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La Materia Inerte

¿Qué es la materia? El diccionario dice:


- aquello que ocupa espacio; aquello que constituye la sustancia del universo físico... - Todo lo
que el hombre ve, toca o siente, es materia. Y también de lo que él mismo está constituido. La
palabra deriva del latín "mater", madre. Cada uno de sus estados (sólido, líquido y gaseoso)
puede pasar a los otros a diferentes temperaturas. Cualquiera que sea su forma, está formada por
lo mismo: átomos.
Estos difieren entre sí por la cantidad y distribución de los electrones, protones y neutrones.
Estas partículas elementales son "iguales entre sí" (!).
Los astrónomos mediante telescopios y espectrógrafos, comprobaron que el universo físico está
formado por los mismos elementos de la tabla de Mendeleyev.

Cuando se aborda este tema, se suele hablar de la divisibilidad de la materia; se comienza,


entonces, por dividirla hasta el límite de lo posible. Así se llega a la molécula, que es la menor
porción de sustancia que conserva las propiedades de la misma, y luego a la de átomo que es la
menor porción de materia (como tal). Podríamos seguir con las partículas elementales nucleares,
pero esto no nos ayuda a comprender lo que es la materia; así como fragmentar a un ser humano
en pedazos muy poco nos puede aportar sobre lo que es.
Hasta no hace mucho tiempo se tenía la convicción de que la imagen científica final del mundo
sería hermosa, ordenada y sencilla, pero a fuerza de seguir esa línea de investigación nos hemos
ido gradualmente apartando de aquello. Actualmente se construyen "rompe-átomos"
desperdiciando cientos de millones de dólares (como si no hicieran falta para fines más
necesarios) que sólo sirven para encontrar cada vez más subpartículas pero menos conceptos
bellos y claros. Esto sólo sería razón suficiente para reconocer humildemente la crisis actual por
la que está pasando la ciencia.

La Manifestación
Habiendo comprendido que la naturaleza del cosmos es fluido sutil en permanente movimiento
fluyente, surgen ahora las siguientes preguntas:
1. ¿Cómo surgen las propiedades de ese fluido?
2. ¿Cómo es el proceso de su precipitación en la materia (manifestación)?
1. Como ya vimos, el fluido cósmico en su fluencia configura diversas morfologías dinámicas,
con pocos patrones básicos. Los esferoides-remolínicos son subesferoides de los esferoides-
remolínicos abarcantes, e interfieren fluídicamente en su ámbito con aquellos.
Es decir, en el volumen de influencia de un subesferoide se "entremezcla" cinéticamente su
movimiento fluyente rotatorio con el movimiento fluyente del esferoide abarcante(1). Este, por ser
mucho más grande, se puede considerar que tiene líneas de corriente casi rectas en comparación
con las del subesferoide que rota con cierto radio de curvatura según la clase de vibración que
posea.
Las energías que surgen de estas fluencias cósmicas producen propiedades. Como ya hemos
visto, la propiedad depende de ciertos parámetros, entre ellos el sistema de coordenadas y la
sensibilidad del observador. Nosotros consideramos como propiedad lo que impresiona nuestra
sensibilidad humana en los distintos niveles: físico, emocional, mental...
2. Denominamos manifestación (lo que se puede tocar con la mano) al proceso por el cual el sutil
flujo cósmico se densifica, haciéndose tangible en la materia física. Esto se produce merced al
arremolinamiento sucesivo en el esferoide planetario, y luego en el atómico.
Todo esferoide remolínico sutil planetario es un complejo subarremolinamiento del flujo del gran
esferoideremolínico Sistema Solar(2). Cuando un esferoide sutil planetario continúa
subarremolinándose hasta configurar un tercer tipo de esferoide sutil (muchísimo más
chico), entonces, está a punto de aparecer lo que se denomina átomo. Este aparece merced a
subesferoides llamados electrones que crean su "cuerpo". O sea que el tercer tipo de esferoide en
su subámbito físico denso, se manifiesta cuando aparece el cuarto tipo de esferoide, el electrón,
que es subesferoide del tercero.
Todo planeta físico es un dinámico y complejo proceso de pliegue-despliegue o
arremolinamiento como el de esta esquemática descripción que acabamos de hacer. Más adelante
veremos que hay "planetas" no físicos.
La Física afirma que cuando desaparece un rayo gamma con suficiente energía cinética (el cual
viene del cosmos) y en condiciones adecuadas, en su lugar aparece una pareja electrón-positrón
cuya energía total es igual a la energía de la radiación perdida. Esto es
compatible con la explicación remolínica anterior.
El concepto de manifestación está asociado al de fenómeno físico.
Nuestros sentidos son impresionados por la energía concentrada (o densificada) en tres tipos de
estado: sólido, líquido y gaseoso; y por los procesos dinámicos (físicos y químicos) que
producen fenómenos físicos (gravedad, electricidad, magnetismo, calor, luz, etc.). En la moderna
física se habla de "campos" (gravitatorio, electromagnético, etc.).

A mediados del siglo XIX se conocían cuatro fenómenos que eran capaces de hacerse notar a
través del "vacío". Eran la gravitación, la luz, la atracción y repulsión eléctricas, y la atracción y
repulsión magnéticas. Se creía que estos fenómenos eran independientes entre sí, hasta que
gracias a Faraday y a Maxwell, se descubrió que tres de ellos, la electricidad, el magnetismo y la
luz, son partes de un mismo campo: el electromagnético. El campo gravitatorio siguió siendo
independiente. Los físicos, sin embargo, comenzaron a suponer que tendría que haber un solo
campo. La "teoría del campo unificado" pasó a ser una quimera...

Todo proceso de manifestación tiene que ver con la ley del inverso del cuadrado; o sea la
aparición de d2 en el denominador de las fórmulas relativas a los campos gravitatorio, eléctrico,
magnético, o de la propagación de la luz, el calor, el sonido, etc. Estos tipos de
energía "surgen de"(3) una fuente que respectivamente es: una masa grande; una carga eléctrica;
un imán; un objeto luminoso; algo caliente; o una fuente sonora.
La propagación es, en todos los casos, esférica (desde la fuente), así que debemos considerar el
área esférica de cada una de las infinitas esferas virtuales que rodean a la fuente. Al estudiar
cómo varía el respectivo fenómeno a medida que nos alejamos de la fuente, es como si
estuviéramos sobre un globo que se está inflando. Lo importante entonces, es ver qué ocurre, no
en la fuente emisora, sino en el entorno espacial.
A medida que se infla ese hipotético globo esférico, las balanzas, potenciómetros,
magnetómetros, termómetros, nuestra vista u oído, respectivamente, ubicados sobre la superficie
de aquél, irán registrando una gradual disminución de intensidad de los respectivos fenómenos,
que será proporcional a la inversa del cuadrado del creciente radio de ese globo. ¿A qué se debe
esto? Por conservación de la energía, para cada superficie esférica la cantidad de energía debe ser
la misma, por lo tanto, a mayor área, menor intensidad por unidad de área. Producida la
perturbación en un punto, que en realidad es una pequeña esfera, la misma afecta a todo el
entorno. Pero sabemos que el entorno es fluido en permanente y vertiginoso movimiento
fluyente. Al principio definimos "línea de flujo" como la trayectoria de una partícula en su seno
fluídico. Dijimos que cada punto de un flujo estacionario está asociado con un vector velocidad.
Por conservación de la cantidad de movimiento (que es una forma de energía), cuando la
distancia entre las líneas de flujo aumenta, la rapidez del fluido disminuye. Por eso las líneas de
flujo concentradas indican regiones de gran rapidez, y las líneas de flujo espaciadas regiones de
baja rapidez.
Dadas dos esferas concéntricas (fig. 42), la externa con un radio doble que la interna, en esta
última las líneas de flujo estarán cuatro veces más juntas que en la externa, ya que el área es
cuatro veces menor. Entonces la velocidad en la superficie de la esfera interior será
cuatro veces mayor; así que habrá una presión desde afuera hacia el centro (centrípeta).

Fig. 42
Esto significa que la sobreexcitación fluídica en un punto, crea un vórtice, lo que produce un
arremolinamiento esferoidal en su entorno (o sobreexcita a su vez a los arremolinamientos
vecinos). Recordemos que todo esferoide-remolínico tiene un vórtice de excitación en su centro.
El "cuerpo" del arremolinamiento produce el vórtice, o, recíprocamente, el vórtice produce el
arremolinamiento. Ambos procesos son sincrónicos. Esto ocurre así por la propia naturaleza
fluyente del fluido cósmico.
La velocidad del fluido, entonces, aumentará espiraladamente hacia el centro (centrípetamente),
y si hacemos un corte radial según un plano arbitrario que pase por el vórtice, veremos que en
valores absolutos la componente radial de la velocidad va aumentando en
función de 1/d hacia el vórtice central. En otras palabras, hay una aceleración radial centrípeta.
En el caso de considerar a un esferoide como la Tierra, cualquier otro pequeño esferoide en sus
inmediaciones estará sometido a esa aceleración, que en este caso representará la de la gravedad.
Considerando dos fajas infinitesimales adyacentes cualesquiera, la diferencia
de velocidades (y por lo tanto de presiones) entre ellas es la misma a una determinada distancia
d; pero disminuye al aumentar d en función inversa al cuadrado de d. En esta explicación fluídica
cinética y geométrica de la gravedad y la arremolinada materia, reside la razón de la coincidencia
entre la masa de inercia y la masa de gravitación; clave que había pasado inadvertida hasta que
Einstein recuestionó su aparentemente accidental igualdad.
La misma explicación vale para el campo eléctrico, magnético, la propagación de la luz, el calor,
el sonido, etc.
En definitiva cada uno de dichos fenómenos es un aspecto de la perturbación fluídica del centro a
la periferia del virtual e indefinidamente amplio esferoide-remolínico. La base común de todos
ellos es la modificación dinámica en el espacio fluídico que rodea a la respectiva "fuente" a partir
de la perturbación fluídica en la misma.
La dinámica modificación de este espacio fluídico es lo que antes (capítulo1) vimos como
metamorfosis morfológica del cosmos. Así se produce la manifestación.
Repasemos, entonces, un poco.
Sabiendo que el fluido esencial del cosmos se mueve (fluye) permanentemente y por doquier, y
que cuando aumenta su velocidad, en cualquier sector, disminuye su área transversal (sección), y
a la inversa, podemos conocer cómo va cambiando de forma.
Comencemos considerando una superficie de fluido con bajísima viscosidad que fluye hacia
abajo en el papel. En cierto sector de la misma la rapidez del flujo es algo mayor. Entonces se
produce un remolino ya que esos "tubos de flujo" al acelerarse se estrechan con
respecto a los del entorno, entonces estos se acercan cada vez más al centro de ese cilindro
acelerado; y por razones de espacio el flujo central tiene que revirarse espiralándose.
Hasta ahora tenemos, entonces, un tubo de flujo acelerado cilíndrico que conforma, en su
sección, un remolino. Toda la superficie de flujo se mueve hacia abajo pero en el vórtice del
remolino la rapidez es suficientemente mayor. Y mientras esa zona de superficie se
hunde conformando un pozo dinámico, el sector vortical adquiere tal rotación espiralante, que
por razones de espacio, llega un momento en que se enrosca como una cinta de Möebius
conformando un pequeño esferoide. Esto es coherente con ciertas observaciones que se
han hecho en desagües (se destaca el trabajo de Sibulkin) viéndose que cuando el agua descendió
un centímetro, la dirección del vórtice ¡se invierte misteriosamente! Podemos inferir que
en un ámbito ingrávido se "invertiría" en todas direcciones conformando una esferita. Tras girar
cierta cantidad de veces, la velocidad del flujo se va retardando, las secciones se vuelven a
ensanchar y entonces sale del enrulamiento para seguir bajando retardadamente hasta que iguala
la rapidez del entorno. Pero, en ese momento "rebota" elásticamente en esa velocidad mínima
(como un resorte) y, al rato, o sea un trecho más abajo, vuelve a acelerarse comenzando de nuevo
el mismo proceso morfológico anterior. De resultas de esto tenemos que, si miramos todo esto
desde "afuera", vemos que en aquel cilindro indefinido original, cada tanto, hay vibrando
fluyentemente una seguidilla de esferoides remolínicos, como una estela de vórtices. A propósito
de esto último, destaquemos que hay varios ejemplos en la naturaleza de ese mecanismo fluídico
regular. Ellos son:

 en un arroyo, detrás de una roca; o al remar yendo en una canoa, se originan pares de
remolinos que giran en sentido opuesto.

 en un río de curso rápido, detrás de un gran obstáculo (como el estribo de un puente),


esos remolinos desaparecen rítmicamente fluyendo corriente abajo, alternativamente
desde cada margen.

 en un flujo de aire a cierta velocidad, se produce un modelo periódico denominado estela


de vórtices. Los cables telefónicos, las ramas de los árboles, las flautas, los tubos de
órganos, las teteras, etc. producen sonidos por vórtices desprendidos dentro de la gama de
frecuencias audibles.

 fueron vórtices regulares debido a un viento constante de no exagerada intensidad, los


que derribaron el puente de Tacoma en 1940.

 los peces en su natación generan sus propios remolinos sacando provecho de los mis mos
por el efecto "cinta transportadora".

 las aves vuelan en formaciones en V para sacar partido de los remolinos producidos por
los distintos individuos de la escuadrilla.
 etc.

Hasta aquí describimos el proceso morfológico que ocurre en el cilindro originado por la
aceleración del flujo en un sector de cierta superficie considerada. Cerca del pozo remolínico se
produce una prominencia fluídica. En realidad se conforman muchos "pozos" y
"montañas" alternadamente. Esto se observa, por ejemplo, cuando se hierven ciertos caldos o
tucos, la superficie del líquido se mete y emerge alternativamente en distintos puntos.
Podemos asociar cada pozo con un sumidero, y cada monte con una fuente, ya que fuente es de
donde sale cierto volumen de flujo por unidad de tiempo, y sumidero es donde se mete (fig. 43).
Los sumideros de las represas son un ejemplo; allí se sume el agua cuando aumenta el nivel del
lago artificial para mante nerlo acotado y evitar que desborde el dique. La fuente adyacente a
cada sumidero es
consecuencia de la conservación del movimiento fluyente. Si un sector se acelera hacia abajo,
otro vecino tiene que hacerlo hacia arriba. Acá, teniendo en cuenta que toda la superficie
considerada viaja hacia abajo, la aceleración "ascendente" es relativa.

Fig. 43
La fuente en la misma superficie que antes consideramos el sumidero, origina otro cilindro cuya
morfología es simétrica a aquel.
El conjunto de cilindros simétricos constituye un global movimiento ondulante alternativo
ascendente-descendente como si tuviéramos resortes verticales que se comprimen y
descomprimen alternativamente. Simultáneamente todos ellos van descendiendo. La
consecuencia de todo esto es una configuración como el de la fig. 44 (a).
Fig. 44
Podemos claramente visualizar, por ejemplo, la estructura del diamante si en cada
ensanchamiento, donde se conforman esferoides, ubicamos un átomo de carbono. Y no sería
cúbica, la estructura, porque la distribución más compacta es como se muestra en la fig.44(b).
Podemos comprender que considerando que el Cosmos es flujo fluyendo, según cómo fluya,
conformará, en el seno planetario, esferoides atómicos según los cuatro estados de la materia que
conocemos (incluyendo el estado de plasma), o simplemente, no constituirá materia (habrá sólo
lo que se conoce como campos electromagnéticos). En el caso que conforme esferoides según
cilindros como lo que vimos antes, estaremos frente al estado sólido.

El Espacio-Tiempo
Esa modificación fluídica dinámica, según cómo se conforme (morfológicamente), determina un
ámbito esferoidal, que constituye un específico espacio-tiempo. ¿Pero qué significa esto?
Este es un asunto cotidiano y aparentemente muy natural, pero ha tenido siempre intrigados y
confusos a científicos y filósofos. Como dijo Charles Lamb: "Nada me produce tanto
desconcierto como el tiempo y el espacio, y sin embargo nada me preocupa menos, ya que nunca
pienso en ellos." Todos tenemos una noción empírica del pasado, presente y futuro, pero no
existe ecuación ni teoría científica que dé una explicación satisfactoria del tiempo. Tenemos la
sensación de que el tiempo "fluye", que se "mueve" desde el pasado hacia el futuro. Del tiempo
han hablado no solo científicos sino también artistas y religiosos. Para San Agustín, "... es como
un río de fuerte corriente formado por las cosas que ocurren; tan pronto surge algo, es arrastrado
por las aguas ". Para Thoreau "el tiempo no es sino un
arroyo donde voy de pesca ". Para Virgilio "el tiempo vuela, vuela para nunca más volver". Este
último expresa además la irreversibilidad del mismo. Todos sabemos que no se puede revertir el
pasado; en cambio el futuro está por-venir.
No se puede medir el "avance" del tiempo. Los relojes miden los intervalos de tiempo, pero ellos
son movimientos de objetos en el espacio (las manecillas sobre el círculo numerado). Con una
regla o metro puedo medir distancias (o sea intervalos de espacio); y con un
velocímetro puedo medir el avance de un cuerpo a través del espacio. Pero ¿cómo podría medir
el avance del tiempo si no sé a través de qué avanza?
Antes de la teoría de la relatividad, se suponía que el tiempo era absoluto; pero dicha teoría
demostró que es relativo, de modo que el concepto de simultaneidad no tiene significación
absoluta. Desde entonces la elasticidad del tiempo es un hecho comprobado. Junto a la
relatividad del movimiento (que ya se conocía antes de Einstein), da como resultado que el
espacio-tiempo es relativo.
Se habla de cuatro dimensiones como equivalente al espacio-tiempo; tres espaciales (largo,
ancho y alto), y la dimensión temporal. Pero se tropieza con una dificultad insalvable si se quiere
dibujar, siquiera imaginar, la representación esquemática de esa tetradimensión ya que no existen
cuatro direcciones perpendiculares entre sí en el espacio. Esto se debe a que el concepto de
dimensión está mal encarado, y además es un error homologar la "dimensión" tiempo con las
otras tres. La palabra dimensión viene de un término latino que significa "medir completamente",
y como vimos antes, no se puede, en rigor, medir el tiempo. Creemos más propio, como más
adelante explicaremos, considerar a aquella "tetradimensión" más ciertos "campos" que son el
principio activo de los cuerpos, como una sola dimensión: la física. Esto es lo que vimos cuando
hablamos de ámbitos.
Los científicos dicen que el espaciotiempo puede ser doblado o curvado por un cuerpo con masa,
y que también puede ser torcido o estirado como si fuera de goma. Algunos físicos creen incluso
que si se tuerce o estira con demasiada violencia el espacio y el tiempo pueden separarse
súbitamente (!). Se suele usar una "analogía" (que en rigor no es tal), por la cual el espacio, en
lugar de ser tridimensional, se representa mediante una hoja bidimensional o superficie, como la
de un globo esférico. La superficie del globo representa el Universo, en que las galaxias son
puntos en su superficie. Ni el volumen interior del globo, ni la región externa a él, son parte del
Universo; solo la propia membrana. Según este modelo el Universo no tiene centro ni borde; su
espacio es finito pero ilimitado.
La teoría remolínica utiliza una analogía mejor; en realidad ni siquiera es una analogía, pues es la
descripción real del proceso del espaciotiempo. Este es flujo que fluye arremolinándose de tal
forma que conforma un esferoide-remolínico. Pero inevitablemente por
consideraciones geométricas y por conservación del movimiento, se retuerce enroscándose como
una cinta de Möebius que gira ecuatorialmente alrededor de un punto, y luego converge
polarmente (o sea perpendicularmente al primitivo plano ecuatorial). Este
movimiento se comprende mejor mirando la fig.54.
Si en vez de una trayectoria unidimensional consideramos una cinta bidimensional, vemos cómo
se revira mientras avanza (constantemente todo evoluciona alabeándose helicoidal mente), de
modo que un trazo continuo sobre esa cinta, nos conectaría con todos los sectores y con ambas
caras.
Así fluye el espaciotiempo, sin dejar sector sin barrer (como es lógico), enrulándose alrededor de
un vórtice. Pero ¡puede haber infinita variedad de esos esferoides espaciotemporales: el de
una galaxia; el de un sistema planetario; el de un planeta, o el del átomo! De modo que según
donde se fije el sistema de coordenadas, se estará en un espacio y en un tiempo distinto. Esto
tiene relación con el siguiente cuadro en que se comparan los ritmos cardíacos y el batido de las
alas de distintos animales.

Latídos cardíacos Batido de las alas


musaraña menuda 700/min mosca 1.046/seg
gato doméstico 120/min mosquito 587/seg
hombre 72/min abeja 230/seg
elefante 35-40/min colibrí 100/seg
ballena 15-20/min gorrión 15/seg
cigüeña 2-3/seg
cóndor 0/seg

Según la Relatividad, el tiempo se "lentifica" (los relojes se atrasan) por cualquiera de los
siguientes dos motivos: al viajar a una velocidad cercana a la de la luz (para un observador en
reposo); al estar en un ámbito gravitatorio intenso (para un observador ajeno a él). Pero, ¿qué hay
de común entre una altísima velocidad, y una intensa gravedad? Ambas implican gran inercia
material (es decir, energía concentrada).
Pero, ¿cuál es la relación entre la inercia y el tiempo?, responderemos esta pregunta al contestar
la anterior, ¿qué es el tiempo? Por lo que ya hemos visto del holomovimiento, sabemos que el
cosmos es fluido fluyente que se arremolina (según un complejo proceso) en esferoides
atómicos. Todo lo que tiene inercia material (o física)(4), tiene que ver con el contraste entre la
intensidad arremolinante (por cantidad o por cualidad), y el flujo "puro" de fondo. A mayor
arremolinamiento, mayor rapidez de flujo (con respecto al entorno) y por lo tanto menor presión.
La presión del entorno por contraste implica la dificultad proporcional del cambio en el estado de
movimiento del cuerpo, o sea la inercia física.
A su vez un contraste análogo entre el flujo cósmico y el flujo arremolinado en lo material,
produce la sensación del "flujo del tiempo". Es decir que el tiempo es el transcurrir del proceso
de un estado remolínico con respecto al flujo-fondo (o flujo-medio). Como es obvio, este
transcurrir es relativo al estado o vibración de los esferoides, o a la velocidad de los mismos
respecto al flujo del entorno. Dicho de otro modo, teniendo en cuenta que el flujo-fondo es el
flujo del esferoide abarcante (a los esferoides considerados, por ejemplo atómicos), el tiempo es
el relativo intervalo de pliegues-despliegues de esos esferoides con el común abarcante.
Por otra parte hay otro tipo de tiempo, que es el que en un esferoide complejo o polifasético (es
decir con vibraciones sutiles y densas), se refiere al pliegue-despliegue de su contraparte densa
con respecto a su parte sutil. En el parágrafo estados de la materia se comprenderá que por
ejemplo cada estado físico (sólido, líquido o gaseoso), es en realidad, desde el punto de vista del
tiempo, la
modificación de los respectivos estados esferoidales con respecto a sus flujos-fondo. Esto explica
la gran "inestabilidad" de las partículas nucleares (como los mesones), que aparecen por apenas
fracciones infinitesimales de segundo; contrariamente los planetas, por ejemplo, son estables
durante millones de años(5).
La aparente estabilidad de los electrones, protones y neutrinos no es real, se debe a que ellos,
justamente, son los responsables de la estructuración material propia de nuestro es paciotiempo
humano. Esto se relaciona con el "principio antrópico" según el cual percibimos aquéllo de lo
cual estamos constituidos. Lo estable de esos esferoides es el patrón morfológico del tipo de
flujo de nuestro ámbito físico.
La relatividad del tiempo objetivo no solo depende del tamaño y vibración de cada tipo de
esferoide, sino también de su organización dinámica biológica. Los organismos pequeños viven
según una escala de tiempo más corta que los grandes; sus vidas parecen pasar con mayor
rapidez.
Pero también hay un tiempo subjetivo. Cuando la pasamos bien, el tiempo parece acortarse; de lo
contrario parece que no pasa nunca... En este caso el contraste se da entre lo físico y lo
emocional del protagonista. Hay circunstancias que parecen "pesadas", y otras de deliciosa
"levedad".
En el caso de la sensación de "cámara lenta" que se percibe en el estado de
"semidesprendimiento" (o sea en estados alterados de conciencia, o frente a un shock
emocional), la razón de esto es que la conciencia sutil, relativamente separada de la conciencia
densa, observa los acontecimientos físicos desde su nuevo estado vibratorio, que al ser menos
"gravitatorio", equivale a la diferencia temporal entre la situación a ras de la Tierra y a gran
altura.
En síntesis: el tiempo en sí es una abstracción; solo se pueden medir intervalos, y en este sentido
creemos que lo relevante es comparar lo más denso con lo más sutil.
La sensación de "flujo" de tiempo surge de la forma en que fluye el fluido cósmico que conforma
a los átomos.
El flujo del tiempo es el modo dextrógiro en que helicoidalmente se conforma el flujo del
esferoide-remolínico atómico. Es la parte del fluido que gira en el sentido que consideramos
cuando describimos el movimiento del toroide-helicoidal; la helicoide simétrica (levógira)
implicaría un tiempo inverso. Esto ocurre con los esferoides antimateriales, los que no
percibimos porque nuestros cuerpos (y nuestra conciencia) se organizan según el sentido
dextrógiro. En el mundo antimaterial el tiempo fluye en sentido inverso (!), así
como la carga (ver "antimateria").
En las ecuaciones del desarrollo cuántico del superespacio, se encuentra la posibilidad de
reversión del tiempo; o sea que no se distingue el pasado del futuro. Los físicos cuánticos dicen
que solo puede haber vida en los mundos donde hay dualidad pasado-futuro (aunque
sea invertida).
Todo esto es coherente con la teoría remolínica.
En el espacio interplanetario fluyente donde no hay esferoides ni "antiesferoides", la noción del
tiempo no tiene asidero ya que el flujo puro no se arremolina ni dextrógira ni levógiramente.
Con la noción de la elasticidad o flexibilidad del espaciotiempo, la teoría de la relatividad
introdujo en la física la subjetividad. Ya que las propiedades de duración, longitud y otras
dependen del observador.
La subjetividad prosiguió con la física cuántica al tomar conciencia sobre lo "ilusorio" de la
realidad, ya que el observador la percibe según "el color de sus lentes", pero algunos físicos
exageraron esta noción al afirmar que el universo solo alcanza existencia concreta
como resultado de la observación.
Por todo esto, el observador pasa a ser protagónico en las propiedades de los fenómenos, aunque
no en la naturaleza de los mismos. Y debido a esto, el hecho de que lo observado dependa del
observador, no implica que la existencia de aquéllo dependa de éste. Ver la
realidad distorsionadamente o parcialmente, no significa crearla al verla.
Estructuración en la Materia
Hagamos un tetraedro de alambre, como el de la siguiente figura, y sumerjámoslo en una
solución jabonosa.

Tetraedro
Cuando se extrae de ésta, las películas se deslizan automáticamente desde los alambres hacia el
centro de la estructura, donde se juntan en un único punto. Esto siempre ocurre así. Esta
distribución de las películas alrededor de un punto central utiliza la menor cantidad posible de
material para vincular los alambres. El ángulo que se forma en el centro, entre cualesquiera dos
de las cuatro líneas que se juntan, es de 109º 28´ 16´´ (prácticamente
109,5º).
Si introducimos de nuevo la estructura tetraédrica de alambre con sus películas ya formadas,
cuando la sacamos, aparece en el centro un tetraedro esférico. En este caso también donde se
juntan cuatro líneas, los ángulos que se forman entre pares, son de 109,5º. Las películas
constituyen la mínima superficie que puede vincular los alambres y contener la burbuja central.

Si postulamos que el cosmos es flujo muy sutil perpétuamente fluyendo (primer postulado), y
que los átomos y moléculas son arremolinamientos esferoidales de ese flujo, considerando que
en cada vértice de aquél tetraedro hay un esferoide, podemos apreciar
como el esferoide central se conforma sólo. Y que lo hace vinculándose con aquellos según un
ángulo de 109,5º. Ahora bien, ¡en estructuras moleculares tetraédricas como las
siguientes: CH4 ; SiH4 ; GeH4 ; Sn H4 , los ángulos de enlace, de cada átomo de hidrógeno
con el central átomo del elemento respectivo, son de 109,5º!
Esto probaría que hay una sustancia sutil fluyente, análoga a la jabonosa, que conforma y ubica a
los esferoides-remolínicos en los sectores que constituyen la situación más económica para esa
sustancia. Dicho de otro modo, como es lógico, el fluido sutil en su
fluencia, solo admite el arremolinamiento, según la variante de mayor ahorro de energía.
Sabemos, tanto en física como en química, que hay un principio universal por el que la
naturaleza siempre busca la situación de menor nivel de energía (cosa que el hombre muchas
veces no hace).
Esto que vimos se refiere a la estructura espacial de los átomos en la molécula. La estructura de
los electrones en el átomo es un proceso fluyente distinto ya que se refiere a la relación
geométrica entre subesferoides-remolínicos y su esferoide-remolínico productor, en cambio lo
anterior es la relación entre remolinos. Esto lo veremos en otra parte, pero también aquí se sigue
el principio de economía.

La Cristalización
El flujo cósmico al precipitarse en la materia lo hace arremolinándose en estructuras de tipo
"cuadrangular". ¿Qué significa esto? ¿Por qué en forma cuadrangular?
Recordemos que si consideramos una superficie fluídica "original" en que su zona central fluye a
mayor rapidez (supongámosla en sentido descendente), se forma un "tubo de flujo central"
acelerado. Esto conforma un remolino que determina un sumidero. Por el efecto "copa de
cognac" fig. 23 y 45 se conforma lo que en la fig. 46 (a) se ve con rayado vertical (sólo se
marcaron cuatro secciones); y entonces, a cierta distancia del eje del tubo de flujo central se
envuelve el flujo formando un toro (esto lo estamos viendo desde un sistema de coordenadas
solidario a la superficie fluyente original). Este toro tiene una sección circular muy angosta en
comparación con su radio al eje central, de modo que podría considerarse la línea de una
circunferencia (imaginemos el radio de la Tierra en comparación con el radio de la eclíptica). El
toro, como sabemos, se conforma al diverger y retrotraerse el flujo desde el centro, espiralándose
y formándose una zona circular estable a cierta distancia del eje. Este eje determina con aquella
circunferencia, un cono. Ya sabemos que este cono, por otra parte, está inscripto en una
semiesfera, cuya esfera está inscripta en un cilindro... y así "hacia arriba y hacia abajo"; pero lo
que ahora nos ocupa es la metamorfosis de ese cono en una pirámide al precipitar el flujo en lo
que conocemos como lo material.

Fig. 45
Fig. 46 (a)

Fig. 46 (b)
Recordemos que el concepto fundamental para tratar el flujo, es que a mayor rapidez menor
presión, y a la inversa. El centro de la sección circular del toro es una zona de mayor rapidez, por
razones espiralantes; o sea que allí se conforma otro remolino-sumidero
mucho más chico que el de la circunferencia conformada por el toro, por eso se produce éste: por
ser zona de menor presión atrapada por el entorno de mayor presión. Por ahora omitiremos el
hecho de que el toro en rigor está "empaquetado", o sea, fragmentado en
trozos tipo salchichas...
La sección circular del toro es análoga a la base del cono (o sea al remolino de la superficie
original), de modo en una sección tórica arbitraria, se conforma una pequeña espiral que al
cerrarse conforma una pequeña circunferencia que rota mientras avanza por el interior del toro.
Consideremos entonces que tenemos dos svásticas: una grande, y una chica perpendiculares
entre sí. Las cuatro flechas de cada svástica van rotando permanentemente, pero sólo en ciertos
puntos son paralelas entre sí dos pares de flechas (o vectores) grandes y chicas. De esas cuatro
flechas paralelas (2 grandes y 2 chicas) respectivamente una grande y una chica, y otra grande y
otra chica, además de ser paralelas tienen el mismo sentido. ¿Cúales son esos puntos?
¡Sólo cada 90º se da ese paralelismo con dos pares paralelos en el mismo sentido!
¿Y qué ocurre al coincidir en dirección y sentido los vectores (flechas)? Ocurre que allí se
acelera el flujo. Aunque los vectores más chicos sean mucho menores que los grandes, en el flujo
cósmico que es tan elástico (y sin viscosidad) una pequeña diferencia produce efectos notables
(esto ocurre también en otro tipo de situaciones...). Como al aumentar la rapidez, disminuyen las
presiones, se conforman, entonces, cuatro esferoides (donde interfieren los cuatro pequeños
cilindros teóricos) consecuencia de la interferencia ortogonal de las secciones tóricas circulares(6).
Por eso la base del cono metamorfoseado es cuadrada y no triangular,
pentagonal, o hexagonal, etc.; sólo el cuadrado tiene sus cuatro ángulos internos de 90º.
El perímetro del cuadrado es igual al de la circunferencia ya que los cuatro esferoides tienen un
tamaño despreciable en comparación con el largo de la circunferencia. Por lo tanto los esferoides
pasan a ocupar posiciones un poco más centrales que aquellas donde se cortan los "cilindros".
Esta es la famosa cuadratura del círculo.
Como se ve, el flujo al arremolinarse "busca" automáticamente los ángulos rectos, porque es la
forma en que se economiza el movimiento y se mantiene en equilibrio. Esta es la explicación
fundamental de la extraña asimetría del electromagnetismo. En el movimiento fluyente cósmico
un vector produce una circunferencia que rota, y viceversa, un sector rotatorio circular produce
una depresión vectorial; y siempre el plano del círculo rotando y el vector son perpendiculares
(!).
¿Cuál es la relación, entonces, entre la pirámide y la estructuración de la materia?
El diseño básico de la materia es la estructura cristalina. Cuando hablamos de la materia nos
referimos a los tres estados que captan nuestros sentidos: sólido, líquido y gaseoso. Pero lo
gaseoso es muy parcialmente percibido, por ejemplo la vista suele no captarlo. Lo
líquido está fundamentalmente representado por el agua; ésta es el líquido que más abunda en el
mundo y la única sustancia que corriente y simultáneamente existe en los tres estados. Pero lo
que mejor perciben nuestros sentidos y lo que más controlamos en la vida
cotidiana es lo sólido; tan es así que al hablar de materia lo primero que nos viene a la mente son
los cuerpos sólidos. Hay dos tipos fundamentales de sólidos: isotrópicos y anisotrópicos. Los
primeros son amorfos (vidrio, caucho, plásticos, etc.), y los segundos son cristalinos. La
anisotropía de los cristales proporciona la noción de red atómica o molecular ordenada. El patrón
geométrico (retícula) se repite por toda la sustancia (a veces la retícula es una ordenación de
átomos, a veces de moléculas). El cristal es el peldaño más alto de la escala de la estructura de la
materia. Casi todas las sustancias sólidas son cristalinas. El agua en estado sólido toma distintas
formas cristalinas pasando de unas a otras (el octaedro, el tetraedro, y hasta el hexaedro) pero
¡la mayor parte del tiempo permanece en la forma piramidal de base cuadrada!
(investigación de Linus Pauling).
Hay siete sistemas cristalinos con catorce redes, y de éstas todas son de base cuadrada menos una
que es hexagonal aunque considerando la molécula central al hexágono, tenemos tres
paralelogramos. En algunos de los otros trece sistemas también hay paralelogramos o
rectángulos y no siempre el "arquetípico" cuadrado perfecto, pero siempre son cuadriláteros.
Todo esto nos muestra que el holomovimiento sutil cósmico se materializa arremolinándose
cuadrangularmente. Pero ¿cúal es la relación entre la espiral áurea y la pirámide que surge del
cono? De nuevo la enigmática estructuración del agua (tantos científicos se impresionaron por
sus atípicas propiedades...). El ángulo que forman los enlaces H-O es de 104º que
coincide (!) con el ángulo que forman las caras de la pirámide que surge del cono de 45º
(cuadratura del círculo) con su base cuadrada.
En síntesis:

CILINDRO  ESFERA  CONO (generado por la espiral áurea)  Pirámide


(Mental) (Emocional) (Físico sutil) 

Esferas (moleculares)
(Físico denso)
En el cono, y por lo tanto en la espiral áurea (ya que ésta lo genera), hay una situación dinámica
entre lo sutil y lo denso. Por eso lo biológico tiene que ver con ello, ya que es lo que crece y se
desarrolla en corto tiempo.
En cambio la pirámide tiene que ver con lo estático de la estructuración universal, que queda
rigidizado sin crecimiento ni deterioro.
Los virus pueden estar en ambos estados, por razones que en el parágrafo correspondiente se
explican.
¿Los planos rectos de los cristales, por qué se producen? Debido a la interferencia de los dos
tipos de flujo que intervienen en su producción: el de la Tierra y el de la propia molécula (o
atómico).

Conformación Topológica de la Materia


Desde el punto de vista holístico, es inadmisible suponer que la esfera de un planeta (o cualquier
otro astro), es una superficie cerrada (se contradiría el primer postulado fundamental de la Teoría
Remolínica). De hecho el átomo es algo "abierto". De modo que las esferas de los astros deben
tener, por lo menos, una abertura. Topológicamente una superficie como la de la fig. 47 (que
puede ser una sección de flujo cósmico), puede deformarse sin cambiar de topología hasta definir
una esfera con un agujerito (podríamos imaginar que es el polo norte). Esto sería así si se trata de
un material y un proceso estático, pero si consideramos el dinamismo propio de un fluido, se
requiere
que "entre" y "salga" de la esfera (a la cual conforma) para garantizar el movimiento fluyente. En
este caso el proceso topológico sería como lo muestra la fig. 48. Es decir que en todo momento
habría una hoquedad central, definiéndose una esfera con un tubo hueco polar, y por lo tanto, dos
polos en vez de uno solo. Esta es la razón por la cual un campo magnético sobre una esfera posee
forzosamente dos polos (este es uno de los teoremas topológicos).

Fig. 47

Fig. 48
Hay una propiedad topológica denominada "género" que se define por el número de cortes
circulares que pueden hacerse en la superficie del objeto considerado sin romperla en dos partes.
Una esfera (con un agujero o sin ninguno), un cubo, una burbuja irregular, etc. son de género 0.
Una rosquilla (o un toro), una taza de café, etc. son de género 1. De modo que parece que el
holomovimiento que conforma la materia, debe ser de género 1 ya que el esferoide se produce
alrededor de un tubo de flujo central que, en cierto modo, es como el fondo laminar de flujo.(7)
Como lo muestra la fig. 49 el esferoide se conforma como el humo de una explosión que se
enrosca alrededor de un
tubo central que asciende (en este ejemplo) aceleradamente.

Fig. 49
Pero el esferoide así conformado sería como un toroide (en rigor un grupo de toroides
concéntricos como las capas de una cebolla) comprimido; y si así fuera (o sea si la superficie
toroidal fuera estable) el interior del mismo estaría incomunicado del exterior. Entonces,
mientras gira, necesita revirarse para "meterse" en el interior y luego "salir". Esto solo se logra,
topológicamente hablando, siguiendo el proceso morfológico de la denominada botella de Klein
que se muestra en la fig. 50. Como se ve hay continuidad entre el interior y el exterior ya que se
atraviesa a sí misma sin que haya ningún agujero. Esto es equivalente a la cinta de Möebius (fig.
51). De hecho Klein siguió las directrices de Möebius para idear su botella de una sola
superficie. Esta, si se corta por la mitad se transforma en dos tiras de Möebius. A su vez, si
intentamos cortar longitudinalmente en dos a ésta, como lo indica la fig. 52, nos encontramos
con la sorpresa que en realidad, en vez de dos tiras, obtenemos una tira más larga de dos lados
enroscada (!). Es más, si se intenta cortar en tres partes longitudinalmente (fig. 53), ocurre otra
sorpresa mayor: las tijeras dan dos vueltas completas alrededor de la tira pero se produce solo un
corte unitario continuo. Quedan dos tiras entrelazadas; una de ellas es similar a la original de
Möebius aunque naturalmente más angosta, y la otra es como la que obteníamos al intentar
cortarla en dos (!!).

Fig. 50
Fig. 51

Fig. 52

Fig. 53
Este procedimiento puede repetirse indefinidamente obteniendo varias tiras entrelazadas. Esas
tiras están todas reviradas (cosa que no les resulta nada difícil ya que son fluídicas),
enroscándose sobre sí mismas por lo tanto, cada tanto, como la botella de Klein(8). Ese
enroscamiento (o enrulamiento) es lo que produce los esferoides o subesferoides remolínicos. El
"cada tanto" no es una relación de distancias arbitraria, y responde a números sencillos (enteros y
pequeños) ya que esos son los intervalos espaciales precisos en que se puede subarremolinar el
flujo; fuera de los mismos no se pueden producir los arremolinamientos (así como que dos
remolinos vecinos no pueden vibrar sin deshacerse mútuamente a cualquier distancia entre sí).
Esto es similar a las distancias nodales en las interferencias entre ondas.
Sobre esta esquemática base topológica fluyente, apoyándonos en el postulado de que el sutil
fluido cósmico (holomovimiento) es el que conforma la estructuración molecular, podemos tener
una idea geométrica (a la topología a veces se la denomina "geometría flexible") de la formación
de la materia.
Nota: Una de las pocas leyes numéricas simples de la topología, dice que en todo poliedro la
suma del número de vértices y de caras es igual a la de las aristas más dos...

El Spin
El spín de una partícula es el momento angular, lo cual tiene relación con su rotación. Un cuerpo
que parece el mismo luego de rotarlo una vuelta completa (p. ej. la Tierra), se dice que tiene spín
1. Lo insólito (y cuya razón se ignora) es que hay partículas que tienen que
girar dos vueltas para parecer las mismas. Para colmo entre este tipo de partículas se encuentran
los protones, neutrones y electrones, justo las más importantes en la constitución de la materia.
En un cuerpo rígido es fácil visualizar la rotación, pero no en un esferoide fluídico. Estamos
sugiriendo que la única explicación es que aquellas partículas elementales no son rígidas sino
fluídicas. ¿Por qué se necesita dos vueltas para presentar el mismo aspecto? Es como la cinta de
Möebius que cuando damos una vuelta aparecemos en
la otra cara, pero a la segunda vuelta reaparecemos en la misma situación de la primer cara.
Geométricamente esto se entendería si imaginamos un esferoide-remolínico-helicoidal similar al
que se conforma cuando en un día húmedo de verano vemos un conjunto de
bichos voladores (p. ej. mosquitos) bailoteando en el aire. Es interesante seguir la trayectoria de
cualquiera de ellos (también es curioso que todas las especies describen las mismas trayectorias).
Vamos a transcribir la observación del profesor James S. Coleman, de la John Hopkins
University, que coincide sustancialmente con la nuestra, acerca del vuelo de los mosquitos:
"Un día, sentado al borde de un acantilado, observaba el vuelo de unos mosquitos que daban
vueltas frente a mí. Espectáculo asombroso: cada mosquito volaba a toda velocidad y sin
embargo el enjambre permanecía inmóvil. Cada insecto recorría una elipse(9) del diámetro del
enjambre que, en su vuelo frenético, permanecía inmóvil. De súbito, como una flecha, todo el
enjambre se marchó rápidamente para inmovilizarse de nuevo un poco más lejos. Después se
infló y sus límites se hicieron difusos para contraerse de nuevo en un nudo cerrado, siempre
compuesto de los mismos insectos volando en elipse (en helicoide). Luego volvió a partir y
desapareció..."
Este fenómeno plantea enormes interrogantes: ¿Quién o qué guía el vuelo de cada mosquito
cuando la dirección de su vuelo no tiene prácticamente ninguna relación con la dirección del
enjambre? ¿Cómo mantiene indefinidamente ese vuelo helicoidal? ¿Y cómo cam
bia cuando todo el enjambre se desplaza de repente? ¿Cuál es la estructura y cuáles son las
señales por la cuales se transmite el control del vuelo?
La trayectoria de cada insecto es algo similar a lo que muestra la fig. 54.

Fig. 54
Como vemos la trayectoria describe una helicoide espiralada que se ensancha hasta un máximo
en la sección ecuatorial y luego se va estrechando para converger polarmente produciendo una
inflexión al volver en el sentido contrario cerca del eje polar (siempre
espiraladamente). En esa inflexión inevitablemente se "retuerce" la hipotética cinta revirándose
como la de Möebius; esta necesidad de revire se observa cuando, p. ej., hay que pegar una cinta
en una pared y se debe cambiar 90º su dirección.
Ahora bien, el desarrollo matemático de esa curva es muy complicado, pero podemos observar
que tiene dos puntos de inflexión: uno en correspondencia con cada polo. Pero por conservación
de longitud, y porque hay determinada relación (única) entre el diámetro de la esfera y el del
cilindro central, cuando rota una vuelta completa, el punto que está en el polo norte baja al polo
sur. De modo que en una segunda rotación vuelve al polo norte. Esto significa que por cada
vuelta, el esferoide aparecerá invertido; y cada dos vueltas aparecerá igual.
La "cinta" de la fig. 54 representa una porción de flujo arremolinado en un esferoide sutil
elemental (electrón o cualquier otro), y el movimiento descripto es así y no de otra forma porque
sino no se formaría el esferoide, o sea porque no queda otra posibilidad (esto es
muy difícil de imaginar); cuando no ocurre esto no hay esferoide estable. Pero ¿por qué es válido
asemejar la cinta de Möebius a una "tira" arbitraria del flujo en un esferoide? Porque el
holomovimiento necesita (por razones holísticas) fluir por todas partes; y la cinta de
Möebius es la única que tiene una sola cara, o sea que un trazo continuo sobre su superficie
recorre ambos lados de la tira.
De modo que el flujo del entorno, que alimenta al esferoide, "penetra" al mismo (o mejor dicho
lo conforma), y sale de él de modo alternante o pulsante. Este "bombeo" produce y mantiene su
estabilidad y es lo que provoca la cuantificación del fluido cósmico. Si no
fuera por este proceso, no existiría la materia, o sea la manifestación.
Por ley de analogía, todo esferoide físico (en el ámbito respectivo) obedece a esta morfología
fluyente. Así que no solo las partículas atómicas tienen este comportamiento sino también el
propio esferoide físico sutil planetario.
Recordemos que habíamos visto que todo esferoide del cosmos mientras rota, se traslada
elípticamente alrededor de uno de sus focos según una combinación de velocidades tal que
describen ciertas helicoides. La helicoide que describe la Tierra en su avance por la Galaxia es tal
que su paso es el doble que su ancho (o "diámetro"). Ese paso sería una distancia doble que la
altura del cilindro determinado por un círculo que se traslada por el toroide-helicoidal que es el
ámbito "mental" del flujo del Sistema Solar (desde el punto de vista de la Tierra). Cilindro,
decíamos, definido por dos posiciones de ese círculo coincidentes con los planos tangentes a la
esfera producida por ese propio círculo en rotación. Que el paso sea el doble al diámetro de ese
círculo (que a su vez define a la helicoide) implica que el gran
esferoide sutil de la Tierra (molde fluyente del esferoide físico denso) necesita dos posiciones
consecutivas para aparecer en la posición equivalente (o sea parecer el mismo). Esto se logra tras
cada año solar. Claro que la parte física densa de la Tierra no gira su eje polar; pero algo así
ocurre cada año con su eje "etérico".

El Giróscopo Cósmico
Un avión, un torpedo, un buque, etc. mantienen la dirección de su rumbo durante su movimiento
¿a qué se debe? Se debe al mismo principio que rige al sencillo trompo (o peonza) que todos
hemos observado alguna vez cuando éramos niños.
Por experiencia sabemos que el trompo al girar rápidamente alrededor de su eje, a su vez se
mueve alrededor de un eje vertical virtual describiendo un cono. Aquí hay dos propiedades: 1) La
llamada inercia giroscópica que obliga al eje de rotación a permanecer en la
misma posición mientras no actúe en él una fuerza exterior. Si hacemos girar el trompo sobre una
bandeja, y la levantamos o la movemos según distintos ángulos, el eje de rota ción de aquél
continúa siendo vertical, independientemente del ángulo que ese eje forme con la bandeja. Un
torpedo que durante su recorrido va girando alrededor de su eje longitudinal, se mantiene
apuntando al blanco (cada punto de su "fuselaje" va describiendo una helicoide") debido a la
inercia giroscópica. 2) La precesión , que es el giro del eje de rotación del trompo, con cierto
ángulo desde el punto de apoyo, alrededor de la vertical que pasa por este punto, describiendo
aquél eje un cono. Esto ocurre cuando el trompo empieza a dar tumbos hasta que se vuelca. Se
observa el movimiento de precesión cuando, por ejemplo, una moneda que está rodando
comienza a tambalearse. Si se tratara, en vez de una moneda, de la tapa redonda de una
alcantarilla, los efectos de inercia y precesión giroscópicas son mucho más evidentes debido al
mayor momento cinético(10).
El principio de conservación del momento cinético dice: "el momento cinético de un objeto
sometido a una rotación permanece invariable". Esta magnitud, momento cinético, es una entidad
abstracta (?) para la Física. Se puede hablar del momento cinético de los
planetas sobre sí mismos, o del momento cinético de su giro alrededor del Sol. Así como a nivel
atómico se establece que los electrones, los protones, los mesones, los neutrones, etc., tienen un
momento cinético asociado con su movimiento giratorio intrínseco, y también
con su movimiento orbital en torno a un punto externo(11). Por otro lado tenemos casos más
cotidianos, como el del patinador sobre hielo que gira sobre sí mismo plegando y desplegando
sus brazos.
Cuando un sistema aislado de dos o más cuerpos unidos o no (!) gira alrededor de un mismo eje,
estando cada cuerpo a distancia diferente de éste, se mantiene constante el momento cinético del
conjunto. ¿Cómo puede ser que ocurra esto entre cuerpos separados?
Es notable que este principio, o ley de conservación, abarca todos los niveles: el cósmi co, el
atómico y el macroscópico(12).
Volviendo al trompo: como decíamos, si mientras gira se inclina, comienza a precesionar, pero
en seguida tiende a enderezarse por sí solo si su rotación no disminuye. ¿A qué se debe esto?
Cuando el eje de rotación es vertical, el centro de gravedad está en la vertical de la
punta (en que se apoya). De modo que el peso y la fuerza de reacción están en la misma vertical.
Pero al inclinarse, su centro de gravedad se traslada, formándose un "par de fuerzas" o cupla
entre el peso y la reacción. Esa cupla tiende a voltear al trompo, pero de
hecho esto no ocurre si está girando con suficiente velocidad de rotación. Entonces debe haber
otra fuerza que produce el momento de reacción giroscópica que tiende a enderezarlo. ¿De dónde
sale esta fuerza ascendente? Esta pregunta, así como la de más arriba, no son respondidas por la
Física (!?).
El giróscopo se diferencia del trompo en lo siguiente: en vez de girar apoyándose en una
superficie, tiene un eje con un rotor, montado en el interior de su estructura. Pero hay otro
modelo de mejor aplicación tecnológica: el de dos ejes, que equivale a un trompo montado
dentro de un bastidor circular como para que pueda girar el eje de aquél alrededor de un eje
virtual que une los dos puntos de contacto de ambos anillos cardánicos. Cuando el rotor
(equivalente al trompo) está girando, el giróscopo parece comportarse como si fuese totalmente
independiente de las fuerzas exteriores (!!). Por ejemplo si los hacemos rotar con el eje
horizontal, éste permanece así, sin afectarle lo que haga el anillo exterior, manteniéndose
constantemente en la misma dirección. Esta independencia de las fuerzas exteriores hace que el
giróscopo sea tan útil para la estabilización de buques, aviones y cohetes.
La aguja giroscópica es una importante aplicación del giróscopo: si se mantiene en rotación
continua a un giróscopo horizontal, parece que gira lentamente, dando una vuelta completa
respecto a su estructura, cada veinticuatro horas. Su eje continúa apuntando en la misma
dirección, pero como la Tierra rota alrededor de su eje una vez cada veinticuatro horas, el eje del
giróscopo rota respecto de aquella en ese lapso.
En un barco, se fija a su estructura el anillo cardánico exterior y se apunta el eje del giróscopo al
Norte. El rumbo del mismo es el ángulo que forma dicho eje con la línea de proa.
En los viajes espaciales, en que la nave se aleja de la Tierra, también es fundamental el uso del
giróscopo; una aguja magnética no serviría en estos casos.

Ahora bien, ¿qué tiene que ver esto con nuestra investigación? Creemos que la teoría Remolínica
puede responder a las dos preguntas que surgieron en este parágrafo, recordémoslas:

1. ¿Cómo puede ser que en un sistema de varios cuerpos separados, que giran alrededor de
un eje, a distintas distancias del mismo, se mantiene constante el momento cinético del
conjunto?
2. ¿De dónde sale la fuerza ascendente que produce el momento de reacción giroscópica en
el trompo?
La fig. 55 muestra un giróscopo. Comparémosla con la fig. 36 del Sistema Solar. Podemos
apreciar entre ambas la analogía representada esquemáticamente por la fig. 56.

Fig. 55

Fig. 56
¿Qué significa esto? Significa que el giróscopo, con sus distintas posibilidades de movimientos
giratorios, es capaz de reproducir los movimientos rotatorios de un planeta en el Sistema Solar,
del Sistema Solar en la Galaxia, y ésta en el Cosmos. Si bien al considerar
cada uno de estos movimientos, debemos referirlos a determinado sistema de coordenadas(13), en
el giróscopo se pueden dar todas las combinaciones posibles.
Según el primer postulado fundamental de la teoría Remolínica, el Cosmos es flujo sutil
omniabarcante y eterno, de modo que nunca hay cuerpos totalmente separados; a nivel sutil son
un mismo flujo que al arremolinarse esferoidalmente (y por lo tanto densificarse) emergen como
unidades separadas. De modo que la primer pregunta es incorrecta(14) ya que los cuerpos no están
esencialmente separados. Tratándose, entonces, de un mismo flujo, la pregunta deja de tener
sentido.
Con respecto al momento de reacción giroscópica, sobre la base del primer postulado, podemos
comprender que la "fuerza" que produce a aquel momento, es la que naturalmente tiende a hacer
que el flujo fluya adecuadamente. Es similar a la inercia o a la gravedad (ver parágrafos
respectivos). En otras palabras: cuando el trompo gira, ese giro se pone en sintonía con una parte
del movimiento del flujo cósmico (holomovimiento), entonces, aparece la tendencia a repetirse la
totalidad del movimiento. El momento de reacción giroscópica completa la analogía cinética del
holomovimiento, inevitablemente.

Esto nos mueve a preguntarnos lo siguiente: ¿sobre la misma base, no se podrá lograr un
movimiento ascendente masivo (antigravitatorio) en cierto objeto?...

Estados de la Materia
La manifestación es lo que puede impresionar nuestros sentidos. Estos son impresionados por la
energía concentrada en tres tipos de estado: sólido, líquido y gaseoso. Ya hemos considerado, en
el parágrafo "analogías y ámbitos", una noción más cósmica acerca de la
noción de materia, pero ahora trataremos de explicar solamente el proceso de formación de los
tres estados materiales cotidianos.
Como ya sabemos, todo es fluido y todo fluye en el cosmos. La diferencia entre un sector y otro
depende de cómo interfieren las distintas corrientes del mismo fluido cósmico. Ya vimos que
cuando un tubo de flujo fluye a mayor velocidad, conforma un esferoide-remolínico, lo cual a su
vez determina la aparición de esferoides más pequeños en su seno (subesferoides). En rigor todo
lo anteriormente descrito, y las figuras correspondientes, son un panorama simplista y
esquemático de la complicadísima(15) realidad fluídica cósmica; pero nos puede servir para tener
una innovadora idea del funcionamiento holístico del cosmos.
Para simplificar, diremos que en todo sector hay flujo y esferoides contenidos. Como la sucesión
"hacia arriba y hacia abajo" de cantidades y dimensiones de esferoides es infinita, en cada
intervalo de la realidad considerado (cuantitativa o cualitativa), relevaremos intelectualmente un
tipo de esferoide, mientras que a los mucho más chicos y numerosos que rodean e interpretan a
aquéllos, los consideraremos flujo "puro".
En la fig. 57 vemos flujo (rectas) y esferoides (circunferencias) en tres situaciones posibles. A la
izquierda tenemos un flujo rápido (líneas de flujo concentradas) lo cual produce esferoides
pequeños y rápidos (de gran velocidad angular). A la derecha, lo contrario, flujo lento y
esferoides grandes y de baja velocidad de giro. En el medio, la situación intermedia. En todos los
casos dibujamos sendos pares enantiomorfos, pero sabemos que en cualquier sustancia la
cantidad de átomos y moléculas es enorme.
Fig. 57
Obviamente la fig. 57 se refiere a átomos en sustancias sólidas, líquidas y gaseosas
respectivamente de izquierda a derecha. Estos tres estados físicos constituyen, como se
comprende, casos muy excepcionales del aspecto físico del fluido cósmico. A esto se debe que se

considere a los átomos un caso particular del plasma cósmico.


Recordemos que los esferoides tienen distintos movimientos: rotación; traslación; pulsación;
precesión, y vaivén, fundamentalmente. En la fig. 58 mostramos el movimiento de rotación sobre
su propio eje, y el de traslación alrededor del foco sumidero. Se observa que de izquierda a
derecha, o sea del sólido al gaseoso, ambos movimientos aumentan sus amplitudes y disminuyen
sus velocidades angulares. ¿Qué significa esto con respecto a las propiedades?

Fig. 58
En lo sólido se ve que el flujo es más rápido; la separación entre átomos es menor (ya que la
traslación es una órbita de menor amplitud) o sea que las moléculas son de menor diámetro; y la
rapidez de giro sobre sí mismos de los átomos es mayor. En lo gaseoso es todo lo contrario; y en
lo líquido es intermedio.
Se define como átomo a la mínima porción de un elemento químico que puede entrar en
combinación con otros para constituir moléculas.
Se define como molécula a la más pequeña porción de una sustancia que puede existir en estado
libre conservando las propiedades de dicha sustancia.
Las propiedades de las sustancias (organizadas en moléculas) son:
Extensión - Impenetrabilidad- Divisibilidad - Porosidad - Cohesión - Fluidez - Afinidad -
Adherencia - Expansibilidad - Compresibilidad - Elasticidad
Consideremos estas tres últimas propiedades en la siguiente tabla:

Expansibilidad Comprensibilidad Elasticidad

Gases mucha mucha mucha

Líquidos no muy poca mucha

Sólidos* no no no
* Suponemos un sólido perfecto.

De modo que los gases se expanden; los líquidos no se expanden pero son elásticos y los sólidos
están contrídos.
Volviendo a la fig. 58, vemos que la turbulencia fluídica en el caso del sólido es mínima, ya que
por la velocidad alta de la corriente y la pequeñez de los esferoides (moléculas) que en
consecuencia produce, hay menos interferencia de los esferoides en el flujo. La
turbulencia es máxima en el caso del gas ya que la corriente, por tener baja rapidez, no conforma
esferoides (moléculas) suficientemente estables o definidos.
En una misma sustancia, el flujo más rápido, por provocar menor turbulencia, produce la
sensación de frío; y a la inversa, la mayor turbulencia produce calor.
¿Qué pasaría si a los tres estados se los "juntara" en el espacio cósmico (no gravitatorio)?
Quedaría lo sólido en el centro, luego vendría lo líquido, y más afuera lo gaseoso. Esto ocurriría
así por las diferentes rapideces de los flujos de los respectivos estados, ya que a mayor rapidez,
menor presión(16). El comportamiento macroscópico es consecuencia del comportamiento del
flujo sutil de la molécula. Lo que muestra la fig. 59 (a), ¿no es acaso lo que ocurre en los
planetas que tienen los tres estados de materia, como el nuestro? En la fig. 59 (b) se muestran las
distintas relaciones de presiones en los respectivos sectores.

Fig. 59
Queda claro que tanto la aparición (y concentración) de materia, como el fenómeno de la
gravedad, son ambos efectos sincrónicos cuya causa es el arremolinamiento esferoidal de fluido
sutil. De este modo se resuelve, por un lado la paradoja que plantearía la pregunta ¿la
gravedad produce la concentración de materia, o la concentración de materia produce la
gravedad? (esto parecía un círculo vicioso como el del huevo y la gallina); y por otro lado se
comprende la coincidencia entre la masa de inercia y la masa de gravitación.
Cuando debido a la rapidez del fluido cósmico se produce el arremolinamiento fluídico en un
sector del cosmos, aparecen simultáneamente sucesivos subarremolinamientos mucho más
pequeños contenidos en el respectivo esferoide abarcante. A nivel
microcósmico esto sería el conjunto molécula-átomo-electrones; a nivel macrocósmico sería el
conjunto sol-planeta-lunas.
La Tierra, por ejemplo, es un esferoide cuyo diámetro fluídico sutil es bastante superior al doble
de la distancia a la Luna (más de un millón de kilómetros con seguridad), y el diá metro de su
corteza física sólida es de unos 12700 km (o sea, por lo menos unas 80 veces
menor). La corteza física sólida es el lugar geométrico de los puntos donde la velocidad del
fluido remolínico es máxima, por eso se conforman allí los átomos sólidos que son los de mayor
rapidez de flujo. Hacia afuera y hacia adentro de esa corteza sólida (que en promedio tiene
apenas unos 40 km; o sea unas 160 veces menos que su radio), como el flujo es gradualmente
menos rápido, no hay estado sólido sino sucesivamente líquido y luego gaseoso. Es decir que el
nivel natural donde se produce (se pliega) y subsiste, por
ejemplo, una molécula de agua, es a cierta altura sobre la corteza, y a cierta profundidad bajo la
misma. Por eso según la temperatura estará en cualquiera de los tres estados, a distintos niveles
respectivamente. Esto quiere decir que enfriar es equivalente a acelerar el flujo que conforma la
molécula. A la inversa, si se calienta agua o hielo que están sobre la corteza, se desacelera el
flujo, o lo que es lo mismo se produce turbulencia, ampliándose las traslaciones moleculares
(dilatándose) y pasando al estado gaseoso (nubes). Esto es coherente con que el aire caliente
asciende y el frío desciende. Como se ve, lo frío es como lo más denso.
Por encima de cierta altura (exósfera) no se forman átomos. Estamos en la zona de transición
entre el aspecto más denso del planeta (incluyendo la ionósfera), y la fluidez natural del propio
sistema solar.

Al principio, cuando hablamos del flujo, utilizamos el ejemplo de un caudal de agua y dos
estacas. La conclusión fue que si éstas estuvieran suficientemente cercanas entre sí, habría
turbulencia en todo el frente de avance del agua. En cambio si estuvieran distanciadas, la zona
intermedia entre ellas mantendría sustancialmente el régimen laminar. Ahora bien, las figs. 57 y
58 muestran que el estado sólido se caracteriza por tener a los átomos y moléculas más próximos
entre sí. Esto implicaría que hay más turbulencia que en el estado gaseoso. Sin embargo dijimos
que en el sólido la turbulencia es mínima y en el gas es máxima. ¿Cómo se explica esta aparente
contradicción? Se explica teniendo en cuenta que los átomos no son como estacas rígidas. Los
átomos se acercan entre sí en los sólidos porque el flujo es más rápido; pero además, por esta
misma razón se contraen (como el patinador al plegar los brazos mientras gira). Lo necesario
para que se produzca turbulencia, es la relativa rapidez del flujo, y la relación entre la separación
entre esferoides y sus diámetros. Si hacemos el cociente separación/diámetro de esferoides en un
sólido y en un gas, veremos que siempre el valor del sólido es superior al del gas. Así que en el
sólido, aunque para el observador la distancia es menor, desde el punto de vista del esferoide, la
magnitud relativa de separación con el vecino es mayor. Esto, junto a la suficiente rapidez del
flujo como para que se produzcan los "remolinos" esferoidales (a modo de estela de vórtices),
provoca la propiedad de rigidez propia de un sólido.
Por otra parte, hay que recordar que los átomos no son tan estables. Todo esferoide atómico (por
la propia definición de esferoide-remolínico) se pliega y se despliega rápida mente (para nuestro
sistema de coordenadas espaciotemporal). Todo esferoide-remolínico rota sobre sí mismo
millones de veces antes de desplegarse. La velocidad de rotación del átomo es tan alta, que
posiblemente en una fracción de segundo giró las veces necesarias hasta agotarse, desplegarse y
ser reemplazado por otro arremolinamiento esferoidal en las adyacencias. Es por eso que parece
estable y que vibra alrededor de un punto. En rigor no vibra ya que se deshace, es el conjunto de
átomos en su rápido pliegue-despliegue en zonas cercanas lo que produce el efecto de oscilación
o vibración alrededor de un punto. Por razones remolínicas, relacionadas al efecto fuente-
sumidero, ese punto es el foco del lugar geométrico de los sucesivos esferoides (que a su vez
son subrremolinos esferoidales) que se pliegan y despliegan. El proceso, debido a su rapidez,
parece (y para nosotros, los humanos, es equivalente) a la "traslación" del "estable" y continuo
esferoide atómico.
Rescatando un ejemplo de David Bohm, utilizado en el marco de su teoría, totalmente
compatible con la Remolínica, se puede comparar aquello con un bosque constituido por árboles
que están muriendo continuamente y que son reemplazados por otros nuevos; si a esto lo
consideramos en una escala de tiempo suficientemente larga, parecería que el bosque existe
continuamente.

1. Aunque hablamos de esferoides y subesferoides como si estuvieran separados, recordemos que no solo son el
mismo fluido, sino que el esferoide produce al subesferoide y lo alimenta. 2. El Sistema Solar es la sección
ecuatorial de un Gran Esferoide Remolínico sutil al que denominaremos esferoide-remolínico Sistema Solar.

3. Las comillas se deben a que en rigor no surgen de... pero, en principio, es como si así fuera.

4. Aunque parezca redundante hablar de "inercia material o física", es necesario hacerlo por razones que en el
parágrafo de inercia aclararemos.

5. La estabilidad o inestabilidad de algo depende del sistema de coordenadas temporales con que hago la
observación de eso.

6. Si proyectamos las secciones tóricas en las direcciones paralelas a los vectores paralelos, obtenemos cuatro
cilindros virtuales ortogonales.

7. No nos olvidemos que la materia estructurada sobre la base esferoidal atómica, es una discontinuidad energética
(onda-partícula) que emerge (para nuestros sentidos físicos) del contraste sobre un fondo "continuo" del flujo sutil
laminar que provoca el enrulamiento esferoidal.

8. El flujo sutil que conforma, por ejemplo, a los átomos, puede ser considerado una lámina o cinta que avanza por
el Cosmos en forma curva revirándose. Desde su propio sistema de coordenadas se la ve rotar. Por lo tanto es
exactamente válido asemejarla a la tira de Möebius.

9. Nuestras observaciones indican que es una helicoide.

10. Recordemos que lo que ahora se denomina "momento cinético", antes se denominaba cantidad de movimiento
angular. El momento cinético es el análogo del ímpetu (m.v) en el movimiento rotacional, y es r.m.v siendo r la
distancia al centro de rotación, m la masa y v la velocidad.

11. Es notable que también se debe incluir el spin de las partículas al considerar la ley de la conservación del
momento cinético.

12. Cosa que no ocurre con las distintas teorías físicas; por ejemplo la Relatividad y la Mecánica Cuántica.

13. Por ejemplo si fijamos el sistema de coordenadas en el Sol, los planetas se mueven en planos circulares (o
elípticos); pero si lo fijamos en el centro de la Galaxia, sus trayectorias serán helicoidales.

14. Debemos, siempre, tener en cuenta lo fundamental que es hacer la pregunta correcta, para la buena dirección de
la investigación.

15. Como dice Hubert Reeves: - paralelamente con lo infinitamente pequeño de los átomos y lo infinitamente grande
de las galaxias, hay que considerar también lo infinitamente complejo de la vida.

16. Recordemo el ilustrativo experimento de soplar el aire entre dos esbeltas tiras de papel: las mismas se juntan.
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I.S.B.N. 950-43-4565-4
Actualizado el 2 de Diciembre de 1997 por Lalo Lara

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