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La aclaración es una figura jurídica que permite a las partes dentro de un proceso judicial,
a un tercero reconocido en el mismo o a los ejecutores de una orden judicial
solicitar se aclare un concepto “que se preste a interpretaciones diversas o que
generen incertidumbres”
Se trata de una figura jurídica que permite añadir por medio de sentencia
complementaria, la resolución de uno de los extremos de la litis o cualquier otro punto
que de conformidad con la Ley debía ser objeto de pronunciamiento. Por ejemplo, que
en un proceso de restitución con oposición la sentencia no haya decidido sobre la
buena fe exenta de culpa, o, que no haya dicho nada sobre un llamamiento en garantía,
asuntos que en sí mismos, no son de tratamiento postfallo, sino que inherentemente
corresponden a la litis que el Juez especializado debe resolver en la sentencia.
Como se ve, una adición versa sobre lo que debía ser objeto de la parte “i” de la sentencia
de restitución pero fue omitido en ella, esto es, su contenido esencial, la que
inexorablemente debe estar llamada a producir los efectos de cosa juzgada. Luego,
esta figura no puede ser óbice para quebrantar el principio de inmutabilidad de las
sentencias, por lo que bajo ningún motivo puede ser utilizada para pretender modificar
el contenido esencial de un fallo judicial
En principio, la figura de modificación de sentencia está prohibida. Así, el art. 285 CGP
afirma que: “La sentencia no es revocable ni reformable por el juez que la pronunció”.
No obstante, el ejercicio mismo de la ejecución de la sentencia de restitución de tierras,
ha demostrado que al dar una orden para garantizar el contenido esencial del
derecho, pueden presentarse obstáculos para su correcto cumplimiento, circunstancias
que exigen re-plantear o modular lo dispuesto instrumentalmente (parte ii) para
concretar la garantía del derecho fundamental a la restitución, el que corresponde
a los opositores que acreditaron buena fe exenta de culpa, o lo decidido a favor
de segundos ocupantes.
Para hacer frente a los diferentes obstáculos que puedan presentarse, el legislador
otorgó las ya mencionadas amplias facultades al juez de restitución de tierras, una
facultad que razonablemente puede delimitarse de la siguiente manera:
c. No se debe confundir con los asuntos pos fallo propiamente dichos, esto es, todos
aquellos que surgen con posterioridad a la emisión de la sentencia, y que exigen
decisiones que: (i) coadyuven a impulsar su cumplimiento; (ii) resuelvan asuntos
relacionados con el goce efectivo de los derechos de las víctimas restituidas; (iii)
garanticen los pagos de compensaciones en dinero o en especie; (iv) verifiquen la
concreción de la restitución trasformadora; (v) se defina la calidad de una segunda
ocupación de un opositor vencido en juicio, etc.
En definitiva, en esta última delimitación de la facultad pos fallo, hay que caer en cuenta
que el Juez o Magistrado de restitución de tierras lo que hace es resolver situaciones que
surgen con posterioridad a la emisión de la sentencia, pero que no tenían que ver
inherentemente con la litis que debía zanjar. Luego, dichas situaciones exigen adoptar
nuevas decisiones u órdenes que no constituyen alguna adición a la sentencia original,
pues emanan del seguimiento mismo de la sentencia.
Veamos: