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21 DE ENERO

Nuestra Señora de la Altagracia


ANTÍFONA DE ENTRADA Ap. 12,1

Apareció en el cielo una magnifica señal:


una mujer envuelta en el sol y con la luna bajo sus
pies y en su cabeza una corona de doce estrellas.

SE DICE O CANTA GLORIA

ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios nuestro,
que nos diste como madre a la Bienaventurada María,
Madre de tu hijo,
concede que nos afiancemos en tu amor
ya que gozamos de la protección de la Virgen
bajo el titulo de la Altagracia,
y haz que avancemos en la nueva vida.
Por nuestro Señor Jesucristo.

SE DICE CREDO
PRIMERA LECTURA
“He aquí una virgen concebirá”

LECTURA DEL PROFETA ISAÍAS 7,10-15

En aquellos días el Señor se dirigió otra vez a Acaz para


decirle: Pide una señal al Señor, tu Dios; en lo hondo del
abismo o en lo alto del cielo. Respondió Acaz: No la pido, no
quiero tentar al Señor. Entonces dijo Dios: Escucha, heredero
de David: ¿No les basta cansar a los hombres, que cansan
incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, les dará
una señal: Miren: la virgen está en cinta y dará a luz un hijo, y
le pondrá por nombre Emmanuel que significa Dios-con-
nosotros. Comerá requesón con miel, hasta que aprenda a
rechazar el mal y a escoger el bien.

PALABRA DE DIOS.

SALMO RESPONSORIAL Lucas 1,46-55

R/. “El Todopoderoso ha hecho en mi grandes cosas, su nombre es santo”

V/. “Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en


Dios mi Salvador, porque se ha fijado en su humilde esclava”
R/. “El Todopoderoso ha hecho en mi grandes cosas, su nombre es santo”

V/. Pues mira, desde ahora me felicitaran todas las generaciones, porque
el Poderoso ha hecho tanto por mí: El es Santo y su misericordia llega
a sus fieles generación tras generación.
R/. “El Todopoderoso ha hecho en mi grandes cosas, su nombre es santo”

V/. Su brazo interviene con fuerza, desbarata los planes de los


soberbios, derriba del trono a los poderosos y exalta a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

R/. “El Todopoderoso ha hecho en mi grandes cosas, su nombre es santo”

V/. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose, como lo había prometido a


nuestros padres, de la misericordia a favor de Abrahán y su descendencia,
por siempre.
R/. “El Todopoderoso ha hecho en mi grandes cosas, su nombre es santo”
SEGUNDA LECTURA
“Dios envió a su Hijo, el cual nació de mujer”

LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS GÁLATAS 4,1-7

Hermanos: Quiero decir; mientras el heredero es menor de edad, en


nada se diferencia de un esclavo, pues, aunque es dueño de todo, lo
tienen bajo tutores y curadores, hasta la fecha fijada por su padre.
Igual nosotros, cuando éramos menores estábamos esclavizados por
lo elemental del mundo. Pero cuando se cumplió el plazo envió
Dios a su hijo, nacido de mujer, sometido a la Ley, para que
recibiéramos la condición de hijos. Y la prueba de que ustedes son
hijos, es que Dios envió a su interior el Espíritu de su Hijo, que
grita: ¡Abba! ¡Padre!. De modo que ya no eres esclavo, sino hijo,
y si eres hijo eres también heredero, por obra de Dios.

PALABRA DE DIOS.

VERSÍCULO ANTES DEL EVANGELIO Lucas 1,28-30


R/. Aleluya, Aleluya.
V/. Alégrate, María, la llena de Gracia. El Señor está contigo
V/. No temas, María, porque has encontrado el favor de Dios.
R/. Aleluya, Aleluya

EVANGELIO
“Vas a quedar embarazada y darás a luz un niño”

+ LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 1,26-30

A los seis meses envió Dios al ángel Gabriel a una ciudad de


Galilea, que se llama Nazaret, a una joven prometida a un hombre
del linaje de David de nombre José; la joven se llamaba María. El
ángel, entrando a su presencia, dijo: Alégrate, favorecida, el Señor
está contigo. Ella se turbó al oír estas palabras, preguntándose qué
saludo era aquel.
El ángel le dijo: Tranquilízate, María, que Dios te ha concedido su
favor. Pues mira, vas a concebir, darás a luz un hijo y le pondrás de
nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo y el Señor
Dios le dará el trono de David su antepasado; reinará para siempre
en la casa de Jacob y su reinado no tendrá fin. María dijo al ángel:
¿Cómo sucederá eso, si no vivo con un hombre? El ángel le
contestó: El Espíritu Santo bajará sobre ti y la fuerza del Altísimo te
cubrirá con su sombra; por eso al que va a nacer lo llamarán
“Consagrado”, Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel: a pesar
de su vejez, ha concebido un hijo, y la que decían que era estéril está
ya de seis meses; para Dios no hay nada imposible.
María contestó: Aquí está la esclava del Señor, cúmplase en mi lo
que has dicho. Y el ángel la dejó.

PALABRA DEL SEÑOR.

ORACIÓN DE LOS FIELES


Proclamemos las grandezas de Dios Padre Todopoderoso, que
quiso que todas las naciones felicitaran a María, la Madre de
su Hijo, y supliquémosle diciendo:
María de la Altagracia intercede por nosotros.

-Por la Iglesia Universal, por el Papa N, por nuestro Obispo


N., por la Conferencia Episcopal Dominicana, para que el
Señor, por la intercesión de la Santísima Virgen María les
acompañe en su misión evangelizadora.
R/. María de la Altagracia intercede por nosotros.

-Por el gobierno de nuestro país, para que el Señor, por


intercesión de Nuestra Señora de la Altagracia, le conceda
sabiduría y fortaleza para gobernar con equidad y justicia.
R/. María de la Altagracia intercede por nosotros.

-Por todos los pobres, los huérfanos y las viudas, por los
enfermos y los que están esclavizados por el pecado, para que
por intercesión de nuestra Señora de la Altagracia llegue hasta
ellos el anuncio glorioso del Evangelio.
R/. María de la Altagracia intercede por nosotros.

-Por el pueblo dominicano, que celebra hoy con gozo la


Solemnidad de Nuestra Señora de la Altagracia, para que ella
nos lleve al encuentro de Jesucristo, y nos enseñe a amarlo
como ella lo amó.

R/. María de la Altagracia intercede por nosotros.

ORACIÓN DE CONCLUSIÓN

Padre, al ver glorificada nuestra condición humana en la


Virgen María, a quien nosotros veneramos bajo la advocación
de Nuestra Señora de la Altagracia, nos animamos a pedirte
confiadamente toda clase de bienes, temporales y eternos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Derrama, Señor, sobre estas ofrendas que hemos colocado


sobre tu altar, aquella fuerza del Espíritu Santo que fecundó a la
Bienaventurada Virgen María, para que fortalecidos con los
dones de este mismo Espíritu, nos unamos fielmente a Cristo y
trabajemos en la Iglesia por la salvación universal.
Por Jesucristo nuestro Señor.

PREFACIO de la Santa Virgen María II


V/. El Señor esté con ustedes.
R/. Y con tu espíritu.
V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación,
darte gracias y proclamar
que eres admirable en la perfección
de todos los santos
y de un modo singular
en la perfección de Virgen María.
Por eso, al celebrarla hoy como nuestra madre protectora
en su advocación de Nuestra Señora de la Altagracia
queremos exaltar tu generosidad
inspirados en su propio cantico,
pues en verdad,
has hecho maravillas por toda la tierra,
y prolongaste tu misericordia
de generación en generación,
cuando, complacido en la humildad de tu sierva,
nos diste por su medio al autor de la vida,
Jesucristo, tu único hijo, nuestro Señor.
Por él, los ángeles y los arcángeles
te adoran eternamente, gozosos en tu presencia.
Permítenos unirnos a sus voces cantando tu alabanza:
Santo, Santo, Santo…
El sacerdote con las manos extendidas dice:

Santo eres en verdad, Señor,


fuente de toda santidad;
Junta las manos, y manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas dice:

por eso te pedimos que santifiques estos dones


con la efusión de tu Espíritu,
Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, y dice:

de manera que sean para nosotros


Cuerpo y + Sangre
de Jesucristo, nuestro Señor.

Junta las manos.


En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse
con claridad, como lo requiere la naturaleza de estas.

El cual,
cuando iba a ser entregado a su Pasión,
voluntariamente aceptada,

Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:

tomó pan, dándote gracias, lo partió


y lo dio a sus discípulos, diciendo:

Se inclina un poco.

Tomen y coman todos de él,


porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros.
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita sobre la patena y lo adora
haciendo genuflexión.
Luego prosigue:

Del mismo modo, acabada la cena,


Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
Tomó el Cáliz,
y dándote gracias de nuevo,
lo pasó a sus discípulos diciendo:
Se inclina un poco
Tomen y beban todos de él,
porque éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por ustedes
y por todos los hombres
para el perdón de los pecados.
Hagan esto en conmemoración mía.

Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.


Luego dice una de las siguientes formulas:
1. Este es el Sacramento de nuestra fe.
o bien:

Este es el Misterio de la fe.


y el pueblo aclama:
Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!

2. Aclamen el Misterio de la Redención.


y el pueblo aclama:
Cada vez que comemos de este pan
y bebemos de este cáliz,
anunciamos tu muerte, Señor,
hasta que vuelvas.

3. Cristo se entregó por nosotros.


y el pueblo aclama:
Por tu cruz y resurrección nos has salvado, Señor
Después, el sacerdote, con las manos extendidas dice:
Así, pues, Padre,
al celebrar ahora el memorial
de la muerte y resurrección de tu Hijo,
te ofrecemos
el pan de vida y el cáliz de salvación,
y te damos gracias
porque nos haces dignos de servirte en tu presencia.
Te pedimos humildemente
Que el Espíritu Santo congregue en la unidad
a cuantos participamos
del Cuerpo y Sangre de Cristo.
Acuérdate, Señor,
de tu Iglesia extendida por toda la tierra;
y reunida aquí hoy para venerar a la Bienaventurada
Virgen María como Protectora de nuestro pueblo,
y con el Papa N.,
con nuestro obispo N.
Puede hacerse también mención de los Obispos coadjutores o auxiliares y,
en las concelebraciones, del Obispo que preside la celebración.

y todos los pastores que cuidan de tu pueblo


llévala a su perfección por la caridad.

Acuérdate también de nuestros hermanos


que durmieron con la esperanza
de la resurrección,
y de todos los que han muerto en tu misericordia;
admítelos a contemplar la luz de tu rostro.

Ten misericordia de todos nosotros,


y así, con María, la Virgen Madre de Dios,
y los apóstoles
y cuantos vivieron en tu amistad
a través de los tiempos,
merezcamos, por tu Hijo Jesucristo,
compartir la vida eterna
y cantar tus alabanzas.
Junta las manos. Toma la patena con el pan consagrado, y el cáliz,
y sosteniéndolos elevados dice:

Por Cristo, con El y en El,


a Ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos

El pueblo aclama:

Amén

Una vez dejado el cáliz y la patena, el sacerdote, con las manos juntas,
dice esta o cualquier otra fórmula:

Llenos de alegría por ser hijos de Dios,


digamos confiadamente
la oración que Cristo nos enseñó:

Extiende las manos y junto con el pueblo reza el Padrenuestro.

Terminado el Padre nuestro, el sacerdote, con las manos extendidas dice:

Líbranos de todos los males, Señor,


y concédenos la paz en nuestros días,
para que, ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre
e libres de pecado
y protegidos de toda perturbación,
mientras esperamos la gloriosa venida
de nuestro salvador Jesucristo.
Junta las manos. El pueblo concluye la oración:

Tuyo es el Reino,
tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor

El sacerdote, con las manos extendidas dice:


Señor Jesucristo,
que dijiste a tus apóstoles:
«La paz les dejo, mi paz les doy»,
no tengas en cuenta nuestros pecados
sino la fe de tu iglesia
y, conforme a tu palabra,
concédele la paz y la unidad.

junta las manos.


Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos.

El pueblo responde:
Amén.

Extendiendo y luego juntando las manos, dice:


La paz del Señor esté siempre con ustedes.

Luego, si se juzga oportuno, el diacono, o el sacerdote dice:


1. Dense fraternalmente la paz
2. Como hijos de Dios intercambien ahora un signo de comunión fraterna.
y todos como de costumbre, se dan la paz.

Luego el sacerdote toma el pan consagrado, lo parte sobre la patena,


y deja caer una parte del mismo en el cáliz, diciendo en secreto:

El Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo,


unidos en este cáliz,
sean para nosotros
Alimentos de vida eterna.

Mientras tanto se canta o se dice.


Cordero de Dios…

A continuación, el sacerdote, con las manos juntas dice en secreto:


1. Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo,
que por voluntad del Padre,
cooperando el Espíritu Santo,
diste con tu muerte la vida al mundo,
líbrame, por la recepción de tu cuerpo y de tu sangre,
de todas mis culpas y de todo mal.
Concédeme cumplir siempre tus mandamientos
y jamás permitas que me separe de ti.

2. Señor Jesucristo,
la comunión de tu Cuerpo y de tu Sangre
no sea para mi motivo de juicio y condenación,
sino que, por tu piedad,
me aproveche para defensa del alma y cuerpo
y como remedio saludable.

Hace genuflexión, tomo el pan consagrado y, sosteniéndolo un poco


elevado sobre la patena, lo muestra al pueblo diciendo:

Este es el cordero de Dios,


que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.

y conjuntamente con el pueblo dice:

Señor, no soy digno


de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya
bastará para sanarme.

dice en secreto:
El Cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna.
y comulga reverentemente el Cuerpo de Cristo.

Después toma el cáliz y dice en secreto:


“La Sangre de Cristo me guarde para la vida eterna.”

y bebe reverentemente la Sangre de Cristo


Luego se distribuye la comunión según el rito establecido.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN LUCAS 1,39-59

El Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas, su nombre es santo.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Habiendo recibido con alegría, Señor


en esta festividad tu sacramento,
te suplicamos que los que en este divino banquete
proclamamos la muerte de tu hijo,
nos hagamos dignos de participar de su Reino y gloria
a una con la Bienaventurada Virgen María, llena de gracia.
Por Jesucristo nuestro Señor.

RITO DE CONCLUSIÓN.

Se hacen con brevedad los avisos oportunos o advertencias al pueblo,


y luego sigue la despedida:
El Señor esté con ustedes.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.

El sacerdote bendice al pueblo solemnemente:


El Dios que en su providencia amorosa quiso salvar al
Género humano por el fruto bendito del seno de la Virgen
María, les colme de bendiciones.
R/ Amén

Que les acompañe siempre la protección de la Virgen de la Altagracia,


por quien han recibido al Autor de la vida
R/ Amén

Y a todos ustedes, reunidos hoy para celebrar con


devoción esta solemne fiesta de María, el señor les
conceda la alegría del Espíritu y los bienes de su Reino.
R/ Amén.

Y la bendición de Dios todopoderoso,


Padre, Hijo + y Espíritu Santo,
descienda sobre ustedes y les acompañe siempre.
R/ Amén.
Basílica de Nuestra Señora de la Altagracia
Protectora del Pueblo Dominicano
Salvaleòn de Higuey, R.D.

Santuario de Nuestra Señora de la Merced


Patrona del Pueblo Dominicano
Santo Cerro, La Vega, R.D

24 DE SEPTIEMBRE

Nuestra Señora de las Mercedes


SOLEMNIDAD
ANTÍFONA DE ENTRADA
Alegrémonos todos en el Señor,
al celebrar este día de fiesta en honor de
Santa María Virgen;
los ángeles se alegran de esta solemnidad
y alaban a una al Hijo de Dios.

Se dice Gloria

ORACIÓN COLECTA

Dios padre de misericordia


que enviaste al mundo como redentor de los hombres
a tu Hijo nacido de María la Virgen
concede a todos los que la invocamos devotamente
bajo la advocación de las Mercedes,
que podamos ofrecer a los hombres
aquella libertad de hijos tuyos,
que nos mereció Cristo con su sacrificio.
Por nuestro Señor Jesucristo

o bien

Dios, que en tu admirable providencia,


hiciste que la Madre de tu Hijo participase de las
angustias y sufrimientos humanos, concede por la
intercesión de la Bienaventurada Virgen María de las
Mercedes, consuelo de los afligidos y liberadora de
cautivos, que los que sufren cualquier forma de
esclavitud consigan la verdadera libertad de los hijos de
Dios.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Se dice Credo

PRIMERA LECTURA
“Yo te libraré de la tierra de esclavitud”

Lectura del profeta Jeremías 30,8-11 a


Aquel día –oráculo del Señor de los ejércitos- romperé el yugo de
tu cuello y haré saltar las correas; ya no servirán a extranjeros.
Servirán al Señor, su Dios, y a David, el rey que les nombraré. Y
tú, siervo mío, Jacob, no temas; no te asustes, Israel -oráculo del
Señor-, que yo te salvaré del país remoto y a tu descendencia del
destierro; Jacob volverá y descansará, reposará sin alarmas,
porque yo estoy contigo para salvarte –oráculo del Señor-.
Destruiré a todas las naciones por donde los dispersé, a ti no te
destruiré, te corregiré con medida y no te dejaré impune.

PALABRA DE DIOS

SALMO RESPONSORIAL 125,1-5

R/. He visto la cautividad de mis hijos y les he roto las cadenas.

V/. Los que confían el Señor son como el monte Sion;


no tiembla, está sentado para siempre.
R/. He visto la cautividad de mis hijos y les he roto las cadenas.

V/. A Jerusalén la rodean montañas, a su pueblo lo rodea el


Señor, para que los honrados no pongan manos al crimen.
R/. He visto la cautividad de mis hijos y les he roto las cadenas.

V/. Señor, concede bienes a los buenos, a los hombres


sinceros; y a los que se desvían por sendas tortuosas,
que los mande el Señor con los malhechores. Paz a Israel.

R/. He visto la cautividad de mis hijos y les he roto las cadenas.

SEGUNDA LECTURA
“Ustedes han sido llamados a la libertad”

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Gálatas 5,1-2; 13-25
Hermanos: Para que seamos libres nos liberó el Mesías; así que
manténganse firmes y no se dejen atar de nuevo al yugo de la
esclavitud. Miren lo que les digo yo, Pablo; si se dejan circuncidar, el
Mesías no les servirá ya de nada.
A ustedes, hermanos, los han llamado a la libertad; solamente que
esa libertad no de pie a los bajos instintos. Al contrario, que el amor
los tenga al servicio de los demás, porque la Ley entera queda
cumplida con un solo mandamiento, el de “amarás a tu prójimo
como a ti mismo”. Cuidado, que si se siguen mordiendo y
devorando unos a otros, se van a destrozar mutuamente. Quiero
decir: procedan guiados por el Espíritu y nunca cederán a deseos
rastreros. Miren, los objetivos de los bajos instintos son opuestos al
Espíritu y los del Espíritu a los bajos instintos, porque los dos están
en conflicto. Resultado: que no pueden hacer ustedes lo que
quisieran. En cambio, si se dejan llevar por el Espíritu, no están
sometidos a la Ley.
Las acciones que proceden de los bajos instintos son conocidas:
lujuria, inmoralidad, libertinaje, idolatría, magia, enemistades,
discordia, rivalidad, arrebatos de ira, egoísmo, partidismos,
sectarismos, envidias, borracheras, orgias y cosas por el estilo. Y los
prevengo, como ya los previne, que los que se dan a eso no
heredarán el Reino de Dios. En cambio, el fruto del Espíritu es
amor, alegría, paz, tolerancia, agrado, generosidad, fidelidad,
sencillez, dominio de sí. Contra esto no hay ley que valga. Los que
son del Mesías han crucificado sus bajos instintos con sus pasiones y
deseos. Si el Espíritu nos da la vida, sigamos también los pasos del
Espíritu.
PALABRA DE DIOS.

VERSÍCULO ANTES DEL EVANGELIO

R/. Aleluya, Aleluya.


V/. ¡Tú eres la puerta del Rey Altísimo, trono resplandeciente del que es la luz!
Pueblos redimidos, aplaudan, por María se nos ha devuelto la libertad
R/. Aleluya, Aleluya.
EVANGELIO
“y estaba la madre de Jesús allí”

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 2,1-11

En aquel tiempo, había una boda en Cana de Galilea y la madre de


Jesús estaba allí; Jesús y sus discípulos estaban también invitados a
la boda. Faltó el vino y la madre de Jesús le dijo: —-«No les queda
vino.» Jesús le contestó: —«Mujer, déjame, todavía no ha llegado
mi hora.» Su madre dijo a los sirvientes: —-“Haced lo que él diga.”
Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones
los judíos, de unos cien litros cada una.. Jesús les dijo: —«Llenen
las tinajas de agua.» . Y las llenaron hasta arriba. Entonces les
mandó:
—«Saquen ahora, y llévenselo al mayordomo.» Ellos se lo llevaron.
El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de
dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el
agua), entonces llamó al novio y le dijo: —«Todo el mundo pone
primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el peor; tú, en
cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora» Así, en Cana de
Galilea, Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria y creció la fe
de sus discípulos en él.

PALABRA DEL SEÑOR.

ORACIÓN DE LOS FIELES

Elevemos nuestras suplicas al Salvador, que quiso


nacer de María Virgen para liberarnos del pecado y
de la muerte y digámosle:
R/. María de las Mercedes intercede por nosotros.

-Pidamos por la iglesia universal, por el Papa N, por


nuestro obispo N, por la Conferencia Episcopal
Dominicana, para que el Señor, por la intercesión
de la Santísima Virgen María les acompañe en su
misión evangelizadora.
R/. María de las Mercedes intercede por nosotros.

-Pidamos por el gobierno de nuestro país para que el


Señor, por intercesión de nuestra patrona, la Virgen
de las Mercedes, les ayude a discernir la solución a
los problemas de nuestra nación.
R/. María de las Mercedes intercede por nosotros

-Por todos los pobres, los huérfanos y las viudas,


por los enfermos, los encarcelados y los que están
esclavizados por el pecado, para que por intercesión
de la Nuestra Señora de las Mercedes llegue hasta
ellos el anuncio glorioso del Evangelio, que libera a
los hombres de las ataduras del demonio.
R/. María de las Mercedes intercede por nosotros.

-Por el pueblo dominicano, que celebra hoy con gozo la


Solemnidad de Nuestra Señora de las Mercedes,
para que ella le lleve al encuentro de Jesucristo,
y nos enseñe a amarlo como ella lo amo.

ORACIÓN DE CONCLUSIÓN

Padre, al ver glorificada nuestra condición humana en la Virgen


María, a quien nosotros veneramos bajo la advocación de
Nuestra Señora de las Mercedes, nos animamos a pedirte
confiadamente toda clase de bienes, temporales y eternos.

Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, las ofrendas de tu pueblo y concede,


que los que celebramos la obra inmensa de caridad
de tu Hijo, nos afiancemos, por la intercesión de la
Bienaventurada Virgen María, el amor a Dios y al prójimo.
Por Jesucristo nuestro Señor

PREFACIO IV de Santa María Virgen


María: signo de Consuelo y de Esperanza.

V/. El Señor esté con ustedes.


R/. Y con tu espíritu
V/. Levantemos el corazón
R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor
V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.

En verdad es justo darte gracias,


es bueno cantar tu gloria,
Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Te alabamos y te bendecimos,
por Jesucristo, tu hijo,
en esta fiesta solemne en que veneramos
a la Bienaventurada Virgen María
como Patrona de nuestro pueblo.
Ella, como humilde sierva, escuchó tu palabra
y la conservó en su corazón;
admirablemente unida al misterio de la redención,
perseveró con los apóstoles en la plegaria,
mientras esperaban al Espíritu Santo, y ahora brilla en
nuestro camino como signo de consuelo y de firme
esperanza. Por este don de tu benevolencia,
unidos a los ángeles y a los santos,
te entonamos nuestro canto
y proclamamos tu alabanza:
Santo, Santo, Santo…

El sacerdote con las manos extendidas dice:

Santo eres en verdad, Señor,


fuente de toda santidad;
Junta las manos, y manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas dice:

por eso te pedimos que santifiques estos dones


con la efusión de tu Espíritu,
Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz
conjuntamente, diciendo:

de manera que sean para nosotros


Cuerpo y + Sangre
de Jesucristo, nuestro Señor.

Junta las manos.


En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse
con claridad, como lo requiere la naturaleza de estas.

El cual,
cuando iba a ser entregado a su Pasión,
voluntariamente aceptada,

Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:

tomó pan, dándote gracias, lo partió


y lo dio a sus discípulos, diciendo:

Se inclina un poco.

Tomen y coman todos de él,


porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros.

Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita sobre la patena y lo adora


haciendo genuflexión.
Luego prosigue:

Del mismo modo, acabada la cena,


Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue :
Tomó el Cáliz,
y dándote gracias de nuevo,
lo pasó a sus discípulos diciendo:
Se inclina un poco
Tomen y beban todos de él,
porque éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por ustedes
y por todos los hombres
para el perdón de los pecados.
Hagan esto en conmemoración mía.

Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita sobre el corporal y lo adora


haciendo genuflexión. Luego dice una de las siguientes formulas:

1. Este es el Sacramento de nuestra fe.


o bien:

Este es el Misterio de la fe.


y el pueblo aclama:
Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!

2. Aclamen el Misterio de la Redención.


y el pueblo aclama:
Cada vez que comemos de este pan
y bebemos de este cáliz,
anunciamos tu muerte, Señor,
hasta que vuelvas.

3. Cristo se entregó por nosotros.


y el pueblo aclama: Por tu cruz y resurrección nos has salvado, Señor

Después, el sacerdote, con las manos extendidas dice:


Así, pues, Padre,
al celebrar ahora el memorial
de la muerte y resurrección de tu Hijo,
te ofrecemos
el pan de vida y el cáliz de salvación,
y te damos gracias
porque nos haces dignos de servirte en tu presencia.
Te pedimos humildemente
Que el Espíritu Santo congregue en la unidad
a cuantos participamos
del Cuerpo y Sangre de Cristo.
Acuérdate, Señor,
de tu Iglesia extendida por toda la tierra;
y reunida aquí hoy para venerar a la Bienaventurada
Virgen María como Patrona de nuestro pueblo,
y con el Papa N.,
con nuestro obispo N.
Puede hacerse también mención de los Obispos coadjutores o auxiliares y,
en las concelebraciones, del Obispo que preside la celebración.

y todos los pastores que cuidan de tu pueblo


llévala a su perfección por la caridad.

Acuérdate también de nuestros hermanos


que durmieron con la esperanza
de la resurrección,
y de todos los que han muerto en tu misericordia;
admítelos a contemplar la luz de tu rostro.

Ten misericordia de todos nosotros,


y así, con María, la Virgen Madre de Dios,
y los apóstoles
y cuantos vivieron en tu amistad
a través de los tiempos,
merezcamos, por tu Hijo Jesucristo,
compartir la vida eterna
y cantar tus alabanzas.

Junta las manos. Toma la patena con el pan consagrado, y el cáliz,


y sosteniéndolos elevados dice:

Por Cristo, con El y en El,


a Ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos

El pueblo aclama:
Amén

Una vez dejado el cáliz y la patena, el sacerdote, con las manos juntas,
dice esta o cualquier otra fórmula:

Llenos de alegría por ser hijos de Dios,


digamos confiadamente
la oración que Cristo nos enseñó:

Extiende las manos y junto con el pueblo reza el Padrenuestro.


Terminado el Padre nuestro, el sacerdote, con las manos extendidas dice:

Líbranos de todos los males, Señor,


y concédenos la paz en nuestros días,
para que, ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre libres de pecado
y protegidos de toda perturbación,
mientras esperamos la gloriosa venida
de nuestro salvador Jesucristo.

Junta las manos. El pueblo concluye la oración:

Tuyo es el Reino,
tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor

El sacerdote, con las manos extendidas dice:


Señor Jesucristo,
que dijiste a tus apóstoles:
«La paz les dejo, mi paz les doy»,
no tengas en cuenta nuestros pecados
sino la fe de tu iglesia
y, conforme a tu palabra,
concédele la paz y la unidad.
junta las manos.
Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos.

El pueblo responde:
Amén.

Extendiendo y luego juntando las manos, dice:


La paz del Señor esté siempre con ustedes.

Luego, si se juzga oportuno, el diacono, o el sacerdote dice:


1. Dense fraternalmente la paz
2. Como hijos de Dios intercambien ahora un signo de comunión fraterna.
y todos como de costumbre, se dan la paz.

Luego el sacerdote toma el pan consagrado, lo parte sobre la patena,


y deja caer una parte del mismo en el cáliz, diciendo en secreto:

El Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo,


unidos en este cáliz,
sean para nosotros
Alimentos de vida eterna.

Mientras tanto se canta o se dice.


Cordero de Dios…

A continuación, el sacerdote, con las manos juntas dice en secreto:


1. Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo,
que por voluntad del Padre,
cooperando el Espíritu Santo,
diste con tu muerte la vida al mundo,
líbrame, por la recepción de tu cuerpo y de tu sangre,
de todas mis culpas y de todo mal.
Concédeme cumplir siempre tus mandamientos
y jamás permitas que me separe de ti.

2. Señor Jesucristo,
la comunión de tu Cuerpo y de tu Sangre
no sea para mi motivo de juicio y condenación,
sino que, por tu piedad,
me aproveche para defensa del alma y cuerpo
y como remedio saludable.

Hace genuflexión, tomo el pan consagrado y, sosteniéndolo un poco


elevado sobre la patena, lo muestra al pueblo diciendo:
Este es el cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.

y conjuntamente con el pueblo dice:


Señor, no soy digno
de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya
bastará para sanarme.
dice en secreto:
El Cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna.

y comulga reverentemente el Cuerpo de Cristo.


Después toma el cáliz y dice en secreto:
La Sangre de Cristo me guarde para la vida eterna.
y bebe reverentemente la Sangre de Cristo

Luego se distribuye la comunión según el rito establecido.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cantares 8,7


“Las aguas torrenciales no podrán apagar el amor, ni anegar los ríos.”

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Habiendo recibido, Señor el sacramento


de redención y vida, te pedimos por intercesión
de la Bienaventurada Virgen María de las Mercedes,
Madre solícita y celestial Patrona nuestra,
que podamos servir con todas nuestras fuerzas
al misterio de la salvación, y merezcamos ser admitidos
en el Reino Eterno.
Por Jesucristo nuestro Señor
RITO DE CONCLUSIÓN.
Se hacen con brevedad los avisos oportunos o
advertencias al pueblo. y luego sigue la despedida:

El Señor esté con ustedes.


El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
El sacerdote bendice al pueblo solemnemente:
El Dios que en su providencia amorosa quiso salvar al
Género humano por el fruto bendito del seno de la Virgen
María, les colme de bendiciones.
R/ Amén

Que les acompañe siempre la protección de la Virgen de la


Virgen, por quien han recibido al Autor de la vida
R/ Amén

Y a todos ustedes, reunidos hoy para celebrar con


devoción esta solemne fiesta de María, el señor les
conceda la alegría del Espíritu y los bienes de su Reino.
R/ Amén.

Y la bendición de Dios todopoderoso,


Padre, Hijo + y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes .
y les acompañe siempre.

Amén

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