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H.P. Blavatsky,
En el nuevo libro del Dalai Lama, “El Universo en un solo átomo”, libro notable
desde muchos aspectos, Tenzin Gyatso hace una descripción de cómo nació en
la Tierra una primitiva humanidad, según las doctrinas del Abidharma budista,
más especialmente, según los más viejos textos. Esto lo hace en el 5º capítulo,
llamado, “La evolución, el karma y el mundo de los seres sensibles”. Varios
capítulos antes menciona que para su formación tuvo que estudiar y memorizar
textos del Kalachakra (asociados a Shamballah) que incluyen enseñanzas muy
detalladas y asombrosas sobre cosmología, antropogénesis, medicina y
fisiología esotérica (vinculando las diferentes partes y funciones del cuerpo, por
ejemplo, con astros y poderes estelares). Y , aunque no lo dice, no nos es difícil
pensar, dado el carácter de estas enseñanzas, que lo que comenta sobre esta
primera humanidad en nuestra Tierra pertenezca también a este corpus
semiesotérico de textos del Kalachakra (“El Círculo del Tiempo”, literalmente),
más conocido en occidente por el mandala y el ritual de iniciación pública
asociados.
Resumo y destaco:
Doctrina Secreta
Veamos ahora las Estancias del Dzyan que según H.P.Blavatsky formaban
parte del corpus budista tibetano, al menos en las escuelas Gelug, aunque con
un carácter discreto, no público (tampoco secreto, pues lo realmente secreto e
iniciático, dice la autora, eran los Comentarios a las mismas, en una relación,
dice ella, como lo es la Kábala primitiva al Génesis del Pentateuco):
“Podía estar de pie, andar, correr, reclinarse o volar, sin embargo, no era aún
más que un chaya, una sombra sin entendimiento” (Estancia IV)
“Producid Hombres, Hombres de vuestra naturaleza. Dadles las Formas
internas. Ella [la Tierra, su Madre] les dará las vestiduras externas [o sea, los
cuerpos materiales]
“Ténganse presentes las razas aladas de Platón y las relaciones del Popol
Vuh acerca de la primera raza humana, la cual podía andar, volar y percibir los
objetos, por muy distantes que estuviesen”.
Esquema de sucesión de razas o humanidades desde una primera de tipo astral
Ella creía que nosotros somos la 5ta. raza que habita la Tierra y nuestro planeta
está destinado a tener 7 razas. A su vez, a cada raza la forman siete subrazas.
La primera raza, Fue denominada como “raza de los Dioses”. Eran formas
enormes, filamentosas, proteicas y etéreas, sin sexo. Podían andar, correr, volar;
se reproducían por brote: el individuo crecía, y entonces se dividía en dos
mitades iguales al principio, y, después en porciones desiguales que generaban
seres más pequeños, que a su vez crecían y daban origen a otros.
La segunda raza: Los espíritus de la naturaleza colocaron alrededor de los
seres de la primera raza películas de materia más densa, formando una especie
de tupida envoltura externa, y vino entonces la primera a raza a ser lo interior de
la segunda. Estas formas filamentosas y de brillantes colores, con contornos
semihumanos, flotaban en el espacio, trepaban y se llamaban con sonidos
aflautados.
La tercera raza: El hombre era de estatura gigantesca; en variedad de colores
rojos, tenía la frente deprimida, la nariz chata y las mandíbulas abultadas y
salientes.
La cuarta raza: Fue engendrada por la tercera raza, su lenguaje era
aglutinante pero con el tiempo adquirió flexión, la cuna de esta raza fue la
Atlántida. Los toltecas fueron una subraza, y conocían a fondo la química, la
astronomía, la agricultura y la alquimia.
La quinta raza: Es la actual raza del globo, se estableció en Asia central, en
dónde habito por largo tiempo cuyos brotes habían de ramificarse en diversas
direcciones.
La sexta raza: Estará caracterizada por su desarrollo espiritual, por la
adquisición de un sexto sentido y poblará un continente que emergerá en
América del Norte, (después de haber sido cuarteada por terremotos y fuegos
volcánicos). La espiritualidad ascenderá y el materialismo descenderá, las
características del sexo gradualmente desaparecerán.
La séptima raza: Se caracterizará por su completo desarrollo espiritual, y la
adquisición de un séptimo sentido. Florecerá en un continente que surgirá en
donde actualmente se encuentra América del Sur.
Los pensamientos de Blavatsky respecto a la era actual son los
siguientes:
“Este ciclo es conocido como el obscuro; en sanscrito, Kali Yuga, o la era negra.
Es negra por que la espiritualidad esta casi obscurecida por el materialismo y
el intelectualismo puro…. Este ciclo se está cerrando, y en todos lados
prevalecerá la inquietud. Conforme las tierras desaparezcan o sean cambiadas,
también de la misma manera las ideas se alteraran entre los hombres. Y, como
nuestra civilización está basada en la fuerza y esta carente de una base
filosófica verdadera, la nueva raza en América, más rápidamente que
cualquier otra, mostrará los efectos de las enseñanzas falsas y de la religión
corrupta”. – El Camino, Octubre, 1892 –
En la introducción a la Doctrina Secreta, Blavatsky afirma que existe una gran
fraternidad de hombres, adeptos, que preservan la verdadera filosofía a través de
todos los cambios, y que la revelan una y otra vez en ciertas épocas, apartándola
de una era degradada; y enfáticamente dice que la doctrina no es nueva, sino
sólo una nueva entrega de lo que siempre fue el sistema.
Si esto es verdad, entonces aun faltarían 2 subrazas para que comience la sexta
raza, y de acuerdo a Blavatsky, estamos en un tiempo de preparación y cambios
para recibir esa sexta raza, y faltan muchos años para que algunos países se
sumerjan y nuevas tierras emerjan, los continentes como los vemos ahora
quedaran completamente cambiados y habrá más tierra que agua. Al acercarse a
la sexta raza la humanidad deberá evolucionar hacía vehículos físicos más
etéreos.
Capítulo 9.4 – Las 7 razas raíces
Las Razas-raíces son gigantescas divisiones de la humanidad, como la
Lemuriana, la Atlante y la Aria; en tanto que las subrazas son divisiones de
éstas, integradas, empero, por muchas, generaciones de humanos. A su vez,
las subrazas se dividen en Naciones, y en 1o que llamamos razas ramales. En
la historia de un planeta hay ciclos recurrentes o sucesiones de eventos,
(sombras, en nuestros bajos mundos, de sucesos en planos elevados), los
cuales se siguen en orden definido, manifestando principios más bien que
detalles; y que se repiten en el curso de la historia en escalas mayores o
menores. Cada ciclo recurrente implica la formación y evolución de un nuevo
tipo humano, personificando como sus características dominantes, una de las
siete etapas de conciencia de nuestra humanidad: la, 2ª y 3ª, la Vitalidad, que
se personifica en la materia etérea y densa, las etapas triple embriónicas y de
nacimiento; 4ª, lo pasional (Kámico) elevándose hacia lo emocional; 5ª, lo
mental (Manásico); 6ª, lo puramente racional (Búdhico); 7ª, lo espiritual
(Átmico). La personificación de cada una de estas etapas se llama una raza-
raíz, y hay 7 de ellas en la vida de un globo. Nuestros cuerpos físicos muestran
dos subdivisiones, la densa y la etérea; las dos primeras razas las
evolucionaron sin ser todavía definidamente físicas, en tanto que la tercera
construyó hacia su etapa media, la forma humana con el astral inferior y el
mental en germen. Todo lo que leemos en los libros acerca de Etnología se
refiere al desarrollo de las razas raíces. Atlante y Aria, la 4ª y la 5ª; pero hubo
otra que precedió a la Atlante y a la cual se ha dado el nombre de Lemuriana.
Esta tercera raza-raíz tuvo que ver con d desarrollo del cuerpo físico. La raza
Atlante que siguió, tuvo que ver con el desarrollo de cuerpo astral o emocional.
La gran raza Aria, a la cual pertenece la mayoría de la población de Europa, de
la India y de América, tiene que ver principalmente con el cuerpo mental, lo que
llamamos mente.
Así, pues, una raza raíz es un gran tipo, de acuerdo con el cual sé hallan
evolucionando los pueblos más conspicuos del mundo. Dentro de cada raza-
raíz existen siete subdivisiones o subrazas, cada una de las cuáles representa,
de manera incompleta o imperfecta, las características que la correspondiente
raza-raíz debe exhibir en su perfección. Siendo el objetivo último de la evolución
humana la producción del hombre perfecto en todos sentidos, tal evolución
procede de esta manera regular. Una raza personifica los gérmenes de varias
cualidades especiales, en tanto que una subraza desarrolla especialmente uno
de ellos, dominando a las otras cualidades, que son necesarias en el hombre, y
separadas para tal propósito. Y así son requeridas todas las razas raíces y su-
brazas, y cada una de ellas tiene su lugar en la humanidad, finalmente perfecta,
que habrá de evolucionar en nuestro globo.
Cada una de estas grandes razas predomina en el mundo por millones de años,
pero ellas surgen a la existencia de tal manera que una comienza antes que la
otra haya terminado, y si bien la raza Aria rige ahora en casi todo el mundo, hay
sin embargo gran número de seres que claramente pertenecen a la raza
Atlante, y algunos pocos (los más atrasados de los salvajes) que retienen
fuertes trazas de sangre Lemuriana. La quinta raza-raíz, o sea la Aria, como un
Todo, si bien ha existido en el mundo desde hace 60,000 años, no se halla
todavía en su apogeo y tiene aún mucho tiempo por delante, probablemente un
millón de años o algo así.