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Abstract
The American director David Fincher is now recognised and respected by audience and critics.
His position in Hollywood's major studios allows him to hold total control of the final cut of his
movies, a relevant fact in an environment where this rarely happens. In this sense, a content
analysis of the most significant characters of his films from the point of view of a series of
archetypes closely linked to film critique based on Campbell's (1949) concept of the 'hero's
journey' (The Hero with a Thousand Faces), allows us to observe and describe his work with a
classical narrative approach, exploring these themes in more detail and gaining insight in the
key aspects of Fincher's cinematographic activity.
This research focuses therefore on the figures of the hero (or the antihero, as a strange and
marginal element in society), the mentor and the enemy (or enemies - including obstacles -
whether internal or external) within the specific context of the tragedy and drama in a critique of
the established society as an ordinary world that the main characters leave after crossing a
threshold into the unknown.
Keywords
Fincher, Cinema, Film analysis, Archetypes, Narrative.
Resultados
David Fincher comenta lo siguiente en una entrevista en relación a Fight club (1999):
I don't want to be constrained by having to do something new. I look at it as :
What are the movies that I want to see? I make movies that other people
aren't making. I'm not interested in the Hero With a Thousand Faces - there's
a lot of people that do that. A friend of mine used to say there's a pervert on
every block, there's always one person in every neighborhood who's kind of
questionable. You're looking for that one pervert story. (Smith, 1999)
Esta respuesta apunta a uno de los aspectos más importantes de la filmografía de este
director. La insistencia en buscar personajes que se encuentran en el margen de la sociedad o
la normalidad son su objeto de interés, así como su objeto de estudio a partir del lenguaje
cinematográfico. Este aspecto implica, por lo tanto, indicar las características de sus
personajes protagonistas en tanto que personas cuestionables y no héroes de mil caras.
1. El (anti)héroe
Uno de los personajes paradigmáticos para situar en la extrañeza que Fincher señala en la cita
anterior es el personaje de Mark Zuckerberg (interpretado por Jesse Eisenberg) en The Social
Network (2010). La representación que Fincher ofrece del fundador de Facebook es
descarnada, muestra a un joven de un talento extraordinario para la programación informática
que a su vez tiene una carencia de empatía hacia los otros, hacia a aquellos que lo rodean,
terminando solo ante un ordenador en la sala de un juicio mientras actualiza la página de un
navegador esperando a que la chica de la que estuvo enamorado (Erica Albright, interpretada
por Rooney Mara) acepte la solicitud de amistad que ha enviado a través de su propia
creación, Facebook.
En este sentido, la clasificación del héroe como arquetipo del análisis de films a partir del viaje
propuesto por Campbell no funciona. El héroe, empático, único a la vez que absolutamente
humano, no está representado por Zuckerberg. El personaje de Fincher es un ser que
ejemplifica lo contrario: no tiene empatía, es soberbio e incluso puede traicionar a sus amigos.
Por esta razón, la asignación del papel del héroe dentro de la filmografía de Fincher es
compleja. Y en este sentido sería más adecuado utilizar “antihéroe”.
Sin embargo, también existe una parte del carácter de Zuckerberg que Fincher resaltar. Uno de
los aspectos más importantes para poder alcanzar al público a través de un film es la empatía
hacia el personaje protagonista. Y es en este sentido que Fincher trabaja para mostrar a un ser
complejo que toma decisiones que pueden favorecerle o no, así como decisiones que pueden
favorecer a los demás. Y aún así, Fincher consigue que empaticemos con Zuckerberg al
mostrarnos su vulnerabilidad, es decir, su humanidad al fin y al cabo, resaltada con la última
frase de la película en boca de Marylin Delpy (interpretada por Rashida Jones) tras expresarle
todo aquello en lo que se fija un jurado (es decir, el público):
I’m talking about a jury. I specialize in voir dire, jury selection. What a jury
sees when they look at a defendant. Clothes, hair, speaking style, likeability…
[…] I’ve benn licensed to practice law for all of 20 months, and I could get a
jury to believe that you planted the story about Eduardo and the chicken.
Y la última frase antes de despedirse de él, es la siguiente: “You’re not an asshole, Mark.
You’re just trying so hard to be”. Y de repente, la humanidad de Zuckerberg aflora, aparece y
hace que el público pueda empatizar con él más allá de los errores que haya cometido.
Este aspecto del personaje encarnado por Jesse Eisenberg muestra una de las estrategias de
Fincher para trabajar los personajes protagonistas de sus films, es decir, sus anti-héroes.
Todos ellos se encuentran en situaciones complejas donde tienen que tomar decisiones
determinantes que pueden llevarles a cambiar el rumbo de sus vidas. La lucha contra los
factores externos es a su vez una lucha contra los factores internos. El conflicto externo tiene
una vertiente interna donde la lucha es aún de mayor fuerza. Y en este sentido, la humanidad
de los personajes que retrata los acerca al público, con sus virtudes y sus defectos, escapando
del maniqueísmo infantil de otro tipo de producciones hollywoodienses.
Un claro ejemplo de la conversión del conflicto de externo a interno es la figura interpretada por
Edward Norton (del que no llegamos a conocer el nombre, así que suele designársele como el
“narrador” del film) y su alter ego, Tyler Durden (interpretado por Brad Pitt) en Fight Club
(1999), donde uno de los personajes es una invención creada por el protagonista para
canalizar su rabia hacia la sociedad y destruirla, aunque finalmente decida detenerlo.
En todo caso, asumiendo la función de anti-héroe en el sentido de personaje mundano,
extraño, casi marginal, de los personajes protagonistas de héroes, sí existe una característica
del arquetipo llamado héroe que encontramos a lo largo de la filmografía de Fincher: los
protagonistas son siempre los personajes que más aprenden y crecen, sin ninguna duda.
Todos sus personajes están sometidos a la presión de decisiones complejas que exigen un
desgaste personal que a su vez implica un aprendizaje que no siempre debe ser positivo, como
en el caso del detective Mills (interpretado por Brad Pitt) en Se7en, que atrapado por el asesino
de su mujer se debate entre las normas de la sociedad o la venganza propia de la tragedia. Su
decisión implica un aprendizaje de sí mismo que contrasta con la figura que continuamente ha
remarcado Fincher a lo largo del film. En todo caso, se trata de personajes que tal y como
indica McKee tienen una verdadera personalidad:
La verdadera personalidad sólo se puede expresar a través de las decisiones
tomadas ante dilemas. Cómo elija actuar la persona en una situación de
presión definirá quién es, cuanto mayor sea la presión, más verdadera y
profunda será la decisión tomada por el personaje (2009:447).
Respecto al resto de personajes protagonistas de Fincher, puede decirse que todos se
encuentran en situaciones complejas y representan caracteres extraños (llegando al extremo
de Benjamin Button, el hombre que nace anciano y muere como bebé):
La teniente Ripley (interpretada por Sigourney Weaver) de Alien 3 (1992) es una mujer que
llega a una base-prisión estelar donde viven una cofradía de hombres que fueron violadores y
asesinos. Se trata de una mujer que tiene dentro de sí la posibilidad de acabar con la raza
humana si decide arrodillarse ante el deseo de aquellos que desean utilizar a su “bebé” como
arma de destrucción masiva. No es necesario decir que Ripley se encuentra en una situación
límite y que está al margen de la sociedad. No solo eso, se enfrenta a ella. Es decir, incluso en
la película menos personal de Fincher, encontramos elementos propios de la “personalidad
Fincher”, tal y como podríamos definirla: caracteres apocalípticos, extremos, peligrosos... Y,
como no, una doble lucha: contra sí misma por lo que representa como madre del monstruo; y
contra aquellos que quieren hacer un uso estratégico del Alien y contra el Alien mismo. Y, a su
vez, un aprendizaje a partir de la convivencia con los personajes que le rodean, con la situación
vivida, y con su propia experiencia interna como portadora del monstruo.
Nicholas Van Orton (interpretado por Michael Douglas) de The Game (1997), vive una situación
propia de una pesadilla, en un mundo lleno de monstruos. Para salir de él también debe
enfrentarse a las reglas de los hombres y atravesarlas. Todo forma parte de un juego
preparado por su hermano. Pero el viaje que le ha llevado hasta la X gigante que le espera en
un salón lleno de amigos ha cambiado al personaje. No obstante, su condición trágica no se
pierde: se ha lanzado al vacío cuando creía que el juego había terminado, pero es todo lo
contrario. Cuando Van Orton se tira al vacío para terminar con su vida quiere acabar con el
conflicto interior y exterior gracias a la destrucción. Su batalla es contra su vida anterior y
contra la violencia del mundo que le rodea.
Meg Altman (interpretada por Jodie Foster) de Panic Room (2002) también aprenderá de una
situación límite en la que se ve forzada a pasar horas con su hija en una habitación segura
mientras un grupo de ladrones intenta forzar la entrada para conseguir su objetivo. En esta
situación límite, Meg Altaman aprenderá sobre sí misma, sobre su capacidad para afrontar los
problemas y sobre su relación con su hija, convirtiéndose en una mujer diferente tras pasar por
ese tipo de experiencia.
Robert Graysmith (interpretado por Jake Gyllenhaal) de Zodiac (2006) está dispuesto a dejarlo
todo, a perderlo todo, por conseguir su objetivo, tal y como él mismo señala: “I… I need to know
who he is. I… I need to stand there, I need to look him in the eye and I need to know that it’s
him”. El chico perfecto, educado y familiar pierde el control sobre su existencia por algo que lo
lleva más allá, haciendo de él una persona diferente que accede a un conocimiento sobre sí
mismo que antes desconocía.
Benjamin Button (interpretado por Brad Pitt) de The curious case of Benjamin Button (2008)
forma parte de este tipo de personajes simplemente por su condición existencial, tal y como se
ha señalado con anterioridad. Nacido con el aspecto de un anciano, el tiempo para él sucede a
la inversa, teniendo un aspecto más joven con el paso del tiempo hasta convertirse en un niño
afectado por el Alzheimer. No cabe duda que este tipo de experiencia (más allá de tratarse de
un film donde se describe el aprendizaje de su protagonista) implica un aprendizaje y
crecimiento muy concreto que también coincide con lo anteriormente señalado sobre el resto
de protagonistas.
Mikael Blomkvist (interpretado por Daniel Craig) de The girl with the dragon tatoo (2011)
también vive una experiencia cercana a la muerte que cambia su percepción del mundo,
especialmente en relación a su conexión con Lisbeth Salander (interpretada por Rooney Mara).
No obstante, el personaje, inscrito en una trilogía, debe continuar su aprendizaje y crecimiento,
así como la propia relación entre los dos personajes, por lo que el análisis de la misma requiere
del estreno de las siguientes entregas previstas.
2. El mentor
Uno de los personajes de Fincher que enseña el camino al protagonista hacia el crecimiento y
aprendizaje anteriormente comentado podría ser Conrad Van Orton (interpretado por Sean
Penn) en The Game (1997). Él es el encargado de ofrecer un regalo a su hermano, Nicholas
Van Orton (interpretado por Michael Douglas), que cambiará su percepción hacia todo lo que le
rodea.
The Game presenta a un empresario solitario, soberbio y antipático, Nicholas Van Orton. La
película se abre con una secuencia en super8 que representa los recuerdos familiares, en
concreto un cumpleaños de Nicholas junto a su padre y su familia. Tras esto, vemos al
Nicholas actual en su enorme casa, realizando acciones cotidianas antes de salir al trabajo y su
camino hasta él. Nicholas Van Orton queda rápidamente retratado como una persona soberbia,
solitaria y preocupada exclusivamente por el trabajo: en su contacto con el resto de gente, se
limita a dar las gracias escuetamente a su ama de casa antes de marchar al trabajo y ni
siquiera responde al aparcacoches que le espera en la entrada del edificio que lleva el nombre
de su familia. Además, la utilización del sonido diegético en forma de noticias, ya sean
televisivas o radiofónicas, sirve para enfatizar la figura de empresario obsesionado,
escuchando siempre las noticias referidas a la economía. En la siguiente escena, Nicholas Van
Orton confirma todos estos presentimientos mientras atiende una llamada telefónica en su
despacho y rechazar todas las invitaciones que le indica su secretaria mientras sabemos que
se trata del día de su cumpleaños. Una de ellas pertenece a Seymour Butts y es la única a la
Nicholas responde afirmativamente, reservando una mesa para encontrarse con él. Seymour
Butts resulta ser su hermano, Conrad, tal y como comprobamos en la siguiente secuencia, la
secuencia del restaurante donde Conrad y Nicholas se reencuentran y quedan establecidos
sus roles: Nicholas es el hombre de negocios inquebrantable, sin sentimientos, que respeta las
reglas sociales y las comparte, mientras que Conrad representa lo contrario. En pocas frases
entendemos que se trata de una persona que ha utilizado drogas y que intenta romper con las
reglas establecidas, por lo que representa la cara opuesta del protagonista. En este encuentro
Conrad realiza la acción que le convierte en el mentor: le ofrece un regalo diciéndole: “What do
you get for the man who has everything?”. El regalo consiste en una tarjeta que pertenece a
una empresa, Consumer Recreations Services. Conrad justifica su regalo en función de su
objetivo: “To make your life… fun. […] A profound life experience. […] It was the best thing that
ever happened to me”.
Este regalo en forma de pesadilla termina siendo el motor del cambio en el personaje de
Nicholas Van Orton, tal y como se ha indicado anteriormente, convirtiéndose en un viaje donde
el conflicto externo e interno se solapan para acabar ofreciendo al protagonista una experiencia
vital que le permite romper con su pasado y afrontar el futuro con una perspectiva nueva.
El Detective Lt. William Somerset (interpretado por Morgan Freeman) de Se7en, es el mentor
del Detective Mills. En este sentido su figura también se asocia al mentor debido tanto al papel
de donante (es el personaje al que Mills viene a sustituir y Somerset le introduce y enseña lo
que su experiencia le ha enseñado) como de conciencia del héroe. No obstante, en este caso,
ese segundo papel resulta un fracaso puesto que Mills decide traspasar el límite de las normas
establecidas para saciar su necesidad de venganza.
Tyler Durden es quizás el mentor más significativo de la obra de Fincher. Su condición de
doppelgänger (es decir, el doble fantasmagórico, que significa literalmente “doble andante”) lo
convierte en la representación perfecta de un mentor interno, es decir, de la exteriorización de
la conciencia (o subconciencia) del personaje protagonista como elemento perturbador en el
sentido que despierta y obliga al protagonista a llevar a cabo un cambio radical en su vida
después de ofrecerle un regalo, en este caso, la primera de las peleas físicas a la salida de un
bar, donde el protagonista comprende que ese hecho era lo que necesitaba en su vida para
darle un sentido.
Un último mentor que se puede destacar dentro de la filmografía de Fincher es Sean Parker
(interpretado por Justin Timberlake) en The Social Network (2010). Su regalo es sencillo: “drop
the "the." just "facebook." it's cleaner”. Con este sencillo gesto obtiene la confianza de Mark
Zuckerberg y así la posición de conciencia del protagonista durante un período donde se
convierte en una figura esencial en el modo en que se desarrolla la plataforma Facebook.
Como en el caso de Conrad Van Orton, la relación de los protagonistas de Fincher con sus
mentores es compleja y difícil. Los regalos y dones que reciben no siempre son positivos sino
que, al contrario, implican un trayecto duro y difícil, en ocasiones propio de las pesadillas, para
acceder a un nuevo conocimiento y una percepción del mundo que les rodea. Incluso, en esta
relación puede fallar el intercambio. Somerset no consigue convencer a Mills. Tyler Durden
debe morir para no acabar de devorar al narrador de Fight Club. Sean Parker acaba siendo
abandonado por Zuckerberg al caer en problemas. En este sentido, el mentor dentro del
análisis de los films de Fincher a partir del viaje del héroe, muestra que, como en el caso del
héroe, conviene realizar matices significativos que implican la comprensión del contexto que el
director ofrece a través de su mirada a la sociedad.
3. El enemigo
John Doe (interpretado por Kevin Spacey) es uno de los personajes más recordados de la
filmografía de Fincher gracias a la gran repercusión de se7en. El asesino en serie al que da
vida Spacey considera lo siguiente: “I’m setting the example. What I’ve done is going to be
puzzled over and studied and followed… forever”. Este personaje es descrito por el actor que lo
interpreta del siguiente modo: “He’s a bad, bad man, truly evil” (Swallow, 2003:75). Por lo tanto,
nos encontramos ante un claro ejemplo que representa al arquetipo denominado sombra, es
decir, el carácter maligno, el antagonista que pone en una situación límite al protagonista. No
obstante, como en el resto de análisis presentados, John Doe es un arquetipo con matices. Sus
actos sirven para sacar lo mejor del héroe en tanto que el Detective Mills trabaja
incansablemente para atraparlo junto a la ayuda del Detective Somerset, incluso empieza a
realizar un trabajo de investigación al que no está acostumbrado, leyendo y analizando pasajes
religiosos con el fin de comprender los pasos que Doe está llevando a cabo. Sin embargo,
finalmente, Doe compromete la moralidad del personaje que representa los valores
establecidos y consigue que transija la línea del deber y la ley para dar por concluida su obra a
manos del propio Mills.
En este sentido, también el enemigo tiene características sutiles e idiosincrásicas en la
filmografía de Fincher, coincidiendo siempre con la construcción de personajes complejos que
escapan a una clasificación sencilla propia del cine maniqueísta.
Otro de los enemigos paradigmáticos de la obra de Fincher es, sin duda, Alien. Propiamente
dentro del género de ciencia ficción, este monstruo es una máquina de matar donde no existen
dudas. En este sentido, Alien es una sombra arquetípica totalmente, puesto que su presencia
implica necesariamente una situación límite para el resto de personajes que únicamente
pueden luchar por sus vidas.
En Panic Room (2002), los ladrones que tratan de abrir la habitación blindada donde se
esconden Meg Altman y su hija enferma también representan la sombra y el peligro que implica
necesariamente activar todos los mecanismos de supervivencia en las dos mujeres
encerradas. Aún así, el personaje de Burnham (interpretado por Forest Whitaker) sirve de
contrapartida dentro del trío de ladrones, llegando a otra de las características que puede
albergar el arquetipo sombra: no tener siempre características negativas y llegar a redimirse
(aunque esto implique su muerte).
En los casos de Zodiac (2007) y The girl with the dragon tatoo (2011), el espectador acompaña
a los protagonistas en una frenética búsqueda del asesino en tanto que sombra. En este
sentido, ese antagonista se presenta de forma velada, sin poder representarlo hasta que se ha
terminado el camino que lleva a los protagonistas a cumplir su objetivo de encontrar al asesino.
En todo caso, uno de los aspectos más interesantes de la obra de Fincher es la identificación
del enemigo, del antagonista, con algo que va más allá de un ser humano concreto. Es decir, la
sombra puede ejemplificarse en un determinado personaje, tal y como se ha señalado, pero
también puede estar representada por un enemigo mayor, propio de lo social o lo natural. En
este sentido, es interesante dirigir la mirada hacia Fight Club como ejemplo de lo social como
enemigo, como sombra motivadora del cambio en el personaje. Y también en Benjamin Button,
donde la lucha se realiza contra la condición natural con la que convive el protagonista: vivir a
la inversa que el resto de personas, nacer con aspecto de anciano e ir creciendo mientras su
cuerpo es cada vez más joven.
Este aspecto es interesante para señalar otro de los aspectos más importantes en la obra de
Fincher: su interés por “movies that scar” (Swallow, 2003:62) se relaciona también con el
interés señalado por personajes extraños dentro de un contexto determinado. Y es ese
contexto donde aparece otro de los aspectos a resaltar: todos los personajes de Fincher se
enfrentan a un contexto que los oprime, a una sombra que se cierne sobre ellos y les impide
respirar con comodidad. Su forma es siempre diferente pero se identifica con la sociedad
establecida y sus principios de forma general.
Conclusiones
La aplicación del viaje del héroe como análisis de film a la filmografía de David Fincher,
centrándose en los arquetipos de (anti)héroe, mentor y enemigo (sombra), ofrece la posibilidad
de introducir la obra del director americano en unos parámetros concretos desde los que
reflexionar sobre la composición de sus personajes y el contexto en el que se mueven. En este
sentido Browning afirma que “He expresses the terror of everyday middle class life” (2010:178),
especialmente cuando se hace referencia a obras como Panic Room, Fight Club o The Game
por ejemplo.
En todo caso, la aplicación de este tipo de análisis a la obra de Fincher revela que su cine está
compuesto por personalidades complejas, por personajes bien construidos que van más allá
del maniqueísmo propio de otras obras realizadas en Hollywood. Es decir, nos encontramos
ante los que Casetti y Di Chio denominarían como personajes contrastados y dinámicos (frente
a los lineales y estáticos) (1996:178).
En este sentido es interesante comprobar que existe la presencia de características de
diferentes arquetipos en un solo personaje. Al describir los tipos de (anti)héroe, mentor y
enemigo que presenta Fincher podemos encontrar también aspectos que se relacionan con
arquetipos como el del heraldo, la figura cambiante o el embaucador. Esto no significa que este
tipo de análisis sea insuficiente para realizar un estudio de su filmografía sino que es necesario
ir más allá de él para enfrentarse al corpus fincheriano. A su vez, este aspecto indica la
complejidad de una obra que permite ser analizada desde diferentes puntos de vista y
mediante diferentes herramientas.
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