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Material del seminario de Criminología. Prof. Dr.

Matías Bailone

DPyC Criminología DOCTRINA

La vida de las mujeres infames (*)


Por Verónica Gago
Sumario: 1. El cuerpo-máquina.— 2. La metafísica espiritual.—
3. Metafísicas caníbales.— 4. La lengua afilada.— 5. El cuerpo: “la
mujer en nosotros”.— 6. La parte maldita.— 7. Mujeres infames.

Resumen: La filosofía moderna enfrentó con Es posible delinear la figura de la bruja a partir
ahínco a las brujas, perseguidas y criminali- de sus prácticas insumisas en términos de saberes
zadas con el fin de desautorizar sus saberes y y formas de entender el propio cuerpo en contra-
poderes. La represión de las sexualidades, de las punto con lo que más tarde se consolidará bajo la
prácticas médicas alternativas, de modos autó- ya famosa fórmula del individualismo posesivo de
nomos del conocimiento y, más en general, de Macpherson. El individuo que posee su cuerpo -y
los lugares de prestigio y poder femenino fueron por tanto es libre de ofrecer su fuerza de trabajo-
un momento clave de la violenta acumulación postula la propiedad como clave de inteligibilidad
originaria que impulsa al capitalismo como de sí (de la autoconciencia al autocontrol). Por el
economía-mundo y que busca la formación
contrario, las “contraconductas” -para usar el térmi-
del cuerpo proletario como cuerpo obediente
(Federici). La figura de la bruja, proponemos
no de Foucault- de las brujas apuntan al corazón de
aquí, puede leerse en contrapunto con lo que aquello que había que eliminar y/o domesticar para
más tarde se consolidará bajo la ya famosa el triunfo del capitalismo y, en particular, al proble-
fórmula del individualismo posesivo (Ma- mático estatuto de las mujeres en la sociedad. Un
cpherson). Ellas, a su vez, anticipan y revelan estatuto que, como veremos, pone siempre al límite
el problemático estatuto de las mujeres en la la idea misma de individuo de la cual las mujeres
sociedad civil burguesa, estatuto fronterizo que nunca terminan de ser parte por completo.
compartirán con los esclavos y los “salvajes”. Su Silvia Federici ha escrito un libro fundamental
masiva persecución funcionó como condición
titulado Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y
de posibilidad de lo que Carole Pateman ha
llamado el “contrato sexual” para la instau-
acumulación originaria, cuya tesis es que la perse-
ración del orden político patriarcal plasmado cución a estas mujeres fue “el punto culminante de
modernamente en la teoría contractualista. la intervención estatal contra el cuerpo proletario
También como modo de legitimar la represión en la era moderna”(1). La caza de brujas se revela
de todas aquellas experiencias que desafiaran así como uno de los episodios originarios de la
la mecanización y racionalización del cuerpo formación del cuerpo obrero como cuerpo que
para su explotación laboral. se concibe en relación privilegiada a su fuerza de
trabajo y a los modos más eficaces de explotarla.
Las brujas suscitaron la preocupación de la Pero sobre todo la caza de brujas organiza un
filosofía moderna encargada de hacer del cuerpo disciplinamiento hacia el poder femenino y, en
una maquinaria descifrable, previsible y conteni- este sentido, es condición de posibilidad de lo que
da. Ellas encarnaban un tipo de corporalidad que Carole Pateman ha llamado el “contrato sexual”
implicaba aceptar misteriosas existencias y, sobre por el cual las mujeres quedan ya totalmente des-
todo, un orden de causalidad del universo en el pojadas de sus saberes-poderes y subordinadas al
cual la voluntad del sujeto apenas era un detalle y
el ordenamiento calculable de sus apetitos y pasio-
nes un oximoron. Para aquellas mujeres conocer
era interpretar una proliferación de signos que (*) Publicado previamente en Abdo Ferez, Cecilia y otros
(comp.): “La bifurcación entre pecado y delito. Crimen en
trenzaban elementos de la naturaleza con astros, la Filosofía Política de la Modernidad Temprana”, Gorla,
fortunas, sueños y enfermedades. Atesoraban y Buenos Aires, 2013”.
propagaban poderes y saberes sobre la sexualidad, (1) FEDERICI, Silvia, “Calibán y la bruja. Las mujeres,
la reproducción y la cura que las convertían en el cuerpo y la acumulación originaria”, Buenos Aires, Tinta
fuente de autoridad y consulta permanente. Limón, 2010, p. 184.

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orden político patriarcal plasmado modernamen- A esta altura y a otras semejanzas análogas entre
te en la teoría contractualista. el pontificado y el reino de las brujas, puede aña-
dirse que así como las brujas no tiene existencia
1. El cuerpo-máquina
sino en las fantasías del pueblo ignorante, alimen-
En el Leviatán Hobbes nombra a las brujas dos tadas por los relatos de las viejas o de los antiguos
veces: en los apartados dedicados a la imagina- poetas, así la potestad espiritual del Papa (fuera
ción (“El hombre”) y a la religión (“El reino de de los límites de su propio dominio civil) con-
las tinieblas”). Es decir, hablando de dos poderes siste solamente en el temor que entre las gentes
capaces de nublar la razón. Hobbes, con su mate- convencidas causan excomuniones, a fuerza de
rialismo ateo, no pretendía liberar al cuerpo de sus escuchar falsos milagros, falsas tradiciones y falsas
pasiones y erigir a la razón como única soberana. interpretaciones de la Escritura (3).
Más bien se trataba de exteriorizar el poder de ¿A qué racionalización se oponía ese poder-
mando y delegar tal función en la razón estatal, saber mágico, esas creencias y ficciones?  La
asumiendo el carácter ilimitado de esa natura- existencia de las brujas, y las creencias en ellas
leza pasional humana. A su vez, el objetivo de la como advierte Hobbes, se oponían a la raciona-
obediencia no se ve obligado, en la racionalidad lización capitalista del trabajo en la medida que
hobbesiana, a negar la existencia del mal (para sus poderes eran una mediación para obtener lo
Hobbes, en la imaginación popular, las brujas que uno quería sin trabajar, argumenta Federici.
funcionan como las causantes de los maleficios), Tanto a nivel de la organización del tiempo como
sino saber despreciar y gobernar los saberes que de los esfuerzos, las brujas alimentaban una suerte
lo sustentan. Porque se trata, para el filósofo, de de rechazo al trabajo en la práctica misma de su
atacar la ignorancia y las ficciones: poder profético. Su existencia revelaba la acción de
De esta ignorancia para distinguir los ensueños, fuerzas sobrenaturales que saboteaban el cálculo
y otras fantasías, de la visión y de las sensacio- como lógica privilegiada y que boicoteaban la idea
nes, surgieron en su mayor parte las creencias de sacrificio como ética destinada al esfuerzo del
religiosas de los gentiles, en los tiempos pasados, trabajo.
cuando se adoraba a sátiros, faunos, ninfas y otras Descifrar el cuerpo pasional para encarrilarlo
ficciones por el estilo: tal es, también, ahora, el hacia el trabajo exigía racionalizarlo: compren-
origen del concepto que la gente vulgar tiene de derlo, diseccionarlo y sujetarlo. Pero sobre todo
hadas, fantasmas y duendes, así como del poder una conversión de su estatuto cósmico-natural a
de las brujas. En cuanto a estas últimas no creo que su formulación maquinal. En todo caso, regularlo
su brujería encierre ningún poder efectivo: pero según la vara de la utilidad laboral:
justamente se las castiga por la falsa creencia que
tienen de ser causa de maleficio, y, además, por su Mientras el trabajo empezaba a ser considerado
propósito de hacerlo si pudieran: sus actividades como una fuerza dinámica capaz de un desarrollo
se hallan más cerca de una nueva religión que de infinito, el cuerpo aparecía como materia inerte y
un arte o ciencia (2). estéril que sólo la voluntad podía mover, partiendo
de una condición similar a la establecida por la
Se trata de un tipo de saber espurio, nutrido por física de Newton para la masa y el movimiento, en
la creencia, que descompone la lógica secuencial la que la masa tendía a la inercia a menos que se
y deductiva que el racionalismo proyecta como aplicara sobre ella una fuerza. Del mismo modo
razón gubernamental. La infantilización de las que la tierra, el cuerpo tenía que ser cultivado y
brujas se hace a través de su reclusión en el mundo antes que nada descompuesto en partes, de tal
de la ignorancia de los pobres. Hobbes, al compa- manera que pudiera liberar sus tesoros escon-
rar el reino de las brujas con el del Papa, unifica a didos (4).
ambos como parte de un mismo irracionalismo
que se rehúsa a las responsabilidades civiles in- El hiato entre el cuerpo (su potencia desconoci-
fluenciado por los poderes del relato, la escucha da) y su no natural propensión al trabajo (el carác-
crédula y la poesía. ter no evidente de su explotación) será el dilema de

(2) Hobbes, Thomas, Leviatán, México, FCE, 187, p. (3) Ibídem, p.576.
13-14. (4) Federici, S., op. cit., p. 217.

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la filosofía política. “Pues mientras el cuerpo es la nismo indígena como una “metamorfosis corpo-
condición de existencia de la fuerza de trabajo, es ral” antes que una “posesión espiritual”, como más
también su límite, ya que constituye el principal usualmente se lo considera. En esa disyunción
elemento de resistencia a su utilización”, agrega se juega un modo de entender el conocimiento:
Federici. De modo que el cuerpo es el punto clave: no se trata tanto de ser tomado por otro espíritu
soporte de una potencia desmedida y, al mismo -santo o demonio- del que un cuerpo se vuelve
tiempo, resistente a su reducción a pura actividad morada momentánea (“posesión espiritual”) sino
útil. Si hay un desprecio del cuerpo es sólo en la de una “noción de transformación somática”: se
medida que ese desprecio lleva a imponerle una trata, en esta metamorfosis corporal, de cambiar
tarea mayor: ser el lugar de alojamiento de la estrictamente de cuerpo, de hábitos corporales
fuerza de trabajo. y, por ejemplo, convertirse en un animal que se
La filosofía mecanicista, que encuentra en Ho- arrastra o en un ser que camina sin hacer ruido.
bbes uno de sus más lúcidos teóricos, será la se- Esa metamorfosis corporal es la que la moderni-
pulturera del cuerpo-mágico: “Detrás de la nueva dad temprana se aboca a despreciar como modo
filosofía encontramos la vasta iniciativa del estado, de conocimiento. En cambio: “Cambiar de ‘cabeza’,
a partir de lo cual lo que los filósofos clasificaron de mentalidad, es el centro en torno al cual se or-
como “irracional” fue considerado crimen. Esta ganizan nuestra relaciones -el cambio de opinión.
intervención estatal fue el “subtexto” necesario de Es evidente que la pedagogía occidental muestra
la filosofía mecanicista”(5). Lo que la perspectiva un fuerte investimento en el cuerpo, pero su obje-
de esta feminista alumbra es la competencia di- tivo es siempre ‘elevar’ (en todos los sentidos del
recta de estas prácticas -saberes-poderes- ligados término) el espíritu. El cuerpo es un instrumento
a las brujas con la perspectiva ordenancista que para llega al espíritu. Es algo que se somete, que
la mecanización del cuerpo buscaba imponer. se adiestra para que el espíritu pueda brotar”(6).
La percepción de una analogía del mundo -esa Viveiros de Castro concluye: “Digamos que, en
creencia de coincidencia entre el microcosmos y el el régimen de la modernidad clásica, el cuerpo
macrocosmos, como sostiene Foucault en Las pa- no tiene sentido”. Toda metafísica racionalista es
labras y las cosas- suponía una amenaza concreta espiritual, parece desprenderse de este enunciado.
a la idea de individuo libre que será la pieza clave ¿Hay otra opción?
del mercado de trabajo capitalista. Si lo calificado 3. Metafísicas caníbales
como irracional se vuelve terreno de lo criminal,
todo aquello que se resista a la conversión disci- Dijimos que hay una constelación. Brujas e in-
plinaria del cuerpo como cuerpo-máquina será dios pueden asociarse en esta idea de conocimien-
rápidamente objeto de juicio y castigo. to vinculado a un cuerpo capaz de metamorfosis
mágicas, antagónicas al mecanicismo moderno.
2. La metafísica espiritual Por tanto, ambas figuras componen una perspec-
Las brujas suponen un modo de aprender el tiva de conocimiento no racionalista en el sentido
mundo a través de los signos del cuerpo: entrenan que la relación amo-esclavo no se proyecta sobre
propiedades sensoriales que hacen de los gestos, la relación mente-cuerpo.
temperaturas, visiones y secreciones toda una
Contra ellos, se erigen las empresas de la caza
lógica de investigación e interpretación de la vida
de brujas y de la colonización. El cuerpo humano
en común. En un punto son el máximo opuesto
como maquinaria de esfuerzo y cálculo se va disci-
al ideal kantiano: postulan la subjetividad como
plinando en oposición a la economía dispendiosa
máximo valor del conocimiento. “Seamos sub-
jetivos, diría un chamán, o no vamos a entender de las creencias y las fantasías, de los rituales y de
nada”, parafrasea Eduardo Viveiros de Castro para las economías no mercantiles:
señalar la clave de la epistemología indígena. El cuerpo no sólo perdió todas las connotacio-
Podemos trazar un paralelo entre ambas figuras: nes naturalistas en ese proceso, sino que comenzó
brujas e indios como estrellas en una constelación a emerger una función-cuerpo, en el sentido de
de “pensamiento salvaje”. Traemos hasta aquí al que el cuerpo se convirtió en “el proletariado” y
antropólogo brasileño porque califica el chama-
(6) Sztutman, Renato, Eduardo Viveiros de Castro, Río
(5) Ibídem de Janeiro, Azogue, 2008, p. 101.

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en particular en lo débil e irracional (“la mujer filosofía política. Como la obra La tempestad de
en nosotros” como decía Hamlet) o en lo “salvaje Shakespeare, inspirada en los hechos del naufra-
africano”, definido puramente por su función limi- gio del barco Sea-Venture en 160.
tadora, es decir, por su “alteridad” con respecto a
Allí la figura acuática será la condensación de
la Razón, tratado como un agente de subversión
las figuras rebeldes, constituyendo una suerte de
interna (7).
hidra policéfala. Como expresión de la compo-
El cuerpo se monstruifica y queda apegado a sición heterogénea que poblaba los barcos y de
las clases bajas y, en particular, a las mujeres y los modos en que los pobres se rebelaban de la
esclavos. El cuerpo es lo no racional en nosotros y sujeción a las peores labores. La bestia, también
lo que persevera como irracionalidad constitutiva acuática, de Hobbes responde al mismo combate
en las mujeres, en los salvajes y en los trabajado- contra esa multiplicidad ingobernable:
res. Justamente aquellos de quienes se buscaba
explotar intensamente sus cuerpos como fuerza La hidra, formada por marineros, obreros,
de trabajo dócil, servil, esclava. aguadores, aprendices, es decir, las clases humil-
des y más bajas -o, por decirlo de otra manera,
La vinculación entre brujas e indígenas no es el proletariado urbano revolucionario- estaba
sólo textual. Las acusaciones de brujería fueron emprendiendo acciones de un modo indepen-
un modo de perseguir a los indios en América diente. El que fue durante cierto tiempo secretario
por parte de los conquistadores. Por entonces, de Francis Bacon, Thomas Hobbes, conoció estas
se castigaba a las creencias pre-coloniales pero, nuevas formas de poder organizado cuando, por
sobre todo, al modo en que éstas se convertían ejemplo, los marineros y los aprendices utilizaron
en formas de lucha anti-colonial. La persecución, los instrumentos de la lucha callejera (un garrote,
criminalización y masacre bajo la acusación de un mosquete, un remo, un tridente, una hoz) para
brujerías experimentada en Europa se trasladó asaltar y abrir las prisiones el 1 de mayo de 1640,
a la empresa colonial, ampliando el mapa de la y asimismo tomó nota de que el rey, utilizando el
guerra contra las mujeres más allá de Europa, procedimiento habitual, es decir, el dinero, fue
hacia África y la India, y más allá de las mujeres, incapaz de controlarlos (9).
hacia los indios y esclavos.
Cromwell y la burguesía revolucionaria ya
Ese mapa global de luchas y persecuciones es tenían entonces una tarea. Pero, para hacer su
también el “subtexto” de la filosofía política de la revolución, Cromwell y sus aliados terratenientes
modernidad temprana. Así como Susan Buck Mor- tenían que contar con las voces radicales de la hi-
se demostró que las fuentes ocultas de la filosofía dra policéfala -los niveladores y los cavadores, los
de Hegel fueron los hechos revolucionarios de soldados y los marineros, los agitadores urbanos
Haití (en su contundente libro Hegel y Haití), los y los plebeyos rurales que demostraron tener sus
historiadores Peter Linebaugh y Marcus Rediker propios planes (10).
señalan la influencia directa de los relatos utópicos
que, sobre todo los marineros, difundían de los En ese barco, que unía la caza de brujas y las
“salvajes” americanos en la imaginación teatral colonias (Europa-África-América), funcionaba
y filosófica de William Shakespeare, Tomás Moro también un laboratorio de resistencias sociales, de
y Michel de Montaigne. Como si cada filosofía esclavos y proletarios, los cuerpos en disputa para
política tuviese un territorio colonial, oculto y el mapa global de la mano de obra. Además de
omnipresente a la vez, como materialidad con- monstruosos, rápidamente serían infantilizados
creta sobre (o contra) la que piensa, aun cuando y feminizados. Procedimientos solidarios para la
éste queda acallado en los subterfugios de la abs- tarea del despojo.
tracción conceptual. Así fue que las crónicas de 4. La lengua afilada
los viajeros “inflamaron la imaginación colectiva
de Europa”(8) y donaron figuras e imágenes a su Silvia Federici compara la “brida” con que una
mujer es paseada en Inglaterra para aleccionar su
comportamiento con el instrumento de caza de
(7) Federici, S., op. cit., p. 237.
(8) LINEBAUGH, Peter y REDIKER, Marcus, “La Hidra de
la Revolución. Marineros, esclavos y campesinos en la histo- (9) Ibídem, p. 88.
ria oculta del Atlántico”, Barcelona, Crítica, 2005, p. 38. (10) Ibídem, p. 80.

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esclavos: un artefacto de hierro que se usaba “para con sus rituales, se emparentaron entonces con
castigar a las mujeres de lengua afilada” y para los chamanes y esclavos, acusados por los con-
forzar a los esclavos africanos a embarcar. quistadores de prácticas criminales: asociaciones
demoníacas, actos sexualmente depravados y
Las mujeres eran acusadas de ser poco razo-
alianzas políticamente insurrectas.
nables, vanidosas, salvajes, despilfarradoras. La
lengua femenina, era especialmente culpable, La definición de negritud y femineidad como
considerada como un instrumento de insubordi- marcas de bestialidad e irracionalidad se co-
nación. Pero la villana principal era la esposa des- rrespondía con la exclusión de las mujeres en
obediente, que junto con la “regañona”, la “bruja”, Europa, así como de las mujeres y los hombres
y la “puta” era el blanco favorito de dramaturgos, de las colonias, del contrato social implícito en el
escritores populares y moralistas (11). salario, con la consecuente naturalización de su
La fierecilla domada (153) de Shakespeare, explotación (13).
agrega, se convirtió en un manifiesto de la época. Lo femenino y lo negro serán las categorías
Además del “embridamiento” de mujeres y escla- operativas para clasificar, sexualizar y minorizar
vos, tal hostilidad y rechazo se emparenta con las a los actores claves de la acumulación originaria.
formas en que tras la conquista se describieron a Señalan y estigmatizan a los y las dueñas de una
los “Indios salvajes” en la literatura de la época. riqueza que había que ordenar, embridar y explo-
Hacia allá iban nuevas bridas. tar y, antes que nada, desvalorizar en sus cuerpos,
Hay un problema de la lengua que es directa- su lengua y sus poderes-saberes.
mente del cuerpo. Mejor dicho, de ciertos cuerpos: 5. El cuerpo: “la mujer en nosotros”
esclavos, mujeres e indios. Y más vinculado a
la concepción corpórea de esa lengua que a un El episodio de la caza de brujas es decisivo a la
sentido estrictamente discursivo. ¿Qué sería una hora de trazar la génesis política de lo que Carole
lengua con poder de afectar al cuerpo y no sim- Pateman ha denominado el contrato sexual: es de-
plemente un modo de traducción de los poderes cir, el pacto de apropiación sobre las mujeres que
de la razón? Dice Viveiros de Castro: subyace y opera como condición transcendental
a toda la teoría política del contractualismo. Para
Para la ciencia moderna, el lenguaje es una fa- esa apropiación había primero que reprimir (judi-
cultad eminentemente cerebral; por lo tanto, hija cializar y castigar) las contraconductas ligadas al
legítima de las antiguas facultades espirituales. problema del status de las mujeres en la sociedad
Para los indios, al contrario, es algo que sucede (sea civil o religiosa). La brujería se constituye
al nivel de los hábitos corporales. Ella es como el específicamente como un crimen femenino (a
sexo, como los fluidos fisiológicos, como la ali- diferencia de la herejía). Esto supone también su
mentación, una parte del proceso corporal, una clasificación frecuente y cada vez más generaliza-
materialidad encarnada (12). da de sus actos como crímenes reproductivos: la
La lengua tiene que ver aquí con un poder criminalización de los abortos y de los métodos
expresivo que es incomunicable en términos del anticonceptivos fueron el modo, dice Federici, de
racionalismo moderno, vinculado a una experien- convertir al útero en terreno de poder masculino
cia no reductible al principio de la utilidad ni al para “el incremento de la población y la acumu-
principio de la comunicación. lación de fuerza de trabajo”(14).
Las palabras como el sexo o como el alimento. La caza de brujas y la colonización tenían el
La voz y el relato de las brujas, así como el canto objetivo de la constitución de una mano de obra
de los hombres y mujeres esclavos y las economías explotable por el capital en su fase de constitu-
chamánicas ponen en continuidad esos flujos y ción global. Pero la formación misma de la clase
sus poderes no sólo espirituales sino fuertemente trabajadora implicó primero la desposesión de
corpóreos (o, en todo caso, vinculados a otra rela- sus bienes comunales (de diversa manera en
ción entre lo corporal y lo espiritual). Las brujas, Europa y en las colonias) y un nuevo estatuto de

(11) Federici, S., op. cit., p. 172. (13) Federici, S., op. cit., p. 308.
(12) Sztutman, R., op. cit., p. 103. (14) Ibídem, p. 281.

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la mujer como “no-trabajadora”. Según Federici, cuerpo, incluso una vez arrebatados sus poderes
para fines del siglo XVII este proceso estaba casi autónomos, que insiste boicoteando la integridad
completo, perdiendo las mujeres los espacios de abstracta del individuo como tal. Volvamos a Ho-
tareas y oficios en los que predominaban (15). La bbes, según el análisis de Pateman.
devaluación del trabajo femenino contó con la
En el estado natural todas las mujeres se con-
connivencia entre estado y gremios. “Combinada
vierten en sirvientes, todas las mujeres quedan,
con la desposesión de la tierra, esta pérdida de
pues, excluidas del pacto original. Esto quiere
poder con respecto al trabajo asalariado condujo a
decir que todas las mujeres quedan excluidas
la masificación de la prostitución”(16). La pérdida
de convertirse en individuos civiles. Ninguna
de autonomía económica lograda a partir de una
mujer es sujeto libre. Todas, en la sociedad civil,
economía comunal y diversificada enclaustra a
son “siervas”, de un tipo muy peculiar a saber,
las mujeres en el trabajo doméstico reducido a la
“esposas”(19).
producción de mano de obra y en la prostitución.
A la vez que las invisibiliza como productoras de La desposesión femenina -de las tierras, de sus
riqueza, se conforma de este modo su subordina- saberes, de sus lugares de poder y autonomía- es
ción a la economía salarial masculina. la condición primera para la constitución de un
cuerpo asalariado jerarquizado por la división
Hay un diferencial en esta constitución de la
de géneros. Es el contrato civil que la filosofía
clase trabajadora que opera una diferencia a nivel
moderna impone como racionalidad política
de la división sexual del trabajo, que arrastra y
privilegiada el que completa y legisla sobre la
pone en conexión la criminalización contra los
expropiación femenina. Produciendo una nueva
sujetos minorizados. En el caso de las mujeres,
ficción de orden, ya que -según Pateman- a tra-
dice Pateman:
vés del contrato se sanciona un poder creativo
Incluso como trabajadoras, las mujeres están específicamente masculino (y no paterno) (20).
subordinadas a los varones de modo diferente al La “capacidad de dar luz y generar nuevas formas
que los varones se subordinan a otros varones. Las de vida política” traduce la expropiación de la
mujeres no han sido incorporadas a la estructura maternidad (convertida en “trabajo forzado” y
patriarcal de empleo capitalista como “trabaja- estipulado por el estado) al ámbito de la política
doras”, sino como mujeres, y ¿cómo podría ser y del espacio público la disputa y criminalización
de otro modo si las mujeres no son ni pueden ser de los poderes reproductivos y anticonceptivos
varones? (17). que les daban autoridad sobre sus cuerpos. Es
así como el contrato se postula como origen de
Al contrato de empleo, entonces, le subyace el
la vida política, cuya concepción es en el cuerpo
“contrato sexual” que estructura la sociedad civil
civil masculino (21). Los varones de este modo
y el propio contrato de empleo en la medida que
ficcionalizan su capacidad de dar vida a través del
“la dominación sexual estructura los lugares de
contrato, desde el cual la creatividad política im-
trabajo tanto como el hogar conyugal”(18).
plica generalizar las relaciones políticas de subor-
Pero un punto más, fundamental: lo que las ubi- dinación y la división del ámbito civil y el ámbito
ca a las mujeres como tales a la hora del contrato doméstico, despolitizando a este último.
es que no logran constituirse como individuos. Si
El paso siguiente es que las mujeres se vuelven
individuo y contrato son categorías masculinas
bienes disponibles en tanto son no-trabajadoras y
solidarias es porque la diferencia sexual como
dependientes de economías estatales-asistencia-
posibilidad de crear vida necesita ser controlada
les y matrimoniales: esta es la economía (y el sub-
a través de la disposición masculina al cuerpo
texto) del contractualismo. Al igual que Federici,
femenino. La corporeidad femenina es la que
Pateman nos lleva a la cuestión de la tierra. Si debe
impide convertirlas en individuos. Hay algo del
ser criticada la idea misma de “origen”, es porque
estas fundaciones que se pretenden originarias
(15) Ibídem, p. 158.
(16) Federici, S., op. cit., p. 15.
(17) Pateman, Carole, El contrato sexual, Barcelona, (19) Ibídem, p. 72-73.
Antrophos/UAM, 15, p. 1. (20) Ibídem, p. 54.
(18) Ibídem. (21) Ibídem, p. 258.

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están montadas sobre conquistas y apropiaciones de maleficios y misas negras. Formas de sentido
de tierras indígenas y de bienes comunales. que organizan de distinta manera la rebeldía y
su relación con la muerte. Un modo de extravío,
Estos momentos, de consolidación de lo que
podría decirse usando la terminología de Batai-
muchas feministas han llamado “el patriarcado
lle, pero sobre todo una economía de poderes y
del salario”, con la consecuente desvalorización del
saberes que mostraba un momento de soberanía
trabajo femenino y de muchas otras labores que no
absoluta, entendida más allá del principio de
se ajustan a la norma salarial, supone un cambio
utilidad capitalista.
en la noción histórica de patriarcado vinculado a
este momento de acumulación del capitalismo. La sexualidad femenina condenada con la ho-
Pateman puntualiza que los varones firmantes guera -toda práctica gozosa que restara fuerzas
del pacto fraternal son blancos y ese contrato para el trabajo- era indisociable de esa economía
original tiene tres aspectos: 1) el contrato social; soberana, en la medida que no tenía como fin
2) el contrato sexual; 3) el contrato de esclavitud la procreación ni la transmisión de derechos de
que legitima el gobierno de los blancos sobre los propiedad dentro de las familias. De allí, argu-
negros. menta Federici, la relación que rápidamente se
teje entre la bruja y la prostituta: ambas figuras,
6. La parte maldita
una de vieja y la otra de joven, son repudiadas
La bruja puede tratarse como un “personaje como mujeres que ejercen la práctica sexual sin
conceptual”: en ella se despliegan conceptos. Su fines reproductivos.
persecución, que van de las acusaciones a los jui-
7. Mujeres infames
cios sumarios para terminar en los linchamientos
y las hogueras, condensan un episodio mayor de ¿Podrían escribirse las historias de vida de las
una “guerra contra las mujeres”. Georges Bataille, mujeres infames? De las brujas sólo se sabe por
comentando el libro de Jules Michelet La Bruja, quienes las juzgaron y condenaron, es decir, por
sostiene que en la hoguera se castigaba la revuelta parte de quienes levantaron testimonio de sus
contra la moral y la autoridad religiosa. Sin em- “crímenes” y judicializaron sus lenguas afiladas.
bargo, en ese mundo subterráneo de esclavos, Las vemos sólo iluminadas por el fuego: cuando
paganos y campesinos reinan las mujeres. Y la chocan con el poder y son infamadas, medicaliza-
mujer-bruja destila una idea de seducción peligro- das, asesinadas. Foucault habló esas vidas infames
sa sustentada en poderes mágicos, contrapunto de sólo en masculino. Como lo recuerda Federici,
la dulzura inocente a la que luego quedaría religio- Foucault tampoco comenta el episodio de la caza
samente obligada. Por eso cita Bataille: “Por cada de brujas en su Historia de la sexualidad. Aun así,
brujo, diez mil brujas... y les esperaban la tortura, en su curso Seguridad, Territorio y Población ubi-
las tenazas, el fuego”. El libro de Michelet, escrito ca a las mujeres en el eje de las contraconductas
en 1862, fue un escándalo y la policía lo retiró cuando analiza las resistencias en los conventos
de circulación. Según Bataille, el humanismo de femeninos y alrededor de las profetisas y de las
Michelet lo hizo errar en su propósito: quiso trans- prácticas médicas alternativas durante la época
figurar y redimir a la bruja al punto de legitimarla del poder pastoral (del siglo X/XI al XVI/XVII).
y mostrar en ella a una humanidad sufriente. Se
trataba de invertir el discurso teológico. La infamia y el descrédito de sus poderes fueron
expropiados directamente contra sus poderes
El fallo de Michelet -¿acaso no es ése por lo ge- de fabulación, eje de sus poderes de hechizo y
neral el fallo de la inteligencia humana?- es haber convencimiento, de cura y de cuidado. Aquellos
convertido a la Bruja en la servidora del Bien, al poderes que Hobbes denunciaba como ficciones
pretender sacarla del oprobio. Quiso legitimarla para los pobres. En su persecución está la despo-
atribuyéndole una utilidad cuando, en realidad, lo sesión originaria para que el sexismo y el racismo
auténtico de sus obras la sitúa al margen (22). pasen a existir como imposición y legislación
organizando y jerarquizando el mapa global de
La brujería, como práctica irreductible a la
la división del trabajo.
utilidad, constituye una economía transgresora
En ellas, sin embargo, se fragua la resistencia
(22) Bataille, George, “La literatura y el mal”, Madrid, a esa individualidad propietaria (y a entender la
Taurus, 181, p. 61. libertad del individuo como su más valiosa pro-

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DPyC Criminología doctrina

piedad). Si, como dice Pateman, la teoría moderna quedar excluidas de la conversación contractual.
del contrato está atrapada por la contradicción de O, peor aún, ser incluidas como subordinadas,
la esclavitud es ahí mismo donde las brujas aun volviéndonos individuos. La fabulación femenina,
desestabilizan, con sus formas de saber-poder, como práctica de lo heterogéneo insumiso, sigue
todas las formas políticas que nos hablan a las ardiendo. Como una lengua afilada. Como un
mujeres el lenguaje del individuo para finalmente cuerpo colectivo que no cabe en el contrato. u

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