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PORCIÚNCULA
Antífona de entrada
El Señor Dios te ha bendecido, Virgen María, más que a todas las mujeres de la
tierra; ha glorificado tu nombre de tal modo, que tu alabanza está siempre en la boca
de todos. Oración colecta Concédenos, Señor, por intercesión de la Virgen, Reina
de los Ángeles, cuya gloriosa fiesta celebramos hoy, que participemos como ella de
la plenitud de tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo.
Monición General
La Palabra de Dios en esta celebración en honor de Santa María, nos hace
descubrir su presencia en la historia de la salvación, en especial, el vínculo de
amor que la unió a su Hijo Jesucristo, desde Belén hasta la cruz y el cielo.
También el Señor ha querido que Ella fuera nuestra madre y protectora y así es desde
siempre, como hoy la confesamos. Escuchemos
PRIMERA LECTURA
Se gloría en medio de su pueblo
Lectura del libro del Eclesiástico 24, 1-4. 16. 22-31.
La Sabiduría hace su propio elogio, se gloría en medio de su pueblo. Abre la boca
en la asamblea del Altísimo y se gloría delante de sus Potestades. Yo salí de la
boca del Altísimo y como niebla cubrí la tierra; habité en el cielo con mi trono sobre
columna de nubes. Eché raíces en un pueblo glorioso, en la porción del Señor, en
su heredad. Como el terebinto extendí mis ramas, ramas magníficas y graciosas.
Como vid eché hermosos sarmientos y mis flores dieron sabrosos y ricos frutos. Yo
soy la madre del amor, del temor, de la ciencia y de la santa esperanza. Venid a mí
los que me amáis, y saciaos de mis frutos; mi nombre es más dulce que la miel, y
mi herencia mejor que los panales. El que me come tendrá más hambre, el que me
bebe tendrá más sed. El que me escucha no fracasará, el que me pone en práctica
no pecará.
SEGUNDA LECTURA
Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Gálatas 4, 3-7.
Hermanos: Nosotros, cuando éramos menores de edad, vivíamos como esclavos
bajo los elementos del mundo. Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo,
nacido de una mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la
Ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción. Como sois hijos, Dios envió a
vuestros corazones al Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abbá! (Padre). Así que ya no
eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.
Aleluya Lc. 1, 28. 42.
Aleluya, aleluya.
Alégrate, llena de gracia el Señor está contigo. Bendita tú entre las mujeres.
Aleluya.
EVANGELIO
Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 1, 26-33.
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea,
llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José,
de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando a su presencia,
dijo: –Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo; bendita tú entre las mujeres.
Ella se turbó ante estas palabras, y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le
dijo: –No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu
vientre y darás a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará
Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David su padre, reinará sobre la
casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.
Se dice Credo
Celebrante:
Presentemos a Jesucristo, Hijo de Dios y de María, todas nuestras peticiones,
diciendo todos:
Por la Iglesia, para que lleve al mundo el mensaje del Evangelio de la salvación,
asistida por nuestra Madre del cielo. Oremos.
Por el Papa Francisco, nuestros obispos y pastores de la Iglesia, para que sigan
anunciando el Evangelio de Jesucristo, Hijo de María, Virgen y Madre. Oremos.
Para que nuestro pueblo contemple a María como ejemplo de madre amorosa,
solícita y atenta a las necesidades de los pobres y de los que sufren. Oremos.
Por los enfermos, los pobres y los que sufren, para que la intercesión de nuestra Madre
Celestial, alcance para ellos los favores divinos.
Oremos.
Por todos nosotros, que estamos celebrando con alegría esta fiesta de
María, Señora de los Ángeles, para que su ejemplo nos ayude en el seguimiento fiel
de su Hijo Jesucristo. Oremos.
Por nuestros difuntos, para que hayan encontrado allá en el cielo a María, nuestra
Madre glorificada, para que con Ella alaben para siempre a Dios Padre, en compañía
de los santos. Oremos.
Celebrante: Escucha, Señor, las plegarias que tu pueblo te presenta. A ti, que vives y reinas
por los siglos de los siglos. Amén.
Oración sobre las ofrendas
Jubilosos de poder celebrar la festividad de la Madre de tu Hijo, te ofrecemos, Señor,
este sacrificio de alabanza, y te suplicamos que, por estos sagrados misterios, se
acrecienten en nosotros los frutos de la redención eterna. Por Jesucristo nuestro
Señor.
PREFACIO
V/. El Señor esté con vosotros.
V/. Levantemos el corazón.
V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre
y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Y alabar, bendecir
y proclamar tu gloria en la festividad de santa María de los Ángeles. Porque ella
concibió a tu único Hijo por obra del Espíritu Santo,y, sin perder la gloria de su
virginidad, derramó sobre el mundo la luz eterna, Jesucristo, Señor nuestro.
Por él, los ángeles y los arcángeles y todos los coros celestiales celebran tu gloria,
unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando
humildemente tu alabanza: Santo, Santo, Santo...
Antífona de comunión Lc 1,48.
Me felicitarán todas las generaciones porque Dios ha mirado la humillación de su
esclava.
Oración después de la comunión
Dios todopoderoso, que este sagrado banquete aproveche a los que veneramos la
memoria de la Virgen María, Reina de los ángeles, para que celebremos cada vez
más la inmensa misericordia de tu Hijo, y la busquemos siempre con sincero
corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Monición de despedida
Habiendo sido alimentados con la Palabra y la Eucaristía, que el ejemplo y la
intercesión amorosa de Nuestra Señora de los Ángeles, nos impulse a seguir a
Jesucristo, viviendo una vida generosa y entregada a los demás. Que María, Reina
y discípula fiel de su Hijo, nos ayude en nuestras tareas evangelizadoras.