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Exposición y Discusión
Exposición y Discusión
Es necesario que haya reciprocidad de la otra parte de lo contrario se debe retirarla; o las
dos partes se mueven equitativamente o ninguna de las dos lo hace.
La comunicación las propuestas
La comunicación debe estar entendida en dos aspectos y dimensiones interrelacionadas:
el contenido es la información acerca del problema y la forma tiene que ver con la manera
de hacerlo, debe distinguirse entre lo que se quiere comunicar y la forma de expresión.
La consistencia del contenido está en relación al grado y amplitud de la preparación
realizada. La forma se expresa al menos en tres aspectos: claridad, confianza y
flexibilidad. Estos elementos deben contribuir en primer lugar a que la otra parte
comprenda con precisión las propuestas, ideas, intereses a fin de que no haya distorsiones
o malentendidos, evitando intencional o inadvertidamente confusiones o ambigüedades
que a su vez generan desconfianza, la suposición de que se intenta engañarlos o la
impresión de que no se sabe con claridad lo que se quiere.
La exposición de las propuestas debe ser breve, las explicaciones muy largas y detalladas
revelan demasiada información o pueden crear una imagen de inseguridad; hay que evitar
el tono de arrogancia lo mismo que el de sumisión; no son útiles los términos ambiguos
o blandos y el tono de voz será normal pero proyectando seguridad sobre el contenido de
las propuestas.
El control del impulso
Se vuelve indispensable ya que si una parte se mueve muy rápido podría conceder
demasiado y hasta rendirse y si lo hace muy lentamente podría perder el impulso e
inmovilizarse atrincherándose y generando una lucha de posiciones.
Para evitar una rendición o perdida en la negociación es preciso tener en cuenta las
siguientes advertencias no caminar por la acostumbrada única vía en que parte exige y la
otra hace concesiones porque invariablemente la más exigente ganara se provocara la
ruptura o dañaras las relaciones.
Hay que moverse temprano, desde el comienzo para evitar hacerlo muy rápido al final
cuando la presión de los plazos impida analizar y evaluar con tranquilidad la situación y
pueda conducir a concesiones excesivas. Debe moverse con lentitud para no tener cuidado
y pensar bien antes de actuar. Exige correspondencia y reciprocidad no es posible crear
mantener y controlar el impulso si la otra parte no es reciproca no hay que olvidar que en
la negociación no habrá nada a cambio si no se exige o insiste en ello.
A pesar de los esfuerzos que se realicen y que la propuesta ofrecida sea atractiva todavía
es posible que la otra parte se muestre reacia, siga pensando que la negociación es un
proceso en que uno gana y otro pierde, puede estar convencido de lo que gana será acosta
de lo que pierda la otra o estar seguro de que lograra dominar y vencer
En estas circunstancias parecería que no queda otra opción que entrar en la espiral de
luchar poder a poder y en esta relación las partes dejan de escucharse, de reconocerse, se
amenazan; no replantean, insisten y enduren sus posiciones, buscan utilizar todo el poder
que tienen para someter a la contra parte.
Durante la última década se ha popularizado la nueva teoría de la negociación, con un
definido énfasis en guías de acción, procedimientos y técnicas para obtener mejores
resultados. Esto ha sido saludable en nuestros países pues para negociar recurrimos
excesivamente el regateo, y pasamos muy rápidamente al uso del poder y la fuerza. Pero
todo este énfasis en métodos de negociación ha dejado por fuera de la discusión el análisis
sobre la naturaleza del problema mismo que se está resolviendo, si hay o no posibilidades
de creación de valor. Adicionalmente, la manera como concibamos el problema afectará
el comportamiento negociador de las partes. Para crear valor se necesita en primer lugar
que las partes conciban así el problema y también que el problema en sí no sea de
naturaleza meramente distributiva.
¿Para qué sirve una teoría de la negociación? Al igual que en todos los campos del saber,
una teoría es el intento humano de entender lo que pasa en una realidad, de lograr
describir, explicar, predecir y actuar sobre esa realidad. Sobre la realidad de las
negociaciones es necesario distinguir entre problemas en los que no es posible la creación
de valor (estas son realidades distributivas) y problemas de negociación en los cuales es
posible la creación de valor.
Otra forma de conflicto territorial se vive en el mercadeo: los espacios en las estanterías
de los supermercados y el predominio en una zona geográfica se luchan centímetro por
centímetro. La revolución en las relaciones entre proveedores y distribuidores ocurridas
en los últimos años puede atribuirse en gran parte al cambio en patrones de negociación.
Mientras se aferraron a transar el precio del producto, problema netamente de naturaleza
distributiva, no hubo mucho beneficio mutuo. Cuando empezaron a mirar detrás, a fijarse
en los intereses mutuos, pudieron ir más allá de los descuentos por volumen y enfocarse
en el manejo conjunto de inventarios que consiguió ahorros muy superiores a cualquier
reducción (o aumento) de precios. El proceso se aceleró cuando internet (B2B) redujo
algunas ineficiencias de producción y distribución que resultaron en beneficios para todos
los participantes. Una reformulación del problema permite así la creación de valor.