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Escuela:
“Universidad Mexiquense Aragón”.
Materia:
“Psicología y Tanatología”.
Carrera:
“Criminalística”.
Grupo:
“Criminalística 2022”.
El Encéfalo: Es la parte del sistema nervioso central de los vertebrados ubicada dentro del
cráneo. Es el centro de control de: el movimiento, el sueño, el hambre, la sed y de casi todas las
actividades vitales necesarias para la supervivencia.
Todas las emociones humanas, como el amor, el odio, el miedo, la ira, la alegría y la tristeza,
están controladas por el encéfalo. También se encarga de recibir e interpretar las innumerables
señales que le llegan desde el organismo y el exterior.
El prosencéfalo da origen a:
Las dos vesículas ópticas que se separan del prosencéfalo y se transforma en las 2 retinas (la
retina es la porción posterior y sensible a la luz del ojo). Por lo tanto, la retina pertenece al
sistema nervioso central.
Las vesículas telencefálicas que tras su desarrollo completo originan los hemisferios cerebrales.
El diencéfalo que es una estructura única que a su vez se diferencia en varias regiones
cerebrales como el tálamo y el hipotálamo.
Telencéfalo: Es la estructura cerebral situada por delante y sobre el diencéfalo. Representa el
nivel más alto de integración somática y vegetativa.
El telencéfalo incluye:
Los núcleos de la base poseen múltiples conexiones con diferentes partes del sistema nervioso, y
por medio de estas conexiones puede controlar y ejercer su influencia en una amplia gama de
actividades. El cuerpo estriado recibe información de la mayor parte de la corteza cerebral,
tálamo, subtálamo y tronco encefálico incluida la sustancia negra. La información es integrada
Cerebelo: El cerebelo es una región del encéfalo cuya función principal es de integrar las vías
sensitivas y las vías motoras. Existe una gran cantidad de haces nerviosos que lo conectan con
otras estructuras encefálicas y con la médula espinal. El cerebelo integra toda la información
recibida para precisar y controlar las órdenes que la corteza cerebral envía al aparato
locomotor a través de las vías motoras. Es el regulador del temblor fisiológico.
Sistema Nervioso Periférico: El sistema nervioso periférico es, junto con el sistema nervioso
central (formado por el encéfalo y la médula espinal), una de las dos divisiones del sistema
nervioso. El sistema nervioso periférico está formado por los nervios y ganglios nerviosos que se
extienden fuera del sistema nervioso central.1 Su función principal es conectar el sistema
nervioso central con los miembros y órganos. Carece de revestimiento óseo protector lo que lo
diferencia del sistema nervioso central que está envuelto por el cráneo y la columna vertebral.
En la especie humana está compuesto por 12 pares de nervios craneales y 31 pares de nervios
espinales, dando así un total de 43 pares de nervios. Cada uno de los nervios sigue un trayecto
definido e inerva un sector específico del cuerpo. La división entre sistema nervioso central y
sistema nervioso periférico es anatómica o estructural. Desde el punto de vista funcional el
sistema nervioso periférico puede dividirse en sistema nervioso somático que se controla de
forma voluntaria y sistema nervioso autónomo que funciona de forma involuntaria o
automática.
La función del sistema nervioso periférico es doble. Por una parte, transporta los estímulos que
recibe el organismo, tanto externos como internos, hasta el sistema nervioso central para ser
procesados. Por otra parte, traslada las órdenes generadas por el sistema nervioso central
hasta los órganos y músculos de todo el cuerpo para que realicen las diferentes funciones. Si no
existiera el sistema nervioso periférico los músculos no podrían ser gobernados por el cerebro
por lo que el movimiento voluntario sería imposible, pues las órdenes cerebrales no alcanzarían
su destino.
Sistema Nervioso Somático: Al contrario del Sistema Nervioso Autónomo que tiene funciones
involuntarias, el Sistema Nervioso Somático es una parte del Sistema Nervioso Periférico que se
encarga tanto de transmitir la información sensitiva como a los músculos. Además, es el que
controla tanto a los nervios con fines motores y los que tienen funciones sensitivas, de una
forma voluntaria.
Para que el SNS pueda ejercer sus funciones es necesario que cuente con unos receptores
destinados a la sensibilidad, para que posteriormente esa señal sea enviada a los centros
superiores (cerebro) y se emita la orden adecuada de acuerdo con el tipo de estímulo ejercido, y
la musculatura de la zona estimulada realice la respuesta.
Sistema Nervioso Autónomo: El sistema nervioso autónomo (SNA), también llamado sistema
nervioso visceral, vegetativo o involuntario) regula las funciones autónomas que ocurren sin el
El sistema nervioso autónomo controla los procesos corporales internos como los siguientes:
Presión arterial, Frecuencia cardíaca y frecuencia respiratoria, Temperatura corporal, Digestión,
Metabolismo (afectando así al peso corporal), El balance de agua y electrolitos (como sodio y
calcio), La producción de líquidos corporales (saliva, sudor y lágrimas), Micción, Defecación y
Respuesta sexual.
Muchos órganos están principalmente controlados por el sistema simpático o por el
parasimpático. En algunos casos, los dos sistemas tienen efectos contrarios sobre el mismo
órgano. Por ejemplo, el sistema simpático aumenta la presión arterial y el sistema
parasimpático la disminuye. En general, ambos sistemas trabajan conjuntamente para asegurar
que el organismo responde de forma apropiada a diferentes situaciones.
Sistema Nervioso Entérico: El sistema nervioso entérico (SNE) es una subdivisión del sistema
nervioso autónomo. Se encarga de controlar directamente el aparato digestivo y de advertir
sobre el hambre y la saciedad. Se encuentra en los tejidos que revisten al esófago, estómago,
intestino delgado y colon.
El SNE se encarga de funciones autónomas, como la coordinación de reflejos, los movimientos
peristálticos, la regulación de la secreción, muy importante en la secreción biliar y pancreática,
las contracciones peristálticas y las masivas (en vómitos y diarreas), es sensible a las hormonas.
Sustancia Gris y Blanca: El tejido llamado “materia gris” presente en el cerebro y en la médula
espinal es también conocido como sustancia grisácea y está compuesto por cuerpos celulares.
La “materia blanca” o sustancia alba está compuesta por fibras nerviosas.
La sustancia gris (o materia gris) corresponde a aquellas zonas del sistema nervioso central de
color grisáceo integradas principalmente por somas neuronales y axones carentes de mielina
junto con células gliales (neuroglia). En la médula espinal se aprecia en su centro y hacia los
“Neuronas y Sinapsis”
Neuroglias: Las células gliales o neuroglias son células del tejido nervioso, donde actúan en
funciones auxiliares, complementando a las neuronas, que son las principales responsables de
la función nerviosa. Las células constituyen una matriz interneural en la que hay una gran
variedad de células estrelladas y fusiformes, que se diferencian de las neuronas principalmente
por no formar contactos sinápticos. Sus membranas contienen canales iónicos y receptores
capaces de percibir cambios ambientales. Las señales activadas dan lugar a la liberación de
transmisores aunque carecen de las propiedades para producir potenciales de acción.
Las células gliales desempeñan, de forma principal, la función de soporte de las neuronas;
además intervienen activamente en el procesamiento cerebral de la biente celular en lo que
respecta a la composición iónica, los niveles de neurotransmisores y el suministro de citoquinas
y otros factores de crecimiento.
Neuronas: Es una célula componente principal del sistema nervioso, cuya principal función es
recibir, procesar y transmitir información a través de señales químicas y eléctricas gracias a la
excitabilidad eléctrica de su membrana plasmática. Están especializadas en la recepción de
estímulos y conducción del impulso nervioso (en forma de potencial de acción) entre ellas
mediante conexiones llamadas sinapsis, o con otros tipos de células como, por ejemplo, las
fibras musculares de la placa motora. Altamente diferenciadas, la mayoría de las neuronas no
se dividen una vez alcanzada su madurez; no obstante, una minoría sí lo hace.
Las neuronas tienen la capacidad de comunicarse con precisión, rapidez y a larga distancia con
otras células, ya sean nerviosas, musculares o glandulares. A través de las neuronas se
transmiten señales eléctricas denominadas impulsos nerviosos. Estos impulsos nerviosos viajan
por toda la neurona comenzando por las dendritas hasta llegar a los botones terminales, que se
pueden conectar con otra neurona, fibras musculares o glándulas. La conexión entre una
neurona y otra se denomina sinapsis.
Las neuronas conforman e interconectan los tres componentes del sistema nervioso: sensitivo,
motor e integrador o mixto; de esta manera, un estímulo que es captado en alguna región
sensorial entrega cierta información que es conducida a través de las neuronas y es analizada
por el componente integrador, el cual puede elaborar una respuesta, cuya señal es conducida a
través de las neuronas. Dicha respuesta es ejecutada mediante una acción motora, como la
contracción muscular o secreción glandular.
Según la forma.
Según la forma, las neuronas se pueden clasificar en:
Poliédricas: como las motoneuronas de la asta anterior de la médula.
Fusiformes: las que se encuentran en el doble ramillete de la corteza cerebral.
Estrelladas: como las neuronas aracniformes y estrelladas de la corteza cerebral y las
estrelladas, en cesta y Golgi del cerebelo.
Esféricas: en ganglios espinales, simpáticos y parasimpáticos.
Piramidales: presentes en la corteza cerebral.
Según la polaridad.
Según el número y anatomía de sus prolongaciones, las neuronas se clasifican en:3
Unipolares: son aquellas desde las que nace solo una prolongación que se bifurca y se comporta
funcionalmente como un axón salvo en sus extremos ramificados en que la rama periférica
reciben señales y funcionan como dendritas y transmiten el impulso sin que este pase por el
soma neuronal. Son típicas de los ganglios de invertebrados y de la retina.
Bipolares: poseen un cuerpo celular alargado y de un extremo parte una dendrita y del otro el
axón (solamente puede haber uno por neurona). El núcleo de este tipo de neurona se encuentra
ubicado en el centro de ésta, por lo que puede enviar señales hacia ambos polos de la misma.
Ejemplos de estas neuronas se hallan en las células bipolares de la retina (conos y bastones), del
ganglio coclear y vestibular, estos ganglios son especializados de la recepción de las ondas
auditivas y del equilibrio.
Multipolares: tienen una gran cantidad de dendritas que nacen del cuerpo celular. Ese tipo de
células son la clásica neurona con prolongaciones pequeñas (dendritas) y una prolongación
larga o axón. Representan la mayoría de las neuronas. Dentro de las multipolares, distinguimos
entre las que son de tipo Golgi I, de axón largo, y las de tipo Golgi II, de axón corto. Las
neuronas de proyección son del primer tipo, y las neuronas locales o interneuronas del segundo.
Pseudounipolares (monopolar): son aquellas en las cuales el cuerpo celular tiene una sola
dendrita o neurita, que se divide a corta distancia del cuerpo celular en dos ramas, motivo por
Los receptores del lado opuesto de la hendidura, se unen a los neurotransmisores y fuerzan la apertura
de los canales iónicos de la membrana postsináptica, haciendo que los iones fluyan hacia o desde el
interior, cambiando el potencial de membrana local.
La suma de los impulsos excitatorios e inhibitorios que llegan por todas las sinapsis que se relacionan con
cada neurona (1000 a 200 000) determina si se produce o no la descarga del potencial de acción por el
axón de esa neurona.
Neurotransmisores:
Los neurotransmisores son biomoléculas que cumplen con los siguientes tres criterios básicos:
La sustancia debe estar presente en el interior de las neuronas. Una sustancia química no puede ser
secretada desde una neurona presináptica a menos que esté presente allí.
Las enzimas que permiten la síntesis de la sustancia deben estar presentes en las neuronas del área
donde dicho neurotransmisor se encuentra. Dado que se necesitan vías bioquímicas complejas para
producir neurotransmisores, la demostración de que las enzimas y los precursores necesarios para
Un neurotransmisor, al ser liberado, solo se comunica (mediante sinapsis) con una neurona inmediata;
en cambio, una hormona es capaz de comunicarse con otra célula alejada de ella, sirviéndose para ello
del torrente sanguíneo. Si bien algunos neurotransmisores suelen actuar como hormonas, a estos se los
denomina neurohormonas.
En sentido estricto, según la definición de hormona de Roger Guillemin, un neurotransmisor sería una
hormona (de secreción paracrina) liberada por las neuronas. Aunque debido a sus características
específicas, el neurotransmisor a menudo es considerado una forma de comunicación celular distinto de
las hormonas, la distinción entre uno y otro es difusa:
Una hormona es cualquier sustancia que liberada por una célula actúe sobre otra célula, tanto cercana
como lejana, e independientemente de la singularidad o ubicuidad de su origen y sin tener en cuenta la
vía utilizada para su transporte, sea circulación sanguínea, flujo axoplasmático o espacio intersticial.
Los neurotransmisores son mensajeros químicos del cerebro que pueden enviar señales excitatorias o
inhibitorias para que las neuronas generen o no un impulso eléctrico. Se trata de moléculas que se
producen, almacenan y liberan en y desde las neuronas hacia la sinapsis. Su liberación se produce como
respuesta a un estímulo y luego actúan sobre otra neurona postsináptica, o sobre un órgano bajo su
mando y/o control como el músculo, es decir, sobre células que tienen capacidad de recibir y traducir
información.
Neurotransmisores como la dopamina y la serotonina se han vuelto muy populares en los últimos años.
La dopamina, en concreto, ha sido mencionada con frecuencia en titulares de revistas noticiosas o de
divulgación por su rol en nuestra notoria adherencia a las redes sociales, pero, aunque es verdad que la
dopamina tiene un papel muy importante en la motivación y en la búsqueda de placer, tiene otras
funciones, como la atención, el aprendizaje o el movimiento. Por ejemplo, los pacientes que sufren
Parkinson tienen problemas de rigidez y lentitud de movimientos, debido a una disminución en los
niveles de dopamina. Esto se debe a que la zona del cerebro que regula la función motora depende de la
dopamina y se ha establecido que hay una disminución del número de sus neuronas. Por ello, uno de los
medicamentos que se le receta a los pacientes con esta enfermedad es la levodopa, que resulta ser un
precursor de la dopamina y eso hace que mejoren los síntomas motores.