cigarra bajó de su rama y le preguntó a una.
-Amiga hormiga ¿por qué trabajas tanto?-
-El invierno se acerca, debemos guardas provisiones para poder pasar la helada- respondió la
hormiga.
A lo que la cigarra luego dijo:
-¡Bah! Trabajar tanto es para bobos, haz como yo, canta y disfruta del verano.
La pequeña hormiga sin decir más nada siguió su camino. En los siguientes días, la cigarra seguía
cantando y muchas veces componía canciones que se burlaban de su amiguita la hormiga.
Pero un día, la cigarra despertó y ya no era verano, el invierno había llegado.
La helada era la peor de todas en muchos años, trató de abrigarse con hojas de su rama, pero no
pudo. Hambrienta buscó comida, pero no encontró nada.
Entonces recordó que su amiguita hormiga había estado guardando provisiones durante el verano y
se dirigió a su hormiguero, tocó la puerta y la hormiguita salió. Entonces dijo:
-¡Hormiga, ayúdame; tengo hambre y tengo frío, dame refugio y comida!
-¿Pero qué estuviste haciendo todo el verano cigarra?- preguntó la hormiga.
-Cantar y bailar- contestó la cigarra.
-¡Pues si eso hiciste en el verano, ahora baila en el invierno!- Dijo la hormiga y cerró la puerta.
Mientras, la cigarra arrepentida se alejaba reflexionando sobre la lección que había aprendido.
Moraleja: la vida consiste en trabajar y descansar. No puedes descansar demasiado porque más
tarde puedes encontrar consecuencias negativas.
Pedro y el lobo

Había una vez un niño llamado Pedro que era pastor y se llevaba todo el día caminando con sus
ovejas.
Un día estaba tan aburrido que comenzó a preguntarse cómo divertirse. Entonces se le ocurrió
gastar una broma, diciendo que un lobo estaba cerca. Dijo:
-¡Que viene el lobo, que viene el lobo! ¡Ayuda!
Los vecinos del pueblo acudieron rápidamente con palos para ahuyentar al lobo, pero cuando
llegaron al árbol donde se sentaba Pedro, lo encontraron riendo a carcajadas. Pedro decía:
¡Ja ja ja! ¡Os lo habéis creído!
Los vecinos se fueron a sus casas pensando que era una broma y que no pasaba nada.
Otro día, de nuevo Pedro se encontraba aburrido y volvió con la misma broma:
-¡Que viene el lobo, que viene el lobo! ¡Socoro! ¡Socoro!
Los vecinos volvieron a acudir rápido, con sus palos y preparados para hacer frente al lobo. Pero se
volvieron a encontrar a Pedro riendo, que reía y decía:
¡Os lo habéis vuelto a creer! ¡Qué incrédulos! ¡Ja ja ja!
Esta vez los vecinos pensaron que la broma no era tan graciosa y se fueron malhumorados a sus
casas.
Otro día, Pedro estaba caminando con sus ovejas cuando escuchó un ruido entre los matorrales. No
le dio importancia, pero rápidamente un lobo salió empezó a perseguir a sus ovejas. Pedro empezó a
pedir ayuda:
-¡Que viene el lobo, que viene el lobo! ¡Socorro!
Los vecinos lo escucharon pero no prestaron atención, ya que pensaban que era otra broma de
Pedro.
El lobo pudo atrapar a algunas de sus ovejas y se las llevó para comerlas con su manada.
Moraleja: no mientas, ya que puede que los demás no te crean cuando digas la verdad.
El cuervo y el zorro

Había una vez un cuervo que descansaba en un árbol, tras haber logrado robar un queso de la
ventana de una casa.
Cerca caminaba un zorro que olió el fuerte aroma, vio al cuervo y le dijo:
-¡Hola! Qué buen día hace, además tu plumaje es muy bonito. Le queda muy bien.
El cuervo se sintió muy bien con lo que le dijo el zorro. Le entraron ganas de cantar para celebrarlo,
abrió el pico, pero entonces dejó caer el queso.
El zorro, sonriendo, corrió hacia el queso y lo atrapó con la boca antes de caer al suelo.
Moraleja: presta atención cuando alguien te dice cosas bonitas. Puede que sea por interés.
CANCION
Canciones de animales para bailar con los niños
A mi mono, le gusta la lechuga
planchadita sin una sola arruga
se la come, con sal y con limón
muy contento, sentado en mi balcón

POEMAS
1. Aquí (Octavio Paz)
Mis pasos en esta calle
Resuenan
En otra calle
Donde
Oigo mis pasos
Pasar en esta calle
Donde
Sólo es real la niebla.
2. A un general (Julio Cortázar)
Región de manos sucias de pinceles sin pelo
de niños boca abajo de cepillos de dientes
Zona donde la rata se ennoblece
y hay banderas innúmeras y cantan himnos
y alguien te prende, hijo de puta,
una medalla sobre el pecho
Y te pudres lo mismo.
3. Cada vez que pienso en ti (Anónimo)
Cada vez que pienso en ti,
mis ojos rompen en llanto;
y muy triste me pregunto,
¿por qué te quiero tanto?
4. Síndrome (Mario Benedetti)
Todavía tengo casi todos mis dientes
casi todos mis cabellos y poquísimas canas
puedo hacer y deshacer el amor
trepar una escalera de dos en dos
y correr cuarenta metros detrás del ómnibus
o sea que no debería sentirme viejo
pero el grave problema es que antes
no me fijaba en estos detalles.
5. En las noches claras (Gloria Fuentes)
En las noches claras,
resuelvo el problema de la soledad del ser.
Invito a la luna y con mi sombra somos tres.

También podría gustarte