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EL BARCO DE VA P OR

Laura Escudero

Heredé
un fantasma
Todas las mañanas tenía por costumbre abrir la
puerta de mi casa y mirar la entrada. Apenas levanta- ·•
da, cumplía puntualmente con mi ritual: asomarme,
revisar el montón de hojas secas arremolinadas en el
piso y comprobar que las cartas no aterrizaban ahí,
siempre pasaban de largo.
'
Hasta que fue distinto.
Abrí la puerta y vi una carta de verdad, con estam-
pilla y todo. Una carta en un sobre blanco: escrita con
letra cursiva prolijísima. La levanté y me fui a prepa··
rar una taza de café con leche, porque dicen que las
sorpresas en ayunas caen mal.
Hice bien.
Era una carta de tía Dorotea. Pero eso no podía
ser, porque Dorotea había muerto diez años atrás. Es
sabido que hay cartas que se demoran, pero diez años

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era demasiado. Para no caer en especulaciones inútiles, Vos sos una digna heredera del apellido Tobler
saqué el papel y leí: y mi pariente más cercana. El caso es que te dejo
de herencia mi casa. La que hizo mi papá, o sea tu
-*- bisabuelo, y donde nacimos tu abuelo y yo. Desde donde
te estoy escribiendo.
Mi querida sobrina nieta: Estará cerrada desde mi muerte ron los muebles
adentro y todo.
Sabrás que hay cartas que dan la vuelta al La única condición para recibirla es que te
mundo. Esta no, es viajera en el tiempo. instales a vivir en ella de inmediato. Tenés que ocuparla
Me· imagino lo extrañada que estarás de haberla permanentemente durante' los próximos tres meses, sin
Recibido, después de tantos años. No te preocupes, no fue decirle a nadie. Es un secreto.
que se perdió (¡y supongo que no pensarás que la mandé yo Te doy' una hora para terminar de leer y armar
misma desde el más alla!).Nada de eso. Estuvo guardada las valijas. Después te vas a Rivadavia 21 y le pedís la
en una caja. Esperó todo ese tiempo hasta que vos llave a don Iturriaga, que es quien te hizo llegar la Carta.
(crecieras y pudieras hacer lo que te voy a Acordate bien: hoy mismo tenés que instalarte
pedir. y dormir en la casa; si no, chau herencia.
Antes de pasar a explicarte el motivo de la carta, No te preocupes por los 1mpuestos: don lturriaga
te quiero hacer algunas advertencias. Sé perfectamente que se ocupó de pagarlos, al igual que las otras deudas.
las malas lenguas han dicho muchas rosas de mí: que soy Acordate de regar las plantas.
una amarreta, que estoy avinagrada , que hablo sola y evito
las visitas. Las peores aseguran que estoy chiflada. Es de Con cariño,
envidiosos, no te quepa la menor duda. Dorotea Tobler
No les hagas caso. Te pido que leas todo hasta el
Final y después te tomes cinco minutos antes de decidir. P. D.: Me encanta cómo quedan los pensamientos en
Ahora si, vamos a lo que nos importa. el cantero del frente de casa.
Como te habrán contado, nunca me casé. y
tampoco tuve hijos. Igual me fue de lo más bien, no te -*-
preocupes. Agarrate fuerte, porque esta es la parte en
que podés necesitar una silla para no caerte.
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Fueran malas o buenas las lenguas que lo .y me saco la mufa, pensé, porque hay que tener mala
dijeron, tenían razón: tía Dorotea estaba suerte para recibir una carta en la vida y que sea de una
completamente chiflada. Eran los desvaríos finales de tía abuela fallecida; heredar una casa y que sea el in-
una vieja desquiciada, ¡qué duda cabía! vento de una vieja loca...
Recordé el pedido de los cinco minutos y detuve el Lo del paseo no pudo ser, porque caminé muy apre-
impulso de arrugar el papel. Me quedé sentada -por suradamente (en el fondo, tenía alguna esperanza). En
alguna misteriosa razón le hice caso- y me acordé de cuanto a la mufa, se convirtió en impaciencia.
la casa de la tía Dorotea. En Rivadavía 21 había un estudio jurídico. Pude
Era grande, con dos parias y también jardín. Tenía ver una placa de bronce donde estaban escritos los
ventanales y mamparas de vidrio. Una cocina amplia y, nombres de los asociados quedé paralizada al leer
contra la pared, tina mesa de madera con cajones (de "Dr. lturriaga". En ese momento, la carta se me cayó
los que me gustaba sacar piolines y tapitas). Había un encima: cada palabra como gota de lluvia, y toda junta
sillón de terciopelo azul, sobre el que me acostaba para como un diluvio que me dejó empapada en la vereda.
ver un cuadro de un paisaje con un molino, un río y La confirmación de las palabras de tía Dorotea me
animales... Era una casa hermosa, un poco vieja. ponía nerviosa. ¿Y ahora? No quería entrar, estaba
Pero, ¿en qué estaba pensando? ¡Seguro que todo era segura de que alguien me iba a decir: "¡ Que la
un grandísimo invento! La pobre tía estaba delirando. inocencia te valga! ¿Cómo caíste?'", o algo por el
Irme inmediatamente ... ¡ que ocurrencia! estilo.
Miré la cocina pequeña y comprimida, vi las Una señora con aspecto de secretaria de estudio ju-
manchas de humedad en la pared, recorrí rídico abrió la puerta y me preguntó si quería pasar.
mentalmente el departamento en la planta baja de la Corno no me podía quedar en los escalones todo el día,
enorme pajarera en donde vivía, pero lo que me entré. Caminé hasta la oficina como por un terreno
decidió fue el recibo de alquiler. Últimamente, mi minado, a cada paso podía estallar la desilusión.
economía venía bastante desmejorada. Desde que El doctor Iturriaga apareció, en carne y hueso.
había dejado la facultad, la mensualidad que me Existía de verdad, no cabía ninguna duda al respecto.
enviaban mis padres era cada vez menos generosa. Tendría unos sesenta años. Me miró con aire de incre-
Y bueno... ¿ que podía perder con ir a ver? La dulidad y dijo:
calle Rivadavia al 21 quedaba a unas cuadras. Doy un --Asi que usted es la sobrina de la señora Dorotea
paseo Tobler.

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