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IA PARRAMON
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@ Copyrisht 1959
ANATO]IIIÍA
ARTÍSTTCN
-¿...?
que, verá usted, señor profesor; alguien me dijo que puesto
ante-Es
un modelo y aun cuando uno no supiera ni pizca de eso de los
huesos y los músculos, pues...que uno podía dibujar y pintar como si
tal cosa; y que..-
-Perdón; ¿quiere leer aquí, en este libro, en el comienzo de esta
página.
"Acago ae resisla lu estómago
pasando la noche en compañía
de muertos, de huesos y carne
humana, abiertos y en pedazos..."
-¡ ¡Oiga!! ¿Qu¿ es esto?
un párrafo de la obra "Tratado de la Pinturar, escrita en el
siglo-Es
xv por el genial Leonardo de Vinci, pintor, poeta, músico, arqui-
tecto, inventor, y... también, el hombre más fino y elegante de la Flo-
rencia del Renacimiento. según cuenta vasari, artista y crítico de aquella
época, Leonardo de Vinci escribió este capítulo ndespués de haber es-
tado deshollando cadáveres, sufriendo espantables náuseas y vómitos,
por causa de querer descubrir los secretos que gobiernan los miembros
del cuerpo humano".
En la misma Florencia y en aquel mismo entonces, otro de los gran-
des genios universales del Arte, Miguel Angel Buonarroti, fue acusado
y tratado como un vil profanador de cadáveres... «por haber osado abrir
en canal, por mejor aprender su arte, el cuerpo muerto de uno de los
corsini, los cuales movieron por ello gran escándalo y reclamaron juicio
ante Piero Sonderini, a la sazón Confaloniero de Justicia,.
--
-Esto:
(La serie de conocimientos que usted necesita conocer sobre Ana-
tomía Artística, irán apareciendo en ésta y sucesivas. lecciones, a me-
dida que el método avance en el estudio práctico de la figura humana.
De momento, en esta lección, estudiaremos solamente la Anatomía de
la cabeza humana, relacionando este estudio con el arte de dibujar las
diferentes expresiones que puede ofrecer el rostro humano.)
Hablando en términos generales, la Anatomía Artística puede divi
dirse en dos partes esenciales: la que se refiere al conocimiento de la
anatomía ósea, irrcluyendo en ella el estudio de las articulaciones; y la
referente ala anatomía tnttscttlar, tratando, dentro de ella, la morfolo-
gía o aspecto externo del cuerpo humano' De estas dos partes, la que
mayormente interesa al artista es Ia segunda, la anatomía muscular, ya
que ella determina en la mayoría de los casos, la forma del cuerpo hu-
mano. Por ello le dedicaremos más espacio, deteniéndonos, incluso, lle-
gado el momento, en algunos principios generales aplicables a esta y
suoesivas lecciones.
Empezaremos, sin embargo, por estudiar la parte ósea, conociendo,
primero, la estructura que sostiene el cuerpo humano, el esqueleto, para
ieguir, después, con lo que cubre esta estructura: los músculos, la piel,
etcétera.
ANATOMIA OSEA DE LA CABEZA HUMANA
Para que este estudio sea más provechoso, le ruego que haga lo
siguiente: usted lee, primero, la explicación dada por el te\to; comprue-
ba y estudia este texto, observando atentamente las ilustraciones co'
rrespondientes, y por último, estudia y analiza en usted mismo, en su
p.opia cabeza, lo explicado en cada caso. Se trata, simplemente, de que
io.á]i." en su cara, tocándolo o palpándolo con los dedos, el hueso o
huesos correspondientes, comprobando en cada caso su situación, su for-
ma y su dimensión.
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II supuesto que va a hacerlo con la-' mejor
----r-- voluntad de aprender, he
uquí el estudio de
PARIETAT
OCCIPITAI.
FIG. 1
FIG.3
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PRINCIPALES MUSCULOS DE LA CABEZA HUMANA
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TEMPORA[:
Si usted cierra ahora mismo la boca, apretando
fuertemente los dientes (hágalo delanie del es-
pejo, por favor), notará en la sien, tocándolo
con los dedos y viéndolo en el espejo, el acu-
sado volumen de este irnportanle- músculo.
Usted recuerda, claro está, en qué ocasiones
cierra la mandíbula con fuerza: al masticar...
y, también, cuando Ie sacan a usted de tino,
le ofenden y no puede reprimir su cólera; siem-
pre que expresa violencia. Para nosotros los
artistas es esto: un músculo que ayuda a expre-
-sar
violelcia, ira, odio, étc. El temporal cubre el
hueso del mismo nombre, tiene fórma de aba-
nico, y está unido, por abajo, pasando por de-
bajo del hueso malar, con una de las crestas
del maxilar inferior. Al contraerse, tira de esta
c,resta hacia arriba y cierra la boca, elevando
el maxilar inferior hásta chocar con superior.
Desarrolla una fuerza extraordinaria."i
MASETERO:
Este podrá localizarlo en el ángulo inferior de
la mandíbula, también cerrando la boca y apre-
tando los dientes con firmeza. Como el ante-
rior, nos servimos de él para masticar, contra-
yéndose y relajándose simultáneamente con el
mencionado temporal. Está inserto, por arriba,
en la prolongación del hueso malar y, por
abajo, en el borde inferior de la mandíbula.
fgualmente es apreciable en expiesiones vio-
lentas, con la boca cerrada.
FRONTAL:
Seguimos con los once músculos restantes,
llamados mímicos o músculos de la expresión.
El músculo de la sorpresa, el espanto, el terror
y, t'ambién, colaboridor en lás expresiones
alegres, al reirnos, carcajear, etc. Es un múscu-
lo delgado, pláno, que cubre la frente, promo-
viendo, al contraerse, los característicos plie-
gues transversales o arrugas de la frente. Le-
vanta, también, las cejas y el párpado superior,
al expresar los sentimientos mencionados.
SUPERCILIARES:
He aquí los mírsculos de la preocupación y de
todos aquellos estados en que fruncimos el
cejo, llevando las cejas hacia dentro y hacia
arriba o hacia abajo. AI preocuparnos, al enfa-
t2
J
darnos, al reflexionar; cuand.p sufrimos o pe-
namos por algo, lloramos, etc. Los superciliares
son dos pequeños haces musc¡rlares, situados
precisamente en el lugar de las cejas. Al con-
traerse .tiran, de ell'as hacia el centro, provo-
cando entonces arrugas verticales en. el entre-
cejo y en la frente. ¿Quiere mirarse al espejo
con aire de pocas bromas?... Visto, ¿no?
l6
ETEVADOR DEt TABIO SUPERIOR:
Se le llama el músculo de la pena, porque tiene
un papel muy principal en las expresiones aflic-
tivas, en el dolor y el llanto. Por sí solo expre-
sa perfectamente el desdén, el desprecio y, con
muy poquita ayuda, la repugnancia. Al con-
traerse tira hacia arriba del labio superior,
dilatando v subiendo, también, al propio tiem-
po, las aletas de la nariz. (En realidad estos
movimientos son causados por el músculo que
describimos y otros que no menciono para no
alargar la lista.) Se halla inserto en los huesos
nasales, por arriba, mientras por abajo, divi
diéndose en dos haces, se inserta en las aletas
de la nariz y en la piel del labio superior.
t4
CIGOMÁTICO MAYOR:
Y ahora ríase conmigo porque éste es el sim-
pático y alegre músculo de la risa. Su acción
es decisiva en la sonrisa, la risa y la carcajada.
Y es que baja desde el pómulo hasta la comi-
sura de los labios, en diagonal, de forma que
al contraerse tira hacia arriba y hacia afuera
de las comisuras, ensancha la boca, elevando
sus ángulos, hincha las mejillas e incluso, con
todo este juego, acentúa las arrugas o patas
de gallo debajo y en los extremos de los ojos.
¡ Bendito sea !
RISORIO:
Es de risa, también, porque ayuda al anterior,
tirando hacia atrás de las comisuras de los la-
bios... y porque es muy pequeñito. Claro, io
hemos dejado para el final, como el Benjamín
de la familia. Fíjese en que arranca de la me-
jilla y termina, horizontalmente, junto a las
comisuras de los labios, que lleva hacia afuera
al entrar en acción.
Y esto es todo; lo suficiente, me parece, para
que tenga usted una idea concreta sobre los
músculos de la cara y su función principal y
accesoria en cada caso. Le recomiendo que lea
estas breves definiciones varias veces, con-
sultando las ilustraciones correspondientes, a
fin de familiarizarse con }os nombres, la si-
tuación, forma y dimensión de cada músculo.
Esto nos permitirá pasar con mejor conoci-
miento de causa a la parte siguiente, donde
estudiará diferentes expresiones del rostro hu-
mano, analizando en cada caso los músculos
que se contraen o retrajan para producirlas.
Porque, claro está, un rnúsculo; por sí solo,
casi nunca es capaz de expresar un sentirniento
o pasión perfectamente. Cuando acciona este
último, por ejemplo, el risorio, con exclusión
de los demás, se produce la sonrisa y la risa...,
pero una risa forzada de todas mane-
ras también es una forma -...que
particular de expre-
sión-, debido a que para producir la risa
sincera, han de intervenir simultáneamente el
orbicular de los labios, los dos cigomáticos,
el risorio, el frontal que levanta las cejas y arru-
ga la frente, creando optimismo, etc., etc. Esta
combinación de unos músculos con otros, crean-
do en cada caso úna expresión distinta, es Io
que vamos a estudiar seguidamente.
t5
Le aconsejo que avise a los
de su casa o que se cierre
con llave, antes de
empezar el estudio de esta
parte dedicada a anatomía
-
y expresión. Sí, porque
hemos de estudiai ante el
espejo, viéndose usted mismo,
aprendiendo qué
músculos se contraen en
determinadas expresiones;
ANATO]TTiA Y EXPRESTÓN
y ha de verse usted mismo
riendo, sufriendo,
dudando, etc. Y repito lo de que
avise a los de su casa,
porque... Bueno, mi
mujer está ya acostumbrada
a verme ante el espejo,
dibujando, poniendo cara de
tonto o cara de listo.
El otro día, sin embargo,
dibujando precisamente
una de las caras que ilustran
esta lección, entró en mi estudio y al verme despeinado y desencajado,
parodiando una expresión terrorífica, me dijó un pocá asustada: «De-
berías cerrarte con llave; si entra el .riRo y i" u" uií, ," va a morir del
susto».
Y otra cosa: interesa no sólo que imite y vea en el espejo sus pro-
pias expresiones, sino, también, que tome aigún apunte áe "ellas; q,r"
dibuje, por ejemplo, su propia risá, su boca e-*presando dolor, su'fren-
t-e,-sus cejas y sus ojos,mientras pone cara de preocupado, de sorpren_
dido, etc. Aparte el hecho de que lo pasará rn,ry bi"r'-verá qué áiver-
tido y distraído resulta eso-, aprenderá más y mejor con este sistema.
Los únicos músculos que realizan una contracción visible son el ci-
gomático mayor y el risorio. Los dos cuidan de separar ligeramente los
labios, llevando las comisuras un poco hacia arriba y haciilos laclos. Es
muy importante comprender que, por este efecto, en las comisuras de
los labios se forma una suave curva ascendente, determinándose una
pequeña hendidura, nacida, también, del ligero abultamiento de la piel
situada en sus extremos. La sonrisa promueve, al propio tiempo, en el
resto del rostro, un ligero cambio de actitud en el qr,ré intervienen casi
todos los músculos de la cara, aunque de manera casi imperceptible.
Los orbiculares de los ojos, por ejemplo, en su parte inferio., ré co.r-
traen un poco, subiendo la piel del párpado inferior, maicando un suave
pliegue o arruga debajo de los ojos; los superciliares y el frontal pueden
t6
o no mover las cejas y la frente, promoviendo en aquéllas una casi im-
perceptible elevación y en la frente suaves armgas o, por el contrario,
pueden relajarse desapareciendo o suavizando las arrugas que son pe-
culiares al estado de atención o preocupación.
EN ra RrsA...
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- -Pero
lo que más nos interesa analizar para comprender y aprender §
a dibujar caras sonrientes, es la forma de la ú;;í;l;rma de los la-
bios y de las comisuras de los labios, la situación y forma de los plie-
gues situados a ambos lados, la manera de ir
dibujar ios dientes, etc.
Tratemos de analizar una risa standard ada a cualquier
-generaliz
rostro-. Fijémonos en la exacta situación y acción del músculo cigómá-
tico m,ayor, el principal actor de estos movimientos; imagine qué tira
de é1, hacia arriba y hacia los lados, ensanchando la boca, mientras el
hueso maxilar y demás músculos cuidan de abrirla. He aquí entonces
lo que deberá recordar:
1.-Debido a la acción del cigomático
mayor y del risorio, las comisuras
de los labios, at reír, tienen tenden-
cia a formar una pequeña curva en
l,*))
sus uctremos, en lugar de terminar
en dngulo.
2.- El labio superior, elevado y estira-
do por el músculo mencionado, se
desplala hacia arriba, situdndose
en posición horizontal. Por el con-
trario, el labio inferior aparece
curvado.
3.- Este desplazamiento hacia arriba
de ambos labios, hace que sólo sea
visible la hilera de dientes supe-
riores. I
4.-Los pliegues característicos de la \
risa, a ambos lados de la boca, son \
determinados principalmente por
la contracción del cigomá.tico ma-
yor. Debido a ello el vértice de
estos pliegues coincide con eI lu-
gar en que se halla inserto dicho
músculo.
Estudie la forma de estos pliegues imaginando debajo el músculo
que los promueve. Su situación y su forma es decisiva pa.a qr.re la risa
sea natural. observe que se inician a cierta distancia dá las éomisuras,
formándose el vértice mencionado un poco más arriba de los extremoi
de las mismas.
Al reír los labios se adelgazan y estiran, fíjese, quedando la piel
de los mismos tensa, sin esos pequeños surcos estudiaáos en la lecclión
anterior.
Hablemos, por último, de un detalle importante, cuyo desconoci-
miento denota la total inexperiencia del dibuiante. Me refiero a la ma-
nera de representar y dibujar los dientes. Lo propio, en el aficionado
que empieza, es dibujar los dientes exactamente tal como cree verlos,
con cada diente perfilado, trazando las separaciones, la forma curvada
de las encías, etc. He aquí entonces que, por muy bien que trate de ha-
cerlo, la dentadura dibujada con este criterio parece la de un enfermo,
es del todo irreal, llama la atención y produce mal efecto. ¡No lo haga
usted así, por favor ! Recuerde esta norma:
l8
L¡ dentadura debe dibuiarse rim-
plificando su torma, sin línea¡
que indiquen la separación en-
lre diente y diente. Por lo gene.
ral, su forma deberá lraducirse
en una simple lrania blanca.
observe que el truco consiste en reservar una sencilla franja blan-
ca, insinuando en s? parte inferior la forma de los dientes. cab; la ;;
sibilidad, además, de dibujar-a ambos lados, .o, t.árá, casi imperclp
tibles, la separación o forma de los dientes iaterales.
como final de este estudio de la risa, observe la forma de la boca
los labios, de los dientes, de los pliegues de la sonrisa, etc- vién-
-de en
dola diferentes posiciones, de frenfe, Je tres de p"rfil, e1c.
(figura 23). "rr*ior,
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más cerrados que de costumbre, ofrecien-
do esa mirada apagada, característica de
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li; la tristeza. El superciliar de las cejas, en
t cambio, se contrae ligeramente, tirando
hacia adentro y frunciendo ligeramente
el ceño.
Eu Br LIANTo, el labio superior es ele-
vado con más énfasis, al tiempo que los
triangulares de los labios tiran hacia aba-
jo de las comisuras. En la barbilla puede
producirse un ligero temblor, por la con-
tracción espasmódica del músculo borla
del mentón, eü€ empuja hacia arriba y
echa algo hacia afuera el labio inferior.
En la nariz, con la contracción del eleva-
dor del labio superior, se produce, al pro-
pio tiempo el característico .,aleteo, de
las ventanas laterales, que se ensanchan y
se estrechan al compás de la agitada res-
21
piración producida por los sollozos. Arriba, en las cejas, los superciliares
se contraen, uniendo y
_elevando las cejas hacia el Centro, prómoviendo
en la frente pequeños pliegues o u.ruga! verticales.
EN pr DoLoR físico', la boca aparece rigeramente abierta o firmemente
cerrada.-E.n cualqgier caso, sin embargo, lo" labios se separan, dejando
al descubierto ambas hileras de dientás. En la posición j, fo.rnu áe lás
labios formando arco, coúro en ras iípi.u, caretas que sim-
bolizan-abiertos,
la tragedia- en esa posición, repito, intervienen todos loi múscu-
los que rodean la boca, destacando lá contracción del músculo de la
pena
1l -cisgTático menor- que tira hacia arriba y hacia afuera de
la mitad del labio superior. Esta fuerte contracción promueve sendós
pliegues a ambos lados de la boca, determinando, asimismo, ú-;lu-
boración de los orbiculares-de los_oj9s, *u."udu, u...rgu, "o, debajo y a
los lados de los mismos. observe la- forma que adoptai lo. o¡á, [""
expresan dolor: semi cerrados o entornado., pero neiviosamente entor-
nados, poniendo de_relieve gran cantidad de ár.rga. arriba, abajo y en
los lados. Fíjese, además, en el importante papel desempeiado "poi to.
superciliares, frunciendo todo el plano de la-frinte, entrécruzandt estas
arrugas con las producidas por el músculo frontal. Tenga presente, en
fin, que al -expresar dolor, instintivamente la cabeza ti"áa" a elevárse,
echándose hacia atrás.
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superior, por un lado, y la borla del mentón, por otro, elevan el centro $
de los labios hacia arriba. §
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...MIEDO, TERROR
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profundos pliegues a ambos lados de ra
boca promueven arrugas debajo
de los ojos. Estos, sin embargo, se mantieneri más abiertos que
de cos-
tum.bre, dejándonos ver la reáondeada y fulgurr"tr i;.;" aet y ta
-ei iris
nunila. Las cejas, en fin, se contraen y f_*rrón hacia centro y hácia
abajo, en una contracción_ violenta quJ afecta ui."gá lu rr"rrt", ár-""n"
y hasta el mismo puente de la nariz. v
La ExasppnAcróN, o explosión de ira y cólera contenidos, viene deter-
minada, por los mismos movimientos, en un estado subsiguiente o más
avanzado. Así, en los ojos, los párpados se abren hasta deórbitarlos, co-
mo-suele decirse; las cejas se eleván, frunciendo el entrecejo y arrugando
la frente; la boca se abre, manteniéndose la característicá de la rñandi
bula adelantada, mientras todos los músculos que rodean los labios se
contraen con extraordinaria violencia.
25
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LA EDAD Y EL SEXO
EN E[ DIBUJO DE I.A
CABEZA HUMANA
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2.o El Nrño rrENE er- cRÁNeo voluMrNoso
-
...desproporcionado, comparándolo con las dimensiones de su pre
pia cara, Ya hemos dicho el porqué: a esa edad precisa de un cerebro
que ha de regir los sentidos, la vista. el oído, el tacto... Menos multiplicar
por doce y escribir a ese pariente de América, {race casi lo mismo que
usted y que yo.
3.o- Los o¡os »el Nrño soN GRANDES
Huelgan las razones. Mas detengámonos en este punto para estudiar
ciertos aspectos característicos. Fíjese en la forma y dimensiones de los
ojos del niño : no son tan rasgados, tan alargados como los nuestros;
sus párpados, abiertos, recuerdan la forma de una circunferencia... hasta
el punto de quedar redondeados los lados, de no dejarnos ver, casi, el
granito ese de color rosado quq forma parte del lacrimal.-Tenga presente
esto:
EI TECTOR «OJOS GRANDES», EN EL NIÑO, VIENE DETERMINADO
POR EL TEN{AÑO DEL IRIS Y LA PUPILA
...del globo ocular, en conjunto; claro, porque lo que el niño tiene
realmente desarrollado es el órgano de la vista, y éste está .ahí, en el
globo ocular, en el iris y la pupila, no en la abertura de los pdrpados...
que no están todavía tan desarrollados y por eso han de esforzarse, por
decirlo así, abriéndose más de la cuenta, resultando menos rasgados, etc.
Por las mismas razones vemos también que:
Los o¡os onl Nrño ArARECEN l,r,A.s sepaneoos,
PROPORCIONALMENTE, QUE LOS OJOS DEL HOMBRE
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Crecimiento de la cabeza humana
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i4, Nr \ ¿) \ /-
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N \- ¿'/ I
Estudie, en esta cabe4a de dos años, las siguientes características
faciales, comparadas con las ofrecidas por la cabeza del hombre:
a) La frente es alta, despejada, con escaso cabello arriba y a los
lados.
b) Las ceias, no los ojos, se hallan en el centro de Ia altura de la
cabeza.
c) Entre oio y oio existe una distancia mayor que la de un mis-
mo oio.
d) Las orejas son proporcionalmente mayores y se hallan situadas
mds abaio.
e) Aparecen nuis tisibles los orificios de la nariz.
f) La barba es redonda,'t'ormando una curva poco pronunciada en
el centro.
A los snrs eños:
Podemos servirnos del canon anterior, aun cuando las medidas del
mismo no nos permiten establecer de una manera tan exacta las dimen-
siones y proporciones, la situación, en suma, de los elementos del rostro.
Estas han de situarse un poco a ojo, siguiendo esta pauta, observando
y teniendo en cuenta las siguientes modificaciones dadas por el creci-
miento de la cabeza:
a) El cabello ha creciáo mucho, hasta el punto de invadir parte de
lafrente y de las sienes.
b) La ruandíbula estti ya mris desarrollada y, como consecuencia de
ello, la cara resulta más'alargada que a€ts dos años. Por lo
mismo...
c) Los ojos y las cejas, estas últimas más pobladas, se han despla'
zado hacia arríba.
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FlG. 37
25 oños )
2 añrcig FlG. 3ó
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d) Naril, y oreias se hallan, también, situadas más arriba'
boca ¡
cabeza.
c) Las orejas mds baias- ofrecen ya un desaffollo com- ii,!
-todavíamds.
pleto. No crecerdn
d) Empieza a definirse el relieve óseo del maxilar inlerior. La man-
dibita no es'ya tan redondeada o curvada'
A ros vErNTrcrNco aÑos:
Sin comentarios respecto al canon, de sobras conocido por usted.
ei:es" tun-;¿b ; las caiacterísticas anatómicas del rostro, comparando
ésie con los anterigres: en los ojos, más oblicuos, más
juntos (observe
;;;;i ,ri¡o d" i! años todavíá persiste esa separación característica
á"- r. i"ru"cia); en la nariz, los pómulos, la mandíbula, condicionado
t"ao u fu forma de los huesos, resultando un conjunto menos anguloso
en el niño que en el hombre. No cabe confundirse, ¿verdad?
{
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il,
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...Y e Los ocHENre años...
Lo corriente es que, al llegar a esta edad avanzada, la grasa desapa-
rezca y la piel se haya consumido, y como consecuencia áe ello
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entrar en más detalles-, la forma del rostro esté del todo condicionada
por la forma del esqueleto. Esta nos da, en lÍneas generales, la apariencia
siguiente:
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E
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FlG. as
66
Y HE AQUI, POR ULTIMO, LA CABEZA DE LA MUJER
Sea cual sea la rama del arte a.la que piense usted dedicarse el día
de mañana, es casi seguro que dibujará y pintará muchas más'veces la
cabeza de la mujer que la del hombre. Lo cual parece contradecirse con
el hecht-¡ de haberla dejado para el final, dedicándole menos de un diez
por ciento del contenido de esta lección y la anterior. Existe, sin embar-
go, una razón fundamental para haber seguido este criterio :
Esencialmenle, las dimensiones y proporcio-
nesde la cabeza y roslro de lamuierrsonlas
misma¡ que las estudiada¡ para el hombre.
Las diferencias son mínimas si analizamos ambas cabezas en su for-
ma original, es decir, dejando a un lado en la mujer el maquillaje con
que se adorna.su cara, sus ojos, sus labios, sus mejillas, su peinado.
Estas mínimas diferencias, sin embargo, existen, y deben tenerse en
cuenta. Son debidas, principalmente, a la constitución orgánica de la
mujer, traducida, físicamente, en la presencia de una mayor cantidad de
adiposidad superficial, que abunda especialmente en el pecho, nalgas, en
las caderas y en los muslos, reflejándose, también, en la cara, aunque en
menor proporción; y son debidas, secundariamente, a la nlayor actividad
física desarrollada por el hombre juegos, trabajo-, que ne-
cesariamente desarrollan en él una-ejercicios,
mayor fuerza y virilidad en su cons-
titución ósea y muscular. Así se explica, por ejemplo, que la nariz del
hombre sea, en general, más ancha y gruesa que la de la mujer, de acuer-
do con una mayor actividad respiratoria de correr más,
'saltar más, etc.-, que tiende a ensanchar -consecuencia
los órganos y conductos respi-
ratorios, Ia caja torácica, por.ejemplo.
Concretando esas ligeras diferencias, podemos ver en la mujer las
siguientes características :
64
II
,I
FlG.40 H(i.4t
FlG.41
ó5
67
Quiero suponer ahora que han pasado ya tres o cuatro meses, du-
rante los cuales usted no ha dejado de estudiar y practicar los conoci-
mientos de ésta y la lección anterior; que es capaz, en una palabra, de
dibujar perfectamente, en cualquier posición, una de esas cábezas
hombre, de mujer, de niño o de niña- construidas bajo canon. -de
He aquí entonces el paso siguiente:
ó8