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Seguir los rastros de las ideas heideggeriánas en los escritos y

HÉCTOR LÓPEZ

LO FUNDAMENTAL
seminarios de Lacan es el trabajo de este libro que, apartándose
de toda técnica de yuxtaposición o acumulación enumerativa,

DE HEIDEGGER
examina aquellas "ideas conductoras del pensar" de Heidegger
que son al mismo tiempo una referencia de trasfondo necesaria

EN LACAN
en la enseñanza de Lacan.
En ese recorrido irá apareciendo "lo fundamental de Heidegger
en Lacan", es decir, las nociones del filósofo tomadas y deriva-
das al discurso del psicoanálisis por Lacan: la problemática del
ser vinculada a la conjetura del parlétre, el retorno del lógos
presocrático en "la razón desde Freud"; el tema poético de lo
abierto repensado como encuentro con lo real en la clínica; la
articulación entre la idea de salto y la renovación de la metáfo-
ra como chispa del inconsciente; la reelaboración del término
Sorge como cuidado por preservar el lugar del deseo; el
encuentro ético entre ambos autores en su crítica al humanis-
mo; y la incidencia de la temporalidad en la presentación del
fin de análisis como "tiempo de ser".
"Mi intención -dice el autor- es recorrer la obra de ambos para
verificar la presencia de Heidegger en la enseñanza de Lacan e
intentar desentrañar la lógica de esa indiscutible relación." El
planteo que da inicio al libro es precisamente su idea original
sobre esa lógica a la que denomina "el cruce".

BIBLIOTECA INTERNACIONAL
MARTIN HEIDEGGER
SBN 950-649-098- BIBLIOTECA
- ra Viva II II 1 II INTERNACIONAL
el
Héctor López

LO FUNDAMENTAL
DE HEIDEGGER EN LACAN

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(11
BIBLIOTECA INTERNACIONAL
MARTIN HEIDEGGER

letra
López, Héctor
Lo fundamental de Heidegger en Lacan - 1° ed. - Buenos Aires :
Letra Viva, 2004.
Índice
172p, ; 20 x 14 cm.

ISBN 950-649-098-8 •
Prólogo, pór Rogelio Fernández Couto ............................................. 7
1. Psic,oánalisis. 1. Título
CDD 150.195 Introducción ............................................................................................
................................................................................................................ 9
Esta edición cuenta con el apoyo de la Fundación Centro Psicoanalítico Argentino CAPÍTULO 1
.
Heidegger-Lacan: el cruce .....................................................................
............................................................................................................... . 15

(O BIBLIOTECA INTERNACIONAL MARTIN HEIDEGGER CAPtruw 2


Fax (005411) 4831-9911 El ser y el parlétre ............................................................................... 33

LETRA VIVA, LIBRERÍA Y EDITORIAL CAPÍTULO 3


Av. Coronel Díaz 1837, (1425) Buenos Aires, Argentina El /ógos o "la razón desde.Freud" ................................................. 59
www.letraviva.elsigma.com
letraviva@arnet.com.ar CAntruw 4
Lo abierto, más allá del padre .......................................................... 77
I.S.B.N.: 950-649-098-8
CAPÍTULO 5
Primera edición: Noviembre de 2004
El salto y la metáfora ...................................................................... 107
Impreso en Argentina - Printed in Argentina
CAPÍTULO 6
Sorge, entre el cuidado y la preocupación .................................... 125
Queda hecho el depósito que marca la Ley 11.723

Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra bajo cualquier CAPÍTULO 7


método, incluidos la reprografía, la fotocopia y el tratamiento digital, El ocaso del humanismo y la ética del psicoanálisis .................. 141
sin la previa y expresa autorización por escrito de los titulares del
copyright.
CAPírno 8
Prólogo

als Hdren der Stimtne des


Freundes, den jedes basein bei
sich triigt.
MR

Las conferencias que el psicoanalista Héctor López dictó en la


Fundación Centro Psicoanalítico Argentino han sido el origen de la
mayoría de los capítulos de Lo Fundamental de Heidegger en Lacan.
Algunas fueron publicadas previamente en el Dossier Martin.
Heidegger de Imago Agenda, de la Editorial Letra Viva.
Para nosotros es un honor que este prestigioso profesor uni-
versitario, director de la Maestría en Psicoanálisis de la Universidad
Nacional de Mar del Plata, se haya acercado a nuestra Fundación y
a la Biblioteca Internacional Martin Heidegger.
No son muchos los que, después de una larga trayectoria en
nuestra comunidad analítica, intentan ese esfuerzo renovado por
entender la obra de estos dos grandes pensadores.
No son muchos los que se acercan a la enseñanza de Martin
Heidegger y a su capacidad para leer como nadie lo ha hecho
jamás.
No son muchos los que tratan de pensar la enormidad de la'
Sprachschdpfung de Heidegger, de su creación de lenguaje.
No son muchos los que están dispuestos a escuchar la decisión
que está en juego en nuestra posición.
Esperamos que Héctor López nos siga acompañando en el ca-
mino de Cézarme.

Rogelio Fernández Couto

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INTRODUCCIÓN

¿Por qué Heidegger en Lacan?

Lacan pudo repensar y prácticamente refundar el psicoanálisis


freudiano derivando conceptos a partir de ciertos momentos fe-
cundos de otros saberes, organizados como ciencia o disciplina.
El momento saussureano de la lingüística lo orientó hacia el
inconsciente estructurado como un lenguaje. Pero se atrevió aún
más lejos que Saussure, audacia sostenida en la lectura de Freud.
El momento estructuralista de la antropología, inaugurado
por Claude Lévi-Strauss, le sirvió de verificación sobre la primacía
de lo simbólico y su función organizadora de la experiencia del
hombre.
El momento de la matemática, actualizado en el analisis situ de
Poincaré y desarrollado como topología combinatoria, le permitió
exponer directamente las relaciones témporo-espaciales de la
estructura del sujeto y sus relaciones con la realidad, así como las
lógicas simbólica y modal fueron el soporte de la escritura de los
cuatro discursos y de los maternas de la sexuación.
Sólo con esto, salta a la vista que es absurdo pretender la abso-
luta originalidad del psicoanálisis con respecto al desarrollo de la
ciencia y al debate de las ideas. La verdadera originalidad del psi-
coanálisis, de Freud a Lacar', reside en el empleo subversivo que
hace de esos recursos, no en los recursos mismos.
Y podríamos seguir, pero nos interesa detenernos en el mo-
mento fecundo de la filosofía, que recién con la aparición de Hei-
degger se decide a enfrentar la historia de la metafísica clásica y

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Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN

medieval. Se trata de la Destruktion heideggeriana que acaba con teresa en la filosofía, no la filosofía en el psicoanálisis, por eso no
el endiosamiento del ente, la ontoteología, y culmina en la muerte puede hablarse de "conversación", y mucho menos de conversa-
de ese ens entissimum llamado Dios. ción "fundamental" entre Heidegger y Lacan. En cambio, sí po-
L a s h u e l l a s d e H e i d e g g e r e n l o s e s c r i t o s y s e m i n a r i o s d e L a - can, demos hablar, en la medida que no requiere de ningún diálogo,
ya sean explícitas o apenas esbozadas, son múltiples, profundas y de una fraternidad en el decir, tal como el propio Lacan caracteriza
permanentes a lo largo de toda su enseñanza. • la relación entre ellos. •
A pesar de no esperar demasiado de la filosofía, Lacan descu- Lacan no se muestra indiferente con respecto al sorpresivo
brió en Heidegger una resonancia muy potente para orientar su pero evidente parentesco entre el pensar de Heidegger y la doctrina
propio pensamiento. La renovación de la ontología que significa psicoanalítica, tan sorpresivo y evidente como lo es la manifiesta
la analitica del Dasein en El ser y el tiempo, la formulación de la pre- falta de interés de Heidegger por el psicoanálisis. A tal punto que
gunta por la palabra del ser a partir de Aportes a la Filosofía (Acerca la producción actual de las ideas ha comenzado a transitar la
del evento)1 y el cuestionamiento a la postura humanista del exis- dirección inversa: de la filosofi'a al psicoanálisis, en cuyo trayecto es
tencialismo, le trazó un camino muy seguro hacia ese vacío central la obra de Heidegger la que señala el camino. Es el trayecto de la
del sujeto llamado por Freud: Kern unseres Wesens, núdeo de nuestro crisis de la razón y del sujeto de la filosofía y, por lo tanto, de su
ser. ¿Sería muy osado decir que ala pregunta de Heidegger por la acercamiento a "la razón desde Freud" y a la "subversión del su-
verdad del ser Lacan responde con el recorrido que va del Otro del jeto". En un momento avanzado de su enseñanza, Lacan comenta
lenguaje y de la ley a la escisión del sujeto? Ante la pregunta ante sus alumnos: "le he hecho una pequeña visita durante estas
¿qué soy?, el primero responde con la "analítica del Dasein" y el vacaciones sólo para saludarlo antes de disolvemos los dos, al
segundo con la división del sujeto por el significante. denominado Heidegger. Lo quiero mucho. Existe en él algo así
como un presentimiento del psicoanálisis, como diría Aragón,
Lacan descubrió tempranamente a Heidegger como herra- porque a él Freud no le interesa".2
mienta de su retorno a Freud, pero la amoldó a las necesidades
del trabajo sobre su objeto, que no era el de Heidegger, sino el in- El impacto del psicoanálisis en el debate de las ideas y en la
c o n s c i e n t e e n s u e s t r u c t u r a y e n s u p r á c t i c a . N o t a n t a s v e c e s L a - can cultura toda ha venido creciendo desde su creación por Freud,
habla de Heidegger, pero es suficiente una mínima agudeza para pero el impacto de Heidegger no ha quedado muy atrás en ese
percibir hasta qué punto las ideas fundamentales del filósofo, "de campo. Así como Alain Badiou ha dicho que el pensamiento ac-
los únicos hombres de la verdad que nos quedan" (Lacan, Seminario tual ya no piensa sin el psicoanálisis, por nuestra cuenta no duda-
13, clase 1,01-12-1965), operan íntimamente amalgamadas en el mos en decir que tampoco piensa sin Heidegger.
trasfondo de su pensamiento. Obviamente, ni Freud ni Heidegger ni Lacan son productos
A partir de allí, cierta gente que piensa (lo cual "reduce el cír- de la nada. Hay una tradición discursiva. Pero más allá, los une el
culo" según ironizó Lacan), tanto de la filosofía como del psicoa- haber inaugurado un camino hacia un "otro pensar".
nálisis, han tratado de poner a trabajar esta intertextualidad que
tiene una sola dirección: el movimiento que va del psicoanálisis a la La crítica de Heidegger a la filosofía del sujeto centrado en el
filosofía heideggeriana, Quiero decir, es el psicoanálisis el que se in- cogito, se refleja en la de Lacan a la psicología del yo. Pero es evi-
.
1. Martin Heidegger, Aportes a la filosofía. Acerca del evento, Biblioteca Interna- 2. Jacques Lacan, El seminario. Libro 22. R.S.I., clase 9 del 8 de abril de 1975
cional Martin Heidegger, Buenos Aires, 2003, traducción de Dina Picotti C. (inédito).

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dente que no está en juego una misma cuestión ni un mismo ob- .Lo cierto es que Heidegger seguiría siendo un autor que inte-
jetivo: el primero quiere acabar con la identidad del ente consigo resara sólo a los debates filosóficos, si no fuera por Lacan que lo
mismo, el segundo con la degradación de la práctica psicoanalí- descubrió como interlocutor del psicoanálisis y lo puso en el centro
tica. Por eso, es de temer que si pregonamos que Freud y Heide- de un diálogo entre filósofos, psicoanalistas y pensadores, que
gger llegan al mismo punto por diferentes caminos, perdamos cobra más y más actualidad en nuestro tiempo.
totalmente el sentido del empleo que Lacan hace de Heidegger Hubo, en un tiempo quizá mítico de la filosofía, el relampa-
como medio para acercarse a la verdad freudiana. gueo de la luz del ser, "pero —dice Heidegger—, el rayo ya se extin-
Se trata para Lacan de repensar la razón, más precisamente lo guió, nadie captó su irradiación ni la proximidad de aquello que
que es "la razón desde Freud". En su escrito "La instancia de la letra iluminaba".
en el inconsciente o la razón desde Freud", realiza un recorrido
para demostrar que la razón no es la del yo que piensa. ¿Qué razón He tomado en este libro ciertas ideas conductoras del pensar hei-
es esa razón que nadie piensa? Hacia el final del texto se obliga a deggeriano, que son al mismo tiempo una referencia de trasfondo
dar cuenta de este agujero central-exterior hacia el cual converge en la obra de Lacan.
toda la trayectoria en espiral del escrito. Me refiero concretamente a las que determinan la secuencia
Se hará manifiesto entonces que lo escrito en el título como "la de los capítulos: La problemática del ser en su relación con el par-
razón desde Freud" tiene las más íntimas relaciones con el sentido létre, neologismo creado por Lacan hacia el final de su enseñanza
del Aóyos (lógos) presocrático de Heráclito. ¿A quién recurrir en- para redefinir al sujeto del psicoanálisis. El retorno del lógos
tonces sino al filósofo actual, Martin Heidegger, el más cercano al presocrático en la razón desde Freud. El tema poético de lo abierto,
pensar originario de la filosofía que ilumina la verdad del lógos? como marco del precepto analítico de ir más allá del padre. La
articulación entre el concepto de salto y la innovación lacaniana
La articulación del discurso psicoanalítico de Lacan con el pensar con respecto a la metáfora y a la práctica del "pase". Los equívocos
filosófico de Heidegger ha sido a veces rechazada por algunos y malos entendidos en torno a la noción de Sorge (cuidado), núcleo
psicoanalistas. En Luan encontramos, al mismo tiempo que "re- de la analítica del Dasein, entendida por Lacan como "pre-
con
ocimientos", "desconocimientos" de ese parentesco en el pen- ocupación". El debate sobre el humanismo donde tanto el filósofo
sar, y siempre por distintos motivos que los justifican. Puede decir como el psicoanalista transitan un camino convergente. El es-
tanto: "no hay (con Heidegger) ninguna semejanza de diálogo, clarecimiento que la noción de temporalidad aporta a la reflexión
incluso y sobre todo filosófico...3 (1966); como: "no reniego de la sobre el fin del análisis como "tiempo de ser". Y finalmente, pero
fraternidad de este decir, puesto que lo repito sólo a partir de una ubicado en retorno como primer capítulo anticipatorio, el intento
práctica que al situarse desde otro discurso, lo vuelve incuestiona- de dar cuenta de la estructura de la relación Heidegger-Lacan con
ble"' (1977); y aludirlo, aun sin nombrarlo, como precursor entre mi propia idea de el cruce. Allí, la ocasión ha sido propicia —a pe-
"los únicos hombres de la verdad que nos quedan".3 (1966) sar de las protestas que imaginamos de Heidegger— para plantear
3. Jacques Lacan, "De un designio", en Escritos, Siglo XXI, México, 1971, pág. 142. y desarrollar un nuevo interrogante: ¿Dasein es sujeto?
4. Jacques Lacan, "El atolondrado, el atolondradicho o las vueltas dichas", en Elisabeth Roudinesco se equivoca al afirmar que la importancia
Escansión N° 1, Paidós, Buenos Aires, 1984. de Heidegger en la obra de Lacan se limita al primer "Discurso de
5. Jacques Lacan, "La ciencia y la verdad", en Escritos, Siglo XXI, México, 1971, Roma" (1953), y que desaparece a partir de "La Instancia de
pág. 343.

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la letra..." Son ya varios los autores que han señalado este error
(Cf. por ejemplo Carlos Basch, "Heidegger en Lacan o el límite
CAPÍTULO 1
del desvío" en Redes de la Letra 4, p. 62, junio de 1995).
Tampoco podemos aceptar, en el otro extremo, la afirmación
de Labarthe y Nancy en cuanto a que Heidegger es el texto tutor, Lacan-Heidegger: el cruce
el "ultratexto".del discurso de Lacan, haciendo extensiva esta de-
pendencia al propio Freud cuando sostienen: "decir que Freud
es el síntoma (la metáfora) de Heidegger, es reconocer finalmente
que Heidegger mismo es, literalmente, la verdad de Freud, o, si
se quiere más, lo propio de la letra freudiana".6
Finalmente, por fuera de las posiciones opuestas de Roudi-
nesco y de Labarthe y Nancy y de la cerrada negativa de ciertos
grupos actuales a considerar a Heidegger entre los interlocutores
Introducción
del psicoanálisis, mi intención es recorrer la obra de ambos autores
Mucho se ha hablado —y discutido— de las posibles relacio-
para verificar la presencia de "Heidegger en Lacan" e intentar
nes Heidegger-Lacan. El arco va desde quienes encuentran una
desentrañar la estructura lógica de esa relación.
"identidad en el pensar", al punto que el trabajo de Lacan habría
sido simplemente dejarse llevar por Heidegger en el camino de
Sólo me resta agradecer a la Biblioteca Internacional Mai-fin la verdad freudiana, hasta aquellos que rechazan toda influencia
Heidegger y a la editorial Letra Viva la generosidad de haberse y reducen la relación con Heidegger a algunas alusiones sin im-
comprometido en la publicación de este libro, y al director de la portancia en los primeros seminarios y escritos de Lacan.1 Lo se-
citada biblioteca, Rogelio Fernández Couto, además, la amabili- guro es que —en términos personales— es siempre Lacan quien se
dad de haber aceptado escribir el prólogo, y su voto de confianza interesa en la obra de Heidegger, pero nunca a la inversa.2 El tí-
hacia el presente libro.
1. J.L. Nancy y Ph. Labarthe, E/ título de la letra, cap. 3, "La verdad homolo-
gada", s/pág., Colección mathema, Rosario, 1979 y E. Roudinesco, Lacan,
esbozo de una vida, historia de un sistema de pensamiento, Buenos Aires, Fondo
de Cultura Económica, 1994, pág. 325.
2. A pesar de que hubo varios encuentros personales entre ambos entre 1955 y
1975, Heidegger siempre se manifestó totalmente ajeno a la obra de Lacan.
En una carta enviada al psiquiatra Medard Boss en 1966, luego de que Lacan
le enviara sus Escritos con una dedicatoria, éste comentó el suceso con estas
palabras: "Seguramente usted también ha recibido el grueso libro de Lacan
(Écrits). Por mi parte, no logro por ahora leer nada en ese texto manifiestamente
barroco. Me dicen que el libro provoca un remolino en París semejante al
que suscitó antaño El ser y la nada de Sartre". Unos meses más tarde, añadía:
"Le envío adjunta una carta de Lacan. Me parece que el psiquiatra necesita un
6. J.L. Nancy y Ph. Labarthe, El título de la letra, cap. 3. "La verdad homologada", psiquiatra". (E. Roudinesco, Lacan, esbozo de una vida, historia de un sistema de
s/pág., Colección mathema, Rosario, 1979: pensamiento, Buenos Aires, Fondo de Cultura' Económica, 1994, pág. 340).

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LO FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN

tulo Heidegger en Lacan, expresa la dirección única de este movi- Sión de hecho, lo rechazado retorna como fantasma en el decir. En
miento, y la refutación de que hubiese habido conversación entre el concepto ontológico de Dasein ronda constantemente lo que está
ellos. La obra de Heidegger no se vio afectada en absoluto por las en juego: una subjetividad dividida entre el ser y el ente.
ideas de Lacan. Por otra parte, su noción de Lichtung (claro, luminosidad)
Dejaré de lado estos pormenores, hasta cierto punto superfi- transparenta la función creadora y fulgurante de la metáfora en
ciales, para desarrollar un interrogante —aún no planteado— que cuanto al desocultamiento del ser, relación no hecha explícita en
atañe a la relación entre las obras en su conjunto, con total abs- Heidegger en tanto considera a la metáfora como una forma, entre
tracción de la presencia o ausencia puntuales de uno en la obra, otras, de representación.
y aún en la vida, del otro. Trataré de situarme en la estructura de Vemos así cómo ambos confluyen en denunciar la pesada carga
la construcción y de la dirección de las obras, sosteniendo la pre- de sentido que arrastran estos dos términos.4 Pero mientras que
gunta por el acto de enunciación que las instaura como discurso Heidegger, ubicado aquí en el plano óntico, los refiere a las
y no por los enunciados que las componen. cosas mismas (sujeto y metáfora en tanto entes), se le hace impo-
El método de este análisis será el de tomar ambas obras como sible considerar que los términos puedan ser conceptualizados de
objetos independientes, haciendo caso omiso de los préstamos, otra manera. Para Lacan se trata de un problema semántico: es la
derivaciones e "influencias" de Heidegger en Lacan, para tratar de historia del sujeto y la metáfora en el pensamiento académico la
determinar si tienen algo común en su ordenación lógica general. que ha sufrido una degradación y un desvío. Por lo tanto la tarea
Pero antes plantearé una diferencia que insistirá a lo largo de no es excluir los términos sino modificar los conceptos que ellos
este y los próximos capítulos. Lacan hace una decidida crítica a ciertas nombran. Será una enorme tarea de cuyas articulaciones es tes-
nociones tal como son empleadas en el campo de las disciplinas. Me timonio todo el desarrollo de su enseñanza y sus escritos. Lacan
refiero fundamentalmente —pará comparar con lo que Heidegger transformará el contenido de los términos de tal modo que sean
hace con esas mismas nociones— a las de sujeto y metáfora. Lacan no se reconocidos como conceptos propios del discurso del psicoanáli-
limita a la crítica, emprende enseguida la tarea de repensarlas y sis y más aún como realidades de la práctica clínica.
derivarlas a su propio campo, el psicoanálisis, transformadas mediante
una lectura que se sostiene en Freud. No le es necesario entonces En el desarrollo de la analítica existencial, Heidegger también
prescindir de esos términos, por el contrario, los incorpora' realiza una formidable transformación, pero en su caso, mediante
haciendo de la subversión de Su empleo un acto de creación.
Heidegger, por su parte, entiende que ambas nociones surgie- siendo la definida en la Retórica de Aristóteles: traslado a una cosa de un
ron al abrigo del pensar metafísico, viciadas por la significación nombre que designa otra, con la que aquella está ligada bien por proximidad
que las disciplinas académicas han aceptado y mantenido sin cues- ontológica, bien por semejanza o analogía, siendo ésta, la analogía, la
tionar: en cuanto al sujeto su entificación en el dominio del cogito metáfora por excelencia.
cartesiano, y en cuanto a la metáfora, su reducción a una oposición 4. La crítica de ambos tiene por objeto a la metáfora retórica como formando par-
te de "la gran cadena inmóvil de la ontología aristotélica, la cadena
escolástica entre un supuesto sentido propio y un sentido metafísica de valores del lógos, la voz significativa, el nombre, la mimesis, la
figurado de las palabras.3 Opta entonces por rechazar ambos semejanza, en el horizonte de la verdad como presencia, cadena ciertamente
términos borrándolos literalmente de su lenguaje. Pero, al realizar distinta de la cadena metonímica de los indecidibles, la cadena móvil de la
esa forclu- desconstrucción y la diseminación. Así, para Aristóteles, la metáfora trabaja
al servido del conocimiento" (Patricio Perialver, "Introducción", en Jacques
3. Heidegger, como sabemos, tuvo sobre su escritorio los Escritos de Lacan, Derrida La desconstnicción en las fronteras de la filosofia, Paidós, Barcelona, 1989,
pero su noción de la metáfora no obtuvo beneficios por eso, sino que siguió pág. 31).
HÉCTOR LÓPEZ LO FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN

la creación de un nuevo término: Dasein, como ser ahí o ahí del ser. cada sujeto, según el modo particular en que su estructura ha lo-
Con esta novedad se desliga de la tradición metafísica que grava g-rado organizar o soportar el deseo y el goce. Por lo cual, no hay
los términos de hombre como ser humano y de sujeto como yo au- sujeto sino en la experiencia del análisis, ya que es en ella donde
tónomo, para referirse al ente donde el Ser se encarna. se lo puede capturar en su realidad intransferible y discontinua.
Una vez distanciado del sujeto tradicional, el concepto de Da- Esa discontinuidad, que lo hace tan ajeno a toda idea de personalidad,
sein es construido en una relación de fuerte parentesco con la nue- es asociada por Lacan con una "fragilidad óntica" pero al mismo
va forma en que hoy se concibe la subjetividad. No es patrimonio tiempo con una fuerte determinación ética, en el sentido • del
sólo del psicoanálisis hablar de un sujeto dividido. La crisis del sujeto modo en que cada uno guarda fidelidad al deseo que lo anima. El
de la razón como fundamento del conocimiento es uno de los sujeto en lo inconsciente, dominio en el cual el yo del conocimiento
problemas centrales del pensamiento moderno. La novedad del no puede penetrar, es, valga el oxímoron, un sujeto
estructuralismo fue precisamente el descubrimiento de las depen- no subjetivo.
dencias del sujeto y de la ilusión de su autodeterminación. Heide- Las diferencias con el Dasein heideggeriano saltan a la vista:
gger como pensador moderno se inscribe en esta nueva tradición, el Dasein es un concepto que se construye mediante la lógica del
sólo que detesta el empleo del término sujeto. Su analítica del Da- pensar filosófico, mientras que el sujeto del inconsciente no es un
sein es una verdadera teoría del sujeto moderno en sus múltiples producto de la especulación, sino un efecto particular que se es-
dependencias con respecto a una realidad que lo sobrepasa y lo cucha cada vez distinto en la experiencia clínica. No obstante, el
determina. Realidad compleja que él estudia al abrigo del término Dasein no deja de ser sujeto, por cierto que dividido entre el ser y
Ser (Seyn) y que refiere, fundamentalmente, a la operación del el ente, aunque sólo en el campo de la construcción teórica. El Da-
lenguaje. La analítica existencial del Dasein es justamente un en- sein es un objeto del saber filosófico. En ese plano mantiene signi-
sayo de comprensión fenomenológica del ente que somos, en ficativas afinidades con el sujeto que teoriza el psicoanálisis, pero
cuyo campo, y sólo en él, se impone la pregunta por el Ser. ninguna en el plano de la experiencia singular. En ese plano, el
sujeto dividido no puede ser un objeto de ning-ún saber por las,
¿Cuál es la diferencia entonces entre el concepto de sujeto mo- siguientes razones: es siempre sorpresivo e inaprensible; el sig-
derno, —el que nace como derivación del estructuralismo, el que nificante que lo representa es siempre inconsciente; sólo aparece
Heidegger analiza como Dasein, o aquel al que pensadores de hoy como un efecto irrepetible en el marco de la experiencia analítica.
se refieren cuando hablan de la desaparición del sujeto— con respec- Si Lacan dijo que el problema a dilucidar no es "qué es una cien-
to al sujeto del psicoanálisis? cia", sino "qué sería una ciencia que incluyera al sujeto del psi-
En el campo del psicoanálisis el término sujeto no se refiere a coanálisis", nosotros podríamos decir ahora que el problema no
un concepto, a una entidad abstracta, incorpórea, o al menos no es "qué es la filosofía", sino "qué sería una filosofía que
sólo a eso. El sujeto del psicoanálisis es un efecto muy concreto y incluyera al sujeto", no ya como realidad abstracta, objeto de
singular de la forma en que un cuerpo ha sido afectado por el len- estudio como es el Daseín, sino en su manifestación real como
guaje y por el deseo del Otro. Se trata de un sujeto, antes que del efecto del inconsciente. Posibilidad escabrosa de imaginar, pues
inconsciente, digamos mejor en lo inconsciente, que el analista ve- si bien Heidegger no se interesó en el psicoanálisis, llegó a un
rifica materialmente en los síntomas neuróticos, en la transferencia punto donde lo real inconsciente se le hizo manifiesto y lo nombró
y en todas las formaciones del inconsciente que bullen en la como Es gibt, traducido como el hay. Pero sería absurdo decir que a
asociación libre. En este sentido no existe el sujeto en general, sino la filosofía de Heidegger le falta el sujeto del inconsciente ya que
ét
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HÉCTOR LÓPEZ LO FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN

de la reflexión sino de la clínica, y a nadie se le ocurriría que la fi- tencial del Dasein y la pregunta ontológico-fundamental por el
losofía deba dar cuenta de un objeto no aprensible por la descrip- sentido del Ser en general".5
ción, ni por la comprensión, ni por la analítica, sino en la experiencia En su segunda gran obra, Beitriige zur Philosophie (Vom Ereignis)6,
de la escucha. se esboza un cambio de lenguaje, que sin embargo está destinado a
sostener un mismo discurso. Es un texto que intenta remediar las
No demoraré ya la formulación de la hipótesis que es al mis- insuficiencias de los códigos académicos tradicionales e
mo tiempo conclusión, a desarrollar en este capítulo y sostener en inaugura no sólo un nuevo estilo sino además una nueva
todo el libro. Puede expresarse en tres momentos: lAmbos autores interrogación. La pregunta por el sentido del ser del hombre es
tienen puntos de partida y puntos de llegada recíprocos pero diferentes. traspuesta a la pregunta por la verdad del Ser (Seyn). El recurso
2. El recorrido diacrónico de cada uno es el inverso al del otro. 3. Ambos al lenguaje académico es sustituido por una actitud otra del
se juntan en un punto sincrónico al que llamaré el cruce. pensar que se funda más en la escucha de la palabra del Ser que
El punto de cruce es un momento sincrónico que debe ser re- en la pretensión de decir su sentido. La misión de esclarecer el
conocido en otra dimensión que la del desarrollo temporal de las ser deja de ser una atribución del filósofo, para ser confiada al
obras. Es una legalidad de estructura que recorre ambas obras, Ser mismo que "se esencia" en la palabra. Es un salto del decir al
que insiste en ellas, y que determina una temporalidad que sólo evento, donde el camino del pensar no es determinante del ser,
se hace patente en una lectura retroactiva. sino determinado por el Ser mismo; por eso Heidegger habla del
pensar del Ser.'
El ser no será dicho ya mediante los existenciarios de la analítica,
1. ¿De dónde parte y hacia dónde va Heidegger? método que, aunque superador de la descripción del ser por
Su punto de partida es un quehacer totalmente especulativo, 5. r
Martin Heidegger, El ser y el tiempo, "Indice", sección, Capítulo 6, pará-
su procedimiento es explícitamente ontológico: la analítica exis- grafo 83, Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 1998.
tencial del Dasein. El sistema, si así podemos llamarle, que cons- 6. Martin Heidegger, Aportes a la filosofía. Acerca del Evento, Biblioteca Interna-
truye en El ser y el tiempo no abandona la forma de lo consagrado cional Martin Heidegger, Buenos Aires, 2003.
como lenguaje científico en la filosofía racionalista, aun conside- 7. Lo que tiene que acaecer, dice Heidegger, es que el pensar del Ser no tenga
que tornarse ninguna teoría y ningún sistema, sino la auténtica historia y
rando la sorprendente novedad de sus ideas, y el empleo de tér- con ello lo más oculto. Y continúa: "En los intentos desde El ser ye! tiempo se
minos alemanes extraños a la filosofía académica. plantea por cierto la pregunta más originariamente, pero todo se mantiene
El sentido a esclarecer del ser del hombre en la analítica del Da- en una proporción, si de algún modo comparable, menor. [...] No se trata
sein resulta una reflexión muy poderosa en tanto se sostiene en de llevar al conocimiento nuevas representaciones del ente, sino de fundar
el ser humano en la verdad del Ser y de preparar esta fundación en el pensar
una lógica del sentido fenomenológicamente fundada. Heidegger del Ser y del ser-ahí. [...1 Sin embargo, el camino de este pensar del Ser no
abre la pregunta por el sentido del ser que el positivismo había tiene el trazado firme de un mapa. El país deviene recién a través del camino
cerrado definitivamente. y es en cada sitio del camino, desconocido y no calculable. El camino del
En el último capítulo de esta obra fundante anticipa ya lo que pensar cuahto más auténtico camino hacia el ser, es tanto más incondicio-
nalmente determinado por el Ser mismo"..(Martin Heidegger, Aportes a la
será la temática de sus desarrollos posteriores: la pregunta ya no filosofía. Acerca del Evento, Biblioteca Internacional Martin Heidegger, Bue-
por el ser del ente (Sein) cuyo eje es el cuidado (Sorge), sino por el nos Aires, 2003, pág. 83).
Ser como totalidad (Seyn). Se titula "La analítica tempóreo-exis-

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HÉCTOR LÓPEZ LO FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN

las "categorías" aristotélicas, no deja de estar en dependencia de morada",1° dejando ver que es el decir poético —no el saber filo-
un lenguaje explicativo cuyo "objeto" es el Dasein. sófico, ni científico, ni tecnológico—, el propicio para desocultar la
La tarea del pensar depende ahora del evento apropiador del verdad del Ser.
ser antes que de la razón subjetiva del filósofo; Más concretamente, El lugar reservado a los poetas, que en definitiva somos todos
el Ser se sustrae a la actividad de la conciencia y se resiste al los ec-sistentes ya que poetizar no es el manejo técnico de un len-
discurso de la representación. El evento del ser es un esenciarse guaje retórico sino el fundamento de todo lenguaje, se lee en esta
como relámpago.' frase, entre muchas otras : "Ser poeta en tiempos de penuria sig-
nifica, cantando, prestar atención al rastro de los dioses huidos" 11
En un tercer momento, según los especialistas a partir de Die Pero esta potencia del decir poético, para Heidegger, no se funda
Kehre,9 (el giro, la torsión), se irá definiendo el ámbito propicio en los recursos literarios que emplea (proliferación de tropos,
donde ponerse a la escucha de la palabra del Set Es en el decir analogías, o parábolas), sino en su función irruptiva de anticipar
poético donde el ser entreabre las persianas de su verdad. El re- una verdad. Esto quiere decir que la poesía no depende del sujeto
lámpago de la presencia del ser —que fulguró en el momento de la sino del lenguaje, que hace del pensar una creación donde el pen-
revelación presocrática—, retorna en el decir de los poetas, no to- sador queda capturado en su propia póiesis.12
dos, algunos pocos que son los mediadores entre los hombres y los Esta es la razón por la cual Heidegger privilegió a un poeta
dioses. Ellos "pertenecen a la estirpe de los arriesgados" porque como Hólderlin, según él mismo nos lo dice:
son "los guardianes de la mayor posibilidad, los supremos sacer-
dotes del dios del vino durante la noche sagrada" (Hiilderlin). "¿Por qué, al proponernos mostrar la esencia de la poesía,
Toda la última parte de la obra heideggeriana estará atravesada hemos elegido la obra de Hólderlin? [...] ¿Será, con todo, posible
por referencias a poetas tales como Hólderlin, Mórike, Hebbel, sacar de la obra de un solo poeta la esencia universal de la poe-
Rilke, y particularmente, Trakl. Pero además, su propio decir teórico sía...? Andaremos descaminados si por esencia persistimos en
adquirirá esa resonancia poética que Nietzsche había sido el primero entender lo que ha de condensarse en un concepto general que
en introducir en el campo de la árida reflexión filosófica moderna. haya de valer por igual para toda poesía. Buscamos por el con-
trario lo esencial de aquella esencia que nos fuerce a la decisión
El salto de El ser y el tiempo a estos otros dos momentos es el acto
de tomar en serio la poesía y de afincamos en sus dominios. No
por el cual Heidegger une el pensar y el poetizar en un mismo acto. se ha elegido a Hólderlin porque en su obra se realice como en
En el camino "hacia un otro pensar", pensamiento y poesía son una una entre tantas la esencia general de la poesía sino única y ex-
misma cosa desde el momento que pensar no es ya elucubrar, sino clusivamente porque la poesía de Hólderlin mantiene constante
dejar que la palabra se abra al misterio de lo innominado, de lo la determinación poética de poetizar sobre la esencia de la Poe-
real.
El giro de Heidegger es una puesta en acto del verso de Hól- 10. Martin Heidegger, Hólderlin y la esencia de la poesía, Antrophos, Barcelona,
derlin "Poéticamente es como el hombre hace de esta tierra su 1989, pág. 37.
11. Martin Heidegger, "¿Y para qué poetas?", en Caminos de Bosque, Alianza
8. Atendemos aquí al fragmento 64 de Heráclito que dice: "El relámpago go- Editorial, Madrid, 1996, pág. 244. En el tercer soneto a Orfeo, Rilke dice
bierna al universo". (Jean Brun, Heráclito, Edaf, Madrid, 1976, pág. 187). también: "el canto es existencia", que le sugiere a Heidegger la identidad
9. "Die Kehre" es una conferencia de Heidegger pronunciada en 1949, y pu- entre cantar y existir.
blicada en español como Die Kehre, Alción editora, Córdoba (Argentina), 12. Cuando Nietzsche dice: "No quiero ser feliz, sólo quiero realizar mi obra"
1982. se refiere, justamente, a la obra de póiesis como trascendiendo los
intereses de la subjetividad.

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HÉCTOR LÓPEZ Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN

sía. Wilderlin es, pues, para nosotros y en excepcional sentido, biese más que uno, a la metafísica.. "14 Y luego cita a Heidegger
el poeta del Poeta" .13 cuando rechaza que se trate de metáfora en un tropo de Hblder-
lin: "Seguiríamos dependiendo de la metafísica si quisiéramos
Podemos ahora trazar un primer vector de lo que será nues- considerar como una metáfora esa denominación de Hólderlin
tro esquema: en el giro 'palabras como floresm.15
De todos modos, Heidegger sólo muy alusivamente se ha re-
Evento del Ser (Seyn) ferido a la metáfora como tal y bajo ese nombre, pero —como dice
Lenguaje poético Derrida— no se trata de considerar las proposiciones enunciadas,
los temas y las tesis a propósito de la metáfora como tal, el con-
tenido, sino de tomar el texto heideggeriano mismo como enun-
ciación. "Así pues, Heidegger ha hablado bastante poco de la
Analítica del Dasein metáfora. Se citan siempre dos lugares (Der Satz vom Grund y Lin-
Lenguaje especulativo terwegs zur Sprache), donde parece que toma posición en relación
con la metáfora, o más exactamente, en relación con el concepto
La Dichtung, (traducido como Poesía, con mayúscula) de la que retorico-metafísico de metáfora".16
nos habla Heidegger, no se pliega dócilmente a la concepción que Lacan por el contrario desecha toda definición retórica de la
la literatura en tanto disciplina metafísica tiene de la poesía (en metáfora como comparación implícita o relación por analogía entre
este caso escrito por Heidegger en francés (poesie) y con minúscula); significados, para ubicarla en el plano de la creación pura del sig-
no es aquella cuyo valor reside en la buena gramática, en la riqueza nificante, operación que trastocando sorpresivamente el sentido
retórica o en la consideración de las exigencias del metro y del comprensible, se transforma en el modo propio del inconsciente
ritmo. Tampoco es la que expresa estéticamente un estado de en la revelación de su verdad, no por un sentido nuevo, sustitución
ánimo o un sentimiento subjetivo. de un sentido anterior, sino por un efecto nuevo sobre lo real. Si el
En este contexto la metáfora es un artificio retórico que lejos de ser del hombre es una metáfora, "no es una metáfora decirlo", nos
iluminar el camino de la verdad del Ser, lo oculta en la represen- aclara Lacan. Al revés de Heidegger, la metáfora del ser nodebtrsligvj,cm-'ación
tación estética. Por eso, Heidegger diferencia la metáfora comofi- sujeto (metáfora)-objeto (ser); la metáfora no es un recurso
gura literaria, falsa imagen del ser, con respecto a la póiesis como
aquello que puede tocar el núcleo del Ser; de llegar, cantando, al lí- 14. Jacques Derrida, La desconstrucción en las fronteras de la filosofía, Paidás, Bar-
mite de lo real y construir el borde del abismo. celona 1989, pág. 54.
La limitación heideggeriana del concepto de metáfora ha sido 15. Derrida remite a una frase de Heidegger cuestionada por él y también por
Ricoeur: Das Metaphorische gibt es nur innerhalb der Metaphysik ("lo metafóri-
advertida por Derrida en un extenso análisis del cual transcribo
co sólo se da dentro de la metafísica"), y a una conferencia triple Das Wesen
un párrafo: "Vuelvo a arrancar de esos dos pasajes aparentemen- der Sprache (1957). Asimismo extiende las referencias de esta discusión a
te alusivos y digresivos en donde Heidegger plantea muy rápi- Jean Greisch, Les mots et les roses, la metaphore chez Heidegger (1973) y a Paul
damente la pertenencia del concepto de metáfora, como si no hu- 1Ricouer, La metáfora viva (1975).
16. Jacques Derrida, La desconstrucción en las fronteras de la filosofía, Paidós, Bar-
13. Martin Heidegger, Htilderlin y la esencia de la poesía, Anthropos, Barcelona, celona, 1989, pág. 41.
1991, pág. 19-20.
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HÉCTOR LÓPEZ Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN

metalingüístico para decir el ser como si fuera un ente difícil de jeto y la dialéctica del deseo", comienza a construir toda una red
encontrar, sino que el ser se esencia como metáfora, él mismo, real- de esquemas y grafos con los cuales, junto al estilo anti-académico
mente (genitivo subjetivo). El efecto nuevo del que hablamos no de su decir, se propone transmitir la estructura del inconsciente, no
es tanto un nuevo efecto de sentido, como de sin-sentido. como saber de un contenido-objeto, sino a través de un discurso
que sea lo inconsciente mismo. Transmisión vehiculizada en el acto
de enunciación, no en los enunciados.
2. ¿De dónde parte y hacia dónde va Lacan? Propondrá luego una serie de escrituras formales que se con-
cretizan en las fórmulas cuasi-matemáticas de los cuatro discursos
El vector del desarrollo lacaniano sigue la misma trayectoria (Amo, Histérico, Universitario y Psicoanalítico) y de las mo-
que el de Heidegger pero en sentido inverso. Inicia su enseñan- dalidades de la sexuación.
za otorgando un amplio crédito a la palabra poética en su función En sus últimos seminarios culminará con un gran despliegue de
de revelación del ser. los recursos de la topología combinatoria y de la teoría de los nudos
La lectura que hace 041 inconsciente freudiano es una lectu- mediante los cuales pretende, antes que demostrar una verdad,
ra retórica: el inconsciente estructurado corno un lenguaje; en ese len- presentarla de una forma considerada directa, no representativa.
guaje, retórico sin duda, habla el inconsciente mismo en tanto no La esperanza que Heidegger termina poniendo en la palabra
se deja articular por el sujeto, sino que él, y sólo él, articula al suje- del poeta es equivalente a la confianza que Lacan concede final-
to. Hay una nueva razón:17 la razón desde Freud, y esa razón no es mente a la escritura matemática y topológica.
especulativa, es la póiesis, destinada a decir la verdad del deseo. Si consideramos a las escrituras lógico-simbólica y modal y a
El escrito "La instancia de la letra en el inconsciente o la razón la topología como "lenguaje científico", podemos decir que Lacan
desde Freud" está dedicado a mostrar cuál es la lógica de esa ra- va de la palabra poética a la escritura científica como instrumento.
zón, cómo ella opera en la producción de la verdad, y en qué ese ¿Para decir lo real? Quizá, pero sobre todo para verificar la in-
acto de revelación se corresponde con el Lógos. sistencia de lo real que se resiste al decir y sin embargo insiste en
Las operaciones del lenguaje poético son también las del in- el lenguaje a-semántico del significante puro.19
consciente: la metonimia como camino de desvío, y en ese sentido Queda plasmado así un segundo vector de nuestro esquema:
de censura de la verdad, y la metáfora como Lichtung (luminosi-
dad, claro) sobre lo real. Es suficiente leer el escrito citado (1957), Póiesis del inconsciente
o "Función y campo del lenguaje y la palabra en psicoanálisis" Metonimia (censura), Metáfora (salto)
(1953), para comprobar que Lacan retorna a Freud por la vía del
lenguaje poético. De alli que haya dicho posteriormente que el in-
consciente es un consumado rhétoriqueur.18
Poco después de la época mencionada, a la altura del Seminario 6,
El deseo y su interpretación, y del escrito "La subversión del su- Lenguaje formal (a-semántico)
Lógica, topología, nudos
17. Lácan toma este sintagma del título de un poema de Rimbaud: "A una nueva 19. Incluso las imágenes de los sueños son para Freud formas de escritura sim-
razón".
bólica que no representan ningún objeto sino que remiten a significantes de
18. Neologismo que en español equivale a algo. así como retoricador.
un lenguaje cifrado.

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HÉCTOR LÓPEZ
Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN
Superpongamos ahora ambos vectores, que representan, uno tiéamente al final de "La instancia de la letra..."" Allí habla del
el trayecto de Heidegger, otro el de Lacan, y veamos qué sucede: síntoma y del ser poniendo a ambos en el dominio de la metáfora,
mientras que pone al deseo en el campo de la metonimia, como
Póiesis del inconsciente Evento del Ser (Seyn) imposibilidad. Cuanto más el habla se aproxima a lo indecible,
Metonimia, Metáfora decir poético más se escucha, en ese vacío de sentido, el chisporroteo de la me-
táfora. Lacan dice en este escrito que la metáfora es creación, pero
resultaría confuso decir que es creación de un sentido nuevo, pues
es más bien creación de un efecto nuevo, en la medida que toca lo
real del Set La metáfora no dice el sentido del ser como objeto, la
Polo de partida Polo de llegada metáfora es el ser. Un ser carente de ser, pero que es marca del lu-
gar de su ausencia.
Heidegger parte de una especulación cuya forma sigue, de algún
modo, las reglas del decir académico, aunque su contenido, como
lo hemos destacado, las subvierta de cabo a rabo. Su objetivo es
transitar el camino de la analítica del Dasein, creándolo en el mismo
acto de recorrerlo.
Analítica del Dasein Lenguaje formal (a-semántico) Por su parte, Lacan se impone la tarea de transmitir el psicoa-
Lenguaje especulativo Lógica, topología, nudos nálisis dando una primacía creciente al discurso sin palabras", pura
enunciación carente de enunciado significativo. ¿Habrá perdido
Lacan su confianza en la metáfora como ausentido (absens)2? para
Se produce un punto de cruce. Es el punto que nos permite
decir lo real? ¿La considera ahora como un mero artificio23 repre-
captar que realmente existe un momento (momento de insisten-
cia) donde el pensar divergente de uno y otro se encuentra ocupado sentativo? Hay sin duda tm salto en el pensamiento de Lacan que
por una misma lógica. Siendo un cruce, lo que los une es preci- tiene sus premisas: Lo que es imposible de decir, se puede en cambio es- .
samente lo que los diferencia. Cada obra está tensionada por una cribir. Se trata de la escritura lógica-matemática como evitación de
misma cuestión: la búsqueda de un lenguaje que sea capaz de decir lo todo decir que sea metafórico y como eliminación de los equívo-
imposible de decir del ser por un recurso límite entre lo simbólico y lo cos y malentendidos del habla corriente. Que esa escritura sea o no
real que no sea metalenguaje sino que hable por sí mismo. 20. Jacques Lacan, "La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde
Heidegger, como hemos visto en apretado recorrido, culmina Freud", en Escritos, Siglo XXI, México, 1976, págs. 212-213.
en el decir poético como Lichtung de la verdad del ser: decir real, 21. Así denomina Lacan al lenguaje de las fórmulas de los cuatro discursos en:
no metafórico, ya que la retórica toda, incluso la metáfora, es para El seminario. Libro 17. El reverso del psicoanálisis, Paidós, Buenos Aires, 1992,
capítulo 1, pág. 10.
él una operación metalingüística que hace del ser una objetiva-
22. Neologismo creado por Lacan, condensación de ausencia y sentido.
ción metafísica.
23. Empleo a propósito el término "artificio" pues Lacan en el Seminario 23 Le
Lacan parte de la metáfora, pero entendida de una manera sinthome hace de él un saber hacer con lo real antes que una operación ima-
opuesta: no como metáfora del ser (genitivo objetivo), sino como ginaria. Quiero decir, aún suponiendo que Lacan se inclinara a considerar la
siendo el ser, como su única "realidad", tal como lo afirma enfá- metáfora como "artificio" retórico, no deja de ser, según su propio concepto
de ella, una operación que toca un trozo de lo real, un but du reel.

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metafórica es una discusión que puede seguirse en ciertos autores No sólo Lacan concibe al sujeto como dividido, también el Dasein
como el del párrafo siguiente: "En L'Etourdit se presentan distintos de Heidegger lo está:27 "El estar en el mundo del Dasein ya se ha
interrogantes sobre el carácter metafórico o no, de las dispersado y hasta fragmentado cada vez en determinadas formas
matemáticas: así se expresa Lacan con respecto a ellas: De ahí su del estar en". El Dasein, por lo tanto, no es el hombre en tanto ente,
atractivo para el pensamiento: que allí se encuentra el 'non sens' propio del tampoco es el ser, el Dasein es la apertura, es decir, la división
ser, esto es, del deseo de una palabra sin allende"24 ¿Es la escritura un misma entre ser y ente. Asimismo no sólo Heidegger habla de la
recurso que ya no pertenece a lo metafórico? Pero, ¿qué problema apertura del ser, Lacan también lo hace. Ante una pregunta de E
habría en enfatizar, por el contrario, que lo matemático es un Wahl, responde: "Usted señala efectivamente una de las carencias
lenguaje metafórico, cuando sabernos que para Lacan la metáfora es de mi discurso. La laminilla tiene un borde, viene a insertarse en la
precisamente la operación que atraviesa la barra, que accede a lo zona erógena, es decir, en uno de los orificios del cuerpo, en tanto
que es? que esos orificios —toda nuestra experiencia lo muestra— están liga-
Quizá esta rara condición que nos arriesgamos a atribuir a la dos a la apertura-cierre de la hiancia inconsciente"?
metáfora, la de cumplir una función equivalente a lo matemático Y finalmente, lo fundamental: queda en el cruce la pregunta co-
en la aprehensión de lo rea125, sea la razón por la cual Lacan nunca mún por lo que habla más allá del hombre. Por el rastro de lo que
la abandone y que la sostenga, —al mismo tiempo que a su irreve- se deja escuchar en lo abierto del sujeto. Por la verdad imposible
rente matemática— en todas sus invenciones significantes, en sus del ser.
neologismos y en sus condensaciones de palabras. Por otra parte,
su crédito a lo matemático no es ingenuo ni absoluto:
"Dije discurso de la matemática, no lenguaje de la misma.
Téngase en cuenta para el momento de retornar al inconsciente,
estructurado como un lenguaje, he dicho desde siempre. Pues en
el análisis es donde se ordena en discurso. Queda por recalcar que
el matemático tiene con su lenguaje los mismos tropiezos que 27. Si es verdad que en Heidegger no hay lugar para el sujeto como advierten los
nosotros con el inconsciente, para traducirlo de ese pensamiento filósofos, eso se justifica en su crítica a la subjetividad psicológica, al sujeto
que no se sabe de qué habla, y aun para asegurarlo como verda- entificado como unidad ontoteológica. Esta crítica es compartida por Lacan
quien sin embargo no abandona la idea de sujeto: lo concibe en términos
dero (Russell)".26 ¿Es ahora pérdida de confianza en lo matemáti-
de sujeto dividido por el significante. Al igual que el Dasein, "dispersado,
co, como lo fue antes en lo retórico? fragmentado en distintas formas del estar en mundo" (Heidegger), el sujeto
lacaniano, para darse un ser, se identifica a fragmentos de objetos, llamados
Finalmente, ¿qué queda de todo esto en el cruce? (a). Heidegger no aceptó, pero sí transmitió a través de El ser ye! tiempo que
Reconocemos allí, en primer lugar, una separación entre el ser su Dasein es verdaderamente "sujeto", sólo que a-subjetivo, es decir, "dividi-
y el ente, que divide al sujeto. do", en este caso entre el ser y el ente. ¿No sería éste un modo de recuperar
el sujeto implicado en el Dasein heideggeriano sin caer en ninguna metafísica
24. Jorge Alemán, Jacques Lacan y el debate posmoderno, Filigrana, Buenos Aires, de la subjetividad?
2000, pág. 145. 28. Martin Heidegger, El ser y el tiempo, Editorial Universitaria, Santiago de
25. Téngase en cuenta que Lacan habló de las formaciones del inconsciente Chile, 1998, capítulo 2, parágrafo 12, pág. 83.
como cálculos del sujeto. 29. Jacques Lacan, El seminario. Libro 11. Los cuatro conceptos del psicoanálisis,
26. Jacques Lacan "L Etourdit", en Escansión 1, Paidós, Buenos Aires, 1984, Barral, España, 1977, pág. 192, clase 15 del 20-05-64.
pág 21
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CAPÍTULO 2

El ser y el parlétre

La esencia del ser-ahí


( D a s e i n ) consiste en su ec-
sistencia.
HEIDEGGER

Lacan ¿heideggeriano?

Desde el inicio mismo de su enseñanza Lacan piensa los prob-


lemas de la práctica analítica en relación con la cuestión del ser.
En el Seminario 1 se hace sentir muy fuerte la impronta de las ideas
hegelianas que él había recibido a través de A. Kojéve y poste-
riormente de J. Hyppolitte, ambos claramente marcados a su vez
por la lectura de El ser y el tiempo de Heidegger.
En ese seminario, Lacan propone un sentido y una finalidad
positivos para el análisis: la realización del ser. Aunque tal realiza-
ción tiene una condición negatriz: el estallido de la unidad del sujeto,
no deja de fundarse en una cierta posibilidad de ser. El indicador
clínico de tal advenimiento del ser es el estado crepuscular, casi
de despersonalización que experimenta el yo hacia el final del
análisis: "De esto se trata al fin de un análisis; de un crepúsculo, de
un ocaso imaginario del mundo, incluso de una experiencia que
limita con la despersonalización. Es entonces cuando lo contingente
cae —el accidente, el traumatismo, las dificultades de la historia—.
Y es entonces el ser el que llega a constituirse".i
1. Jacques Lacan, El seminario. Libro 1. Los escritos técnicos de Frani, Paidós,
España, 1981, pág. 339.

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HÉCTOR LÓPEZ LO FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN
El medio para esta realización no es otro que la palabra. Lacan ta apariencia de ser. Es muy sorprendente la definición que con
habla entonces de revelación del ser por la palabra, frase casi idéntica estos elementos da luego Lacan del Dasein: "lo que no está en el
a la de Hegel cuando opone Sein, ser natural dado, a Geist, espíritu, origen es el sujeto. Dicho de otra manera, en el origen no hay Da-
o "ser revelado por la palabra" en el acto negativista de "devenir sein sino en el objeto a, es decir, que es bajo una forma alienada
otro que sí".2
• •,
Lacan ya había hablado de la palabra vacía como la palabra re-. que permanece marcada hasta en su término toda enunciacion
sistencial que se aferra a la consistencia imaginaria del yo, y de la del Dásein".5 Definición que tiene su estricta lógica: siendo el ob-
palabra plena como aquella capaz de acarrear la revelación del ser, jeto (a) esa parte del ser cercenada y arrojada al mundo —tal como el
no por un trabajo del sujeto sobre el lenguaje, sino por la irrup-
Dasein heideggeriano—, es allí, y no en lo interior donde debernos
ción, fulguración, de una palabra verdadera aniquilante de la
buscar el ser del sujeto: en lo abierto de lo que "ec-siste" a su unidad
unidad del sujeto. Se trata, en este caso, de un acto inconsciente
narcisística.
"que revela al sujeto como otro".
Decimos entónces: en la revelación y consecuente realización
En un reciente libro sobre la cuestión del ser en Lacan, encon-
tramos que su autor ha seguido estos mismos pasos: "En el pro- analítica del ser, no se trata del Dasein sino de "ese Ser que sólo
ceso analítico se cumple la revelación del ser al final del análisis, aparece en el relámpago de un instante en el vacío del verbo ser"
(J. Lacan). Por consiguiente el ser a realizarse en el análisis no es
en consecuencia esa revelación resulta ser una realización del der.
una propiedad oculta del ente, sino una nada (vacío) que Lacan
A medida que la palabra progresa, el ser se realiza. Su realización
no es sólo un resultado exterior del análisis sino un producto de teoriza como solidaridad entre ser y metáfora.6
su mismo proceso".3 Esta forma de introducir el ser por parte de Lacan tiene dos
consecuencias: primero, la diferencia que queda planteada implí-
La revelación del ser se da, sin duda, mediante una operación
citamente entre ser y sujeto. El ser trasciende lo subjetivo, es más,
simbólica; queda por determinar en qué plano se da la realización
se revela frente al sujeto, "a pesar del sujeto" (Lacan, Seminario 1),
del ser, ya que implica lo real. ¿Es el sujeto quien se realiza en su
tan extraño y tan íntimo a la vez como lo real inconsciente. Segundo,
ser, asumiéndolo? O es el ser el que se realiza en el sujeto, a través
en la idea de revelación hay un toque hasta cierto punto místico
de la palabra que este dice "sin saber"? ¿O debemos pensar más
(recordemos que se trata de la época del acercamiento de La-
exactamente que no existe en sí realización posible del ser?
El ser del que se trata aquí no es el Dasein, si consideramos a tificación no hace sino mostrar la patología de la pendiente a la que se ve
éste, con Lacan, como la identificación fantasmática del sujeto a empujado en un mundo donde sus necesidades están reducidas a valores
ese objeto ex-timo, el objeto a4, en el cual aquel adquiere una cier- de intercambio, pendiente que a su vez no encuentra su posibilidad radical
sino por la mortificación que el significante impone a su vida, numerándo-
la". (Jacques Lacan, "La dirección de la cura y los principios de su poder",
2. Alexander Kojéve, La idea de la muerte en Hegel, Leviatán, Buenos.Aires,
en Escritos, México, 1976, págs. 245-246).
1982, pág. 18.
3. Frangois Balrnés, Lo que Lacan dice del ser, Amorrortu, Buenos Aires, 2002, 5. Jacques Lacan, El seminario. Libro 14. La lógica del fantasma, clase 1 del 16-11-
pág. 29. 1966 (inédito).
4. "Pues esos objetos, parciales o no, pero sin duda alguna significantes, el 6. Por su parte Heidegger luego de El ser y el tiempo (1927), más precisamente
seno, el excremento, el falo, el sujeto los gana o los pierde sin duda, es en Beitrtige zur Philosophie (1936-38) diferenciará el Dasein como ser del
destruido por ellos o los preserva, pero sobre todo es esos objetos, según ente humano con respecto a Seyn como el Ser que se esencia en el evento
el lugar donde funcionan en su fantasía fundamental, y ese modo de iden- (Ereignis), llamado por algunos autores "el Ser en general", y por otros "la
palabra del Ser".

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HÉC"fOR LÓPEZ Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN

can al budismo zen, ausente en Heidegger), que paradójicamente lo evocaba a propósito de ese retozo primero de la Biblia en el
convive con la idea de una manifestación positiva, por no decir Paraíso terrenal. Él nombra las cosas para ese parlétre, es
positivista, del ser. decir, ese ser que es él mismo una especie de animal, pero
que difiere singularmente de ellos: él no es animal sino en
La aspiración a la posibilidad de la revelación y realización del esto -porque animal no quiere decir nada, no quiere decir nada
ser, rastro tenue de positivismo que podemos encontrar en Lacan, caracterizar al animlporsuedc,x-es un animal en esto: en .que se reproduce. ¿Pero
será abandonada muy pronto, digamos a partir de 1957, mientras cómo este animal está parasitado por lo simbólico, por el bla-
que en Heidegger, revelación y realización serán los pilares para bla?"9
pensar el modo de aparición del ser, ya sea como sentido, ya sea
como evento. Decimos esto para marcar ciertas diferencias fundamentales
Lacan pasará directamente a la idea del ser como metáfora, entre ambos autores, a pesar de las múltiples relaciones posibles,
entendida como operación de sustitución significante en la cual y desalentar el prejuicio de que todo Lacan estaba ya en Heidegger
se produce la sustitución, la realización, no del ser, sino de la im- y que uno es el reflejo del otro. Prejuicio puntual de una modalidad
posibilidad de cualquier realización del ser. Por eso no es posible general de lectura que no se cansa de descubrir que el psicoanálisis
sostener que la metáfora se dé como realización del ser aunque la ya ha sido dicho, bajo ciertas claves hermenéuticas, por los
metáfora sea, en sí, una realización (creación) del significante. A pensadores de otros tiempos o de otras disciplinas, desde Descartes,
partir del Seminario 22, R.S.I, (clase 2 del 27 de diciembre de 1974) Kant o Leibniz, a Nietszche, Heidegger y muchos otros. Se degrasíelpsicoanáeunaopersísignatur,emlbo-mm,
adoptará el neologismo parlétre7 referido principalmente al ser del donde donde bastaría con saber descubrir los signos del psicoanáli-
sujeto atrapado en las redes del significante. tores iniciados: los que saben reencontrarlos en toda la universitas
litterarum.' ¿No conduce ésta operación a la pérdida de la especifi-
"Lo que se demuestra ampliamente en toda la historia humana cidad de cada, discurso y más que nada la del psicoanálisis?
y que debe inspirarnos una singular prudencia, es que mucho de
la consistencia, toda la consistencia que ya ha hecho sus pruebas es
pura imaginación. Hago volver aquí lo imaginario a su acento de
sentido. La consistencia para el parlétre, para el ser hablante (1' étre
parlant), es lo que se fabrica y que se inventa".8
El escrito "La instancia de la Letra o la razón desde Freud"
está atravesado por la influencia de Martin Heidegger (1888-
¿Podemos acotar: no hay otro ser que el inventado por el len- 1976), pero es sólo al final donde Lacan menciona su nombre,
guaje? Parece lícito; es Lacan mismo quien dice que si no existiera cuando tiene que dar cuenta de la verdad del ser freudiano.
la palabra ser, no existiría el ser. Influencia no quiere decir adhesión ni identidad, sino simple-
mente relación entre dos autores que se cruzan en el camino de un
"La idea de que el inconsciente ex-siste -escrito como yo nuevo pensar, aun en la diferencia, incluso en la confrontación.
lo escribo- condiciona lo real de este ser (étre) que yo designo Lacan sigue a Freud, es pertinaz, pero en la interrogación por
como el parlétre: Él nombra a las cosas, como hace un momento el ser, el pensar heideggeriano, sobre todo a partir de su viraje (Die
Kehre)10, se convierte en un instrumento del retorno a la ver-
7. Parlétre es una condensación de las palabras francesas parle, lettre, tre.
8. Jacques Lacan, El seminario. Libro 22. R.S.I., clase 5 del 11 de febrero de 1975 10. Jacques Lacan, ibid.
(inédito). 11. Martin Heidegger, Die Kehre, Alción editora, Córdoba, Buenos Aires, 1985.

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HÉCTOR LÓPEZ NTAL
Lo FUNDAME DE HEIDEGGER EN LACAN
dad freudiana (Kern unseres Wesens). En este punto no piensa sin
Heidegger, pero de ningún modo Heidegger es un Ultra texto" del apertura del ser, que le permite a T...acan concebir la fecunda idea de
texto de Lacan. la apertura del sujeto al campo del Otro del lenguaje." Esta apertura
Es fácil advertir las dificultades que Lacan encuentra para dife- despeja el camino hacia la imposibilidad que ella misma engendra:
renciarse. Se delatan en el enfático rechazo contra su clasificación que el ser pueda ser identificado como una categoría genérica del
como heideggeriano por los críticos, incluso si fuese bajo la forma de ente, sea extensa, pensante, o en nuestros términos, yoica. Lo que en
un neo-heideggeristno, y en su advertencia de que es Freud (no Hei- uno es rechazo a la sustancialización del ser, en el otro
degger) quien le indica los términos que utiliza, cosa sobre la cual es tachadura del Otro.
nadie habría dudado, al menos hasta que él mismo exigiera que no Pero ninguna presunción de semejanza o correspondencia en-
se lo confunda con Heidegger, y hasta que Labarthe y Nancy hicieran tre filosofía y psicoanálisis puede ser establecida a priori. El mis-
exactamente eso en el opúsculo citado, El título de la Letra. mo psicoanálisis nos enseña que las correspondencias analógicas,
Más que honestidad, sería justicia admitir que si Lacan pudo aunque resulten evidentes a la conciencia, son efectos imagina-
pensar a ese ser de no-ente de "La Subversión del Sujeto" o construir rios del significado que todo lo unifica. Por eso, a pesar de simi-
en el Seminario 11 el concepto de carencia de ser en su retor-: no a litudes inmediatas, es necesario esforzarse primero por situar las
los textos freudianos, es porque Heidegger ya desde El ser y el diferencias, y únicamente a partir de ellas investigar las relacio-
tiempo venía de poner en tela de juicio "la situación del ser del nes. Una asimilación apresurada es, por ejemplo, la que lleva a
hombre en el ente" entendido como res cogitans (sustancia pensan- Labarthe y Nancy a esta temeraria afirmación: "Freud, síntoma
te, ser racional o espiritual). Posteriormente, cuando Heidegger (metáfora) de Heidegger. Decir esto es reconocer finalmente que
hable del ser como donación en sutil referencia al don del lenguaje Heidegger mismo es, literalmente, la verdad de Freud, o si se pre-
(Ereignis)12, abrirá el surco para concebir el paso que Lacan concluye fiere, lo propio de la letra freudiana".16
aquí y que no está en Heidegger: el ser encuentra su realidad Sin embargo es verdad que las ideas de Heidegger, aunque
no hayan tenido la enorme difusión cultural que tuvieron las de
material en la metáfora y el deseo en la metonimia.
Freud, son de una indudable su importancia, que crece extraordi-
Heidegger ha sabido también subvertirse a sí mismo: al invertir
nariamente en los ámbitos intelectuales:
el título de su obra fundamental El ser y el tiempo en su publicación
posterior, El tiempo y el ser", subordinó el ser a la temporalidad14, "Un reciente estudio indica que el número de publicaciones
que no puede ser otra, al menos para Lacan, que la que induce el dedicadas a Heidegger, y que abarcan desde los comentarios
significante a expensas de la cronología. técnicos y las investigaciones monográficas a la biografía, el
La deuda con Heidegger tiene su punto nodal en el tema de la debate político e incluso la ficción, iguala, si no supera, al de las
dedicadas a Platón o Aristóteles. [...1 ¿Algún otro pensador oc-
11. J.L. Nancy y Ph. Labarthe, El título de la letra, Ediciones Buenos Aires, Barce- cidental posterior a Hegel ha ejercido, para bien o para mal, un
lona, 1981, pág. 133.
dominio tan absoluto?"
12. Cf. Martin Heidegger, Aportes a la filosofi'a. Acerca del evento, Biblioteca Inter-
nacional Martin Heidegger, Buenos Aires, 2003, parte I., "Prospectiva". 15. Si este párrafo sugiere alguna confusión entre el ser y el sujeto, me ocuparé
13. Martin Heidegger, El tiempo y el ser, Tecnos, Madrid, 2000. más delante de desmentir toda homología entre ambos conceptos: el ser no
14. La temporalidad heideggeriana implica que el Dasein anticipa su propia es el sujeto.
finitud, la muerte, y desde ese futuro cierto construye su existencia como 16. J.L Nancy y Ph Labarthe, El título de la letra, op. cit. pág. 166.
un tiempo retroactivo. 17. George Steiner, "El mago enamorado", en Conmemorando a Martin Heidegger,
Letra Viva, Buenos Aires, 2002, pág. 363.
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HÉCTOR LÓPEZ LO FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN

No resulta extraño que un lector tan actualizado como Lacan dei empleo delicado y cauto que Lacan hace de Heidegger en su
haya no sólo conocido muy tempranamente la obra de Heideg- intento de bordear el núcleo de la verdad del ser freudiano.
ger en alemán, sino descubierto en ella una subversión del pen-
samiento metafísico y un primer modelo del método del retorno.
La lectura heideggeriana de los preáocráticos tiene todas las con-: Heidegg er y la diferencia entre el Ser y el ente
diciories de una operación de retorno, donde el tiempo del futuro
anterior nos permite acceder a lo que habrá sido el instante de ver, Partamos de El ser y el tiempo (1927),10 texto princeps organiza-
fugaz, pero luminoso, del pensar. Una cita entre otras: do por el desarrollo de la analítica existencial del Dasein. Ya en la
"Introducción", Heidegger anuncia la necesidad de una gran des-
"El pensar inicial remonta su preguntar por la verdad del ser trucción (Destruktion) sobre el pensamiento filosófico de Occiden-
muy atrás, hacia el primer comienzo como origen de la filosofía. te; su misión será hacer saber que el ser no es transparente a sí
Con ello se procura la garantía de llegar lejos hacia su otro co- mismo, que no coincide con el sujeto-agente del cogito.
mienzo y de encontrar en la herencia dominada su máxima esta- Contra toda tradición, advierte: "el concepto de ser es más
bilidad futura y con ello de recuperarse a sí mismo en una nece- bien el más oscuro [...], el ser no es justamente lo que se dice un
sidad transformada (con respecto al primer comienzo)"."
ente" 21 Acordemos que cuando Heidegger habla del ser, se refiere
Retorno/como vemos, no es a las fuentes para repetir sino a la al -único ser a partir de Kant: el ser del hombre. Es lo que Heidegrlamaser-ahí(Din),xtc:Ldlahí
osel
herencia para fundamentar y transformar.19 consiste en su existencia. Pero el Ser (Seyn) está más allá de todo ente,
Mediante esta operación Heidegger logra asestar un golpe des- incluso del Dasein ¿Cómo entender entonces esta noción de
constructivo (Destruktion) al ser cerrado de la filosofía, golpe que existencia? ¿Es idéntica a la desarrollada por el existencialismo
acrecienta sus efectos en el pensamiento actual, así como Lacan de- francés? El pensamiento de Heidegger evoluciona hacia una no-
molió para siempre la identificación del psicoanálisis con la psico- ción de existencia que no tendrá ya el sentido de ser en el mundo
logía del yo, que había llevado a uria degradación de la práctica. "de las cosas", ni "de los otros", sino el de "ser en el lenguaje";
Pero no caigamos en falsas identidades; pregonar que el des- este será el verdadero evento (Ereignis) del ser, el ahí del "ahí del
cubrimiento de Lacan es que Freud y Heidegger llegan al mismo ser", llevando así la noción de exterioridad a su máxima potencia
punto por diferentes caminos significa un desconocimiento total topológica: existencia es ser fuera de sí, ajena a cualquier
identificación entificanté; es - una radical ec-sistencia simbólica,
aunque el hombre sea la cuna del ser. Esta afirmación, es en cierto
18. Martin Heidegger, Aportes a la filosofi'a. Acerca del evento, Biblioteca Interna-
cional Martin Heidegger, Buenos Aires, 2003, pág. 63. modo equivalente al principio antimetafísico de Saussure
19. En el siguiente párrafo Carlos Astrada transcribe una cita de cuando dice de la lengua que no está constituida toda ella en
Heidegger donde éste aclara su posición con respecto a la idea de retorno a los ningún lado, pero tiene sin embargo una realidad bien concreta:
presocráticos: "Sin embargo, el filósofo alemán no acepta que sea la masa hablante donde su estructura se encarna y se soporta.
indispensable un retorno a las fuentes del pensamiento griego: 'Un
renacimiento actual de la antigüedad sería absurdo y además imposible. El 20. Martin Heidegger, El ser y el tiempo, Fondo de Cultura Económica, Buenos
pensamiento griego no puede ser más que un punto de partida" (Carlos Aires, 1980.
Astrada, "Una reciente expresión del pensamiento de Heidegger", en 21. Martin Heidegger, ibid., pág. 13.
Conmemorando a Martín Heidegger, Letra Viva, Buenos Aires, 2002, pág.
483. 41

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HÉCTOR LÓPEZ Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN
¿No dice acaso, él también, que el hombre es la cuna del lenguaje, sumando del ente".22 Para Heidegger, como para Lacan, la nada
el que lo recibe como un don desde su nacimiento y lo alimenta tiene un fundamento positivo. No dicen que el Ser (Seyn) no es
con el habla? nada, dicen que el Ser (Seyn) es nada, nada menos que su verdad.
Este modo de plantear dependencias con respecto a estructu- Que la verdad no pueda esencialmente ser definida o compren-
ras ajenas al ente, es una de las razones por las cuales Jean P. Sar- dida, ya que "gusta en ocultarse", no significa que no sea. "Con
tre demmcia el antihumanismo de Heidegger, oponiéndole el com- todo ello mi pregunta por la nada, que surge de la pregunta por la
promiso con el sujeto de la conciencia, un sujeto definido por su verdad del ser (Seyn), no tiene lo mínimo en común (con respecto
libertad esencial con respecto a toda determinación. Sartre hace a 'toda débil filosofía-de-la-nada', HL). La nada ni es negativa ni
de la caracterización del Dasein como ente abierto un Sinónimo de meta, sino el esencial estremecimiento del ser (Seyn) mismo y por
libertad. Si la verdad del ser es su apertura, entonces el hombre es ello siendo más que todo ente".23
esencialmente libre, concluye Sartre. Algunos autores sostienen que Heidegger se olvida de la di-
Que el ser se encarne en el Dasein pero que no haya identidad mensión óntica del hombre, y cae así en un vacío cuya única salida
entre ambos, es decir, que no sea un ente, es formulado como Ser es la reivindicación del ser como posibilidad. Tal posibilidad no
vacío, término que toma Heidegger de Hegel, y que prepara el ca- existe para Lacan porque el objeto que completaría al hombre en
minó al concepto de manque a étre (carencia de ser) de Lacan. Pero lo que es, es precisamente la parte que le falta: el objeto de goce; su
hay una diferencia: la postura de Heidegger implica un desliza- imposibilidad es causa de que el hablante esté destinado a buscar
miento á una suerte de nihilismo radical que muchos críticos ob- y a sostener su deseo en esa ausencia, dimensión del ser irrecupe-
servaron, donde el hombre en tanto ente es abandonado al ser, re- rable, sin posibilidad de ser, donde lo que "hay" (es Gibt) es la falta.
sultando "una esencia que decae en la nada", tal como el propio En otros términos, si la angustia es para Heidegger una dis-
Heidegger lo enuncia. Para Lacan, esa nada del ser no es una des- posición afectiva originaria donde el hombre realiza la experiencia
gracia de la conciencia que pueda atribuirse al olvido de la verdad fundamental de la nada (nada de ser), para Lacan lo que angustia
en la historia de la metafísica occidental, o a las condiciones de no es la nada, que está simbolizada, sino el encuentro (tyché) con
la técnica moderna; es ante todo el nada (le rien) del Kern unseres aquel objeto (a) que debe permanecer oculto (lethé) y del cual no
Wesens (núcleo de nuestro ser) freudiano, carencia introducida hay alétheia posible sino bajo la forma de la angustia. Sin embargo,
por el significante que es causa en el hombre de su condición sin- ambos coincidirían en que la angustia es irreductible y estructural en
gular como ente particular deseante, y productora de un objeto a tanto el hombre se defiende de la nada, del decaimiento del ser,
arrojado al mundo con el cual el sujeto se identifica (Dasein). con la angustia. Heidegger por su parte, en El ser y el tiempo le
A la luz de Aportes a la filosofía. Acerca del evento, no deja de ser atribuye a la angustia una función estructurante: ser el camino
injusto atribuir a Heidegger una posición nihilista. En el parágrafo hacia el cuidado (Sorge).
145 de "El ser y la nada", critica que en la historia de la. metafísica Arrancado el ser del campo de la esencia y aun de la sustan-
el ser sea siempre concebido como entidad del ente y la nada siempre cia, adquiere una dimensión temporal. Más aun, ser es tiempo. La
como el no ente y por lo tanto como negativum. Luego de recordar a temporalidad resulta impensable fuera del campo del lenguaje y
Hegel cuando en la Lógica dice: "Ser y nada es lo mismo",
reflexiona: "Cuanto difícil se hará para el futuro soltarse del pensar 22. Martin Heidegger, Aportes a la filosofía. Acerca del evento, Biblioteca Interna-
de la metafísica, tan inaccesible le permanecerá en primer lugar la cional Martin Heidegger, Buenos Aires, 2003, pág. 218.
23. Martin Heidegger, ¡bid, pág. 219.
nada, que es más elevada que todo lo positivo y negativo
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HÉCTOR LÓPEZ
LO FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN
de todas las dependencias que el ser contrae con el discurso en su
movimiento universal (Lacan, "La Instancia...", parte I). La verdad toricidad, deja filtrar nuevamente la idea de un sentido a buscar
ontológica es historicidad, la verdad óntica es historia. Diferencia del ser, cosa que Heidegger realmente propone como otro inicio en
que podemos reducir con Freud a la sentencia: "la herencia filo- su retorno al pensar presocrático, donde el ser fue presencia (real),
genética es el discurso de nuestros antepasados"; es decir, no his- no mera representación como en la historia de la metafísica.
toria material sino historicidad humana. NodejasrcntiquLbldes-ocultamiento (alétheia) con respecto a la verdad inconsciente (ies
La paradoja de la siguiente frase heideggeriana: "La caracteri- el inconsciente algo oculto?), al mismo tiempo que toda su
zación óntica del Dasein consiste en que es ontológico" no es atri- doctrina afirma que la verdad se lee en la superficie del discurso
buible a una inconsistencia teórica sino a la incongruencia propia organizado como pentagrama (multivocidad del sentido), y que no
que singulariza al ser del hombre. Y esto es así pues no hay óntico es propio del psicoanálisis hablar de sentido latente (oculto). Más aún,
verdadero en la medida que lo ontológico ya está en el ente que Lacan se sintió muy cerca de Freud en el rechazo a confundir el
pregunta por el sentido del ser. Si busco en el hombre al ente no lo inconsciente estructurado como un lenguaje con cualquier forma
encuentro sino atravesado por lo ontológico, dimensión ex-tíma de lo oculto y se encargó de destacarlo en toda la segunda parte
propia del lenguaje.24 La frase citada dice en verdad que no hay de su obra." Lo que podemos entender, más allá de la contradic-
esencialmente lo óntico. Es por eso que Lacan inventa la locución: ción, es que la verdad del ser no es otra cosa que la misma opera-
dit-mension, "mención del decir", o mejor aun mansión del dicho ción de develamiento, operación que no recae ya sobre un objeto
que conserva la idea heideggeriana del lenguaje como casa (man- oculto, sino que tal operación de develamiento es el objeto mismo.
sión) del ser, habitada por el hombre. (La aparición y el comentario Se trata de la metáfora como siendo el ser, su única realidad, y no
del neologismo dit-mension puede rastrearse en: Seminario 22 R.S.I., como metáfora del set La esencia del ser permanece, no oculta,
clase 3 del 14-01-1975; clase 7 del 11-03-1975; clase 10 del 15-04- sino imposible, fuera del sentido.
1975; y Seminario 23 Le Sinthome, clase 11 del 11-05-1976). Con Lacan podemos decir: ser es metáfora de la carencia de
Hay un solo ente que puede sostener una interrogación ontoló- ser." Heidegger en cambio, si bien no propone el desocultamiento
gica: el hombre. Por eso, a partir de Aportes a la filosofía, lo que está ad integrum de la verdad del ser, afirma categóricamente, que ha-
en juego no es ya la pregunta por el sentido del ser del ente, sino la biendo sido olvidada, es posible el retorno a su desocultamiento.
pregunta por la Verdad del ser. Esto supone para Heidegger que el Lo léthe (oculto) del Ser puede ser, si se quiere, lo impensado28
ser está oculto (léthe), no en una improbable esencia atemporal del de la filosofía, pero no es lo inconsciente freudiano, que si bien no
ente, sino en la estructura de la historicidad, esto es, "en el discurso 27. En Freud, cf. "Psicoanálisis y telepatía", "Sueño y telepatía" y 30a confe-
rencia "Sueño y ocultismo". En Lacan, cf. El seminario. Libro 14. La lógica del
en su movimiento universal".25 De allí que la verdad sea planteada
fantasma, clase 7, 11 y 12 del 18-1-1967, del 22-2-1967 y del 1-3-1967 respec-
como develamiento, des-ocultamiento (alétheia) del ser. tivamente; El seminario. Libro 15. El acto psicoanalítico, clase 10 y 12 del 21-2-
La suposición de algo oculto, aunque no se refiera en Heidegger 1968 y del 6-3-68. El seminario. Libro 21. Los incautos no yerran, clases 2 y3 del
a la sustancia del ente sino a lo que subyace inmerso en la his- 20-11-1973 y 11-12-1973. El seminario. Libro 21. Lo no sabido que sabe.. ., clase
del 15-2-1977.
24. San Agustín, en su discurso teológico, enseña que cuando el hombre se 28. En honor a la verdad también Heidegger luego de El ser ye! tiempo entiende
decide a ahondar en su intimidad, no se encuentra consigo mismo. En lo que el Ser (Seyn) es el acontecimiento mismo, el Ereignis como objeto, no el
interior encuentra a Dios, lo más exterior por elevado. develamiento de un ente al que llamaríamos ser.
25. Jacques Lacan, "La instancia de la letra o la razón desde Freud", en Escritos, 28. J.L Nancy y Ph Labarthe, E/ título de la letra, op. cit. pág. 169.
Siglo XXI, México, 1976, pág. 181.

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HÉCTOR LÓPEZ LO FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN

puede ser pensado ni revelado por el sujeto, tampoco es impensado


pues eso piensa por sí mismo, a tal punto que inconsciente es para . Tomamos aquí el valioso auxilio de Raúl Sciarretta, cuando
Freud sólo pensamiento (Gedanken" enseriaba que la lógica de lo inconsciente es una lógica de lo im-
El inconsciente, si bien es olvido (represión), no es olvido del olvido posible, mientras que la lógica del sentido en Heidegger es una
lógica de lo posible.3°
(como Heidegger dice del ser en la metafísica). El inconsciente
El desinterés heideggeriano en esa dimensión de carencia in-
no olvida el olvido, al contrario, lo repite, lo actualiza, es estric-
augural "que sin embargo se le hace, in crescendo, una especie de
tamente memoria, bajo dos modos: autómaton y t-che.
aparición fantasmal en su pensar" (Raúl Sciarretta), se traduce in-
Lacan es psicoanalista pero Heidegger es todavía filósofo, por
cluso como rechazo al psicoanálisis y como negativa expresa a
lo tanto no forma parte de su otro pensar la idea de lo real incons- leer a Freud.
ciente como una dimensión imposible del ser. Con ese "sin embargo" Sciarretta se anticipa a otros investiga-
Si bien en su reflexión no hay ser único, absoluto, ni eterno, de dores de nuestro medio que tratan de situar en Heidegger el punto
todos modos el ser es en tanto posibilidad. Lo que para el filósofo de la imposibilidad del ser. Nora Trosman, por ejemplo, en una
e s l a p o s i b i l i d a d r e a l d e l a r e v e l a c i ó n ( p r e s e n c i a ) d e l s e r , p a r a L a - can lectura de Identidad y Diferencia, encuentra que "las palabras con-
es la ilusión imaginaria que vela una imposibilidad radical. Como ductoras del pensar", las intraducibles Ereignis, tao y lógos, son "el
vemos, el poder de la palabra sobre lo real es mucho más fuerte en acontecer de lo imposible en la traducción y al mismo tiempo en
Heidegger que en Lacan. En el transcurso de su obra Lacan elimina tanto real, causa"; se trata, en su análisis, de palabras que encierran
todo resto de positivismo: de eso se trata su invención del objeto (a) un "exceso que no se deja traducir". Siendo imposible la significa-
al que define como Dasein (ironía antiheideggeliana). Mientras que ción, ella sólo puede ser objeto de una "nominación poética".31
Heidegger, si bien dice que el ser "gusta en ocultarse", no Podemos pensar en un mayor acercamiento entre los discur-
obstante, la palabra es capaz de operar su revelación en un sos a partir del llamado viraje (Kehre) de Heidegger en la época
proceso, más bien evento, de desocultamiento parcial. de la posguerra. Por entonces rechaza que su obra sea ubicada en
La analítica heideggeriana que esclarece el sentido del ser en una línea evolutiva y progresiva. De hecho ha afirmado con energía
el campo de los existenciarios (o existenciales según la traducción la solidaridad entre los últimos desarrollos y su primera visión de
de El ser y el tiempo por Rivera C.) es el punto más sensible que lo El ser y el tiempo en la que nunca deja de apoyarse; pero el giro
aleja y diferencia de cualquier confusión con el discurso de Lacan. es innegable a partir del encuentro de su reflexión con lo poético,
Heidegger quiere saber. Lacan quiere hacer algo con lo que no se leído en J. Ch. F. Hólderlin (1770-1843), R. M. Rilke (1875- 1926) y
puede saber. Uno de sus últimos seminarios, el número 24, se titula otros poetas como G. Trakl (1887-1914)." En este viraje es
L'insu que sait... (lo no sabido que sabe), mientras que la obra
fundadora de la verdad del ser de Heidegger lleva el título de El 30. Raúl Sciarretta, "Lacan y Heidegger", en Conmemorando a Martin Heidegger,
evento del Ser (Ereingis), títulos que muestran quizá inquietudes si- Letra Viva, Buenos Aires, 2002, pág. 137.
milares pero caminos divergentes. 31. Nora Trosmart, "Resonancias del decir: Lacan con Heidegger", en Conme-
morando a Martin Heidegger, Letra Viva, Buenos Aires, 2002, pág. 217.
29. Esta diferencia entre lo léthe (oculto) y el pensamiento inconsciente (gedanken), 32. Los poetas a los que Heidegger acude trascienden la categoría de la poesía
deriva de otra diferencia que es fundamental: Lacan cuenta con la noción de como género literario. Son aquellos que hacen poesía del sentido de la poesía;
sujeto del inconsciente, mientras que Heidegger rechaza toda apelación a un poesía entendida como Dichtung: meditación poética capaz de desocultar "el
sujeto, aún en su conceptualización del Dasein; por homologado al yo. rastro de los dioses huidos", a diferencia de la poesie, referida a la conocida ver-
sificación literaria que no supera el vacío narcisístico de la poesía subjetiva.

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innegable el cambio de lenguaje en Heidegger, lo que es discutible Esta idea del hombre como habitante de esa casa que no le
es que además haya un cambio de discurso: el tratará ahora de que pertenece y en la cual no es el amo está presente desde "Carta sobre
el poeta diga lo esencial de lo que el lenguaje de la razón no le el Humanismo". En El ser y el tiempo todavía el acento estaba puesto
permitió decir en El ser y el tiempo. en el habla (Rede), que otorga la primacía al hombre: el habla, es el
Desde allí, y desde su decir convertido en aforismo: "pero es• caso, va todavía del hombre al ser en tanto es el hombre quien posee
poéticamente como el hombre habita la tierra",33 podemos pregun- el instrumento de la palabra. A partir de la "Carta.."., acentúa el
tamos ¿a dónde es arrojado este ser arrojado ahí? ¿Cuál es su man- lenguaje (Sprache), y la dire,cción se invierte: el lenguaje va del ser
sión? Ya no podríamos responder sencillamente el mundo, la exis- al hombre, lo transforma, lo interpela. En la trilogía ser-
tencia, porque ahora el ser es arrojado ahí, a una realidad (Umweit) pensamiento-lenguaje hay un predominio del ser; pero no hay
ya transformada por el lenguaje, y donde lo abierto significa no duda que la comunicación (considerada como habla) queda de-
tanto libertad como desgarramiento. Fuera de ella hay el mundo terminada —no por la intención de expresar el pensamiento— sino
puro, lugar inhóspito, no apto para la vida ni del Dasein ni del par- por el ser del lenguaje en su radical autonomía.
létre. Ahora el mundo del "ser en el mundo" (In-der Welt-sein) es un El llamado último Heidegger encuentra su acento en la prima-
mundo simbólico donde Ça parle (ello habla); la tierra del "retomo cía de la estructura del lenguaje (Sprache), no del habla (Rede), por
a la patria" no es ya el paisaje amado, sino el símbolo de una falta lo cual entendemos que es desacertada la traducción del libro Un-
de sentido que causa al sujeto hablante en una búsqueda, en una terwegs zur Sprache como De camino al habla34, pues debería llamarse
pregunta por su ser. Tierra es, en el decir poético de Heidegger, lo con mayor propiedad "De camino al lenguaje". A la pregunta
oculto, lo innombrable, aquello que el poeta debe desocultar, ha- ¿quién habla? respondería el primer Heidegger: el Dasein habla;
ciendo de su función una tarea trágica, como fue la de Hólderlin, mientras que el segundo dijo: "el lenguaje habla". El camino de
Rilke, o Nietzsche, a través de los cuales se puso en evidencia que, Heidegger no es el trayecto que va del ente al ser; ese camino está
si hacer poesía "es de entre todas las tareas la más inocente", el cortado, interceptado por un olvido, el auténtico trayecto es el que
lenguaje, en cambio, "es el más peligroso de todos los bienes". To-
va del ser al ente, no en un proceso de identificación progresiva,
dos los poetas, en general, han pensado su tarea como una función
sino de fulgor, de relámpago, de evento apropiador sorpresivo.
sagrada: la de penetrar, sin protección, en los recintos inaccesibles
Por lo tanto, el camino tampoco es del habla al lenguaje, trayecto im-
del Ser donde el lenguaje debe ser sometido a violentas torsiones
posible pues por más que el hombre hable jamás podrá apropiarse
para decir lo censurado. Paul Valéry, entre otros, afirma: "Sólo el
arte es capaz de captar lo incaptable del ser". del ser del lenguaje, sino del lenguaje al habla, en aquellos instantes
Pero al mismo tiempo, la Dichtung, más allá de un privilegio de revelación en que el lenguaje subvierte el acto comunicativo.
Quizá Heidegger haya creído encontrar en el lenguaje poético
de pocos, es una categoría esencial del habla, inherente al lenguaje,
no al hombre, y por lo tanto, en boca de todos. esa posibilidad de lo imposible, para así tratar de exorcizar el cres-
cendo de sus fantasmas de los que nos habla Sciarretta.
33. Martin Heidegger, "Hülderlin y la esencia de la poesía", traducción de Juan M. De todos modos, si Heidegger confía en el lenguaje como aperturatmbnL
Valverde, en Interpretaciones sobre la poesía de Ildiderlin, pág. 62, Editorial Ariel, can, de ser una barrera contra la angustia ante la irrupción de lo óntico,
Barcelona 1983. El texto citado puede encontrarse también en Arte y Poesía, que de prevalecer, disolvería al Dasein: "La palabra pro-
traducción y prólogo de Samuel Ramos, Fondo de Cultura Económica, México 34. Martin Heidegger, De camino al habla, Editorial del Serbal, Barcelona, 1990.
1982 y en H5Iderlin y la esencia de la Poesía, edición, traducción, comentarios y
prólogo de Juan D. García Bacca, Editorial Anthropos, Barcelona, 1991.
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porciona al hombre la primer y capital garantía de poder mante-
ma de predicación se defina precisamente como aquello que es de
nerse firme ante el público de los entes"?'
por sí mismo impredicable. [...] Asimismo, con eso desaparecería
la fundamental división entre sustancia y accidentes, básica para
toda la filosofía de Aristóteles, en especial, su teoría del ser".37
El ser en las categorías aristotélicas La insuficiencia incurable de toda predicación fue descubier-
ta por la teología negativa de un Eckhart o de un Nicolás de Cusa,
Sería oportuno retroceder, a modo de digresión, hasta los clásicos • .
quienes afirmaban la imposibilidad de nombrar a Dios por los
y descubrir en Aristóteles un antecedente latente de esta problemática.
atributos de su perfección. Ninguna palabra, ni siquiera "Ser Su-
Según las Categorías, el ser, si es, se debe a la mediación del lenguaje,
premo", que es en sí misma una comparación, bastaba para nom-
porque en ellas el ser se dice categorialmente. En Aristóteles, ya
brar a Dios, para mantener su completud absoluta, sin que la ad-
imbuido del espíritu metafísico, la única manera de abordar la
jetivación más augusta dejara de introducir en él una parcialidad.
verdad del ser es predicar de él alguna de sus categorías. El único
¿No es esta una intuición de la imposibilidad de lo real del Ser?
ser en sí, que aborrece toda multiplicación categorial, es Dios.
Por otra parte el sujeto freudiano sufre —según Lacan— de un
No importa cuantas categorías Aristóteles haya propuesto, si
descuartizamiento pluralizante en las instancias ello, yo, super yo,
seis, ocho, diez, doce o quince, todas son formas en que se dice el ser.
ideal del yo, yo ideal, imposible de armonizar."
¿Habrá percibido Aristóteles que su propia teoría contradice todo
criterio esencialista? ¿No plantea acaso al ser como siempre frag- Esta digresión se justifica en la medida que nos permite apreciar
mentado en la multiplicidad categórica? ¿Dónde asirlo en su totali- que, apenas se plantea la cuestión del ser o también la del sujeto,
dad? La discusión filosófica (inacabada) para determinar el aparece de inmediato el síntoma de la fragmentación. Y que el
número de Categorías es un testimonio de la imposibilidad de decir mérito de Heidegger es haber convertido este síntoma en el
acabadamente el ser: las cadenas sintagmáticas y paradigmáticas de problema fundamental de la filosofía contemporánea y condición
la predicación siempre puede brindar una categoría predicativa más irreductible del ser.
que haga aun más múltiple y remoto el significado único del ser. Todo esto se refleja magistralmente en la frase de Lacan: "no
En un pasaje de Segundos Analíticos, Aristóteles dice que las hay otro ser que un modo de ser", remitiendo así el ser a la lógica
predicaciones que deben ser tenidas en cuenta en las ciencias son relativa de las "modalidades".
"aquellas en que se predica de algo, o bien un elemento en su
esencia, o bien se dice que posee una cierta cualidad, una cierta
cantidad, o que se halla en una cierta relación, o que está haciendo Ser en lo abierto
o padeciendo algo, o que está en algún lugar, o que se produce en
un cierto tiempo"." La primera categoría, la esencia, no deja de ser Luego del viraje (Kehre), Heidegger —bajo el influjo de sus lectu-
paradójica pues como se ve, incluye dos aspectos contradictorios:
ras de Hólderlin— piensa al ser en relación con el tema poético de
el predicativo y el óntico. "Lo chocante aquí es que la primera for-
35. Martin Heidegger, Milderlin y la esencia de la poesía, Antrophos, Barcelona, 37. F. de P. Samaranch, ibid., pág. 20.
1991, pág. 25. 38. Jacques Lacan, "Del trieb de Freud y del deseo del psicoanalista", en Escritos
36. F. de P. Samaranch, "Prólogo", en Aristóteles; Categorías, pág. 11, Editorial II, Siglo XXI, México, 1979, pág. 389.
Aguilar, Buenos Aires, 1980. 39. Jacques Lacan, El seminario. Libro 21. Les non dupés errent (1973-1974), inédito.

50 51
<

HÉCTOR LÓPEZ Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN


Y para ser aun más claro Heidegger hace una neta distinción
lo abierto. Lo abierto (das Offene) puede llamarse el mediador de cada entre este abierto y una idea similar que aparece en la octava Elegía
cosa real; y lo real, quienquiera que sea, un Dios o un hombre, no de Diuno de E. M. Rilke, para quien lo abierto es el mundo entendido
puede hacerse presente más que por la mediación de lo abierto, porque como objeto.42
lo abierto, declara Heidegger en el comentario de Hólderlin, es lo Lo abierto del ser debe ser entendido entonces, no en el sentido
inmediato, que no proviene de ninguna otra mediación.
de apertura a la inmediatez de lo real, sino apertura del Dasein a la
En principio, esta idea de lo abierto, casi homologable a una
palabra. El Dasein en tanto ente ya no es cerrado sobre sí mismo,
mediación sin mediación, a un encuentro directo con lo real, dis-
está abierto, escindido, desgarrado por la palabra, pero redimido
gustó a Lacan, quien en su Seminario 3 dedicó el inicio de una clase
por Heidegger del rebajamiento al que lo había sometido el
a diferenciarse de ella: "... no puede dejar de impactar lo que
subjetivismo del pensamiento psicologista.-Porque ahora el ser en-
algunos filósofos, que son justamente los del momento, y a los
cuentra su fundamento no en la entidad psicológica, sino en el no
que me refiero de vez en cuando discretamente, han formulado:
que el hombre, entre todos los entes, es un ente abierto. La apertura ser de la palabra. Esa es su morada. Y aunque allí está en su casa, no
del ser fascina a todo el que se pone a pensar [...] En este nivel se deja de ser un extranjero, un ser fuera de sí, un ec-sistente.
supone que se mantienen los que verdaderamente piensan, los que Este planteo, que desarrollaremos en el capítulo 4, pensado
lo dicen. Estén seguros, en todo caso, que no me mantengo ahí, desde Lacan se convierte en una poderosa sugerencia: si lo abierto
aunque algunos intenten difundir la idea contraria. Al menos, en sólo se verifica en el chispazo poético que desgarra el velo del ser,
ese nivel no se sitúa ni se concibe la realidad que está en juego no puede ser otra cosa que la metáfora. Pero no la metáfora
cuando exploramos la materia analítica"." como anulando la mediación entre el ser y el ente, diciendo su
sentido, sino por el contrario, la metáfora como una invención
Pero, devolviendo lo abierto al contexto general del pensamiento
significante que perfora el velo del ser. La fórmula lacarúana de la
de Heidegger en ese momento, obtenemos otra perspectiva. En
metáfora, que incluye el algoritmo S (+) s, indica expresamente el
Hdlderlin y la esencia de la poesía", lo abierto no se confunde con una atravesamiento de la barra que separa al significante del signifi-
inmersión en lo real, caída en el vacío, sino que es más bien lo cado. Recordemos que para Heidegger en cambio la metáfora en
insólito, como un chispazo o destello que desgarra el velo que tanto sentido figurado mantiene la oposición retórico-metafísica
envuelve la totalidad del ser; este chispazo no es patrimonio de la "propio-figurado", "verdadero-falso".
ciencia, ni siquiera de la filosofía tal como se ha dado hasta ahora
en Occidente, sino de la Poesía (Dichtung), y precisamente, de la
poesía de los poetas esenciales como Hólderlin, aquellos que no
El fundamento de la ec - sistencia
poetizan acerca de los entes (poesie), sino acerca de la poesía
misma, es decir, sobre la revelación por el lenguaje.
Dice Heidegger citando a Hólderlin: "desde que somos una
conversación"," lo cual se constituye en uno de los modos de de-
finir al ser del hombre.
¿Cómo entenderlo, o al menos cómo pensarlo?
40. Jacques Lacan, El seminario. Libro 3. Las Psicosis, Editorial Paidós, Barcelona,
1984. págs. 421-422. 43. Martin Heidegger, "¿Para qué poetas?" en Caminos de Bosque, Alianza Edi-
41. Martin Heidegger, "Hülderlin y la esencia de la poesía", en Interpretaciones torial, Madrid, 1996, pág. 241.
sobre la poesía de Hdlderlin, pág. 53, Editorial Ariel, Barcelona, 1983. 44. Martin Heidegger, "Hólderlin y la esencia de la poesía", op. cit., pág. 60.

cn 53
HÉCTOR LÓPEZ Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN
Continúa Heidegger: "El ser del hombre se funda en el len-
el punto del que partimos: el acontecimiento fundamental (Ereig-
guaje, pero éste sólo tiene lugar propiamente en la conversa-
ción"." Quiere decir entonces que el ser no se constituye en una nis), en un sentido fundador, es la donación. El Otro del lenguaje,
forma inmanente a sí, sino en una relación dialéctica con el otro. el dios del nombre, dona el lenguaje, y en ese acto, que nos anona-
¿Pero con qué otro? Con aquel al cual, por ser parlante, estoy unido da, nos constituimos como sujetos. La donación produce entonces
por el lazo de la palabra. El referente de ambos hablantes no es el un sujeto dividido que implica una pérdida de ser. El sujeto es un
objeto/45 es el lenguaje, no sólo en cuanto estructura (Sprache), ser carente (manque á étre) en la medida que depende del discurso
sino como conversación, es decir, discurso, habla (Rede). Pero ¿desde del Otro, de esa conversación que conversa en nosotros, mientras
cuándo somos conversación? Desde mucho antes que nosotros. nosotros, incautos, creemos que la conversación se origina en
"Una conversación somos nosotros desde el tiempo en que nuestra conciencia subjetiva. En el primer capítulo hemos ya dis-
hay tiempo. Desde que el tiempo se levantó y quedó detenido, cutido la ausencia de la noción de sujeto en Heidegger que impide
es cuando somos históricos. Ambas cosas, ser una conversación y pensar en los efectos particulares inconscientes de la donación
ser histórico, son igualmente antiguas, se pertenecen mutuamente donde pueda articularse el deseo del sujeto.
y son lo mismo. [...] Desde que los dioses nos hacen entrar en la
conversación, desde que el tiempo es tiempo, desde entonces, es
una conversación el fundamento de nuestra existencia. La afirma- La tarea del pensar
ción de que el lenguaje es el supremo acontecimiento de la exis-
Pero el punto irreductible a cualquier parentesco es precisa-
tencia humana, obtiene ahí su explicación y fundamentación".46
mente el que diferencia al psicoanálisis de todo discurso filosófico:
¿Qué conversación que nos hace entrar en la conversación es
la existencia del inconsciente freudiano en la transferencia y en el
el fundamento de nuestra existencia? ¿Qué mediación última, an-
síntoma.
terior a toda experiencia de mediación? Se trata del discurso que
Por eso es necesario seguir a Lacan cuando de alguna manera
nos precede, alegorizado como conversación de los dioses. Ese dis- dice que Heidegger puede hablar de la metáfora pero no del sínto-
curso es la conversación de nuestros antepasados que se actualiza ma, porque el sentido del síntoma (es decir el goce) está para Hei-
como nuestro ser. degger totalmente ausente de Ta palabra. Es aquí donde aparece
Imposible no reencontrar aquí esa definición del inconsciente más claro por qué Heidegger no puede hablar del síntoma:
que dio Lacan como discurso del Otro, y que especifica también al porque la metáfora es para él una figura, una representación
núcleo de nuestro ser. metafísica, mientras que para Lacan, que sigue a Freud, el síntoma
Una lectura psicoanalítica de Heidegger permite en este punto es el lugar donde el sujeto goza, donde lo real de la pulsión se revela
una cierta fusión entre ambas enseñanzas, donde reencontramos como tocado (touché) por el significante. En su última versión sobre la
cuestión, dirá que el ser hablando goza y no quiere saber nada de
44. Martin Heidegger, ibid., pág. 59. Esta frase no deja de ser evocada cuando se
nada, dando primacía ásí al plus de goce por sobre el plus de sentido.
lee en Lacan que el inconsciente está estructurado como un lenguaje pero se
ordena como discurso. El inconsciente como imposibilidad de ser dicho, fundado por
45. Es lo que Saussure se dedica a exponer en la Introducción: capítulo 3. "Ob- la represión, hace de la metáfora sintomática la verdad del goce,
jeto de la lingüística", y capítulo 4. "Lingüística de la lengua y el habla" del no una representación. Es una verdad que ninguna hermenéutica
Curso de lingüística general, Losada, Buenos Aires, 1969, págs. 49-66. del sentido podría encontrar en el lenguaje.
46. Martin Heidegger, ibid, pág. 61. Si nos arriesgamos hasta donde nos invita Raúl Sciarretta en

54 55
HÉCTOR LÓPEZ LO FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN

la conferencia citada, encontramos que Heidegger, en sus últimos bres indistintos,'" recurre al hay como primera formulación de lo
seminarios, empezaba a reconocer eso que en todo discurso des- real en Heidegger.
borda al hablante y que está más allá de la existencia y del saber. En la conferencia "El final de la filosofía y la tarea del pensar",
Fleidegger opone una noción de Lichtung (claro) como la luz de la
"Y eso que en el enunciado queda abriendo dimensiones razón, a la Lichtung del Ser. La filosofía sabe de la primera, pero no
inesperadas reales de enunciación lleva a Heidegger a pensar sabe nada de la segunda pues reniega de las sombras que toda luz
que existe algo a lo que llama el hay. La posición del hay de necesariamente proyecta. La cosa de la filosofía no puede ser ilumi-
Heidegger en los últimos seminarios es como una nada por la luz de la razón, se sitúa más allá, en lo que está oculto
presunción de lo imposible, no ya en lo existente sino en y requiera de la aletheía, del desocultamiento. Y esa operación
lo imposible. O sea, un imposible que parecería presagiar abre el espacio de la presencia, de lo que hay (Es gibt). La
una especie de sospecha de lo que teóricamente Heidegger conferencia citada finaliza con una estremecedora interrogación:
no desconocía (el inconsciente). ¿Cómo él iba a desconocer "Se piensa el no-ocultamiento bien redondeado, como la Lichtung.
que existía Freud? Pero no lo escuchaba, no lo pudo escu- ¿Es entonces el título de la tarea del pensar, en lugar de Ser y
char. [...] Ese es el desgarramiento del hay".47 tiempo, "Lichtung y presencia"? Pero ¿de dónde y cómo hay
Lichtung? ¿Qué habla en el hay (Es Gibt)?"51 Estos interrogantes
Sciarretta se refiere a una realidad, o mejor dicho a un "real" cambian la "tarea del pensar", concluyen con el discurso
que se fue abriendo paso en el pensar de Heidegger y al que lla- filosófico y abren el campo a un otro decir; es el camino hacia el
mó, dada la impotencia del lenguaje, simplemente hay (Es gibt: se otro pensar.
da, eso da). Esta cuestión aparece planteada en sus conferencias: Se trata, como vemos, del problema del origen, retomado de
"Tiempo y ser" y "El final de la filosofía y la tarea del pensar", de Heidegger en una polémica posterior entre Derrida y Lacan. El
su seminario Tiempo y Ser de 1973/74." hay, en la medida que dice que antes del ser hay ser (Es gibt Sein)
Con Es gibt Heidegger se refiere a un algo dado, quizá innom- y antes del tiempo hay tiempo (Es gibt Zeit), ¿implica que esa ante-
brable, más allá del ser e inalcanzable como verdad. De acuerdo a rioridad es posible, sólo que aún las categorías del pensar no han
Sciarretta parecería posible localizar a ese hay en la dimensión la-
logrado captarla, o que es estructuralmente impensable, o sea ló-
caniana de lo real. Sin embargo, el estudio dedicado por F. Balmés gicamente imposible como real?
a estas cuestiones se anticipa a esta homologación y la rechaza: Esta polémica quizá sea indecidible, y quizá tenga razón Scia-
"La denominación de real no sólo es ajena al hay de Heidegger, rretta cuando dice que el hay no es directamente equivalente a lo
sino que las determinaciones que este asigna a ese hay no coinciden real en Lacan, sino un esbozo, "una aparición fantasmal" en el
en absoluto con el sentido en que se plantea aquí lo real lacaniano, y pensamiento final de Heidegger, grieta por donde el filósofo es
tampoco con el que va a precisarse más tarde"." Otros autores, en llevado más allá de su propio pensar.
cambio, como Jean-C. Milner en su seminario Los nom- Su muerte en 1976 puso fin a toda especulación con respecto
al destino de estas ideas. Lo que sabemos es que para Heidegger
47. Raúl Sciarretta, op. cit. pág. 139. lo que hay es la hermenéutica desocultante de la posibilidad del
ser mediante la palabra poética, mientras que para el psicoanáli-
48. Martin Heidegger, El tiempo y el ser, Tecnos, Madrid, 2000.
49. FranÇois Balmés, Lo que Lacan dice del ser, Amorrortu, Buenos Aires, 2002, 50. Jean-Claude Milner, Los nombres indistintos, Manantial, Buenos Aires, 1999.
pág. 53.
51. Martin Heidegger, "El final de la filosofía y la tarea del pensar" en "¿Qué es
filosofía?", Narcea Ediciones, Madrid, 1980, pág. 119.
56
HÉCTOR LÓPEZ

sis lo que hay es la imposibilidad del encuentro, atascado en la re-

3
petición insumisa, donde la palabra, aún atravesando la barra, no
hace otra cosa que ahondar la pérdida." CAPÍTULO

El Xóycg- (lógos) o la razón desde


Freud

La razón es la enemiga más


encarnizada del pensamiento.
HE1DEGGER

1. ¿Qué dice el lógos? Nuestra pregunta es deliberadamente


ambigua. Se multiplica en: si el lógos es palabra, ya que no es la
nuestra, ¿qué nos dice? Pero también, y a la inversa, ¿qué deci-
mos nosotros cuando decimos lógos? O más ambiciosamente aun,
¿qué nos dice Heráclito con su )16y (lógos), en esa lengua origi-
naria, perdida, cuyo sentido ya no encontramos en el griego pos-
terior? ¿Qué entiende desde allí Heidegger por lógos en su retorno
del sentido antiguo? Y finalmente ¿hay articulación en Lacan entre
el hallazgo heideggeriano del lógos y la razón desde Freud?
Ninguna de estas preguntas tienen una respuesta acabada,
desde el momento que lógos es un intraducible (J. Derrida). Para
responder a la que nos interesa, la última, sólo nos queda seguir
los rastros tenues dejados en el movimiento discursivo del escrito
"La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud"
al que llamé movimiento "en espirar', y que desde el título hastasufinecm
ser", sino del sujeto en su dependencia con respecto al lógos.
52. En Exceso y Donación de Oscar del Barco, Biblioteca Internacional Martin
Weidegger, Buenos Aires, 2003, puede seguirse una valiosa y amplia re- 1. Me refiero a un desarrollo propio realizado en Héctor López, La espiral de la
flexión en torno a ese extraño ente que Heidegger nombra como hay. (Cf. instancia de la letra (de próxima aparición).
primera parte, Apuntes III, Hay algo, págs. 113 a 142).

59
HÉCTOR LÓPEZ
Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN
¿Diciendo lógos, estaremos nombrando el discurso del Otro,
aquel que habla en nosotros? Sería quizá una buena respuesta... gos el principio regio'. Principio que conduce las antinomias de las
pero demasiado general; permite escuchar el lógos, pero no iden- pulsiones de vida y de muerte.'
tificar su fundamento: lo real de la letra como soporte de la repe-
2. Leeré por tanto a Heidegger desde Lacan ya que no podría
tición simbólica.
Deberé por tanto estrechar el comentario y recurrir al pen- autorizarme en una lectura filosófica, si acaso de Heidegger fuese
sar de quien ha sido reconocido por Lacan como el filósofo más posible practicar una lectura reducida al marco de la filosofía. Él
próximo a su propio pensamiento: Martin Heidegger. A partir de ha desbordado hasta tal punto el limite del pensar filosófico,
su conferencia "Lógos",2 pronunciada en el Club de Bremen en cuestionándolo, que ha dado inicio a otro pensar, fundado más en
mayo de 1950, hablar de lógos en el campo del pensar, es hablar la escucha del lógos que en la propia aseveración.
del lógos de Heidegger. Su conferencia es del principio al fin una práctica de lectura
Su conferencia es mucho más que la especificación de un térmi- del siguiente fragmento de Heráclito:
no indecidible; implica un auténtico retorno al sentido de la póiesis 02)1C ,1,101.5 Aóyov
41;12,Á,á r0 . 5

presocrática cuya verdad originaria había sido sepultada bajo la álcoí)aavral 6 4 uoiloyeiv ao<fióv écrtv
lv návra
filosofía y la techné occidentales, como también sucedió con la de
(Heráclito, frag. 50)
Freud en la historia del movimiento psicoanalítico. Tiempos de ol-
(Léase: ouk emoú allá toús lógou akoúsantas homologein so-
vido esencial que anticipan la necesariedad del retorno. En este punto,
phón estin hén pánta einai)
lo que Lacan es al psicoanálisis, Heidegger es a la filosofía.3
En la traducción de Snell al alemán, aceptada en principio por
Lacan se interesa en el logos, no desde, pero sí a partir de Heide-
Heidegger, se lee: "Si ustedes no lo han percibido de mí sino del
gger, pues encuentra que en el logos está comprometida la nueva sentido (Aóyou, lógou), entonces es sabio decir en el mismo sentido
razón freudiana: el inconsciente estructurado como un lenguaje (ópoiloyeiv, homologein): Uno es Todo, PI, návra, (Hen Panta)".
(poético, se entiende). Su interés se demuestra en su visita a Hei-
Lacan por su parte traduce de Snell al francés: "Si lo que ustedes
degger, y en su propia traducción al francés de la conferencia "Ló-
han oído no proviene de mí, sino del sentido (Aóyou, logou), es sabio
gos" (La Psychanalyse N' 1, PUF, París, 1956, p. 66) poco antes de
también decir de forma parecida en ese sentido (ópoiloyeiv,
escribir "La Instancia..."
homologein): Uno es Todas las Cosas, 1v nárra, (Hen Palita)".
En y ante el Lógos, Lacan no tiene las mismas intenciones que
el filósofo interesado en denunciar el olvido del ser. Para él se tra-
El logos por lo tanto es palabra oída, palabra que no proviene de
ta de acosar el texto heideggeriano como instrumento para verificar mí. Pero entonces ¿quién habla en el Lógos? Heidegger responde
la primacía del lógos en todo acto de palabra, muy lejos de toda en otro lugar: "el lenguaje habla", locución que encuentra su ré-
pretensión de revelación luminosa de la presencia del ser y muy plica en la de Lacan: "somos hablados". La metafísica de la subjeti-
cerca, en cambio, de la experiencia freudiana que hace del ló- vidad como llama Heidegger al desarrollo de la filosofía, había co-
locado al hombre como autor de su discurso, y lo oculto del ser
2. Martin Heidegger, "Lógos" en Conferencias y Artículos, Ediciones del Serbal, había sido reabsorbido en la transparencia de lo subjetivo.
España, 1994, y en Redes de la Letra 4, Ediciones Legere, Buenos Aires,
Junio de 1995, fuente de la que extraigo las citas. 5. Jacques Lacan, "La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde
3. Sobre la noción de retorno en Heidegger, ver la cita de Carlos Astrada en Freud", en Escritos, Siglo XXI, México, 1976, pág. 204.
nota al pie n" 19 en página 40. 6. A partir del Seminario 22 R.S.I., Lacan denominará partétre a este ser en
falta, es decir: ser herido por la palabra.
HÉCTOR LÓPEZ Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN
Con Heidegger surge "otro pensar" que arrasa con la identidad chado delante" tiene su origen en laisser (dejar), verbo que desde
entre el Dasein como ser del hombre y el lenguaje. Hay un ex- el siglo XVI produce el sustantivo derivado legs (legado).
centricismo del Logos como condicio'n de la verdad: la palabra no Logos, legado; con Lacan entendemos: transmisión simbólica
es del hombre, en la palabra algo se da a escuchar, y en esa dimen- que requiere de lo escrito, es decir, de la letra como soporte ma-
sión impera el lógos. terial del lógos, no sonido ni significado. Es un legado que en tanto
letra no encierra nada mientras no sea leído (o escuchado): En
En este sentido, verdad y lógos son una misma cosa, siempre
efecto, leer es otra de las derivaciones translingüísticas del verbo
que entendamos a la verdad como aquella que dice: "yo la verdad
hablo", ya que tanto para Heidegger como para Lacan, ese "yo" es griego légein: legere en latín, lesen en alemán, lire en francés.
ec-sistencia: no el que soporta la subjetividad, sino el que captura al De una manera sutil, en un verdadero acto de lectura, Heide-
sujeto, en sus síntomas y hasta en su cuerpo. Asociamos aquí un gger agrega entre paréntesis que "resta a ser considerada aquí la
pensamiento de Nietszche, que como Heráclito, gustaba del antigua palabra á/téya) (alégo), en extinción después de Esquilo y
aforismo sentencioso: "Yo soy lo más cercano y lo más lejano a mí Pín.daro", que traduce: algo (etwas) me incumbe.' Freud desde el
mismo". Proyecto... había empleado el mismo término que Heidegger: etwas,
para referirse a "un algo" que me incumbe en el sentido de una
3. En su reflexión sobre el lógos —como en tantas otras cosas- determinación, que no es autodeterminación. ¿Ese algo que me
Heidegger se diferencia absolutamente de la tradición filosc5fica: incumbe y del que dependo es entonces un legado (legs)?
logos no es razón como función superior de la cconciencia, ni como Ciertamente, es el legado del lenguaje "dejado yaciente delante
justa medida de nuestro proceder, ni como la proporción lógica junto", cuya esencia es un desocultamiento que sin embargo "deja
de la ratio. Hay algo en el lógos que se sustrae, que no cabe en el a salvo" lo velado: "llamamos a esto el ser del ente" (Sein des
cálculo científico que lo hace todo previsible. Los principios del Seienden). La verdad del ser no se revela como pura presencia; es
lógos no son los de la certeza del cogito, ni los de las "Regulae" car- presencia y ausencia: á20sta (alétheia).
tesianas. En su • otro camino, que es el camino oscuro del bosque,
Heidegger encontrará el decir de los poetas como la aproxima- 4. Al finalizar "La Instancia..." Lacan dirá del ser que es una
ción más abrumadora a la revelación del ser. La impotencia del metáfora, pero que no es una metáfora decirlo, dejando así definitvamentsablcido—almenoslcampodel—sicaná
discurso filosófico se transforma en potencia del lenguaje poético, que no hay otro ser que el arrojado a nuestras playas por el olea-
por eso "Para qué los poetas" .6 "Sólo el arte es capaz de captar lo je del lenguaje, que como letra, es decir borde, litoral del agujero
incapturable del ser", dice E Valéry. del ser, es sin embargo materialmente real.'
"Lo que el lógos es, lo tomamos del Aéys ty, (légein). ¿Qué quiere
decir légein?", se pregunta Heidegger. "En el mundo griego se en-
cuentra en el hablar, decir, narrar. Sólo que en una época aún más 7. Este algo reaparecerá en Heidegger como un inquietante descubrimiento al
que llamará "lo que hay" (Es gibt).
antigua y originaria significó: colocar, dejar delante en el suelo". 8. La afirmación de Lacan es una objeción velada a Heidegger para quien
Por su cuenta, Lacan rescata aquí la homofonía con el verbo hablar de metáfora es mantener la oposición sentido propio-sentido figurado
francés léguer (legar), pues entiende que "colocar, dejar lo cose- que, junto a todo un gran sistema de oposiciones (naturaleza-espíritu,
naturaleza-historia, pensamiento-lenguaje, sensible-inteligible), configuran
la metafísica. De ahí la desconfianza de Heidegger en la metáfora.
6. Martin Heidegger, Caminos de bosque, Alianza- Universidad, Madrid, 1996,
pág. 241.

rn
HÉCTOR LÓPEZ LO FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN

Lo que me incumbe es ese "hablar de la lengua" como se ex- ras ni reconstruir significados supuestos. Más aún, oír no es percibir,
presa Heidegger (no del sujeto), en tanto marca primera. No es "así que mientras partamos de lo acústico, al modo científico, todo
ni la covii (phoné), sonido vocal ni el olipeiov (semefon), signifi- quedará puesto en la cabeza", dice Heidegger.
cado,' sino lo que el lenguaje hace presente en su acto de velar- Oír es más bien una sumisión al lenguaje, al lógos, "una trans-
develar: "que una sustancial providencia del ser se oculta a los ferencia al espíritu", donde el hombre puede fallar a la escucha,
hombres..". Esa marca primera, ¿es equivalente al rasgo unario desoír lo esencial.
identificatorio (einziger Zug) que Lacan lee en Freud? Oímos verdaderamente cuando "correspondemos a lo que se
5. El ser como presencia se sustrae, pero la lengua griega ori- nos dice". Resuena anticipadamente aquí el término de Freud* re-
ginaria, la de Heráclito, era capaz de decir lo sustraído; eso parece conciliación (Versahnung), en el sentido de correspondencia, no en el
decirnos Heidegger. Por eso la verdad es MOs ta (alétheia), des- de armonía ni divina proporción, sino en tanto amor retrospec-
tivo al padre de Tótem y tabú, luego del odio que desencadenó
cubrimiento de lo /1710n, (léthe) oculto, olvidado. La misión que se
impone Heidegger es la de retornar a ese des-cubrimiento origi- su asesinato. La letra de la ley es la necesaria mediación para asu-
nario, que no puede sino conservar, al mismo tiempo, el misterio mir, hacerse cargo, corresponder al legado (légein-legs) escrito en
irreductible de lo oculto. En sus términos: el olvido del ser es esen- el discurso de nuestros antepasados, en un acto de reconciliación
cial, inevitable, pero se puede sin embargo orientar el pensar ha-. entre ellos y nosotros.
cia el olvido que se produjo de ese olvido. De eso se trata en su otro Es en estos pasajes donde se vislumbra ya la función del sig-
nificante-legado (legs) como perforación en el campo del Otro, y
pensar, llamado también por él otro inicio, no como segundo o al-
como evacuación de goce del registro simbólico. Lacan habló de
ternativo, sino como el primero y único, pero de otro modo, según
lo explica él mismo en una carta dirigida a Hannah Arendt el 19 una lluvia de goce que cayendo del Otro se refugia en el fantasma.
de junio de 1972." 6. "¿Pero cómo podría decidir alguien si lo que esta traducción
"Decir es /1,é), tv (légein). Esta frase se halla ahora despojada de supone como esencia del Lógos, se adecua, aunque sea lejanamente,
todo lo accesorio o vano". Con accesorio o vano, Heidegger se re- a lo que Heráclito ha pensado y denominado con ese nombre 'O
fiere tanto a la iniagen acústica como al concepto de la palabra. Nin- Aóyos, (O Lógos)?", es la inquietud de Heidegger, que intenta
guno de los dos esencian el lógos, porque por fuera de ellos, "el responder tomando parte por parte el fragmento 50.
lógos procura la revelación por el hablar". Se trata de un acto fun- La sentencia comienza con un ot'ne mov (ouk mal): no es a
dante de lenguaje, no de una función física o psíq-uica, ni de un mí..
mensaje. La materia del lógos, no es el sonido, es la letra. El sujeto escucha, no a ese mi que es el otro mortal, su semejante,
Pero si légein no es el sonido que expresa una idea, ¿qué sig- sino a "algo otro". ¿A qué? Al Lógos.
nifica entonces oír? Obviamente no es escuchar imágenes sono-
Son tres las ediciones de Freud que he consultado:
9. Heidegger diferencia la función ontológica del lenguaje de la que le atribuye Sigmund Freud, Obras Completas, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1978-
tanto la semiología, como la semántica, como la teoría de la comunicación, 1985, en adelante AE.
disciplinas para las cuales el lenguaje es un instrumento para expresar ideas y Sigmund Freud., Obras Completas, Biblioteca Nueva, Madrid, 1968, en adelante
establecer la comunicación. BN.
10. Martin Heidegger y Harmah Arendt, Correspondencia, Editorial Herder, Bar- Sigmund Freud., Obras Completas, Santiago Rueda, Buenos Aires, 1953, en
celona, 2000. adelante SR.

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HÉCTOR LÓPEZ
Lo FUNDAMENTAL DE HE1DEGGER EN LACAN
"olinc é poi) ¿olla rol) Aóyov (ouk emoú allá foil lógou)", no de- Lógos es, en su dimensión de letra, repetición de la marca inau-
ben prestar oído, como mirando fijamente a mí, sino que... la au- gural (einziger Zug, rasgo unario) que divide al sujeto, la que lo revela
dición de los mortales debe dirigirse sobre algo otro. ¿Sobre qué? como otro.
rol) Aóyov, (toú lógou), sobre el lógos. (¿Evitar la fijación de la mi- Por lo cual cobra importancia el término ói.to,loyeiv, (homolo-
rada en el otro para poder escuchar al Lógos será el motivo último gein): en el mismo sentido, que transmite ciertamente la idea de re-
del diván en el diálogo analítico?) petición.
Estas primeras consideraciones sobre el Lógos nos permiten 7. En el breve escrito "De un designio" aparece el lógos en esta
descubrir que su presencia acompaña entre líneas el recorrido es- misma línea de pensamiento. Allí Lacan avisa de la inclusión en La
piralado de "La Instancia...", texto que podríamos considerar Psychanalyse N°1 de su traducción del alemán de la conferencia de
como dedicado a elucidar qué significa en el psicoanálisis corres- Heidegger, como vía "para interesar al psicoanalista tanto como
ponder al Lógos. sea posible en el lenguaje", y demostrar, con Benveniste, que "lo
Lacan, sin embargo, emplea sólo dos veces el término logos en más profundo de lo afectivo [está] regido por el lenguaje".
"La Instancia...", lo que hace aun más significativo el momento Pero se niega a aceptar que se haya tratado de un diálogo filo-
en que aparece: hacia el final del apartado 2, poco antes de citar a sófico con Heidegger: Este es el motivo, y no ninguna vana semejanza
Heidegger, y en el apartado 3 donde une locura a lógos, ya casi en de diálogo, incluso y sobre todo filosófico... Según vemos, aunque
el momento de concluir el artículo.
Lacan tuvo que pasar por Heidegger para descubrir el lógos, ahora,
En esos pasajes menciona la repetición, definida como una ser-
en "De un designio" (1966), en un gesto antipático de desco-
vidumbre viva desde el principio regio del Lógos, con lo cual liga el
nocimiento (que rectifica en escritos posteriores de 1971 y 1977)
Lógos a la pulsión de muerte y a las antinomias de Empédocles,
pero que sirve para afirmar la pertenencia freudiana del lógos en
para pasar enseguida al padre de Tótem y Tabú. Se está refiriendo
al lugar real, más allá de lo simbólico, de donde proviene lo que psicoanálisis, dice: "Él (Freud) es el primero en iluminar..." Le es
determina al deseo. necesario destacar la anterioridad de Freud con respecto a Heide-
La referencia no es arbitraria, no sólo porque Freud haya des- gger para encontrar la justificación de su propio empleo del tér-
cubierto al final de su obra que las antinomias de Empédocles, mino lógos: "Cuando Freud en un texto célebre produce junta-
sin él recordarlas (efecto de criptomnesia, dice), habían estado mente ávetylcn (anánke) y .1,6yo¿-, (lógos) [...] la gran necesidad no
presentes a lo largo de toda su obra, sino porque la lógica misma es otra que la que se ejerce en el lógos y que él es el primero en ilu-
de este escrito ("La Instancia..."), tan a la escucha del pensar minar con la luz naciente de su descubrimiento. Es la repetición
presocrático, desemboca necesariamente, como la obra de Freud, misma, cuya figura él renueva para nosotros [...I La repetición
en esa doctrina antigua, leída como texto perdido al tiempo que es la única que es necesaria "11 0 sea, no hay otro logos que el de
como anticipación remota, dando en todo la razón a Heidegger. Freud: la necesidad de la repetición simbólica (y no la repetición
Por otra parte, la mención del lógos con relación al Elogio de la lo- de la necesidad). El destino (antínke) se transmuta conceptualmente
cura de Erasmo, dice a las claras que si el lógos es razón, no es la como repetición, y ésta reafirma la esencia del logos, de lo que
r a z ó n d e l a c i e n c i a n i l a d e l o s f i l ó s o f o s s i n o l a d e l Witz, la del re- bus, la de está más allá de mí y sin embargo me incumbe.
la sinrazón del inconsciente. La referencia que sugiere Lacan en "De un designio", pero que
no cita, es verdaderamente preciosa para entender el sentido del

11. Jacques Lacan, "De un designio", op. cit. pág. 144.

Ñ. 47
HÉC"TOR LÓPEZ Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN
Lo sabio del hombre es obedecer a la verdadera audición.
lógos en Freud: la hemos encontrado en la nota 7 de "El porvenir
de una ilusión": "Los dioses gemelos Aóyol--'AváyKri, (Lógos: ra- En otro registro de discurso Lacan dirá en su Seminario 21
que se debe ser "incauto de la estructura", porque "les non du-
zón y Anánke: necesidad) del holandés Multatuli..."", ¿qué dice
pes errent", los no incautos yerran. Yerran en la escucha del Lógos,
esto sino que lógos y destino son la separación de una misma cosa
no le obedecen. Creen, pobres ángeles, que la vida es un viaje; ellos
(gemelos), y que si hay una "necesidad" es la del lógos?
son los viatori (viajeros) que transitan de novedad en novedad, pero
Pero hay aun otra referencia que Lacan no toma. La encontra-
no saben que repiten siempre un mismo deseo, marcado como en
mos en "El problema económico del masoquismo":
un palimpsesto con letras imborrables.
"La última figura de esta serie iniciada por los padres es el
¿Qué es lo que Lógos proclama y que es sabio decir?: Ev Ilávra,
Destino, oscuro poder que sólo una limitada minoría humana (Hen Pánta), todas las cosas. Respuesta enigmática que de acuerdo
llega a aprehender impersonalmente. No encontramos gran cosa a Heidegger no debe ser entendida en relación con la pregunta por
que oponer al poeta holandés Multatuli, cuando sustituye la el contenido total de lo que el lógos expresa, sino como relativo a la
Moipa,(Moira: destino) de los griegos, por la pareja divina Aóyos— interrogación acerca del modo en que se esencia el lógos.
'Avámn (Razón y Necesidad), pero todos aquellos que transfieren En otras palabras, ¿qué es lo que el lógos deja "yacente delante
la dirección del suceder universal a Dios, o a Dios y a la junto"?: IIávra (todas las cosas).
Naturaleza, despiertan la sospecha de que sienten todavía estos Ese "todas las cosas" no es "ni una abarcativa captura conjunta,
poderes tan extremos y lejanos como una pareja parental y se creen
ni un nuevo acoplamiento equilibrante de los opuestos".
enlazados a ellos por ligámenes libidinosos"."
Es decir, no es una colección, ni siquiera una serie, ni un con-
junto. Es lo que unifica todas las cosas, no en el sentido de un todo
La claridad de estas citas hacen superfluo cualquier comenta-
completo donde los opuestos se disuelven, sino en el de aquel
rio para la elucidación del lógos en el discurso psicoanalítico.
principio que las hace equivalentes a todas en virtud de lo velado,
El logos se produce (se esencia) en la repetición simbólica, que a
su vez sólo acontece en el logos (en el decir de la lengua según Hei- de lo que permanece afuera. Lo que permanece por fuera (perpe-
degger). tuación de lo reprimido primordial) opera como condición absolu-
Ahora bien, se pregunta Heidegger, ¿qué es sabio decir, o-olbóv ta de lo presente en la presencia.
¡any (sophón estin), del Lógos? En tanto lo real del ser permanece EiOri (léthe), oculto, se hace
necesaria su dOeta (alétheia) desocultamiento, cuya operación
8. Pero antes ¿qué significa croOóv (sabio)? ¿Se trata acaso del no niega lo velado (léthe), sino que se apoya en ello.
saber de los antiguos sabios griegos? ¿Lo oído, lo percibido del lógos, Lacan había tomado como un aval para su propio concepto de
se recoge como saber? verdad, la especificación que Heidegger hace de la verdad como
No. En Heráclito "sabio" es "una manera de conducirse": sos- alétheia. La dialéctica AbOn-MO e t a es transpuesta al discurso psi-
tenerse el hombre en lo que le ha sido asignado, conformarse a coanalítico como equivalente a la dialéctica del significante que
ello, ponerse en camino. Así queda conformado el légein, la colo- es presencia de la ausencia y ausencia de la presencia. El símbolo es
cación cosechante de los mortales en el seno del lógos. al mismo tiempo ocultamiento y desocultamiento irreductibles,
12. Sigmund Freud, "El porvenir de una ilusión", BN., Tomo II, pág. 73. de tal forma que la verdad nunca se ofrece sin velos. Lacan toma
13. Freud, Sigmund, "El problema económico del masoquismo", BN. Tomo I, de Heidegger el criterio de verdad como alétheia dando la impre-
pág. 1025. sión de sostener la oposición oculto-desoculto. Apreciación que

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HÉCTOR LÓPEZ
Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN
me parece injustificada, mucho más si tenemos en cuenta la re- dado como sugiere Heidegger, sino una carencia de ser, una im-
s o l u c i ó n t o p o l ó g i c a q u e é l d a a l p r o b l e m a d e l a e s p a c i a l i d a d . L a - can no posibilidad radical."
propone la presencia como opuesta a la ausencia, sino que conjuga En psicoanálisis, oculto (AliOn) no hay nada, o mejor, según la
clara expresión de Lacan: "hay nada". Lo velado no recae sobre
lo ausente en lo presente y lo presente en lo ausente, simultaneidad
el ser sino sobre su imposibilidad, es decir, sobre la castración. Es
que sólo puede demostrarse en la banda de moébius. De todos
ella lo primigenio; si dijéramos que es el ser, estaríamos haciendo
modos, en el capítulo anterior dejé esbozada la crítica al empleo
entrar por la ventana la sustancia unificante que acabamos de ex-
del término "oculto" en psicoanálisis.
pulsar por la puerta.
9. En sus maternas de los cuatro discursos Lacan le asigna a la La falta es, o en términos freudianos: la represión es primaria,
verdad un lugar, pero no un significante que la represente. Solo "la antecede de tal modo a la experiencia del sujeto, que lo constituye
letra en el inconsciente" escribe la verdad. "La verdad en su casa en falta, en falta de ser (manque á étre). Lo reprimido (olvidado)
sólo se puede interrogar ene! escrito" (Seminario 18, clase 4). Quiere por tanto no es la presencia del ser, sino la falta radical de ser que
decir que la representación por el significante produce efectos de el sujeto remedia con un farmakon al que se apega: la sustan-
verdad en el habla de un sujeto, pero la morada de la verdad es otra d
cosa en otro lugar: la escritura, definida como litoral, borde simbólico cia e su yo.16
real, diferente al ocultamiento por la representación del que Esto abre el gran capítulo de la castración, condición para captar
Heidegger se lamenta y al que atribuye el olvido del ser. a qué debe subordinarse el sujeto, y el problema del fin del
Heidegger entiende que el ify (han), uno, se esencia como unifi- análisis como reconocimiento de su división.
cante: "El Ev fiávra deja yacente delante junto, en una presencia, Al aforismo ontológico el ser (Seyn) es y el ente no es construido
aquello que de un modo recíproco, mutuo y contrario, se ausenta, por Heídegger en el párrafo: "El pleno esenciarse del ser (Seyn) en
como el día y la noche, invierno y verano, paz y guerra, sueño y la verdad del evento hace reconocer que el ser y sólo el ser es y
vigilia, Dionysos y Hades". ¿Qué quiere decir esto sino que la que el ente no es"17, Lacan le opone: "la falta es". Y en ese brutal
dialéctica de la verdad como ocultamiento-desocultamiento es oxímoron queda inaugurado el capítulo de la muerte de la
equivalente a la presencia sobre un fondo de ausencia. ontología. El psicoanálisis parte de una falta radical reprimida, no
Lacan, por su parte, acentuará más la función de la barra re- una presencia olvidada, lo cual excluye que en su campo pueda
sistente a la significación, que sólo es atravesada por la metáfora, pensarse en un "pleno esenciarse del ser" como "verdad del
lo cual no significa "metafóricamente". La creación metafórica no evento".
es "representación", es —realmente— el atravesamiento de la Con Heidegger vemos retornar la nostalgia del ser y la no admisión de
barra: S (+) s, pero no para recolectar (légein) sino para crear. La que el ser no sea (su vacío, su falta primaria). Pero a di-
metáfora, antes que representación por relación de semejanza, es 15. En el capítulo 1 "Heidegger-Lacan: el cruce", he tratado de dar cuenta de
creación de la presencia. "El Ev lIávra del lenguaje"» no hace la impugnación de Heidegger al concepto y a la función de la metáfora.
presente lo ausente del ser, sino que produciendo un efecto nuevo 16. El budismo zen habla del apego al yo como la ilusión que impide al hombre
como atravesamiento del sentido, hace presente la carencia de ser. el verdadero conocimiento.
Por eso la ausencia no es para Lacan un modo de lo oculto u olvi- 17. Martin Heidegger, "El Ser (Seyn) Evento", fragmento de Beitriige zur Philosophie.
Vom Ereignis, en Conmemorando a Martin Heidegger, Letra Viva, Buenos Aires,
14. Jacques Lacan, "La Instancia de la letra en el inconsciente...", op. cit., pág. 2002, pág. 39-46, traducción Dina V. Picotti. Versión completa en Aportes a la
189. filosofía. Acerca del Evento, Biblioteca Internacional Martin Heidegger, Buenos
Aires, 2003, que incluye el fragmento referido.
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Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN

ferencia de la filosofía académica, él remite la posibilidad del ser a "Instante y relámpago que luego vanamente la metafísica bus-
un remoto pasado heroico: a Heráclito, a los griegos antiguos. Ellos cará retener como constante, provocando a su vez el declinar del
no tuvieron que pensar el ser del ente, "habitaron en ello": "Una lógos, en ratio (razón, de reor: calcular, contar, y no ya reunir ni de-
vez, en el comienzo (tiempo del mito, HL) la esencia de la lengua cir) y de la alétheia, en ventas (adecuación entre el intelecto y la
relampagueó a la luz del ser... pero el rayo ya se extinguió..'98 cosa y no ya desocultamiento de lo presente en su presencia). Ca-
¿Se trata de la creencia de Heidegger en un tiempo histórico minos que desembocarán —con el correr de los siglos— en las no-
que fue real? ¿Forma parte de una idealización romántica del ciones modernas de "sujeto", "sustancia" y "absoluto" y en su
pensar griego? ¿O más bien es la creación de un mito para expli- posterior e irreversible consumaciórt posmoderna"."
carla carencia de ser, su ausentarse irreductible? Quienes afirman El desvío aparece en el momento en que la civitas romana se
lo primero, algunos psicoanalistas lacanianos preocupados, como apropia del pensar de la pólis griega.
el maestro francés, por diferenciarse del filósofo alemán, ¿no esta- 10. El discurso psicoanalítico nos permite especificar cuál fue
rán cometiendo con Heidegger el mismo error de lectura en que el error que los antropólogos consumaron con Freud. Ellos con-
incurrieron los antropólogos, al suponer en Tótem y tabú de Freud fundieron el problema evolutivo del origen con la pregunta es-
una teoría arqueológica de los orígenes? tructural por la causa. No es lo mismo origen que causa. La pre-
Por mi parte, encuentro indicios ciertos para pensar que Heid.e- gunta por el origen es una interrogación histórico-metafísica que
gger construye un mito, no una génesis del ser; en ese mito lo expli- interesa a la antropogénesis, para la cual sólo puede haber res-
cado no es el pasado remoto sino la condición actual de ocultamiento puestas hipotéticas. La cuestión de la causa atañe a la verdad del
del ser que sólo es asible por la representación del lenguaje, no en el inconsciente y a la invención de un mito para dar cuenta de lo real
plano de lo real. De esos indicios nombraré sólo uno: en "Lógos", de la estructura simbólica, es decir, de lo imposible de decir.
Heidegger no afirma que el ser sea una esencia velada, dice en cam- Heidegger encuentra, en el desarrollo del pensamiento y la ex-
bio que el ser se esencia (west), en lo que puede entenderse: se realiza periencia de la modernidad, un colosal olvido del ser y, a partir de
como evento actual, como acto de lenguaje, aun no habiendo sido allí, en un giro que ya no es estrictamente filosófico, produce un re-
antes. Es obvio que este planteo contradice que el ser sea represen- tomo a lo que denomina el "pensar originario", pero no se identifica
tación." En psicoanálisis conocemos esta operación como retroacción con él, sino que a partir de él inaugura las bases para un "otro inicio"
(aprés coup): el ser "habrá sido" a partir de una carencia originaria. del pensamiento. El esfuerzo por diferenciar la historia como ente,
La reconstrucción heideggeriana del origen cumple la función de la historicidad como evento, nos orienta en este sentido.
de fijar un punto de partida y hacer patentes los desvíos de la me- Heidegger construye, en su campo, lo que llamaré tres tiempos
tafísica, como lo ilustra un autor de nuestro medio: lógicos de la reflexión sobre el ser: 1) Experiencia originaria que
es instante de ver, fulgor inmediato, fugaz, mítico, de un encuentro
18. Citado por J.Lutzky, Redes de la Letra 4, pág. 79, Ediciones Legere, Buenos con lo real del ser fuera del campo de la representación; 2) Un
Aires, Junio de 1995. tiempo de comprender que es no sólo olvido, sino olvido del
19. En psicoanálisis la representación se limita al sujeto que es lo
representado por un significante para otro significante. Pero aún así no es
olvido, representado por la historia de la metafísica occidental de
representación de algo para alguien, sino de un significante para otro Platón y Aristóteles a Nietzsche, donde el ser queda degra-
significante, lo cual hace una relación entre representantes sin representación.
20. Mario Casalla, "Heidegger: Lacan, una fraternidad en el decir", trabajo
En cambio él Ser es lo irrepresentable, ni siquiera en el plano del
leído en la EFBA, ario 2003.
significante, pues es agujero.

7') 7.R
HÉCTOR LÓPEZ Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN

dado a su representación; 3) Otro inicio como momento de telomismo:lprvidencas(west)(ó-chante): Uno que une Todo".
concluir el tiempo de comprender. En este tercer momento el pensar Lacan traduce a Heráclito sacando provecho de lo que admite
está regido por una actitud de escucha hacia los poetas, que como los como audacias de traductor: "No de mí, sino del legado (lógos)
antiguos, viven en lo sagrado. En tal dimensión, donde es "el re- donde se lee lo que se elige, en alianza: eso mismo ponerlo en su
lámpago lo que rige al Universo" (Heráclito, fragmento 64), reina lugar: y que lo que es delegado sea (el legado donde se lee lo que
el lógos. Es decir, el lógos no representa, hace aparecer. se elige): el Uno en tanto que uniendo Todas las Cosas".
Es posible que a los psicoanalistas nos desorienten ciertos tér- Si bien esta traducción de Lacan ha sido criticada con razones
minos que emplea Heidegger tales como originario, sentido, oculto; más que suficientes, para un psicoanalista contiene los elementos
pero aquí también escuchemos a Lacan cuando advierte que "no fundamentales del Lógos freudiano: 1. el legado del Otro como ló-
es bueno guiarse por las etiquetas de los cajones", pues quizá en- gos. 2. la lectura de lo escrito como alianza del sujeto con la ley,
cierren cosas preciosas que no se corresponden con las etiquetas. y 3. la especificación de un lugar donde ponerlo (légein): el Uno,
Más allá de confusiones semánticas, inherentes a las diferencias donde se avisora ese lugar allí (wo Es war) donde el Sujeto debe
discursivas, el pensar heideggeriano se encamina al encuentro de la llegar a ser (soll kh werden).
imposibilidad del ser, aunque quizá sea verdad que subsiste en su Si el Lógos es un intraducible es porque el hombre no puede
pensamiento —obstáculo epistemolo'gico— la ilusio'n de alcanzar su nombrar al Lógos; el hombre es dicho, es atravesado por el Lógos.
revelación positiva. De todos modos, el hecho cierto de que recurra Es lo que lo hacer ser una "palabra conductora" del pensar.
al decir poético, lo aleja de todo acceso místico o efusivo que pre- Heidegger finaliza su conferencia diciendo que Lógos es mesura,
tenda un saber por fuera del marco del lenguaje, como así también en lo cual nosotros leemos: medida, y en esta medida, volvemos a
del conocimiento de la verdad por la vía de la razón científica. leer: la razón desde Freud, introducida en lo real por lo único capaz
La problemática que desarrollamos y que suele plantearse de medir: el significante.
como una profunda diferencia entre Lacan y Heidegger (la falta Por lo que concluimos: es el significante, no el hombre, la me-
en el origen vs. la presencia en el origen) se prolongará en los ava- dida de todas las cosas.
tares de una polémica entre un heideggeriano: Jacques Derrida, y
un freudiano: Jacques Laúan, con respecto al origen de la escritura
como "archi-huella":21
De todas formas sigue en pie la aseveración de Heidegger: "Ev
flávra dice lo que el Lógos 'es'. Lógos dice cómo el Ev Ilávr a se
esencia. Ambos son ló Mismo".

11. Luego de un recorrido por otros pasajes de Heráclito, Hei-


degger intenta traducir él mismo al alemán el fragmento 50: "No
a mí, pero perteneciendo a la colocación cosechante: dejar yacen-

21. El' tema ha sido tratado en un artículo de Teresa Traynor: "La Desconstrucción
en las fronteras del psicoanálisis", en Héctor López, Psicoanálisis, un discurso en
movimiento, Editorial Biblos, Buenás Aires, 1994.

74 75
CAPÍTULO 4

Lo abierto, más allá del padre

Hasta nos arriesgamos más...


que la propia vida, al menos
un soplo más.
RAINER. M. RILKE

Introducción
La cuestión de lo abierto atraviesa todo el pensar heideggeriano.
Podríamos decir que su gran obra iniciática, El ser y el tiempo, texto
que da un nuevo fundamento a la filosofía, se organiza en torno a
la idea de apertura y del cuidado (Sorge) por mantener esa apertura.
El Dasein como ser del hombre se caracteriza particularmente por
ser un ente abierto y por la posibilidad que esa apertura brinda, a
diferencia de todo otro ente. A esta condición indigente del Dasein
(con respecto a la unidad de la que carece) Heidegger la designa
como su ec-sistencia.
El texto se propone realizar una analítica existencial, un estudio
del Dasein en su condición de arrojado al mundo en medio de los
entes y determinado desde el futuro como posibilidad (rasgo prin-
cipal de su apertura). La ec-sistencia, situación de ajenidad a sí mis-
mo que se realiza como apertura, impide que pueda formularse
qué es el ser del Dasein. Los entes son (principio de identidad: todo
ente es igual a sí mismo) pero sólo hay un ente que ec-siste: el
hombre, para quien lo propio es, paradójicamente, su apertura. Del
Dasein no se puede decir que es, ni qué es, pero no por eso diremos
con Sartre que el ser del Dasein es nada, sino que es ec-sistencia.

77
HÉCTOR LÓPEZ LO FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN

A partir del giro (Kehre) de posguerra producido en el pensa- bras, como la órbita elíptica de los planetas que hace visible un
miento de Heidegger el tema de lo abierto toma otro sesgo. En polo al mismo tiempo que oculta el otro. Pero además afectó al
"¿Y para qué poetas?" se refiere a lo abierto como si el término no pensamiento en todos los campos: la creencia metafísica en un
ser humano dueño de su mundo, cuya propiedad esencial fuera
hubiese sido objeto de una larga elaboración en El ser y el tiempo.
el conocimiento, ya no pudo sostenerse.
Considerándolo propio de Rilke, lo devuelve a la intimidad de la
Sin embargo, el descentramiento kepleriano con respecto al
experiencia poética, tan propicia a la revelación del ser (Ereignis)
círculo teológico no hizo mella en la idea de lo cerrado, pues la
más allá de toda reflexión especulativa.
elipse, a pesar de su movimientó imperfecto, tan poco apto a la
Consagraremos este capítulo a comentar ese giro, y en su tra-
divinidad, vuelve al mismo lugar, es decir se cierra sobre sí misma.
yecto, el encuentro (cruce) con Lacan.
Descartes es nuevamente el paradigma de este retorno del pensar
El otro pensar heideggeriano dejó atrás desde su inicio toda idea a lo cerrado. El vértigo de lo abierto llamó a la prudencia a Des-
que implicara categorías o realidades eternas y completas en sí cartes quien, si bien hizo falible todo conocimiento, dejó incólu-
mismas, convirtiéndose en anticipación e insignia del debate de las me la certeza del yo, eje en el cual se vuelve a cerrar la cuestión
ideas modernas e influencia princeps en el de las posmodernas. del acceso a la verdad.
Hoy no se piensa en estructuras cerradas; la epistemología La elipse no es el círculo, pero es tan cerrada, tan "uno", como
discontinuista' y las lógicas pos-aristotélicas rechazan la idea de aquel, de la misma manera que el subjectum emminentis del cogito
un todo que no sufra de incompletud o de paradoja. En este campo cartesiano sigue siendo un ens, ente-uno-sustancial.
encontrar el Dasein heideggeriano como no idéntico a sí Mismo y La verdadera apertura comienza, si seguimos a Severo Sarduy,
sobrellevando la paradoja de ser un ente abierto, es una verdadera más allá del descentramiento, con la teoría del origen del universo
anticipación. conocida como Big Bang. El estallido, la dispersión, la fragmentació,lmadintegrumposbdrg-gramas
También el psicoanálisis, con Lacan, rescata de Freud la divi- tomados del Big Bang con los que piensa el pensamiento actual.
sión irreductible que afecta al sujeto2 en su deseo y en sus sínto- Así establece Sarduy la secuencia, que es al mismo tiempo corte y
mas. Para nombrar a ese sujeto precisamente es que crea el neolo- torsión, entre la cultura del barroco y la era neobarroca.4 Esta
gismo parlétre a partir del Seminario 22 R.S.I. (1974/75). última, en la que vivimos, es el núcleo de la estructura mental de
El descentramiento del pensar comenzó, como es sabido, en el nuestra cultura y sus productos.
campo de la ciencia. El descubrimiento de la órbita elíptica de los Todo ha estallado, todo es Big Bang: Nietzsche impone "filosofar
planetas por parte de Kepler acabó con la idea de un movimiento con el martillo": con él la misión de la filosofía no es ya la de
astronómico perfecto: el círculo, que hasta entonces reproducía la construir el conocimiento y encontrar un sentido último, sino so-
perfección cerrada y total del único ens entissimum, Dios. cavar toda verdad consagrada. Heidegger propone la Destruktion
Según Severo Sarduy3, esto produjo, en aquél tiempo, la de la metafísica, cuyo relevo toma Derrida con su idea de descons-
cultura del barroco, organizada en torno a dualidades, a luces y a trucción. Freud descuartiza al sujeto, pluralizándolo en las llama-
sorn- das "instancias": yo, superyo, ello, yo ideal, ideal del yo... Y a
partir de él, Lacan abre el círculo que cerraba al signo saussurea-
1. Sobre todo, Del mundo cerrado al universo infinito, de Alexander Koyré, Siglo
XXI, México, 1980. 4. Severo Sarduy, ibid., pág. 203.
2. Sigmtmd Freud, "La escisión del yo en el proceso de defensa", en BN. Tomo 3.
3. Severo Sarduy, Ensayos generales sobre el barroco, Fondo de Cultura Económica,
B Ai 1987
7R 79
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Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN
no, hasta reducirlo a su algoritmo S/s. Se produce así la "fuga" del seguros, en todo caso, que yo no me mantengo ahí, aunque al-
significado, que al modo de una fuga de Bach, se dispersa, se ato- gunos intenten difundir la idea contraria. Al menos, en ese nivel
miza, se multiplica, y "en sí" se demuestra inalcanzable. Ya no no se sitúa ni se concibe la realidad que está en juego cuando ex-
hay unidad ni centro, ni de la ciencia, ni del arte, ni del pensa- ploramos la materia analítica".5
miento, ni del sujeto. Lacan, con su extraordinaria capacidad para
fijar en fórmulas escriturales todo un discurso, anota: (-1), con lo A la cuestión que "algunos filósofos" entienden como ente
cual arrasa a su vez con la idea de universo del discurso. abierto (alusión obvia a Heidegger), Lacan replica con su propio
Freud no sólo produjo un descentramiento del sujeto que cam- concepto de hiancias del ser. Una primera diferencia asoma inme-
bió la historia de la ideas, sino que se atrevió en la espesura de lo diatamente cuando Luan rechaza el concepto de ente abierto en
abierto. De ello nos ha dejado el testimonio de sus especulaciones tanto determinado, para oponerle la hiancia del ser en el nivel de
en "Más allá del principio del placer". Pero fue Lacan quien con lo determinante.'
su consigna de "ir más allá de Freud", lanzada en su seminario de Esta diferencia nos incita a arriesgar una conjetura acerca de
1963, Los nombres del Padre, le dio carta de ciudadanía al tema de por qué Lacan no se decide a aceptar la idea de lo abierto y de cuál
lo abierto en el discurso del psicoanálisis. es el destino de esta vacilación en el desarrollo de su obra.
He querido referirme así, en esta breve introducción, al con- A partir del seminario citado (arios 1955/56), la hiancia funda-
texto de época que hace posible la aparición de la idea de lo mental del ser consiste en la imposibilidad de establecer la causa
abierto inaugurada por Heidegger, pero continuada en la filosofía y del sujeto. Esta hiancia opera como determinante de una carencia
el psicoanálisis contemporáneo, con incidencias tan decisivas original alojada en el núcleo inconsciente del sujeto, donde se hace
que aún hoy vivimos bajo ellas. evidente que algo del ente queda abierto a la incompletud del
ser.7 Si para Heidegger lo abierto está determinado por el olvido del
ser, para Lacan la hiancia es determinante de ese olvido, que más que
Lacan y el orden cerrado olvido es carencia.
¿Cómo se cierra ese desgarrón del ser que funda la condición
La única vez que Lacan hace referencia explícita al concepto irreductible de ec-sistencia del sujeto?
heideggeriano de lo abierto se encuentra en el Seminario III, Las La respuesta lacaniana, como antes la freudiana, es que no se
Psicosis. La referencia es lo suficientemente ambigua como para cierra, sino que se profundiza con el tiempo.
abrir un camino a la exploración del tema. Lacan en este momento otorga toda la primacía a lo simbólico:
Aquí la cita textual es más reveladora que cualquier comen- el lenguaje hiere de muerte a la consistencia del ser; deja en su lugar
tario: una hiancia por donde el ser adviene —paradojalmente— como

"No puede dejar de impactar lo que algunos filósofos, que 5. Jacques Lacan, El seminario. Libro 3. Las psicosis, Editorial Paidós, Barcelona,
son justamente los del momento, y a los que me refiero de 1984, pág. 421.
vez en cuando discretamente, han formulado: que el hombre, entre 6. Jacques Lacan, ibid, cap. 24.
todos los entes, es un ente abierto. La apertura del ser fascina a 7. Resuenan en esta enseñanza los ecos de Hegel con su concepto de negatividad
todo el que se pone a pensar [...] En este nivel se supone que se como condición determinante de la antropogénesis, y los de Lévi-Strauss, para
mantienen los que verdaderamente piensan, los que lo dicen. quien el origen de la ley no está determinado por ninguna de las contingencias
bio-psico-sociales sino que es ella misma, la ley, determinante de aquellas.
Estén

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HÉCTOR LÓPEZ LO FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN

carente de ser, y al mismo tiempo relega al ser como tal (el Seyn rretera principal de la que dependen forzosamente todos los otros
heideggeriano) al campo de una realidad mítica, jamás advenida. caminos secundarios, y que, para él, el campo del significante se
No oculto ni olvidado, ni siquiera reprimido, sino imposible, condi- compone "según las leyes de un orden cerrado".10¿Acaso este or-
ción ésta que el relato filosófico desconoce (forcluye). den no es cerrado justamente por el imperio de la ley paterna? Me
Estas precisiones sobre la ec-sistencia, que podemos correlacionar propongo simplemente mostrar que la primacía dada por Lacan a
con la función de la represión primaria, se continúan en la lógica lo simbólico está en la raíz de su oposición a la idea de un sujeto
lacaniana con su descubrimiento del significante ordenador de lo abierto, al menos en la primera época de su enseñanza.
simbólico: el nombre del padre, como carretera principal del logro del Las posibilidades del sujeto se cierran, encuentran su límite,
sujeto, y de la metáfora paterna como sustitución que viene a ocupar en los límites del padre, lo que en verdad equivale a la afirmación
el lugar de la carencia de ser' freudiana "el super yo de los hijos es el super yo de los padres".
Ahora bien, la metáfora paterna, al estabilizar el campo de la Por otra parte, ciertos aforismos de Lacan apuntan en la misma
significación y la posición sexuada del sujeto en torno a la dife- dirección: "lo que no está prohibido es obligatorio", o también:
rencia falo-castración, tiene un decisivo efecto de puntuación que "el goce está prohibido a quien habla como tal".
cumple, en este momento de la enseñanza de Lacan, una función Hasta aquí encontramos que, en su concepto del sujeto, Lacan
de cierre, no de apertura.' deja muy poco lugar para lo abierto e insiste por el contrario en su
En verdad se trata de un tema freudiano: ¿dónde cierra Freud dependencia fundamental con respecto al significante paterno.
los límites de las posibilidades del sujeto? La respuesta que da en Pensar esta estructuración como cerrada no deja de producir
"Análisis terminable e interminable" es: en el complejo de cas- una cierto azoro. El hecho cierto de que el ser del sujeto (parlétre)
tración. Pero la castración es el desenlace del complejo de Edipo, sea posible sólo por la gracia de un significante que no le es propio
vehiculizado por la identificación simbólica con el padre, que su- sino que pertenece al campo del Otro, ¿no habla acaso de su
cede al Edipo negativo. Por lo tanto, el padre es un cierre, más apertura, de su ec-sistencia, de su dependencia con respecto a una
aún, es el límite del sujeto (luego veremos si es posible o no abrir ley exterior, no propia de su naturaleza? Efectivamente, no pode-
esta cerradura). mos dudar de eso sin que toda la teoría pierda su sentido.
Ene! período que va del Seminario 3(1955) al Seminario 5(1957), De todos modos, en esa apertura, no se trata de un sujeto abierto
Lacan propone un verdadero imperialismo del nombre del padre, al mundo, que pudiera ec-sistir en lo real, sino de la hendidura
ya que la ausencia de este sólo significante fundamental (su for- producida por el lenguaje, muy lejos de la libertad, antes bien
clusión) deja al sujeto fuera de los efectos simbólicos de la ley. atrapado en las redes de lo simbólico. Por eso, a la objeción plan-
Si puede resultar exagerado llamar imperialista al nombre del teada podemos responder que el sujetó es desgarrado (abierto,
padre, debe recordarse que es Lacan quien lo compara con la ca- partido en dos) por lo simbólico, pero que esa apertura cumple
la función de producir el cierre a lo real. En este sentido enten-
8. Decimos carencia y no falta pues la falta siempre lo es de algo que podría demos a Lacan cuando dice que hay hiancia pero no apertura. Por
eventualmente no faltar, mientras que la carencia es radical. Por ejemplo, no otra parte, Lacan parece entender a la francesa el concepto heideg-
podemos decir en sentido lógico que a la mujer le falte el pene pues su sexo geriano de lo abierto, es decir, a partir de la divulgación que hizo
carece de ese atributo. Su falta de pene es una fantasía infantil.
9. Para leer la elaboración de Lacan sobre esta cuestión en el año 1957 con-
de él Sartre como libertad radical del hombre. Si apertura es liber-
sultar: "La metáfora paterna" en El seminario. Libro 5. Las Formaciones del tad, ¿cómo podría estar Lacan de acuerdo con el ser abierto?
Inconciente, capítulos 7 y 8, Editorid I 'aidós, Barcelona, 1999.
10. Jacques Lacan, "La instancia de la letra..". op. cit., pág. 187.

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HÉCTOR LÓPEZ
Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN
Esta orientación, donde las fallas del padre —como requiriendo La inspiración freudiana de este movimiento que va de lo ce-
un "más allá" de ese límite— no cuentan (aunque ya estén reco- rrado a lo abierto se hace evidente en el texto de Freud "Un tras-
nocidas como los pecados del padre), ¿permanecerá inconmovible torno de la memoria en la Acrópolis" (1936) que comentaremos
a lo largo de su enseñanza? La respuesta es no, y nuestra hipótesis más adelante. Y la causa de las dificultades que el sujeto encuen-
es que Lacan, en sus últimos.seminarios, a partir del 21 donde tra para dar este salto (Sprung) la veremos desplegarse en "Los
aparece la equivalencia de los tres registros (ya no más primacía que fracasan al triunfar" (1916).
de lo simbólico) y sobre todo en el 23, Le sinthome, con la Finalmente, sorprende encontrar que tanto Freud, como el fi-
novedad de que es posible prescindir del nombre del padre, se va lósofo, como el poeta, recurran a la partícula más para nombrar
acercando cada vez más a una teorización y a una práctica un exceso con respecto a los valores establecidos, y que siendo eso
dirigidas hacia "lo abierto" como lo más propio, como el cuidado establecido el padre o Dios, la muerte del Dios-padre se constitu-
(Sorge), en un sentido cercano a Heidegger. ya en la condición para que pueda darse un paso más, un paso en
Queremos decir que el psicoanálisis, a su modo, también in- exceso. "El fin de la metafísica y de las religiones en tanto metafí-
cursionará en lo abierto, y con ello se aproximará a la experiencia sicas no implica necesariamente el fin del problema de Dios sino
del decir poético y su descubrimiento por Heidegger como modo su recomienzo como más-allá de Dios, como la pura problemáti-
privilegiado de nominar lo real, aunque Lacan, en este sentido, ca de su ausencia".'2
nunca se sentirá deudor de aquel. Soplo, salto o pase, son las operaciones por las cuales el sujeto
llega a prescindir del significante del padre para atreverse a vivir
Si el significante del nombre del padre inaugura una práctica
en la espesura de su ausencia.
basada en lo simbólico, lo abierto la orientará hacia la ec-sistencia
de lo real, expresado por Rilke como un soplo más, y por Freud como
un más allá del padre. La relación entre la ec-sistencia de lo r e a l y l a
Lo abierto en Heidegger
d i r e c c i ó n d e l a c u r a s e r á f u e r t e m e n t e a c e n t u a d a p o r L a - can hacia el
final de su enseñanza: "El análisis tiene tendencia a alcanzar lo real. El "llamado filósofo" (Lacan, sic), después de haber transitado
Es su asunto, siendo lo real en mi notación lo que es imposible de
El camino del habla", plantea el riesgo de internarse en Los caminos
alcanzar". Y más adelante: "Un significante nuevo que no tendría
del bosque", en esas sendas perdidas que conducen a lo abierto,
ninguna especie de sentido, eso quizá sería lo que nos abriría a lo
donde no hay método y donde todo está por desentrañar.
que yo llamo la ec-sistencia de lo real. ¿Porqué uno no intentaría
Aunque la idea de lo abierto insiste en la obra de Heidegger
formular un significante que, contrariamente al uso que se hace de
desde El ser y el tiempo (1927) como ya lo anunciamos, es en su
él actualmente, tuviera un efecto?"
conferencia "Y para qué los poetas"15 pronunciada en 1946 en
Como se ve, Lacar' termina oponiendo el sentido del
memoria del veinte aniversario de la muerte de Rainer M. Rilke,
significante, producto que requiere de la metáfora paterna, al
efecto de un significante nuevo que, siendo un efecto de sinsentido,
abre el camino hacia lo real. 12. Oscar Del Barco, Exceso y Donación, Biblioteca Internacional Martin Heideg-
ger, Buenos Aires, 2003, pág. 17.
13. Martin Heidegger, De camino al habla, Editorial OcIós, Barcelona, 1990.
11. Jacques Lacan, El seminario. Libro 24. L'insu que sait de l'un-bevue s'aile a 14. Martin Heidegger, Caminos de bosque, Alianza Editorial, Madrid, 1996.
mourre, clases del 19-4-77 y del 17-5-77, inédito. 15. Martin Heidegger, "¿Y para qué los poetas?", ibid., pág. 241.

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HÉCTOR LÓPEZ Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN

donde el tema se especifica y adquiere ese tono poético, casi mís- que la propia vida, al menos un soplo
tico, que caracterizará al último Heidegger. más... Eso nos crea, fuera de toda protección,
Para un psicoanalista, es significativo que esta conferencia una seguridad, allí, donde actúa la gravedad de las
haya sido ubicada por el editor a continuación del artículo "La fuerzas puras; lo que finalmente nos resguarda
frase de Nietzsche: Dios ha muerto". Parece un ordenamiento es- es nuestra desprotección y el que así la volviéramos
tablecido por el inconsciente, pues justamente para que el sujeto hacia lo abierto cuando la vimos amenazar,
se arriesgue a lo abierto sería necesario haber matado previamente para, en algún lugar del más amplio círculo,
al padre, haberse atrevido a salirse de esa carretera principal, para allí donde nos toca la ley, afirmarla.18
inventarse otro methodos (camino).
Tampoco podemos desconocer la influencia de Nietzsche en el En su reflexión sobre el poema, Heidegger destaca lo singular
acercamiento de Heidegger a lo abierto. del Dasein, que consiste en marchar con (subrayado por Rilke) el
"Frente a la acechanza de la univocidad del sentido, Nietzsche riesgo, y de la voluntad (no del interés) de arriesgar más que la
siempre prefirió lo plural, lo contradictorio, lo abierto. Abomina propia vida, al menos "un soplo más". Resulta inevitable recordar
en ese aspecto de todo lo cerrado. De ahí que para él, el lugar del aquí a Freud en "Consideraciones de actualidad sobre la guerra y la
filosofar sea los cielos abiertos, sea las altas cumbres cruzadas por muerte", donde dice que el hombre es guiado más por su pasión
los vientos helados. Sitios de la desprotección, de la soledad, del (así se refiere al deseo inconsciente) que por el interés yoico en su
abismo: pero también territorios de la búsqueda, de lo nuevo".16 autoconservación.
Para este último Heidegger, el lenguaje poético será el único En proximidad con ese riesgo es que se sitúa la experiencia de lo
capaz de habitar el ser, ya no de explicarlo mediante la especula- abierto: "Rilke gusta de llamar con el término lo abierto a esa com-
ción sino habitarlo. Y es a la poesía justamente a la que interrogará pleta percepción a la que queda abandonado todo ente en cuan-
por lo abierto. Se trata de un poema de Rainer M. Rilke que no lleva to arriesgado". [...] "La limitación desvía, cierra la relación con lo
título y al que su autor, en una carta a Clara Rilke fechada en agosto abierto y convierte a esa misma relación en una relación desviada.
de 1924, llama Versos improvisados:17 Lo que encuentra enfrente no le permite al hombre ser inmediata-
mente en lo abierto. En cierto modo excluye al hombre del mundo,
Como la naturaleza abandona a los seres y lo sitúa ante el mundo ."Lo abierto se perfila ya como el espacio
al riesgo de su oscuro deseo no codificado del mundo, como una zona de riesgo donde el sujeto
sin proteger a ninguno en particular en el surco y el ramaje, deja de ser asistido por los servicios del significante. Es el punto
así, en lo más profundo de nuestro ser, tampoco nosotros, donde el neurótico opta entonces por retroceder.
somos más queridos; nos. arriesga. Sólo que nosotros Lo que limita al hombre y le impide habitar lo abierto es para
más aún que la planta o el animal, Rilke el desarrollo de su propia conciencia; así lo expone en una
marchamos con ese riesgo, lo queremos, a veces carta dirigida en su último ario de vida a un lector ruso:
(y no por interés) hasta nos arriesgamos más
16. Ricardo Forster, "Nietzsche y el siglo XIX", en Nicolás Casullo, Itinerarios de
la modernidad, Eudeba, Buenos Aires, 2001, pág. 361.
17. En Martin Heidegger, "¿Y para qué los poetas?", op. cit., pág. 248-249.
17. El término lo abierto (das Offene) había sido empleado con sentido parecido
por Hlderlin en su gran elegía Pan y vino. 18. Martin Heidegger, ibid., pág. 255.

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HÉCTOR LÓPEZ
Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN
"Usted debe entender el concepto de abierto, que he intentado Sólo que el muro no es para Lacan un accidente determinado
proponer, de tal manera que el grado de conciencia del animal por nuestra civilización científica que ha desmesurado la confianza
sitúa a éste en el mundo sin que tenga que enfrentarse per- en la conciencia y en la técnica, sino la función determinante del
manentemente a él (como hacemos nosotros); el animal está en d
mundo, nosotros estamos ante el mundo debido a ese curioso giro lenguaje que impide al sujeto experimentar lo real.
y a la intensificación que ha desarrollado nuestra conciencia. Para Heidegger el muro frente a lo abierto es producto de una
El animal, la flor son presumiblemente todo aquello sin darse sociedad que idolatra a la tecnología y debe ser derribado por un
cuenta y por eso tienen ante ellos y sobre ellos esa libertad ser nuevo. Por algo ya había escrito "La frase de Nietzsche: Dios
abierta que tal vez sólo tenga equivalentes (muy pasajeros) en ha muerto". Si después que hayamos matado a Dios (Así habló
los primeros instantes del amor o en la exaltación hacia Dios. Fe- Zaratustra), todo estará permitido, el hombre dejará de estar ante el
brero 25 de 1926".2° mundo, limitado por la alienación de su conciencia, para final-
mente habitar en el mundo. Resuena aquí la ilusión romántica de
Con estos pocos elementos intentaremos conjeturar por qué el acabar con la alineación estructural del hombre y habitar definiti-
Lacan de la primacía de lo simbólico vacila ante la idea de lo abierto. vamente en la verdad del ser.
Él está por el orden cerrado que introduce el nombre del padre, no John Caputo, quien escribiera "El elemento místico en el pen-
por el riesgo de lo abierto hacia un oscuro deseo. En este momento de samiento de Heidegger" dice: "El mundo en que el hombre habi-
su obra, el deseo inconsciente, que se desliza metonímicamente en ta puede ser conquistado sólo mediante una actitud de apertura
la cadena del discurso, no está aún marcado por la pulsión de hacia el misterio, oculto en la técnica".22
muerte. Es un deseo limpio de goce. Más aún, la función del padre
no es otra que la de unir el desorden mortífero del deseo al ordena- Para Lacan en cambio, la función estructurante de la ley del
miento de la ley, para vivir en la cultura, lejos del mundo natural. padre sitúa a lo real del mundo como una imposibilidad lógi-
Como para Rilke, también para Lacan existe algo que desvía al ca, fuera del sentido. Pero ese soplo más al que nos anima el poeta,
sujeto de lo abierto, y le impide estar inmerso en lo real del mundo, será de alguna manera también el de Lacan en sus últimos se-
dejándolo separado del mundo, ante él. minarios, si no para derribar, al menos para abrir uña brechien
Un epígrafe suyo de la época, no menos poético que el poema el muro. Una práctica destinada a trabajar con el riesgo de lo real,
de Rilke utilizado por Heidegger, nos lo ilustra: será la consecuencia de un pensamiento clínico que busca funda-
mentos y no sólo novedades.
Entre el hombre y el amor,
Continuando con Heidegger, sil referencia al poema de Rilke
hay la mujer. es una forma de denunciar la parálisis, la vacilación, la postergación
Entre el hombre y la mujer, de la acción, como si el hombre estuviera siempre esperando
hay un mundo. obsesivamente la muerte de Dios para decidirse a vivir en liber- -
Entre el hombre y el mundo, tad.,Nos contemplamos, dice, somos sólo nuestra conciencia de
hay un muro. ser, pero no somos nuestro ser. Ya Goethe había denunciado: "La
Antoine Tudal, en "París en el ario 20001'.21 conciencia nos hace a todos cobardes".
20. En Martin Heidegger, ibid., pág. 257.
21. En Jacques Lacan, "Función y campo de la palabra y el lenguaje en psicoa- 22. J. D. Caputo: "Meister Eckhart y el último Heidegger", en Heidegger y la
nálisis", en op. cit., pág. 108. mística, Ed. Paideia, Buenos Aires, 1995, pág. 145.

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Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN
Otro poeta, también de la estirpe de los malditos, Rimbaud, sabía
se cónstituyen en el tripalium26 donde el sujeto sufre la tortura y la
que no vivimos, sino que nos pensamos; en su precoz genialidad, a
mortificación del significante.
los diecisiete arios pudo decir: "la verdadera vida está ausente. No Desde esta perspectiva es obvio que el análisis deberá favorecer
estamos en el mundo". que el nudo se haga bien, antes que ningún tipo de des-sujetamiento.
Por otra parte, es sugestivo que Rilke haya tenido una revelación
Pero Lacan debe haber percibido que esta situación deja para
poética de lo abierto durante su primer viaje a Rusia en compañía
siempre al sujeto bajo el imperialismo del nombre del padre, pues
de Lou Andrea Salomé:
leyendo su obra es posible descubrir que siempre está a punto de
dar un paso más, donde su pensamiento se involucraría con el
"Desde la ventanilla del tren vieron un caballo que en un
riesgo de lo abierto, y con ese oscuro deseo que coloca al sujeto
prado se esforzaba por tomar carrera pese a estar maneado. Esta
más allá de su dependencia del Otro.
imagen se transformaría en un leitmotiv interior del poeta. Sin-
tetiza la voluntad del animal de ser en el tiempo y el espacio sin
barreras, dado, volcado a un mundo abierto"."
Lacan y lo abierto
Tanto los poetas (Hólderlin, Goethe, Rimbaud, Rilke) como los
filósofos (Nietzsche, Heidegger), cada uno a su manera, encuentran
Una lectura retroactiva de Lacan., partiendo de sus últimos semi-
al hombre en esta doliente situación de estar maneado. Para ellos
narios, permite re-encontrar en la trabajosa construcción de los grafos
se trata de una circunstancia históricamente determinada (por el
del Seminario 6, El deseo y su interpretación, y en su escrito con-
discurso de la metafísica, por la técnica, por la cultura) que si bien
temporáneo, "La subversión del sujeto.."., los primeros atisbos de
limitativa hoy, está destinada a ser superada mañana.24 No deja
su relación con lo abierto. El signo interrogativo que abre en su gráfica
en verdad de ser una aspiración romántica, a la que podemos
3 (ilustrado con el ¿che vuoi? de El diablo enamorado)27 le permite
vincular con ese discurso de la libertad al que Lacan critica du-
instalar allí un deseo no localizable en la cadena significante por
ramente en el Seminario 3 tildándolo de delirio moderno.En su enseñanza, el sujeto no puede existir de otra manera que
donde se desplaza, como desasimiento de la demanda del Otro:
"Es este piso sobreimpuesto de la estructura el que va a empujar
maneado. En tanto sus ataduras lo constituyen como tal, se hace a nuestra gráfica hacia su forma completada, por introducirse en
impracticable su liberación sin que al mismo tiempo pierda su ya ella en primer lugar como el dibujo de un punto de interrogación
de por sí precaria consistencia. plantado en el círculo de la "O" mayúscula del Otro, simbolizando
La posterior teoría de los nudos dará cuenta precisamente de con una homografía desalentadora la pregunta que significa".28
la forma correcta en que, para constituirse, el sujeto debe quedar La homografía es desalentadora, por supuesto, pues siendo la
maneado entre las cuerdas de los tres registros: simbólico, imagi-
nario y real, que para tomar una imagen fuerte del semipario 21, 26. El tripalium, empleado por la inquisición, era un instrumento de tortura com-
23. Abel Posse, "Martin Heidegger y el tema de lo abierto", en La Nación, Suple- puesto por tres palos a los cuales el acusado era amarrado mediante cuerdas.
Lacan emplea esta estremecedora imagen para graficar la triple dependencia
mento Literario del 4-2-90.
del sujeto en el campo topológico de los registros que lo constituyen.
24. De ahí que Sartre haya podido vulgarizar la noción de apertura del ser bajo
27. Jacques Cazotte, El diablo enamorado, Editorial Península, Barcelona, 1998.
la idea de libertad humana. 28. Jacques Lacan, "La Subversión del sujeto y la dialéctica del deseo", en op.
25. Jacques Lacan, El seminario. Libro 3. Las psicosis, Paidós, Barcelona, 1984, cit., pág. 326.
pág. 187.
HÉCTOR LÓPEZ Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN
ción de primacía se esboza cuando apenas empezado el Seminario
"O" también el número cero, la pregunta es en verdad un enigma 21, Le non dupes errent, introduce algunas características de lo que
sin respuesta. será el nudo borromeo. Habla de sus redondeles de hilo y de la
Pero es en Hamlet, un caso clínico, que pertenece al mencionado necesidad de un calce entre los tres (simbólico, imaginario, real)
Seminario 6, donde se impone el drama de un sujeto que perma- para ubicar el lugar del punto, noción diferente a todo lo conocido
nece hasta el final ante su acto pero no en su acto. more geometrico. Entonces dice:
Si Hamlet se mantiene todo el tiempo -sin decidir su acción, si
tiene escrúpulos, no es sólo por un apego al deseo de la madre, "Esto parte de otra manera de considerar el espacio y al
sino porque se resiste, si no a desafiar, sí a realizar su acto en au- calificar a esas tres dimensiones (las necesarias para tener el
sencia del padre (muerto ya), a prescindir de él.29 De la misma ma- punto donde las tres calzan) con los términos de simbólico,
nera, en el ejemplo freudiano del profesor universitario que vere- imaginario y real, lo que estoy diciendo es que se los ha hecho
mos luego, el sujeto puede actuar a la sombra del padre, pero se estrictamente equivalentes. [...] Como dimensiones de nuestro
paraliza cuando se trata de actuar "sin el padre". Él tolera la fanta- espacio -nuestro espacio habitado como seres hablantes- esas
sía de prescindir del padre, pero no la realidad de su ausencia. tres categorías son estrictamente equivalentes".

"Porque más allá de la relación con el Otro, para el sujeto se


trata de encontrar en este discurso que lo modela, en este discur- Y un poco más adelante: "Lo importante es que aunque estén
so ya estructurado, su fea, su propia voluntad".30 pintados de colores diversos, esos tres redondeles de hilo son es-
trictamente equivalentes. Tanto lo real como lo imaginario como
En este texto aún habla de un lugar en un discurso ya estructurado; lo simbólico, pueden jugar exactamente la misma función en la
más adelante, ene! seminario 23, el sujeto del hacer (faire), aquél relación a los otros dos".31
capaz de prescindir del nombre del padre, podrá ir más allá de ese En esta breve reconstrucción de un cierto viraje en la enseñanza
discurso que lo modela para hacerse hijo de su propio discurso. de Lacan, encontramos las condiciones para entender la relativiza-
Pero, para seguir el momento de su enseñanza, digamos que es ción que introduce de la función del nombre del padre, y la conside-
fácil observar que aunque Lacan incluya un acto de propia voluntad, ración de la posibilidad de su suplencia y aún de su prescindencia.
o un oscuro deseo más allá del Otro, estamos aún en la primacía de En el Seminario 23, Le sinthome, Lacan introduce una nueva
lo simbólico y en la imposibilidad de concebir la práctica si no es posibilidad de anudamiento del sujeto llamándola suplencia. Se
en la vertiente que ofrece el significante como material simbólico. trata de la compensación de la ausencia del significante del nom-
El momento en que Lacan destituye a lo simbólico de su posi- bre del padre mediante un artificio que opera como un nudo adi-
cional que vuelve a anudar los tres: el cuarto nudo. Este artificio
29. Es importante destacar aquí que en la Revista Conjetural N"22, de Junio de requiere decididamente de un hacer ([aire) del sujeto. Es una nove-
1991, pág. 58, Jorge. Jinkis diferencia taxativamente la pretensión de "superar dad absoluta, herética, cuya demostración, fragmentaria, por mo-
al padre" como deseo neurótico donde se despliega la rivalidad, de la mentos aforística, tiene dos vertientes: Un trabajo sobre la cadena
necesidad de "llegar más lejos que el padre" como objetivo posible del análisis.
Dice Jinkis: "en cualquier caso, es nuestro énfasis, el éxito alcanzado no se
borromea y un estudio sobre la original literatura de James Joyce.
logra como triunfo sobre el padre". Retomaré esta cuestión al final del Es en su obra, sobre todo en su ilegible Finnegan's Wake, don-
presente capitulo.
30. Jacques Lacan, Lacan oral, Xavier Bóveda, Buenos Aires, 1983, pág. 55.

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HÉCTOR LÓPEZ
Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN
de Lacan encuentra que la producción literaria de Joyce cumple ante la perversión del padre, es decir ante su goce, para gozar él
una función anudante hasta entonces totalmente desconocida a la mismo, masoquísticamente, de esta confortable perversión?
que llama nominación.
Lacan da a entender que este amor eterno al padre es en verdad
Este seminario afecta profundamente a la práctica psicoana- un amor al Padre Eterno (Otro absoluto, completo), lo cual hace
lítica, y sobre todo al compromiso ético del analista con respecto
de la obediencia del hijo el cumplimiento de un mandato religioso.
a lo abierto.
No atreverse más allá del padre implica sostenerlo en el lugar de
En principio, es necesario seguir el seminario hasta el final
Dios, es decir del goce absoluto sobre el hijo.
para advertir que se pueden separar y tratar en forma autónoma
¿Cómo hacer para soportar la vida, que según Freud es el deber
las nociones de suplencia y de nominación. La suplencia se efectúa
de todo ser humano, en un mundo donde —al revés del postulado
cuando la función que no cumple el significante paterno por estar
de Dostoievski— si Dios ha muerto, todo está prohibido y donde el noli
forcluido, es tomada a cargo de otro significante capaz de ocupar
su lugar; no necesariamente la nominación es una suplencia tal.
inc tangere (prohibido tocar) que recae sobre la madre se extendería
metonímicamente al infinito, transformándose en un verdadero
La voluntad del sujeto (que no es el interés del yo) o quizá un aná-
lisis conducido hasta su término pueden llevarlo a que su deseo delire de toucher obsesivo?
se atreva a ese soplo más, a esa necesidad de desmanearse del impe- De ninguna manera el análisis podría promover esta limita-
ción cruel sin convertirse en lo que el mismo Lacan denomina una
rialismo instituido del nombre del padre, para darse un nombre
propio, la nominación de un nuevo ego. El inconformismo de mu- religión del padre. En su clase del 13-04-76 lo plantea de una manera
chos analizantes con su nombre llamado de pila sobre todo cuando realmente esclarecedora: "Suponer el Nombre del Padre, por
cierto, esto es Dios".
es el mismo que el del padre, habla a veces de ese deseo de una
Es Freud mismo quien con su mito de la muerte del padre, lejos
nueva nominación, antes que de una rivalidad o de un rechazo al
de inaugurar el ateísmo, establece por el contrario una nueva
padre. Porque darse un nombre propio no significa rivalizar o su-
alianza con la religión del padre. Quien se comporta como un ver-
perar al padre, sino una renuncia al auxilio de un padre supuesto
dadero ateo es Lacan con su propuesta de ir más allá de Freud, no
saber, para correr el riesgo de actuar sin él.
de desconocerlo, sino olvidarse de su presencia.
Llegado a este punto, Lacan no se comporta ya como un padre
severo, ahora invita, sugiere, pero no obliga; en la última clase, la "En esta renuncia a la alianza está el ateísmo reivindicado
del 11-05-76, dice: "Entonces ahí yo trazo, yo franqueo algo que por Lacan en el momento de su excomunión por la 'Iglesia' fundada
no es forzoso que ustedes lo sigan... El "nudo bo" es eso: la san- por Freud, ateísmo que él define así: La verdadera fórmula del
ción del hecho de que Freud hace sostener todo sobre la función ateísmo no es Dios ha muerto —incluso fundando el origen de lafunciódeprsobtFg—la
del padre. El amor que se puede calificar de eterno, es lo que se verdadera fórmula del ateísmo es que Dios es inconsciente. El mito
relaciona con la función del padre.."." de la muerte de Dios es impugnado así porque esa muerte, como
La cuestión del amor eterno al padre es lo que hace que el su- claramente se advierte en Tótem y tabú, sólo viene a reforzar su
jeto sea dominado por un temor sagrado ante la Ley, "que en este existencia, nunca a cuestionarla"."
caso es simplemente la ley del amor, es decir la perversión".
¿Por amor eterno al padre deberá el sujeto quedar sometido
33. Daniel Gerber, "Más allá del sentido", en N. Braunstein (comp.), Las lecturas
de Lacan, Dos velas, México, 1989, pág. 178-179.
32. Jacques Lacan, El seminario. Libro 23. Le Sinthome, clase del 11-5-76, inédito.

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HÉCTOR LÓPEZ Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN

A e s t a c i t a d e D . G e r b e r , p o d e m o s a ñ a d i r l e l a s i g u i e n t e d e L a - can: do 'asevera: "Ser poeta en tiempos de penuria significa: cantando,


Es en esto que el psicoanálisis, de tener éxito, prueba que del prestar atención al rastro de los dioses huidos".36
Nombre del Padre se puede también prescindir de él. "Se puede Pero aquí no se trata de lo que inspira al poeta o preocupa al
muy bien prescindir de él a condición de haberse servido de é1".34 filósofo, por muy sugerentes que sean sus experiencias, sino de lo
Esto, a mi entender, es bien diferente a lo que había llamado su- que interesa al psicoanálisis y compromete al analista.
El origen de la obediencia (y del superyo) es el amor eterno al
plencia del nombre del padre como estabilización de una estructura . .
pre-psicótica. Aquí se trata de prescindir —acción que interesa al éxito padre. En cambio el amor del padre hace posible la instalación de
de un análisis— no de suplir. Sirviéndose de él, indica claramente que la metáfora paterna y de la significación fálica. El primero enca-
no se trata de su forclusión (nadie podría servirse de un significante dena el sujeto al goce del Otro, el segundo es una función nece-
del cual no dispone ni conoce). Se trata más bien de aquello que, saria en el ingreso del sujeto al mundo de la ley donde es arrojado
dados los limites de la función castratoria del padre; él no puede desde aún antes de nacer.
ofrecer ni alentar pero tampoco puede impedir. Es la apuesta de un Es su necesidad de ser amado por el padre, —cuestión que Freud
sujeto particular que renuncia al amor eterno al y del padre para acentúa en el desarrollo del complejo de castración en la mujerv,
asomarse al riesgo de lo abierto. Es necesario fundar a Dios como pero que es también del varón— lo que marca el límite a la posibili-
inconsciente, ser ateo, para liberarse de su presencia superyoica. dad de lo abierto. El sujeto siente horror de arriesgar su nada para
realizar su apuesta. Para pensar esta cobardía femenina del neuró-
Para los poetas, pero también para Freud en su artículo "El hu- tico, Lacan se había referido a la llamada apuesta de Pascal."
mor", entre otros, la posibilidad de esta experiencia estaría limi-
tada a muy puntuales episodios. Heidegger toma de Rilke la idea
de que sólo en pocos momentos de su existencia el hombre es en
el mundo, momentáneamente liberado de su conciencia. Eso ocurre Freud: más allá del padre
en la fantasía de la infancia, en la experiencia del amor erótico, en
Por un lado podemos suscribir esta nueva cita de Gerber:
la alienación del alcohol, de las drogas, y en el éxtasis de la mística.
Entonces se refiere a aquellos que de una u otra forma se han "La interpretación freudiana hecha en Nombre del Padre bus-
atrevido a plantear una relación con lo abierto, opuesta a la expe- ca sujetar al sujeto en análisis a un significante amo del inconsciente,
riencia común del hombre de Occidente: "San Juan de la Cruz, el padre, al abrigo del cual el analista interpreta. Esto supone al Otro
Rimbaud, los poetas chinos, Nietzsche o Hólderlin, forman con como lugar sin falta, suposición que Lacan pretende impugnar
muchos otros, una raza que se rebela contra la perversión metafísica proponiendo ir "más lejos", más lejos de la búsqueda de sentido
de Occidente que empieza a partir de Platón y culmina con la domi- que realiza Freud. Pero ir más lejos a partir del decir mismo de
nación del pensamiento judeo-cristiano y del racionalismo"." Freud, de su decir fundamental: no hay relación sexual" .39
A esta estirpe de arriesgados, Hólderlin la llamó "los guardianes
de la mayor posibilidad, los supremos sacerdotes del dios del vino 37. Martin Heidegger, "1' para qué poetas?", en op. cit., pág. 244.
durante la noche sagrada". Y Heidegger en el artículo cita- 38. Sigmund Freud: "Inhibición, síntoma y angustia", en SR., vol. XI, pág. 55-
56.
34. Jacques Lacan, El seminario. Libro 23. Le Sinthome, clase del 13-4-76, inédito.
39. J. Ferrater Mora: "Pascal Blaise", en Diccionario de Filosofia, Alianza edito-
35. Abel Posse, "Martin Heidegger y el tema de jo abierto", en La Nación, Suple- rial, Madrid, 1980, Vol. III, pág. 2505.
mento Literario del 4-2-90. 40. Daniel Gerber, op. cit., pág. 185.

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Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN

Pero por otro lado, como ya se insinúa en la frase final del pá- cara para el sujeto el cumplimiento de una fantasía incestuosa: su-
rrafo citado, el tema de lo abierto como "ir más lejos que.."., no es
perar al padre, es decir triunfar sobre él.
sólo lacaniano, sus vías están claramente trazadas por Freud en
En un texto anterior: "Los que fracasan al triunfar" (1916),
"Un trastorno de la memoria en la Acrópolis" (1936). La cita vale
Freud también habla de las condiciones paradojales del éxito:
aquí lo que mil palabras:
"Hacía tiempo había advertido que gran parte del placer de "Así pues, quedamos sorprendidos, y hasta desconcertados,
viajar radica en el cumplimiento de esos deseos tempranos que cuando en nuestra práctica descubrimos que hay también quien
arraigan en la insatisfacción con el hogar y la familia [...] enferma precisamente cuando se le ha cumplido un deseo pro-
¡Y ahora estamos en Atenas, parados en la Acrópolis! Real- fundamente fundado y largamente acariciado. Parece entonces
mente hemos llegado lejos". como si estos sujetos no pudieran soportar su felicidad, pues en
cuanto a la relación causal entre el éxito y la enfermedad no pue-
Y citando a Napoleón I: de caber la menor duda".4'
A lo largo del texto, y apoyándose en dos obras literarias: Ma-
"¿qué diría de esto monsieur notre pire si ahora pudiera estar cbeth de W. Shakespeare y Rosmersholm de Ibsen, Freud va descu-
aquí? [...] La satisfacción de haber llegado tan lejos entraña se- briendo trabajosamente la razón del derrumbe psíquico ante el
guramente un sentimiento de culpabilidad: hay en ello algo de éxito. Se trata, esencialmente, del problema de la culpa edípica, es
malo, algo ancestralmente vedado. Trátase de algo vinculado con decir de la rivalidad con el padre que cuando se consuma en éxito
la crítica infantil contra el padre, con el menosprecio que sigue sobre él, es decir, cuando llega el momento en que la fantasía del
a la primera sobrevaloración infantil de su persona. Parecería que sujeto le hacía esperar finalmente la felicidad, se produce un inex-
lo esencial del éxito consistiera en llegar más lejos que el propio pa- plicable fracaso que deviene en enfermedad. "La labor psicoana-
dre y que tratar de superar al padre fuese aun algo prohibido".4 lítica nos muestra que son poderes de la conciencia los que prohíben
No sé si es posible homologar la frase llegar más lejos que el propio a la persona ex traer de la dichosa modificación real la ventaja
padre, con prescindir de su nombre, pero seguramente en ambos casos largamente esperada"»
se trata de desatar ciertos anclajes para asomarse a lo real, a un En todo el desarrollo Freud va reafirmando que el deseo más
campo abierto donde las insignias paternas no pueden servir ya prohibido, pero al mismo tiempo más anhelado, es el deseo de
de referencia única. Cuestión dicha entre líneas en el párrafo superar al padre, reemplazarlo, sucederlo, para ir más lejos que
citado, cuando Freud se refiere a la insatisfacción de permanecer él. Pero cuando ese deseo queda atrapado en la rivalidad edípica,
con los padres y con la familia. por más legítimo que sea tratar de ocupar un lugar paterno en la
Freud marca claramente una diferencia entre llegar más lejos • sucesión de las generaciones, se convierte en fuente de fracaso y
que el padre, condición para alcanzar el éxito, y superar al padre que neurosis. Freud también recurre a su experiencia:
permanece como prohibido. El éxito, -que también podría ser el
del análisis-, se convertiría así en prohibido sólo cuando signifi- "Otra de mis observaciones clínicas se refiere a un hombre muy
respetable, profesor auxiliar de una Universidad, que había acari-
40. Sigmund Freud: "Un trastorno de la memoria en la Acrópolis", en. BN. T.
41. Signumd Freud, "Los que fracasan al triunfar", en BN., T. II, pág. 1085.
III, pág. 359.
42. Sigmund Freud, ibid, pág. 1086.

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ei,a14,3
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ciado, a través de muchos arios, el deseo, perfectamente explica- esa nostalgia no es paralizante sino la condición necesaria para dar
ble, de suceder en la cátedra al profesor que había sido su maestro un salto que sea auténtico y no un acting-out. Que sea un más allá
y le había iniciado en su especialidad. Mas cuando al jubilarse el del padre sin que eso implique necesariamente un triunfo sobre él.
anciano profesor fue él designado para ocupar su puesto, comenzó Se produce entonces algo paradoja!: prescindir del nombre del
a mostrarse indeciso: disminuyó sus merecimientos, se declaró padre moviliza una culpabilidad útil que lo afirma como ley me-
indigno de la confianza que en él se tenía y cayó en una melancolía diante una obediencia retrospectiva. Es así como lo quieren los
que le excluyó de toda actividad en los arios siguientes"." últimos "Versos improvisados" de Rilke: "...para, en algún lugar
El párrafo final, que resume todo el texto, no deja lugar a dudas del más amplio círculo, allí donde nos toca la ley, afirmarla".
con respecto a la línea argumentativa de Freud, que por otros Por lo tanto, no se trata de una voluntad desenfrenada, como
caminos, coincide con lo expuesto en su texto sobre un trastorno la del caballo maneado de Rilke; no es un riesgo sin reglas, sin
de la memoria en la Acrópolis. Sólo que en éste, realizando una ley; es necesario servirse del discurso del padre, aceptar las leyes
suerte de autoanálisis, da cuenta de los mecanismos por los cuales del significante, para traspasar su límite y arrancarles una posibi-
se puede ir más lejos que el padre, mientras que en el otro, descubre lidad más. Llegar a alg-ún lugar del más amplio círculo no significa
las causas de los fracasos en ese salto a lo abierto: renegar de la ley, sino afirmarla.
Lacan toma el ejemplo de Joyce; su Finnegan's Wake sólo en
"La labor psicoanalítica enseña que las fuerzas de la con-
apariencia es un galimatías. No es un corte de Joyce con el len-
ciencia que hacen enfermar a ciertos sujetos a causa del éxito,
guaje; es un traspasar, llegar más lejos que los límites impuestos
del mismo modo que la generalidad enferma a causa de la pri-
por el vocabulario, la gramática y la sintaxis de la lengua inglesa
vación, se hallan íntimamente enlazadas al complejo de Edipo,
para inventarse un nuevo artificio significante que es, en verdad,
a la relación del individuo con su padre y su madre, como acaso,
un arduo y trabajoso hacer combinatorio de varias lenguas, vivas
también en general, nuestro sentimiento de culpabilidad"."
y muertas. Sus libretas numeradas con miles de términos y notas
La alusión, dos veces repetida, a los poderes o fuerzas de la de distintos idiomas así lo testimonian. Joyce se inventa una nueva
conciencia dejan entrever la figura del superyo castigando al realidad simbólica que opera como su nombre propio para la
sujeto por su deseo edípico puesto en juego en su triunfo. posteridad. "El nombre que le es propio, es eso lo que él valoriza
Si leemos simultáneamente los dos textos freudianos, encontra- a expensas del padre".45
mos que el riesgo de lo abierto no se asume rivalizando, ni renegando, Joyce es para Lacan un ejemplo de suplencia con respecto a la
ni forcluyendo el nombre del padre, sino sirviéndose de él. Enten- falta de un significante primordial: el nombre del padre.
demos entonces que una cosa es la culpa martirizante impuesta Pero, si tenemos en cuenta la diferencia subrayada antes en-
por el superyo y otra diferente la nostalgia por el padre. Esta última tre este mecanismo de suplencia y aquél otro de nominación, creo
indica su vigencia operatoria en la estructura del sujeto bajo la for- que el concepto se enriquece, pues se hace posible entender que la,
ma de amor inconsciente al padre, a pesar de haber llegado más le- función de nominación puede apartarse totalmente del campo de
jos que él. ("Qué diría nuestro padre —muerto— si supiera...") Pero la psicosis y plantearse en la dirección de toda cura, como el en-
cuentro del sujeto con su propia voluntad, su feel, en relación no
con el sentido, sino con un nuevo significante surgido en el análi-
43. Sigmund Freud, ibid, pág. 1085.
45. Jacques Lacan, E/ seminario. Libro 23. Le Sinthome, clase del 10-2-76, inédito.
44. Sigmund Freud, ibid, pág. 1093.

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sis. El final del análisis sería una manera de situarse en el más am- Y aquí sí nos encontramos con Freud. El no manipuló su síntoma
plio círculo, para afirmar una nueva ley que sin ser la del padre, para seguir gozando de él, ni tampoco metaforizó ningún saber an-
no es sin el padre. No es sin la nostalgia por él. terior. Creó un artificio simbólico, el psicoanálisis, que sin embargo
Lacan, poniéndose como ejemplo, dice de sí mismo: "Fundar tiene las más estrechas relaciones con lo real, porque justamente se
un nombre propio es una cosa que hace subir un poquito vuestro arriesgó en lo abierto, en lo que aún no era. Los orígenes del
nombre propio. El único nombre propio en todo esto es el mío".154 psicoanálisis están marcados por esa diferencia suya con Breuer,
Lo dice en el momento en que está diferenciando su topología quien ante la emergencia del deseo inconsciente en Anna O., retro-
como significante nuevo, de la noción perimida de modelo según cedió con horror. Si hoy el psicoanálisis lleva el nombre propio de
Lord Kelvin. ¿Es la topología, con toda su legalidad, el "más am- Freud es porque él se atrevió a ponerle nombre a ese real, a
plio círculo" alcanzado por Lacan? afirmar su legalidad, a simbolizarlo. Lo llamó la transferencia.
Pero, ¿qué mejor y más acabado ejemplo que el de Freud? Por otra parte, la construcción de la teoría es un haberse servido
¿No lo dice él mismo acaso en esa especie de confesión última de todo el discurso científico y cultural de su tiempo, no para to-
de un hombre que arriesgó su apuesta? Me refiero a la carta abierta marlo como tesis de su propia antítesis para lograr una nueva sín-
a Romain Roland, "Un trastorno de la memoria en la Acrópolis", tesis, sino para inventar un nuevo significante que tenga un efecto:
citada anteriormente. por eso el psicoanálisis pudo estar en el mundo, a pesar de la in-
Antes de volver sobre ella, una breve digresión para referirme comprensión y el rechazo, y no permanecer indefinidamente ante
a lo que creo es una diferencia, más aún una oposición, entre este el mundo, destino frecuente de redusión en los libros que nadie
prescindir del padre y lo que Lacan al ario siguiente llama saber lee. La obra freudiana, que fue juzgada por el ambiente científico
hacer con el síntoma. De este últilho dice: "Conocer su síntoma de su época como rechazo de la legalidad instituida por el signifi-
quiere decir saber hacer con, saber desembrollarlo, manipularlo. cante, de toda la docta ignorantia de los sabios, inventó sin embargo
Lo que el hombre sabe hacer con su imagen, corresponde por al- un artificio, el inconsciente, que finalmente terminó afirmando la
gún lado a esto, y permite imaginar la manera en la cual se desen- más estricta legalidad y encontrando un lugar en el mundo.
vuelve con el síntoma. [...] Saber hacer allí con su síntoma, ése es ElugarqeocupanelacivzónesoujtqeM-iche! Foucault llamó instauradores de discursividad, entre los
el fin del análisis. Hay que reconocer que esto es corto".47 cuales se encuentra Freud, se debe a que ellos son precisamente los
Saber hacer con el síntoma es en verdad, sacar de flaquezas, que supieron prescindir del nombre del padre para darse un
virtud, y esto ciertamente es algo un tanto corto. Se trata de re- nombre propio. Crearon algo nuevo que lleva su nombre, pero ellos
construir la relación con el mundo sin verse obligado a evacuar se diferencian por haber abierto el espacio para otra cosa que sí
totalmente el goce del síntoma. mismos.'"
Habría entonces un final de análisis corto y un final de análisis Es decir que en esta operación de nominación no es suficien-
(alargo?) que es también un saber hacer, pero arriesgado hacia lo te con darse un nombre (eso podría hacerlo también un psicótico,
abierto: saber hacer un artificio, convertirse en un artífice por la
creación de algo nuevo, no por la identificación con el síntoma." sujetos encuentran a su neurosis, o a su pre-psicosis, en la adhesión auto-
mática a sectas, religiones, ideologías o teorías, incluso Escuelas, sin que
46. Jacques Lacan, El seminario. Libro 24. L'insu que sait de l'un-bevue s'aile a nada puedan producir más allá de la repetición de las consignas que unen
mourre, clase del 16-11-76, inédito. al grupo. Son formas exitosas del "como si".
47. Jacques Lacan, ibid. 49. Michael Foucault: "¿Qué es un autor?", en Revista Conjetural N"4, Editorial
48. Identificación con el síntoma puede ser, por ejemplo, la solución que ciertos
. Sitio, Buenos Aires, Agosto de 1984.
HÉCTOR LÓPEZ Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN

Schreber, por ejemplo, que en su libro narra cómo el Otro le dio nador, pero antes es el que recibe el don de un nuevo ego, de un
un nuevo nombre: la mujer de Dios), sino que es necesario abrir nuevo nombre.
un espacio simbólico para algo diferente a sí mismo, como es el En palabras de Althusser:
caso de Marx, de Freud, que introdujeron en el mundo no sólo un
"Desde antaño, a todo niño se le atribuye un padre, y cuan-
nuevo discurso sino un nuevo funcionamiento de la realidad.
do se trata de un niño prodigio, los padres se disputan su pa-
Un nombre propio puede aparecer como algo insensato, es-
ternidad. [...] Sabemos que durante el siglo XIX nacieron dos o
candaloso, incomprensible, pero no puede permanecer eterna-
tres niños a los que no se les esperaba: Marx, Nietzsche, Freud.
mente así. Para que realmente tenga un valor nominativo del su-
Hijos "naturales", en el sentido en que la naturaleza contradice
jeto, debe tener las propiedades necesarias para ser reducido a un
las costumbres, el derecho, la moral y el buen vivir: la naturaleza,
nombre común, es decir a un nombre que si bien instaurador, tenga
o sea la regla violada, la madre soltera, es decir la ausencia de
las condiciones necesarias para aceptar los límites que el sentido padre legal. La Razón Occidental, a un hijo ilegítimo se lo hace
termina imponiendo al efecto del significante nuevo. El artificio que pagar caro. Marx, Nietzsche, Freud, para poder sobrevivir
nombra al instaurador, deviene nombre común cuando ya no tuvieron que saldar su cuenta a un precio enorme: condenas, re-
designa a uno sólo, sino a varios unidos en una empresa común. chazos, injurias, miseria, hambre y muerte o locura.
Schreber jamás hubiera podido lograr eso con su delirio. Hablo sólo de ellos porque dieron origen a ciencia o a crítica.
La particularidad de los instauradores de discursividad según V] Consideremos simplemente la soledad de Freud en su época.
Foucault es que no sólo han producido su propia obra, sino algo No me refiero a la soledad humana, me refiero a su soledad
más: la posibilidad y la regla de formación de otras obras. Es decir, teórica. Porque cuando quiso pensar, es decir, expresar bajo forma
ellos establecieron una posibilidad indefinida de discurso. Sólo de de sistema riguroso el descubrimiento extraordinario que
esta forma puedo entender lo que dice Lacan del nombre propio, encontraba todos los días en su práctica, quiso buscar precedentes
"que no desemboca más que en una cosa, esto es en hacer volver a teóricos, padres en la teoría y no los encontró; tuvo que so-
entrar el nombre propio en lo que es del nombre común"?' meterse y ordenar la situación siguiente: ser su propio padre".51
Es notable que mucho antes del seminario 23 de Lacan y de la Esta cita es un digno final, en tanto anticipa todos los riesgos
conferencia de Foucault, haya sido un filósofo, Louis Althusser,
del atreverse a ir más allá del padre, las exigencias discursivas que
en 1966, el primero en ubicar a Freud como padre pero al mismo
impone el encuentro con lo abierto, y el rasgo sobresaliente del hacer
tiempo hijo del nuevo dispositivo creado por él, haciendo inteli-
gible lo que diría Lacan doce arios después acerca de que saber
(faire) un artificio como un hacer sin padre, en soledad, pero
destinado finalmente a un nuevo lazo social en el mundo.
prescindir del nombre del padre es hacerse hijo del discurso. Se en-
¿Que hubiera dicho monsieur notre pére? Queda como la incóg-
tiende: hijo de su propio discurso elevado a la función de nominación.
nita del deseo del Otro, porque el atrevimiento del hijo de llegar
En este sentido, Freud no es tanto el padre-agente del psicoaná-
más lejos queda fuera del cálculo del padre, de lo que él había pre-
lisis, como el hijo-efecto del discurso que él creó en un evento-
visto de y para su hijo.
apropiador (Ereignis). No es él quien se nombra como creador,
al modo de Schreber que se nombra mujer, sino que es el discurso
psicoanalítico el que lo reconoce como su artífice. Él es el do-
51. L. Althusser, Freud y Lacan, Cuadernos Anagrama, Barcelona, 1966, págs.
50. Jacques Lacan, El seminario. Libro 23. Le sinthome, clase del 10-2-76. 13-14.

104 105
CAPÍTULO 5

El salto y la metáfora

... "y el salto sea".


HEIDEGGER

El parentesco en el pensar
La palabra salto es empleada con insistencia por Lacan en la
clase 10 (21-02-68) del Seminario 15 El Acto psicoanalítico, para re-
ferirse al fin del análisis y al pase. ¿Se trata de un simple empleo
figurado, tal como aparece cada tanto en sus otros Seminarios
desde el 1 al 26? ¿O es más bien aquí un tema específico, derivado
del término salto (Sprung) que Heidegger utiliza como "palabra
conductora del pensar" en los Beitrüge (Aportes a la filosofta. Acerca
del evento, 1938)1, en Identidad y diferencia, capítulo: "El principio
de identidad" (1957), y en Besinnung (Meditación)?
Debemos examinar más de cerca la cuestión, ya que Lacan, en su
particular empleo del término parece entablar una conversación con
Heidegger. Podría haberla sido con Kierkegaard -quien también
hizo del término salto un tema filosófic&-, pero todo nos indica en
el seminario citado que la referencia implícita es Heidegger.
1. Martin Heidegger, Beitrtige zur Philosophie. (Vom Ereignis), Gesamtausgabe, B
65, Klostermann, Frankfurt a. Main, 1989. Hay traducción española: Aportes
a la filosofía. Acerca del Evento, Biblioteca Internacional Martin Heidegger,
Buenos Aires, 2003, traducción de Dina V. Picotti.
2. Kiergegaard emplea el término salto en El concepto de la angustia (Editorial
Espasa-Calpe, Buenos Aires, 1946) para referirse al pasaje del estado de ino-
cencia donde todo y nada es posible al mismo tiempo, al descubrimiento de
la libertad de elegir entre el bien y el mal. Entre la inocencia, caracterizada
por la angustia, y la libertad caracterizada por la culpa, hay un salto, un
cambio cualitativo.

1(17
HÉCTOR LÓPEZ
Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN
Por eso nuestro trabajo pretende ser una lectura lacaniana del
como horizonte del análisis. La obra de Lacan se distingue de todo
epígrafe: "... y el salto sea", verso de Heidegger que aparece en aquello que insinúe ideas de continuidad o progreso hacia una sub-
unos párrafos poéticos de su obra Besinnung (Meditación).3 jetividad cada vez más consciente de sí (me refiero sobre todo al
El parentesco en el pensar —como denomina Lacan a su afinidad ideal del Selbstbewusstsein hegeliano), haciendo resonar, en cambio,
con Heidegger— consiste en la preocupáción de ambos por la de- significantes tales como corte, acto, paso al límite, salto, castración.
terminación de las condiciones de la verdad del ser, no sólo del En este punto, el de la discontinuidad, el parentesco con Heide-
sentido del ser del ente (Sein), sino de la esencia del Ser (Seyn) gger salta a la vista. En el camino hacia el otro pensar, los términos
como determinación de todo ente. Cuestión que para ambos per- que el filósofo emplea como palabras conductoras, por ejemplo
manece en el estatuto de cuestión, es decir de aquello indecidible
Ereignis (acontecimiento apropiador), Kehre (torsión, giro), Das
que, a diferencia de un problema que puede ser resuelto, sólo puede
Offene (lo abierto), salto (Sprung), y otras, implican la descons-
plantearse como interrogante.
trucción (Destruktion), el corte y la torsión de todo el saber meta-
Cuando se trata del develamiento (alétheia)' del ser, Heidegger
físico acumulado por la filosofía desde los clásicos: "Este saltar
rechaza que se trate de buscar alguna propiedad esencial del ente;
de lo uno a lo otro (de la pregunta por el ser del ente a la pregunta
él habla de donación del ser, introduciendo así tanto la dimensión no por la verdad del Ser, HL) no es para Heidegger un movimiento
subjetiva del Dasein como el lugar del Otro donador. Este es, en sus progresivo de un principio al otro con el que se busca un saber cada
términos, el abismo encontrado en el nivel del fundamento del ser. vez más sólido y seguro..."5
Lacan rescata este verdadero salto del pensamiento, que deja En el término Sprung (salto), podemos reconocer el eje común
atrás toda una tradición filosófica que había hecho de la sustan- entre ambos autores, siempre y cuando no idealicemos las simili-
cialización del cogito, el cimiento del ser. Pero al mismo tiempo, tudes ni despreciemos las diferencias.
no deja de ubicar a Freud "como preludio de esa nueva puesta en Situándonos en el campo doctrinario, el salto, tanto en Heide-
tela de juicio de la situación del hombre en el ente.. ."4 . como en Lacan, no es un paso más en el camino de la evolu-
gger
Es innegable que Lacan, desde el inicio de su enseñanza, viene czón de la filosofía o del psicoanálisis. Por el contrario, en ambos
haciendo una lectura de Freud, que con Heidegger o sin él, "va al se trata de un salto del pensamiento hacia atrás (hacia los anti-
corazón del ser" (Kern unseres Wesens), donde encuentra no la guos griegos o hacia Freud), por donde se hace evidente que saltar
esencia de un sujeto en sí, sino un vacío central que identifica con hacia atrás es la manera más propia de ir hacia delante.
lo más exterior: lo Otro en mí. Se trata de un efecto de retroacción que difunde una luz nueva
y resignifica todo el campo de la racionalidad, restituyendo la
La paradoja de concebir al ser como habitado por lo Otro, esto
lógica de la sincronía en la dispersión diacrónica y anárquica de los
es: el Lenguaje y la Ley, habla de un salto que transforma las pers-
discursos.
pectivas de la clínica psicoanalítica. Acaba con el ideal dialéctico de
Tanto el retorno a Freud de Lacan, como el retorno de Heidegger
obtener la unidad del ser —la superación de su división como suje-
al pensar originario son el salto que entreabre la revelación de la
to—, e introduce la destitución subjetiva, ya veremos de qué modo,
verdad del ser, su esenciarse como evento; en el psicoanálisis, como
3. Martin Heidegger, Besinnung (fragmentos), en Imago-Agenda, N" 57, Mar- verdad del sujeto hablante (parlétre) único ser que concibe Lacan, y
zo 2002, Editorial Letra Viva, Buenos Aires. en la filosofía como acontecer (Ereignis) del ser. Todo el
4. Jacques Lacan, "La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde 5. Carlos Másmela, Martin Heidegger: El-tiempo del Ser, Editorial Trotta, Ma-
Freud", op. cit., pág. 212. drid, 2000, pág. 171.

1 ns
HÉCTOR LÓPEZ Lo FUNDAMENTAL DE HE1DEGGER EN LACAN

libro de Heidegger citado: Aportes a la filosofía. Acerca del evento, se podría decir que en suma todo está hecho en la ordenación del
de tanta importancia como El ser y el tiempo, está dedicado preci- psicoanálisis, para disimular qué es un salto..."
samente al esenciarse del Ser (Seyn) en el evento (Ereignis). Allí se El discurso de los analistas se resiste a incluir la cuestión de la
trata del salto de un primer comienzo (el acaecido con la filosofía relación entre final de análisis y pase, es decir, de cómo es que un
presocrática), a un segundo comienzo, el que nos reclama. "Este analizante deviene analista, no mediante una consagración, sino
tránsito es a la vez el arranque para el salto, sólo a través del cual • como efecto del acto psicoanalítico. Ellos sólo quieren ser consa-
un comienzo y sobre todo el otro, como constantemente aventajado grados por la institución al cabo del análisis didáctico.
por el primero, puede comenzar".6 Por lo que vale preguntamos: el salto que transpone esta hiancia,
En Heidegger el salto forma parte de la.historia del pensar, ¿se da en el campo de la relación transferencia' o fuera de ella?
mientras que en Lacan se trata del salto en el seno de la experien- Recurriendo por nuestra cuenta a una noción freudiana, digamos
cia analítica, específicamente del fin de análisis entendido como que el salto implica la liberación de la transferencia, operación que
pase. Es el planteo del Seminario 15v, donde el pase no es aborda- Freud sitúa como el efecto fundamental del final de análisis.'
do en tanto dispositivo de escuela —anunciado en la Proposición del Tal liberación se transforma en Lacan en el salto que va del Su-
ario anterior—, sino en tanto aquella particular experiencia de fin jeto Supuesto Saber a la castración en el Otro, o en los términos
de análisis que hace de un analizante, un analista. Entre ambas del Seminario citado, disyunción entre —9 y objeto a explicando
posiciones no existe continuidad, sino hiancia, por lo cual se hace que esta operación culmina en la castración (-9) del lado del arta-
necesario introducir la noción de salto. lizante y de la eyección del analista al lugar de resto: objeto a.
El salto es una experiencia sin puente dice Heidegger en un co-
mentario de Nietszche, mientras que Lacan, en el mismo sentido, Si Heidegger habla de un salto del ente al ser, es para indicarnos
que entre ambos tampoco hay continuidad, sino, en sus términos,
advierte sobre la pequeña pasarela, bien cómoda que tienden las ins-
abismo.
tituciones para evitar el salto.
En nuestro lenguaje, esto quiere decir que el salto no puede
nunca ser asumido totalmente por un sujeto, hay algo siempre
que escapa a su decisión o voluntad.
Salto y fin de análisis
Por eso en Lacan las cosas se plantean de otro modo: el salto,
En el Seminario mencionado, Lacan se refiere al salto para ad- en tanto implica la castración (la destitución del Sujeto supuesto
vertir, en principio, contra un final de análisis sin riesgos, que cul- Saber), es un salto a la falta en ser (manque á étre), y salto del ser.
minaría en la unidad de la identificación con el analista. al reconocimiento de su propia carencia, de tal modo que el Dasein,
Habla entonces de la evitación del salto, de su rechazo, y de la el ser ahí, el ser arrojado fuera de sí, no es otra cosa, para él, que el
tendencia, tanto en la clínica como en la interrogación del analista, objeto a.9
a taponar la hendidura del salto: "Muchas cosas se han hecho, 8. Sigmund Freud, Lecciones de introducción al psicoanálisis, Lecciones 27 y 28
"La transferencia" y "El tratamiento psicoanalítico", en SR. Volumen V.
9. Todo lo que gira en torno del objeto a en Lacan, se explicita de un modo
6. Martin Heidegger, Aportes a la filosofía. Acerca del Evento, Biblioteca Interna- radical en términos de ser (el objeto a, nuestro único Dasein, según su propia
cional Martin Heidegger, Buenos Aires, 2003, pág. 190. formulación). Cf. Franlois Balmés, Lo que Lacan dice del ser, Amorrortu, Bue-
7. Jacques Lacan, El seminario. Libro 15. El actV psicoanalítico, clase del 21-02- nos Aires, 2002, pág. 13. Lacan trata estas articulaciones en el Seminario 14,
1968, inédito. La lógica del fantasma, clase 1 del 16-11-1966.

111
HÉCTOR LÓPEZ Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN
Se trata de la imposibilidad de ser uno, que Lacan plantea aquí se produce la consagración del candidato.12 El pase se opone a
invirtiendo la fórmula sustancialista del cogito cartesiano del si- toda forma de consagración, así como el final de análisis se opone
guiente modo: "soy donde no pienso, pienso donde soy"; que no al Sujeto supuesto Saber. Si el analista favorece la caída del
deja otra alternativa al sujeto sino la de ser en el no ser de un pen- Sujeto supuesto Saber, genera la hiancia que hará posible el salto.
samiento que piensa donde él no es: el inconsciente. Se trata del De lo contrario, al analizante sólo le queda el acto de fe: su deve-
Gedanken (pensamiento) freudiano de La Interpretación de los sueños, nir analista se transforma en una consagración oficial (Officiel), o
como puro trabajo (Arbeit) del inconsciente y que, plasmado como mejor: Official, es decir, oficiada por el dignatario que el Código
formación, representa al sujeto al precio de hundirlo en la Canónico designa para celebrar la consagración, en nuestro caso,
imposibilidad de ser (ser de no ente). Es decir, el salto fracasa en la el analista didacta.13
aprehensión del ser, en la medida que no es el sujeto el que sabe En la medida que no hay continuidad entre la posición del
del salto, sino el salto, del sujeto. analizante y la del analista, la cuestión es dilucidar cómo se pro-
Por eso el salto en tanto acto de pase de analizante a analista duce esa discontinuidad (hiancia) en un sujeto particular, ha-
se diferencia de todo lo que sea elección, decisión u opción, de un ciendo posible, aunque no obligatorio, el salto. Creemos que tal
sujeto. El análisis no es una pasarela que conduzca a la elección discontinuidad se establece como efecto de la liberación de la
profesional de ser analista: transferencia, esto es, de la caída del Sujeto supuesto Saber, que a
diferencia de su aparición al principio del análisis, no es espontá-
"Visto desde la perspectiva que tratamos de establecer,
nea: requiere de alguien cuyo deseo lo anime a ocupar el lugar de
elección u opción, todo se resume como siendo en el fondo
objeto causa de la división del sujeto analizante. Es una función
más o menos del mismo orden, desde el momento que eso su-
que está ya presente embrionariamente desde el inicio mismo del
pone siempre intacto, no puesto en cuestión, al Sujeto
análisis. Que el analista "paga con sus palabras"14, significa que
Supuesto Saber. En las formas de elección que los aristócratas
acepta ser desposeído de la dominación del sentido. Se convierte
declaran ser las más estúpidas, a saber las elecciones
en un ser indigente que ha cedido sus palabras al efecto de in-
democráticas, no se ve por qué serían más estúpidas que las
terpretación que se constituye en el otro, no desde él. Este movi-
otras. Simplemente suponen que 'la base' como se dice, el
miento ya implica una decisión de ocupar el lugar del objeto a, en
votante, el elemento, sabe un montón. No pueden apoyarse en
la medida que un ser desposeído de su palabra queda reducido,
otra cosa, es a su nivel que se pone al sujeto supuesto saber. Se
puntualmente, a una condición de semblante de objeto.
dan cuenta que mientras el sujeto supuesto saber esté allí, las
Estonquierdcquelaniztehgélsolatre.La-can define el análisis como aquello que se realiza con un
cosas son siempre muy simples". 10
analista y agrega: entiendan ese con en un sentido instrumental. El
Esa simpleza consiste en hacer del pase una operación buro- analista entonces no es agente de la operación, sino objeto que se
crática idealizada, al modo en que las elecciones democráticas
idealizan el voto de los ciudadanos como sabern, a partir del cual 13. Candidato es también la denominación que la I.P.A. otorga a los aspirantes
en análisis didáctico.
14. En esta violenta ironía, Lacan equipara la institución psicoanalítica a la
10. Jacques Lacan, El seminario. Libro 15. El acto psicoanalítico, clase del 21-02- institución religiosa.
1968, inédito. 14. Jacques Lacan, "La dirección de la cura y los principios de su poder", en op.
11. Recordemos la frases vacías de la democracia como "el pueblo nunca se cit., pág. 219.
equivoca".

11A
HÉCTOR LÓPEZ
Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN

presta a dejar de ser para convertirse en instrumento." Su ser, que lizante implica necesariamente la posición transferencia!, es decir,
no es otra cosa que falso ser como dice Lacan del fantasma, es lo la suposición de que hay sujeto del saber inconsciente: Sólo el
que queda fuera del juego. Así lo entendió Freud desde el inicio, analista, aceptando su des-ser, puede favorecer lo que Freud llama
cuando al comentar la escena de aquella paciente que al término la liberación de la transferencia, que no consiste en liberar al sujeto
de una sesión de hipnosis le tendió los brazos al cuello, dijo: "ella de la transferencia para ubicarlo en la realidad, sino en liberar a la
me tomó por otro" y agregó humorísticamente: "yo no soy transferencia de la ocupación libidinal en el analista. Es la con-
unwiderstehlich (irresistible hasta ese punto)". dición del final de análisis, todo lo contrario a la identificación,
como sucedería en el caso de un buen discípulo con el maestro.
Heidegger, aún sin las catégorías psicoanalíticas, no se dejó Pero la liberación de la transferencia no es todavía el salto por-
llevar por la exaltación del hombre de la conciencia; para él, el que una cosa es que el analista sea liberado de la transferencia
salto tampoco es una decisión del sujeto: "El salto no es un movi- para pasar a ocupar su lugar de a, y otra es que el analizante esté
miento que dependa del quehacer humano ni de su decisión", así animado de un deseo de tomar el relevo, de ser él ahora quien to-
comenta Carlos Másmela'6 un pasaje de Beitrüge zur Philosophie. mará ese lugar, a sabiendas de su destino de Dasein como analista,
(Vom Ereignis). Si según Heidegger el salto no engaña, es precisa- esto es: que será objeto arrojado a la indigencia.
mente porque no es una acción humana; entre el hombre y el salto, Así dice Lacan:
hay la hiancia, como condición previa al evento del ser.
Si el salto no es elección del sujeto sino operación a producir "Pero de lo que se trata, —y por otra parte no es la primera vezquinstobradcólmodelact—
en el análisis para concluir en la disyunción que deja al analizante es del acto por el cual un sujeto da a ese acto singular su más ex-
en posición de sujeto dividido, atravesado por --4), la castración, y traña consecuencia, a saber que sea él mismo quien lo instituya,
al analista en posición de objeto a, ¿bajo qué forma se produce esa dicho de otro modo que se proponga como psicoanalista. [...] él
operación? Lo que dice Lacan del psicoanálisis officiel, permite en- toma esta posición, sabiendo muy bien cuál es la consecuencia
tender que se trata de lo que ese psicoanálisis precisamente des- de ese acto, que él se haga el lugarteniente de eso cuyo fin él co-
conoce: el atravesamiento del fantasma: "Se hará cualquier cosa, noce, a saber que poniéndose en el lugar del analista, llegará fi-
llegado el caso, incluso se dará un salto a condición de que, sobre nalmente a ser, bajo la forma del a, ese objeto arrojado".'7
lo que hay que atravesar (cursivas me pertenecen) haya una especie Debemos aclarar que no se trata de una identificación del ana-
de cobertura tendida que no deje ver qué es un salto". lista con el objeto a, sino de saber ser semblante de a; de lo contrario,
Esta orientación institucional engendra la resistencia, no del identificado al objeto a caería en una posición masoquista que lo
analizante sino del analista. Porque de lo que se trata es de si el convertiría en impotente para intervenir con su acto.
analista favorece o no el atravesamiento del fantasma, ¿de qué Si el des-ser está en juego en el lugar del analista es porque el
fantasma? Del fantasma de ser un eterno analizante. Y ser ana- deseo del analista es, en términos hegelianos, un deseo de "deve-
nir otro que sí". Deseo de diferencia absoluta según Lacan, ¿con qué?
15. Desinteresarse de su ser es la consigna de Lacan a los analistas en "La Dirección ¿con quién? ¡consigo mismo!
de la cura y los principios de su poder", en op. cit. pág. 219), lo cual nos sugiere
una regla: permitir que el paciente se analice antes que pretender analizarlo. 17. Jacques Lacan, El seminario. Libro 15. El acto psicoanalítico, clase del 21-02-
16. Carlos Másmela, Martin Heidegger: El tiempo del Ser, Editorial Trotta, Madrid, 1968, inédito.
2000, pág. 171.

114
HÉCTOR LÓPEZ Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN
Entendemos la cobertura del salto como un efecto de la trans- ditación (Besinnung) es el instrumento para construir el discurso
ferencia (S.s.S.) en tanto resistencia al atravesamiento del fantasma que habla del ser, pero a partir de este giro, la verdad del ser ya
y sus consecuencias: el deber (Sol!), planteado ante el sujeto, de no será dicha por la filosofía, sino que hablará, ella misma, a través
asumir la pérdida —que ya era— del objeto de goce. No por nada de la palabra poética.
Freud situó hacia el final del análisis la emergencia de la Reacción Lacan no se interesa tanto en los poetas, al menos no tanto
Terapéutica Negativa: negación del riesgo que acompaña al sal- como Heidegger, ya que encuentra la póiesis del inconsciente es-
to en la medida que éste obliga al abandono de las identificacio- tructurado como un lenguaje en la humilde simplicidad de la
nes que funcionaban como falso ser. El falso ser, según Lacan, es la asociación libre donde habla esa voz de nadie que invoca Valéry.
identidad del fantasma, pero el salto al ser, o del ser, es el atrave- Las leyes de ese inconsciente son poiéticas, si así puede decirse, y
samiento de ese falso ser, para encontrarse ¿con qué? Seguramente su función es transponer (Entstellung) la carencia de ser constitutiva
no con la plenitud del ser de ese ente que es el analizante, pero en una creación que la simbolice. Esa operación creacionista
tampoco con la nada anonadante de lo real; no sería lo propio del tiene una condición que es la transferencia y un nombre que
ser parlante (parlétre) quedar anonadado ante lo real, ya que po- Lacan toma de Jakobson: metáfora. No es que la metáfora pueda
see el lenguaje para simbolizar los agujeros. decir finalmente lo real del ser del hombre (Sein), antes bien, al
¿Cuál es entonces la respuesta? Cedamos nuevamente la palabra transponer la falta de ser en palabra creadora, profundiza su
a Heidegger para iluminar el camino: "El riesgo del salto es un pérdida.
paso decisivo para asumir el ser más allá de los entes, [...] la osadía Si la verdad del ser se alcanza, se esencia en términos de Hei-
del salto demanda el abandono del ser, para ser en lo Otro: es decir degger, no es la de aquél ser mítico, tenido por originario, que fue
en el ser mismo" .18 La paradoja está planteada: para ser, el sujeto presencia en los albores del pensar griego y degradó en represen-
en tanto ente debe renunciar a igualarse al ser; sólo así podrá ser en tación; se alcanza, paradójicamente como borramiento de su origen
lo Otro (ec-sistencia, fuera de sí). Otro que es la morada verdadera y advenimiento como palabra plena. Ese es el trabajo (Arbeit) de la
del ser: el lenguaje, en la medida que el lenguaje sea capaz de metáfora. Si Heidegger, como hemos dicho en el capítulo 1 rechaza
póiesis (creación). la metáfora, es porque la reduce a ser una representación analógica
(imaginaria) del objeto.
Lacan, en cambio, encuentra en ella otra cosa: la operación
El salto de la metáfora paterna por excelencia mediante la cual se realiza la castración
(disyunción: —y y a, en el final del análisis); su condición es el re-
Una de las vertientes del salto en Heidegger es, a partir de Die corrido metonímico (la censura) que la antecede.
Kehre", el salto del lenguaje filosófico al lenguaje poético, propio En este sentido, la metonimia es la censura misma en la medida
del otro pensar, ya que la metafísica ha sido incapaz de cambiar que siempre repite lo mismo —aunque siempre de otra manera—, sin
de discurso. La ausencia de continuidad entre ambos lenguajes producir un significante nuevo. Mientras la metonimia hace su ca-
convoca al salto. La filosofía como reflexión, incluso como me- mino no hay advenimiento del ser, hay en cambio resistencia de la
censura. Por eso diremos de ella —en términos heideggerianos— que
18. Citado por Carlos Másmela de Die Beitrtige zur philosophie (Contribuciones a tiene una caracterización metafísica, donde la falta, que insiste, es
la filosofía), en Martin Heidegger. El tiempo del Ser, Editorial Trotta, Madrid,
2000, pág. 172.
llenada por diversos mecanismos de desplazamiento significante.
19. Martin Heidegger, Die Kehre, Alción editora, Córdoba, Buenos Aires, 1985. El libro citado de FranÇois Balmés, que toma como eje en sus

116 117
HÉCTOR LÓPEZ Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN

primeros capítulos lo que Lacan dice de la realización del ser en el que "el núcleo de nuestro ser" (Kern unseres Wesens) sea alcanza-
S
eminario 1, comenta: do en el análisis sólo con la metáfora interpretativa211 que al mis-
mo tiempo que señala su advenimiento (Ereignis) en la palabra
"La falta de ser en juego en la metonimia es lo que exige la verdadera, produce su pérdida definitiva en tanto ser.
realización, aun cuando pueda encontrársela por otra vía. Por su
lado, la metáfora, como atravesamiento de la barra: S (4-) s, toma
el relevo de lo que se llamaba revelación del ser. De allí se des- No podemos dejar de citar el párrafo final de este escrito, donde
prende una pregunta: ¿no hay disimetría? ¿El ser en cuestión Lacan, luego de un párrafo de reconocimiento hacia Heidegger,
en la metáfora y el ser que falta en la metonimia son los precipita su conclusión:
mismos? ¿Están en el mismo plano?"2°
"Y así, para que los invite a indignarse de .que después de
La claridad de la pregunta no se corresponde con la oscuridad tantos siglos de hipocresía religiosa y de fanfarronería filosófi-
de las respuestas que Balmés aporta. ca, todavía no se haya articulado válidamente nada de lo que liga
Por nuestra parte diremos: de ninguna manera hay correla- a la metáfora con la cuestión del ser ya la metonimia con su falta (cur-
ción (in° están en el mismo plano!) entre la falta que la metonimia sivas me pertenecen) —¿sería acaso necesario que, del objeto de
sostiene y la plenitud que la metáfora aporta. Estamos en dos esa indignación en cuanto agente y en cuanto víctima quedase
registros diferentes, el de la falta de ser (manque á etre) real, que todavía algo allí para responder a ella: a saber, el hombre del hu-
permanece como falta, que no se realiza, y el de su advenimiento manismo y el crédito irremediablemente protestado, que ha ob-
en un plano de simbolización (Entstellung, transposición), que no tenido sobre sus intenciones?"
i
mplica, de ninguna manera subsanar la carencia de referente (el Sabemos que este protesto al crédito del hombre del humanismo
Ser, Seyn) que la metonimia arrastra, ni el acceso a la revelación. fue inaugurado por Freud, desarrollado por el estructuralismo y
Por otra parte, la metonimia no es sólo resistencia pues pre-' renovado en la filosofía por Heidegger. Es suficiente con recordar de
para, al mismo tiempo, el salto a y de la metáfora. Esto no impli- Freud "Consideraciones de actualidad sobre la guerra y la muerte",
ca que la metáfora sea la explicación, la síntesis o la comprensión del estructuralismo las obras de F. de Saussure y de C. Levi-Strauss
a
nalógica del desvarío discursivo de la metonimia. y de Heidegger su "Carta sobre el humanismo".
En "La instancia de la letra o la razón desde Freud", texto que Si decimos "el salto de la metáfora" y no "la metáfora del salto",
no es prudente considerar como superado, Lacan dice que la metáfora es porque el término salto no tiene aquí un sentido metafórico: la
es una chispa poética que simboliza la falta, pero no con un significante metáfora es un salto; es en ella donde se realiza el salto.
que podamos interpretar por similitud con aquél al que sustituye, Por eso, podemos atrevemos a sustituir una palabra por otran
sino en la máxima disparidad, es decir en la "creación de un efecto
significante nuevo". Aun si se admitiera que la metáfora fuese 21. Esta noción de interpretación (y por lo tanto de metáfora), reconoce que
la interpretación en psicoanálisis no le pertenece al psicoanalista en tanto
revelación del ser, se trataría de una revelación transpuesta a la
autor, sino que es parte esencial del texto mismo que se escucha. (Ver M. Zarader,
palabra, es decir de una verdad (Alétheia) que muestra y oculta al "La concepción judaica de la interpretación", en Imago-Agenda N" 76, Vera-
mismo tiempo. Lacan no encuentra mejor forma para hablar del no 2003-2004, Buenos Aires, págs. 43-44).
ser, que uniéndolo definitivamente a la metáfora. Se aclara así 22. En "La Instancia de la Letra..." Lacan toma esta definición de metáfora del
título de la comedia "Un mot pour un atare" de Jean Tardieu, publicada en
20. FranÇois Balmés, Lo que Lacan dice del ser, Amorrortu, Buenos Aires, pág. 133. Le professeur Froeppel, Gallin-tard, Paris, 1978 (Ver traducción al español de

118 119
HÉCT'OR LÓPEZ Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN
en el verso de Heidegger "y el salto sea", para decir: "y la metáfo-
ra sea", donde la conjunción inicial "y" suspende y recoge al mis- unció:ladesrpotmf-,jentalopsicódrsentido figurado de un ente cualquiera. Y esto tiene consecuen-
mo tiempo toda la cadena metonímica previa, y el imperativo sea, cias en la clínica: el final del análisis no culmina en el acceso al
realiza el salto metafórico al ser, y del ser al encuentro de su impo- sentido del ser sino en la experiencia de la castración (S) como
sibilidad como ente. Que el ser sea en la palabra. falta radical de sentido.24
La metonimia tiene una caracterización metafísica porque no
hay en ella advenimiento del ser. Pero al mismo tiempo que resiste,
prepara el salto de la metáfora. El segundo salto
Para Lacan, la metonimia hace patente la falta en ser, y la metá-
Si Lacan puede hablar de un análisis finito, es decir acabado,
fora se relaciona con lo que Hegel llamó Geist, revelación del ser
es porque el sujeto ha obedecido al imperativo del sea, esto es, ha
por la palabra, cuya condición es la acción negatriz dado el salto.
De todas formas, las diferencias Heidegger-Lacan subsisten. Análisis finito o acabado significa que se ha llegado a su límite;
La diferencia conocida de Lacan con Jakobson en cuanto a la el final del análisis no es un horizonte que se corre cada vez, tiene
metáfora es una diferencia en el plano semántico: Jakobson supone un límite, y ese límite es el salto. Llegado a su límite sólo queda
que la legalidad de la sustitución metafórica se apoya en una
saltar, por eso: "y el salto sea". De lo contrario el análisis se podría
relación de semejanza de significados entre dos objetos, (si el poeta
interrumpir, o infinitizar, dalo mismo, pero no terminar.
sustituye el término "guerrero valiente" por el de "león fiero" es
El salto cumple la función del cálculo infinitesimal: dada una
porque, supuestamente, ambos entes poseen algún semantema
serie infinita de elementos, el cálculo alcanza el límite de la serie
común), mientras que para Lacan la sustitución se autoriza en la
infinita sin hacer una cantidad infinita de operaciones. El salto es
mayor disparidad, donde no intervienen imágenes ni significados, el límite del análisis en la medida que alcanza su resultado final:
sino relación metonímica entre significantes. la decisión de quien tocó ese limite de convertirse a su vez en ana-
Con Heidegger se trata de una diferencia en el nivel de la re- lista, a sabiendas de su de-ser objeto (a) y más allá de la liberación
tórica: él entiende que dicha disciplina pertenece a la metafísica,
de la transferencia.
y por lo tanto la metáfora como parte de ella cae también bajo esa
Sólo entonces nos encontramos con la posibilidad de que un
calificación. Él advierte que el concepto de metáfora arrastra las
analizante devenga analista. ¿Cómo es que alguien, a sabiendas bjp,
oposiciones imaginarias del pensar metafísico tales como propio-fi-
can. ¿Es el analista un masoquista por definición?
gurado, verdadero-falso, etc. y por eso la excluye de su obra, sin ad- En la discusión planteada en torno al texto de Conrad Stein
vertir la posibilidad de una reflexión diferente sobre la metáfora. "El masoquismo en la economía de la situación analítica" (1964),
Lacan sí lo hace: rechaza la teoría retórica de la metáfora, que a lo largo de varias clases del Seminario 13. El objeto del psicoanáli-
es efectivamente lo que dice Heidegger de ella, y le da una nueva 24. Para no sembrar equívocos diré que a la pregunta por el sentido del ser que
Heidegger desarrolla en El ser y el tiempo, le sigue la pregunta por la verdad del
R. Fernández Couto en Héctor López, La espiral de La Instancia de la ser, o por la palabra del ser que inaugura en Aportes a la filosofía. Acerca del evento,
Letra, de próxima aparición. donde el ser ya no es sentido a develar, sino evento (Ereignis) a producir.
23. Acción que consiste en el acto de negación de la naturaleza en el hombre.
Tal es la operación lógica de la antropogénesis, a partir de la cual, la natura-
leza será pecado en el hombre.

120 1 rrl
HEDOR LÓPEZ Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN
sis, dice Lacan que el analista no es todo objeto, si lo fuera, sí se- Otro, un nuevo deseo que sea ley, el deseo del analista. Un deseo
ría un deseo masoquista el que lo anima. Hay una equis que tiene que es, por cierto, nuevo, pero también paradójico, en la medida
que ver con el deseo del analista, no como objeto, sino como suje- que quien llegó al fin de su análisis, sabe que su función y su
to, que lo anima a ocupar ese lugar de objeto. ¿Su deseo es enton- destino será terminar como resto, Dasein, sujeto arrojado al cajón
ces un deseo de ser objeto? de lo que ya fue.
El analista obedece al imperativo del sea, no en un acto ma-
soquista de sometimiento, sino por la creación de un significante
nuevo de su deseo: ser analista. Todos los otros procedimientos institucionales:
pasarelas, consagraciones, remedios para evitar el salto, convierten
el pas* e en un pasaje, donde la burocracia tiende el puente de
plata.
La imposibilidad de responder por los efectos del salto dentro
del campo de la transferencia es lo que condujo finalmente a Lacan
a la institución del pase como dispositivo de la escuela. A través
de él sabremos —es la esperanza— lo que habrá sido cada análisis
que devino en el salto de analizante a analista. Por eso, a nuestro
entender, aquel primer salto, requiere de este otro: el segundo
salto.
En este segundo, del dispositivo, el analista ofrecerá el testimonio
de su experiencia del salto. Si el acto psicoanalítico produjo la
metáfora que consiste en la sustitución del analizante por el ana-
lista (primer salto), el segundo permitirá encontrar la razón, —no
en términos de las razones de tal o cual analista, sino en términos
de la legalidad (Lógos)— que opera para que un analizante desee
ocupar el lugar del objeto a, y hacer de ello una práctica viva.
Si hay algo que diferencia al psicoanálisis de la ciencia es pre-
cisamente la relación diferente con el salto. La ciencia lo excluye,
no porque no haya saltos en la ciencia, sino porque ella aborrece
el salto, en la medida que su función es restablecer la continuidad
explicativa de lo real.
El salto quizá sea ese soplo más al que nos anima el poeta25, en
el sentido del riesgo de lo abierto, es decir, de una posición que
implica prescindir de la transferencia, para recrear más allá del

25. Me refiero al poema sin título de R. M. Rilke trascripto en el capítulo anterior,


pág. 86-87.

122 123
CAPÍTULO 6

Sorge, entre el cuidado


y la preocupación

Este capítulo se desarrolla en tres partes. La primera está dedi-


cada a la idea de cuidado (Sorge) como estructura esencial del Dasein
tal como aparece en la analítica de E/ ser y el tiempo y en otras pocas
referencias aisladas de textos posteriores.' La segunda, a comentar los
lugares de la obra de Lacan donde aparece mencionado el término.
Y la tercera, a explicitar las diferencias y objeciones —no tenidas
en cuenta hasta hoy— que Lacan plantea a este concepto
heideggeriano, con lo que logra generar una controversia que a
mi entender se basa en un malentendido terminológico, disipado el
cual volvemos a encontrar ese parentesco en el pensar reconocido
por Lacan, que une la doctrina psicoanalítica con el pensar de
Heidegger, "uno de los pocos hombres de la verdad que nos
quedan" Lacan, Seminario 13, 1-12-65).
1. Martin Heidegger: El ser y el tiempo, Editorial Universitaria, Santiago de
Chile, 1998 (Traducción Jorge E. Rivera C.), Primera sección, capítulo 6
(apartados 39 a 44) y Segunda sección, capítulo 3 (apartados 61 a 66). Tam-
bién Martin Heidegger: "Ámbito y contexto de la meditación de Platón
acerca de la relación entre arte y verdad", en Nietzsche, Ediciones Destino
Barcelona, 2000, Tomo 1, pág. 160, y Aportes a la filosofta. Acerca del evento.
En cuadernillo impreso por la Fundación Centro Psicoanalítico Argentino
(fragmentos), parágrafo 35 "La retención y el cuidado". (Esta última obra
ha sido publicada completa en español como Aportes a la filosofía. Acerca del
Evento, Biblioteca Internacional Marfin Heidegger, Buenos Aires, 2003).

125
HÉCTOR LÓPEZ Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN
do de que el Dasein, como ser del hombre, podría estar o no estar
Heidegger: La angustia corno vía del cuidado abierto al mundo, pero que su ser estaría ya dado de una vez para
siempre (atemporalmente) en otra parte, en su ser racional, por
Si hay en El ser y el tiempo un concepto que define la estructura ejemplo, o en cualquiera de las categorías que se propongan.
esencial del Dasein, ése es sin duda el concepto de cuidado (Sorge)2 Si bien es cierto que el ser es en el mundo encarnado en el Da-
que, curiosamente, es abandonado casi por completo en textos sein, no hay un solo modo de ser. Ya que el Dasein ec-siste, no es con-
posteriores, salvo menciones aisladas. Ninguna palabra conductora cebible sino fuera de sí, anticipándose a sí mismo en lo abierto del
del pensar más apropiada para demostrar que en Heidegger no hay mundo, donde su ipseidad se realiza en un si mismo, paradójica-
definiciones acabadas, sino planteos, interrogaciones, recorridos, mente abierto al mundo, o decae en el uno mismo, en lo impropio
que no se cierran sobre ningún sentido fijo y que obligan a la del Man. El uno mismo como identificación a las determinaciones
implicación íntima del lector en la construcción del concepto. del ente que uno es, implica necesariamente echar un velo sobre
Heidegger ubica su Sorge como lo propio del hombre, siendo lo el cuidado, y por lo tanto implica también lo que Heidegger llama
impropio el apego al Man, esto es, a la vida anónima y gregaria de el olvido del' ser, de su sentido auténtico, de su verdad. Las de-
la cotidianeidad. Eso propio no está a la mano, ni es descubierto finiciones dadas del ser son pre-ontológicas: lo describen en un nivel
por el sentido común; más que una idea, es una experiencia que fáctico, pero no lo explican conceptualmente.
implica al ser del Dasein en todo su ser ahí, en el mundo. Heidegger introduce su concepción de la angustia como afecto
Aún siendo lo propio, el cuidado no es sin embargo subjetivo, fundamental e inevitable ante lo desconocido del mundo, que in-
se trata de una estructura que incluye a la totalidad del Dasein. terrumpe la placidez de lo intrarnundano del Man (el mundo de las
Como esencia del Dasein, el cuidado está dado de entrada, lo an- representaciones habituales) y enfrenta al Dasein con lo más ajeno
tecede: el hombre es en el mundo, y no puede ser pensado en un (unheimlich), donde deberá encontrar también lo más propio.
momento anterior, primitivo, en que haya estado aislado, fuera La experiencia original de la angustia es necesaria para co-
del cuidado, sin Otro. Por eso a Heidegger no le interesa un planteo menzar a revertir el camino que propone la tecno-ciencia moderna
evolucionista que parta del nacimiento sino que define al Dasein, y que va "del olvido del ser al endiosamiento del ente", al hombre
más allá de sus determinaciones categoriales3, por su condición máquina5, incluso al organismo máquina (cyborg). La angustia abre
existencial fundamental: abierto al mundo. Luego vendrán los la vía contraria, la del cuidado, que lleva "de la unidad del ente a
demás existenciales.4 Decimos entonces ser en el mundo y no estar lo abierto del ser".
en el mundo, ya que este último giro convoca al malentendi- Es por la vía de la angustia, el más radical de los sentimientos,
que el Dasein puede revelarse como cuidado. No cuidarse a sí, sino
ti
2. Emplearé la traducción de Sorge como cuidado, ya que otras que suelen u - ser él mismo cuidado. Sin la angustia el sujeto no tendría expec-
lizarse, tales como preocupación o cura inducen al error de suponer que se tación, ni preocupación para abandonar la identificación al uno mismo, a
trata, en la primera, de una actitud o cualidad psicológica propia del sujeto,
yen la segunda, de algún procedimiento de curación vinculado a la clínica,
su existencia impropia como unidad imaginaria. La ex-
sentidos totalmente ajenos a los desarrollos de Heidegger.
3. Las categorías aristotélicas de esencia, sustancia, cualidad, etc. sirven para pliega la analítica del Dasein. Son los diferentes modos del ser, o niveles, en
describir al ente y al mundo, pero resultan inapropiadas para la caracteriza- que el Dasein existe, más allá de sus cualidades como ente.
ción del Dasein. 5. La maquinización del cuerpo y del sexo ha sido tratada de manera im-
4. Los existenciales o existenciarios conforman el campo donde Heidegger des- pactante por Gérard Pommier en Los cuerpos angélicos de la posmodernidad,
Nueva Visión, Buenos Aires, 2002.

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HÉCTOR LÓPEZ Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN

periencia de la angustia divide y singulariza al hombre, que ahora es de muerte) revela al hombre como un poder ser, In-der-Welt-
sabe que está solo en un mundo que le es extraño, en un mundo Seinlinnen.
puro, expresión heideggeriana para hacer sentir que fuera del El cuidado, por consiguiente, requiere de la angustia pues se
mundo del lenguaje y el habla, el mundo como tal es un abismo sitúa más allá de los fantasmas del miedo, atravesándolos. La an-
aniquilante y por lo tanto muerte del Dasein. Si el mundo es lo in- gustia impide todo enmascaramiento de la condición propia del ser
teligible en términos de representación, el mundo puro, die Welt als ("lo impropio es una evasión" dice Heidegger en El ser y el tiempo)
Welt (el mundo como tal), es lo informe, límite o desaparición del y hace posible el cuidado como existencia auténtica (Eigentlichkeit).
Dasein. Resuena aquí el concepto kierkegaardiano de la angustia La vida cotidiana, el Man, es en verdad una máscara que oculta la
como la inocencia propia de ese estar en el mundo infinito del pa- verdad del ser.
raíso terrenal, angustiante precisamente por tener el hombre todo
y nada frente a sí, y que requiere de un salto de esa inocencia a las
diferencias entre el bien y el mal, para que la angustia devenga Lo que Lacan dice del cuidado (Sorge)
c u l p a y t e m o r . 6 Salto necesario ya que, si damos la palabra a La- can, la culpa es lo que Lacan hace referencia a esta noción heideggeriana en dos de sus
libera al sujeto de la angustia.
seminarios; aunque dichas referencias sean relativamente breves,
En este contexto, el miedo es un mal menor, ya que siendo
permiten sin embargo plantear una discusión y extraer algunas
siempre ante un ente intramundano, objeto o prójimo, sostiene
consecuencias importantes. En ambas mantiene una distancia con
al hombre en la alienación a sus fantasmas, que aunque temidos,
respecto a la idea de Heidegger, y por más que en la segunda mues-
son por eso mismo protectores. Miedo es entonces caída, o re-aída
tre una cierta consideración por la idea de Sorge, no deja de ubicarla
en el mundo fantasmático.
en un nivel inferior, vinculada al imaginario humano, como si en
Pero la angustia es siempre angustia de muerte, es decir en-
Heidegger el cuidado no fuera la totalidad estructural del Daseín,
cuentro con la nadificación del mundo y por ende también con
sino una categoría del ente intramundano: la preocupación.
la propia nada-todo. De este encuentro con el ser para la muerte
Sin embargo, Heidegger es muy claro en cuanto a la ubicación
depende la posibilidad de vida que atañe al sujeto': su causa, es
ontológica del cuidado: "Sorge, cuidado, deberá comprenderse
decir aquello que lo tensiona y lo moviliza desde un futuro irre-
como concepto estructural ontológico. No tiene nada que ver con
versible e inevitable, es un desconocido que se ubica al final de la
aflicción, tristeza, ni preocupaciones de la vida, estados que pue-
ec-sistencia del Dasein.
den darse ónticamente en todo Dasein. Todo esto es ónticamente
Desde allí el sujeto puede plantearse de manera auténtica el
posible, al igual que la despreocupación y la alegría pero el Da-
sentido de su vida, su ser en el mundo, porque la angustia (que
4. Es sabido que no existe en Heidegger una consideración teórica de lo que sein, entendido ontológicamente es Sorge, cuidado.8
hoy se entiende corno "sujeto"; es más, él rechaza la noción de sujeto, que En la clase 26 del Seminario 9, La Identificación, encontramos
concebida como unidad, pertenece en efecto al campo de la metafísica. una lectura que consideramos equívoca del tema, totalmente
Aunque Heidegger no concibe la idea del sujeto como dividido, es obvio opuesta a la idea de Heidegger. No vincula en absoluto el cuidado
que en su otro pensar reaparece una y otra vez a sus espaldas. En este trabajo
no nos privamos de emplear el término para.especificar al Dasein heidegge- con la angustia ni con el sentido total de la ec-sistencia, sino que
riano como sujeto dividido entre el ser y el ente.
8. Martin Heidegger, El ser y el tiempo, Editorial Universitaria, Santiago de
Chile, 1998, pág. 83.
128

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HÉCTOR LÓPEZ LO FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN

por el contrario, lo relaciona con lo que llama los asuntitos del su- mente las nociones de preocupación: souci, traducción suya de
jeto: Sorge nombraría así la degradación de la práctica clínica hacia Sorge, y de seriedad de Sartre.
los intereses adaptativos del sujeto, hacia el éxito, coartada de una Pero es la mención que aparece en la clase 6 de ese seminario
intervención psicoterapéutica que deja al sujeto fuera de los la que nos interesa. En ella afirma que la conquista freudiana es
alcances de la verdad de su ser. Lacan ubica el cuidado en el nivel haber invertido lo que enseña la psicología; ésta considera que lo
que Heidegger caracterizaría como óntico: preocupación del ente; que atormente al hombre es lo irreal en lo real. Tengamos en cuenta
en absoluto lo liga a la estructura, al sujeto en su división. que psicológicamente hablando, lo irreal es lo desconocido, lo in-
Antes bien, en este seminario donde el objetivo del análisis es comprensible, mientras que lo real es el mundo tal como se da a la
"la resituación del sujeto en su deseo", Sorge parecería limitarse a percepción y a la experiencia del yo. Mientras que para Freud, sigue
la preocupación del sujeto por el bienestar, por sostener la vigen- Lacan, lo que atormenta al hombre es lo real en lo irreal. La inversión
cia del principio del placer en el rechazo a la apertura del ser. consiste en tomar esa percepción y esa experiencia del yo que
Aunque la intención de este trabajo no es abundar en citas, pasa por realidad, como lo irreal, como ese sueño despierto en
creo conveniente transcribir los párrafos de Lacan, para que el que transcurre la vigilia, donde el único deseo es el de seguir
lector pueda juzgar por sí mismo: durmiendo. En este sentido lo que la psicología considera adaptación
"Es por eso que todo resultado sancionable en el sentido de a lo real, no es sino conformismo a lo irreal de las significaciones
la adaptación (sancionable desde el punto de vista de la práctica establecidas. En cambio lo real es localizado por Lacan como
psicoanalítica auténtica, HL), todo éxito terapéutico, es decir, el aquello sin rostro y sin nombre que irrumpe en lo cotidiano sacu-
que lleva a la gente al bienestar de su Sorge, de sus 'asuntitos', es diendo al sujeto y obligándolo a despertar a un deseo que lo divi-
siempre para nosotros en el fondo —lo sabemos, pero no por eso de, el deseo del Otro. El párrafo dice:
tenemos que vanagloriamos— lo peor: una coartada, una
sustracción de fondos, si puedo expresarme así. "Entonces, si el material de la experiencia se compusiera,
De hecho, lo que es aún más grave, nos prohibimos ir más como nos enseña la psicología clásica, de lo real y lo irreal —por
lejos [que la adaptación], sabiendo al mismo tiempo que esta qué no—, cómo no recordar lo que con ello se indica y que de-
acción nuestra, de la que podemos vanagloriamos cada tanto bemos aprovechar como lo que constituye en propiedad la con-
como de un éxito, se realiza por vías que no conciernen al resul- quista freudiana: que, si el hombre es atormentado por lo irreal
tado. ¿Cuándo nos ocurre que resituemos al sujeto en su deseo? en lo real, sería completamente inútil esperar sacárselo de enci-
Es una pregunta que dirijo a los que tienen aquí alguna expe- ma, puesto que en la conquista freudiana lo preocupante
riencia como analistas, no a los otros, evidentemente. resulta justamente que, en lo irreal, es lo real lo que le
¿Es concebible que un análisis tenga por resultado hacer en- atormenta. Su preocupación, Sorge, nos dice el filósofo Martin
trar un sujeto en deseo, como se dice entrar en trance, en celo o Heidegger. ¡Por supuesto! ¡Menudo avance!"
en religión?"'
Para situar la increíble confusión a la que asistiremos, diga-
U n a r i o d e s p u é s , e n l a c l a s e 1 d e l Seminario 10, La Angustia, La- can arma su gráfico mos que la traducción de Sorge al francés como souci (preocupa-
de doble entrada teniendo en cuenta breve- ción), no tiene demasiado que ver con el término original Sorge

10. Jacques Lacan, E/ seminario. Libro 10. La angustia, clase 1 del 14-11-62 y clase
9. Jacques Lacan, El seminario. Libro 9. La Identificación, clase 25 del 20-06-62,
inédito. 6 del 19-12-62, inédito.

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HÉCTOR LÓPEZ Lo FUNDAMENTAL DE HE1DEGGER EN LACAN
en alemán; en cambio sí tiene que ver con otro término: Besorg-
nis, empleado por Heidegger, este sí, en el sentido de "preocupa- Lacan pareciera decir que si Heidegger se refiere a la intro-
ción" del ente. Pero preocupación en Heidegger es lo opuesto al misión de lo real en lo irreal, es sólo para remediarlo, para cerrar
cuidado. Preocupación se refiere al estar caído del Dasein, escla- esa brecha de lo real mediante el cuidado de sí. Donde Heideggerdicqulaospm,tnDasein,L-can
vizado al Man, al impersonalismo gregario. La preocupación des- objeta: la preocupación no es original, es ya un artificio, una
vía el sentido del cuidado hacia el interés individual del sujeto por formación destinada a preservar la unidad del narcisismo. Lo cual,
sus asuntitos, para tomar la palabra de la ironía lacaniana. La pre- a nuestro entender, deja fuera todo el llamado de lo abierto, todo
ocupación será en todo caso un efecto (imaginario) del cuidado en lo que en el sujeto es voluntad para dar un paso más en el camino
la relación concreta con uno mismo (Selbstsorge), con las cosas (Be- de la verdad del ser, más allá de la preocupación colectiva por la
sorgen), o con los otros (Fürsorge): "si el hombre es capaz de solicitud vida y el dominio técnico de la naturaleza.
y se ve obligado a preocuparse del mundo circundante, dice Sigue Lacan:
Heidegger, es porque estructuralmente es cuidado". "Pero entonces, prefiero aprenderlo de un libro santo, que es
Aunque cuidado se refiere siempre al cuidado de sí, Heidegger al mismo tiempo el más profanador que existe, y que se llama
rechaza el empleo del término compuesto Selbstsorge (cuidado de Eclesiastés. Pienso que me referiré a él en el futuro. Como ustedes
sí mismo), porque entiende que en el término simple Sorge está saben Eclesiastés es la traducción griega que hicieron los Setenta
ya implícito que se trata de sí mismo. Un sí mismo que no debe del término Koheleth, término único empleado en esta ocasión y
ser entendido como identidad de lo uno, del narcisismo del sujeto, que deriva de Kahal, asamblea; Koheleth es una forma a la vez abs-
tracta y femenina que alude, en rigor, a la virtud reuniente, amo-
sino como una referencia a la propiedad del ser en la apertura del
tinante, es la ecclesia, si se quiere, más bien que el eclesiastés.
todavía no. Si la estructura esencial del Dasein es el cuidado, es ¿Qué nos enseña ese libro al que llamé libro sagrado y a la vez
porque éste consiste en la preservación de la apertura de ese todav í a el más profano? Al leerlo, el filósofo no deja de tropezar con vaya
n o , que es la verdad del Dasein. Todavía no... ¡uno! Desde La- can hablaríamos de la a saber qué eco —he leído esto— ¡epicúreo! ¡Hablemos de Epicuro
división del sujeto en tanto ser de no ente. Pero entonces ¿por qué a propósito del Eclesiastés! Sé bien que desde hace mucho tiempo
Lacan se refiere al cuidado como la preocupación del sujeto por Epicuro ha dejado de calmamos, pues tal fue, como saben, su
sus asuntitos intramundanos? intención. ¡Pero decir que el Eclesiastés tuvo por un sólo instante
Este es el equívoco que anunciábamos en nuestra nota al pie la posibilidad de producir en nosotros el mismo efecto [el de cal-
número 2. Traducir Sorge por preocupación, es lo que ha generado mamos] esto es no haberlo entreabierto verdaderamente nunca!
el malentendido. 'Dios me exige gozar' —textual en la Biblia— es, sin embargo
Al quedar así reducido el cuidado al plano psicológico de la la palabra de Dios. Y si no es la palabra de Dios para ustedes,
preocupación, se justifica la ironía final del párrafo citado: ¡Por pienso que de todos modos ya han advertido la completa dife-
supuesto! ¡Menudo avance!, que continúa así: rencia que existe entre el Dios de los judíos y el Dios de Platón.
"¿Es éste el término último, por el que, antes de agitarse, de Aunque a propósito del Dios de los judíos la historia cristiana
hablar, de ponerse a la tarea, la preocupación es presupuesta? creyó encontrar cercana al Dios de Platón su pequeña evasión
¿Qué quiere decir esto? ¿No vemos acaso que estamos ya en el psicótica, es no obstante oportuno recordar la diferencia que hay
nivel de un arte de la preocupación?: el hombre es con toda evi- entre el Dios motor universal de Aristóteles, el Dios Bien Supremo,
dencia un gran productor de algo que, -concerniéndole, se llama delirante concepción de Platón, y el Dios de los judíos, es
preocupación".

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HÉCTOR LOPEz LO FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN

decir, un Dios con quien se habla, un Dios que demanda algo y de Lacan? El cuidado como modo propio de existencia del Dasein,
que en el Eclesiastés ordena: '¡Goza!' ¡Esto es el colmo! Pues gozar ¿se limita a la autoconciencia? ¿Se trata del dominio del sentido
porque está ordenado..., cualquiera siente que si la angustia tiene del ser por parte del yo, más allá de lo impropio de la vida co-
una fuente, un origen, debe encontrarse allí. A esa orden: 'Goza!' tidiana? Cuando Heidegger se refiere a esta impropiedad como
(jouis) sólo puedo responder: 'Oigo' (rouis). Pero como es uno mismo, ¿no anuncia tal vez, por contraste, la división del su-
natural, no gozo tan fácilmente por ello"." jeto por el cuidado? Cuando coloca a la experiencia de la angustia
como vía privilegiada hacia el cuidado, ¿no habla acaso de un
A partir de esta lectura, puede entenderse que Lacan plantea la
encuentro necesario con lo real en cuya dimensión el sujeto debe
discusión en los siguientes términos: la Sorge heideggeriana sería
darse un lugar, haciéndose cargo, de algún modo, de la sentencia
un concepto erróneo en la medida que se sitúa en el plano psicoló-
freudiana "donde ello era yo (sujeto) debo advenir"?
gico de la preocupación por impedir que lo irreal irrumpa en lo real,
En la medida que Lacan ha entendido que Sorge es sólo pre-
o sea, que lo fantasmático (impropio) domine la existencia. Mien-
ocupación por mantener la calma del principio del placer, es lógica
tras que, según él, lo verdaderamente preocupante para el suje-
su advertencia de que en la angustia se trata de otra cosa. Y esa
to debe ser la intromisión de lo real en lo irreal, ya que si hay algo
otra cosa es un mandato de goce que acosa al sujeto. Pero Heideg-
que está en el origen de la angustia no es lo irreal, sino lo real de un ger, que no habla de goce, ¿no dice acaso de la angustia algo equi-
mandato que ordena lo imposible: gozar. Este mandato estaría ali- valente? ¿No dice que la angustia es el límite último de toda posi-
neado con el del Dios (superyoico) de los judíos en el Eclesiastés, bilidad de respuesta frente a lo implacable de una realidad donde
mientras que la preocupación psicológica por evitar lo irreal estaría el objeto es algo tan oscuro e inasible como la voz que ordena el
alineado con el Dios Bien Supremo de Platón (el que nos calma). goce, o sea la muerte?
Todo depende de cómo se interprete el Eclesiastés: si como a. La diferencia con Heidegger planteada en el Seminario 10.
una apelación al Dios todo bondad que se interesa por la salvación La Angustia en torno a la oposición real-irreal tiende a desvane-
del hombre como lo entendió el filósofo (¿se estará refiriendo a cerse si pensamos que en Heidegger la angustia se produce ante
Heidgger?), o como la presencia real del Dios de los judíos un algo que equivale a lo real de Lacan, no a lo irreal: él lo llama el
exigiendo el goce. mundo como tal, no el mundo tal como es representado por el sujetó
La lectura de Lacan, ¿guarda fidelidad al texto de Heidegger?
y por el discurso, sino el mundo real, más allá de cualquier re-
Ya que Lacan introduce la Sorge tan equívocamente en estos dos
presentación posible. Emplea para cernirlo el mismo término que
seminarios, vale la pena explorar un poco más la cuestión.
Freud: unheimlich. No dice obviamente que en este real se trate del
goce ni tampoco de la ausencia de relación sexual, pero pone los
fundamentos para que Lacan pueda reencontrar en Freud la im-
Polémica y vindicación del cuidado portancia decisiva de dicha operación. En efecto, Heidegger dice
que este desconocido irreductible es, en última instancia, la muerte,
Luego de recorrer los textos surgen espontáneamente los si- no referida al ente como cadáver, sino al Dasein como temporali-
guientes interrogantes: ¿Es posible fundar un parentesco válido dad. Lacan sólo tendrá que dar los pasos lógicos que le permitan
entre los desarrollos heideggerianos sobre la angustia y el cuidado, transformar esta muerte en la metáfora de la castración y situarse
con la problemática de lo real inconsciente y la palabra plena ya de pleno en el discurso psicoanalítico.
11. En Jacques Lacan, ibid. La filosofía de Heidegger, si bien es una filosofía de la posibili-

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HÉCTOR LÓPEZ Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN

dad, no fue del todo ajena a la dimensión de lo real como mandato yo,' sino que, en tanto emergencia real, es apertura a la posibilidad
de goce: comienza a nombrarla en sus últimos seminarios como un del encuentro con lo propio, y esa posibilidad se realiza como cui-
eso al que denomina hay (Es gibt). Lo desconocido, extraño, amena- dado. El cuidado es la anticipación del Dasein a sí mismo (sich vomeg
zante, que no es un existente y menos aún lo dado en términos de sein) "ya en un mundo en medio de los entes". El Dasein está ya
naturaleza, es el hay. Por lo tanto, si bien la angustia no está referida anticipado a sí mismo en el mundo; por lo tanto no puede pre-
a ningún ente intramundano, tampoco es sin objeto; su objeto es el guntarse: "¿existiré o me negaré a existir?" Si a Heidegger, como
hay12, aquello que abre interrogantes que van más allá de lo exis- habíamos dicho, no le interesa la perspectiva genética que parte
tente. El hay es, según R. Sciarretta13, una presunción de lo imposi- del nacimiento, es porque el sujeto es ec-sistente aún antes del
ble, no en el plano de lo existente sino en el de la angustia. nacimiento, anticipado en la conversación de sus mayores: Existie-
b. Siendo la condición originaria del Dasein, su apertura, no ren ist immer faktisches (el existir es siempre hecho consumado).
podemos hablar de su unidad como unidad sustancial. Muy por El cuidado entonces se refiere a esa anticipación como "totalidad
el contrario, Heidegger se ha opuesto terminantemente a la defi- originaria del todo existencial del Dasein" . En el fragmento 50 de
nición del sujeto como res cogitans, a la que ha calificado como on- Heráclito, al cual Heidegger dedica la conferencia Lógos, se enun-
toteología, esto es: endiosamiento del ente. Por lo tanto, su teoría cia: "Es sabio lo que el logos dice: Hen panta (Uno es todas las co-
del Dasein como ser ex-céntrico, o sea que ec-siste fuera de sí mis- sas)". En este Hen panta, que no es "una abarcativa captura con-
mo, supone su incompletud, su división, y la imposibilidad de junta"14 advierte Heidegger, reaparece aquella totalidad originaria
pensarlo como uno. A la caracterización metafísica del uno mismo, que anticipa al Dasein en el cuidado. ¿Qué es esta totalidad origi-
definido como apego al yo-sustancia, le opone la ipseidad, que no naria que hace que todas las cosas sean equivalentes (Uno es to-
se define en sí, sino como siendo en el mundo; en medio de los en- das las cosas) sino el lenguaje mismo en su capacidad de antici-
tes el hombre "habita en la proximidad de lo divino", ¿dónde? en parse, de ganarle de mano al sujeto en la revelación de su verdad?
el mundo simbólico del lenguaje historizado como discurso. "So-
mos una conversación", afirma Heidegger, en el mismo sentido
El habla, casa del ser
que Lacan responde: "somos el parloteo que nos precede".
Por lo tanto, el cuidado (Sorge) mal podría ser un modo de pre- En "Carta sobre el humanismo" leemos lo siguiente:
ocupación por la unidad imaginaria de lo uno, toda vez que la an-
gustia ya lo ha enfrentado al horror de lo real y lo ha dividido entre "El hombre no es sólo un ser con vida que aliado de otras
lo extraño (unheimlich) que le incumbe como ser abierto y su facultades posee también el habla, sino que el habla es la casa
dependencia del lenguaje que lo anticipa como ser simbólico en del ser, habitando en la cual el hombre ec-siste, en cuanto, al res-
guardarla, pertenece a la verdad del ser. Y así, lo que importa en
medio de los entes. La angustia en Heidegger no es una función del
la determinación de la humanidad del hombre como ec-sisten-
12. La publicación del libro de Franlois Balmés, Lo que Lacan dice del ser (Amo- cia, es que no es el hombre lo esencial sino el ser"."
rrortu editores, Buenos Aires, 2002) ha avivado la polémica en torno a la
relación entre el hay de Heidegger y lo real de Lacan. En el capítulo 1 de este
libro he desarrollado el tema. 15. Martin Heidegger, "Logos", en Redes de la Letra 4, Ediciones Legere, Junio
13. Raúl Sciarretta, "Lacan y Heidegger", en Conmemorando a Martin Heidegger, de 1995:
Letra Viva, Buenos Aires, 2002. 16. Martin Heidegger, "Carta sobre el humanismo", CEF, pág. 21.

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HÉCTOR LÓPEZ Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN

Lo esencial del hombre no es que sea humano, sino que hay Ser, imposibilidad", mientras que en Lacan se afirma "la imposibilidad
Creo que es en esta dirección que debemos entender la idea de la posibilidad".
que aparece en Beitgriige: "Cuidado es la anticipadora decisión El cuidado entonces, définido por Heidegger como la "estruc-
por la verdad del ser". No decisión humana por esa verdad, sino tura fundamental del Dasein", aquello que lo revela en su "natu-
decisión que anticipa al sujeto que deberá advenir en ese lugar. raleza última", no sería tomado por Lacan sino como una función
Por eso Heidegger aclara: "Sorge no pertenece a la.voluntad, no de velo, ya sea por la vertiente de lo imaginario: preocupación
es de ningún modo calculable por la conciencia a partir de una fa- por la autoconservación; o por la de lo simbólico como asesinato
cultad del alma"." de la cosa. Lo que quedaría evaporado así en Heidegger es la eficacia
Desde esta perspectiva, donde lo más propio del estar en el del mandato de goce que socava toda posibilidad del cuidado, y
mundo es la angustia, el cuidado es casi su efecto, en la medida:' condena el ser a la repetición.
que se define como la posibilidad del sujeto de ponerse a la escu-: Es injusto sugerir que el cuidado se limita a la preocupación, fun-
cha del Lógos, de la nueva razón (no la del conocimiento) o de su. ción intramundan4 por resguardarse en el tibio bienestar del prin-
ser, cuya presencia se esencia en el sujeto del lenguaje (parlétre, dirá cipio del placer. En el cuidado no se trata del hombre como ente
Lacan, condensando los vocablos parle, lettre, 'étre, para definir el cuidadoso, prudente, cauto. Muy por el contrario, Heidegger habla
ser del sujeto que habla). del cuidado como algo que no pertenece en absoluto a la mismi-
Que Heidegger plantee el cuidado en el plano de la posibilidad dad, sino como aquello que propulsa al sujeto en oposición al im-
es seguramente lo que lleva a Lacan a reducir el cuidado a un pro- pulso natural, retomando así el concepto de negatividad hegeliano.
blema filosófico, o en otros términos, aunque se trate de Heidegger, Y en ese punto habla del riesgo que implica ser en el cuidado.
metafísico. Para Lacan hablar de posibilidad o de autenticidad cuando Dice que cuidado define al hombre mejor que animal racionan',
se trata del ser es situar las cosas eñ la dimensión de lo imaginario, porque no se refiere a la propiedad humana del raciocinio ni tam-
es quedarse en el reino del ente sustancial. poco de la voluntad de un ente que sería como los otros. El cuidado
Lacan rechaza que el ser se determine por su posibilidad bajo no debe entenderse como valor o cualidad del ente; eso pertenece a
el modo del cuidado. Sigue en esto a Freud para quien el núcleo dé la metafísica de la subjetividad, en tanto que el cuidado es apertura
nuestro ser (Kern unseres Wesens) es un punto mítico, determinado al y del ser.
más bien por la imposibilidad antes que por la posibilidad, cuyo El cuidado define al hombre porque es lo que lo diferencia de
sentido ningún cuidado podría revelar. Es el ombligo del sueño.; los animales. El animal puede cuidarse a sí mismo: cuenta no sólo
que conecta con lo desconocido. De más está decir que desde está con el saber del instinto sino con un aparato psíquico: ello, yo, su-
perspectiva, donde el ser es singularmente agujero, carencia dé peryó, según lo afirmado por Freud, aunque por supuesto carece
ser (manque á étre), no podría hablarse de ninguna autenticidad' de inconsciente. Pero el cuidado del Dasein no es el cuidado de
del ser. El ser siempre se nos ofrece velado por el apego a la unidad uno mismo, no es Selbstsorge. Cuidar de una mismidad cerrada y
imaginario del yo o transpuesto al campo del lenguaje, donde no mezquina es lo impropio de hombre. El cuidado es apertura, que
es sino un significante. Con respecto al tema del ser, Raúl Sciarretta falta en el animal, a lo propio del ser, propio que es lo más ajeno,
decía que en Heidegger se juega "la posibilidad de la lo más Otro, por eso es riesgo. Cuidado, que caracteriza sólo
16. Martin Heidegger: Aportes a la filosofía, en cuadernillo impreso por la Fun-
dación Centro Psicoanalítico Argentino (fragmentos), parágrafo 35 "La 17. Cf. Alfons De Waelhens, La filosofía de Martín Heidegger, Consejo Superior de
retención y el cuidado". Investigaciones Científicas, Madrid, 1952, Segunda parte, Capítulo 7.

nsz
HÉCTOR LÓPEZ

al parlétre, es lo que evita la huida del sujeto ante lo propio, la caí-


da en el uno. El análisis mismo podría ser definido como cuida- CAPÍTULO 7
do por sostener la apertura de la división del sujeto, más allá de

El ocaso del humanismo


todo fantasma de ser uno.

y la ética del psicoanálisis


•"La finitud y el ser para la muerte son asumidos como cui-
dado, que es lo propio del hombre aun en su carácter de caído
o arrojado en la vida insustancial y anónima del uno", concluye
Heidegger.
No conozco mejor ilustración del cuidado, que la declaración
de Nietzsche cuando expresa su voluntad ética: "No quiero ser
feliz, sólo quiero realizar mi obra".

Luego de la devastación de la Segunda Guerra Mundial, la


ideología del humanismo era una forma de pensamiento obliga-
da. Había que recuperar al hombre del horror, había que devolverle
su dignidad y su libertad con respecto a la dimensión in-humana
desatada por la guerra, sin piedad. El nazismo primero con su
guerra santa contra las razas, y EE.UU. después con su Little Boy,
la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima, habían arrasado con
cualquier presunción sobre la racionalidad de los hombres y la
nobleza de los Estados.
A esta influencia no fue ajeno en absoluto el psicoanálisis: la di-
rección de la cura se transformó en un camino hacia el fortaleci-
miento del espíritu constructivo del hombre; la neurosis, en claudi-
cación narcisista ante el amor total (oblatividad) debido al prójimo.
Al terminar la guerra (1945), Jean P. Sartre define al existencia-
lismo cómo un humanismo, haciendo un emotivo alegato a su fa-
vor, y hasta fundando en él un psicoanálisis existencialista.
Sin embargo, la idealización del hombre de la cultura y del
bien, había sido ya protestada por Freud al echar luz sobre las
fuerzas desconocidas que condicionan al espíritu humano. Luego,
el estructuralismo fundado en Saussure había derribado —silenciosamente—
al sujeto de la razón de su lugar de artífice de sí mismo y hacedor
de la historia.

1 4(1 141
HÉCTOR LÓPEZ LO FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN

Por su parte Heidegger, en un opúsculo donde responde a Sartre, puesta a los principios que Jean Paul Sartre expone en Crítica de
denuncia los engaños y limitaciones del pensamiento centrado en la razón dialéctica— contra las "pretendidas evidencias del yo indi-
el hombre, para comprender el ser. Ya no será el hombre quien vidual" sartreano y sobre la banalidad de invocar una "conciencia
pueda comprender al Ser como una propiedad, sino que, el hombre histórica" como punto final de la indagación por la verdad del
mismo deberá ponerse a la escucha de la palabra del Ser que lo hombre; o como la obra toda de F. Nietzsche, quien es sin duda el
revela en su apertura radical. que inaugura el protesto moderno contra los ideales humanistas.
El presente desarrollo no excederá lo que se llama un comen-
" E l h o m b r e — a l a i n v e r s a d e l a c é l e b r e a f i r m a c i ó n d e M a r x — no tario de textos, tomando de cada autor uno solo, representativo de
puede transformar la historia. Este es el anti-humanismo tras- la polémica entablada en torno a la doctrina del humanismo. Se-
cendental de Heidegger: el hombre ya no es el centro ni el ha- rán: "Consideraciones de actualidad sobre la guerra y la muerte"
cedor del mundo, sino una criatura sujeta a donaciones que se de Freud, "El Existencialismo es un humanismo" de Sartre, "Carta
producen como puramente donaciones. Al hombre sólo le cabe sobre el humanismo" de Heidegger y el Seminario 7. La Ética del
esperar. Su única acción posible es la de la espera. Y ésta, tal vez, psicoanálisis de Lacan, punto 2 del capítulo 1.
sea la máxima acción. El hombre espera en el des-ser del 'aban-
dono', o 'más allá del hombre'. Convirtiéndose así, el 'hombre', 1. "Consideraciones de actualidad sobre la guerra y la muer-
en el lugar de manifestación que es en cuanto es el ahí-del-ser") te'', un artículo realmente conmovedor de Freud donde su com-
promiso ético con las verdades dolorosas que descubre el psicoa-
En el campo de la práctica psicoanalítica la escoba limpiado-
nálisis se impone a los naturales sentimientos humanitarios, fue
ra de Lacan barre con toda pretensión de inscribirla en el espíritu
escrito en plena guerra mundial (1915). El texto nos enfrenta con
reparador del humanismo, al mostrar las dependencias del sujeto
un descarnado análisis del que surge la condición de necesariedad
con respecto al tripalium2 de los registros real, simbólico e ima-
(en sentido lógico) de la violencia y de la guerra, a pesar de todos
ginario, de los cuales surge una nueva ética: la ética del deseo en
los pactos antibelicistas entre los Estados y de la repugnancia mo-
su dependencia de la ley del Otro.
ral que el espíritu del hombre siente hacia ella.
Tomaré en mi comentario sólo estas cuatro referencias (Freud, Freud descree de los acuerdos humanos, pues las diferencias,
Heidegger, Sartre, Lacan) por su importancia en la tarea de pensar dice, son irreductibles "y mientras haya diferencias habrá gue-
el problema ético. Para no introducir más elementos que hicieran rras". Comienza lamentando la decepción que ha producido la
demasiado complejo este capítulo, dejaré de lado muchas otras, guerra por el derrumbe de los valores humanos, como si todas
quizá tan importantes como éstas, como el trabajo de C. Levi- las conquistas del espíritu y de la cultura no valieran nada y hu-
Strauss, "Historia y Dialéctica" (12 de junio-16 de octubre de 1961)3, que biesen sido perdidas de repente y sustituidas por las más primitivas
es una impresionante argumentación —también en res- tendencias: odio, egoísmo, destrucción. Pero inmediatamente
afirma que tal decepción es en verdad injustificada pues se basaba
1. Oscar Del Barco, Exceso y Donación, Biblioteca Internacional Martin Heidegger, sólo en una ilusión: la ilusión de suponer garantizada la convivencia
Buenos Aires, 2003, pág. 97-98. pacífica y el éxito del contrato social, gracias a la evolución del
2. El tripalium fue un elemento de tortura medieval compuesto de tres palos y hombre y el progreso de la civilización. Si de alguna manera
cuerdas.
3. Claude Levi-Strauss, "Historia y Dialéctica", en El pensamiento salvaje, pág. 4. Sigmund Freud, "Consideraciones de actualidad sobre la guerra y la muerte",
355, Fondo de Cultura Económica, México, 1975. en BN., Tomo II, pág. 1094.

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HÉCTOR LÓPEZ Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN

podía concebirse una guerra moderna, el hombre culto y civilizado Por sus razonamientos, por sus conductas, por su asimilación
se la imaginaba como una confrontación caballeresca donde se al como si de la cultura, puede ser calificado objetivamente de hi-
mantuviera el respeto hacia el enemigo vencido, los heridos, las pócrita. La sociedad toda favorece la hipocresía; más aun, "se basa
mujeres, los niños, las ciudades y los campos sembrados, el patri- en ella" dice Freud. Si el hombre pudiera ser totalmente verdadero
monio cultural, y hacia todos aquellos que no fueran combatientes. y se dejara llevar por sus tendencias pulsionales, acabarla con • la
Pero la guerra que vino, resultó más sangrienta y mortífera que vida civilizada; si no lo hace, es porque la represión le corta el
todas las pasadas. "Derriba con ciega cólera cuanto le sale al paso, camino al goce ilimitado. ¿No es acaso entonces necesaria una
como si después de ella no hubiera ya de existir futuro alguno ni cierta dosis de hipocresía para sostener la convivencia?
paz entre los hombres".5 Se cree que con la guerra el hombre ha sufrido una estrepitosa
Con todo ello, lo que se derrumba no es la realidad del progreso caída hacia el abismo. En realidad no es así, sucede simplemente
realizado ni la elevación del hombre lograda sino la ilusión de que que nunca se había elevado tan alto como nuestra ilusión lo supo-
se las hubiera alcanzado. nía. Los estadios anteriores no desaparecen ni son absorbidos por la
evolución; "lo anímico primitivo es absolutamente imperecedero"
La desconsolada reflexión de Freud concluye en este desalen-
y capaz de ser reanimado bruscamente como si todo el progreso lo-
tador aserto: "no hay exterminio del mal". En este sentido, la ex-
plicación psicoanalítica desbarata toda filosofía humanista: el grado jamás hubiera tenido lugar. No es confiable el ego sostenido
hombre no domina sus instintos, la cultura es una precaria adqui- en la autonomía del cogito pretendida por Descartes y exaltada por
sición que se logra contradiciendo las tendencias más ciertas del Sartre. Cuando el hombre cree estar actuando en función de sus in-
hombre, que éste no sólo no domina sino ni siquiera conoce. tereses, no hace más que racionalizar sus pasiones. La doliente verdad
El hombre no es libre, ni su vida es el fruto de un proyecto a tener en cuenta es que "tanto los pueblos como los hombres
consciente. Las generaciones anteriores nos transmiten una re- obedecen mucho más a sus pasiones que a sus intereses".6
nuncia pulsional pero al mismo tiempo el fracaso de la renuncia Esta reflexión freudiana que muchos califican de pesimista, es
y la repetición del mal. en verdad realista en términos de la verdad del psicoanálisis, con-
Pero además, el hombre no renuncia por propia voluntad, no traria a toda idealización y a las ilusiones del alma bella. Por lo
debemos suponerlo altruista; para explicar esta renuncia forzada cual, no extrañaremos que Freud finalice el artículo sin prometer
al instinto natural, que se convierte en malo por obra de la repre- la felicidad ni el progreso de la humanidad, sino pidiendo sola-
sión, introduce una razón inconsciente: el temor a la pérdida del mente un poco menos de hipocresía y desmitificando las augustas
amor del padre. Este temor constituye la esencia de la disposición aspiraciones del hombre del humanismo con un precepto menos
a la cultura, que en definitiva tiene los pies de barro: la ley de un ambicioso pero más realizable: "el deber primero de todo hombre
Otro que está muerto ("Dios ha muerto"), insuficiente para cana- es aprender a soportar la vida". El principio de "soportar la vida"
lizar el deseo y agotar las tendencias a la satisfacción directa que no hace la felicidad, pero implica en cambio un límite a la impo-
se imponen como voluntad de goce. tencia neurótica y al masoquismo superyoico por la aceptación de
El hombre de la razón no está a la altura de sus elevados ideales la imposibilidad. Cabe aquí la exclamación borgeana: "Ya no seré
culturales; vive, en realidad, "por encima de sus medios", desconoce feliz.., pero qué importa, ¡hay tantas otras cosas en la vida!"
la verdad que anida en su inconsciente y que lo lleva, una y otra
vez, a repetir lo que creía superado.
6. Sigmund Freud, ibid., pág. 1101.
5. Sigrnund Freud, ibid., pág. 1096.

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HÉCTOR LÓPEZ Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN

2. En las antípodas de este pensamiento encontramos a Jean P. ción, aunque insignificante, compromete a toda la humanidad.
Sartre que defiende en 1945 el existencialismo, acusado por sus Por lo tanto hay condiciones, y a estas condiciones las resume
enemigos de ser una doctrina anti-humanista; para ello escribe como condición humana, que se define como "el conjunto de los lí-
un polémico y célebre alegato: "El existencialismo es un humanis- mites a priori que bosquejan su situación en el universo [...] porque
mo"? Según Sartre, el hombre es un ser radicalmente libre: libre de todos presentan en común una tentativa para franquear esos
esencia, libre de Dios. "Es ante todo un proyecto que se vive sub- limites o para ampliarlos o para negarlos o para acomodarse a
jetivamente"8 pues "la existencia precede a la esencia". La angus- ellos".12 En consecuencia, todo proyecto, por más individual que
tia, es angustia ante la libertad de elegir, sin verdad, sin valores, sea tiene un valor universal. Hay por lo tanto también una moral,
sin fundamentos que lo excedan, solo ante la conciencia. Más allá pero no impuesta convencionalmente:
de sí mismo... el desierto: "No hay determinismo, el hombre es li-
bre, el hombre es libertad"9. Desde que Dios ha dejado de existir, y "Lo que hay de común entre el arte y la moral es que, en los
citando a Dostoievski "todo está permitido", el hombre ha alcan- dos casos, tenemos creación e invención. No podemos decir a
zado la absoluta autodeterminación: "las cosas serán tales como el priori lo que hay que hacer. El hombre se hace: no está todo hecho
hombre haya decidido que sean".1° Ante la acusación de nihilismo desde el principio, se hace al elegir su moral, y la presión de las
y pesimismo, Sartre responde: no hay doctrina más optimista que circunstancias es tal que no puede dejar de elegir una. No definimos
el existencialismo, puesto que descubre que el destino del hombre al hombre sino en relación con un compromiso".13
está en él mismo. La confianza en el hombre es aquí absoluta. Resulta obvio que el compromiso sartreano no es un compro-
miso estructural sino un compromiso histórico y social, que tiene
"En el punto de partida no puede haber otra verdad que ésta: premisas contingentes, accidentales.
pienso, luego soy; ésta es la verdad absoluta de la conciencia cap- Hay mala fe cuando se evita el compromiso; a los hombres de
tándose a sí misma. Toda teoría que toma al hombre fuera de ese mala fe Sartre los llama cobardes, mientras que llama inmundos a los
momento en que se capta a sí mismo es ante todo una teoría que que rechazan su contingencia y se pretenden necesarios. Cobarde e
suprime la verdad. Pues, fuera de este cogito cartesiano, todos lo inmundo son dos nombres para la falta de autenticidad. En otros tra-
objetos son solamente probables, y una doctrina de probabilidades bajos la mala fe nombra de una manera más clara a lo inconsciente
que no está suspendida de una verdad se hunde en la nada"." freudiano; cobarde sería entonces aquel que decide dejarse llevar por
Sartre concibe a esta teoría como la única que da una dignidad la irracionalidad del inconsciente sin atinar a actuar según la razón
al hombre, la única que no lo convierte en un objeto, pues al elimi- libremente consciente. La determinación inconsciente sería entonces
nar toda idea de causalidad, recupera la existencia como una reali- la mala fe en el hombre, su cobardía ante la libertad para elegir.
dad a priori que tendrá el sentido que el hombre quiera otorgarle. Pero llegados a este punto, ¿no sentimos que la idea de condi-
Sin embargo, existe el compromiso: el hombre sabe que su ac- ción humana sufre de contradicciones difíciles de conciliar con la
idea de la libertad? En efecto, el último tercio del opúsculo de Sar-
7. Jean Paul Sartre, "El existencialismo es un humanismo", en Existencialismo tre, está dedicado a las "Objeciones", donde un señor Naville no
y humanismo, Sur, Buenos Aires, Edición 3', 25-VI-1960, pág. 11. deja pasar la oportunidad para interrogarlo precisamente sobre
8. Jean Paul Sartre, ibid., pág. 16. los impasses de su doctrina de la libertad.
9. Jean Paul Sartre, ibid., pág. 21.
10. Jean Paul Sartre, ibid., pág. 28. 12. Jean Paul Sartre, ibid., pág. 33.
11. Jean Paul Sartre, ibid., pág. 31. 13. Jean Paul Sartre, ibid., pág. 37.

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HÉCTOR LÓPEZ Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN
A Sartre le resulta poco menos que imposible sostener la idea Para Heidegger todo ismo es una desgracia del pensamiento.
de una libertad de elección absoluta y de una no determinación "Los griegos pensaron, en sus tiempos de grandeza, sin esos títu-
del sujeto, y al mismo tiempo la necesidad de un actuar compro- los"". En cuanto al humanismo en particular, dice que arrastra el
metido, moral, de buena fe, etc. Todo lo que puede hacer es apelar descarrío de la metafísica desde los tiempos de la República Ro-
a un deseo humano que suena a petición de principios: si quiero mana, tiempos en que la paideia (educación) griega se carga del
mi libertad, no puedo menos que querer la libertad de los otros, y sentido de la humanitas romana: ideología que eleva y ennoblece
aún más, mi libertad consiste en querer la libertad de los otros. El la virtus del homo romanus en contraposición al horno barbarus. Allí
crédito otorgado al hombre bordea aquí la ingenuidad. comienza el humanismo y la reducción del hombre a la objetiva-
¿Si el hombre es libre para elegir el mal, por qué elegiría el ción del ente, ignorando la esencia del ser. El hombre comienza a
bien? Sartre se ve enfrentado a responder. Como no puede aceptar definirse por sus propiedades; razón, alma, espíritu, cualidades
que haya nada más allá de la propia cobardía del hombre, que morales, creyendo que de ese modo define su ser. Pero todo esto
restrinja su libertad, responde —desde un humanismo que parece no significa sino el olvido del ser, que Heidegger tratará de hacer
inspirado en Rousseau— con un deseo de bien supuesto a la natura- nuevamente presente (desocultar) mediante su analítica existencial
leza del hombre. del Dasein en El ser y el tiempo.
Sartre desconoce que si el hombre elige el bien no es guiado Esto llega hasta los tiempos sartreanos, bajo la forma, ahora,
por la libertad de su razón, sino porque no tiene más remedio. El de una filosofía que exalta la libertad subjetiva y centra su pensar
camino del mal está interceptado por la represión y eso causa el en el sentido de un proyecto originado en el cogito, confinando al
malestar en la cultura. En la represión acaba la libertad humana, hombre al dominio del ente: •"Si el hombre debe encontrar de
y en el retorno del mal muestra la represión su fracaso. nuevo el camino hacia la proximidad del ser, entonces tiene
El humanismo de Sartre, a pesar de su esfuerzo en demostrar primero
lo contrario, deviene en filosofía moral, como si la acción recta que aprender a existir en lo innominado", es decir fuera de sí mis-
fuera inherente a la libertad del hombre, y como si la acción libre .
fuera de por sí recta. mo, en la ec-sistelicia, donde la verdad, si la hubiere, no la dice el
hombre sino el Logos.
3. Martin Heidegger en su "Carta sobre el Humanismo"14, en- Es muy fuerte la asociación que Heidegger hace entre huma-
cuentra en el texto mencionado de Sartre la ocasión de desplegar nismo y metafísica:
un pensar crítico sobre la filosofía humanista y de plantear una "Toda determinación de la esencia del hombre que supone la
diferencia absoluta con la idea de existencia de la teoría sartreana. interpretación del ente sin la pregunta por la verdad del ser —sea
La "Carta..." resulta una verdadera Destruktion a la vez que una sabiéndolo o no, es metafísica (pág. 74). La metafísica es por esen-
recusación a las filosofías humanistas." Aparece en 1946, un ario cia humanista... Por eso todo humanismo es y será metafísico".
después del alegato de Sartre y del fin de la guerra.
No es que la metafísica no piense el ser, ya que lo presenta aco-
rralado en el ente; el problema es que no piensa la diferencia entre
14. Martin Heidegger, "Carta sobre el Humanismo", ibid, pág. 65, 1a edición,
15-06-1949.
ambos. No trascender la idea de hombre, o sujeto, es la limita-
15. Para referirse al humanismo, L. Althusser no habla de filosofía sino de ideología
burguesa (Louis Althusser, Para leer el capital, Siglo )OXI, México, 1974, pág. 130).
16. Martín Heidegger, "Carta sobre el Humanismo", ibid, pág. 65, l a edición,
15-06-1949.
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HÉC'TOR LÓPEZ Lo FUNDAMENTAL DE HE1DEGGER EN LACAN

ción de la metafísica y del pensamiento sartreano. Por eso pueden .Para él se trata de aclarar y preparar algo que es previo tanto
hablar de libertad. a la essentia como a la existentia. Se trata de ubicar la verdad del
La existencia que concibe Sartre se fundamenta en la coincidencia hombre, su humanitas, no en la persona, sino en lo innominado, lo
entre el ser y el pensar subjetivo; su punto de partida es el sujeto que significa que "el modo en que el hombre es esencialmente su
que se piensa a sí mismo: ego cogito, ego sum. Esta noción de propia esencia es el estar ex-tático en la verdad del ser". En otras
existencia no tiene nada que ver con la de ec-sistencia heideggeriana, palabras: "La esencia del hombre estriba en su ec-sistencia" (pág.
en la medida que ignora. la primacía de la temporalidad del ser, y 100). Es en esta condición carente, precaria, donde Heidegger en-
se aferra a los prejuicios que imaginan al ente como libre. cuentra la dignidad del hombre, no en los principios del huma-
nismo. Y dice aún más:
"La ec-sistencia pensada ex-táticamente no coincide ni en
cuanto a su contenido ni en cuanto a su forma con la existencia "En esto, el pensar de Sein und Zeit va contra el humanismo.
(la sartreana, por ejemplo). Ec-sistencia significa, en su contenido,
el salirse a la verdad del ser. [...] Nombra la determinación de Pero esta oposición no implica irse al otro extremo: a lo inhumano,
aquello que el hombre es en el destino de la verdad"." a lo des-humano, a la degradación de la dignidad del hombre. Al
contrario, si pensamos contra el humanismo es porque no
La frase "el hombre ec-siste" no responde por el sentido de la coloca la humanitas del hombre lo suficientemente alto".18
existencia, sino que intenta formular la pregunta por la esencia del
hombre. A diferencia de la reflexión de Sartre, el otro pensar hei- El pensamiento humanista coloca esa dignidad "tan bajo, que
deggeriano ubica la subjetividad en un plano de desconocimiento el hombre la alcanza con su mano"; le pertenece totalmente: es su
de la verdad. Porque no habrá verdad sino en el evento (Ereignis), dignidad como individuo, no la dignidad del ser. Tampoco la del
esto es, en el propio esenciarse del ser como verdad. sujeto del psicoanálisis.
Según Heidegger, la debida y suficiente comprensión de esta Heidegger, en cierto sentido, ha dado vuelta las cosas: aho-
diferencia en su obra fue dificultada porque al publicarse El ser y ra su anti-humanismo rescata más la dignidad del hombre que el
discurso todo del humanismo, reductor del ser del hombre a esa
el tiempo quedó fuera lo que iba a ser la sección III de la Primera
sustancia del ente que se llama sujeto libre de la conciencia.
Parte: "Tiempo y Ser", donde se alcanzaría por primera vez la ex-
La Destruktion del humanismo, o en términos de Lacan su pro-
periencia fundamental del olvido del ser. Si bien Heidegger busca
testo, se plasma magníficamente en una página de la "Carta...",
la esencia del ser, no la busca en la existencia del ente (según la
que resulta un verdadero alegato contra las evidencias del sentido
concibe el existencialismo); él se enfrenta con la paradoja de que
común. Vale la pena que la releamos:
la esencia del hombre no está en el hombre, porque hay un campo
ec-sist ente de determinaciones del ser. "Porque se habla contra el humanismo, se teme una defensa
Sartre por su parte, con su postulado capital "la existencia pre- de lo in-humano y una glorificación de la brutalidad bárbara. Pues
cede a la esencia" da vuelta la frase de la metafísica que desde ¿qué más lógico que esto: a quien niega el humanismo sólo le
Platón decía: "la esencia precede a la existencia". Pero, acota Hei- resta la afirmación de la inhumanidad?
degger, "el reverso de una frase metafísica sigue siendo una frase Porque se habla contra la Lógica, se cree que existe la preten-
metafísica" (pág. 81). sión de renunciar al rigor del pensar, de entronizar, en lugar de

17. Martin Heidegger, ibid., pág. 79. 18. Martin Heidegger, ibid., pág. 83.

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HÉCTOR LÓPEZ Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN
ella, la arbitrariedad de los instintos y sentimientos y de proclamar En el seminario 7. La ética del psicoanálisis", Lacan reúne las des-
así al irraCionalismo como lo verdadero. Pues ¿qué más lógico que viaciones del análisis en torno a tres ideales:
esto: quien habla contra la Lógica defiende lo alógico? El primero es el ideal del amor humano. Se vincula sin duda con
Porque se habla contra los valores, se espanta uno ante una fi- la noción de compromiso con el prójimo concebido como persona
losofía que —al decir de la gente— se atreve a exponer al despre-
cio los más altos bienes de la humanidad. Pues ¿qué más lógico total a tener en cuenta en el vínculo del amor sexual. Posición que
que esto: un pensar que niega los valores tiene por fuerza que se alcanza como amor genital y a la que parece limitarse la ambi-
declarar todo sin valor? ción analítica. Llevar el análisis a este empobrecimiento, hacer de
Porque se hace referencia a las palabras de Nietzsche sobre él un "estímulo para los retardados de la glándula", impide que
la muerte de Dios, se declara que tal proceder es ateísmo. Pues las verdaderas (y últimas) preguntas freudianas puedan plantear-
¿qué más lógico que esto: aquel que ha experimentado la muerte se. Los interrogantes de Lacan aquí son una forma de protesto:
de Dios es un sin Dios (=malvado)?
Porque en todo lo dicho se habla contra aquello que vale "¿,Por qué el análisis que aportó un cambio de perspectiva
como sacrosanto para la humanidad, esta Filosofía predica un tan importante sobre el amor, colocándolo en el centro de la ex-
irresponsable y destructor nihilismo. Pues ¿qué más lógico que periencia ética, que aportó una nota original, ciertamente dis-
esto: aquel que niega lo verdaderamente siente (participio del tinta del modo bajo el cual hasta entonces había sido situado el
verbo ser: Seinde, siendo) se coloca del lado del no-ente y con amor por los moralistas o los filósofos de la economía de la re-
ello predica que la simple nada es el sentido de la realidad?" lación interhumana, por qué el análisis no impulsó más lejos las
cosas en el sentido de la investigación de lo que deberemos lla-
En definitiva, Heidegger nos dice que no se trata de ser huma- mar, hablando estrictamente, una erótica? Esto es algo que me-
nista o antihumanista, sino de devolver a la palabra humanismo rece reflexión".
un sentido de desocultación que diga la verdad del hombre como
ec-sistencia. Plantear esa cuestión hubiera llevado a retomar el interrogan-
te freudiano por la sexualidad femenina y todas las consecuencias
4. Lacan persigue volver a la verdad freudiana. En ese movi- que de ello supo extraer Lacan en su enseñanza.
miento de retorno se inscribe su protesto al hombre inventado por "Segundo ideal, que es también cabalmente llamativo en la
el humanismo; protesto no en abstracto, sino en aquello que experiencia analítica —lo llamaré el ideal de la autenticidad". Este
interesa a la práctica psicoanalítica. No se trata de técnica, ni ideal parece sacado directamente de los principios del existencia-
siquiera de teoría, sino de los principios que comandan la ética del lismo humanista.
análisis. Obviamente el análisis no se opone a que el sujeto sea auténtico
Por eso denuncia una idealización de ciertos preceptos que se en un sentido moral, pero tampoco hace de la autenticidad una
habían adueñado de la dirección de la cura, a veces ni siquiera pen- norma del producto acabado, algo deseable, es decir, un valor.
sados pero siempre determinantes de la acción. Son los principios Es un ideal cuya vigencia lleva a Helen Deutsch, por ejemplo,
humanistas que hoy gobiernan sin excepción el ejercicio de la psico- a describir una forma clínica de su desviación: la personalidad as
terapia, pero que la práctica freudiana excluye terminantemente. como si, que en alemán es als ob.
Dejarse guiar por ellos es haber leído muy mal a Freud en su
gnómica presocrática: Wo Es war, soll kh werden, (donde eso era yo 19. Jacques Lacan. El seminario. Libro 7. La Ética del Psicoanálisis, Editorial
dós, Buenos Aires, 1988, págs. 17-20.
debo llegar a ser) que debiera impedimos confundir acto analitico

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HÉCTOR LÓPEZ Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN
"Hablamos de una persona, sin embargo, de la cual no puede lOol (éthos). El primero, /Oos. (éthos), nos lleva de la mano al frag-
decirse que esté mal adaptada ni que falle en ninguna de las mento de Heráclito: éthos anthropo daimon, "el carácter es lo demo-
normas exigibles de la relación social. Pero ese carácter de inau- níaco en el hombre", y atraviesa los siglos para resurgir en la tra-
tenticidad de su conducta se presenta como algo no armonioso, ducción que Heidegger hace del fragmente citado en la "Carta...":
como una presencia no plena, como un déficit en el plano de las "el hombre habita en la proximidad de lo divino". El segundo,
virtudes".
lOos (éthos), tiene el sentido de costumbre, hábito, noción que nos
aleja del horizonte del análisis, y nos hace caer en la cotidianeidad
El análisis no podría proponerse hacer del analizante un suje- del Man2". Es el sentido que cristalizó en Roma como mos, moris
to auténtico, sencillamente porque la llamada autenticidad no es
(costumbre-hábito), rebajando la ética a lo convencionalmente
más que una ilusión narcisística, un principio moral que desconoce
consagrado por las (buenas) costumbres, la moral.
los engaños de la conciencia y las dependencias del sujeto con
En el campo del análisis, el ideal siempre se configura como un
respecto a lo que Heidegger llama "lo innominado".
Mos., es decir, un objetivo moral, ortopédico, educativo. No se ve
como esta práctica podría ir más allá de la reeducación emocional
"Asimismo, hemos forjado desde hace un tiempo un tercer
y de la rectificación de las conductas, a pesar de que se practique
ideal, que no estoy seguro de que pertenezca a la dimensión ori-
en nombre de la no-dependencia y de la autenticidad del sujeto.
ginal de la experiencia analítica: el ideal de no-dependencia".
El psicoanálisis localiza los ideales en la dimensión fantasmáti-
ca, defensiva, y tiende a atravesarlos, ése es su ii0os. La psicoterapia
Reencontramos aquí, como lastre ideológico del análisis, esa . ..
se identifica esencialmente a ellos y los entroniza como objetivos a
imagen existencial del sujeto angustiado ante su libertad original, lograr en el tratamiento, ese es su lOos. Como vemos, se trata en los
enfrentado al mandato de la no dependencia con respecto a cual- desvíos de la metafísica, de la disparidad entre dos palabras em-
quier referencia Otra que lo determine, pretendiendo siempre un pleadas por Aristóteles, soportada sólo por la diferencia entre dos
libre albedrío que sin vacilaciones Lacan había designado ene! Semi- fonemas casi iguales: se olvidó la palabra que empieza con la letra
nario Las Psicosis como "delirio necesario al hombre moderno". griega i (eta) y se privilegió la que empieza con E (épsilon).
Lacan encuentra que en la clínica, el ideal de no-dependencia
En la actualidad los ideales de la práctica analitica se han in-
tropieza con una paradoja: "los modos bajo los que nos permitimos
intervenir para que el sujeto lo alcance"; son modos que lo vertido. Ahora, en nombre de Lacan, se endiosa al analista inhu-
contradicen de principio a fin: el sujeto analizado no debe ser mano, el que reduce la práctica al acto, donde todo decir tiene una
dependiente del objeto, con lo cual su destino, si fuera posible pretensión de efecto performativo. Artalizantes esclarecidos gustan
esa tal independencia, sería la del esquizofrénico. Lacan tiene en de someterse al acto puro, sin las miserias de la contaminación
cuenta las reservas verdaderamente fundamentales, constituti- discursiva ni las demoras del tiempo de la escucha. Impera el
vas, de la posición freudiana en todo lo concerniente a la educa- corte. Todo lo que sea relato (incluso de los sueños), historia,
ción: operar en esa dirección, acaba en ortopedia. construcción, ficción, es dejado de lado en el análisis en culto a la
sesión breve y en aras del acotamiento del goce.
Es aquí donde introduce los dos términos que diferencian al
psiccianálisis de toda forma de psicoterapia humanística: son vo-
20. Man, noción heideggeriana para nombrar la existencia cotidiana en tanto
cablos griegos de la Ética a Nicómaco de Aristóteles: I0o1 (éthos), y preocupación por lo impropio del hombre.

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Lo FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN
HÉCTOR LÓPEZ

momento en que la satisfacción del sujeto encuentra cómo reali-


La infiltración de la cultura posmoderna en esta práctica es zarse en la satisfacción de cada uno, es decir, de todos aquellos
evidente; fin de la historia: basta de construcciones freudianas; fin
con los que se'asocia en la realización de una obra humana?"21
del relato: basta de asociación libre; fin de las ficciones: basta de la
interpretación de los sueños y de las fantasías; fragmentación de
los acontecimientos: técnica del corte. En fin, el pragmatismo del
resultado, no la construcción del recorrido. •
Se trata de una clínica (¿lacaniana?) que postula como ideal al
analista inhumano para el cual el precepto de hacer el muerto asu-
me la forma siniestra de la apatía sadeana. Apatía frente a toda cir-
cunstancia y a todo accidente vital del analizante, donde el analista
no conoce, no digamos ya su historia o sus sueños, sino ni siquiera
su nombre.
Pero, acotar el goce, si eso fuera posible ¿no es un precepto
moral, más moral y más maléfico que la reeducación emocional? En
el análisis ¿se trata de restricción al goce o de su transformación?
Para lo primero, son suficientes algunos pocos minutos, sólo se
trata de asumir la función superyoica del censor; para lo segun-
do... hay que trabajar un poco más.
Esta breve alusión tiene la finalidad de mostrar que tanto el
humanismo como el anti-humanismo conducen al mismo punto,
pues sólo se trata de una diferencia imaginaria, de un enfren-
tamiento dual entre semejantes. En Freud, Heidegger y Lacan he-
mos visto que se trata de otra cosa. El ser del hombre, para bien y
para mal, está en otra parte, muy cerca, pero a la vez muy lejos del
hombre. La enseñanza de Heráclito nos habla de una proximidad
de lo divino en el hombre, que es, para nosotros, la metáfora poética
de la dependencia del sujeto con respecto a una estructura tan propia
y tan ajena como el lenguaje (Sprache), única casa del ser, donde
habitamos en lo real, lo simbólico y lo imaginario.
La clínica psicoanalítica por lo tanto será de lo nodal, fundada
en la equivalencia entre los tres registros. En lo simbólico, el tra-
bajo con el significante: la interpretación; en lo real, la transforma-
ción del goce: elaboración del fantasma; y en lo imaginario, una
cierta reconstrucción del sentido que le dé un nuevo marco a las
satisfacciones del sujeto, puesto que finalmente, ¿estamos o no de 21. Jacques Lacan, "Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoaná-
lisis", en op. cit. pág. 138.
acuerdo en que "la cuestión de la terminación del análisis es la del

1 ML
157
C AP Í T U L O 8
Tiempo de ser y fin de análisis

El animal es un ser de prisa,


El hombre es un ser de espera.
HEIDEGGER

1. Con Heidegger: el ser del dasein es tiempo


Desde comienzos del siglo XX la cuestión del tiempo ha ido
adquiriendo una extraordinaria complejidad. Esto no significa
una amp1ificación de imprecisiones o incertidumbres. Por el con-
trario, la separación de un tiempo "simbolizado" con respecto al
tiempo exterior planteado como forma a priori por Kant, introduce
diferencias que ordenan el campo y hacen posible un trabajo de
conceptualización ajeno a las exigencias positivistas de la cro-
nología y de la sucesión lineal.
Es inaugural en esta transformación la conferencia "El concepto
de tiempo"' donde Heidegger establece una absoluta incompa-
tibilidad entre el tiempo que llama "físico" u "objetivo", y la forma
en que el tiempo es experimentado por el dasein, es decir, la
"temporalidad".
La temporalidad no se diferencia del dasein mismo. Por el con-
trario, no siendo el dasein una esencia sino puramente ex-sisten-
cia, su propio ser es determinado y constituido como historici-

1. Martin Heidegger, El concepto de tiempo, Mínima Trotta, Madrid, 2003. Me


referiré casi exclusivamente a esta conferencia de 1924 y no a El ser y el tiem-
po (1927) pues ella contiene todas las articulaciones necesarias para seguir
las elaboraciones que Heidegger realiza en su obra fundamental de 1927.

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dad. Si tuviéramos que responder a la pregunta por el ser del' los fenómenos psicóticos tales como las vivencias angustiantes de
dasein (¿Qué es el dasein?), sólo podríamos decir que es tiempo, es la detención del tiempo, de su aceleración o lentificación. Es tam-
decir ente no objetivable en el presente ni consumado como ser en bién el tiempo de los mitos donde fracasa por completo el tiempo
la medida que es un siendo, efecto inacabado de su propia existencia objetivado. ¿En qué tiempo suceden los mitos? La polémica de
en el mundo y de los discursos precedentes.2 Levi-Strauss con Freud en torno a Tótem y tabú se desvanece en el
Pero "el mundo" no es el mundo físico sino la realidad a donde aire cuando vemos al etnólogo coincidir con Freud en la afirma-
ha sido arrojado el dasein: el mundo del lenguaje que lo envuelve y ción de que los mitos son estructuras sincrónicas —no hechos his-
del cual recibe la donación de su ser, independiente por completo tóricos que hayan sucedido en el tiempo—, y que ellos crean, de la
del ente que es, y más allá de su coexistir con los otros. A causa nada, el tiempo de los acontecimientos humanos.
del lenguaje el dasein no puede ser sino "siendo". Su ser es "Hay muchos tiempos" dice Heidegger, a lo que agregaría-
inacabado no por accidente sino por estructura.3 mos, "tantos como sujetos".
Por el don del lenguaje el dasein tiene un futuro, una En cambio, sobre la cronología, dice: Un reloj es un sistema físi-
posibilidad de ser. Pero este don es al mismo tiempo el caballo de co en el que se repite constantemente la misma secuencia temporal con la
Troya que le anuncia su finitud. La temporalidad del dasein es condición de que este sistema físico no esté sujeto a cambio por ningún
antinómica a la eternidad; se abre hacia el futuro, pero desde allí le influjo externo. La reí:). etición es cíclica. Cada período tiene la misma du-
retorna como limite, es decir: muerte, su única posibilidad ración temporal. El reloj ofrece una duración idéntica que se repite cons-
realmente cierta. tantemente, una duración a la que uno siempre puede recurrir.'
Si en la experiencia existe el tiempo es porque el lenguaje in-
Es posible que Heidegger haya encontrado en los trabajos de
troduce la muerte, aunque el modo vulgar de pensar suponga
Husserl sobre la temporalidad de la conciencia un camino nuevo
que la muerte es el resultado del simple transcurrir del tiempo. La
para pensar el tiempo, aunque luego haya tomado el suyo propio.
finitud, introducida por lo simbólico y vivida como angustia, im-
El "joven Heidegger" seguramente se sintió identificado en ciertos
plica una inversión del tiempo cronológico que ningún otro ente
párrafos de su maestro, como el siguiente: Aquél tiempo que es
experimenta: hay presente porque hay futuro. Si el ser del dasein
esencialmente inherente a la vivencia en cuanto tal, como sus modos de
se especifica como posibilidad es a partir de este futuro cierto e
inevitable, presente en cada tramo de la temporalidad.
darse, el ahora, el antes, el después, y las modalidades determinadas por
El tiempo del dasein por lo tanto, no es una sucesión unifor- éstos, el simultáneamente, el sucesivamente, etc., no se puede medir por
me y continua, no es una "masa amorfa".4 Es el tiempo propio no la posición del sol, ni con un reloj, ni por medio de nada físico, ni en ge-
sólo de la historicidad, sino también de las fantasías, e incluso de neral se puede medir.'
En efecto, cuando el hablante emplea alguna de las palabras
2. Nótese la semejanza parcial de estas ideas de Heidegger con las series com- que se refieren al tiempo, ¿no se advierte acaso que algo queda
plementarias freudianas. Parcial pues el Dasein, en tanto concepto teórico indeterminado en el enunciado y que debemos recurrir al sujeto
carece de cuerpo pulsional y de deseo, cuestión definitoria a la hora de
diferenciarlo del sujeto del psicoanálisis.
unidades lingüísticas. Ese mítico "antes" es obviamente un recurso didáctico
3. El inacabamiento estructural del ser humano, condición que persiste hasta
ya que la sincronía de la lengua precede a toda experiencia del sentido o
la muerte, fue estudiado incluso en el plano de la biología como neotenia por
del sonido.
George Lapassade en La entrada en la vida, Editorial Fundamentos, Madrid,
5. Martin Heidegger, op. cit., pág. 30.
1973.
6. Edmund Husserl, Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofta feno-
4. Masa amorfa llama Saussure al continuuni del sentido y del sonido "antes"
que intervenga la lengua para introducir las diferencias y oposiciones de las
menológica, FCE, México, 1962, pág. 191.

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de la enunciación para orientarnos? ¿Cuándo es ahora, mañana, a la historicidad, determinada por la experiencia singular y por los
antes, después? Las indicaciones de tiempo en el habla concreta g efectos concretos del discurso "en su movimiento universal".10
funcionan necesariamente como shifters7 que "embragan" con el Si el dasein es un "ser para la muerte" como dice Heidegger, es
nivel de la enunciación, con el acto de decir y no con lo dicho. Se porque el ser es tiempo. Deberá esperar a su propia muerte para
hace evidente así que en el plano de la temporalidad no hay objez• ser verdaderamente un ser. Pero con mala fortuna, pues en ese
tivación posible del tiempo en la medida que interviene una vaf mismo momento dejará de ser, definitivamente.
riable incuantificable: el sujeto de la enunciación.
Dijimos que no hay tiempo sin lenguaje, a lo que agregamos'
que tampoco hay tiempo sin sujeto (parlétre). No me refiero al su- 2. Con Lacan: ser el síntoma
jeto que organiza su vida mirando obsesivamente el tiempo del
reloj, sino a la intuición poética que sabe que somos tiempo: El Plantear un final de análisis como identificación con el síntoma
tiempo es la sustancia de que estoy hecho. El tiempo es un río que me no es, a primera vista, un resultado muy promisorio. Sin embargo,
arrebata, pero yo soy ese río, es un fuego que me consume, pero yo soy es así como lo plantea Lacan hacia el final de su enseñanza.11
ese fuego (Jorge L. Borges). Más aún, da a entender que el síntoma es el núcleo del ser del
sujeto, cerrando así un amplio arco que retorna sobre el Seminario 1
La cita que Heidegger toma de Aristóteles: "El tiempo es aque- donde el fin del análisis había sido planteado como revelación y
llo en lo que se producen acontecimientos"' señala que son los su- realización del ser.
cesos (no la sucesión) los que marcan la escansión (el tempo) del El analizante llega al análisis como un "yo soy". Su ser todo
tiempo. Quien se obsesiona por "aprovechar" el tiempo o el que se reduce a una identificación imaginaria cuyos resortes desconoce,
rige su vida cotidiana por el imperativo "el tiempo es oro", sólo pero que lo hace ser uno. La identificación, en este caso narcisística,
experimenta "lo impropio del tiempo", lo exterior. No lo crea viste el vacío del sujeto. Es un "falso ser"12 cuyas fallas se
como acontecimiento, lo padece como obsesión. "Preguntando revelan a veces como un sentimiento de inadecuación, de falsedad,
así por el 'cuánto' y el 'cuándo', el ser-ahí pierde su tiempo".9 de "como si". Si el monje había logrado "ser" sus hábitos, no
La temporalidad por lo tanto es inconcebible sin introducir al puede impedir sin embargo la incidencia de la angustia como
ser que habla: el sujeto. Heidegger como es sabido repudió al sujeto "serial" de su ser vacío.
de la metafísica por su filiación con el ego cogito cartesiano. Pero De todos modos su narcisismo estaría a salvo si no fuera por
la analítica existencial del dasein que despliega en El ser y el tiempo
• • • la aparición inoportuna del síntoma que le muestra su división
es, a mi criterio, una teoría del sujeto cuya propiedad fundamen-
tal es su división entre ser y ente. No "ser" entificado ni "ente" que 10. "Y también el sujeto, si puede parecer siervo del lenguaje, lo es más aún de
un discurso en el movimiento universal del cual su lugar está ya inscrito en
es, sino ex-sistencia que carece de ser. Su fragilidad óntica da lugar el momento de su nacimiento, aunque sólo fuese bajo la forma de su nom-
bre propio". (Jacques Lacan "La Instancia de la Letra...", en Escritos, Siglo
7. La teoría del shifter pertenece a Roman Jakobson y puede seguirse en su texto X)(I, México, 1971, pág. 181).
"Los conmutadores, las categorías verbales y el verbo ruso", en Ensayos 11. Me refiero a los desarrollos que comienzan en el Seminario 22 RSI, y continúan
de lingüística general, Seix Barral, Barcelon, 1981. en los Seminarios 23 Le sinthome y24 L'insu que sait de ¡'une bévue s'aille
8. Martin Heidegger, op. cit., pág. 29. mourre.
9. Martin Heidegger, op. cit., pág. 49. 12. Una de las definiciones que Lacan dio del fantasma es precisamente la de
"falso ser".
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y lo atenaza a un goce desconocido. El síntoma revela al sujeto
como Otro. fueron el incremento de la represión, el aplastamiento del deseo
En este sentido, el síntoma transaccional es una primera rasga- y el olvido de "lo propio", de lo singular. El éxito del análisis se
aseguraba así en el grado de conformismo a un falso ser. "La no-
dura del ser que el análisis deberá transformar en apertura al ser.
ción de pattern, que viene a funcionar aquí como coartada de la ti-
Lo que Heidegger llama "cuidado" (Sorge), consiste precisamente,
pología puesta en jaque, patrocina una técnica que, persiguiendo
en el cuidado por preservar esa apertura, por impedir volver a lo
la localización de un pattern inactual, se inclina fácilmente a juzgar
uno del Man narcisístico. "Que el ser sea dejado ser" pide Heideg-
sobre su apartamiento de un pattern que encuentra en su con-
ger según nos recuerda Lacan en el Seminario 1. Y allí mismo arti-
cula el final dél análisis con el advenimiento del ser, luego de formismo las garantías de su conformidad"."
que la interpretación haya socavado, con el trabajo del significante, Muy lejos de todo pattern, Lacan enseña que si el análisis co-
la consistencia imaginaria del ser "impropio" (moi): De esto se trata mienza por la identificación del sujeto con su imaginario, finaliza
al fin de un análisis; de un crepúsculo, de un ocaso imaginario del mundo, con el identificar o nombrar fundamental, como operación que
incluso de una experiencia que limita con la despersonalización. Es en- cumple la sentencia freudiana Wo es War Soll Ich Werden (donde
eso era el sujeto debe advenir). El sujeto que adviene en la nomi-
tonces cuando lo contingente cae —el accidente, el traumatismo, las difi-
nación tiene como condición la "identificación del síntoma pro-
cultades de la historia—. Y es entonces el ser el que llega a constituirse.13
pio o sinthome" ."
Allí localizamos el extremo inicial del arco que se cierra, en re-
torno, desde el Seminario 24 donde Lacan propone, como final de Cuando Lacan dice que el analizante después de hablar de sí
análisis, la identificación con el síntoma: ser el síntoma. Para que mismo pero no al analista, y de hablar al analista pero no de sí
ese síntoma final no se confunda con la función defensiva y tran- mismo, culmina su análisis cuando puede hablar de sí mismo al
saccional del síntoma de inicio lo denomina sinthome. El ser del analista, vemos surgir, en este último "sí mismo" al sujeto que
sujeto ya no es ahora su yo sino el sinthome. Este resultado implica puede poner en palabras lo que es, más allá de toda identificación
una transformación en la relación del sujeto con el goce. Se trata a la "masa ideacional" del yo y a la demanda del Otro.
de una re-escritura de las inscripciones de lo real en lo inconsciente Dudamos que esto pueda lograrse en los análisis express que
a la que Lacan llama nominación. El sujeto se convierte en un proponen los analistas posmodernos. Si es verdad que "el hombre
"egoarca" (Éycoyg, yo; dpxri, primero, fundamento), en un yo es un ser de espera", entonces es el tiempo, no la prisa, lo que
fundamental más allá de lo imaginario y de la sujeción al Otro. El decide lo que el sujeto es en su ser. El tiempo es desplazamiento,
sinthome supone —por parte del sujeto-- poner el goce en obra, es metonimia donde incúba el deseo. El deseo en cuanto articulación,
decir producir un artificio que lo nomine como ser. sabe esperar, sabe recorrer las cadenas del discurso hasta dar la
Nadie duda que el análisis debe asediar el núcleo de nuestro metáfora de su objeto imposible. "Preservar el lugar del deseo",
ser: la cuestión es dónde situar el ser. Los posfreudianos, aliados que es el objetivo de la cura según Lacan, es resguardar el
de la psicología como ciencia metafísica y ontoteológica (que en- tiempo del despliegue de la asociación libre. Las técnicas irruptivas
diosa al ente) identificaron el ser del sujeto con esa categoría ima- de "acotamiento del goce", cuando se hace de ellas el único
ginaria que es el yo, y por lo tanto practicaron el final del análisis
como una moral del fortalecimiento del yo. Sus consecuencias 14. Jacques Lacan, "La dirección de la cura y los principios de su poder", en
Escritos, Siglo XXI, México, 1971, pág. 236.
13. Jacques Lacan, El seminario. Libro 1. Los escritos, técnicos de Freud, Paidós, 15. Jacques Lacan. El Seminario. LAT° 24. L'insu que sait de ¡'une bévue s'aille á
España, 1981, pág. 339. mourre, clase del 16/11 /1976.

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recurso, sólo logran alimentar al monstruo de la sumisión al goce En su escrito sobre el estadio del espejo Lacan había tomado
del Otro. No dar tiempo a la palabra es comportarse como la pul- de Rimbaud la frase "yo es otro" para referirse a la alienación del
sión, enemiga del tiempo y de la espera. Escuchar es dejar que el yo a la imagen del otro. También hay un "yo es otro" al final del
sujeto "se" analice, dejar que encuentre el nombre que le es pro- análisis, pero en ese caso no se trata ya de la identificación con el
pio. Entonces la prisa no sería ya la del animal, sino el "momento semejante, sino con lo Otro de sí; con lo que pertenece a la ex-ti-
de concluir" un recorrido temporal. midad del Nebenmensch y que sin embargo forma parte del "nú-
cleo de nuestro ser" (Kern unseres Wessens). Éste es el ser "propio"
al que se refiere Nietzsche con su frase: "Yo soy lo más cercano y
La "metamorfosis" del análisis (así llamada por Lacan), lo más lejano a mí mismo", y al que quizá haya querido referirse
permite la realización del ser que el sujeto "habrá sido" y que se le
Rimbaud con su "yo es otro".
revela como un "Tú eres eso".
Si algo significa la "destitución subjetiva" al final del
análisis es justamente el abandono del apego a la unidad del yo
para que pueda surgir el "tú eres eso".
Por eso decimos: el final del análisis es un "tiempo de ser".
¿Ser qué? Ser el síntoma, como lo más propio, lo singular, más acá
del Otro y sus demandas. El síntoma es la vía regia para alcanzar
lo que el sujeto es, no en lo Simbólico donde es determinado por
el significante, sino en lo real, donde reside su punto más verda-
dero de determinación como ser.
El sujeto alcanza lo propio de sí mismo por identificación
con el objeto de su goce. Es decir, se identifica con esa parte real
de su ser de la cual se había desprendido para constituirse en lo
Simbólico. Por la operación de separación arrojó fuera (al mundo)
el ser (Da-sein) bajo la forma de objeto y se constituyó en agujero.
Ahora debe llegar a ser sujeto "allí", en la "ex-timidad", pero no
por sumisión al Otro absoluto, lo cual implicaría el re-encuentro
con lo siniestro (Umheimlich) del objeto, sino por el artificio de su
sinthome como escritura del goce. Se trata del sujeto que ha
logrado fabricar con los ingredientes del síntoma: el goce y el
significante, un nuevo nombre para darle a su ser. Vemos así
aclararse la equivalencia planteada por Lacan entre el dasein
heideggeriano y el objeto (a).

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