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La Revolución es cultural,
o reproducirá la dominación
Aportes para el proceso de rectificación y el desarrollo
de una nueva mentalidad en el seno
de la Revolución Bolivariana.
30 de agosto de 2004
Primera edición
Caracas, febrero 2005
Depósito legal
If8712005330226
ISBN
980-227-018-0
Corrección
Carlos Hernández
Diseño Gráfico
José Luis Díaz Jiménez
jdiaz@mci.gov.ve
Juan Carlos Pérez Escaño
jperez@mci.gov.ve
Impreso en Venezuela
3
ÍNDICE
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .7
INTRODUCCIÓN
CARACTERIZACIÓN
DE LA HERENCIA PUNTOFIJISTA
QUE DEBEMOS SUPERAR CON
EL PROCESO DE RECTIFICACIÓN
LA CONSTRUCCIÓN
DE UNA NUEVA CULTURA
POLÍTICA COMO PARTE
ESENCIAL DEL CAMBIO
DE MENTALIDAD
decir, marchar juntos en las cosas que nos unen sin abandonar la
lucha ideológica. En este aspecto hay que considerar la comple-
jidad de este proceso, ya que si bien han aparecido estos grupos
cuyas ejecutorias generan dudas razonables sobre su carácter
transformador, al mismo tiempo el comandante Chávez ha man-
tenido un duro combate con el imperio, con la oligarquía criolla,
con sectores reaccionarios de la iglesia y de los medios, etc.
Entonces, en nosotros ha prevalecido la postura de colocar el
énfasis en el combate a nuestro enemigo principal, que histórica-
mente está representado por los que se oponen a la Revolución
Bolivariana. Esto no significa que subestimemos a los enemigos
internos que reproducen la cultura puntofijista, pero hay que
emplear una metodología que procese adecuadamente las “con-
tradicciones en el seno del pueblo”, como diría Mao. Es por eso
que no hemos caído en la querella de círculos o en la pugna gru-
pal, que simplemente divide sin valorar correctamente el daño
que se le puede hacer a la Revolución o a los obstáculos que se
generan en la viabilización de las propuestas alternativas.
En esto tenemos diferencias con posturas de la izquierda tradi-
cional que mezclan los problemas ideológicos con aspectos perso-
nales y grupales. En tal sentido hemos sostenido que reconocerse
como una tendencia o corriente ideológica es una cosa, y otra bien
distinta es ser una fracción o secta que pelea por cargos o por cuo-
tas burocráticas, empleando métodos y estilos erróneos. Por ello,
no sólo basta postular unos determinados contenidos programáti-
cos como los que hemos reseñado, sino que se hace obligante
emplear métodos y procedimientos acordes con ese qué. En este
caso nos estamos refiriendo a la correspondencia que tiene que
existir entre el qué y el cómo, no sólo como un valor de la nueva
ética política sino como metodología de trabajo.
En esa perspectiva, también hemos postulado la promoción de
una cultura del debate sustentado en el método Invedecor (cuya
denominación resulta de combinar las iniciales de investigar,
educar, comunicar, organizar) y como paradigma en construc-