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ENTREVISTA A ADULTOS

Lic. Mariana Howlin

Desde el origen de la Psicología como disciplina su objetivo siempre fue


conocer lo humano, para tal fin se utilizaron distintos métodos (introspectivo,
experimental, clínico etc.) En el psicodiagnóstico el método utilizado es el
clínico y la entrevista es su instrumento fundamental.

El método clínico:

Un método es un modo de hacer algo ordenadamente, es un modo de obrar.


El método clínico es el empleado por la Psicología Clínica que utiliza dos
tipos de técnicas: el psicodiagnóstico y el psicoterapéutico.
Su objetivo es la descripción, interpretación y comprensión de la estructura y
dinámica de la personalidad.
El método clínico basa su trabajo en la observación, la interacción con el sujeto
de estudio a través de la entrevista y técnicas auxiliares (tests, dibujos, etc.)

Resumiendo: el método clínico se basa en:


Observación
Entrevista
Técnicas auxiliares (1)

Qué es el psicodiagnóstico?

Es un proceso (como tal tiene una serie de etapas), de investigación y


evaluación de la personalidad.

La Entrevista es una técnica que posee su propio procedimiento, que tiene


usos múltiples, la que aquí nos interesa desarrollar es la Entrevista Psicológica,
que tiene como objetivo la investigación y el diagnóstico psicológico. Es en la
entrevista que se da el fenómeno a estudiar: el fenómeno psicológico.

Bleger define la entrevista como la configuración de un campo donde “entre los


participantes se estructura una relación de la cual depende todo lo que en ella
acontece”. (2)
La Entrevista como técnica inicia la primera etapa del proceso
psicodiagnóstico, luego del contacto inicial, denominado Preentrevista.

1. Zenequelli, Eleonora, “Los métodos y las técnicas”. “Psicodiagnóstico. Nuevas


formulaciones”, Editorial ECUA , Buenos Aires, 1999 Pág. 49-90
2. Bleger José. Capitulo 1, “Temas de Psicología. Entrevista y grupos”. Ediciones Nueva Visión.

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En un Psicodiagnóstico “la entrevista no puede reemplazar ni excluir otros
procedimientos de investigación de la personalidad, pero estos últimos
tampoco pueden prescindir de la entrevista”. (3)

Tenemos entonces las siguientes etapas en el proceso psicodiagnóstico:

1) Contacto inicial
2) ENTREVISTA/S
3) Administración de técnicas
4) Evaluación e integración de las técnicas
5) Informe final
6) Entrevista de devolución

Los puntos 5) y 6) pueden variar en este ordenamiento según el criterio del


profesional, hay quienes consideran necesario hacer una entrevista de
devolución y a partir del material recogido en esta terminar de elaborar el
informe final.

Puede ser necesario en algunos casos realizar más de una entrevista, lo cual
será definido por el entrevistador en función de lo recogido, pensado e
hipotetizado en la primera entrevista.

Etapas del proceso psicodiagnóstico y participantes:

Etapas Quienes participan?


1) Contacto inicial Entrevistador (E) entrevistado (e)
2) ENTREVISTA/S E–e
3) Administración de técnicas E–e
4) Evaluación e integración de las técnicas E
5) Informe final E
6) Entrevista de devolución E–e

La entrevista tiene distintos momentos, es importante no confundir las etapas


psicodiagnósticas con los momentos de la entrevista, la entrevista está
contenida en el proceso psicodiagnóstico pero tiene sus propios momentos, a
saber:

3. Idem

2
1) Contacto inicial
2) ENTREVISTA Momentos:
a) Pre entrevista
b) Inicio de la entrevista
c) Entrevista propiamente dicha
d) Cierre de la entrevista

3) Administración de técnicas
4) Evaluación e integración de las
técnicas
5) Informe final
6) Entrevista de devolución

El primer encuentro con alguien, a quien vamos a entrevistar, genera siempre


expectativas y cierto monto de ansiedad, hay que contar con esto, se tenga
mas o menos experiencia profesional.

La entrevista psicodiagnóstica tiene objetivos precisos:

El fundamental es establecer un diagnóstico, que no debe implicar nombrar al


paciente con un indicador psicopatológico (“Es un bipolar” por ejemplo) sino
investigar e inferir cuál es la dinámica de esa estructura psíquica en particular,
el término mas adecuado es el de aproximación diagnóstica, que implica un
camino abierto a nuevas formulaciones. Cada sujeto tiene una conformación
psíquica particular e irrepetible. Podemos hablar de distintas estructuras
psíquicas, como neurosis o psicosis, pero cómo se conforman los elementos
dinámicos de una estructura será como la huella digital, irrepetible.
Se debe buscar en el sujeto que entrevistamos las huellas de su historia, de su
devenir como sujeto y no solo las huellas de la enfermedad.

En algunos casos el pedido del psicodiagnóstico es para establecer un


diagnóstico diferencial entonces debemos ser claros y precisos: por ejemplo
evaluar si hay en un sujeto organicidad o no. De todas maneras el diagnóstico
no puede basarse únicamente en lo patológico sino también debe incluir
aquellos aspectos libres de conflicto, las herramientas y recursos con las que
cuenta el entrevistado.

La entrevista que utilizamos en un proceso psicodiagnóstico es la semidirigida


o mixta, en la cual se deja que el entrevistado dirija con sus propias variables
el campo de la entrevista, pero el entrevistador controla el desarrollo de la
misma.
El entrevistador se guía por el motivo de consulta y por el material que vaya
surgiendo en el desarrollo del encuentro.

La diferenciamos de la anamnesis, herramienta utilizada fundamentalmente por


la psiquiatría clásica, la cual es una entrevista cerrada, con preguntas
previamente pautadas y cualquier desviación es considerada como un
elemento perturbador. Es también diferente de la entrevista abierta ya que esta

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se utiliza fundamentalmente en un tratamiento y es mas acorde con la
asociación libre.

La diferencia entre una entrevista clínica habitual y la primera entrevista que


inicia un proceso psicodiagnóstico en el cual se van a utilizar a posteriori
técnicas es que nuestro rol es mas abstinente y de mayor observación, sin
realizar interpretaciones, utilizando fundamentalmente preguntas y
señalamientos.

Desarrollemos cada momento de la entrevista psicodiagnóstica:

1) Pre-entrevista: es el momento en donde la persona se contacta con


nosotros, este primer contacto puede generarnos diferentes
impresiones, podemos encontrarnos con alguien que le cuesta
concretar un encuentro, alguien que demanda un encuentro inmediato
(urgencia subjetiva o no), con alguien con quien se concreto un primer
encuentro y luego lo suspende, alguien que llama indeciso diciendo que
otros lo mandan, alguien que hace diversas preguntas en relación a
honorarios, tiempo de duración u otras cuestiones, etc., quizás tantas
posibilidades como subjetividades hay. La posición del entrevistador es
posibilitar con ese sujeto un primer encuentro personal aunque no
depende del todo de él.

2) Inicio de la entrevista: consta de la recepción del entrevistado, la


presentación mutua y la instalación en un espacio, campo al decir de
Bleger, para que comience el desarrollo propiamente dicho de la
entrevista. El entrevistador debe generar un buen rapport con el
entrevistado.

3) Entrevista propiamente dicha: Freud puntualizó en su trabajo


“Iniciación del tratamiento” la posición del entrevistador diciendo “En
general, no importa cual sea la materia con la que iniciemos el análisis,
la historia del pacientes, sus recuerdos infantiles o el historial de su
enfermedad. Lo único de lo que debemos cuidarnos es de empezar
dejando hablar al enfermo sobre si mismo, sin entrar a determinar su
elección del punto de partida” (4). Y esto mismo lo tenemos que adoptar
para una entrevista psicodiagnóstica, es el entrevistado el que debe
comenzar armando su relato por donde le parezca.

4. Freud Sigmund. “La iniciación del tratamiento” (1913), Tomo II, Editorial Biblioteca
nueva, 3ra. Edición, Tomo II, Madrid, pag. 1661

4
“Nuestras intervenciones deben ser mínimas al principio de la primera
entrevista para dejar mayor libertad al sujeto…y a medida que vamos
elaborando hipótesis presuntivas acerca de lo que ocurre se hace
imprescindible hacer comentarios y preguntas pertinentes” (5).
Debemos intervenir con señalamientos o preguntas pero no en una primera
entrevista realizar interpretaciones. Esto es sobre todo de mayor
importancia cuando trabajamos en Psicodiagnóstico ya que generalmente el
trabajo con el entrevistado será acotado y sin una continuación posterior, se
debe ser cuidoso especialmente cuando un colega nos deriva un paciente
para realizar un psicodiagnóstico en no interferir en la transferencia que el
sujeto tiene armada con el otro profesional.

Es muy importante ir despejando e investigando el motivo de consulta, qué


trae a ese sujeto en este momento a una entrevista con nosotros. El motivo de
consulta guiara nuestras preguntas y las áreas que exploraremos en relación a
él. No en todos los casos es posible despejarlo tan claramente, a veces el que
plantea el entrevistado como un motivo manifiesto oculta el motivo latente o
inconciente.
El motivo de consulta que plantea el sujeto lo podemos considerar su síntoma
(aunque no es el único modo de presentación clínica), todo síntoma muestra y
oculta al mismo tiempo, lo que muestra puede ser escuchado en el relato del
entrevistado (Ej.: “algunas noches tengo insomnio”), aspecto fenomenológico
del síntoma y lo que oculta, que deberá ser develado en su aspecto dinámico,
es aquello que permanece ignorado por el entrevistado y que deberá ser
indagado y puesto de manifiesto. Este punto lo podemos enriquecer con lo que
teoriza Collete Soler en su libro “La querella de los diagnósticos” (6) entre
síntoma observado, visible, aquel que el profesional puede diagnosticar y el
síntoma subjetivo o invisible, aquel que el sujeto que nos consulta vive.
En la entrevista las preguntas en relación a este trabajo de desciframiento
serán en el sentido de preguntar la relación del sujeto con su síntoma, si le
preocupa o no, si lo angustia, desde cuándo lo padece, que hipótesis armó en
relación a ese síntoma, con qué lo relaciona, por qué le preocupa en este
momento, etc.

Cuando consideramos que el motivo de consulta ha sido despejado


interrogaremos sobre la historia del sujeto y su familia, no únicamente como
una recopilación de datos cronológicos sino la versión subjetiva sobre ellos
(novela familiar).
Preguntaremos también al entrevistado sobre aquellos temas que
consideramos o que no son claros, o que el no plantea y que nos parece
importante indagar.

5. García Arzeno Maria Esther, “Nuevas aportaciones al psicodiagnóstico clínico” Ed. Nueva
Visión. Buenos Aires, 1993
6. Soler Collete, “La querella de los diagnósticos” Editorial Letra Viva Buenos Aires, 2011

5
A modo de ejemplo y no de guía estricta, las áreas importantes a indagar con
un sujeto adulto son: vinculo con sus padres y hermanos, su relación de pareja,
otros vínculos relevantes de su vida, área laboral-profesional-vocacional; sus
amistades; pérdidas y duelos significativos en su vida; modos de tramitar sus
duelos, áreas que nos parezcan significativas en la vida de un sujeto en
particular en relación al desarrollo de la entrevista.

4) Cierre de la entrevista: es el momento de cierre del encuentro, es


posible que se plantee la necesidad de una segunda entrevista o el
inicio en el próximo encuentro de la batería de técnicas pertinentes.
Con el cierre de la entrevista se debe convenir los pasos a seguir, como
horarios de los próximos encuentros, frecuencia de los encuentros,
honorarios, forma de pago, etc.

En la entrevista psicodiagnóstica el ámbito de trabajo (sea clínico, laboral,


judicial o educativo) en la cual se desarrolla la misma es fundamental.
En el ámbito clínico generalmente contamos con una
mayor aceptación conciente del entrevistado para prestar su participación en la
entrevista.
En el ámbito laboral y judicial el entrevistado es enviado por una empresa o por
la justicia respectivamente, lo cual impregna a la entrevista de características
particulares. En lo laboral el objetivo es evaluar el perfil del entrevistado para
un puesto determinado y hay aspectos más íntimos de su vida que deberán
dejarse de lado. En el ámbito judicial el entrevistado esta comprometido en su
libertad, con sus bienes o en conflictivas familiares y en pos de esto se ve
compelido a someterse a un proceso psicodiagnóstico.

Lugar, función y rol del Entrevistador:

En una entrevista psicológica no somos observadores ajenos al fenómeno que


se despliega frente a nosotros, participamos y condicionamos dicho fenómeno,
el entrevistador es un observador participante, generador y soporte de
fenómenos transferenciales.

Nuestra actitud debe ser abierta y permeable pero no debemos perder de vista
el objetivo de la entrevista.

El entrevistador debe disociarse instrumentalmente para poder operar en el


campo de la problemática del consultante, la disociación instrumental implica
una distancia optima con respecto al entrevistado la cual significa no quedar
tomado o totalmente identificado con este sujeto pero tampoco desconectarse
defensivamente de lo que se va escuchando, observando y vivenciando.
También es función del observador pensar e imaginar.

La entrevista se desarrolla en un campo, Bleger quien toma este concepto


de Kurt Lewin (sociólogo norteamericano), define al campo así “… entre los
participantes se estructura una relación de la cual depende todo lo que en ella
acontece” “Así pues la entrevista funciona como una situación en la que se
observa una parte de la vida del paciente, que se desarrolla en relación a
nosotros y frente a nosotros” “el entrevistador forma parte del campo, es decir,

6
que en cierta medida condiciona los fenómenos que el mismo va a registrar.” el
marco del campo es el encuadre, que “consiste en transformar cierto
conjunto de variables en constantes” (7), en el incluimos el rol de entrevistador,
los objetivos, el tiempo, el lugar y el dinero. El campo de la entrevista es
dinámico, cambiante, siguiendo un concepto guestáltico, el campo no es una
sumatoria de individualidades sino la trama de interacciones que se juegan allí,
que es superadora de cada una de estas individualidades. El encuadre será
mas estricto o mas flexible dependiendo de las modalidades de trabajo del
entrevistador, del marco institucional, del ámbito de trabajo y de las
características del consultante, entendiéndose por esto último la gravedad o no
de la problemática presentada por el sujeto, su edad, etc. (por ej. el trabajo con
adolescentes requiere generalmente una mayor plasticidad y un modo de
intervención mas activo del psicólogo, el trabajo con niños requiere de la
disponibilidad para jugar, etc.).

No existe un encuadre ideal se requiere de él pero también de la


disponibilidad de variarlo y amoldarlo a ciertas circunstancias.

Se puede dar por finalizado la etapa de la entrevista (recordemos que puede


ser más de una) cuando:

1) Tenemos claro el motivo de consulta.


2) Contamos con los datos relevantes de la historia del entrevistado.
3) Contamos con algunas hipótesis presuntivas acerca del conflicto.
4) Contamos con una estrategia pensada en relación a que técnicas e
instrumentos de exploración utilizaremos en las etapas siguientes del
proceso psicodiagnóstico que ayuden a rectificar, ratificar o ampliar
nuestras hipótesis.
En este punto finalizamos la etapa de Entrevista y pasamos a la siguiente:
Administración de Técnicas.

Algunas puntuaciones sobre la transferencia-contratransferencia:

Algunos autores han cuestionado el término contratransferencia, la escuela


francesa de psicoanálisis tomo la postura mas lapidaria respecto de este
termino.

Otros autores, como Enrique Pichón-Riviere, fundador de la Psicología Social


en nuestro país propone en su libro “El proceso Grupal” el término
transferencia reciproca para aquel “conjunto de reacciones inconcientes del
operador…que en él constituyen un elemento de inestimable valor” llamada
“inadecuadamente… contratransferencia” (8).

7. Op.cit.
8. Pichón-Riviere, Enrique. “Transferencia y contratransferencia en la situación grupal” “El
proceso grupal. Del psicoanálisis a la psicología social (1)”, Ediciones Nueva Visión. Buenos
Aires, 1985, pag. 191

7
Bleger utiliza el término transferencia-contratransferencia,
pero con cierto reparo, define claramente el primero pero sobre el segundo si
bien dice que es “un indicio de gran significación para orientar al entrevistador
en el estudio que realiza” advierte enfáticamente de su difícil manejo y
puntualiza en una serie de requisitos con los que se debe contar del lado del
entrevistador, como experiencia, buena preparación y un alto grado de
equilibrio mental para que pueda ser utilizada con cierto grado de validez.

Luego generaliza ambos fenómenos a cualquier relación interpersonal. Pero la


relación entre un entrevistado y un profesional sabemos que no es cualquier
relación interpersonal, en primer lugar es una relación profesional, hay una
demanda del lado del entrevistado y un acogimiento de esta demanda del lado
del Entrevistador.
Es un tipo de vinculo asimétrico, uno no conoce nada de la vida del otro y el
otro deberá desplegar sus cuestiones mas personales, lo cual los coloca en
roles y funciones muy disímiles. El modo que proponemos en el cual debe
operar el Entrevistador (disociación instrumental por ejemplo) nos aleja de
pensar esta relación como una relación entre dos subjetividades, la subjetividad
del Entrevistador debe ser dejada de lado, es una función desde la que se
trabaja y no desde la propia subjetividad.

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