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ESTRATEGIAS ASERTIVAS PARA

SITUACIONES CONCRETAS.

Hacer peticiones.

Nivel cognitivo (que pensar).

Con frecuencia necesitamos hacer peticiones a los demás; sin embargo, es una
conducta que intentamos evitar. ¿Por qué a veces no hacemos peticiones que deseamos
hacer? Porque nuestras creencias erróneas contrarias a nuestros derechos nos lo impiden.

Por ello, es necesario tener en cuenta dos puntos importantes:

1. Tenemos derecho a pedir algo que necesitamos.

2. Los demás tienen derecho a negarse acceder a nuestra petición. No es un


rechazo como personas, es un uso de su derecho a decir no.

Pensamientos no asertivos Pensamientos asertivos


Él debería acceder a mi petición. Tiene derecho a elegir si accede o no.
No se deben pedir favores. Pedir favores, respetando los derechos y sentimientos de
los demás, es positivo y deseable.
No debo hacer peticiones, porque COITO Es mejor hacer peticiones de forma asertiva, y es normal
el riesgo de que me digan que no y eso que el otro las rechace cuando no le interese o apetezca
sería terrible. aceptarlas.
Si pido un favor, obligo al otro a Esto no es cierto; sobre todo, si reconozco su derecho a
hacérmelo. decirme que no.
Si no desea acceder a mi petición, será La gente no suele tener tantos problemas para decir que
incapaz de decírmelo y se sentirá mal. no. Si veo que le cuesta decidirse, puedo sugerirle que se
tome un tiempo para pensarlo.
Si pido un favor, quedo obligado a No es ninguna obligación devolver el favor que nos hacen,
devolvérselo. aunque puede ser deseable si surge la ocasión.
Si no acepta mi petición seria terrible y
Si rechaza mi petición, no implica que me rechace a mí
significaría que le caigo muy mal. como persona. Pero, aunque me rechazase, tampoco
sería tan terrible, ya que mi valía no depende de su
aprobación o su rechazo.
Nivel conductual (que hacer).

A la hora de realizar una demanda o petición difícil es importante seguir los


siguientes pasos:

1. Tener muy claro que es exactamente lo que quieres conseguir con tu


demanda.

2. Decide un momento y lugar adecuado para discutir el problema que te


concierne.

3. Al realizar tu petición utiliza los mensajes tipo yo. El esquema de este


tipo de mensajes sería:

1. Descripción precisa y objetiva del comportamiento del otro.


Describe el problema lo más objetiva y detalladamente posible. No
aproveches para comentar otros problemas diferentes. Si lo haces,
tu interlocutor no se centrará en ninguno de ellos y resultará
mucho más difícil llegar a una solución.

2. Descripción de los propios sentimientos. Una buena expresión de


los propios sentimientos debería incluir:

 Tus necesidades.

 Tus deseos.

 Tus derechos.

No debería incluir reproches o chantajes emocionales. Recuerda


que el otro debe atender tu petición libremente.

3. Descripción objetiva de las repercusiones o consecuencias de ese


comportamiento en ti.

4. Expresión clara de qué es lo que quieres que la otra persona


haga o deje de hacer. Para ello limita mediante una o dos frases
expresadas de una manera firme y directa cuál es tu objetivo. No
pidas más de una o dos acciones al mismo tiempo, para que la otra
persona pueda recordarlo y llevarlo a cabo.

A la hora de utilizar está técnica, hay que tener en cuenta que en el mundo
laboral son muchas las situaciones y las personas con las cuales no resulta
conveniente expresar nuestros sentimientos. En ese caso, debemos utilizar
está técnica saltándonos el paso número dos.

4. Utiliza para subrayar tu mensaje un lenguaje corporal y gestual


asertivo.

5. Controla y domina tu lenguaje no verbal.


6. Utiliza correctamente los elementos verbales de la comunicación:

 No te extiendas excesivamente en un monólogo interminable,


porque el receptor desconectará y dejará de escucharte.

 No seas excesivamente breve, porque entonces es probable que


emitas un mensaje incompleto y que se produzcan malos
entendidos por falta de información.

 No te justifiques en exceso ni te extiendas dando explicaciones. Ese


enfoque resta credibilidad y firmeza a tu mensaje.

 Escucha con atención las razones y argumentos del otro sin


descalificarle ni ignorarle.

7. Maximiza la posibilidad de obtener un cambio en el comportamiento


del otro. Alude, si puedes, a las ventajas que dicho cambio revertirá en
ambos. Si es necesario, también puedes mencionar las consecuencias
negativas que se producirán si la otra persona no colabora. No hables para
ello en términos de castigo ni utilices amenazas o chantajes emocionales.
Todo esto atenta contra su derecho a decir no. Tienes que estar preparado
para recibir un no. Recuerda que pedir no es igual que exigir.

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