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¿El futuro era esto? Hans Haacke y el paisaje en destrucción

Article · December 2013

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1 author:

Rafael Jackson-Martín
University of Puerto Rico at Rio Piedras
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- Fb -P
f
E
0L FUTURO ERA ESTO?:
HANS HAACKE Y EL
PAISAJE EN DESTRUCCION
THIS WAS THE FUTURE?: HANS HMCKE AND THE LANDSCAPE IN DESTRUCTION
Rafael Jackson-Martin
El trayecto que cubren los taxis desde ci
aeropuerto de Barajas al centro de Ma
drid suele ser una experiencia tan aburri
da para los viajeros que suelen pasarles
lnudvrtIdos un ele,nenLoa gun wnluv—
man el suburbia Pero si ese pasajero es
el artista Hans Haacke, entonces cualquier
senal puede transformarse en un presa
gio. Ello explica quc, al pasar por el en
sanche sur del barrio de Vallecas, Ic llama
ra profundamente Ia atenclón un extenso
area con los equlpamlentos urbanos -las
aceras, las farolas y las calzadas- perfec
tamente trazados y terminados, Induso
con las estaclones de metro construidas
y operativas. En aquel decorado pretendi
damente urbanizado, sin embargo, no lie
g6 a ver apenas personas transitando por
las aceras, ni un automóvil recorriendo las
calzadas. Apenas habla resquicio de acti
vidad humana.
AquI y alla, Haacke acertó a identificar.
edificios de viviendas en todos los esta
dos de construcción posibles: acabados,
a medio construir o reducidos a su esque
let de concreto arrnado. Cualquier otro
artista habrfa limitado aquel episodio a
una mera anecdota, propia del signo de
los tiempos que nos ha tocado vivir. Pero
un alma inquieta como Ia de Haacke, cuya
producción se ha centrado en Ia crftica
al sistema del arte y las relaciones cite
êste, ci capital y las instituciones artlsticas,
no podia dejar escapar ci potencial crea
1j
I
tivo de aquel hallazgo. MI pues, dias más
tarde visitó de nuevo ci lugar a pie para
documentar aquel escenario fantasmag6-
rico. Mientras io documentaba con foto
SIas, debC .1 dot
1
g li. daC,
0 W,, gu
1
Ic impulso a trabajar con ese material: las
calles trazadas ilevaban ci nombre de mo
vimientos y artistas dcl siglo XX -Caiie de
Eduardo Chiilida, Calle dci Expresionis
mo, Caile de Antonio Lôpez, Calle del Pop
Art, Calle dci Minimal...-. Sin pensarlo dos
veces, convirtió este hallazgo en ci nácleo
de Ia que iba a ser Ia peculiar exhibicion
retrospectiva del Museo Nacionai Centro
de Arte Reina Sofia de Madrid.’
Dado que esa iba a ser Ia matriz de su
muestra en ci centro de artc, las obras
que acompafian a Ia instalacion amplIan
su significado y Ic dotan dc una cualidad
histórlca, pues hunden sus raices en los
inicios de unas prácticas cuyos funestos
resultados sufrc Ia mayoria de Ia pobia
cion en ci mundo actual Sobre una de
ellas me detendré despues, pues ahora
ccntrard Ia atcnclón en Ia que da tftulo a Ia
propla exhibición, creada como proyecto
site-specific para ci Reina Sofia: Castillos
en ci aim.
Los materiales que componen esta paflc
de Ia muestra están organizados en dos
salas. La superficie de una de las dos pa
redcs laterales de Ia primera sala sirve de
enorme pantaila sobre Ia cual sc proyecta
simultancamente en varios proyectores

un travelhng paralelo al paraje, reahza distintas entidades bancarias, todas ellas
do desde el nterior de un automóvil en exiguamonto prendidas do finos hilos, pa
movimiento (Fiqi). Pueden observarse rocon levitar sobre el espacio, y diluirse
en estas imágenes los bloques do apar en él, como castillos on
tamontos solitarios, uno o dos peatones
en Ia calle y Ia presencia amenazadora de
los edificios a medio construir en el piano
de fondo. En Ia pared opuesta, se expone
una serie de fotograflas con detalles de
esos barrios, sujetas con pinzas sobre una
cuerda como Si culminaran su proceso de
revelado (Fig.2). En Ia pared de fondo, un
piano giganteSco del ensanche sur de Va
llecas, en el que se identifican las etapas
de construcción do los inmuebles con co
ores y tramas, nos sirve para circunscribir
espaciaimente lo que espera en Ia sala
si gui e nte
En Ia segunda sala (Fig.3l, distintas foto
grafIas en las quo se adivina el nombre de
las calles se combinan con obras de arte
ig 2.
auténticas de los movimientos o artistas a
los cuales se refioren, estableciendo una
irónica interrelación en el estilo de las
instantáneas: por ejemplo, Ia abrumado
ra repeticián do las ventanas en Ia calle
del Arte Pop al ado de una serigrafia do
Warhol con varias navajas, Ia simplicidad
geométrica do los bloques prismáticos
en a calle del Arte Minimal, etc. Aquello
quo da sentido al tItulo del proyecto y de
nuncia explicitamento lo que nos ha ido
presentando con antelación, so concentra
en el centro do Ia sala: decenas do copias
solladas do a hipoteca por Ia compra do
cada una do las viviendas a favor do las
No es Ia primera vez quo Haacke ostable
co una relación ostrocha entre Ia arqui
tectura, ol capital y el fenómeno artIstico.
Es célobre ol revuelo causado on su ox
hibición individual organizada por ol So
lomon R. Guggenheim Museum en 1971.
Una do sus propuestas, titulada Shapols
ky et al. Manhattan Real Estate Holdings.
A Real Time Social System, as of May 1,
1971, provocó Ia cancelación do Ia muos
tra.
2 Las fuontes oficiales explicaron quo
Ia obra era ajena a lo quo se consideraba
arte y resultaba demasiado “ospecIfica”.
Lo quo Haacko habla proyectado era una
serie do materiales documentales, corn
puestos por dos mapas -uno del Lower
East Side y otro de Harlem—, con las mar-
 cas de os inmuebles vacios fotografiados
uno a uno en 142 instantáneas con sus
paneies explicativos sobre el precio, los
< dueños originales de los edificios y los ac
tuales propietarios, y el valor de Ia hipote
ca en cada uno de ellos (Fig.4). En realidad,
Haacke haba empleado el texto y Ia ima
gen para traer a Ia luz las prácticas frau
dulentas de Harry Shapolsky. A través de
Ia creación de más de sesenta empresas
que compraban y vendlan dichos inmue
bles y sus apartamentos, alquilados baja
cuerda a las comunidades afroamericana
y puertorriqueña, Shapolsky —que era el
propietario en Ia sombra de Ia mayorIa de
ellas, además de Ia fachada de altos car
gos del Departamento de Ia vivienda- se
habia enriquecido durante dos décadas
(1951-1971) a expensas de Ia pobreza de
los arrendatarios y de Ia especulación in
mobiliaria (Fig.5).
3
Es evidente que Ia “obra” de Haacke no
puede car ‘ialorada seg’n los cánones
del arte tradicional y. por supuesto, de a
sacrosanta autonomla del arte puesta en
‘ JL
Fig.5.
boga en Estados Unidos desde los años
cuarenta, entre otros, por el critico Cle
ment Greenberg.
4 Par el contrario, su au
tar habia diseñado proyectos como aquel
empleando las estrategias de Ia docu
mentación propias de las ciencias huma
nIsticas y sociales, El curador del museo,
Thomas E. Messer, se referia años más
tarde a esa y otras obras presentadas por
Haacke vinculéndolas “al surgimiento de
un arte interesado en Ia corrección politi
Ca” (sic).” El artista, sin embargo, negaba
tales pretensiones de manera taxativa: “El
Sr. Messer se equivoca en dos cosas: pri
mero, aI confundir Ia postura polItica que
pueda tener un artista con Ia postura pa
Iltica que tenga el museo que muestra su
obra; en segundo lugar, al defender que
mis obras se posicionan dentro de alguna
causa politica. No lo hacen”,
6
Tal vez sea Benjamin H. Buchloh quien me
jor ha calificado Ia mayor parte de Ia pro
ducción de Haacke segün os parámetros
de Ia “contramemoria”. A partir de ella,
el autor establece una genealogIa de las
INSUBORDINACION ALESPACID PORtICO

03
 oI

Fig6. Fig7.

“Haacke retrata, pues, los restos del naufragio

provocados por Ia explosion de Ia burbuja inmobiliaria.
Los edificios completados y aquellos detenidos en mitad
de su construcciOn son el canto del cisne del modelo de
urbanizaciOn que ha jalonado Ia civilizaciOn occidental
durante Ia mayor parte del siglo XX..’

relaciones sociales actuates, cuyo origende su construcciOn son el canto del cisne
debe rastrearse en las primeras décadas del modelo de urbanizaciOn que ha jab
nado Ia civilizaciOn occidental durante Ia
del siglo XX y cuya razãn de ser se basa en
Ia consolidación de una “nueva forma de mayor parte del siglo XX; una forma de
legitimacic5n politica y cultural”.
7 El hecho entender Ia arquitectura asimilada a Ia de
de que las calles del ensanche valleca una mercancia que debia ser construida
no Ileven nombres de artistas españoles 8 Esta visiOn des
en serie y a bajo costo.
y de movimientos artisticos occidentales aforada de Ia vivienda y de su precio de
del siglo XX ncide en Ia paradoja de estayenta, lejos de apaciguarse, siguiO una
perspectiva y alienta el debate sobre Ia progresiOn imparable durante los Oltimos
naturaleza del arte desde multiples pun años del siglo XX y los primeras del sigbo
tos de vista: domesticación del potencialXXI, impulsada por el exceso de crédito
transformador de las vanguardias hacia Iabancario, Ia inmigraciOn internacional, Ia
recalificaciOn de los suelos -defectuosa en
sociedad, simulacro de lifestyle articulado
para las clases populares desde el poder,muchos casos y auspiciada por las admi
nistraciones locales-, Ia Ilegada de nuevos
insercián de la industria cultural en Ia bur
buja económica de finales del siglo XX e trabajadores a las ciudades y Ia indiferen
cia de los polIticos de turno, que en algu
inicios del siglo XXI, rechazo a Ia autono
mia del arte sin negar nuevas propuestas nas comunidades autOnomas decidieron
estéticas, etcetera, detener Ia construcciOn de viviendas so
equiparar su precio de yenta a Ia
Haacke retrata, pues, los restos del nau ciales o
fragio provocados por Ia explosiOn de Ia de las viviendas de libre mercado.
burbuja inmobiliaria. Los edificios corn El precio nominal de una vivienda media
pletados y aquellos detenidos en mitad de 100 rn2 (unos 1,080 pies cuadrados)
Fig.8.
en el municipio de Madrid se ha mufti
plicado por tres a lo largo de las dos 61-
timas décadas. Esta progresión se des
cubre gualmente en areas residenciales
ubicadas en antiguos barrios periféricos,
creados a partir de Ia construcción de
viviendas de proteccián social durante
los años cincuenta y proseguidas en los
años setenta tras el derribo de barrios
chabolistas o de viejas viviendas en pé
simas condiciones de habitabilidad: de
una media de $130,000 en 1998 subió
a los $400,000 en 2008.10 En dichos ba
rrios se ha observado en estos años un
curioso fenómeno que excede el propó
sito de este texto: mientras las viviendas
antiguas de protección oficial fueron ad
quiridas por inmigrantes, los nuevos ba
rrios residenciales, construidos al calor de
Ia burbuja inmobiliaria, fueron ocupados
mayoritariamente por jóvenes parejas do
profesionales con hjos Los factores que
he enunciado más arriba dieron lugar, por
ello, a una desorbitada evoluclOn de los
precios: entre 1998 y 2003, las viviendas
del area sur y sureste -San BIas y Valle
cas-, experimentaron una subida de pre
dos mayor que Ia de las mismas viviendas
construidas en a zona norte, sobre todo
Tres Cantos -de una media de $150,000
en 1998 ascendió a $325,000 en 2008-,
un municipio más alejado del centro pero
con excelentes conexiones en trenes y au
tobuses de cercanlas (Fig.6).
11
No deja de resultar curioso que a tipolo
gla más generalizada en estas viviendas
de nueva creación sea, también, Ia feliz
materializaciOn de a tendencia econámi
ca que las alimentó desde sus inicios: Ia
de una burbuja. Su aspecto, asI como el
de Ia mayorIa de los edificios reproduci
dos por Haacke, parecen derivaciones de
ültima hora de los immuebles-villa idea-
dos por Le Corhusier después de ía Pri
mera Guerra Mundial. Son unidades que
miran hacia un patio interior de grandes
dimensiones, habitualmente conformado
por una piscina, una cancha de balonces
to y un espacio de juego para los ninos.
Su concepcibn, por tanto, rechaza de lie-
no Ia idea del intercambio social entre
unidades distintas: todo contacto suele
Iimftarse al vecindario que le correspon
de a cada inquilino con Ia compra del
apartamento. La ciudad que hay más allá
de los limites de estas burbujas de ladri
Ho y concreto se le antoja a los habitantes
de estos condominios desde Ia sospecha
de una amenaza, alimentada por ci sen
timiento justificado o no de inseguridad
personal y de paranoia
12
Tal actitud explica que los residentes de
Ia mayorIa de estas células familiares in
viertan su tiempo libre en esa otra burbu
ja -de ocio- que es el centro comercial o
13 El crecimiento desorbitado en el
mall
nOmero de estos edificios en las éltimas
dos dbcadas —do los 71 construidos en Es
paña en 1988 se paso a los 541 en 2008
(Fig.7)- representa un Oltimo bucle que
copia literalmente Ia estructura espacial
de las unidades habitacionales: el patio
comunal se transforma en Ia avenida y Ia
fuente, mientras que el espacio privado
se convierte en espacio de consumo.”
Existen otras implicaciones interesantes
en este fenbmeno residencial. Como Se
nalaba más arriba, está principalmente
pensado para familias jóvenes con niños,
marginando asi a los grupos no inclui
dos en ese modelo familiar tradicional.
Como si fueran Ia Oltima evocaciOn de los
cambios en Ia sociedad estadounidense
durante Ia Guerra Fria, estoS grupos ne
cesitan ocupar otros espacios domOsticos
en sintonia con sus necesidades genéri
cas, principalmente viviendas do segunda
mano en el centro de Ia ciudades.
15
La morfologia en cuadricula de las es
tructuras vacias plasmadas por Haacke
adquiere una apariencia inquietantemen
te minimal, como si as famosas rejillas
de Sol LeWitt se hubieran convertido en
gigantescos monumentos carentes de
sentido (Fig.8). Dc este modo, se antoja
como un homenaje aün más contundente
al Minimal Art que Ia calle homOnima del
ensanche vallecano. Y a documentación
fotografica y en video de su presencia
evoca asimismo las expediciones de Ro
bert Smithson por diversos paisajes de
los suburbios de Estados Unidos, como
el Passaic River (1967), en las que ofrecla
Ia posibilidad a quienes se unieran al tra
yecto de apreciar una experiencia de lo
sublime al enfrentarse a lugares y estruc
turas arquitectOnicas e ingenieriles aban
0
donadas, monumentos espontaneos en
los que pasado, presente y futuro se (con)
funden. Por poner un ejemplo:
Cerca, en Ia ribera del rio, habia un
crater artificial que contenia una char
ca de agua pálida y cristalina, y del
lado del crater sobresalian seis tube
rias grandes que vertian agua de Ia
charca hacia el rio. Esto constituia una
fuente monumental que sugeria seis
chimeneas horizontales que parecian
estar aregando ci rio con humo Iqul
do. La gran tuberia estaba conectada
de algén modo enigmético con Ia
fuente infernal. Era como si Ia tuberla
estuviera sodomizando secretamente
algén orificio tecnológico oculto, y
causando un orgasmo en un Organo
sexual monstruoso (Ia fuente).
Hay otro elemento más que pone en re
iación estas excursiones de Smithson con
el proyecto artistico de Haacke sobre
ci ensanche sur desplegado en el Reina
Sofia. No deja de resultar curioso que, a
finales de Ia década de 1920, un grupo
de artistas vinculado a Ia vanguardia es
panola fundara lo que dio en conocerse
como “Escuela de Vallecas”, que además
da nombre a una de las calles del ensan
che. Compuesta inicialmente por el pintor
Benjamin Palencia y el escultor Alberto
Sanchez, estos y otros miembros del gru
p0 se entregaban a interminables cami
natas, tomando corno punto de partida
Ia estacibn de Atocha -situada frente a lo
que en Ia actualidad es el Reina Sofia- y
como punto de lIegada ci Pueblo de Va
llecas.
La intencibn del grupo era buscar inspira
ciOn en Ia naturaleza, materializada en el
vasto páramo manchego. Lo que en otros
artistas habria dado lugar a paisajes más
o menos realistas, en manos de los artistas
de Ia Escuela de Vallecas se transformaba
en un espacio ancestral e inerte. Sus corn
posiciones estaban pobladas por monu
mentales personajes en estado fósil, que
evocaban as pinturas de Yves Tanguy, Pa
blo Picasso y Salvador Dali; asI mismo, es
taban plasmadas desde un punto de vista
que potencaba el contraste entre el pára
mo y el cielo. como en las fotograflas de
as enormes estructuras de concreto con
cebidas por Haace. Ese mismo grupo, en
plena debacle de la guerra civil española,
llegó a visualizar el conflicto desde una
perspectiva telDrica y ancestral, expan
diendo los limites del tiempo de modo
similar a Picasso en su mural Guernica.
’
1
Si bien Ia propuesta del artista germano
se aleja directamente de Ia narratividad
literaria de Smithson e indirectamente de
las connotaciones surreales de Ia Escuela
-4 51-11,,,,-., —,, ,r, — ---±.----
Jj -fl

comparten a misma vision escalofriante

de un tiempo post-histOrico, expandido
y congelado a panes iguales. Un tiempo
que, en el caso de Haacke, transcurre en
un mundo gobernado ad infinitum por a
actividad econOmica, taP como lamenta
blemente cantO a los cuatro vientos Fran
cis Fukuyama en “The End of History”.
Un mundo “sin arte ni filosofia’, esto es, un
mundo silenciado.

RAFAEL JACKSON-MARTIN

Rafael Jackson-Martin es Doctor en Historia del Arte

par Ia Umsersidad Aurtnoma de Madrid, donde
tambien ha trabajado como profesor, Es autor del
libro Picasso p las pohticas surrealistas (Alianza For
ma), aol coma de varios libros colectisos articulosy
ponencias sabre arte, arqaitectara y caltura vis sal.
he ha desenoselto clucante cast dos dbcadas c-n
.Jmhito eddorial coma editor p tradoctor be bIOS
art;cuIos de arte, acqaitectura y nuecos mactic
Ia ucts.a.hdad as profesor de leo na, CnItic.a a
del .Drne en Ia ijnisersidad be Puerno mc005:
 NOTAS
I lmágenes de (a exposiOn, ademJs de las impresiones
del artista y del curador, en un video incluido en
Hans Haacke. Casthlos en ci aire’ Museo Nacional
Reina Sofia, Madrid. http:/lwww.museoreinasouia.esl
archivolvideos/201 2/hans-haacke.html
2. La documentacibn fotográfica de este proyecto se pee
de consultar en ci website del Whitney Museum de
Nueva York: http://whitney.org/Collection/HansHaacke
3. Paul Wood et al,, La modernidada debate: arte a partir
dc/os años cuarenta (Madrid: Akal, 1 999), 1 261 27.
4. Quinn, sin embargo, habia estado muy prOximo a las
ideas de (a izquierda durante los abos treinta. Una
excelente antologia en español de sue textos en Cm-
meet Greenberg, La pintura moderna y otros ensayos
(Madrid: Siruela, 2006), ed. de Felix FanCy.
5. “Oral f. istory interview with Thomas M. Messer, 1994
Oct.1995 Jan’ Archives of American Art, Smithsonian
Institution. http:Ilwww.aaa.si.edu/coflections/inter
viewsloral-history-interview-thomas-m-messer-1 1803.
6. Lucy R. Lippard, Seis años: (a desmaterialización del
objeto artistico de 1966 a 1972 (Madrid: Akal, 2004),
325.
7. Benjamin H. 0. Buchloh, Neo-Avantgarde and Culture
Industry. Essays on European andAmerican Art Irom
1955 to 1975 (Cambridge: MIT Press, 2003), 211-212.
8. Véase ci capitulo “Casas en serie” en Le Corbusier, Ha
cia una arquitectura (Barcelona: Ediciones ApOstrofe,
1998), 188-225.
9. “Madrid eleva ci precio de los pisos protegidos
para incentivar su construcciOn,” E/ Pals, 5 de abril
de 2008. http://elpais.com/diario/200B/04/05/ma.
drid/1 20739466085021 5.html
10. Un estudio detallado sobre este proceso histOrico en
(a capital espanola en Carlos Sambricio, Madrid, xi
vienda y urbanismo: 1900-1960 (Madrid: Akal, 2004).
11. Los datos de los precios incluidos en el texto provie
nen de (a Sociedad de TasaciOn Espabola, 5.4. http:il
web.st-tasacion.es/html/rnenu6.php. Estos precios no
incluyen los intereses de (a hipoteca.
12. José Miguel 0. Cortés, La ciudad cautiva. Contro(y
vigi(anda en e/ espacio urbano (Madrid: Akal, 2010),
espec. 81-1 35; Oscar Qhver0idier, “Las biopoliticas
del tercer espacio,” Cruce: Revista de Critica Socia/y
Cu/tura/. Diciembre 2011. http:i/wmw.revistacruce.
com/pohticasociedad/las-biopoliticas-del-tercer’
espacio. html,
13. Gatos aparecidos en Pedro Cuesta Va(iño y Pablo
GutiCrrez Rodriguez, ‘El eqvipamiento comercial de
Ins centros comerciaies en Espaba”, 0i.stribucidn y
consumo (marzo’ahril 2010), 11 21 13.
14. Sobre (as connotaciones simbOlicas del mall en el
Cmbito puertorriqueho, vCase Lilliana Ramos Collado,
“Coge pa’Plaza y siCetate en La Terraza: dos c-mails a
Nelson Rivera,” Revista (in)Forma, 4(2010), 20-25.
15. Sobre (a aparicibn del prototipo de hombre joyce
soltero y arbanita enfrentado al del hombre casado y
con hijos que vive en urbanizaciones del suburbio en
los EE,UU. de (a Guerra Fria, vCase Beatriz Preciado,
“Pornotopia”, en B, Colomina, A. Brennan p J. Kim
(eds.), Cold War Hot/rouses. Inventing Postwar Cu/turn
from Cockpit to Playboy (Nueva York: Princeton Archi
tectural Press, 2004), 219-253. Este texto es Ia base
de vu libro Pornotopla. Arquitectura y sexualidad en
“Playboy” durante (a guerra fr/a (Barcelona: Anagrama,
2010).
16 R. Smithson, “Un recorrido por(os monumentos
de Passaic, Nueva Jersey” )traduccibn del art/cub
aparecido en Artforum en 1967), en Robert Smithson:
ci paisaje entrdpico: una retrospect/va, 1960-1973
(Valencia: yAM, 1993), 75.
17. Sobre los principios fundamentales de (a Escuela
de Vallecas, cease Jaime Brihuega: Las vanguardias
artisticasen Espafta, 1909-1936 (Madrid: Istmo,
1981), espec. p.284-. El mejor estudio sobre todas
(as problemãticas conceptuales y formales de Alberto
en ci conteuto de (a Escuela de Vallecas sigue siendo
Ia levis, incomprensibbemente inédita, deAdolfo
GOmez Cedillo, El escultorAlberto Sanchez )Madrid:
Universidad AutOnoma, 1992).
18. F. Fukuyama, “The End of History,” The National Inter
est (verano 1989), http://www.wesjones.com/eoh.htm.
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