Está en la página 1de 3

Patakies de Oyekun Biroso

Patakí

REFRAN.

Yeku Lo Gbo su. Yeku le pegó a Loso.

Yeku Olosu, la araña reniega el Sokpekpe (Osun), es decir; a Yeku no le gusta el color rojo.

Otra versión: Ye Oje ko, Ye [la noche] no permite a Loso [el día] descansar.
PATAKI. La nuez de palma Sede invitó a IFA: ¿Cómo puedo escapar de la muerte y salvar a mis hijos(Ikines)? - Yeku-
Loso salió, y sé requirió un sacrificio:
Cuatro perlas(cuentas de vidrio) rojas llamadas Año, cuatro palomas, cuatrocientos cincuenta centavos. Pero no sé hizo
el sacrificio.
Después de la consulta la nuez hizo un retrete, decorado con las perlas. Legba, la vio y exclamó: Te dijimos hacer un
sacrificio, y te negaste. Y ahora decoras la letrina, ¡Vamos bien! - Y le dijo a un hombre:
Toma tu cuchillo y sube a la palma y cortas los Ikines que están debajo de las hojas. - El hombre subió al tronco del
árbol y lo hizo.
Esto es porqué sé recogen así hasta ahora, las nueces de Sede(Ikines). Si la nuez hubiera hecho su sacrificio, nadie sé
hubiera atrevido a tocar a sus hijos.
Entre otros cosas prohibidas, este signo prescribe de no beber de aceite de palma(Epo).

Patakí

Metalofi encontró este signo cuando no tenía niños.

Yeku-Loso le pidió una tela roja, un pollo, una cesta pequeña (Sehla), a cambio tendría niños; pero el primogénito no lo
conservara porque por otra parte la madre del niño morirá.
Ahora Metalofi no tenía mujer. Hizo el sacrificio, y sé caso con Huhwe-Huhwe (o Akajuwa). Concibió y puso en el
mundo un muchacho, Nukùkê, que mató a su madre y declaró que iba a sentar en las rodillas a su padre, es decir
dominarlo, en verdad matarlo. Y las personas del país ¡protestaron: Nadie trata de esa manera a sus padres! - Pero
contestó:
¡La forma! Cuándo nací, mi padre me tomo por los brazos y me sentó en sus rodillas. !Cuándo lo hizo, él supo de mis
intenciones!
El consultado perderá a su madre, y su símbolo de Ifá llevará oscuridad a su padre.

Patakí

Había una vez un matrimonio, cuyo hombre era un gran comerciante, y sus negocios le ocupaban mucho tiempo, al
extremo que no tenia mucho tiempo de atender a su esposa. La esposa, hija de Oshún, era una mujer bastante celosa y
vivía sufriendo mucho, porque su esposo era muy solicitado sobre todo por las mujeres, ya que su comerció era
mayormente con estas.
Esta pobre señora no pudo soportar mas los celos y un día se puso a trabajar junto a su esposo, pero continuaba con sus
celos y no dejaba moverse a su esposo y como este tenia necesidad de moverse mucho, situación esta que molestaba
grandemente a la hija de Oshún, porque veía las relaciones que este hombre mantenía con las mujeres por causa de su
negocio y un día cogió un arrebato de celos y mato a su esposo, el cual era hijo de Shangó, sin tener ninguna razón para
ello.

EL CAMINO DE OSHUN

Siendo Orunmila Gobernador de un pueblo en la tierra de Oyekun Biroso, la gente se reunieron para hacerle daño y
botarlo de allí por envidia. Orunmila tuvo que salir huyendo al monte, donde hizo Ebbó y le dio de comer a la tierra. A
la perdida de Orunmila, el pueblo comenzó a pasar trabajos y no había progreso por ninguna parte, dándose cuenta
todos ellos de la falta que les hacia Orunmila. Decidieron mandarlo a buscar, pero el no les hizo caso, pues pensó que
se trataba de una trampa para prenderlo.
Como todo seguía muy mal y Orunmila no aparecía por ninguna parte, Oshún se decidió a ir a buscarlo. Cuando lo
localizo le explico la situación que existía en el pueblo y él le respondió: Esta bien, pero tienes que ir al pueblo y
regresar con los niños a buscarme. Así fue como Orunmila entro de nuevo en aquel pueblo y volvió a gobernarlo para la
felicidad de todos.

Patakí

El camino de Abita.
DICE IFA: Que en ciertas ocasiones, la tierra estaba sin gobierno y Olofin no sabia que hacer. Entonces empezó a
mandar a los santos a ver si podían hacer algo para remediar la situación, pero todos peleaban para obtener la
supremacía.
Dándose cuenta Olofin de esto, mando Abita, y este bajo a la tierra y lo primero que hizo fue reunirlos a todos,
diciéndole que se unieran y no pelearan entre sí, al lograr esto, Abita se hizo dueño de la situación y por consiguiente en
la tierra.
En cierta ocasión que los tenía a todos reunidos, impartiéndose órdenes, se aparecieron los Ibejis y le dijeron:
Mentiroso, tramposo, no estas buscando lo que te mandaron. Entonces Abita que tenia una personalidad de un joven de
unos veintidós o veintitrés años, comenzó a cambiar su expresión, las orejas se les pusieron puntiagudas, los ojos al
rojo vivo, las uñas les crecieron demasiado, le salieron cuernos en la frente y también la cola, las deidades enseguida
lo conocieron y todos gritaron desesperadamente: Desaparécete, y este desapareció y no se supo mas de el, ni donde
vive, ni donde esta, por lo tanto puede estar en cualquier lugar de la tierra, porque en el cielo no lo tiene en ningún
lugar, es decir, esta en la tierra.

Patakí

En el pueblo de Pobe, vivía un Awo Osainista y por lo tanto, conocía todos los secretos de las yerbas y para lo que
servia cada uno de ellas. Este Awo era muy humanitario y no se cansaba de hacer favores a la gente de aquel pueblo,
fundamentalmente a los más pobres y desposeídos, por lo que era muy querido y respetado por todos.
Como la gente se enfermaba e iban a su casa, él consultaba a Ifá y le preparaba a la persona la tisana o medicamento
indicado para curarle y remediarle su mal y muchas veces la gente no podía pagarle, pero el siempre seguía haciendo el
bien. A causa de esto todo el pueblo siempre le deseaba lo mejor a el y a su familia.
Un día, llega un hombre a su casa en horas de la noche y enterado el Awo, rápidamente se puso a preparar sus yerbas y
a preparar la tisana para curar al hijo de este pobre hombre. Estando el hombre en la puerta esperando que el
medicamento, llega la muerte y al verlo le pregunto; Señor, ¿Aquí vive el Awo Osainista? El hombre, sin saber de que
se trataba, le contesta afirmativamente, y además le pregunto que a que el venia. Entonces la Ikú, quitándose la careta le
dijo: Vengo a llevármelo.
El pobre hombre, comprendiendo que esta era la muerte y venia por aquel Awo, le rogó a esta diciéndole: No puede ser,
este Awo es una persona muy buena, si usted se lo lleva, llévenos a todos nosotros también, pues nos quedaremos sin su
protección. Fíjese que hora es y el se acaba de levantar y el esta preparando la medicina para curar a mi hijo que esta
enfermo.
Ante este ruego, salido de lo profundo del corazón, de aquel pobre hombre, Ikú se compadeció y dejo viviendo el Awo
Osainista, pero en cambio se llevo a otro que en aquel momento atino a pasar por allí.

También podría gustarte