Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
(santo.php) (ordo.php)
RITOS INICIALES
La Iglesia recuerda en este día, no sólo que el cuerpo inanimado de la Virgen María no sufrió ninguna corrupción, sino
también su triunfo sobre la muerte y su glori cación en el cielo como su Hijo Jesús. Esta verdad, ya admitida desde los
primeros siglos de la iglesia, ha sido con rmada como dogma de fe por el Papa Pío XII en 1950.
Un escritor muy antiguo a rmaba: “Ya que (María) es la Madre gloriosa de Cristo, nuestro divino Salvador que da la vida
y la inmortalidad, fue vivi cada por Él y comparte la incorruptibilidad de su cuerpo. La hizo salir del sepulcro y la elevó a
su lado, de una manera sólo conocida por Él”.
Misa de la vigilia
Antífona de entrada
Virgen María, de ti se han dicho maravillas, porque hoy fuiste llevada al cielo y triunfas con Cristo para siempre.
Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que mirando la humildad de la Virgen María le diste la gracia de ser la Madre de tu Hijo Único, y hoy la has
coronado de gloria celestial; concédenos, por sus ruegos, que quienes fuimos salvados por el misterio de tu redención,
merezcamos alcanzar tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
Misa del día
Apareció en el cielo un gran signo: una mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en
su cabeza.
Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que has elevado en cuerpo y alma a los cielos a la inmaculada Virgen María, Madre de tu
Hijo, concédenos que, tendiendo siempre hacia los bienes celestiales, merezcamos participar con ella de la gloria del
cielo. Por Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Introdujeron el Arca de Dios y la colocaron en medio de la Carpa que David había hecho levantar para ella.
Lectura del primer libro de las Crónicas 15, 3-4. 15-16; 16, 1-2
David reunió en Jerusalén a todo Israel, para hacer subir el Arca del Señor al lugar que le había preparado. También
reunió a los hijos de Aarón y a los levitas.
Los hijos de los levitas trasladaron el Arca de Dios, sosteniéndola sobre sus hombros con unas andas, como lo había
ordenado Moisés según la palabra del Señor. David ordenó a los jefes de los levitas que organizaran a sus hermanos los
cantores, con instrumentos musicales, arpas, citaras y címbalos, para que los hicieran resonar alegremente.
Luego introdujeron el Arca de Dios y la colocaron en medio de la Carpa que David había hecho levantar para ella, y
ofrecieron delante de Dios holocaustos y sacri cios de comunión.
Cuando David terminó de ofrecer los holocaustos y los sacri cios de comunión, bendijo al pueblo en nombre del Señor.
Sí, oímos hablar del Arca en Efratá, y la encontramos en los campos de Jaar. ¡Entremos en su Morada, postrémonos ante
el estrado de sus pies!
Que tus sacerdotes se revistan de justicia y tus eles griten de alegría. Por amor a David, tu servidor, no rechaces a tu
Ungido.
Porque el Señor eligió a Sión, y la deseó para que fuera su Morada. “Este es mi Reposo para siempre; aquí habitaré,
porque lo he deseado”.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 15, 51. 53. 54b-57
Hermanos:
Les voy a revelar un misterio: No todos vamos a morir, pero todos seremos transformados.
Lo que es corruptible, debe revertirse de la incorruptibilidad; y lo que es mortal, debe revertirse de la inmortalidad.
Cuando lo que es mortal se revista de la inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra de la Escritura: “La muerte ha sido
vencida. ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está tu aguijón?” Porque lo que provoca la muerte es el pecado, y lo
que da fuerza al pecado es la Ley.
¡Demos gracias a Dios, que nos ha dado la victoria por nuestro Señor Jesucristo!
PRIMERA LECTURA
Una mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies.
Se abrió el Templo de Dios que está en el cielo y quedó a la vista el Arca de la Alianza.
Y apareció en el cielo un gran signo: una Mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas
en su cabeza.
Y apareció en el cielo otro signo: un enorme Dragón rojo como el fuego, con siete cabezas y diez cuernos, y en cada
cabeza tenía una diadema. Su cola arrastraba una tercera parte de las estrellas del cielo, y las precipitó sobre la tierra. El
Dragón se puso delante de la Mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo en cuanto naciera.
La Mujer tuvo un hijo varón que debía regir a todas las naciones con un cetro de hierro. Pero el hijo fue elevado hasta
Dios y hasta su trono, y la Mujer huyó al desierto, donde Dios le había preparado un refugio.
Una hija de reyes está de pie a tu derecha: es la reina, adornada con tus joyas y con oro de O r.
¡Escucha, hija mía, mira y presta atención! Olvida tu pueblo y tu casa paterna, y el rey se prendará de tu hermosura. Él es
tu señor: inclínate ante él.
Las vírgenes van detrás, sus compañeras la guían, con gozo y alegría entran al palacio real.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 15, 20-27a
Hermanos:
Cristo resucitó de entre los muertos, el primero de todos. Porque la muerte vino al mundo por medio de un hombre, y
también por medio de un hombre viene la resurrección.
En efecto, así como todos mueren en Adán, así también todos revivirán en Cristo, cada uno según el orden que le
corresponde:
Cristo, el primero de todos; luego, aquéllos que estén unidos a Él en el momento de su Venida.
En seguida vendrá el n, cuando Cristo entregue el Reino a Dios, el Padre, después de haber aniquilado todo Principado,
Dominio y Poder. Porque es necesario que Cristo reine hasta que ponga a todos los enemigos debajo de sus pies. El
último enemigo que será vencido es la muerte, ya que Dios “todo lo sometió bajo sus pies”.
EVANGELIO
ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Lc 11,28
Aleluya.
EVANGELIO
Jesús estaba hablando y una mujer levantó la voz en medio de la multitud y le dijo: “¡Feliz el vientre que te llevó y los
pechos que te amamantaron!”
Jesús le respondió: “Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la practican”.
Credo.
ACLAMACIÓN AL EVANGELIO
Aleluya.
EVANGELIO
María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas
ésta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su vientre, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó:
“¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi
Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi vientre. Feliz de ti por haber creído que se
cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor”.
“Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque Él miró con
bondad la pequeñez de su servidora.
En adelante todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: ¡su
Nombre es santo!
Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los
humildes.
Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, su servidor,
acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia
para siempre”.
María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa.
Credo.
Oremos, hermanos, al Señor, que en el día de hoy ha querido ensalzar a la Virgen María por encima de los coros de
ángeles y de santos, y pidámosle que escuche nuestra oración:
Para que los hijos de la Iglesia, unidos a la gloriosa y santa María, Madre de Dios, proclamen la grandeza del Señor y se
alegren en Dios, su salvador, roguemos al Señor.
Para que la misericordia del Señor llegue a sus eles de generación en generación, y todos los pueblos feliciten a aquella
en la cual Dios ha hecho obras grandes, roguemos al Señor.
Para que el Señor, con las proezas de su brazo, enaltezca a los humildes, colme de bienes a los pobres y auxilie a Israel,
como lo había prometido a los antiguos padres, roguemos al Señor.
Para que Cristo, el rey que ha coronado a María como reina, cuando entregue la creación al Padre, nos conceda, como a
María, la posesión del reino preparado desde la creación del mundo, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que constituiste a la Madre de tu Hijo Madre y Reina nuestra, escucha nuestra oración y haz que,
ayudados por la intercesión de María, participemos un día de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
LITURGIA EUCARÍSTICA
Recibe, Señor, el sacri cio de reconciliación y alabanza que celebramos en la Asunción de la Madre de Dios, para que nos
obtenga el perdón y nos ayude a vivir en continua acción de gracias. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Feliz la Virgen María que llevó en su seno al Hijo del Padre eterno.
Señor y Dios nuestro, después de participar de la mesa celestial, en la esta de la Asunción de la Madre de Dios, te
pedimos que nos veamos libres de todos los males que nos amenazan. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Llegue hasta ti, Señor, la ofrenda de nuestro servicio, y, por la intercesión de la santísima Virgen María, elevada al cielo,
haz que nuestros corazones, encendidos en el fuego de tu amor, tiendan incesantemente hacia ti. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque hoy fue elevada al cielo la Virgen Madre de Dios, como anticipo e imagen de la perfección que alcanzará tu
Iglesia, garantía de consuelo y esperanza para tu pueblo peregrino.
Con razón, tú no quisiste que ella sufriera la corrupción del sepulcro, ya que había engendrado en su seno a tu Hijo, el
autor de la vida. Por eso, unidos a todos los ángeles, te alabamos, llenos de alegría:
Todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: su nombre es santo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Hemos recibido, Padre, el sacramento de la salvación; te pedimos que por la intercesión de la santísima Virgen María,
elevada al cielo, alcancemos la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
(http://www.inpas.cl)