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“La excelencia es un arte ganado a base de entrenamiento y hábito.

No
actuamos correctamente porque tengamos excelentes virtudes, sino que
somos virtuosos porque actuamos correctamente. Somos lo que hacemos
repetitivamente. La excelencia entonces, no es un suceso sino un hábito”.
-Aristóteles de Estagira-

LA EXCELENCIA
Hoy, nos hemos convocado en este paraninfo, para reconocer el esfuerzo y
dedicación de varios de los estudiantes de la CLASE 2019, todos y cada uno
de los estudiantes de esta generación realiza un trabajo diario para cumplir
con las actividades propuestas por nuestros docentes como parte de un
proceso de crecimiento tanto personal como académico, tanto educativo
como formativo.

Formación que más allá de las ciencias, las lenguas y las artes tiene un solo
objetivo, LA EXCELENCIA, impregnar en cada uno de nuestros estudiantes
el hábito de ser triunfadores, de ser siempre parte de la solución y no del
problema, de buscar incansablemente el éxito, aprendiendo siempre de los
fracasos, valorando cada meta conseguida y anhelando nuevos retos en su
vida.

Un triunfador es capaz de reclamarse a sí mismo el desarrollo de sus


potencialidades, de exigirse al máximo su realización plena, que con una
gran disciplina le permitan forjar su carácter y empoderarse de sus
emociones, de forma tal que sabiendo sobreponerse a la adversidad llegue
a consecución de sus objetivos, puesto que si bien el fracaso requerirá de
miles de justificaciones, el éxito no requerirá de explicación alguna.

Para ello cada uno de ellos debe construir su suerte, pero ¿Qué es suerte?,
es nada más que la conjunción entre la preparación y la oportunidad, es
decir, el estar preparados para cuando una oportunidad sea esta
profesional o personal toque su puerta y entonces investidos de sus
habilidades y conocimientos puedan sacarle el máximo provecho.

En ello se centra un soñador, un pensador incansable de la búsqueda de


soluciones a sus propios problemas y a los de las comunidades a las que se
pertenece, mismas a las que se involucra de manera solidaria en pro del
beneficio de la sociedad ambateña, del país, del mundo; volar lejos y
conseguir lo imposible.
Mis queridos jóvenes para ello es importante tomar riesgos, ir contra
corriente, hacer lo impensable; los estamos preparando para ser
triunfadores y ello depende de las acciones que día a día vayan realizando,
acciones que les permitan extraer de sí a ese maravilloso cebiniano que
llevan dentro, creando y generando las oportunidades para alcanzar el
éxito.

Pero y ¿Cómo lograrlo? ¿Cómo ser exitoso? Bueno pues la respuesta más
sencilla es forjarse un plan, plan que a estas alturas debe contemplar no
solo la obtención del Diploma del Bachillerato Internacional, fin último de
este ciclo de estudios, sino más bien ver más allá de lo evidente, pensar en
su futuro de empresarios, de generadores de empleo, de personas capaces
de construir ese Ecuador del que siempre hablamos pero que pocas veces
ayudamos a construir, sueñen en pequeño y sus logros serán pequeños,
sueñen en grande y sus sueños no tendrán límite alguno.

En términos físicos siempre se habla del desplazamiento de una partícula


como el cambio de posición de la misma, pero es importante notar que
dicho cambio se da a través de la trayectoria, trayectoria que en su caso ha
de ser construida a través de los años, pero que es imposible de visualizar
sino han establecido en primera instancia la posición final, la meta a la que
desean llegar.

Quieren ser ingenieros, suéñenlo, quieren ser médicos, suéñenlo, quieren


ser empresarios, suéñenlo, quieren ser presidente, suéñenlo, pero a más de
soñarlo trace la ruta, el camino que definirá los pasos para lograrlo, para
hacer que ese anhelo se vuelva real; no tengan miedo a fallar, no tengan
miedo a decir me equivoqué, finalmente es parte del aprendizaje mismo, y
tenga presente que siempre es preferible acumular conocimiento que
acumular miedos.

Si se cae levántese, aún más fuerte, aún más decidido; que el logro más alto
de sus padres se convierta en el mínimo logro que usted alcance, que como
diría su viejo amigo Buzz Ligthyear puedan ir al infinito y más allá, confiados
siempre en que el empeño de sus padres, la dedicación de sus maestros y
la preocupación de los directivos y administrativos, harán que estudiar en
el CEBI se convierta en su más grato recuerdo de adolescencia, que anhelar
estos momentos de alegría y también de estrés permanezcan intactos en
su memoria.
Tórnense luchadores incasables por su realización, desafíense a ser
excelentes en todo su accionar, vuélvanse una obra magistral de Dios,
enorgullezcan a sus padres, a su ciudad, a su nación; pero sobretodo sean
libres y a la vez responsables, comprométanse con una causa, con un
objetivo que forje su vida, que forje su carácter, que forje ese gran ser
humano que llevan dentro.

Finalmente, que su espíritu indomable cual dragón naciente vuele alto y


fuerte, los lleve siempre lejos y cuando un descanso, cuando necesiten un
respiro, sepan que siempre pueden volver a este su nido, su segundo hogar,
su CEBI querido.

Cebinianos y cebinianas buen día y muchas gracias.

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