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9 TIPOS DE PERSONAS TÓXICAS QUE DEBEMOS

EVITAR COMO LA PESTE


El otro día publicábamos 6 formas inteligentes de tratar con con las personas tóxicas, lo
cual deja abierta una evidente cuestión: "¿quiénes son realmente las personas tóxicas?"

Los podemos encontrar por todas partes; en el trabajo, en nuestras amistades, en


nuestras relaciones... y al igual que cualquier tipo de toxina, debemos evitar o limitar
nuestra exposición, pues puede ser verdaderamente destructivo y agotador.

Por desgracia, nadie viene con una etiqueta de advertencia: "Ojo, soy tóxico", pero
tienen unas características que podemos observar claramente.

1. El arrogante tóxico.
Hay una fina línea entre la confianza en uno mismo y la arrogancia. Entre otras cosas, el
que confía en sí mismo, no intenta destruir a los suyos; el arrogante sí. La confianza
inspira; la arrogancia intimida. Las personas arrogantes se sienten superiores a los
demás, lo que es igual a sentir que el resto son inferiores a él. La batalla contra este tipo
de persona, está perdida de antemano, pues puedes elegir entre escuchar toda su
omnipotente sabiduría, o puedes enfrentarte a él e introducirte en una continuada
disputa con él.

2. El victimismo tóxico.
La víctima perpetua es una de las personas más peligrosas que puedes tener alrededor.
El universo conspira continuamente contra ellas, y nunca llegan a encontrar su parte de
culpa en los cientos de problemas que cada día tienen: tuve una mala infancia, mi jefe
no es razonable conmigo, mi familia no me quiere, la gente se cansa de mí. Ellos nunca
llegan a apropiarse de sus propias vidas, pues es evidente que todo problema que se
causan, nunca es culpa de ellos.
3. El tonto.
Sí, el tonto a secas. Aunque encontraremos tontos de todas las formas y maneras, un
tonto tóxico para mí, es aquella persona que comete una y otra vez los mismos errores y
no hace por aprender de ellos. Prefiere ser feliz en la ignorancia antes que enfrentarse al
conocimiento. No quiere consejos y tiene una filosofía de vida que te hace pensar si
realmente debería tener tratamiento psicológico. No te pide ayuda, y tampoco la acepta,
aún siendo consciente de que tiene problemas, pero tarde o temprano, si estás cerca de
esa persona, sus problemas acabarán siendo tus problemas.

4. El envidioso.
El problema de los envidiosos, es que realmente ellos no quieren conseguir lo que tú
tienes; quieren que tú pierdas lo que tienes. Y tu pérdida, sería su felicidad. Por tanto,
estar cerca de estas personas, es tener al enemigo constantemente poniéndote trampas.

5. El mentiroso tóxico.
Casi todo el mundo miente, la verdad, pero hay mentirosos crónicos dañinos de los que
no sabes qué creer. Nunca podrás confiar en su palabra o sus promesas. Ellos mienten
acerca de sí mismos y mienten acerca de otros, por lo que probablemente, en otros
grupos, mentirá acerca de ti.

6. El negativo tóxico.
La negatividad destruye relaciones, destruye energía, vitalidad y todo lo que encuentra a
su paso. Y no es nada espiritual, sino científico. Si te expones constantemente a
comentarios negativos, tarde o temprano, acabarás teniendo un mal día, y después una
mala semana.

7. El codicioso tóxico.
Si bien la ambición es buena, pues significa querer prosperar, la codicia extrema,
básicamente significa que lo queremos todo al precio que sea. Y esas personas con ese
afán de querer más, ganar más, al precio que sea, es lo que hace que personas inocentes,
un día dejen de ser inocentes y se metan en problemas.

8. El chismoso tóxico.
Los chismosos suelen verse a sí mismos teniendo una conversación interesante y
profunda acerca de la vida o actos de otras personas. El problema es que no hay
distinción entre la especulación y los hechos. Suelen meter en problemas a terceros al
sacar de contexto conversaciones que pueden derivar en un enfrentamiento al no saber
quién dijo qué. Tan peligroso es el chismoso consciente como el chismoso inconsciente
por el daño y conflictos que causa.

9. El perezoso tóxico.
Aunque todos podemos ser perezosos en un momento dado, hay perezosos crónicos que
contagian todo lo que rodean, pues incluso las personas más fuertes de mentalidad,
suelen acabar acoplándose al ritmo de las personas de las que se rodea. Cuanto más
tiempo pases dejándote llevar por la pereza, menos ganas tendrás de salir de ella.

Por tanto, si detectas este tipo de comportamientos en la gente que te rodea, ya estás
expuestos a la toxicidad. Y el consejo es claro: evitar a toda costa en caso de que te sea
posible, o disminuir la exposición ante este tipo de toxicidad, porque no importa lo
fuerte que seas. Tarde o temprano, estas personas acaban provocando daños.

6 FORMAS INTELIGENTES DE TRATAR CON LAS


PERSONAS TÓXICAS.
Algunas personas son felizmente inconscientes de losefectos negativos que
producen en aquellos que les rodean, mientras que otros parecen obtener
satisfacción de su caótico comportamiento. Este tipo de personas tóxicas pueden acabar
sacando lo peor de nosotros y generarnos altas dosis de estrés, siendo el estrés añadido
un destructor nato de nuestra energía y productividad.

Sin lugar a duda, la forma más inteligente de tratar con una persona tóxica,
sería, directamente no tratar con ella, pero por desgracia, en ocasiones no
tenemos más remedio que hacerlo, al no depender de nosotros, por lo que en muchos
casos hay que tratar con estas personas no como si fueran personas, sino un
experimento de ciencias del que vamos a sacar algunas conclusiones.

Así que aquí van algunas de las estrategias que para Travis Bradberry serían las más
efectivas, y que son las que emplean las personas más inteligentes cuando tratan con ese
otro tipo de personas tóxicas. Y no nos equivoquemos, pues la toxicidad en las personas
abunda, en las relaciones personales y sentimentales, pero sobre todo en el ambiente de
la empresa.
1. Establece límites y distancias.
Los quejosos y las personas portadoras de únicamente malas noticias, suelen buscar
aliados para sus penas. Todo el mundo cree que está preparado para prestar el oído a un
tipo de persona así, pero lo cierto es que tarde o temprano te acaba nublando el día.

La mayoría de nosotros podemos sentirnos presionados a escuchar sus quejas e


historias "extrañas", porque no queremos ser vistos como antipáticos o groseros, pero
hay que limitar esa línea de "oído comprensivo" (un problema lo puede tener
cualquiera) con la de introducirnos en una espiral emocional negativa.

Si una persona está fumando y tú no quieres inhalar el humo, ¿qué puedes hacer?, pues
sencillamente, alejarte de esa persona.

2. No mueras en la lucha.
Las personas de éxito conocen la importancia de vivir para luchar otro día, sobre todo
cuando su enemigo es una persona tóxica. En este tipo de conflictos emocionales con un
"tóxico" o un "loco", puedes introducirte en una espiral que te puede dejar agotado
anímicamente y nunca llegarás a una solución.

Elige correctamente la batalla, si de verdad merece la pena luchar o si sería preferible


esperar al momento adecuado para defender sabiamente tu posición. Pero evita el
enfrentamiento por el simple hecho de enfrentarte a una persona.

3. Mantente al tanto de tus límites y emociones.


Creo que todos más o menos conocemos nuestros límites de desgaste emocionales, por
lo que mantener una distancia emocional requiere en cierto modo conciencia. A veces no
nos damos cuenta de que ya está sucediendo, pero no es tarde para poner distancia.

Piénsalo de esta forma: si una persona se te acerca en plena calle para decirte que él es
Jesucristo, y además, te lo dice convencido, ¿realmente dedicarás tu tiempo a intentar
convencerlo de que él no es Jesucristo?, asentimos con la cabeza, sonreímos y seguimos
nuestro camino.

En la empresa, nos cruzamos con algunas personas con las que se debe actuar de la
misma forma, pues su argumento es tan estúpido como su convicción. Así que
sonreímos, asentimos, y continuamos a lo nuestro.
4. No dejes que nadie limite tu alegría.
Si en algún momento dejas que tu sentido del placer y satisfacción sea proporcional a las
opiniones de otras personas, dejarás de ser dueño de tu propia felicidad.

Cuando las personas emocionalmente inteligentes se sienten bien acerca de cómo son y
lo que han hecho, no dejan que las opiniones y comentarios de nadie les arruinen el día.

Si bien hay que escuchar las opiniones y pensamientos de otras personas, también
debemos saber elegir a las personas de las que podemos extraer una crítica constructiva.
Ante todo, recuerda que cuando la gente habla de ti, por regla general, nunca eres tan
bueno o tan malo como dicen que eres. Claro que nosotros sabemos quiénes somos
realmente.

5. Elige en quién centrarte.


Aquello que pones en tu centro de atención, es lo que determina tu estado emocional. Es
decir, si únicamente te fijas en los problemas a los que te estás enfrentando, prolongarás
la negatividad y el estrés. En cambio, si te enfocas en las acciones que puedes tomar
para erradicar un problema, el optimismo entrará en tus emociones.

Con la gente tóxica ocurre igual, y es que si únicamente nos fijamos en ellos, eso les da
poder sobre ti. En cambio, el centrarnos en diversas estrategias para dominarles, nos
dará el control sobre ellos.

6. No creas en cuentos chinos.


Dicen que el secreto de la felicidad es saber perdonar y olvidar. Y eso está muy bien
como cita de Coelho, pero lo cierto es que si bien las personas inteligentes hacen como
que perdonan, no cabe ninguna duda de que jamás olvidan.

El perdón puede ser algo fingido porque no vamos a tener más remedio que trabajar con
esa persona, y de esa forma se pueden calmar las aguas, pero olvidar lo que una persona
tóxica te ha hecho... no sería nada inteligente.

Travis da otros consejos como limitar el consumo de cafeína y dormir lo necesario.


Supongo que tendrá su base científica, ya que la cafeína provoca la liberación de
adrenalina, ideal para "liarla" cuando estás hasta las narices de alguien.

Con respecto a tener la cantidad de sueño suficiente, está claro que cuando estamos
mejor descansados, nos encontramos más positivos, pues cuando dormimos, nuestro
cerebro se encarga de recargar literalmente esa energía necesaria, despojándonos de los
recuerdos menos satisfactorios y almacenando los más positivos, siempre y cuando lo
hayamos programado de esa forma.

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