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Débora De Sá
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Foto: crystalhollenbeck.com
Sal de casa
Una vez que tu mundo interno esté en orden, que sepas lo que quieres y lo que no y que
estés abierto a conocer a alguien entonces deberás salir de casa y animar tu vida social. A
menos que te enamores de tu vecino(a) o del repartidor, difícilmente esa persona ideal
llegará a tocar a la puerta de tu casa, por eso es importante salir a la calle. Intenta en la
medida de lo posible de acudir a los lugares donde piensas que podría estar esa persona que
comparta al menos tus aficiones. Si te gusta el arte, leer y el cine de autor por favor no
busques pareja en una discoteca juvenil o en un bar de rugby, acude más bien a clubes de
lectura, eventos culturales, fiestas en galerías de arte etc. Aplica esta premisa sea cuál sea tu
caso y preferencias
Ten paciencia
Nadie dijo que la pareja ideal estaba a la vuelta de la esquina, a veces podemos demorar
mucho tiempo en encontrarla, pero paciencia, si sigues estas recomendaciones es posible
que con el tiempo halles a alguien con quien puedas compartir una relación de calidad.
Mientras tanto disfruta de tu soltería y de la maravillosa soledad.
Si deseas leer más artículos parecidos a cómo encontrar la pareja ideal, te recomendamos
que entres en nuestra categoría de El coqueteo y la atracción.
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Actualmente, el tema de la pareja ideal es uno
de los que más preocupan a aquellas personas
que sienten no han podido encontrar un amor
con quien compartir sus vidas. A veces amamos
y no nos aman, o a veces nos aman y no
amamos. Y a veces las cosas entre dos personas
simplemente terminan por una cosa u otra. Por lo
que sea: el punto es que de repente uno se
encuentra solo, muchas veces añorando amores
pasados o imaginando el amor ideal, nos llegan a
la cabeza muchos pensamientos, como si
realmente existirá en este mundo alguien que
nos comprenda y con quien podamos compartir
felizmente el resto de nuestra vida.
Mucho se dice por ahí que el amor llega cuando menos se espera. Y mucho de sabio hay en esta
afirmación, pues si buscamos el amor con desesperación, lo único que estaremos
haciendo es ahuyentàndolo, pues las personas a nuestro alrededor de algun modo sentirán
nuestros mas profundos sentimientos, y sentir la desesperación y la disconformidad de alguien
solo provoca que el amor no surja espontaneo, pues aunque no nos demos cuenta, lo estaremos
exigiendo y demandando, y esto no es nada agradable para quienes pretenden acercarse a
nosotros. Imagina que te acercas a alguien porque te quiere regalar un dulce y justo al
momento de aceptarlo te lo quiere cobrar muy caro o te pide o exige que tu le des un dulce u
otro regalo por lo que ella te dio. Quiza te indignas y el dulce ya no sabe igual. Lo mismo pasa
con el amor: ¿A quién le gusta que le exijan amor? A nadie. El amor es un sentimiento tan
espontáneo, es una acción de dar y compartir nuestras bellezas y grandezas, de dar lo más
hermoso de nosotros, sin estar esperando retribución.
Pero dar sin estar esperando recibir sólo llega cuando aprendemos a aceptarnos, amarnos y
respetarnos, cundo encontramos nuestras propias genialidades y grandezas,
entonces podemos compartir "nuestras mieles” , vienen muchos o muchas a querer compartir lo
que somos.
Entender la maravilla del amor y dejarlo de ver como algo doloroso, complicado e imposible es
cuestiòn de entender que el amor empieza en uno mismo. Si pensamos que “el amor duele”, y
creemos que entre más duele, mas amamos, podemos ponernos a menudo en situaciones
carentes, conflictivas o que no nos llevan a nada sino a mas dolor y confusión. En realidad lo
que nos duele no es "el amor" que espermos nos den los demás, sino precisamente la
falta de él hacia nosotros mismos, en nuestra inhabilidad para entendernos, conocernos y
descubrir nuestras bellezas: y aprender a compartirlas.
Si mbuscamos el amor esperando que el otro o la otra "me haga feliz" o "para que mi vida sea
mejor", es estar esperando que alguien venga y llene la propia carencia afectiva. Bajo esta
situaciòn quizá nos enamorarnos fácilmente de muchos o muchas según el caso, pero ese tipo
de relaciones que se buscan “para sentirse bien uno”, suelen crear dependencia y mucho dolor
emocional, porque, en el fondo, lo mas seguro es que atraigas a tu vida a alguien carente
afectivo (por eso de que semejante atrae semejante), es decir, que atraeras a una persona que
también necesitara llenarse de los demás.
Y ¿Cómo podemos pedirle a alguien que nos ame si aquel o aquella no puede ni amarse
a si mismo? Y ¿Cómo podemos amar o comprenderlos a ellos, si no sabemos tampoco como
hacerlo con nosotros mismos? Si busco el amor porque creo que eso hará que mi vida cambie y
me rescatara de mi infelicidad, no es un buen comienzo. El verdadero amor se busca con la
actitud de compartir lo que soy. Y aunque bien es cierto que dos personas pueden crecer
juntas aunque no sepan del todo amarse, y pueden descubrir el amor juntas sin necesidad de
ser “perfectas”, si no tenemos un poco de conocimiento y profundidad respecto a que es
amar realmente, entonces la relación que tengamos o encontremos en el futuro se hará difícil y
complicada con el tiempo, porque trataremos de que el otro cumpla nuestras propias
expectativas o ideales, lo cual nos traerá una larga lista de conflictos.
Asi que, resumiendo un poco todo lo anterior, podemos decir que para encontrar a la pareja
ideal uno tendría que orientar la búsqueda con la actitud y disposición no solo de amar al
otro, sino de aprender a amarme a partir del otro, lo cual sin duda hará de la relación un
encuentro más profundo y enriquecedor: una relación con más potencial de llegar a grandes
alturas.
La pareja ideal no es solamente esa que nos comprende y nos da lo que queremos o esperamos:
es aquella que nos ayuda a crecer, a encontrarnos, a descubrirnos y ser más grandiosos.
Si alguien logra hacerte sentir fuerte, orgulloso de ti, un ser digno de ser amado y respetado, y
inspira a descubrir tus potenciales creativos, entonces esa es tu pareja ideal, porque te está
llevando a tu propia belleza y grandeza.
Si crees que no existe o la has buscado sin respuesta, es porque estas esperando depender de
alguien, y por eso encuentras justo eso. Así que mejor quita el dedo del renglón y cambia de
ruta, deja de buscar para que te hagan feliz y mejor concéntrate en tu propia vida, en lo
que te hace feliz, conoce tus debilidades y acéptate, deja de criticarte y sentirte víctima y
conviértete en tu mejor amigo o amiga. Y te aseguro que cuando más distraído estés
construyendo tu propia felicidad, aparecerá ese alguien ideal que buscas.