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Por qué se perdió la guerra.

“La pérdida de Cataluña ha reducido en más del 50 por 100 la producción de


nuestra industria de guerra, y además la escasez de materias primas, sin
esperanza de recuperación, nos ha creado una situación inquietante. En esas
condiciones no podemos producir un mínimo indispensable para continuar la
lucha. La artillería es muy escasa y de mediana calidad. La cantidad de
armas automáticas 5 es tan reducida, que la potencia de fuego de un
batallón del enemigo equivale a la de tres batallones nuestros. Los morteros
brillan por su ausencia. Nuestras posibilidades de tanques, antitanques y
artillería antiaérea son sumamente reducidas...
Nuestras tropas, tanto en la Sierra como en los páramos de Cuenca y
Guadalajara, están sufriendo los rigores de este crudo invierno en
alpargatas, porque no ha sido posible proporcionarles zapatos, 10 y sin
prendas de abrigo, porque a consecuencia de las heladas sus capotes se han
convertido en témpanos de hielo”. (S. Casado, Así cayó Madrid. Madrid,
1968, pp. 113-114).

“Si los comunistas españoles cometimos abusos y demasías y nos impusimos


o estuvimos a punto de imponemos completamente, fue porque los demás,
con muy pocas excepciones, no estuvieron a la altura de las circunstancias.”
(Valentín González «El Campesino», Solidaridad Obrera. París, 11 de marzo
de 1951)

“En el terreno militar, Franco ha triunfado:


1º. Porque lo exigía la ciencia militar, el arte de la guerra. Muchas veces,
comentándolo con los compañeros que tenían motivo para entender de estas
cosas, yo decía: si triunfamos nosotros, tal y como ahora somos, el arte de
la guerra, según lo concebimos, y como nos lo enseñaron, vendrá al suelo,
porque habremos demostrado cómo una masa que se llama ejército, sin
haber logrado una organización; sin cohesión, porque aún no responde a los
resortes de la obediencia y de la colaboración; sin unidad moral; sin
grandeza de aspiraciones en algunos dirigentes, que anteponen sus intereses
personales o partidistas a los de la masa popular; sin medios materiales
adecuados para hacer la guerra; porque los que tenemos son escasos, malos
o tardíos y siempre inferiores a los del adversario; sin instrucción, sin
técnicos, etc.; una masa así, decimos, habrá vencido a tropas donde se
revelan características totalmente opuestas... 2º. Porque hemos carecido
de los medios materiales indispensables para el sostenimiento de la lucha...
3º. Porque nuestra dirección técnica de la guerra era defectuosa en todo el
escalonamiento del mando...
En el terreno político, Franco ha triunfado:
1º. Porque la República no se había fijado un fin político, propio de un pueblo
dueño de sus destinos. A nuestros políticos, durante los dos años y medio de
guerra, les han preocupado más las menudencias personales y partidistas
que los grandes problemas nacionales... 2º. Porque nuestro Gobierno ha sido
impotente, por las influencias sobre él ejercidas, para desarrollar una
acción verdaderamente rectora de las actividades del país... 3º. Porque
nuestros errores diplomáticos le han dado el triunfo al adversario mucho
antes de que pudiera producirse la derrota militar...
En el orden social y humano, Franco ha triunfado: 1º. Porque ha logrado la
superioridad moral en el exterior y en el interior... 2º. Porque ha sabido
asegurar una cooperación internacional permanente y pródiga...
Podemos sintetizar todo lo hasta aquí expuesto diciendo que Franco ha
vencido por su superioridad; una superioridad lograda, tanto o más que por
su acción directa, por nuestros errores.” (Vicente Rojo, Alerta los pueblos.
Buenos Aires, 1939)

“Estamos derrotados por nuestras culpas (claro que hacer mías estas culpas
es pura retórica), Estamos derrotados nacionalmente por habernos dejado
arrastrar a la línea bolchevique, que es la aberración política más grande que
han conocido, quizá, los siglos...” (Besteiro. Palabras pronunciadas ante el
Tribunal que le sometió a Consejo sumarísimo)
La organización de los dos Estados

Bando del general Mola

“Artículo 1º. Queda declarado el estado de guerra en todo el territorio de


la provincia de Navarra y como primera providencia militarizadas todas las
fuerzas, sea cualquiera la autoridad de quien dependían anteriormente, con
los deberes y atribuciones que competen a las del Ejército y sujetas
igualmente al Código de Justicia Militar. [...]
Art. 3º. Quedan sometidos a la jurisdicción de Guerra y tramitados por
procedimiento sumarísimo: [...] b) Los delitos de rebelión, sedición, y los
conexos de ambos; los de atentado y resistencia a los agentes de la
Autoridad; los de desacato, injuria y calumnia, amenaza y menosprecio a los
anteriores o a personal militar o militarizado [...] así como los mismos delitos
cometidos contra los que desempeñen funciones de servicio público. c) Los
de tenencia ilícita de armas [...].
Art. 4º. Se considerarán también como autores los incitadores, agentes de
enlace, repartidores de hojas y proclamas clandestinas o subversivas, los
dirigentes de las entidades que patrocinen, fomenten o aconsejen tales
delitos, así como todos los que directa o indirectamente contribuyan a su
comisión y preparación o tomen parte en igual forma en atracos y robos a
mano armada o empleen para cometerlos cualquier otra coacción o violencia.
Art. 5º. Quedan totalmente prohibidos los "lockouts" y huelgas. Se
considerará como sedición el abandono del trabajo y serán principalmente
responsables los dirigentes de las asociaciones o sindicatos a que
pertenezcan los huelguistas, aunque simplemente adopten actitud de brazos
caídos.
Art. 6º. Queda prohibido el uso de banderas, insignias, uniformes,
distintivos y análogos que sean contrarios a este Bando y al espíritu que le
inspira, así como el canto de himnos de análoga significación.
Art. 7º. Se prohíben igualmente las reuniones de cualquier clase que sean,
aun cuando tengan lugar en sitios públicos, como restaurantes o cafés, así
como las manifestaciones públicas […] .
Art. 10º. Quedan sometidas a la censura militar todas las publicaciones
impresas de cualquier clase que sean. Para la difusión de noticias se utilizará
la radiodifusión y los periódicos, los cuales tienen la obligación de reservar
en el lugar que se les indique espacio suficiente para inserción de las
noticias oficiales, únicas que sobre orden público y político podrán
insertarse. También quedan sometidas a la censura todas las comunicaciones
eléctricas urbanas e interurbanas […] (Pamplona, a 19 de julio de 1936.- El
General Emilio Mola).

El punto de vista británico sobre la Guerra

"En los últimos días se ha observado en conversaciones y hasta cierto punto


en la Prensa británica una ansiedad creciente sobre el futuro de España,
especialmente en lo que se refiere a su efecto en la situación internacional
de Europa. [... ]
Además, desde el punto de vista estrictamente conectado con los intereses
británicos, se ve aquí con ansiedad el curso de la guerra civil española y sus
posibles finales. Una victoria gubernamental no es deseada por amplios
segmentos de la población británica, porque representaría un reforzamiento
del comunismo que el británico odia, aunque a menudo, desgraciadamente,
consideren menos fuerte de lo que es. Pero también ven peligro en la posible
victoria de los rebeldes, especialmente en el caso de los intereses
británicos en el Mediterráneo, ya que se teme que un Gobierno formado por
los rebeldes españoles estrecharía lazos con Italia y le proporcionaría bases
para la flota italiana quizás en las islas Baleares o en el puerto de Ceuta, que
está enfrente del puerto de Gibraltar”. [Bielfeld, embajador alemán en
Londres, en correspondencia con su gobierno (en Fernando DIAZ PLAJA,
Op. cit., p. 114)]

“Tánger, 22 de julio de 1936,

El teniente coronel Beigbeder me ha pedido que mandara el despacho


siguiente (muy secreto):

Para el agregado militar general Kühlental:

“General Franco y teniente coronel Beigbeder mandan saludos a su amigo el


general Kühlental, le informan del nuevo Gobierno nacional español, y
solicitan que mande diez aviones de transporte de tropas con la máxima
capacidad de asientos a través de sociedades privadas alemanas. Traslado
por aire con tripulación alemana a cualquier aeropuerto del Marruecos
español. El contrato se firmará después. Muy urgente. Bajo la palabra del
general Franco y España. Por el cónsul Wegener” (En Fernando DíAZ-
PLAJA, op. cit., pp. 109-113).
Primer mensaje del general Franco

“La situación en España es cada día más crítica; la anarquía reina en la


mayoría de los campos y pueblos; autoridades de nombramiento gubernativo
presiden, cuando no fomentan, las revueltas; a tiro de pistola y
ametralladoras se dirimen las diferencias entre los asesinos que alevosa y
traidoramente os asesinan, sin que los poderes públicos impongan la paz y la
justicia. Huelgas revolucionarias de todo orden paralizan la vida de la
población arruinando y destruyendo sus fuentes de riqueza y creando una
situación de hambre que lanzará a la desesperación de los hombres
trabajadores. Los monumentos y tesoros artísticos son objeto de los más
enconados ataques de las hordas revolucionarias, obedeciendo a la consigna
que reciben de las directivas extranjeras, con la complicidad y negligencia
de los gobernadores de monterilla. [...]
La Constitución, por todos suspendida y vulnerada, sufre un eclipse total: ni
igualdad ante la ley; ni libertad, aherrojada por la tiranía; ni fraternidad,
cuando el odio y el crimen han sustituido el mutuo respeto; ni unidad de la
Patria, amenazada por el desgarramiento territorial, más que por
regionalismos, que los Poderes fomentan. [...] Tetuán, 17 de julio de 1936”.

Alocución radiofónica, transcrita en el diario ABC, edición de Andalucía, el


jueves 23 de julio de 1936 (cit. en Fernando DÍAZ-PLAJA, La España
política del siglo XX en fotografías y documentos, vol. III, La Guerra Civil,
1936-1939, Plaza y Janés, Barcelona, 1975, p. 71).

El Jaime I, el mayor buque de la Armada, queda en manos republicanas

“Dotación Jaime I al Ministro de Marina.- Asumido el mando oficial tercero


naval. Destituidos jefes y oficiales francos de servicio. Resistiendo jefes y
oficiales de servicio en el puente. Rendidos violentamente, resultando
muerto un capitán de corbeta y un teniente de navío. Heridos graves un
teniente de navío, un alférez de navío, un cabo de artillería y dos marineros
leales. Rogamos urgentemente instrucciones respecto a cadáveres.
Situación a las 15 horas: Lat. N. 39º 37'. Long. W. 9º 24'».

“Con solemnidad respetuosa, den fondo a los cadáveres, anotando situación".


Radiotelegramas cursados entre el acorazado Jaime I y la estación de
radiotelegrafistas de la Armada en Ciudad Lineal en la noche del 19 de julio
de 1936 (cfr. Fernando FERNÁNDEZ BASTARRECHE, “La sublevación en la
Marina, en La Guerra Civil”, vol. 4, El 18 de julio. La sublevación, paso a paso,
Historia 16, Madrid, 1986, pp. 98-99).
El papel de las distintas fuerzas políticas

“En resumen, desde todos los puntos de vista, la República habría perdido la
guerra antes si hubiera procedido de manera diferente, pero no pudo hacer
mucho más de lo que hizo para superar tan enormes desventajas bajo las
cuales empezó a actuar en el interior y siguió obrando en ámbito
internacional. […]
A los comunistas corresponde gran parte del mérito de dicha recuperación,
aunque su arrogancia y la frecuente brutalidad de sus métodos hace
fácilmente el odio que tantos otros republicanos llegaron a sentir hacia
ellos. Los anarcosindicalistas también son acreedores a más mérito del que
se les suele atribuir: rara vez ha soportado un movimiento político más
limitaciones y rechazos por parte de sus aliados al tiempo que sus miembros
permanecían tan leales a la causa general. Los partidos republicanos de clase
media también conservaron su lealtad hasta el fin, a pesar de la aparición de
unos hechos –el terror, la revolución social, la influencia comunista- que los
horrorizaban. Lo mismo hicieron los socialistas profundamente divididos y
los movimientos regionalistas.
[…] Tan singular como el grado de efectiva unidad que los nacionalistas
forjaron en su movimiento fue la severidad de la represión que llevaron a
cabo después de terminada la guerra civil. Quizá estén relacionadas ambas
cosas. La unidad de los nacionalistas se llenó de un fanatismo que los llevó a
considerar a sus adversarios como la verdadera anti-España, una fuerza
siniestra con la que resultaban imposibles las negociaciones de paz, una
entidad que había que perseguir de manera implacable incluso después de
que la derrota bélica les despojara de todo poder. En la propia guerra civil y
en la naturaleza de la paz posterior, España fue verdaderamente
desafortunada". (Edward MALEFAKIS, La guerra de España, 1936-1939.
Taurus, Madrid, 1996, pp. 661-664).
MANIFIESTOS DEL GENERAL FRANCO

Don Francisco Franco Bahamonde, General de División y Jefe de las Fuerzas


Armadas de África,

HAGO SABER:

Una vez más el Ejército, unido a las fuerzas de la Nación, se ha visto


obligado a recoger el anhelo de la gran mayoría de españoles que veían con
amargura infinita desaparecer lo que a todos puede unimos en un ideal
común, ESPAÑA.

Se trata de restablecer el imperio del ORDEN dentro de la REPUBLICA, no


solamente en sus apariencias o signos exteriores, sino también en su misma
esencia; para ello precisa obrar con JUSTICIA que no repara en clases ni
categorías sociales, a las que ni se halaga ni se persigue, cesando de estar
dividido el país en dos grupos, el de los que disfrutan el poder y el de los que
eran atropellados en sus derechos […] La conducta de cada uno guiará la
conducta que con relación a él seguirá la AUTORIDAD, otro elemento
desaparecido de nuestra nación y que es indispensable en toda colectividad
humana, tanto si es en régimen democrático como si es en régimen soviético,
en donde llegara a su máximo rigor [...].
Por lo, que afecta al elemento obrero, queda garantizada la libertad de
trabajo, no admitiéndose coacciones ni de una parte ni de otra. Las
aspiraciones de patronos y obreros serán resueltas con la mayor justicia
posible, en un plan de cooperación, confiando en que la sensatez de los
últimos y la caridad de los primeros, hermanándose con la razón, la justicia y
el patriotismo, sabrán conducir las luchas sociales a un terreno de
comprensión con beneficio para todos y para el país.

Españoles: A cuantos sentís el santo amor de España, a los que en las filas
del Ejército y la Armada habéis hecho profesión de fe en el servicio a la
Patria, a cuantos jurasteis defenderla de sus enemigos hasta perder la vida,
la Nación os llama en su defensa. La situación de España es cada día más
crítica, la anarquía reina en la mayoría de sus campos y pueblos; autoridades
de nombramiento gubernativo presiden, cuando no fomentan, las revueltas; a
tiro de pistola y ametralladoras se dirimen las diferencias entre los
ciudadanos que alevosa y traidoramente se asesinan, sin que los poderes
públicos impongan la paz y la justicia [...].

Ni igualdad ante la ley, ni libertad, aherrojada por la tiranía; ni fraternidad,


cuando el odio y el crimen han sustituido el mutuo respeto; ni unidad de la
Patria, amenazada por el desgarramiento territorial, más que por
regionalismos que los poderes fomentan [...]. ¿Es que podemos abandonar a
España a los enemigos de la Patria, con proceder cobarde y traidor,
entregándola sin lucha y sin resistencia? ¡Eso no! Que lo hagan los traidores,
pero no lo haremos quienes juramos defenderla. Justicia, igualdad ante las
leyes, ofrecemos. Paz y amor entre los españoles, libertad y fraternidad
exenta de libertinajes y tiranías. Trabajo para todos, justicia social, llevada
a cabo sin encono ni violencia, y una equitativa y progresiva distribución de
riqueza, sin destruir ni poner en peligro la economía española. Pero frente a
eso una guerra sin cuartel a los explotadores de la política, a los
engañadores del obrero honrado, a los extranjeros y a los extranjerizantes
que, directa o solapadamente, intentan destruir España. Españoles, ¡viva
España! ¡Viva el honrado pueblo español!

El Telegrama del Rif. Melilla, 18-VII-1936

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