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13 La Unción de Los Enfermos PDF
13 La Unción de Los Enfermos PDF
DE LOS ENFERMOS
Colección Liturgia 13
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/ Incertidumbre ante el futuro: La muerte aparece como
horizonte ya no tan lejano. Ya no puede estar seguro de
sus planes para el futuro, todo se viene abajo. Y se
pregunta si sanará y cómo quedará o si morirá.
/ Crisis de relación con los demás: Ya no se puede
comunicar como antes, se reduce y cambia su relación
con los demás y con sus familiares. Siente que no
sufren como él, que no le comprenden. Y sin embargo
necesita de ellos.
/ Crisis de fe. Se cuestiona el sentido de la vida y la
misma verdad de Dios. Es tiempo de meditación y
encuentro radical consigo mismo,.de plantearse el
sentido de lo que cree y lo que espera más allá de esta
vida.
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Job se da cuenta de que en sus sufrimientos Dios está
purificando su fe para ver si no es una fe interesada que
sólo cree en Dios cuando todo va bien. Por último
comprende que el sufrimiento es un misterio que nos
revela el misterio de Dios. Nosotros no somos quiénes para
pedirle cuentas.
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II/. JESÚS Y EL SUFRIMIENTO
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Cristo pasó por las mismas situaciones vitales de los
hombres. Experimentó el dolor y la angustia ante la
muerte y hasta pidió a su Padre que le librara de ella, pero
asumió con total disponibilidad su entrega a la muerte por
nosotros. El dolor físico de sus torturas y crucifixión se hizo
más agudo e insondable en la experiencia de soledad que
le hizo clamar en la cruz: “Dios mío, ¿por qué me has
abandonado?”. Pero se entregó totalmente confiado en las
manos del Padre: “Padre en tus manos encomiendo mi
espíritu” (Lc 23, 46). “Cristo no suprimió el sufrimiento y
tampoco ha querido desvelar enteramente su misterio. El
lo tomó sobre sí y eso es bastante para que nosotros
comprendamos todo su valor” (Vat. II, Mensaje a los
enfermos, 5). En su resurrección venció el pecado, la
muerte y el dolor y nos ofrece un destino pleno con él
donde ya no hay más dolor ni lágrimas ni muerte. En Cristo
descubrimos que la enfermedad grave nos hace participar
con él realmente en su Misterio Pascual: en el dolor, la
pasión y la cruz, con la esperanza de vencer la enfermedad
y recuperar la salud y con la proyección hacia una vida
plena con Cristo en la resurrección.
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III/. EL CUIDADO DE LOS ENFERMOS
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la familia y a la comunidad cristiana sobre la medida en
que cumple su misión de solidaridad y ayuda.
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IV/. SACRAMENTOS PARA LOS ENFERMOS
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1). En caso de ser muchos los enfermos, el párroco debe
tener bien organizados a los Ministros extraordinarios
de la Eucaristía que le ayuden en esta tarea de distribuir
la comunión a los enfermos.
/ El Matrimonio. Entre nosotros no es raro que los
enfermos graves se encuentren en situación irregular
en su matrimonio. Es ocasión también de que
regularicen su unión. Se les pueden dar facilidades,
prepararlos y en caso de urgencia celebrar su unión “in
articulo mortis”.
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que se encuentran en los últimos momentos de su vida.
Por tanto, el tiempo oportuno para recibirlo comienza
cuando el cristiano ya empieza a estar en peligro de
muerte por enfermedad o vejez” (Const. Lit. 73). El Ritual
aclara más expresamente y pone de relieve que se ha
cambiado la fórmula del sacramento para expresar más
claramente su sentido. “La Unción de los enfermos es el
sacramento específico de la enfermedad y no de la
muerte... Está concebido y dispuesto para tal situación,
como lo demuestra el cambio de la fórmula sacramental y
el resto de las oraciones, orientadas, conforme a la más
genuina tradición, hacia la salud y el restablecimiento del
enfermo” (RU 65).
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numerosos enfermos con una unción de
aceite” (Mc 6, 13). Y el texto que explicita y
concreta este servicio de curación es el de la
carta del apóstol Santiago:
“Si alguno de ustedes está enfermo que
llame a los presbíteros de la Iglesia, que
recen por él y lo unjan con óleo en nombre
del Señor. Y la oración de la fe salvará al
enfermo y el Señor lo curará y si ha
cometido pecado, lo perdonará” (5, 14-
15).
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4.- Efectos del Sacramento
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VI/. ELEMENTOS DEL SACRAMENTO DE LA
UNCIÓN
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sólo como pasaporte para la otra vida. El sacerdote
debe proceder con cautela. Cuando es llamado a visitar
un enfermo no siempre es para que le administre la
unción. El diálogo con él es imprescindible. “Para juzgar
la gravedad de la enfermedad, basta con tener un
dictamen prudente y probable de la misma y si fuera
necesario consultando la situación con el médico” (RU
8). A veces son los familiares los que quieren la Unción y
otros sacramentos, pero el enfermo no los quiere. En
otras ocasiones es al contrario: el enfermo sí quiere,
pero los familiares no llaman al sacerdote por falta de fe
o por miedo a que el enfermo se asuste o a que el
sacramento le provoque la muerte. Este sacramento se
puede administrar también a los niños en peligro de
muerte, a los que van a ser operados de una
enfermedad grave y a los enfermos en estado de coma o
desconocidos cuando se presuma que el sujeto hubiera
deseado recibir el sacramento. A los muertos no se les
debe dar ningún sacramento.
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4. La oración de la fe: La fe es la exigencia fundamental
para todo sacramento, fe por parte del que lo recibe, del
ministro y de la comunidad. Hay cristianos que tienen fe
y no piden el sacramento y otros que lo piden sin tener
verdadera fe (por presiones familiares, por buscar un
efecto mágico de curación). Se necesita una catequesis
para despertar o reavivar la fe y para comprender el
verdadero sentido del sacramento. Lo que salvará al
enfermo será su fe y la de la Iglesia que se centra en la
muerte y resurrección de Cristo de donde brota la
eficacia del sacramento. Por el enfermo se ora antes y
después de la unción. Y la misma fórmula del
sacramento es una oración de invocación. La unión de fe
y oración la subraya el Vaticano II: “Con la Unción de los
enfermos y la oración de los presbíteros toda la Iglesia
encomienda a los enfermos al Señor paciente y
glorificado, para que los alivie y los salve, e incluso les
exhorta a que, asociándose
voluntariamente a la pasión
y muerte de Cristo,
contribuyan así al bien del
pueblo de Dios” (LG 11).
5. La imposición de manos:
El contacto humano es muy importante, aunque no
siempre seamos conscientes de ello. Los evangelios
dicen que Jesús y sus discípulos imponían las manos
sobre los enfermos. Por eso la imposición de manos en
el sacramento de la Unción se considera como uno de
los tres elementos integrales junto con la oración de la
fe y la unción (RU 72). El gesto se hace en silencio y
detenidamente al terminar la oración de los fieles; la
última petición alude expresamente a este gesto: “da
vida y salud a quien en tu nombre vamos a imponer las
manos”.
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6. La unción: La materia de este sacramento es el aceite
bendecido por el obispo en la Misa Crismal del Jueves
Santo o, si no se dispone de éste, bendecido por el
sacerdote en el momento de la unción según la fórmula
del Ritual (RU 22. 71).
En todas las culturas el aceite es un elemento medicinal.
Se emplea para curar heridas, mitigar dolores, vigorizar
miembros. Aún hoy se usa para suavizar heridas, aliviar
quemaduras de la piel y para protegerla de los rayos del
sol o embellecerla; también en el deporte sirve para
masajes a los jugadores para darles agilidad o curar
contusiones; el aceite se usa también para tratar
dolencias estomacales con purgantes; y por último para
embellecer el cuerpo con toda clase de perfumes. Por
eso es una materia muy apta para usarla como signo de
la infusión del Espíritu Santo en algunos sacramentos
(bautismo, confirmación, consagración episcopal y
sacerdotal y unción de los enfermos).
El AT usó el aceite con profusión para consagrar objetos
destinados al culto, para ungir reyes, sacerdotes y
profetas y para la purificación de enfermos y pecadores.
Al Mesías se le llama el ungido por excelencia. Y el NT
reconoce que los apóstoles “ungían con aceite a muchos
enfermos y los curaban” (Mc 6, 13). En este gesto se ha
visto siempre un antecedente de la unción sacramental
de los enfermos. La Iglesia antigua ya desde el s. I hizo
abundante uso del aceite en unciones rituales en el
bautismo, la confirmación, las oraciones sacerdotales y
la penitencia. Y desde el s. IV existen testimonios de su
uso en la unción a favor de los enfermos.
El enfermo debe ser ungido en la frente y en las manos
mientras se pronuncian las dos partes de la fórmula (RU
143). A cada unción el enfermo responde: “Amén”. La
unción en las manos se pude omitir por algún motivo
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serio. También se puede hacer la
unción en otras partes del cuerpo
sin añadir nada (por ej. en una
herida o en el área del dolor). La
fórmula tiene dos partes: en la
primera se pide la gracia del Espíritu
Santo; en la segunda se pide el
perdón de los pecados, alivio en la
enfermedad y la salvación.
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RITOS INICIALES
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gran culpa (golpes de pecho). Por eso ruego a Santa María
siempre Virgen, a los Ángeles, a los Santos y a ustedes,
hermanos, que intercedan por
mí ante Dios nuestro Señor.
S/. Dios todopoderoso tenga
misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados y
nos lleve a la vida eterna.
R/. Amén.
1. Lectura
S/. Escuchen, hermanos, las palabras del Santo Evangelio
según San Mateo (8, 5-10.13).
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En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaúm, un
centurión se le acercó diciéndole: Señor, tengo en casa un
criado que está en cama paralítico y sufre mucho. El le
contestó: Voy yo a curarlo. Pero el centurión le contestó:
Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa. Basta que
lo digas de palabra y mi criado quedará sano. Porque yo
también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis
órdenes y le digo a uno “ve” y va; al otro “ven”
y viene; a mi criado “haz esto” y lo hace. Cuando Jesús lo
oyó quedó admirado y dijo a los que le seguían: Les
aseguro que en Israel no he encontrado a nadie con tanta
fe. Y al centurión le dijo: Vuelve a tu casa, que se cumpla lo
que has creído. Palabra del Señor. R/. Gloria a ti, Señor
Jesús.
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2. Letanía u oración de los fieles (Ahora o después de la
Unción)
S/. Con humildad y confianza invoquemos al Señor en
favor de N. nuestro(a) hermano(a).
! Dígnate visitarlo(a) con tu misericordia y
confortarlo(a) con la santa Unción, roguemos al
Señor.
Todos: Te lo pedimos, Señor.
! Líbralo(a), Señor, de todo mal, roguemos al Señor.
! Alivia el dolor de todos los enfermos (de esta casa),
roguemos al Señor.
! Asiste a los que se dedican al cuidado de los
enfermos, roguemos al Señor.
! Libra a este(a) enfermo(a) del pecado y de toda
tentación, roguemos al Señor.
! Da vida y salud a quien en tu nombre vamos a
imponer las manos, roguemos al Señor.
II/. LITURGIA DE LA
UNCIÓN
1. Imposición de manos
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2. Acción de gracias sobre el óleo (o bendición)
3. Santa Unción
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S/. POR ESTA SANTA UNCIÓN Y POR SU BONDADOSA
MISERICORDIA TE AYUDE EL SEÑOR CON LA GRACIA DEL
ESPÍRITU SANTO.
R/. AMÉN
S/. PARA QUE, LIBRE DE TUS PECADOS, TE CONCEDA LA
SALVACIÓN Y TE CONFORTE EN TU ENFERMEDAD.
R/. AMÉN.
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! Que el Señor proteja tu cuerpo y salve tu alma. T/.
Amén.
! Que haga brillar su rostro sobre ti y te lleve a la vida
eterna. T/. Amén.
! Y a todos ustedes que están aquí presentes los
bendiga Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu
Santo. T/. Amén.
2. Palabras iniciales
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enfermo(a) (y a todos los enfermos de esta
casa). Por Jesucristo nuestro Señor.
R/. Amén
3. Acto penitencial
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4. Lecturas
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reverente. El, a
pesar de ser Hijo,
aprendió sufriendo
a o b e d e c e r. Y,
llevado a la
consumación, se
ha convertido para
todos los que le
obedecen en autor
de salvación
eterna.
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están cansados y agobiados y yo los aliviaré. Carguen con
mi yugo y aprendan de mí que soy manso y humilde de
corazón y encontrarán su descanso. Porque mi yugo es
llevadero y mi carga ligera.
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la salvación y conforta su cuerpo y su alma. Tú que vives y
reinas por los siglos de los siglos. R/. Amén.
Por un anciano
S/. Señor, mira con bondad a nuestro
hermano que, sintiéndose débil por
el peso de sus años, pide recibir la
gracia de la santa Unción para bien
de su cuerpo y de su alma; concédele
que, confortado con el don del
Espíritu Santo, permanezca en la fe y
en la esperanza, dé a todos ejemplo de paciencia y así
manifieste el consuelo de tu amor. Por Jesucristo nuestro
Señor. R/. Amén.
7. Viático
8. Bendición final
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S/. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y
Espíritu Santo descienda sobre ustedes y los acompañe
siempre. R/. Amén.
Sacerdote
S/. La paz del Señor sea siempre con ustedes.
R/. Y con tu espíritu.
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Alguno de los presentes lee una lectura bíblica de las
propuestas en el apartado VIII. Luego se puede decir o
cantar este Salmo:
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(Si es sacerdote impone las manos al (a los) enfermo(s)
y dice:
S/. Señor Dios nuestro que enviaste al mundo a tu Hijo
para que sobrellevara nuestros sufrimientos y
aguantara nuestros dolores, te pedimos por nuestro(a)
hermano(a) enfermo(a); dale paciencia y fortaleza,
reanima su esperanza; que con tu bendición llegue a
superar la enfermedad y con tu ayuda alcance un
completo restablecimiento. Por Jesucristo nuestro
Señor. R/. Amén).
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COLECCIÓN LITURGIA
1. La Liturgia
2. El año litúrgico
3. Los Sacramentos
4. Catecumenado de adultos
5. El Bautismo
6. La Confirmación
7. La Eucaristía
8. Los Acólitos
9. Lectores y Monitores
10. Ministerios Musicales
11. Ministros Extraordinarios de la Eucaristía
12. La Confesión
13. La Unción de los enfermos
14. El Matrimonio
15. Oración por los difuntos
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