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Subsidio Litúrgico preparado por la Comisión Diocesana de Liturgia de la Diócesis de Maturín para ayudar a las familias
en la Celebración del Segundo Domingo de Cuaresma (Ciclo B), en medio de la pandemia del Coronavirus COVID-19.
@Liturgia.Maturin Liturgia.Maturin@gmail.com
En la liturgia de hoy, Segundo domingo de Cuaresma
del Ciclo B, el evangelista Marcos nos presenta el acon-
tecimiento de la Transfiguración de Jesús, en presencia de
los apóstoles Pedro, Santiago y Juan. Ante esa visión, los
apóstoles escucharon una voz del cielo que, refiriéndose a
Jesús, declara: “Este es mi Hijo amado”
En el camino cuaresmal se nos muestra, con la
glorificación de Jesús en la transfiguración, un anticipo de
lo que será la vida nueva en él, cuando todos resucitemos
al final de los tiempos. Los apóstoles no comprendieron en
ese momento el significado de este acontecimiento; solo
viviendo la experiencia del resucitado fue que las palabras
de Jesús, cobraron sentido.
La Comisión Diocesana de Liturgia ha preparado
este Subsidio, que contiene esquemas celebrativos para
el Domingo, fáciles de seguir, y las indicaciones para
cada celebración, sobre todo en la liturgia de la Palabra,
con una gran fidelidad al espíritu litúrgico-teológico.
Esperamos que las familias celebren de manera consciente
«Este es mi Hijo amado,
y activa, en comunión con las demás familias y pequeñas
escuchadlo»
comunidades, los misterios de la salvación, así; cuando
nos volvamos a reunir en grandes asambleas, pasada esta
crisis, cada familia compartirá las maravillas del señor
Resucitado
Pidamos a la Santísima Virgen María, que interceda
por nuestras intenciones y que, durante la Cuaresma, nos
ayude a ser fieles a la voluntad de Dios en nuestras vidas.
II DOMINGO DE
CUARESMA (CICLO B)
CELEBRACION DOMINICAL VIVIDA EN FAMILIA
¿QUÉ DEBEMOS PREPARAR?
• Disponer una mesa con un crucifijo, velas, una imagen de la
Santísima Virgen María y las Sagradas Escrituras (la Biblia) en un
lugar adecuado de nuestra casa, el cual será el centro de reunión para
la oración familiar.
• Lecturas para la celebración tomadas del Subsidio (en físico o digital)
¿CÓMO CELEBRAREMOS?
1. Reunida toda la familia se da inicio a la Celebración: un miembro
de la familia lee la monición de inicio y luego se entona un canto
para dar inicio a la celebración; se hace la invocación trinitaria, se
reza el acto penitencial y la oración propuesta. (Durante el tiempo
de Cuaresma se suprime el rezo del Himno Litúrgico del “Gloria a
Dios en el cielo”)
2. Los integrantes de la familia procederán a las lecturas que
corresponden al Primer Domingo de Cuaresma (Ciclo B). Culminada
la segunda lectura se canta la Antifona “Honor y Gloría a Ti, Señor
Jesús” mientras todos se colocan de pie, se anuncia la lectura del
Evangelio (Del santo Evangelio según S…) y se procede a la lectura
sin signarse. Culminado el Evangelio se dice “Palabra del Señor”,
con su respectiva respuesta.
3. Luego de un momento de silencio meditativo los integrantes de la
familia hacen eco de la Palabra, comparten aquello que más los
interpeló de la lectura, ¿qué luz ha arrojado en su vida? el cabeza de
familia puede guiar también una reflexión general sobre la lectura.
Se considera propicio que, de ser posible, pueda leerse la Catequesis
del Obispo Diocesano para este día, o hacer la lectura de las pistas
para la Lectio Divina incluidas en el subsidio
4. Terminado el tiempo de compartir la Palabra, la familia se coloca de
pie y recita el Credo, sabiendo que se está uniendo a toda la Iglesia
universal que confiesa una única fe.
5. Luego se dirigen peticiones como respuesta a la Palabra proclamada
y al hoy de su vida. Se pide que se guarde al menos unas intenciones
especiales por el Papa, el propio obispo, la Diócesis, la comunidad
parroquial y especialmente por la situación de emergencia que
estamos viviendo por la pandemia del COVID-19.
6. Se culminan las peticiones con el rezo del Padre nuestro. Terminada la
oración dominical en un ambiente de silencio y recogimiento se hace
una oración de comunión espiritual, donde se pida unirse a Cristo y a
todo su cuerpo que es la Iglesia, recordando que la comunión con la
persona de Cristo también se realiza en el encuentro con la Palabra y
en la oración de la comunidad cristiana.
7. El encuentro concluye con el rezo de la oración final, la fórmula de
despedida y el rezo de un Ave María.
Monición de Inicio:
Un miembro de la Familia se dirige a todos con las siguientes palabras:
Querida familia:
Tomarse en serio a Dios no es fácil. Atravesar el desierto de las dificultades y tenta-
ciones no es sencillo. Responder a las exigencias de la fe puede reclamar, a veces,
actitudes heróicas.
En este Segundo domingo de Cuaresma la liturgia nos presenta la fe inquebrantable
de Abraham; el amor de Dios que entregó a su Hijo por nosotros, y la gloria a la que
somos llamados.
Oremos juntos, escuchemos la Palabra de Dios y glorifiquemos al Señor, haciéndola
vida en nuestra familia y comunidad.
Ritos Iniciales
Canto de Inicio Hombres Nuevos https://youtu.be/XYc4cctPZjQ
El Padre de Familia o quien presida la celebración inicia con la invocación trinitaria, signándose:
En el nombre del Padre +, del Hijo y del Espíritu Santo
R./ Amén.
Acto Penitencial
Quien preside la celebración invita al acto penitencial que, después de una breve pausa de silencio,
hacen todos juntos una fórmula de confesión general
El Señor Jesús, que nos invita a la mesa de la Palabra, nos llama ahora a la conversión.
Reconozcamos, pues, que somos pecadores e invoquemos con esperanza la misericordia
de Dios. (Momento de silencio)
Tú nos salvaste. Cuando la fe no es pronta y generosa Señor, ten piedad.
R./ Señor, ten piedad.
Tú estás junto al Padre para interceder por nosotros. Cuando dudamos del amor
de Dios Cristo, ten piedad.
R./ Cristo, ten piedad.
Tú, Hijo amado del Padre. Cuando no te escuchamos con fe y alegría. Señor ten
piedad.
R./ Señor, ten piedad
Liturgia de la Palabra
PRIMERA LECTURA: Gn 22, 1-2. 9-13. 15-18 [El sacrificio de nuestro patriarca Abraham.]
Del Libro del Génesis:
En aquel tiempo, Dios le puso una prueba a Abraham y le dijo: “¡Abraham,
Abraham!” El respondió: “Aquí estoy”. Y Dios le dijo: “Toma a tu hijo único, Isaac,
a quien tanto amas; vete a la región de Moria y ofrécemelo en sacrificio, en el monte
que yo te indicaré”.
Cuando llegaron al sitio que Dios le había señalado, Abraham levantó un altar y
acomodó la leña. Luego ató a su hijo Isaac, lo puso sobre el altar, encima de la leña y
tomó el cuchillo para degollarlo.
Pero el ángel del Señor lo llamó desde el cielo y le dijo: “¡Abraham, Abraham!”
Él contestó: “Aquí estoy”. El ángel le dijo: “No descargues la mano contra tu hijo,
ni le hagas daño. Ya veo que temes a Dios, porque no le has negado a tu hijo único”.
Abraham levantó los ojos y vio un carnero, enredado por los cuernos en la
maleza. Atrapó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo.
El ángel del Señor volvió a llamar a Abraham desde el cielo y le dijo: “Juro por
mí mismo, dice el Señor, que por haber hecho esto y no haberme negado a tu hijo
único, yo te bendeciré y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo
y las arenas del mar. Tus descendientes conquistarán las ciudades enemigas. En tu
descendencia serán bendecidos todos los pueblos de la tierra, porque obedeciste a mis
palabras”..
Palabra de Dios. R./ Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL: Del salmo 115, 10. 15. 16ac-17. 18-19
R/. Siempre confiaré en el Señor.
Aun abrumado de desgracias, siempre confié en Dios.
A los ojos del Señor es muy penoso que mueran sus amigos.. R/.
E n aquel tiempo, En aquel tiempo, Jesús tomó aparte a Pedro, a Santiago y a Juan,
subió con ellos a un monte alto y se transfiguró en su presencia. Sus vestiduras se
pusieron esplendorosamente blancas, con una blancura que nadie puede lograr sobre
la tierra. Después se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.
Entonces Pedro le dijo a Jesús: “Maestro, ¡qué a gusto estamos aquí! Hagamos
tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”. En realidad no sabía lo
que decía, porque estaban asustados.
Se formó entonces una nube, que los cubrió con su sombra, y de esta nube salió
una voz que decía: “Este es mi Hijo amado; escúchenlo”.
En ese momento miraron alrededor y no vieron a nadie sino a Jesús, que estaba
solo con ellos.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó que no contaran a nadie lo que
habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.
Ellos guardaron esto en secreto, pero discutían entre sí qué querría decir eso de
‘resucitar de entre los muertos’.
Palabra del Señor. R./ Gloria a ti, Señor Jesús.