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Perfil del Perverso

Debido a la variada utilización popular y profesional, el término perversión presenta


interminables dificultades. En particular porque se lo relacionó (erróneamente) con
supuestas "desviaciones" sexuales. Concepción desechada en la actualidad. En este sentido
la psiquiatría y psicología adoptaron para las situaciones relacionadas con lo
sexual"disfunciones" o directamente "parafilias".

Y se observa que en los manuales de diagnóstico de los trastornos mentales (DSM-IV y CIE
10) se desecha la denominación de perversión; este mal uso o abuso del termino perversión,
provocó que poco se investigara sobre esta patología, que se la asocie exageradamente a la
delincuencia y que termine, quizás, formando parte más del mundo legal que del discurso
psicopatológico. Otro fuerte punto a favor de esta falta de investigación clínica deviene de la
misma sintomatología de la perversión, que, por no provocar en la mayoría de los casos
ningún síntoma egodistónico, no se presenta en el sujeto la necesidad de buscar ningún tipo
de tratamiento, ya que nada de lo que le ocurre (en este sentido) le produce padecimiento. Una
persona perversa esta acosado por pensamientos obsesivos destructivos, al creer que los actos
humanos no son sinceros.

La mente perversa es una condición anormal de la personalidad cuyo rasgo dominante es la


continua agresividad y destructividad hacia otras personas, a través de pensamientos y actos
malignos.Y se observa que en los manuales de diagnóstico de los trastornos mentales (DSM-
IV y CIE 10) se desecha la denominación de perversión; este mal uso o abuso del termino
perversión, provocó que poco se investigara sobre esta patología, que se la asocie
exageradamente a la delincuencia y que termine, quizás, formando parte más del mundo legal
que del discurso psicopatológico. Otro fuerte punto a favor de esta falta de investigación
clínica deviene de la misma sintomatología de la perversión, que, por no provocar en la
mayoría de los casos ningún síntoma egodistónico, no se presenta en el sujeto la necesidad
de buscar ningún tipo de tratamiento, ya que nada de lo que le ocurre (en este sentido) le
produce padecimiento.Una persona perversa esta acosado por pensamientos obsesivos
destructivos, al creer que los actos humanos no son sinceros. La mente perversa es una
condición anormal de la personalidad cuyo rasgo dominante es la continua agresividad y
destructividad hacia otras personas, a través de pensamientos y actos malignos.

La conducta perversa es congénita pero “la frustración por la falta de afecto en la infancia es el caldo
de cultivo para el desarrollo de una mente perversa”, dice la psicoanalista Karen Horney, en su libro La
personalidad neurótica de nuestro tiempo.La persona se siente herida aunque no sabe la razón ni
pretende conocerla; crea a su alrededor un ambiente de desconfianza y hostilidad pues
considera que los actos humanos no son sinceros, al tiempo que proyecta una personalidad
conflictiva.

1. El perverso siempre tiene una serie de fantasías conscientes, sabe que va a cometer el acto sexual
previamente, en una determinada escenografía que se denomina escenario. Ese escenario es
imprescindible para que él pueda desarrollar su actividad sexual perversa. Si no se da, no la desarrolla.
Siempre está presente la connotación de obscenidad, siempre se trata de dañar, humillar, hacer daño,
destruir al objeto sexual.
2. Ese deseo de hacer daño al objeto sexual tiene una intención de venganza; lo somete a una serie de
humillaciones que son la venganza de las que él ha sufrido, real o imaginariamente, particularmente
durante su infancia y adolescencia.3. Necesita la sensación de superioridad, triunfo, dominación.
Necesita colocar a su víctima en situación de sumisión, temor,.
4. El sujeto perverso está reviviendo un traumatismo sexual infantil, porque ha sido humillado en su
sexo o en su identidad sexual. Consiste en revivir esa experiencia pero invirtiendo los papeles, pasa de
víctima a vengador. Identificación con el agresor para evitar la identificación con la víctima (temor).
5. Al perverso le gusta correr ciertos riesgos; situarse en el límite de desafío a la ley ("me van a pillar",
"me pueden pillar").
6. Tendencia a deshumanizar al objeto; considerar a su víctima sexual como sin sentimientos, sin
dignidad, de usar y tirar.
7. El perverso teme la ley; le gusta rozarla, pero la teme, así que se cuida de reconocer estos
comportamientos porque sabe que de ello depende la sanción.En su vida habitual, el perverso
puede tener diferentes tipos de personalidad:

El caso del psicoanálisis se convierte en una lectura particular, porque desde la perspectiva del
psicoanálisis, la perversión se aleja de las parafilias y toma valor como una de las tres grandes
estructuras nosográficas: psicosis, neurosis y perversión.
1. Perversión egosintónica: está contento de serlo, alardea de su conducta perversa (salvo bajo amenaza
legal). Es frecuente que sintonice con otros perversos y actúen conjuntamente. No sienten angustia, ni
ansiedad, ni sufrimiento por su perversión. Burlan la ley siempre que pueden. Suelen ser muy transgresores
con las leyes estéticas, suelen ser muy creativos. Sus propuestas (literarias...) son revolucionarias en
cuanto a estética, proponen rebeliones artísticas (Ej: sus propios excrementos embalados). Los perversos
llevan una vida compatible con su vida sexual, sin incurrir en la ley (Ej: Dalí). Aquel con personalidad
perversa no suele ir nunca al psicólogo, sólo se sabe de ellos en peritajes psiquiátricos (se dice lo que
interesa). Hay muchas maneras de practicar la perversión: intimidad, clubs, turismo sexual.
1. Personalidades perversas con estructura neurótica: son personalidades que sufren, tienen un
conflicto con su perversión, les angustia, deprime,... Alternan periodos sin actividad perversa con periodos
de actividad perversa repetitiva generalmente. Esta actividad esporádica de la que se avergüenzan, es
oculta y secreta. Realizan las llamadas perversiones ecotistémicas: con llevan culpa.
1. Personalidades psicóticas: Son sujetos que habitualmente no son perversos, pero cuando se agudiza su
brote psicótico hay perversión. En este caso sería más correcto hablar de desviación que de perversión.
Habitualmente tienen una personalidad escindida, de doble personalidad como puede recordarnos el film
"Seven". El psicótico con actividades perversas no tiene fantasías perversas conscientes, simplemente las
realiza. Es el único caso de perverso que sería considerado enfermo y no criminal en un procedimiento
judicial.
EL Diagnóstico de un Perverso: La conducta de un perverso hace parte de las personalidades psicopáticas
y se expresa desde la niñez hasta la edad adulta, tanto en el ámbito familiar, escolar, laboral como en las
relaciones pasionales.

 Los rasgos comunes de un perverso son la constante impulsividad, agresividad, inmoralidad,


egoísmo, búsqueda de la perfección, inadaptabilidad, intolerancia, irrespeto hacia los otros y
una mala comunicación.
 El carácter maligno de los perversos es permanente y es alimentado por el círculo vicioso de
la inestabilidad, el resentimiento social o afectivo, el odio, el fracaso económico o
profesional.
 La persona maligna tiende a herir y lesionar al individuo en sus afectos, sus principios éticos
mientras satisfacen sus deseos y necesidades a expensas de los otros, aunque no se percate
de ello. Algunos psiquiatras suelen asociar el aislamiento emocional del trastrono esquizoide
con el aumento de la malignidad.
“El mal que provoca un perverso es indiscriminado, pero prefieren a las personas cercanas, como
familiares o parejas sentimentales”, explica el psicoanalista Paul-Claude Recamier, creador del
término Perverso narcisista.

Cura para la Mente Perversa

Si nos basamos en la teoría de Marie-France, el acompañamiento terapéutico debe estar


sostenido, principalmente y como es sabido, por una institución o un terapeuta que dirija la
cura, sobre todo al enfrentar esta patología ya que conlleva un mayor riesgo al profesional
que realice dicho acompañamiento. Además, sabiendo que no hay vuelta atrás en un
perverso, dicho de otro modo, que no está contemplada la cura, lo importante es poder
desprenderse de las culpas que el perverso va a depositarnos al estilo de chivo
expiatorio.Dado que la mente perversa es congénita, el tratamiento está dirigido a
concientizar a la persona que padece una patología, y al uso de la psicoterapia y, en algunos
casos, los medicamentos.“Si la persona tiene voluntad y reconoce sus defectos, puede
apaciguar un poco la impulsividad y la agresividad”, dice Claude Recamier. También
resulta beneficioso la educación de las emociones con orientación profesional. "Una de las
cosas que hay que desterrar de la mente de un perverso es la malignidad y el deseo de
humillar y hacer sufrir, “pero parecen que no están dispuestas a renunciar a estos
sentimientos”, dice Karen Horney. Recientemente se ha descubierto en imágenes
diagnósticas del cerebro, que los perversos patológicos tienen algunas zonas defectuosas
relacionadas con las emociones, por lo que se han propuesto medicamentos antisicóticos y
antidepresivos.

La psiquiatra francesa Marie France Hirigoyen describe con maestría las mecánicas
perversas en distintos ámbitos personales y sociales en un libro titulado El acoso moral:

“…El perverso no es un enfermo. El perverso se ha forjado, con probabilidad, en la infancia,


cuando no pudo realizarse. Creó férreas defensas contra los demás para protegerse y así
una actitud que podía haber sido simplemente defensiva y aceptable se convierte con el paso
de los años en una personalidad incapaz de amar y convencido de que el mundo entero es
malvado. Insensibles, sin afectos: ésa es su fuerza. Así no sufren”. En la mayoría de los casos
el origen de la tolerancia de la víctima o de la agresión del perverso se halla en una lealtad
familiar que consiste en reproducir lo que uno de los padres ha vivido: “Agreden para salir
de la condición de víctima que padecieron en la infancia, cuando tuvieron que separar las
partes sanas de las partes heridas. Ahora siguen funcionando de forma fragmentada,
dividiendo su mundo en bueno y malo. Temen la omnipotencia que imaginan en los demás
porque se sienten profundamente impotentes. Por ello necesitan protegerse hasta destruir”.

Las psicosis: definición y síntomas asociados


Se entiende por psicosis al conjunto de alteraciones mentales que generan en
quien las padece una alteración en la percepción de la realidad, perdiendo
contacto con esta y provocando dificultades severas en el funcionamiento de la
percepción, pensamiento y conducta.
El concepto surgió en la corriente psicoanalítica, apareciendo en 1841 y
empezando a popularizarse a partir de 1845. De hecho, en este último año se
haría popular y se extendería la división de los trastornos mentales
en neurosis (de origen neuropsicológico, en la que el sujeto tiene dificultades
para adaptarse a la realidad pero sin negar esta) y psicosis (psiquiátrico, en el que
se produce una ruptura con la realidad y una posible generación de una nueva).
Los síntomas más frecuentes y predominantes que suele presentar alguien con
algún tipo de psicosis son las alucinaciones o percepciones de estímulos no
existentes en la realidad, que pueden afectar a cualquier modalidad sensorial, y
los delirios (sean éstos o no un intento de explicar dichas alucinaciones).
También es habitual que se produzca una alteración en la capacidad de coordinar
y organizar los pensamientos, palabras y acciones, perdiendo la capacidad de
realizar asociaciones lógicas. Se llevan a cabo comportamientos extraños y
desorganizados, y en muchas ocasiones se pierde el hilo del discurso. Es
habitual que se presenten dificultades para concentrarse, así como la presencia de
alteraciones en el estado del ánimo. La agitación y el pánico, o por el contrario la
inmovilidad total, no es tampoco un fenómeno extraño.
Otro aspecto a tener en cuenta es que en la mayoría de psicosis y experiencias de
tipo psicótico el sujeto no es consciente de estar padeciendo un alteración:
evidentemente es consciente de lo que percibe, pero por lo general no lo ve
inicialmente como algo autogenerado si no como algo que está ocurriendo
realmente. Y no son meras imaginaciones: el sujeto realmente percibe algo (oye
una voz, nota insectos recorriendo su cuerpo…), simplemente dichas
percepciones no se corresponden con estímulos reales.
Estas alteraciones suelen ir ligadas al padecimiento de un trastorno mental, si
bien también pueden surgir a partir del padecimiento de una lesión cerebral,
una patología orgánica (un tumor o infección por ejemplo) o al consumo de
sustancias (sean drogas o medicamentos). Pero en ocasiones también podemos
llegar a presentar algún tipo de síntoma psicótico sin necesidad de padecer un
problema concreto o estar intoxicado: existen algunas alucinaciones que surgen
en periodos de alteraciones de conciencia, o es posible que la inanición o la falta
de sueño puede generarlas.

Las causas de las psicosis


Las psicosis son alteraciones complejas, que a lo largo de la historia han
intentado ser explicadas de múltiples maneras y por diferentes corrientes teóricas.
A día de hoy las causas de las psicosis siguen siendo en gran medida
desconocidas, pudiendo variar en gran medida las explicaciones planteadas
según el trastorno psicótico en sí.
En la actualidad la hipótesis más extendida, de origen cognitivo-conductual, es la
de diátesis-estrés, en la que se considera que los trastornos psicóticos son
producto de la interacción de factores vitales estresantes y vulnerabilidad
biológica generada por herencia genética y/o problemas derivados del
funcionamiento cerebral (como una mala migración neuronal o la presencia de
alteraciones fisiológicas).
Sin embargo, hay que tener en cuenta que diferentes marcos y corrientes de
pensamiento han ofrecido distintas explicaciones. Desde el psicoanálisis
freudiano, por ejemplo, se ha presentado la psicosis como una negación y
sustitución de la realidad generada por la ausencia de la capacidad de represión
primaria, precisando el sujeto de dicha deformación de la realidad para poder
subsistir.
Otra corriente que ha intentado ofrecer una explicación es la humanista, que
propone por ejemplo con el modelo de mapa de la autoestima que el núcleo del
trastorno se encuentra en la angustia y la vulnerabilidad a las anti-hazañas
(derrotas, fracasos y situaciones que hacen que el sujeto se sienta avergonzado y
se autodesprecie), que terminan por causar que el sujeto se autoengañe para
protegerse y poco a poco se vaya alejando de la realidad. Sin embargo, tanto este
modelo como el basado en el psicoanálisis no gozan de aceptación por parte de la
comunidad científica.
Algunos trastornos psicóticos
Psicosis es un término genérico que se refiere al funcionamiento general de este
tipo de trastornos. Pero en realidad existen una gran cantidad de distintas
psicopatologías que se incluyen en esta categoría. Asimismo, algunos
trastornos que originalmente se identificaron como psicóticos posteriormente se
han separado de este concepto. Un ejemplo es el trastorno bipolar, antiguamente
denominada psicosis maníaco-depresiva. A continuación se disponen algunos de
los principales trastornos psicóticos.

1. Esquizofrenia
El más conocido y prototípico de los trastornos psicóticos, la esquizofrenia es un
trastorno en el que suelen aparecer alucinaciones, delirios y alteraciones del
lenguaje. Puede aparecer también un comportamiento desorganizado, catatonía,
o síntomas negativos como empobrecimiento del pensamiento y la capacidad de
juicio. Ocurre generalmente en forma de brotes y genera una gran cantidad de
dificultades a quien lo padece. Los síntomas duran al menos seis meses y puede
terminar provocando deterioro cognitivo.

 Artículo relacionado: "¿Qué es la esquizofrenia? Síntomas y tratamientos"

2. Trastorno delirante crónico


Otro de los grandes trastornos mentales de tipo psicótico, el trastorno delirante
crónico se caracteriza por la existencia de alteraciones en el contenido del
pensamiento, existiendo creencias extrañas y que no se ajustan a la realidad que
se mantienen fijas a pesar de la evidencia en contra. Por lo general, con la
excepción de aquello que se vincula al contenido de su delirio el sujeto actúa con
normalidad y no presenta otras dificultades. Las creencias pueden estar más o
menos sistematizadas, y el sujeto a menudo considera que la evidencia respalda
sus creencias e ignora aquellos elementos que las contradicen.

3. Trastorno esquizofreniforme
Se trata de un trastorno de tipo psicótico que comparte la mayor parte de
sintomatología con la esquizofrenia, salvo por el hecho de que la duración de
sus síntomas es de más de un mes pero menos de seis y no provocar deterioro.
 Artículo relacionado: "Trastorno esquizofreniforme: síntomas, causas y
tratamiento"

4. Trastorno esquizoafectivo
Este trastorno se caracteriza por la presencia de sintomatología psicótica junto a
alteraciones del estado del ánimo como episodios depresivos o maníacos,
existiendo los síntomas psicóticos al menos durante dos semanas en ausencia de
episodios maníacos o depresivos (en caso contrario podríamos estar ante un
trastorno depresivo o bipolar con características psicóticas).

5. Psicosis reactiva breve


Breve aparición de síntomas psicóticos como reacción a un fenómeno estresante
y traumático.

6. Trastorno psicótico por enfermedad médica


Algunas enfermedades médicas pueden acabar generando sintomatología
psicótica debido a la afectación de los nervios o el cerebro. Las demencias,
tumores, problemas autoinmunes y alteraciones metabólicas pueden ser origen de
una psicosis orgánica.

7. Trastorno psicótico derivado del consumo de sustancias


Las drogas también puede generar experiencias de tipo psicótico, tanto en el
momento de consumirlas como en la intoxicación o como resultado del
síndrome de abstinenciaen sujetos dependientes.

8. Trastorno psicótico breve


Se trata de un trastorno psicótico similar a la esquizofrenia y al trastorno
esquizofreniforme, con la diferencia de que en este caso tiene una duración
menor de un mes.
9. Síntoma ocasional en otros trastornos
Hay que tener en cuenta que además de los trastornos propriamente psicóticos,
muchas otras psicopatologías pueden cursar con algunos elementos
psicóticos. Es lo que ocurre con la depresión o el trastorno bipolar, en que
ocasionalmente pueden aparecer alucinaciones y fenómenos psicóticos.

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