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Atentado cultural contra

inmuebles del Centro


Histórico en sexenio de
Mancera
SARA PANTOJA8 febrero, 2019

Eje Central 117. Aberración arquitectónica. Foto: Alejandro Saldívar


Un alarmante diagnóstico realizado en el seno de la Autoridad del Centro


Histórico (ACH) durante la administración capitalina de Miguel Ángel Mancera
revela los usos inadecuados que se les ha dado a inmuebles con valor histórico
y cultural, al grado incluso de comprometer su integridad. Específicamente, fue
la Mesa de Protocolo para Detener Obras Irregulares la que elaboró el estudio
e informó de sus resultados a la actual administración de la CDMX. El atentado
contra esas construcciones es tan grave que, según el análisis, el Centro
Histórico está en riesgo de perder la declaratoria de la UNESCO como
Patrimonio Cultural de la Humanidad.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- La voracidad inmobiliaria y comercial, además de


la omisión de las autoridades federales y capitalinas en la aplicación de las leyes
para la preservación de los inmuebles catalogados como de valor artístico e
histórico en el centro de la Ciudad de México, acentúan el deterioro de muchos de
ellos e incluso su eventual desaparición.

De no frenarse esas irregularidades, el corazón del país podría perder la


denominación de Patrimonio Cultural de la Humanidad otorgada en 1987 por la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO). Una de las consecuencias de ello sería la afectación de la actividad
turística en la ciudad.

Este diagnóstico lo elaboró la Mesa de Protocolo para Detener Obras Irregulares en


el Centro Histórico, que conformó Jesús González Schmal cuando se desempeñó
como coordinador de la Autoridad del Centro Histórico (ACH) durante la
administración de Miguel Ángel Mancera Espinosa.

González Schmal y sus colaboradores entregaron el documento correspondiente a


Dunia Ludlow en noviembre pasado, con el propósito de que lo incluyera en su
agenda de trabajo una vez que asumiera la coordinación de la ACH.

Ya en el cargo, el pasado 22 de enero Ludlow convocó a vecinos, empresarios,


académicos y comerciantes a la creación de una llamada Alianza por el Centro
Histórico que, entre sus tareas, incluye proteger el espacio y la infraestructura
públicos, así como promover el patrimonio cultural de la zona.

Su propósito, dijo, es “reconstruir el tejido social en la zona a través de acciones


coordinadas para proteger el patrimonio urbano, alentar la vivienda, elevar la
competitividad y fortalecer el sentido de comunidad”.

En la Mesa de Trabajo Interinstitucional de Infraestructura y Obras que realizó la


ACH del 22 de enero –transmitida en vivo en su cuenta de Facebook– se informó
que está pendiente de instalación la Mesa de Infraestructura y Obras Irregulares,
bajo la coordinación de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi),
cuyo titular es Ileana Villalobos.
Al final de la sesión, se reportó que no asistieron representantes de la
Procuraduría Ambiental y de Ordenamiento Territorial (PAOT), la Seduvi ni de la
alcaldía Cuauhtémoc.

El llamado de Ludlow es urgente, sobre todo si se toma en cuenta que, además de


la designación de Patrimonio Histórico de la Humanidad, el Centro Histórico de la
Ciudad de México (CDMX) está protegido por decreto presidencial desde 1980
como Zona de Monumentos Históricos, conforme a la Ley Federal sobre
Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, y es Área de
Conservación Patrimonial, de acuerdo con la Ley de Desarrollo Urbano del Distrito
Federal.

El 21 de diciembre último –un mes antes de asumir su actual cargo– Ludlow


publicó un artículo en diario El Heraldo de México en el que destacó que la ACH
estaba en “una etapa crítica producto de la falta de atención por parte del gobierno
anterior”.

Agregó que las violaciones al desarrollo urbano, entre otros problemas, son el
resultado del abandono de esa zona de la ciudad. Informó que esa misma semana
quedó instalada la primera mesa de trabajo interinstitucional en la que participan
30 dependencias del gobierno federal, así como el de la CDMX y las 16 alcaldías.

Y adelantó: uno de los propósitos de esa nueva organización es atender las quejas
por el “daño a la preservación del patrimonio cultural” del centro de la CDMX.

El estudio realizado por Schmal y sus colaboradores advierte: Esa triple


denominación comprende los perímetros “A” y “B”, ubicados en las alcaldías
Cuauhtémoc y Venustiano Carranza, donde existen 9 mil 362 inmuebles con tipos
de uso habitacional, comercial, mixto, para equipamientos, oficinas, servicios y
entretenimiento, así como espacios abiertos y áreas verdes.

De ese total, 3 mil 504 (37.4%) están catalogados por su valor histórico por el
Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH); artístico, por el Instituto
Nacional de Bellas Artes (INBA), y urbano-arquitectónico, por la Seduvi.

Torre Cuarzo

En agosto de 2015, cuando llegó a la ACH, González Schmal convocó a un equipo de


especialistas para crear la Mesa de Protocolo para Detener Obras Irregulares en el
Centro Histórico y se centró en seis casos en los cuales, aseguró, “la compulsión de
lucro ha provocado la demolición de inmuebles valiosos en beneficio económico e
inmediato de mafias” del comercio ambulante o de millonarios consorcios
inmobiliarios que dominan el primer cuadro de la CDMX.

Uno de ellos es la Torre Cuarzo Reforma 26, desarrollada por Banca Mifel. El
diseño es del arquitecto Richard Meier, Premio Pritzker 1984, quien por primera
vez incursionó en México.
El edificio tiene 42 pisos –180 metros de altura– y se construyó en un predio que
se fusionó con otros cinco. En ese espacio se levantó también una planta con
entrada en la calle Donato Guerra 5, donde se erige otra torre de 27 niveles. La
propiedad pertenece a la empresa inmobiliaria Fibra Uno (Funo) de André El-
Mann Arazi, un mexicano de origen judío.

Patricia Abreu Grobois –quien fue coordinadora de Acciones Sociales de la ACH


durante la gestión de González Schmal–, comenta que el segundo edificio se
construyó en el siglo XX y está catalogado como artístico por el INBA y como
histórico por el INAH.

Cuando un inmueble catalogado como histórico o artístico se fusiona con otros –


dice–, el predio resultante adquiere la misma categoría del primero y, por tanto, es
objeto de la protección legal por ambas instituciones.

Como el INAH no autorizó la demolición del inmueble artístico de Donato Guerra 5,


en su interior se construyó la moderna estructura de acero y vidrio de 27 pisos. Sin
embargo, desde la banqueta aún se observa la antigua fachada azul, cuarteada y
carcomida por el sol, así como sus puertas de madera hinchadas y descuadradas.
Inmueble en Donato Guerra 5. Foto: Alejandro Saldívar
Abreu explica que en el estudio de caso de la Torre Cuarzo de Reforma 26 se
observó que los desarrolladores tuvieron la autorización del INBA, el INAH y la
Seduvi para la fusión de los predios. Aclara que, aun cuando el proyecto inicial era
para siete niveles, los desarrolladores “se fueron a más de 40, sin la autorización
previa y antes de registrar la Manifestación de Construcción Tipo ‘C’ en la alcaldía
Cuauhtémoc”.
La ACH detectó que la otrora delegación “recibió la documentación, pero no revisó
las autorizaciones –dice–; peor aún, perdió el expediente”. El caso llegó a juicio en
el Tribunal de lo Contencioso Administrativo (TCA), mientras que el INAH recurrió
a la Procuraduría General de la República (PGR), donde la investigación sigue
abierta.

Hoy, en el edificio se observan mantas con información sobre la renta de locales y


oficinas compartidas en Reforma 26 y, de manera extraoficial, se estudia la
posibilidad de que la Comisión Nacional de Vivienda del gobierno federal,
encabezada por la morenista Edna Vega, mude sus oficinas de Masaryk a Reforma
26.

González Schmal comenta a Proceso que “Reforma 26 atenta contra el paisaje


porque rompe la armonía del sitio, cancela la visión, la perspectiva del horizonte
del Centro Histórico hacia afuera y desequilibra su orden estético”; además, dice,
“este tipo de transgresiones tienen efecto en la UNESCO”.

Sostiene que si las autoridades mexicanas permiten el funcionamiento del


complejo comercial irregular de Reforma 26 en vez de sancionarlo conforme a
derecho, “de inmediato va a despertar un apetito de los desarrolladores que darán
altura a los predios contiguos. Eso va a deteriorar más el paisaje y la riqueza de la
zona”.

En octubre de 2016 se difundió el proyecto conocido como Reforma 10, de Grupo


Imagen, que incluía la construcción de una torre de usos múltiples de más de 60
pisos en la llamada “Esquina de la información”. A la fecha, aún permanece el
edificio que por 99 años albergó al periódico Excélsior, propiedad de la familia
Vázquez Raña.

Plazas y bodegas sin trámites

Los integrantes de la Mesa de Protocolo para Detener Obras Irregulares en el


Centro Histórico, de la que Abreu Grobois fue coordinadora de Acciones Sociales,
también detectaron la construcción de un edificio de cinco pisos en calle Rodríguez
Puebla núm. 35, frente a la iglesia de San Sebastián, en el Perímetro “A”. En ese
sitio se erigió una plaza comercial que hoy es usada como bodega por vendedores
ambulantes de la zona.

De acuerdo con Abreu, esa construcción “no tuvo un solo ingreso de trámite” en
ninguna de las dependencias de gobierno obligadas. Además, violó el uso de suelo
y el número de pisos permitido.

Y aunque en su momento la obra fue clausurada, “los dueños pagaron 3 mil pesos
de multa y se comprometieron a permitir la verificación”. Hoy, el edificio sigue
intacto.

Esa obra forma parte del conjunto de 20 plazas que comenzó a construirse de
manera irregular en 2015. En octubre de ese año, Pablo Gutiérrez Monterverde
presentó una denuncia simultánea contra ese proyecto ante la PAOT, la Contraloría
General del gobierno capitalino y hasta en instancias internacionales como la
UNESCO y el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS, por sus
siglas en inglés). Como no obtuvo respuesta, llevó su querella a la ACH. La
dependencia encabezada por González Schmal empezó a darle seguimiento a la
obra.

Él y su equipo detectaron otra irregularidad en el viejo estacionamiento del predio


número 28 de la calle Santo Tomás, también en el Perímetro “A”, que en mayo de
2017 se convirtió en una torre metálica de cinco niveles. Tiene un sistema de
elevador y pagos automatizados. Los dueños de los negocios aledaños y los
comerciantes ambulantes son los usuarios de ese moderno estacionamiento.

Esa obra, ubicada en una zona de monumentos históricos, se erigió sin la


autorización del INAH, comenta Abreu; tampoco la avaló la Seduvi, pues el permiso
de Manifestación de Construcción no fue tramitado en la entonces delegación
Cuauhtémoc.

La ACH interpuso varias denuncias ante el Instituto de Verificación Administrativa


(Invea) y logró que se suspendiera la construcción; las autoridades incluso
anunciaron su desmantelamiento. Hasta el cierre de edición, la orden no se había
cumplido.

El establecimiento fue asegurado dos veces por la Fiscalía Especializada en Delitos


Ambientales y Protección Urbana (Fedapur) de la Procuraduría General de Justicia
capitalina, pero los sellos fueron retirados. Hoy, el lugar ofrece los servicios de
“baños de lujo desinfectados”, dispone de cajones para guardar autos particulares,
motocicletas y autobuses de pasajeros. También llegan camiones que realizan
descarga de mercancía pirata de manera clandestina.

En su diagnóstico, Schmal y sus colaboradores mencionan otros tres edificios


irregulares en el Perímetro “A” del Centro Histórico, según el catálogo del INAH.
Uno de ellos es la Plaza Alonso García Bravo o Merced número 6, donde se
colocaron estructuras metálicas en su azotea sin el permiso correspondiente.

Según su registro documental, en marzo de 2018 el Invea verificó la obra e impuso


una multa equivalente al 5% del valor de la construcción y la clausura total.
Además, la PAOT hizo un procedimiento para medir la altura y encontró que
sobrepasaba los criterios establecidos para esa zona histórica.

Otro es el de la calle Emiliano Zapata 64, colindante con un inmueble incluido en el


catálogo del INAH. Ahí se realizaron trabajos de demolición, excavación y hoy se
observa una construcción de al menos tres niveles, realizada sin permiso de las
autoridades de la demarcación. Cuando la ACH pidió a los peritos una verificación
en materia de obra, ningún empleado acudió.

Sobre el inmueble situado en Eje Central 117 y Delicias 2, catalogado por el INBA
con valor artístico, se construyeron dos niveles por encima de lo permitido. El 12
de junio de 2018, la Dirección de Arquitectura y Conservación del Patrimonio
Artístico Inmueble del INBA le envió un oficio (el número 1595-C/0986) a Arturo
Balandrano Campos, entonces coordinador nacional de Monumentos Históricos del
INAH.

En él le informaba que no había emitido opinión técnica o aviso de intervención


física en ese predio. Además, le solicitó la verificación “urgente” y la suspensión
inmediata de los trabajos de ampliación. La obra no se interrumpió.

Escandalosas omisiones

Con la exposición de estos seis casos “representativos de la gravedad de las


violaciones” a las leyes en materia de protección de patrimonio cultural y
presentados ante la Coordinación Estratégica para Fortalecer el Desarrollo Urbano
Sustentable en la Ciudad de México, advierte el documento de la ACH entregado a
Ludlow en noviembre pasado:

“El Centro Histórico de la Ciudad de México podría perder la denominación de


Patrimonio Cultural de la Humanidad, por alejarse de las características
excepcionales que le dieron origen. Se convertirá en un tianguis, careciendo de la
fuerza de ciudad viva que le otorga su población. La estrategia de repoblamiento
fracasaría.

“… Si bien la normatividad de desarrollo urbano es adecuada para proteger este


patrimonio Cultural Urbano, las fallas en los instrumentos diseñados para poder
determinar y ejecutar las sanciones fomentarán la impunidad”.

González Schmal y Abreu aseguran que los seis casos se deben a la “falta de
voluntad” y actuación conjunta de autoridades federales, locales y delegacionales.
Y sentencian: “Las autoridades dejan hilos sueltos para no poder hacer nada
(contra los constructores)”, y éstos aplican el “más vale pedir perdón que pedir
permiso”.

Además, ponen en duda la labor del Invea, otrora a cargo de Meyer Klip, al
mencionar que imponía sanciones “tibias” o actuaba de manera omisa. Cuentan
que cuando solicitaron la verificación de una obra irregular, los empleados
llegaron cuando los albañiles se habían ido a comer. Y como no vieron a ningún
trabajador, concluyeron que “no había ninguna obra en ejecución”.

Para superar las anomalías de este tipo Abreu propone la creación de una base de
datos “única, pública y transparente” para cotejar la información de las obras;
actualizar de manera periódica la expedición de permisos por las dependencias
involucradas; establecer mecanismos específicos para detectar, revisar y, en su
caso, detener obras irregulares; suscribir convenios con el gremio hotelero y
comerciante para denunciar acciones de este tipo, así como difundir la
normatividad a cumplir antes de iniciar cualquier modificación en inmuebles en
los perímetros “A” y “B”.

González Schmal asegura que “lo comercial y lucrativo puede devorar lo cultural y
lo histórico. Eso no podemos permitirlo”. Por fortuna, dice, la nueva Constitución
Política de la Ciudad de México da a la ACH más facultades ejecutivas y de apoyo a
la jefatura de gobierno para conservar esta zona y detener su devaluación histórica
y turística.

Y concluye: “El Centro Histórico no es una colonia más de la ciudad. Es el


manantial, el origen de nuestra cultura y debemos preservarlo. Si no se actúa en
forma terminante, cada día crece el riesgo de que la UNESCO nos retire la
denominación de Patrimonio Cultural de la Humanidad. De suceder, va a repercutir
en materia turística no sólo en la ciudad, sino en el país”.

Al cierre de edición, Proceso consultó por escrito a la Seduvi sobre el trabajo que
coordinará con la ACH en lo que atañe a las obras irregulares, acerca de la
instalación de la Mesa de Infraestructura y Obras Irregulares, y respecto de cuáles
son los inmuebles artísticos e históricos dañados y cómo se frenarán las
irregularidades.

La Seduvi aclaró que encabeza dos mesas de trabajo con la ACH: la Mesa de
Reordenamiento y la Mesa de Infraestructura; en ambas participan representantes
de otras instituciones del gobierno local, así como las federales INAH e INBA.

Sin embargo, la Seduvi no atendió la pregunta respecto de los edificios dañados a


los que alude el documento de Schmal. Se concretó a responder que tiene un
listado basado en los dictámenes y que el plan es rehabilitarlos conforme al
programa encabezado por la Comisión de Reconstrucción. El asunto es que los seis
edificios artísticos e históricos no entran en ese programa.

Este reportaje se publicó el 3 de febrero de 2019 en la edición 2205 de la


revista Proceso.

Comentarios

La CDMX destruye sin piedad


su patrimonio del siglo XX
JUDITH AMADOR TELLO23 marzo, 2018
Paseo de la Reforma y Río Rhin. Foto: Miguel Dimayuga

No hay colonia o delegación en la Ciudad de México –por no hablar del resto del
país– que no haya padecido abandono, falta de interés o mantenimiento, y
hasta el avasallamiento de alguna plaza, avenida, calle, edificio o casa
emblemática. Han cedido su lugar a descomunales torres de oficinas o
departamentos, gigantescos centros comerciales, puentes y segundos pisos, sin
que aparentemente nadie pueda imponer un freno. Los arquitectos Enrique X.
de Anda y Gustavo López Padilla, luego de analizar las debilidades de la ley, la
atadura de manos en la cual se encuentra el INBA, exponen el desinterés del
legislativo.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Cuenta el arquitecto Enrique X. de Anda que hace


algunos años, en Argentina, sus colegas Carlos Flores Marini y Ramón Gutiérrez
instituyeron el Premio Atila para entregarlo cada año al funcionario público más
depredador, a aquel que hubiera autorizado la destrucción del mayor número de
edificios simbólicos.

Sugiere con cierta ironía establecerlo de nuevo en México porque constantemente


se destruyen edificios de épocas pasadas, particularmente de arquitectura
moderna. Es una situación relacionada con el concepto de ciudad y el problema –
dice– es que quienes la administran no tienen ninguna idea de la importancia de la
arquitectura histórica.

En entrevistas por separado, De Anda y el también arquitecto Gustavo López


Padilla hablan con Proceso de cómo se ha transformado la ciudad, el desmedido
interés económico de las empresas inmobiliarias que buscan la mayor plusvalía en
sus proyectos, el desdén por el patrimonio de las autoridades locales y el
legislativo mismo, las limitaciones del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y
de la vigente Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e
Históricos.

A decir de López Padilla se deben revisar los instrumentos legales, hacerlos más
fuertes, pero sobre todo crear conciencia del valor patrimonial para tener una
sociedad más informada, dispuesta a defender y preservar su legado
arquitectónico y cultural por encima de los intereses económicos.

Y es que no hay delegación o colonia en la Ciudad de México –por no hablar del


resto del país– que no haya padecido el abandono, la falta de interés,
mantenimiento, conservación y hasta el avasallamiento de alguna plaza, avenida,
calle, edificio o casa emblemática, que han cedido su lugar a descomunales torres
de oficinas o departamentos, gigantescos centros comerciales, puentes y segundos
pisos, sin que aparentemente nadie pueda imponer un freno.

La plusvalía

Arquitecto y doctor en Historia del Arte por la UNAM, en la cual es profesor,


fundador del Foro de Historia y Crítica de la Arquitectura Moderna, autor de varios
libros y académico del Instituto de Investigaciones Estéticas, De Anda evalúa que,
desde el punto de vista de la conservación, la atención y el estudio la arquitectura
del siglo XX es la más desatendida, pese a ser una parte esencial de la cultura. No
definida ésta como las bellas artes, sino como la identidad, la manera como
dialogamos y el valor de los símbolos.

El problema, dice, es que “hoy en día en la arquitectura moderna todo está como
fracturado, está desvinculado; los símbolos, los significados, las importancias
existen, lo que no sabemos es cómo acercarnos a ellos porque nunca nos han
enseñado”.
En su opinión, más allá de los valores estéticos de los edificios, algunos
“maravillosos, hermosísimos”, lo más importante es el proyecto de vida que
plantea la arquitectura, su vinculación con la historia del sitio donde se erige, con
la tecnología, el confort, la iluminación. Lamentablemente hay ahora obras que son
simples operaciones comerciales:

“¿Cuánto le voy a invertir y cuánto voy a ganar y en cuánto tiempo? Lo que pase
alrededor, si depredo, dejo sin servicios, si se vuelve un caos la ciudad porque
incremento el número de vehículos etcétera, me tiene sin preocupaciones. Eso es lo
que piensan los operadores comerciales, su problema es cómo multiplicar
rápidamente el capital financiero. Yo no puedo decir que esas operaciones sean
obras arquitectónicas, no lo son.”

Distingue también entre quienes egresan de la carrera de arquitectura e incluso


tienen su cédula profesional, pero más que obras de arquitectura hacen “obras
ingenieriles” que pueden representar desafíos con excavaciones profundas,
inmuebles que no sufren con los sismos y, sobre todo, con inversionistas que ganan
dinero a carretadas.

Son cuestiones que van más allá del ejercicio de un proyecto arquitectónico, están
relacionados con la forma en la cual los administradores de la política y de los
asuntos públicos entienden las políticas públicas:

“Centrémonos en el caso de la ciudad donde vivimos. ¿Cuál es el proyecto de


ciudad? Pues es un proyecto que tiende hacia la verticalización, hacia la saturación.
¿Quiénes son los beneficiados? Indudablemente, en este momento, los grades
desarrolladores, los que están haciendo y han hecho estas enormes plazas
comerciales, han inventado una nueva manera de socializar donde la gente –no
siempre con la capacidad financiera de compra– se mete para sentirse parte de un
grupo más amplio.”

“Fue durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari –recuerda– cuando se desató


en el país la especulación inmobiliaria, tras una época donde no había créditos
hipotecarios. Se comienzan a construir muchos edificios en venta pues la renta ya
no es negocio y “todo es vendible, la calidad de los edificios se hace bajo esa tónica
y es verdaderamente deplorable, espacios muy pequeños, incómodos…
Obviamente, no puedo estar en favor de eso porque a mí me interesa la dignidad
del ser humano, para mí es fundamental.”

No se trata de decir que todo lo pasado fue mejor, pero basta observar las
dimensiones, la amplitud, la cantidad de luz que entra por un edificio de los años
cincuenta del siglo XX, los halls, “usted entra y se siente confortado, cómodo, hay
escaleras amplias diseñadas para subir descansadamente, baños amplios, y no
hablo de fachadas maravillosas”.

La Ley Federal sobre Monumentos establece que al INBA corresponde la


preservación del patrimonio artístico construido a lo largo del siglo XX (al Instituto
Nacional de Antropología e Historia, el arqueológico y el histórico, de la época
precolombina y siglos XVI al XIX). Pero en el caso de los monumentos artísticos se
requiere una declaratoria presidencial, y si el propietario no está de acuerdo con la
declaratoria, sencillamente no se hace.

“Por toda la estructura político-social y económica que tenemos, plasmada en la


Constitución, se respeta la propiedad privada, y si el dueño decide hacer con sus
edificios lo que a sus intereses convenga, el Estado mexicano le dice: Adelante, es
tuyo, lo puedes hacer.”

Hay edificios catalogados con valor artístico, y si alguno de ellos está en riesgo el
INBA puede “persuadir al propietario cuando le solicita autorización de
intervención, de que no lo desfigure del todo o no lo vaya a tirar”. ¿Qué sucede?,
pregunta el arquitecto De Anda, y responde él mismo que se tiran en las noches o
los fines de semana:

“Estamos hablando de una ley que no ha podido ser modificada. Se han hecho
muchas reflexiones, muchas solicitudes para que se replantee y se pueda pensar en
otros términos para realmente poder garantizar que no se dañen esas piezas de
arquitectura. El problema es que no hay mucho interés por parte de los órganos
legislativos, ese es el tema”.

Insiste en que no es sólo la parte legal –no se trata de culpar a la ley o a Bellas
Artes–, sino los proyectos de ciudad que plantean los gobiernos locales. Es una
cadena en la cual intervienen las oficinas responsables del desarrollo urbano en
cada uno de los estados del país y las ciudades. Muchas veces los proyectos se
deciden por el factor de la plusvalía y no por el valor histórico del patrimonio,
quizá sólo los detenga la existencia de zonas protegidas como los centros
históricos, pero se van a los alrededores donde no hay monumentos históricos,
pero sí arquitectura del siglo XX que queda desprotegida cuando se autorizan los
nuevos modelos de desarrollo.

Recuerda que cuando estuvo como jefe de gobierno de la Ciudad de México, Andrés
Manuel López Obrador determinó que se concentrara la construcción en cuatro
delegaciones centrales para evitar que la ciudad siguiera desbordándose. Se abrió
la posibilidad a los desarrolladores. Sucede que en colonias emblemáticas como la
Roma o Hipódromo Condesa, donde hay casas de fines del siglo XIX y principios del
XX, se autorizan torres o complejos de departamentos. Bellas Artes pide que al
menos “se respeten las fachadas”.

“Y dejan la fachadita, la pintan muy bien y todo el interior lo reconvierten. No es


que las cosas se deban quedar eternamente como momificadas, pero están dando
lugar a cosas muy extrañas que sería un poco difícil de entender si no se explican
como operaciones económicas.”

¿Qué se puede hacer? Responde que revisar la ley y crear conciencia, en principio;
luego, dialogar con las autoridades y hacerlas entender el valor patrimonial,
motivar a la academia para que se ocupe de estos asuntos porque es donde se
genera el conocimiento, y habría que incluir en los libros de texto gratuito un
capítulo sobre la defensa del patrimonio.
Reconoce el trabajo que se hace en el área de Arquitectura del INBA, “con magros
recursos y muchas dificultades, no tienen una ley que los apoye, y pare usted de
contar. Entonces, ¿dónde están las asociaciones civiles?, ¿dónde están los
patronatos?, ¿dónde está el interés de los grandes consorcios por ayudar a la
arquitectura y servirse de la arquitectura? No hemos sido capaces para
incentivarlos, ahí tenemos una tarea pendiente los intelectuales, los críticos,
tenemos un asunto pendiente que resolver con la sociedad. Espero que a mí la vida
me dé tiempo de hacerlo”.

Sentido de ciudad

Autor de Arquitectura mexicana contemporánea, crítica y reflexiones, el arquitecto


López Padilla es egresado de la UNAM y profesor en el Taller Max Cetto de la
Facultad de Arquitectura. A su entender, la arquitectura mexicana contemporánea,
además de ser ampliamente reconocida en el mundo, es “una gran experiencia en
términos de planteamientos urbanos y de resolver proyectos específicos”.

Coincide con De Anda en el sentido de que forma parte de la cultura en su


conjunto, “es una expresión colectiva, que da muestra de nuestras visiones de la
vida y del tiempo”.

Y la distingue de la arquitectura internacional, pues mientras en países europeos la


modernidad nace propiamente con la revolución industrial hasta la creación de la
Bauhaus en 1925 en Alemania, y en Estados Unidos con los migrantes europeos, en
México comienza a darse a partir de la visión y entusiasmo de jóvenes que a
principios del XX estudiaban en la Academia de San Carlos, entre ellos José
Villagrán, Juan O’Gorman, Carlos Obregón Santacilia, “impulsores de nuestro
movimiento moderno”.

Hay obras de estos autores que se han vuelto “verdaderamente emblemáticas”,


como las casas de O’Gorman en San Ángel Inn (las que hizo para Diego Rivera y
Frida Kahlo, y para él mismo). Otras han sido “desafortunadamente intervenidas o
violentamente destruidas”. Pone como ejemplo dos de Mario Pani, la Normal de
Maestros –que originalmente contaba con jardines, un espejo de agua y una torre
que luego de haber sido afectada por el temblor de 1957 acabó por ser demolida–,
y el Conservatorio Nacional de Música –cuya buena parte de sus jardines fue
donada durante el gobierno de Luis Echeverría para edificar la embajada de Cuba.

“Hay una buena cantidad de obras intervenidas con poca sensibilidad, con poco
sentido de su valor y, efectivamente, no hay leyes que protejan el patrimonio. El
INBA tiene muy pocos instrumentos, son muy endebles, para proteger el
patrimonio. Se ha avanzado algo, cuando empecé a tener interés en la arquitectura
contemporánea había muy poca información. Hoy en día hay mucha más y, sobre
todo, la sociedad en general está más consciente del valor patrimonial de las obras,
las ha hecho suyas, forman parte de su cultura, de su historia, de sus tradiciones.”

A decir del especialista, entre las principales amenazas que enfrenta el patrimonio
está la falta de una legislación clara, aprobada por la Cámara de Diputados y la
Asamblea Legislativa de la Ciudad de México, pero el máximo peligro tiene que ver
con la ambición, con la especulación:

“Cuando la gente sabe que posee un patrimonio, pero dice ‘a mí lo que me interesa
es hacer un negocio’, tiene que ver con la legislación endeble pero también con la
ambición, con la idea de especular, incluso de manera excesiva, porque en algunos
casos se destruye el patrimonio buscando un desarrollo muy grande con la idea de
tener dinero rápido y fácil.”

Se le pregunta si coincide con esta idea: de que la sobrepoblación y la demanda de


espacios para vivienda y oficina obliga a la ciudad a crecer hacia arriba, con el
resultado de la construcción de megatorres. Cita como uno de los ejemplos más
desafortunados del crecimiento urbano desordenado a la vieja colonia Juárez:

“Cuando uno ve imágenes de los años veinte, puede decir ¿qué ciudad europea es
ésta? Un montón de casas europeas con sus grandes avenidas arboladas. El
problema es que la arquitectura moderna destruye aquellos edificios
patrimoniales que vienen de la época de don Porfirio.”

López Padilla dice que lo grave no es que una obra arquitectónica sustituya a otra,
pues si fuese de la misma o mejor calidad hasta podría ser “compensatorio”. Pero
cuando se ven las imágenes de los años veinte de la colonia Juárez y las de la
actualidad, “es terrible”.

Nuestra ciudad mantuvo durante décadas construcciones de dos pisos, pero creció
en forma horizontal, “desparramada, destruyendo la naturaleza, los cuerpos de
agua, los bosques, somos los campeones de la depredación”, vaya, “fuimos capaces
de secar cinco enormes lagos”. Esa es una ciudad ineficiente, agresiva con la
naturaleza, con muchos kilómetros de vialidades que hay que reparar, muchos
kilómetros de tubería de drenaje, agua potable, electricidad.

Es mejor un modelo de ciudad compacta. Piensa en el París del siglo XIX en el cual
Napoleón III pidió al arquitecto Georges-Eugène Haussmann un plan para articular
los nodos de la ciudad, que entonces era medieval con calles angostitas, la gente
ponía barricadas y el monarca no podía controlarlos. Se construyen entonces
amplias avenidas y “una ciudad compacta, con un perfil muy homogéneo con
edificios de entre seis y ocho pisos.

Sí, es necesario densificar la Ciudad de México pero “el problema es dónde y cómo”.
Advierte que no se puede hacer a costa de destruir el patrimonio, sería
imperdonable, aunque ya se ha hecho. Expone varios ejemplos de ciudades
europeas como Ámsterdam, Madrid, Copenhague, que han logrado crecer hacia
arriba sin invadir sus centros con megatorres y conservando su patrimonio
histórico:

“Hay que hacerlo con inteligencia, sensibilidad, respeto, conciencia del valor
patrimonial, los ejemplos están ahí.”
Lo importante, añade, es que la arquitectura contribuya a “hacer ciudad” y a
conservar nuestra memoria. Lo primero es documentar y valorar las obras con
cualidades patrimoniales, hacer consciente a la sociedad de su valor para que
participe en su defensa y buscar mejorar los instrumentos legales.

Admite que no obstante se han organizado foros, encuentros, debates académicos


acerca de este tema, no se ha encontrado la solución. Pero considera que se
necesita la participación de gente “con sentido de ciudad y del patrimonio artístico,
asesorados por especialistas en leyes”.

Y explica lo que debe entenderse por “sentido de ciudad”:

“Las ciudades son las representaciones sociales de la voluntad y de los valores


sociales más completos, más complejos, y en las ciudades lo que se debería
procurar es el bien común. Las ciudades se van haciendo poco a poco en el tiempo
de la suma de las acciones individuales, pero es muy importante que esa suma,
finalmente, pueda llegar a conformar los espacios públicos que son lo más
importante de la ciudad para tener como fin el bienestar común.”

Señala que a las ciudades modernas les hizo mucho daño el desarrollo industrial y
tecnológico, particularmente el automóvil, sobre todo en Estados Unidos. Los
europeos fueron más sensibles y respetuosos de su patrimonio, aunque también
hubo impacto.

“A nosotros nos ha faltado mucha sensibilidad y hemos hecho una destrucción


terrible de nuestro patrimonio pensando en los coches.”

Afortunadamente, sigue, esta concepción está cambiando y hay pensadores como


Jan Gehl, un arquitecto danés que ha propuesto ir contra los automóviles y
recuperar los espacios públicos, plazas, calles y jardines para privilegiar a la gente.

Sánchez Padilla menciona el caso del río Cheonggyecheon, en Seúl, Corea del Sur,
que hace décadas se entubó, era un canal de aguas negras sobre el cual se
construyó una vialidad, luego un segundo piso, hasta que se decidió demoler
ambas obras viales para recuperar el río y hacerlo potable, y ponerle un paseo para
el disfrute de los ciudadanos de a pie.

Es posible “hacer ciudad”.

Este reportaje se publicó el 18 de marzo de 2018 en la edición 2159 de la


revista Proceso.

Comentarios
Judith Amador Tello

Etiquetas : patrimonio, reportaje especial, Siglo XX


10 PROPUESTAS PARA MEJORAR LOS ESPACIOS
URBANOS DE LA CDMX
El espacio urbano brinda acceso a las actividades sociales, de modo que mejorando la
utilidad de un espacio, también se revitaliza la estructura social.
MXCity

Mejoramiento del espacio urbano.

En todo el territorio nacional existen poco más de 400 ciudades, con más
de 120 millones de mexicanos que habitan en un territorio de más de 2
millones de kilómetros cuadrados. La ciudad de México tiene una
extensión de 1,485 km2, que ha sido catalogada como ciudad global, y
uno de los centros financieros y culturales más importantes del
mundo con una de las economías más dinámicas a nivel internacional.
La CDMX es el núcleo urbano más grande de la república mexicana y
el principal centro político, económico, social, académico, financiero,
empresarial, turístico, artístico, cultural, de comunicaciones, de
entretenimiento y de moda. Es por ello que el Colegio de Urbanistas
de México, en conjunto con 26 organizaciones e instituciones
especializadas en urbanismo,convocaron para hacer algunas
propuestas urbanas con el propósito de crear conciencia y mejorar la
calidad de nuestras ciudades. En MxCity, te traemos las 10 propuestas
ganadoras.

Murales en la Ciudad (Publicidad con conciencia)


Daniela Ocampo, Giovanni Ramírez y Josué Lagunas

Es imperativo de toda propuesta urbana recuperar espacios


públicos haciendo uso del muralismo de carácter cultural y el arte
urbano, buscar patrocinadores para que tengan un espacio destinado
para su promoción y combatir la publicidad invasiva en las calles. La
recuperación de espacios públicos y el uso del muralismo tienden a ser
limitadas por la falta de financiamientos, por lo que se pretende un plan de
financiamiento estable que ayude a generar sentido de pertenencia e
interés en los espacios públicos.

Parking Trees
Fortino Acosta y Marco Antonio Martínez
Cubrir las calles con árboles nativos a través de micromódulos que
presten los servicios ambientales de un ecosistema, es la propuesta de
Fortino Acosta y Marco Antonio Marínez. Parking Trees ayudará a
absorber agua de lluvia, bajar los índices de contaminación locales y
proveer de un hábitat para algunas especies de fauna silvestre. Los
beneficios y ventajas de usar estos módulos de “estacionar árboles” en
cientos de colonias se volvería un beneficio multiplicador para todos los
que habitan en esta gran ciudad.

El Barrio más dulce de México


Laboratorio Ciudadano
Recuperar la imagen urbana de sus barrios, concentrar el comercio
tradicional en los mercados que se distinguen por tener precios bajos y
ayudar a la economía local generando empleos para cualquier persona.
Esta propuesta destaca a la cultura y tradición de los barrios para el
rescate de la imagen urbana.

Captación de agua de lluvia


Isla Urbana
Isla Urbana propone la instalación de sistemas de captación y
potabilización de lluvia en viviendas que carecen de agua potable. El
sistema será elaborado con materiales resistentes hechos en México,
de bajo costo y fácil mantenimiento para el usuario. Está diseñado para
aprovechar la infraestructura con que ya cuentan la mayoría de las
viviendas en la ciudad: el techo y el almacenamiento. La captación de
lluvia plantea un paso importante para alcanzar la sostenibilidad hídrica de
las ciudades.

Ciudad, libro abierto


Noemí Juárez

Esta propuesta consiste en diseñar un proyecto educativo y


didáctico en donde alumnos, vecinos y turistas comparen la realidad de
lo que deseen conocer mediante recorridos urbanos. Implementará
diversos enfoques como: historia de las mujeres, de la vida cotidiana,
sectores como la construcción, contaminación visual, cultura, entre
otros. Además propone un plan de trabajo en conjunto con autoridades
locales, estatales y federales, para llevar a cabo el diseño de recorridos
urbanos por todo el país.

Añoranzas
Esther Venegas Ramírez
Esta propuesta va a favor de los adultos mayores que han sido
olvidados en este tejido social, porque han sido testigos de la vivencia de
los habitantes de una ciudad, de sus relaciones sociales, las
costumbres y la vida de los barrios. Con ello se pretende crear un mapa
virtual en una plataforma digital en la que cualquier persona puede
consultar la historia de la ciudad y de sus barrios que lo conforman,
además de la divulgación en los museos de la Ciudad de México, en
escuelas y en kioscos de turismo.

Conexión Digital para la conexión territorial: espacios públicos


urbanos metropolitanos
Elsa Pérez, Francisco Vaijong y Liber Sosa
A través del diseño de sistemas de información entre ciudadanos para
ejercer los derechos en incidir en el ámbito municipal, estatal, federal y
metropolitano, se pretenden mejorar los espacios públicos urbanos.

Bici Tláhuac
Ingrid Valdés González
Este proyecto busca la seguridad, la facilidad del transporte y la cultura
del medio ambiente basados en un transporte ecológico. Busca
conectar los pueblos, estaciones del metro, escuelas, mercados,
centros deportivos, entre otros lugares por medio de una ciclopista
urbana que mejore la calidad de vida de las personas. El proyecto tiene
como beneficio el bienestar del ciudadano al reforzar la movilidad en
bicicleta.

Raíces Urbanas
Clara Alejandra Bellazetín Mejía
Clara Mejía busca desarrollar una aplicación enfocada a incentivar los
huertos urbanos en la Ciudad de México. Por lo que desea facilitar
información y materiales que ayuden a los ciudadanos a iniciar el proceso
de un huerto, así como una conexión entre productores locales y
ciudadanos para llevar a cabo la comercialización de sus productos. Con
ello, reducir la huella ambiental de los productos que se consumen en el
país e incentivar la agricultura urbana, porque aumenta la resilencia de las
ciudades.

Densificación y Mixtificación de Centros Históricos


Hafiz Salvador Venegas Sahagún
En su propuesta por mejorar las ciudades que se quedan desoladas por la
noche, se crea un plan de desarrollo urbano que rija cada
municipio con el fin de impulsar el desarrollo de los predios que se
encuentran abandonados y darles un nuevo uso como viviendas
sustentables.

EL DESLUMBRANTE HOTEL UMBRAL Y SU


TERRAZA EN UN PRECIOSO EDIFICIO DEL
CENTRO
Ubicado en la vibrante capital de México, Umbral, Curio Collection by Hilton continúa
con la expansión del portafolio de Hilton en el mercado con más de 60 propiedades.
MXCity
Umbral Curio Collection by Hilton debuta
en la Ciudad de México.

Umbral es el una experiencia de categoría mexicana en el corazón del


centro histórico de la ciudad. Este nuevo hotel cuenta con
una arquitectura histórica muy bien conservada a pocos pasos de las
atracciones más importantes.
La apertura de Umbral representa el debut de la marca Hilton en la Ciudad
de México. Se trata de un moderno hotel boutique de 59 habitaciones
es la más reciente incorporación a Curio Collection by
Hilton, reforzando el crecimiento de su cartera de hoteles y resorts únicos
en su clase y en destinos de primer nivel en el Caribe y América Latina.
“A medida que continuamos expandiendo estratégicamente nuestra
presencia en toda América Latina, México sigue siendo una prioridad
pues es uno de los mercados de más rápido crecimiento en la
región”, afirmó Jorge Giannattasio, Vicepresidente Senior y Jefe de
Operaciones de Hilton para el Caribe y América Latina. “La apertura de
Umbral, Curio Collection by Hilton refuerza nuestra misión de ser la
compañía más hospitalaria del mundo con una importante presencia en
este maravilloso país y a la luz de la celebración de nuestro centenario”.
Umbral forma parte de un ambicioso programa para restaurar edificios
históricos en México; es un proyecto de restauración de un edificio
histórico construido en 1924, que cuenta con un diseño atemporal de
hotel donde dominan los edificios más emblemáticos de la ciudad,
incluyendo la Catedral Metropolitana, el Antiguo Palacio del
Ayuntamiento y la tienda departamental El Palacio de Hierro.
Los huéspedes pueden tener acceso fácil a la Plaza de la Constitución,
que se encuentra a dos cuadras de distancia; al Museo del Templo
Mayor, Chapultepec y el Aeropuerto Internacional Benito
Juárez. Mark Nogal, Director Global de Curio Collection by Hilton.,
reconoció que “la ciudad de México es la número uno para visitar este
año por parte de National Geographic, la Ciudad de México y ha seguido
siendo un lugar estratégico para la expansión de nuestra marca hacia
destinos donde los viajeros de hoy quieren ir”.
En cuanto diseño, este hotel tiene fue creado por el reconocido
arquitecto Javier Sánchez.Ofrece muebles elegantes y minimalistas en
tonos neutros de blanco, beige y marrón, así como materiales naturales
tales como maderas claras y oscuras. Las 59 habitaciones están
compuestas por dos ambientes distintos: una entrada íntima más
oscura que conduce a una luminosa habitación de huéspedes a través de
un marco dorado, que simboliza un umbral. Cada una de las 12 suites
también ofrece un tocadiscos con una colección de vinilos
personalizadatomando como base las preferencias de cada huésped,
gracias a un convenio con la tienda local de vinilos La Roma Records.
Es el único hotel de la ciudad con una galería in situ con más de 100
obras de arte de reconocidos artistas locales como Jorge Montiel,
Andrea Vores y Tomás Díaz. Los viajeros que exploran la galería pueden
pasar a la íntima biblioteca del hotel, donde hay una selección
de literatura, librería de sonidos con su propio tocadiscos y un cine
que ofrece películas culturalmente inmersivas, así como títulos
extranjeros que a menudo reflejan la temática de festivales de cine locales.
La propiedad también cuenta con una sala de 35 metros cuadrados para
reuniones y eventos íntimos con hasta ocho invitados, así como una
terraza en el piso superior para eventos al aire libre de hasta 150
asistentes.
Aquéllos que quieran explorar la ciudad, pueden consultar con el Curador
de Experiencias de Umbral para sumergirse en la cultura local a través
de itinerarios únicos, creados en función de su tipo de curiosidad. Ya
sea un epicúreo que ama la cocina y las bebidas, o el pionero que busca
aventuras al aire libre, un sencillo cuestionario en línea puede identificar el
tipo de curiosidad del huésped para ayudarle al curador a crearle
experiencias únicas. Por ejemplo, los Curadores de Experiencias
pueden organizar visitas arquitectónicas, a exposiciones de arte
clandestinas y visitas gastronómicas, así como a experiencias musicales
en bares locales de jazz y rock.
La terraza de Umbral cuenta con una piscina climatizada al aire libre,
un gimnasio y un Wellness Bar que ofrece una amplia variedad de batidos
(smoothies) y jugos frescos como Deep Detox y espinaca-menta o una
bebida de manzana y jengibre para comenzar el día. La amplia terraza de
820 metros cuadrados también cuenta con un bar y un restaurante.
La cocina cuenta con platillos reconfortantes en el restaurante Terrraza
Umbral, que incorpora sabores locales en platos tradicionales como
tacos de pato y sirloin, ceviche tropical y tostadas de camarones. Para
tomar una copa después de la cena, los huéspedes pueden pasar por el
bar Terraza Umbral, un exclusivo bar de coctelería en la terraza
diseñado por los propietarios del famoso bar Limantour. El bar de la
terraza ofrece un extenso menú de cocteles de temporada a base de
licores mexicanos, como su exclusivo coctel Independencia, elaborado
con mezcal, jugo de limón, jugo de maracuyá y campari.
Para celebrar su inauguración, Umbral ha lanzado dos ofertas
especiales para huéspedes. A partir del 15 de agosto de 2019, y hasta
el 30 de diciembre de 2019, los viajeros pueden aprovechar el
paquete The Cross Over the Umbral que incluye alojamiento durante
una noche, dos cocteles Independencia en el bar Terraza Umbral,
desayuno para dos en la terraza del hotel y crédito de 50 dólares para
cenar. Además, los huéspedes que reserven sus estancias entre el 31 de
agosto y el 1 de diciembre ganarán 1,000 puntos de Hilton Honors por
noche; la oferta es válida hasta el 1 de diciembre de 2019.

Hotel Umbral
Dónde: Venustiano Carranza 69, Centro Histórico.
Cuándo: 24 x 7
Cuánto: desde $2500
Reservaciones // Facebook // Twitter // Instagram

EL SEÑOR DE LAS BURBUJAS: UN


PERFORMANCE DE MAJESTUOSAS POMPAS DE
JABÓN
Asiste a una obra que adornará tu vista con miles de burbujas flotantes y otras
expresiones artísticas.
MXCity
Carpa Geodesica le dio la bienvenida a Javier Urbina hace un par de
meses con su increíble espectáculo de burbujas, un espacio donde la
magia, el humor y excéntricas disciplinas teatrales sorprendieron al público
inmensamente. Debido al rotundo éxito, las fechas de las presentaciones
se extendieron hasta el 25 de agosto. Si deseas ser parte del desenlace
de esta gira por México, asiste y permanece atónito desde el primer
minuto.
La lógica se distorsionará en cada acto, te encontrarás ante un
performance visual único.
El Señor de las Burbujas es considerado el mejor show de su clase,
gracias al talento de su creador, quien tiene más de 20 años de experiencia
en manipular con fragilidad las pompas de jabón. Él estará a cargo de la
producción artística y tanto pequeños como adultos se sorprenderán con
las ilusiones que proveerá acompañado de música e ilusiones ópticas que
te dejarán sin aliento.
Descubre qué enigmas esconde cada figura, ya que este espectáculo te
adentrará a un universo lleno de cambios y expresiones alegóricas, gracias
a una instalación cuya base serán la ciencia, imaginación y creatividad del
ejecutante.

La clave para disfrutar esta experiencia será dejarte llevar por las ilusiones
y actos, los cuales irán incrementando de dificultad con cada minuto.
Habrá más de 20 acrobacias con burbujas que te dejarán anonadado.
Si creías que soplar burbujas era un acción fácil, te sorprenderás en este
recinto. El día será ideal para ir acompañado de familiares y amigos, así
que aprovecha la última función en la ciudad.
El Señor de las Burbujas
Dónde: Carpa Geodésica
Dirección: Av de los Insurgentes Sur 2135, San Ángel, 01000 Ciudad de
México, CDMX
Cuándo: Domingo 25 de agosto, 12:00 pm
Precio: $250 general. Adquiere tus entradas en Boletia.

LOS CUERPOS RELICARIO DE LAS


CATACUMBAS ROMANAS QUE HAY EN LA CDMX
Los cuerpo-relicarios que viajaron desde Roma para ubicarse en diferentes templos
como la Catedral Metropolitana, el templo del Carmen en San Ángel.
MXCity

Fotografía Joanna Ebenstein Morbid Anatomy

Conoce la historia de los cuerpos-


relicario que hay en nuestro país.
Relicario proviene del latín reliquiae, y hace referencia a la caja o
estuche para guardar reliquias o recuerdos de los santos y
exponerlas a la veneración de los fieles. Estuvieron en uso con el
nombre de encólpium ya en los primeros siglos de la Iglesia, aunque
por entonces tenían carácter privado y se llevaban pendientes del cuello
en forma de cajitas o de medallas con figuras e inscripciones.
Los relicarios más antiguos son ejemplares del siglo IV regalados por San
Gregorio a la reina Teodolina. Entre ellos, se encuentran ciertas botellitas
muy comunes en aquella época, que sólo contenían algodón
empapado en aceite bendecido o tomado de las lámparas que ardían
junto al sepulcro de algún mártir. Para la veneración pública de las
reliquias en aquellos primeros siglos bastaban los sepulcros y
altares que las contenían.

INAH

Los cuerpos de los mártires fueron tan preciados y dignos de veneración


que muchos fieles recogían la sangre derramada del santo, empapándola
en esponjas, paños o cualquier otra materia absorbente. Esta reliquia era
llamada sangre de los mártires. También se compraban ungüentos y las
envolvían en ricos tejidos, para que lo frotaran sobre el cuerpo del santo
hasta que finalmente se llegaba a pagar por el cuerpo de un mártir
sumas considerables para darle sepultura.
Durante muchos años se llegaron a depositar los cuerpos-reliquia en las
puertas de las iglesias que los fieles besaban antes de entrar. Otro
lugar donde se conservaban era en oratorios privados y a veces incluso
en casas particulares. En la segunda mitad del siglo IV empezó la práctica
de fragmentar los cuerpos para que todos los fieles pudieran apreciar
la reliquia.

INAH
INAH

Finalmente, se crearon los cuerpo-relicarios en 1578: figuras de cera


moldeada de tamaño natural de los santos de devoción de cada
iglesia. Esto se dio en la ciudad de Roma, cuando se descubrieron las
catacumbas donde descansaban las osamentas de los primeros
mártires de la cristiandad, que fueron llamados corpi santi o cuerpos
santos. En México existen algunos de estos cuerpos de los mártires san
Vicente Niño y San Deodato, pertenecientes a la colección de la
Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, y de san Clemente, del
templo del Carmen, en San Ángel.
Desde 2015 estos cuerpos fueron sometidos a un análisis de radiología
digital directa, mediante el cual se determinó la ubicación exacta y el tipo
de restos óseos que fueron colocados en su interior hace más de tres
siglos. A través de esta tecnología no invasiva, expertos del Instituto
Nacional de Antropología e Historia (INAH) localizaron dentro de las
esculturas un cráneo, costillas, huesos sacros, falanges de pies y
manos, tibias y cuatro pequeños fragmentos de material
óseo. Asimismo, se identificó que en estas piezas, la cabeza, piernas y
brazos son de cera y el torso de tela, además se registró la presencia
de elementos metálicos.
Foto Siempre!

Foto Siempre!
“El objetivo fue apreciarlos desde un punto de vista científico, para
saber cómo se construyeron, conocer el estado de conservación que
tienen las reliquias y plantear una propuesta de intervención”, comentó en
ese entonces Gabriela Sánchez Reyes, especialista de la Coordinación
Nacional de Monumentos Históricos del INAH. La radiología digital que se
utilizó para esto, es una herramienta portátil que proporciona
información en segundos permitiendo hacer grandes acercamientos
para su análisis y registro.
El cuerpo-relicario de san Vicente Niño perteneció a la Colegiata de
Guadalupe, que hoy se conoce como la Basílica, y el de san Deodato
procedía del Ex Convento de Santa Teresa la Nueva, desde el siglo
XIX ambos forman parte de la capilla de las reliquias de la Catedral
Metropolitana de la Ciudad de México, donde se muestran en la festividad
de Todos los Santos, el 1 de noviembre, junto con otro medio
centenar de relicarios hechos en plata, oro y madera.

Foto Siempre!
Foto Siempre!

La reliquia de San Vicente Niño cuenta con una “Auténtica”, es decir,


un documento expedido por la Santa Sede en 1772, que certifica que es
un mártir de las catacumbas romanas. Mientras que el de San Deodato
no se ha localizado en los archivo de la Catedral. Se cree que la reliquia
de San Vicente Niño fue donada por algún clérigo o personaje acaudalado,
y los inventarios de este templo mexicano tiene registros de 1588.
En Lagos de Moreno, Jalisco también se completó el análisis de radiología
y registro tridimensional del relicario de san Hermión Mártir, obra
resguardada en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, en Lagos
de Moreno, Jalisco, el cuál contiene numerosos restos óseos,
probablemente la osamenta completa, de una de las primeras personas
inmoladas por defender la cristiandad.

Sólo dos días al año, el 1 y 2 de noviembre, la Capilla del Santo


Entierro y de las Reliquias de la Catedral Metropolitana, abre sus
puertas para recibir a cerca de 40 mil visitantes donde es posible ver
las 211 reliquias de primer grado (osamentas) de los primeros santos
del catolicismo. La capilla no estaba dedicada a reliquias, pero cuando
llegaron los restos óseos en el siglo XVI, se modificó para hacer espacio
a las urnas, que están ocultas detrás de pinturas alusivas a los restos
que cada una contiene. La Catedral Metropolitana de la CDMX también
tiene en su acervo los cuerpo-relicarios.
En la iglesia Santa Teresa la Nueva, de la calle Loreto 15 del Centro
histórico de la CDMX, Gabriela Sánchez Reyes, investigadora de la
Coordinación Nacional de Monumentos del INAH, es la investigadora de
la escultura de una bella mujer dormida con el nombre de Santa
Celeste, que en su interior resguarda auténticos huesos humanos
dando forma a sus manos y pies.

Foto Siempre!

SOBRE LA PECULIAR HISTORIA DEL COHETE DE


TLATELOLCO
El cohete de Tlatelolco surge en medio de la guerra espacial durante la década de los
60 e inspiró a los diseñadores de este conjunto habitacional.
MXCity
El cohete de Tlatelolco fue un juego con
una estética espectacular.

El Conjunto Habitacional Nonoalco Tlatelolco es uno de los


conjuntos arquitectónicos más importantes que dio el siglo XX. Fue
diseñado por el gran arquitecto Mario Pani, y es reflejo claro del sueño del
movimiento moderno en México, un lugar que comenzó a edificarse en
1960 y que a lo largo del tiempo y sus acontecimientos, ha conservado
el carácter de todos los momentos que han pasado por él.
Tlatelolco concretaba lo que Carlos Monsiváis llamó “la utopía del
México sin vecindades”:11,916 departamentos y 2,323 cuartos de
servicio en 102 edificios con 688 locales comerciales y 6 estacionamientos
cubiertos con 649 cajones. Además, fueron incluidas 22 escuelas (11
preprimarias, 8 primarias y 3 secundarias), guarderías, 6 hospitales y
clínicas, 3 centros deportivos, 12 edificios de oficinas administrativas,
una central telefónica, 4 teatros y un cine diseñado por Julio de la
Peña. Un proyecto increíble que a la fecha no deja de sorprender.
Una de las ideas que formó pieza clave importante para Pani, y en general
para la época, fue integrar a todo el diseño la idea de juego y
convivencia social. Ya que el juego es un elemento básico en la vida de
todo niño, y le permite estar activos para crecer y desarrollar sus
capacidades, además de que es una forma de aprendizaje y desarrollo
integral y proporciona elementos para la interacción social.
Con esta nueva propuesta de plan de vida se buscó rescatar la zona,
y darle una apariencia de ciudad moderna siguiendo los modelos
de unidades habitacionales propuestos por Le Corbusier, en donde se
articulara la zona como un organismo independiente de la ciudad volcado
hacía sí mismo y en constante proceso de sociabilización.
Colección Carlos Villasana. Cortesía de Aldo Solano Rojas.
Dentro de esta ola de modernidad y conjuntos habitaciones, los juegos
tuvieron un papel de gran relevancia, y estuvieron ligados a la “carrera
espacial” de los estados unidos con la URSS, y un proceso por la
conquista de la luna. Su impacto en el imaginario de la población infantil
mexicana fue tal, que incluso los juegos infantiles fueron diseñados con
siguiendo esa temática.
La Revista Código le hizo una entrevista al historiador Aldo Solano
Rojas, sobre su nuevo libro Playgrounds del México moderno enfocado
en la relación entre los juegos infantiles y la política mexicana, donde se
habla de esta peculiar relación y sobre todo del destino del juego.
Colección Villasana/Torres

“Un playground con forma de cohete en plena Guerra Fría y carrera


espacial no es raro. Lo que llama la atención del cohete de Tlatelolco es
que, en México, por más cercano y socio comercial que haya sido este
país a Estados Unidos, el cohete mira hacia las naves espaciales
soviéticas. De hecho, toma como referencia al monumento a los
conquistadores del espacio, en Moscú.”
“Esto tiene que ver con que todo el proyecto de vivienda social de
Tlatelolco tiene dimensiones soviéticas, así como referencias
funcionalistas y de arquitectura internacional. Está muy de cerca con este
proyecto socialista. Por eso tenemos una iconografía diferente en este
juego, además de que el diseño no fue copiado de manera exacta,
como el caso de los juegos en forma de cápsula lunar en Estados
Unidos.”
“Lo que sabemos es que el juego terminó siendo muy peligroso por
el abandono hacia finales de la década de 1970. La cabina del juego se
convirtió en un refugio de indigentes, se deterioraron los pisos de lámina,
lo cual ponía en riesgo a los niños. De hecho, un niño se cayó y
falleció. A partir de eso, retiraron el juego. No sabemos dónde está.
Seguramente destruido.

Foto de portada. Museo Archivo de la Fotografía.


Con Información Revista código

“La especulación no debe rebasar a la planeación”: Teresa Franco


Martes, 21 de Junio de 2016

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Ernesto Becerril, secretario del ICOMOS Mexicano; Francisco López,
director de Patrimonio Mundial del INAH; Teresa Franco, directora
general del INAH; Raúl Delgado, director general de Sitios y
Monumentos de la Secretaría de Cultura; Graciela Mota Botello,
presidenta del ICOMOS Mexicano; Gustavo Araoz, presidente
internacional deL ICOMOS, y Nuria Sanz, directora y representante de
la oficina de la UNESCO en México, durante la Mesa Redonda
Autenticidad e Integridad en los Paisajes Urbanos Históricos. Foto
Héctor Montaño INAH

˙ El INAH organizó la Mesa Redonda Autenticidad e Integridad


en los Paisajes Urbanos Históricos, para analizar la
problemática mundial derivada de la creciente infraestructura
inmobiliaria
˙ Expertos coincidieron en que debe rechazarse todo aquel
proyecto que pretenda alterar el carácter histórico intrínseco
del monumento y la viabilidad de su lectura histórica

México, como se observa en su capital y grandes ciudades en


particular, no es un país ajeno a la problemática mundial derivada de
una creciente infraestructura inmobiliaria y de servicios que suele
discordar con los valores de su patrimonio edificado, es por esta razón
que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) organizó la
Mesa Redonda Autenticidad e Integridad en los Paisajes Urbanos
Históricos.

Al plantear los ejes a debatir en el encuentro de reflexión que se


realizó en el Castillo de Chapultepec, sede del Museo Nacional de
Historia, Teresa Franco, directora general del INAH, fue enfática al
manifestar que “no puede permitirse que la especulación rebase a la
planeación” en lo que respecta a generar espacios que más allá de la
ganancia, ponderen los derechos humanos y culturales de la sociedad
mexicana.

El INAH —dijo— tiene la gran responsabilidad de “ir detrás” de muchos


de estos proyectos de los desarrolladores, de dialogar, convencer y
ejercer la autoridad que se le tiene conferida, para acotar lo que a
veces puede suponer un detrimento de los espacios urbanos históricos,
que son los más atractivos para las inversiones privadas y públicas.

En la mesa redonda, en la que se abordaron los antecedentes de una


situación que a nivel mundial se ha acrecentado en los últimos 25
años, y participaron Gustavo Araoz, presidente del Consejo
Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS); Nuria Sanz,
representante de la Oficina de la UNESCO en México; Ernesto Becerril,
secretario del ICOMOS Mexicano, y Raúl Delgado Lamas, director
general de Sitios y Monumentos de la Secretaría de Cultura, la
directora general del INAH expresó que “debemos saber leer de centro
a periferia y viceversa, e interpretar los saldos positivos o negativos de
intervenciones recientes”.
Es aquí en donde los argumentos técnico-académicos deben tener un
peso específico, toda vez que se sustentan en instrumentos normativos
de carácter internacional, como la Recomendación sobre el Paisaje
Urbano Histórico (2011), emanada en el seno de la UNESCO, que
advierte de la fragmentación y el deterioro urbano por el desarrollo
urbano rápido e incontrolado de las zonas urbanas y su entorno.

Teresa Franco explicó que la “necedad” de la que en ocasiones se


acusa al INAH, parte en realidad de “argumentos reiterados que tienen
un fondo, es por ello que no sólo son una oposición de principios, sino
un compendio de saberes”. De ahí que también debe valorarse la
participación de la sociedad civil en la toma de decisiones que le
afectan de forma directa.

“En el país, cada vez más, bajo denominaciones distintas, se van


agrupando actores con capacidad de acción para defender
planteamientos diversos. La obligación del INAH es tener la mejor
fundamentación y ser capaz de difundirla, la sociedad puede estar al
frente de una defensa del patrimonio cuando sabe de qué se trata.

“El reto es enorme, el encuentro que hoy tenemos no se limita a


compartir experiencias nacionales e internacionales, se trata también
de saber leer los intereses de una sociedad que propone cambios,
defiende tradiciones o quiere una transformación del espacio que no
rompa con su identidad comunitaria. Si no logramos hacer valer los
altos planteamientos que tenemos para la defensa de estos espacios
urbanos históricos, habremos fallado en la labor”, advirtió la titular del
INAH.

Francisco López Morales, director de Patrimonio Mundial del INAH,


rememoró el “grito de alerta” que el historiador Silvio Zavala pronunció
en su libro En defensa del Paseo de la Reforma (1993), cuando ya
varios edificios habían rebasado la visual que por mucho tiempo
dominó el Ángel de la Independencia.

Lo mismo que Zavala —continuó—, el arquitecto Enrique del Moral


mostró su preocupación por el devenir de lo que llamaba “ambientes
urbanistas”, en los que “la alteración de uno solo de los elementos
constitutivos de un conjunto monumental rompe el encanto, la
armonía y el equilibrio existentes. La inserción de una unidad nueva
discordante, deja invalidados al resto de los elementos integrantes del
conjunto”.

López Morales hizo hincapié que el origen del llamado Memorándum


de Viena sobre el Patrimonio Mundial y la Arquitectura
Contemporánea (2005) —que también aborda la gestión del paisaje
urbano—, fue la polémica que se dio en torno al posible retiro de esa
ciudad europea de la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, justo
por un proyecto arquitectónico que afectaba la visual de su casco
histórico.

Sobre esa misma temática se expresó Jorge Sánchez-Cordero,


miembro del Consejo de Gobierno del Instituto Internacional para la
Unificación del Derecho Privado (UNIDROIT). El reconocido jurista
destacó que el monumento es vector de una significación cultural,
“asegura el testimonio del pasado para el futuro”, de modo que
“existen tantos patrimonios culturales, cuantos territorios existan. Éste
(el patrimonio cultural) existe por la apropiación que de él hace la
comunidad, y por su transmisión”.

¿Cuál es el proceso evolutivo del paisaje?, cuestionó, “el entorno del


monumento se evaluaba, hasta épocas recientes, en la medida en la
que constituía una dependencia visual y estética del monumento. La
nueva percepción, empero, inscribe al contexto, a su entorno, a su
zona de interés cultural, y en lo sucesivo, en las estrategias de
proyectos urbanos para convertirse en un vector de reflexión para un
desarrollo sostenido del entorno.

“En nuestra legislación, las zonas culturales deben reconceptualizarse


como zonas de protección ya que delimitan un perímetro de
intervención indispensable en la protección del monumento y deben de
inhibir la emergencia de elementos visuales nocivos. Todo proyecto
urbano debe considerar las perspectivas monumentales que concierne
el acceso a los monumentos y a su salvaguardia”.
Por lo tanto —subrayó— “debe rechazarse todo aquel proyecto que
pretenda alterar el carácter histórico intrínseco del monumento y la
viabilidad de su lectura histórica”.

Gustavo Araoz, presidente del ICOMOS, sostuvo que los paisajes


culturales y las ciudades cambian constantemente por lo que no se
debe tratar de congelarlos, sino aprender de los cambios, sin dejar de
proteger y respetar la arquitectura.

La representante de la Oficina de la UNESCO en México, Nuria Sanz,


indicó que el mercado y el patrimonio nunca han sido buenos amigos y
se tiene que reaccionar con mayor celeridad porque hay más de mil
lugares Patrimonio Mundial que están en riesgo a causa de los
desarrollos urbanos de la vida contemporánea.

Raúl Delgado Lamas, director general de Sitios y Monumentos de la


Secretaría de Cultura, coincidió en que el patrimonio cultural se ve
afectado por el desarrollo económico, y puso como ejemplo la
transformación de Paseo de la Reforma en los últimos 16 años,
derivada de proyectos inmobiliarios.

Teresa Franco, directora general del INAH, anunció que se creará un


micrositio en el que se incluirán las ponencias de los participantes de
esta mesa redonda sobre la integridad y la autenticidad de los paisajes
urbanos históricos, así como de las convenciones que hacen referencia
a estos conceptos.

Archivos adjuntos:

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