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Los encéfalos de los vertebrados parten de una estructura embrionaria común que consta de tres
regiones principales o vesículas primarias: encéfalo anterior (o prosencéfalo), que se
subdivide, a su vez, en telencéfalo y diencéfalo; encéfalo medio o mesencéfalo; y encéfalo
posterior, que se subdivide en metencéfalo y mielencéfalo. Se suele hacer referencia a esas
cinco subdivisiones (telencéfalo, diencéfalo, mesencéfalo, metencéfalo y mielencéfalo) como las
vesículas secundarias encefálicas en el sistema nervioso embrionario, pero en ocasiones se
utilizan igualmente para caracterizar la anatomía encefálica de vertebrados plenamente
desarrollados.
El prosencéfalo de todos los vertebrados posee una estructura en láminas denominada pallium.
El pallium de agnatos (lampreas), peces condrictios (tiburones) y anfibios obedece a un
esquema básico general, consistente en dos hemisferios unidos por una región
denominada septum. Cada uno de los hemisferios asemeja un cilindro formado por tres capas,
en cuyo interior quedan cavidades llenas de líquido denominadas ventrículos. La capa que da al
ventrículo y la que da al exterior son de materia blanca, y la que queda entre ellas, de materia
gris. En el resto de los grupos (peces teleósteos, reptiles, aves y mamíferos) se produce una
fuerte modificación del esquema básico, debido al crecimiento diferencial de diferentes zonas
del pallium original en cada uno de ellos. En mamíferos se diferencian cuatro zonas en el
contorno de la forma cilíndrica antes mencionada, que se denominan pallium dorsal, medio,
ventral y lateral, cuyo desarrollo daría lugar, respectivamente, al neocortex, el hipocampo, la
amígdala y la corteza olfativa. El neocortex es la región que alcanza un mayor desarrollo de
todas ellas.
Simplificando, se puede decir que la materia gris procesa la información, o sea, integra inputs de
diferentes procedencias y elabora nuevas señales, mientras que la blanca la conduce, esto es,
envía las señales a otros destinos. Las fibras de la materia blanca transmiten información de una
zona a otra de la corteza o, también, a zonas que no se encuentran en ella. Es así como se
produce la integración que permite el procesamiento de las señales que se reciben y la
consiguiente elaboración de respuestas.
En los grupos de mamíferos en que alcanza su máximo desarrollo, la corteza cerebral presenta
múltiples hendiduras o pliegues, lo que permite que aumente de forma considerable el número
de neuronas que alberga. En lo que a su configuración tisular se refiere, es una estructura
dispuesta en seis capas (procedentes del pallium dorsal), y se organiza en columnas verticales
que se extienden perpendicularmente hasta la materia blanca, a dos milímetros de profundidad
desde la superficie de la corteza. Se cree que cada una de esas columnas constituye un “equipo”
formado por las neuronas contenidas en ella, cada una de las cuales desempeñaría una función
en la tarea propia de la columna. Las diferencias funcionales entre unas y otras columnas tienen
su reflejo en diferentes grosores de alguna de las seis capas.
Cada mitad de la corteza cerebral se divide en cuatro lóbulos: occipital, temporal, parietal y
frontal, nombres que hacen referencia a los correspondientes huesos del cráneo. Los lóbulos
occipitales, que se encuentran en la parte posterior, son los responsables del procesamiento
inicial de las señales visuales. La información sonora se recibe, en primera instancia, en los
lóbulos temporales, que tienen una disposición lateral a ambos lados de la cabeza. Los lóbulos
parietales y frontales se encuentran en la parte superior del encéfalo y están separados por el
denominado surco central del cerebro, un pliegue o invaginación profunda que discurre de
arriba abajo hacia la mitad de la superficie lateral de cada hemisferio. Los lóbulos parietales
quedan en la parte posterior, detrás del surco central, mientras los frontales quedan por delante.
Los parietales reciben y procesan la información sensorial. Los frontales desempeñan varias
tareas: (1) actividad motora de carácter voluntario; (2) producción vocal en los mamíferos que
poseen esta capacidad; y (3) funciones superiores, como planificación y otras.
Si bien la descripción de la anatomía cortical por lóbulos resulta útil en una primera
aproximación, suele recurrirse a las denominadas “áreas de Brodmann” para una
caracterización más precisa. Un área de Brodmann es una región de la corteza del cerebro de
primates definida por su estructura histológica, organización celular y citoarquitectura. Hay 52
áreas de Brodmann, aunque alguna está, a su vez, subdividida en dos áreas, y alguna de ellas
sólo se halla presente en primates no humanos.
Fuentes:
Una serie de estudios y observaciones realizadas desde fines del s. XIX, permitieron definir el
papel que regiones específicas de la corteza cerebral, eléctricamente excitables, jugaban en la
regulación de las actividades motoras. Además, se encontró que esas regiones presentaban
una organización somatotópica donde estaban representados los diferentes músculos del
cuerpo (representación motora).
La idea de un control motor cortical ha sido confirmada y caracterizada con precisión cada vez
mayor. El control es contralateral y existen varias regiones de la corteza cerebral que
participan en él. Además en esta función, la corteza interactúa con regiones subcorticales del
cerebro, con el cerebelo y con la médula espinal. Este complejo sistema de interacciones es
especialmente importante en los movimientos voluntarios.
El control que ejerce la corteza cerebral sobre los músculos esqueléticos depende
fundamentalmente de la médula espinal. En este centro nervioso están las neuronas que
inervan a los músculos esqueléticos (motoneuronas ) y sólo a través de ellas puede actuar la
corteza cerebral. Se ubican en las astas anteriores de la substancia gris de la médula espinal.
A esta organización se le ha llamado la vía final común porque solo por su intermedio pueden
actuar los distintos reguladores de la musculatura esquelética, incluyendo a la corteza.
La corteza ejerce su control a través de vías nerviosas que se inician ella pero cuya
caracterización, definición y clasificación ha sido compleja. Según su origen y ubicación y
trayectoria de los axones motores en la médula espinal, se han distinguido una vía piramidal y
una extrapiramidal.
La vía piramidal esta formada por axones que, en su trayectoria a la médula espinal (fibras
córtico-espinales) se unen a nivel del bulbo raquídeo constituyendo en ese punto las llamadas
pirámides. En estas estructuras, un 75% de las fibras de esta vía cruzan al lado opuesto
(decusación de las pirámides). Después del cruce, los axones descienden por la substancia
blanca de la médula formando un cordón nervioso, el tracto córtico-espinal lateral. Esta vía
cortico-espinal es la vía piramidal cruzada.
Un 25% de los axones no cruzan a ese nivel, constituyendo la vía piramidal directa, parte de
la cual desciende por la médula espinal formando parte de los tractos córtico-espinales
anteriores. El resto va por el tracto lateral. Sin embargo, ellos también cruzarán más debajo de
modo que toda la vía piramidal es cruzada.
A medida que los axones de la vía córtico-espinal descienden por la médula, la mayoría de
ellas hacen sinapsis con interneuronas que son las que inervan a las motoneuronas .
La vía extrapiramidal esta constituida por los axones que no forman parte de la vía piramidal y
que descienden desde el encéfalo a la médula espinal donde inervan a las motoneuronas .
Esta vía también es cruzada, pero en su trayectoria descendente sus axones emiten
colaterales que inervan a neuronas que se encuentran en diferentes núcleos y órganos como el
cerebelo, los ganglios basales, la formación reticular, el núcleo rojo, el tálamo. Dos vías
extrapiramidales importantes son:
Ganglios basales
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Índice
1Terminología
2Núcleos basales
3Núcleos de la base del Telencéfalo
4Conexiones del cuerpo estriado y el globo pálido
5Funciones de los núcleos de la base del telencéfalo
6Notas clínicas
7Referencias
8Fuente bibliográfica
9Enlaces externos
Terminología[editar]
El término ganglios basales o núcleos basales se aplica al conjunto de masas de sustancia
gris situado dentro de cada hemisferio cerebral, y estas son cuerpo estriado, amigdala
cerebral o núcleo amigdalino y el claustro. Estos desempeñan un papel importante en el control
de la postura y el movimiento voluntario. Técnicamente, el término a usar es núcleos basales,
ya que ganglios hace referencia a una reunión de cuerpos neuronales, pero no en el sistema
nervioso central sino en el periférico.23 Para describir los núcleos basales se utilizan una serie
de terminologías de uso habitual.
Núcleos basales[editar]
El núcleo es el cuerpo central de las células o conjuntos de neuronas, bien delimitados, que se
encuentran en el sistema nervioso central. Unos núcleos están formados por neuronas
sensitivas, otros por neuronas motoras, y todavía se puede considerar un tercer grupo, formado
por neuronas internunciales, es decir, núcleos que no son ni sensitivos, ni motores, sino que
tienen una significación moduladora; p. ej., la oliva bulbar y los núcleos del puente. En el
cuadro sinóptico adjunto aparecen reseñados los principales núcleos y centros nerviosos. 4
Estructura neurológica - Núcleos(núcleos) basales
Claustro - Claustro
La formación reticular está constituida por más de 100 pequeñas redes neuronales
que se esparcen por el tallo cerebral y médula de manera poco uniforme.
Por otra parte, se conecta de forma directa o indirecta con todos los niveles del
sistema nervioso. Su particular posición le permite participar en estas funciones tan
esenciales.
La médula espinal
En este punto las células no se encuentran en grupo, sino que están en el interior de
la médula espinal. Concretamente en la zona intermedia de la sustancia gris medular.
En esta área existen unos tractos llamados “reticuloespinales”, que están tanto en el
cordón anterior como en el cordón lateral.
El tronco encefálico
El hipotálamo
Parece existir un área de neuronas de la formación reticular llamada la zona incierta.
Ésta se encuentra entre el núcleo subtalámico y el tálamo, y posee numerosas
conexiones con los núcleos reticulares del tronco del encéfalo. (Latarjet & Ruiz Liard,
2012).
También llamados núcleos del rafe, se sitúan en la columna medial del tallo
encefálico. Es el lugar principal en el que se sintetiza la serotonina que tiene un papel
fundamental en la regulación del humor.
A su vez, se pueden dividir en el núcleo oscuro del rafe y el núcleo magno del rafe.
Están integrados a la formación reticular porque tienen una estructura muy peculiar.
Estos son los núcleos reticulares, lateral y paramediano a la altura del bulbo. Y el
núcleo reticular del tegmento póntico.
Funciones
La formación reticular posee una gran variedad de funciones básicas. Ya que, desde
un punto de vista filogenético, es una de las áreas más antiguas del cerebro. Modula
el nivel de conciencia, el sueño, el dolor, el control muscular, etc.
Esta función se lleva a cabo a través del sistema reticular de activación (SAR), que
también se conoce como sistema ascendente de excitación. Juega un importante
papel en la atención y en la motivación. En este sistema convergen pensamientos,
sensaciones internas e influencias externas.
Control postural
Por otro lado, esta estructura también controla el funcionamiento de los músculos
faciales que facilitan las expresiones emocionales. Así, podemos hacer los
movimientos correctos para expresar emociones como la risa o el llanto.
Por medio de la formación reticular se envían señales de dolor de la parte inferior del
cuerpo hasta la corteza cerebral.
Esto es importante porque nos permite paliar el dolor en ciertas situaciones. Por
ejemplo, durante una situación muy estresante o traumática (teoría de la
compuerta). Se ha visto que el dolor se suprime si se inyectan ciertos fármacos en
estas vías o se destruyen.
Habituación
Como la formación reticular está localizada en la parte de atrás del cerebro, parece
ser más vulnerable a cualquier lesión o daño. Normalmente cuando hay una
afectación de la formación reticular el paciente entra en coma. Si la lesión es bilateral
y masiva puede conllevar a la muerte.
Aunque también, la formación reticular se puede ver afectada por virus, tumores,
hernias, trastornos metabólicos, inflamación, intoxicaciones, etc.
Los síntomas más típicos cuando existen problemas en la formación reticular son
somnolencia, estupor, alteraciones en la respiración y en la frecuencia cardíaca.
Por ejemplo, el sistema activador reticular envía señales para activar o bloquear
distintas áreas de la corteza cerebral según considere que aparecen estímulos nuevos
o bien, estímulos familiares. Esto es importante para saber qué elementos debemos
atender y cuáles ignorar.
De esta manera, algunos modelos que intentan explicar el origen del trastorno por
déficit de atención e hiperactividad, afirman que este sistema podría estar
insuficientemente desarrollado en estos pacientes.
Por ello, hay autores que proponen la estimulación cerebral profunda del núcleo
pedunculopóntico de la formación reticular para tratar la enfermedad de Parkinson.
Por otra parte, la cataplejía o cataplexia, que son episodios repentinos de pérdida del
tono muscular cuando se está despierto, se vincula con alteraciones en células de la
formación reticular. Específicamente en las células del núcleo magnocelular, que
regulan la relajación muscular en el sueño REM.
CORTEZA MOTORA
La corteza motora comprende las áreas de la corteza cerebral responsables de los procesos de
planificación, control y ejecución de las funciones motoras voluntarias.
Perspectiva actual[editar]
Actualmente, y como se ha dicho, las áreas motoras corticales se suelen dividir en tres
regiones con dos papeles diferenciados:[cita requerida]
Estudios de neuroimagen[editar]
Los escáneres realizados mediante técnicas de imagen por resonancia magnética
funcional sobre personas realizando una tarea de lectura de palabras han mostrado que la
actividad de leer un verbo que hace referencia a una acción relacionada con la cara, el brazo o
la pierna, provoca un incremento en el flujo sanguíneo y en la actividad de la corteza motora. 4
Las áreas de la corteza motora que se activan, corresponden a las zonas de la corteza motora
que están asociadas con la actividad concreta a la que los verbos hacen referencia. Por
ejemplo, leer la palabra "lamer" puede incrementar el flujo sanguíneo en las zonas relacionadas
con los movimientos de la lengua y la boca. Además, durante la lectura de las palabras,
también se incrementa el flujo sanguíneo en las regiones premotoras, el área de Broca y
el área de Wernicke. Con base en esta información, se ha propuesto que la comprensión de
palabras depende de la activación de áreas cerebrales interconectadas que asimilan
información sobre una palabra concreta y sus acciones y sensaciones asociadas. 5
El sistema límbico es una de las redes de neuronas más interesantes e importantes a la hora de estudiar el
comportamiento humano, ya que es una de las partes del cerebro con un papel más relevante en la
aparición de los estados de ánimo.
Es por eso que a veces es llamado "el cerebro emocional". Pero... ¿qué es exactamente el sistema límbico
y cuáles son sus funciones?
El sistema límbico es un conjunto de estructuras del encéfalo con límites difusos que están especialmente
conectadas entre sí y cuya función tiene que ver con la aparición de los estados emocionales o con aquello
que puede entenderse por "instintos", si usamos este concepto en su sentido más amplio. El miedo,
la felicidad o la rabia, así como todos los estados emocionales llenos de matices, tienen su principal
base neurológica en esta red de neuronas.
Así pues, en el centro de la utilidad del sistema límbico están las emociones, aquello que vinculamos con
lo irracional. Sin embargo, las consecuencias de lo que ocurre en el sistema límbico afectan a muchos
procesos que, teóricamente, no tenemos por qué asociar con la cara emotiva del ser humano, como la
memorización y el aprendizaje.
El sistema límbico en el aprendizaje
Hace más de 200 años, un filósofo inglés llamado Jeremy Bentham, uno de los padres del utilitarismo,
propuso la idea de una manera de calcular la felicidad basándose en una clasificación de criterios para
diferenciar el dolor del placer. En teoría, a partir de este cálculo podríamos saber lo útil o poco útil de
cada situación, dependiendo de lo feliz que nos hiciera según esta fórmula.
Simplificando mucho, se puede decir que, de un modo similar al que proponía Bentham, el sistema
límbico es algo así como el juez que determina lo que merece ser aprendido y de qué modo ha de ser
memorizado dependiendo de las sensaciones placenteras o dolorosas que nos produce cada situación.
Es decir, que del sistema límbico depende el modo en el que se aprende el valor positivo o negativo de
cada una de las experiencias que se viven. Pero, además, el modo en el que el sistema límbico influya en
nuestra manera de aprender irá teniendo repercusiones en nuestra personalidad.
Algunos ejemplos
Por ejemplo, un ratón que ha pasado por el condicionamiento operante y ha llegado a asociar la acción de
mover una palanca con la aparición de comida en un cajón de su jaula, aprende que mover la palanca está
bien gracias a las sensaciones placenteras que le produce ver la comida y probarla, es decir,
fundamentándose en algo basado en la euforia de descubrir un trozo de queso cuando se tiene hambre y
en las sensaciones agradables que produce comerlo.
En los seres humanos, también se puede entender que aquellas situaciones en las que el placer queda
más sublimado de manera complejas, como lo que se siente al escuchar un buen recital de poesía, nos
enseña que volver a la asociación cultural en la que lo hemos escuchado resulta "útil". El sistema límbico
sigue siendo la parte del encéfalo responsable de esto.
Cabe recordar que el sistema límbico no es exactamente una región anatómicamente exacta del
encéfalo, sino que es más bien una red de neuronas distribuidas por el cerebro y que quedan mezcladas
entre muchas estructuras diferentes. Es decir, que el concepto de sistema límbico tiene más que ver con la
función que tienen estas zonas que con su naturaleza como parte concreta y bien delimitada del cerebro.
Sin embargo, sí se pueden señalar partes del encéfalo que tienen un papel de suma importancia dentro de
la red de interconexiones que es el sistema límbico y que, por tanto, sirven para hacernos una idea sobre
cuáles son las zonas por las que pasa este circuito. Las partes del sistema límbico son las siguientes:
Hipotálamo
Una de las zonas del diencéfalo más involucradas en la regulación de las emociones, por su conexión
con la glándula pituitaria y por lo tanto con el sistema endocrino y todas las partes del cuerpo en el que se
liberan todo tipo de hormonas.
Para leer más sobre esta parte del encéfalo puedes leer este artículo sobre el tálamo
Hipocampo
El hipocampo tiene una función muy importante en los procesos mentales relacionados con la
memoria, tanto en la memorización de experiencias e informaciones abstractas como en la recuperación
de recuerdos. Los hipocampos están localizados en la cara interior de los lóbulos temporales, muy cerca
del tálamo y las amígdalas.
El hipocampo está encuadrado dentro de lo que se conoce como corteza del lóbulo límbico, o
arquicorteza, que es una de las partes de la corteza cerebral más antiguas; es decir, que apareció muy
pronto en la línea de evolución que ha llevado a la aparición del ser humano.
Amígdala
Las amígdalas cerebrales están situadas al lado de cada hipocampo, y por lo tanto hay una en cada
uno de los hemisferios del cerebro. Su papel está relacionado con la respuesta emocional aprendida que
despiertan ciertas situaciones, y por lo tanto están involucradas con el aprendizaje emocional, por lo cual
tienen un rol en el sistema límbico.
Corteza orbitofrontal
En los límites del sistema límbico se encuentra la corteza orbitofrontal, que es la válvula de salida de las
órdenes "emocionales" hacia zonas del lóbulo frontal encargadas de la planificación y creación de
estrategias. Por tanto, tiene un importante papel a la hora de aplacar los "impulsos irracionales" que
llegan del sistema límbico y hacer pasar solo parte de estas señales, aquellas que servirán para definir
bien los objetivos de las acciones con metas a medio o largo plazo.
En la cultura popular existe la idea muy extendida de que el cerebro humano tiene una parte
emocional y otra racional. El cerebro emocional, que habríamos heredado de nuestros antepasados más
primitivos, sería aquél gracias al cual tenemos emociones, sentimientos e impulsos difíciles de reprimir,
mientras que el racional se encargaría del análisis más concienzudo y lógico de las situaciones que
vivimos o imaginamos.
Sin embargo, tal y como hemos visto, el sistema límbico está profundamente interconectada con otras
áreas del cerebro no directamente identificadas con aquello que conocemos como las emociones, por lo
cual la idea de que tenemos un cerebro emocional es, en buena parte, una manera excesivamente
imaginativa de entender esta red de conexiones.
Además, hay que tener en cuenta que si hablamos de un cerebro emocional es para contraponer este
concepto a la idea de un cerebro racional, que estaría representado por las zonas más superficiales del
lóbulo frontal y el parietal. Sin embargo, si en el caso del sistema límbico al menos sabemos que es un
conjunto de estructuras bastante antiguas en nuestra línea evolutiva, la idea de que hay en nosotros una
parte de nuestro cuerpo hecha para pensar racionalmente con cierta autonomía es directamente una
ilusión.
La racionalidad no es innata
Existen antepasados nuestros que vivían tan solo con un sistema límbico y sin capacidad para pensar
siguiendo las pautas de lo que entendemos como racionalidad, pero en la historia del ser humano el
pensamiento racional es más bien una excepción. No solo no pensamos racionalmente la mayor parte
del tiempo, sino que hasta hace unos pocos miles de años la racionalidad no existía y, de hecho, en
algunas culturas poco occidentalizadas los adultos tienden a no llegar a la cuarta etapa del desarrollo
cognitivo propuesta por Jean Piaget.
Es decir, que aquello que llamamos racionalidad es más un producto de la historia que el fruto de un
conjunto de estructuras cerebrales diseñadas para ello. El sistema límbico es, en todo caso una de las
regiones del cerebro que permiten la aparición del pensamiento racional, y no al revés
un sí a siguiente es una lista de los tipos de aprendizaje más comunes citados por la literatura
de pedagogía:
Enfoque pedagógico[editar]
=== Aprendizaje por golpes Define la manera de comportarse de un agente a un espacio dado
en un tiempo exacto. Puede verse como un mapeo entre los estados del ambiente que el
agente percibe y las acciones que toma, cuando se encuentra en esos estados. Corresponde a
lo que en psicología se conoce como reglas estímulo-respuesta o asociaciones. Este elemento
es central ya que por sí solo es suficiente para determinar el comportamiento. Se adquiere el
conocimiento a partir de la experiencia.
Función de reforzamiento[editar]
Define la meta en un problema de RL, al mapear cada percepción del agente (estado del
ambiente o par estado, acción) a un número (recompensa) que indica que tan deseable es ese
estado. El objetivo del agente es maximizar la recompensa recibida a largo plazo. De esta
forma, la función define qué eventos son buenos y malos para el agente, por lo que la función
es necesariamente inalterable por las acciones del agente. Debe, sin embargo, servir como
base para alterar la política, por ej., si una acción elegida por la política recibe una recompensa
muy baja, la política debe cambiarse para elegir una acción diferente en esa situación. Una
función de reforzamiento por lo general es estocástica. Es un fortalecimiento del ser humano
para poder comprender de la mejor manera cualquier lectura.
Función de evaluación[editar]
Mientras que la función de reforzamiento indica lo que es bueno en lo inmediato, la función de
evaluación lo hace a largo plazo. Puede verse como la cantidad total de recompensa que el
agente espera recibir en el tiempo, partiendo de un estado en particular. La recompensa
determina la bondad inmediata de un estado, el valor representa la bondad a largo plazo del
mismo, tomando en cuenta los estados a los que podría conducir. La mayoría de los algoritmos
RL operan estimando la función de valuación, aunque los algoritmos genéticos, la
programación genética, y el recocido simulado, pueden resolver problemas de RL sin
considerar valores, buscando directamente en el espacio de políticas.
Modelo del ambiente[editar]
Los modelos mimetizan el medio ambiente, dados un estado y una acción, el modelo debería
predecir el estado resultante y la recompensa próximos. Los modelos se utilizan para planear,
es decir, decidir sobre un curso de acción que involucra situaciones futuras, antes de que estas
se presenten. La incorporación de modelos y planificación en RL es un desarrollo reciente, RL
clásico puede verse como la anti-planificación. Ahora es claro que los métodos RL están
estrechamente relacionados a los métodos de programación dinámica. Así los algoritmos RL
pueden verse en un continuo entre las estrategias ensayo-error y la planificación deliberativa.
Aprendizaje por observación[editar]
Albert Bandura consideraba que podemos aprender por observación o imitación. Si todo el
aprendizaje fuera resultado de recompensas y castigos nuestra capacidad sería muy limitada.
El aprendizaje observacional sucede cuando el sujeto contempla la conducta de un modelo,
aunque se puede aprender una conducta sin llevarla a cabo. Son necesarios los siguientes
pasos:
Para aprender es necesario introducir una novedad que logre sacar del letargo a nuestro
cerebro. De esa manera, favorecemos no sólo la atención sino también la memoria. La
información nueva y llamativa se almacena en nuestro cerebro de manera más profunda. Según
un estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) la actividad cerebral registrada
durante una clase, es similar a la hallada viendo la televisión, es decir, prácticamente nula. Con
interminables charlas en las que se bombardea a los alumnos con información estamos
consiguiendo el efecto contrario al buscado.
Según el neuropsicólogo J.R. Gamo el cerebro necesita emocionarse para aprender. Cuando el
cerebro adquiere información novedosa lo procesa el hemisferio derecho del cerebro
(relacionado con la intuición, las imágenes y el pensamiento creativo).
Por tanto, el lenguaje, y la charla que un profesor puede dar a sus alumnos en clase, no juega
un papel importante en el aprendizaje. Justo al contrario, fomenta que los alumnos
desconecten y se distraigan con mayor facilidad.
Para comprender cómo aprende el cerebro, es importante conocer cómo siente, cómo procesa y
almacena información.
Recientemente, cada vez es más frecuente encontrar el prefijo “neuro-” asociado a distintas
ciencias. Esto ha generado la creación de nuevas disciplinas como el neuromarketing, la
neurotecnología, la neurolingüística y la neurodidáctica. Y es que la neurociencia cada vez tiene
un papel más relevante en la explicación de la realidad científica. Conocer el funcionamiento
cerebral ayuda a comprender mejor fenómenos como el que nos ocupa: cómo aprende el
cerebro.
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aprendizaje, y rehabilitar las principales habilidades cognitivas de los alumnos.
La neurodidáctica aúna los conocimientos y métodos de la neurociencia encaminados a
favorecer el proceso de aprendizaje para ayudarnos a enseñar y aprender de una manera más
eficaz. Desde CogniFit y con miras a favorecer la atención a distintas necesidades educativas se
ha creado la plataforma neuroeducativa para colegios y profesores. Se trata de una plataforma
de neuroeducación creada por especialistas en neuropsicología, que pretende ayudar a
educadores no especializados en psicopedagogía a evaluar los procesos de aprendizaje y
conseguir los mejores resultados en sus alumnos.
¿Cómo aprende el cerebro? Una buena idea a la hora de enseñar consiste en pasar de lo
lingüístico a lo visual. Sustituir el discurso teórico oral por una charla apoyada por imágenes,
mapas conceptuales, vídeos y demás material audiovisual estimula al alumno, y favorece su
participación en el aprendizaje.
Ante estímulos novedosos se activa toda la corteza cerebral. Se trata de una característica
fisiológica que sirve para afrontar cualquier tipo de estímulo independientemente de su
naturaleza. Esta peculiaridad juega a nuestro favor en el aprendizaje. Y es tan simple como
introducir cambios durante nuestro discurso como gestos, expresiones faciales, contacto ocular
o cambios en la entonación. Pero no hay nada que active más el cerebro que una imagen
nueva o un vídeo entretenido. Si logramos que se active toda la corteza estaremos favoreciendo
un pensamiento más integrado que poco tiene que ver con la memorización forzosa y está muy
relacionado con un aprendizaje eficaz y duradero.
Seguramente todos recordemos a ese profesor o profesora que nos marcó para bien o para
mal. Si atendemos a cómo aprende el cerebro según la neurociencia esto tiene una explicación
muy sencilla.
La parte más emocional está conectada con estructuras relacionadas con la supervivencia como
la amígdala. Por este motivo, la amígdala está destinada a consolidar un recuerdo de una
manera más eficaz. Es importante conseguir llegar a esta parte emocional para que la
información permanezca y el aprendizaje sea eficaz. Cómo aprende el cerebro: Por ejemplo,
contar historias es una manera magnífica de activar estructuras subcorticales y aprender mejor.
A este respecto el neurólogo mexicano Jaime Romano ha diseñado un modelo conocido como
neuropirámide. El modelo, cuenta con seis peldaños en los que se plantea qué sucede con la
información sensorial hasta que se convierte en aprendizaje. Descubrió que el procesamiento
de la información está muy ligado a procesos emocionales.
Según Romano: “Queremos mejorar la capacidad emocional y mental de los estudiantes, los procesos de
cálculo, de comprensión, y eso repercutirá en que aprenderán mejor las matemáticas, a leer y a entender
los textos, a fijar su atención”.
Marc Prensky, experto en educación, afirma que el sistema educativo actual es anacrónico y
debería ser reemplazado por otro acorde a la realidad actual. No es sensato contar con
tecnología del siglo XXI y seguir enseñando como desde hace 200 años.
Cómo aprende el cerebro: Para conectar con las emociones y utilizar un material que resulte
significativo para los alumnos es imprescindible hacer uso de las TICs. Tenemos que ser
conscientes de que estamos tratando con nativos digitales y por ende el formato digital es más
atractivo.
La actividad física favorece que los músculos segreguen una proteína que al llegar al cerebro
favorece la plasticidad neuronal. Esta plasticidad se traduce en un aumento del número de
conexiones neuronales y sinapsis.
Supone un error desapuntar a los alumnos de actividades deportivas, porque éstas favorecen el
aprendizaje y la memorización. Según el profesor de la Universidad de Barcelona David Bueno,
tan necesario es aprender a enseñar en las aulas como otorgarle peso al desarrollo y ocio personal.
En ocasiones pasamos por alto la importancia de una buena alimentación para el cerebro (el
cerebro necesita vitaminas), o un buen descanso en el aprendizaje. El descanso está
íntimamente relacionado con procesos implicados en el aprendizaje tan importantes como la
memoria, la atención y la motivación.
Los horarios académicos son por lo general matinales y generalmente no están sincronizados
con los ritmos biológicos de los alumnos. Esto se debe en parte a que las rutinas (televisión,
cena, videojuegos, irse a dormir tarde) no favorecen el descanso. Ver la televisión antes de
dormir implica una alta estimulación del sistema nervioso que dificulta el sueño. Ocurre de
manera similar con los videojuegos, el ordenador, el móvil y demás gadjets tecnológicos. La
cena muy cercana a la hora de dormir impide hacer una adecuada digestión que dificulta el
descanso. E irse a dormir tarde implica dormir menos horas y por lo tanto al madrugar el
cuerpo se resiente.
De esta manera, nos encontramos con alumnos que como zombies acuden sin ganas al colegio.
Podemos evitar que acudir a clase sea tan aversivo si instauramos una rutina al irse a dormir.
Hay que evitar una excesiva estimulación, dormir poco o comer antes de dormir.
Movimientos coreiformes; que aparecen primero como simples movimientos
involuntarios de las extremidades y contracciones del rostro (muecas faciales). Luego
la enfermedad afecta grupos musculares cada vez más grandes, hasta que el paciente
queda inmóvil y no puede hablar ni deglutir.
Aparición de demencia progresiva; con pérdida de la memoria y de la capacidad
intelectual. En esta enfermedad hay degeneración de las neuronas que secretan
GABA, sustancia P y ACh, de la vía inhibidora estriatonígrica. Esto hace que las
neuronas de la sustancia negra se que secretan dopa se vuelvan hiperactivas, de
modo que la vía nigroestriada inhibe al núcleo caudado y putamen, lo que produce la
serie de movimientos anormales que se observan en esta tipo de padecimiento.
Corea de Sydenham
Hemibalísmo
puede ser un efecto colateral de los agentes antipsicóticos (como las fenotiazinas). Los
análogos de la meperidina (utilizados por los adictos a las drogas) y la intoxicación por
monóxido de carbono y magnesio también pueden producir síntomas de
parkinsonismo.
puede aparecer en pacientes hipertensos ancianos.