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A ñ o J u b i l a r V o c a c i o n a l D i o c e s aNO 2 0 2 0 - 2 0 2 1

Subsidio Litúrgico preparado por la Comisión Diocesana de Liturgia de la Diócesis de Maturín para ayudar a las familias
en la Celebración del Segundo Domingo de Cuaresma (Ciclo B), en medio de la pandemia del Coronavirus COVID-19.

No. 09 / Año 2021


Subsidio Litúrgico preparado por la Comisión Diocesana de Liturgia de la Diócesis de Maturín para ayudar a las familias
en la Celebración del Segundo Domingo de Cuaresma (Ciclo B), en medio de la pandemia del Coronavirus COVID-19.

*Subsidio preparado por el Equipo Base de


la Comisión Diocesana de Liturgia
de la Diócesis de Maturín.
*Revisado y aprobado por S.E.R.
Mons. Enrique Pérez Lavado,
Obispo de Maturín.
Diseño y Diagramación:
MEGA Agencia Creativa, C.A.

@Liturgia.Maturin Liturgia.Maturin@gmail.com
En la liturgia de hoy, Segundo domingo de Cuaresma
del Ciclo B, el evangelista Marcos nos presenta el acon-
tecimiento de la Transfiguración de Jesús, en presencia de
los apóstoles Pedro, Santiago y Juan. Ante esa visión, los
apóstoles escucharon una voz del cielo que, refiriéndose a
Jesús, declara: “Este es mi Hijo amado”
En el camino cuaresmal se nos muestra, con la
glorificación de Jesús en la transfiguración, un anticipo de
lo que será la vida nueva en él, cuando todos resucitemos
al final de los tiempos. Los apóstoles no comprendieron en
ese momento el significado de este acontecimiento; solo
viviendo la experiencia del resucitado fue que las palabras
de Jesús, cobraron sentido.
La Comisión Diocesana de Liturgia ha preparado
este Subsidio, que contiene esquemas celebrativos para
el Domingo, fáciles de seguir, y las indicaciones para
cada celebración, sobre todo en la liturgia de la Palabra,
con una gran fidelidad al espíritu litúrgico-teológico.
Esperamos que las familias celebren de manera consciente
«Este es mi Hijo amado,
y activa, en comunión con las demás familias y pequeñas
escuchadlo»
comunidades, los misterios de la salvación, así; cuando
nos volvamos a reunir en grandes asambleas, pasada esta
crisis, cada familia compartirá las maravillas del señor
Resucitado
Pidamos a la Santísima Virgen María, que interceda
por nuestras intenciones y que, durante la Cuaresma, nos
ayude a ser fieles a la voluntad de Dios en nuestras vidas.
II DOMINGO DE
CUARESMA (CICLO B)
CELEBRACION DOMINICAL VIVIDA EN FAMILIA
¿QUÉ DEBEMOS PREPARAR?
• Disponer una mesa con un crucifijo, velas, una imagen de la
Santísima Virgen María y las Sagradas Escrituras (la Biblia) en un
lugar adecuado de nuestra casa, el cual será el centro de reunión para
la oración familiar.
• Lecturas para la celebración tomadas del Subsidio (en físico o digital)
¿CÓMO CELEBRAREMOS?
1. Reunida toda la familia se da inicio a la Celebración: un miembro
de la familia lee la monición de inicio y luego se entona un canto
para dar inicio a la celebración; se hace la invocación trinitaria, se
reza el acto penitencial y la oración propuesta. (Durante el tiempo
de Cuaresma se suprime el rezo del Himno Litúrgico del “Gloria a
Dios en el cielo”)
2. Los integrantes de la familia procederán a las lecturas que
corresponden al Primer Domingo de Cuaresma (Ciclo B). Culminada
la segunda lectura se canta la Antifona “Honor y Gloría a Ti, Señor
Jesús” mientras todos se colocan de pie, se anuncia la lectura del
Evangelio (Del santo Evangelio según S…) y se procede a la lectura
sin signarse. Culminado el Evangelio se dice “Palabra del Señor”,
con su respectiva respuesta.
3. Luego de un momento de silencio meditativo los integrantes de la
familia hacen eco de la Palabra, comparten aquello que más los
interpeló de la lectura, ¿qué luz ha arrojado en su vida? el cabeza de
familia puede guiar también una reflexión general sobre la lectura.
Se considera propicio que, de ser posible, pueda leerse la Catequesis
del Obispo Diocesano para este día, o hacer la lectura de las pistas
para la Lectio Divina incluidas en el subsidio
4. Terminado el tiempo de compartir la Palabra, la familia se coloca de
pie y recita el Credo, sabiendo que se está uniendo a toda la Iglesia
universal que confiesa una única fe.
5. Luego se dirigen peticiones como respuesta a la Palabra proclamada
y al hoy de su vida. Se pide que se guarde al menos unas intenciones
especiales por el Papa, el propio obispo, la Diócesis, la comunidad
parroquial y especialmente por la situación de emergencia que
estamos viviendo por la pandemia del COVID-19.
6. Se culminan las peticiones con el rezo del Padre nuestro. Terminada la
oración dominical en un ambiente de silencio y recogimiento se hace
una oración de comunión espiritual, donde se pida unirse a Cristo y a
todo su cuerpo que es la Iglesia, recordando que la comunión con la
persona de Cristo también se realiza en el encuentro con la Palabra y
en la oración de la comunidad cristiana.
7. El encuentro concluye con el rezo de la oración final, la fórmula de
despedida y el rezo de un Ave María.

Subsidio Litúrgico para la Celebración del II Domingo de Cuaresma (Ciclo B)


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II DOMINGO DE CUARESMA
(CICLO B)
CELEBRACIÓN DOMINICAL VIVIDA EN FAMILIA

Monición de Inicio:
Un miembro de la Familia se dirige a todos con las siguientes palabras:
Querida familia:
Tomarse en serio a Dios no es fácil. Atravesar el desierto de las dificultades y tenta-
ciones no es sencillo. Responder a las exigencias de la fe puede reclamar, a veces,
actitudes heróicas.
En este Segundo domingo de Cuaresma la liturgia nos presenta la fe inquebrantable
de Abraham; el amor de Dios que entregó a su Hijo por nosotros, y la gloria a la que
somos llamados.
Oremos juntos, escuchemos la Palabra de Dios y glorifiquemos al Señor, haciéndola
vida en nuestra familia y comunidad.

Ritos Iniciales
Canto de Inicio Hombres Nuevos https://youtu.be/XYc4cctPZjQ
El Padre de Familia o quien presida la celebración inicia con la invocación trinitaria, signándose:
En el nombre del Padre +, del Hijo y del Espíritu Santo
R./ Amén.
Acto Penitencial
Quien preside la celebración invita al acto penitencial que, después de una breve pausa de silencio,
hacen todos juntos una fórmula de confesión general
El Señor Jesús, que nos invita a la mesa de la Palabra, nos llama ahora a la conversión.
Reconozcamos, pues, que somos pecadores e invoquemos con esperanza la misericordia
de Dios. (Momento de silencio)
Tú nos salvaste. Cuando la fe no es pronta y generosa Señor, ten piedad.
R./ Señor, ten piedad.
Tú estás junto al Padre para interceder por nosotros. Cuando dudamos del amor
de Dios Cristo, ten piedad.
R./ Cristo, ten piedad.
Tú, Hijo amado del Padre. Cuando no te escuchamos con fe y alegría. Señor ten
piedad.
R./ Señor, ten piedad

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Todos dicen
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y
nos lleve a la vida eterna. Amén
Oración
De pie. El que preside dice:
Concédenos, Dios todopoderoso, que por las prácticas anuales de esta celebración
cuaresmal, progresemos en el conocimiento del misterio de Cristo, y traduzcamos
su efecto en una conducta irreprochable. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos
de los siglos. R./Amén.

Liturgia de la Palabra
PRIMERA LECTURA: Gn 22, 1-2. 9-13. 15-18 [El sacrificio de nuestro patriarca Abraham.]
Del Libro del Génesis:
En aquel tiempo, Dios le puso una prueba a Abraham y le dijo: “¡Abraham,
Abraham!” El respondió: “Aquí estoy”. Y Dios le dijo: “Toma a tu hijo único, Isaac,
a quien tanto amas; vete a la región de Moria y ofrécemelo en sacrificio, en el monte
que yo te indicaré”.
Cuando llegaron al sitio que Dios le había señalado, Abraham levantó un altar y
acomodó la leña. Luego ató a su hijo Isaac, lo puso sobre el altar, encima de la leña y
tomó el cuchillo para degollarlo.
Pero el ángel del Señor lo llamó desde el cielo y le dijo: “¡Abraham, Abraham!”
Él contestó: “Aquí estoy”. El ángel le dijo: “No descargues la mano contra tu hijo,
ni le hagas daño. Ya veo que temes a Dios, porque no le has negado a tu hijo único”.
Abraham levantó los ojos y vio un carnero, enredado por los cuernos en la
maleza. Atrapó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo.
El ángel del Señor volvió a llamar a Abraham desde el cielo y le dijo: “Juro por
mí mismo, dice el Señor, que por haber hecho esto y no haberme negado a tu hijo
único, yo te bendeciré y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo
y las arenas del mar. Tus descendientes conquistarán las ciudades enemigas. En tu
descendencia serán bendecidos todos los pueblos de la tierra, porque obedeciste a mis
palabras”..
Palabra de Dios. R./ Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL: Del salmo 115, 10. 15. 16ac-17. 18-19
R/. Siempre confiaré en el Señor.
Aun abrumado de desgracias, siempre confié en Dios.
A los ojos del Señor es muy penoso que mueran sus amigos.. R/.

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De la muerte, Señor, me has librado, a mí, tu esclavo e hijo de tu esclava;
Te ofreceré con gratitud un sacrificio e invocaré tu nombre.. R/.
Cumpliré mis promesas al Señor ante todo su pueblo,
en medio de su templo santo, que está en Jerusalén.R/.

SEGUNDA LECTURA: Rom 8, 31-34 [Dios nos entregó a su propio Hijo.]


De carta del apóstol san Pablo a los romanos:
Hermanos: Si Dios está a nuestro favor, ¿quién estará en contra nuestra? El que
no nos escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no
va a estar dispuesto a dárnoslo todo, junto con su Hijo? ¿Quién acusará a los elegidos
de Dios? Si Dios mismo es quien los perdona, ¿quién será el que los condene? ¿Acaso
Jesucristo, que murió, resucitó y está a la derecha de Dios para interceder por nosotros?.
Palabra de Dios. R./ Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mc 9, 7


R/. Honor y Gloria a Ti, Señor Jesús.
En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre, que decía: “Este es mi
Hijo amado: escúchenlo”. R/.

EVANGELIO Mc 9, 2-10 [Este es mi Hijo amado.]


Del santo Evangelio según san Marcos

E n aquel tiempo, En aquel tiempo, Jesús tomó aparte a Pedro, a Santiago y a Juan,
subió con ellos a un monte alto y se transfiguró en su presencia. Sus vestiduras se
pusieron esplendorosamente blancas, con una blancura que nadie puede lograr sobre
la tierra. Después se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.
Entonces Pedro le dijo a Jesús: “Maestro, ¡qué a gusto estamos aquí! Hagamos
tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”. En realidad no sabía lo
que decía, porque estaban asustados.
Se formó entonces una nube, que los cubrió con su sombra, y de esta nube salió
una voz que decía: “Este es mi Hijo amado; escúchenlo”.
En ese momento miraron alrededor y no vieron a nadie sino a Jesús, que estaba
solo con ellos.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó que no contaran a nadie lo que
habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.
Ellos guardaron esto en secreto, pero discutían entre sí qué querría decir eso de
‘resucitar de entre los muertos’.
Palabra del Señor. R./ Gloria a ti, Señor Jesús.

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Para la Reflexión: Se recomienda leer la Catequesis de Mons. Enrique Pérez Lavado para el
Segundo Domingo del Tiempo Ordinario del Ciclo B publicada en las medios digitales de la Diócesis
de Maturín o bien, las pistas para la Lectio Divina que a continuación se presenta
El misterio que celebramos debe generar en nosotros un profundo agradecimiento,
pues es revelación de Dios y confirmación de su divina voluntad de salvación. Se trata
de una intervención divina para revelarnos y confirmarnos en nuestras creencias. El
evangelio de hoy no va de milagros ni de remedio de necesidades físicas. Si algo trata
de curar es nuestra poca fe.
Sucede que no estamos acostumbrados en nuestro mundo a que alguien gratui-
tamente nos abra los secretos inaccesibles sin pedir retribución. La gratuidad cierta-
mente no caracteriza nuestro mundo.
Subió a una montaña alta con ellos
Para comunicar secretos del corazón hay que apartarse a un lugar escondido.
Y, a ser posible, alto, inaccesible a los demás, pues así se resguarda la intimidad. Al
igual que la oración, en lugares separados e íntimos. El bullicio de las aglomeraciones
impide la serenidad de ánimo y tener los oídos a la escucha. Siempre se han preferido
lugares apartados, inaccesibles o recónditos para las grandes comunicaciones. Así se
había hecho en los grandes momentos de la historia de Israel, como en el caso de
Moisés o en la revelación a Abraham. Ahora es el Tabor el lugar elegido por Jesús para
conducir allí a los discípulos más cercanos e íntimos.
En el monte se recuerda el sacrificio de Abraham, a quien Dios pide que sacrifique
todas sus creencias y proyectos humanos, incluso las promesas del mismo Dios, como
leemos en la primera lectura de hoy. De todo hay que prescindir para abandonarse
totalmente en las manos de Dios. Por eso dice Heb 11,17: “Abrahán ofreció a su
hijo único… pensando que Dios tiene poder para resucitar de entre los muertos”.
En el monte Sinaí Dios manifiesta su voluntad de liberar al hombre estableciendo
una alianza con él. A ese lugar se dirigió en condiciones precarias Elías, padre de los
profetas. Es también en el Monte Carmelo donde Yahvé manifiesta su poder sobre
toda clase de ídolos de gentiles.
Por ello en la montaña se realizó la mayor teofanía en que Jesús reveló su
sacrificio agradable al Padre y El lo resucitó. Fue un sacrificio agradable a Dios como
lo fue el sacrificio de Isaac en la total disponibilidad que significaba de la persona
hacia su Dios. La redención se consumó por una total disponibilidad de lo humano en
manos de Dios.
Este es mi Hijo amado
Y se narra la voz de la divinidad: Este es mi Hijo amado. Es la primera afirma-
ción del mismo Dios sobre Jesús; no de un ángel ni persona humana. La afirmación
más rotunda de la naturaleza divina de Jesús. Tanto que pienso que los discípulos no

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la captaron en ese momento y sólo lo pudieron relatar tras la resurrección. Con fe ple-
na. La fe de toda la Iglesia no ha podido confesar mejor la naturaleza de Jesús. Es la
rúbrica divina a nuestra fe. Todo seguimiento a Jesús y toda aceptación de sus muchas
enseñanzas llevan esta rúbrica, están confirmadas así por Dios. Es la misma firma que
da Dios en el bautismo de Jesús, donde también una voz venida de lo alto aseguró:
“Este es mi Hijo amado, en quien me complazco” (Mt 3,17).
Es la paternidad divina que no tiene parangón con ninguna humana. En esta
afirmación de la filiación de Jesús está totalmente ausente San José. Se trata de una
filiación distinta de la humana y en la que San José no puede ser incluido ni aludido.
Por eso en el mensaje de Jesús ser hijo de Abrahán no implica ninguna descendencia
en la sangre ni en el cuerpo, sino un vínculo de fe y confianza en Dios, de la que
Abrahán es el primer destinatario y San José el más próximo al aceptar en su fe el
misterio de la concepción milagrosa de María.
Escúchenlo
Y Dios asigna una tarea a cumplir. Todo acto de amor supone la fe en la
persona que se ama. Pero ¿cómo se podrá hoy escuchar la voz de Dios? Los ruidos
ensordecedores de los medios de comunicación, el bullicio enorme de los gritos del
público y los decibelios agrandados de nuestra vida social hacen imposible oír esta
voz, escuchar este murmullo espiritual. No hay manera de percibir esa voz suave de
Jesús en las grandes aglomeraciones que reinan en nuestro mundo. Su voz insinuante
se pierde en las cascadas de ruidos en que se desenvuelve nuestra vida y la hace
insoportable.
Es lo que de antiguo habían dicho los profetas: “Escuchen esta palabra que el
Señor ha pronunciado contra ustedes”, grita el profeta con la autoridad de Dios (Am
3,1); “Escucha Israel”, repite cada día el piadoso israelita (Dt 6,4) y el mismo Jesús
se expresa así: “Escuchen” (Mc 4,3). Escuchar no es sólo aplicar el oído sino también
abrir el corazón (Hch 16,14) y poner en práctica lo que se nos dice (Mt 7,24ss).
Quien tiene el corazón depravado, aunque sea miembro del pueblo de Dios,
no sintoniza con esas palabras, como los judíos a los que dice Jesús: “Ustedes no
pueden escuchar mi palabra… porque no son de Dios” (Ju 8, 43.47). Por eso en los
tiempos mesiánicos hasta los sordos escucharán la palabra de Dios y la obedecerán
(Mt 11,5). También la Virgen María reveló ese sentido religioso de escuchar a Dios:
“Bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la guardan” (Lc 11,28).
Guardar, de eso se trata; una cosa es oír el evangelio y otra escuchar la Palabra de
Dios. Todo ello depende de la docilidad y el asentimiento íntimo que se da a la palabra
escuchada. La voluntad de Dios es seguramente escuchar a Jesús, secundarle, seguirle
y cumplir lo que él dijo.
Bajaron de la montaña y … discutían qué quería decir resucitar de entre los
muertos

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Es la inteligencia humana siempre hay dudas cuando se trata de comprender la
Palabra de Dios. Y esta vez es en torno al gran misterio de nuestra vida: resucitar, algo
que nadie puede hacer por sí mismo, que es exclusivo del poder de Dios; que no es un
fruto del empeño de la persona ni efecto de sus carismas, sino que es dádiva de Dios.
Eso significa bajar de la montaña: pasar de una experiencia momentánea de
lo divino al fragor y la lucha de la inteligencia humana por tratar de comprender las
cosas de la fe. Tarea ardua, pero que es la vida misma del fiel. La fe no vive en estado
de montaña sino en el llano terrestre; no con vestiduras blancas y creando placenteras
chozas donde pasar el tiempo, como quería el ingenuo Pedro, sino en la llanura de la
vida ordinaria y en el fragor de la lucha cotidiana. Hoy hay quienes aceptarían una
resurrección que no pasara por la muerte. La cosa va de hijos de Dios por adopción,
que es como hay que entender la resurrección. Fr. Antonio Osuna Fernández-Largo Convento
de San Esteban (Salamanca) España

Culminada la reflexión el que preside invita a hacer la profesión de fe


Como respuesta a esta Palabra que nos ha sido proclamada y explicada profesemos
nuestra fe: Creo en Dios…
Oración de los fieles:
Oremos a Dios nuestro Padre, para que ilumine nuestra vida con su amor. Digamos
confiados:
R/ Señor, ilumina nuestra vida.
Para que la gracia de Dios brille sobre las Iglesias desunidas y las transfigure.
Roguemos al Señor. R/
Para que la gracia de Dios brille sobre los pueblos dispersos, marginados, y la
esperanza los transfigure. Roguemos al Señor. R/
Para que la gracia de Dios brille sobre los hombres inquietos, desesperanzados,
y la alegría del perdón los transfigure. Roguemos al Señor. R/
Para que la gracia de Dios brille sobre nosotros, que vacilamos a convertirnos, y
la promesa de la Pascua nos transfigure. Roguemos al Señor. R/
Para que todas las familias descubran la dimensión doméstica de la Cuaresma,
abran el libro de los Evangelios, creen ocasiones de oración común y, cordial-
mente unidos en la caridad, hagan de cada hogar un lugar de acogida fraterna.
Roguemos al Señor. R/
Por el cese de la pandemia de la COVID -19; por los que sufren las consecuen-
cias derivada de esta: los que han perdido su empleo, los enfermos y el personal
sanitario que les está asistiendo, para que puedan sentirse fortalecidos con tu
auxilio, Roguemos al Señor. R/

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Por todos los difuntos, especialmente los que han fallecido a causa del COVID-19
en todo el mundo, y particularmente en nuestro país, que puedan gozar de la
luz perpetua de tu rostro y el descanso eterno y sus familiares reciban de ti, el
consuelo y la paz. Roguemos al Señor. R/
Padre bueno, lleguen hasta ti nuestras súplicas; presentadas por tu Hijo, nos obtengan
su gracia sobreabundante. Nos dirigimos a Ti con las palabras que Jesús, tu Hijo ama-
dísimo, nos enseñó. Padre Nuestro …
Oración de comunión espiritual:
El que preside introduce a la oración siguiente:
Yo creo Jesús mío que estás presente en el Santísimo Sacramento del altar, te amo
sobre todas las cosas y deseo fervientemente recibirte en mi corazón, más al no
poderlo hacer sacramentalmente en este momento te pido vengas espiritualmente
a mi corazón (momento de silencio) y como si ya te hubiera recibido me uno y me
abrazo inmensamente a ti. No permitas Jesús mío que jamás me aparte de ti.
Amén
Oración final:
Unimos nuestros sentimientos y nuestras voces
para darte gracias, Padre, por tu Hijo predilecto,
esa Palabra última y principal que nos invitas a escuchar.
Él es el Profeta venido de tu seno,
el mensajero de la nueva Ley,
el cimiento de una nueva sociedad.
Te damos gracias porque nos has llamado
a tomar parte en esta aventura:
Nos has hecho partícipes de una vocación
y nos confías el compromiso de evangelizar.
Padre, experimentamos el seguimiento de Jesús
como nuestra mejor realización personal.
A la luz de tu llamada nos comprendemos mejor.
Unidos en la fe y deseosos de servirte,
te pedimos que nunca desfallezcamos
en nuestro caminar hacia la Pascua.
Amén.
El Señor nos bendiga +, nos guarde de todo mal, y nos lleve a la vida eterna.
R./ Amén.
Terminada la celebración, pidamos por el Aumento de las vocaciones específicas en toda la Iglesia y
particularmente en nuestra Diócesis rezando la Oración por el Año Jubilar Vocacional.

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ORACIÓN DEL AÑO JUBILAR VOCACIONAL
Padre Bueno, Dios y Señor nuestro, que desde el principio
prometiste a tu pueblo proveerle de pastores según tu corazón
y cuya promesa se actualiza y realiza de forma providente y generosa
en favor del pueblo que peregrina en Monagas a través de la Iglesia,
la obra y pastoral de sus Obispos y las acciones formativas
del Seminario Mayor San Pablo Apóstol;
te bendecimos por los veinticinco años de erección
de esta casa de formación sacerdotal,
y por los frutos que, durante este tiempo de gracia,
nos has permitido recoger en favor del pueblo de Dios.
Gracias por los pastores, seminaristas, hombres y mujeres,
llamados por tu gracia, que han ayudado a hacer realidad
ésta obra que brota de tu Sacratísimo Corazón.
Concédenos la gracia de seguir viéndonos asistidos
por tu benevolencia y haz que se multiplique
el número de los llamados:
que sean muchos los jóvenes dispuestos a servir a los hermanos
a través del sacerdocio y la vida consagrada:
muchos los bautizados que puedan unirse en santo matrimonio
y hagan de su alianza de amor una unión fecunda;
muchos los que, conscientes de su pertenencia a la Iglesia por
el bautismo vivan y promuevan la fe, la esperanza y la caridad,
como alegres misioneros y apóstoles del Evangelio en esta tierra de gracia.
Estas intenciones te las presentamos por la intercesión de la gloriosa siempre
Virgen María, Nuestra Señora del Carmen, Misionera de la
esperanza, Madre de los sacerdotes y custodia de las vocaciones.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.

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