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hek, System der Philosophie des Staa- tado", o, más precisamente, varios En cierto sentido se puede decir en-
tes und des Völkerrechts, 1938. — modos de "estar". Puede decirse que tonces que el ser de cada cosa es pro-
R. G. Collingwood, The New Le- el "estar" es una de las maneras del piamente (y hasta formalmente) su
viathan, or Man, Society, Civiliza- "ser". Pero a la vez puede admitirse "estado" o su "estar".
tion and Barbarism, 1942. — Agustín
Basave Fernández del Valle, Teoría el "estar" como un modo distinto del Las ideas sobre el status naturae o
del Estado. Fundamentos de filosofía "ser". Como ha indicado Julián Ma- "estado de Naturaleza" —es decir, al
política, 1955. — Concepto sociológico rías (Ensayos de convivencia, 1955; supuesto estado natural del hombre
y concepto jurídico: Hans Kelsen, Der reimp. en Obras completas, III [1959], antes de la sociedad— han abundado
soziologische und der juristische págs. 172-3), el uso (y, además, la en la época moderna; nos hemos refe-
Staatsbegriff, 1928. — Fenomenología posibilidad de frecuencia del uso) del rido a esta cuestión en artículos tales
del Estado: Edith Stein, Eine verbo 'estar' en español permite ex- como CONTRATO SOCIAL y JUSNATU-
Untersuchung über den Staat, 1925
[Jahrbuch für Philosophie und presar conceptos que quedan velados, RALISMO (y también GROCIO [HUGO],
phanomenologische Forschung, VII]. o por lo menos, no suficientemente HOBBES [THOMAS ] y ROUSSEAU [JEAN-
— Filosofía del Estado: Holstein y claros en idiomas que no poseen la JACQUES] ).
Larenz, Staatsphilosophie, 1933. — clara distinción entre 'ser' y 'estar'. Agreguemos que el término 'esta-
Kurt Schilling, Der Staat. Seine geis- Así, por ejemplo, el 'estar' y varias do' aparece en algunos autores ingle-
tigen Grundlagen, seine Entstehung locuciones en las cuales interviene ses en un sentido bastante preciso en
und Entwicklung, 1935. — Arnold 'estar' (como 'estar en', 'estar a', 'estar la expresión state of affairs. El state
Gehlen, Der Staat und die Philoso-
phie, 1934. — Historia de las doc- abocado a', etc. etc.) hacen posible, of affairs es "lo que al caso" en cuanto
trinas filosóficas del Estado: L. Gum- entre otras cosas, dar mayor preci- correlato de una proposición y es,
plowicz, Geschichte der Staatstheo- sión a la idea heideggeriana del Da- pues, equivalente al alemán Sachver-
rien, 1926. — E. von Hippel, Ges- sein (véase DASEIN, EXISTENCIA) en halt, empleado en sentidos parecidos
chichte der Statsphilosophie in Haupt· cuanto "estar" puede analizarse y, a por Husserl y "Wittgenstein (la expre-
kapiteln, 2 vols., 1955-1958. — Filo- la vez, enriquecerse, en comparación sión Sachverhalt en el Tractatus 2.01
musi Guelfi, La dottrina dello Stato y contraste con las ideas del "ser", del ha sido traducida justamente por state
nellantiquità greca nei suo rapporti
con l'etica, 1874. — Leopold Ziegler, "ser así", del "ser tal o cual" y otras. of affairs). El state of affairs o
Von Platons Staatheit zum chrístlichen En su forma sustantiva, el vocablo estado de cosas es, en cierto modo,
Staat, 1948. — Adolfo Ravà, Le teorie 'estado' podría en principio dar gran un hecho ( VÉASE), siempre que éste
filosofiche sullo Stato, 1933. — Ha- juego en comparación y contraste con sea interpretado no como el ser del
rold J. Laski, El Estado moderno (trad. los vocablos 'esencia', 'existencia', 'ser', hecho, sino justamente como su "es-
esp., 1931, de la obra A Gram-mar of 'ente', 'hábito', 'condición', etc. Podría tar" o "estar siendo" (lo que es, o tal
Politics, 1925). — Robert Morrison entonces darse a 'estado' una signifi- como es).
MacIver, The Modem State, 1926. —
A. Weber, La crisis de la idea cación más amplia de la que tiene ESTAR. Véase ESTADO (STATUS),
moderna del Estado en Europa (trad. cuando se emplea esta palabra para ESTAR; EXISTENCIA, SER .
esp., 1932). — Karl Larenz, Rechts- traducir una de las citadas categorías ESTÉTICA. En tanto que derivada
und Staatsphilosophie der aristotélicas, sea la situación o postura, de ai)\sqhsij, sensación, Kant llama Es-
Gegenwart, 1932. — Para el des- o sea (como ocurre con especial tética trascendental a la "ciencia de
arrollo histórico de las teorías polí- frecuencia) la (décima) categoría de todos los principios a priori de la
ticas: Ernst Cassirer, The Myth of
the State, 1946 (trad. esp.: El mito la "pasión" o "hábito". sensibilidad" (K.r.V., Β 35 / A 21).
del Estado, 1947). En el artículo Situación ( VÉASE ) En la "Estética trascendental" así
ESTADO (STATUS), ESTAR. El hemos aludido al uso medieval de entendida, considera Kant, en primer
vocablo 'estado' —que escribimos con status, que es, según Renato Lazzari- lugar, la sensibilidad separada del en-
minúscula para distinguirlo de 'Esta- ni, un antecedente del concepto ac- tendimiento, y, en segundo término,
do' ( VÉASE )— designa el modo de tual (o de algunos de los conceptos separa de la intuición todo lo que per-
ser de una realidad, la situación en actuales) de "situación". Agregamos tenece a la sensación, "con el fin de
que se halla una realidad. El estado aquí que el término status ha sido quedarnos sólo con la intuición pura
es el hecho de estar, es decir, de ha- empleado frecuentemente en la Edad y con la forma del fenómeno, que es
llarse en una cierta situación o condi- Media en relación con expresiones co- lo único que la sensibilidad puede dar
ción, de encontrarse en un cierto mo- mo status naturae, "estado de Natura- a priori" (op. cit., Β 36 / A 22). La
do. Puede emplearse 'estado' para tra- leza", que ha tenido un sentido "Estética trascendental" se distingue
ducir la categoría ( VÉASE) aristotélica teológico y también un sentido antro- de la "Lógica trascendental", que exa-
kei=sqai (como 'echado', 'sentado'). pológico. De un modo preciso ha de- mina los principios del entendimiento
Esta categoría es traducida también finido Duns Escoto (apud É. Gilson, puro, y poco tiene, por tanto, que ver
por 'situación' o 'postura'. Podría asi- Jean Duns Scot [1952], pág. 61) el con lo que en la actualidad se llama
mismo emplearse 'estado' para tradu- "estado" (status) como una perma- estética, ciencia de lo bello o filosofía
cir la categoría aristotélica χάσχειν nencia estable asegurada por las leyes del arte. En este último sentido, el
(como 'cortado'). Esta categoría es asi- de la sabiduría divina (stabilis per- término 'estética' fue empleado por
mismo traducida por 'pasión'. La po- manentia legibus divinae sapientiae Alexander Baumgarten ( VÉASE) y des-
sibilidad de emplear el mismo térmi- firmata). Las entidades se hallan en de entonces la estética ha sido consi-
no para traducir varias categorías el estado que corresponde a su natu- derada como una disciplina filosófica
indica que hay varios modos de "es- raleza en cuanto ha sido establecida, sin que ello excluya la existencia de
y afirmada, por la sabiduría de Dios. reflexiones y aun de sistemas estéticos
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en la anterior filosofía. El problema de la naturaleza subjetiva. El juicio es- Schelling reduce la belleza a la iden-
capital de la estética en el sentido de tético es, pues, por lo pronto, un juicio tidad de los contrarios en el seno de
Baumgarten es, en efecto, el de la de valor, distinto, por consiguiente, no lo Absoluto, a la síntesis de lo subje-
esencia de lo bello. Según Baum- sólo de los juicios de existencia sino tivo y objetivo, o cuando Hegel con-
garten, la estética, en cuanto theoria también de los demás juicios axio- vierte lo bello en manifestación de
liberalium artium, gnoseologia infe- lógicos, pero mientras en éstos hay la Idea. Una tendencia análoga se
rior, ars pulchre cogitandi, ars analo-gi satisfacción de un deseo o corres- revela en Schopenhauer al hacer del
rationis, es la scientia cognitionis pondencia con la voluntad moral, arte la revelación más propia de las
sensitivae (Aesthetica, § 1 ). Es decir, en la adecuación de lo bello con el ideas eternas, pues el artista es, frente
el fin de la estética es la perfectio sujeto, esto es, en el juicio estético al hombre vulgar, el que contempla
cognitionis sensitivae, qua talis (ibid., por el cual encontramos algo bello, serenamente las objetivaciones de la
§ 14). El problema fue ya dilucidado no hay satisfacción, sino agrado des- Voluntad metafísica.
en la Antigüedad especialmente por interesado. El desinterés caracteriza En las últimas décadas se han pro-
Platón, Aristóteles y Plotino, quienes, la actitud estética en el mismo sen- puesto muchas definiciones de la es-
al lado de consideraciones estéticas tido en que el juego es la actividad tética, algunas de las cuales no han
más o menos "puras", siguieron la puramente desinteresada, la compla- hecho sino reformular en un nuevo
antigua tendencia a la identificación cencia sin finalidad útil o moral. lenguaje las antiguas concepciones
de lo bello con lo bueno en la unidad Por eso lo estético es independiente antes mencionadas. Puede hablarse
de lo real perfecto, y, por lo tanto, su- y no puede estar al servicio de fines así de concepciones absolutistas y re-
bordinaron en la mayor parte de ca- ajenos a él; es, en sus propias pa- lativistas, subjetivistas y objetivistas
sos, al tratar de definir la esencia de labras, "finalidad sin fin". Lo bello de la estética según se consideren
lo bello y no simplemente de averiguar no es reconocido objetivamente co- respectivamente la naturaleza de los
en detalle los problemas estéticos, el mo un valor absoluto, sino que tiene objetos estéticos o el origen de los
valor de la belleza a valores extraesté- sólo relación con el sujeto; el hecho juicios estéticos. Otras concepciones
ticos y particularmente a entidades de las distintas y contradictorias apre- que se han propuesto y de las que
metafísicas. La identificación de lo ciaciones sobre lo bello, no es, sin diremos unas palabras son las si-
bueno con lo bello es propia asimismo embargo, el producto de esta necesa- guientes: la formalista y la intuido-
de la filosofía inglesa del sentimiento ria referencia a la subjetividad, sino nista, la psicológica y la sociológica,
moral, en particular de Shaftesbury, el hecho de que la actitud del sujeto la axiológica y la semiótica. Las con-
y se encuentra en algunas direcciones sea siempre plena y puramente cepciones formalistas atienden exclu-
del idealismo romántico. En realidad, desinteresada, dedicada a la contem- sivamente a la forma de los objetos
sólo desde hace relativamente poco plación. La prioridad del juicio es- estéticos en el sentido en el que
tiempo se ha intentado erigir una es- tético requiere, a pesar de su referen- hemos analizado el problema de lo
tética independiente, alejada de consi- cia al sujeto, el desprendimiento en formal en el artículo Formalismo
deraciones de tipo predominantemente éste de cuanto sea ajeno al desinte- (VÉASE). Las concepciones intuicio-
metafísico, lógico, psicológico o rés y a la finalidad sin fin. nistas han reducido a lo mínimo el
gnoseológico. Los gérmenes de esta Esta concepción, llamada subjeti- papel de los elementos puramente
estética como disciplina independiente va, de la estética, ha sido prose- formales y han establecido una muy
se encuentran ya en gran número en guida a través del siglo XIX y durante rígida línea divisoria entre la intui-
la Antigüedad y en la Edad Media, pero buena parte del actual por gran nú- ción estética y la expresión ( VÉASE )
han sido desarrollados sobre todo con la mero de pensadores, quienes, sin de esta intuición. Las concepciones
crítica kantiana del juicio, que es en embargo, han mezclado las tesis sub- psicológicas y sociológicas tienen de
parte una delimitación de esferas jetivas con las objetivas o han ten- común el hecho de que han intentado
axiológicas. Mientras para Baum-garten dido a una concepción puramente reducir el significado de los juicios
lo estético era sólo, siguiendo la axiológica como, por otro lado, está estéticos al origen —individual y co-
tendencia general de la escuela de ya preformada en el propio Kant. lectivo— de los mismos. Más com-
Leibniz-Wolff, algo inferior y confuso Considerada desde el sujeto, la esté- plejas —y sobre todo más influyen-
frente a lo consciente y racional, tica ha sido elaborada sobre todo tes— son las dos últimas concepciones
sensitivae, Kant trató el juicio estético atendiendo a lo que hace del juicio mencionadas en nuestra lista: la axio-
al lado del teológico examinando lo estético el producto de una vivencia, lógica y la semiótica, por lo que nos
que hay de a priori en el sentimiento. tanto si ésta es concebida como oscura extenderemos algo más sobre ellas. La
Lo que caracteriza al juicio reflexivo es, intuición cuanto si es presentada estética axiológica considera la estética
según Kant, la finalidad, pero mientras como una clara aprehensión, como como la ciencia de un grupo de va-
ésta es objetiva en el juicio teológico una mera contemplación o como una lores (lo bello, lo feo, lo ordenado, lo
propiamente dicho, que se refiere a lo proyección sentimental. En cambio, desordenado, lo alusivo, lo expresivo,
orgánico, es subjetiva en el juicio la estética desarrollada desde el ob- etc. etc.). Sus dos principales pro-
estético, por cuanto la finalidad de la jeto ha tendido particularmente a blemas son: primero, la descripción
forma del objeto es adecuada con una reducción de lo estético a lo ex- de tales valores; segundo, la inter-
respecto al sujeto, lo que no significa traestético, a la definición de la es- pretación de los mismos. Este último
precisamente con respecto al sujeto tructura de lo bello mediante carac- problema ha dado origen a múltiples
individual, sino a todo sujeto, con lo teres ajenos a él. Este es, por ejemplo, discusiones, paralelas a las que han
cual puede llamarse la unidad el caso del idealismo alemán cuando tenido lugar en la teoría del va-
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lor ( VÉASE ) en general. En efecto,
se ha examinado si los valores en
cuestión son absolutos o relativos, si
dependen del individuo o de la co-
lectividad, si están o no ligados a
otros valores y cuestiones análogas.
Ha sido inevitable, pues, que se hayan
reinsertado en la estética axiológica
los problemas tradicionales a que he-
mos hecho ya referencia. En cuanto
a la estética semiótica, considera la
estética como una parte de la semió-
tica general, por lo que ha sido lla-
mada a veces una semiótica no lógi-
ca. Su principal misión es el análisis
de los llamados signos estéticos
¡cónicos, y su finalidad es la consi-
deración del objeto estético como un
vehículo de comunicación. Hay que
notar a este respecto que la estética
semiótica no es forzosamente incom-
patible con la estética axiológica; al-
gunos autores han defendido la tesis
de que una teoría estética completa
se apoya tanto en la teoría de los
signos como en una teoría de los
valores.
A veces se distingue entre la esté-
tica y la filosofía del arte. A veces
se estima que las dos forman una sola
disciplina. Si considerarnos ahora el
conjunto de los problemas que se
plantean al tratadista de estética, po-
demos dar (sin pretensión exhaustiva)
la enumeración siguiente: (1) La fe-
nomenología de los procesos estéti-
cos; (2) El análisis del lenguaje es-
tético comparado con los demás len-
guajes; (3) La ontología regional de
los valores estéticos, cualquiera que
sea el status ontológico que se ads-
criba a éstos; (4) El origen de los
juicios estéticos; (5) La relación entre
forma y materia; (6) El estudio de
la función de los juicios estéticos den-
tro de la vida humana, y (7) El exa-
men de la función de supuestos de
índole estética en juicios no estéticos
(como, por ejemplo, los de la ciencia).

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