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Agregó que las violaciones al desarrollo urbano, entre otros problemas, son el
resultado del abandono de esa zona de la ciudad. Informó que esa misma semana
quedó instalada la primera mesa de trabajo interinstitucional en la que participan
30 dependencias del gobierno federal, así como el de la CDMX y las 16 alcaldías.
Y adelantó: uno de los propósitos de esa nueva organización es atender las quejas
por el “daño a la preservación del patrimonio cultural” del centro de la CDMX.
De ese total, 3 mil 504 (37.4%) están catalogados por su valor histórico por el
Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH); artístico, por el Instituto
Nacional de Bellas Artes (INBA), y urbano-arquitectónico, por la Seduvi.
Torre Cuarzo
Uno de ellos es la Torre Cuarzo Reforma 26, desarrollada por Banca Mifel. El
diseño es del arquitecto Richard Meier, Premio Pritzker 1984, quien por primera
vez incursionó en México.
El edificio tiene 42 pisos –180 metros de altura– y se construyó en un predio que
se fusionó con otros cinco. En ese espacio se levantó también una planta con
entrada en la calle Donato Guerra 5, donde se erige otra torre de 27 niveles. La
propiedad pertenece a la empresa inmobiliaria Fibra Uno (Funo) de André El-
Mann Arazi, un mexicano de origen judío.
De acuerdo con Abreu, esa construcción “no tuvo un solo ingreso de trámite” en
ninguna de las dependencias de gobierno obligadas. Además, violó el uso de suelo
y el número de pisos permitido.
Y aunque en su momento la obra fue clausurada, “los dueños pagaron 3 mil pesos
de multa y se comprometieron a permitir la verificación”. Hoy, el edificio sigue
intacto.
Esa obra forma parte del conjunto de 20 plazas que comenzó a construirse de
manera irregular en 2015. En octubre de ese año, Pablo Gutiérrez Monterverde
presentó una denuncia simultánea contra ese proyecto ante la PAOT, la Contraloría
General del gobierno capitalino y hasta en instancias internacionales como la
UNESCO y el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS, por sus
siglas en inglés). Como no obtuvo respuesta, llevó su querella a la ACH. La
dependencia encabezada por González Schmal empezó a darle seguimiento a la
obra.
Sobre el inmueble situado en Eje Central 117 y Delicias 2, catalogado por el INBA
con valor artístico, se construyeron dos niveles por encima de lo permitido. El 12
de junio de 2018, la Dirección de Arquitectura y Conservación del Patrimonio
Artístico Inmueble del INBA le envió un oficio (el número 1595-C/0986) a Arturo
Balandrano Campos, entonces coordinador nacional de Monumentos Históricos del
INAH.
Escandalosas omisiones
González Schmal y Abreu aseguran que los seis casos se deben a la “falta de
voluntad” y actuación conjunta de autoridades federales, locales y delegacionales.
Y sentencian: “Las autoridades dejan hilos sueltos para no poder hacer nada
(contra los constructores)”, y éstos aplican el “más vale pedir perdón que pedir
permiso”.
Además, ponen en duda la labor del Invea, otrora a cargo de Meyer Klip, al
mencionar que imponía sanciones “tibias” o actuaba de manera omisa. Cuentan
que cuando solicitaron la verificación de una obra irregular, los empleados
llegaron cuando los albañiles se habían ido a comer. Y como no vieron a ningún
trabajador, concluyeron que “no había ninguna obra en ejecución”.
Para superar las anomalías de este tipo Abreu propone la creación de una base de
datos “única, pública y transparente” para cotejar la información de las obras;
actualizar de manera periódica la expedición de permisos por las dependencias
involucradas; establecer mecanismos específicos para detectar, revisar y, en su
caso, detener obras irregulares; suscribir convenios con el gremio hotelero y
comerciante para denunciar acciones de este tipo, así como difundir la
normatividad a cumplir antes de iniciar cualquier modificación en inmuebles en
los perímetros “A” y “B”.
González Schmal asegura que “lo comercial y lucrativo puede devorar lo cultural y
lo histórico. Eso no podemos permitirlo”. Por fortuna, dice, la nueva Constitución
Política de la Ciudad de México da a la ACH más facultades ejecutivas y de apoyo a
la jefatura de gobierno para conservar esta zona y detener su devaluación histórica
y turística.
Al cierre de edición, Proceso consultó por escrito a la Seduvi sobre el trabajo que
coordinará con la ACH en lo que atañe a las obras irregulares, acerca de la
instalación de la Mesa de Infraestructura y Obras Irregulares, y respecto de cuáles
son los inmuebles artísticos e históricos dañados y cómo se frenarán las
irregularidades.
La Seduvi aclaró que encabeza dos mesas de trabajo con la ACH: la Mesa de
Reordenamiento y la Mesa de Infraestructura; en ambas participan representantes
de otras instituciones del gobierno local, así como las federales INAH e INBA.
Comentarios
No hay colonia o delegación en la Ciudad de México –por no hablar del resto del
país– que no haya padecido abandono, falta de interés o mantenimiento, y
hasta el avasallamiento de alguna plaza, avenida, calle, edificio o casa
emblemática. Han cedido su lugar a descomunales torres de oficinas o
departamentos, gigantescos centros comerciales, puentes y segundos pisos, sin
que aparentemente nadie pueda imponer un freno. Los arquitectos Enrique X.
de Anda y Gustavo López Padilla, luego de analizar las debilidades de la ley, la
atadura de manos en la cual se encuentra el INBA, exponen el desinterés del
legislativo.
A decir de López Padilla se deben revisar los instrumentos legales, hacerlos más
fuertes, pero sobre todo crear conciencia del valor patrimonial para tener una
sociedad más informada, dispuesta a defender y preservar su legado
arquitectónico y cultural por encima de los intereses económicos.
La plusvalía
El problema, dice, es que “hoy en día en la arquitectura moderna todo está como
fracturado, está desvinculado; los símbolos, los significados, las importancias
existen, lo que no sabemos es cómo acercarnos a ellos porque nunca nos han
enseñado”.
En su opinión, más allá de los valores estéticos de los edificios, algunos
“maravillosos, hermosísimos”, lo más importante es el proyecto de vida que
plantea la arquitectura, su vinculación con la historia del sitio donde se erige, con
la tecnología, el confort, la iluminación. Lamentablemente hay ahora obras que son
simples operaciones comerciales:
“¿Cuánto le voy a invertir y cuánto voy a ganar y en cuánto tiempo? Lo que pase
alrededor, si depredo, dejo sin servicios, si se vuelve un caos la ciudad porque
incremento el número de vehículos etcétera, me tiene sin preocupaciones. Eso es lo
que piensan los operadores comerciales, su problema es cómo multiplicar
rápidamente el capital financiero. Yo no puedo decir que esas operaciones sean
obras arquitectónicas, no lo son.”
Son cuestiones que van más allá del ejercicio de un proyecto arquitectónico, están
relacionados con la forma en la cual los administradores de la política y de los
asuntos públicos entienden las políticas públicas:
No se trata de decir que todo lo pasado fue mejor, pero basta observar las
dimensiones, la amplitud, la cantidad de luz que entra por un edificio de los años
cincuenta del siglo XX, los halls, “usted entra y se siente confortado, cómodo, hay
escaleras amplias diseñadas para subir descansadamente, baños amplios, y no
hablo de fachadas maravillosas”.
Hay edificios catalogados con valor artístico, y si alguno de ellos está en riesgo el
INBA puede “persuadir al propietario cuando le solicita autorización de
intervención, de que no lo desfigure del todo o no lo vaya a tirar”. ¿Qué sucede?,
pregunta el arquitecto De Anda, y responde él mismo que se tiran en las noches o
los fines de semana:
“Estamos hablando de una ley que no ha podido ser modificada. Se han hecho
muchas reflexiones, muchas solicitudes para que se replantee y se pueda pensar en
otros términos para realmente poder garantizar que no se dañen esas piezas de
arquitectura. El problema es que no hay mucho interés por parte de los órganos
legislativos, ese es el tema”.
Insiste en que no es sólo la parte legal –no se trata de culpar a la ley o a Bellas
Artes–, sino los proyectos de ciudad que plantean los gobiernos locales. Es una
cadena en la cual intervienen las oficinas responsables del desarrollo urbano en
cada uno de los estados del país y las ciudades. Muchas veces los proyectos se
deciden por el factor de la plusvalía y no por el valor histórico del patrimonio,
quizá sólo los detenga la existencia de zonas protegidas como los centros
históricos, pero se van a los alrededores donde no hay monumentos históricos,
pero sí arquitectura del siglo XX que queda desprotegida cuando se autorizan los
nuevos modelos de desarrollo.
Recuerda que cuando estuvo como jefe de gobierno de la Ciudad de México, Andrés
Manuel López Obrador determinó que se concentrara la construcción en cuatro
delegaciones centrales para evitar que la ciudad siguiera desbordándose. Se abrió
la posibilidad a los desarrolladores. Sucede que en colonias emblemáticas como la
Roma o Hipódromo Condesa, donde hay casas de fines del siglo XIX y principios del
XX, se autorizan torres o complejos de departamentos. Bellas Artes pide que al
menos “se respeten las fachadas”.
¿Qué se puede hacer? Responde que revisar la ley y crear conciencia, en principio;
luego, dialogar con las autoridades y hacerlas entender el valor patrimonial,
motivar a la academia para que se ocupe de estos asuntos porque es donde se
genera el conocimiento, y habría que incluir en los libros de texto gratuito un
capítulo sobre la defensa del patrimonio.
Reconoce el trabajo que se hace en el área de Arquitectura del INBA, “con magros
recursos y muchas dificultades, no tienen una ley que los apoye, y pare usted de
contar. Entonces, ¿dónde están las asociaciones civiles?, ¿dónde están los
patronatos?, ¿dónde está el interés de los grandes consorcios por ayudar a la
arquitectura y servirse de la arquitectura? No hemos sido capaces para
incentivarlos, ahí tenemos una tarea pendiente los intelectuales, los críticos,
tenemos un asunto pendiente que resolver con la sociedad. Espero que a mí la vida
me dé tiempo de hacerlo”.
Sentido de ciudad
“Hay una buena cantidad de obras intervenidas con poca sensibilidad, con poco
sentido de su valor y, efectivamente, no hay leyes que protejan el patrimonio. El
INBA tiene muy pocos instrumentos, son muy endebles, para proteger el
patrimonio. Se ha avanzado algo, cuando empecé a tener interés en la arquitectura
contemporánea había muy poca información. Hoy en día hay mucha más y, sobre
todo, la sociedad en general está más consciente del valor patrimonial de las obras,
las ha hecho suyas, forman parte de su cultura, de su historia, de sus tradiciones.”
A decir del especialista, entre las principales amenazas que enfrenta el patrimonio
está la falta de una legislación clara, aprobada por la Cámara de Diputados y la
Asamblea Legislativa de la Ciudad de México, pero el máximo peligro tiene que ver
con la ambición, con la especulación:
“Cuando la gente sabe que posee un patrimonio, pero dice ‘a mí lo que me interesa
es hacer un negocio’, tiene que ver con la legislación endeble pero también con la
ambición, con la idea de especular, incluso de manera excesiva, porque en algunos
casos se destruye el patrimonio buscando un desarrollo muy grande con la idea de
tener dinero rápido y fácil.”
“Cuando uno ve imágenes de los años veinte, puede decir ¿qué ciudad europea es
ésta? Un montón de casas europeas con sus grandes avenidas arboladas. El
problema es que la arquitectura moderna destruye aquellos edificios
patrimoniales que vienen de la época de don Porfirio.”
López Padilla dice que lo grave no es que una obra arquitectónica sustituya a otra,
pues si fuese de la misma o mejor calidad hasta podría ser “compensatorio”. Pero
cuando se ven las imágenes de los años veinte de la colonia Juárez y las de la
actualidad, “es terrible”.
Nuestra ciudad mantuvo durante décadas construcciones de dos pisos, pero creció
en forma horizontal, “desparramada, destruyendo la naturaleza, los cuerpos de
agua, los bosques, somos los campeones de la depredación”, vaya, “fuimos capaces
de secar cinco enormes lagos”. Esa es una ciudad ineficiente, agresiva con la
naturaleza, con muchos kilómetros de vialidades que hay que reparar, muchos
kilómetros de tubería de drenaje, agua potable, electricidad.
Es mejor un modelo de ciudad compacta. Piensa en el París del siglo XIX en el cual
Napoleón III pidió al arquitecto Georges-Eugène Haussmann un plan para articular
los nodos de la ciudad, que entonces era medieval con calles angostitas, la gente
ponía barricadas y el monarca no podía controlarlos. Se construyen entonces
amplias avenidas y “una ciudad compacta, con un perfil muy homogéneo con
edificios de entre seis y ocho pisos.
Sí, es necesario densificar la Ciudad de México pero “el problema es dónde y cómo”.
Advierte que no se puede hacer a costa de destruir el patrimonio, sería
imperdonable, aunque ya se ha hecho. Expone varios ejemplos de ciudades
europeas como Ámsterdam, Madrid, Copenhague, que han logrado crecer hacia
arriba sin invadir sus centros con megatorres y conservando su patrimonio
histórico:
“Hay que hacerlo con inteligencia, sensibilidad, respeto, conciencia del valor
patrimonial, los ejemplos están ahí.”
Lo importante, añade, es que la arquitectura contribuya a “hacer ciudad” y a
conservar nuestra memoria. Lo primero es documentar y valorar las obras con
cualidades patrimoniales, hacer consciente a la sociedad de su valor para que
participe en su defensa y buscar mejorar los instrumentos legales.
Señala que a las ciudades modernas les hizo mucho daño el desarrollo industrial y
tecnológico, particularmente el automóvil, sobre todo en Estados Unidos. Los
europeos fueron más sensibles y respetuosos de su patrimonio, aunque también
hubo impacto.
Sánchez Padilla menciona el caso del río Cheonggyecheon, en Seúl, Corea del Sur,
que hace décadas se entubó, era un canal de aguas negras sobre el cual se
construyó una vialidad, luego un segundo piso, hasta que se decidió demoler
ambas obras viales para recuperar el río y hacerlo potable, y ponerle un paseo para
el disfrute de los ciudadanos de a pie.
Comentarios
Judith Amador Tello
En todo el territorio nacional existen poco más de 400 ciudades, con más
de 120 millones de mexicanos que habitan en un territorio de más de 2
millones de kilómetros cuadrados. La ciudad de México tiene una
extensión de 1,485 km2, que ha sido catalogada como ciudad global, y
uno de los centros financieros y culturales más importantes del
mundo con una de las economías más dinámicas a nivel internacional.
La CDMX es el núcleo urbano más grande de la república mexicana y
el principal centro político, económico, social, académico, financiero,
empresarial, turístico, artístico, cultural, de comunicaciones, de
entretenimiento y de moda. Es por ello que el Colegio de Urbanistas
de México, en conjunto con 26 organizaciones e instituciones
especializadas en urbanismo,convocaron para hacer algunas
propuestas urbanas con el propósito de crear conciencia y mejorar la
calidad de nuestras ciudades. En MxCity, te traemos las 10 propuestas
ganadoras.
Parking Trees
Fortino Acosta y Marco Antonio Martínez
Cubrir las calles con árboles nativos a través de micromódulos que
presten los servicios ambientales de un ecosistema, es la propuesta de
Fortino Acosta y Marco Antonio Marínez. Parking Trees ayudará a
absorber agua de lluvia, bajar los índices de contaminación locales y
proveer de un hábitat para algunas especies de fauna silvestre. Los
beneficios y ventajas de usar estos módulos de “estacionar árboles” en
cientos de colonias se volvería un beneficio multiplicador para todos los
que habitan en esta gran ciudad.
Añoranzas
Esther Venegas Ramírez
Esta propuesta va a favor de los adultos mayores que han sido
olvidados en este tejido social, porque han sido testigos de la vivencia de
los habitantes de una ciudad, de sus relaciones sociales, las
costumbres y la vida de los barrios. Con ello se pretende crear un mapa
virtual en una plataforma digital en la que cualquier persona puede
consultar la historia de la ciudad y de sus barrios que lo conforman,
además de la divulgación en los museos de la Ciudad de México, en
escuelas y en kioscos de turismo.
Bici Tláhuac
Ingrid Valdés González
Este proyecto busca la seguridad, la facilidad del transporte y la cultura
del medio ambiente basados en un transporte ecológico. Busca
conectar los pueblos, estaciones del metro, escuelas, mercados,
centros deportivos, entre otros lugares por medio de una ciclopista
urbana que mejore la calidad de vida de las personas. El proyecto tiene
como beneficio el bienestar del ciudadano al reforzar la movilidad en
bicicleta.
Raíces Urbanas
Clara Alejandra Bellazetín Mejía
Clara Mejía busca desarrollar una aplicación enfocada a incentivar los
huertos urbanos en la Ciudad de México. Por lo que desea facilitar
información y materiales que ayuden a los ciudadanos a iniciar el proceso
de un huerto, así como una conexión entre productores locales y
ciudadanos para llevar a cabo la comercialización de sus productos. Con
ello, reducir la huella ambiental de los productos que se consumen en el
país e incentivar la agricultura urbana, porque aumenta la resilencia de las
ciudades.
Hotel Umbral
Dónde: Venustiano Carranza 69, Centro Histórico.
Cuándo: 24 x 7
Cuánto: desde $2500
Reservaciones // Facebook // Twitter // Instagram
La clave para disfrutar esta experiencia será dejarte llevar por las ilusiones
y actos, los cuales irán incrementando de dificultad con cada minuto.
Habrá más de 20 acrobacias con burbujas que te dejarán anonadado.
Si creías que soplar burbujas era un acción fácil, te sorprenderás en este
recinto. El día será ideal para ir acompañado de familiares y amigos, así
que aprovecha la última función en la ciudad.
El Señor de las Burbujas
Dónde: Carpa Geodésica
Dirección: Av de los Insurgentes Sur 2135, San Ángel, 01000 Ciudad de
México, CDMX
Cuándo: Domingo 25 de agosto, 12:00 pm
Precio: $250 general. Adquiere tus entradas en Boletia.
INAH
INAH
INAH
Foto Siempre!
“El objetivo fue apreciarlos desde un punto de vista científico, para
saber cómo se construyeron, conocer el estado de conservación que
tienen las reliquias y plantear una propuesta de intervención”, comentó en
ese entonces Gabriela Sánchez Reyes, especialista de la Coordinación
Nacional de Monumentos Históricos del INAH. La radiología digital que se
utilizó para esto, es una herramienta portátil que proporciona
información en segundos permitiendo hacer grandes acercamientos
para su análisis y registro.
El cuerpo-relicario de san Vicente Niño perteneció a la Colegiata de
Guadalupe, que hoy se conoce como la Basílica, y el de san Deodato
procedía del Ex Convento de Santa Teresa la Nueva, desde el siglo
XIX ambos forman parte de la capilla de las reliquias de la Catedral
Metropolitana de la Ciudad de México, donde se muestran en la festividad
de Todos los Santos, el 1 de noviembre, junto con otro medio
centenar de relicarios hechos en plata, oro y madera.
Foto Siempre!
Foto Siempre!
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Ernesto Becerril, secretario del ICOMOS Mexicano; Francisco López,
director de Patrimonio Mundial del INAH; Teresa Franco, directora
general del INAH; Raúl Delgado, director general de Sitios y
Monumentos de la Secretaría de Cultura; Graciela Mota Botello,
presidenta del ICOMOS Mexicano; Gustavo Araoz, presidente
internacional deL ICOMOS, y Nuria Sanz, directora y representante de
la oficina de la UNESCO en México, durante la Mesa Redonda
Autenticidad e Integridad en los Paisajes Urbanos Históricos. Foto
Héctor Montaño INAH
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