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Moro, Diana. Reseña de La poesía, reino autónomo de Roberto Fernández Retamar. Anclajes, vol.

XXII,
n° 2, mayo-agosto 2018, pp. 137-140
DOI: 10.19137/anclajes-2018-22211

Reseñas
La poesía, reino autónomo

Roberto Fernández Retamar


Villa María: EDUVIM, 2016, 305 páginas.

“L ejos de agotadas antinomias, la


vigorosa escritura del texto se
inscribe en la zona intersticial de la reflexión
Entre los materiales panorámicos se
cuentan cinco textos; tres de ellos son es-
tudios críticos, que fueron escritos inicial-
cultural donde confluyen crítica y poiesis”. mente como conferencias, y dos prólogos.
La cita se lee en la contratapa del libro y es El primero de estos se titula “Situación
parte de la sinopsis, a cargo de Nancy Calo- actual de la poesía hispanoamericana” de
marde; anticipa y pone de relieve el carác- 1957 y fue publicado por primera vez en
ter ensayístico de la obra crítica de Roberto 1958. Se percibe allí un afán de historiza-
Fernández Retamar. Ese paratexto habla, ción del universo de la poesía en Hispa-
en gran medida, de los fundamentos de la noamérica, con epicentro en el ámbito
Colección Poliedros, serie Zona de Crítica cubano y con vasos comunicantes hacia
-coordinada por Rosana Patiño- de la edi- los movimientos europeos. Examina la
torial de la Universidad Nacional de Villa escritura poética durante los últimos cua-
María para la publicación de este conjunto renta o cincuenta años contados a partir
de textos del autor que datan algunos de la del presente de la enunciación. Establece
década de 1950 y la reedición, con agrega- una genealogía, cuyas categorías clasifica-
dos de La poesía, reino autónomo, publica- torias funcionan hasta hoy, en términos
do por primera vez en el año 2000. Tal es de historia de la poesía y, si bien preten-
la aclaración realizada por el propio autor de prescindir de los nombres, algunos se
al inicio del libro, al tiempo que expone su hacen presentes como paradigmas: moder-
organización: “materiales panorámicos en nismo (Rubén Darío, Leopoldo Lugones);
la primera parte; en la segunda, otros so- posmodernismo (Ramón López Velarde,
bre autores u obras, y en la tercera, breves Gabriela Mistral); vanguardia (Jorge Luis
páginas hechas ante la muerte reciente de Borges, Pablo Neruda); posvanguardia
algunos creadores” (9). que es practicada por la propia generación

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vanguardista al renegar de la “frivolidad” hoy en día. Finaliza con la exposición de
de la vanguardia, como César Vallejo, y se un tema cuyo debate no está saldado: la
consolida en 1940, con poetas como César noción de “realismo”, por un lado, vin-
Rosales, Octavio Paz, José Lezama Lima, culada a la poesía y, por otro, vinculada a
Cintio Vitier, Eliseo Diego, Ernesto Sán- la literatura en general que constituía una
chez Mejía. discusión central en la Cuba de 1968.
El segundo de los textos panorámi- El tercer artículo también establece un
cos se titula “Antipoesía y poesía con- diálogo con el primero, a través de algunas
versacional en Hispanoamérica”, data de autocitas. Inicialmente una conferencia
1968, aunque el propio autor propone pronunciada para la inauguración del ci-
leerlo como “una especie de complemen- clo “La poesía en los poetas de la nueva
to de otra que di hace algo más de diez generación”, en La Habana, data de agosto
años” (33); se refiere justamente al texto de 1959. La fecha es muy elocuente dado
que le antecede. Si bien utiliza el térmi- que podría considerarse como un texto
no “generación” como categoría, aun en fundante en cuanto a cómo este intelec-
ese texto anterior, advierte la necesidad de tual pensaba la poesía en el contexto de la
relativizar la noción, porque requiere ver revolución triunfante: “cargada de respon-
cómo “se interpenetran las generaciones sabilidad, limpia de hojarasca, apegada a
en las épocas” (34). Poemas y antipoemas las cosas del hombre” (59).
(1954) de Nicanor Parra, según el autor, Cierran este primer apartado dos pró-
sirve para nombrar toda una corriente lla- logos: el primero para presentar Poesía
mada “antipoesía” que “es una poesía anti- joven en Cuba, una compilación realizada
Neruda” (36-37). Aunque sin desconocer junto a Fayad Jamis en 1960. Se pregunta
las características epocales, hace uso de la a partir de qué momento se considera la
afirmación muy utilizada por los formalis- poesía nueva en Cuba. Señala que prefie-
tas rusos: “lo que más influye sobre una ren incluir, en esa antología, poetas de la
obra literaria es otra obra literaria” (36) y, generación del cincuenta porque se trata
desde esa perspectiva, observa los caminos de jóvenes que, por esos años, pugnaban
abiertos por las retóricas poéticas que per- por formar parte del canon y sus obras se
miten o dan lugar a otras corrientes. Traza editaban de manera dispersa en revistas de
así linajes y tradiciones entre las corrientes circulación restringida a pequeños grupos,
poéticas contemporáneas y las de tiempos en hojas sueltas o en ediciones minúsculas
pretéritos. Por ese derrotero argumental, (71). El segundo prólogo pertenece a An-
define las dos líneas del posvanguardismo: tología de poetas españoles del siglo XX, libro
la antipoesía y la poesía conversacional. La publicado en 1965. Según puede inferirse
primera, representada por Nicanor Parra, a través de la lectura de este texto, la com-
es deudora de una tradición más europea pilación tenía el objetivo de difundir en la
(el prosaísmo teorizado por Campoamor, isla obra poética de autores españoles cu-
luego por Elliot y adjudicado a Bécquer yos libros individuales resultaban de escasa
por Juan Valera); la segunda es la represen- circulación.
tada por Ernesto Cardenal que deriva de El segundo apartado del libro consta
la tradición estadounidense –“Cardenal ha de veintitrés artículos; la mayoría de ellos
dicho que él no es más que un secuaz de versan sobre el trabajo de distintos poe-
los grandes poetas norteamericano, lo cual tas: Alfonso Reyes, Juan Ramón Jiménez,
desde luego no es cierto” (46)–. Expone un Eliseo diego, Regino Boti, Rubén Martí-
esquema diferenciador de esas dos tenden- nez Villena, César Vallejo, Pablo Neruda,
cias cuyas características resultan vigentes Fayad Jamis, Domingo Alfonso, Cintio

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Vitier, Ernesto Cardenal, Jaime Sabines, literario cubano, a través de la publicación
José Emilio Pacheco, Rubén Darío, Rafael de sus textos en revistas editadas y difundi-
Alberti, José Martí, Dulce María Loynaz das en la isla. La primera publicación data
y Nicolás Guillén, Gonzalo Rojas, Arturo de 1927, en la Revista de Avance y se tra-
Corcuera, Fina García Marruz, Pedro Mir. ta de “Poesía nueva” (130). En ese rastreo
En general, se trata de artículos sucintos establece una distinción de esa presencia
–reseñas, homenajes públicos, prólogos– a entre dos momentos: antes y después de
excepción de algunos, como el dedicado la revolución. Si bien, señala que antes de
a Regino Botti que tiene la envergadura la revolución, se le había reconocido por
de un estudio sobre su poesía. La mayo- “su poesía superior, por la inmensa religio-
ría están ordenados cronológicamente: el sidad y su militancia comunista” (135), a
primero, una reseña del libro Obra poética partir del triunfo de la revolución cubana,
de Alfonso Reyes, para la revista Orígenes, “se incrementó entre nosotros el interés
data de 1953 y el último, de octubre de por Vallejo” (135) y realiza un exhaustivo
2013, fue leído en el homenaje al poeta recuento de esa presencia.
Pedro Mir, realizado por la Universidad Según esta lectura, merece destacarse
Autónoma de Santo Domingo. En este as- también “Rubén Darío en las modernida-
pecto, también se presenta una excepción: des de nuestra américa” (191-214); data de
se trata de uno dedicado a César Vallejo es- 1988, en el centenario de Azul y fue publi-
crito en 2013, que se incorpora a continua- cado por primera vez en 1992. Dedicado
ción de otro escrito en 1965. En la edición a la memoria de Ángel Rama, el artículo
de estos trabajos del intelectual cubano, se expone una revisión crítica del concepto
ha querido que los artículos sobre el poeta de “modernidad” en relación con el de
peruano sean leídos en conjunto; además, “modernismo”. El espesor histórico de
ocupan el centro del volumen. El primero las reflexiones y las alusiones a los debates
de ellos es el prólogo a la edición cubana teórico-críticos en referencia a ese tópico
de Poesías completas, de 1965. En él, Fer- en América Latina hacen de este un aporte
nández Retamar, además de caracterizar la con absoluta vigencia. Además, Fernández
obra prologada, desarrolla una teoría sobre Retamar describe las acciones de Casa de
la emergencia de la vanguardia: “el rechazo las Américas realizadas en pro del cente-
(…) a la razón burguesa (…) (123). De nario de Rubén Darío y de la organización
ahí, por ejemplo, que el surrealismo apa- del “Encuentro con Rubén Darío” celebra-
rentemente no más que una exaltación de do en Varadero en 1967, como así también
lo irracional, ofrezca un ensanchamiento las diversas posturas que debatían la forma
de la racionalidad (…)” (124). Establece, en que la revolución socialista, en Cuba,
con ese eje, un paralelo entre la emergencia asumía la valoración del nicaragüense.
de la vanguardia en Europa y la escritura Como no podría ser de otra manera,
de Trilce (1922). Expresa que la de Valle- adquiere relevancia, en este comentario,
jo es una poesía de situaciones (cursiva del el trabajo dedicado a José Martí, “Contra
autor) aun en la poesía posterior, Poemas el verso retórico y ornado”, prólogo a la
humanos (1934). De ese modo, constru- edición de una antología de poesía mar-
ye una explicación acerca de esa isocronía tiana, publicada en España, en 2002. El
entre las manifestaciones vanguardistas prologuista aquí opta por pasar revista a
en Europa y en Santiago de Chuco. El la recepción crítica inmediata de la obra
segundo artículo sobre Vallejo, de 2013, poética del poeta cubano y de realizar, de
es el resultado de un trabajo de archivo: manera exhaustiva, la descripción del de-
rastrea la presencia del poeta en el campo rrotero de publicación de la obra poética,

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escasa en vida del autor y, en consecuen- Alfonso, expresa: “Cada época no tiene
cia, problemática la que vio la luz póstu- solo su poesía, sino también su poeta, su
mamente. Ofrece así unas coordenadas modo de ser poeta (…) posmodernismo,
necesarias para leer la antología. vanguardismo, trascendentalismo, todos
Dos artículos son dedicados al “poeta han supuesto tanto una manera de poesía
nacional”, Nicolás Guillén, “denomina- como una manera de poeta” (158). Ade-
ción que no le satisfacía demasiado” (243). más, en la mayoría de ellos, puede leerse
El primero de ellos fue leído en ocasión del una línea autobiográfica que expone rasgos
centenario del nacimiento de este poeta y del derrotero intelectual de su autor: sus
de Dulce María Loynaz, en la Casa de las lecturas por supuesto, sus amistades más
Américas en junio de 2002 y el segundo, cercanas: Fayad Jamis, Cintio Vitier, Fina
“Nicolás Guillén: hispanidad, vanguar- García Marruz, por ejemplo, o la persis-
dia y compromiso social”, de 2003 y sin tencia de una figura faro como la de Mi-
datos de publicación anterior. Fernández guel de Unamuno “(a quien yo admiraba
Retamar hace hincapié en la hispanidad sin tasa)” (257).
de Guillén, en su vínculo político con la Finalmente, la tercera parte del libro
España de la república. En términos lite- consta de doce textos breves, ordenados
rarios, destaca la incorporación del son y cronológicamente, todos escritos en oca-
la creación de la “prosodia negroide” (252) sión del fallecimiento de poetas y escrito-
y considera que “Guillén fue a partir de res ilustres o bien como recordatorio de su
1930 un auténtico poeta de vanguardia, muerte: Gabriela Mistral, Alfonso Reyes,
lo que no quiere decir obligadamente van- Jules Supervielle, Ezequiel Martínez Es-
guardista: si bien lo era en sus audacias trada, Roque Dalton, Jorge Luis Borges,
idiomáticas y en algunas imágenes (…)” entre otros. Cierra esta última parte y
(257). Expresa que su poesía, “como toda también el libro “Primeras palabras sobre
la auténtica poesía de nuestra lengua des- Cintio muerto”, líneas redactadas para La
de finales del siglo XIX, procede de aquel Jiribilla, en 2009. En ese texto, además de
movimiento intensamente renovador, no la pena por la pérdida del “amigo más fino
de sus epígonos desangrados y repetitivos, y constante” (304), se refuerza la historia
por supuesto. Sin embargo me doy cuenta intelectual compartida de la construcción
de lo discutible del criterio, según el cual de la institucionalidad literaria cubana.
nuestra verdadera vanguardia sería el mo-
dernismo” (258). Desde el punto de vista
Diana Moro
temático, califica a Guillén “poeta de la
Instituto de Investigaciones Literarias y
descolonización” (260) y también “el gran Discursivas, IILyD
poeta del amor y de la muerte, de la nos- Universidad Nacional de La Pampa
Argentina
talgia y del humor, de la flora y de la fauna,
de la risa y de la ansiedad (…). Nada de lo
humano le fue ajeno” (261).
Como síntesis de esta segunda parte
de La poesía, reino autónomo podría de-
cirse que contiene artículos que colaboran
con una historia de la poesía hispanoame-
ricana y con una teoría de la historia de
la poesía, aun siendo textos escritos para
coyunturas específicas. Por ejemplo, en
el artículo referido a la obra de Domingo

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