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Introducción
La mayoría de los estudios sobre acoso escolar se centran en las formas y la frecuencia
con que se produce en los centros de Educación Secundaria; en particular, en las
conductas antisociales de los estudiantes desde una metodología de corte cuantitativo.
Es más, al detectar problemas en la convivencia escolar, estos han sido interpretados en
clave de “trastornos individuales” de la conducta, más que en términos de fenómeno
social básico que habría que considerar para el buen funcionamiento de los centros. Estos
análisis y el enfoque desde el que han realizado han obviado, por tanto, aspectos
relevantes como la propia organización de los centros, el modo de impartir el currículo
o el clima escolar como construcción sociológica. En no pocas ocasiones, además, se
proponen soluciones y fórmulas salvadoras que, por su generalidad, no sirven para que
profesores, estudiantes y familias modifiquen respectivamente sus relaciones y prácticas.
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observación, el centro escolar, el que establece la diferencia entre violencia y fenómenos
como indisciplina o mal comportamiento.
Teniendo en cuenta todo lo dicho, se deduce que solo sobre la observación de la lógica
instituyente de la violencia en el centro escolar, podrán explicarse las razones por las que
las víctimas se ven impedidas para afrontar o abandonar la situación de acoso y violencia
en la que se encuentran. Por lo tanto, enfocar el centro escolar como unidad sistémica
conlleva otorgarle ciertas características, además de los dispositivos directamente
relacionados con la violencia, como la orientación pedagógica, la estructura organizativa,
los métodos de enseñanza, las prácticas cotidianas con estudiantes, etc. Es decir, que
aun teniendo en cuenta el entorno social como agente de violencia, es necesario centrar
el análisis principalmente en lo que hace o deja de hacer el centro escolar en la
construcción de la convivencia y en sus rupturas.
Este modelo se propone superar la teoría (y la metodología a ella asociada) que propone
a la violencia como elemento estructurante de la vida de los centros y analiza los hechos
excepcionales que supone la violencia, para centrarnos, en cambio, en comprender la
forma en que se construyen las normas sociales que se generan con la convivencia
en su proceso de institucionalización.
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Los datos obtenidos han permitido comprender que las prácticas escolares están
relacionadas con el contexto social del centro, con sus actores y con las relaciones que se
establecen entre ellos. Su análisis permite descubrir las incoherencias entre el sistema
normativo ideal de referencia (el “debe ser” participativo, democrático, integrador,
solidario, multicultural) y la acción práctica en los centros y en las aulas (lo que
realmente “es”: individualista, competitiva y excluyente). La brecha entre lo ideal y la
práctica es tan grande que produce frustración entre los actores al contemplar la crudeza
de la realidad. Ante esta imagen descorazonadora, a los profesores de secundaria les
cuesta desmitificar su profesión, comprender la dificultad de su trabajo y “reconvertir” sus
pretensiones, centradas casi exclusivamente en el desarrollo académico, en otras más
realistas adecuadas a las circunstancias.
Una de las primeras conclusiones a las que se ha llegado es que el referente “centro”
como institución ideal construida, impide contemplarlo en su justa medida e impide
desarrollar prácticas más adecuadas. Una institución escolar ha de proponer y practicar
principios que regulen las relaciones en una sociedad democrática y plural, mostrar y
cuestionar qué valores dominan el mundo (individuales y sociales), para lograr una
sociedad cohesionada y reconocer y comprender cómo nos organizamos y relacionamos
para lograr una convivencia pacífica.
El centro escolar aparecer como sistema social con suficiente autonomía como
para construir su propio modelo de convivencia. Se reconoce la capacidad de los
actores para modificar con sus prácticas cotidianas las relaciones que definen el modo en
que conviven. Del conjunto de tales prácticas se desprende que los actores crean y
recrean sus modos de convivir, y esta afirmación nos permite reconocer que, a pesar de la
sobrerregulación a la que están sometidos los centros, sus actores gozan de autonomía
suficiente como para construir prácticas diferentes e incluso opuestas a las
habituales. Esta autonomía puede observarse en la disparidad de acciones que se dan
entre centros a la hora de resolver los problemas de convivencia.
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vital importancia, si tenemos en cuenta que este es el elemento que mayor significado
provee a la comunidad escolar. De esta forma, en la medida en que la identidad del centro
se corresponda con el tipo de normativa y de control interno que se establezca y, a su
vez, ambos estén en sintonía con el contexto social y el tipo de control externo ejercido
sobre el mismo, la convivencia se adecuará a normas compartidas por la mayoría de los
actores, aumentando así el grado de control del centro sobre la convivencia y reduciendo,
en consecuencia, la situación de conflictividad incontrolada. Hay que advertir, no obstante,
que las normas solo serán aceptadas si forman parte de la vida cotidiana, es decir, si se
interiorizan y se asumen como una forma de convivir.
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sociodemográficas que crean homogeneidad en el centro: la clase social, el origen
geográfico, la religión, el idioma, etc. Historia del centro, características físicas,
contexto social, composición y situación laboral del profesorado.
- Prácticas para modificar factores dependientes: Se configura la forma de
dirección considerando dos aspectos reguladores: el tipo de liderazgo (unipersonal
o colegiado, autoritario o democrático) y el tipo de gestión (formal-burocrático e
informal). Tipo de orientación predominante y construcción de la imagen del centro.
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doble legitimación: ante la Administración y ante la comunidad. La clase social es la
característica con más capacidad de explicación sobre el control académico, al haber
una clara relación directa entre el ascenso en la clase social y las exigencias de las
familias.
PREGUNTAS DE EXÁMENES:
TEMA
- Elementos que definen/ determinan el sistema de convivencia en los centros
escolares. SEPT14R
- Explique el catálogo-grupo de prácticas- de producción interna empleado para
analizar la convivencia escolar. FEB13R
- Describa la importancia que tiene, para comprender el sistema de convivencia
escolar de un centro, analizar los factores de producción interna. JUN10R