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1 Encuentro
“Las Metáforas del
Viaje y sus
Imágenes.
La Literatura de
Viajeros como
Problema”
Agosto 22, 23 y 24 de 2002 Rosario, Argentina
ISBN 950-673-327-9
0
Presentación
Las investigaciones sobre viajes y viajeros se han realizado haciendo especial énfasis,
por un lado en la literatura de viaje y exploraciones de europeos sobre espacios vírgenes o
escasamente transitados del mundo fundamentalmente desde el siglo XV en adelante y en
segundo lugar atendiendo a la producción de relatos de viaje como insumo para estudios más
amplios relativos a la Historia, la Geografía, la Literatura, la Cartografía, el Medio Ambiente.
Pero es durante los últimos años que la producción organizada desde las ciencias sociales y
las humanidades se ha concentrado en un análisis más complejo y transdisciplinar sobre los
escritos de viajeros y en esta tarea se ha accedido a una acumulación de conocimiento que
permite observar estos objetos de estudio desde una perspectiva que hace hincapié en cómo se
construye el relato como entidad cultural, pero fundamentalmente en los mecanismos desde
los cuales ese relato concibe al espacio, legitima el tiempo y organiza la imagen del otro, de lo
otro en una dialéctica constante, producto fundamentalmente del proceso especular y pendular
de lo narrado, la narración y el narrador. En este sentido numerosas son las líneas de análisis
que han aproximado a la problemática del viaje y de los viajeros. Tal renovación temática y
metodológica ha puesto en diálogo a distintas disciplinas permitiendo que los bordes
curriculares casi se borraran en pos de una producción de conocimiento basada en la
renovación de las miradas en torno de esos objetos de estudio. Es así entonces que nos ha
parecido pertinente intentar que ese diálogo establecido en otras instancias más generales de
discusión tanto nacionales como extranjeras, pudiera trasladarse en un primer encuentro
nacional alrededor de este más que interesante tema de estudio y trabajo. Las sesiones de
trabajo, centradas en el tratamiento de la problemática del viaje y los relatos de viajeros, se
encuentran diseñadas tanto para un abordaje disciplinar como transdisciplinar que involucre a
investigadores formados y en formación en diferentes áreas curriculares como la Historia, la
Filosofía, la Literatura, la Geografía, la Antropología, el Medio Ambiente, los estudios de
Género, etc., así como grupos de investigación centrados en esta temática.
1
Tabla de contenido
PRESENTACIÓN ........................................................................................................... 1
INFORMACIÓN ............................................................................................................ 7
AUTORIDADES .......................................................................................................................... 7
COMITÉ ORGANIZADOR DEL 1° ENCUENTRO ........................................................................... 7
COLABORADORES ..................................................................................................................... 7
AUSPICIOS ................................................................................................................................. 7
AGRADECIMIENTOS .................................................................................................................. 7
GRUPO DE ESTUDIO E INVESTIGACIÓN ...................................................................................... 7
ESCUELA DE FILOSOFÍA ............................................................................................................ 8
ESCUELA DE HISTORIA ............................................................................................................. 8
CONFERENCIAS ........................................................................................................ 10
NÁUFRAGOS, DESTERRADOS Y DESERTORES EUROPEOS EN LAS COSTAS DEL BRASIL Y RÍO DE
LA PLATA: APUNTES SOBRE REBELDÍA Y UTOPÍA POPULAR EN LA AMÉRICA DEL SIGLO XVI .......... 11
Luigi Avonto Universidad de la República, Montevideo, Uruguay .............................................. 11
NUEVAS EXPEDICIONES, ITINERARIOS, MIGRACIONES, EXCURSIONES, TURISMO ................... 30
Dr. Nicolás Rosa .............................................................................................................................. 30
Director de la Escuela de Graduados de la Facultad de Humanidades y Artes de la UNR ............ 30
2
Gabriela Dalla-Corte Caballero Universidad de Barcelona...................................................... 116
LA CONFIGURACIÓN DEL "OUTRO" BRASIL: ESPACIOS Y HOMBRES DE LA PROVINCIA DE
GOIÁS EN LOS RELATOS DE LOS VIAJEROS ...................................................................................... 117
Ledonias Franco García Universidad Federal de Goiás (Brasil) .............................................. 117
UN VIAJE AL INTERIOR DE LA FRONTERA: GUILLERMO COX EN EL NORTE DE LA PATAGONIA,
1862-1863 ....................................................................................................................................... 118
Pedro Navarro Floria UNCo - CONICET .................................................................................. 118
Gabriela Nacach UBA ................................................................................................................ 118
CIVILIZACIÓN, BARBARIE Y FRONTERA. EL VIAJE A LOS INDIOS Y EL DESCUBRIMIENTO DEL
PROGRESO EN LUCIO V. MANSILLA (1869) Y ESTANISLAO ZEBALLOS (1881) ............................... 134
Rogelio C. Paredes UBA - UNLu................................................................................................ 134
TOPOGRAFÍAS PENDIENTES. LOS RELATOS DE VIAJE HACIA LA PATAGONIA EN LA SEGUNDA
MITAD DEL SIGLO XIX. ................................................................................................................... 149
Claudia Torre UBA ..................................................................................................................... 149
3
VIAJE AL INFIERNO: ALBERTO GHIRALDO EN EL PENAL DE SIERRA CHICA ......................... 284
Gabriela Mogillansky UBA......................................................................................................... 284
MADRID EN CLAVE DE FIESTA (1898-1901): LA PARADOJA DE LOS CONTRASTES ................ 292
Andrea Pasquaré UN del Sur - Universidad Complutense de Madrid ....................................... 292
DE LA EXPERIENCIA VIVIDA A LA EDICIÓN: TEXTOS E IMÁGENES EN LA PRIMERA EDICIÓN DE
VIAJES POR LA AMÉRICA MERIDIONAL DE FÉLIX DE AZARA ......................................................... 312
Marta Penhos UBA ..................................................................................................................... 312
EL RELATO DE VIAJES EN LA NOVELA SEMANAL: EL BUENOS AIRES DE GÓMEZ CARRILLO
........................................................................................................................................................ 329
Margarita Pierini UN de Quilmes .............................................................................................. 329
EMERIC ESSEX VIDAL: REPRESENTACIÓN PLÁSTICA Y LITERATURA .................................. 341
María Inés Rodríguez Museo Roca - Museo Histórico Nacional ............................................... 341
Manuel Ruffo Museo Roca - Museo Histórico Nacional ............................................................ 341
"EL VIAJE" ENTRE LA HISTORIA Y LA HISTORIETA: JORNADA GEOGRÁFICA, CONCIENCIA
SOCIAL E IDENTIDAD ....................................................................................................................... 351
Tzvi Tal Universidad de Tel Aviv - Colegio Académico Sapir .................................................... 351
IMÁGENES PARA UNA NUEVA GALES: EL PAISAJE EN LAS CRÓNICAS DE LOS GALESES EN LA
PATAGONIA ..................................................................................................................................... 365
Fernando Williams UBA ............................................................................................................. 365
4
Ileana Mariela Sansoni UNMdP................................................................................................ 536
5
EL BARRO Y LA PIEDRA: VIAJEROS EN LA CONFEDERACIÓN ARGENTINA (1852-1862) ....... 678
Alicia Megías UNR - CIUNR ...................................................................................................... 678
LA PUERTA CONDENADA: FORMULACIONES DEL ESPACIO DEL CUARTO DE HOTEL EN LA
NARRATIVA ARGENTINA ................................................................................................................. 679
Paola Piacenza UNR .................................................................................................................. 679
LOS LABERINTOS DE LA CIUDAD, VISITA GUIADA PARA RECORRER DISTINTAS
INTERPRETACIONES DE LA CIUDAD ................................................................................................. 690
Rosario Rogel Salazar Universidad Autónoma del Estado de México ....................................... 690
JUAN ALVAREZ, VIAJERO. ENTRE EL VIAJERO "UTILITARIO" Y EL TURISTA......................... 714
Oscar Videla UNR - CONICET .................................................................................................. 714
6
Información
Autoridades
Rector de la Universidad Nacional de Rosario Cont. Ricardo Suárez
Colaboradores
Prof. Gustavo Alvarez, Mauricio Correa, Gabriela Contreras, Julieta López, Romina
Rosso Ponce, Georgina Orué, Laura Luciani, Juan Cruz Tolarovic
Auspicios
Escuela de Antropología, Facultad de Humanidades y Artes, UNR - Escuela de
Graduados, Facultad de Humanidades y Artes, UNR - Escuela de Letras, Facultad de
Humanidades y Artes, UNR - Revista THEOMAI, Universidad Nacional de Quilmes -
Revista Prohistoria - Escuela Superior de Museología, Secretaría de Cultura, Municipalidad
de Rosario - Dirección de Educación, Municipalidad de Rosario
Agradecimientos
Gustavo Alvarez, Esther Palmucci, Lucía Lagos, Sofía Lagos, Walter Wingerter
7
fortaleciendo en función de las actividades académicas desarrolladas a partir del mismo.
Quienes formamos parte de este grupo: docentes, graduados y estudiantes asumimos no sólo
la tarea formalmente académica del debate sobre las líneas de tratamiento de la problemática
sino la producción de conocimiento sobre el tema, y además la dimensión de pensar que el
viaje en sus diferentes formas se encuentra siempre alimentado por el deseo de saber. En tal
sentido nuestro grupo de estudio procura que el espacio generado desde la investigación se
configure como un espejo donde mirar nuestra propia experiencia profesional, a través de un
ejercicio transdisciplinario donde la producción de los viajeros no aparezca previamente
modelada por la práctica disciplinar de la historia, la filosofía o la literatura; convencidos de
que el conocimiento, (aún el científico) es un "modelo abierto" que transforma/modifica si
llega a sintetizar nuevos puntos de vistas totalizados e integrados. Además conscientes de que
la experiencia de diálogo y extensión es imprescindible para que los objetivos propuestos
puedan desplegarse y formalizarse, hemos tendido a favorecer espacios de encuentro e
intercambio entre diferentes colegas que directa o indirectamente, individual o
colectivamente, se encuentren interesados en debatir alrededor de la problemática del viaje y
sus diferentes alcances teórico-metodológicos.
Escuela de Filosofía
La filosofía es un estado de interrogación permanente e inevitable. Transcurre en la
construcción de una compleja trama de problemas y tensiones, cuyo abordaje y solución
requiere la búsqueda de criterios y de condiciones que posibiliten una indagación histórica de
la verdad, y no el hallazgo de una verdad permanente y fija. Por ésto, la Escuela de Filosofía
de Humanidades y Artes (U.N.R.), tiene como finalidad formar graduados universitarios en
Filosofía con un profundo conocimiento de las problematizaciones, peculiaridades y
multiplicidades que su objeto propone. En esta tarea, docentes, estudiantes y graduados de la
institución, intervienen activamente tanto en la discusión con otros saberes, como en las
prácticas sociales que constituyen a la Filosofía como tal. El Primer Encuentro sobre "Las
Metáforas del Viaje y sus Imágenes. La literatura de Viajeros como Problema" nos posibilita
compartir un espacio de diálogo y compromiso. Es nuestro anhelo entonces, participar y
fortalecer los vínculos con todos aquellos, que desde una reflexión comprometida con el
acontecer histórico, posibiliten la producción conjunta de nuevas perspectivas de
visualización y valoración de las prácticas humanas.
Escuela de Historia
La Escuela de Historia de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad
Nacional de Rosario tiene una extensa tradición de formación de investigadores y docentes en
todos los niveles del campo disciplinar desde sus orígenes en la por entonces Universidad
Nacional del Litoral. Esta trayectoria, centrada historiográficamente en el campo de la
Historia Social ha permitido la continuidad en la formación de graduados y estudiantes
universitarios, quienes desde esta perspectiva han podido enfocar temas muy presentes en el
debate público de estas últimas décadas. En tal sentido la línea de trabajo de la Escuela de
Historia, en especial desde la recuperación democrática de 1983, ha sido la de ampliar el
mapa del conocimiento histórico y legitimar nuevas áreas para la investigación, priorizando el
8
análisis del cambio social y la visión crítica de los procesos históricos. Institucionalmente la
Escuela de Historia ha mantenido un compromiso de trabajo y formación de recursos
humanos que le ha permitido mantener una presencia indiscutida en el plano de la docencia, la
investigación, la extensión y la política académica dentro de la Facultad de Humanidades y
Artes y la Universidad en general; incorporando y participando en diferentes instancias de
formación superior y órganos nacionales de investigación.
9
“Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. La Literatura de Viajeros como Problema”
Conferencias
10
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
Sabido es que los primeros treinta años de la historia del Brasil, luego de que Pedro
Alvares Cabral avistara tierra brasileña en las inmediaciones de Porto Seguro el 22 de abril de
1500, aún quedan envueltos en la vaguedad de ocurrencias nebulosas que la historiografía
oficial poco ha hecho para esclarecer. Por cierto la investigación sobre el Brasil de las
primeras décadas del siglo XVI se ha visto limitada por la escasez de documentos oficiales, lo
cual ha hecho que en la mayor parte de las obras dedicadas a la historia de ese país el período
que va de 1500 a 1530 se reduzca, en general, a pocos párrafos escuetos y a menudo
imprecisos. Peor aún, en el intento de remediar semejante parquedad de las fuentes oficiales,
se ha acudido, en algunos casos, a la construcción de ciertos mitos historiográficos que sólo
han logrado entorpecer el avance de los estudios históricos. Basta pensar, a este respecto, que
durante mucho tiempo la carencia de investigaciones esmeradas sobre los eventos que
siguieron al descubrimiento de Cabral en el correr de los primeros treinta años del siglo XVI,
hizo surgir en muchos estudiosos el mito de una historia del Brasil que sólo empezaba con la
llegada de la "misión colonizadora" de Martim Afonso de Sousa en 1531: opinión errónea,
por cierto, ya que está hoy comprobado que este notable navegante portugués no partió de
Lisboa con el objetivo prioritario o exclusivo de fundar ciudades o dar inicio a una verdadera
y sistemática colonización del Brasil, sino, sobre todo, con el de reafirmar la soberanía
lusitana contra la amenaza de los traficantes franceses a lo largo de la llamada "costa do pau-
brasil" y de explorar el Río de la Plata 1, en ese entonces considerado como la puerta de
entrada hacia las fabulosas riquezas de la Sierra de la Plata (o sea, del Imperio Inca), en cuya
búsqueda alucinada se habían consumido los expedicionarios españoles de Sebastián Caboto,
veneciano al servicio de España, entre 1527 y 1530 2.
A pesar de la escasez de documentos oficiales sobre los primeros treinta años del Brasil,
no faltan, sin embargo, referencias dispersas en varios archivos europeos, cartas y relatos de
viajeros y diarios de a bordo de navegantes de la época de los grandes descubrimientos
geográficos, que permiten reconstruir con suficiente aproximación lo ocurrido en las primeras
tres décadas de la historia brasileña, comúnmente definidas como "las décadas perdidas" 3.
Pues bien, el estudio de semejante documentación, unido al análisis de las fuentes oficiales
que han logrado escapar la acción destructora de los siglos, no sólo permite conocer lo
esencial del desarrollo de la actividad exploradora de portugueses y españoles a lo largo de las
costas brasileñas y del Río de la Plata, sino también tomar contacto, sorprendentemente, con
algunos europeos asentados entre las tribus indígenas del Brasil, cuya presencia en puntos
1
Cfr. E. BUENO, Náufragos, traficantes e degredados.As primeiras expedições ao Brasil. Río de Janeiro,
Objetiva, 1998, p. 9; M. NEME, Notas de revisão para a história de São Paulo. São Paulo, Anhembi, 1959.
2
Cfr. L. AVONTO, La Sierra de la Plata y otros ensayos. Montevideo, El Galeón, 1993, pp. 129-187.
3
Cfr. E. BUENO, ob. cit., p. 8.
11
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
estratégicos del litoral atlántico sería decisiva para la sucesiva y auténtica colonización del
país. Basta pensar, entre los ejemplos más significativos para aclarar este punto, en algunos
casos solamente, empezando por el núcleo poblacional constituido entre San Vicente y
Cananea a partir de 1501-1502 por un blanco indianizado como el célebre "Bachiller de la
Cananea", del cual me he ocupado en un reciente trabajo 4 en donde he evidenciado las
relaciones de este misterioso portugués con expediciones españolas y lusitanas hasta la
llegada de Martim Afonso de Sousa a Cananea en 1531.
Otro grupo precozmente asentado en la costa brasileña fue el paulista que se centró
alrededor del portugués João Ramalho a partir de los primeros años del Quinientos y que
parece haberse especializado tanto en el rescate de indios cautivos para vender a las naves
europeas de paso en esos parajes, que el ancladero de los navíos con que Ramalho y su gente
traficaban pasó a ser conocido con el significativo nombre de "Porto dos Escravos".
En el mismo año, el jesuita Nóbrega, horrorizado con Ramalho, cuya vida consideraba
una piedra de escándalo, añadía:
“[...] es el principal estorbo para la gentilidad que tenemos, por ser muy conocido y
estar muy emparentado con los indios. Tiene muchas mujeres. El y sus hijos andan
con hermanas y tienen hijos de ellas, tanto el padre como los hijos. Van a la guerra
como los indios y sus fiestas son de indios y así viven andando desnudos como los
mismos indios. Hemos probado todo y nada sirve, hasta que desistimos” 6.
Los jesuitas usaron todas las artimañas a su alcance, primero para atraer a Ramalho y su
gente a su lado, después para que se fuera; hasta tal punto era indiscutible su posición de
mando sobre los indígenas y nula la expectativa de que tuviera una actitud de sumisión
delante de los padres. Estos, sin embargo, no podían prescindir de él frente a la amenaza que
representaban los indios tamoyos, confederados contra el núcleo tupinambá de São Paulo y
últimamente instigados por los franceses que se habían establecido en la bahía de Guanabara.
Sólo con el apoyo de Ramalho y sus aliados indios, los jesuitas pudieron finalmente enfrentar
4
Cfr. L. AVONTO, El Bachiller de la Cananea: un misterioso “rey blanco” en los albores del Brasil, en
"Cuadernos de Ultramar". Año 0. Entrega preliminar. Montevideo, 1999, pp. 11-35.
5
Carta de Tomé de Souza al rey de Portugal, 1° de junio de 1553, en J. CORTESÃO (coord.), Pauliceae
lusitana monumenta historica. Lisboa-Río de Janeiro, Real Gabinete de Leitura do Rio de Janeiro, 1956, I, p.
271.
6
Carta al P. Luis Gonçalves da Câmara, 15 de junio de 1553, en M. da NOBREGA, Cartas do Brasil e
mais escritos do P.Manuel da Nóbrega. Coimbra, Acta Universitatis Conimbrigensis, 1955, pp. 173-174.
12
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
al enemigo que más horror les causaba: la presencia de la Reforma que había entrado con los
calvinistas franceses allí donde ellos, hijos de la Contrarreforma, intentaban crear un reino de
hombres píos.
Los españoles, e incluso algunos italianos que integraron expediciones enviadas por
ambas coronas ibéricas a las costas brasileñas, también participaron de la implantación
europea en esas tierras. Los documentos que nos han llegado, nos permiten, en efecto,
comprobar la presencia de individuos de tales nacionalidades a lo largo de las costas del
Brasil y en el Río de la Plata que se quedaron entre los indígenas de estas tierras a raíz de las
vicisitudes de varias expediciones exploradoras que precedieron la de Martim Afonso de
Sousa 8: basta citar el caso de numerosos náufragos, desterrados y desertores españoles que se
asociaron con sus pares portugueses en varios puntos del litoral atlántico como el Puerto de
los Patos, frente a la isla de Santa Catalina, o la costa entre S.Vicente y Cananea, o la propia
isla de Santa Catalina, donde encontramos, entre otros, al italiano Miguel Ginovés, del cual
hablaré más adelante, quien lucha y muere a mano de un desterrado español de la expedición
de Caboto (el capitán Francisco de Rojas) para defender el espacio que se había ganado con
anterioridad a los recién llegados expedicionarios del veneciano 9.
Atentos a estos ejemplos, podemos por tanto afirmar que si es cierto que a partir de
1500, cuando Cabral desembarcó en tierra brasileña, otras expediciones portuguesas y
españolas (e incluso francesas) recorrieron el litoral del Brasil y penetraron en el Río de la
Plata antes de la llegada de Martim Afonso de Sousa en 1531 10, es igualmente cierto que a
partir de 1525, cuando los europeos empezaron a desembarcar con mayor frecuencia en esas
costas, capitanes y marineros portugueses y españoles toparon con una extraña galería de
7
D. RIBEIRO, El pueblo brasileño. La formación y el sentido de Brasil. México, Fondo de Cultura
Económica, 1999, p. 72.
8
En los documentos relativos a la expedición de Sebastián Caboto al Río de la Plata, se hace mención,
por ejemplo, de varios expedicionarios españoles e italianos que se quedaron voluntariamente en el Puerto de los
Patos, en S.Vicente y en tierras del Río de la Plata. Entre otros: Juan de Alzola, Cristóbal de Guevara, Gómez
Malaver, Antonio Ponce, Juan de Valdés, españoles, y Juan Ginovés, Pero Veneciano y Baptista Negrón,
italianos (véase al respecto J.T.MEDINA, El veneciano Sebastián Caboto al servicio de España. Santiago de
Chile, Imprenta Universitaria, 1908, I, pp. 224, 243, 247, 254, 272, 278, 300, 301).
9
Cfr. L. AVONTO, La Sierra de la Plata y otros ensayos, cit., n. 85, p. 184.
10
Entre las principales expediciones portuguesas y españolas anteriores a la de Martim Afonso de Sousa,
es oportuno recordar al menos las siguientes: la de 1501-1502 en que participó Amerigo Vespucci (portuguesa),
la de 1513-14 de la "Newen Zeytung auss Presillg Landt" (portuguesa), de Juan Díaz de Solís (española) en
1515-16, de Sebastián Caboto (española) en 1526-30.
13
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
enigmáticos personajes sus compatriotas, más o menos indianizados, cuya influencia, directa
o indirecta, actuaría de manera considerable incluso sobre las decisiones de los gobiernos de
ambos países ibéricos para establecer su respectivo dominio sobre los inmensos territorios del
Brasil y del Río de la Plata. Algunos de estos hombres blancos, que vivían desde hacía tiempo
entre los indígenas, "habían sobrevivido el naufragio de sus naves, otros habían desertado.
Muchos habían cometido algún crimen en Portugal y habían sido proscriptos en el Brasil 11,
otros habían osado discrepar de sus capitanes y habían sido desterrados. Varios de ellos se
habían casado con las hijas de los principales jefes indígenas, ejercían un papel preponderante
en la tribu, conocían sus usanzas y costumbres y mediaban en las relaciones entre los
indígenas y los representantes de las potencias europeas" 12. Casi todos, aunque tuviesen de
vez en cuando la oportunidad de volver a sus patrias de origen a bordo de naves españolas o
portuguesas de paso por esas costas, preferían -según nos aseguran varios testimonios
coetáneos- quedarse allí y "vivir como salvajes, que no morir desesperados en la mar" 13. Para
no hablar del bien conocido caso de Francisco del Puerto, el joven grumete sobreviviente de
la masacre de Juan Díaz de Solís, a tal punto indianizado que, luego de ser recogido por la
expedición de Sebastián Caboto al Río de la Plata para servir como "lengua" en ella, llegó a
traicionar a sus compatriotas preparando una celada en connivencia con los indios chandules,
en la cual perecieron 18 españoles 14. Misterioso caso, por supuesto, de rechazo a la cultura
originaria, del que no faltan sin embargo otros ejemplos, precisamente en esos mismos años,
como el de un Pero -o Peró- Gallego 15, portugués, quien en torno a 1513 capitaneó un ataque
de indígenas de la zona de Bahía contra los tripulantes de una carabela portuguesa, en el cual
fue muerto el propio capitán de ese navío.
Como justamente recuerda Darcy Ribeiro, lo que hizo posible el asentamiento estable y
la que podríamos llamar "aculturación al revés" de muchos náufragos, desterrados y
desertores en las costas del Brasil y del Río de la Plata, fue sin duda el cuñadío, o sea el
antiguo uso indígena de incorporar extranjeros a su comunidad. Dicha institución social
consistía en darles una joven india como esposa. En el momento en que un extranjero la
aceptaba, automáticamente se establecían mil lazos que lo emparentaban con todos los
miembros del grupo 16. Esto se lograba gracias al sistema clasificador de parentesco de los
indios, que relacionaba a todos los miembros de un pueblo entre sí. De este modo, al aceptar a
una joven, el extranjero pasaba a tener en ella a su temericó, y en todos los parientes de
generación de sus padres, otros tantos padres o suegros. Lo mismo ocurría con su propia
generación, en la que todos pasaban a ser sus hermanos o cuñados. En la sucesiva generación,
11
Como el misterioso Bachiller de la Cananea.
12
E. BUENO, ob. cit., p. 7. La traducción de la cita es de mi autoría.
13
Declaraciones de los marineros de la nao S.Gabriel en Pernambuco, 2 de noviembre de 1528, sobre los
sucesos de su separación de la armada de Loaysa, en M.FERNANDEZ de NAVARRETE, Colección de los
viajes y descubrimientos que hicieron por mar los españoles. Buenos Aires, Guarania, 1946 (reimpr.), V, p.290.
14
Cfr. J.T.MEDINA, El veneciano Sebastián Caboto al servicio de España, cit., I, p. 281.
15
Es oportuno recordar que en este caso Pero no es el equivalente del nombre Pedro, sino que se trata del
calificativo Peró, usado por los indios para designar a los portugueses, según atestiguan autores como Jean de
Léry y Hans Staden, quienes vivieron en el Brasil durante el siglo XVI. Sobre Peró Gallego, véase
R.A.LAGUARDA TRIAS, El predescubrimiento del Río de la Plata por la expedición portuguesa de 1511-12.
Lisboa, Junta de Investigações do Ultramar, 1973, pp. 77-78 y 84.
16
Cfr. D.RIBEIRO, ob. cit., p. 69.
14
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
todos eran sus hijos o yernos. Tales términos de consanguinidad o de afinidad clasificaban a
todo el grupo como personas con las que se podían relacionar incestuosamente.
La documentación española, más rica sobre este tema, revela que en Asunción del
Paraguay había europeos que tenían más de ochenta temericós, un hecho realmente notable
pues indica que cada uno de aquellos hombres blancos contaba con una multitud de parientes
que podía poner a su servicio, ya fuera para su bienestar o para la producción de mercancías.
Como cada europeo que se encontraba en la costa brasileña podía realizar varios de estos
casamientos, la institución del cuñadío llegó a funcionar como una forma vasta y eficaz de
reclutamiento de mano de obra para los trabajos pesados de cortar palo brasil, transportarlo,
cargarlo en los navíos, cazar, etc. Más aún, el cuñadío sirvió también, en ocasión de las
frecuentes luchas tribales, para capturar prisioneros de guerra que podían ser canjeados como
esclavos por mercancía, en lugar de dejarlos a su suerte, que era generalmente la de ser
comido ritualmente en un festín de antropofagia.
La función del cuñadío, a partir de la mezcla de europeos con indígenas, fue hacer que
surgiera la numerosa capa de mestizos que efectivamente ocupó el Brasil. Sin esa práctica -
observa Darcy Ribeiro-, "la creación del Brasil habría sido imposible" 17. En efecto, los
pobladores europeos que llegaron a esas costas eran unos cuantos náufragos y "degredados",
dejados por las naves del descubrimiento, o marineros que habían huido para aventurar
nuevas vidas entre los indios. Por sí solos habrían sido "una erupción pasajera en la costa
atlántica, completamente poblada por grupos indígenas" 18. Con base en el cuñadío, se
establecieron, en cambio, auténticos criaderos de mestizos en los focos en los que se
asentaron náufragos, degredados, desterrados y desertores europeos a partir de los primeros
años del siglo XVI. Muchos de éstos no sólo aprendieron la lengua y se familiarizaron con la
cultura indígena, sino que vivieron junto con los indios en sus aldeas, adoptaron sus
costumbres y vivieron como ellos, horadándose los labios y las orejas y hasta participando, en
algunos casos, en ceremonias antropófagas. Con toda evidencia, la nueva vida debió de
gustarles, tanto que decidieron quedarse y no volver más a Europa aún cuando tuvieron varias
veces la oportunidad de hacerlo. Otros formaron unidades apartadas de las aldeas indígenas,
constituidas por ellos, por sus mujeres indias y sus numerosos hijos, siempre en contacto con
la incontable parentela de ellas. La supervivencia estaba garantizada por los indios en forma
casi idéntica a la de ellos mismos, aunque esto dio lugar a una actividad que se revelaría
altamente negativa por su impacto destructor sobre la cultura indígena: la economía mercantil,
capaz de operar como agencia "civilizadora" por medio del trueque, cambiando artículos
europeos por mercancías locales.
Pasando ahora al motivo central del presente estudio, una pregunta surge espontánea:
¿Cuáles pudieron ser las razones que determinaron un fenómeno de "aculturación al revés"
como el que acabo de señalar en el caso de aquellos náufragos, desterrados y desertores
europeos que decidieron quedarse definitivamente entre los indios del Brasil y más aún en el
de cuantos llegaron a asimilarse a la cultura de los naturales hasta el punto de tomar las armas
contra sus propios connacionales?
17
Ibidem, p. 70.
18
Ibidem, p. 70.
15
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
Las razones que motivaron las deserciones de los europeos que se pasaron a los indios o
la renuncia a volver a Europa de parte de quienes no eligieron inicialmente radicarse en las
nuevas tierras, debieron ser sin duda muy variadas. No obstante, más allá de los motivos de
tipo personal o circunstancial que pudieron condicionar la elección de los distintos individuos
en el sentido de quedarse, la documentación que nos ha llegado con respecto a semejantes
ocurrencias parecería indicar, en general, ya sea una peculiar insatisfacción con los valores de
la cultura de origen, en algunos casos, o cierta disconformidad con la organización a la que
había llegado la sociedad de procedencia, en otros.
19
R. PI HUGARTE, Historias de aquella “Gente Gandul”. Españoles y criollos vs. indios en la Banda
Oriental. Montevideo, Eudeci / Fin de Siglo, 1999, p. 92.
20
Ibidem, p. 92.
16
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
mecánicas", quienes habían decidido pasarse a los indios y vivir como ellos con tanto de tener
mujeres indígenas que los sirvieran 21.
Sin embargo, más que una verdadera "aculturación al revés", semejantes casos
parecerían indicar el aprovechamiento por parte de algunos individuos de determinadas
circunstancias para ser en las Indias lo que en Europa jamás podrían ser. Muy distinto, en
cambio -observa justamente Renzo Pi Hugarte-, el caso de renegados blancos que
combatieron del lado de los indios contra la agresión armada de los europeos, aunque, salvo
contados ejemplos, las crónicas de la conquista no hayan guardado sus nombres 22. En este
último caso -añade el citado estudioso- parecería haber habido "un desacuerdo inconciliable
con las campañas bélicas dirigidas a aplastar cualquier insumisión indígena, así como con las
políticas que organizaban el avasallamiento de sociedades y la transfiguración de las culturas
americanas originales" 23.
Como se ve, las cuestiones planteadas por la presencia en varias partes de América, y
particularmente a lo largo de las costas del Brasil, de focos en los que se asentaron náufragos,
desterrados y desertores blancos destinados a desempeñar un rol de importancia trascendente
en la sucesiva colonización europea de inmensos territorios, resultan sin duda
extremadamente complejas. Sin embargo, más allá de la complejidad y variedad de las
situaciones aludidas, quisiera destacar una característica de fondo que quizás ayude a
comprender mejor dos tendencias de comportamiento, que indico a continuación, bastante
generalizadas entre aquellos náufragos, desterrados y desertores europeos del Brasil de las
primeras décadas del siglo XVI que resolvieron quedarse definitivamente en la nueva tierra
aun cuando hubiesen tenido más de una oportunidad para volver a Europa: 1) su disidencia,
aunque todavía confusa y no suficientemente racionalizada, con respecto a la organización de
la sociedad europea de su tiempo y 2) el sueño vehemente de una vida mejor, ya sea desde el
punto de vista material, o desde el punto de vista de la obtención de una consideración social
que jamás habrían podido alcanzar en la sociedad de procedencia. De hecho, más allá de las
diferentes circunstancias personales que los trajo a las nuevas tierras y de aquellas que los
indujeron a quedarse en ellas definitivamente, prácticamente todos los náufragos, desterrados
y desertores europeos que entre la posibilidad de un regreso a la sociedad "civilizada" y la
vida entre "salvajes" optaron libremente por la segunda, resultan mancomunados por un hecho
inobjetable: o sea, por su pertenencia a las capas más humildes, y en parte incluso
marginadas, de la sociedad europea de principios del Quinientos.
21
Cfr. G. CEI, Viaggio e relazione delle Indie,1539-1553. Roma, Bulzoni, 1991, p.120. La traducción de
la cita es de mi autoría.
22
Cfr. R. PI HUGARTE, ob. cit., pp. 93-96.
23
Ibidem, p. 91.
24
No hay que confundir los "degredados" con los "desterrados". En cuanto a los "desterrados", hay que
observar que si bien este término pueda a veces encontrarse con referencia a hombres condenados al "degredo",
en el siglo XVI la palabra "desterrado" designaba más bien a marineros forzados a desembarcar y quedarse en
17
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
En primer lugar, la cultura de los marineros y de la "gente de la mar" en general, era una
cultura de hombres sin mujeres, ya que incluso los que estaban casados vivían durante largo
tiempo alejados de sus consortes por razón de su oficio. Ellos se distinguían además, de
muchas maneras, con respecto a los hombres de tierra firme. Ante todo, por sus vestiduras (el
característico gorro rojo, por ejemplo) y aún más por su modo de hablar, al que términos
técnicos, jergas y juramentos convertían en un lenguaje privado. Semejante lenguaje formaba
por tanto un sistema de significados compartidos de los que se excluía a los hombres de tierra
firme, creando con ello una cierta solidaridad en el interior de dicha cultura. No es de
extrañar, a este propósito, que marineros europeos de diferentes nacionalidades pudieran
llegar a solidarizarse mejor que otras personas en situaciones de grave dificultad, de naufragio
o destierro en costas desconocidas, así como les ocurrió a muchos de los que se quedaron en
las costas del Brasil.
Los marineros tenían también sus propios rituales, como el bautismo de las
embarcaciones, el ofrecimiento de libaciones al mar en los puntos peligrosos del viaje, o el
bautismo y el rasurado simulados para todos aquellos que cruzaban por primera vez el
ecuador. Tenían, además, su propio floclore, con particular énfasis en las sirenas
(consideradas como figuras siniestras) o sobre barcos fantasmas, y para ellos los fantasmas
estaban continuamente corriendo a través del aire. Tenían su propia magia, como por ejemplo
silbar para que soplase el viento cuando faltaba; su propio arte, como arcones pintados u
objetos tallados en hueso; sus propios bailes, especialmente algunos indicados para bailar en
solitario o en espacios limitados como los de los barcos. Tenían sus propios ritmos de trabajo
y descanso, con largos períodos de aburrimiento y creciente frustración a bordo (no muy
diferente de la de los condenados a prisión), alternando con breves pero intensos períodos de
relajación en los puertos. Si su disponibilidad a ser pendencieros no los distinguía de otros
grupos dentro de la vasta cultura popular, sí lo hacía su forma de andar, balanceándose
también en tierra como estaban acostumbrados a hacerlo a bordo de sus barcos 26. En suma, su
tierra sin poder proseguir el viaje, como consecuencia de alguna insubordinación o discrepancia con sus
superiores.
25
Cfr. P. BURKE, La cultura popular en la Europa moderna. Madrid, Alianza Universidad, 1991, p. 85.
26
Ibidem, p. 89.
18
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
sistema de significados compartidos casi nos induciría a definir a los marineros como una
"tribu" dotada de peculiar cohesión dentro de una amplia cultura popular que en la Europa de
la época era todo lo contrario que homogénea. Los individuos que pertenecían a la subcultura
marinera participaban por tanto de un sistema de significados compartidos y compartían, al
mismo tiempo, otros significados procedentes de una cultura más general que era
precisamente la popular 27.
En cuanto al grupo de los "degredados", proscriptos por graves reatos en las costas del
Brasil a lo largo del siglo XVI, podemos dudar de los detalles, pero no de la existencia de una
subcultura de los criminales: una subcultura que en toda época incluso se caracteriza como
una "contracultura". De hecho estos personajes, no sólo se diferenciaban del mundo que los
rodeaba, sino que también lo rechazaban. Es significativo, a este respecto, que el antiguo
cronista Ruy Díaz de Guzmán, autor de La Argentina, al referir los intentos de colonización
de la costa de Cananea por parte de los lusitanos recuerde a ese misterioso degredado
portugués conocido como el "Bachiller de la Cananea", retratando su comportamiento de la
siguiente manera: "[...] un bachiller [...] se les vino a meter con toda su casa, hijos y criados
en su compañía, despechado y quejoso de los de su propia nación, quien había sido
desterrado por el Rey Don Manuel a aquella costa, en la que había padecido innumerables
trabajos, por lo cual hablaba con alguna libertad más de la que debía" 28.
Del mismo modo en que habían rechazado el mundo que los rodeaba en su patria de
origen, casi todos los degredados siguieron rechazándolo también en las nuevas tierras cada
vez que se intentó reproducir en ellas las pautas comportamentales y el ordenamiento político,
social, moral o jurídico de su sociedad de procedencia. No es casual, además, que el Bachiller
de la Cananea y casi todos los degredados como él, hombres muy conocedores de la realidad
brasileña de su tiempo, nunca quisiesen aprovechar las provisiones del rey Manuel I en virtud
de las cuales cualquier degredado que hubiera regresado a Portugal con informaciones útiles
sobre el Brasil no sólo sería absuelto de su crimen, sino que recibiría una recompensa de 500
ducados 29.
Pues bien, si es cierto que todos, o casi todos, los individuos objeto del presente estudio
pertenecen, de manera evidente, a grupos sociales subordinados, y en parte incluso
marginados, es igualmente cierto que ellos también expresan una cultura no oficial,
generalmente diferenciada de la de los grupos que formaban parte de la élite, o sea de las
clases dirigentes de la sociedad europea de principios del Quinientos. Esa cultura no oficial,
de la que eran portadores, se situa sin duda dentro de la vasta y matizada "cultura popular" de
aquella época, a la cual los historiadores no han prestado, hasta hace muy poco, la debida
atención, pues han tendido con mayor frecuencia a centrar su interés en las clases dirigentes.
Por cierto, aunque el debate sobre la existencia de una "cultura popular" diferente de la de las
clases hegemónicas todavía está a la espera de una solución plenamente satisfactoria, ya que
27
Sobre el concepto de "subcultura", véase M. CLARKE, On the Concept of Sub-Culture, en "British
Journal of Sociology", 25 (1974); véase también J.M.YINGER, Contra-Culture and Sub-Culture, en "American
Sociological Review", 25 (1960).
28
R.DIAZ de GUZMAN, La Argentina. Madrid, Historia 16, 1986, pp. 102-103. El subrayado es mío.
29
Cfr. E. BUENO, ob.cit., p. 158.
19
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
Sea como fuere, no faltan, en el caso aquí estudiado, evidencias muy claras de una
disidencia de numerosos individuos procedentes de sectores subordinados de la sociedad
europea de principios del siglo XVI con respecto a ciertos valores y pautas comportamentales
establecidos por las clases dominantes. De la lectura de la documentación relativa a las
vicisitudes y vivencias de los personajes aquí estudiados, parece en efecto poderse inferir,
según se verá más adelante, la existencia de una utopía “americana” que podría definirse de
marca "popular" debido a determinadas características y matices que la diferencian de manera
bastante clara de la utopía mucho más conocida que la cultura erudita fue elaborando en esa
misma época. En ambos casos, resulta de todos modos evidente que la utopía misma, así
como fue desarrollándose a partir de los primeros años del siglo XVI, se halla estrechamente
unida con la exploración europea del mundo ultramarino y con el transcurrir de la historia
colonial, al punto que Kirchenheim pudo llegar al extremo de afirmar que el pensamiento
sociopolítico no fue posible en Occidente hasta el descubrimiento de América 30. En efecto, no
podemos subestimar el hecho de que la mayoría de los remotos Estados ideales que los
viajeros ficticios de las utopías sociopolíticas renacentistas llegan a conocer gracias al
inesperado azar de un suceso irrepetible, son, en ciertos aspectos, muy similares a las
sociedades arcaicas (y con frecuencia copias conscientes de las mismas) que los marineros
visitaron en la realidad. De esta manera, la experiencia vivida por la "gente de la mar" y los
descubridores fue convertida por los utopistas cultos de Europa ni más ni menos que en el
fundamento de sus visiones.
30
Cfr. A. von KIRCHENHEIM, Schlaraffia politica. Geschichte der Dichtungen vom besten Staat.
Leipzig, 1899, p. 63.
31
Cfr. L. AVONTO, Mirando al Otro. América en la literatura de viajes de los italianos (siglos XV-XVI).
Montevideo, Universidad de la República, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, 1995.
20
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
europeos y a las primeras visiones del Nuevo Mundo brindadas por navegantes y viajeros. En
esa misma circunstancia, subrayaba además como en el caso de los inmigrantes italianos de la
segunda mitad del siglo XIX -un caso que es posible extender en general a muchos otros
inmigrantes europeos que se dirigieron a América- el "sueño americano" había penetrado en
todos los niveles de la sociedad afectando de manera especial precisamente a los humildes y
los desheredados. Ultimamente he retomado mi investigación sobre el tema del viaje y la
utopía americana, esta vez con el propósito de indagar si en los sectores populares de la
sociedad europea de la época de los grandes descubrimientos también existió una visión
utópica de América en forma de algún modo diferenciada de la expresada por el sueño de
unos cultos humanistas o viajeros dotados de cierta cultura. En otras palabras, he comenzado
a ponerme algunas preguntas acerca de cómo pudieron reaccionar los representantes de los
sectores populares de la sociedad europea de ese entonces frente a las novedades físicas y
humanas del Nuevo Mundo. Trátase obviamente, por las razones a las que ya he aludido al
comienzo de este estudio, de una investigación mucho más difícil, pues, para llevarla a cabo,
no disponemos de testimonios documentales tan abundantes, y sobre todo directos -como en
el caso de los escritos de descubridores, mercaderes, viajeros o misioneros dotados de cultura
sin duda superior a la de simples marineros y soldados a menudo analfabetos-, que reflejen
claramente las reacciones de los grupos subordinados de la sociedad europea que participaron
en la empresa de las Indias. Sin embargo, vale la pena intentarla, presentando en esta
circunstancia algunos ejemplos particularmente significativos, a mi juicio, de una peculiar
aproximación al Nuevo Mundo por parte de algunos representantes de un importante sector
popular como el constituido por la "gente de la mar" del siglo XVI, que me induce a
hipotetizar la existencia entre ellos de una utopía popular reavivada por las novedades
americanas y paralela, al menos en parte, al desarrollo del pensamiento utópico que iban
entonces elaborando en Europa los eruditos y refinados humanistas de la mano de las
primeras descripciones y relaciones de navegantes y conquistadores.
Pues bien, los primeros pasos en semejante investigación parecerían revelar que por
encima de todos los vicios de la inicua organización social, moral y política de la Europa
oficial, tan duramente estigmatizados por los humanistas disidentes en sus escritos utópicos,
existía también otra Europa disidente, representada por algunos sectores de la cultura popular,
que consideraba, aunque a un nivel todavía instintivo y no suficientemente racionalizado, a la
libertad por encima de la autoridad, a la igualdad por encima de la jerarquía, a la inquietud por
encima de la aceptación y a la sencillez de una naturaleza generosa por encima de una
artificiosa "civilización". Veamos, pues, algunos ejemplos significativos de este segundo nivel
de disidencia, empezando por aquellos que nos revelan una clara disconformidad con la
organización jerárquica a la que había llegado la sociedad de procedencia y con las
pretensiones de transplantar semejante organización en las nuevas tierras.
Al relatar su visita al núcleo poblacional de Santo André, que se había ido formando
espontáneamente alrededor del portugués João Ramalho mediante la unión de blancos con
indios fomentada por esa peculiar institución indígena que fue el cuñadío, el ya citado
aventurero alemán Ulrich Schmidl, quien estuvo en ese lugar en 1553, así se expresa:
21
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
"[...] El jefe que estaba en esta villa se llamaba Juan Ramalho. A este pueblo quiero
reputar como una casa de latrocinio. Fue nuestra buenaventura que el jefe no estaba
en casa y estaba con los otros cristianos que habitan en San Vicente, pues ellos, los
cristianos, hacen en tiempos un convenio entre ellos. Los otros que viven en San
Vicente y en otros pueblos cercanos son más de cerca ochocientos hombres, que
todos son cristianos y súbditos del rey de Portugal. Y este Juan Ramalho no quiere
estar sometido al rey de Portugal o a su lugarteniente del rey en ese concepto, pues
él dice y declara que él ha estado cuarenta años en esta tierra en las Indias y la ha
habitado y la ha ganado. ¿Por qué no ha de gobernar él la tierra como cualquier
otro? Por eso se hacen la guerra entre ellos, pues si este Juan Ramalho quiere tener
reunidos cinco mil indios, puede juntarlos en un día, tanto poder tiene él en la tierra,
mientras ni el rey ni sus lugartenientes pueden reunir dos mil indios. Ahora debo
decir también que sus hijos, los del sobredicho Juan Ramalho, han recibido bien a
nosotros los cristianos, pero ello no obstante, tuvimos mayor recelo entre ellos que
entre los indios. Ahora, como esto ha salido bien, damos gracias a Dios el
Todopoderoso" 32.
Pero, ¿por qué define Schmidl al pueblo de Ramalho como "una casa de latrocinio", o
sea como un lugar fuera de toda ley, y no oculta el miedo que experimentó durante su visita, a
pesar del buen tratamiento que en él recibió, hasta declarar que tuvo mayor recelo en esa villa
que entre los propios indios? Evidentemente porque Schmidl era un europeo recién llegado
quien juzgaba en conformidad con las pautas de organización social impuestas por las clases
dominantes en Europa. En sus esquemas mentales no había por tanto lugar para la
comprensión de tan osada rebeldía a la autoridad y la jerarquía como la proclamada por
Ramalho, un hombre de humildes orígenes del cual sólo había que esperarse la misma
sumisión que los individuos de clases subordinadas debían a la autoridad en el Viejo Mundo.
Si frente a la resistencia de los indígenas a aceptar el plan "civilizador" de los europeos
siempre existía la posibilidad de recurrir a la superioridad de las armas de las que estos
últimos disponían, frente a la "novedad" subversiva representada por el caso de un europeo
como João Ramalho no cabía, en cambio, otra posibilidad sino un profundo y desconcertante
asombro que generaba miedo incluso en un hombre tan avezado a las más duras realidades
como el lansquenete Schmidl. Con mayor razón, podemos por tanto entender el sentimiento
de frustración que producía en los padres jesuitas la oposición de no poco disidentes europeos
como Ramalho a sus planes de evangelización y "civilización" del Brasil, susceptibles de
reproducir también en la nueva tierra la organización social, política y moral que aquellos
"sediciosos" mal habían soportado cuando vivían en la vieja Europa. Tanto es así que cuando
el gobierno portugués realmente quiso emprender la colonización del Brasil, no pudo hacerlo
de otra manera sino negociando constantemente con hombres como Ramalho.
Pasemos ahora a otro ejemplo digno de consideración, ya que no sólo atestigua la fuerza
arrolladora que tuvo en todas las clases de la sociedad europea de la época de los
descubrimientos un aspecto tan obvio y prosaico del "sueño americano" como el deseo de
enriquecimiento rápido, sino que confirma también, de manera indirecta, pero suficientemente
32
U. SCHMIDL, Derrotero y viaje a España y las Indias. Buenos Aires, Espasa-Calpe, 1944, p. 135.
22
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
En las actas de los pleitos y demandas que Sebastián Caboto tuvo que enfrentar en
España en 1530, luego del regreso de la expedición que bajo sus órdenes había recorrido
durante tres años la inmensa cuenca platense en la búsqueda alucinada de las riquezas
deslumbrantes de esa Sierra de la Plata de la cual le hablaron tanto los indígenas como los
náufragos indianizados de Solís con quienes se topó el veneciano en el puerto brasileño de los
Patos, encontramos en efecto varias declaraciones de testigos presenciales que resultan
bastante significativas con respecto al punto que acabo de aludir. Pues bien, si como nos
aseguran tales testimonios, Enrique Montes, antiguo náufrago portugués de Solís asentado en
esa costa, pudo excitar la codicia del capitán general Caboto y convencerle para que
emprendiera la búsqueda de las riquezas de la Sierra encantada, insistiendo en que "las naos
que traía eran pequeñas para segund la cantidad de oro e plata que había que llevar" 33, es
interesante observar que en esas mismas declaraciones se afirma que Montes "decía a la gente
de la dicha armada que nunca hombres fueron tan bien aventurados [...] porque había tanta
plata e oro en el Río de Solís que todos serían ricos, e que tan rico sería el paje como el
marinero" 34.
Ahora bien, la referencia de Montes a que todos serían ricos y que tan rico sería el paje
como el marinero -referencia que casi suena como el estribillo de alguna antigua balada
popular-, además de contener en sí misma la promesa "subversiva" de una igualdad y de una
justicia distributiva que los pobres sólo podían contemplar en sus visiones alucinadas, da la
neta sensación de que precisamente proceda del sueño de compensación que la utopía popular
proyectaba fuera de la inicua sociedad de ese entonces, en un tiempo fuera del tiempo, en un
"mundo al revés" de esa realidad indigna de ser vivida en que los pobres arrastraban sus
míserables existencias. Un sueño, en otras palabras, que se convertía en antídoto de los
venenos de un cuerpo social injusto y por eso enfermo. No es de extrañar, teniendo en cuenta
estas observaciones, que todas las deposiciones de los testigos interrogados coincidan en
asegurar que "de alegría que tenía el dicho Enrique Montes cuando decía aquello [...],
lloraba" 35, ni mucho menos que al mostrarles a los tripulantes de Caboto algunas muestras de
oro y plata que habían traído hasta allí unos indios sobrevivientes del desastre de una
expedición hacia la Sierra de la Plata que poco tiempo antes había encabezado otro náufrago
de Solís, el portugués Alejo García, al mando de miles de indígenas del puerto de los Patos y
de la costa de S.Vicente 36, el mismo Montes, casi como un profeta, padre y redentor de los
desheredados, hasta pudiera llamarlos hijos en tan encendida exhortación como esta que
33
Declaración del marinero Nicolao de Venecia, en J.T.MEDINA, cit., II, p. 448.
34
Declaración del marinero Antón Falcón de Colivia, en J.T.MEDINA, cit., II, p. 382. Todos los testigos
interrogados en Sevilla en 1530 repiten casi con las mismas palabras el contenido de la deposición aquí citada. El
subrayado es mío.
35
Ibidem, p. 382.
36
Sobre esta expedición véase E. de GANDIA, Historia crítica de los mitos de la conquista americana.
Madrid, 1929, y L.AVONTO, La Sierra de la Plata y otros ensayos, cit., pp.129-187.
23
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
recuerda en su deposición otro marinero testigo de los hechos: "Mira, hijos, que desto se
cargarán las naos del oro e de la plata" 37.
Ahora bien, si el caso análogo de los tránsfugas que se quedaron en el Brasil es quizás
aún más interesante que el que acabo de citar, debido a su frecuencia y dimensión ya a partir
de los primeros años del descubrimiento, semejantes ocurrencias también se dieron en otras
partes del mundo y en diferentes épocas. Sabemos, por ejemplo, que entre los corredores de
bosques franceses en Canadá se dio constantemente el caso de los que no regresaban jamás a
sus bases, integrándose en la vida de alguna tribu indígena. El misionero jesuita Segard hace
constar en sus cuadernos de notas, con pena y desaprobación, que incluso aquellos franceses
educados en la fe y poseedores de una buena formación, se convertían en "salvajes" en cuanto
convivían con éstos 38. Cuando a partir de 1629 Quebec pasó a ser transitoriamente posesión
inglesa, no pocos franceses prefirieron la vida entre los indios -llena de privaciones pero libre-
a un regreso a Francia. La historia registra los nombres de personajes como Olivier Le Tardif,
Nicolas Marsolet, Jean Godefroy o Jean Nicolet, que no sólo se adaptaron al estilo de vida de
los indígenas, sino que se sometieron también voluntariamente a las durísimas pruebas que
debían preceder la aceptación en el grupo dirigente de una tribu.
37
Declaración del marinero Bojo de Aragujo, en J.T.MEDINA, cit., II, p. 398.
38
Cfr. U. BITTERLI, Los “salvajes” y los “civilizados”. México, Fondo de Cultura Económica, 1982, p.
98.
24
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
También en la zona del Pacífico se dio a menudo el caso de europeos que, al entrar en
estrecha convivencia con los nativos, confirieron a su rechazo de ciertos valores de su propia
tradición cultural, o a su disconformidad con la organización de su propia sociedad, un énfasis
existencial. En algunos de mis anteriores trabajos, ya tuve la oportunidad de señalar
tempranos casos de este tipo que se dieron en el curso de expediciones españolas que surcaron
aguas del Pacífico en el siglo XVI, por ejemplo durante la expedición de Magallanes 39. Pero
tales casos no fueron los únicos en esos mares, ya que sabemos que los capitanes de los
navíos mercantes que frecuentaron el Archipiélago Malayo durante los tres siglos sucesivos,
al zarpar de aquellas deliciosas bahías se vieron constantemente obligados a comprobar si
todos los hombres de la tripulación se encontraban a bordo. Cuando en el curso de su primer
viaje el capitán James Cook quiso despedirse de los acogedores habitantes de Tahití, le fue
comunicado que dos marineros se habían retirado a las montañas en compañía de isleñas y
que no deseaban volver. Cook, por lo común bastante considerado en su conducta hacia los
indígenas, tuvo que tomar rehenes como medio de forzar la entrega de los dos indispensables
miembros de la tripulación 40. Para no hablar del célebre caso del motín del Bounty,
mundialmente conocido gracias a algunas versiones cinematográficas.
Tarea recompensadora, aunque sin duda muy ardua, sería la de seguir las huellas de la
historia -rodeada de leyendas- de tantos tránsfugas de la civilización. De cualquier forma, será
suficiente referir aquí un solo caso, pero realmente macroscópico y particularmente
interesante, que concierne además, de manera directa, al ámbito en que se sitúa el presente
estudio. Me refiero a las vicisitudes de la tripulación de la nave San Gabriel, que en 1526, al
mando del capitán español Don Rodrigo de Acuña, arribó a las costas del Brasil, luego de
varias peripecias, y echó anclas en ese Puerto de los Patos, frente a la isla de Santa Catalina,
en donde en 1516 ya se habían asentado varios náufragos de la malograda expedición de Solís
al Río de la Plata que se habían unido a los indios del lugar.
Los hombres de la San Gabriel eran expedicionarios de la armada de frey García Jofre
de Loaysa, que había salido de La Coruña el 24 de julio de 1525, luego del fracaso de las
conferencias de Badajoz y Yelves (1524) entre España y Portugal, para ir a tomar posesión de
las Molucas por la fuerza en nombre del emperador Carlos V. La expedición, formada por
unos 450 hombres y siete naves, había tenido un destino muy adverso a causa del mal tiempo
en el estrecho de Magallanes. Sólo cuatro de las siete naves habían logrado ingresar en aguas
del Pacífico, hasta que se habían dispersado todas ellas. A fines de abril de 1526, la San
Gabriel, que regresaba del estrecho de Magallanes, llegó a la bahía de los Patos para
abastecerse de agua y víveres y al poco tiempo un indio se presentó al capitán Acuña con una
carta que enviaban unos cristianos, en la que éstos decían haberles noticiado los naturales del
país que estaba allí una nao y que deseaban respuesta. Don Rodrigo envió por tanto al
contador de la San Gabriel para que hablase con ellos, y a los tres días el oficial volvió con un
39
Cfr. L. AVONTO, I compagni italiani di Magellano. Montevideo, El Galeón, 1992, y L. AVONTO,
Tripulantes gallegos en la expedición de Magallanes, ponencia presentada en el "IV Coloquio sobre Cultura
Gallega", Universidad de la República, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Montevideo, 11-
13 de agosto de 1999 (en prensas).
40
Cfr. J.C.BEAGLEHOLE, The Journal of Captain Cook. Cambridge, Hakluyt Society,1961, II, p. 121 y
ss.
25
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
hombre blanco que dijo al capitán haberse perdido con una nave de la expedición de Solís
diez cristianos, encontrándose en ese momento cuatro de ellos que habían hecho allí su
asiento. Los demás compañeros estaban ausentes, pues habían ido a la guerra con indios del
lugar contra enemigos de éstos. El hombre agregó que si el capitán quería bajar la nave cerca
de su casa, que distaba unas 15 leguas, le daría bastimentos y podría rescatar alguna plata y
otro metal que tenían 41, pequeña parte, sin duda, del botín que habían traído hasta allí los
pocos indios sobrevivientes de la ya mencionada expedición de miles de indígenas de esa
costa que el náufrago portugués de Solís, Alejo García, había dirigido poco tiempo antes a
través de las selvas, hasta los contrafuertes andinos, en busca de la prodigiosa Sierra de la
Plata de la cual le habían hablado sus amigos indígenas 42.
Don Rodrigo fue por tanto con su nave hasta el lugar donde el hombre vivía y envió a
tierra al contador y tesorero para que rescataran con los indios. Al ser informado de la
promiscuidad en que vivían en ese paraje los antiguos náufragos de Solís, amancebados con
muchas indias de la tierra, de las que habían tenido numerosa prole mestiza, el capitán
español, horrorizado, envió a tierra también al capellán de su nave para que bautizara a esas
criaturas, hijos de cristianos. Bien diferente, en cambio, según veremos a continuación, la
reacción que dicha situación debió producir en los tripulantes de Acuña cuando a los pocos
días pudieron tomar contacto con una realidad seguramente mucho más atractiva que aquella
a la que estaban acostumbrados.
El 4 de mayo de 1526, Don Rodrigo envió nuevamente a tierra el batel para que el
tesorero y el contador metiesen en él todo lo que habían comprado y trajesen a uno de los
náufragos de Solís para hacer con él la cuenta y pagarle lo que le debían de víveres, de dos
arrobas de metal y dos marcos de plata. Volvía el batel con ese rescate y 23 personas a bordo,
cuando a causa del mal tiempo zozobró y 15 hombres perecieron ahogados. Según nos
informa Don Rodrigo, los antiguos náufragos de Solís, con la ayuda de muchos de los 4000
indios sus amigos, dieron tan buena diligencia que el batel pudo ser encontrado a cuatro
leguas del lugar del infortunio, pero en condiciones tales que el capitán tuvo que enviar a
tierras a varios hombres para poderlo reparar. Estuvieron éstos ocupados en tal tarea durante
cinco días, al cabo de los cuales volvieron a la nave con el batel y "dijeron al capitán como el
contramaestre Sebastián de Villareal suplicaba a su merced que por cuanto él se quería quedar
en aquella tierra, le mandase echar su ropa en tierra, y [...] el dicho capitán dijo que
enhorabuena" 43.
A partir de ese momento, casi todos los tripulantes de la San Gabriel se presentaron uno
a uno a su capitán pidiendo licencia para quedarse, así que en el breve lapso de diez días
nueve hombres se fueron. No solamente, sino que cuando Don Rodrigo, para evitar que se
quedaran "todos allí hechos salvages" 44, resolvió "desviarles de tierra y [...] zarpar las
41
Cfr. M. FERNANDEZ de NAVARRETE, ob. cit., V, doc. XI, p. 215 ("Carta de D.Rodrigo de Acuña a
un Señor de estos Reinos, en Pernambuco a 15 de junio de 1527").
42
Cfr. nota 36 del presente estudio.
43
En M. FERNANDEZ de NAVARRETE, ob.cit., V, doc. X, p. 210 ("Relación de Francisco Dávila,
sobresaliente de la nao San Gabriel", 4 de junio de 1527).
44
Ibidem, doc. XI, p. 216.
26
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
anclas" 45, muchos más hombres de los necesarios, liderados por el guardián de la nave Miguel
Ginovés, quien "echó mano al machete que tenía" 46, saltaron en el batel en donde habían
previamente escondido sus espadas y se fueron a tierra "porque así estaban determinados de
se quedar, o por fuerza o por grado, que más querían vivir como salvages, que no morir
desesperados en la mar" 47. En breve, según escribe el propio capitán español, "de setenta y
tantos hombres que allí llegamos, quedaron en tierra entre muertos y quedados cuarenta y
tantos" 48, y de los que aún estaban en la San Gabriel, "la mitad pensaban barrenar la nao, para
quedar todos allí hechos salvages" 49. Basta recordar que durante una sucesiva escala de la
nave cerca de la bahía de Río de Janeiro otros dos grumetes desertaron, huyendo a tierra con
un esquife, y lo mismo hicieron cinco hombres más que Don Rodrigo había enviado para
buscarlos.
Pues bien, reflexionemos ahora sobre el episodio que acabo de ilustrar, muy
significativo por cierto, debido a sus dimensiones, aunque no constituye un caso único en esos
años, ni en años sucesivos.
Pues bien, reflexionemos ahora sobre el episodio que acabo de ilustrar, muy
significativo por cierto, debido a sus dimensiones, aunque no constituye un caso único en esos
años, ni en años sucesivos.
45
Ibidem, doc. XI, p. 216.
46
Ibidem, doc. X, p. 210, y doc. XI, p. 216.
47
Ibidem, doc. XV, p. 290 ("Declaraciones que algunos marineros de la nao San Gabriel dieron en
Pernambuco a 2 de noviembre de 1528").
48
Ibidem, doc. XI, p. 216. Los cálculos que se pueden efectuar sobre la base de la documentación relativa
a los sucesos de la nave San Gabriel, permiten conocer que los desertores que se quedaron con vida en la bahía
de los Patos fueron en total 32.
49
Ibidem, p. 216.
50
Véase nota 48 del presente estudio.
27
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
Río de la Plata, no sólo no lo hicieron, sino que su número se incrementó debido a ulteriores
deserciones de varios marineros del veneciano.
Por otra parte, incluso dos antiguos náufragos de Solís que vivían en el Puerto de los
Patos, como Enrique Montes y Melchor Ramírez, y el yerno del enigmático Bachiller de la
Cananea, el portugués Gonzalo de Acosta, quien residía entre los indios de S.Vicente, sólo
regresaron a Europa con los restos de la expedición de Caboto para poder luego volver al
Brasil y al Río de la Plata con bien remunerados cargos como "lenguas" o pilotos de sucesivas
expediciones que tanto Portugal como España enviaron a las costas brasileñas y al Río de la
Plata en busca de las riquezas de esa Sierra encantada de la cual ellos mismos hablaban.
Es evidente, pues, que en la definitiva decisión de quedarse de los hombres del capitán
Acuña que se hicieron "salvajes" debió de obrar alguna motivación mucho más honda que el
solo temor a arriesgar sus vidas en el mar o la dureza de la existencia a bordo de la San
Gabriel. El hecho es que allí, en las costas brasileñas en donde desertaron, esos hombres
seguramente encontraron, con profunda emoción -según se desprende de la misma fuerza de
determinación que ellos demostraron-, algo que debió parecerles bien diferente del mundo y
de la sociedad que hasta entonces habían conocido. Allí, esos hombres del Viejo Mundo,
barbudos, malolientes por meses de navegación oceánica, exhaustos por las fatigas,
hambrientos, enfermos, agobiados por los castigos de ese pecado original cometido por sus
progenitores y oprimidos por siglos de injusticias, penurias y sumisión, contemplaron
asombrados la inocencia, libertad, belleza y abundancia de un paraíso tantas veces soñado.
Indios e indias, de saludables y espléndidos cuerpos, todos desnudos, acogedores y risueños,
gozaban alegres de un mundo que era digno de vivirse, de una naturaleza generosa, tan rica en
aves, peces, frutos, raíces, flores, semillas, que podía conceder las alegrías de la caza, la
pesca, la siembra y la cosecha a cuantos quisieran quedarse. La visión de la abundancia,
inocencia y despreocupación en que vivía libre esa otra humanidad debió parecerles, a
aquellos hombres sufridos de la vieja Europa, una suerte de País de Cucaña, ese país del
tiempo feliz hasta entonces sólo entrevisto en los sueños y los sustitutos verbales y fónicos de
tristezas existenciales y miserias corporales que los juglares de sus tierras ofrecían a la pobre
gente como consuelo de sus privaciones y frustraciones 51. Contra la desesperación, renació
entonces en ellos la esperanza de una vida mejor. Es significativo, a este respecto, que los
desertores de la San Gabriel dijeran que "más querían vivir como salvajes, que no morir
desesperados en la mar". De hecho, si es cierto que esos hombres no querían "morir en la
mar", es aún más cierto que después de haber conocido el modo de vida de los indios del
Puerto de los Patos y ante la perspectiva de tener que retomar el viaje hacia España, ellos
también pronunciaron una palabra profundamente reveladora, que ofrece la clave más
apropiada para una correcta interpretación de su estado de ánimo: desesperados. Una palabra,
ésta, que sin duda sugiere una total ausencia de confianza en una vida mejor en su patria por
cuantos esfuerzos pudiesen hacer para regresar a ella. Así, contra la aceptación y la
resignación, esos hombres optaron por la inquietud y huyeron de la "civilización", no
solamente movidos por el instinto de conservación de salvar sus vidas, sino también por la
51
Sobre la utopía popular de Cucaña, véase P.CAMPORESI, El pan salvaje. México, Fondo de Cultura
Económica, 1999, pp. 99-108.
28
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
esperanza de poder sobrevivir en ese nuevo mundo de manera más digna que en su propia
tierra.
La fuerza de los sueños utópicos de los pobres, varias veces derrotada, pero nunca
aniquilada, había pues triunfado en el Puerto de los Patos. Allí, quizás los desertores de Don
Rodrigo al poco tiempo también compartieran con Enrique Montes y los demás náufragos de
Solís la otra utópica promesa de que "todos serían ricos y que tan rico sería el paje como el
marinero". Pero un hecho es cierto: por encima de una opresiva autoridad, había triunfado, al
menos por un instante, la libertad, por encima de la desesperación o la resignación, la
inquietud, por encima de las injusticias y penalidades de una "civilización" artificiosa, la
generosidad espontánea de una naturaleza que alentaba la esperanza.
Si el antiguo sueño consolador del jáujico país anhelado por los pobres de la vieja
Europa pareció surgir de las playas del Nuevo Mundo como una auténtica e inesperada
realidad ante los ojos de aquellos sufridos marineros, para dos hombres como el capellán de la
San Gabriel y el hidalgo Don Rodrigo -representantes de Dios y del Rey, de un orden
superior e intangible que no podía cuestionarse- esa misma realidad, con toda la desnudez,
promiscuidad y subversiva despreocupación que ostentaban sus "ociosos" habitantes, debió en
cambio resultar como la encarnación del peligroso "mundo al revés" de las turbas de
"holgazanes y vagabundos" que amenazaban el orden y la seguridad para que la sociedad
"civilizada" y temerosa de Dios precipitara en el caos. Es significativo, a este respecto, que al
enterarse de que numerosos hijos mestizos de cristianos como los náufragos de Solís no
estaban bautizados, Don Rodrigo enviara inmediatamente a tierra a su capellán para que
recibieran de él el bautismo. En otras palabras, para reafirmar, también en esa remota parte
del orbe, la supuesta ejemplaridad de la cultura cristiano-occidental. Del mismo modo, al ser
detenido en Pernambuco por los portugueses en su viaje de regreso a España, Don Rodrigo
escribía horrorizado al rey de Portugal pidiéndole que lo sacara de ese lugar, donde se
hallaban derramados "más de 300 cristianos, hijos de cristianos, los que estarían más cerca de
salvar en Turquía que aquí" 52. Y para mayor abundamiento, concluía: "Vuestra Alteza mire
que los juicios de Dios son grandes, et propter peccata hominum veniunt adversitates" 53.
Con llamamientos de este tipo, cada vez más frecuentes, se anunciaba así la necesidad
de implementación de un doble mecanismo de conquista por parte del naciente Estado
moderno que hasta entonces había tolerado, en las lejanas tierras del Nuevo Mundo,
comportamientos sociales en clara contradicción con su función de agente de
homogeneización: uno dirigido hacia la expansión en las tierras ultramarinas y otro hacia
pautas comportamentales todavía poco disciplinadas incluso en su propio interior, como las
que he tratado de evidenciar en el presente trabajo
52
En M.FERNANDEZ de NAVARRETE, cit., V, doc. XIII, p. 219 ("Carta de D.Rodrigo de Acuña al rey
de Portugal desde Pernambuco, 30 de abril de 1528").
53
Ibidem, p. 219.
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los años treinta, síntoma del "germen amarillo" asentado en oposiciones más radicales e
irreductibles entre "conquistadores" (la conquista del Oeste) y "explotadores" americanos (que
en realidad eran un conglomerado de irlandeses, escoceses, polacos y judíos) y extranjeros,
entre "lugar común" y "extrañeza", y en el relato de la época, consumido posteriormente por
Hollywood,, entre "revólver", arma civilizada, europea, producto de la técnica, y "puñal",
arma ancestral, oriental y artesanal, y precursora del relato de la droga (Kerouac, Borroughs,
Huxley, Lennon) de los nuevos viajes de las frenéticas tribus nocturnas anticipado por el
mercado de ensoñación del opio. Hemos pasado del tránsito al tráfico y del viajero al
traficante: dos mercancías, dos culturas, dos placeres, dos substancias, quizá dos formas de
exterminio. Miguel Cané, atemorizado por la cantidad, anunciaba sorprendentemente el
"peligro amarillo". Quizá en un ensueño borgiano se anticipaba a Mao Tsé Tung. 1
1
La experiencia de vida en Europa y "algo de vida administrativa" son el caudal de conocimientos que
alega Miguel Cané para justificar la redacción de la Ley que protegía al cuerpo ciudadano de los "enemigos del
orden social". Los argumentos de Cané, entre subjetivos (experiencia) y legalizados por la costumbre y el
derecho, pueden ser ordenados así: a) Ideas provenientes de la Revolución de 1848 sustentados por Cané dentro
de un democratismo conservador, aunque señalando la "inquietud" de un "carbonarismo" explícito; b) la
evidencia probatoria de ciertas colonias: Australia como "colonia penitenciaria kafkiana" de Inglaterra; c)
proliferación de los ideales de preventismo formulados como regeneración social y política de los "criminales" y
"asociales"; d) la excesividad de la difusión de la ilustración popular como reacción política y de clase a la
"educación popular" sarmientina", "llevada más allá de los límites dentras de los cuales el pobre (sic) pierde su
quietud de espíritu", el quietismo social del inmigrante localizado y sedentarizado), e) el anarquismo: el
detonante fue "el feroz asesinato de la Emperatriz Isabel"; f)La conversión de la "tierra de promisión"
constitucional que alcanzaba, contradictoriamente, a vagabundos y delincuentes, caracterizados como "bajo
fondo social" que convierte al país en un "laboratorio de crímenes"; g) el "cuerpo social" entendido como
"cuerpo anatómico" atacado por los flagelos, las plagas, las enfermedades, las pestes, las epidemias (endemias),
metáforas de la enfermedad como corrupción social propias del siglo XIX: "la presencia del microbio patógeno";
h) lo exótico peligroso concretado en "lo chino", los "coolies" y la famosa batalla de las "coletas" que transitó
por los juzgados estadounidenses. En 1874 el General Grant, en su mensaje presidencial al Congreso inaugura
una imagen que tendrá mucho éxito en los folletines americanos de la época, tráfico y esclavitud de amarillos:
"la gran mayoría de los inmigrantes chinos que llegan a nuestras costas, no vienen voluntariamente", y al
referirse a las mujeres chinas señala, "porque son traídas aquí para propósitos vergonzosos". Cané argumenta con
claridad meridiana: "La cuestión despojada de todo disfraz o exageración de ambos lados, era simplemente si el
elemento obrero en el vasto territorio del Pacífico, sería mongólico o americano", y señala con avidez un dato
curioso: "Para quienes no lo han hecho, indico también la utilidad y el placer de leer dos capítulos admirables, en
los que esta cuestión chinos (sic) se habla, consagrados al Perú y a San Francisco, en "Del Plata al Niágara" de
Paul Groussac". El gobierno de los EUA (1882), asustado por la proliferación amarilla, suspendió, como lo hará
en la actualidad con respecto a los emigrantes árabes, por diez años la inmigración china. La cuestión "chinos"
era ejemplar por su diseño y "coloratura", era "modélico" de la extranjería evidente (el otro racial) y de la
extranjería latente (el otro a-social, el otro lingüístico, los "otros del humano"). El Dr. Zeballos, ministro en
Washington en ese entonces, publica un informe considerado por Cané como un montaje entre la intersección del
"modelo" y la "ejemplaridad": "Persecución y castigo de Anarquistas". La consecuente y reticulada figura que
presidió todos los discursos (mensajes, informes, registros legislativos, fundamentaciones, etc.) fue una sola
cristalización reactiva que traza el espacio social dramático de la época desde el alienado, el desequilibrado, el
anómalo, el animal social ("la Bestia Humana"), el agente enfermo coagulados en la teoría microbiana del
"germen patógeno" que cubre la Ley, el Derecho y el Derecho Penal, la Psiquiatría, la Criminología, el rigor
disciplinarista de la Educación, y la novela de la época (Cf. Miguel Cané. Proyecto de Ley de Expulsión de
Extranjeros. Justiticación del derecho de expulsión de extranjeros (1899). Buenos Aires, Imprenta de J. Larrailh;
Nicolás Rosa (1999), "Razones de uso: manuales y disciplinas", en Usos de la Literteratura, Valencia (España),
Universitat de Valencia.
33
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Las migraciones en el decurso de la historia, desde las tribus del Cáucaso, la movilidad
imperialista de griegos y romanos, las migraciones de las huestes bárbaras, hasta la
penetración del continente americano, desde California, las Antillas hasta Tierra del Fuego, la
Antártida y las Malvinas, fundó nuestra civilización. La cultura, decíamos, es tarea de
imposición. España tan santa, tan racial, tan abolenga, tan ella misma, no es más que un
territorio donde experimenta la invasión: fenicios, cartagineses, griegos, romanos, godos,
ostrogodos y visigodos, y mucho más tarde los "extranjeros nativos", los "afrancesados", y
luego aún, reponiendo las leyendas más antiguas, esas tribus que venían del Africa, quizá los
nuevos "tartesios" con una lengua ignota y fuera del tronco indoeuropeo, promoviendo en la
tierra española nuevas diferencias, nuevas marcas, nuevas fronteras, nuevas contradicciones.
34
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Toda península engendra la invasión, como toda isla la anexión. En el nivel imaginario, la isla
engendra nuevos territorios narrativos, desde la isla imperial de El reino de este mundo, de
Alejo Carpentier, a la isla neobarroca de Lezama Lima o al orientalismo chinesco de Severo
Sarduy.
2
La "última isla" del día anterior, es una isla bibliotecaria y un islote bibliográfico, la "Enciclopedia
Umberto Eco" recopila todos los accidentes de la isla: geodésicos y astronómicos, geográficos (tierra) y
temperatura (clima), territorio insular y territorio continental, imperio (territorio anexado) y olvido (territorio
incierto en las "brumas" del recuerdo), espacio fractal y espacio continuo, límite plácido e insurgencia volcánica
(las islas Fidji), todos territorios y espacios del doblez y del pliegue terrestre y de la aventura de los
acontecimientos (el narrar), de la visión anterior e indicio del objeto ausente en el límite del "giorno prima",
formas de la exploración (del mar y del deseo) y explicitación (de las riquezas sumergidas y de la servidumbre
colonial), la isla del Deseo fortuita e inalcanzable: una praxis educativa del viaje pero al mismo tiempo una
teoría del naufragio y de la pérdida. El viajero, mediado entre el "renacer" y la "confusión barroca", entre las
razones del corazón y la Razón de Estado, Robert de la Grive, el protagonista, sale del Renacimiento para
envolverse en los pliegues del retruécano barroco, las "amistades particulares" de los "calembours" de las
"preciosas" de Rambouillet. (Cf. Umberto Eco (1995), L´isola del giorno prima, Milano, Bompiani. Cf. Laura
Milano y Rosa María Ravera, "Aproximación a L´isola del giorno prima de Umberto Eco", en Cuadernos Gritex
Nº 7, Rosario, UNR Editora.
35
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3
El "enigma Colón" es básicamente autobiográfico, depende de su biografía (nacimiento, progenie,
psicología, carácter), el más importante depende de las narraciones generadas alrededor de su "proeza", fue el de
su nacimiento, a medias legendario, a medias fabuloso: ¿dónde nació Colón? ¿En Génova, España (Galicia),
Portugal? ¿Cuál fue su ascendencia: sobrino y servidor de un pirata? ¿Cuál era su experiencia previa: pirata
gallego, escardador genovés? La borradura de su origen propia de los "héroes maravillosos" y la exaltación del
Nombre (Cristo Ferens) lo ubica en la serie de los predestinados.
36
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
de América fue Gaboto, entre costero y mediterráneo, explora el Río de la Plata, retomando el
camino de aventuras de Solís y de Irala y antes del verdadero creador de la ciencia ficción de
la conquista americana, Alvar Núñez Cabeza de Vaca quien instaura el interrogante: ¿eran los
indios americanos antropófagos? que nutre el territorio narratológico: Los que se comieron a
Solís, de María Esther de Miguel, El Entenado, de Juan José Saer, La Historia de Martín
Caparrós, Santísimas viruelas, de Eduardo Rozenvaiz, diseñados todos por la crónica-relato
extraordinario de Ulrico Schmidel.
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exenta de error (el cálculo del error es constante en los viajes terrestres y submarinos de
Verne). La regulación matemática del acontecer (momentaneidad) como las regulaciones del
desarrollo (temporalidad) someten al tiempo de la narración, regulado por el acontecimiento
primordial: el descubrimiento. Las novelas de Verne cumplen le ley-función de las
dimensiones geométicas y de la centralización axial de la distinción de los sitios y lugares
(afuera, adentro, intersticio), las formas de espaciamiento (endógeno/ exógeno, concentración/
dispersión, funcionales/ disfuncionales, localización/ desplazamiento, territorialización
continental -Nación, Estado- y terrritorio fractal -la "isla" como "territorio misterioso")
ordenadas por la ley del relato (concentración/ expansión, localización/ desplazamiento,
tematización/ rematización) y las leyes generales de atracción -atractores- y expansión -
expansores- que rigen la base natural de la narración. En el nivel piscológico, los "viajes
extraordinarios" de Verne, prueba efectiva de la ordenación de Serres, son viajes que cumplen
la ley geodésica y la ley geometral de intersección entre lugares, saberes y epifanía que son
las formas nucleares de los viajes: espaciamiento, experimentación y descubrimiento. (Cf.
Michel Serres (1974), Jouvences sur Jules Verne)
La diferencia fundamental entre los conquistadores españoles y los ingleses pasaba por
la escritura. Los españoles narran sus aventuras, mientras que los ingleses describen sus viajes
o directamente no los documentan o los callan. Los españoles no escriben comentarios, ni
diarios de viaje ni bitácoras, escriben cartas y relaciones. Los viajeros ingleses dieron origen a
numerosos relatos de aventuras desde Drake y Hawkins, plasma necesario para la aventura
38
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
colonial inglesa y su literatura, aquello que deslumbró a Borges. Las variantes narrativas que
van desde Jim de la selva o Kim de Rudyard Kipling hasta Nostromo de Joseph Conrad, e
incluso la "manera de narrar", son producto de una visión del mundo, de una concepción de la
trama de la vida y del relato de la narración. Más allá de la percepción que los escritores
tenían de ese "mundo" que relataban, mediados por la retórica de la época, su estructura de
profundidad y de generación y transformación era la de un mundo ambivalente entre la
metrópoli y la colonia mediada por un sistema complejo de traducciones de los valores
imperiales y de los valores de la cultura indígena y en la etapa del anticolonialismo, la
instauración de sistemas de reproducción y subversión de esos valores. En la
contemporaneidad, los servidores del turismo contemporáneo son siempre irónicos para el
extranjero y burlones para los "inocentes" turistas en busca de placer. La inversión es la
orden: la sujeción del dominio económico y de prestaciones se invierte en el plano
comunicativo y en el nivel de los saberes.
La historia nos dice que no fue Cortés el primero que vio el Pacífico, sino Balboa, pero
Keats no se equivocaba, sólo ponía en evidencia que la historia cuenta un relato de los
mismos hechos que cuenta la literatura: el problema es saber qué cuota de ficción le
corresponde a cada uno.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
trabajo del campo fabricando los mitemas sobre el "ocio" americano, que todavía se conserva
en las humoradas que los países latinoamericanos urden sobre el mestizaje mexicano, de la
misma manera que la "laboriosidad" propia del ciudadano argentino es producto del afán
inmigratorio y su contracara el dispendio español y la avaricia italiana. La necesidad de
nuevos mercados fue, según la historiografía de la conquista, uno de los hechos capitales de
los viajes de descubrimiento. Posteriormente, la duplicación de la renta de las colonias -
mercado de ganados, saladeros, de cosechas que reemplazan la explotación de las presuntas y
fabulosas riquezas minerales de la primera etapa de la conquista, convierten e los colonos en
verdaderos capitalistas produciendo la burguesía colonial: los invasores se convirtieron en
inversores.
Domingo treinta de enero del año dos mil, crónica periodística del diario madrileño El
País: "China ejecuta a trece piratas mientras coreaban una canción pop de Ricky Martin". La
piratería informática puede haber desplazado a los piratas y corsarios que abordaban los
galeones llenos de riquezas y hermosas mujeres que organizaban una sensualidad de
celuloide, pero no a la codicia y a la coerción. Como antes los italianos y los negros, los
latinoamericanos se han vuelto exóticos y entran en el mercado de la carne como en el
mercado imaginario del turismo. ¿Cómo hacer corresponder el beso de Katherine Hepburn y
Rosanno Brazzi frente a las aguas turbias de los canales venecianos con el temblor
quasifilosófico del profesor alemán Gustavo von Aschenbach frente a Tatzio en las arenas del
Lido? Dos sensaciones, dos sexualidades, dos mundos, dos imaginarios narrativos y
fundamentalmente, dos excursiones y dos ex-cursos retóricos. Siempre son territorios a
colonizar, a civilizar, a depredar, confiscar el otro territorio y el territorio de los otros. Una
excursión a los indios ranqueles de Lucio V. Mansilla es un viaje en las pampas argentinas,
un viaje de colonización y de expropiación de lenguas y de imaginarios que funda un
40
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
terriotrio narrativo explotado por César Aira en la novela Ema, la cautiva, por Luis Gusmán
en el ensayo y por David Viñas en la crítica literaria.
Otra de las diferencias entre viajeros españoles e ingleses fue que, los primeros, con
marcada influencia de la historiografía medieval italiana, eran "cronistas", anticipándose a la
publicidad massmediática, eran voceros de la industria de la constatación y de la ejemplaridad
-civilizar, esclavizar, convertir-. Los ingleses fueron más osados y displicentes frente al
mandato imperial, con un espíritu más empresarial que contabilizaba en primer término el
rédito de la aventura colinial y el crédito en el reservorio narrativo, experimental y lucrativo. 4
Este hecho plasmó la aventura literaria colonial inglesa que se proyectará hasta Rudyard
Kipling y Foster (Pasaje a la India) donde se renueva la alianza entre el rito de iniciación y el
"misterio" de lo conquistado pero desconocido. Las novelas de Ridder Hagart son las dos
caras de una misma moneda: unas "explotan" un misterio antropológico y las otras el
misterioso desplazamiento de la aventura.
4
Los viajes de John Hawkins, entre 1562 y 1569 (traficante de esclavos), la guerra de represalias (1569-
1578) en manos de Francis Drake (un verdadero pirata), la guerra de corsarios (1585-1595) eran distintas facetas
del enfrentamiento colonial entre Inglaterra y España por las riquezas de las nuevas tierras y el dominio de los
mares (Atlántico, Antillas, Pacífico). Cuando Drake desemboca en el puerto de San Julián avista la horca
levantada por Magallanes, rodeada de huesos humanos en su pie. Este mortal emblema producto del
enfrentamiento y de la sedición es la inversión extrema del antagonismo indígena, que en la historia y en la
leyenda llega hasta las "invasiones inglesas", Argentina (1806-7). El viaje de Wooder Rogers (1701-1711), que
se hizo a la mar en Bristol, comienza nuevamente un itinerario insular: isla de Cabo Verde (Africa), Ilha Grande
(Brasil), Malvinas (Argentina), Isla Juan Fernández (Chile). Aquí el recorrido se traslada del plano de lo real al
nivel de lo fabuloso. Desembarcados en la isla, encuentran al único habitante, un hombre vestido con pieles de
cabra: era el resto náufrago de una expedición anterior, Alexander Selbirk. Se dice que el relato de Rogers fue el
testimonio que sirvió a Daniel Defoe para su Robinson Crusoe (1719). Cf. Peter Bradley (1992) Navegantes
británicos. Para una época posterior (1820-1850) y sólo para el territorio del Plata, consultar el sólido trabajo de
Adolfo Prieto (1996) Los viajeros ingleses y la emergencia de la literatura argentina.
5
Michel de Certeau consigna, con variantes y diferencias en la constitución de la "èpistème" del siglo
XVIII de Michel Foucault, las nociones centrales que configuran el "cuadrado" de la etnología engendrado en el
siglo XVIII: oralidad (comunicación propia de la sociedad "primitiva", ""salvaje", o "tradicional"), la
espacialidad (el marco de un sistema sincrónico sin historia), la alteridad (la diferencia originada por una ruptura
cultural), y la inconciencia (un enfrentamiento o una extrañeza frente a un saber venido desde afuera). Desde la
41
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
La matriz literaria de sus relatos son evidentes, aquí el deslumbramiento por el territorio
conquistado está mediado por la oportunidad retórica de un "locus amoenus", que exige
diversas interpretaciones: lo ya conocido, lo ya visto -Italia, Portugal, España, quizá Islandia-,
se organizan como un "deja-vu", como lo ya conocido, ¿era incompatible con la nueva
experiencia o alcanzarían la categoría de modelo literario? El paisaje idealizado, con un
"primitivismo" acentuado -agua, árboles, brisa, cantos de los pájaros- propios de la
Edad Media, y más acentuadamente en el Renacimiento, se preparaba la entrada de "un nuevo hombre mediado",
a medias esclavo y libre, a medias salvaje y educable, a medias "bueno" y "malo", instintivo y perfectible: el
"buen salvaje" que tomará la figura del "niño-fiera" (bosque, selva y su entrada en el recinto de la civilización: la
ciudad), que en el siglo se convertirá en el concentrado de reflexiones etnológicas, históricas, sociales,
propedéuticas y pedagógicas, desde Montaigne a Rousseau y desde Bartolomé de las Casas hasta San Juan
Bosco, "belleza, ingenuidad y hospitalidad" en oposición a "monstruosidad, suspicacia y salvajismo" que
acompañan los relatos de viajes al Nuevo Mundo. La condición de salvaje estaba acordada no tanto a su
ferocidad como a su supuesta antropofagia y libertinaje. El viaje de un reformador, de un calvinista y luego
pastor, Jean de Léry (1578) le permite a Michel de Certeau señalar la relación, siguiendo a Lévi-Strauss (Cf.
Tristes tropiques, 1995) de la organización, refrendada por la centralidad reproductora de la escritura, del
comercio, la ciencia y el proyecto colonial que conforman un espacio y la política de ocupación del mismo:
civilizar y esclavizar no son antagónicos sino coalescentes. El diseño de de Certeau entre el Antiguo y el Nuevo
Mundo, entre el espacio de aquí y el de allá (la exterioridad, la interioridad), entre la propia subjetividad y la
subjetividad del Otro pensada como exterioridad por la primera (lo Mismo, lo Otro), entre la actividad
productora moderna (ya presentida por Colón en sus descripciones comparativas) y el lenguaje teológico-
conservatorio presiden el eje ideológico operado por Léry. El "nuevo mundo" era una lengua por traducir, como
dice de Certeau, pero ¿cómo hacer pasar la realidad salvaje al discurso civil y civilizatorio europeo? Quizá de allí
provenga el espíritu clasificatorio y hermenéutico que subyace en los relatos de los viajeros conquistadores y
sobre todo en los exploradores y "científicos". La erotización del cuerpo del Otro, por extraño, por diferente, por
exótico, en suma, por "ausente", es concurrente a la formación de una ética de la producción calvinista, el cuerpo
como producción de ganancia de placer, pero inmune al gasto innecesario e incurable de la pasión y del goce. La
fiesta de los tupí -borrachos, incestuosos y caníbales- es la marca de origen del deseo americano y
simultáneamente de la expectación europea. Cf.. Jean de Léry, "Histoire d´un voyage fait en la terre du Brésil"
(1880). Id. Tzvetan Todorov, La conquête de l´Amérique. La questión de l´autre (1982), Nous et les autres
(1989), Michel de Certeau, L´ècriture de l´histoire (1978). Id. Urico Schmidl, Crónica del viaje a las regiones
del Plata, Paraguay y Brasil. Reproducción paleográfica del manuscrito de Suttgard, traducido al castellano por
Edmundo Wernicke (1948).
6
"A la primera yo fallé puse nombre de San Salvador, a conmemoración de su alta Magestad, el cual
maravillosamente todo esto ha dado: los Indios la llaman Guanahani. A la segunda puse nombre la isla de Santa
María de Concepción: a la tercera Fernandina: a la cuarta Isabela (Nota de la edición: isla bella), a la quinta, isla
Juana (Nota de la edición: isla de Cuba) é así a cada una nombre nuevo". (Carta de Colón anunciando el
descubrimiento del nuevo mundo, 15 de febrero- 14 de marzo de 1493. Reproducción del texto original español,
impreso en Barcelona, Pedro Posa, 1493). Transcripción y reconstitución del mismo con notas críticas, Madrid,
1956).
42
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
descripción paradisíaca de la infancia del mundo, era la mirada impropia que el viajero
arrojaba sobre las costas. 7
América no era lo nuevo, era lo anterior a toda certeza, a toda comprobación, era el
pasado remoto del mundo adornado a través de la lírica de los trovadores y de la narrativa
italiana de la época introducida por Boscán y Garcilaso. Semióticamente en el texto se oponen
la "descripción retórica" y la "noticia informativa" que permitiría sellar un pacto con aquellos
historiadores que sostienen que el Diario no es una "crónica". El texto de Colón es un texto
poético bífido: lírico y narrativo, relato y descripción, hazaña y comentario, mirada europea y
objeto americano, visionario y realista, anticipador y precursor. La idealización del trópico
inaugura un estilema en la descripción y un género en la transmisión, acompañado por nuevos
semas: el aire tibio, arenas cálidas, vegetación lujuriosa, se añaden ahora los semas del
erotismo, amores raciales, amores fáciles y prostitución organizada, paradigma que viajará
desde Cuba a Santo Domingo, invirtiendo el viaje propiciador de Colón. Colón inaugura la
"intimidad" de América.
Es notorio que la propaganda turística está organizada por la publicidad -es decir, poner
en evidencia pública- lo ya exaltado por lo "natural pictórico", pero esa notoriedad se produce
a través de una trama compleja. La extensión del registro del "descubrimiento" obliga a la
construcción de una manera de velamiento, de oscurecimiento del paisaje natural para
enigmatizarlo y procurar, precisamente, la ilusión del proto-descubrimiento. El relato de los
conquistadores y expedicionarios españoles o bajo la bandera española en América era
eminentemente subjetivo, aun cuando se tratase de una relación científica, por ejemplo los
"herbolarios" y "tratados de botánica y zoología" de Luis Nee o del padre Tadeus Heenke de
la expedición de Malaspina, que combinan Linneo con la precedencia de relatos míticos de
7
"Y después junto con la dicha isleta están huertas de árboles los más hermosos que yo vie tan verdes y
en sus hojas como las de Castilla en el mes de abril y de mayo y mucha agua". El sistema comparativo de Colón
tiene, de hecho, un referente español. Si se cita a Castilla, inmediatamente será desalojada por la "verdura" de
Andalucía sobre el sintagma estereotipado: "vergel de España". El proceso es tan impregnante que rápidamente
se congela remitiéndolo a lo que se llamó "primitivismo" en la pintura de la naturaleza, pero contribuye a una
saturación fuerte dependiendo directamente del procedimiento retórico. (Cf. Cristóbal Colón (1946), Los cuatro
viajes del Almirante y su testamento, 2da. edición, Buenos Aires, Ed. Espasa Calpe, copia del extracto de
Bartolomé de las Casas). Cf. Cap. I (Escena real. Escena textual) y Nota 15 del mismo capítulo y Cap. II
(Textos. Cuerpos, Miradas) en Noé Jitrik (1992), Historia de una mirada. El signo de la cruz en los escritos de
Colón. Este texto es quizá el libro más "exploratorio" de la escritura de Colón, entre lo expresamente fundacional
y lo puramente experimental del nuevo orbe narratológico. Cf. sobre todo "la pasión aurífera" de Colón que
construirá un narrema nuclear de la escritura colonial americana hasta los "derroteros" sarmientinos. Cf. también,
Nicolás Rosa (1990), "El oro del linaje", en El arte del olvido.
43
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
anteriores expediciones. Siempre cuentan una experiencia de vida de los protagonistas del
viaje, una experiencia existencial, escriben sobre lo que ven pero también sobre lo que
sienten, por eso tienen una característica pictórica, que se acentúa cuando el viajero es
simultáneamente un "científico" y un pintor. En el siglo XVIII, la experiencia de los viajeros
era una experiencia visual donde coincidían la fugacidad de la mirada con el ejercicio volátil
del pincel: el esbozo. Ver los bocetos de Bauzá, marino y pintor, que integraba la expedición
de Malaspina, por ejemplo "Las pampas de Buenos Aires cuando el terreno está incendiado" o
"Buenos Aires desde el río", o "Modo de enlazar el ganado vacuno en los campos de Buenos
Aires", son la anterioridad pretextual de "El Matadero" de Echeverría o la transcripción de un
diálogo entre dos paisanos de los viejos gauderios rioplatenses, condición de precursor del
Fausto criollo. La copia, como pretextualidad, implica necesariamente un traslado, un viaje de
un texto a otro precedente pero también de un texto pictórico a un texto literario. (Cf. Roland
Barthes (1970), S/Z; Malaspina (1938), Viaje al Río de la Plata en el siglo XVIII).
El viaje turístico está mediado por una realidad "ya vista" y enmarcada; una falsedad
consustancial es la regla de la guía turística, sus lugares, sus sitios, sus travesías, sus
recorridos, sus senderos siempre han sido hollados. El turista siempre experimentará la
sorpresa de Robinson Crusoe sobre la "prueba de la pisada", la impresión de la planta del pie
de Viernes es la certificación de la inautenticidad de lo "primitivo natural", siempre
encontraremos un sendero ya recorrido, una rama cortada, una hierba aplastada, la huella del
otro turista que nos precedió. El relato del viaje es la transcripción del viaje del anterior, la
guía y el guía son los autores apócrifos de un relato ya experimentado. ¿Una guía turística es
un texto abierto o un texto cerrado? Es abieto en relación a la expansión desmultiplicada de
los "locus" y de los "itinerarios", los que se proponen y los que imagina el viajero, una
circulación que se ampliará como un círculo de círculos concéntricos. La exploración de los
sitios del espacio se organizan por la ley de contractualidad que marca el deseo en la sociedad
capitalista: lo que el viajero propone -quiere ver- y la ley del agenciamiento de los lugares
disponibles. La estructura del viaje turístico se fundamenta en una falla inicial, propia de todo
deseo, un desmedro propio del viaje imaginario entre lo exótico y la referencialidad implícita
de lo ya habitado, de lo ya frecuentado, de lo ya explorado: una exploración metódica de un
mapa construido por el deseo y el mercado capitalista de la transitoriedad. Los tránsitos son
cada vez más rápidos, más acelerados, no sólo por las dificultades económicas, sino también
por "el deseo de ver más" -una pulsión escotofílica- donde se anidan la idea de experimentar
con nuestras propias sensaciones y la limitada variación de las propuestas. ¿Cómo alimenta
nuestras expectativas el orden satelital que promueve una nueva exterioridad y por ende
nuevos tránsitos? Si las empresas turísticas venden pasajes a la Luna como una nueva forma
de viaje fantástico -el viaje a la Luna de Luciano de Samosata o el Viaje a la Luna de Edmond
Rostand- no es sólo porque se acrecienta nuestro deseo escópico, sino porque el mundo
conocido se ha reducido no a una "aldea global" sino a una "aldea imaginaria" que hace que
todo el mundo -el que viaja porque puede y el que no viaja porque no puede- "cree" viajar:
nuevos eternautas, viajamos por nuevos caminos satelitales, viajamos por la internet en
nuevas geografías, en nuevos territorios, en nuevas mensajerías, a través de nuevas rutas
telemáticas, en nuevas formas del turismo, con una nueva orden: si quieres viajar no puedes
moverte de tu sillón, ideal romántico que perfila el viaje expropiatorio de Cortés, el viaje
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
libertario de Byron y el viaje científico de Verne. Aqui, por ley de isomorfismo, se confunden
la ley del deseo con la ley del relato.
Cuando Miss Archer o Daisy Miller llegan a Londres o Florencia después de un viaje
intercontinental, proponen un interrogante: ¿son viajeras o turistas? El tejido jamesiano
propuesto como el revés de la trama, es la confirmación de una entropía narrativa propia del
turismo: reconocimiento de un lugar, interés creciente por el mismo, sospecha sobre la
ambigüedad de la demografía que pueblan estas nobles ciudades -Venecia en particular por su
situación incierta entre el mar y la tierra con una reflexión fractal muy distintiva: la laguna -
8
La clasificación de los viajeros había sido establecida por Lawrence Sterne en Viaje sentimental por
Francia e Italia. El autor de Tristam Shandy, al igual que Stendhal, era un viajero centrípeto, nunca abandonó el
centro cultural europeo de la época, como Goethe, como Stendhal, como Freud; ambos dos, Sterne y Stendhal,
estaban atraídos por los "amores de la ruta" y preanuncian a las "ruteras" en donde se combinan expectación,
probabilidad y aventura. En realidad, el "viaje sentimental" hoy sería llamado "viaje erótico", vinculado a las
atracciones de las ciudades-planetarias (Londres, París, la Viena de la época) como otros por las ciudades-
satélites (Dublin, Florencia, Nápoles). La clasificación se anticipa a toda taxonomía psicológica experimental
posterior: viajeros ociosos (turistas), viajeros curiosos (no contemplativos e interrogativos), viajeros embusteros
(los que mienten la belleza de su procedencia), viajeros felones y delincuentes (la narrativa desde El Lazarillo de
Tormes hasta la novela de aventura del siglo XVIII (Fielding) está llena de estas "psicologías de la ruta"
mezclada con el travestismo (el cambio de sexos de los adolescentes para practicar el robo, el latrocinio y antes
la piratería, transformismo iniciado por Daniel Defoe en su Historia de la piratería), viajeros vanidosos (la
morfología egocéntrica del relato del viaje), viajeros melancólicos ("un viaje despeja la tristeza" Victoria
Ocampo- Virginia Woolf), viajeros inocentes e infortunados (los viajeros de las novelas de Henry James) y
simples viajeros (la coartada narcisista del "viajar por viajar"), y luego, el "viajero sentimental" que da origen a
la trama: ocasional, versátil y oportunista, aquel que viaja por imperio de la necesidad (necesidad ontológica) o
por el "deseo de viajar" -el texto lo dice en francés: "besoin de voyager" (mandato desiderativo). Clasificación
viajera de los viajeros en tanto se la escribe viajando en un carruaje que va desde Calais, Montreuil, Amiens...
(Cf. Lawrence Sterne, Viaje sentimental por Francia e Italia, Barcelona, Edicomunicación). El otro "viajero
sentimental" fue Italo Svevo: Corto viaje sentimental y otros relatos.
9
Raymond Williams, The Country and the City, Oxford, Oxford University Press, 1973, pág. 127-141:
"No es, en este nivel, una alteración de la sensibilidad; es estrictamente un agregado al gusto. Como en los
parques artificiales, donde cada ornamento era empleado para producir un efecto natural, las regiones salvajes de
las montañas y los bosques fueron, por la mayor parte, objeto de consumo estético conspicuo: haber estado en
los lugares nombrados, intercambiar y comparar experiencias de viaje, fue una forma de moda social". Citado
por Adolfo Prieto, Los viajeros ingleses y la emergencia de la literatura argentina. 1820-1850.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
pequeños centros y plazas que revocan las esquinas de Buenos Aires y permiten un tenue
desconcierto: todo está siempre en el mismo y en otro lugar, desplazado, a veces por el
escueto laberinto de los Caballeros. Buenos Aires, como París, es extraña y multiforme,
geométrica y matemática al mismo tiempo, lujosa y paupérrima, donde migran las
emigraciones, ciudad estereofónica donde se hacen oír todas las lenguas de la Europa,
aquellas provenientes del tronco indoeuropeo -el idish ha desaparecido- a diferencia de New
York, Montréal y Londres, que son asediadas -como su literatura- por las lenguas islámicas,
semíticas y chinas. El turismo en Europa y América del Norte -en especial en Francia, Italia,
España y New York- genera "tribus iniciáticas" que se intercambian las playas de moda como
antes la dirección de los museos. Los circuitos de la moda, las comunidades de turistas ya casi
ancestrales -uno acaba por encontrarse con las mismas personas en distintos lugares del
planeta desde el golfo de Finlandia hasta el pico del Aconquija- que construyen lo nuevo, la
novedad y el reciclaje de lo usado y revisitado como Cannes o Biarritz o Granada. Los
grandes supermercados de la moda y de la moda turística, en donde se consuma la relación
entre lo novedoso y lo novelesco, tanto en la apariencia vestimentil de lo "retro" como en el
corte sastreril -corte que si inglés es más sólido en elegancia imperial y en el fervor edificante
del confort- clavados familiarmente en los centros axiales de las ciudades españolas, como
antes fue Harrod´s en Londres y Buenos Aires. La mercancia vestimentaria cumple los
registros de la circulación de toda mercancía de la sociedad posindustrial pero retiene, en su
propia fibra, toda la fetichización que emana del cuerpo vestido. Verdaderas huestes pueblan
los aviones que van y vienen -y los aeropuertos son una nueva "terra interina" para la
imaginación novelesca y cinematográfica como a fines del siglo XIX fueron las estaciones de
ferrocarril (recordamos la estación de la ciudad de Milán, verdadero palacio de la decrepitud,
donde los inmigrantes sicilianos -en las figuras de Renato Salvatori, Alain Delon, presididos
por Katina Paxinou-, llegaban a la gran ciudad industrial de la mano de Luchino Visconti)- de
Miami a Buenos Aires, de París a Río de Janeiro y a San Pablo cargadas de objetos de uso -
prendas y perfumens- para vestir los cuerpos sudamericanos como antes los descubridores y
colonizadores cargaron incandescentes bolillas de colores y de frágiles tartanes para envolver
el cuerpo desnudo de los indígenas. La civilización es cuestión de investidura y el poder -ya
sea militar, eclesiástico, estatal- lo demuestra. La moda comenzó con el vestido y la
civilización con el travestido: hacer del indígena americano un civilizado europeo: las
vestiduras de la representación europea chocaron con el plumaje mexicano, el taparrabos
araucano y el estuche peniano brasileño.
El internacionalismo del mercado en la lábil globalización actual pasa tanto por la Bolsa
de Wall Street o de Tokyo o de Osaka como por el Faubourg Saint-Honoré: Chanel, Dior,
Balenciaga se compensan con Calvin Klein, Versace o Lagerfeld. La aplicación del término
de "reciclaje" -reciclaje de la basura, del vidrio, de la hojalata, de los detritus de la
consumación- y en la moda, paños, satenes, sobrevestidos, el patchwork- son
simultáneamente un reciclaje material y analítico. En la teoría literaria contemporánea el éxito
del concepto de "reescritura" que generará inmediatamente el concepto de "relectura", ha
modificado los conceptos operativos con los que se pensó la historia de la escritura literaria.
Pero nos gustaría decir, siguiendo la sutileza de Michel Serres, que un texto piensa al otro,
como Freud hablaba del pensamiento del sueño: ("traumgedaken"); lo repite, lo cruza, lo
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
El animal turístico
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
La visión turística de las masas se opone abiertamente a la visión política de las masas
políticas. Las masas que asolaron el Palacio de Invierno en San Petersburgo, las masas
fascistas que vitoreaban al Duce en Roma, Milán o Turín, las masas militares del Tercer
Reich, o las masas de obreros que vivaban a Perón y Evita en la Plaza de Mayo, no se pueden
igualar en el plano ideológico, pero sí son la prueba más clara de su enfrentamiento semiótico
con las masas de turistas que pueblan la plaza de San Marcos en Venecia. Las masas políticas
intentan ordenarse en el tiempo de la acción futura transformadora; las masas de turistas son
heterogéneas en su composición social, maleables en su acción, son ahistóricas porque no
tienen finalidad y son dispersivas en el nivel temporal: son fugaces. En ella alcanza su mayor
densidad el recuerdo domesticado por la técnica.
Bibliografia
Andermann, Jens (2000) Mapas de poder. Una arqueología literaria del espacio
argentino. Rosario, Beatriz Viterbo Editora. (Cf. capítulo II: "Croquis y caminos: estructura
viajera y telos topológico").
50
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
Butor, Michel (1974) "Le point supreme et l´age d´or". En Essais sur les modernes.
Paris, Gallimard.
Darwin, Charles R. (1997) Diario del viaje de un naturalista alrededor del mudno en el
navío de S.M. "Beagle" (1845), Buenos Aires, El Elefante Blanco.
Eco, Umberto (1994) La ricerca della lingua perfetta nella cultura europea. Roma,
Laterza.
Eco, Umberto (1998) "Las migraciones del Tercer Milenio". En Cuatro textos morales.
Madrid, Lumen.
Jitrik, Noé (1992), Historia de una mirada. El signo de la cruz en las escrituras de
Colón, Buenos Aires, Ediciones de La Flor.
Kristeva, Julia (1980) Pouvoirs de l´horreur. Paris, Editions du Seuil. (Hay traducción
española).
Lecomte, Marcel (1966) "Le thème du Grand Nord". En L´Arc Nº 29. Paris.
Lodge, David (1999), El arte de la ficción, Barcelona, De. Península. (ed. original,
1992)
Malaspina, Alejandro (1938), Viaje al Río de la Plata, Buenos Aires, "La Facultad".
Mansilla, Lucio V. (1996) Una excursión a los indios ranqueles (1870). Buenos Aires,
Editorial Kapelusz.
Matamoro, Blas (1997) "Espacios de Julio Verne". En Revista Filología Año XXX, 1-
12. Facultad de Filosofía y Letras.
51
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Conferencias
Serres, Michel (1974) Jouvences sur Jules Verne, Paris, Editions du Minuit.
Viñas, David. (1964) Literatura argentina y realidad política. Buenos Aires. Edit. Jorge
Alvarez.
52
“Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. La Literatura de Viajeros como Problema”
53
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
Abstract
La posibilidad de que Calímaco hubiera viajado a Atenas fue propuesta, por primera
vez, en 1876 por E. Rohde, sobre la base de dos testimonios: por un lado, el de Ateneo (XI
477c), según el cual el alejandrino había referido en un poema la historia de un banquete “en
lo del ateniense Polis”, y por otro lado, una oscura traducción latina de la “Vita Arati” (test.
10d Pf.), según la cual Calímaco, cuando joven, habría conocido al poeta Arato gracias al
peripatético Praxífenes; encuentro que, para Rohde, tuvo lugar en Atenas.
En 1915 se publicaba el Pap. Oxy. 1362 (vol XI) que contenía el poema en cuestión:
éste es un “aition” que ubica el banquete no en Atenas, sino en Egipto (fr. 178 Pf.) y, además,
habla del poeta como “ignorante de la navegación” (v 34). Esto, sumado al conocimiento de
la existencia de una obra calimaquea contra Praxífanes, debilitó la hipótesis de Rohde, y se
generalizó entre los críticos la opinión contraria: Calímaco nunca habría abandonado África.
54
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
Abstract
Este trabajo se propone tratar las variaciones observables en diferentes versiones del
poema medieval conocido genéricamente como “El país de Cucaña”, el cual relata el viaje
hacia un lugar imaginario cuya característica esencial descansa en la subversión del orden de
vida habitual medieval dentro de un marco definido por procesos de carnavalización y fiesta.
El poema conlleva la noción de una oposición territorial entre dos mundos (el ficticio y
el real) junto con la invitación a recorrer el trayecto que separa a éste de aquel.
This work aims to deal with variations on different versions of the medieval poem
generally known as “The land of Cocaigne” which tells about a journey towards an imaginary
place. whose main characteristic lays on the subversion of the habitual way of medieval life.
This poem is framed by procedures of carnavalisation and feast.
Ideological and political motivations that cause differentiations in formal and thematic
aspects will be considered in the treatment of the story. This is deduced from the pretensions
of verisimilitude or fiction of the mythical – utopic order that allows to locate this text like a
peculiar variant within the literature of journeys.
The poem involves the notion of a territorial opposition between the fictitious and the
real world. along with the invitation to cross the passage that separates them both.
Introducción
Un país imaginario que se caracteriza principalmente por la falta de necesidad del
trabajo y la abundancia sobrenatural de alimentos constituye un tema que ha tenido bastantes
manifestaciones literarias en distintas regiones y épocas. El término Cucaña aparece escrito
por primera vez en un poema goliárdico de 1164, en donde se llama “abbas cucaniensis”
(abad de Cucaña) al líder de un grupo de bebedores (Carmina Burana, 1970:81). La primera
versión escrita sobre un viaje al país de Cucaña corresponde a un fabliau francés de mediados
del siglo XIII. Posteriormente le siguieron una versión inglesa en el siglo XIV, una alemana
en el XVI y varias versiones italianas de distinta magnitud entre los siglos XVI al XIX.
Existen también otras versiones en alemán y holandés. Según Ackermann, quien reconoce en
este tema un tronco teutónico y una derivación románica, el origen es imposible de determinar
exactamente. Puede haber venido del Oriente, vía Asia menor; desde Grecia, mediante la
55
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
En líneas generales todas las versiones coinciden en describir una tierra maravillosa
cuyos rasgos fundamentales son: abundancia, ociosidad, juventud y libertad (Júnior,
1998:189). El argumento del texto está constituido por la descripción que hace de esta tierra
un narrador anónimo quien, o bien ha viajado él mismo o le han referido la idea. Sin embargo,
lo significativo son las variaciones que va sufriendo el relato del tema a lo largo del tiempo.
Las versiones posteriores a la francesa no eran meras traducciones de ésta, “sino
elaboraciones que partían de un mismo núcleo mítico común, aprovechaban tradiciones orales
y expresaban diferentes contextos históricos 1”. (Júnior, 1998:206). En las primeras versiones
hay una marcada presencia de elementos religiosos, que se va perdiendo en los textos
ulteriores y comienzan, por ejemplo, a sufrir la influencia de los grandes viajes del siglo XVI.
El tema fue incorporando algunos elementos culturales y perdiendo otros pero, en definitiva,
perduró la idea del relato del viaje o mejor aún la incitación a viajar a este país imaginario.
La idea del país de Cucaña es una utopía. Esta afirmación reviste dos consideraciones:
en primer lugar, y atendiendo a su significado etimológico, es un lugar inexistente; por otra
parte, representa desde el punto de vista ideológico un “ideal” social. Me propongo en este
trabajo, luego de revisar algunos elementos que caracterizan el relato, señalar de qué manera
la configuración de este paraíso imaginario y la idea de una utopía social específica se
articulan en el relato del viaje.
Narrar el viaje
Una de las características habituales en estos textos es que el relato del viaje se
transforma en una invitación a realizar el viaje, una suerte de propaganda. Y “para incitar a la
partida, se prosigue con una descripción imaginaria” (Boiteux, 1987: 557). De esta forma el
texto suele tener un registro narrativo como primer marco en el que se presenta y se despide el
narrador y, dentro de este marco, un segundo en el que se encuentra la descripción de Cucaña.
Este doble registro es propio de la literatura de viajes.
Este doble registro, descriptivo y narrativo, se corporiza en las marcas del enunciado y
la enunciación respectivamente. La versión francesa 2 presenta un plano narrativo de tanta o
mayor importancia que el descriptivo. Las marcas de la voz del narrador son constantes e
interrumpen permanentemente con acotaciones o aclaraciones la descripción, la cual está
enmarcada con un prólogo y un epílogo. En este último el narrador vuelve a hacer referencia a
la veracidad de su relato y señala que pese a los placeres referidos decidió volverse de Cucaña
1
Las traducciones de textos extranjeros me pertenecen
2
Las referencias a la versión francesa son de: La tierra de Cucaña, Traducción del fabliau francés por
Adriana Llinares, Bahía Blanca, inédito.
56
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
“Se agudiza una tensión entre la historia (el viaje tal y como fue, y como tal,
inefable) y la geografía; entre el tiempo irrecuperable y el espacio permantemente
disponible. Por esta razón resulta inadmisible, en este nivel profundo, en este tema y
en esta época, el criterio que opone, en nuestra mente, lo ‘real’y lo ‘imaginario’. El
autor y su público eran indiferentes al criterio de credibilidad”. (Zumthor,
1994:290)
3
Las referencias y citas de esta versión como las restantes estan tomadas de Ackerman, 1994:155 y ss.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
En una versión italiana, conocida como Libro de ventura de Faustino, hay más
referencias a la oralidad. El narrador, hacia el final suspira y se refiere a las condiciones
actuales de su vida en el momento de la narración:
Me interesa señalar el carácter oral progresivo que van adquiriendo los textos a lo largo
del tiempo, por el hecho de que la oralidad está ligada a la cultura subalterna y popular en la
Edad Media. Además, existe evidencia de que los relatos de viaje al país de Cucaña tuvieron
un auge dentro de la literatura oral en el siglo XVI (Boiteux, 1987:563). También este carácter
oral progresivo corre paralelo a la evolución literaria del tema. Al respecto considera Boiteux
que:
“El tema banalizado se reduce a un uso calificativo literario, pero también puede
ser recuperado por el poder dentro de una política festiva [...]
El relato de este viaje era aparentemente conformista en el plano descriptivo, como uno
más de los tantos rituales festivos que permitían un desorden institucionalizado “a través del
cual las clases subordinadas purgasen sus resentimientos y viesen compensadas sus
frustraciones” (Burke, 1991:287). Pero en el plano narrativo, las marcas de la enunciación
instan a la acción: es un relato subversivo, en tanto incita a la movilizacion de su auditorio a
viajar a esta tierra, lo cual se traduce dentro del marco político en un cambio social. Tampoco
la elección del género festivo es casual; la risa, como una máscara, puede esconder una
intención diferente a la que se presenta a primera vista. En la versión italiana de Il triunfo
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
della Cuccagna se reúnen en el verso inicial todos estos elementos: “riddendo e cantando
andremo in Cucagna”
Si bien algunos autores sostienen que Cucaña “traducía ‘una mentalidad de resignación,
incapaz de avalar un orden del universo por la violencia’” y que era un sueño colectivo, no un
estímulo a la revuelta.” (Júnior, 1998: 206), coincido con Baczko en considerarla como una
utopía que porta valores inherentes de revuelta social (Le Goff, 1989:286). Para Bazcko,
Cucaña es la utopía del viaje imaginario. (Le Goff, 1989:277)
La cuestión de si el relato del viaje al país de Cucaña es el sueño de una sociedad futura
o la expresión de una evasión conformista y temporaria se resuelve en el doble significado de
la noción de utopía: el ideológico y el literario. En el tema de Cucaña la utopía, es decir el
ideal que busca el cambio social, es el relato del viaje a la utopía literaria, un país imaginario.
La diferencia entre acción y evasión, entre lo que se describe y lo que se hace está en el
espacio que media entre enunciado y enunciación; entre el aquí y el allá, entre el lugar donde
se halla el narrador, su hic et nunc, y el espacio al que aspira llegar, su alibi. En el medio,
como un viaje, el relato, efímero, cíclico, imaginario, persuasivo, compensador, incitante...
utópico.
Bibliografía
- Boiteux, Martine. 1987, Voyage au pays de Coccagne, en Voyager à la Renaissance.
Actes du colloque de Tours 1983, Paris.
- Burke, Peter. 1991, La cultura popular en la Europa moderna, Madrid, Alianza.
- Elfriede Marie Ackermann, 1944, Das Schalaffenland in german literature and folksong,
Chicago,Illinois,Chicago University Press.
- Júnior, H. Franco, 1998, Cocanha. A historia de um país imaginário,1998, Sâo Paulo,
Companhia das letras.
- Le Goff, Jacques, 1989, “L’utopie médiévale : le pays de Cocagne”, Revue Européenne
des sciences sociales
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
Abstract
En la delgada línea del pensar pre-utópico, la Comedia Atica Antigua creó mundos
políticos alternativos. La obra de Aristófanes da testimonio de ello. En Las Aves, se asiste a la
sustitución de la polis real por una polis aprágmon, antinómica del modelo de Pericles.
Texto
En la delgada línea del pensar pre-utópico 4, la Comedia Antigua creó mundos políticos
alternativos. La obra de Aristófanes da claro testimonio de ello. En Las Aves, representada en
las Dionisíacas Urbanas del año 414 A.C., se asiste a la sustitución de la polis real, gravosa
carga para los ciudadanos, acosados por conflictos, pleitos e incertidumbre con respecto al
futuro, por una polis apragmon, procul negotiis en su versión latina, antinómico modelo del
ideal de Pericles. 5
4
H.G.Gadamer, en “L’anima alle soglie del pensiero nella filosofia greca”, cap. III Platone e el pensare
in utopie reitera, su interpretación del pensamiento platónico como pensare in utopie y aduce, como primer
argumento, la pre-existencia del género literario de la utopía en la huella hacia “La República”: ”Ora non
possiamo certo dubitare del fatto che c’è stato un genere letterario dell’ utopía. Non lo possiamo specialmente
dopo che Ferdinand Dümler, in un celere lavoro, ha ricavato, como sfondo dello scritto platónico, la prehistoria
delle concezioni utopiche della vita poilitica tanto dalla commedia di Aristófane quanto dalla tragedia di
Euripide” pp.70-71. Gadamer ubica sin dejar rastros de duda a Aristófanes como antecedente de la utopía como
género literario, cf. op. cit. p.73
5
El adjetivo apragmon, de difícil traducción, en su sentido más elemental significa negación de la
actividad pública, a lo que cabe añadir tanto la obligación de la praxis cuyo modelo fija el poder. Es palabra
capital ligada a la política interna y externa del gobierno de Pericles y a su modelo de democracia. El discurso de
Alcibíades exhortando a la expedición a Sicilia pone de manifiesto su sentido más intrusivo y presencialista: “Y
es que somos el único país que considera al que no participa no un ocioso (apragmona) sino un inútil.”, del
Discurso Fúnebre de Pericles en Honor de los Caídos, Tucídides 2.40. Y del discurso mencionado de Alcibíades,
Tucídides 6.18: “Finalmente, yo sé que una ciudad que no sabe de la inacción no parece que vaya a extinguirse,
salvo que cambie por la inacción (apragmosyne).
60
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
Dos viejos atenienses, Peisetero (el que persuade al otro) y Evélpides (el que
buenamente espera) huyen de su ciudad en busca de Tereo 6, el ave Abubilla, y fundan en el
aire otra ciudad, en alianza con el génos de las aves 7, anteriores a los hombres y por eso reyes
en alguna desdibujada cosmogonía órfica en la que Eros, antisocráticamente, está en el
origen. 8 La refracción paródica contamina los significados ye desde la denominación misma
de la nueva polis: Nefelokokkygía suena tanto Ciudad de los Pajaritos en las Nubes como
Ciudad de los Tontitos en las Nubes; la resolución del conflicto redunda en beneficio del
héroe cómico fundador, que acaba coronado como un rey todopoderoso, aliado y pariente de
Zeus, lo cual es lo mismo que decir que acaba en la anulación de toda política; la expulsión de
la polis de “los indeseables” prefigura los grandes momentos de la sátira universal, pero las
avecillas enemigas del régimen “democrático” son asadas para el banquete. No obstante este
despliegue de contradicciones y paradojas, la intuición poética, mediante la operación de la
metáfora, patentiza una instancia fundamental de la experiencia humana. El lexema que
designa “camino” (hodós), insinuado en el primer verso de la comedia e insistentemente
reiterado hasta no más allá del 29, crea un microsistema simbólico de los primeros pasos en la
construcción de una utopía, de la instancia en que el pensamiento ya no alcanza a distinguir,
por la lejanía, el lugar que se abandonó (o del que se huyó) pero aún no vislumbra el otro en
cuyo “suelo”, por decirlo así, quiere construir.
Toda construcción utópica presupone una voluntad fundacional. Los dos viejos llevan
consigo sólo los elementos tradicionales indispensables para la fundación de una nueva polis:
un cesto para transportar pequeños utensilios rituales, la marmita que conservaba el fuego
sagrado del templo de la ciudad de origen y las ramas de mirto, planta asociada a los ritos
sacrificiales. La voluntad fundacional exige un camino que transita del topos del que se parte
hacia el otro topos, indeterminado aún, al que se ansía llegar. A la construcción utópica le es
inherente también la pregunta por el camino. En el primer verso Peisetero pregunta al grajo:
¿Dices ir derecho, por donde se ve el árbol? (¿Qué ése es el camino, dices, donde se
ve el árbol?)
6
Uno de los mitos que Aristófanes incorpora a esta comedia es el de Tereo, rey de Tracia e hijo de Ares.
Tereo colaboró con Pandión, rey de Atenas, en la victoria sobre el tebano Lábdaco. Pandión le otorgó a su hija
Procne como recompensa. Tereo, ya en su reino, violó a Filomela, hermana de Procne, y le cortó la lengua para
que no hablara, pero ésta da a conocer lo sucedido mediante el bordado de un tapiz. Procne, en venganza, mata a
Itis, hijo del matrimonio, y se lo da a ingerir como vianda. Tereo, para vengarse, persigue con su espada a las
hermanas para vengarse, pero los dioses se compadecen y operan una metamorfosis, de modo que Tereo pasa a
ser Abubilla, ave de presa; Procne, el Ruiseñor, un sublimado símbolo del dolor, y Filomela, la Golondrina.
Cabe señalar que el mito presenta resultados distintos según las variantes. Tereo, en la comedia, introduce a los
dos viejos en el orbe de las aves y los salva de ser despedazados por ellas alegando que son parientes de su
esposa Procne.
7
Cf. A.H. Sommerstein, edit. cit. , Introducción, p. 3: “La apoteosis de Peisetero es sólo el clímax de un
modelo persistente, que encamina la obra desde el comienzo hasta el fin, de un modelo de subversión (en las
palabras y en los hechos) de las jerarquías establecidas del universo con sus infranqueables abismos entre
inmortales y mortales y entre hombres y animales inferiores”.
8
Leo Strauss en “Sócrates and Aristophanes”, New York,/London 1966, analiza detalladamente las
innumerables vinculaciones entre la obra del comediógrafo y el pensamiento “socrático”. En sus consideraciones
de la parábasis de Aves, lugar donde se expone la cosmogonía a que hacemos referencia, el autor señala:
“Seguramente que uno de los puntos más oscuros en el oscuro relato de las aves sobre los orígenes es el status
del aire, del principio por excelencia acordado al relato de Sócrates”, p.171
61
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
PEISETERO ¿Por qué, desgraciado de mí, vamos para arriba y para bajo?
Moriremos si proseguimos el camino a lo loco?
Desde esos lugares y a partir de las relaciones simbólicas que establece, hodós va
configurando una red de significaciones agrupadas en tres funciones ejes:
1- señalar los rasgos esenciales de la errancia; 2- indicar el modo de ser de su propia epifanía, 3-
abrir paso a las designaciones sucesivas y precisas del topos buscado.
La corneja dijo: “retroceder”, luego Peisetero se pregunta el porqué del errar sin
camino, hacia arriba y hacia abajo .Y afirma que los dos van a morir, a perecer totalmente si
prosiguen ese camino carente de orientación, que es errancia. Euélpides, a su vez, lamenta la
desmesurada extensión de lo andado, dando vueltas, perí, sobre los mismos pasos. Negada la
existencia del camino por la misma experiencia, le resta al hombre sólo constatar que está en
un lugar: aquí-aqui, entheutení, desde donde perdió no sólo el camino sino la patria, el lugar
de origen, pues ya no alcanzan a divisarla, ni siquiera sería visible, irónicamente, por un
personaje conocido que, descendiente de esclavos, adquirió la ciudadanía por cohecho. El
hombre sufre en ese lugar. Se insiste en la lejanía. Peisetero da señales de un sufrimiento
trágico, oimoi; su compañero semantiza el lamento en el sentido de “camino a la desgracia” y
le advierte que no está dispuesto a seguirlo. En este punto, la ausencia del camino es
equivalente a la muerte. Y Peisetero, que se niega a ir a la destrucción, recuerda la polis real y
se rehace afirmándose en la crítica, (mal recuerda a los comerciantes pícaros que les
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
vendieron aves que tan mal vaticinan, crítica que sin duda habría de contar, en el momento de
la representación, con una recepción bastante favorable de parte del público). Es aceptada
como evidente la no existencia del camino:
Pero los pájaros acompañantes comienzan a dar signos de señalar el camino, a lo que
sigue una nueva frustración. Y a la nueva frustración, el afirmarse en la crítica a la polis real.
El camino parece hacerse manifiesto a la vez que se oculta, y el hombre debe apelar a su
reserva ética para no perecer. Peisetero se dirige a los espectadores y desarrolla una
fundamentación de su actitud de repulsa y de huida, y desnuda la impotencia por no encontrar
el camino. (29), última emergencia del lexema. Luego, una nueva tentativa de interrogar a las
aves resulta exitosa. La corneja mira para arriba como para indicar algo (frazei) y el grajo se
quedó con el pico abierto como para señalar algo (deiknus). Y al golpear de las piedras
aparece un servidor de Tereo, desde el lugar del mito y de la extraña, para nosotros, mezcla de
gene. El camino que creían no existir era el que, ignorantes de él, habían recorrido. De modo
que podemos definir las características de existencia del objeto designado por el término
hodós en el prólogo de aves como una presencia cuya existencia se oculta al hombre y cuyo
manifestase se produce por sí mismo, El hombre no posee saber previo acerca de esa
existencia, la búsqueda es errática, de desvío, circular. El árbol, las rocas, las aves dan
indicios de su cercanía. El análisis autoriza a considerarlo relevante como símbolo en la
configuración del pensamiento utópico en sus primeros momentos.
Una vez hallado el camino sin saberlo, se está cerca de la meta, el topos atopos, al que
hay que definir. La determinación de ese topos comienza al ser calificado como apragmon,
metaforizado por la manta de buena lana que abriga al hombre en el lecho de invierno, manta
en la que se puede meter como si en sus ensueños y necesidad de serenidad el hombre pudiera
reintroducirse en el seno materno. Lo cual equivale a decir que en la polis de la cual se huye,
las condiciones hacen imposible la preservación de la vida humana. Luego, ya en el plano del
mito y en alianza con las aves, el lugar para el topos atopos es el polo de las aves, dicho así, y
luego polis, y bautizada Nefelokokkugía, pero con Palas Atenea como divinidad políada, es
decir, de nuevo Atenas. Lo que equivale decir que no se funda una nueva ciudad sino sólo
poéticamente: políticamente se refunda Atenas.
El análisis de estos pocos versos permite inferir la presencia de una intuición política
expresada en términos poéticos, metaforizada en el lexema camino como símbolo del inicio
de una utopía. Concluimos con la puntualización de las instancias de ese emerger, según el
texto analizado:
• Una instancia de crítica con respecto a la polis en la que se está, crítica fundada en
criterios éticos personales y transpersonales.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
TRADUCCION
PEISETERO ¿Por qué, desgraciado, vamos para arriba y para abajo? Moriremos yendo
y viniendo a lo loco por el camino.
EVELPIDES ¡Que yo haga un periplo de más de mil estadios de camino por obedecer a
una corneja!
PEISETERO ¡Que yo, desgraciado de mí, me haga polvo los dedos de los pies, por
obedecer a un grajo!
PEISETERO Gran favor nos hizo el pajarero del mercado, Filócrates el loco, que nos
aseguró que estos dos nos iban a señalar a Tereo, el hombre que se transformó en pájaro, y
nos vendió por un óbolo a este grajo que parece el hijo de Terrélides y a ésta por tres. Pero no
saben más que morder. al grajo Y ahora, ¿por qué te quedas con el pico abierto? ¿Es que hay
un lugar donde nos lleves, rocas abajo? Por aquí no hay ningún camino.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
PEISETERO al público ¿No es extraño, realmente, que nosotros, que queremos ir... a
los cuervos y habiendo hecho los preparativos, no podamos encontrar el camino?(v.29) Pues
nosotros, varones que nos están escuchando, sufrimos de un mal contrario al de Sacas. Porque
éste, que no es ciudadano, quiere serlo por la fuerza; nosotros, en cambio, estimados por la
tribu y por la el clan, ciudadanos entre ciudadanos, sin que nadie nos ahuyente volamos de
nuestra patria con los dos pies, y no porque odiemos a aquella ciudad, como si no fuera por
naturaleza grandiosa y feliz, y libre para todos... a la hora de imponer gravámenes. Así es. Las
cigarras cantan en las ramas uno o dos meses. Los atenienses, en cambio, cantan toda la vida
encaramados en los procesos. Por esta razón hacemos este camino, y con un canasto, una
marmita y ramas de mirto vamos errantes a la búsqueda de un lugar libre de preocupaciones
donde poder establecernos para vivir. Nuestra expedición va en busca de Tereo, el ave
Abubilla, preocupados por saber si acaso él en sus revoloteos vio una ciudad así.
PEISETERO Y el grajo se quedó con el pico abierto hacia arriba como indicándome
algo. Entonces no es imposible que haya pájaros aquí. Ya lo sabremos, si hacemos ruido.
(Traducción: L. Balzaretti)
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
Abstract
El carácter inclasificable de la obra de Artaud, permite pensar su textualidad cómo un
viaje. En el presente trabajo analizaremos el relato de viaje a México.
Este viaje que Artaud realiza tiene comienzos divergentes en el tiempo: el primero de
ellos, se ubica en un Febrero de 1936 y su partida al encuentro con los Tarahumaras. El
segundo, en una línea difusa de tensiones de búsqueda de un nuevo hombre, un nuevo sentido
a la idea de cultura, quizá había comenzado en la concepción misma de poesía, de obra como
absoluto.
Podríamos afirmar entonces que la metáfora del viaje se cumple en Artaud, en su vida,
en su obra, en su teatro, en su metafísica, en sus relaciones con el movimiento surrealista
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
Abstract
El propósito de la ponencia consiste en presentar los célebres Viajes de Gulliver (1726),
de Jonathan Swift en una perspectiva que haga posible su comprensión, no sólo como la ácida
crítica a la sociedad inglesa del siglo XVIII, sino también como un vigoroso alegato contra la
utopía de una sociedad tecnológica anticipada por Francis Bacon e impulsada durante esos
años por la Real Sociedad Científica de Londres.
The Gulliver’s Travells, conceived from the Lucian of Samosata’s satiric tales, attack
not only the play of science and technology in social and economic life, principal aspect of
baconian’s thought, but also their ethic and philosophical basis are censored. These aspects
show the Swift’s work as an anti-modern argument, before the emplacement of the modern
society on this time.
From this prospect, the Gulliver’s Travells, especially to Laputa and Lagado, show a
capital next between the ancient literary tradition and the bursting in of the «science’s fiction»
as the place for the critic and reflection on relationship of conflict between the human
knowledge and power
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
Texto
Con la rara excepción de los relatos de Cyrano de Bergerar (1619-1655) 9 sobre sus
imaginarios viajes a la Luna y el Sol, existe un generalizado consenso con respecto a que la
obra de Jonathan Swift (1667-1745), el célebre autor de los Viajes de Gulliver (1726) 10 ha
sentado a través de ella uno de los pilares fundadores de la ciencia-ficción moderna. En
efecto, al describir el viaje de su protagonista a la Isla Voladora de Laputa y al País de los
Balnibarbi, en cuya capital, Lagado, sitúa una singular Academia cuyos inventos y
descubrimientos anticipan, entre otras maravillas, los beneficios de la computación y los
horrores de las policías políticas de los Estados totalitarios del siglo XX. Swift, a diferencia
de Cyrano, habría creado no sólo un género de anticipación científica enteramente diferente
de los viajes espaciales de aquél, sino también cierta forma de concebir el futuro de la ciencia
y de la técnica como una amenaza latente para la perduración de ciertos aspectos elementales
de la condición humana.
La Inglaterra de Jonathan Swift, sin embargo, era el ámbito adecuado para la aparición
de este particular género literario. A comienzos del siglo XVIII, la monarquía británica, su
estructura productiva y sus actores sociales anticipan más de cien años los derroteros de las
transformaciones que el Continente iba a recorrer hacia la modernidad. El violento y
temprano crecimiento de sus ciudades, superior al de cualquiera otra de las naciones de
Europa, suministraba los escenarios adecuados para que los sectores ilustrados y las plebes en
proceso de creciente desplazamiento del campo a la ciudad compartieran la experiencia
singular de un mutuo reconocimiento en el proceso de transformaciones materiales y
culturales del período; la inesperada irrupción de una literatura testimonial y "burguesa” se
mostró capaz desde muy pronto de realizar su producción artística gracias a una nueva
sensibilidad colectiva, y atraviesa un período de verdadero esplendor en las obras de Daniel
Defoe, Thomas Fielding, Samuel Johnson, que suministran una fuente adecuada para la
comprensión de un mercado cultural que descubre muy anticipadamente los beneficios
materiales y los pesados costos sociales, psicológicos y culturales de la experiencia
moderna. 11
El propósito de la ponencia consiste en analizar la obra del notable autor de los Viajes
de Gulliver que, en tanto producto de una sociedad que percibe los efectos de la
transformación científica y tecnológica nunca antes experimentados en esa dimensión e
intensidad por ninguna sociedad anterior, representa una de las más profundas y complejas
construcciones literarias sobre los logros, límites y peligros de los resultados de ese proceso
que su lúcida precognición le pone al alcance. En tal sentido, Los Viajes a varias naciones
remotas por Lemuel Gulliver, primero cirujano y ahora capitán de navíos (1726) representan
una osada y perspicaz interpretación sobre los efectos menos deseados que el autor advierte
en el futuro inminente, situados, sin embargo en la módica experiencia de un típico
9
Cyrano de Bergerac, S. de: L’Autre Monde, en Oeuvres completes, Paris, Libraire Bellin, 1977, p. 353-
507.
10
Swift, J.: Gulliver’s Travels, Oxford, Oxford University Press, 1984. Introduction by Paul Turner, 379
p.
11
Amelang, J.: "El burgués", R. Villari (comp.): El hombre del Barroco, Madrid, Alianza, 1991, Hill,
Ch.: De la Reforma a la Revolución Industrial 1530-1780, Barcelona, Ariel, 1980, Hill, Ch.: Los orígenes
intelectuales de la Revolución Inglesa, Barcelona, Crítica, 1980.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
representante de las pujantes clases medias inglesas de su época, que adquirían poder y
prestigio gracias a su constricción al trabajo y a su especializado manejo de la nueva ciencia y
de la nueva técnica: el capitán Lemuel Gulliver.
Aunque este trabajo procura instalar los Viajes en una larga tradición en que la literatura
de viajes no sólo ha sido utilizada como un instrumento de crítica a la sociedad en particular,
sino también como forma de reflexión sobre la condición humana como totalidad y sobre su
naturaleza social, se propone además poner de relieve la singularidad de una empresa literaria
en que, por primera vez, puede registrarse una concepción a la vez sistemática y escéptica
sobre los alcances del impacto tecnológico en la sociedad futura. Este propósito se vincula, a
su vez, con el intento de describir las condiciones materiales e ideológicas de producción de la
obra, de modo de indicar en ella esos aspectos que movieron a este clérigo anglicano a
ensayar, a la vez que una brillante descripción de los principales elementos de la modernidad
tal como se le presentaban a sus ojos, una severa condena de los mismos en relación con sus
expectativas sobre el futuro del mundo social que le tocaba describir y sobre el cual aspiraba a
profetizar.
Sin embargo, este doble sentido moderno de la literatura de viajes parece hundir sus
orígenes en la más antigua tradición cultural de Occidente, en los comienzos mismos de la
cultura clásica. Así, en el libro II de sus Historias, Heródoto (484-406 a. C.) lanza una
paradójica contraposición entre las costumbres de los egipcios y las de sus compatriotas
griegos, 13 donde la cultura egipcia se muestra como el espejo invertido en el que la polis
griega podrá encontrar, si se lo propone, los instrumentos necesarios para reflexionar sobre la
universalidad de los valores y las conductas y la validez de las actitudes culturales propias,
que ya comienzan a dejar de ser concebidas como las únicas legítimas o explicables.
12
La influencia de los viajes en la concepción cultural europea del hombre, la sociedad y los sistemas
políticos y sociales en Hazard, P.: La crisis de la conciencia europea 1680-1715, Madrid, Alianza, 1988, y
Hazard, P.: El pensamiento europeo en el Siglo XVIII, Madrid, Revista de Occidente, 1946.
13
Heródoto: Los nueve libros de la Historia, Buenos Aires, El Ateneo, 1968, libro II, p. 106-195.
14
Luciano: Obras Completas, Madrid, Gredos, 1961, tomo I, p. 172-227.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
derecho a presentar sus fantasías como verdades irrecusables, del mismo modo que lo han
hecho los respetables autores hacia los cuales dirige su sátira. La descendencia de la Historia
Verdadera será larga y fructífera: se proyectará por lo menos hasta Cyrano de Bergerac y casi
con seguridad hasta el propio Swift. Luciano introduce de un modo mucho más explícito que
Heródoto su propósito de atacar no sólo algunos valores y conductas considerados correctos
desde una perspectiva etnocéntrica: su estilo y sus argumentos están claramente dirigidos
contra la tradición del saber ilustrado de su sociedad, para ponerla en el banquillo de los
acusados y para condenarla como enteramente falaz. Pero cuando Cyrano de Bergerac escribe
su Historia cómica de los Imperios y Estados de la Luna y el Sol, el ataque contra la tradición
ha tomado la forma de una virulenta crítica contra la concepción geocéntrica del Universo
aristotélico y ptolemaico y de una abierta proclama racional y materialista a favor de la
pluralidad de los mundos habitados y de franca asunción del carácter limitado de todos los
saberes y valores humanos. Cyrano ha sintetizado mejor que nadie la tradición crítica de la
antigua literatura del viaje fantástico con las aspiraciones a los nuevos saberes y los nuevos
lenguajes introducidos por la Revolución Científica.
Los Viajes de Gulliver aciertan a realizar una contribución decisiva en el género que
luego se denominaría ciencia-ficción y tornan polémica su paternidad, igualmente atribuida a
Cyrano de Bergerac y al propio Swift. En Cyrano -que como Swift escribe su historia en
primera persona, pero sin que medie allí el discurso de un personaje tan nítidamente
compuesto como Gulliver, claro exponente de los valores y aspiraciones de las clases medias
ilustradas de Inglaterra- perduran elementos de la tradición mágica y hermética: las alusiones
a Pitágoras y a Epicuro se combinan con las menciones de la sabiduría de Cardano y de
Kepler y con la acción de entidades espirituales, el entramado mágico entre los elementos de
la naturaleza y otros elementos todavía instalados en el paradigma de una naturaleza animada
aún por una fuerza espiritual viva y perceptible.
En Swift, en cambio, todo el peso de esa tradición mágica desaparece por completo y el
lenguaje racionalista y objetivo de ese profesional burgués ascendente que es Gulliver no da
lugar a resquicios: se trata de un relato ficticio y hasta descabellado que cumple, sin embargo,
con todas y cada una de las reglas del informe de viajes y puede ser tomado como verdadero
modelo de esa literatura. No hay ironías ni valoraciones en los conceptos de Gulliver -con
excepción del último viaje- es un relato lineal y casi sin digresiones, ni juegos de palabras, ni
siquiera alguna alusión al saber tradicional en proverbios o referencias directas a la religión.
Por el contrario, el lenguaje de Gulliver es técnico y preciso: da posiciones geográficas con
exactitud, explica sin inmutarse el mecanismo de vuelo de la Isla Voladora, revela los secretos
del uso adecuado de la pólvora, orienta al lector en el manejo de un navío de vela.
Las causas y propósitos de esta aparente paradoja hay que encontrarlas en la vida del
propio Jonathan Swift, en su formación personal y en el entorno social y material que le tocó
vivir a mediados del siglo XVIII, 15 en una sociedad donde los hombres como Gulliver podían
15
Quintana, R.: Swift: An Introduction, Londres, 1955; Ehrenpreis, I.: Swift: The Man, his Works and the
Age, Londres, 1962-1983, tres volúmenes; Voigt, M.: Swift and the twentieth century, Detroit, 1964,-Vickers, B.:
The World of Jonathan Swift: Essay for the Tercentenary, Oxford, 1968; Rawson, C.J. (ed.) Swift, Londres,
1971; Downie, J.A.: Jonathan Swift: Political Writer, Londres, 1984.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
encontrarse en las calles de Londres prosperando con rapidez mientras se dedicaban a los
negocios coloniales, a la navegación y al cultivo del nuevo saber científico y técnico. De
hecho, el plan de los viajes, el lenguaje técnico y documental de las descripciones y sus
referencias geográficas fueron tomados o directamente copiados por Swift de los viajes de del
bucanero William Dampier, que entre 1686 y 1699 realizó por lo menos dos viajes a los
Mares del Sur, más allá del Cabo de Buena Esperanza, escenarios de las aventuras de su
personaje. 16
16
Dampier, W.: A New Voyage Round the World, Londres, 1697. Véase Bitterli, U.: Los "salvajes" y los
"civilizados". El encuentro de Europa y Ultramar, México, F.C.E., 1982, cap. I.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
originada en su creciente avidez de bienes prestigiosos, impulsó a las artes inglesas a realizar
cambios que, más de un siglo después, llegarían al Continente para acompañar como nuevos
valores el ascenso de la burguesía. Es que la llegada de elencos de nacientes aristócratas
enriquecidos en el comercio, la agricultura y la negociación política parlamentaria provoca un
reemplazo en los hombres, al mismo tiempo que se mantienen los títulos, los cargos, las
magistraturas, las prelaturas, las bancas, los ministerios y las profesiones de la sociedad
tradicional, anteriores a la Restauración. La oligarquía whig que luego se haría cargo del
poder durante el prolongado ministerio de Roberto Walpole y el reinado de Jorge I (1714-
1727) y Jorge II (1727-1760) de Hannover, ya se había conformado como núcleo del nuevo
poder económico y social. En unas décadas se adueñaría prácticamente de todo el poder
político.
Como tratará de mostrarlo Swift, esa oligarquía whig quiere mostrar orgullo por su
presente y confianza por el futuro de Inglaterra, pero cierra los ojos a las miserias de los
excluidos y se niega a admitir que su racionalismo, su objetividad y su aparente moderación
no son otra cosa que hábiles artificios destinados a ocultar a los otros y ocultarse a sí misma
que el suyo es un ejercicio del poder tan impiadoso, venal y egoísta como el de cualquier otro
autoritarismo, en todo caso más hipócrita por presentarse a sí mismo como fundado en el libre
ejercicio de la razón y en la supuesta defensa de la naturaleza humana.
Entre los miembros de la más alta aristocracia inglesa, aunque sin pertenecer a ese
nuevo sector de gentlemen plutócratas, tanto por su alto rango social como por la antigüedad
de su linaje, brilló sir William Temple (1628-1699) que en Aquisgrán y en Nimega supo
negociar las paces que limitaron las ambiciones de Luis XIV de convertirse en dueño único de
la margen sur del Canal de la Mancha y atrajeron a Holanda a una alianza con su país. La
experiencia de Temple en las Provincias Unidas, reflejada luego en sus Memorias
(1672-1679), pero especialmente en sus Notas sobre el estado de las Provincias Unidas
(1674) resultará paradójica con algunas de sus opiniones posteriores. Retirado del servicio, Sir
William se hizo presente con sus Ensayos sobre el saber de los antiguos y modernos, en la
polémica que a lo largo del siglo XVII invitaba a los sabios del Continente a expedirse sobre
la posibilidad de que el conocimiento de esos años hubiese podido dejar atrás la tutela de los
maestros griegos y latinos, polémica que concluyó en los primeros años del siglo XVIII, y que
pasó a la historia como la Querella entre Antiguos y Modernos.
72
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
cambios educativos y de los progresos del empirismo y de las ciencias aplicadas, producto
legítimo de la obra filosófica y profética de Francis Bacon, y de los institutos y academias
controlados por los disidentes religiosos.
Esos valores e inquietudes son los que Gulliver hace explícitos ante los divertidos
nobles de Luggnag, cuando éstos le preguntan qué haría si le hubiese tocado en suerte nacer
struldbrug, es decir inmortal. Reuniría primero una fortuna que le permitiese afrontar su
inacabable existencia, luego se dedicaría a reunir todos los conocimientos que pudiese reunir
en historia, política, ciencias y letras, de modo que al final de esta carrera se volviese un
personaje de indispensable consulta para reyes, gobernantes y ministros. Riqueza, saber,
poder, en suma: el programa de ascenso de la burguesía.
Trazando su derrotero biográfico Gulliver realiza una buena parte de este trayecto hacia
el poder: su fortuna mejora como médico de a bordo, en varios viajes que realiza a las Indias
Orientales y Occidentales, y en esa situación se encuentra en 1699, cuando se embarca en el
viaje que lo llevará a Liliput, lo mismo que en 1702, cuando llega a Brobdignang. Pero en su
viaje a Laputa, en 1706, ya no necesita ofrecer sus servicios, sino que los mismos le son
solicitados a cambio de grandes ventajas; su capitán, incluso, le confía la dirección de una
balandra cargada de mercaderías que es asaltada por piratas, de resultas de lo cual queda
abandonado en el mar, a merced de los elementos. Antes de viajar a la República de los
Houyhnhnms, en 1710, está en condiciones de abandonar su oficio, y en virtud de sus
avanzados conocimientos de navegación, conseguir un puesto como capitán de barco. Lo
cierto es que el relato permite contemplar la dimensión del progreso social del protagonista,
porque de regreso a Inglaterra, y para no extrañar a sus admirados Houyhnhnms, tiene
recursos como para "comprar dos caballos jóvenes, a los que instalé en muy buen establo",
con caballerizo incluido. Pero en el conjunto de la obra, la crítica va siendo cada vez más
general, profunda y radical a medida que uno se adentra en la demoledora descripción de la
sociedad burguesa.
Esta sociedad materialista es, sin embargo la más progresista de Europa, y también la
más envidiada en las demás naciones por lo avanzado de sus instituciones representativas y
Gulliver, representante de la pujante clase media que Inglaterra prohíja en su expansión
mercantil y en su progreso político, abjura, al final de la obra, de los valores que lo han puesto
en una posición expectable respecto de una buena porción de sus compatriotas asalariados,
granjeros, sirvientes y artesanos, y se convierte en un juez inflexible de la política
parlamentaria, los ministerios, la judicatura, el comercio, la industria y el consumo. Pero esa
abjuración resultaría incomprensible sin observar de qué manera los cimientos de la
arquitectura que viene sustentando la escalera por la que trepan estos hombres: la vida urbana,
la superioridad del conocimiento científico, la noción del progreso histórico. Y es aquí, en los
viajes de Gulliver a Laputa y Balnibarbi, donde el relato de Swift se convierte de una sátira
fantástica en un verdadero viaje al futuro.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
capacidad de sus ingenieros y astrónomos, para mantenerla y dirigirla y, por otro, la perfecta
impericia de sus artesanos más modestos. Las construcciones que se levantan en su superficie
resultan notables por la imperfección de su arquitectura. La ridiculez de las vestimentas de sus
habitantes completa ese efecto contradictorio entre el deslumbramiento y la falta de exactitud
para las operaciones más elementales, resultado del abismo existente entre las pretensiones
geométricas, matemáticas musicales de esos sofisticados astrónomos y su torpeza para operar
con ellas en cuestiones de mera práctica. Después de presentar el conveniente método de
demoler las ciudades rebeldes o enemigas desde el aire, anticipo sagaz del empleo que en el
futuro se dará a las máquinas voladoras. 17 El personaje de Swift baja a tierra en la ciudad de
Lagado.
Lagado, la capital de Balnibarbi y de todo el reino –que incluye la corte aérea del Rey
de Laputa- es la sede de espíritus más prácticos que los de las «regiones aéreas». En efecto,
mientras que en la ciudad, nave e isla, habitan junto al monarca sólo los matemáticos, los
astrónomos y los músicos, en Lagado, según se informa el autor de boca de Munodi, el noble
de ideas conservadoras que le sirve de anfitrión,
"hacía cuarenta años ciertas personas habían ido a Laputa, algunos por negocios y
otros por diversión, y después de cinco meses habían vuelto con una pequeña tintura
en matemáticas, pero con el cerebro lleno de espíritus volátiles adquiridos en esas
regiones de los aires. Que esas personas, a su retorno, habían empezado a ver con
disgusto el manejo de cada una de las cosas en tierra firme, y se entregaron a la
obra de levantar esquemas sobre una nueva base para todas las artes, las ciencias,
las lenguas y la mecánica Con ese fin, recabaron una patente real para erigir en
Lagado una Academia de Proyectistas.” 18
Laputa es el reinado aéreo de las ciencias puras, las que sólo ejercitan la especulación y
el cálculo, Lagado y Balnibarbi representan la parte del Estado dirigido por ingenieros e
investigadores, pero en una admirable presentación alegórica y literaria Swift se apresura no
sólo a mostrar la íntima vinculación entre representaciones matemáticas y lógicas y
aplicaciones técnicas mecánicas y concretas –aporte decisivo de la Revolución Científica-
sino a señalar los resultados desastrosos de esa combinación para la sociedad humana.
Para comenzar, la descripción de las ciudades y los campos balnibarbos tiene un fuerte
dejo a literatura de anticipación de los siglos posteriores –Blake, Zamiatin, Orwell- en la
tercera década del XVIII:
"Las casas son de una construcción muy extraña y en su mayoría no están bien
reparadas. Los personas caminaban apresuradas por las calles, y parecían
desaforadas, llevaban la mirada fija y andaban cubiertos de andrajos. Atravesamos
luego una de las entradas de la ciudad y marchamos unas tres millas por el campo,
donde vi muchos labradores trabajando el suelo con variadas herramientas, más no
fui capaz de conjeturar lo qué hacían, ni observé perspectiva alguna de crecimiento
17
Swift, J.: Gulliver’s Travels, p. 168-170.
18
Swift, J.: Gulliver’s Travels, p. 176. Traducción del autor
75
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
Esta descripción se completa luego con uno de los episodios más contundentes desde el
punto de vista literario y filosófico de toda la obra: la visita del autor a la Academia de
Lagado, contrautopía degradante de la Casa de Salomón propuesta por Francis Bacon en la
Nueva Atlántida (1627) como instrumento indispensable para impulsar el progreso científico
y material de su utopía tecnológica, y sátira directa de la Royal Society de Londres, dirigida y
controlada por la monarquía.
19
Swift, J.: Gulliver’s Travels, p. 174. Traducción del autor
20
Swift, J.: Gulliver’s Travels, notas p. 348 y ss.
21
Véase Eco, U.: La búsqueda de la lengua perfecta, Barcelona, Grijalbo Mondadori, 1996, en particular
las páginas destinadas a John Wilkins, cap. XII.
76
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
político que considera a las instituciones con las mismas posibilidades de ser sanadas por
medio de médicos y cirujanos, de la misma manera que los individuos; algunos intelectuales
proponen un sistema impositivo que se asiente sobre las cualidades más preciadas por los
hombres, la galantería, la cortesía, el valor y el talento, dado que todos los hombres están
convencidos de poseerlas y hacen ostentación de ellas. Para estos científicos sociales –una
intuición de Swift que instala a los tratadistas políticos y a los teóricos del poder como parte
de un plan de dominación más acabado y completo, anticipando las interpretaciones en ese
sentido de Dostoievsky y de Foucault- Gulliver dicta una breve conferencia sobre las
prácticas del espionaje, la provocación y la delación en el Reino de Tribnia (aliteración de
Britania) que los nativos llaman Langden (England, Inglaterra):
"Les expliqué que en el Reino de Tribnia, que los nativos llaman Langden, en el que
había residido durante largo tiempo la masa del pueblo consistía... totalmente en
investigadores, informadores, testigos, acusadores, perseguidores, presentadores de
evidencias y escuchas responsables, cada uno con sus diversos instrumentos,
auxiliares y subalternos, todos ellos bajo el mismo pabellón, factura y paga de los
ministros del Estado y sus ayudantes. En aquel reino, el descubrimiento de conjuras
es usualmente el trabajo de esas personas, quienes desean acreditarse como
políticos profundos, restaurar nuevo vigor a una administración floja, burlar o
desvirtuar el general descontento, llenarse el bolsillo de confiscaciones y alzar o
aminorar la opinión de que goza el crédito público, a la vez que procurar su ventaja
privada. Siempre se acuerda y conviene entre ellos qué personas serán acusadas de
conspiración, tras lo cual se procede a adueñarse de sus cartas y sus otros papeles,
de acuerdo a las ventajas que pueda obtenerse con ello... Los papeles se entregan a
un cuerpo de técnicos muy diestros en descubrir el significado misterioso de
palabras, sílabas y letras. Así, hallan que una bandada de gansos puede significar
un senado; un perro cojo, un invasor; la peste, un ejército acampado; un majadero,
un primer ministro; la gota, un sumo sacerdote; una horca, un secretario de Estado;
una bacinilla, un comité de los Grandes: una criba, una dama de la corte; una
escoba, una revolución; una ratonera, un cargo; un pozo, la hacienda pública; un
cenagal, la corte; un bufón, un favorito; una caña rota, un tribunal de justicia un
odre vacío, un general; una llaga abierta, la administración” 22
Esta sombría descripción de Gulliver, que anticipa los procedimientos de los Estados
totalitarios y las policías secretas del siglo XX, recibe una calurosa felicitación de un sabio de
Lagado.
Es muy difícil que alguien haya escrito una sátira tan demoledora y definitiva sobre la
ciencia como la que redactó Swift en el viaje a Laputa, no sólo por lo perdurable de la misma
(la inconsistencia de las investigaciones, la lucha por los recursos para la investigación, la
ceguera ética de muchos científicos al servicio de cualquier poder, la constitución de un saber
destinado a perfeccionar los mecanismos de dominio y de sumisión, la articulación eficaz
entre ciencia, explotación y deshumanización) sino también por estar claramente dirigida
22
Swift, J.: Gulliver’s Travels, p. 191-192. Traducción del autor.
77
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
contra la obra del fundador de esta alianza de ciencia y técnica -esto es, entre los matemáticos,
astrónomos y músicos de Laputa y los proyectistas e ingenieros de Lagado- Sir Francis
Bacon, y contra buena parte de su herencia, la Royal Society, denunciada como instrumento
no sólo de delirio y extravagancia, sino como recurso para consolidar un control más eficaz
sobre los hombres, los recursos y los discursos. Lagado, entonces, se presenta como la
contrautopía baconiana, y su Academia, la caricatura ruinosa de la Casa de Salomón, es a la
vez no sólo la contemporánea Sociedad de Ciencias de la Monarquía inglesa, sino el modelo
de una forma de producir conocimiento que, dominando el mundo a partir del siglo XVIII,
sólo orientará la investigación en los campos provechosos para la consolidación del poder que
lo respalda. Para Swift, entonces, los proyectos de la nueva ciencia, son un peligroso
instrumento de caos o, más bien, una incitación a despertar apetitos de dominio y explotación
del mundo y del hombre que sería mejor que siguieran dormidos.
Farsa e Historia
Ahora bien, para sustentar este punto de vista hace falta que Swift exponga todavía un
punto de vista más radical, que selle de manera contundente la afirmación de Bacon de que el
género humano, como los individuos particulares, debe considerarse a sí mismo más sabio y
más experto a medida que el tiempo transcurre y se completa su conocimiento del mundo y su
experiencia se hace más exhaustiva y providente. 23 En fin, hay que dar un golpe de muerte a
toda noción de progreso, a todo principio de evolución. Es ésta la réplica de Swift a los
argumentos del progreso, que para probar su validez echan mano de los logros más visibles de
la modernidad: la navegación oceánica, las armas de fuego, las tierras de ultramar, la brújula,
el reloj de cuerda, los lentes, los molinos de viento, la fundición de metales en enormes
cantidades, el barómetro, la bomba hidráulica y tantos descubrimientos, inventos y
transformaciones más en la geografía, la astronomía, la mecánica, la navegación, la fundición,
la medicina, la minería. Y aunque el papel de la ciencia y de la técnica como instrumentos del
delirio humano y de su insanable ambición de dominio ya se hayan expuesto en el viaje a
Laputa y a Lagado, sólo una visita del reino de los difuntos podría aportar de manera decisiva
a su convicción sobre la inexistencia del progreso, y sólo la evidencia de una concreta, terrible
e interminable decadencia de la humanidad brindaría la certeza sobre la imposibilidad de todo
perfeccionamiento del hombre.
Pide que se le presenten los senadores romanos junto a los parlamentarios ingleses: los
primeros le parecen "una asamblea de héroes y semidioses, los segundos, una reunión de
buhoneros, rateros, salteadores de caminos y rufianes". Un viejo hacendado inglés es evocado
como "uno de aquellos tipos tan famosos por la sencillez de sus maneras, vida y atuendo y su
justicia en los tratos; por su sincero espíritu de libertad; por su valor y amor a la patria", cuyas
23
Bacon. F.: Novum Organum. Aforismos sobre la interpretación de la naturaleza y el reino de los
hombres, Barcelona, Hyspamérica, 1984, p. 54-55.
78
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
virtudes prostituyeron sus coetáneos, los nietos de aquellos hombres, a cambio de un puñado
de dinero "al vender sus votos e intrigar en las elecciones", y así "habían aprendido toda la
corrupción y vicios que quepan aprender en una corte". La historia, pues, no sólo muestra una
continua corrupción de las costumbres: si no fuera porque Gulliver entrevista en persona a los
difuntos, continuaría engañado por un hato de mentiras, dado que los discursos ficticios sobre
el pasado sólo se presentan favorables para aquellos que mejor han sabido acomodarse a las
circunstancias más allá de todo defecto moral o tara intelectual, y ninguna Providencia, ni
razón superior, ni programa divino preside el ciego decurso de las contingencias, los
accidentes y la mala voluntad de los individuos:
“Me disgustó sobre todo la historia moderna... encontré cuánto había sido
desfigurado el mundo por escritores mercenarios, que adscribieron a cobardes las
grandes hazañas bélicas, a necios los consejos prudentes, a aduladores la
sinceridad, la virtud romana a los traidores de su nación, la piedad a los ateos y la
veracidad a los delatores. Vi también cuántas inocentes y excelsas personas habían
sido condenadas a muerte o destierro a causa del influjo de los grandes ministros
sobre la corrupción de los jueces y la malicia de las facciones; cuántos villanos
habían sido exaltados a los más altos puestos de confianza, poder, dignidad y
provecho; cuánta parte en los actos de cortes, consejos y senados podían achacarse
a parásitos y bufones. ¡Qué opinión tan baja formé de la integridad y sabiduría del
género humano cuando fui verídicamente informado de los fundamentos y motivos
de las grandes empresas y revoluciones del mundo y de los minúsculos accidentes a
que debían su éxito! 24
Por cierto, no sólo la moral y la política están a merced del error, la contingencia, la
ignorancia y la intriga: las letras y las ciencias no escapan a ellas. Los comentaristas de
Homero, por ejemplo, sólo han agregado oscuridades al brillo de su obra. El propio
Aristóteles, modelo y síntesis del saber antiguo, queda perplejo ante el avance de la ciencia, y
resulta incapaz de afirmar algo sobre sus teorías en un sentido o en otro, pero es claro que no
cree que alguien haya incurrido en errores, ni él mismo ni sus continuadores.
"Le presenté a Homero, a Dídimo y a Eustaquio y le pedí que los tratase mejor de lo
que acaso merecieran, y él vio pronto que necesitaban un genio para que entrase en
el espíritu de un poeta. Pero Aristóteles perdió toda paciencia al oír lo que conté de
Escoto y Ramus, cuando se los presenté, y me preguntó si el resto de su tribu eran
tan grandes ineptos como ellos." 25
"...sus errores en filosofía natural, ya que procedía en muchas cosas por conjetura,
como todos los hombres necesitan hacer, y opinó que Gassendi, que había hecho las
doctrinas de Epicuro tan accesibles como podía serlo, y respecto de Descartes y de
24
Swift, J.: Gulliver’s Travels, p. 199 Traducción del autor.
25
Swift, J.: Gulliver’s Travels, p. 197 Traducción del autor.
79
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
A un conjunto de migajas sin pizca de sentido ni verdad, a eso queda reducida, para
Swift, la marcha de los siglos de la cual Bacon quiso derivar una ilusoria madurez para una
humanidad cada vez más sabia, más virtuosa, más perfecta. Nada seguro venía del pasado: las
miserias humanas se convertían en actos virtuosos y a la inversa, las grandes obras eran
depredadas por comentaristas incapaces y pedantes, las ciencias no podían proporcionar
ninguna certeza. Si verdades tan frágiles caían y se regeneraban cada porción de siglos al
punto que sólo podían ser mantenidas por fanáticos, constituían entonces una mera opinión ni
mejor ni peor que cualquier otra, en fin, una pobre apariencia de verdad.
"...obraban como los mortales hasta los treinta años, momento desde el cual
aumentaban en ellos el grado de melancolía y abatimiento, y esto se incrementaba
todavía más hasta llegar a los ochenta. Al llegar a los ochenta... no sólo padecían
todos los achaques y enfermedades de los otros ancianos, sino otros muchos, hijos
de la temible perspectiva de no morir nunca. No sólo eran tercos, codiciosos,
huraños, vanos, charlatanes, sino también incapaces de amistad y muertos para todo
afecto natural, que nunca se extendía más allá de sus nietos. La envidia y los deseos
impotentes eran sus pasiones prevalecientes... No recordaban nada sino lo que
habían visto en su juventud y madurez, y aún esto muy imperfectamente... Los menos
miserables de entre ellos parecían ser los que, chocheando, perdían por completo la
memoria...
“Las enfermedades a que están sujetos los ancianos continuaban en ellos, sin
aumentar ni disminuir. Al hablar, olvidaban los apelativos de las cosas, y los
nombres de las personas, incluso los de los más íntimos amigos y relaciones. Por la
mismas razón, no podían entretenerse con la lectura, ya que su memoria no les
permitía retener una frase del principio al fin, y ese defecto les privaba del único
placer de que hubiesen podido disfrutar” 27
26
Swift, J.: Gulliver’s Travels, p. 198 Traducción del autor.
27
Swift, J.: Gulliver’s Travels, p. 212-213. Traducción del autor.
80
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
Abstract
El breve ensayo tendrá como primer orden realizar una aproximación a la idea de lo
comprendido por empresa utópica, ya que esto lograría delimitar el campo de actuación y
ayudaría a una cabal comprensión de los temas a desarrollar.
Punto seguido abogaremos para demostrar que en todo viaje utópico existe un punto de
inflexión en el cual el mismo se torna irrealizable.
The short essay will have as first goal to realise an approximation to the idea of utopian
venture, this will help to limit the field of action and to reach a more faithful comprehension
of the topics to develop.
Next important point is to demonstrate that in all utopian voyages there is a point of
inflexion in which the voyage turns out impossible to realise. Likewise we will try to define
the range that the impossibility can have. This is important because the results that can arise
from an utopian voyage are very different and interesting for an analysis.
In the chapter that precedes the conclusions we can mention that there will be a, wide
and rich, collection of samples annexed. Due to their characteristics they don't fit exactly in
any of the other chapters. Also due to their great interests it’s worthy to treat them in an
autonomous way.
Remains the necessity of mentioning that in the last section of the essay we will make a
brief synopsis of the different items developed during the presentation.
82
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
Texto
En esto de escribir, por mucho que uno trate de mantenerse en el camino principal,
algunos desvíos laterales son una tentación difícil de resistir. Voy a vagar por uno
de estos desvíos. Si el lector me sigue acompañando, me alegraré 28
I. Palabras Previas
Habiendo tomado conocimiento de la celebración de este encuentro es que no dudamos
realizar un aporte por medio de estas someras líneas. Consideramos que la temática de los
viajes, mas precisamente: Las metáforas del viaje y sus imágenes y la literatura de viajeros
como problema; puede presentar y despertar enormes inquietudes dentro de los que
demostramos interés por el tema.
Todo viaje presenta un desafío y conforme lo pregonado por Emilio SALGARI (1863-
1911) debe ser realizado por hombres capaces de desafiar incluso al destino 29, esto sin hacer
demasiado hincapié en el hado, sino haciendo una inferencia hacia lo desconocido.
Esta premisa nos impulsa a encuadrar el presente trabajo dentro de la mesa temática
dedicada a los viajes utópicos, entendiendo como tales los que por alguna u otra razón no
llegan a cumplir su objetivo, id est, son irrealizables.
Más aún, anticipando el próximo apartado queremos acompañar unas breves líneas
dedicadas a la temeridad de los que enfrentan un viaje a lo desconocido.
Vale decir entonces que las expediciones descubridoras e investigadoras no son por
cierto viajes de placer. Exigen hombres íntegros que no teman a Dios ni al diablo, al frío ni al
calor, al hambre o a la sed, a los que no intimiden los pantanos ni las arenas del desierto, los
témpanos de hielo ni los huracanes, las rocas y los aludes, las bestias y los hombres. Hombres
de hierro con nervios de acero, duros para con los demás, a menudo hasta brutales y sin
compasión, pero también duros para consigo mismos, hasta el sacrificio de la propia vida.
Pocos son los que tienen suerte de escapar a todos los peligros y prender la victoria a su
bandera. Sus nombres surgen como cometas en el firmamento de la humanidad y ya nunca
más podrán extinguirse. No siempre su caída o triunfo dependen del valor, del vigor o de la
energía(…) la misteriosa fuerza que nosotros llamamos suerte echa las blancas o negras cartas
de la fortuna. 30
Breves, pero necesarias, son estas palabras previas que nos marcan el campo de
actuación de este humilde ensayo y nos alientan a continuar con el desarrollo de los distintos
acápites del mismo.
28
Melville, Herman; Billy Budd - marinero-, Madrid, Ed. Universal, 1998, pg. 21.
29
Salgari, Emilio; Los cazadores de focas de la Bahía de Baffin, Madrid, Ed. Universal, 1998, pg. 57.
30
Pollog, Carlos; Sobre continentes, mares y polos -Tomo I-, Bs. As., Ed. Peuser, 1953, pg. 12.
83
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
Es un término imaginario que fue inventado por el canciller inglés Tomas MORO (1478
- 1535), para dar título a su trabajo Utopía (c.1516) describiendo una república imaginaria.
31
Nos valimos de los siguientes volúmenes de referencia: Diccionario Enciclopédico Larousse, París, Ed.
Larousse, 1926 y Enciclopedia Ilustrada de la Lengua Castellana, Bs. As., Ed. Sapiens, 1956.
84
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
Quizá no huelgue agregar como cierre a este apartado, algunas escuetas líneas
relacionadas con el término viaje.
En dicha oportunidad, ante la adversidad y la proximidad del período de las lluvias, los
miembros de la aventura tuvieron que definir si se continuaba o no con el proyecto. Entendían
que estaban ante un punto que seguramente podría definir la imposibilidad de éxito o
consagrarlos en su máxima extensión.
Como se desprende de las líneas precedentes estamos ante una bisagra que determina el
mentado punto de inflexión.
Lamentablemente no hay evidencia sobre el hecho de que estos dos audaces hayan
alcanzado su objetivo. Fuere cual fuera el resultado el viaje se tornó utópico.
32
Younghusband, Francisco; La Epopeya del Everest, Barcelona, Ed. Juventud, 1950, pg.150.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
La historia nos enseña otra situación en la cual un viaje se tornó utópico y el punto de
inflexión se nota con claridad.
Nos referimos al momento en el cual, Roberto Falcon SCOTT (1868 – 1912), divisó el
estandarte noruego sobre el Polo Sur. Cabe recordar que fue en el verano del año 1912 Es en
aquel punto cuando el británico notó que su empresa no llegaría a buen término. Todo el
empréstito se había tornado utópico, ya que no llegar primero anulaba el objetivo de la
travesía. En posteriores apartados trataremos con mayor profundidad lo vivido por SCOTT en
su lucha por conquistar el Polo Sur
Otra interesante situación es la que nos proporcionaron algunos de los que participaron
del Premio Internacional Raymond ORTEIG. Este último había ofrecido en el año 1919 una
suma de $ 25.000 en favor del primer aviador que llegue a cruzar el Atlántico en embarcación
aérea, ya sea terrestre o marítima (mas pesada que el aire) desde París o el litoral de Francia
hasta Nueva York, o de Nueva York a París o al litoral de Francia, sin escalas 33
Podemos percibir que el punto de inflexión giraba alrededor del despegue, o en alta
mar. En las dos situaciones la hazaña podía tornarse irrealizable.
La primera de ellas es la que considera que desde su gestación, o aun desde antes, el
viaje puede entenderse como irrealizable.
33
Lindbergh, Carlos A.; El águila solitaria, Barcelona, Ed. Exito, 1954, pg. 451.
34
Idem, pg. 150
86
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
of Freedom. Es notable el hecho de no haber alcanzado el objetivo propuesto, más aún haber
conseguido notoriedad pública. Vale señalar que en su sexto intento logró el objetivo
planteado, logró aterrizar triunfalmente el 2 de julio del año 2002.
Por su parte la literatura universal nos ha proporcionado incontables relatos que sin
lugar a dudas encuadran perfectamente en este criterio. Sin mas pasaremos a desarrollar dos
de ellos.
Para ilustrar esta idea se torna oportuno hacer referencia a lo manifestado por León
Nicolaievich Conde de TOLSTOI (1826-1910) en su cuento Mucha tierra para un hombre. El
mentado relato describe un viaje emprendido por el mujik a una lejana comarca donde la tierra
fértil abundaba. La avaricia de este mujik lo obligó a imponer un desgaste físico que
avasallaba sus fuerzas, y esto lo empujó a la muerte.
El proyecto era utópico desde un comienzo, ya que el destino propuesto por el mujik
jamás iba a ser alcanzado, su ansia por mayores latifundios jamás sería saciada.
Las siguientes palabras extraídas del relato mencionado supra revisten un valor
significativo; al sostener de boca del mujik que la ambición me ha perdido. He
desaprovechado esta oportunidad. Me será imposible llegar antes de que el sol se ponga. 35
Notamos claramente que estamos ante un proyecto utópico, donde el protagonista del
mismo recién en la etapa final nota que jamás verá alcanzado su objetivo.
MELVILLE logra con estas líneas demostrar que desde un comienzo el objetivo del
viaje de Ahab no estaba acotado. Solo dar muerte al cetáceo pondría fin a su odisea. En el
contexto del relato podemos asumir que ese objetivo era irrealizable.
35
Tolstoi León; "Mucha tierra para un hombre" en Diez Cuentos Famosos ,Bs.As., Ed. Acme, 1949, pg.
56.
36
Melville, Herman; Moby-Dick la ballena blanca, Bs.As. , Ed. Ediciones Selectas, 1962, pg. 150.
87
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
Ya volcando la atención a los viajes que encuadran en la segunda categoría, i.e. los
viajes que se tornan utópicos a medida que se van desarrollando, podemos encontrar infinidad
de ejemplos que ilustren esta postura.
Remitirnos a los primeros acápites se torna necesario para poder entender que lo sufrido
por SCOTT, por un lado, y MALLORY por otro, encuadra en la segunda postura del díptico
de clasificación, esgrimido en el parágrafo anterior.
Lo experimentado por este último es uno de los mayores exponentes, cuando hacemos
referencia a un viaje irrealizable o utópico. Tenemos asimismo el ribete paradójico de que fue
finalmente realizado; hoc est, perdió su carácter de utópico, pero para su protagonista siempre
lo fue.
Epígrafe a este breve apartado, es señalar que se acompañaron diversas situaciones, con
la mera intención de dejar en clara las dos posibles posiciones; hecho que consideramos
alcanzado.
En su relato sobre la expedición al monte Annapurna (8078 mts.), nos describe con
extrema crudeza el costo que presentó haber logrado vencer la montaña y evitar que el plan
quedara trunco, ergo volverse utópico
Cabe agregar al lector que al hacer cumbre sus dedos sufrieron síntomas de
congelamiento, esto le causo inevitables amputaciones. Se desprende de su pluma fácil, que
los espectáculos de cirugía de campaña, la carnicería repugnante que hacía retroceder a los
más rudos indígenas, han ido embotando nuestra sensibilidad y no nos damos ya cuenta
exacta de su horror; el dedo que salta con un ruido seco y es lanzado como un accesorio
37
Conforme Zweig, Esteban; Magallanes -la aventura más audaz de la humanidad, Bs.As., Ed. Claridad,
1948.
88
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
inútil, la sangre que se derrama y que brota a chorro, el pus que esparce un mal olor
insoportable, todo esto nos deja casi indiferentes 38.
Queda plasmado que el espíritu del alpinista se fue curtiendo y desplazando de lado los
cuidados y reparos, inclusive para con su persona. Vale volver al último párrafo del primer
apartado en el que se trata de describir el espíritu de los que encaran proyectos monumentales.
Se nota claramente que arriesgan inclusive su propia integridad.
ii) Ya dentro de otro proyecto cabe acompañar las palabras de Emilio FERRO, quien
seguramente se encuentre entre los primeros colonos de la zona de Península Valdés (
c. 1920). En uno de sus innumerables viajes a lo largo de las amplias extensiones
patagónicas podemos encontrar las siguientes líneas que describen como se pueden
presentar, ante quien emprende el viaje, diversas cuestiones que manifiestan la
potencial impotencia para llegar a destino. El pionero sostiene que las primeras
dificultades que se [le] presentaron fueron en la preparación del itinerario, ya que las
regiones, por donde [se] proponía pasar, eran casi desconocidas y no existían sino
noticias vagas sobre los caminos que tenía que recorrer 39.
Para este colono gran parte, sino todos, los viajes que emprendió tenían ad initio aspecto
de irrealizables. Solo el tesón y la entrega lo impulsaron a invertir el carácter que estos
presentaban.
iii) La historia nos deja otra enriquecedora situación. En acápites anteriores hemos hecho
una somera referencia a la carrera que emprendieron hacia el Polo Sur, Roberto Falcon
SCOTT y Roald Engebrecht AMUNDSEN (1872 – 1928). Cabe recordar que este
último fue quien llegó en primer lugar al objetivo deseado, y que empujó el viaje de
SCOTT hacia un emprendimiento utópico.
Aporta al presente mencionar que, sin embargo hubo muchos que consideraron poco
decente el que un hombre emprendedor que había realizado sus preparativos en secreto (i.e.
AMUNDSEN), arrebatara los laureles de la victoria sobre el Polo Sur a otro, que hacía diez
años luchaba por obtenerlos.
Note Bene que el noruego había dado publicidad al hecho de que su viaje tenia como
objetivo el Polo Norte y que encontrándose en el Cabo de Hornos informo a su tripulación y
al resto del mundo que su verdadero objetivo era el Polo Meridional.
38
Herzog, Mauricio; Annapurna -primer 8000- Barcelona, Ed. Juventud, 1953, pg.285.
39
Ferro, Emilio; La Patagonia como la conocí, Bs. As., Ed. Marymar, 1978, pg. 215.
89
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
explorador AMUNDSEN 40. quien se disponía sobrevolar por primera vez el Polo boreal. Esto
fue el 9 de mayo de 1926.
Se nota claramente por su letra descendente y poco firme, que su ánimo no era el mejor.
Hay que considerar que para ese tipo de empresas se torna imperioso poseer un estado físico y
anímico óptimo, ya que ante cualquier flaqueza las inclemencias climáticas se sienten
potenciadas.
Bien vale acompañar extractos del diario de SCOTT, en los cuales queda plasmado su
sentir, y se nota el punto de inflexión del que estuvimos haciendo mención ad initio.
“16 de enero, martes. Ha ocurrido lo peor que podía ocurrirnos. Durante las
primeras horas de la mañana habíamos avanzado magníficamente, recorriendo casi
12 km. Las observaciones de mediodía señalaron 89º 42´ de latitud. Reemprendimos
la ruta de excelente humor, con plena esperanza de llegar a la meta al siguiente día.
Al cabo de un par de horas de marcha, los penetrantes ojos de BOWERS
descubrieron algo que manifestó ser una especie de jalón. Quedose asombrado y,
finalmente, llego a la conclusión de que se trataba de un sastrugi. Media hora más
tarde divisamos frente a nosotros un trazo negro, e inmediatamente comprendimos,
claro está, que no podía tratarse de una formación nívea. Seguimos adelante y
pronto distinguimos una bandera negra sujeta a una vara de trineo colocada
verticalmente. Aparecían junto a ella restos de un campamento, y se veían asimismo
huellas de trineos y esquiadores, y también, en gran numero de perros. Ya no cabía
duda: ¡ Los noruegos habían alcanzado el objetivo antes que nosotros! Es una
decepción terrible y, más aun que por mí, siento el rudo golpe por mis fieles
compañeros. Cruzan por mi mente los más diversos pensamientos. Empezamos a
deliberar. Mañana tenemos que seguir hasta el Polo y regresar luego con la máxima
diligencia. Será un triste retorno para todos nosotros.” 41
“14 de febrero. Es inútil seguir haciéndose ilusiones. Las cosas se presentan mal
para nosotros.” 42
Finalmente:
“29 de marzo, Jueves. No creo que podamos esperar ninguna mejora. Resistiremos
hasta el fin, pero nos debilitamos rápidamente. El fin no puede estar ya lejos.
Lástima. No puedo seguir escribiendo. En nombre Dios, cuidad a los nuestros.” 43
40
Pollog, Carlos; Sobre continentes, mares y polos -Tomo I-, Bs. As., Ed. Peuser, 1953, pg. 241.
41
Bezemer, K.W.L.; La Lucha por el Polo Sur, Barcelona, Ed. Labor, 1950, pg. 167.
42
Idem, pg. 171.
90
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
Gran parte de los biógrafos de SCOTT sostienen que si este hubiese arribado primero al
Polo seguramente el clima no lo hubiera vencido.
iv) Entre los cronistas y viajeros del siglo XIX podemos encontrar a Jack LONDON
(1876- 1916), y siguiendo nuestro criterio de ilustrar con fragmentos de relatos reales,
mechado con literatura novelada, es que encontramos interesante hacer referencia a
uno de los mas difundidos cuentos del escritor norteamericano. Es en El grito del
hambre 44 donde podemos apreciar como los protagonistas del viaje notan que están
frente a una utopía. Esto se debe a que admiten que el hecho de ser devorados por los
hambrientos lobos solo puede ser prolongado en el tiempo, pero que su concreción es
innegable.
El frío los rodeaba y atacaba, el hambre los debilitaba. Para poder alcanzar su objetivo
debían emplear algo mas que sus fuerzas. Conocían la limitación que enfrentaban y no podían
alejar de su mente la idea de encontrar su expectativa de supervivencia acotada.
Nos interesa finalizar este breve muestrario utilizando las ricas palabras de Roberto L.
STEVENSON (1850-1894) quien pregona que ante la determinación de emprender un
proyecto se torna fundamental conocer el ánimo del protagonista. Dicho estado anímico
puede presentar la clave en diversas excursiones. Sostiene el autor en una de sus más logradas
novelas que: era aquella una noche, única, quizás, entre diez mil. Para realizar mi
propósito 45.
91
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
que siempre tuvimos presente, y que ayudo a encauzar el ensayo la idea de Jacques Anatole
François THIBAULT (1844-1924), quien sostenía que la utopía es el principio de todo
progreso y el diseño de un futuro mejor.
Bibliografía
Bezemer, K.W.L.; La Lucha por el Polo Sur, Barcelona, Ed. Labor, 1950.
Ferro, Emilio; La Patagonia como la conocí, Bs. As., Ed. Marymar, 1978.
London, Jack; El grito del hambre, Bs. As., Ed. Pigmeo, 1955.
Pollog, Carlos; Sobre continentes, mares y polos -Tomo I-, Bs. As., Ed. Peuser, 1953.
Salgari, Emilio; Los cazadores de focas de la Bahía de Baffin, Madrid, Ed. Universal,
1998.
Stevenson, Roberto L.; La Isla del Tesoro, Barcelona, Ed. Sopena, 1975.
Tolstoi León; "Mucha tierra para un hombre" en Diez Cuentos Famosos,Bs.As., Ed.
Acme, 1949.
Zweig, Esteban; Magallanes -la aventura más audaz de la humanidad, Bs.As., Ed.
Claridad, 1948.
92
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
Abstract
Viajes. Tiempos. Narraciones. Soñar con un futuro mejor. Imposibilidad, sin lugar.
Nuevos lugares ¿Es imposible volver a ensoñar un nuevo lugar, aventurarse a la búsqueda, a
la creación, luego del tan mentado fin de la historia y por ende de la utopía? Luego de que
todos los lugares de este planeta han sido descubiertos, conquistados, ¿Hay lugar para la
utopía? Hay mundos mejores que éste, ¿pero están en éste?
We intent to open a space of reflection, from onward a review of some classical utopias:
the “Utopia” of Thomas Moro and “News from nowhere” of William Morris, with a science-
fiction novel by Ursula K. Le Guin named “The dispossessed” and with an Argentinean film
like “The somnambulist”. In those works the metaphor of voyage is the constant, an “idea-
force” in strong union with the utopia’s impulse.
Prefacio
Ciudad del aquí y ahora, trampa espacio-temporal, distopía, Estado de excepción...
93
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
Cuando los deseos y los sueños han sido performatizados como objetos de consumo por
el capitalismo reciente no sólo ya no tenemos adonde viajar, sino qué también vamos
perdiendo la capacidad de soñar. O mas bien, el sueño pierde impulso anticipador y la libertad
se transforma de libertad de elección –de un mundo dado-, se pierde en definitiva la libertad
de producción y de novedad. Y aún más, en donde la CNN nos muestra que existe un único
mundo ¿podemos pensar en la existencia de otras realidades sin caer en la ficción de cierto
multiculturalismo? Y si nos acercamos a nuestro lugar del globo, en donde nuestra vida
transcurre en medio del imperio de la crisis, en una Argentina ejemplificadora de los
pensamientos políticos del Estado de excepción de teóricos que van desde Hobbes y
Maquiavelo a Foucault y Agamben, ¿cuán lejos nos queda la posibilidad de imaginar?
-¿Podemos realizar un viaje utópico por las entrañas de esta distópica ciudad, tan
real y tan pesada? ¿Por qué no atreverse?
-Quizás, ese “por qué no” sea un elemento clave para empezar a aventurarse, para
salir de la parálisis circulatoria de la ciudad, de sus vías y sus formas de acceso.
-¿Por qué no intentarlo? entonces. Ir sin saber lo que vendrá, a encontrarse por que
sí nomás con el futuro, porque algo distinto a esto debe haber...
-¿Vamos a ver?
Hacer estallar en mil pedazos las vías y su ritmo de circulación (“¿circular?”, “si, circule
por favor”), entonces tal vez parar, por un rato reposar, detener la inercia del circular, la
velocidad, y qué malestar ¿no? ¿Quizás porque el tiempo lento es un tiempo de reflexividad?
Cuándo uno se detiene ¿el cuerpo empieza a hablar? ¿a dar señales de que algo anda mal?
Mejor seguir, seguramente. Bocinear hasta el hartazgo, hasta que el coro de histéricas bocinas
canten nuestro malestar.
-¿Por qué no irse y ya? Abandonar la ciudad. Dejar. Cuál es el polo de atracción de
esta gran urbe? Ciudad de puro mal-estar.
Por un momento nos invitamos a viajar por relatos, viajes representados en el texto.
Recorreremos lo que hemos visto (leído), contaremos esos otros mundos escritos, imaginados,
esas maneras de viajar. Zarparemos desde aquí, desde este deseo de otra-ciudad o ciudades,
por mares narrativos, sin mas brújula que la de los géneros literarios, en la nave imaginaria de
nuestras miradas.
94
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
Viajar, pensar (traspasar), sentirse Marco Polo... Viaje de-mente, que no es posible sino
a través de un sueño (que se sueña despierto), viaje de relato fantástico. Sueño como medio de
trasporte. Ensayar los medios. Ficción. Ficcionar la ciencia, la realidad objetiva, traspasar-la
como realidad necesaria, hacerla contingente, desnaturalizarla. Poder político del verbo
pensar, del ficcionar. De la promesa literaria de poder ir más allá.
Escritura... o puerto esperanza. Partir con la balsa de los relatos hacia lugares
imaginados, idea-imagen de un futuro otro. De un devenir descarrilado de los carriles pre-
fijados. Devenir de una cosa otra, distinta, a lo esperado por las realidades presentes.
Novedad. Lo que está por-venir, lo que aún-no-es. Pensar en ello, escribir lo “otro”, traspasar
lo “esto”.
-Escuchad estos relatos, parroquianos... que otros mundos han sido escritos.
Levar anclas. Comenzar el viaje. Zarpar... hacia mundos-ficción, hacia mundos posibles
de representar. He aquí el mapa de nuestra historia, he aquí lo que fue (o pudo haber sido) y lo
que vendrá mientras estamos haciendo lo que somos.
Isla Moro
El relato del viaje de Rafael, reproducido por Moro, a su vez formo parte de un diálogo
que mantuvieron ambos en Holanda, paradójicamente en un viaje del autor. No hay historias
fantásticas de monstruos marinos, ni nada por el estilo, sino que en este primer momento del
iluminismo, la razón trata de imponerse al mito, aunque lo utiliza como anclaje, y en este caso
en la existencia de esa isla imaginaria obra la estructura del mito. La isla de Utopo está en
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
algún lugar, pero no se devela dónde. Algunas lecturas afirman que Moro se inspira en
América para la invención de la isla, por sus características geográficas hasta se puede pensar
en la isla de Cuba, otros señalan la isla de Australia, pero esto no coincidiría con las lecturas
que Moro tenía de los diarios de viaje de Américo Vespucci.
Isla Morris
El nombre del viaje es sueño. Morris apela a un viaje fantástico para narrar su Londres
del futuro. No establece otro lugar simultáneo al Londres de su época, sino que viaja a través
del tiempo. Inventa un Londres que ha cambiado luego de una revolución, con una nueva
organización social y una nueva estética espacial. Londres es otra ciudad. Para aquello que
“todavía-aún-no-es” Morris lo anticipa a través del relato de un extraño suceso. Luego de una
reunión política, él se dirige a dormir y cuando despierta lo hace en un Londres
revolucionado, en un tiempo otro. Aquí el viaje es temporal y el medio es el sueño. Pero sólo
hacia el final de la novela, el relato devela de que todo se trataba de un sueño. Estas “noticias
de ninguna parte” ya se sabe ficcional, y apela a recursos específicamente fantásticos.
El autor narra este otro Londres a través de un recorrido por la ciudad, guiado por un
joven londinense. Este es el viaje dentro de la ciudad futura, la soñada. Las características de
este mundo se narran mientras se lo recorre, se conoce la historia a través de las voces de sus
habitantes, el hombre del pasado que despierta en este mundo recorre su ciudad como un
extranjero, extrañado de su propio lugar. Morris visita el futuro, una era del reposo, y su
sueño se erige en constructor de ese otro modo de ser mundo.
Isla Spiner
Buenos Aires 2010, año del bicentenario de la revolución de Mayo, ciudad controlada
por una maquinaria burocrática estatal y represiva (con agencias médicas y tecnológicas que
operan sobre la memoria y la identidad de los habitantes), ciudad sobreviviente de una
explosión en una fábrica de químicos. Por fuera de la ciudad no existe nada, la húmeda pampa
se ha convertido en un desierto. En esta imagen negativa del futuro, una mujer, Eva, sueña
despierta (recuerda lo que fue y lo que vendrá). Ella será la guía de Ariel Kluge, una especie
de informante o delator que trabaja para el Estado y que está harto de la ciudad (“simplemente
96
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
quiero salir, empezar de nuevo, encontrar un lugar diferente a éste”, son sus palabras), juntos
seguirán esos pequeños sueños anticipatorios que los llevarán a otro espacio posible. A Eva la
guían imágenes difusas de un jardín, una casa de campo de un pueblo de la provincia de
Buenos Aires.
Isla Le Guin
El movimiento del viaje en esta novela es al revés de las utopías clásicas, pues la
distopía parece ser este mundo organizado sobre la igualdad y sobre condiciones materiales
de la escasez, que es Anarres. Es evidente que Le Guin trata de poner en tensión las “ideas-
valores” de la utopía, pero sin dejar por ello de poner también en crisis el mundo capitalista.
Así Shevek, recorre otros mundos, encuentra miseria en el mundo de las riquezas, participa
(casi involuntariamente) de revueltas sociales, viaja por países -que podríamos asimilar a los
socialismo reales-, y retorna a Anarres, y ni noticias de sus teorías científicas. La frase
decisiva del protagonista: “el verdadero viaje es el retorno”, luego de su viaje por los mundos
simultáneos, establece un nuevo principio o un sin fin.
Consideraciones
Podemos hipotetizar que en relación a la utopía y al viaje, estamos en medio de un
pasaje de lo real a lo ficcional (y con un fin aparente en la virtualidad). Hoy ya estamos
pensando en un pasaje de la ciencia ficción a la ciencia fantástica, en donde la ideología
97
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
utópica aparece como falsa esperanza, en los escenarios posmodernos del fin de la historia, de
fin de los meta relatos, y de fin de la utopía social.
El recurso del viaje dentro de las novelas utópicas es recurrente. Quizás porque en el
género utópico hay dos grandes momentos dentro de su estructura literaria. El primero es el
de la crítica o momento negativo, donde aparece la realidad contemporánea, el segundo se
corresponde con ese otro mundo, el mundo feliz, esa alteridad positiva. Entre estos dos
mundos hay un puente o conexión, y es en general el viaje. La aparición del mismo en las
narrativas utópicas se hace necesario, dados que esos otros mundos están en otro lado al que
hay que ir. ¿Pero cómo se va? Podríamos decir que las distintas las metáforas del viaje se
corresponden con los estilos de las narraciones, entonces podríamos preguntarnos por esos
estilos y sus contextos.
Cuando se recurren a las metáforas oníricas se supone una cierta intimidad, un tiempo
subjetivo que transforma el aquí y el ahora de manera simbólica, puesto en duda a partir de la
posmodernidad. Siguiendo la tesis de Jameson, donde el sujeto perdió la distancia con el
objeto, con ello el espacio y el tiempo se han fundido el uno con el otro, y ahora todo esta
puesto en el espacio y éste está determinado por la velocidad, y no ya por el tiempo.
Las metáforas espaciales y tecnológicas, nos ubican en mundos lejanos, donde las
posibilidades de esos viajes también se tornan irrealizables para una sociedad mundial que
tiende a dejar a la mayoría de sus poblaciones en condiciones de pobreza.
98
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
podían razonar y con el uso de su buena razón podían, desde sus lugares de poder, cambiar la
realidad social. Algunas apuestas, y propuestas de utopías concretas, fueron presentadas a
príncipes y hombres de Estado para conseguir la aprobación de la fundación de comunas o
para lograr reformas sociales, económicas o políticas, a través del Estado.
Ursula K. Le Guin mencionaba en una entrevista que sus primeras novelas estaban
intencionalmente dirigidas a sus intereses políticos, pero ha preferido no darle al arte literario
fines que lo exceden como tal, hoy prefiere ser más prudente. Su novela “Los Desposeídos”,
su libro más politizado, pone en juego el tema del anarquismo, pero aclara que no trata de
convencer, ni decir más de lo que el libro cuenta. El libro “¡no necesita otra respuesta!”, dice
ella. Continuando con su pensamiento, que nos resulta descriptivo de esta intencionalidad de
los autores de narraciones utópicas, podemos decir que el hecho de que se desplieguen
elementos del anarquismo en su novela es porque es un ideal necesario para nuestra realidad,
aunque ella duda de que sea posible que la anarquía se realice a escala global. Esta autora de
ciencia ficción vuelve a inscribir a la utopía en el siglo XX.
Las imágenes de esos otros mundos no son casuales, sino más bien sintomáticas. Pero
nuestro tema no son las características de esos mundos, sino cómo se llegan a ellos. Es a partir
del viaje que se estructuran, sea estos imaginarios o reales, idealizados o contrapuestos,
ficcionados o narrados. Y la referencia contextual se erige en centro del análisis. Cuando
Moro piensa su utopía tiene como trasfondo el descubrimiento de América, Morris y la
película “La sonámbula” se vinculan con la Londres industrial y la Buenos Aires asfixiante, y
Le Guin utiliza la ficción luego de que la utopía parece convertirse en distopía.
Pero, ¿cómo, éstos autores, anticipan esos otros mundos? Moro anticipa el otro mundo
desde la posibilidad de un otro espacio simultáneo en el tiempo. Mientras que Morris y Spiner
recurren al sueño, al viaje onírico, un viaje basado en el tiempo y a partir de este recrea el
espacio. La fuga del espacio y el tiempo es evidente en Le Guin, pues no sólo se sitúa en un
futuro ficcional sino en otros planetas del universo, acá la fuga aparece mas compleja.
99
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
bienestar, donde la desocupación y la burocracia sindical acaban con una clase obrera, luego
que los movimientos revolucionarios habían sido anulados con la dictadura militar. ¿La
negatividad es producto del estado de la derrota? ¿Qué desear luego de ese y en ese proceso?
¿Hacía dónde apuntar el deseo cuando la nostalgia es un elemento fundamental en la química
de cultura argentina? Y como producto porteño y urbano ¿dónde está el paraíso? Y si
hablamos de paraíso, hablamos de abundancia, y entonces ¿dónde va a estar ese otro lugar
sino es en el campo, y más precisamente en la pampa húmeda?
Parece que sólo nos ha quedado la posibilidad de ficcionar un pasado de nación rica,
como la frase del protagonista de la novela de Le Guin, el “verdadero viaje es el retorno”,
retorno al granero del mundo. ¿Qué elemento prometedor, anticipador, utópico en definitiva,
puede haber en ese retorno? Es cada vez más evidente que nuestra cultura nacional tiende a la
nostalgia o a la restitución, y que claramente ha asentado sus bases arquetípicas en el campo,
a pesar de que su historia se desarrolló y se desarrolla en grandes centros urbanos.
-Qué inmenso mar esta ciudad!. Qué infinita ante mis ojos... y navegar.
Proponemos recorrer ahora nuestras ciudades, hilar sus fragmentos, viajar por ellas,
aventurarse por este mundo diatópico, en la búsqueda de elementos utópicos. Iniciar el viaje
por mares internos, mares urbanos, ¿es quizá una metáfora posible para interpelar nuestros
tiempos y lugares, nuestro “estar-en-este-mundo”, o sencillamente estamos condenados a ser
un producto ficcional, un elemento mas de ocio de un sistema capitalista consumista? Viaje
de esperar que mañana (siquiera gritar “tierra”), viaje aventurero que espera (esperanzado)
algo. Viaje ambicioso o deseoso de encontrarlo todo. La tierra prometida. La tierra que
promete, relato que enuncia un futuro, lo permormatiza. Viaje que ya es, en su promesa (de
esperar algo).
En el imperio de la crisis
Hoy contraponiéndose al clásico recurso narrativo de los utopistas ya no se recorre la
ciudad -y ¿como escribir si no se practica?-, tal vez solo se circule por ella, el viaje como
retorno aparece como un escape insoportable, como una prospectiva incompleta de una
imagen contrapuesta. En el mundo del icono ya no se arman imágenes que anuncien, que
propongan la creación de un objeto posible. Parece que la imagen como anticipación del
futuro ya no se contradice con el presente, porque ni pasado, ni presente, ni futuro pueden ser
100
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
enunciados. Así el viaje que antes era una aventura, una promesa, aparecía narrado como un
discurso anticipador y centralmente político, hoy se transforma en un martirio, se asimila al
viaje desesperanzado de la circulación, o al viaje obligado hacia la relación en el exterior
(ejemplificado tal vez en los emigrantes argentinos hacia la tierra prometida norteamericana o
española).
Ahora bien, ¿por qué es distinto el viaje utópico? ¿qué pasa si se viaja por el espacio de
la ciudad? ¿es posible encontrar lo nuevo dentro de lo viejo? ¿es posible pensar algo mejor
desde las ruinas del presente? Podemos retornar a esa invitación del comienzo del ensayo.
Creemos que hoy el viajero intenta reordenar los fragmentos urbanos, tratar de combatir el
mal del ojo, la crisis de la totalidad que todos observamos.
Al apropiarse del deseo (la acción de reordenar los fragmentos) también se instaura
(como en toda narración, en toda enunciación) el tiempo y el espacio, y se puede entonces
romper la frontera. Antes era clásica la diferenciación entre espacio urbano y espacio rural
(muy visible hasta la revolución industrial), luego en el plano de la ciudad era factible pensar
en centro y periferia (importante durante el siglo XX), ¿y ahora? ¿Que nos pasa cuando todo
es ciudad y lo rural solo está subsumido en la imagen de la ciudad, cuando los centros están
en la periferia y manchones de periferia están en el centro, cuando todas las experiencias están
tamizadas por el ser urbanitas?
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
urbana también nos habla de los cambios de residencia de los sectores medios hacia los
barrios cerrados y las torres jardín, en donde el mito de lo rural se establece como ideología
urbana.
Hoy la utopía no solo es un “no lugar” sino también un “no momento”. El viaje es una
mediación entre la partida y el acontecimiento que todavía no ha ocurrido. Las movilizaciones
parten esperando encontrarse con algo pero perdiendo su capacidad enunciadora. Apenas son
trazos que empiezan a dar cuenta de un nuevo mapa, una nueva ciudad, pero no se atreven a
configurarse aún como escritura, a ser actores del acontecimiento y no meros espectadores, a
construir, a moldear. Tal vez la gran mayoría de nuestro pueblo no se moviliza por una
mezcla de desidia y de miedo. Claramente no viaja por limitaciones económicas. Muchos
habitantes de la ciudad no se mueven, solo practican la inercia del quehacer común, de la vida
cotidiana.
Las respuestas que contienen ciertos elementos utópicos parecen conformarse en tres
líneas definidas: a) la creación de mundos nuevos por parte de la ciencia ficción o la ciencia
fantástica ya que el mundo actual es insoportable e imposible de aprehender y de solucionar;
b) el escape o la huida, es decir realizar el viaje de todas maneras alejándose de la negatividad
hacia la tierra prometida, aunque planteando no querer resolver el conflicto sino simplemente
dejarlo de lado y patearlo para un futuro, pero pensando en el retorno nostálgico de un
mañana construido por otros, y c) quedarse a recorrer la ciudad de la excepción marchando
hasta encontrarse con el estallido, una espera del momento mesiánico quilisiástico, una
construcción cartográfica de la topografía en donde el viaje es la espera, una mera exploración
de lo que hay.
El viaje del hoy parece servir para construir el mapa e intentar reconocer el espacio, la
ciudad. Permitir un punto de partida para un tipo de marcha que involucre a un todos, en un
proyecto mas englobante, mas universalista, por ahora solo se queda en ciertos particularismo
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes… Mesa 1 - El viaje utópico
síntomas del momento actual (ya sea describiendo las asimetrías en comparación con, o
haciendo “como si” se estuviera criticando) y así simbólicamente permite pensar cierta
reconstrucción de la totalidad desde un mundo excepcional de fragmentos.
Julio de 2002.
Bibliografía utilizada
Brennam Downs y Jameson (1997) La utopía en Ursula K. Leguin, dossier en Revista
“El Rodaballo”, otoño/invierno 1997, N° 6/7, Buenos Aires.
Moro, Campanella & Bacon (1995) “Utopías del renacimiento”, FCE, México.
Morris, William (1968) “Noticias de ninguna parte o una era de reposo”, Editorial
Ciencia Nueva, Madrid.
Film observado
“La sonámbula. Recuerdos del futuro”, de Spiner, Argentina.
103
“Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. La Literatura de Viajeros como Problema”
104
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
Abstract
Entre los años 1870 y 1890, se intensificaron los viajes de exploración hacia las zonas
despobladas y poco conocidas del país, como Patagonia y el Chaco. Viajeros y científicos,
muy vinculados con el proceso de construcción del Estado Nacional, iniciaron esta expansión
hacia el sur. Estamos hablando de hombres como Zeballos, Lista, Moyano, Fontana,
Fieldberg y Moreno, entre otros. Son ellos los que darán forma a la expresión institucional de
esta actividad,creando primero, la Sociedad Científica Argentina, luego el Instituto
Geográfico Argentino y finalmente la Sociedad Geográfica Argentina.
En este trabajo, a través de la lectura del Boletín del Instituto Geográfico Argentino y de
la Revista de la Sociedad Geográfica Argentina, vamos a conocer el discurso, ya que ambas
definen el paradigma científico de las décadas siguientes.
Desde estos núcleos científicos partirán una serie de nuevas creaciones para el
desarrollo estatal en el territorio, así como para la construcción del campo disciplinar de la
geografía
Introducción
Así como la ficción de los siglos XIX y XX, encuentra en los viajes, una fuente
inagotable de percepciones, descripciones y sentidos; la historia y la antropología, ven en la
literatura de viajes, una forma de construcción de la realidad que si bien se circunscribe a un
discurso específico y de época, igual nos permite aproximarnos a nuestros objetos de estudio.
Los relatos de estos viajeros nos introduce a un género particular: el relato de viajes o la
mirada transformada en relato. Esta mirada y los móviles que impulsan los viajes, están
presentes de formas diferentes, por ejemplo:
…la codicia de los bienes materiales del hombre; …la conquista económica, móvil
emparentado psicológicamente con el anterior,…el comercio y la diplomacia,…la
sed de aventuras y el deseo de conocer los países,…el afán de descubrir,…la
exploración sistemática, que no se confunde con el propósito simple de
105
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
En nuestro país, dentro del tipo de viajes …por la exploración sistemática, se organizan
una serie de expediciones, que alentadas desde el gobierno nacional, permiten conocer los
territorios todavía inexplorados de la Patagonia, así como los de la zona del Chaco y Formosa.
En este escrito nos propusimos investigar las actividades de este grupo de naturalistas-
viajeros-científicos-políticos-militares, que pertenecen a un colectivo mayor formado por los
viajeros científicos. La celeridad con que se realizan las demarcaciones limítrofes –cuyo caso
paradigmático es la frontera patagónica- nos permite aventurar algunas hipótesis:
En primer lugar, este grupo identificado con el pensamiento liberal de la época, realiza
una actividad –en el ámbito de las relaciones exteriores- agresiva y fuertemente nacionalista.
En ambos países será necesario construir la imagen del otro, del que esta-del-otro-lado-
de-la-frontera, como condición necesaria para la construcción de la nación.
En este trabajo nos vamos a ocupar de los viajeros científicos argentinos que a su vez se
constituyeron en los primeros geógrafos del país. Primero se preocuparon por las
exploraciones, luego por los temas teóricos de la geografía y finalmente contribuyeron al
desarrollo de la enseñanza de la disciplina. A estas actividades se sumaron la de crear
sociedades científicas siguiendo el modelo de los viajeros europeos de la mitad del siglo XIX.
Entre los nombres más importantes de estos viajeros, podemos mencionar a Estanislao
Zeballos, Manuel Lista, Carlos Moyano, Luis Fontana y Francisco P. Moreno, entre otros.
Para la misma época e inclusive antes, del otro lado de la cordillera, otros viajeros
realizan un recorrido semejante buscando la expansión chilena hacia el sur. Hombres como,
Pablo Treutler 2, que inicia su viaje hacia la Araucanía, en 1859, en el momento en que se
1
F. Daus, Viajeros, geógrafos y sociedades geográficas, en Boletin de GÆA,Sociedad Argentina de
Estudios Geograficos, marzo-diciembre de 1962, p. 2 y 3
2
Pablo Treutler, La Provincia de Valdivia I los Araucanos, Santiago de Chile: Imprenta Chilena, 1961
106
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
producen incursiones del ejército hacia los indígenas; los que movidos por el cacique Mañil,
se preparaban para una ofensiva. Treutler alcanza una alto nivel de logros en sus viajes, y a su
regreso es convocado por Montt para conocer los datos y el mapa que había realizado, los que
serán utilizados por la expedición militar contra los mapuches.
Ignacio Domeyko 4, en su viaje al sur busca las causas que retardan la unión con Chille y
su civilización.
El Instituto tuvo como modelo a las sociedades de este tipo en Europa. La primera nació
en Londres, en 1788, la Asociación para la promoción del descubrimiento de las partes
interiores de Africa, la que en 1830 se transformo en Royal Geographycal Society. 8
3
Viajes de esploracion I estudio en la Patagonia Occidental (1892-1902) , Santiago de Chile: Cervantes,
1909
4
Ignacio Domeyko, Araucania y sus habitantes. Recuerdo de un viaje hecho en las provincias
meridionales de Chile, en los meses de enero I febrero 1845, Santiago de Chile, Imprenta chilena, 1846
5
Francisco Fonck, Chile en la actualidad. Discurso leido en Berlin el 13 de diciembre de 1869. A
beneficio de la expedicion alemana al polo norte, Berlin: Imprenta de A.J. Obst, 1870
6
Enrique Ibar Sierra, Memorias sobre las aguas de Skyring y la parte austral de la Patagonia, por el
comandante I oficiales de la corbeta “Magallanes”, Santiago de Chile: Imprenta nacional, 1879
7
A. Gardiner, A visit to the indians on the frontiers of Chili. London: R.B. Seely and W. Burnside, 1841
107
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
Todos estos hombres tienen un elemento común entre sí, y es la filiación positivista del
grupo Se reconocen como liberales en lo político y como hombres de su época de identidad
positivista.
8
Esta fue seguida por otras: la Sociedad de Geografía de París (1821); la de Berlín (1828); la Sociedad de
Geografía y Estadística , de México (1833), etc.
9
La participación de estas instituciones en Europa, en actividades destinadas a promover la enseñanza de
la Geografía fueron escasas. La excepción fue la Royal Geographical Society, de 1830, que fue una de los
primeros en crearse. Se organizó como un club de viajantes y exploradores a manera de las “ societes de savantes
francesa”, mantenidos por hombres de alta sociedad y con la presencia de cientificos como Darwin, Wallace y
Huxley. Sus actividades principales se dirigieron hacia Africa del Sur, pero también institucionalizaron la
Geografía en Cambridge y en Oxford. Perla Suzman, Sociedades Geograficas na promocao ao respeito do
territorio, tesis do maestrado, USP, Sao Paulo, 1996.
10
P. Zusman, op. cit.
11
Ricaute Soler, El positivismo argentino; Berta Perelstein, Positivismo y antipositivismo en la
Argentina; Oscar Teran, America Latina: positivismo y nacion.
108
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
Pero es durante su actuación al frente del Instituto Geográfico Argentino entre 1879 y
1884 que Zeballos se va convirtiendo en el intelectual orgánico de un nuevo orden que
empieza a representar su hegemonía en términos de un paulatino y triunfal avance territorial
(…) Zeballos en su despacho de la calle Perú recibe y ordena diarios de viaje, croquis y
mapas, subsidia y abastece expediciones y escribe a los comandante militares aconsejándolos
sobre el trayecto de su próximo avance.terbo 12
El Acta decía:
Que esta sociedad haría conocer el Pais en el extranjero, por medio de una revista; que
podia prestar á la Nación el servicio de escribir Una Geografia Argentina, cuya deficiencia
es notoria, …” 14
12
Andermann, J.; Mapas de poder, Argentina: Viterbo, 2000, p. 105
13
Helga N. Goicoechea, El Instituto Geografico Argentino. Historia e indice de su Boletin (1879-1911;
1926-1928), Resistencia, Chaco: Facultad de Humanidades, Departamento de Historia, 1970, p. 7
14
B.I.G.A., Tomo I, p.79
109
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
Con la suscripción del Poder Ejecutivo a cincuenta ejemplares del Boletín, 16 el Instituto tenía
una entrada fija para hacer frente a los gastos .
La identidad de este grupo con un proyecto estatal puede leerse claramente en este
párrafo:
“Os exhorto á estimular esta faz de nuestras tareas. Las conferencias publicas son
además de fuentes de prestigio, causas poderosas para el aumento del numero de
socios, elementos de instrucción reciproca y publica, por la difusión de nociones
practicas y de conocimientos necesarios para el progreso nacional, y un estimulo
eficaz para los soldados de la ciencia, que, en países nuevos como el nuestro, cuya
actividad esta principalmente comprometida en el comercio y la política, encuentran
débiles puntos de apoyo, cuando no el silencio de la injusticia, o la indiferencia
aparente de emulación”. 17
Los criterios que manejamos para conocer el Boletín corresponden a los utilizados para
abordar el análisis institucional. Estos son: las características de la organización, la relación
con otros organismos internacionales, las formas de reclutamiento, el discurso científico, la
expansión patagonica, la relación con organismos internacionales y las formas de
financiamiento.
15
H. N. Goicoechea, op. cit. , p. 9
16
Boletin del Instituto Geografico Argentino, Tomo I, 1879-1880, p. 296
17
B.I.G.A., Tomo III, Buenos Aires: Peuser, 1882, p. 159
18
J. A. Rodriguez Esteban, El conocimiento geografico en Argentina. Siglos xix y xx, en ERIA,
Madrid:1991, p.31
110
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
Hay una vinculación importante con los viajeros-exploradores y con los historiadores
chilenos, los cuales en algunos casos forman parte del Instituto como miembros
corresponsables.
Por ejemplo La publicación del Diario de la exploración del Río Santa Cruz en 1867,
por G.H. Gardiner, copiado del original existente en el Ministerio de la Guerra.
“…Mr. Gardiner fue el primer hombre civilizado que tuvo la gloria de esplorar en
toda su estension el hermoso lago que nueve años despues bautizara el señor don
Francisco P. Moreno con el nombre de ‘Lago Argentino’…El lector de este trabajo
vera tambien que ya en 1867 era conocido el “volcan Chalten.” 19
Otro punto dentro de este tema, corresponde a las vinculaciones con los movimiento
geográfico. En el primer tomo se realiza un extracto de la Revista Alemana de Pettermann, de
1879, donde se realizan reseñas de libros sobre la geografía suramericana. 22 A lo largo del
Boletín podemos conocer como la vinculación con otros organismos internacionales le
permiten un nivel bueno de intercambio de publicaciones, a pesar de la cortas vida del
Instituto. Por ejemplo, a través de un articulo de Vicuña Mackenna, donde comenta el libro de
Zeballos, La conquista de quince mil leguas; allí menciona –no sin cierta sorna- los vínculos
de Zeballos y del Instituto:
“…y se ha puesto en relación con la mayor parte de los centros geográficos del
Viejo Mundo mereciendo que una pobre revista alemana de Lahr, en Baden, le
19
B.I.G.A., Tomo I, 1879/1880, Buenos Aires: Editorial de La Prensa, 1880, p.29
20
V. Mackenna, Estudios Geograficos y politicos dirijidos á esclarecer la “cuestion – Patagonia”, con
motivo de las amenazas reciprocas de guerra entre Chile y la Republica Argentina, Santiago: Imprenta del
Centro Editorial, 1880. Habria que señalar que es miembro correspondiente del Instituto en Santiago de Chile
21
B.I.G.A., Tomo I, op. cit.,p.289
22
B.I.G.A., Tomo I, op. cit., p. 73
111
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
ofrezca paga (50 marcos ú 8 pesos fuerte) por cada articulo de colaboración
geográfica, insigne honor para un escritor sud-americano. Por lo general los
europeos se imaginan que andamos vestidos con plumas, pero pocos son los que
sospechan que entendemos mediocremente el arte de hacerlas correr sobre el papel,
sacándolas de la aljaba”. 23
Habría que recordar que en Brasil, se había fundado tempranamente y junto con el
nacimiento del Imperio, el Instituto Histórico y Geográfico de Río de Janeiro, cuyo presidente
era el emperador Pedro II y el que participaba activamente del mismo. 24
Dado el carácter de modelo que éste posee, fue nombrado socio honorario del Instituto,
“…S.M. el Emperador del Brasil… 25
En las exploraciones del IGA tuvieron influencia el problema de los límites con Chile,
en la Patagonia y Tierra del Fuego. La primera fue la expedición al Polo sur, inicialmente
organizada por Italia, es interesante para conocer el funcionamiento de esta institución con el
Estado y las necesidades de expansión territorial.
Lucio V. Mansilla viaja a Génova como representante del IGA frente al Comité Central
de Génova para la expedición italiana al Polo Sur. También el Comité directivo del Congreso
de Geografía de Venezia ha resuelto abrir allí una suscripción general para esta empresa.
L`Exploration de París, habla de los trabajos del Instituto en favor de esta expedición. El
Cosmos de Turín publica un extenso articulo sobre el tema, de la misma manera que el
Instituto Geográfico Internacional de Berna. 27
A partir de 1882, fue el territorio chaqueño el que atrae las expediciones, sin olvidarse
de continuar las del sur. Así organizan las expediciones de Fontana, la de Ceferino Ramírez,
23
B.I.G.A., Tomo II, Buenos Aires: Peuser, 1881, p. 34
24
En 1854, se fundó el Instituto Histórico-Geográfico del Río de la Plata, dirigido por Bartolome Mitre;
como sucesor del creado en 1843, en Montevideo y cuyo modelo era el de Rio de Janeiro. Aunque tuvo corta
vida ya, que se disolvió en 1856.
25
B.I.G.A., Tomo III, op. cit., p 345.
26
B.I.G.A., Tomo I, p. 289, 295, 351
27
B.I.G.A., Tomo II, p. op. cit., p. 156
112
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
Manuel Domecq García en 1885 al río Bermejo, del mayor Failberg al Pilcomayo y la de
Federico W. Fernández al Aguaray-Guazú, en 1888; también las de fin trágico como la de
Lista y Creveaux.
Existe, un segundo periodo de las sociedades geográficas, para 1859, cuando luego de la
desaparición coetánea de Humboldt y Ritter, los problemas pasaron a ser metodologicos y
para esto se reunieron los primeros congresos internacionales de geografía, en Amberes
(1871); en París (1875); en Venecia (1881). Fue en estas reuniones que comenzó a discutirse
sobre la esencia de la geografía, como asunto teórico nuevo, tan importante como las
exploraciones hacia el interior. 28
“…una reunión de representantes de las principales sociedades del mundo para dar
satisfacción á esa sentida necesidad, de uniformar los trabajos geográficos,
favoreciendo el conocimiento de los lugares y el estudio de la Geografía
Universal.” 30
28
F. Daus, op. cit., p. 7
29
B.I.G.A., Tomo III, op. cit., p. 408
30
ibid., p. 409
31
Se propone formar una comision que se ocupe de las colecciones correspondientes, siendo designados
los señores, Calvo, Rosetti, Schwartz, Tamini, Jorge y Bunge, la conduccion esta a cargo del Dr. Carlos Moyano.
B.I.G.A., Tomo II, op. cit.,p. 158
113
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
Otra de las tareas relevantes del Instituto tiene que ver con
Esta tarea, quizás la más importante que realizó el IGA, será encomendada a Arturo
Seeltrang, profesor de la Universidad de Córdoba. Y la realización de la misma será también
en Córdoba.
Desde mediados de la década de 1890, los intereses del Instituto se van a centrar en
aspectos mas restringidos, de acuerdo con las preocupaciones científicas de la época. Por lo
tanto, las publicaciones tienen que ver con estudios arqueológicos y antropológicos, con una
fuerte presencia de los trabajos de Juan B. Ambrosetti.
Para cerrar el texto, cito dos párrafos, donde se destaca el carácter estatalista y
estratégico de la institución:
“Me olvidaba decir, en cuanto a los individuos, que tomamos algunos indios de
chusma y capitanejos, tomamos 150 indios de lanza; habiéndoles muerto cuarenta y
tantos, entre ellos un hijo de Shayhueque….
Se decía que este era un gobernador muy fuerte; pero al fin, hemos visto que no tenia
tanta importancia, que su gobierno no era tan arraigado ni tan terrible su poder, pues
fácilmente pudimos derrotarlo, sin darle tiempo a pedir intervención. (Risas)” 36
32
B.I.G.A., p.53
33
B.I.G.A., p. 54
34
B.I.G.A., Tomo III, op. cit., p. 63
35
B.I.G.A., Tomo II, op. cit., p. 36
36
B.I.G.A., Tomo II, op. cit., p. 42
114
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
115
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
Abstract
Durante el siglo XIX, Cataluña basó su industrialización en la industria textil
algodonera y logró un envidiable nivel comercial en el contexto español. En la centuria
siguiente, la región -así como otros países europeos encabezados por Gran Bretaña y Francia-
sufrió los efectos del monopolio que ejercía Estados Unidos en la producción de materias
primas destinadas a la producción textil. Mientras los estados europeos impulsaban la
producción de algodón en sus colonias amparándose en la Federación Internacional de
Fabricantes de Algodón, España comenzó a plantear la necesidad de encontrar nuevos centros
de aprovisionamiento de algodón en América del Sur. En este trabajo se demostrará el
significado que los estudios científicos concedieron al norte argentino en las reestructuración
del mercado del algodón, en una línea de continuidad en las estrategias de los grupos
mercantiles españoles por controlar espacios geográficos antes hegemonizados por el vínculo
colonial. El discurso sobre el significado de la recuperación del diálogo internacional será el
telón de fondo de este estudio en que adquieren un papel central los informes de Bialet Massé,
Antonio B. Pont, Rafael Vehils y Augusto Schulz, este último destinado a la Colonia Benítez
During XX century, the improvement of the textil industry of Catalunya had a direct
impact in the spanish traffic. Catalunya, and other european regions, tried to stop the
monopoly practiced by the United States, the main producer of cotton. Spain tried to find new
spaces in South America so as to control the production of cotton. In this paper we will study
the cientific informations about the north of Argentine, where the burguesy tried to control the
production of cotton. The international relationships between Spain and Argentine is the
context of this paper, that analyze the studies of Bialet Massé, Antonio B. Pont, Rafael Vehils
and Augusto Schulz, who was destinated to Colonia Benítez
116
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
Abstract
Viajantes nacionales y extranjeros recurrieron la provincia de Goiás,a lo largo del siglo
XIX, venciendo caminos inmensos em todas las direciones. Em sus relatos de viaje la
Provincia apareció como um sertão (región poco poblada del interior del Brasil) que impedía
la nación de estar entera. La situación de vacío de la población y aislamento de la Província
com relación a las ciudades del litoral hacía el cuerpo de la nación presentarse dividido,
creando uma frontera interna que separaba los espacios de origem de los viajantes de los
espacios de Goiás. El viaje fue el elemento mediador que permitió que esos “dos mundos” se
revelasen - el mundo familiar al viajante y los nuevos espacios de la Provincia que
frecuentemente aparecieron descriptos como “desierto”.
117
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
Abstract
Hacia mediados del siglo XIX, Guillermo Cox puso en marcha un proyecto de
establecer, desde el lado chileno, una vía de comunicación bioceánica para el poblamiento y
aprovechamiento productivo del valle del río Negro. Sin embargo, el mundo fronterizo lo
sorprendió y lo convirtió en inventor involuntario de la frontera. Descubrió y mostró la
presencia de otros, en un panorama humano de una impactante diversidad y movilidad y
poblado por quienes ya frecuentaban el camino que él se proponía abrir.
Cox fue uno de los observadores más perspicaces y originales de la geografía fronteriza
del sur argentino-chileno previa a la conquista militar de la Araucanía y la Patagonia por
ambos Estados. Caracterizó un sorprendente mundo mestizo habitado por criollos chilenos y
rioplatenses, indígenas de distintas partes de la Patagonia y la Pampa, mestizos de todo tipo,
novias fugitivas o raptadas, tránsfugas, pastores, cautivos, traficantes de caballos y
aguardiente; un mundo con sus propios códigos, en donde las estrategias interétnicas estaban
a la orden del día. La comprensión de esta dinámica nos invita a renovar la interrogación
acerca del desarrollo posterior y la realidad social, política y cultural de la Patagonia mestiza
del siglo XX y aún de la actual.
In the middle of XIXth century, Guillermo Cox started up a project to establish, from
the Chilean side, an bioceanic communication way for the population and productive
advantage of the valley of the Negro river. Nevertheless, the border world surprised him and
it turned him in involuntary inventor of the frontier. He has discovered and showed the
presence of others, in a human panorama of an impressive diversity and mobility and
populated by those who already frequented the way that he seted out open.
Cox was one of the more perspicacious and original observers of the frontier geography
of the Argentine-Chilean south previous to the military conquest of the Araucanía and the
Patagonia by both States. He has characterized a surprising mixed-world inhabited by
Chileans and Argentinians, indigenous of different parts from the Patagonia and Pampas,
mestizos of all type, fugitive or kidnapped fiancèes, fugitives, shepherds, captives, dealers of
horses and liquors; a world with its own codes, in where the interethnic strategies were in the
order of the day. The understanding of this dynamics invites us to renew the interrogation
about the later development and the social, political and cultural reality of the mixed-world of
Patagonia of XXth century and of actual.
Introducción
Para los chilenos blancos de mediados del siglo XIX, los pasos cordilleranos existentes
en torno del gran lago Nahuel Huapi, entre las latitudes de Osorno y Puerto Montt, guardaban
118
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
celosamente el secreto del tránsito a las Pampas al mismo tiempo que la triste memoria de los
jesuitas de la isla de Chiloé que –allá por el siglo XVII- habían cruzado al este a establecer
una misión, pagando con sus vidas el haber develado el secreto de la cordillera. Otro
misionero, el franciscano Francisco Menéndez, pasó varias veces en los últimos años del siglo
XVIII, reconociendo los alrededores del Nahuel Huapi y describiendo un panorama humano
de una impactante diversidad y movilidad. A su vez desde la recién fundada Carmen de
Patagones, por entonces también los españoles del Río de la Plata buscaban el boquete que
permitiera establecer un contacto interoceánico permanente (Navarro Floria 1994). Sin
embargo, los únicos dueños de los pasos eran los pehuenches y los huilliches cordilleranos,
intermediarios y participantes en el circuito ganadero que unía las estancias del campo
bonaerense con los mercados del sur chileno a lo largo de los grandes ríos del norte de la
Patagonia y a través del Neuquén.
Un chileno de origen británico, Guillermo Cox 1, fue el autor y el realizador del proyecto
más serio, desde el lado chileno, orientado a establecer una vía de comunicación bioceánica
1
Guillermo Eloy Cox Bustillos (1828-1908), autor de Viaje en las rejiones septentrionales de la
Patagonia (1862-1863), fue hijo del médico y marino galés Nathaniel Cox Lloyd (1785-1869), que sirvió a
Rusia y a Gran Bretaña. Nathaniel Cox dejó la Royal Navy en Buenos Aires en 1814, siguiendo a Lord
Cochrane, y se estableció en Chile, donde acompañó a Bernardo O’Higgins en la lucha por la independencia.
Fue aceptado como ciudadano chileno en 1819, casó con Francisca Javiera Bustillos Maseyra en 1820 y ocupó
diversos cargos públicos relacionados con su profesión, llegando a ser decano de la Facultad de Medicina al
crearse la Universidad de Chile en 1842. Guillermo, uno de sus nueve hijos, también estudió medicina, pero
desde 1859 se dedicó a explorar el antiguo camino jesuita al Nahuel Huapi y a promover la colonización de la
Patagonia norte desde Chile, con apoyo del presidente Manuel Montt. En 1863 el Congreso de Chile lo
indemnizó por la pérdida de su equipo en el Limay. Vivió habitualmente en Concepción y ejerció el
viceconsulado de Suecia y Noruega en Talcahuano; fue terrateniente en la región del Biobío y viñatero en
Chillán; navegó los canales de Chiloé comerciando con una goleta, y contribuyó aún años después de su viaje a
la Patagonia con descripciones de los ríos, lagos y costas del sur de Chile y del Neuquén. Casó con doña Loreto
Méndez Urrejola, con quien tuvo diez hijos. Cfr. Huneeus 1998; Huneeus Cox 2000:20-45; Mayochi 1999:7-10;
y Fonck 1896:229,467-476 y 503. En relación con la obra de Cox, la citaremos según la paginación de la edición
de 1999, más reciente y accesible que la primera de 1863 aunque imperdonablemente mutilada: en el Apéndice a
los diarios de viaje de Cox (Cox 1999:267-293), que en realidad constituye una valiosa descripción científica de
los territorios recorridos, se ha omitido reeditar las secciones de Orografía, Hidrografía, Geología (escrita con la
colaboración de A. Pissis), Botánica (con un extenso catálogo hecho por R.A. Phillippi), un catálogo de los
insectos recogidos hecho también por Phillippi, una descripción de las Salinas norpatagónicas, un estudio del
Clima con tablas de observaciones meteorológicas, y una sección sobre la Lengua mapuche o “araucana” con
una tabla de equivalencias con el castellano y ambas lenguas tehuelches (norte y sur). El faltante en la edición de
1999 puede encontrarse en las pp. 199-253 de la edición de 1863, y no constituye un aporte significativo para el
119
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
permanente que posibilitara el poblamiento y aprovechamiento productivo del río Negro por
inmigrantes. Son varios los momentos de su obra en los que declara este propósito.
Remitiéndose a los antecedentes que demostraban el relativamente fácil cruce de los Andes en
la zona, el nacimiento del Limay en el Nahuel Huapi y la navegabilidad de la cuenca del
Negro, “era evidente que un trayecto terrestre o fluvial de 125 millas bastaría para poner a
Chile en fácil comunicación con las aguas del Atlántico” (Cox 1999:18). Esta comunicación
se proponía explícitamente facilitar la ocupación: “no sólo mi proyecto abraza un interés
científico y mercantil, sino también humanitario, por cuanto conduce a facilitar la
colonización de aquellas regiones” (idem:51). El día anterior al de su llegada al ansiado
Nahuel Huapi, vislumbrando sus aguas azules, Cox escribía: “Tenía, pues, delante de mí el
camino que debía conducirme por el río Negro a las orillas del Atlántico. Tenía a la vista el
lado oriental cuya exploración era, desde algunos años, el objeto de mi pensamiento y el fin
de mis deseos” (idem:91). Una vez en el lago, el viajero descartaba la vuelta atrás:
“Estábamos en el camino del este. Alea jacta erat” (idem:103). Fallido el primer intento, el
mismo deseo llevó al explorador al segundo:
“Además de que había empeñado mi palabra, el atractivo del viaje hasta el Carmen,
las ventajas que, a mi parecer, reportaría la geografía de esos países tan
desconocidos, el vivo deseo que tenía de volver a ver el lugar del naufragio y el
confluente del Limay, y también, debo confesarlo, la importancia que los peligros
mismos daban a la empresa, tuvieron mucha influencia en mi espíritu.” (idem:158)
Pero la persistencia de ese propósito se vio afectada por la emergencia del mundo
fronterizo que Cox fue descubriendo en el sur del Neuquén. En primer lugar, al advertir que
en el camino había otros a quienes se debía considerar: “Y como nuestro proyecto final era ir
con los indios al Carmen y quedar amigos con ellos, creí más prudente parlamentar”
(idem:182). ¿Acaso Cox no tenía previsto parlamentar, una ceremonia tan común e
insoslayable para cualquier agente externo que se internara en la frontera? De cualquier modo,
parlamentó las veces que fue necesario. Los parlamentos le mostraron a Cox un mundo en
donde no había imprevistos, excepto para él: en la frontera se parlamentaba y conversaba todo
el tiempo. Las reuniones en las que se escuchaban las razones del otro y se decidía no estaban
exentas de espectacularidad:
punto de vista del presente trabajo más allá de demostrar que nuestro viajero se propuso hacer –e hizo- un aporte
trascendente al conocimiento sistemático del corredor araucano-norpatagónico.
120
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
[...]. Un poco antes de llegar al Puerto Carmen, los indios pasan a la banda sur [...].
Me parecía más interesante para la geografía seguir el camino del sur. Así
atravesaba la Patagónica en toda su anchura, viaje que ninguno había realizado
hasta entonces.” (idem:218)
De este modo, Cox se nos revela como alguien que, sorprendiéndose continuamente del
ámbito que transita, se convierte en inventor involuntario de la frontera: un mundo que él y
los suyos ignoraban en buena medida pero que estaba allí. Su extrañeza escrita recorrió el
mundo y contribuyó notablemente a la construcción imaginaria y política de una frontera
entendida como situación espacio-temporal caracterizada por su marginalidad respecto de los
centros metropolitanos, por su orden y su dinámica peculiar y por ser desconocida por los
agentes de los poderes centrales.
2
Cfr. www.airmedia.com.ar/bariloche/AHTML/COX.html.
121
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
XIX que decidió no incluir una estimación acerca de la cantidad de la población indígena de
la Patagonia, cálculo que sí incluyó Cox (Cox 1999:230) 3.
“Mi intención ahora es [...] continuar la exploración hacia los nacientes del río
Negro [...] por la parte septentrional de la Patagonia, [...] para examinar el gran
lago Nahuel Huapi.
“[...] otros antes que yo, han intentado excursiones semejantes. El Sr. D. Guillermo
Cox, chileno, trató por dos veces de atravesar desde Valdivia al Carmen, pero sólo
consiguió llegar hasta el río Limay; y el Sr. Musters [...]. Estos viajes dieron por
fruto, por parte del primero, el importante libro que escribió a su regreso, y que es
el único que poseemos hasta el presente, sobre la Historia Natural de aquellos
parajes [...].” (Moreno a P. Pico 1876; bastardillas nuestras)
3
Sobre este tema, cfr. REY BALMACEDA, Geografía histórica de la Patagonia (1870-1960), Buenos
Aires, Cervantes, 1976, pp. 275-279, a pesar de que comete errores de apreciación tales como considerar a De
Moussy observador directo de la Patagonia.
122
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
su viaje al interior de la frontera. Esto nos advierte que estamos ante uno de los observadores
más perspicaces y originales de la geografía fronteriza del sur argentino-chileno previa a la
conquista militar de la Araucanía y la Patagonia por ambos Estados. Una geografía descripta,
por añadidura, con una riqueza literaria a menudo conmovedora, como en sus descripciones
del ventisquero del Tronador (Fonck 1896:467-476). La bella escritura de Cox, “precisa y a la
vez entusiasta” al “reseñar la geografía que ama”, una narrativa cargada de humor, gusto e
ironía al decir de su bisnieto (Huneeus Cox 2000:31-32), impresionó fuertemente a Pablo
Neruda. En una carta de 1973, el poeta dice que Cox: “Es tan bueno, a veces, como Pérez
Rosales, con aventuras fantásticas del mundo que ya terminó, contadas por este hombre con
ingenuidad, curiosidad y valor personal” (idem:42).
¿Conoció Cox un mundo cerrado y puro, o un mundo mestizo y abierto pero ignorado y
sorprendente para muchos? Con ser un buen observador, cualquiera se asegura que encontrará
algo; el detalle está en que no siempre se encuentra lo que se esperaba. Y esto parece ser lo
que le ocurrió a Guillermo Cox.
Este registro se volcó, como en toda literatura de viajes, en una escritura en la que se
hace difícil distinguir la descripción generada por el impacto estético del contenido científico,
y en la que la descripción de la grandiosidad de la naturaleza se convierte en un marco de
4
Las referencias de Cox sobre el fortín español del Lácar llevaron finalmente al hallazgo de sus ruinas en
el verano de 1998 por periodistas del diario Río Negro: cfr. Río Negro (Gral. Roca), jueves 12 de marzo de 1998,
pp. 32-33, “Apareció en la cordillera un enigmático muro que sería del siglo XVII”; y Cox 1999:183 y 186.
5
Hemos trabajado en otra oportunidad las características de estos viajeros sobre el borde norte del área de
frontera pampeano-patagónica: Navarro Floria 2000.
123
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
Boccara destaca que el reconocimiento de los mundos mestizos por los estudiosos es
relativamente reciente (Boccara 1999:24). “Se trata [...] de abandonar el enfoque ahistórico
tradicional, el estudio de las sociedades y de los grupos ‘fuera del tiempo’, para restituir los
regímenes de historicidad y los mecanismos a través de los cuales se fijan las memorias y se
reevalúan las categorías culturales” (Nicholas Thomas, cit. en Boccara 1999:26). “En todo
caso, [esta perspectiva] plantea el problema de la etnicidad y de la identidad en términos
distintos, ya no como esencia, sino como fenómeno cuya dimensión remite a procesos de
diferenciación, de construcción y de interdigitación” (Boccara 1999:29).
Guillermo Cox describe una frontera totalmente mestiza, atravesada por criollos e
indígenas “cristianizados” y aculturados en diferentes grados y modos, antesala a su vez de un
mundo indígena también heterogéneo, multilingüe, móvil y conflictivo. Una frontera hecha no
sólo de espacio sino también de tiempo, definible en términos de proceso, entre dos mundos
también en profunda transformación. Ante esta realidad, Cox desemboca en un intento de
fijación mediante la clasificación -su mentalidad occidental no logra escapar a la compulsión
clasificatoria- bastante detallado (Cox 1999:227-239) pero que no logra neutralizar la
sensación de movilidad e inestabilidad del ámbito fronterizo.
124
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
“aunque cristianos, han conservado casi todas las costumbres y hábitos supersticiosos de sus
antepasados”:
“El traje que llevan se diferencia algo del de los araucanos; consiste en unos
pantalones cortos de lana azul, calcetes de punto hasta el tobillo, una camisa del
mismo color y material, y el poncho; usan el pelo largo que les cae hasta las
espaldas, dividido en la frente y sostenido por una cinta que llaman trarilongo,
algunos llevan un sombrero cónico de lana azul. Las mujeres se visten como las de
los pehuenches, cuyos trajes describiremos más adelante” (idem:156).
Todo ese camino de retorno desde el alto Limay hasta Valdivia se convirtió para Cox en
un reconocimiento de quienes transitaban por distintos motivos el largo corredor de Valdivia
a Carmen de Patagones: mestizos como Pascuala, la favorita de Paillacan, que “se había
criado en las vecindades del Carmen y hablaba bien el español” (idem:133), o el “indio
falsificado” hijo de un policía valdiviano que los recibió en lo de Trureupan (idem:144), o los
mocetones de Huincahual que entendían el castellano (idem:139), o los “indios cristianos”
asentados en la zona del lago Lácar: Hilario (idem:148 y 183), otro habitante de Chihuihue,
etc. También un dragón enviado por las autoridades argentinas de Patagones para tratar la paz
con los caciques cordilleranos (idem:139, 196 y 204). Pasando los Andes de vuelta hacia el
oeste prácticamente Cox ya no encontró indígenas propiamente dichos –excepto los
pehuenches que volvían a sus tierras de negociar caballos por aguardiente (idem:148-149)-
sino estos “indios cristianos” o chilenos involucrados en ese tráfico permanente, como
Motoco o Matías González (idem:148-149). Entre estos últimos estaban “aquellos
perseguidos por la justicia que suelen ir al otro lado de la cordillera con el objeto de comprar
caballos, no pudiendo entregarse en este lado a ninguna ocupación para poder subsistir”
(idem:164), quedando en evidencia que no todo era permeabilidad en la frontera, que no
dejaba de ser otro mundo.
125
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
“un indio que hablaba castellano, habiendo vivido como cautivo siete años en Chillán”, que
había pertenecido a la banda de los Pincheira (idem:242); y otros exponentes del mundo
mestizo. Conoció también la historia de la española Elisa Bravo, “cautivada después del
naufragio del buque Joven Daniel en las costas de Valdivia” y vendida por cien yeguas “a los
indios de Calfucura en Puelmapu”, pero regresada unos años atrás a los toldos de Huitraillan
donde vivía casada con un tal Nahuelquir (idem:171-172 y 242) 6. Otra imagen que causaba
conmoción en los toldos de Caleufú era la del poderoso Llanquitrue, vestido con “casaca fina,
sombrero blanco, con un chiripá azul y calzoncillos bordados; [...] cabezadas, avíos, frenos,
canelones, estriberas y estribos, todo era de plata maciza”, acompañado de varios ricos
mocetones y de dos oficiales argentinos (idem:244).
“me dijo Inacayal que, mientras andábamos cazando, habían venido chasques de
todos los caciques pidiendo nuestra expulsión inmediatamente de la tierra; que hasta
el mismo Huitraillan que antes estaba bien dispuesto para con nosotros había
cambiado de idea; y que uno de los caciques había ido hasta el extremo de mandar
decir que, si Huincahual tardaba más en expelernos, vendría él a dar un malón, y
mataría a todos los huincas y a los que los favorecían” (ibid: 262).
126
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
ductilidad que le permitía a Mansilla ubicarse –al menos discursivamente- del lado de los
“bárbaros”. Para el chileno, “hay la más grande semejanza entre el gobierno de esas tribus y el
de los bárbaros que en el siglo quinto y siguientes, invadieron la Europa” (Cox 1999:234),
mientras que el argentino ironiza con su autoidentificación como “civilizado” (Mansilla
1993:602-603).
“Los indios de Valdivia, junto con los araucanos, constituían en otro tiempo aquella
nación que tan valientemente defendió su independencia contra la invasión de los
españoles. Arrojados muchos de ellos de las posesiones que ocupaban en esta
banda, al pie de los Andes, pasaron a la cordillera y formaron la nación de los
pehuenches. Aquellos que se sometieron al dominio español, permanecieron en este
lado, pero conservando siempre su sistema de gobierno, por reducciones mandadas
por los caciques” (Cox 1999:155).
Como muestra esta última cita, la complejidad del mundo fronterizo no se resolvía
solamente en su carácter mestizo blanco-indígena sino en una multiplicidad de relaciones
entre distintas parcialidades. La frontera entendida como zona tenía, claramente, dos bordes:
uno exterior al mundo indígena, donde se jugaban las relaciones interétnicas, y otro interior,
donde la zona de contacto lindaba con el territorio indígena propiamente dicho a través de las
relaciones intraétnicas, menos conocidas por nosotros pero igualmente dinámicas. Por otra
parte, la movilidad poblacional y la dinámica histórica del mundo indígena eran claramente
percibidas por la gente de la frontera, como Cox le hace decir a Llanquitrue:
“en el tiempo que gobernaba mi padre, no vino ningún español por acá, pero ahora
vienen. Sabéis vosotros los alemanes, que ustedes son nuestros parientes; eso es muy
verdadero [...]. Antes éramos tan blancos como vosotros pero los vientos nos
tiñeron. Los alemanes vienen del lado del sol, por eso deben ser los hijos [de un
ancestro común] que se quedaron allá” (idem:244).
El área en torno del Nahuel Huapi se nos revela, particularmente, tanto en los
testimonios de los misioneros coloniales como en el de Menéndez a fines del siglo XVIII y en
los de Cox, Musters y los viajeros de fines del XIX, como un nudo de caminos y de
intercambio entre parcialidades de distintos orígenes. Pascuala, la mujer del cacique
pehuenche Paillacan, autodenominada “hija del cacique Francés de los tehuelches” (idem:130,
137 y 212), o “un indio huaicurú de Magallanes” presente en los toldos del “tío Jacinto”
(idem:209) son ejemplos de esta movilidad. Cox no se contentó con registrar casos aislados
de convivencia intergrupal sino que nos da cuenta del fenómeno del multilingüismo, del
mestizaje y de los conflictos internos del mundo indígena:
127
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
“Sonidos diferentes de los que habían herido mis oídos en los toldos de Paillacan me
hicieron preguntarles si no hablaban por acaso el mismo idioma, y supe que,
además del idioma pehuenche o araucano, hablaban también la lengua tehuelche,
porque había muchos de esta raza” (idem:140).
En los toldos de Huincahual, en el sur del actual Neuquén, fue donde Cox registró con
mayor intensidad el fenómeno de los contactos:
En el mismo lugar, durante una reunión, “unos hablaban araucano, otros pampa, otros se
interpelaban en la lengua ruda de los tehuelches [...], los más eruditos ponían en relieve sus
conocimientos en la castilla” (idem:208). Los interlocutores de Cox también guardaban
memoria de los conflictos entre huilliches y pehuenches inmediatos a la independencia
chilena, y entre pehuenches y tehuelches (idem:156-157). El viajero intentó explicar, como ya
señalamos, la complejidad interna del mundo indígena mediante una caracterización de las
principales culturas presentes en la vertiente oriental de los Andes:
“Para dar un ejemplo de esto, hablaremos de los que vivían en los toldos del
Caleufú; Huincahual y Antileghen eran pehuenches, Inacayal, su hijo [de
Huincahual], había nacido de una madre pampa, Agustín y Jacinto eran tehuelches;
y el mocetón [...] era de origen huaicuru, tribu que habita cerca de Magallanes.
Establecido aquí, se casará; de él nacerán hijos que vendrán a aumentar la mezcla
en las razas; la misma variedad se observa en las mujeres” (idem:228).
Tras notar que los pehuenches vivían en las faldas de la cordillera “hasta unas veinte o
veinticinco leguas de ella”, que al este del río Caleufú “casi todos eran tehuelches” y que en
las Pampas se encontraban grupos que se movilizaban hasta Buenos Aires y Carmen de
Patagones, Cox considera “mejor clasificarlos por los idiomas que usan” (ibídem):
pehuenches de lengua araucana desde Mendoza hasta el Limay, pampas o tehuelches del norte
del río Limay al río Chubut, tehuelches del Chubut al sur, huaicurúes en la orilla norte del
estrecho de Magallanes y fueguinos en Tierra del Fuego (idem:228-229).
128
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
siglo XIX como espectadores de un mundo indígena “en estado puro” (Quijada 1998), antes
de su conquista y museización y de la transformación del territorio en Nación.
En las orillas del Nahuel Huapi, comenzaba por prever que “a cada momento podían
echársenos encima los indios atraídos por los martillazos” (Cox 1999:116). Pocos días
después, tras el naufragio en el Limay, se alegraba de haber rescatado los instrumentos
musicales y otros pertrechos: “mientras más cosas salvásemos, tanto más numerosos regalos
podíamos hacer a los indios” (idem:122). No hizo lo mismo con los papeles que podían
resultarle comprometedores, y los quemó inmediatamente (idem:123), así como ocultó sus
propósitos:
“[al cacique Paillacan] no era posible decirle cuál era mi nacionalidad ni el objeto
de mi viaje, porque era lo suficiente para perderme; [...] celosos como son [los
pehuenches] de su independencia, era un atentado directo contra ella el intentar
reconocer uno de sus ríos; me decidí pues, a no decir la verdad” (idem:128-129; cfr.
145-146).
129
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
Su argumentación falaz fue reforzada por los consabidos obsequios: “muy lejos de
haber querido pasar ocultamente por el Limay, mi intención había sido detenerme en su
confluencia con el Chimehuin 7 para tratar con los indios, y esto lo atestiguaban los regalos
que traía con ese objeto” (idem:130). Sin embargo de sus reparos anteriores, Cox aceptó el rol
mediador del aguardiente y observó su importancia ritual:
“el aguardiente necesario tanto para el rescate de los rehenes como para
procurarme la amistad de los caciques y algunos caballos para el viaje [...]. Los
artículos que llevaba para rescatar a mi gente de las manos de los indios consistían
en aguardiente, escopetas, cornetas, pólvora, ropa, cuentas de vidrio, cuchillos,
pañuelos, camisas, añil y otras cosas para regalar a las nuevas relaciones que podía
contraer” (idem:153 y 155).
Un segundo plano de relaciones que interesaron a Cox fue el del trato político de los
grupos de la Pampa y la Patagonia norte con las autoridades argentinas. La presencia de un
dragón de la guarnición de Carmen de Patagones en las tolderías al norte del Nahuel Huapi
era señal de la persistencia del trato pacífico en general y de una política de vieja raíz colonial
en particular: la de los “capitanes de amigos”. El soldado aparecía invitando a Paillacan a
celebrar paces en Patagones (idem:139), y al año siguiente viviendo en los toldos, llegado con
el mismo fin, puesto que “siempre se le mandaba como chasque en misiones de confianza”
(idem:196 y 204). En esta segunda ocasión, Celestino Muñoz –así se llamaba el dragón-
7
Actualmente se considera al Chimehuín un afluente del río Collón Curá, que es el que desagua a su vez
en el Limay cerca del sitio del naufragio de Cox.
130
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
portaba una carta del coronel Murga invitando a los caciques a pactar acompañada de otra del
ministro de Guerra argentino avalándolo. También Llanquitrue, que había participado del
sangriento ataque al fuerte bonaerense de San Antonio de Iraola en 1855, al morir fue honrado
como general argentino y se presentaba, según le refirieron a Cox, escoltado por dos oficiales
del ejército (idem:244 y 248). Por entonces, Llanquitrue –como lo llama Cox- o Yanquetruz –
como es denominado generalmente en la bibliografía y la documentación de la época- había
firmado la paz en 1857 con el Estado de Buenos Aires –Cox transcribe varias cartas al
respecto (idem:245-247)- y había sido reconocido como “comandante en jefe de todo el
territorio de la Pampa” con el grado de teniente coronel, con asiento en Valcheta y con la
misión de auxiliar a Buenos Aires en la defensa y fortificación del río Negro. En las tratativas
previas, Paillacan y Huincahual –los conocidos por Cox- figuran como parte de los caciques
“chilenos” opuestos a la paz (Levaggi 2000:287-291). Muerto Yanquetruz, el trato pacífico
continuó con su hermano y sucesor Chingoleo –o Chincoleu, como lo llama Cox- (idem:310-
313) y culminaría en una serie de tratados con los renuentes Sayhueque, Huincahual y su hijo
Inacayal y otros (idem:329-337), todos en 1863.
Es probable que este panorama de entendimiento de los caciques norpatagónicos con las
autoridades argentinas haya sido el factor que terminó de desalentar a Cox de intentar su
travesía hasta Carmen de Patagones. Fonck nos hace notar el apoyo que el presidente chileno
Manuel Montt prestó al viaje de Cox, y el trato “poco digno de la cultura de nuestro siglo”
que las autoridades argentinas le tendrían reservado (Fonck 1896:297), aunque ni lo uno ni lo
otro surgen claramente de la lectura del viaje.
La resistencia y posterior aceptación de los tratados con el Estado argentino nos revela
la existencia de una estrategia propia de los caciques del mundo fronterizo, inclinados al trato
pacífico pero cuidadosos de parecer débiles ante sus pares. Si bien en Cox no hay el grado de
empatía que se muestra en la relación de Mansilla con los ranqueles de la Pampa, el juego de
recelos, secretos y cuidados entre sus sucesivos interlocutores nos revela, como ya hemos
visto, una diplomacia de características similares y de igual contexto.
Conclusiones
El viaje de Cox tuvo un claro propósito político y económico –colonizar desde el sur de
Chile la cuenca del río Negro-, a partir del cual se puede ver al protagonista como agente de
los intereses del Estado chileno en un territorio trasandino. Cox presenta su viaje como una
perspectiva de desarrollo para los colonos del sur de Chile; advierte la presencia de las
autoridades argentinas a través de tratados y mediadores militares que viven en las tolderías, y
esto alimenta la desconfianza mutua con los caciques del actual Neuquén. Su mirada es
también la de los ojos imperiales del capitalismo decimonónico, que estudia los recursos
naturales y sus posibilidades y también describe con precisión el intenso tráfico trasandino de
aguardiente por caballos y otras mercaderías, sus actores y formas de trato.
Sin embargo, Cox puede también ser leído como un inventor involuntario de la frontera,
un descubridor de ese orden alternativo ya advertido por otros autores en la Pampa “bárbara”,
un observador de la lógica propia del mundo mestizo, en definitiva como alguien sorprendido
por una realidad no prevista por él. Esa imprevisión fue lo que, finalmente, lo llevó a fracasar
131
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Referencias bibliográficas
BOCCARA,G. (1999) Antropología diacrónica. Dinámicas culturales, procesos
históricos y poder político. En G. BOCCARA y S. GALINDO (eds.), Lógica mestiza en
América. Temuco, Universidad de La Frontera.
HUNEEUS COX,P. (2000) Patagonia mágica, El viaje del tata Guillermo. Santiago,
Nueva Generación.
MANSILLA,L.V. (1993) Una excursión a los indios ranqueles. Buenos Aires, Espasa
Calpe.
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Abstract
El propósito de la ponencia es establecer un contraste entre dos viajes a las fronteras
indígenas de la Argentina del siglo XIX a partir de su comprensión del conflicto entre las
sociedades aborígenes y el mundo de la «civilización»: Una excursión a los indios ranqueles
de Lucio V. Mansilla (1869) y Viaje al País de los Araucanos (1881) de Estanislao Zeballos.
Al trazar este contraste, la ponencia no sólo enfatiza los cambios resultantes de las
consecuencias de la Conquista del Desierto (1879) sino que procura indagar en las
continuidades y rupturas del discurso de las sociedades indígenas en el seno de los sectores
dirigentes argentinos.
The communication’s purpose is to show the contrast between two frontier travellers
from their sight to the conflict between aboriginal societies and the «civilisation’s world» in
nineteenth century’s Argentina: Lucio V. Mansilla’s Una excursión a los indios ranqueles
(1869) and Estanislao Zeballos’ Viaje al País de los Araucanos (1881).
To draft this contrast, the communication highlight not only the changes of the
consequences that the Desert Conquest (1879) brought, but also among the sight’s
continuities and breach for the Indians societies inside the Argentines leader’s groups.
From this prospect, the contrast between Mansilla and Zeballos search to highlight the
irruption of a more and more determinist and social-Darwinist sight about the relationship
between cultures, places and economies affect the process for the reciprocal understanding
and integration among the European’s and Indian’s societies. For the Indians, the deprivation
of the cultural and productive attributes, make impossible his incorporation to the social and
economic time’s world and to borrow arguments for his conquest, extermination and social
exclusion.
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Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
Introducción
Es posible que muy pocos períodos de la historia argentina hayan sido de cambios tan
profundos, dramáticos e irreversibles como los que contemplaron los años que separan la
aparición de Una excursión a los indios ranqueles 1 del Viaje al País de los Araucanos. 2 Entre
ambas obras no sólo son fáciles de descubrir esas diferencias que separan al experimentado
bon vivant y aristócrata porteño que convierte a la guerra de fronteras en una extensión de su
apetito de aventura, autor de la Excursión, del joven provinciano que aspira a iniciar una
carrera sobre la base de indiscutibles méritos intelectuales y técnicos exhibidos en el Viaje
como en un escaparate de novedades, sino también la irrupción de ese «nuevo clima de
ideas» 3 que se hace presente en la escena argentina para dar comienzo a una nueva forma de
concebir la realidad presente y sus posibilidades futuras entre las elites dirigentes criollas.
Por cierto, esa nueva concepción involucraba especialmente la cuestión de las fronteras
y el problema del indio, herencia de la sociedad colonial cuya solución había encomendado la
Constitución de 1853 al flamante Congreso de la Nación, 4 con su mandato –heredero de la
legislación indiana- de convertirlos e incorporarlos a la vida civilizada. Y es precisamente la
dimensión de esta «vida civilizada», de sus alcances y de los costos que deberían pagarse para
alcanzarla lo que se encontrará en el centro de las diferencias entre las obras –y las
perspectivas, reflejo de las de su época- de Mansilla y Zeballos.
1
Mansilla, L.V.: Una excursión a los indios ranqueles, Buenos Aires, Kapelusz, 1966, 2 tomos.
2
Zeballos, E.: Viaje al País de los Araucanos, Buenos Aires, Solar, 1994
3
Halperin Donghi, T.: «Un nuevo clima de ideas», en Ferrari, G. y Gallo, E. (comps.): Argentina del
Ochenta al Centenario, Buenos Aires, Sudamericana-Di Tella, 1980, p. 13-24.
4
Es atribución constitucional del Congreso nacional: «Proveer a la seguridad de las fronteras; conservar
el trato pacífico con los indios, y promover la conversión de ellos al catolicismo», art. 67, inciso 15, Constitución
Nacional de la República Argentina, Buenos Aires, Crespillo, 1962, p. 5.
5
Viñas, D.: Literatura argentina y realidad política, Buenos Aires, CEAL, 1982.
6
Myers, J: Orden y Virtud. El discurso republicano en el régimen rosista, Universidad de Quilmes, 1995
135
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
de las políticas coloniales ante las sociedades indígenas era uno de estos problemas que el
rosismo encaró con estrategias que combinaban la negociación diplomática, la guerra abierta
y la incorporación gradual por medio de la colonización y el trabajo en las estancias de
frontera. Dichas estrategias no diferían sustancialmente de las que la Corona española había
combinado en la frontera pampeana desde los inicios de la colonización, en la que la tradición
colonial había introducido y sostenido el principio de la adaptabilidad del indio a la vida
«civilizada» y su utilidad como súbdito productor.
136
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
de una naturaleza que debía ser conquistada, explorada y explotada con nuevos criterios de
eficacia y rendimiento.
Retirado del frente paraguayo por sus actos de sarcasmo e ironía delante de sus
superiores, enviado a la frontera como jefe de guarnición a las órdenes del general Arredondo,
Mansilla lucía, a fines de 1869, cuando inició las conversaciones para un tratado con los
indios, una reputación propia que rebasaba el ilustre y sombrío antecedente de ser sobrino de
Rosas y el hijo de su lugarteniente. Había sido el primer criollo en conocer el exilio lujoso y
rentístico de París, adonde no había llegado con funciones diplomáticas o políticas, como las
que les habían tocado a alguno de sus contemporáneos, sino meramente turísticas, como el
propio Mansilla se preocupaba en explicar. Desde el frente de guerra correntino-paraguayo,
con el grado de coronel, Mansilla había encabezado ese «movimiento de opinión» 8 de los
jóvenes oficiales argentinos que postularon a Sarmiento como candidato a suceder a Mitre en
la presidencia de la Nación. Los asuntos militares y políticos del Estado al que representa
como aristócrata, dirigente y coronel siguen siendo para Mansilla, una ampliación de su
círculo de influencias y amistades, cimentadas todavía en la percepción de un mundo
restringido a un conjunto de actores herederos de la prosapia colonial, que aún entienden su
desempeño público no tanto como el resultado de una carrera profesional sino como producto
de una posición reconocida que los convierte a la vez en agentes del Estado y de sus propios
intereses.
De modo que, aunque sea coronel del ejército nacional, la embajada a los ranqueles a la
que da comienzo en 1869 a través de largas conversaciones previas no difiere para Mansilla
de las funciones que sus antepasados han desempeñado a la vez como hacendados, jefes de
milicias y representantes del poder virreinal, precisamente, entre las «naciones» de los
pampas, araucanos y ranqueles, concebidos ellos mismos –y Mansilla vuelve sobre este tópico
una y otra vez- como organizaciones sociales complejas, con sus jerarquías, sus prácticas de
poder y obediencia, sus conceptos sobre derecho y propiedad y, como producto de este
patrimonio de nociones, su ejercicio continuado de una identidad que se manifiesta
específicamente en su presencia como agentes de ciertos valores, intereses y creencias, en
acción y reacción con los propios, apenas más evolucionados:
«Y nadie –escribe Mansilla al referirse al primer encuentro con los indios- y eso que
había muchísima gente achumada, nos faltó el respeto en lo más mínimo... todos nos
trataban con la más completa finura araucana.
7
Mansilla, L.V.: Una excursión a los indios ranqueles, p 71.
8
Halperin Donghi, T: Una nación para el desierto argentino, Buenos Aires, CEAL, 1982, p. 78-79.
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«¿Les hemos enseñado algo nosotros que revela disposición generosa, humanitaria,
cristiana, de los gobiernos que rigen los destinos sociales? Nos roban, nos cautivan,
nos incendian las poblaciones, es cierto. Pero ¿qué han de hacer si no tienen hábitos
de trabajo? ¿Los primeros albores de la humanidad presentan acaso otro cuadro?...
«Quejarnos de que los indios nos asuelen es lo mismo que quejarnos de que los
gauchos sean ignorantes, viciosos, atrasados» 9
9
Mansilla, L.V.: Una excursión a los indios ranqueles, p. 228.
10
Cutolo: Diccionario biográfico argentino (1750-1930), Buenos Aires, Elche, 1985, tomo VII, p. 795-
799.
11
Halperin Donghi, T: Una nación para el desierto argentino, Buenos Aires, CEAL, 1982, p. 83-84.
12
Zeballos, E.: Viaje al País de los Araucanos, p. 32-39. Sobre la Sociedad Científica Argentina y el
papel de Zeballos en ella, Babini, J.: Historia de la ciencia en la Argentina, Buenos Aires, Solar, 1986, p. 140-
143.
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Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
«Ha tomado parte activa en todas nuestras guerras civiles, unas veces como aliado a
los salvajes, otras a los hombres civilizados, ya peleando contra Buenos Aires en los
ejércitos de la Confederación, ya contra ésta al servicio de aquel Estado, antes
independiente. Manuel Grande era todo un personaje para la guerra de montonera,
porque su indomable valor y su valerosa tribu lo hacían verdaderamente temible.
«... Su tribu de 500 guerreros, apenas forma 40 actualmente, y el viejo cacique lleva
el grado de coronel de la República y el sueldo de capitán
«La visita me fue altamente agradable, como hubiera sido la de Cetewayo para un
inglés... Llamóme la atención que Manuel Grande hablara castellano y prescindiera
de sus secretarios, Manuel y Pancho Díaz... quienes lo acompañaban simplemente
para dar solemnidad al acto. Mi extrañeza se justifica, recordando que entre los
araucanos es una regla de supersticiosa etiqueta oficial, no hablar jamás la lengua
del cristiano, sino valerse de intérpretes y lenguaraces» 14
Todo un mundo separa la humilde presentación de este viejo cacique que ha arruinado a
los hombres de su pueblo sirviendo a los jefes cristianos, que se rebaja a hablar castellano
ante el joven e impertinente explorador que –tan afecto a comparaciones un tanto
desproporcionadas- prefiere colocarlo en la deshonrosa posición del líder indio Cetewayo
delante de su amo inglés de la franca, personal y nada ceremoniosa celebración del encuentro
entre el coronel Mansilla y los guerreros de Mariano Rosas. Ese mundo encuentra su génesis
13
Zeballos, E.: La Conquista de las Quince Mil Leguas. Estudio de la traslación de la frontera sur de la
República al sur del Río Negro, Buenos Aires, Hyspamérica, 1986, p. 17.
14
Zeballos, E.: Viaje al País de los Araucanos, p. 107-108.
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Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
«Por lo pronto, nosotros vamos resolviendo los problemas sociales más difíciles –
degollándolos- y las teorías y las cifras de Malthus sobre el crecimiento de la
población no nos alarman un minuto.
«El Paraguay no existe... Esta grande obra la hemos realizado con el Brasil
«Ahora la hemos emprendido con Entre Ríos, donde López Jordán se encargó de
despacharlo a Urquiza... y como Entre Ríos estaba muy rico, le hacía falta conocer
la pobreza.
Es esta abierta resistencia de Mansilla a identificarse con los objetivos del Estado al que
representa como militar y –en este caso- diplomático lo que le ha valido los reproches y
reprimendas del general Gelly y Obes en el frente paraguayo y del propio presidente
Sarmiento –directo beneficiario de su escasamente marcial campaña dentro del cuadro de
oficiales que se proclama a favor de su candidatura contra la del mitrista Rufino de Elizalde-
que lo apercibe por su iniciativa individual de iniciar un tratado con la «nación ranquelina»
sin consulta previa ni con él ni con su jefe directo, el general Arredondo.
15
Mansilla, L.: Una excursión a los indios ranqueles, p. 123.
140
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fronteras, a los cuales carga con corveas, alistamientos y despojos. Esta guerra tiene ahora su
propia y horrible dinámica que alimenta a las fuerzas de los indios con el saber y el poder de
los blancos renegados y perseguidos que se pasan de bando. Resulta perfectamente razonable
entonces que los indios traten de mantenerse fuera del alcance homicida del Estado central,
sobre todo si pueden disponer de los valiosos bienes de su mercado sin necesidad de
acatamiento político, bienes procedentes en muchos casos de la misma Europa, y no sólo de
Buenos Aires, Córdoba y Mendoza. La guerra india no es tal, sino la forma que los indios
tienen –porque no les han enseñado otra, sostiene Mansilla- de participar de los beneficios de
la «civilización»:
Es así como los indios consiguen aquello que su falta de conocimientos y técnicas les
impide obtener de otro modo: azúcar, tabaco, yerba mate, alcohol, harina, lienzo, seda,
menaje, plata, caballos, ovejas y cautivas criollas y europeas. Que los indios son
perfectamente conscientes de los beneficios materiales de la «civilización» y de sus bellos
útiles objetos –así como también de sus costos más aterradores, que se niegan
justificadamente a pagar- Mansilla cree saberlo por experiencia propia. Los toldos se
presentan limpios y ordenados en contraste con los de los gauchos «civilizados»: tienen
separaciones que evitan la promiscuidad, camas, asientos, ollas, platos, cubiertos y utensilios,
mientras que nada de todo eso puede encontrarse en el rancho del gaucho, arruinado por el
despojo y la marginación a que lo somete la autoridad que debería protegerlo. 17 La propia
persona del coronel testimonia esa capacidad indígena de apreciar lo valioso y tratar de
conseguirlo: sus amigos ranqueles son obsequiados profusamente con todos los atuendos del
autor: pañuelos de seda de la India, guantes de castor, capas francesas, navajas inglesas,
camisas de lino con encaje, cigarros, lociones, tabaco, cinturones, correajes, cordones. Es en
este apego a los deslumbrantes bienes materiales de la «civilización» -en nada diferente del
que manifiesta el propio Mansilla, o los aristócratas de Buenos Aires, o los obreros de
Liverpool y Manchester- que Mansilla encuentra la piedra de toque para la conversión –y la
reducción- de los «salvajes»: ponerlos a trabajar, enseñarles los mecanismos aceptables de
adquisición de esos bienes, someterlos a las regularidades del mercado de trabajo y la oferta
de bienes. Mariano Rosas, ahijado de su tío Juan Manuel, le confiesa al coronel Masilla:
«Hermano, cuando los cristianos han podido nos han muerto; y si mañana pueden
matarnos a todos nos matarán. Nos han enseñado a usar ponchos finos, a tomar
mate, a fumar, a comer azúcar, a beber vino, a usar bota fuerte. Pero no nos han
enseñado a trabajar, ni nos han hecho conocer a su Dios. Y entonces, hermano ¿qué
servicios les debemos?» 18
16
Mansilla, L.: Una excursión a los indios ranqueles, p. 319.
17
Mansilla, L.: Una excursión a los indios ranqueles, p. 303-304.
18
Mansilla, L.: Una excursión a los indios ranqueles, p. 536.
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De modo que en este amor por el confort, rasgo común a toda la especie humana,
encuentra el autor de la Excursión, ese substrato común de práctica y nociones que haría
posible asimilar a los indios, ingresarlos como trabajadores en el mercado, contar con su
esfuerzo y su consentimiento para la civilización y sus fines. Pero aquí, a pesar de las
reacciones que provocan en él las acciones presentes del poder estatal, vuelve a hacerse
presente en el discurso de Mansilla esa noción subyacente -pero a esta altura errónea- de la
necesaria continuidad entre el Estado colonial, apoyado en sus elites ilustradas y propietarias,
y el Estado liberal, que cuenta con una burocracia propia, con sus propios objetivos, y que es
muy diferente de los mediadores civilizados cuyo papel quiere desempeñar el coronel de
Sarmiento
La aplicación del concepto de «raza», explica Arendt, deja a las comunidades a las que
se define de este modo, despojadas de su esencial humanidad: se integran al paisaje, a sus
suelos, sus recursos, su flora y su fauna sin impronta social ni cultural, y su presencia no se
percibe entonces más que como otro dato que debe tomarse en cuenta en la utilización
productiva de los espacios coloniales, mano de obra barata disponible para la extracción de
recursos. Es esta perspectiva la que hace enteramente comprensibles las «matanzas
administrativas» de las poblaciones coloniales africanas y asiáticas, impensables en otro
contexto que éste, que separaba la eficiencia y la eficacia administrativa de cualquier intento
de amparar el bienestar o representar los intereses de la población local. 21
La concepción que rige la redacción del Viaje al País de los Araucanos –en mayor
medida, si es posible, que La Conquista de las Quince Mil Leguas, escrita por Zeballos en
1878- su contenido y su propósito reflejan la exactitud con que se adecua el diagnóstico de
19
Mann, Michael: Las fuentes del poder social II. El desarrollo de las clases y los Estados nacionales,
Madrid, Alianza, 1993, capítulos XI-XIV.
20
Arendt, H.: Orígenes del Totalitarismo, Barcelona, Planeta, 1994, volumen I, segunda parte, p. 259.
21
Arendt, H.: Orígenes del Totalitarismo, Barcelona, Planeta, 1994, volumen I, segunda parte, cap. VII,
p. 251-291.
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Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
Arendt a las ideas de Zeballos sobre el tema del espacio pampeano, la frontera y sus
poblaciones «coloniales». La ocupación del territorio pampeano-patagónico no es para
Zeballos un problema político, ni cultural, ni económico en el sentido propuesto por Mansilla
de crear los medios de incorporación, adaptación, sumisión de los pobladores nativos, sino un
problema eminentemente técnico, y su resolución deberá ser breve y expeditiva:
«Nuestra población marcha al norte y al oeste con mayor rapidez y con bases más
sólidas que al sur y, sin embargo, una alta previsión estratégica debe hacernos
volver los ojos al vasto territorio austral de la República. Es necesario poblarlo
para afianzar nuestros dominios, y para poblar el desierto es forzoso desplegar el
ejército de vanguardia» 22
«Los indios de Chile, como todos los hombres primitivos, han condensado en los
nombres de las localidades las faces características de la topografía del terreno que
habitaron.
22
Zeballos, E.: La Conquista de las Quince Mil Leguas, p. 54.
23
Véase, por ejemplo, la semblanza del cabo Barraza y del cabo Soto, Viaje al País de los Araucanos,
cap. IV, VII y XI.
24
Zeballos, E.: La Conquista de las Quince Mil Leguas, p. 284.
25
Zeballos, E.: La Conquista de las Quince Mil Leguas, p. 85-91.
143
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
Sin embargo, su esencial condición de puro objeto de estudio se expone con toda
crudeza en un párrafo del Viaje: después de desenterrar los cráneos de varios esqueletos
nativos de unas tumbas indígenas abandonadas por las Salinas Grandes para poder estudiarlos
luego detenidamente, con sus veleidades de antropólogo y etnógrafo, Zeballos replica el
reproche que le dirige uno de los oficiales de su propia comitiva:
«Referíase a los cráneos que en una bolsa traía desde las Salinas Grandes, y parecía
insinuarme que los volviera a la tierra.
26
Zeballos, E.: Viaje al País de los Araucanos, p. 200-201.
144
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
Rosas desconoció por completo, pero que resultaron determinantes para el joven
expedicionario del desierto. La primera fue la educación formal y oficial, secundaria y
universitaria, instrumento indispensable para la formación de la nueva elite burocrática y
política del Estado en formación, de la cual Mansilla prescindió, porque su influjo, su fortuna
y su saber se arraigaban en el horizonte social antiguo y prestigioso de la elite hacendada,
comercial y militar que había convertido a Buenos Aires en capital de un gobierno
revolucionario primero y soberano después. Pero la segunda innovación fue todavía, si cabe,
mucho más decisiva, porque señala con toda nitidez el borde del abismo experimental que
separaba la vida de ambos hombres, y ese borde se define específicamente en el papel que iba
a jugar la técnica en la construcción de la nueva sociedad, según la concebía Zeballos y no
podía imaginarla Mansilla.
«Como Delaunay, pienso... que, sin descuidar la ciencia pura, los hombres de
estudio deben atender más que nunca la faz práctica de sus trabajos, esforzándose
en divulgar doctrinas y procedimientos útiles a la sociedad. Así, esta no es una obra
de ciencia pura, sino de ejemplo para la juventud y de gobierno para la patria,
porque dando a conocer a propios y extraños los recursos naturales, la fisonomía
social, la vida política y la civilización de la República Argentina, tiende a promover
la afluencia de la población y el desenvolvimiento de las fuerzas fundadoras de la
sociedad». 28
27
Véanse, por ejemplo, los capítulos que destina Mansilla a describir su paso por el desierto hasta los
toldos de Mariano Rosas. Sobre las condiciones de vida en las guarniciones de frontera y sus relaciones con los
indios, Viñas, D.: Indios, ejército y frontera, México, Siglo XXI, 1981.
28
Zeballos, E.: Viaje al País de los Araucanos, «Advertencia», p. 19-20.
145
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
Y una vez lanzado por esta vía, el optimismo de Zeballos todo lo espera de la obra
civilizadora del capital y la tecnología: la conversión del Río Negro en una vía de
comunicación interoceánica entre el Atlántico y el Pacífico, la multiplicación casi indefinida
de las colonias agrícolas, el crecimiento de una población aportada por la extensión decisiva
de los ferrocarriles desde las llanuras bonaerenses y la constitución de la Argentina y de Chile
en dos potencias estratégicas en el Cono Sur de América. 29 Y todo ello con el exiguo costo de
una pequeña y experimentada fuerza militar que, en pocos meses, concluiría, gracias a los
nuevos medios de que dispone, con un período de tres siglos de incapacidad hispánica para
dominar el espacio e imprimirle los impulsos de la actividad productora del hombre
civilizado. La expulsión y el exterminio de los naturales son pecados que sólo la técnica de la
segunda mitad del siglo XIX va a hacer posible primero concebir y luego cometer.
146
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
formado y adquirido los dotes de mando y el prestigio social, lo ha habilitado también para su
ejercicio de la función estatal, por lo menos en lo que respecta a su comportamiento con los
indios y a su propia concepción del papel de la sociedad blanca y de sus instrumentos de
expansión y consolidación en el «desierto». Es la abrupta, veloz y violenta irrupción de la
estatidad moderna lo que separa al espíritu, al contenido y al programa de Una excursión a los
indios ranqueles de la voraz, sistemática y letal perspectiva de Zeballos, que sólo es capaz de
ver en las tierras y en los hombres de las fronteras los insumos indispensables para su
exaltación del «progreso», consecuencia necesaria de una forma de observar y transformar
con urgencia una realidad heredada en la cual la frontera pampeana no podía dejar de verse
como un problema que debía resolverse con urgencia para participar plenamente del programa
de la modernidad. Una modernidad que, lejos de ser una mera abstracción, un programa
difuso proyectado hacia el futuro, se manifestaba diariamente, para Zeballos y sus
contemporáneos, en la adquisición de bienes y valores que, estimulándose recíprocamente,
mostraban unas posibilidades tan vastas y prometedoras que bien valía la pena sacrificarles a
ella la humanidad y aun la supervivencia material de las sociedades indígenas pampeanas.
31
El debate sobre la eficacia material y política del Estado centralizado en la Argentina y los alcances del
mismo en la organización institucional puede apreciarse en todos sus matices en Botana, N.: La tradición
republicana. Alberdi, Sarmiento y las ideas políticas de su tiempo, Buenos Aires, Sudamericana, 1984.
147
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
148
Mesa 2 - La invención de la frontera en América en el discurso de los viajeros (s XIX y XX)
Abstract
La exposición tiene como finalidad abordar relatos de viajes escritos entre 1860 y 1900,
vinculados a la modernidad a partir de saberes específicos, para analizar el cruce entre viaje y
escritura. Teniendo en cuenta que ambas prácticas culturales -viajar y escribir-, a su vez,
configuran la identidad pública del letrado argentino de la segunda mitad del siglo XIX, se
trata de trabajar a partir de los mecanismos de legitimación de estos discursos, de su uso
literario y extra-literario y de la construcción específica de un paisaje íntimamente ligado a los
debates en torno a la construcción de una nación.
The exposition project aims to read (Argentine) travel literature written between 1860
and 1900, tied to modernity through specific branches of knowledge, with the purpose of
analyzing travel and writing as parallel activities. Given that both travel and writing are key
cultural practices in forming the public identity of Argentines letrados during the second half
of Nineteenth Century, my study intends to focus on mechanisms of legitimation of those
writings, their literary and extra literary usage, and the specific construction of a landscape
located in public debates on the building of a nation.
149
“Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. La Literatura de Viajeros como Problema”
150
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Abstract
La gran mayoría de los relatos de viajeros argentinos a Europa, desde mediados del
siglo XIX hasta entrado el siglo XX, hacen referencia a las obras de arte vistas en el viejo
continente. Desde los museos canónicos, hasta las galerías comerciales, pasando por las
colecciones privadas, era frecuente que cada viajero entrara en contacto con distintas
versiones del arte europeo pasado y contemporáneo. Y cada relato se transformaba entonces
en una particular visión selectiva que testimoniaba tanto los gustos personales como los
intereses extra-estéticos que condicionaban estas elecciones artísticas.
A pesar de todo esto, poco se ha dicho de los relatos de viajeros desde el campo
específico de la historia del arte. En este sentido, muestra propuesta consiste en acercarnos a
dos relatos de viajes decimonónicos – el de Vicente G. Quesada (1879) y el de Eduardo Wilde
(1892) – desde esta perspectiva disciplinar. A fin de hacer un análisis más preciso nos
centraremos en las imágenes del arte español que cada uno plasmó en su relato.
Reconstruiremos el recorte particular que cada viajero propuso sobre el arte hispánico, los
móviles a que estas versiones obedecían y las estrategias puestas en juego para aprehender las
obras artísticas.
The vast majority of the reports due to Argentinean travelers to Europe, between mid-
nineteenth century and the first decades of twentieth century, make references to the art works
seen in the old continent. From the canonical museums, to the commercial art galleries and
private collections, it was common that each traveler got in contact with different versions of
past and contemporary European art. Then, each report became a particular selective vision
that testified the personal taste and different interests that conditioned the artistic choices.
In spite of all this, little has been said about the travelers’ reports from the specific field
of art history. In this sense, our proposal is to approach to two reports of nineteenth century
travelers –Vicente G. Quesada´s (1879) and Eduardo Wilde´s (1892) – from this particular
perspective. In order to make a more precise analysis we will focus on the images of Spanish
art that each report constructed. We will study the particular selection proposed by each
traveler, the motives that originated these versions and the usage of strategies in the way to
apprehend works of art.
Presentación
En su cargo de director de la Biblioteca Pública de Buenos Aires, Vicente G. Quesada
(1830 – 1913) partió para Europa en 1873 2 con el fin de estudiar el desarrollo de las
1
Esta ponencia presenta un aspecto parcial de una investigación acerca del coleccionismo de arte en
Buenos Aires entre 1880 y 1930, proyecto desarrollado en el marco de una Beca de Formación de Postgrado
otorgada por el CONICET para el período 1999 – 2003
151
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
bibliotecas públicas en aquel continente. En este, su primer viaje europeo, España fue el país
que más atrajo su atención. Era allí donde cumpliría el destino principal de su travesía:
investigar en los archivos y colecciones históricas españolas para adquirir copias de
manuscritos y documentos que aumentasen el acervo de la biblioteca porteña. (Canter, 1936:
360 – 361; Pagés Larraya, 1990: 45) Durante el viaje, su trabajo quedará registrado en las
sostenidas corresponsalías enviadas por Quesada a la Revista del Río de la Plata para, una vez
vuelto a la patria, componer un volumen enteramente dedicado a analizar el estado de las
bibliotecas europeas y latinoamericanas. 3
Casi veinte años más tarde de la visita europea de Quesada, otro miembro conspicuo de
la elite intelectual emprenderá, aunque con un destino no oficial, su primer periplo europeo.
Eduardo Wilde (1844 – 1913) zarpará rumbo a Europa en 1890, recorriendo sus principales
ciudades 5 al tiempo que irá narrando sus impresiones en las cartas enviadas al diario La
Prensa que serán agrupadas en dos tomos en 1892. A diferencia al exiguo interés despertado
por los recuerdos de Quesada, los Viajes y observaciones de Wilde han sido analizados por
gran parte de los investigadores dedicados a su producción literaria. (Echagüe, 1945: 117-118;
Zanetti, 1967: 139 y 141; Frugoni de Fritzche, 1982; Schade, 1984) Estos estudios han hecho
hincapié en la persistencia de aquel tamiz humorístico y desafiante característico del escritor.
Recurso que, por momentos, le permitió a Wilde rehuir de aquella visión idealizada hacia
Europa que abundaba entre los argentinos viajeros.
Sin embargo, y aquí se ubica nuestra propuesta de análisis para ambos textos, poco se
ha dicho de la mirada que éstos proponen sobre las obras artísticas vistas en el viejo
continente. Ampliando estos casos particulares, era una práctica común que los viajeros
argentinos decimonónicos hicieran referencia en sus relatos a las obras de arte colgadas en
museos y galerías europeos. En esta línea, los diversos trabajos que se han ocupado de la
literatura de viajeros han registrado la presencia constante de los comentarios sobre arte, pero
estos no ha sido considerados aún objeto central de estudio.
2
Excepto el ensayo de Juan Canter que menciona que Quesada partió a Europa en 1872, el resto de la
bibliografía coincide en señalar el inicio de su viaje al año siguiente.
3
Las Bibliotecas europeas y algunas de la América Latina, Buenos Aires, 1877.
4
Solamente Pagés Larraya le dedica estas apreciaciones: “Quesada se adelanta así a una revaloración
cultura de España, que alcanzará vigor en nuestro siglo a partir de Ricardo Rojas, Manuel Gálvez y Enrique
Larreta” (Pagés Larraya, 1990: 47)
5
Como parte del mismo viaje también visita los Estados Unidos, ciudades europeas que exceden el
itinerario clásico (Moscú, San Petersburgo, Estocolmo, Budapest, Constantinopla, entre otras) así como
localidades asiáticas y africanas (Jerusalén y El Cairo).
152
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
empezaban a formarse hacia esos mismos años o, eventualmente, visitando los talleres de los
artistas locales. Los antecedentes artísticos eran aún más escasos para el caso de Quesada.
Como él mismo afirma, en la primera mitad del siglo XIX en nuestro país: “el arte estaba en
pañales, no hay ni puede haber verdaderos artistas donde no hubo ni escuelas, ni galerías de
pintura, ni modelos: más aún, ni quien comprase cuadros de mérito, ni encomendase un
trabajo que fuese digno del talento de un artista”. (Gálvez, 1889: 292) Los ejemplos de
pintura e imaginería religiosa que se hallaban en las iglesias o los tradicionales retratos
conservados de la otrora sociedad colonial no constituían, a sus ojos, base suficiente para
“formar verdaderos cultores de las bellas artes”.
En este sentido, debemos tener en cuenta que, incluso hasta fines del siglo XIX, el
llamado arte colonial no fue percibido por la elite dirigente como un fundamento válido sobre
el que asentar el desarrollo artístico nacional. El arte debía provenir de Europa. Y en estos
términos, era difícil que las grandes firmas del viejo mundo se hiciesen presentes en nuestras
tierras. Menos aún sus cuadros más emblemáticos. Para acercarse desde Buenos Aires, a
Rafael, a Murillo o a Rembrandt los caminos eran más indirectos. Ya fuese mediante el
consumo de los grabados y reproducciones – monocromos - que circulaban en la ciudad, o
incluso prescindiendo de la imagen, a través de la palabra escrita que se ocupaba de obras de
arte en periódicos, diarios y revistas. Imaginemos entonces cuál podía ser la fuerza del
encuentro que posibilitaba el viaje a Europa: pasar a enfrentarse con aquello sobre lo que
tanto se había leído y que por, primera vez, pasaba a ser visto. 6
Así, será inusual encontrar relatos de viajeros que pasen por alto estas visiones, incluso
hasta entrado el siglo XX. Opiniones que difícilmente se volcasen en artículos enteramente
avocados a la crítica de arte pero que sí podían ver la luz en aquellas misceláneas de
“fragmentos vivenciales” que eran los relatos de viaje. (Schade, 1984: 84) En consonancia
con esto último, la mayor parte de los viajeros se disculparán de su supuesta incompetencia en
materia artística, la cual sin embargo, no frenó su voluntad por describir.
Tomamos dos viajeros entre los que median varios lustros, hecho que ya de por sí
conlleva a una configuración diferente de la escena artística europea. Sin embargo, fijamos un
recorte común: su mirada sobre el arte español. El texto de Quesada nos provee, por un lado,
un ejemplo temprano de rescate del arte hispánico, interés que en estos años aparecía
desdibujado debajo de la creciente admiración por las producciones francesas. En cierto
sentido, ambos relatos se escriben antes de que el arte español goce de gran aceptación en el
gusto de los porteños. Para ser más exactos, el texto de Wilde coincidiría con el tímido
surgimiento de este proceso. Un proceso que recién adquiere fuerza en los últimos años del
siglo XIX para cristalizarse hacia la primera década del nuevo siglo y alcanzar uno de sus
puntos máximos en torno al Centenario de 1910. Un camino ascendente en el que no tendrá
un lugar menor la sostenida acción de los marchands españoles que logran, exitosamente,
implantar la pintura de su país en el mercado artístico local. El caso de Wilde nos interesa,
además, por otros motivos: la capacidad de su cáustica prosa de escapar a los preconceptos, a
6
En un sentido más amplio Noé Jitrik ha afirmado que “la realidad observada [en Europa] es sometida a
ideas previas y a exigencias socio-estilísticas que hacen presión, son como una memoria que no puede dejar de
hacerse presente y que modifica la visión de lo nuevo o de lo que se ve por primera vez.” (Jitrik, 1969: 14)
153
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
los “juicios de autoridad” que, muchas veces, condicionaban las lecturas de los argentinos
frente a las obras artísticas. (Cf. Zanetti, 1967: 139-140; 142 - 143)
Por otra parte, ambos hombres se encontraron particularmente interesados – cada uno a
su manera – por las artes plásticas. Oculto bajo el seudónimo Víctor Gálvez en sus Memorias
de un viejo, el propio Quesada nos cuenta: “He amado con pasión las bellas artes; si hubiera
tenido medios para estudiar en Italia, mi vocación hubiera sido artista sociedad: amé la
pintura y me fascinaba la gloria cuando visitaba el taller del retratista Favier o el de Morel”.
(Gálvez, 1889: 291) No se dedica Quesada a la práctica artística pero sí forma, entre 1883 y
1904 años de labor diplomática, una interesante colección de objetos de arte en la que
sobresalían las tallas hispánicas y los tapices flamencos del siglo XVI. 7 Asimismo, el
argentino establecerá estrechas relaciones con más de un artista peninsular, entre los que se
destacará su fecunda amistad con el pintor José Moreno Carbonero. (Quesada, 1912)
Una de las más inofensivas manías que desarrolla la vanidad es la del coleccionista
[… Estos] forman su cueva ó si se quiere su nido ó su domicilio en el cual reunen,
amontonan, almacenan y guardan cuanto les ocurre pertenece al género ó especie
de su manía predilecta. La monomanía es generalmente por las cosas del pasado,
sean muebles, impresos, grabados o cuadros, porque en esta bienaventurada
sociedad no hay, ni es posible haya, objetos de arte, capaces de alimentar a los
7
Entre los destinos diplomáticos de Quesada se cuentan Río de Janeiro, Washington, Madrid, México y
ciudades de Alemania, Austria y Rusia (Pagés Larraya, 1990: 74). Debido a la procedencia de la mayoría de las
piezas y a ciertos comentarios del propio Quesada deducimos que la mayor parte de ellas fueron adquiridas en
ciudades españolas.
8
Estos textos se insertan a su vez en un corpus mayor de escritos contemporáneos que se dedican a
parodiar estos nuevos consumos. Personajes entre los que podemos incluir a Don Polidoro (1880) y al Dr.
Montefiori (1884), ambos obra de la pluma de Lucio V. López.
9
Se ha tomado como criterio respetar la ortografía original de todas las fuentes aquí citadas.
154
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Madrid, El Escorial y Sevilla son los tres destinos principales de Quesada en su travesía
española. Su arribo a los centros artísticos de la capital se encuentra precedido, en la mejor
tradición decimonónica, por una carta de recomendación dirigida al pintor Federico de
Madrazo. Es decir Quesada se dirige directamente hacia un protagonista de la escena artística
madrileña de aquellos años. Visita incluso su taller y transcribe cierto diálogo liviano, acerca
de la belleza de las muchachas retratadas por el pintor, que da a entender cierta familiaridad
entre el viajero y el artista.
“Es muy difícil apreciar una galeria de pintura”, se escuda Quesada antes de comenzar
“se necesitan conocimientos especiales y el hábito de comparar las escuelas y los diversos
maestros que las forman”. Sorteadas estas aclaraciones de rigor, el escritor se dedica a hablar
de aquello que ha visto, confiando en su gusto personal, ya que “aunque profano, se puede
10
El Museo Real había sido nacionalizado en 1868 y desde esa fecha ya se llamaba Museo del Prado. Sin
embargo, Quesada lo sigue denominando con su antiguo nombre, quizás debido a la consulta de un catálogo
antiguo. (Cf. Pedro de Madrazo. Catálogo descriptivo e histórico del Museo del Prado de Madrid. Madrid,
Imprenta y Estereotipia de M. Rivadeneyra, 1872).
155
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
[…] estimar la […] prodigiosa fecundidad de los antiguos maestros“. (Quesada, 1879:27) Y
es a ellos a quienes se entrega nuestro viajero. Las obras italianas son pasadas por alto, así
como las españolas más contemporáneas, para ocuparse de la pintura española del siglo XVII.
Comienza por Velázquez ubicando sus cuadros Los borrachos y Las hilanderas dentro
de la “escuela realista” aquella “que toma por maestro y por modelo a la naturaleza”, se
apresura a aclarar de modo didáctico. Sin embargo, aquellas obras, cuyo mote de “realista”
denota una lectura orientada por los movimientos plásticos propios del siglo XIX, no parecen
ser demasiado del gusto del argentino. Quesada evidentemente rehuye a aquellas, sus obras
más “brutales”, para optar por su “idealista” Cristo en la cruz. En esta misma línea, es que
prefiere a Murillo, de quien elogia sus varias maneras de pintar. Menciona los cuadros que ha
visto en distintas ciudades españolas, los que lo atraen y fascinan. Como garantía de su juicio
cita al reputado crítico francés Charles Blanc, entonces director de la prestigiosa Gazette de
Beaux-Arts. Ya fuese a partir de la lectura de los artículos de esta revista, que circulaba en
nuestro medio, o de alguno de los catorce volúmenes que Blanc dedicó a la historia de la
pintura de todas las escuelas, 11 el francés se constituye en la voz rectora que va legitimando –
y mediando - constantemente la mirada de nuestro viajero. Con respecto a Giuseppe de
Ribera, también ubicado dentro de la escuela realista, Quesada da a entender que conoce su
biografía y sus influencias. Al igual que con Velázquez, sus cuadros le parecen terribles,
quizás en demasía, “sus telas hacen temblar”, le causan pavor, pero, en una suerte de placer
morboso no puede dejar de mirarlas. Pasan las horas, y tal como sucede con el viajero
inexperto en este tipo de recintos, pensemos en el hastío de Sarmiento ante los museos
italianos, Quesada confiesa su agotamiento: “Nada fatiga físicamente tanto como la detenida
visita á una galería de pintura”. (p. 29) Por un momento, la evocación de la campana que
indica el cierre del museo invita al lector a percibirse in situ, sólo para escuchar que ese
sonido es también el fin del relato.
11
Histoire des peintres de toutes les écoles, catorce volúmenes publicados entre 1849 y 1875.
156
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Diferente es lo que ocurre al llegar a Sevilla. Esta ciudad, “plagada” de mendigos, lleva
a Quesada a “asimilarlos” narrando una historia protagonizada por un artista: Alonso Cano. El
relato, sin duda apócrifo, contaba cómo el pintor satisfacía los pedidos de los indigentes con
sus propias figuras bocetadas a pluma. Más allá de la aparente arbitrariedad de esta historia, lo
importante es la escala de valoración que Quesada proyecta en la obra del andaluz: sus obras
“hoy no tendrían precio” dice el argentino. Sin embargo, el primer lugar de este panteón de
pintores españoles lo ocupa, nuevamente, Murillo. El argentino visita el antiguo convento de
la Merced, ahora convertido en museo de pinturas, relata parte de su historia pero se frena a la
hora de extenderse sobre las telas de su admirado pintor “No soy artista, y seria atrevimiento
intentar dar cuenta del cuadro del gran maestro sevillano”. Sin embargo, se permite algunas
digresiones. Admira La comida de los frailes de Zurbarán y retoma nuevamente sus
comentarios sobre el San Antonio de Padua de Murillo, en poder de la catedral sevillana,
admirado y envidiado por “todos los conservadores de las galerías de pintura en Europa”. (p.
125)
Precisamente, los juicios que esgrime sobre el San Antonio, nos permiten sondear las
predilecciones estéticas de Quesada. Es “grandioso”, “sorprendente por la verdad, el dibujo y
el colorido”, “aun me parece distinguir al monje en verdadero estasis” agrega. Es decir,
Quesada se enmarca dentro del gusto “canónico”. Sus preferencias artísticas no sorprenden.
Es evidente que conoce de antemano aquello que ha ido a ver a España. Se orienta
decididamente por la pintura del siglo XVII, una escuela considerada por la historiografía
artística oficial contemporánea como lo más valioso, sino lo único rescatable, del legado
español. Su moderación lo lleva incluso a rechazar sus extremos más virulentos – Velázquez,
Rivera- para optar por Murillo. Un artista que cumple con el requisito de “veracidad” –
parámetro fundamental, durante el siglo XIX, para todo crítico artístico improvisado, y que a
la vez tenía como condimento extra: la “gracia” de sus vírgenes y deliciosos querubines. 12
Sorprende que Quesada, quién después centrará su colección artística en las tallas y
esculturas españolas, no dedique siquiera un párrafo a las esculturas sevillanas que en aquel
momento se encontraban en las iglesias o se exhibían en el ex convento de la Merced.
Veamos ahora cómo, frente a este gusto canónico se constituye el más inconforme de
Eduardo Wilde. Antes que nada, debemos aclarar que el relato español ocupa el último lugar
en sus cartas de viaje. Es decir, cuando se entrega a hablar de las obras de arte de Madrid, El
Escorial y Sevilla, Wilde ya lleva escritas cientos de páginas sobre otros destinos artísticos,
como París, Berlín, Roma y Florencia, en general más “prioritarios” para el típico viajero
argentino decimonónico.
12
Contemporáneamente el crítico y pedagogo español Manuel Bartolomé Cossío juzgará esta inmensa
atracción que la pintura de Murillo ejercía en los espectadores decimonónicos: “Es imposible desconocer,
cualquiera sea su mérito, que Bartolomé Esteban Murillo es, al lado de Velázquez el más genuino representante
de nuestra pintura, y para la inmensa mayoría de las gentes, el primer pintor español, superior por descontado, al
artista cortesano. ¿De dónde viene su fama? […] Murillo representa siempre el lado dulce y agradable de las
cosas. Sobre todo, pensamiento sencillo y espontáneo, sin exigencias de profundidad ni de reflexión, ejercerá
siempre Murillo un atractivo irresistible. […Sus concepciones] Para comprenderlas y gozarlas se necesita
pensarlas poco, no hay genialidad, no hay rareza de que hacer caso omiso, y con la mediana cultura que en
pensar y en sentir es patrimonio de todas las gentes se pueden dominar fácilmente” (Cossío, 1884: 121-122).
157
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
No obstante, más allá de sus juicios extremistas, en los que Wilde llega incluso a desear
echar fuego a “las tres cuartas partes de los cuadros del mejor de los museos” (I, 55) contamos
con testimonios que dan a entender que encuentra manifestaciones que satisfacen plenamente
su gusto artístico, aunque éstas muchas veces no coincidan con los artistas más reconocidos
del pasado. Así sucede con un pequeño cuadro que descubre en el Salón anual de Berlín, del
que no revela su autor, y al que destina varios párrafos elogiando la “verosimilitud” lograda
en la representación de la imagen. “A los ojos humanos les es imposible abandonar la ilusión
de que son víctimas mientras miran esta obra de arte. No se puede dar mayor exactitud de
detalles.” Ante esta ignota obra, que el escritor intenta infructuosamente poseer, confiesa
sentir el “poder del arte”, la tentación de “adoptar sus creaciones como obras sobrenaturales.
(I, 81)
Vemos aquí, como si bien el lenguaje utilizado por Wilde es mucho más pródigo que el
de Quesada, su mecanismo principal de aprehensión de la obra de arte parece no variar
demasiado. La semejanza de la obra con la realidad es el criterio básico que lleva a ambos
hombres a preferir ciertas obras artísticas. Parámetro frecuentemente esgrimido en el siglo
XIX, sobre todo por aquellos críticos no demasiado imbuidos de los distintos lenguajes de la
“pintura moderna” y que, sencillamente, les garantizaba el no sentirse estafados en su
incipiente saber. Es decir, el que una obra ostentara un dibujo correcto, un colorido y una
iluminación “reales” era algo que cualquier espectador medianamente sensible podía “medir”.
Sin embargo, esto no quiere decir que no haya variaciones en torno a este esquema. Ya vimos
cómo Quesada, preferirá aquellas obras españolas que agregaban cierta cuota de idealidad o
gracia a su plasmación “realista” del modelo.
En cierto punto de su relato Wilde manifiesta una preferencia similar: cuadros de una
“buena ejecución” pero que debían estar acompañados por “un tema atractivo” y “personajes
u objetos capaces de causar emociones de deleite”. (I, 207) Será interesante constatar hasta
que punto esta predilección guiará los juicios del argentino ante un arte español que abundaba
en ejemplos que, precisamente, no se caracterizaban por sus temas amables.
Por otra parte, esta valoración del arte como fiel retratista de la realidad se amplificaba
en Wilde de la mano de su costado científico. Su conocimiento médico de la anatomía le
13
Algunas de las obras que despiertan este tipo de apreciaciones son de Rembrandt: La ronda nocturna
(propiedad del Rijksmuseum de Ámsterdam) y La lección de anatomía (propiedad del Maritshuis de La Haya),
los cinco cuadros de Rafael (todos representaciones de la Virgen María con el niño) propiedad del Staatliche
Museen de Berlín, y de Miguel Ángel el Moisés (en la Iglesia de San Pedro in Vincoli en Roma) y el David (en
la Academia de Bellas Artes de Florencia).
158
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Siguiendo el itinerario obligado de todo viajero madrileño, Wilde comienza con la visita
al Museo del Prado, para señalar la inadecuación del edificio a su objeto específico. Más allá
de esta crítica inicial, con la que Wilde intenta claramente posicionarse como un conocedor en
la materia, su recorrido por el museo es mucho más sistemático que lo consignado en sus
anteriores rumbos artísticos. Declara haber visitado el Prado en seis oportunidades, en
sesiones de cuatro o cinco horas cada vez. Recomienda asimismo el método por él utilizado:
acercarse intuitivamente a las obras artísticas, anotar las impresiones que ellas provocan, y
recién luego comprar el catálogo y verificar los apuntes. Según Wilde, este procedimiento
garantiza por sí mismo la atención a las obras de mérito, claro que para eso el espectador
deber ser una “persona medianamente entendida” aclara.
El argentino dedica entonces una atención particular al museo madrileño. Ordena sus
anotaciones, las contrasta con las del catálogo y se satisface en lo acertado de su selección. La
fatiga no lo lleva aquí a intercalar sus típicas quejas jocosas, sino por el contrario. El tono es
notablemente distinto del que encontramos en otros relatos de museos. A la escasez de la nota
irónica se agrega la supuesta humildad de su juicio artístico, al aclarar que por no haber sido
citadas no se debe inferir el escaso mérito del resto de las obras. A continuación, adjunta una
extensa lista de pinturas, destacando con asteriscos los cuadros que considera “más bellos”.
Por momentos intercala algunas anotaciones hilarantes, pero se detiene “respetuosamente”
ante la mayoría de los cuadros de la escuela española en la que ostensiblemente centra su
atención. Apenas menciona las obras de Goya, para preferir los pintores del siglo XVII:
Alonso Cano, Claudio Coello y sobre todo Murillo. Frente a sus telas, aparecen adjetivaciones
que no encontramos ante otras obras: “uno de los [cuadros] más lindos del mundo”;
“encantadora”, “quedaba siempre aturdido ante su belleza”. Comentarios de una simpleza
que, por momentos, nos hacen añorar el cinismo de sus críticas impiadosas, a la vez que
ejemplifican aquel rechazo del escritor a caer en cualquier sentimentalismo, rasgo que ha sido
marcado, acertadamente, por la crítica literaria. (Echagüe, 1945:122 – 123; Frugoni de
Fritzsche, 1982: 101)
Al igual que sucediera con Quesada, el pintor Giuseppe de Ribera tampoco despierta
demasiadas simpatías en Wilde. En vez de burlarse del carácter oscuro de sus cuadros, como
hiciera ante las negritudes de otros artistas, aquí el escritor se disculpa por sus apreciaciones,
“todos sus cuadros son negros y chocantes”, las que jura se originan de la espontaneidad de su
mirada.
159
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
del pintor. Frente a un Quesada que optara por el costado más idealista de Velázquez, Wilde
no parece conformarse con ninguna de sus dos variantes.
Luego de enumerar algunas telas de los pintores contemporáneos españoles, a los que
no brinda una consideración especial, su racconto del museo culmina con una brevísima e
impuesta mención a las obras escultóricas. Apenas terminado este recorrido, y luego de haber
visto “casi todos los Museos de Europa”, Wilde se siente con autoridad para comunicar
algunas de sus propias ideas sobre arte, que dice haber adquirido a lo largo de sus andanzas.
Postula que no existe una “definición científica de cada Escuela” artística. (II, 445) Para él es
imposible definir un estilo de pintura, las diferencias son por tanto arbitrarias. “Lo único real
es la índole individual” del artista. El escritor es ambiguo en sus conclusiones, dice que hay
un modo “nacional” y no un modo “territorial” de expresarse. Entiende que un artista puede
“pasarse” de escuela o de estilo. Es decir, niega la posibilidad de definir un estilo pero, a la
vez, atribuye características de cierto estilo a un determinado artista. Wilde termina por no ser
consistente en su argumentación, pero a fin de cuentas esto lo preocupa poco. Su fin primero,
y él mismo lo revela, es “escandalizar”. Algo parecido sucede cuando tiene que optar por su
pintor preferido. “Si alguien me preguntara cuál de los pintores me gusta más le contestaría
sin vacilar. No sé”. (II, 448) Se dice amante del arte moderno, por sobre “los grandes
maestros antiguos” que “no tienen relieve […] no reproducen con fidelidad los objetos de la
naturaleza; tienen defectos de perspectiva, de dibujo y de anatomía”, pero sin embargo, los
artistas modernos colgados en el Prado habían despertado pocos entusiasmos en nuestro
viajero. Las obras de Goya son apenas mencionadas, sin dedicar siquiera su habitual lenguaje
galante a su sensual Maja desnuda. 14 Una cosa parecida había sucedido en el resto de su
travesía europea, prácticamente ninguno de los entonces llamados cultores del “arte moderno”
había sido objeto de un análisis detenido por parte del argentino. 15 Con respecto a los pintores
del pasado, tampoco había sabido ver las características modernas de un pintor como
Velázquez, cuya factura sintética y sus fondos neutros habían disparado las búsquedas más
radicales de pintores franceses, indudablemente modernos, como Manet.
A continuación, Wilde va repitiendo los puntos artísticos del periplo español realizado
por Quesada años antes. En el Escorial, la mirada es similar a la de su antecesor. La grandeza
del edificio se sobrepone a su belleza y a las obras de arte alojadas en su interior. En
Andalucía, los ejes están puestos por un lado en la ineludible Alhambra de Granada y en los
distintos edificios de Sevilla. Con respecto al palacio granadino, nuestro viajero, elogia sobre
todo la belleza de su paisaje, sus jardines y sus perspectivas.
14
Obra que en ese momento estaba exhibida en la Academia de Bellas Artes de San Fernando y que
Wilde menciona al pasar.
15
En varias partes de su relato Wilde confiesa su preferencia por el arte moderno, pero excepto sus
referencias positivas a los escultores neoclásicos Cánova y Thorwaldsen, las alusiones a los artistas
contemporáneos son generalmente escasas o laterales.
160
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Al llegar al Museo de Provincial de Bellas Artes, Wilde deja traslucir quizás sus más
sentidas apreciaciones artísticas. Sin lugar a dudas, es Murillo uno de los artistas, no sólo
entre los españoles, que más lo complace. Cita el viajero a las guías que señalaban la ausencia
de sus pinturas de mendigos entre los museos españoles. No obstante, al argentino poco
importan estas omisiones, encontrando en sus Concepciones el pináculo de su talento. Wilde
admira en estas obras lo mismo que deleitara a Quesada: aquella convivencia entre “lo
sublime” y “los encantos de la humana ternura”. (II, 481) Son muchos los cuadros de este
artista que Wilde destaca en el Museo Provincial, unos pocos dan pie a algunos comentarios
peyorativos, pero se nota una franca admiración por la gran mayoría, resultando que la
valoración general del artista sea netamente positiva. Por último, el viajero informa al público
argentino la posibilidad de adquirir copias de artistas españoles modernos “cuyos lienzos
adquieren cada día mayor reputación”. (II, 484)
Esta voluntad de Wilde, por introducir a los aficionados porteños obras de arte que
valiesen la pena ser adquiridas, y no las primeras que arribasen al mercado porteño, se hace
explícita en varios lugares del relato de viaje. (Wilde, 1892: I, 235) En este sentido, podemos
pensar que este móvil era una de las funciones que llevaban a Wilde a asimilar sus crónicas
enviadas La Prensa a un trabajo. (Wilde, 1892: II, 442) Al fin de cuentas, el mismo Wilde que
aspira a un “lector libre de la monomanía de las antigüedades “, (II, 473) se transforma en un
escritor que parece incapaz de ejercer una selección depuradora sobre la infinidad de obras
artísticas que le ofrece el viejo mundo.
Noé Jitrik ha señalado atinadamente como el objeto, y podemos decir aquí aquel objeto
específico que es la “obra de arte”, se revela ante viajero forzándole a escribir. (Jitrik,
1969:15) Esto es patente en ambos textos. Ni Eduardo Wilde ni Vicente Quesada pueden
escapar a esta posibilidad de aprehensión del objeto artístico a través de la escritura. En
Quesada, cuyo texto es significativamente más breve, los comentarios artísticos parecen
originarse en el verdadero interés del cronista. En Wilde el apremio por dar cuenta de todo lo
visto se hace todavía más manifiesto, en estrecha relación con esta proclama del propio
escritor de haber asumido un compromiso “consigo mismo” pero implícitamente con sus
lectores, compromiso que debe ser cumplido. Sin embargo, ciertas apreciaciones sobre arte
español trasmiten, por momentos, un interés legítimo por parte del cronista.
En este punto, deseamos concluir respondiendo a la pregunta inicial que dio origen a
este trabajo. ¿Cuál fue la mirada sobre el arte español construida por cada escritor? A pesar de
mediar varios años entre ambos, sus predilecciones no varían sustancialmente. Ambos optan
161
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
por la pintura del siglo XVII, aquella privilegiada en ese momento, y aún hoy en día junto a
Goya, como lo más importante de la producción española.
Asimismo, no debemos pasar por alto que, al momento que nuestros viajeros se dirigen
a Europa, hay allí un interés muy grande por el arte español. Un interés relativamente reciente
que contrastaba con el menosprecio que esta escuela sufriera durante los siglos anteriores.
(Calvo Serraller y González García, 1978) Es decir, a lo largo de todo el siglo XIX, partiendo
de los escritores y artistas románticos, siguiendo con el coleccionismo público y privado y
culminando con los pintores de las últimas décadas, Europa y fundamentalmente Francia
“descubren” y valorizan a los artistas españoles.
A la luz de lo recién apuntado, el viaje de los argentinos se nutre de una doble vertiente:
por un lado se inserta en un contexto europeo que ya hacía décadas estimaba la pintura
española. Por otro, no podemos soslayar el escenario argentino. En él, a pesar de ciertas
excepciones, faltarán aún varios años para que las ideas y la cultura proveniente de España
comiencen a ser mayormente aceptadas como ejemplos a imitar o baluartes a trasplantar.
Hacia las últimas décadas del siglo XIX, el arte español no connotaba esa calidad de “faro”
hacia el que debían dirigir su mirada los artistas argentinos, calidad que sí destilaban las
producciones francesas. En aquel “mapa” del arte decimonónico, en el que Italia era percibida
“como el lugar de la tradición artística” y París como el “foco del arte moderno” (Malosetti
Costa, 2000:96) no estaba demasiado definido el lugar que España debía ocupar. En este
sentido, comprobamos que prácticamente ninguno de nuestros artistas del siglo XIX se dirige
a España como lugar de formación, optando en cambio por destinos italianos -Venecia,
Florencia o Roma- o por los franceses con París a la cabeza. 16
Así, sostenemos que el rescate que hacen nuestros viajeros se entronca con estos
intereses múltiples. En primer lugar, España es, para los dos, digna de ser incluida en el
periplo europeo, práctica que en general vemos intensificarse a partir del 1900. (Viñas,
1964:64) En segundo término, tanto Quesada como Wilde muestran interés en hablar de sus
artistas. Sin embargo, la recuperación que ambos hacen de los pintores del siglo XVII, es por
momentos atemperada y se remite sólo a sus grandes nombres: Velázquez, Ribera, Zurbarán,
Alonso Cano y, Murillo. Es este último el que despierta la admiración de ambos hombres,
mientras que Velázquez se revela como demasiado terrible. Quizás mostraba una faceta del
legado plástico español que ambos escritores no estaban preparados para aceptar. Una faceta
moderna, que tenía que ver tanto con la elección de sus temáticas (seres deformados,
marginales o el protagonismo del propio artista en un retrato real) como con los recursos
visuales utilizados (fondos monocromos, casi vacíos, factura inacabada). Lecturas que,
ciertamente, nuestros viajeros no pueden realizar en la medida que siguen apegados a esa
búsqueda de una plasmación verídica del tema. Un tema que, en consonancia con aquel
16
Así los primeros becarios enviados a Europa a mediados del siglo XIX por Bartolomé Mitre - Mariano
Agrelo, Martín Boneo, Claudio Lastra, Roque Larguía y Antonio Gazzano - se dirigieron a Italia. Siguiendo este
itinerario, Ángel Della Valle llegará a Florencia en 1875 para formarse con Antonio Ciseri. También elegirán
este destino Augusto Ballerini y Reinaldo Giudice. Graciano Mendilaharzu es el primero que opta por Francia,
partiendo en 1873 a Bayona, para luego asentarse en París. En la década de 1880 los miembros de la Sociedad
Estímulo de Bellas Artes -Eduardo Schiaffino, luego de pasar por Venecia, y Eduardo Sívori - también elegirán
París como el destino de su formación artística. (Malosetti Costa, 2000 y 2001)
162
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
consumo de “pintura de salón” tan abiertamente rechazado por ambos, no debía presentar
imágenes demasiado polémicas o desagradables.
Los artistas contemporáneos les pasan desapercibidos. Quesada directamente los ignora,
Wilde los menciona pero no les dedica mayor análisis. En el panteón del arte español que
ambos confeccionan la figura de Goya está, curiosamente, ausente. Falta más entendible en el
caso de Quesada, ya que la recuperación del pintor se fue dando paulatinamente a lo largo del
siglo XIX, y significativa al momento del viaje de Wilde en que la fortuna crítica de este
artista ya estaba firmemente instalada dentro y fuera de España. No obstante, para el momento
en que Quesada visita el Museo del Prado el pintor ya se encontraba bien representado en sus
colecciones, con varios de sus retratos reales, sus pinturas para tapices, e incluso sus pinturas
políticas. (Moreno de las Heras, 1996: 47)
Es evidente entonces que nuestros viajeros realizan una selección frente a las obras que
les ofrecía el viejo mundo. No se dedican con igual intensidad a hablar de todos los cuadros
que se van topando en su camino, sino que reservan sus páginas para referirse detalladamente
a algunos de ellos. El gusto personal influyó, seguramente, en sus propias elecciones. Y así la
independencia de criterio será defendida por ambos escritores. Templadamente en Quesada, al
confiar en su cualidad de “profano” para apreciar obras de arte. Repetidamente, en Wilde, en
sus constantes proclamas en contra de la opiniones adquiridas y mediante el uso recurrente de
la primera persona (“no me gusta” o “quedaba aturdido ante su belleza“).
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164
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165
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Abstract
Este trabajo se propone recuperar algunas descripciones de la ciudad de Santa Fe,
realizadas durante la primera mitad del siglo XVII por un tipo de viajero bastante corriente
para la época: aquel que, transitando algunas porciones del subcontinente sudamericano,
describía lugares que no había visitado. La recuperación de estos testimonios oficia de excusa
para plantear problemas de la percepción, del peso del registro oral en los testimonios escritos
y, por lo demás, permite exponer algunos de los motivos institucionales y políticos que
habilitaban estas prácticas en aquella configuración cultural y política.
"Los problemas concretos, al igual que los circuitos, círculos y redes del agua, aire,
hidrógeno, nitrógeno y otros elementos naturales o de la producción y reproducción
económica, no tienen fronteras absolutas. Las fronteras conceptuales, al igual que
las fronteras políticas, son recursos clasificatorios formales. ¿Dónde terminan los
lugares reales? ¿Dónde comienza y termina la cuenca del Río de la Plata?"
Vicente Di Cione 2
1
Este trabajo forma parte de un proyecto personal "El Imperio por los bordes: describiendo la frontera
bajo la Monarquía de los Habsburgo", encuarado dentro del PID Actores, espacios y sedes del poder político en
la monarquía hispánica durante el Antiguo Régimen (siglos XV-XIX), dirigido por la Dra. María Inés Carzolio
en la UNR.
2
DI CIONE, Vicente Realidades, geografías y geógrafos. Tradición y renovación disciplinaria en los
albores del tercer milenio, El Palomar 1999, p. 53.
3
Véase, por ejemplo, HANSON, Norwood Russell Observación y explicación – Patrones de
descubrimiento: investigación de las bases conceptuales de la ciencia, Alianza Universidad, Madrid 1985 [1977],
versión española de Enrique García Camarero y Antonio Montesinos, 310 pp. KNORR-CETINA, K. y
MULKAY, Michael Science Observed, Sage, London 1983.
4
Pero este principio es, justamente, uno de los ejes sobre los que pivota la deconstrucción de la distinción
entre ciencias “duras” y “blandas” o “exactas” y “sociales”, profusamente ilustrado en las obras cuya producción
ha sido etiquetada como la de la “tercera cultura”, y que, en este trabajo, forma parte de un presupuesto
compartido. Cfr. sobre todo, en clave de resumen, BROCKMAN, John —editor— La tercera cultura. Más allá
166
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Uno de los objetivos del proyecto del que forma parte este trabajo es, justamente,
provocar un giro en el uso de relatos de cronistas y viajeros del siglo XVII para la historia de
las fronteras meridionales del Imperio en Indias. Normalmente han sido utilizados como
fuentes proveedoras de testimonios de primera mano que proporcionan “datos ciertos” sobre
las “realidades” que describen. Desde la posición teórica que se sostiene en este planteo, el
propósito es convertirlas en parte de configuraciones más amplias: estas narraciones, sus
narradores y sus operaciones cognositivas interesan a la investigación, ahora, en tanto que
partes activas de una configuración política. Esta última, por su parte, las dota de sentido, a la
vez que adquiere, de ellas, parte de los materiales que hacen a su propia construcción
histórica.
Las narraciones sobre las extensiones y los lugares que la Monarquía Hispánica
incorporaba a su dominio, hacen al corpus de imágenes que el Imperio de Hecho necesitaba y
producía para organizar el control, para espacializar la extensión desconocida y para
territorializar los espacios nuevos. Haciéndolo, crónicas, historias, relaciones y descripciones
contribuyeron a crear una imagen de las dimensiones y de los lugares reservados a cada
espacio en el proyecto imperial, pero también producían densidad local. Tomadas hasta ahora
como descriptores de lo local, es necesario reponerlas en su funcionalidad política respecto
del imperio: desde esta condición, puede volver a considerarse su papel en la confección de la
imagen del lugar, de su densidad.
Esta densidad, en el caso de una ciudad concreta —Santa Fe del Río de la Plata, por
ejemplo— no deriva entonces del follaje de la isla de los caballos, ni de los caudales de agua
que rodeaban a la villa, ni de las extrañas criaturas existentes sólo allí. Aquí se pretende
comenzar la búsqueda de los nichos de dichos con los cuales estos agentes de la Monarquía
colocaban su grano de arena en la construcción de la imagen de esta ciudad de acuerdo a un
capítulo que le reservaba a ella la confección de la imagen de todo el Imperio. La densidad del
lugar podrá aparecer si se relevan las construcciones de los observadores y las de quien los
observa. Aparecerá, finalmente, cuando el observador del “paisaje” sea estudiado y, una vez
de la revolución científica, Tusquets, Barcelona 1996 [The Third Culture. Beyond the Scientific Revolution,
Simon & Schuster 1995], trad. de Ambrosio García, 391 pp.
5
Para Morales Folguera esto puede deberse a que, en algunas regiones de la administración española en
Indias, se recibieron las órdenes reales de ejecutar las relaciones, pero se practicó la costumbre se acata pero no
se cumple. Sin embargo, esta ausencia amerita otras hipótesis, sobre las cuales se trabajará más adelante en el
proyecto. Cfr. MORALES FOLGUERA, José Miguel La construcción de la utopía. El proyecto de Felipe II para
Hispanoamérica, Málaga 2001, p. 42.
167
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
objetivado, situado en medio de los flujos comunicacionales que atraviesan al lugar al que
observa y lo atraviesan a él mismo. 6
La reflexión sobre esta experiencia, que podría denominarse como la experiencia del
imaginario espacial que la Monarquía Hispánica construía sobre las Indias, es inescindible de
la dimensión temporal y política en la que fue producida: lugar, tiempo y acción constituyen
el trípode sin el cual el vínculo (las relaciones sociales) es inexplicable. Continuar afirmando
que el tiempo es la dimensión específica de la historia mientras que el espacio lo sería de la
geografía es, bajo esta perspectiva, una cartografía administrativa de las ciencias sociales que
puede constituir por sí misma un objeto de estudio. Desde la práctica, esa misma taxonomía
es insostenible y, en el mejor de los casos, nociva. 7 Estas particiones disciplinares son hijas de
una concepción de la observación como actividad aséptica. Al contrario, la hipótesis principal
de este trabajo es que toda observación forma parte de una constelación compuesta por
elementos de la experiencia que está involucrados con el campo de toma de decisiones: toda
observación, por lo tanto, es ubicable y está comprometida en una trama política, de la que es
arte y parte.
Por último, este trabajo plantea los primeros pasos en el estudio de un tipo de
descripciones. Aquellas producidas por quienes describieron ciertas realidades sin haberlas
visto. Los une, por lo tanto, una semejanza cierta en la forma de adquisición de la información
que utilizaban: la habían “oído” o bien la manejaban a través de escritos o imágenes
producidas por terceros (autoridades de primer y segundo orden, según ellas mismas se hayan
basado en lo visto o en lo oído). Por otra parte, y a fin de organizar los materiales de una
manera más localizada, mi propia lectura de sus descripciones los convoca en un lugar
concreto, que anuda entre ellos un segundo vínculo: por motivos diversos, estos observadores
del siglo XVII dejaron asentadas descripciones sobre la ciudad de Santa Fe del Río de la
Plata.
Lo que aquí se expone es, como se dijo, fragmento de un proyecto más amplio; sus
resultados, por lo tanto, apenas si pueden ser preliminares y acotados. En esta ponencia me
limitaré a presentar algunos avances sobre el Compendio y Descripción de las Indias
Occidentales, atribuido a Antonio Vázquez de Espinosa, uno de estos viajeros del seiscientos
que describieron aquello que no habían visto.
El nombre de más larga vida con el cual los conquistadores europeos denominaron y
asociaron a las tierras y aguas hoy vinculadas al territorio nacional de la República Argentina
fue un nombre de agua. El mismo hacía referencia, como otros, a un ducto que debía
6
Para una teoría del lugar véanse algunos aspectos del trabajo de SANTOS, Milton De la totalidad al
lugar, Oikos Tau, Barcelona 1996, 141 y ss.
7
Una puesta al día de estas cuestiones, en la reciente publicación de DALLA CORTE, Gabriela y
FERNÁNDEZ, Sandra Lugares para la historia. Espacio, historia regional e historia local en los estudios
contemporáneos, UNR, Rosario 2001, 245 pp.
168
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Si, como dice Saer, hoy en día “...la expresión Río de [la] Plata se utiliza tanto para
designar el río propiamente dicho como el conjunto que forma la región pampeana y el
Uruguay, pero que incluso a veces es una sinécdoque para nombrar a la Argentina entera, e
incluso al Paraguay (la cuenca del Plata)...” 9, este uso no se impuso gratuitamente: constituye
un resultado de las capas de dichos que sedimentaron el universo de percepciones que los
primeros navegantes, funcionarios Reales y hombres de la Iglesia tuvieron de esta geografía.
“Durante tres siglos —escribió Charles Upson Clark en 1948— el nombre de Vázquez de
Espinosa fue un enigma para todos los que se interesaban en la historia americana”. 10 Su obra,
llamada entonces todavía Descripción de las Indias..., caracterizada por León Pinelo, un
notable coetáneo suyo, como “...Obra grande, i de muchas noticias, i la mas copiosa que en la
materia aia salido...” yacía en la Biblioteca Barberiniana de la Biblioteca Vaticana 11
clasificada como un “anónimo” bajo la categoría de “Indias”. Upson Clark encontró con el
manuscrito de la Descripción... unas pruebas de impresión que, de suyo, hablaban de un libro
cuya publicación no había llegado a un final feliz. Tras consultas y pruebas, la autoría de ese
manuscrito de 1628-29 fue atribuida finalmente a Antonio Vázquez de Espinosa, carmelita
descalzo nacido en Jerez de la Frontera que pasó a América en la segunda década del siglo
XVII, donde recorrió buena parte de los virreinatos de Nueva España y del Perú entre 1612 y
1621. En 1622, regresó a España.
8
Tema que se ha planteado más extensamente en BARRIERA, Darío “Un nombre en el desierto. La
extensión del Imperio en las huellas de su toponimia. (Santa Fe, entre el reino de Vizcaya, Andalucía y el Río de
la Plata)”, aceptado para su publicación en Cuadernos de Ultramar, Núm. 3, Montevideo 2001, pp. 97 a 107.”
9
SAER, Juan José El Río sin Orillas, Alianza, Buenos Aires 1991, p. 34.
10
Upson Clark fue quien transcribió y prologó la edición en español de VÁZQUEZ DE ESPINOSA,
Antonio Compendio y descripción de las Indias Occidentales, Smithsonian Miscellaneous Collections,
Washintong 1948; la cita corresponde a la pág. III.
11
Probablemente, escribió Upson Clark, haya sido adquirido por el Cardenal Barberini en su visita a
España durante 1725-26. “Prólogo”, p. V.
12
VÁZQUEZ DE ESPINOSA, Antonio Compendio y descripción..., p. 479.
169
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Los párrafos que Antonio Vázquez de Espinosa dedicó a la ciudad de Santa Fe forman
parte de los fragmentos de la Descripción... que no responden a una experiencia adquirida a
partir de la presencia y de la vista. El autor “llegó” a la ciudad fundad por Garay realizando un
recorrido planteado desde un mirador política y administrativamente significativo: el libro
quinto de su Compendio y Descripción..., donde se encuentra el texto que describe la ciudad
de Santa Fe, es consagrado a la relación de “todas las provincias” del distrito de la Audiencia
de Los Charcas, que se inicia con la de las provincias de Chucuyto y Paucarcolla (Obispado
de la Paz) y termina, en el capítulo 47, con la “de la ciudad de la Trinidad y puerto de buenos
ayres”. 16 El cuadro correspondiente a “la ciudad de Santa Fe, y su distrito”, se encuentra en el
capítulo 46, y su texto completo es el siguiente.
La ciudad de Santa Fe está fundada en vna alta barranca, a la ribera del Rio de la
plata a la parte del Tucuman, el citio de la ciudad es marauilloso, tendra 150
vezinos Españoles, donde pone el Gouernador de buenos ayres vn teniente, tiene
Iglesia parroquial, Conuentos de Santo Domingo, y San francisco Cogese en su
13
El tema aparece desarrollado en la Cuarta Parte de BARRIERA, Darío Vers une histoire politique
configurationnelle.Conquérants, familles et rapports de pouvoir dans une ville aux confins de l´Empire Espagnol
(Santa Fe, Río de la Plata, XVI-XVII siècles), Thèse de Doctorat, EHESS, 2002, sobre todo p. 537 y ss.
14
GEERTZ, Clifford El antropólogo como autor, Paidós, Barcelona 1989 [Works and Lives. The
Anthropologist as Author, Stanford 1987], trad. de Alberto Cardín, 163 pp.
15
GEERTZ, Clifford El antropólogo..., cit., p. 26.
16
VÁZQUEZ DE ESPINOSA, Antonio Compendio y descripción..., p. 563 y 642 respectivamente.
170
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
distrito abundancia de trigo, mais, y otras semillas con todas las frutas de españa, y
algunas de la tierra, ay muchas viñas, de que se haze Cantidad de vinos de los
mejores de aquella tierra, La qual es muy regalada, abastesida, y varata.
En frente de la ciudad ay en el Rio una isla de tres leguas, donde los vezinos tienen
las mulas, y Cauallos de su seruicio con otras cosas de importancia. Tiene en el
distrito mucho ganado vacuno de que hazen los vezinos Cantidad de corambre, que
embian a españa, y mucho que se lleua a la ciudad de Cordoua del Tucuman, que
está a 60 leguas, y a Potosi; vale de ordinario vna vaca en esta tierra dos Reales, y
comprando Cantidad vale a menos, ay grandes crias de mulas.
Toda aquella tierra está cubierta de ganados siluestres, abestruzes, Capibaras, que
son como puercos de agua, que solo los ay en aquellas partes de las indicas, siempre
andan en el agua, y salen tambien a comer a tierra, y a dormir, Las hembras tienen
su costumbre: ay lobos marinos en gran cantidad. Todo lo mas es pampa raza,
aunque ay montaña a pedasos, cerca de Santa fé estan las prouincias del Vruguay,
Pâpe; y Viaça de gente vestida, todos son labradores y buena gente trato de
conquistarlos don francisco de Cespedes Gouernador de buenos ayres.
De Santa fé se van a buenos ayres 85 leguas, nauegasse por el Rio; el qual está
poblado por la otra vanda de indios Guaranies, con [642] algunas reduciones de
paz, tambien se va por tierra en carros, o carretas de buyes, por aquellas llanadas, y
a treinta leguas de Santa fe en el camino ay vna reducion que se dice los Chanás,
que están de paz, y siruen. Toda esta tierra está cubierta de ganado.
171
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
tipo político). Esta lectura “concéntrica” y sobre todo política, es complementada por una
referencia locacional, una suerte de tercer anillo de Von Thünen, compuesto por la isla de tres
leguas frente a la ciudad (la “isla de los caballos”) y el “distrito” donde se ubicaban los
ganados. La isla mencionada fue el sitio elegido por los vecinos, desde el momento mismo de
la fundación de la ciudad, para la guarda de los caballos y otros ganados del común, incluso
de los de algunos vecinos particulares que, por su condición privilegiada, podían usufructuar
este espacio de la propiedad común como prolongación del propio. De este “...mucho ganado
vacuno...” escribió Vázquez, se hacían ya algunas “industrias” —de las que subrayó el
corambre—, con salida hacia las rutas peruana y atlántica; esta línea insinúa la articulación
santafesina con los dos grandes frentes del espacio peruano, presentando claramente las
marcas de Potosí y España.
La breve relación que Vázquez de Espinosa dedicó a Santa Fe continúa, acto seguido,
con la enumeración de las reducciones de indios que había “para servicio de ella”. Las últimas
palabras subrayan la continuidad a escala continental de la conversión de los gentiles a
súbditos al servicio de Su Majestad y de sus vasallos en Indias. Pero su conocimiento en
cuanto a las “naciones indígenas” que habían sido reducidas en el área era realmente muy
escaso si se lo compara con otras crónicas coetáneas: Vázquez había tomado nota solamente
de la existencia de Calchaquíes y a los Baguales, omitiendo, por ejemplo, la existencia de
reducciones de mocoretáes o abipones.
El ganado aparece por segunda vez en su texto, pero en tanto que ganado salvaje, alzado
o cimarrón. Aunque más parecen haberle intrigado otras excentricidades, como los capibaras
(carpinchos), los avestruces (sic) y los “lobos marinos” (sic, ¿los mismos que le
impresionaron en la costa del Pacífico, visitando Arica? 18), de los que, afirmó sin matices,
“...hay gran cantidad...”. Desde Santa Fe, es cierto, se intentaron “pacificar” las tierras “del
Uruguay”, que para el autor, estaban muy cerca de la villa. Guaraníes y Chanáes aparecen
ubicados al este y al sur de la misma, sin mayores comentarios; su descripción cierra, claro
está, con la omnipresencia del ganado que, sin haberlo impactado visualmente, evidentemente
constituía la etiqueta identitaria de la extensión que rodeaba a la ciudad santafesina.
17
La otra era el sayal, por años, moneda de la tierra.
18
VÁZQUEZ DE ESPINOSA, Antonio Compendio y descripción..., p. 480.
172
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Las dos primeras líneas de la descripción, dejadas a parte al comienzo del análisis, y no
obstante su escueto tamaño en relación con el resto, proporcionan mucha información si se las
ubica en el marco de todo el libro quinto.
Una vez dejada atrás la ciudad de Córdoba, insinuada ya la dificultad de la vía por la
selva chaqueña, el relato deriva subrepticiamente hacia la descripción del Paraguay,
afirmando ahora, algo contradictoriamente, que desde la gobernación del Tucumán se
“...pasan por las ciudades del rio Vermejo...”, en dirección de la ciudad de Corrientes (camino
negado antes y, además, improbable, dado que la ruta Córdoba-Corrientes jamás se realizó
por la selva chaqueña, sino por el nudo santafesino). Esta última, por otra parte, fue fundada
desde Santa Fe y con hombres bajados de Asunción en 1588, quince años después de la
instalación de la primera garatina. Ubicado entonces desde allí, desde la confluencia de los
siete riachos con el río grande, la narración de Vázquez despliega un movimiento “corto” que
va bordeando el río Paraná (mentado como Río de la Plata) desde “...los Siete Corrientes...”.
Desde allí, escribió Vázquez de Espinosa, “...se va a Santa Fe por el Rio auajo de la plata [....]
por espacio de setenta leguas desde las Corrientes hazia Santa Fe...” 19. Pero hay que
considerar que este trayecto es descripto después de otro, más largo, que abre el capítulo 44,
donde los puntos extremos son la ciudad de Asunción y el “...distrito de buenos ayres....”. 20
Su descripción de Santa Fe en la secuencia del relato, por lo tanto, es planteada sobre el eje
del rio de la plata y desde el norte.
19
VÁZQUEZ DE ESPINOSA, Antonio Compendio y descripción..., p. 640 y 641.
20
VÁZQUEZ DE ESPINOSA, Antonio Compendio y descripción..., p. 638.
173
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
San Juan de Vera de las Siete Corrientes pertenecía, hacia los años 1620s., al distrito del
Obispado y la Gobernación de Buenos Aires, y así fue ubicada por Vázquez de Espinosa; pero
en el recorrido imaginario, el punto de arranque del “viaje” fue fijado en la ciudad de
Asunción: para el autor, Corrientes constituía el primer núcleo “civilizado” de la gobernación
de Buenos Aires, vista desde el noreste. La continuidad del conjunto reposaba en el
omnipresente “río de la plata”, sobre el cual el autor de la Descripción... ubicó no sólo a Santa
Fe sino también a San Juan de Vera de las Siete Corrientes.
El segundo punto relevante de esta ubicación es que Santa Fe, como ya se ha visto,
también fue presentada como fundada sobre “el Río de la Plata”. La mimesis entre éste y el
Paraná era un tópico de las versiones del espacio propias de la época, sobre todo de las
elaboradas desde una perspectiva distante. Nótese que, para el autor del Compendio y
Descripción... hasta la ciudad del Guayrá estaba sobre el Río de la Plata... 21 Al fijar la
situación de esta manera, entonces, Vázquez no se equivocaba. Al contrario, participaba del
tramado social que construía la imagen de referencia. Solamente quienes tomaron contacto
con los indígenas o habían tomado cuenta de sus voces utilizaban Paraná.
Hacia comienzos del siglo XVII, el estuario platense formaba parte de una
configuración espacial amplia que, en esta disposición, incluía bajo su nombre al Paraná, el
más caudaloso de los ríos que van a dar a él. Lo contrario —pero al fin y al cabo lo mismo—
sostenía Gonzalo Fernández de Oviedo, quien afirmaba que Río de la Plata era la
denominación cristiana del que, en voz indígena, se llamaba Paraná. 22 Ambos autores
establecían una continuidad entre el cauce y el curso de uno y otro río; pero Fernández de
Oviedo introducía, en su concepción “hidrográfica”, la diferenciación cultural atrapada en el
“nombre”, lo que no es un dato menor. 23
Accarette Du Biscay, otro de los viajeros del siglo XVII que tampoco pasó por Santa
Fe, afirmaba haber recibido noticias sobre, “...un pueblito que comprenden venticinco casas,
sin murallas, fortificaciones ni guarnición, distante ochenta leguas hacia el norte de Buenos
21
VÁZQUEZ DE ESPINOSA, Antonio Compendio y descripción..., p. 637.
22
Cabe acotar que, según Upson Clark, este autor no puede contarse efectivamente entre los conocidos
por Vázquez de Espinosa.
23
Aunque aquí se recuperan algunas imágenes y juicios de este cronista, cabe recordar que no estuvo
jamás en el Río de la Plata y mucho menos en Santa Fe. Se basó en gran medida en el Islario... de Alonso de
Santa Cruz y en otros testimonios. FERNÁDEZ DE OVIEDO Y VALDÉS, Gonzalo Historia General y Natural
de las Indias, islas y Tierra-Firme del Mar Océano, publicada por la Real Academia de Historia cotejada con el
códice original enriquecida con las enmiendas y adiciones del autor é ilustrada con la vida y el juicio de las obras
del mismo por Don José Amador de los Ríos, Imprenta de la Real Academia de la Historia, Vol II, Madrid 1852,
pp. 114 y 165.
174
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Aires, situado sobre el Río de la Plata...” 24 En principio, nótese que también Acarette
denominaba al Paraná 25 como Río de la Plata. Pero en otro párrafo, al referirse a “..los países
que recorre...” el Río de la Plata, señalaba: “En aquellas regiones es llamado el Paraguay,
aunque más vulgarmente el Gran Paraná, probablemente porque el río Paraná desemboca en
él arriba de la Villa de las Corrientes....”, estableciendo una suerte de continuo entre los ríos
Paraguay, Paraná y el Río de la Plata, tan propia de los topoi del periodo como la de Vázquez
de Espinosa. 26
El fragmento inferior izquierdo de una Carta atlántica datada a finales del siglo XVII y
atribuida a Joao Teixeira Albernaz, muestra la división del subcontinente sudamericano entre
“el Brasil” y “el Río de la Plata”. Este último fue representado allí como un grueso brazo de
agua que se abre en dos hacia el norte y se fibrila en numerosos afluentes menores hacia el
este y el oeste. Lo que es claro en esta representación, fechada circa 1699, es la continuidad
que existía todavía para algunos entre el estuario del mar dulce y el río Paraná. 27 El propósito
de Albernaz era, por supuesto, ensanchar los dominios portugueses más allá de Tordesillas,
apoyando su cartografía administrativa en una hidrografía a todas luces política: para el autor
de este mapa antiguo, todas las tierras al este de la cuenca hídrica pertenecían a la Corona
Portuguesa.
24
DU BISCAY, Acarette Relación de un viaje al Río de la Plata ..., cit., pp. 51 y 52; todos los resaltados
me pertenecen. Se trata, como se advierte, de una “relación”, pero además tomada o dada en un periodo que no
se consigna. Para Cervera, por ejemplo, el texto de Du Biscay (publicado en francés por primera vez en 1663),
corresponde a una visita suya de 1658, y se refiere a la ciudad nueva (es decir, a las casas que ya estaban
instaladas del traslado). Cfr. CERVERA, Manuel Historia... Tomo II, p. 17. Lo cierto es que ni la distancia de
ochenta leguas, ni las referencias temporales inclinan demasiado la balanza hacia la precisión.
25
La ciudad, es necesario decirlo para quienes no necesariamente conocen el dato, tampoco estaba sobre
el Paraná sino sobre el Quiloazas, río afluente del Paraná al que los cristianos llamaron San Javier, nombre que
todavía conserva.
26
Idem, p. 30.
27
DAVEAU, Suzanne Lugares e regioes em mapas antigos, Prefácio de António Manuel Hespanha,
Biblioteca Publica de Evora, Comissao Nacional para as Conmemoraçoes dos descubrimentos portugueses,
Lisboa 1997, p. 48.
28
La diferencia entre espacialización y territorialización que aquí se propone es bien simple, y es
tributaria de la antropología jurídica del espacio: un espacio puede ser una extensión organizada a partir de
diferentes criterios (económicos, culturales, religiosos, administrativos y políticos). Un territorio, en cambio, es
tal únicamente a partir de una acción política sobre el espacio: la territorialización tiene que ver, únicamente, con
la presunción y el ejercicio de la jurisdicción de un agente político, sea en un espacio, sea en una extensión a la
que espacializa y territorializa al mismo tiempo.
175
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
necesario para la monarquía está en el centro de los aciertos y de los desaciertos de estas
descripciones.
Esto estaba más claro incluso para Accarette Du Biscay, quien años después escribió:
“....hasta allí [Santa Fe] podrían llegar grandes buqes si no fuera por un enorme banco que
obstruye el paso un poco más arriba de Buenos Aires. A pesar de todo es una posta muy
ventajosa porque es el único paso desde el perú, Chile y Tucumán hacia el Paraguay y en
cierta manera el depósito de las mercaderías que se traen desde allí, particularmente esa yerba
de la cual ya hablé...” 29 Su mirada no revierte el orden político del orbe peruano, pero sí
destaca en la escena el punto clave de la articulación entre el Perú y el Paraguay. La
coyuntura fue señalada y analizada por Juan Carlos Garavaglia, quien indicóo en su hora que
hacia 1630 es cuando se iniciaba el período durante el cual, vía Santa Fe, “...la yerba conocerá
ya todo el ámbito geográfico de su máxima expansión.” 30
29
DU BISCAY, Acarette Relación de un viaje al Río de la Plata ..., cit., pp. 51 y 52; todos los resaltados
me pertenecen. Se trata, como se advierte, de una “relación”, pero además tomada o dada en un periodo que no
se consigna. Para Cervera, por ejemplo, el texto de Du Biscay (publicado en francés por primera vez en 1663),
corresponde a una visita suya de 1658, y se refiere a la ciudad nueva (es decir, a las casas que ya estaban
instaladas del traslado). Cfr. CERVERA, Manuel Historia... Tomo II, p. 17. Lo cierto es que ni la distancia de
ochenta leguas, ni las referencias temporales inclinan demasiado la balanza hacia la precisión.
30
GARAVAGLIA, Juan Carlos Mercado interno... cit., p. 67. El autor de Mercado interno y economía
colonial proporciona cifras para mensurar la entrada de yerba desde las reducciones jesuíticas del Paraguay a la
ciudad de Santa Fe desde 1667, señalando la importancia del “oficio” santafesino en este tráfico. No obstante el
período para el cual se pueden disponer en los archivos santafesinos para realizar cálculos sobre bases firmes, es
claro que desde la gobernación de Céspedes (1624) se detecta un giro respecto de la actitud del puerto de la
ciudad frente al tráfico del producto, fuertemente combatido por Hernandarias de Saavedra durante todas sus
gestiones como gobernador (entre finales del siglo XVI y las dos primeras décadas del siglo siguiente).
176
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Esta vía, en este momento, está mucho menos desarrollada. Implica la búsqueda de
materiales en archivos todavía no relevados y un enorme esfuerzo en la prescripción de
aquello que se busca. Sin embargo, para darle sentido al proyecto, es necesario comenzar a
señalar algunos puntos de referencia sobre los cuales, grosso modo, se plantean aquí los
vínculos entre fragmentos de textos y fragmentos de monarquía.
Se abren por lo tanto al menos dos problemas relacionados que, como he mencionado,
solamente voy a proponer como vías de investigación. El primero es el de la utilización de
autoridades en la construcción de imágenes de lugares no visitados, en el marco de lo que la
monarquía había hecho producir en este plan; el segundo, íntimamente ligado a él, es el de la
relación entre la producción de relatos de primera mano, de su transformación en autoridad,
de los relatos más abarcativos que hacen uso de la experiencia visual más las autoridades y el
modo de producción de conocimiento sobre las Indias que generaba la Monarquía Hispánica.
Charles Upson Clark escribió, con toda razón, que “...el valor principal del Compendio
es el fiel cuadro que nos presenta de la administración colonial española.” 31 Este juicio,
exacto, no debe pasar desapercibido. Las descripciones del quinientos y del seiscientos
respondían a motivaciones concretas, aunque no siempre de manera directa. En la copiosa
producción de Reales Cédulas y Ordenanzas que la Monarquía hispánica generó durante el
periodo de los Habsburgo hay algunos hitos que merecen apuntarse, a fin de tenerlos en
cuenta.
Hacia 1529, la Monarquía estableció —de manera coetánea con la obligación para los
conquistadores de presentar relación de méritos con sus pedidos de mercedes— la
obligatoriedad de la redacción de relaciones de los viajes por mar y tierra para navegantes,
exploradores y conquistadores que obraran bajo sus auspicios. 32
31
VÁZQUEZ DE ESPINOSA, Antonio Compendio y descripción..., “Prólogo”, p. x.
32
MEDINA GONZÁLEZ, Xóchitl Guadalupe The Relaciones Geográficas of the sixteenth-Century:
Historical Background, administrative framework and the role of the indigenous informants, Texas at Austin
1995. MORALES FOLGUERA, José Miguel La invención de la utopía... , p. 27.
177
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Durante el reinado de Felipe II, las herramientas para afinar el control sobre el espacio
de Indias se multiplicaron y se perfeccionaron: se creó el Consejo de Indias y la figura del
Visitador del Consejo. Juan de Ovando, primer hombre en ejercer ese cargo, había creado el
proyecto del Libro de las Descripciones... que, finalmente, fue encargado al Cosmógrafo y
Cronista de Indias, Juan López de Velasco. Durante el mismo año que se compilaron las
Ordenanzas del Bosque de Segovia, el Rey publicó también, con fecha 3 de julio de 1573, las
Ordenanzas que mandaban ejecutar el mencionado Libro de las Descripciones de Indias, cuyo
objetivo era realizar las “...averiguaciones, descripciones y relaciones de todo el estado de las
Indias...”. 33 Su resultado, la Geografía y Descripción general de las Indias..., no vio la luz
hasta 1894.
Pero la historia de este particular fracaso dejó, entre sus huellas, algunas marcas
persistentes: durante el proceso de realización de esta enorme encuesta, López de Velasco
envió a América varios cuestionarios (entre los cuales el más notable es el de 1570, que
contenía 200 preguntas). En 1972 Howard F. Cline inventarió unas 208 Relaciones
Geográficas y 76 planos correspondientes a las Relaciones sobre Nueva España. 34 Para el área
del virreinato peruano hay mucho menos. En su magnífica obra sobre la arquitectura
mexicana del quinientos, George Kubler ha señalado que las colonizaciones fueron también
ellas diferentes, aunque subrayando sobre todo la diferencia de contexto “filosófico”. Según el
erudito de Yale, “...los diez o doce años que mediaron entre ambas conquistas implicaron
profundas diferencias en la orientación filosófica que inspiró las dos campañas de
colonización. La conquista de México se realizó en una época de humanismo ascendente en
España. Perú, por el contrario, fue conquistado en una década de reacción antihumanista.” 35
Esta hipótesis colisiona con la más reciente de Morales Folguera (quien la cita a favor suyo,
aunque escoge otros párrafos), dado que es justamente bajo este contexto “antihumanista” que
se despliega el más ambicioso proyecto de puesta al día y organización de los conocimientos
sobre el Nuevo Mundo, bajo los auspicios de Carlos V y sobre todo de Felipe II.
Si hay diferencias de volumen entre las descripciones realizadas sobre los dos grandes
virreinatos americanos, resulta obvio que, al interior del menos favorecido de los dos (el
peruano), ciertas áreas (entre las cuales la rioplatense) parecen ofrecer la imagen de un lienzo
blanco que apenas ha sido garabateado. Sin embargo, el modelo de los cuestionarios se
expandió y, quienes realizaron las relaciones no siempre si limitaron al área donde se
desenvolvían. Este fenómeno es el que permite plantear el estudio de vínculos entre las
producciones de imágenes de aquellos que recorrieron el lugar con las contenidas en los
registros que daban cuentas de formularios a completar. Estos últimos, valiosos reservorios de
imágenes difundidas por vía oral o escrita, pero sobre todo de un cierto modo de producir
conocimiento políticamente significativo, cuya construcción y funcionamiento espera todavía
explicaciones de conjunto.
33
Citado en MORALES FOLGUERA, José Miguel La construcción de la utopía..., cit., p. 35.
34
CLINE, Howard “A census of the Relaciones Geográficas of New Spain, 1579-1612”, en Handbook of
Middle American Indias, 12, Austin 1972.
35
KUBLER, George Arquitectura Mexicana del Siglo XVI, FCE, México 1982 [Mexican Architecture of
the Sixteenth Century, New Haven 1942], pp. 73-74.
178
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Abstract
Destacados hombres públicos argentinos viajaron a Europa en la década de 1880 con
múltiples fines. Nuestra intención es analizar las experiencias de viaje de un intelectual
francés instalado en la Argentina desde 1866: Paul Groussac. Sostenemos que, si bien muchas
de las imágenes transmitidas por este personaje permiten inscribirlo en un registro compartido
por sus contemporáneos, existen rasgos peculiares que distinguen su experiencia del resto.
Estas particularidades tienen su explicación, básicamente, en el hecho de que Groussac no era
un observador-forastero sino que estaba volviendo a su tierra de origen. En cambio, el resto
de los intelectuales viajeros del período observaban los escenarios del viejo continente con
una actitud mucho menos ligada a los sentimientos personales. Analizar las particularidades
de este posicionamiento es el objetivo rector de esta comunicación, y para ello se focaliza la
atención en el rastreo y el análisis de distintas actividades concretadas por el intelectual en
cuestión durante su estadía en Francia. Las fuentes privilegiadas para concretar esta
aproximación son las crónicas de viaje escritas por el intelectual en cuestión, publicadas como
correspondencia de viajero en el periódico El Diario y otros apuntes editados con
posterioridad.
Highlighted Argentinean public men traveled to Europe in the decade of 1880 with
multiple ends. Our intention is to analyze the voyage impressions of a french intellectual
installed in Argentina from 1866: Paul Groussac. We support the general hypothesis that,
although many of the images transmitted by this character allow to inscribe him in a register
shared by his contemporaries, peculiar features distinguish his experience from the rest. These
particularities have their explanation, basically, in the fact that Paul Groussac was not an
outsider observer but rather it was returning to his origin earth. On the other hand, the rest of
the traveling intellectuals of the period observed the scenarios of the old continent with a
much less bound attitude to the personal feelings. To analyze the specificities of this
positioning is the leading objective of this communication, and, in order to follow it, focalizes
the attention in the searching and analysis of different activities summed up by the intellectual
in question during his french demurrage. The selected sources to sum up this approach are the
trip chronicles written by Groussac, published as traveler's correspondence in the newspaper
El Diario, and other notes later published.
I-
Un hombre de letras argentino y un viaje a París en la década de 1880 son dos
elementos que forman parte de una fórmula que tiene como resultado aquello que David
Viñas sintetizó en un rótulo destinado a perdurar por su atractiva connotación: el “viaje
estético” del prototípico “gentleman-escritor” 1. Los hombres públicos del ochenta se lanzaban
1
David Viñas bautizó a la experiencia del viaje a Europa realizada por los hombres del ochenta como
“viaje estético” y analizó las características comunes de los mismos. Cfr. Viñas, David (1995): “La mirada de
180
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
a explorar las grandes metrópolis del viejo continente con objetivos diversos y sus
observaciones abarcaban un gran abanico de temáticas. Entre sus apuntes de viaje se
superponen juicios sobre regímenes políticos, comentarios acerca de costumbres y modos de
vida, opiniones sobre distintas prácticas culturales y una gran variedad de percepciones
introspectivas, entre la descripción detallada y el relato de lo observado.
Dentro del marco general del presente análisis, el viaje a Francia de un intelectual en
1883 asume ciertas particularidades, hecho que se debe, principalmente, a la elección del
personaje: Paul Groussac. Seguir los pasos del itinerario de este actor nos condujo a reparar
en algunas particularidades presentes en su viaje que, a diferencia de los anteriormente
aludidos, no es un viaje concretado por un argentino sino por un intelectual de origen francés
que residía en la Argentina desde 1866.
Las fuentes privilegiadas para concretar este análisis son los apuntes e impresiones de
viaje escritas por Groussac en 1883, publicados en El Diario bajo los títulos: Impresiones y
Cartas –o Carta- de Groussac. Una gran cantidad de estos escritos fue reeditada en la obra
del autor titulada El viaje intelectual. Impresiones de naturaleza y arte. Segunda Serie en
1920.
II-
Paul Groussac llegó al puerto de Buenos Aires en 1866, luego de un frustrado viaje
alrededor del mundo que había comenzado y terminado en París en 1865 por falta de recursos
monetarios 2. Ante la impotencia, la desazón ante el hecho de tener que regresar a su hogar
paterno y la imposibilidad de recurrir nuevamente a su progenitor, que ya le había entregado
un modesto peculio de viaje, el joven, nacido en Toulouse en 1848, decidió embarcarse en
Burdeos en un velero, llamado “Anita”, con destino a la ciudad puerto argentina. Llegó con
dieciocho años de edad, desconociendo el idioma, sin estar diplomado en ninguna profesión y
sin parientes en estas tierras.
Europa: del viaje colonial al viaje estético”, en Literatura argentina y política. De los jacobinos porteños a la
bohemia anarquista, Bs. As., Sudamericana.
2
Este somero recorrido de una de las etapas de la vida de Paul Groussac se basa en parte de una
investigación cuyos resultados están contenidos en Bruno, Paula (2001): Paul Groussac entre dos siglos. Un
maestro sin discípulos, Bs. As., Tesis de Maestría en Investigación Histórica, Programa de Estudios de Posgrado
en Historia, Universidad de San Andrés. Para una breve noticia biográfíca de Groussac puede consultarse
Groussac, Paul: “Noticia biográfica”, en Benarós, León (1998): Paul Groussac en el Archivo General de la
Nación, Bs. As., Ediciones Archivo General de la Nación.
181
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Su flamante carrera literaria fue estimulada por Nicolás Avellaneda quien lo incitó a
instalarse en 1871 en “el jardín de la República”; allí se transformó en un destacado personaje
del ámbito público tucumano, convirtiéndose, en el año 1874, en Director de Enseñanza de la
provincia tucumana y luego en Inspector Nacional de Educación –cargo con el que participó
en el Congreso Pedagógico de 1882 y que mantuvo hasta 1883-.
Las actividades que se suceden en esta etapa del itinerario vital de Groussac traslucen
las peripecias protagonizadas por un joven francés que se lanzó a la aventura de conocer el
nuevo mundo y desembarcó en las orillas de una Buenos Aires caracterizada por ser escenario
de profundas transformaciones. El joven pasó de ser ovejero a ocupar destacados cargos
públicos en el escenario argentino, logró ser reconocido como un prestigioso literato y se
convirtió en un propagandista político afamado.
Con este plus diferencial en su haber, el puntapié inicial dado en Buenos Aires condujo
a nuestro personaje a una prolongada estadía tucumana, que actuó, dentro de su arco vital,
como un escenario de ejercicios constituyentes: distintas actividades que Groussac fue
desarrollando en los años posteriores tuvieron un primer ensayo durante la experiencia
provinciana. Su permanencia en Tucumán se desenvolvió mientras dos destacados tucumanos
–Nicolás Avellaneda y Julio A. Roca- estuvieron a cargo de la presidencia de la nación, hecho
que convertía al escenario del “jardín de la República” en un lugar clave para el desarrollo de
asuntos de gran envergadura.
182
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
III-
A juzgar por los escritos de Groussac que ofrecen indicios sobre su biografía, la
voluntad de regresar a su país natal había sido demorada por distintas circunstancias.
“[...] parecía tener tantos deseos de retomar el contacto francés como de hacerse
musulmán. Pero un viaje a Europa donde pasó casi todo el año 1883 lo llamó pronto
a la realidad, pues para reencontrarse francés le bastó pisar el suelo natal”
(Groussac en Benarós, 1998: 36).
Los motivos por los cuales realizó este viaje no son del todo claros. Manuel Láinez, con
quien Groussac entabló amistad hacia principios de 1883, narra en un artículo de 1885 cómo
se configuró el escenario para que concretara el cruce al viejo continente y remarca cierto
3
Groussac sostiene que mientras conversaba con un compatriota en las calles de Buenos Aires “[...] se
destacó la voz aguda de un vendedor de diarios: ¡‘Boletín de La Nación’! ¡La guerra franco-prusiana! [...] No
existiendo entonces telégrafo a Europa, las noticias más rápidas tardaban un mes; la declaración de guerra, del 19
de julio, se conoció aquí el 18 de agosto, traída por el vapor Poitou.”. Groussac, Paul (1919): Los que pasaban,
Bs. As., Jesús Menéndez, Librero Editor.
4
El intelectual francés narra que estaba decidido a viajar a su patria para presentarse como voluntario
cuando se enteró de las noticias de la guerra, con este objetivo le solicitó a A. Cosson que le consiguiera una
entrevista con algún representante de Francia en la Argentina y le solicitó a Estrada cartas de recomendación
para Mariano Balcarce –ministro argentino en París-. Cfr. Groussac, Paul (1919): Los que pasaban, Bs. As.,
Jesús Menéndez, Librero Editor, pp. 14 y 15.
5
Un misterioso personaje de origen francés que aparece fugazmente en una de las obras de Groussac –
Los que pasaban (1919)- llamado Abel Ouden, compartió con él la misma amargura al encontrarse en Buenos
Aires mientras se desenvolvían los sucesos de la guerra-franco prusiana. Sin embargo, Abel no se dejó persuadir
y marchó a su tierra para reencontrarse con sus familiares y amigos y luchar por su patria. Aunque no logró
formar las filas del derrotado ejército francés, Abel, como narra nostálgicamente Groussac, asistió
orgullosamente al “resurgir de su patria”. Cfr. Groussac, Paul (1919): Los que pasaban, Bs. As., Jesús
Menéndez, Librero Editor, pp. 9 a 19.
183
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
oportunismo del francés 6. La versión más aceptada por los biógrafos de Groussac es la que
sostiene que, por encargo oficial, debía estudiar la organización de la instrucción pública en el
contexto europeo, pero los resultados de esta supuesta misión no fueron publicitados, y, según
lo difundido en las memorias ministeriales, tampoco recabados. 7
De todas formas, más allá de los motivos últimos, el viaje-retorno se concretó en 1883.
El regreso de Groussac comenzó, como era previsible con una visita a su tierra natal. El
personaje relata con las siguientes palabras su llegada en tren a la misma:
Sin embargo, estas primeras sensaciones de alegría y poética evocación fueron seguidas
de varios desencantos ante las transformaciones generadas por el tiempo de ausencia: amarga
nostalgia de los tiempos pasados. En primer lugar, Groussac encuentra su barrio de residencia
infantil y adolescente absolutamente transformado:
“En mi barrio, fuera de la Iglesia y del canal del Mediodía que data de Luis XIV,
todo está cambiado, transformado. Era entonces un barrio nuevo, lleno de huecos,
de jardines, de recursos y hallazgos para nuestra infancia un tanto suelta y
vagabunda...” (Groussac a, 1883).
6
Según Láinez, Groussac contó con numerosos favores para realizar este viaje, y señala, además, que fue
él quien le allanó el camino consiguiéndole la aprobación de una licencia en su cargo otorgada por el ministro
Wilde, el asentimiento del presidente Roca ante la petición de la licencia, y el permiso y el subsidio del
gobernador Dardo Rocha a los fines de que Groussac realizara un estudio acerca de la educación en Europa.
Además, Láinez se comprometió a pagarle a Groussac sus colaboraciones en El Diario durante su estadía
europea. Véase Láinez, Manuel: “Ecce Homo”, en El Diario, nº 1071, 27 de marzo de 1887, citado en Canter,
Juan (1930): “Sarmiento, Groussac y Láinez. En torno de una polémica entre estos últimos”, en Boletín del
Instituto de Investigaciones Históricas de la Facultad de Filosofía y Letras, XI, Bs. As., octubre-noviembre.
Debemos considerar que este artículo es parte de una serie de escritos polémicos que Láinez intercambió con el
personaje que nos ocupa, hecho que nos genera ciertas dudas acerca de su intencionalidad.
7
En algunos de los artículos de Groussac publicados en El Diario en 1883 aparecen fragmentarias
referencias a sus visitas a instituciones escolares francesas; todas estas alusiones son de carácter meramente
anecdótico. Véase, por ejemplo, Groussac, Paul (1883 d): “Una visita á Emilio Zola”, en El Diario, nº 572, 17 de
agosto.
184
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Es la segunda marca temporal la que nos interesa destacar. Recordemos que la aventura
juvenil de Groussac y sus intenciones de recorrer el mundo se habían esfumado en París, y
que fue allí donde decidió embarcarse hacia el nuevo mundo, decisión que es pensada aquí
por el personaje que nos ocupa como una resolución que lo condujo a jugar y perder su futuro.
Por lo tanto puede entenderse que sus recuerdos de París le sugieran caminos no recorridos,
itinerarios pendientes y posibilidades de retomarlos. Groussac decide lanzarse a la conquista
de París, y sus intenciones de ingresar en su mundillo intelectual son explícitas:
“[...] con el deseo, volvía la esperanza de intentar algo –anch’io sono pittore!- que
me sacara bruscamente de este aislamiento y absoluta obscuridad, permitiéndome
dejar alguna vez, en el gran teatro parisiense, el asiento del espectador pasivo, para
ensayar el de actor en el escenario, por corto y secundario que fuera mi papel... ”
(Groussac, 1920 [1883]:81).
Sin embargo, ese deseado reconocimiento en París estaba acompañado por varias y
disímiles inquietudes y por una actitud vacilante ante la realidad con la que se encontraba. En
relación a estas sensaciones destaca:
“En ese intervalo, [el de su estadía en la Argentina] también París -de la Ópera al
barrio Latino- se ha transformado; y a la par de las cosas, las gentes y las
costumbres. El día reciente en que saltaba del tren a estas aceras resbaladizas, no
conocía a nadie en el inmenso ‘desierto de hombres’” (Groussac, 1920 [1883]: 59).
185
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Seguramente, no era tarea sencilla encontrar espacio en una ciudad que, como el mismo
Groussac sostiene, desconocía a ese hombre que, aunque joven –contaba con 35 años-,
caminaba por sus calles con aspecto sombrío y titubeante. Se sentía extraño en la ciudad pero,
a la vez, estaba ansioso por mimetizarse con el escenario por el que transitaba. Esa actitud
oscilante cristaliza en su relato en la autopercepción del personaje que, en una misma página,
se describe como “un viajero sudamericano recién desembarcado del último vapor” y “un
estudiante francés del décimo año” (Groussac, 1920 [1883]: 61).
Luego de pasar algunos días en París, decidió tentar suerte con ambos recursos: le envió
su artículo a Alphonse Daudet, quien le contestó inmediatamente, y dejó en la casa de Sarcey
la carta López. Simultáneamente escribió una “fantasía”, inspirada en el trabajo de Daudet,
titulada L’Évangeliste à Buenos-Ayres que dejó en el buzón del Fígaro, artículo que fue
aceptado y publicado 8. La aparición del mismo le facilitó las relaciones con el escritor y le
abrió las puertas de importantes cenáculos intelectuales parisinos. A partir de allí, la suerte
estaba echada. Seguir el itinerario de Groussac desde ese momento muestra una actitud
sistemática dirigida a captar la atención de personajes descollantes de la cultura francesa.
8
El artículo fue traducido al castellano y publicado. Véase Groussac, Paul (1883 b): “La Evangelista en
Buenos Aires”, en El Diario, nº 512, 8 de junio. Este texto narra una batalla entre dos diarios de Buenos Aires, El
Nacional y El Diario, por conseguir primero los números de el Figaro en los que se estaba publicando, por
entregas, la obra de Daudet a los fines de traducirlo y publicarlo. La “fantasía” de Groussac está basada en
hechos reales.
186
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
aspecto imponente y majestuoso”. Sin embargo, una vez que este comenzó a hablar, le resultó
“[...] espontáneo, familiar, desaliñado[...]" (Groussac a, 1883).
La mayoría de las narraciones de las visitas a estos personajes nos colocan frente a un
Groussac fastidioso y disconforme. Émile Zolá no ganó su simpatía y es caracterizado en sus
apuntes de viaje como un escritor que “confunde la fuerza con la brutalidad”, hecho que lo
convierte en un “macizo y pesado albañil literario” (Groussac d, 1883). Por su parte, Edmond
Goncourt le genera a Groussac una repulsión inusitada que se evidencia en unas páginas
realmente irónicas en las que nuestro personaje alude al escritor como el “hermano de Jules –
el que tenía talento-“y lo describe como un “maniático amanerado”, “vanidoso”, “ramplón
ególatra”, “ignorante”, “solterón” y “coleccionista de japonerías y baratijas” (Groussac c,
1883).
De todas ellas, sin duda, la visita a Víctor Hugo 9 es el evento que más información nos
brinda acerca de la suerte de Groussac en París. Conocer a Víctor Hugo le causó amargas
sensaciones. En primer lugar, nuestro personaje fue presentado en los siguientes términos al
“Padre Eterno de la Literatura”:
“Y sobre esta última, y acaso la más ingrata de mis peregrinaciones a los santuarios
de la gloria, formulaba para mí esta tristísima moraleja: ‘He venido tarde. El gran
poeta está muy viejo para maestro y yo también para discípulo: él ha perdido la
fecunda actividad del genio, y yo el puro fervor de la juventud’” (Groussac, 1920
[1883]: 125).
9
La visita a Víctor Hugo está elocuentemente narrada en Groussac, Paul (1920 [1883]): “Vistas
parisienses”, en Id. (1920): El viaje intelectual. Impresiones de naturaleza y arte. Segunda Serie., Bs. As., Jesús
Menéndez, Librero Editor, pp. 108 a 125. Recientemente este episodio de la experiencia parisina de Groussac
fue revisitado, véase Páez de la Torre, Carlos (1999): “Paul Groussac visita a Víctor Hugo”, en La Gaceta de
Tucumán, 12 de diciembre.
187
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Nuevamente Groussac estaba en París, como 17 años antes, con un rumbo indefinido.
Sin embargo, no todo estaba perdido, allí estaba la ciudad con todo lo que tenía para ofrecer y
la descripción del paisaje y de sus gentes era una tentación ante la cual Groussac no podía
resistirse.
Por un lado, existe una París que merece, desde la perspectiva del narrador,
denominaciones denigrantes como Babilonia, Sodoma y Gomorra. Esa ciudad, pervertida y
contaminada, está montada para los extranjeros, caracterizados como “[...] transeuntes y
chapurreadores de francés, que creen conocer ese mundo a fondo porque han parado en el
Gran Hotel o el Continental, y recorrido cada tarde los grandes bulevares o el Bosque”
(Groussac, 1920 [1883]: 55).
“Y es harto sabido que los restaurantes de noche y sus anexos, pequeños teatros,
café-conciertos de los Campos Eliseos, bailes públicos –desde el semimundano
Mabille hasta el excéntrico Château-Rouge, etc.: todos esos lugares de “perdición”,
diría Prudhomme (si los que a ellos acuden no fueran ya perdidos!)-, viven por y
para el “extranjero”; vale decir, la bulliciosa colonia de buena o mala ley que se
renueva por meses o por semana, y a quien las estadísticas llaman acertadamente
‘población flotante’, pues no se arraiga ni fructifica, flotando de veras como espuma
en la superficie de la gran capital” (Groussac, 1920 [1883]: 56).
10
Esta faceta de las percepciones de Groussac en el reencuentro con su país de origen fueron analizadas
en un texto de sugestivo título, véase Sáenz Hayes, Ricardo: “La nostalgia de Groussac”, en AA.VV. (1949):
Centenario de Groussac. 1848 -14 de febrero-1948, Bs. As., Coni. Miguel Cané –al igual que tantos otros
188
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Ese “verdadero París” estaría conformado por una especie de esencia mítica y originaria
en la que se conjugan elementos de gloria histórica con fundamentos de cierta cultura del
trabajo que el personaje encuentra en la vida cotidiana de la ciudad. De este modo, el sustrato
reivindicable de París se encuentra para nuestro “viajero-no-turista” en el cruce entre una
ciudad que desde Carlomagno comenzó a “irradiar luz y civilización sobre el orbe entero” y
“ese París [que] está en los laboratorios y en los talleres, en los anfiteatros y en las fábricas”;
así: “el París que trabaja y sufre es el verdadero París” (Groussac, 1920 [1883]: 58).
La insensibilidad del viajero tipo ante esta realidad es para Groussac imperdonable: el
“viajero-forastero” es descrito en los siguientes términos:
De este modo, la capital francesa es percibida por Groussac con la misma actitud de
fastidio y con el mismo sentimiento de extrañamiento y no-pertenencia con el que cargaba
desde la visita a Toulouse. Tampoco París y sus bulevares ni París y sus hombres de cultura le
ofrecían el marco de referencias que buscaba.
Se hacía evidente que ya era demasiado tarde como para ocupar un rol destacado en
París, era ya tarde para ser un “legítimo francés”, tendencia que se profundizaba cada vez que
Groussac recordaba melancólicamente a su familia instalada en Tucumán. Su lugar parecía
estar en la Argentina, y en un nostálgico pasaje, Groussac transmitía estas impresiones:
hombres de su generación- percibía de igual manera la realidad de París. Cfr. Cané, Miguel (1949 [1884]): En
viaje, Bs. As., Estrada, 1949. Esta visión fue recientemente estudiada en Terán, Oscar (2000): Vida intelectual en
el Buenos Aires fin-de-siglo (1880-1910). Derivas de la “cultura científica”, Bs. As., Fondo de Cultura
Económica.
189
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
“Ya me está retentando la nostalgia de la tierra y del nido provinciano. Ayer tuve
ocasión de hablar castellano, después de muchas semanas, y me parecía, como dicen
los saladinos desterrados cuando dan con un quichuista, que estaba deseando la
lengua” (Groussac e, 1883).
IV-
La estadía de Groussac en Francia nos coloca frente a una galería de imágenes disímiles
y sensaciones ambiguas en las que el lugar que el narrador se adjudica muta constantemente.
El retorno, el regreso, lo coloca en una posición ambivalente y sinuosa. La experiencia del
viaje es vivida por Groussac desde un posicionamiento que sistemáticamente pretende
alejarse del de mero observador y oscila tensamente entre el deseo (de ser actor) y la realidad
(que lo condena al rol de espectador).
Así nos encontramos con un viajero que regresa a su patria con la pretensión de ocupar
un lugar destacado, pero que no termina de encarnar ningún papel. En función de esta
frustración, París vista por Groussac es procesada por varios filtros que fluctúan entre la
fascinación y el rechazo, entre el sentimiento de pertenencia y el extrañamiento.
Por un lado, se manifiesta una clara crítica, de tono prácticamente romántico, ante la
masificación-modernización que, desde la perspectiva de nuestro personaje, cristaliza en la
denigración estética de la ciudad y en sus costados incivilizados. Complementariamente, la
ciudad parisina puede ser vista como reflejo de la antinomia “civilización/barbarie” que sirvió
como parámetro organizador de la realidad a muchos letrados rioplatenses del siglo XIX.
Groussac encuentra la barbarie instalada en la civilización, hecho que lo desconcierta y lo
conduce a pensar la ciudad desdoblada y desintegrada. Los intentos de reconstruirla son
varios y, sin embargo, Groussac en sus propias reconstrucciones no encuentra un lugar para
ubicarse.
Así, la ciudad dividida funciona como un reflejo de los estados anímicos del personaje
bajo estudio. También su actitud está escindida, hecho que se manifiesta en una nostalgia que
cambia de signo todo el tiempo. Groussac cuando estaba en Tucumán añoraba un lugar en la
galería de celebridades parisinas y en París desea volver al “nido provinciano”, y hasta
reivindica la lengua castellana que, en reincidentes ocasiones, consideró inferior a la francesa
por su falta de matices.
Aunque Groussac no es un personaje que circula por tierras extrañas careciendo de todo
tipo de sostén referencial, cuenta con ese nivel de participación que tiene el que retorna a su
patria, se deslizan en su relato versiones pintorescas o folclóricas del paisaje y de las gentes
que lo devuelven constantemente al lugar de observador del que reniega.
190
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Fuentes
Cané, Miguel (1949 [primera edición: 1884]).: En viaje, Bs. As., Estrada.
Groussac, Paul (1883 b): “La Evangelista en Buenos Aires”, en El Diario, nº 512, 8 de
junio.
Groussac, Paul (1883 d): “Una visita á Emilio Zola”, en El Diario, nº 572, 17 de agosto.
Groussac, Paul (1919): Los que pasaban, Bs. As., Jesús Menéndez, Librero Editor.
Groussac, Paul (1920 [textos originales: 1883]): “Vistas parisienses”, en Id.: El viaje
intelectual. Impresiones de naturaleza y arte. Segunda Serie., Bs. As., Jesús Menéndez,
Librero Editor.
Bibliografía
Benarós, León (1998): Paul Groussac en el Archivo General de la Nación, Bs. As.,
Ediciones Archivo General de la Nación.
Bruno, Paula (2001): Paul Groussac entre dos siglos. Un maestro sin discípulos, Bs.
As., Tesis de Maestría en Investigación Histórica. Programa de Estudios de Posgrado,
Universidad de San Andrés.
Canter, Juan (1930): “Sarmiento, Groussac y Láinez. En torno de una polémica entre
estos últimos”, en Boletín del Instituto de Investigaciones Históricas de la Facultad de
Filosofía y Letras, XI, Bs. As., octubre-noviembre.
191
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Páez de la Torre, Carlos (1999): “Paul Groussac visita a Víctor Hugo”, en La Gaceta de
Tucumán, 12 de diciembre.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Abstract
En esta ponencia se analizarán dos obras del siglo XVlll, en las que el motivo del viaje
está presente, en una como experiencia concreta (Viaje alrededor del mundo de L.A. de
Bougainville) y la otra (Supplément au Voyage de Bougainville de D. Diderot) a modo de
recurso que elige dicha experiencia para fundamentar reflexiones y concepciones filosóficas.
Se tomará en ambos casos un área de concordancia tanto espacial como temporal que
generó el contacto con Tahití. En dicho contacto-contexto se parte del supuesto teórico
relativo a la relación tensa que entabla el lenguaje con las condiciones externas que trata de
significar, lo que daría lugar a la configuración de tipos textuales diferentes.
Entendido un texto “como un uso situado del lenguaje marcado por una tensa
interacción entre tendencias recíprocamente implicadas pero por momentos contestatarias (La
Capra, 1998, p.240), permite entender las representaciones e imágenes que subyacen al
proceso intelectual de las Luces en la sociedad francesa de la segunda mitad del siglo XVlll.
En estos textos y sus discursos diferenciados el “motivo del viaje”, en tanto experiencia
de contacto cultural privilegiado, muestra su potencial iluminado a través del viaje “real” e
“imaginado” de Bougainville y Diderot.
We’ll analyse two works of Eighteen century: Travel around the world of L.A. de
Bougainville and Supplement to Bougainville voyage of. D. Diderot, in which the motive of
travel appears like a specific experience and a philosophical reflection about it respectively.
This analysis starts from a point of temporal and spacial contact, generated by the
arrival to Tahiti island. That is the context where a tense relation between external conditions
and language, that tries to mean them, emerges and shapes, in consequence, different types of
texts.
In both works, the motive of travel, like an experience of privileged cultural contact,
shows its richness through the real or imaginary trip of Bougainville and Diderot.
193
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Texto
El relato de viaje surge como generador de esperanzas materiales, espirituales y
culturales. Es un testimonio de las alternativas que acompañaron el contacto de culturas, es el
entrecruzamiento del mundo exterior con las imágenes múltiples que los autores
construyeron. Durante el S. XVIII en especial, el viaje y su relato fueron objeto de reflexión.
Es el mismo Diderot, al caracterizar al viaje de circunnavegación de Bougainville, quien
introduce los rasgos salientes de esta experiencia,
Bougainville parte con las luces necesarias y las cualidades propias de su mirada,
de la filosofía, del coraje, de la veracidad: un golpe de oído pronto que conoce las
cosas y recorre el tiempo de las observaciones; la ciencia del cálculo, de los
mecanismos, de la geometría, de la astronomía y de una pintura suficiente de la
historia natural (Diderot, 1951, p. 994).
En esta ponencia se analizaron dos obras del S. XVIII en las que el motivo del viaje está
presente, en una como experiencia concreta y en la otra a modo de recurso que elige dicha
experiencia para fundamentar reflexiones y concepciones filosóficas. En el primer caso se
hace referencia a la obra Viaje alrededor del mundo escrita por L. A. De Bougainville en
1768, mientras que en el segundo al Suplemento del viaje de Bougainville escrita por Denis
Diderot en 1772, pero publicada de manera póstuma en 1796. Se tomará en ambos casos un
área de concordancia tanto espacial como temporal dada por las experiencias, descripciones y
reflexiones que genera el contacto con Tahití.
En dicho contacto-contexto, se parte del supuesto teórico relativo a la relación tensa que
entabla el lenguaje con las condiciones externas que trata de significar, lo que daría lugar a la
configuración de tipos textuales diferentes. Entendido un texto “como un uso situado del
lenguaje marcado por una tensa interacción entre tendencias recíprocamente implicadas pero
por momentos contestatarias” (La Capra, 1998, p. 240), permite entender las representaciones
e imágenes que subyacen al proceso intelectual de Las Luces en la sociedad francesa de la
segunda mitad del S. XVIII.
Ahora bien, puede decirse que aquella circunstancia define un adentro y un afuera del
texto, que genera, en la mayoría de los casos, situaciones conflictivas. Con respecto al adentro
del texto se observa “la estructura interna del modelo cultural que generan las Luces europeas
al vincular corrientes de pensamiento y apertura de los espíritus a otras realidades” (A.
Martins, 1995). En el caso de Diderot se trata de un burgués que bebió el cristianismo, el
194
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
orden y la obediencia en su medio familiar con los que rompió al acceder a las especulaciones
del espíritu. Esto lo condujo a una vida de contrastes permanentes con su temperamento,
versátil y difícil en el ordenamiento de sus pensamientos. Fue enemigo de las reglas, dulce y
violento a la vez que conciliador y polemista. Dicho perfil le granjeó duras querellas en el
medio intelectual de los ilustrados y en la sociedad dieciochesca.
Bougainville por su parte era hijo de un notario de París, se formó en las lenguas
antiguas y en las ciencias exactas lo que le permitió acceder, más tarde, a la Sociedad Real de
Londres y luego a la Academia de Ciencias de París. Aunque tuvo el espíritu de las bellas
letras su labor se inclinó hacia la ciencia en clara conexión con los servicios que prestó al
Estado, al punto que la obra que aquí se analiza fue consecuencia de un encargo de la Corona.
Lo externo, común a ambos, fue estar inmersos en la sociedad del S. XVIII y en la idea
de progreso, latente en todas las dimensiones de la sociedad y que se vincula a los efectos
surgidos del agrandamiento del espacio y del género humano, dado por el acceso a los
mundos desconocidos. Con ello se enriqueció el espíritu y se ampliaron los conocimientos
que provocaron en el hombre la búsqueda de la felicidad. En cada caso este contacto con el
mundo exterior tomó modalidades diferentes, pero subyace siempre, sin embargo, la
necesidad de conocer a los otros para conocerse a sí mismo y operar así las transformaciones
deseadas respecto de las carencias y las situaciones deficitarias denunciadas por los medios
ilustrados. Dichas actitudes no surgieron tanto de la valoración del otro, como de una crítica
de sí mismo y de la necesidad de formular un ideal (Todorov,1991, p. 365).
Diderot eligió para escribir su obra el método del diálogo que le permitía crear
personajes enfrentados y situaciones conflictivas en las que estructura la trama de su
pensamiento filosófico y polémico demoliendo todo el edificio construido durante siglos, el
que se apoyaba en prejuicios, abusos, intolerancia y privilegios, para construir a partir de allí
195
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Este juego al que Diderot somete al lector toma la forma de una discusión entre dos
personajes, “A” y “B”, a los que concebía de buena fe. Sin embargo los enfrentaba a la
consideración de los problemas relativos a la libertad humana y de la moral a través de
interpelaciones, objeciones, opiniones diversas, etc. Estas contradicciones que planteaba son
expresiones de la complejidad de su vida y del mismo pensamiento de Diderot así como de la
sociedad compleja en que estaba inmerso.
El diálogo era una manera de jugar consigo mismo pero a la vez era el medio más
adecuado para escribir de él, disimulado su nombre. “Para escribir sus cuentos Diderot ha
dado riendas sueltas a su sensibilidad, con su capricho, su fantasía, su don de creer y de
pintar, su gusto de descomponer ideas (Mornet, D. 1941, P.146). De este modo, quizás al
contar con la adhesión de su adversario, que es la voz de su conciencia, necesitaba persuadirse
consigo mismo. Así el diálogo frente a su inestabilidad e inseguridad era lo que mejor
respondía a sus necesidades, “es propio de su genio contradecirse en todo como reflejo de su
inquietud permanente” (Thomas, Jean, 1938, P. 36).
La narración descriptiva hace coincidir el orden del relato con el orden de los
acontecimientos, es decir un modo cronológico en el cual se incluyen abundantes indicaciones
espaciales y temporales,
… en la jornada del 14, estando a 27º 7’ de latitud observada y a los 104º 12’ de
longitud occidental estimada, vimos dos aves bastante semejantes a las gaviotas […]
vimos también un manojo de esas hierbas verdes que se agarran a la quilla de los
navios… (Bougainville, 1935, p. 4).
Este rasgo, que Diderot valoraba por su “simplicidad” y “claridad”, es atribuido a “la
lengua de los marinos” (Diderot, 1951, p. 994).
Por ello no se trataba sólo de una especulación pura sino de un aprendizaje empírico.
Desarrolló así una capacidad profunda de la observación, su oído advertido y despierto para
escuchar todo adquiere transparencia en el relato,
196
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
llegaban todos gritando tayo, que quiere decir amigo […] Las piraguas estaban llenas
de mujeres, que no ceden por lo agraciado del rostro, a la mayor parte de las europeas […]
la mayor parte de estas ninfas estaban desnudas, porque los hombres y las viejas que las
acompañaban las habían quitado la haldilla […] Nos hicieron desde un principio desde sus
piraguas donaires en que, a pesar de su ingenuidad, se descubría algún embarazo, sea que la
naturaleza haya en todas partes embellecido el sexo con timidez ingenua… (Bougainville,
1935, P. 19).
Por ello trató de informar y formar, pasando de los signos testigos a los signos-
formativos, “el encuentro intercultural es percibido como una emoción psico-afectiva y
existencial (Bernard Fernández, Tesis Sorbonne, 1999).
Fueron muy fuertes los referentes culturales de la época clásica, que dominaron a los
viajeros desde el siglo XVl al siglo XVlll. Generalmente se recurría a arquetipos bíblicos y
grecolatinos para reconocer la realidad, clasificarla y ordenarla según la asimilación hecha de
los conocimientos.
a los ojos de todos tal como la Venus se dejó ver del pastor frigio. (Bougainville,
1935, p. 19)
por lo demás, en tanto que en Europa las mujeres se pintan de rojo las mejillas, las
de Tahiti se pintan de azul obscuro los riñones y las nalgas; es un adorno y, al
mismo tiempo, una señal de distinción […] no sé como imprimen estos trazos […]
pienso que es picando la piel y vertiendo el jugo de ciertas hierbas, como he visto
practicar a los indígenas de Canadá. Es de notar que en todo tiempo se ha
encontrado esta pintura a la moda en los pueblos cercanos todavía al estado de
naturaleza (Bougainville, 1935, p. 46).
En este tercer apartado, se girará en torno de algunas ideas eje observadas en el texto,
tales como naturaleza, moral, costumbres, salvaje-civilización, religión, etc, se advertirá cierto
desequilibrio fruto del tratamiento en profundidad del Suplemento… de Diderot,
circunstancia que responde a las limitaciones mismas que presenta el texto de Bougainville
dada su naturaleza descriptiva. Es Diderot quien así lo entiende cuando decía:
Esta misma descripción, rica y abundante, que alimentaba e inspiraba a Diderot para
gestar su obra, le proporcionó la posibilidad de liberar su imaginación a partir de una
situación real. Este rasgo es el que diferencia su texto de las narraciones de viaje en sentido
estricto. Si bien no puede definirse a su escrito como una utopía, la presencia de componentes
salidos de su imaginación permiten comprobar, a través de los medios de acción que propone,
197
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
la inclusión de estos últimos en el marco dado por las posibilidades presentes en su siglo. A lo
sumo podría aceptarse que se adelantó a los postulados de los tiempos por venir.
Bougainville en su relato idealizó la visión de las tahitianos: son bellos, fuertes, sin
propiedad, sin jerarquías, viven en la abundancia pese a lo rudimentario de sus técnicas, en su
sociedad predomina el amor y el goce de los placeres etc. Él retomó el mito del buen salvaje
ya desarrollado en Francia por Ronsard y Montaigne, representación que nació y se fortaleció
con la expansión ultramarina. El interés por el buen salvaje fue una marcha ancestral, en la
búsqueda del Paraíso Perdido, que los viajeros en general relacionaron con las virtudes de los
pueblos primitivos y el contacto con la naturaleza . Este estado “salvaje” fue percibido como
ociosidad, sin escritura ni agricultura. Fue la “barbarie” el término usado por los europeos
para calificar las costumbres que nos son extrañas. Algunos, como Bufón, rechazaron el
estado salvaje, asimilándolo al animal, poniendo incluso su acento en las diferencias físicas,
responsables en parte de las diferencias morales y culturales.
Me creía transportado al jardín del Edén […] por todas partes veíamos la
hospitalidad, reposo, dulce alegría y todas las aspiraciones de la dicha
(Bougainville, 1935, p. 27).
Diderot, impresionado por la vida de los salvajes, en especial por sus costumbres
sexuales, coincidió en remarcar la bondad de los naturales a los que califica también de sanos,
bellos, no corrompidos y fiables. Se observa así el entusiasmo cultural de Diderot al
considerar que las leyes de los hombres no pueden ser comprendidas sino en relación a la
sociedad en la que se inscriben, rechazando como modelo de imposición universal a los
patrones europeos “civilizados”. Del mismo testimonio de los viajeros él extrajo la
confirmación sobre la imposibilidad de imponer reglas religiosas y morales que no
reconozcan un contexto específico,
Para Diderot la consideración de los usos y leyes europeas sólo pueden excitar y
provocar la indignación y el desprecio de un ser en el que el sentido de la libertad es el más
profundo de sus sentimientos (Diderot,1951, p.999). Sus reflexiones, que partían del registro
de viaje de Bouganville, se relacionaban con sus ideas relativas a su sistema filosófico sobre
el cual actuaban estados de ánimos y experiencias multiformes y variables a lo largo de su
198
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
vida. Su teoría no resulta rígida a pesar de que se encuentran algunas preguntas recurrentes y
constantes por ejemplo, preguntarse por el conocimiento en relación al lugar de las
experiencias concretas, o bien, la tensión entre sentido y razón, las relaciones entre filosofía y
psicología, sus preguntas sobre lo estético, sus obras morales, así como una amplia gama de
cuestiones éticas atestiguadas por su abundante correspondencia en especial aquellas
denominadas Lettres a Sophie Volland.
En el suplemento subyace la idea de “nature” que sin cesar es ligada por el autor a las
acciones morales y el cristianismo. La idea de naturaleza resulta así divinizada, en su
concepción panteísta se mezcla ser y naturaleza, que le da a esta última el sentimiento
humano y al ser la fuerza natural (Trahard Pierre, 1932, p. 145).
rostros sanos, felices […] seguros del instinto de la naturaleza […] el Tahitiano es
tu hermano, los dos son hijos de la naturaleza […] nuestras costumbres son más
sabias y honestas que las tuyas (Diderot, 1951, p. 1001)
Aquí planteaba las bondades de la naturaleza y reconocía a las pasiones no sólo como
apetito carnal, sino como fundamento de la nueva moral que aspiraba desarrollar. La
experiencia tahitiana le permitió así rechazar el conformismo de la religión y de la
civilización, quedando según su concepción, en manos de la naturaleza la tarea de castigar los
vicios físicos y el desorden de los placeres sexuales.
199
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Su variedad en los diversos pueblos del mundo depende del clima, de la religión, de
las leyes, del gobierno, de las necesidades, de la educación, de los modales y de los
ejemplos
Este aspecto se presenta también, de manera clara, en el siguiente pasaje del relato de
Bougainville donde se observa una descripción pormenorizada de una costumbre tahitiana en
especial que le permite mostrar por un lado la variabilidad de aquellas sujetas a una
relatividad manifiesta. Por ello se observará el acto de comparar las costumbres de los
naturales con respecto a sus costumbres, sujetas a las pautas de la civilización,
Todos los días nuestras gentes se paseaban por el país […] Se les invitaba a entrar a
las casas […] la cortesía de los dueños de casa no se limitaba a una ligera colación:
les ofrecían jovencitas. La casa se llenaba al instante de una curiosa multitud […] el
suelo se cubría de follaje y de flores, y los músicos cantaban, a los acordes de la
flauta, un himno de himeneo. Venus es aquí la diosa de la hospitalidad […]
quedaban sorprendidos del embarazo que mostrábamos; nuestras costumbres han
proscrito tal publicidad (Bougainville, 1935, p. 27).
En el caso de Bouganville sus reflexiones son más acotadas, se limitan a expresar las
imágenes que sobre la naturaleza y la vida de los naturales le devuelven sus sentidos, por ello
Tahití es caracterizada como una
isla embellecida con todos los dones de la naturaleza […] pacífica y exenta de
ciudades (Bouganville, 1935, p. 35),
Un pueblo numeroso goza allí de los tesoros que la naturaleza vierte a manos llenas
sobre él (Bougainville, 1935, p. 27).
200
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
En el escrito de Bougainville se observa, sin embargo, un interés por explicar el por qué
de las actitudes de los naturales, por ello recurría a los argumentos que le brindaba la idea de
la influencia del clima y del entorno geográfico, idea recurrente que cobra fuerza en el S.
XVIII. Por influencia del “aire que respiran” los tahitianos desarrollaron,
Una vez más la escritura de Diderot se muestra más abstracta y libre a la hora de
catalogar los comportamientos y actitudes de los tahitianos, sobre todo si se la compara con la
escritura de Bougainville. Un ejemplo privilegiado de esta circunstancia son los diálogos que
Diderot escribe en torno al Monje y D’Orou, el tahitiano. A través de esta intervención se
abordaron en la obra diversas cuestiones, sin embargo el interés de Diderot las centraba
alrededor de la religión, del sexo y de los vínculos entre costumbre y civilización.
En este contexto sobreabundan reflexiones de Diderot en este campo, sobre todo cuando
se dio el diálogo entre el tahitiano y el monje que rechazó el ofrecimiento sexual de la hija de
aquél. Al respecto puede observarse en el siguiente pasaje una opinión sobre la religión en
tanto uno de los límites que actúan sobre los hombres “civilizados”,
Yo no se que es la cosa que tu llamas religión […] que te impide gustar de un placer
inocente el cual la naturaleza, soberana maestra, nos invita a todos […] Yo no se lo
que es la cosa a la que tu llamas Estado, pues tu primer deber es ser hombre…
Las razones que D’Orou objeta al monje son impenetrables, en líneas generales la
religión aparecía como negativa por que le impedía al hombre realizarse como tal y gustar del
placer que es una necesidad vital. Para el tahitiano un acto natural pasaba a convertirse así en
pecado. Las buenas costumbres y la honestidad son prejuicios y falsedades porque condenan a
la desaparición de la especie,
Quién ordena que se viole la naturaleza, que se limiten los goces del individuo?
Nada más insensato que la ley general de los seres se prohiba […] Vos habéis
201
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
convertido la condición del hombre en peor que la del animal (Diderot, 1951, p.
1009).
Monje: No, está en todas partes, no se lo ve, ha dado nuestras leyes, ordena como
debe ser honrado y distinguir entre el bien y el mal (Diderot, 1951, p. 1008).
En la obra se cuestiona también a los sacerdotes y a los magistrados quienes por medio
de sus órdenes y leyes corrompen las conciencias y los espíritus al alterar la inocencia y alejar
a los hombres de su camino. Debe señalarse que el lenguaje atribuido al tahitiano es refinado,
usa todos los argumentos de un hombre ilustrado. Esto contrasta con la descripción
aproximada de Bougainville.
Para algunos autores no puede sostenerse que el Suplemento sea una obra libertina “son
obras sinceras que como basan las teorías fisiológicas de Diderot, lanzan el anatema que es
parte de su juego. El amor emana de la naturaleza y es el universal deseo por el que el mundo
se mueve al infinito (Thomas, 1938, p. 95).
Una vez más se observa un engrosamiento de la distancia que separa a los textos de
Diderot y Bougainville, mientras el primero discurría sobre todas aquellas cuestiones
filosóficas y morales que el encuentro con los tahitianos le generaba, Bougainville expresaba
los límites concretos de su introspección cuando señala la imposibilidad de brindar luces
sobre la religión de los tahitiano que evidencian algunas creencias, como el haber encontrado
estatuas de madera, ídolos, a los que se le expresaba un culto, al igual que a los muertos.
Ahora bien, ¿qué actitudes es necesario evitar? La coquetería, los celos, la fidelidad que
molesta a la naturaleza, ¿qué es necesario condenar? ¿El pudor, las virtudes y los vicios que
separan a los sexos? (Trahard, Pierre, 1932, p. 92). Sin embargo Diderot le reservaba al
hombre acciones importantes rescatando su dignidad. No aceptó el planteo de Lamettrie ni el
202
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Bibliografía y fuentes:
Bougainville, L.A.: Viaje alrededor del mundo Por la Fragata La Boudese y la Fusta La
Estrella en 1767,1768 y 1769. Tomo II. Espasa Calpe.
Encyclopédie ou Dictionnaire Raisonné Des Sciences Des Artes et de Métiers, par une
societé de gens de Lettres. Troisiéme Edition. Impres. A. Livourne, dans l’ imprimerie de la
societé. Paris. MDCCLXXll.Tome lll. Art. “climat”. Tome lll. Art.: ”voyage” de Jaucourt. T.
XVll.
Erchard, Jean: L’ideé de nature en France dans la première moitié du XVlll siècle.
Albin Michel, 1994
203
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
La Capra, Dominick: Repensar la historia y leer textos. En Palti, José Elías, Giro
lingüístico e historia intelectual. Universidad Nacional de Quilmes. Bs As. 1998.
Trahard, Jean: Les Maitres de la sensibilité française au XVlll siécle. 1715, 1789. Tome
ll. Paris. 1932.
204
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Abstract
El término viaje recibe diversos sentidos que forman un espectro de connotaciones que
incluyen la idea de desplazamiento en el espacio y el tiempo por extensión metafórica. A estas
significaciones se agrega su uso literario, si el viaje es mediatizado por la escritura o las
sucesivas lecturas. En tal sentido viajar, escribir y leer conforman una trilogía: viajar es
escribir, escribir es viajar, viajar es leer y leer es viajar (cf. Dubois,Philip, “Le voyage et le
livre, du voyageur publique” Arts et legendes d ‘espaces,1981). Las mencionadas relaciones
presuponen que no hay viaje sin relato y que no hay relato de viaje sin invención que señale
un recorrido correspondiente a la imagen de un sujeto (cf. Monteleone Jorge, El relato de
viaje, 1998). Roma se construye en el relato y en la memoria, vive y se resemantiza en la
literatura. La culminación de Roma, centro de poder, se cristaliza en la épica virgiliana y el
viaje de Eneas que marca un principio que, hasta nuestros día es escrito y re-escrito sobre sus
ruinas siempre humeantes (cf. Edwards Catherine Writing Rome.1996, Hardie Philip “The
epic successors of Virgil, Cambridge 1993). Analizar las relaciones mencionadas en la
literatura constituye el objetivo de esta ponencia.
The term journey conveys various meanings which form a range of connotations
including the idea of displacement throughout space and time, metaphorically speaking. If the
journey is mediated by writing or successive readings, its literary use can be added. In this
way, travelling, writing and reading are part of a trilogy: travelling is writing, writing is
travelling, writing is reading and reading is travelling (cf.Dubois, Philip “Le voyage et le
livre, du voyageur publique”Arts et legendes d‘espaces, 1981). These relations imply that
there is no journey without a tale of a journey, and that there is no journey without an
invention pointing out a path belonging to an individual’s image (cf. Monteleone Jorge, El
relato de viaje, 1998). Rome is built within the tale and the memory, it lives and finds a new
meaning in the literary system. The climax of Rome, centre of power, is jelled in Virgil’s epic
and Aeneas’s journey setting a beginning that until now has been written and re-written on its
embers (cf. Edwards Catherine Writing Rome.1996; Hardie Philip “The epic successors of
Virgil, Cambridge 1993.), the aim of this paper is to analyze the relations mentioned in this
literature.
Texto
El término viaje recibe diversos sentidos con un espectro de connotaciones que incluye
la idea de desplazamiento en el espacio y, por extensión metafórica, en el tiempo. A estas dos
significaciones se agrega su uso literario, si el viaje es mediatizado por la escritura o las
sucesivas lecturas. En este último sentido viajar escribir y leer se presentan como una trilogía
que abre un amplio campo de relaciones de diferentes articulaciones: viajar es escribir,
escribir es viajar, viajar es leer o leer es viajar (Dubois, 1981:158). Dentro de estas relaciones
se inscriben los relatos de viajes que la literatura de raíz indoeuropea nos ofrece y que
configuran una unidad discursiva con la construcción del héroe en la poesía épica. Todo héroe
205
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
encara aventuras y estas traen aparejadas una traslación espacial horizontal o vertical. En este
último sentido el movimiento puede ser de ascenso o descenso o una combinación de ambos.
Pero hay otra posibilidad de viaje que trasciende la obra literaria y su soporte,el libro
como volumen: la apertura de un espacio y un tiempo más amplio, capaz de integrar el objeto
libro dentro de una unidad más vasta, que permita un viaje más allá de un determinado libro,
estableciendo relaciones intertextuales, que marquen la presencia de un texto en otro 1. Como
señala Jorge Monteleone “el relato de viaje supone que nuestra visión de un espacio es una
lectura que, a la vez, engendrará otro relato posible. Este enunciado, que parece tan abstracto,
se da en la literatura de un modo bien definido (Monteleone,1998: 15)
1
Cf. (Dubois,1981:192) “En effet, le livre dans sa matérialité, le volume, n’est pas l’ultime seuil
indépassable, de notre structructuration, la dernière borne au-delà de laquelle le voyage s’arrête. »
2
Aunque la idea de la permanencia de Roma y su poder es fundamental para la identidad del pueblo
romano,la frase urbs aeterna es acuñada por primera vez por Tibulo 2,5,23:”Romulus aeternae nondum
formaverat urbis”.
3
Juvenal 1,30-31.
4
Cf. Watson, 1995. En esta obra la autora estudia la función de la noverca en la literatura latina y analiza
su importancia en Roma, al punto que la misma ciudad es vista como una madrastra nefasta.
5
Verg.A. 1.33.
6
Verg.A 1.279.
206
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Si bien Eneas figura en la épica homérica 8 y hay testimonios de una larga tradición
anterior a Virgilio, es este poeta el que plasma la leyenda de Eneas y abre desde Roma un
itinerario abierto a sucesivas lecturas y escrituras. La Eneida toma dos poemas de notable
significado cultural: la Ilíada y la Odisea, y comienza una nueva tradición a partir de un acto
de apropiación que pone la cultura y la literatura griega al servicio de Roma 9.
Nos centraremos en la épica virgiliana y será nuestro objetivo señalar los viajes que se
superponen en la obra, los que de algún modo se reiteran en la literatura post-virgiliana.
Entre los versos 34 al 207 del libro primero, se desarrolla un pasaje fundamental para la
obra, que se abre con la presencia de las naves frente a las costas de Sicilia :” vela dabant
laeti et spumas salis aere ruebant .“v.35 ( Alegres soltaban las velas y la espuma del mar con
el bronce revolvían).
Esta imagen es el preludio de la tormenta que se abatirá sobre los navegantes, causada
por la ira divina de Juno; tormenta, que a su vez, se convertirá en un tópico de la literatura de
viajes ( o sea un texto que se transcodifica a lo largo del tiempo en otros textos(Cf.Conte
1986,1991).
7
“Ac velut annoso validam cum robore quercum/Alpini Boreae nunc hinc nunc flatibus illinc/eruere inter
se certant... (4.441-43). Mens immota manet, lacrimae volvuntur inanes”Verg.A.4.449.(Y como cuando a la
robusta encina de añosa madera, Los vientos boreales alpinos ,ya de aquí , ya de allí, luchan entre sí para
arrancarla con sus soplos...Su espíritu permanece inmutable, las lágrimas ruedan inútiles).
8
CF. Il.2.819,s, 5.166-275;431-480;512-518;541-572;...etc.
9
Cf.Hardie,1992:1-3 :”But it is already significant that two poems, rather than one,were selected as the
pre-eminent monuments of the beginning of the tradition; the Odyssey is the successor to the Illiad in way that
still absorb critical debate. The Aeneid is at one level a colosal exercise in definition, seeking to define The
Rome epic as the new Weltgedicht through an act of appropriation or of literary imperialism, whereby the world
of Greek culture and literature...is pressed into the service of the new age in Rome; the poem seeks also to define
the limits of that new age both in politico-historical terms and more crudely by marking out the boundaries of
Roman geographical expansion as coextensive with the limits of the human and even of the natural world”.
10
Cf. Hellegouarc’h, 1972:276-278. « ...ce qui caractérise la pietas c’est qu’elle s’applique
essentiellement aux devoirs à l’égard des dieux et de la famille...Cependant la pietas joue dans le domaine
politique un rôle également très important sous un autre forme. En effet, elle a été progressivement élevée du
207
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
hoste penatis/classe veho mecum, fama super aethera notus;/ Italiam quaero
patriam...”vv.378-379 (Soy el piadoso Eneas, el que llevo conmigo en la flota los Penates
arrebatados al enemigo, conocido por su fama sobre el éter. Busco a italia, la patria...”). Al
respecto recordemos que sólo la pietas le permitirá apoderarse de la rama dorada, requisito
indispensable para su viaje de descenso al Hades y el encuentro con su padre que le revelará
su destino y el de Roma. Cuando Eneas se autodefine como pius, afirma su identidad como
héroe épico.
“Ter revoluta toro est oculisque errantibus alto/ quaesivit caelo lucem ingemuitque
reperta” 4.691-692 (Tres veces cayó hacia atrás en el lecho y con errantes ojos buscó la luz en
el alto cielo y tras hallarla gimió).
plan strictement familial à celui de l’État, dans la mesure oú les dieux sont reconnus comme les protecteurs de
Rome et les garant de sa puissance. Elle est alors lieé à la notion de patria ,celle-ci apparaissant comme la
transposition sur le plan de l’État de l’organisation primitive des gentes; la pietas es due à la patria comme elle
l’est aux parentes ».
11
El verbo erro, en el sentido de desplazamiento es reiterado en la obra: así en el canto cosmogónico de
Jopas, en el libro primero, éste canta la errantem lunam 1.743; en el mismo libro Dido pide a Eneas que relate
sus andanzas:”...”.erroresque tuos .Ñam te iam septima portat/ omnibus errantem terris et fluctibus aestas”
1.755-756. Interesante el sintagma que forma el hexámetro 739 del libro 2,en el que se junta el significado de
equívoco del verbo, seguido por un vocablo, que denota la idea de camino :”Erravitne via, seu lassa
resedit,/incertum” (Equivocó, acaso, el camino o fatigada se sentó. Es incierto.
208
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Dido a partir de la Eneida es leída, cantada y evocada en la imagen a través del tiempo.
Cruza hacia América y en el Buenos Aires de principio del siglo XIX, continua llorando de
amor en los versos endecasílabos de Juan Cruz Varela :
El tema del exilio va unido al del viaje de huida en la obra virgiliana. Todo acto de
escritura supone una construcción que hace patente el dolor del héroe que rememora la partida
de su patria: “...ceciditque superbum/ Ilium et omnis humo fumat Neptunia Troia,/ diversa
exsilia et desertas quarere terras/ auguriiis agimur divum...” 3.2-5 ( ...y cayó la soberbia Ilión
y desde la tierra humea la Troya de Neptuno, fuimos guiados por los augurios de los dioses
para buscar exilios diversos y desiertas tierras). El hecho del exilio ocasiona tensiones y
contradicciones: entre el pasado y el presente, la exclusión y la inclusión, el aquí y el allí, y
finalmente el yo y los otros. Estas tensiones implican la ruptura de la unidad del yo que se va
a presentar como un ser desmembrado:” Feror exsul in altum cum sociis natoque, Penatibus et
magnis dis” 3.11-12.(Me arrastro, desterrado hacia el profundo mar con mis compañeros y el
hijo, los penates y los magnos dioses). En estas condiciones recorre vagando los inciertos
confines del libro tercero .El exilio geográfico es simbolizado por la imagen del viaje y los
elementos que constituyen los rasgos del viaje hacia el exilio son motivos de una larga
tradición en la literatura griega y latina. Este tema va a lograr su plasmación en las Tristes y
las Pónticas de Ovidio, las que como obra s de ficción manifiestan la tensión entre la realidad
de la relegación del poeta y la percepción de dicha realidad en la construcción poética. 12
Hic fine quievit.” 3.718.( Calló finalmente y cumplido el final, descansó). Como en el
caso de Dido la muerte señala el fin del andar.
12
Para este tema agradezco la colaboración de la Dr. Eleonora Tola, que me ha orientado per litteras en el
tema del exilio, especialmente el ovidiano, estudiado y analizado largamente en sus artículos publicados e
inéditos.
209
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
clásicos; el cruce del mar se halla en las literaturas persa, egipcia y clásica; el río se encuentra
en el mundo subterráneo de los griegos como de los latinos, y, junto con el puente, aparece en
los persas y los musulmanes. La montaña es común a obras babilónicas, hindúes, hebreas y
clásicas, con su tierra feliz o cielo o morada de los dioses en la cima,pero en algunas
ocasiones, entre los babilonios, los hebreos y los griegos se halla en el interior de ella (1[1]
Rollin Patch,1956:35.).
La meta de Eneas es encontrar a su padre en los campos Elíseos tras recorrer las oscuras
regiones del Averno. Finalmente llegan a destino: “devenere locos laetos et amoena virecta /
fortunatorum nemorum sedesque beatas.”6.638-639. (llegaron a los lugares felices y a los
prados amenos verdeantes de los bosques de los afortunados y a las sedes bienaventuradas).El
encuentro con Anchises le permite conocer la revelación sobre el destino de las almas,
discurso en el que se mezclan motivos tomados del platonismo, el estoicismo y el
pitagorismo. Una vez que Eneas es iniciado en los secretos cósmicos, desfila
l a proles dardania (vv.760 –886) en un pasaje conocido como el “fresco de los héroes”.
En el centro de esta construcción aparece Roma y su imperio en la exhortación del padre:
“Excudent alii spirantia mollius aera,/credo equidem /vivos ducent de marmore
vultus;/orabunt causas melius, caelique meatus/describent radio et surgentia sidera dicent:
/tu regere imperio populos, Romane, memento./
Hae tibi erunt artes, pacisque imponere morem,/Parcere subjectis et debellare superbos
“6.847- 853. (Otros esculpirán palpitantes bronces más blandamente, creo por cierto, sacarán
vivos rostros del mármol y defenderán mejor las causas y los caminos del cielo describirán
con regla y explicarán los astros que surgen, tú romano, recuerda, de gobernar con tu poder
los pueblos. Estas serán tus artes: imponer la costumbre de la paz, perdonar a los sometidos y
domar a los soberbios).
13
Vasaly, 1993:137 y ss.
210
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Las pinturas del templo de Dido es el primer relato en la Eneida de los acontecimientos
de la guerra de Troya, los que serán narrados en el libro segundo. Lo notable es que el pasaje
señala en primer lugar el profundo efecto que la visión de estas pinturas produce en Eneas
(Vasaly, 1993:137 y ss.).
El héroe ve en la piedra o lee en la piedra las luchas y más áún se reconoce a sí mismo
entre los que luchan (1.466) videt Iliacas ex ordine pugnas. Se quoque pincipibus permixtum
agnovit Achivis (1. 488).
Una estrecha interrelación entre tiempo y espacio permite que Eneas se vuelva receptor
de su propia biografía. La descripción de las pinturas constituyen un ejemplo de la habilidad
de Virgilio para usar una técnica tradicional de la retórica, la ekphrasis o evidentia.
Otro ejemplo es la recepción por Eneas de la autobiografía, que Dédalo, otro viajero,
construye en las puertas del templo de Apolo. Es la única ocasión en la literatura antigua en la
que un artista está descripto como constructor de su biografía espiritual o psíquica (Putnam,
1987:173-198).
Una vez más tiempo y espacio convergen en un único recorrido: el de la narración del
poeta.
Conclusión
Creemos haber mostrado la fusión que se presenta entre el viaje de Eneas y los
movimientos hacia y desde Roma. Los viajes a Roma se reiteran en la ficción o en la realidad.
A Roma acudieron artistas, políticos, generales y sacerdotes. La Roma de Goethe, Stendhal,
Carducci, Sarmiento, Mujica Lainez, Pasolini, Fellini y tantos otros, está allí, firme como en
el mito y el imaginario augustal, siempre leída y escrita. La Roma mediática del milenio y el
último jubileo nos recibe desde Ostia Antica, por la misma ruta que en el 304 a. C, siguió la
Magna Mater, con el cartel de una trattoria, cuyo nombre desafía el tiempo: Sbarco di Enea.
Bibliografía
CONTE, GIAN BIAGIO (1986) The Rhetoric of Imitation, Cornell Univesity New
York
HARDIE PHILIP (1993) The epic successors of Virgil, Cambridge Univesity Press.
211
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
HARDIE PHILIP (1992) “Augustan Poets and the Mutability of Rome” Powell Anton
(ed.) Roman Poetry and Propaganda in the age of Augustus, Bristol Classic Press
PUTNAM MICHAEL C. J. (1987) “Daedalus, Virgil and the End of Art”, A.J.Ph. 108,
173-198
WILLIAMS R.D (1990) “The Pictures on Dido’s Temple”. Harrison S.J. (ed.) Oxford
Readings in Vergil?s Aeneid, Oxford
212
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Abstract
La presente comunicación se propone estudiar la novela Santa Evita (1995), de Tomás
Eloy Martínez, con el objeto de profundizar, contextualizar y brindar nuevos aportes
conceptuales para la comprensión de la manera en que interactúan la novelización del
discurso histórico, el trabajo de investigación e interpretación de la historia y los préstamos y
contaminaciones discursivas en juego, respecto de la puesta en escritura de una figura
paradigmática del fenómeno político - cultural que se ha dado en llamar “peronismo”: la
señora Eva Duarte de Perón.
En este sentido, la idea de la novela como relato de los viajes de un cuerpo -inscripto
por representaciones sociales y entramados ficcionales-, habla de una peregrinación física y
metafórica que se traduce en proliferantes significaciones, algunas de ellas leídas como claves
para el caso de la serie discursiva nacional.
This paper analyses the novel Santa Evita (1995), in order to deepen, contextualice, and
introduce new concepts to understand the way in which the fictional adaptation of the
historical discourse, the research, the interpretation of history, the borrowings and discourse
contamination are involved in relation with the political and cultural phenomena that is called
“peronismo” and the putting on stage of its paradigmatic figure: Mrs. Eva Duarte de Perón.
In this sense, the idea of the novel as the tales of the travels of a body- a body which is
written on by social and fictional representations, and speaks about a pilgrim not only
physical but also metaphorical that is translated in a multiplicity of meanings; some of them
are read as clues for the case of national discourse series.
Texto
Evita era una enorme red que salía a cazar deseos
213
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
En este sentido, la idea de la novela como relato de los viajes de un cuerpo -inscripto
por representaciones sociales y entramados ficcionales-, habla de una peregrinación física y
metafórica que se traduce en proliferantes y singulares significaciones, algunas de ellas leídas
como claves para el caso de la serie discursiva nacional.
Santa Evita establece un recorrido por la doble reflexión que sugiere el encuentro del
discurso sobre la historia y la ficción, y de este modo la novela se construye sobre la
convivencia de ambas. Renunciando a la posibilidad del encuentro con una verdad unívoca, y
permitiéndose todas las modalidades posibles del verosímil, el relato se constituye como
narrativa laberíntica en la que se combinan objetividad y subjetividad, con notable maestría.
Se trata de dar cuenta de las múltiples aventuras y avatares padecidos por el cadáver de Eva
Duarte de Perón, para acceder indirectamente a una suerte de radiografía de los años dorados
del peronismo, como así también de los posteriores, aquellos coincidentes con la etapa de su
ocaso. Santa Evita, o la novela del cuerpo muerto y multiplicado, se traduce en metáfora del
cuerpo social. El relato se abre paso a través del recorrido que establece un itinerario
productor de múltiples sentidos, y de este modo el cadáver embalsamado y nómade de Eva se
presenta como pretexto para el devenir de la historia colectiva:
Poco a poco Evita fue convirtiéndose en un relato que, antes de terminar, encendía
otro. Dejó de ser lo que dijo y lo que hizo para ser lo que dicen que dijo y lo que
dicen que hizo. Mientras su recuerdo se volvía cuerpo, y la gente desplegaba en ese
cuerpo los pliegues de sus propios recuerdos, el cuerpo de Perón [...] se vaciaba de
historia (Martínez, 1995: 21).
214
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
La novela presenta, bajo una estructura compleja, la historia de la vida de Evita, desde
su nacimiento en Junín y sus orígenes bastardos, hasta su relación con el General y posterior
ascenso al poder, para concluir con el relato de una agónica y gloriosa muerte. Por otra parte,
expone el recorrido peripatético de un cuerpo venerado, embalsamado, mutilado, y profanado,
así como el de sus múltiples réplicas, estableciendo de este modo un croquis determinado por
las leyes ocultas del azar, mapa universal en el cual se registran refugios y camiones militares,
buhardillas familiares, ambulancias, barcos, jardines, cárceles, cines, cementerios y edificios
públicos, dentro y fuera del país, dentro y fuera del continente, dentro y fuera del espacio de
“lo real”. La novela establece el relato de una vida y el relato de una muerte, los cuales se
constituyen como las dos caras de una cinta de moebius, en tanto biografía de un personaje
histórico que se presenta –parafraseando a Carlos Fuentes- como historia documentada y
documentable, devuelta a su verdad verdadera: la ficción. 2
1
Véase el artículo de Vargas Llosa referido a la novela de Tomás Eloy Martínez, publicado poco tiempo
después de la aparición de la misma, en: Suplemento “Cultura” del periódico La Nación, febrero de 1996.
2
En este sentido, debe tomarse en consideración el artículo “Santa Evita” de Carlos Fuentes (Ob.Cit. 1).
3
En marzo de 1999, Tomás Eloy Martínez concedió una entrevista al periódico La Tercera de Chile.
Dicha nota se tituló: “La objetividad nunca existió”, y en ella el autor se refirió a la obsesión de los argentinos
por sus muertos, al rol del autor en el periodismo de investigación y a las características de las novelas de este
género anómalo, entre otras cosas.
215
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
un tiempo y una realidad histórica. Cadáver que errante por el mundo deja al descubierto “la
expresión fetichista de una situación política no resuelta (sobre todo a posteriori de 1955)”.
El relato de los infortunios de los restos de Eva Perón, pone en evidencia la escurridiza
realidad argentina de los años ‘50, realidad que una vez más pareciera rivalizar con la ficción.
Razón por la cual, el acercamiento fáctico y supuestamente objetivo del autor/periodista, se
complejiza en el proceso de desciframiento de lo real, en tanto y en cuanto la puesta en
escritura de los hechos señala el procedimiento de montaje y construcción del relato. En este
sentido, la novela se presenta dejando entrever un trabajo discursivo que pretende ir más allá
de la mera reproducción objetiva e imparcial de los hechos históricos, desde la presencia
sistemática de anacronismos, a partir del retorno laberíntico y obsesivo de ciertos episodios
significativos -que en la repetición producen un nuevo sentido-, así como a través de los
recortes e interpretaciones que se establecen en función de los sucesos acaecidos.
Desde el cuerpo puede reconstruirse una biografía, la vida de una mujer paradigmática
en la historia política argentina. A partir de ese mismo cuerpo -signo y síntoma de un
entramado complejo- puede determinarse el recorrido de aquel cadáver embalsamado que
sufrió el calvario de un dilatado peregrinaje hasta ser definitivamente sepultado. En estos dos
sentidos, el cuerpo nos permite establecer una aproximación a lo que se constituiría en una
suerte de tercera historia: la de las intrigas y locuras del poder perpetradas entre bambalinas,
la de las devociones, emociones y rechazos desatados en el ámbito de la cultura nacional con
relación a la figura de Evita, la de la eterna contienda entre peronistas y antiperonistas, la de la
creciente participación pública de las mujeres y el advenimiento de las masas al poder.
En un sentido estrictamente espacial, el recorrido del cuerpo sin vida de “esa mujer” nos
lleva a lugares que van desde el despacho del Jefe del Servicio de Inteligencia del Ejército, en
la República Argentina, hasta la ciudad de Milán. Ahora bien, en un sentido metafórico, el
cuerpo establece un itinerario que atraviesa el mito colectivo, recreando una serie de
microrrelatos que ponen de manifiesto las distintas facetas de una intrincada realidad.
4
Nos referimos al título del poema de Néstor Perlongher.
216
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Arrostito, entrada la década del setenta. Cuerpo mutilado homologable a la idea del “pueblo
mutilado”, según la lectura simbólica que los militantes peronistas de marras hacen a partir
del robo y desaparición del cadáver de “la compañera Evita”.
La metáfora del cadáver de Eva Perón como “cuerpo social”, permite al autor plantear
determinados interrogantes en torno a ciertas constantes de la vida política nacional,
conduciéndonos a una profunda indagación por el imaginario argentino. Señala Eloy
Martínez, en una entrevista concedida a Noticias, a mediados de la década del noventa –con
motivo de la publicación de Santa Evita-:
Precisamente esos quince años de viaje y extravío del cuerpo, que nos retrotraen a la
historia del ya conocido destino de los restos de Lavalle, brindan al autor la posibilidad de
delinear un trayecto que atraviese las raíces más profundas de una violencia siempre latente.
Como en el Facundo, Eloy Martínez pareciera invocar la atmósfera pasional que rodeó los
años del peronismo, alzando su voz hacia la “santa” como Domingo Faustino hacia el
caudillo: “¡...voy a evocarte para que, sacudiendo el ensangrentado polvo que cubre tus
cenizas, te levantes a explicarnos la vida secreta, las convulsiones internas que desgarran las
entrañas de un noble pueblo!” (Sarmiento, 1963: 45).
Como una suerte de cuerpo que nunca acaba de morir, “esa mujer” es traída de los
tiempos oscuros de la noche sin noche, en busca de respuestas y certezas en lo que hace a la
suerte corrida por sus restos y al destino estigmatizado de una nación. Según sostienen Kohan
y Cortés Rocca:
217
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
En los años setenta, y bajo las órdenes del general Lanusse, el cadáver de Eva fue
devuelto a general Perón, realizando un nuevo itinerario que lo llevó desde Milán a Perpignan
-Francia-, para llegar finalmente a Madrid, días más tarde. De este modo, el cuerpo de la
muerta joven que hacia mediados de la década del cincuenta se constituyó -para los más
férreos opositores del peronismo- en la amenaza latente de un posible resurgimiento político
del movimiento, concluía el despiadado periplo que le había sido impuesto. Restaba la
repatriación de los restos que, por orden de la señora María Estela Martínez de Perón, se
produjo durante el período de su presidencia. Derrocada ésta por la Junta Militar en marzo de
1976, el cuerpo es llevado nuevamente a un depósito de donde será retirado seis meses más
tarde para ser sepultado definitivamente en una tumba del cementerio de Recoleta, a cuatro
metros y medio de profundidad.
218
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Bibliografía
BORGES, Jorge Luis. “El simulacro”, en: El Hacedor, Madrid: Alianza, 1972.
CORTÁZAR, Julio. “Casa tomada”, en: Bestiario, Buenos Aires: Sudamericana, 1951.
CORTÉS ROCCA, Paola y Martín Kohan. Imágenes de vida, relatos de muerte. Eva
Perón: cuerpo y política, Rosario: Beatriz Viterbo, 1998.
MARTÍNEZ, Tomás Eloy. “La objetividad nunca existió”, en: Suplemento “Cultura” de
La Tercera, Chile, marzo de 1999.
Monteleone, Jorge. “Ser Evita (Lectura de Eva Perón, de Copi)”, en: Punto de vista on
line, junio-julio 2002 (www.bazaramericano.com).
6
Me refiero en este caso a cierta hipótesis de Néstor Perlonguer (esbozada en su obra Prosa plebeya, p.
202) que luego es retomada por Jorge Monteleone, en el artículo “Ser Evita (Lectura de Eva Perón, de Copi)”.
7
Ver artículo de Jorge Monteleone, en revista Punto de Vista de junio-julio de 2002.
219
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
PERLONGHER, Néstor. “Evita vive”, en: Prosas profanas, Buenos Aires: Colihue,
1997.
RODRÍGUEZ, José Manuel. “Evita: el nunca acabado mito argentino”, en: Matices,
Nro.10, verano de 1996 (www.matices.de).
VIÑAS, David. “La Señora Muerta”, en: Las malas costumbres, Buenos Aires:
Jamcana, 1963.
WALSH. Rodolfo. “Esa mujer”, en: Los oficios terrestres, Buenos Aires: Ediciones de
la Flor, 1986.
220
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Kafka y el viaje
Abstract
A pesar de haber viajado bastante, hasta el punto de merecer un lugar en los libros
antológicos sobre el tema, Kafka considera en su obra no sólo inútil, perjudicial e ilusorio,
sino aun imposible viajar. Sin embargo, una vez que se ha liberado al viaje de sus razones o
móviles, de sus medios o instrumentos, de sus fines o metas, queda todavía un cierto viaje, tal
vez el viaje puro, el viaje infinito de la infancia y el juego y el viaje inmóvil de los chinos y la
sabiduría. Estudiar este lugar de la obra kafkiana, en el que se articulan sus motivos mayores,
lo que propone el presente trabajo.
Texto
Kafka no sólo ha viajado relativamente mucho (recordemos, apenas, Lugano, Weimar,
París, Viena, Riva, el Báltico, por supuesto Berlín) (Wagenbach, 1981) sino que ha llevado
diarios de viaje (Kafka, 1978: 411 ss.), hasta el punto de merecer un sitio en las antologías del
género (Monteleone, 1998), y aun ha reflexionado acerca de los viajes, particularmente acerca
de cambio de perspectiva, de forma y de carácter que el cambio del medio de transporte
impone a las observaciones de viaje y al viaje mismo (Kafka, 1978: 48) 1. Sin embargo, y sin
mencionar que los viajes disminuyen con el curso de su vida, Kafka demuestra una extrema
desconfianza respecto del viaje. Viajar, dice, es inútil, es más, resulta finalmente perjudicial
para el viajero. Así le escribe a Felice: “No debería uno salir de viaje a ningún precio" (Kafka,
1977: 126). Y en otra carta del mismo año (1912): “Por otro lado, no recuerdo haber salido
nunca de viaje en Navidad; rodar hacia un lugar cualquiera para rodar de regreso un día más
tarde, la inutilidad de una empresa semejante me ha parecido siempre abrumadora" (Kafka,
1977: 131). El que viaja no regresa más crecido. Viajar es convertirse en una bola que rueda
de ida y de vuelta sin sentido, es entregarse a la inercia, abandonarse, pero es precisamente
este abandono lo que para Kaflka resulta temible: no solamente al estar de regreso, con todo el
viaje a cuestas, sino aun antes de partir, cuando los preparativos urgen al viajero, la inutilidad
del viaje lo torna abrumador. Viajar es en consecuencia perjudicial: distrae al viajero de sí
mismo, lo incomoda, lo inquieta. Es la razón de esa inquietud agobiante, de ese abatimiento
sin sosiego de que da cuenta Kafka. Pero el viaje no sólo es inútil, no sólo es perjudicial, lo es
en cuanto es finalmente ilusorio, imaginario, puesto que en última instancia es imposible.
Viajar es imposible. Kafka lo dice en un relato breve titulado “El pueblo más cercano”: “Mi
abuelo solía decir: -La vida es asombrosamente corta. Ahora, al recordarla, se me aparece tan
condensada, que por ejemplo casi no comprendo cómo un joven puede tomar la decisión de ir
a caballo hasta el pueblo más cercano, sin temer ‑y descontando por supuesto la mala suerte‑
que aun el lapso de una vida normal y feliz no alcance ni para empezar semejante viaje"
(Kafka, 1952: 89). El viaje resulta imposible porque consiste en recorrer una distancia infinita
en un tiempo finito. Dice Kafka: “El camino no tiene fin, no se puede quitar ni agregar nada"
1
La referencia a los viajes de Goethe en diligencia y su consecuente visión pastoral frente al actual viaje
en ferrocarril y su visión momentánea, repentina y violenta.
221
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
222
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
vivir. Aquí aparecían las desventajas de un imperio tan desmesurado: el zar no conocía a su
propio correo, el correo no conocía a su propio zar, el zar estaba dando un paseo por ejercicio
y avanzaba con no menos prisa que el propio correo, así que hubiera podido llevar él mismo
sus mensajes" (Kafka, 1975: 214‑5). Más allá del motivo tan frecuente del mensaje que no
llega a destino (Kafka, 1952: 89‑90), lo que nos interesa destacar en ese texto es no sólo el
inútil afán de los viajeros, el incumplimiento o aun el borramiento del fin, la alegría del medio
en su pureza de medio, la desenvoltura última del paseo, sino también la variada monotonía
del viaje. Kafka lo dice en una nota de sus diarios de viaje: "Es una irresponsabilidad viajar
sin tomar notas, hasta vivir sin tomar notas. Se vuelve imposible la sensación mortal del
monótono transcurso de los días" (Kafka, 1978: 432). Tras la distraída diversidad de paisajes,
costumbres y caracteres, tras el comienzo inédito y promisorio de cada mañana, en ellos
mismos, como su verdad indiferente, que sólo se descubre a quien sabe tomar nota, es decir
atender con la escritura, está la monotonía, la lisura ilimitada y el movimiento inmóvil del
desierto. Es lo que expresa el arte de Titorelli, el pintor de la justicia (Kafka, 1982: 114 ss.).
Titorelli pinta una y otra vez el mismo paisaje desnudo, como si no hubiese otra cosa que
pintar y sin embargo ese vacío fuese inagotable. Se diría que son los recuerdos del viajero.
Pero Titorelli no viaja, casi no sale de su cuarto. ¿Para qué? ¿Para descubrir el mismo desierto
por doquier?
223
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
tranquilamente sentado en su casa (Pascal, 1971: 126). Sin duda, y muchas otras citas de
Kafka tenderían a probarlo. Sería preciso inclusive remitirse a los motivos de la paciencia y la
espera kafkianas, a su debate con la impaciencia, a la que consideraba el único pecado capital
del hombre (Kafka, 1975: 22). Sin embargo todo ello no disminuye en nada la proximidad de
Kafka con el pensamiento chino, relación que exigiría otro estudio. Respecto de los
fragmentos citados señalemos tan sólo el desdén por el viaje como fuente de experiencias o,
más fundamentalmente, por la experiencia como origen del conocimiento y del conocimiento
como origen de la sabiduría. Hay que quedarse en casa, rehusarse a salir de viaje. Pero lo que
en esta inmovilidad tiene lugar parece ser todavía algo así como un viajar, un viaje quieto y
esencial, como si sólo en la inmovilidad se alcanzase la esencia del viaje.
224
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
escritor renuncia a viajar, se aferra a su escritorio. Pero en otro sentido el escritor, el artista
lleva siempre su escritorio consigo, está permanentemente en el límite del mundo. La versión
humorística, la única versión posible de lo que decimos la encontramos en la figura del artista
del trapecio: "Así hubiera podido vivir tranquilo el artista del trapecio a no ser por los
inevitables viajes de lugar en lugar que le molestaban en sumo grado. Cierto es que el
empresario cuidaba de que este sufrimiento no se prolongara innecesariamente. El trapecista
salía para la estación en un automóvil de carreras que corría, a la madrugada, por las calles
desiertas, con la velocidad máxima; demasiado lenta, sin embargo, para su nostalgia de
trapecio. En el tren, estaba dispuesto un departamento para él solo, en donde encontraba
arriba, en la redecilla de los equipajes, una sustitución mezquina ‑pero en algún modo
equivalente‑ de su manera de vivir" (Kafka, 1984: 114).
De modo que hay que considerar el viaje de aquél que se queda en casa. Quedarse en
casa, permanecer sentado frente al escritorio, colgado del trapecio o tirado en la cama, he aquí
el principio de un viajar auténtico. Kafka lo expone claramente en un fragmento cuyo carácter
onírico no disimula su entonación auténtica: "Si sigues corriendo, agitándote en el aire tibio,
las manos a los costados como aletas, no ves en la duermevela de la prisa más que fugazmente
todas las cosas que pasas, y un día te dejarás superar hasta por el coche. Pero si te quedas
inmóvil, si, con la fuerza de la mirada, haces crecer tus raíces en largo y profundidad ‑nada
puede moverte, aunque no son raíces verdaderas, sino sólo la fuerza de tu mirada que va
directo al blanco‑, entonces verás hasta la inmutable, oscura lejanía, de la que no puede llegar
nada, aparte precisamente, que una sola vez aquel coche que avanza, avanza, se hace cada vez
más grande, y después en el instante en que te está al lado llena el mundo entero, y tú te
hundes dentro como un niño en el acolchado de un carruaje de viaje, que corre a través de la
tempestad y la noche" (Kafka, 1975: 210). Hay que permanecer inmóvil, pero de manera de
viajar, pues el viaje se realiza en la inmovilidad, no es un desplazamiento sino una intensidad,
viaje solamente intenso, tanto más veloz, más inalcanzable, más alegre, cuanto que no se
mueve de su lugar, más bien hace del lugar una intensidad ilocalizable. Es lo mismo que dice
otro fragmento: “Estar sentado en un tren, olvidarlo, vivir como en casa; de pronto recordar,
sentir la fuerza del tren que nos arrastra, convertirse en un viajero, sacar una gorra de la valija,
tratar a los compañeros de viaje con más libertad, más imperio, más insistencia; sentirnos
llevados hacia nuestro destino sin esfuerzo de nuestra parte, gozarlo como un niño; ser el
favorito de las mujeres, soportar la perpetua atracción de la ventanilla, tener siempre por lo
menos una mano tendida y apoyada en el alféizar de la ventanilla. Situación más netamente
definida: “Olvidar que uno ha olvidado, convertirse de golpe en un niño que viaja solo en un
tren expreso, en torno del cual se materializa el vagón estremecido de velocidad, fascinante
hasta en sus menores detalles, como surgido de la mano de un prestidigitador” (Kafka, 1978:
359). Es preciso convertirse en viajero, llegar a ser un viajero, pues no se lo es sin más de
antemano. Pero al mismo tiempo el viaje no comporta ningún esfuerzo, es solamente un
olvido, un olvido que lo libera todo, que libera aun y en primer lugar de sí mismo, del peso y
la gravedad del olvido, un olvido del olvido, entonces, y por eso al mismo tiempo una
atención extrema, que va directo al blanco, sin moverse. Porque el viaje no tiene meta, está
destinado por la falta de intención, es decir por la insensatez; de allí que la ausencia de meta
tampoco permita decir que el viaje tiene su meta en sí mismo. Sin duda, la meta es partir,
225
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
como ya se dijo (Kafka, 1973: 101), pero ello no significa que la meta ya esté alcanzada sino
que sólo se alcanza al partir, puesto que partir es la meta. La meta es propiamente
inalcanzable, o bien, tal vez mejor aún, sólo está alcanzada en cuanto inalcanzable. Ello
convierte al viaje en un medio puro, medio sin fin ni fundamento. Es lo que Kafka llamaba el
titubeo o la indecisión del camino: “Existe un punto de llegada, pero ningún camino; aquello
que llamamos camino no es más que nuestra indecisión" (Kafka, 1975: 24). Pero la indecisión
es asimismo el único camino, el camino sin fin que reclama un fin sin camino, como dice
Blanchot (Blanchot, 1993: 159). Ese camino infinito, ese viaje sin fundamento ni propósito, al
mismo tiempo insensato y fascinante, no menos loco que jubiloso, inmóvil porque se hace a
una velocidad infinita, como si se estuviera en casa, porque se está en casa, no ha hecho falta
salir de ella, es el "vacuo viaje alegre" (Kafka, 1975: 25) de la infancia. No el viaje de la
ingenuidad sino el viaje de la infancia como retorno de la sabiduría, según la enseñanza del
Tao. Porque los niños saben muy bien viajar sin moverse de su cuarto, pero sólo el
infantilismo del sabio permite además en todo viaje encontrar el lugar de la quietud
inconmovible, el viaje sin viaje que los viajes todos solamente disimulan. Kafka ha escrito, es
decir ha realizado en su irrealidad, este viaje que es su propia consumada desaparición: "Si
uno pudiera ser un piel roja, siempre alerta, cabalgando sobre un caballo veloz, a través del
viento, constantemente sacudido sobre la tierra estremecida, hasta arrojar las espuelas, porque
no hacen falta espuelas, hasta arrojar las riendas, porque no hacen falta riendas, y apenas viera
ante sí que el campo era una pradera rasa, habrían desaparecido las crines y la cabeza del
caballo". El texto lleva por título “El deseo de ser piel roja" (Kafka, 1952: 59).
Bibliografía
Kafka, Franz (1977): Cartas a Felice, Madrid, Alianza.
226
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Abstract
Los informes sobre las experiencias vividas por los viajeros sobre espacios
desconocidos para el resto, suponen una propuesta de relato donde se pretende transmitir lo
adquirido.
Estos documentos constituyen una fuente de análisis que permiten en forma primaria,
leer los sustentos culturales de aquellos que los generan y de los que los reciben. Partiendo
desde el aquí y ahora, separados por una nueva distancia temporal y desde la mirada
disciplinar de la historia de la arquitectura, se pretende resignificar la construcción de
metáforas producidas, desde los viajes espaciales hasta testimonios de viajeros del siglo XIX.
Los relatos fueron seleccionados por un lado entre los que permitían una mayor claridad
en la aproximación a su problemática temporal, por otro a partir de una base común de
diálogo referenciable a la construcción de espacios ambientales y por último a la posibilidad
de verificar el proceso "especular y pendular de lo narrado, la narración y el narrador".
"Un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad" (Amstrong, 1969)
puede referirse a una visión que desde el espacio, borra las fronteras políticas y culturales
planteando una construcción inédita hacia el futuro, donde el hombre no es tomado ya como
unidad sino como género, mientras que las observaciones comentadas por Leon Palliere en
sus viaje por América del Sud en 1858, intenta hilvanar su relato con reiteradas referencias al
mundo cultural europeo.
228
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Abstract
El interés de los viajeros que recorren las pampas en la segunda mitad del XIX es el
conocimiento del espacio que se recorre. Los resultados de sus viajes se registran en libros,
informes o folletos que se publican en el extranjero y en el país.
In the second half of the XIX Century the interest of the explorers in their journeys
across the “pampas” was to know the space they were travelling around. The results of their
journeys were published in books, reports or booklets, in our country as well as abroad.
Although at that time, handwriting was the main tool used to record the images of the
territory, other publications used graphics as a descriptive instrument.
The explorers’ certainties and doubts about the explored territory; their records of
plentiful or empty spaces; the itineraries and sites they had visited; the contrast between
natural areas and built spaces, all their experiences were registered in maps. Lithographies and
engravings revealed an heterogeneous territory. In 1853 the American explorer T. Page,
registered the coasts sailing up the Paraná river. In 1866 the Englishman Hutchinson,
accompanied by the engraver Tilston, traveled through the north in their search for wild
cotton. In 1866 the expedition of the Canadian Perkins –who were established in Rosario at
that time- and group of men from California, set out to found settlements. The surveyor
Aguirre joined the crew. In 1883 a man from Santa Fe, Mr. Zeballos, visited the colonies that
had previously been founded calling the area “the region of the wheat”.
Local and foreign explorers traveled across the territory of the “pampas” in order to
make an account of what was there. The images they took were used to project the territory.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Introduccion
viajero:
El que hace algún viaje, especialmente largo o por varias partes. Aplicase con
singularidad a los que escriben las cosas especiales que han observado en él.
El presente trabajo da cuenta de viajes pampas al norte. Entendemos como las pampas,
al espacio ambiguo y de límites imprecisos que se definía a mediados del siglo XIX y que,
básicamente, nombraba las actuales provincias de Buenos Aires y La Pampa, el sur de
Córdoba y Santa Fe, la vasta Patagonia al sur del Río Negro, la Mesopotamia y parte del Gran
Chaco 2. Si bien desde inicios del XIX existen una serie de expediciones desde Buenos Aires
hacia el oeste y el sur, los recorridos pampas al norte, desde Buenos Aires o Rosario, se
suceden recién a partir de mediados de siglo. Las pampas al norte, territorio inexplorado, se
constituye en espacio a recorrer, para conocer, para desmitificar descripciones anteriores a
partir de la supuesta observación veraz, para proyectar el futuro.
El viajero, en la concepción del siglo XIX, debía contar. El viaje necesitaba del registro.
La libreta, el diario y el croquis fueron sus recursos. Al regreso, su tarea era la elaboración de
informes que serían publicados en el periódico, o como folleto o libro.
1
www.rae.es
2
La definición de pampas surge del concepto definido por el grupo interdisciplinario e ínter universitario
conformado por investigadores del IDEHAB – FAU - UNL, del CURDIUR – FAPyD - UNR, del IAA - FADU-
UBA, del Instituto de Geografía de la FFyL - UBA y del CONICET que trabaja la construcción y organización
del saber sobre el territorio en el Río de la Plata (1853-1930).
230
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
modélicas. Por otra parte en los registros existen imágenes de futuro, aquello que se vislumbra
como posible.
Casi todos los viajeros seleccionados tenían una sólida formación técnica y científica.
Además contaban con la experiencia vivida en otros territorios física y culturalmente
diferentes.
Los viajeros se consideraban a sí mismos portadores de una formación que les permitía
validar su descripción desde una posición supuestamente veraz.
Pero el registro no fue sólo literario. Planos y grabados acompañaron las descripciones.
La fotografía, aún imposible de ser publicada, se transformó en grabado y acompañó los
textos.
3
Thomas Page. La Confederación Argentina. Comisión Nacional de Museos Históricos. Palacio San José.
Paraná, 1954. Página 22
4
El Instituto Smithsoniano fue creado en 1846.
231
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Gran parte del texto se construye a partir de la descripción del territorio desde el río.
Page pretende llevar al lector “a través del laberinto de canales e islas” 5. para involucrarlo en
su viaje. La idea de laberinto plantea la encrucijada, lo desconocido, lo que está por
descubrirse. Al río lo define como mutable. La experiencia de quienes lo precedieron ya no
tiene valor: donde había islas hoy hay un canal, por donde podía navegarse hoy hay un
obstáculo... 6. La mutabilidad del río le otorga carácter provisorio a las cartas náuticas,
objetivo central en su viaje.
Sin embargo, si observamos otro grabado, el del Colegio Nacional en Concepción del
Uruguay (lámina nº 3), el dibujo es preciso, riguroso. Page, en su descripción literaria del
Colegio 9 pone énfasis en la calidad de la enseñanza y de esa manera, con la inclusión de este
grabado, da valor simbólico a la institución por sobre la residencia del presidente de la
Confederación.
5
Idem. Página63
6
“Como a cinco millas arriba de San Nicolás existe una isla chica de tan reciente formación, que aún no
tiene nombre. Años atrás estaba unida a tierra firme de la costa derecha por medio de una tierra baja y pantanosa;
ahora tiene una ancha separación y un canal de 18 pies... Estos cambios facilitan u obstaculizan la navegación
del río... Nuestras cartas revelan los cambios que ha tenido lugar entre los años 1847-53”. Page. Cit. Página 68.
“...Se producen numerosos cambios en las islas originadas en los canales playos de San Juan. Esto puede
comprobarse comparando las cartas hidrográficas del Cap. Sullivan de la marina Inglesa quien hizo un ligero
relevamiento del Paraná hasta Corrientes en 1847, con las nuestras de q853 y 1854. No sólo habían cambiado los
canales sino también se había alterado en algunos puntos el aspecto del río. Algunas islas se habían agrandado,
otras achicado o desaparecido, y el lugar que ocuparan y que estaba marcado en la carta, se había transformado
en canal... “ Idem. Página 87
7
“Su residencia está construida en piedra y en el estilo macizo que se edifica en Buenos Aires, Es de un
solo piso formando un cuadrado como de 80 pies, compuesto de 8 a 10 habitaciones altas y espaciosas; sobre los
extremos del techo se elevan dos torres que dominan un extenso paisaje de la estancia... En toda dirección sus
propias tierras se extienden más allá del horizonte, y esta es sólo una de sus varias estancias... “ Idem. Página 52.
8
La residencia data de 1848. Esta organizada en torno a dos patios sucesivos. En la fecha del primer viaje
estaba terminado el primer patio.
9
“el edificio es hermoso, dispone de muchas comodidades y los beneficios de esta institución son
compartidos tanto por los ricos como por los pobres... “ Page. Cit. Página 56
232
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
cultivadas tierras da la impresión de que, con la ayuda de un clima ideal, este estanciero se ha
rodeado del confort propio de una mansión británica”. 10
Si la mansión inglesa es imagen del confort, el paisaje natural del delta es imagen del
paraíso (sobre los brazos del Paraná en la época de la fruta) “no se puede imaginar un
espectáculo más encantador que el presentado por las islas en esos momentos. Los poetas en
éxtasis hubieran comparado esto con hermosuras de ´paraíso´” 11. La naturaleza en su estado
original es idealizada contrastando con la observación minuciosa de las costas, en especial
cuando define las condiciones de los puertos que visita.
Page visita en la costas Montevideo, Buenos Aires, Gualeguaychú, San Pedro, Rosario,
Victoria, Santa Fe, Paraná, Diamante... Las describe desde el río. Su evaluación depende del
lugar que ocupa en el río y su potencialidad futura. De ese modo a Montevideo puede “.
imaginar que ofrecerá muchos atractivos como residencia, tanto comerciales como
sociales” 12, Buenos Aires, “... en poco tiempo se verá convertida en una de las más hermosas
ciudades del continente” 13, mientras que San Pedro “Creo que nunca llegará a ser puerto
comercial” 14.
En Rosario pone sus mayores expectativas: “...creo que está destinada con los años a
convertirse en un lugar de gran importancia comercial” 15.
A la vez que une, por la idea del movimiento, observa la potencialidad de un mercado
para el pino norteamericano.
10
Idem, Página 85
11
Idem. Página 63
12
“Montevideo ha aumentado su población y mejorado su arquitectura ... y cuando cesen las guerras
civiles y extranjeras que tanto destruyen los países bien puedo imaginar que ofrecerá muchos atractivos como
residencia, tanto comerciales como sociales.” Idem. Pags. 30 y 31
13
Buenos Aires: “... En poco tiempo se verá convertida en una de las más hermosas ciudades del
continente”. Idem. Pags. 33 y 34
14
“La posición de San Pedro no es conveniente para el comercio, pues se encuentra sobre un brazo del río
y no admite la entrada de barcos, salvo los de muy poco calado. Creo que nunca llegará a ser puerto comercial.
Su posición a mitad de distancia de sus ciudades importantes como Rosario y Buenos Aires que monopolizan la
mayor parte del comercio del Río de la Plata, lo convertirán sólo en un consumidor de mercancías que en ellas se
importen “. Idem. Página 66.
15
Rosario “Aumentó de 4000 en 1853 a 12000 en 1855 “argumento harto convincente que muestra, en la
prosperidad de esta región el resultado eficiente del comercio...”. Idem Página 68 y siguientes
16
Idem Página 82
233
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Vincula directamente el crecimiento de Rosario y Paraná con las ciudades del oeste “El
crecimiento de algunas de nuestras ciudades del oeste durante estos tres años es similar al de
Rosario y Paraná. El alza de los precios de las tierras y la demanda por casas a causa del
aumento de población prometen una permanente prosperidad que dará valor a su comercio” 17.
Con el tamiz de su propia experiencia encuentra en el sud las mismas características del
norte, las cuales conforman lo americano basados en el valor del trabajo: el movimiento, la
apuesta a la transformación.
No fue su primer viaje, ya que en 1854 estuvo al frente de una expedición por los ríos
africanos Níger, Tshadda y Binuë, del cual publicaría, más tarde, una narración.
El viaje, de cuarenta y cuatro días, se inició hacia fines de 1862, partiendo de Liverpool,
con destino a Montevideo. De allí se dirigió a Buenos Aires, donde inició su recorrido hacia el
norte por el río Paraná, pasando por la Isla Martín García y las localidades de Baradero, San
Pedro, San Nicolás, Villa Constitución, Rosario, Paraná, Santa Fe. Desde allí, conformó una
comitiva 18 y emprendió la exploración del río Salado, visitando en su trayecto la colonia
Esperanza, y localidades de Santiago del Estero, Tucumán y Córdoba.
La experiencia de este viaje fue sintetizada en un libro publicado en el año 1866 que
llevó el título “Buenos Aires y otras Provincias argentinas. Con extractos de un diario de la
exploración del río Salado” 19.
El título del libro es poco preciso sobre los objetivos de su viaje, será en el desarrollo
donde estos se aclaran. Afirma: “mi principal objeto es hacer una descripción de aquellas
partes de la República Argentina que he visitado, para que pueda suplir la falta de estadísticas,
como también de otros detalles tendientes a los importantes asuntos de la inmigración, la cría
de ovejas y el cultivo del algodón” 20. Luego, sin embargo, reconoce haber recibido
instrucciones por parte de Mr. Hammond, de la Oficina de Negocios Extranjeros, “para visitar
el Salado en la primera ocasión conveniente e informar si realmente el algodón silvestre
crecía en muchos miles de acres como se había informado en varias comunicaciones a la
Asociación Abastecedora de algodón de Manchester". Estaba también encargado de averiguar
la manera más conveniente de recoger y llevar a Inglaterra ese algodón...” 21.
17
Idem Página 82
18
Acompañaban a Hutchinson, entre otros, el empresario en navegación Sr. Esteban Ramns, Mr. Cock,
ing. inglés al servicio del Banco Mauá del Río de Janeiro
19
Thomas. Hutchinson. Buenos Aires y otras provincias argentinas, con extractos de un diario de la
exploración del río Salado en 1862 y 1863. Traducción del original inglés de Luis. V. Varela. Imprenta del siglo.
Bs. AS. 1866
20
Idem. Página 11
21
Idem. Página 115
234
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Esta búsqueda puede explicarse, por un lado, a partir de las dificultades en la provisión
de la materia prima en Manchester, ya que por diversos conflictos - sublevaciones en la India
(1857-59), guerra de Secesión (1861-65) - se disminuyeron las áreas destinadas al cultivo del
algodón. Por otro lado, la expansión del capitalismo en Europa y EE. UU, recrudece la
disputa internacional por los mercados periféricos, resultando una ocasión oportuna para
nuevamente incursionar en los países de Sudamérica 22.
De algún modo intentaba establecer una analogía entre los estados algodoneros de EE.
UU y la navegación del Mississippi en el hemisferio norte, con la disponibilidad de tierras
vírgenes en la misma latitud del hemisferio Sur y la navegabilidad de un río como el Paraná
que, además, permitía vincular a varios países 23. La imagen al sur espejaría el norte.
Hutchinson, describe diferentes ciudades a partir de una estructura similar. Parte de una
mirada general de la ciudad, normalmente desde el río, que se confronta con una imagen
anterior conocida, generalmente de ciudades europeas 25. Luego detalla lo que considera las
características más sobresalientes de la ciudad: edificios singulares - principalmente iglesias -,
plazas, etc. generalmente descriptos a partir de un recorrido por la ciudad 26.
22
“.... con la continuación de la paz, y la extensión de los ferrocarriles, el comercio de Inglaterra con el
Río de la Plata será el doble del que tiene con Francia”. Idem. Página 219
23
“Cuando estos datos se reúnan con los de mis últimos viajes, en los que he visto millares de millas
cuadradas de suelo virgen, y casi en la misma latitud sud que las tierras algodoneras de los Estados Unidos que
están al Norte, creo que los apuntes de mis observaciones serán de una utilidad mutua para los intereses
algodoneros de la Inglaterra, y para la prosperidad de la República Argentina” Idem Página 221
24
“Las fortificaciones que yo propondría serían algo por el estilo de la colonia “Esperanza”; de un
carácter agrícola... Cada fortificación debería tener de veinte a cien familias, cuyas cabezas estarían, por
supuesto, armadas para guardar la casa, pero sus principales armas de combate serían arados, palas, azadas, picos
y máquinas de segar, y su principal munición trigo y semillas de algodón...” Idem Página 122
25
“Montevideo tiene el aspecto general de un pueblo español, con las torres de su Catedral y la morisca
arquitectura de sus casas de azotea...” Idem Página 15.
26
“Aún en la playa del Rosario, antes de subir a la ciudad, hay más aspecto de ocupación que en
cualquier otro pueblo sobre el Paraná. Las torres de la Matriz en el alto, y la mal construida Aduana sobre la
orilla del río, es lo primero que llama la atención... Subiendo una elevada pendiente se encuentra uno a la vista
con una larga calle, y andando una cuadra se llega a la plaza 25 de mayo... La plaza que tenemos delante es
espaciosa, plantada con dobles calles de árboles de paraíso, y en su centro una columna de la Libertad, en cuya
base tienen inscripciones pintadas...” Idem Página 15.
235
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
los establecimientos agrarios y ganaderos, como así también características de los medios de
comunicación y comercio - buques a vapor, FF.CC., correo, diligencias -.
Los dibujos que Hutchinson decide incorporar a su publicación son grabados realizados
por J. Tilston. Según el mismo Hutchinson estos "hablan", colaboran en la descripción. La
imagen ilustraba lo que la palabra describía, permitía comprender aquello que era diferente.
En la selección de qué se muestra elige aspectos que refieren a la circulación de mercancías.
Basta con un ejemplo: para describir Rosario incorpora tres imágenes: Rosario desde el río
Paraná (lámina nº 4) las proximidades a la estación de ferrocarril (lámina nº 5) y la plaza de
las carretas (lámina nº 6).
Hutchinson articula las tres imágenes puerto / ciudad productiva / pampas, mostrando
que la ciudad es sólo la articuladora entre país interior y los intereses de Inglaterra. Si bien
durante el desarrollo de todo el viaje Hutchinson no pudo obtener evidencia concreta de la
existencia de algodón en estado silvestre, sí pudo convencerse de las posibilidades que
brindaba Argentina para el desarrollo de este cultivo 27. Así mismo le permitió conocer otras
27
“... Hay aquí una extensión de terreno, la mayor parte virgen, más de ocho veces tan grande como los
Estados algodoneros del Norte; hay un río, no menor en su navegación y largo que el Mississippi, y mucho más
saludable; hay peones baratos para comenzar, y finalmente, todas estas ventajas se reúnen al ahorro de muchas
semanas de viaje, pues estos países están más cerca de Inglaterra que la India, Queensland o Australia.” Idem.
Página 241
236
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
ventajas comparativas de nuestro país que le servirían para futuros trabajos al servicio de
empresas británicas 28.
El viaje está narrado según el orden del itinerario desde la ciudad de Santa Fe a Colonia
Esperanza, San Carlos y San Gerónimo. Utiliza como herramienta de conocimiento el registro
incluyendo, descripciones de las diversas familias inmigrantes y de los logros que obtuvieron
en los pocos años que tenían de instaladas las colonias.
Perkins elabora una crítica al funcionamiento de las colonias, debido a la falta de una
fuerte administración, y especialmente, por su localización alejada de los centros poblados.
Plantea la imagen de las colonias instaladas “en un desierto”.
“La fertilidad del suelo, las ventajas para el agricultor, la benignidad del clima, la
siempre verde llanura, todo se olvida al aspecto verdaderamente triste y desanimado de
nuestros mares terrestres que llamamos pampas” 32. El acto de transformación del territorio, de
desierto a paisaje, se corporeiza en la plantación de árboles. Observando los terrenos cercanos
a Esperanza expresa: “ sólo faltan algunos árboles en estos llanos, para hacerles el nuevo plus
ultra del sueño del agricultor” 33. La imagen idílica se hace posible mediante “la plantación de
28
En 1870, al producirse una disminución en la provisión de carnes a Inglaterra con su consecuente
aumento de su precio, Hutchinson empieza a trabajar en la implementación de un nuevo sistema de conservación
de carnes con fines de exportación.
29
Esperanza había sido fundadas en 1856 y San Carlos y San Gerónimo en 1858.
30
“Las colonias de Santa Fe I ”. El Ferrocarril. Rosario, 16/11/1863
31
Perkins William. Las Colonias de Santa Fe, su origen, progreso y actual situación”. Imprenta de El
Ferrocarril. Rosario, 1864. El folleto se basa en “la serie de artículos publicados en el periódico, aumentada con
nuevos datos”. La versión inglesa se publica bajo el título de “The colonies of Santa Fe. Their origin, progress
and present condition, with general observations on emigrations to the Republic”.
32
32[32].- “Las colonias de Santa Fe XV ”. El Ferrocarril. Rosario, 31/12/1863.
33
“Las colonias de Santa Fe I” El Ferrocarril. Rosario, 16/11/1863
237
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
viñas, naranjos, olivos, duraznos, para su fruto y álamos, ombúes, paraísos, etc., para la vista,
y sombra, y para leña y maderas”, siendo esto “más urgente que la construcción de casas”,
“sólo así se puede hacer desaparecer el aspecto de desierto cambiándolo en un paisaje, más
parecido al que los colonos están... acostumbrados a ver en sus países natales” 34.
El desplazamiento del límite sur entre el área definida por Page y la nombrada por
Perkins se fundamenta en la apropiación que implica la instalación de colonias. El concepto
del Chaco es asimilado, por lo tanto, a lo desconocido, a lo que aún no se ha apropiado. El
objetivo explícito definido por Perkins era producir el reconocimiento geográfico del sitio, y
realizar la mensura del terreno otorgado a la sociedad Mardoquero Navarro y Cía. - compañía
de la que forma parte junto a sus cuñados y otros socios -. El reconocimiento geográfico
incluyó "hacer relaciones exactas de flora y fauna, geografía y aspecto físico de toda la
costa... " 37 lo que definiría las potencialidades productivas del área.
34
“Las colonias de Santa Fe XV” El Ferrocarril. Rosario, 31/12/1863.
35
“...sus habitantes han cambiado la miseria de una vida proletaria en Europa por una felicidad y
bienestar en la República Argentina, El esperimento (sic), como casi todo esperimento, ha sufrido reveses, pero
ha salido perfectamente de ellas, las colonias de Santa Fe se pueden considerar ya como un triunfo.” . Idem.
36
Page. Cit. Página 80
37
En Perkins, W. Álbum de Recortes. Op. Cit. Págs. 354 y sgtes.
38
Estos de regreso, se dirigieron a Oroño denunciando un terreno en el paraje denominado Pájaro Blanco.
Como resultado de esta gestión se fundó la Colonia California. En ella Perkins pidió una concesión. Sobre ella
expresará "Esta es la colonia que yo logre fundar cuando hice la expedición al Gran Chaco ...". Informe sobre las
Colonias de Santa Fe de fecha 4-4-68. En Perkins, Álbum Cit. Página 413.
238
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
El plano consigna tanto las certezas como las imprecisiones - por ejemplo: "no se ha
acertado con exactitud la dirección del Saladillo"-. En un sólo plano se unen rápidamente
todos los datos. El plano registra lo hidrográfico - los arroyos y sus correspondientes bocas -,
las áreas de vegetación - las zonas de quebracho colorado, timbó negro y palmeras; los tipos
de pastos -, las cualidades del suelo - las tierras bajas, las tierras anegadizas -, el perfil de la
costa -la altura de las barrancas -. El plano registra lo efímero - como las taperas y fortines -,
las localizaciones previas - la vieja pulpería -, y los nuevos espacios proyectados - áreas de
concesiones, colonias agrícolas y pueblos -.
En una misma gráfica une el registro de lo existente con lo proyectado. El mismo plano
es salvaguarda de la propiedad otorgada y diagnóstico de las potencialidades productivas del
área.
En su informe 39 Toribio Aguirre dejó constancia que los resultados eran "preliminares".
Esto se debía a que las operaciones prácticas llevadas adelante en un espacio desconocido, sin
registro previo y con naturaleza en estado puro, se realizaron disponiendo de escasos y poco
precisos instrumentos (brújula y cronómetro) a la vez que faltos de experiencia en ese tipo de
exploraciones -"un continuado ejercicio práctico del que yo carecía"-.
Aguirre diagnostica cuales serían los puntos más favorables para la instalación de
puertos y pueblos. Las variables tenidas en cuenta son la altura del terreno, la cercanía a
cursos de agua, la profundidad de los ríos, aunque establece que si "El Superior Gobierno
piensa seriamente, como creo, en la creación de pueblos en aquel hermoso pedazo de la
provincia, la necesidad de una exploración por agua se hace a todas las luces
imprescindibles".
39
Aguirre, Toribio. "Informe. Conclusión del Informe presentado al Excmo. Gobernador de la Provincia
de Santa Fe D. Nicasio Oroño por el agrimensor D. Toribio Aguirre, acerca de la mensura practicada en el frente
de los terrenos comprendidos entre el "rey" y el pueblo de San Javier". Santa Fe. Julio de 1866. En Perkins, W.
Album ... Cit.
239
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
El resultado de esta experiencia y de otros viajes que realiza –en 1879 al sur de la
Provincia de Buenos Aires, y un tercero al área de cabañas - se publica como colección bajo
el título general de “Descripción amena de la República Argentina”. El particular viaje
pampas al norte de Rosario aparece editado como Tomo II, con el nombre “La rejión del
trigo” (sic) 44, momento en el cuál se desempeña como Diputado Nacional.
Como objetivo explícito manifiesta su intención de hacer conocer el País. Esto es para
Zeballos una herramienta práctica para atraer la inmigración, para lograr lo que él llama una
de “sus más vivas esperanzas de engrandecimiento del Estado”. Su pensamiento es
causalmente científico: si demuestro con datos veraces la potencialidad del territorio y los
40
En febrero de 1866 Perkins, a través del periódico, inscribía la necesidad de un agente de inmigración
provincial en Norteamérica ya que "en los Estados de Luisiana, Georgia, Mississipí y las Carolinas, el grito
popular es: A Sud América!. Y hay esfuerzos de toda naturaleza para conseguir noticias sobre la región bañada
por el Plata ... ". "La Provincia de Santa Fe como punto de Inmigración" III. S/f. Recopilado en Perkins W.
Álbum ... Cit. Página 355. El 10 de febrero de 1866 el Gobierno provincial lo nombra su agente para traer
inmigración de EE.UU. Archivo General de la Provincia. Registro Oficial. Santa Fe. Tomo V. Página 119.
41
En 1865 Perkins apoyaba la inmigración a Santa Fe de exilados de los Estados donde se desarrollaba la
guerra y sugería enviar datos y mantener contactos tanto allí como en Canadá. Para ello se utilizaría el periódico
inglés de Rosario The Argentine Citizen, con el fin de "aumentar dicho caudal". "La Inmigración de los Estados
Unidos". El Cosmopolita. Rosario, 6/1/1865. Posteriormente seguía insistiendo: "Hay muchas familias en
California que sólo esperan la conclusión de la guerra en este país para venir a juntarse con sus compatriotas en
el Chaco". "Informe sobre las Colonias de Santa Fe" de fecha 4-4-68. Recopilado en Perkins. Álbum ... Cit.
Página 413.
42
"D. Boone". Recopilado en Perkins, Álbum .... Cit. Página 362. Artículo firmado.
43
Nacido en Rosario en 1854. Radicado en Buenos Aires. Ejerció la profesión de abogado y despacho en
la redacción del diario La Prensa. Fundador de la Sociedad Científica Argentina. Fundador y presidente del
Instituto Geográfico Argentino. Miembro de la Academia de Ciencias de la República. Miembro de sociedades
en Italia y Francia
44
itinerario del viaje: La Candelaria. Ntra. Sra. De Rosario de los Arroyos. San Lorenzo. Las Colonias del
Central. Santa Fe. Las Colonias. El viaje pampas al sud aparece publicado como Tomo I con el nombre de
“Viaje al País de los araucanos”, en 1881. El viaje a las colonias fue publicado como Zeballos, Estanislao.
Descripción amena de la República Argentina . Tomo II. Viaje a rejión del trigo. Peuser. Buenos Aires, 1883.
240
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
logros obtenidos y los hago conocer de modo sistemático, lograré incentivar la inmigración, y
de ese modo extender y profundizar la experiencia colonizadora. La consolidación de la
región del trigo asegurará la construcción de la Nación.
Este hacer conocer tiene que ver con especulaciones científicas, pero complementados
con datos históricos y sucesos de viajes para captar la atención de un amplio número de
lectores locales y extranjeros, lo que posibilita su edición como literatura de divulgación. Esta
necesidad de dar a conocer se basa tanto en el desconocimiento como en el mal conocimiento
que tanto Sociedades Geográficas cono pobladores extranjeros tienen del país 45.
45
“en la Europa Central y Boreal somos totalmente desconocidos, con excepción de los círculos
científicos de Alemania, que saben más que los mismos argentinos, nuestra geografía, pues han hecho los
mejores mapas de nuestro país, y han profundizando, admirablemente su historia Natural”. Idem. Página 218
46
Idem. Página 261
47
Idem. Página 26
48
Idem. Página 37
49
Carlos German Burmaister. Reise Nach den La Plata – Staaten, publicado en 1861 narrando una visita
en 1857. La versión española es de 1861.
241
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
en campos ilimitados para la mirada, cubriendo parte de los edificios, que surgen de entre las
espigas como los buques del mar... 50.
Zeballos incorpora algunos grabados donde grafica esta idea. En Campos de trigo
(lámina nº 8), construye una imagen a partir de un punto de vista aéreo: Divide el cuadro en
tres fajas horizontales superpuestas: camino, campos sembrados y cielo. Entre estos dos
últimos la línea de horizonte sugiere lo ilimitado del campo sembrado. Este se encuentra
cruzado por caminos perpendiculares al camino mencionado del primer plano y divide la
franja en parcelas regulares del mismo tamaño. De cada una emerge el conjunto casa / árbol,
esa imagen de barco semisumergido en un mar de espigas de tamaño desmesurado. La
distorsión de la proporción le permite construir esa imagen. La vivienda con un tipo edilicio
de casa de ladrillo revocada blanca cubierta con techo de tejas a dos aguas, la imagen del
Chalet al que hace referencia cuando narra a los colonos de Esperanza “viven a la europea, en
chalets preciosos”. Europa y esta tierra contemporáneamente con las mismas posibilidades.
La imagen regular sintetiza la concepción de colonia agrícola como unidad física / productiva
constituida en base al par dialéctico familia colona / lote agrario. En la franja del camino la
imagen de un hombre camino al trabajo y una mujer manejando un carro con sus niños. La
naturaleza organizada permite a través del trabajo asegurar la prosperidad de la colonia.
Sintetizar en esa imagen la colonia, mediante, nuevamente la distorsión en la proporción, en
este caso de los diversos lotes - que e la mayoría de las colonias miden 20 cuadras cuadradas -
para hacerlo entrar “en cuadro” le permite mostrar a la colonia como posibilitante de la vida
comunitaria.
En el ángulo superior izquierdo emerge con fuerza una imagen de producción fabril,
probablemente un molino - por el modo en que en otras imágenes del libro aparecen
graficados estos - molino en el Carcarañá, molino sobre el Paraná (lámina nº 9). Su chimenea
humeante muestra una actividad a pleno. El presente de la región del trigo es la expansión de
la próspera colonia
50
Zeballos. Cit. Página 171
242
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
En ese pasado otra era la situación territorial. Zeballos plantea que “la República
Argentina estaba dividida en dos grandes agrupaciones geográficas: el Interior y el Litoral; y
entre el Interior y el Litoral, mediaba la extensión inmensa de la Pampa.” Entre ambas
“Civilizaciones”, mediaba la “Barbarie”, el lugar del indio, la pampa como desierto. Este
desierto necesita ser aniquilado y transformado en parte de la “Civilización” productiva. La
alianza es entre el capital y el arado “en efecto, antes de poblarse el Chaco de la Nación, el
capital y el arado han de enseñorearse en aquel inmenso valle, que en forma triangular tiene
por vértice la ciudad de Santa Fe, por lados los ríos al Salado al poniente y Paraná al
naciente“ 51. El espacio se ha extendido. Ya no es el área que había definido Page, ya que
incorpora las tierras al oeste de los Saladillos hasta el Salado. Zeballos afirma que desde la
transformación agrícola de la Provincia de Santa Fe en esta área, planteándola como avanzada
hacia el norte, se podrá transformar el Gran Chaco. La transformación supone una nueva
alianza que da cuenta de los factores de producción de capital y trabajo en una base
económica agraria que supera la alianza planteada por Oroño entre el fusil y el arado 52. El
indio, como obstáculo, aquel que según Zeballos retardaba el desarrollo del área ya ha sido
desplazado.
Los espacios de producción se articulan, en ese presente a través del espacio del
transporte. Para Zeballos “la inauguración Ferro-Carril Central Argentino, al suprimir el
desierto que ahogaba o dislocaba el cuerpo orgánico de la Patria concurrió con influencia
decisiva á la transformación fundamental 53. Para el gran Chaco reclama el ferrocarril ya que,
afirma, este es quien puede resolver la anulación de la Barbarie.
Y es en su imagen del viaje en tren a Candelaria que representa este valor. “El aspecto
panorámico de la colonia es encantador. El espíritu del viajero (sic), que desde el Rosario se
dirige a ella por el ferro-carril Central llega halagadoramente preparado, porque el tren corre
entre inmensas plantaciones que le forman calle, interrumpidas de trecho en trecho, por villas
dignas de la campiña francesa, florecientes, ricas y de una arquitectura novedosa sin esplendor
pero sin monotonía” 54.
51
Idem. Página 285.
52
Oroño había planteado la necesidad de fundar colonias en las líneas de frontera con inmigrantes sin
capital. Esto permitía al mismo tiempo el cambio productivo y la defensa del espacio colonizado con familias
con capital.
53
Idem. Página 19.
54
Zeballos describe la llegada a Candelaria desde la Estación Carcarañá ya que en su primer viaje no se
encuentra aún el Ferrocarril Oeste santafecino que es instalado en 1883 y del cuál en el libro hace referencia en
su viaje de 1883
243
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
regular organizada simétricamente a ambos lados de la vía. Zeballos plantea la llegada a una
estación que está, al menos a 1,5 Km del río.
El desierto es leído desde una mirada negativa, ya sea como pasado reciente o presente
a superar. Todos indagan a las pampas en sus potencialidades productivas y comerciales, para
proyectar el futuro mediante la conversión del desierto en espacio apropiado.
Los relatos de Pampas al norte se articulan tomando al río como organizador de los
itinerarios, como lugar de las miradas. Y es ese Paraná al que se constituyó, en el
estructurador del sistema productivo.
Los diversos proyectos intentan plantear a las pampas como mercado consumidor de
manufacturas y/o proveedor de materias primas. Los proyectos se constituyen en “causas”,
que se defienden y propagandizan: “la causa del algodón” de Hutchinson, “la causa del
cereal” de Perkins y de Zeballos. Estas causas intentan encontrar adeptos a través de las
publicaciones de los viajes y parecen convivir sin conflicto.
La causa del cereal estuvo presente en todo el período. Perkins evaluaba la experiencia
de las primeras colonias agrarias y, de ese modo pretendía construir la región. Zeballos a
partir de su viaje da por construida la región del trigo y pretende convencer para construir la
nación en base a este modelo.
Otras causas fueron coyunturales, como la causa del algodón, planteadas en base a
conflictos externos que, una vez superados, asumieron su condición efímera dando lugar a
otros proyectos alternativos.
55
Zeballos. Cit. Página 261
244
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Para todos, lo europeo como lo conocido, sirve de imagen referencial, como germen del
futuro.
Otros plantean la América del Norte como modélica. Perkins pretende replicar,
espejando, la experiencia norte americana en el sur. Zeballos, las piensa como experiencias en
paralelo, pretendiendo emular las estrategias norteamericanas para optimizar los resultados
locales.
245
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Abstract
El propósito de este trabajo es analizar los textos escritos por José Ingenieros durante su
viaje a Europa en 1905 – 1906, publicados inicialmente como crónicas en el diario La Nación
de Buenos Aires y en su libro Italia, y recopilados posteriormente en el libro Al margen de la
ciencia. En ellos, nos interesa rastrear cuáles son los objetos de conocimiento seleccionados y
jerarquizados por la mirada del viajero –arte, ciencia, literatura, historia, etc.- y el modo en
que esos objetos son descriptos, analizados y articulados en una reflexión que busca integrar
las distintas facetas de la cultura occidental. Para ello, nos preguntamos por el modo en que se
relacionan los múltiples saberes convocados por Ingenieros en estas páginas, así como la
forma en que diseña una figura o imagen de viajero solidaria con el rol del intelectual.
The purpose of this work is to analyze the texts written by José Ingenieros during his
travel to Europe, 1905 – 1906, first published as “crónicas” in the newspaper La Nación,
Buenos Aires, and in his book Italia, and edited finally as a book: Al margen de la ciencia.
We are interested in the objects of knowledge selected and organized by the traveler’s eye –
Art, Science, Literature, History etc- and the way of describing and analyzing these objects,
which are articulated in an integral reflection about different aspects concerning to the
occidental culture. We ask the texts about the sort of relationships established by the many
“knowledges” used by Ingenieros and, besides, about the traveler’s figure or image, helpful to
the function of the intellectual.
246
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Celia Güichal
Abstract
Este trabajo es una reflexión “itinerante” que aborda la problemática de la escritura
como experiencia de viaje. El viaje es una poderosa metáfora para comprender el modo de
saber que se pone en juego en la escritura, imposible de encuadrar bajo la formalización de las
ciencias galileanas sin inocularlo. Años después de que Benjamin señalara la pobreza de
nuestra experiencia y que Adorno afirmara que no es posible escribir poesía después de
Auschwitz, la pregunta sobre la posibilidad de la experiencia del viaje de la escritura
permanece, intacta y urgente: ¿es posible viajar hoy?, ¿es posible escribir?, esos son los
interrogantes que recorren este texto. Algunos ejes que atraviesan esta indagación son:
lenguaje técnico y lenguaje de tradición y oposición turismo/viaje; lo desconocido como
llamado al viaje y su analogía con la opacidad del lenguaje; la narración como modalidad
específica de conocimiento y como puesta en práctica de un saber indiciario que es origen de
un paradigma ampliamente expandido en las ciencias sociales y humanas; la noción de lectura
e interpretación como conceptos que exceden el campo de la lingüística y la literatura; el
campo del saber anamnético o saber de la memoria, donde no es posible aludir a un mapa
jerárquico del conocimiento.
This work is a itinerary reflection that approaches the problematic of writing as travel
experience. Travel is a powerful metaphor to understand the type of knowledge that occurs in
writing, impossible to fit under the formalization of Galilean sciences without inoculating it.
Years after Benjamin indicated the poverty of our experience and that Adorno affirmed that it
is not possible to write poetry after Auschwitz, the question on the possibility of writing as a
travel experience remains, intact and urgent: it is possible to travel today?, it is possible to
write?, those are the questions that cross this text. Some problematics that cross this
investigation are: technical language and language of tradition and the opposition
tourism/travel; the unknown as a “call” to travel and the analogy with the opacity of language;
narration as a specific modality of knowledge and as a practice of an indiciary knowledge that
is the origin of a paradigm widely expanded in social and human sciences; the notion of
reading and interpretation as concepts that exceed the fields of linguistic and literature;
knowledge of the memory (anamnesis), as a field where it is not possible to allude to a
hierarchic map of the knowledge
1
Este trabajo es un avance del trabajo de tesina que será presentada a presentarse en la carrera de
Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.
247
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Texto
“El hombre conduce su vida y levanta sus instituciones sobre tierra firme. Sin
embargo, prefiere concebir el movimiento de su existencia, en conjunto, mediante la
metafórica de la navegación arriesgada. El repertorio de esta metafórica náutica de
la existencia es proteico”.
Hans Blumemberg
“Un mundo en el que hay cosas, lugares y hombres que encontrar, en el que hay sitios
sagrados por visitar y conocimientos que adquirir es un mundo donde tienen lugar los viajes
que, por consiguiente, ya no son posibles”, escribe Diego Tatián, y sigue: “La situación
clásica de alguien que llega de lejos y trae consigo una narración maravillosa ha dejado de ser
posible en un mundo globalizado y panóptico, que no admite ya peregrinos ni viajeros sino
sólo enemigos y turistas: acaso la xenofobia y el turismo sean términos de un funcionamiento
único, dos caras de una misma cosa, el negocio del desplazamiento masivo que se incrementa
en la misma proporción en que se incrementa la aversión por el otro” (Tatián 2001).
Años después de que Benjamin señalara la pobreza de nuestra experiencia y que Adorno
afirmara que no es posible escribir poesía después de Auschwitz, la pregunta sobre la
posibilidad de la experiencia del viaje de la escritura permanece, intacta y urgente: ¿es posible
viajar hoy?, ¿es posible escribir?, esos son los interrogantes que recorren este trabajo.
248
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
2
“La habilidad de los antropólogos para hacernos tomar en serio lo que dicen –sostiene Geertz- tiene
menos que ver con su aspecto factual o su aire de elegancia conceptual, que con su capacidad para convencernos
de que lo que dicen es resultado de haber podido penetrar (o, si se prefiere, haber sido penetrados por) otra forma
de vida, de haber, de uno u otro modo, realmente “estado allí”. Y en la persuasión de que este milagro invisible
ha ocurrido, es donde interviene la escritura” (Geertz, 1989).
249
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Es un saber que opera en “el territorio del saber conjetural”, dentro del modelo
epistemológico que Ginzburg define como “paradigma indiciario”. Se trata de “un método
interpretativo enclavado sobre los descartes, sobre los datos marginales, considerados como
reveladores”. Este saber basado en indicios, signos, “detalles considerados habitualmente sin
importancia”, en el que “huellas tal vez infinitesimales permiten captar una realidad más
profunda, de otro modo intangible”- es la lógica del detective, del psicoanálisis, de la
medicina sintomática. Allí se pone en juego “la capacidad de remontarse de datos
experimentales aparentemente omisibles a una realidad compleja no directamente
experimentable”( Ginzburg, 1983: 14).
Pero tras este método –afirma Ginzburg- “se entrevé el gesto tal vez más antiguo de la
historia intelectual del género humano: el del cazador agazapado en el fango que escruta las
huellas de la presa”. (Ginzburg, 1983: 17)
Ginzburg incluso arriesga que en esta antigua forma de conocimiento humano pueden
encontrarse las raíces de la narración: “El cazador habría sido el primero en ‘contar una
fábula’ porque era el único en condiciones de leer, en las huellas mudas (si no imperceptibles)
dejadas por la presa, una serie coherente de acontecimientos” (Ginzburg, 1983: 14).
Este tipo de saber tiene como objeto “situaciones y documentos individuales en cuanto
individuales”, lo cual conlleva “un margen ineliminable de aleatoriedad” en sus resultados. El
marinero, el artesano, el detective, el vaqueano, el escritor, por nombrar algunas de las figuras
que se inscriben en este paradigma, basan su saber en la concretez de la experiencia, allí
reside su fuerza y el límite: son saberes cuyos métodos esquivan la formalización de la ciencia
galileana, retornan, siempre a la singularidad de la experiencia.
3
Duras, Margarite, El Amante, Tusquets, Barcelona, 1993 (p.15)
250
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La relación teoría y praxis se subvierte, “Al comienzo, el narrador no posee más que un
teoría negativa.-dice Saer- Lo que ya ha sido formulado no le es de ninguna utilidad. La
narración es una praxis que, al desarrollarse, segrega su propia teoría. Antes de escribir uno
sabe lo que no se debe hacer, y lo que queda de eso (o sea lo que uno está haciendo) es el
resultado de repetidas decisiones tomadas por el narrador a medida que escribe, en todos los
niveles de su praxis creadora. Todo apriorismo ideológico del tipo ‘Dado que soy
latinoamericano y que los latinoamericanos somos así, mi trabajo consistirá en describirnos
tan como somos’, implica una actitud tautológica, porque si de antemano se sabe lo que son
los latinoamericanos, describirlos es inútil y redundante”(Saer, 1997: 270)
4
Op. Cit., p.15
5
Aníbal Ford utiliza estos términos para describir los procedimientos textuales de Haroldo Conti en
Sudeste, relación que no es clásica en la narrativa. (Homo viator, en Navegaciones, Amorrortu, Buenos Aires,
1994 (p.102).
251
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Fragmentos
La reflexión es un viaje a través del lenguaje: sumergirse en textos sedimentados en
el pozo de la memoria, tender puentes entre discursos incomunicados; el discurso
reflexivo es posada o prisión –detención provisional o definitiva-, pero sobre todo
laberinto.
Jesús Ibáñez
Estrategia y azar deciden que empiece por reunir a Conrad, Lao Tse, Lewis Carroll,
Homero, Walter Benjamin, El camino del héroe de Campbell, Crítica y ficción, de
Piglia, El antropólogo como autor, de Geertz, Mi primer gran viaje y El viaje a
Bolivia del Che, Escribir, de Margarite Duras.
Debo ir detrás de mis acciones, respetar el azar de una primera disposición para el
comienzo (el pensamiento mágico). Pero también es bien sabido que la escritura es
construcción (y en ese sentido, ficción); si esta fuera la versión final del trabajo, pude
haber vuelto una y mil veces sobre esta primera lista, pude haber suprimido un título,
agregado otros cinco, modificado el orden de la enumeración hasta lograr el efecto de
lo azaroso.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
misma a la meta” 6; el absurdo latente siempre debajo o del otro lado de las
superficies 7; el acto de lectura de una obra que obliga a despojarse del peso de la
canonización instituida para llegar a la historia de un retorno a la patria contra
amenaza de la desmemoria 8, la revolución, como caja muda y la escritura, como
acontecimiento de despojo.
El texto no se escribe ahora, en este instante, aunque después de cada palabra esté el
vacío limpio de hojas y hojas por ocuparse.
En el viaje mítico, el cruce del primer umbral es el primer paso en la zona sagrada de
la fuente universal, “La aventura es siempre y en todas partes un pasar más allá del
velo de lo conocido a lo desconocido; las fuerzas que cuidan la frontera son
peligrosas; tratar con ellas es arriesgado, pero el peligro desaparece para aquel que
es capaz y valeroso”, escribe Campbell (Campbell, 1997).
¿Cuento con amuletos mágicos para este viaje? ¿Qué fuerzas serán aniquiladas?
¿Quién será el heraldo, la figura protectora? Si me hablan, las voces son débiles y
lejanas; no las escucho 9.
Se escribe para conocer, se sale en busca del final de la página y se llega a otro lugar.
Si no, no se escribe.
6
Fragmento de: Jung, Carl Gustav y Richard Wilheim, El secreto de la flor de oro, Paidós, Barcelona,
1996. Encontramos esta paradoja en el Tao Te King: Por nombrarlo de algún modo/ yo lo llamo Tao, el
trascendente./ Trascender, quiere decir avanzar,/ el que avanza llega lejos,/ llegar lejos es retornar al lugar de
origen.
7
“El propio de Carroll haber hecho que nada pase por el sentido, sino haberlo apostado todo al sinsentido,
puesto que la diversidad de los sinsentidos basta para dar cuenta del universo entero, de sus terrores así como de
sus glorias: la profundidad, la superficie, el volumen o la superficie enrollada”. (Deleuze, 1996: 39).
8
Ver Italo Calvino, Las odiseas en la Odisea, en Cómo leer a los clásicos, Tusquets, Barcelona, 1992.
9
Los antiguos invocaban a las Musas./Nosotros nos invocamos a nosotros mismos./ No sé si las Musas
aparecerían,/ Sin duda de acuerdo a lo invocado y a la invocación,/Pero sé que nosotros no aparecemos.
(Fernando Pessoa, Poemas de Álvaro de Campos, Hiperón, Madrid, 1998. Fragmento de poema 144, p.367)
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También se puede afirmar el revés de esta afirmación: ‘Yo’ no existo. “Al escribir no
me conozco, me olvido de mí. Yo, que aparezco en este libro, no soy yo. No es
autobiográfico, vosotros no sabéis nada de mí. Nunca te he dicho y nunca te diré
quién soy. Yo soy vosotros mismos”, escribe personaje (escritor) del último trabajo de
escritura de Clarice Lispector 10.
¿Por qué la primera persona aquí? O debería preguntar, para buscar la exactitud del
interrogante: ¿qué es la primera persona en esta escritura?
10
Clarice Lispector; Un soplo de vida, Siruela, Madrid, 1999.
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Esta escritura también necesita de la primera persona, pero no retrata, este viaje es la
puesta en acto de una experiencia. Y el viaje no puede prescindir del tiempo, sólo es
realizable en el tiempo. Posiblemente sigue el curso de la literatura, aunque no como
ficción, entendida como oposición a “lo real”.
Lo autoreferencial puede entenderse por su movimiento recursivo (yo hablo sobre yo),
o sea, por el objeto de la referencia, o por la singularidad que refiere. “…Pero la
literatura (...)- dice Deleuze- se plantea únicamente descubriendo bajo las personas
aparentes la potencia de un impersonal que en modo alguno es una generalidad, sino
una singularidad en su expresión más elevada: un hombre, una mujer, un animal, un
vientre, un niño…” (Deleuze, 1996: 13).
/nombre/ ¿Este viaje comienza desde una singularidad? ¿o va hacia ella? Se viaja
desde el nombre, hacia el nombre, en el nombre.
“Yo reducida a una palabra? –escribe Lispector- Pero qué palabra me representa?
Una cosa sí que sé: yo no soy mi nombre. Mi nombre pertenece a los que me llaman.
Pero mi nombre íntimo es cero. Es un eterno comienzo que interrumpe sin parar mi
conciencia del comienzo” 11. Escribir es crear vacío.
El azar reúne aquí a Colón y a los indios Huicholes, con dos gestos opuestos del
nombrar: Colón anuncia su “descubrimiento” a los reyes de España, el segundo
párrafo de la carta inmediatamente pasa a los nombres (nombrar es la primera
actividad del descubridor en tierra “nueva”), “A la primera que yo hallé puse nombre
San Salvador a conmemoración de Su Alta Majestad, el cual maravillosamente todo
esto ha dado; los Indios la llaman Guanahaní; a la segunda puse nombre la isla de
Santa María de Concepción; a la tercera Fernandina; a la cuarta la Isabela; a la
quinta la isla Juana, y así a cada una nombre nuevo”.
11
Lispector Op. Cit.
255
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
enrarece lo familiar del nuevo nombre impuesto (lo siniestro); un nombre nunca se
somete completamente. Resurgirá en sueños.
Otra actitud posible al nombrar lo que ya tiene nombre: Cada año, los indios
Huicholes realizan una peregrinación a Viricota, el desierto donde crece el Divino
Peyote. En este viaje se recrea la creación del mundo de los dioses, los peregrinos
deben dar un nombre nuevo a todo y utilizarlo durante todo el ritual. Los ritos
iniciales de esta peregrinación tienen el propósito de hacer que el tránsito de lo
profano a lo sagrado se efectúe sin peligro. Es indispensable “trastocar el orden de lo
cotidiano, alterar el ritmo usual del mundo, darle otras autoridades y nombrar
nuevamente las cosas”. Para esta ceremonia, se reúnen junto al fuego e inician “la
tarea verdaderamente abrumadora de darles nuevos nombres a las gentes y a las
cosas”. El Huichol toma de la mano al peyotero elegido como compañero de viaje, da
una vuelta alrededor de la hoguera, lo levanta y lo sacude vigorosamente sobre las
llamas “para que se queme su nombre antiguo y a los dos los proteja el Abuelo
Fuego” 12 (Benítez, 1989: 38-45).
/disiplinamiento/ Escribir para nada. Como Penélope: destejer de noche lo que se teje
de día. Des-escribir cada frase. Des-escribir a pesar del feroz disciplinamiento de la
palabra, a pesar del vacío.
/el llamado/ “Sí, en algún lugar del camino me entregarían la perla”, dice Sal
Paradise en el comienzo de la novela de Kerouac 13. Una vieja, un sapo, la promesa de
un tesoro oculto en los cuentos, el deseo de volver a atravesar con la escritura,
lecturas y preguntas, para encontrar algo.
12
Fernando Benítez, Los indios de México, ediciones Era, México, 1989. (pags. 38- 45)
13
Jack Kerouac, En el camino, Anagrama, Barcelona, 1989
14
“...Pero cuando el Conejo sacó un reloj de bolsillo de su chaleco, miró la hora y apuró la carrera, Alicia
se levantó de un salto, porque comprendió de pronto que nunca había visto un conejo con chaleco ni con un reloj
para sacar de él. Ardiendo de curiosidad, corrió tras el animal a través del campo, justo a tiempo para verlo
desaparecer en una gran conejera bajo el cerco./ Alicia lo siguió en un instante, sin detenerse a considerar ni un
segundo cómo se las iba a arreglar para salir de allí”. Así comienza el viaje de Alicia al país de las maravillas.
(Lewis Carrol, The annotated Alice, New American Library, New York, 1974. p.26).
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“Esta fatal región de tesoro y peligro puede ser representada en varias formas: como
una tierra distante, un bosque, un reino subterráneo, o bajo las aguas, en el cielo, una
isla secreta, la áspera cresta de una montaña; o un profundo estado de sueño; pero
siempre es un lugar de fluidos extraños y seres polimorfos, tormentos inimaginables,
hechos sobrehumanos y deleites imposibles”, dice Campbell (Campbell, 1997).
Un sapo, una vieja, un tesoro. Un fusilado que vive. Walsh conoce a Livraga, un
fusilado que vive. Va hacia la historia en busca de una nota best seller. Pero
encuentra otra cosa. Encuentra, entre otras cosas, que ya no quiere el best seller.
Encuentra que ya no puede volver al ajedrez 16.
/dirección del viaje/ ¿Hacia dónde se viaja? Una posibilidad es volver a lugares
conocidos. Los viajes hacia un lugar ya visitado (viaje de re- conocimiento); los viajes
a lugares recorridos por otros: volver al espacio de la experiencia vivida o volver a la
experiencia leída. Pero se sabe: el viaje verdadero nunca es el viaje planeado.
El contorno del viaje como experiencia del individuo en su propio territorio siempre
es un círculo, y la dirección es el centro.
La dirección de un texto: en este caso la escritura se dirige desde las hojas azules
hacia la sección del cuaderno donde las hojas son rojas. El paso del azul al rojo es
una frontera. Aunque si esta ya no es la versión manuscrita, no va haber contexto
para descifrarlo. Podría convertirlo en metáfora, si aún no lo es. O podría editar la
15
En Artaud: “la omisión de letras en la descomposición del lenguaje matern (R,T…); su recuperación en
una sintaxis nueva o en nombres nuevos con proyección sintáctica, creadores de una lengua (‘eTReTé’); las
palabras-soplos por último, límite asintáctico hacia el que tiende todo el lenguaje”; en Celine: “el Viaje, o la
descomposición de la lengua materna; Muerte a crédito y la nueva sintaxis como lengua dentro de la lengua;
Guignol’s Band y las exclamaciones suspendidas como límite del lenguaje” (Deleuze, 1996:17).
16
Ver prólogo de Rodolfo Walsh, Operación Masacre, ediciones de la Flor, Buenos Aires, 1991.
257
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tesina en páginas de distintos colores, primero las rojas, para provocar. Entonces, la
escritura se dirigiría hacia donde está 17.
/duración/ ¿Cuánto dura un viaje? Walsh escribe en la Nota de prólogo a Los oficios
terrestres: “Comencé a escribir Esa mujer en 1961, lo terminé en 1964, pero no tardé
tres años, sino dos días: un día de 1961, un día de 1964” 19.
Borges dice que Funes, el memorioso, necesitaría un día para contar un día. Pero es
imposible, y él mismo lo enuncia en El aleph: lo que en los hechos sucede a la vez, al
escribirse, debe hacerse mediante la secuencia de una palabra detrás de la otra. La
insalvable distancia entre el instante de la experiencia y la secuencialidad en el
tiempo de la palabra (“Lo que vieron mis ojos fue simultáneo: lo que transcribiré,
sucesivo, porque el lenguaje lo es. Algo, sin embargo, recogeré” 20.
Pasé la frontera, estoy ante el un nuevo color de páginas del cuaderno, zona roja.
Suficiente por hoy.
/mapa/ “Uno no necesita un mapa para la ciudad donde nació, uno necesita un mapa
para el lugar donde es extranjero. El mapa es la metáfora de que se es un forastero. Si
aparece un mapa quiere decir que alguien está ahí perdido”, escribe Piglia (Piglia,
17
Es un error representar el camino del viaje como una línea recta con partida y llegada. Se puede
asemejar más a un círculo, o una espiral. Entonces, para ver el final, habría que mirar hacia el centro.
18
Se presume aquí una constitución mutua de la memoria individual y la memoria colectiva (Ricoeur,
Paul, La lectura del tiempo pasado: memoria y olvido, Arrecife, Madrid, 1998).
19
Rodolfo Walsh, Nota en Los oficios terrestres, ediciones de la Flor, Buenos Aires, 1996 (p.7).
20
Borges, Jorge Luis, El Aleph, en El aleph, Emecé, Buenos Aires, p.164).
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“Hace diez días puse en la pared el mapa de la Habana, y desde entonces postergo el
encuentro con la luminosa ciudad perdida. Entro en mi pieza sin mirarlo, lo veo de
costado y huyo, porque no quiero recordar hasta el momento justo en que me sienta
alegre y limpio, con la fuerza necesaria para sacarla ardiendo, como una joya de la
fragua, como un vaso de porcelana del horno insomne que lo fija en su belleza eterna,
que lo reitera y asegura en su forma exacta insobornable y graba para siempre los
metales y las tintas, alquimia del amor”, escribe Walsh en su diario 21. Antes de
comenzar un viaje, el mapa se mira desde el deseo, las líneas son promesas
voluptuosas de un tiempo por ocuparse. El mapa es un elemento de control, o mejor
dicho, de dominio. Habría que explorar mejor los matices entre esos dos términos,
control y dominio.
Sigue Walsh: “En otra pared tengo el mapa de París, la ciudad que no conozco. Toco
a París con la punta del dedo, como podría tocar una foto de Marilyn, pasar la punta
del dedo por las rodillas, las caderas, el escondido sexo de una mujer desconocida
(...) Y ahora toco, como un ciego, las calles de La Habana, como un ciego que sueña,
y vagas formas me responden y se agitan. Ya no sé dónde vivo, dónde estoy” 22. Las
expectativas se funden en la mirada sobre el mapa, que anticipa o revive ese alimento
que es el movimiento del viaje. Las líneas rectas, inequívocas en el papel, no son
siempre el mejor camino hacia la meta.
/posibilidad del viaje/ ¿Es posible viajar hoy? ¿Quiénes son hoy los viajeros que
abren caminos y expanden los límites de lo posible?
21
Rodolfo Walsh, Ese hombre y otros papeles personales, Seix Barral, Buenos Aires, 1996 (p.33)
22
Walsh, Op.cit.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
El viaje es necesario. El viaje es cada vez menos posible. La imposibilidad está dada
por el adormecimiento, por el sometimiento a la desaparición de ese hambre que
convoca al viaje.
La escritura es una de las formas posibles del viaje. No toda escritura es un viaje,
como no todo viaje es un viaje. Como no todo el que escribe es escritor, diría Deleuze.
/narración y viaje/ Sobre la cama, también hay dos libros de Piglia: Crítica y Ficción
y Formas breves. Leo para reencontrar. Encuentro la frase que buscaba: “En
definitiva, no hay más que libros de viajes o historias policiales. Se narra un viaje o se
narra un crimen. ¿Qué otra cosa se puede narrar?” (Piglia, 1993).
Primera cita que aparece, inevitable, de este texto: “Cada vez es más raro encontrar
gente que sepa contar bien algo. Es cada vez más frecuente que se vacile cuando se
pide que se narre algo en voz alta. Es como si una capacidad, que nos parecía
inextinguible, la más segura entre las seguras, de pronto nos fuera sustraída. A saber,
la capacidad de intercambiar experiencias” (Benjamin,1986: 189).
260
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Para Benjamin, esta imposibilidad está ligada a las condiciones que crean el ritmo de
la escucha de la narración: “Cuanto más olvidado de sí mismo está el oyente, tanto
más profundamente se acuñará lo oído en él. Si se encuentra sujeto al ritmo de un
trabajo, presta oídos a la historia de tal manera que luego adquiere de por sí el arte
de volver a relatarlo. Así, pues, está tejida la red de donde proviene el don del
narrador. Esa red se desata hoy por todos los cabos, mientras que durante milenios
fue una y otra vez anulada en el ciclo en el que se cumplía el trabajo artesanal”
(Benjamin, 1986: 196).
23
Lispector, Op. Cit.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Sigo en las páginas naranjas, todavía muy cerca del centro del cuaderno. El verde
llegará y mi corazón sentirá el frescor de la menta. (Todavía me impregna el
sentimiento es el del viajero ante la lengua extranjera. El esfuerzo es tan grande que
llega exhausto al final del día. Debe romper en cada momento la estructura de la
lengua materna y aprehender la nueva. De noche, olvida y se desmaya en un limbo,
atontado, sin quedarse en una lengua o la otra.)
/notas de viajero/ Hay días de notas. En esos días sólo puedo copiar, extraer, levantar
la escritura de otros. No puedo vencer la inercia y cruzar el puente hacia mis
preguntas y asociaciones. Sé que están allí, pero me algo me impide ocupar mi
pensamiento. Subrayo con lápiz frases que condensan sentido(s). Sé que al volver
sobre ellas, desatarán una escritura que aún no existe, la presiento.
/copiar-memorizar/ ¿Por qué copio fragmentos de textos mientras leo? El texto está
ahí, puedo marcarlo, volver a él cuando quiera. Se trata, quizás, de “volver a
ejecutar”, como dice Steiner (“Por eso aprendo tantas cosas de memoria, por eso
repaso constantemente un mismo texto con mis alumnos: lo volvemos a ejecutar”)
(Steiner, 1997).
/lectura/ La lectura depende de nuestra disposición. También una lectura puede hacer
lo que quiere con uno. ¿Para qué se lee? ¿Para qué leo ahora? Para encontrar
indicios, anclajes, revelaciones. Busco revelaciones o busco relevar, como escribí
fallidamente y corregí hace instantes. Relevaciones. Relevar: que la lectura me releve.
Descanso de mi escritura, o mejor dicho, aplazo, pospongo. Mientras tanto hablan
otros.
Los libros y el tiempo: “Walter Benjamin señaló que un libro siempre podrá esperar
un milenio hasta que el lector idóneo se lo encuentre en su camino. Los libros no
tienen prisa.”( Steiner, 1997). ¿Cómo volver a leer el mismo libro dos veces?
262
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Según Benjamin, una novela se devora 24. La novela y la comida son actividades que
se disputan el terreno. ¿Cómo se lee un ensayo?, ¿es posible la analogía con la
experiencia gastronómica? Esa experiencia de lectura es estética y también corporal,
permanente vaivén entre la parte y la totalidad. Si la musa de la novela lleva el
emblema de la cocinera, en el ensayo, este es el lugar del anfitrión.
La lectura es la otra superficie del viaje de escritura, leemos a Bruner: “A medida que
nuestros lectores leen, a medida que empiezan a construir un texto virtual propio, es
como si emprendiese un viaje sin llevar mapas y, no obstante, poseen una cantidad de
mapas que podrían dar indicios y, además, saben mucho sobre viajes y sobre la
confección de mapas. Las primeras impresiones del terreno se basan, desde luego, en
viajes anteriores. Con el tiempo, el nuevo viaje adquiere un perfil propio, aunque su
forma inicial fuese un préstamo del pasado” (Bruner, 1987: 47).
En Y la nave va, de Fellini, dos personas hablan sobre la soprano cuyas cenizas están
llevando para arrojar al mar. Cuentan que a ella, cuando cantaba, se le aparecía la
visión de un caracol, y su voz ascendía por la espiral de su interior, así lograba esos
tonos singulares. La energía de su voz era canalizada por esa visión en espiral, más
allá de su cuerpo, más allá de ella.
Desearía que existiera una visión homóloga a la de esta cantante y su voz para mi
escritura. Una espiral que condujera a mi escritura, y el lenguaje mismo se
desprendiera, hablador, de mi mano. Una visión canalizadora. Una forma incorpórea
capaz de transportar la energía de otra forma y ascenderla, potenciarla.
/el otro/ Aguirre mira al indio que toca el sicus. Lo rodea lentamente, lo mira con
intensidad, podría, de pronto, cortarle la cabeza. Suprimirlo de ese paisaje y a esa
música y a su propia incomprensión rabiosa. Lo ve quizás por única vez al indio.
¿Qué ve? ¿El espanto y su delirio reflejados?
24
Benjamin, Leer novelas, en Cuadros de un pensamiento, Op. Cit., p.150
25
Lispector, Op. Cit.
263
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Se busca certeza en el rostro del espejo, pero cualquier cosa que se mire con cierta
insistencia se transforma, los rasgos se desdibujan en sombras y luminosidades
insoportables. “Hace mil y mil años que el rostro humano viene hablando y
respirando y uno tiene todavía la impresión de que no ha empezado a decir lo que es y
lo que sabe”, escribe Artaud.
El viajero puede leer signos equívocos. del mismo modo que al creer leer el rostro del
otro, vemos nuestro propio rostro. “Esto no es una flecha”, dice afiebrado uno de los
hombres de Aguirre en la balsa donde ya casi todos han muerto, mientras observa la
flecha envenenada incrustada en su cuerpo. Un barco cuelga de la punta de un árbol,
“estamos por salir a mar abierto”, dice Aguirre, leyendo los signos de su delirio
desde la balsa que avanza por el río, invadida por los monos de la selva.
26
Duras, El amante, Op cit, p.15
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Dibujo planes y mapas inútiles, muertos. No puedo ver más allá del punto en el que
estoy. No logro que las ideas trasciendan anticipar el momento siguiente. Me enredo
en el laberinto de las clasificaciones, los sistemas y las metas. Creo sistemas que
después no respeto. Entiendo que no determinaré el ritmo ni la modalidad del viaje a
partir de imponer un orden externo. El devenir asigna su propio método. Método y
problema se trasvasan en este trabajo. Debo confiar en que la misma naturaleza de
mis interrogantes me conduzcan hacia una metodología adecuada.
Me comportaré como un hombre que excava, como sugiere Benjamin para “quien
intenta acercarse a su propio pasado sepultado”. Recobrar y olvido son términos que
danzan en torno a mi perplejidad cada vez que vuelve a presentarse la situación del
fracaso del método. “Ante todo no debe temer volver siempre a la misma situación,
esparcirla como se esparce la tierra, revolverla como se revuelve la tierra” –escribe
Benjamin- “Sin lugar a dudas es útil usar planos en las excavaciones. Pero también
es indispensable la palada cautelosa, a tientas, en la tierra oscura (...) Épico y
rapsódico en sentido estricto, el recuerdo verdadero deberá, por lo tanto,
proporcionar simultáneamente una imagen de quien recuerda, así como un buen
informe arqueológico debe indicar ante todo qué capas hubo que atravesar para
llegar a aquella de la que provienen los hallazgos”. (Benjamin, 1992: 119).
Bibliografía
Adorno, Theodor W., El ensayo como forma, en Pensamiento de los confines UBA-
Diótima, N 1, segundo semestre 1998.
265
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Campbell, Joseph, El heroe de las mil caras, Fondo de Cultura Económica, México,
1997.
Ibáñez, Jesús, Más allá de la sociología. El grupo de discusión: teoría y crítica, Siglo
veintiuno editores, Madrid, 1979.
Piglia, Ricardo, Nuevas tesis sobre el cuento, en: Formas Breves, Temas Grupo ed.,
Buenos Aires, 1999.
Steiner, George, La pasión según George Steiner, entrevista en: Zona Erógena N 36,
1997.
Tatián, Diego, Contra el turismo en: La Voz del Interior, Córdoba, 20 dic. 2001.
266
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Abstract
La ciudad de Corrientes, se encuentra al Nordeste de la República Argentina, y fue
fundada el 3 de abril de 1588 por don Juan Torres de Vera y Aragón. Este sitio ya había sido
previsto anteriormente, debido a las necesidades de poseer un puerto de escala entre las
ciudades de Asunción y Buenos Aires, ubicando a Corrientes en el tipo de ciudad – territorio
(clasificación debida al estudio tipológico del Arq. Alberto Nicolini.)
Existe una diversidad de imágenes del puerto, que involucran distintos aspectos,
algunos muy costumbristas, donde el primer plano, de la vida de los trabajadores y su medio,
poniendo en relieve la intención de recortar esta realidad por medio de la cámara o el lienzo y
en otras el objetivo es demostrar el progreso de las obras urbanas, tal como lo muestran las
fotografías encargadas por el Gobernador Vidal, hacia 1910.
In this source about the urban type of Corrientes City, we found the fundamental
principle of the port activity in the origin of city, and for a consequence her material
testimony: The port, definer of the urban traced .
It exists different images about the port, they include a lot of the aspect, some very
customery, where the first plane, about the life of the hardworking people, make the objectif
to show this reality thanks to the camera or the linen and in the others pictures the objectif to
register the progress of the urban projects, so as the representative pictures of Vidal
Gobernator, in 1910.
Introducción
Al observar este edificio como objeto de la cultura material a fines del siglo XIX,
surgen diversas cuestiones en cuanto a su localización urbana, su entorno, las actividades
realizadas, la situción política y social, pero principalmente me cuestiono acerca de la razón
por la cual se ha olvidado sistemáticamente el valor patrimonial del “Puerto de Corrientes”,
267
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Esta imagen resume la confluencia de diversas historias como por ejemplo, la existencia
de dos instituciones que han marcado hondamente la historia de los correntinos: el Puerto de
Corrientes, la Dirección Nacional de Vías Navegables y la Dirección de Puertos; también los
cambios socioeconómicos de nuestra región, las circunstancias político-sociales de nuestro
país, las tendencias arquitectónicas, los recursos existentes en el medio para la materialización
de esta obra.
Con el presente trabajo, tengo como objetivo, fundar el valor patrimonial de este sitio
urbano.
Por lo tanto, recopilar algunos hitos de esta específica historia, será obligatorio a fin de
definir su carácter patrimonial, patrimonio, “cuyas características han excedido el restringido
marco de la restauración y conservación profesional, imponiéndonos, por una parte, las
cuestiones vinculadas con culturas marginales ( y la temática general del patrimonio popular
o débil e inmaterial) y por otra, la necesidad de revisar, en general, las nociones que
articulan el conocimiento histórico”. 1
1
FERNANDEZ, ROBERTO. Op. cit
2
NICOLINI, ALBERTO. "Preservación de centros intermedios y pequeños en la Argentina.
Teoría y Experiencia en la región del Noroeste." VII JORNADAS CHILENAS DE PRESERVACIÓN
ARQUITECTÓNICA Y URBANA. 5º ENCUENTRO DE ESPECIALISTAS AMERICANOS. Chiloé , octubre
de 1999
268
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
sitios urbanos establecidos para las grandes ciudades son de validez relativa en el caso de los
centros urbanos intermedios y pequeños, en los que definen los lineamientos la adecuación a
las necesidades locales, la relación entre las partes y el todo, el prestigio de cada lugar ante los
usuarios en razón de su representatividad como mojón histórico o de uso; en síntesis, por su
valor relativo a su propia realidad y como constituyente esencial de su identidad.
Al hablar de las fuentes es fundamental citar a la fotografía, que en este caso particular
se trata de ejemplares inéditos que datan de 1878, otros de 1898, también inéditos; otros
editados en el año 1910, y para completar el estudio, fotografías actuales de mi autoría,
algunas de ellas éditas en publicaciones.
Coincidiendo con Josefina Basigalup 4, “ Así comenzaron los primeros fotógrafos de los
cuales se tiene exacta información a partir de mediados del siglo XIX. Hija de la edad
moderna y de la Revolución Industrial, la fotografía es producto de las inquietudes de la
burguesía y a la vez reflejo de sus proyectos y ambigüedades” es posible constatar esta ya que
las fotos que datan del año 1878, pertenecen al álbum de una familia de considerable nivel
socio-económico como lo fue la familia Pampín.
3
Viñuales, Graciela María. Patrimonio Arquitectónico. Aportes a la cultura nacional y americana.
Instituto Argentino de Investigaciones de Historia de la Arquitectura y del Urbanismo.Buenos Aires, 1990.
4
BASIGALUP, NORA JOSEFINA. La fotografía como producto actual. Memorias del 3º Congreso de
Fotografía en la Argentina. Buenos Aires, 1990.
5
RIEGO, FERNANDO.El documento fotográfico y sus significaciones temporales. Memoria del 5º
Congreso de Historia de la Fotografía en la Argentina. Buenos Aires, 1996
269
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Mayo, en 1910, donde a través de la fotografía se hace visible el desarrollo urbano alcanzado
en la gestión de este mandatario.
Esta nueva tendencia fotográfica en Corrientes, quizás haya sido un reflejo de las
tendencias pictóricas, que bregaban por dos categorías temáticas 7, la topográfica que
contemplaba las panorámicas de la ciudad, plazas y lugares de importancia arquitectónica o
geográfico militar y la otra dada por la combinación de las categorías topográficas y social;
siendo esta última la mas explotada en esta ciudad.
Una prueba, en lo que al puerto respecta, son las tomas de Gersbach editadas por
Fotografía Cosmopolita, e impresas en Alemania,denominadas:
Riacho de la Batería.
En cuanto a las fotografías actuales, éstas han sido seleccionadas a fin de comunicar el
valor arquitectónico-patrimonial de los edificios que conforman el conjunto portuario,
intención que refleja el concepto de Boris Koso, al decir “la fotografía debe y puede ser
fuente histórica, es una selección de posibilidad de ver y reflejar en cierto aspecto de la
realidad de si mismo o del que la encarga. Trae información visual de lo real, seleccionado y
organizado estética e ideológicamente.”
Origen
Las circunstancias, especialmente las características naturales y demográficas del sitio
escogido para cada ciudad, asignan roles diferenciados a cada una de ellas. El resto de las
ciudades fueron sólo “ciudades-territorio”, cuya función primordial era la de ser centros de
6
Palma, Federico. La fotografía en Corrientes. Su advenimiento y evolución. Edic. Taller de Artes
Gráficas de la Provincia de Corrientes. 1959.
7
Hitz, Rubén Angel. Lo pictórico, lo pintoresco. El paisaje en el siglo XIX en la Pampa y en
Latinoamérica. Boletín del Instituto del Arte Argentino y Americano Nº 11. Facultad de Bellas Artes. UNLP. La
Plata, 1995.
270
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
La ciudad de Corrientes, fue fundada el 3 de abril de 1588 por don Juan Torres de Vera
y Aragón, quien eligió como sitio la punta Arazatí ( guayabal en guaraní), coincide con el
modelo de ciudad- territorio.
“De acuerdo a la primer acta, Juan Torres de Vera y Aragón “funda, asienta y puebla, la
ciudad de Vera, en el sitio que llaman de las siete corrientes”.Este sitio ya había sido previsto
anteriormente, debido a las necesidades de poseer un puerto de escala entre las ciudades de
Asunción y Buenos Aires.
El conjunto edilicio que conforma la imagen material del área portuaria, integrado por
la Dirección Nacional de Construcciones Portuarias y Vías Navegables, Delegación
Corrientes, de la Prefectura Naval Argentina, y la Dirección de Puertos de la Pcia. de
Corrientes, está constituido por edificaciones cuya creación se remonta a un período
comprendido entre los años 1898 y 1950. Se localiza en el Barrio La Rosada, próximo al
Centro Histórico de la ciudad y da el nombre de Puerto a un sector de este barrio.
Las instituciones
A lo largo del tiempo, desde la época del Virreynato, hasta la actualidad, el “Puerto”, ha
sufrido los vaivenes de la política, la cual ha generado diversas instituciones, que a la vez han
tenido diversos procesos de cambio.
8
NICOLINI, Alberto. La Ciudad Regular en la Praxis Hispanoamericana.
271
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
corsarios. Es así como el Virreynato adopta similar sistema de organización militar español
según las Ordenanzas Generales de la Real Armada Española, basada en las Ordenanzas de
Fernando VI de 1748, donde se definía de forma clara y precisa, las facultades y obligaciones
de los Capitanes de Puertos, vigentes en su esencia hasta la actualidad.
A raíz de la emancipación del virreynato del Río de la Plata, en el año 1814, se modifica
el tipo de Reglamentación, aunque solo fue aplicado en los Puertos de Buenos Aires,
Barragán, Las Conchas ( Tigre), San Fernando, San Isidro, ya que las restantes capitanías de
Puerto del Interior, continuaron rigiéndose por las disposiciones españolas o particulares de
cada una.
Esta Institución, tenía como función realizar los estudios, obras y servicios
imprescindibles para organizar y sistematizar la navegación de los ríos mas importantes.
Hacia 1920 las actividades portuarias tenían tal relevancia que se requirió de la
construcción de centros regionales donde sistemáticamente se desarrollaron astilleros,
obradores, concentrándose los planteles, consistentes en dragas, balizadores, chatas para
estudios hidrográficos e hidráulicos, así como los necesarios para la ejecución de obras de
margen.
En la déa del 30’, se otorgó especial interés a la conservación y mejora de las rutas
navegables, como así también a la infraestructura y equipamiento correspondientes,
constituyendo una de las principales tareas de la Dirección General de Obras Públicas.
9
OBRAS PUBLICAS Y PRIVADAS.Turismo e Industrias- Director técnico Arquitecto Luis Dates.
Año1 Vol 1 Núnero5. Octubre de 1938.
272
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
El patrimonio arquitectónico
Las obras arquitectónicas poseen diferentes resoluciones formales, pero en la mayoría
de ellas se aprecia un carácter austero y constituyen un valioso aporte como testimonio
construido en diferentes períodos de nuestra historia local, estableciendo importantes
eslabones de nuestra historia nacional.
El relevamiento efectuado sobre las construcciones edilicias nos revela una importante
variedad de tipologías, que en algunos casos demuestra la adaptación de los modelos
impuestos por el diseñador a los recursos existentes, un rasgo regional de estas obras de
arquitectura utilitaria y administrativa.
Se han detectado tipos arquitectónicos predominantes y otros tipos aislados. Entre los
tipos predominantes se observaron los casos de Arquitectura Funcionalista Inglesa y de
Arquitectura del Plan del Gobierno del Gral Perón, mientras que entre los tipos aislados se
constató la presencia de casos de Arquitectura Ecléctica y Estilo Art- Decó.
273
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
El Gob. del Gral. Perón acentuó esta línea, aunque paralelamente planteó una política de
respuestas sociales, utiliza para ello el estilo californiano, con algunos detalles de terminación
como las piedras de Mercedes, en el caso de las ciudades de Corrientes y Resistencia, por
ejemplo, que hablan de una impronta regionalista en la imagen edilicia.
Esta imagen es coincidente con la de los galpones que se construye hacia 1950, para la
Dirección de Puertos, aunque éstos poseen una resolución formal menos estudiada, debido a
la diferencia de función.
También existe dentro del predio otro ejemplo de este tipo de arquitectura, aunque mas
modesta debido a la función de depósito, que si bien carece del valor estético del antes
mencionado, contribuye al conjunto como testimonio de las actividades portuarias.
274
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
El puerto
El edificio donde funciona actualmente la Direcc. de Puertos de la Pcia. de Corrientes,
fue la sede de la Estación Fluvial del Puerto de Corrientes y de la Prefectura Naval Argentina.
Estas instituciones poseen un accionar que se vislumbra desde la época de la fundación de la
ciudad de Corrientes, con diversas denominaciones, y se proyectan acrecentando su
importancia histórica como testigos y protagonistas de sucesos relacionados con: las
actividades comerciales y políticas del Virreynato del Río de la Plata, el apoyo prestado
durante la guerra de la Triple Alianza, el tráfico de pasajeros, el contrabando, siempre
presente, el apogeo como transporte de carga en la década del 40...
Meses después el Puerto fue trasladado a la Punta Ñaró ( bravo en Guaraní) donde
realizaba sus funciones desde una casilla instalada en la dicha punta( mas adelante llamada
Punta San Sebastián, en honor al santo en cuyo honor se erigió una hermita) 10, esta
localización estratégica a orillas del río Paraná fue la causa de su elección como sede de una
guardia costera, que con el devenir se convertiría en “Capitanía del Puerto”.
10
Gutiérrez Ramón, Sánchez Negrette A. Evolución Arquitectónica y Urbana de la ciudad de Corrientes.
Edit.
275
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
A partir del año 1882, la Capitanía del Puerto toma el nombre de Subprefectura de
Corrientes 11 y continúa funcionando en el mismo lugar hasta el año 1914, cuando es
trasladada a la casa de Plácido Martínez 1059.
Las funciones de dicha institución se remontan a la época del Virreynato del Río de la
Plata, en 1779, a fin controlar el accionar, de las embarcaciones provenientes del Paraguay,
que contrabandeaban el tabaco.
Hacia 1846, las actividades portuarias recobraban vida, luego de años de bloqueo
comercial, como lo expresa Manuel Florencio Mantilla 12
El convoy emprendió viaje de retorno con cien buques cargados en los puertos de la
Provincia, con frutos y productos de la misma.”
A fines del siglo XIX, el puerto atraviesa un período de acelerado crecimiento, a raíz del
aumento de las exportaciones, razón por la que se construye una rambla para el descenso de
los pasajeros, pero es recién a principios del siglo XX, cuando se define una ampliación
definida para estas instalaciones.
Hacia el año 1935, con el Dr. Juan F. Torrent como gobernador de la provincia de
Corrientes y el Dr. Federico Ortiz como Presidente de la Nación Argentina, la ciudad de
Corrientes se ve sometida a nuevos proyectos urbanos.
11
Rousseaux, Andrés René, Prefecto Mayor. Historia de la Prefectura Naval Argentina en la ciudad de
Corrientes
12
Mantilla, Manuel Florencio . Crónica Histórica de Corrientes. T1. Reedición Banco de la Provincia de
Corrientes. Bs. As. 1972.
13
Mantilla, Manuel Florencio . Op.cit.
276
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Parte de ellos fue la ampliación del Puerto, para lo cual el Gobierno Nacional mediante
Decreto 68877/935 ampliado a posteriori por S.D. 111/937, ordena la construcción de la
Estación Fluvial del Puerto de Corrientes. El diseño de dicho edificio contemplaba el espacio
necesario para las funciones de la Subprefectura, Aduana, Migraciones y Correos y
Telégrafos Nacional.
La sede de la Estación Fluvial del Puerto de Corrientes, fue habilitada como estación de
espera de pasajeros, el 5 de noviembre de 1938, dando respuesta a las nuevas necesidades del
Puerto de Corrientes. El Puerto de Corrientes aumentaba día a día el tráfico de pasajeros, que
requerían espacios cada vez mas importantes. A propósito de la frencuencia de viajes en el
diario “ El Liberal”, del 3 de octubre de 1938, publica el anuncio de los nuevos horarios del
servicio del Vaporcito, que realizaba el trayecto Corrientes – Barranqueras y viceversa :
14
Romero, Gabriel. Arquitectura, Literatura y Revistas Literarias en la Argentina Moderna. Cuadernos
del CEHAU Nº1. Fac. de Arq. de la Universidad Nac. del Nordeste. Resistencia, Julio de 1998.
277
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
También es aquí donde se acuerda afiliar al C.I.R.P.A.C. los distintos grupos que luchan
por los nuevos ideales arquitectónicos, facilitando el intercambio de ideas así como la
publicación de revistas locales. 15
Producto del accionar de estos grupos de vanguardia llega a Corrientes el Proyecto para
la Estación Fluvial del Puerto de Corrientes lo cual, también es una muestra mas que
elocuente del alto impacto que tuvo la eficiente tarea de estos grupos teóricos, dada por la
concreción material en una sociedad tan conservadora como la correntina.
La planificación urbana
“En cuanto su importancia comercial, Corrientes está reputada como una de las
mejores plazas del litoral argentino. Su puerto admite buques de gran calado, lo que
motiva un activo intercambio.” 17 .
Pero en el caso del puerto de Corrientes, la imagen edilicia fue solo una cuestión
anecdótica, ya que su principal problema era la necesidad de contar con un muelle con el
porte acorde a las necesidades funcionales, de carga portuaria, cuyo aumento era progresivo a
partir de la libre navegación de los ríos, en 1852, y por otra parte, por el tránsito
correspondiente al contrabando existente desde la época virreinal.
Hacia 1915, durante el gobierno de Juan Ramón Vidal, se 6 materializa una acción mas
concreta en cuanto a la organización portuaria, cuando se expropian terrenos para liberar la
traza costera que ya había sido densificada por la edificación civil.
Esta acción liberó la ribera comprendida entre las calles Buenos Aires y Mendoza,
extendiendo el muro de defensa del Puerto, y originando una primera versión del paseo
costero.
15
A.C. Nº 5 . Publicación del G.A.T.E.P.A.C. Barcelona, España. Marzo de 1932.
16
A.C. Nº 5 . Publicación del G.A.T.E.P.A.C. Barcelona, España. 1931
17
ILUSTRACIÓN DE LA COMISIÓN DEL CENTENARIO 1810-1910 AL PUEBLO DE LA
PROVINCIA DE CORRIENTES. Taller Artes Gráfica Ingimbert. Corrientes, 1910
278
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
mismo fin de afianzar el sector portuario, encarando una serie de tareas sobre las costas, que
se materializan en la Av. Costanera Juan Ramón Vidal, y en el nuevo edificio de la Estación
Fluvial de Puertos, junto al que funcionaban otras reparticiones estatales como, Prefectura
Naval Argentina y Correos y Telégrafos.
Las circunstancias sociopolíticas de fines de la década del 30, han contribuido al origen
de mayores flujos de comunicación, transporte y por ende, mayor actividad del Puerto y la
Prefectura Naval Argentina, tornando escaso de superficie al nuevo edificio de la Estación
Fluvial.
Durante este período, también se crea dentro del predio, la Escuela de Técnicos
Portuarios, dirigida a la formación de los hijos de los trabajadores portuarios, a fin de
continuar las mismas tareas.
279
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
La imagen urbana
La resultante morfológica tiene dos lecturas totalmente diferentes, ya tomadas desde el
río o desde la ciudad. Desde el río aparece como un conjunto totalmente integrado al espacio
circundante y desde la ciudad se visualiza como una muralla negada totalmente a la vida
urbana.
“El enceguecimiento por querer hacer ciudad - tal vez como resultado de la dureza y
la dificultad, cada día mayores de la vida en nuestras ciudades- no permite ver que
existe una buena arquitectura que genera buenos espacios urbanos ( aun dentro de
los criticados cánones del Movimiento Moderno” y, del mismo modo, hay una
acertada planificación de la ciudad que atiende a la calidad espacial resultante.” 18
Esta situación de recinto puede ser revertida con la ejecución de nuevas obras de
cerramiento a través de un sistema que permita la penetración visual como por ejemplo un
enrejado, claro está que los recursos económicos mandan a la hora de encarar cambios y en
este sentido, es el Municipio quien debe alentar con apoyo económico a iniciativas que
atiendan a la Conservación del Patrimonio histórico, y a la imagen de la ciudad.
El área en estudio representa una expresión de la relación dialéctica entre río y ciudad,
donde estas dos fuerzas encuentran como eje a lo construido.
Por otra parte, el conjunto edilicio de la Direcc. Nac. de Vías Navegables se sitúa en un
punto donde se articula la Costanera con el Parque Mitre, que podría integrarse al Corredor
Cultural conformado por la calle San Juan, como contenedor de numerosas instituciones de
función cultural. En definitiva, cabría dar pie a la reflexión hacia las características de este
waterfront, entre las que se destaca su larga tradición histórica de relación ciudad- río, como
18
PERGOLIS, JUAN CARLOS.Escritos sobre ciudad y arquitectura. Edit. Universidad Piloto de
Colombia. 1993.
280
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
así también el hecho de que la cultura y el comercio hayan utilizado este medio acuático para
el transporte.
Esta particularidad de la ciudad como fenómeno de larga duración, hace que sea
imposible explicar su evolución sin tener en cuenta sus relaciones con el agua.
“En la búsqueda de una identidad fuerte para expresar la ambición de las ciudades,
la proximidad del agua juega un rol nada indiferente por su “ potencial de
movilización imaginaria y producción simbólica” susceptible de ser explotada
económicamente.” 19*
* Traducción propia
Conclusión
Como se puede apreciar a lo largo del trabajo, las decisiones políticas han estado
presentes en la existencia del Puerto, desde su origen hasta la actualidad, definiendo sus
localizaciones, condicionando su funcionamiento, y la escala de los movimientos realizados, y
la actualidad nos revela, la ausencia de una política que enalteciera su valor en las tres últimas
décadas.
Los intereses políticos, siempre han revelado el valor asignado al sitio y a la actividad
en las innumerables fuentes gráficas, dadas por grabados, pertenecientes al período colonial,
mas tarde las muestras pictóricas de viajeros o de los mismos habitantes y a partir de la
irrupción de la fotografía, en importantes álbumes encargados oficialmente. En estos álbumes
se dedica un sitio de relevancia a la actividad portuaria, asignándole una importancia similar a
la del progreso urbano dado por la renovación edilicia y la construcción de las nuevas
infraestructuras, a principios del siglo XX. 20
Por otra parte las tradiciones orales, que giran en torno al sitio y a su actividad han
generado una gran diversidad de obras musicales y líricas referidas al mismo, pero
actualmente, el estado del arte nos revela que ha sido olvidado, testimonio vital de la génesis
de la ciudad.
Actualmente, existe un debate dedicado solo a publicar los “estudios” que fundamentan
la obsolescencia o la vigencia de la infraestructura portuaria.Es así, como se está perdiendo de
vista el patrimonio cultural de los correntinos, fuente material para la lectura de la historia.
Bibliografia consultada
A.C. / G.A.T.E.P.A.C. 1931 – 1937. Arte, Urbanismo, Arquitectura y Diseño en la
España Republicana. Edit. Gustavo Gili, S.A. Barcelona, España. 1975
19
Chaline, Claude. Vilan, Teresa La reconquete des waterfront: logiques et enjeux.. Instituto
Mediterráneo. Ciudad Nueva de Lisboa.Nº 10/11. Enero - 1997
20
ALBUM DEL CENTENARIO DE LA REVOLUCION DE MAYO. Talleres Gráficos Heineke.
Fotografías Ingimbert.
( Encargado durante el Gobierno del Dr. Juan Ramón Vidal).
281
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Romero, José Luis: Latinoamérica, las Ciudades y las Ideas. Siglo XXI- Bs. As. 1975
Segre, Roberto: Lectura Crítica del entorno urbano- Ensayo . Edit. Letras Cubanas- La
Habana 1990
Waisman, Marina: La estructura Histórica del Entorno. Edit. Nueva Visión Buenos
Aires, 1985 (1ra. Edición dic. de 1973).
282
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Documentos
Carta de Venecia, 1964
283
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Abstract
En 1896, Alberto Ghiraldo es enviado como corresponsal al penal de Sierra Chica por el
diario La Nación de Buenos Aires. El joven cronista, hijo de inmigrantes y con ideas
socialistas, publicó en el diario porteño una serie de crónicas, pequeños relatos, que pronto
pasaron al libro bajo el título Sangre y oro. Esta serie de notas describe un "viaje a los
infiernos" que cruza modelos de la escritura modernista con la preocupación por la "cuestión
social" y la criminología de Lombroso. Nos preguntamos por la inserción de Ghiraldo en el
diario de los Mitre y el horizonte de lectura al que apelan estas crónicas "de presidio". Por
otra parte nos interesa la relación que establecen con las crónicas realizadas para el mismo
diario por otro socialista -Roberto Payró- en la Isla de los Estados (1898).
Texto
En 1896, Alberto Ghiraldo, joven escritor venido de provincias, con ideas socialistas y
amistades “fuertes” en el campo modernista como Rubén Darío y Julián Martel, publica en el
diario La Nación su serie de crónicas sobre el penal de Sierra Chica. La misma publicación
encierra una apuesta decisiva: por un lado el periodista, de origen inmigratorio, busca una
inserción en el diario de los Mitre que nunca conseguirá; por otro, el viaje radicaliza sus ideas,
llevándolo del socialismo reformista al anarquismo. Preguntarse entonces por las marcas que
este verdadero “viaje al infierno” pone en escena involucra no sólo formas literarias sino
también políticas discursivas en la Argentina del fin de siglo. El periplo de Ghiraldo en La
Nación es significativo. Ingresa al diario en 1893 escribiendo crónicas ciudadanas bajo el
seudónimo de Marco Nereo, el mismo con el que firma sus primeras publicaciones y las
crónicas del penal. Las razones por las cuales nunca logra afianzarse como parte del staff
estable del diario son presumibles, aunque no seguras. Me inclino por pensar en su escasa
formación frente a las literaturas y los idiomas extranjeros y en una posición “no
comprometida” con relación a la casa, como llama Payró a la redacción. Esta última cuestión,
debida al gran tiempo dedicado a la política, ya le había costado un altercado con Guillermo
Stock, director de la revista La Quincena y su posterior abandono del cargo como secretario
284
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
de la misma. 1 Pensando en la orientación que el hijo del General Mitre, Bartolomé Mitre y
Vedia, había plasmado en La Nación como “diario de estilo francés””orientado a la cultura
cosmopolita” por un lado y la búsqueda de un cuerpo de redactores absolutamente
comprometidos con el periódico por otro, esto ha de haber pesado más que las posiciones
políticas dado que, en el momento de escribir estas crónicas, las ideas de Ghiraldo no distaban
del socialismo reformista que el mismo Payró promulgó toda su vida y con las cuales llegó a
ser secretario del periódico. En Ghiraldo se lee una nota disonante, escritura hecha a fuerza de
lecturas apuradas o de segunda mano. Una mezcla extraña entre el modernismo dariano y el
“tono” crispado de Almafuerte, que irá acentuándose en la serie que va de La Nación a La
Vanguardia y entre el “observar” la vida de los presos a escribir su propio “viaje” como tal
durante el estado de sitio decretado por Quintana. (Ghiraldo, 1905)
Viaje al penal
El conjunto de crónicas del Penal de Sierra Chica, en sí, un texto “viajero”: entre el 28
de noviembre de 1896 y el 7 de enero de 1897, las crónicas son publicadas en el diario La
Nación, bajo el título de “Historia de un viaje al presidio de Sierra Chica; cuadros y escenas”
siempre en pág. 3; col 6, para ser identificadas en el espacio de la página, al modo de un
folletín. El 3 de mayo de 1897 aparece una crónica “más”, “Vendetta”, ya publicitada con el
nombre de su autor y señalando “del libro en prensa Sangre y Oro”, libro que se edita en ese
mismo año, con una novedad: contiene las fotos de los penados (algunas ya publicadas en el
diario) entregadas a Ghiraldo por el director del penal. Luego estos mismos textos serán
incorporados a Gesta (1900), un conjunto de relatos de ficción de tono decadente, con el título
de “crónica roja”. En la tercera edición, las fotos desaparecen. Como señala Pablo
Ansolabehere (Ansolabehere, 2001, 493), “El cambio es múltiple: suprimido el amarillo del
oro, la sangre del crimen es ahora el único color que tiñe estas crónicas”. Alguno de los
relatos reaparecerán en 1904 en Martín Fierro. El “valor” es otro: ya no son una serie unitaria
y se incrustan en una revista anarquista.
“En la mesa del restaurant predilecto, después de nuestras tareas diarias, o más
propiamente dicho, nocturnas, conversábamos en amigable círculo los compañeros de
siempre. Todos los temas dilucidados o comentados durante el día, que habían servido de pie
para el artículo sensacional, para bordar el suelto editorial, humorístico o la crónica
emocionante del último crimen, eran vueltos a traer a la memoria con el objeto de dar pábulo
a la charla sempiterna” (Ghiraldo, 1900, 147)
1
"El 2 de Agosto [de 1893] en plena revolución radical, sale a la calle el primer número de La Quincena,
revista dirigida por Guillermo Stock (...) en la que Ghiraldo aparece como secretario, percibiendo un salario por
su tarea. Los trabajos de último momento del primer número (impresión, distribución, etc.) son descuidados por
el flamante secretario por sus ocupaciones políticas. (...) en el Nº 8 (noviembre de 1893) [el director] informa a
los lectores que "la dirección de La Quincena tuvo que separarlo [a Ghiraldo] de su empleo a sueldo, ocupado sin
atribuciones ni responsabilidades." La versión de Ghiraldo, incluida en La Prensa del 16 de noviembre, dice por
el contrario que se fue por su propia voluntad, descontento por la marcha de la revista. Sin embargo las
"atribuciones y responsabilidades" quedan sin contestar." (Díaz, 1991; p. 15-16)
285
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Podemos imaginar la escena y sus protagonistas: en una de las mesas del Auer' Keller,
se encuentran junto a Ghiraldo, Julián Martel, Julio Piquet, Roberto Payró Ricardo Jaimes
Freyre, Charles de Soussens, Diego Fernández Spiro y, seguramente, Rubén Darío. Este inicio
de la serie marca claramente lo que señala Ángel Rama sobre la bohemia de fin de siglo:
“La bohemia fue una imposición, no una elección. Los poetas que la sufrieron y la
sobrevivieron, se rebelaron contra ella, pues en verdad fueron encarnizados
trabajadores y fueron capaces de una alta productividad, que no se compadeció ni
con el sistema de vida ni con las retribuciones que obtuvieron. (...)
De ahí que los escritores hayan sido forzados del trabajo como lo eran las clases baja y
media, a pesar del mote de bohemios que sólo cabía, en verdad, a unos poquísimos (...)(Rama,
1995; 122 –123)
La “nocturnidad” obligada por el horario de cierre de los periódicos y las salidas de los
teatros, 2 pero también el lugar de intercambio: en la mesa del restaurant, los relatos duplican
la heterogeneidad discursiva del diario y la acumulación y retienen la necesidad de conmover
y llamar la atención del “público”, ahora con las formas de la narración oral. Es la crónica
policial (en verdad el título “crónica roja” es tomado de una fórmula periodística muy
utilizada por el diario La Nación en ese período) la que logra mayor “efecto”. Es por eso que
ante la propuesta que realiza un invitado de “verificar un viaje a la cárcel de Sierra Chica,
donde, según él, se encuentran los bandidos más bandidos de toda la República [...] Los
perseguidos del crimen, prototipos todos dignos de estudio y de observación.”(Ghiraldo,
1900, 154), el cronista se compromete, ahora ante sus lectores, “como sabueso eterno de todo
lo que sea una novedad” a realizar la “dolorosa excursión”. Siguiendo a Walter Benjamín
(Benjamín, 1986,190), podríamos decir que el narrador viaja para regresar y contar, pero
también, en ocasiones, da espacio a los relatos de esos “otros” que sedentarios como ninguno
(son penados) repiten una y otra vez las tradiciones de la tierra y las historias propias.
Interiores
A diferencia del “gran viaje fin de siglo”, el de Ghiraldo es un viaje hacia el interior. La
“novedad” no reside en el espacio sino en los “prototipos” criminales a describir. Es un viaje
a través de las galerías del crimen, de los pliegues del alma humana, de la crueldad y la
locura. Una temporada en el Infierno. 3 “Todo aquel que lleva a cabo un viaje - dice el
narrador - aunque éste sea a Sierra Chica, encuentra asuntos grandes que contar, si no se
2
Payró señalaba, describiendo esa época, con relación a Rubén Darío y a su "grupo", entre los que se
contaba Ghiraldo: "Sin embargo, no era un bohemio ni mucho menos. Por el contrario,le gustaba vestir
correctamente. Si en algo fue ordenado, era en eso; su traje era siempre de irreprochable corte, su cabello estaba
siempre bien cortado y su barba correctamente rasurada. Daba la impresión de ser un gentleman, que lo era.
Muchas veces lo tildaron de bohemio, no sólo a él, sino a los que compartíamos su amistad; pero nosotros no
éramos bohemios: cada uno tenía un hogar respetable y trabajábamos para ganarnos el sustento" (Payró, 1920;
124)
3
En alguna medida, podemos ligarlo a una serie de novelas de la época que se realizan este viaje hacia
adentro: la vorágine de José Eustasio Rivera, Don Segundo Sombra de Ricardo Güiraldes , Doña Bárbara de
Romulo Gallegos. El encuentro con la barbarie cobra una dimensión narrativa hasta entonces inédita. No se trata
de narrar los fastos de la civilización sino, por el contrario, internarse en un espacio que -pensamos en La
vorágine- incluso impide el retorno.
286
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
duerme en el camino, como suele acontecer” (Ghiraldo, 1900, 157). El “cronista sabueso” va
despierto y eso le permite algunas reflexiones sobre el viaje, de neto corte modernista:
El inicio del viaje hacia el presidio está connotado por la muerte y el encierro: en el tren
se “amortaja” en el “coche-jaula” y adopta “la posición oficial de los muertos", para llegar a
un “cementerio de vivos”. La monotonía del paisaje (piedras, matas, pampa) contribuye al
clima con que introduce la llegada a la cárcel.
Pero inmediatamente vuelve sobre el argumento con una reformulación clásica de los
modernistas: 4 los rasgos descriptos para los criminales natos, pueden encontrarse en nuestros
conocidos, en hombres probos...
Las crónicas siguientes describen cada uno de estos tipos. Nos interesan
fundamentalmente dos: ”De la simulación” y “Presa de elementales”. Ambas configuran
tópicos que atraviesan el modernismo y el decadentismo tanto como las corrientes de
psiquiatría positivista. La primera, en la que cuenta la historia del número 91, expone la
4
Pensamos en "Manicomio de locos. Degeneración. La última obra de Max Nordau" de Rubén Darío,
publicada en La Nación en 1894 y luego parte de Los raros (1896) donde el nicaragüense, irónicamente, atribuye
esta "cualidad" de contagio a los libros de Lombroso (Darío, 1894; 1)
5
Véase Oscar Terán, 2000; 289-306.
287
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
simulación como forma de un alma perversa, un asesino capaz de una hipocresía a toda
prueba:
La simple observación del experto (típico planteo del positivista) permite detectar las
formas de la hipocresía en el sujeto. Luego de ver este “caso” vuelve sobre las preguntas
iniciales: si existe el criminal nato, si hay un atavismo de la herencia. Sopesando las opiniones
entre la criminología positivista y la escuela reformista, la conclusión es clara:
Hijo de padres asesinos, tiene hermanos asesinos, y sus descendientes serán también,
como lógica consecuencia, tristes representantes de una raza condenada” (Ghiraldo, 1900,
198)
La otra crónica que nos interesa “Presa de elementales”, lo confronta con la locura. De
algún modo, la otra cara de la simulación. Pero también, como en el caso del hipócrita se trata
de un enfermo incurable. El loco, en realidad, es hablado por voces, visiones pero lo que
expresa su dolencia en todo su esplendor es también un código gestual: su cuerpo se
contorsiona, toma rigidez, la boca se contrae, abre los ojos desmesuradamente (sólo que en
este caso son claros, no negros como los del hipócrita).
El conjunto de crónicas se cierra con una frase que vuelve a invitar al lector, frente al
que se comprometió al inicio “Tú, lector, perdona o juzga” (Ghiraldo, 1900, 231). Como
hemos señalado, Ghiraldo no será inmune al “contagio” del infierno: desde allí y hacía el fin
de siglo, sus posiciones se acercan a la contundencia anarquista.
En 1898, otro socialista - Roberto J. Payró - narrará para los ávidos lectores de La
Nación, otro viaje "al interior". Se trata por cierto de un viaje de más aliento "La Australia
Argentina. Excursión periodística a las costas patagónicas, Tierra del Fuego e Isla de los
Estados" y con fines bien diferentes a los de Ghiraldo. Como le señala el General Mitre en la
carta que servirá de Prólogo a la primera edición del libro
"Sus páginas sueltas, popularizadas por el diarismo, serán leídas y estudiadas con
provecho por propios y extraños, cuando se presenten al público en la forma
definitiva del libro, por cuanto satisfacen una necesidad vital. No basta ser dueño de
un territorio rico, si el hombre no se identifica con él por la idea y lo fecunda por el
trabajo, y sobre todo si el libro no le imprime el sello que constituye como un título
de propiedad, haciéndolo valer más" (Payró; 1882, 9)
288
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
"El sueño se nos quitó como por encanto, y nos miramos un segundo con expresión
melancólica. ¡Eh!¡no es para tanto! A la labor, a la actividad, que el tiempo pasa
tan pronto para el que trabaja, y sin dejar lugar a la tristeza. La instalación primera
estaba hecha pero teníamos que organizarlo todo: Demartini lo referente a la
Subprefectura y al presidio, yo mis notas y apuntes, que era necesario fijar
claramente y aún desarrollar, si no quería encontrarme más tarde con que eran
griego para mí mismo" (Payró, 1982; 389)
Así como Ghiraldo reconoce a la lejanía que Sierra Chica es una cárcel, por la presencia
del muro, para Payró "La Isla de los Estados parece hecha expresamente para presidio y para
fortaleza" (Payró; 1982, 402). Luego de esta reflexión, enuncia las facilidades para crear una
colonia de presidiarios y "ampliar" sus posibilidades (hasta el momento sólo era presidio
militar) disparando contra la ineficacia del gobierno para organizar. A diferencia de Ghiraldo,
que ocupa una crónica en cada preso, Payró "pasa revista", "aunque no sea una tarea grata ni
mucho menos".. .Entre ellos encuentra, algún ebrio, dos degenerados por "un vicio contra
natura" y homicidas. La "galeria" no le merece mayores comentarios. Más bien se interesa en
el funcionamiento general, no en el "caso" ni en la patología ni en las especulaciones
criminológicas. Tiene una mirada casi comparable a quien mira una fábrica pensando en su
"rendimiento":
"Los trabajos a que se dedican los presidiarios tienen que ser necesariamente poco
variados, por la estrechez de su campo de acción: corte de leña en el bosque,
construcción de caminos, conservación de los existentes, algo de carpintería, un
6
En la misma Carta-prólogo, el General Mitre señala: "Su libro como comentario de un mapa geográfico
hasta hoy casi mudo, importará la toma de posesión en nombre de la literatura, de un territorio casi ignorado
(...)" (Payró, 1982; 9)
289
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
La consigna del cronista es clara "El trabajo trae necesariamente consigo el orden y las
buenas costumbres en las colectividades de esa especie, muy inclinadas a toda clase de
extravíos y de vicios, por poco que encuentren la ocasión de dar rienda suelta a instintos
individuales" (Payró; 1982,406) No es seducido ni por la criminología positivista ni por el
modernismo y el decadentismo y no cae en las tensiones de la escritura de Ghiraldo. No hay
preguntas acerca de la herencia morbosa o de los criminales natos sino búsqueda de
soluciones productivas, en el más amplio sentido del término. Su discurso se impregna, sí, de
una problemática ligada al socialismo: la cuestión social. Ver a los presos como víctimas
sociales le permite desplegar esta temática. También lo hace Ghiraldo, por ejemplo, al
describir al gaucho malo, mezcla de Fierro y Moreira, pero lo gana la "tentación" de tomar el
"caso" teratológico.
La mirada sobre el indio, ese "otro" por excelencia, los coloca en un lugar que los
acerca pero, a la vez, distancia las posiciones. Alberto Ghiraldo encuentra entre los
presidiarios a un indígena y titula su crónica "Leyenda". El mismo título "literaturiza" la
visión del indio: "La leyenda de la pampa -escribe- es digna de la pluma épica. He aquí su
síntesis" (Ghiraldo, 1900; 199). Las reflexiones, encuadradas en la discusión de la dicotomía
civilización y barbarie lo llevan a preguntarse por las formas posibles del progreso.
"Un pobre indio, hoy huésped del presidio, postrer vestigio de una raza inmolada en
honor al progreso, me ha sugerido estos pensamiento, brotados de no sé que
misteriosa inclinación hacia aquel sistema de paradisíaca independencia, cuya
pérdida, como lo demostrara el filósofo, sembró de espinas la vida, iniciando, al
propio tiempo la formidable lucha en que habían de agitarse civilizaciones"
(Ghiraldo, 1900; 201)
Muerto el indio, la idealización es posible. Pero este cronista no se detiene a pensar que
otros presidiarios (locos, criminales) son también "excrecencias" del progreso, a los que es
necesario encerrar y silenciar y que el propio sistema de clasificación funciona como control
social. Ellos son el peligro, no los indios, ya diezmados y desaparecidos.
290
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Bibliografía
Ansolabehere, Pablo, "Las huellas del crimen" en Fin (es) de Siglo y modernismo. Illes
Balears, Universitat des Illes Balears, 2001, Tomo I, pp. 493-498.
Dario, Rubén " Manicomio de artistas. Degeneración. El último libro de Max Nordau"
en La Nación, 8 de enero de 1894, pág.1, col.1-3.
Díaz, Hernán, Alberto Ghiraldo: anarquismo y cultura. Buenos Aires, CEAL, 1991.
Ghiraldo, Alberto, La tiranía del frac (crónica de un preso), Buenos Aires, Biblioteca
Popular de Martín Fierro, 1905.
Payró, Roberto J., La Australia Argentina, Buenos Aires, CEAL, 1982, tomos I y II.
Payró, Roberto J., "Rubén Darío" en Evocaciones de un porteño viejo, Buenos Aires,
Quetzal, 1920.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Abstract
Madrid, capital cultural del mundo latino, era, a principios del XX junto a París, una de
las más visitadas por intelectuales hispanoamericanos que buscaban en sus calles las razones
de su reciente fracaso. En medio del ambiente bullanguero y afable de sus tertulias de café, de
la comicidad fácil de sus teatros de varietés, surgía una ciudad plena de contrastes, donde la
tragedia y el dolor de lo ocurrido tras el “Desastre del ‘98” se apoderaba del viajero, velando
con mordaz ironía su relato.
De modo particular, los artículos que Rubén Darío publicó en el diario argentino La
Nación entre enero de 1899 a abril de 1900 durante su visita a España revisten especial interés
por la difusión de sus páginas entre lectores argentinos e hispanoamericanos, y por la
capacidad de este escritor de sembrar controvertidas imágenes de un Madrid de fin de siglo,
que con tanto vigor hallaríamos presentes en el modernismo español (Azorín, Benavente,
Baroja, Pérez de Ayala, Valle-Inclán, Juan Ramón Jiménez entre otros) e hispanoamericano:
se trataba, ni más ni menos, que el deceso de la España vieja y la aparición de otra nueva, que
crecía desordenada y escondida por los últimos estertores de primera.
At the begining of the tweentieths, Madrid, cultural capital of latin world, was, -as well
as Paris- de most visited cities for the Hispanic American intellectuals. In the merry ambient
of their coffee-house, in the easy comicalness of their variety theatres, they found deep
contrasts with their tragic and painful present.
The myth of “failure of latin race” was actualized with the Spanish and North American
war of 1898. The images of a Madrid full of verbains and festivals was rejected for those who
wanted a more favorable future for Spain.
The Ruben Dario´s travellers articles, published in La Nación of Buenos Aires between
January 1899 and April 1900, were specially interesting because their broadcasting in the
Argentine and Hispanic American public, in general. He found controversial images of
Madrid in the final of siecle, present in the Hispanic an Spanish American Modernism: the
death of the old Spain and the born of a new one.
292
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Texto
“Si a menudo hablamos del perfume de París,
Madrid, capital cultural del mundo latino, era, a principios del XX junto a París, una de
las más visitadas por intelectuales hispanoamericanos que buscaban en sus calles las razones
de su reciente fracaso. En medio del ambiente bullanguero y afable de sus tertulias de café, de
la comicidad fácil de sus teatros de varietés, surgía una ciudad plena de contrastes, donde la
tragedia y el dolor de lo ocurrido tras el “Desastre del ‘98” se apoderaba del viajero, velando
con mordaz ironía sus relatos.
La visita a Madrid tenía entonces para estos viajeros el especial aliciente de explorar el
genio español sacudido recientemente por la guerra. El mito de los “defectos de raza”, de la
incapacidad congénita de España para defenderse a sí misma se había actualizado con la
guerra hispano-norteamericana, y los viajeros recogían este clima mental que involucraba a
intelectuales de habla hispana, en ambos continentes. Las visiones de un Madrid chulesco,
verbenero, aficionado a las fiestas eran rechazadas por quienes querían para España la
superación del atraso.
De modo particular, los artículos que Rubén Darío publicó en el diario argentino La
Nación entre enero de 1899 a abril de 1900 sobre su visita a España revisten especial interés
por la difusión de sus páginas entre lectores argentinos e hispanoamericanos, 2 y por la
capacidad de este escritor de sembrar controvertidas imágenes de un Madrid de fin de siglo,
que con tanto vigor hallaríamos presentes en el modernismo español (Azorín, Benavente,
Baroja, Pérez de Ayala, Valle-Inclán, Juan Ramón Jiménez entre otros) e hispanoamericano:
se trataba, ni más ni menos, que el deceso de la España vieja y la aparición de otra nueva, que
crecía desordenada y escondida por los últimos estertores de primera.
Bajo la mirada de Darío, Rojas, Belaúnde, Madrid surgía como una ciudad
despreocupada, bulliciosa, desordenada, con claros signos de atraso e inmensos contrastes
sociales. Pero también se levantaba una ciudad abierta y acogedora, que evocaba en cada uno
de sus rincones las añoradas imágenes de las villas coloniales que estos extranjeros habían
dejado, y les permitía abrigar la ilusión de ser escuchados por acreditados interlocutores. El
café literario, el Ateneo, las tertulias en casa de amigos, las entrevistas con maestros ilustres
1
Manuel Ugarte, La dramática intimidad de una generación, p 41.
2
Sidicaro, La política mirada desde arriba. Las ideas del diario La Nación (1909- 1989). Buenos Aires,
Sudamericana- Col. “Historia y Cultura”, 1993, p. 15. Véase Georges Clemenceau, La Argentina del Centenario.
La Argentina del Centenario. Selección, prólogo y notas de Rogelio García Lupo. Buenos Aires, Universidad
Nacional de Quilmes, 1999, “La prensa”, p. 116, y R. Sidicaro, Op. cit., pp. 13-19 y 48-52.
293
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
constituían la puerta por la que penetraban al ambiente intelectual y social de esta ciudad que
había abandonado recientemente su rango de metrópoli imperial.
“ (...) Sagasta Olímpico está enfermo, Castelar está enfermo; España ya sabéis en
que estado de salud se encuentra; y todo el mundo, con el mundo al hombro o en el
bolsillo, se divierte: ¡Viva mi España!
Acaba de suceder el más espantoso de los desastres; pocos días han pasado desde
que en París se firmó el tratado humillante en que la mandíbula del yanqui quedó
por el momento satisfecha después del bocado estupendo: pues aquí podría decirse
que la caída no tuviera resonancia.
(...) Cánovas muerto; Ruiz Zorrila muerto (...) Varela ciego; Campomar mudo;
Menéndez Pelayo ... No está España para literaturas, amputada, doliente, vencida.” 3
La despreocupación que parecía atravesar el estado mental de esta ciudad recién salida
de la guerra, era la misma que lo había recibido unos años atrás. El carácter español no
parecía, a simple vista, haber registrado el cambio, pero la fisonomía de la ciudad se había
transformado con los atributos de la técnica moderna. Una larga sucesión de imágenes que
conjugaban tradición y modernidad en perfecta armonía se apoderaría de las descripciones
madrileñas de Rubén Darío. La Plaza del Sol aparecía ante sus ojos atravesada por las vías del
tranvía eléctrico, pero los personajes del lugar no habían cambiado: los mendigos que se
avalanzaban a él llamándolo “señorito”; las “manolas”, mujeres populares que surcaban el
centro de Madrid con “garboso paso”, ataviadas con un mantón de lana y un pañuelo de
colores cubriéndoles la cabeza; una carreta tirada por bueyes que iba por las calles del centro
junto a carruajes lujo; “los cafés llenos de humo rebosando de desocupados”, constituían las
marcas de la tradición en el presente.
3
Rubén Darío, La España Contemporánea. Madrid, Alfaguara- Grupo Santillana de Ediciones, 1998,
“Madrid” (4 de enero de 1899), pp.53-4. La cursiva es nuestra.
294
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Sólo quien miraba esta ciudad desde el exterior, sin sentirse parte de la misma, era
capaz de reproducir la irónica simulación que atravesaba el clima mental de la Posguerra.
Como redactor del diario argentino La Nación, Darío asumió esta perspectiva, y alcanzó a ver
un Imperio que había agotado sus fuerzas, una monarquía enflaquecida y derrotada. Su mirada
de recién llegado a la España de posguerra no hacía más que acogerse a la pesimista
edificación que sobre la derrota del ‘98 había hecho Joaquín Costa. Esta construcción
pesimista llevaba implicada dos operaciones: primero, desentrañar lo que significaba perder
las últimas reservas de aquel patrimonio territorial que durante cuatro siglos la corona, la
nobleza y la iglesia española habían ido cuidadosamente atesorando, y segundo, encontrar a
los culpables de la derrota:
“¿Cómo hablarían ante el espectáculo de las amarguras actuales los grandes reyes
de antaño, cómo el soberbio Emperador, cómo los Felipes, cómo los Carlos y los
Alfonsos? (...)
El mal vino de arriba. No dejaron semillas los árboles arbustos del gran cardenal,
del fuerte duque, de los bellos caballeros férreos que hicieron mantenerse firme en
las sienes de España la diadema de ciudades. Los estadistas de hoy, los directores de
la vida del reino, pierden las conquistas pasadas, dejan arrebatarse los territorios
por miles de kilómetros y los súbditos por millones. Ellos son los que han encanijado
al León simbólico de antes; ellos los que han influido en el estado de indigencia
moral en que el espíritu público se encuentra; los que han preparado, por desidida o
malicia, el terreno falso de los negocios coloniales...” (Darío, 1998: 55)
Si hacia fines del XIX poseer territorios coloniales garantizaba la fuerza moral de una
nación, perderlos constituía una experiencia verdaderamente infamante que se alzaba contra
una trayectoria de siglos. Esta clase política despreocupada no alcanzaba a comprender la
magnitud de la tragedia. El aislamiento internacional en que transcurrían sus días, la
desatención que concedía a los asuntos coloniales y la angosta perspectiva que asumía a la
hora de atender los negocios nacionales constituían las notas distintivas que la habían
conducido a la débâcle.
El panorama cultural del Madrid de fin de siglo que se desplegaba a los ojos de este
observador circunstancial, era “patético”. Para su sorpresa, el español elegía la comedia trivial
y asistía al teatro para ver la “representación de la vida chulesca y desastrada de los barrios
bajos”, mientras las obras del Siglo de Oro carecían de audiencia. Los ricos aristócratas, por
su parte, acudían a un recientemente inaugurado café- concert para ver la actuación de
Rosario Guerrero, una bailarina de varietté que había triunfado en París. España se reproducía
a sí misma en lo peor que tenía de sí, y la intelectualidad hispana estaba contribuyendo a esa
acción: buscando la peseta fácil para responder el gusto por el melodrama y la prensa
amarilla, los grandes literatos habían decaído sus producciones para atender a las superficiales
preferencias del público. 4
4
Cfr: “En lo intelectual, he dicho ya que las figuras que antes se imponían están decaídas, o a punto de
desaparecer, y en la generación que se levanta, fuera de un soplo que se siente venir de fuera y que entra por la
295
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
El interior lúgubre de los palacios, las dantescas pinturas que decoran sus paredes
transportan al observador a un escenario de tensión y de muerte. Las naves de las iglesias
semejan morgues y la imaginería religiosa expone el espanto humano de la pasión de Cristo.
La observación de estos ambientes no hacían más que transportar al visitante a dos siglos
atrás, una época en que la exacerbada religiosidad de unos monarcas los había hecho
proscribir y castigar el pecado con la tortura y la hoguera. La brutalidad de la raza española y
el gusto por lo sangriento se convierten en acto en las corridas de toros. (Darío, 1998: 135-6)
La pasión por la sangre, la muerte y el dolor como espectáculo constituían el sustrado
principal del carácter español, y servían a Darío para explicar el atraso cultural con que
España estaba transitando el nuevo siglo. Sacudirse esa barroca religiosidad se convertía en
un axioma necesario para superar el inmovilismo y alcanzar la libertad en el decir y el obrar.
La nueva intelectualidad debía asumir ese compromiso: el de conducir a España de la
oscuridad a la luz. (Darío, 1998: 144)
ventana que se han atrevido a abrir en el castillo feudal unos pocos valerosos, no hay sino la literatura de mesa
de café, la mordida al compañero, el anhelo de la peseta del teatro por horas, o de la colaboración en tales o
cuales hojas que pagan regularmente; una producción enclenque y falsa, desconocimiento del progreso mental
del mundo, iconoclasticismo infundado o ingenuidad increíble ...” (Darío, 1998: 57).
296
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
mirar a trasluz las constantes del carácter español y el clima social por el que estaban
atravesando. Madrid, la ciudad de la eterna fiesta. El estado mental de este pueblo recorría el
ciclo vital/ estacional del año litúrgico: tras el nacimiento de la Navidad, se sucedía la alegría
del Carnaval que era interrumpida por la espiritualidad de la Cuaresma y la muerte de Semana
Santa. Con la fiesta de San Juan, la diversión volvía nuevamente a las calles de las ciudades
españolas. La experiencia existencial de los cristianos quedaba reducida a una alternancia de
risa y recogimiento, de alegría y dolor. 5 Estas fiestas lograron sincretizar celebraciones
ancestrales de la Roma pagana, todavía presentes en la religiosidad popular española: el
Carnaval era la manifestación de un gran pecado pagano que año tras año caía vencido por
imposición de la cristiandad medieval que sobrevenía con la Cuaresma. 6
5
Nótese que en el calendario cristiano el pasaje de la Navidad, el Carnaval a Cuaresma consisie en de la
traslación de la alegría y el desenfreno al dolor de la muerte. De ese modo, “el año, con sus estaciones, con sus
marcadas fases por el Sol y la Luna, ha servido de modo fundamental para fijar el orden, al que se somete el
individuo dentro de su sociedad y al que parecen someterse también los elementos. Muerte y vida, alegría y
tristeza, desolación y esplendor, frío y calor, todo queda dentro de este tiempo cargado de cualidades y de hechos
concretos, que se mide también por medio de vivencias.” Julio Caro Baroja, El Carnaval (Análisis histórico-
cultural). Madrid, Taurus, 1965, p. 18.
6
Véase Julio Caro Baroja, El Carnaval, Op. cit., “Introducción”; Le Roy Ladurie, Emmanuel: Entre los
historiadores. México, Fondo de Cultura Económica, 1989, p. 117.
297
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
La pérdida no podía ser olvidada por el “pan y circo” de la celebración, y así quisieron
voces y actores anónimos que fuera recordada por los responsables de la catástrofe, cuando
una comparsa disfrazada como negros de Cuba irrumpió en la casa de Sagasta tocando un
tango y portando “un estandarte enlodado que en otro tiempo fue rojo y amarillo”, adornado
ahora con los colores rojo y azul de la bandera norteamericana. “A pesar de los desgarrones y
manchas del carnavalesco estandarte, podían leerse estos nombres: Cavite, Santiago, San Juan
de Puerto Rico.” Seguían luego la procesión unos cuantos jóvenes con máscaras de rostros
demacrados y cadavéricos, algunos cojos, otros mancos representando a los prisioneros de
Filipinas, y otros hombres disfrazados de marinos de Cavite “con cabezas tan artísticas y
muecas tan significativas, que no parecía sino que sus poseedores habían estado meses enteros
debajo del agua.” (Darío, 1998: 106-7) Detrás del disfraz se ocultaba un enorme descontento
social, y un interés de responsabilizar a los políticos del turno pacífico. 7
Este celebración operó como un espacio de catártica liberación, por medio del cual a
través de las licencias carnavalescas todo era travestido, pasando del polo de lo cómico al de
lo trágico. El disfraz invertía el orden de las cosas, los juegos de simulación y las parodias
quitaban de contexto un acontecimiento, para ponerlo en ridículo. Sátiras procaces, violencia,
injurias y cánticos, excesos en la comida y la bebida se convirtieron en las anónimas
expresiones de esa conciencia trágica. La inversión fue completa cuando una comparsa de
jóvenes dulzaineros visitó en el Palacio real a un Rey raquítico y pálido. Los alegres cánticos
de los jóvenes estudiantes, las comparsas valencianas de singular belleza, el baile y la
embriaguez, contrastaban con el oscuro porvenir político español, simbolizado en el débil
monarca, pero era el alma popular de España la que surgía vigorosa en los bailes y la alegría
de las calles. “... Madrid ha bailado más que nunca. (...) En el Real, en todos los teatros, bailes
7
Sobre la posibilidad que estas celebraciones brindaban de constituirse en un espacio de crítica política,
veáse Mona Ozouf, “Space and Time in the Festivals of the French Revolution”. Comparative Studies in Society
and History. An International Quaterly. Cambridge University Press. Volume 17, Number 13, July 1975, pp.
382-384; François Dosse, La Historia en migajas. De “Anales a la Nueva Historia”. Valencia, Edicions Alfons El
Magnánim, 1988, Cap. 5 “Una historia inmóvil”, pp. 259-261.
Esa escritora se ha ocupado de describir de qué manera la fiesta, luego de la Revolución Francesa,
permitió la creación de un nuevo sistema de ordenación y de un espacio de influencia del poder político. Durante
estas fiestas, se realizaban dramatizaciones en las plazas públicas donde se ridiculizaba a la realeza y contaban
con la participación popular. A través de estas celebraciones, “el pueblo irrump(ió) en la escena política”:
transformó las iglesias en salones de baile y se reunió alrededor de la hoguera para quemar ornamentos y libros
piadosos pertenecientes al clero. Asimismo, presenció parodias donde se reproducía la caída del trono de los
reyes y su decapitación. La capacidad de intimidación de estos espectáculos facilitó las adhesiones
revolucionarias y la afirmación de la Revolución como “invencible”.
298
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
de sociedades y gremios; en los salones mundanos, bailes de cabezas y de trajes; en las calles
mismas, mascaradas con una guitarra y unas castañuelas por toda música, se han descaderado
a jotas.” Pero esa alegría se convertía en evasión cuando se la contrastaba con otra realidad
donde pobres, hambrientos, delincuentes y prostitutas, aparecían poblando las calles
principales de la capital: “Los disfraces han abundado; y mientras uno materialmente no
puede dar un paseo por las calles sin que le impidan el paso los mendigos, mientras la
prostitución, comprendida la de la infancia y causada por el hambre en este buen pueblo, se
instala a nuestros ojos a cada instante; mientras los atracos o robos en plena calle hacen
protestar a la prensa todos los días, se han gastado en los tres de carnaval trescientas mil
pesetas en confetti y serpentinas.” ( Darío, 1998: 110-1. e. s. e. n.)
Sin embargo, esta desbordante celebración del Carnaval, que se esforzaba por hacer ver
que nada había ocurrido, fue vista por Darío como un buen augurio: “Enfermo que baila, no
muere”. En la sana frescura de los jóvenes, en la singular belleza de las mujeres españolas
encontraba la reserva del mañana, el nuevo espíritu que vislumbraba en las flamantes
generaciones. La reconstrucción de España podía ser vaticinada, y dentro de este vaticinio, la
fiesta cobraba perfiles terapéuticos: se trataba de lavar lo viejo para construir lo nuevo con el
trabajo y el cultivo de las artes. Rubén Darío se constituyó en observador del presente para
predecir un futuro cierto a partir de las constantes que alcanzaba a distinguir en las clases
populares españolas.
8
Mijail Bajtin, La cultura popular en la Edad Media y Renacimiento. Barcelona, Barral (Breve Biblioteca
de Reforma), 1974, p. 14. Cabe aclarar que es ésta una característica común de toda fiesta.
299
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
alto en el lugar de lo bajo y la parte trasera en el lugar de la delantera. 9 Las imágenes del
“reyecito anémico”, que sonreía tristemente, junto a su madre, ante la presencia de una
mascarada de jóvenes, no hacía más que invertir el orden de las cosas, reduciendo a la nada el
enorme poderío que antaño había tenido el imperio español y colocando en lo alto la
comparsa anónima de jóvenes estudiantes: era la cimiente que traería la salvación.
Exagerando las proporciones de su pequeñez, resaltando su contraste con la fuerza y la
jovialidad de la estudiantina, distinguiendo la “palidez de la aya” que lo acompaña, Rubén
Darío modificó la imagen del objeto para denigrarlo y producir la carnavalización de la
ceremonia. ¿Podía esperarse de este personaje la regeneración española?: ésta era la pregunta
mordaz que descansaba detrás de la detallada descripción de Darío.
Durante la Semana Santa el espíritu del forastero quedaba embargado por la melancolía
“incolora” del ambiente madrileño: el tono plañidero que acompañaba la procesión de ciegos,
transportaba a los espectadores que seguían su andar. Saetas, adoración de vírgenes y santos
patronos formaban parte del barroquismo que inundaba las calles de Madrid en estas fechas.
“En España, el catolicismo está unido tan íntimamente al alma general”. (Darío, 1998: 144)
En esas fechas santas la ciudad entera se entregaba a la celebración: se suspendía la
circulación de vehículos, las campanas dejaban de sonar y las calles eran inundadas por
mujeres devotas luciendo sus mantillas.
En las iglesias la celebración era pomposa y los caballeros de diversas órdenes vestían
indumentaria de épocas pretéritas. La nota peculiar ocurría cuando la reina lavaba los pies a
9
Cfr: “El carnaval celebra el aniquilamiento del viejo mundo y el nacimiento del nuevo, del año nuevo,
de la nueva primavera, del nuevo reino. El viejo mundo aniquilado es dado junto con el nuevo, es representado
con él, como la parte agonizante del mundo bicorporal único. Ésta es la razón por la cual las imágenes de
carnaval ofrecen tantas cosas invertidas: rostros al revés, proporciones violadas a propósito. Esto se manifiesta
ante todo en los vestidos: hombres disfrazados de mujeres y viceversa, trajes puestos al revés, vestidos de la
parte superior puestos en el lugar de los de la parte inferior, etc. ...” Ibid., pp. 370-1.
300
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
los pobres y los reunía en su mesa, siguiendo una tradición impuesta en el siglo XIII. 10 La
ceremonia tenía lugar en la capilla del Palacio Real ante numerosos invitados, y servía a la
realeza para afirmar la magnificencia de su poderío: por corona María Cristina llevaba una
diadema de brillantes y una mantilla blanca le cubría su cabellera; la infanta Isabel vestía un
traje amarillo y un manto resplandeciente de joyas. (Darío, 1998: 146-7) El obispo y el nuncio
acompañaban la entrada de la reina, mientras las duquesas descalzaban a los pobres para
proceder a la ceremonia. El pasado irrumpía en el presente con la reproducción de esta vieja
tradición: era la alianza entre el poder político y el religioso, la cruz acompañada por el frío
acero de la espada y el fulgor resplandeciente de la Corona.
10
Esta tradición reproducía el momento en que Jesús, en la Última Cena lavó los pies de los doce
apóstoles.
301
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
“Los toros son inseparables del fuego solar, de las mujeres cálidamente amorosas, de la
manzanilla y la alegría furiosa de la tierra.” (Darío, 1998: 160)
11
Cfr: “No es posible negar que el espectáculo es suntuoso; que tanto color, oros y púrpuras, bajo los oros
y púrpuras del cielo, es de un singular atractivo, y que del vasto circo en que operan esos juglares de la muerte,
resplandecientes de sedas y metales, se desprende un aliento romano y una gracia bizantina. Artísticamente,
pues, los que habéis leído descripciones de una corrida o habéis presenciado ésta, no podéis negar que se trata de
algo cuya belleza se impone. La congregación de un pueblo solar a esas celebraciones en que se halaga su
instinto y su visión, se justifica, y de ahí el endiosamiento del torero.” Ibid., “¡Toros!”, 6 de abril de 1899, p.
157.
302
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Y hasta los espectáculos más sangrientos transcurren bajo la mirada atenta femenina.
Constituyen una fiesta popular en la que los personajes inmortalizados por el pincel de
Murillo, Zurbarán y Goya y la pluma de Cervantes aparecen a los ojos del poeta desplegando
su acción: es la España morisca de las mujeres pletóricas, de las gitanillas y los bandoleros.
“Las propensiones de su raza y su historia los inclinan del lado de las pasiones violentas
y homicidas” (Darío, 1998: 164): al indagar en el alma española, tratar de explicar y predecir
el comportamiento de este pueblo Darío se arriesgaba a enunciar esta ley natural en la que
recogía los sabios preceptos de Hippôlyte Taine. Por su parte, Rojas coincidiría con el
nicaragüense en dar una explicación contextual e historicista al significado de estas lidias,
concedido por el pueblo español: “... llegué a comprender que la tauromaquia es un arte
delicado y complejo, tanto como una ópera wagneriana. Requiere varias ‘audiciones’ para
captarlo en todo su valor. Es pintura, sinfonía, mímica, epopeya, deporte y drama. Se ha
elaborado lentamente, en muchos siglos, dentro de su ambiente de origen y como expresión
del genio racial.” 12 Los intelectuales hispanoamericanos encontraron en las corridas una llave
más por donde poder penetrar en la psicología del pueblo español.
La fiebre popular que envolvía los espectáculos de tauromaquia permitía entender por
qué, conocida la noticia del Desastre de Cavite el 2 de mayo de 1898, y por indicación del
gobierno, la corrida programada para esta fecha no fue suspendida. Baroja, Francos
Rodríguez, el Conde de Romanones difundieron, a raíz de esto, el siguiente tópico: mientras
los heroicos soldados españoles sufrían el fracaso de la guerra, el pueblo madrileño se divertía
en la plaza de toros. Y otra vez salía a la luz la cuestión del alma nacional, los males de la
Patria y de los estigmas que era necesario erradicar. Las prácticas taurinas fueron objeto de
una fuerte discusión intelectual en los círculos krausistas españoles, y el tan recordado
episodio de las corridas del ‘98 servía para fundamentar el desinterés por el bien común y la
ausencia de cualquier voluntad de sacrificio. 13 Unamuno -reconocido enemigo de la
12
Ricardo Rojas, Retablo español. Op. cit., p. 101. La cursiva es nuestra.
13
“El día mismo en que supo Madrid la rendición de Santiago de Cuba se llenaba la plaza de toros en la
Villa y en la Corte”, recuerda Miguel de Unamuno. “Sobre el desarrollo adquirido por el football en España. Lo
que piensa Don Miguel de Unamuno.” En: La Nación, 23- III-1924. Miguel de Unamuno, Artículos en “La
Nación” de Buenos Aires (1919- 1924). Recopilación y estudio por Luis Urrutia Salaverri. Ediciones
Universidad de Salamanca, 1994, p. 189. Véase Rosario Cambria, Los toros, tema polémico en el ensayo español
del siglo XX. Madrid, Gredos, col. “Biblioteca Románica Hispánica”, 1974. Andrés Amorós, Toros y cultura. 2ª
ed. Madrid, Espasa Calpe, col. “La Tauromaquia”, 1988. Andrés Amorós, “Los espectáculos en el 98”. Octavio
Ruiz Manjón/ Alicia Langa (Eds.), Los significados del 98. La sociedad española en la génesis del 98.
Universidad Complutense de Madrid- Biblioteca Nueva, 1999, pp. 544.
303
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Tauromaquia- la ubicaba entre los pasatiempos que más respondían a un componente esencial
de la idosincracia española: “Es el elemento trágico el que mantiene la afición a las corridas
de toros. Tragedia bárbara, pero tragedia al fín.” 14 Lo que el escritor bilbaíno rechazaba de
este tipo de espectáculos era el tiempo, el ingenio y la pasión que “malgastaban” los españoles
en comentarlos. “¡Es tan cómodo ser espectador!” 15 La pasión por el espectáculo sumía al
público en una ola general de pereza, pasividad e irreflexión, que lo hacía rechazar toda
actividad de pensamiento.
Con el verano se abrían los refugios nocturnos: el casón del Buen Retiro celebraba
conciertos y representaciones teatrales en los jardines. Columpios, glorietas, horchaterías con
“sus inolvidables aguas dulces” se instalaban en sus plazas y recreos. Y una mescolanza
deliciosa de distintos sectores sociales revestía de encanto las noches madrileñas en el que
convivían el chulo y el señorito elegante, el escritor conocido y el gacetillero ramplón, el
marqués sibarita y el estudiante optimista.
El teatro de varieté concentraba buena parte del público callejero, pues el teatro -junto a
los toros-, constituían las dos formas de diversión preferidas por los españoles. El sainete, la
verbena, la zarzuela habían creado una forma estereotipada de Madrid que se estaba
difundiendo por el mundo entero. Resabio de la voluntad de europeización que se había
apoderado de la burguesía española, el gusto del consumidor se inclinaba por la fusión,
desordenada a veces, de la tradición hispana con el exotismo parisiense: bailaoras y divettes
14
Miguel de Unamuno, “Sobre el desarrollo adquirido por el football en España....” Art. cit., p. 190.
15
Miguel de Unamuno, “Teatro y Parlamento.” En: En: La Nación, 10- III-1920. Miguel de Unamuno,
Artículos en “La Nación” de Buenos Aires (1919- 1924). Op. cit., p. 23.
16
Al teatro y los toros, debían agregarse otros géneros más de diversión en el orden de preferencias: la
zarzuela, la ópera, la música clásica, la canción y el baile popular, el flamenco, el cine, el circo, el deporte
futbolístico principalmente. Cf. Andrés Amorós, “Los espectáculos del 98.” Art. cit., p. 537.
17
La extranjerización de este Madrid clásico y zarzuelero se vio completada en los años ‘20, con un chulo
que se movía al son de un tango argentino, calzaba muy ceñida la americana de corte inglés y sujetaba su reloj
pulsera con una cinta de “moaré”. Antonio Garland, “Cuadros madrileños”. Madrid, otoño 1919. Variedades.
Revista semanal ilustrada. Dir. Clemente Palma, Casa Editoral M. Moral. Lima, Año XVII, Nº 625, 21 de
febrero de 1920, p. 183. Cf. de qué manera Carlos Blanco Aguinaga critica la imagen superficial de los “años
bobos” creada por Ortega, sobre la España de la Restauración. Ortega, uno de los partidarios de esa corriente
europeizadora se sumó a quienes describieron esos años como los de los toros, el género chico, la alegría
dominguera, el periodismo fácil, etc. Juventud del 98. 2ª ed. Barcelona, Crítica/ Grijalbo, 1978, “¿Cuál era el
problema de España?”, p. 51.
304
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
traídas de Barcelona, París y Marsella llevaban el peso del espectáculo; la zarzuela y el cuplé
compartían los escenario y a un público cada día más inclinado por la moda francesa. En una
de esas improvisadas salas al aire libre, a Rubén Darío le tocó presenciar “una parodia del
Moulin Rouge”, representada por peculiares bailarinas: “una cuadrilla de osados vejestorios”
como si se tratase de un “Ejército de Salvación”. Salvó el encuentro la aparición de Pilar
Monterde, una española de cuerpo encantador, que bailó las danzas nacionales con mucha
gracia “aunque un poco para París”. (Darío, 1998: pp. 225-6) La vulgaridad de este género
chico, que con su flamenquismo y chulería había creado una forma estereotipada de Madrid
que se estaba difundiendo por el mundo entero, despertó en nuestro escritor su mayor arsenal
de críticas. La cultura del sainete, la verbena y la zarzuela había impuesto su “tipismo” de
chulapas de mantón, manolas vestidas de percal y chulos de “obscenos pantalones”, como la
marca propia de esta gran urbe europea.
Pero la cultura urbana no se reduce a un sólo texto, sino que se construye a partir de
realidades superpuestas como muñecas rusas, como un mosaico de experiencias
fragmentarias. El viajero hispanoamericano quiso ir más allá del tópico, barrer lo que se
presentaba en la superficie para llegar a lo más profundo, restablecer la conexión necesaria
entre pasado y presente, acercarse a la multiplicidad de voces que habitaban la ciudad. Y esa
voluntad constructiva los llevó a ver en el teatro mucho más que un pasatiempo: encontraron
un escenario desde donde acercarse al modo de vivir y sentir de todas las clases sociales.
Cada ciudad española contaba al menos con dos teatros, uno de géneros “nobles o
largos” como la ópera, la comedia y el drama, y otro de género “corto”, ecónomicamente más
rentable. En el caso de Madrid, los teatros de ambos géneros proliferaban y focalizaban la
atención de la prensa nacional que la ponía como modelo de las salas provinciales. El público
que congregaban hacia 1900, en su mayoría burgués, imitaba el patrón aristocrático que
convertía el teatro en un instrumento de propaganda, empleado para definir y afirmar la
identidad nacional, 18 y en un lugar de sociabilidad donde se cerraban negocios, se celebraban
alianzas matrimoniales, etc. y al que asistían en definitiva para mostrarse. Concurrir al teatro
era sinónimo de confort y progreso: ubicados en las calles céntricas de la ciudad que contaban
con alumbrado, las salas de teatro fueron las primeras en contar con iluminación eléctrica y
calefacción central. Los sectores populares no asistían ni a los teatros comerciales,
impregnados de la cultura zarzuelera, se volcaban a los bailes callejeros, cafés cantables y
cabaréts.
305
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
226-8) La concurrencia a estas salas se había convertido en casi una obligación para aquellos
intelectuales hispanoaméricanos que visitaban la capital española a comienzos del XX. Ir al
Español y al Lara tenía idéntica importancia que una visita al Museo del Prado o al Palacio
Real: unos y otros reunían el mismo carácter emblemático y la misma significación
monumental. (Belaúnde, t. I, 1967: 321)
El consumo teatral contaba con una enorme variedad de ofertas, aunque no todas ellas,
de buena calidad. Desde su aparición en 1867-8, el teatro comercial de “género chico” que
congregaba la mayor cantidad de espectadores, había sido considerado un factor de
desmoralización. Unamuno había dirigido no pocas de sus filípicas al carácter rebajante y la
“lujuria” bestial del público de género chico. 19 Este escritor valoraba una obra de teatro por
sus componentes éticos antes que estéticos, y buscaba contrarrestar su llamada “decadencia”
con la educación del público. 20 Su apreciación partía de un diagnóstico de la situación no tan
alejado de la verdad: hacia 1900 y como respuesta a un gusto burgués europeo cada vez más
inclinado a la procacidad y el consumo sexual, la oferta teatral se había inclinando más y más
hacia el erotismo escénico. Cupletistas y tiples, siempre abiertas al halago y la invitación de
cualquiera de los asistentes, ejercían una prostitución disfrazada, y el teatro, en comparación
con los cafés y cabarets, representaba la opción socialmente institucionalizada donde
congregarlas. 21
19
Unamuno se refería con una mezcla de horror y mordacidad a “esos teatruchos donde bailan mujeres en
pelota, donde mueve el nalgatorio zarramplines inverecundos.” Parmeno, “La moral del teatro”, Heraldo de
Madrid, 1- XI-1911.
20
Donald Shaw, en un intento por presentar brevemente una semblanza de la obra de Miguel de
Unamuno encontró en su producción teatral la siguiente paradoja: reconociendo la influencia de Dicenta y
Hauptmann abogó por un teatro que alumbrara sobre la situación de las clases populares, pero en su realización
expuso otro más preocupado la metafísica individual, por la mente y el espíritu, que por los conflictos sociales.
Véase La generación del 98. Madrid, Cátedra, 1997, p.106. (1ª ed.: 1977).
21
Salaün amplía las razones de esta fluctuante retórica moral, donde la lógica del placer se impone sobre
el discurso represivo: “Que aristócratas, banqueros, negociantes, intelectuales y profesores de universidad se
exhiban con teatreras o cupletistas es de buen tono: una fachada moral y una conducta pecaminosa pueden
cohabitar en la misma persona. Las autoridades, hasta la Iglesia y sus teólogos, en pleno siglo XX, siguen
pregonando una retórica del perdón y de la legitimación del acto sexual realizado fuera de casa con profesionales
(...) si se respetan las apariencias y no afecta la familia tradicional.” Salaün, Sergé, “Méritos, tapujos y
vergüenzas de Talía. ...” Art. cit., p. 556.
306
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Este último balance, realizado por Darío sobre las variaciones del teatro español, se
mostraba auspicioso. El teatro se convertía así en un escaparate desde donde podía ser
observada una conflictividad social cada vez mayor. Si lo que se deseaba era salvarlo de la
decadencia, -recordemos que Unamuno había publicado en 1896 su artículo “La regeneración
del teatro español”-, la misma podía esperarse alejando la trivialidad, reflejando la
interioridad de los personajes y constituyendo un fotograma donde estuviera reflejada la
realidad española desde sus distintos ángulos. Y esta depuración llevaba consigo el abandono
del pintoresquismo de lo típicamente hispano.
El Madrid monumental:
“Madrid es feo; aquellos barrios antiguos, tortuosos, de casas pobres son indignos de
una ciudad moderna”: 22 con esta carta de presentación la hacían conocer sus habitantes. Sus
propios vecinos eran los culpables de que esta ciudad no gozase del prestigio que merecía,
pues, a pesar del abigarrado panorama de sus calles céntricas, estrechas e irregulares, quienes
la visitaban, como la peruana Angélica Palma no dejaban de verle su encanto, confirmando
una vez más que la ciudad existe cuando -y para quien- la camina. 23
El territorio de esta capital se había fragmentado con las inflexiones que el tiempo había
dejado en él. Así existían en Madrid dos ciudades superpuestas: una de origen medieval, la
vieja ciudad de los Felipes 24 cuyas calles mal trazadas se abrían en abanico desde la Puerta
del Sol, había nacido sin responder ni a plano ni a medida sino, espontáneamente, a la presión
inmediata del crecimiento de la población; otra racional en el sentido moderno, surcada por
anchas calles como la Gran Vía que ampliaba audazmente el centro de la ciudad, contaba
también con extensos bulevares en su parte alta y largas calles arboladas en uno de sus barrios
de mayor envergadura, el de Salamanca. Sus vías principales, los paseos de Atocha y la
Castellana, estaban trazadas en perfectas líneas rectas. Esta ciudad nueva tenía su propio
centro: “la plaza tan bella de Castelar (sic) con la fuente monumental de Cibeles al centro y en
las boca calles los espléndidos edificios del ministerio de guerra, el Banco de España, el
palacio de Comunicaciones y el de Murga”, 25 y este centro conformaba el punto neurálgico
donde convergían en perpendicular las calles principales de Alcalá, los paseos del Prado y de
Recoletos.
“La pobre aldea del siglo XV había llegado a ser, iniciado el 900, una verdadera capital
de las Españas y una de las mejores metrópolis europeas”- sostenía el argentino Ricardo Rojas
coincidiendo con la anterior. 26 Madrid había logrado reunir todas las grandes ventajas de la
capitales europeas: su jerarquía administrativa, su posición céntrica y su gran poder de
22
Citado por Marianela, “De la capital castiza”. Variedades. Revista semanal ilustrada. Lima, 9 de
diciembre de 1922, Año XVIII, Nº 771, p. 6895. El nombre de la autora es seudónimo de Angélica Palma.
23
Cf. Raymond Williams, Solos en la ciudad. La novela inglesa de Dickens a D. H. Lawrence. Madrid,
Debate, 1997. Adrián Gorelik, “Historia de la ciudad e historia intelectual”, Prismas. Revista de Historia
Intelectual, Universidad Nacional de Quilmes (Argentina), Nº 3, 1999, pp. 209-223.
24
Con su nombre derivado del árabe Magerit, esta aldea morisca fue ocupada por los cristianos en el siglo
XI, constituyendo una importante plaza defensiva durante la Reconquista. Su condición cambió radicalmente
cuando Felipe II la nombró capital de la Corona.
25
Marianela, “De la capital castiza”. Art. cit., p. 6896.
26
Retablo Español. En: Obras Completas, Vol. 25. Buenos Aires, Losada, 1948, “6. Llegada a Madrid, de
noche y en invierno”, p. 37.
307
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
asimilación nacional. De todas las provincias venían pobladores atraídos por su vida
académica, política, comercial y mundana. La ciudad había recibido una importante
promoción urbanística, primero, bajo el reinado de Carlos III, con las construcción de
edificios de influencia francesa e italiana y la aparición de una reglamentación que propició su
ordenamiento moral y sanitario, y segundo con la regencia de María Cristina que implementó
un programa de limpieza, orden, industria y progreso, siguiendo el modelo de la Inglaterra
victoriana (Rojas, 1948: 49).
Planeada y ejecutada por los Borbones, como hemos dicho, la ciudad moderna se
diferenciaba de la vieja por la burocracia que en una y otra residía. Correo, ejército, banco
central eran la expresión de una organización estatal que buscaba la centralización a través de
una administración racional moderna, de acuerdo al patrón ilustrado. La ciudad vieja, por el
contrario, reunía entre sus edificios públicos “el sucio y vulgar” Palacio de la Gobernación, y
la Plaza Mayor que en tiempos de los Felipes fue escenario de los autos sacramentales y
quemaderos de la Inquisición. (Rojas, 1948: 48) 27 El visitante tenía mucho para ver y admirar
en esta ciudad urbanísticamente fragmentada: el Palacio Real, por ejemplo, el viejo castillo de
los moros que se convirtó en Alcázar durante el reinado de Carlos V y en casa solariega de los
Borbones a mediados del XVIII, encerraba un vastísimo patrimonio, memoria viva de las
gestas coloniales que el espíritu tradicionalista de Angélica Palma encontraba oportuno
rescatar. Su descripción de la capital española fue constituyéndose como un collage de
referencias reales y recuerdos fragmentarios, de estímulos visuales con las asociaciones de
imágenes y datos procedentes de su memoria.
Este Madrid de fasto y esplendor, como hemos visto, aparecía estrechamento vinculado
al culto de la monarquía restaurada, percibida como la reserva de una tradición ininterrumpida
en la que América y España permanecían unidas. Asimismo, las celebraciones y actos
oficiales en los que los reyes hacían sus apariciones públicas circulando en sus carruajes por
las calles de la villa real bajo el aplauso espontáneo de sus pobladores, reforzaban entre los
habitantes la continuidad entre pasado y presente, y contagiaba de júbilo al viajero
latinoamericano. A Víctor Andrés Belaúnde le había tocado en 1906 presenciar los fastos de
la boda de Alfonso XIII con la bellísima princesa Victoria de Batemberg. Una vez más la
ciudad entera se había cubierto de júbilo siguiendo, con aplausos y emoción, el cortejo que
desde el Palacio de Oriente (“una de las más bellas residencias reales de Europa”) se trasladó
27
Véase Ángel Rama, La ciudad letrada. Hanover, Ediciones del Norte, 1984, cap. I. “La ciudad
ordenada”, pp. 1- 22.
308
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
a la Iglesia de San Jerónimo el Real por la calle Arenal y Carrera de San Jerónimo. La vieja
carroza de ébano que había pertenecido a Juana la loca, se engalanó para la ocasión, y un
séquito de embajadores de las casas reinantes europeas vino a sumarse a este ceremonial.
“Parecía una monarquía popular”, opinaba el escritor peruano: un inmenso gentío ocupaba la
inmensa curva que iba desde el Arco de Carlos III (actual puerta de Alcalá) hasta la puerta del
Sol. 28 Y Belaúnde no dudó en mezclarse con el público para ver pasar el cortejo, a la ida,
parado en la esquina de la calle Espoz y Mina y, a la vuelta, desde un balcón de la calle
Alcalá.
La ciudad de Madrid tuvo para los viajeros señalados la especial connotación de haber
salido recientemente de la guerra, y por ello muchas de las imágenes que ellos esgrimían se
alimentaban en aquel debate que buscaba identificar los signos del atraso español.
Transitando por sus calles, visitantes extranjeros como Darío veían la representación más
perfecta de la España negra de Goya y reconocían en ella a los personajes esperpénticos de
Valle -Inclán. Era la rémora de un país vencido, embargado por el fuerte sentimiento de haber
perdido el inmenso poderío que había gestado en el curso de cuatro siglos. Y a pesar de los
fuertes deseos de olvido que las celebraciones de Carnaval y Semana Santa ponían de
manifiesto, voces descontentas aparecían por uno y otro lado responsabilizando a la clase
política de la tragedia e intentando cristalizar en la memoria el dolor de lo ocurrido.
Las fiestas populares, los toros y el teatro, la celebración de la boda real permitieron al
viajero reconstruir el ambiente circundante, la formas de la ciudad y de sus habitantes que
jubilosos y despreocupados celebraban y asistían a esos encuentros. La descripción de la
psicología social del pueblo español estaba detrás de estos relatos que en tono de comicidad,
eran capaces de desenmascarar y reconstruir la trama de una culpa compartida y de un destino
de fracaso que venía anunciándose.
Referencias bibliográficas:
AMORÓS, Andrés: Toros y cultura. 2ª ed. Madrid, Espasa Calpe, col. “La
Tauromaquia”, 1988.
28
Víctor Andrés Belaúnde, Trayectoria y Destino. Memorias. Op. cit., “XIX. El ambiente político y
cultural de España en 1900”, p. 313-315.
29
Para conocer el origen y la caracterización general de este movimiento he seguido a Carlos Floria,
Pasiones nacionalistas. México (etc.), Fondo de Cultura Económica, 1998, pp. 43-45.
309
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
AMORÓS, Andrés: “Los espectáculos en el 98”. En: RUIZ MANJÓN, Octavio y Alicia
LANGA (Eds.), Los significados del 98. La sociedad española en la génesis del 98.
Universidad Complutense de Madrid- Biblioteca Nueva, 1999.
BLANCO AGUINAGA, Carlos: Juventud del 98. 2ª ed. Barcelona, Crítica/ Grijalbo,
1978.
CAMBRIA, Rosario: Los toros, tema polémico en el ensayo español del siglo XX.
Madrid, Gredos, col. “Biblioteca Románica Hispánica”, 1974.
ROJAS, Ricardo: Retablo Español. En: Obras Completas, Vol. 25. Buenos Aires,
Losada, 1948.
SHAW, Donald: La generación del 98. Madrid, Cátedra, 1997, p.106. (1ª ed.: 1977).
310
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
UNAMUNO, Miguel de: Artículos en “La Nación” de Buenos Aires (1919- 1924).
Recopilación y estudio por Luis Urrutia Salaverri. Ediciones Universidad de Salamanca,
1994.
311
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Abstract
La primera edición de Viajes por la América Meridional de Félix de Azara en 1809
contiene algunas interesantes pistas acerca de los mecanismos que intervienen en una
publicación de estas características y sobre el papel de las imágenes en ella. Algunos de estos
mecanismos se expresan en una serie de mediaciones establecidas entre el manuscrito en
español y el texto en francés: traducciones, notas, biografía, y la inclusión de imágenes
realizadas ad hoc para la edición francesa.
The first edition of Félix de Azara ´s Viajes por la América Meridional (1809) contains
some interesting clues regarding the mechanisms involved and the role of images in editions
like that. Some of these mechanisms are expressed in a number of interventions established
between the manuscript written in Spanish and the French text : translations, notes, biography,
and the inclusion of ad hoc images performed for the French edition.
The aim of the present paper is to unravel the web of meanings in which different
representation modes and levels of the traveler´s experiences are impregnated. In order to
show the divergences and specificities between both registries and to emphasize the necessity
of some images that were judged undoubtedly powerful to assure the success of the
publication, in the present paper we will discuss different aspects like: the bookseller and the
editor strategies applied to obtain a publication with strong images; the devices of written
registry translation to the visual registry; the intervention of designers and engravers and the
role of the Paris Museum of Natural History embalmed animals.
Texto
En 1781, Félix de Azara y Perera, un ingeniero militar de 39 años nacido en Aragón,
viaja a Sudamérica para actuar como comisario en la cuestión de límites entre las coronas
312
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Uno de los problemas a los que se enfrenta el estudioso de Azara es la gran cantidad de
escritos publicados en distintas fechas, por editores de experiencia diversa en ciudades
europeas y americanas 3.
Azara envió parte de sus manuscritos a Europa, mientras aún permanecía en el Río de la
Plata, y al volver a España dejó en Asunción y Buenos Aires apuntes e informes, lo que
derivó en una temprana pérdida de control sobre lo escrito. Dos cuestiones más oscurecen la
aproximación a su obra: la dispersión y/o duplicación de sus manuscritos en varios archivos,
derivadas en parte del carácter oficial de ciertos textos, y la relación conflictiva establecida
con algunos funcionarios coloniales, que llevó a robos y plagios de parte de su obra 4.
1
El gobierno español designó cuatro partidas demarcatorias. Azara fue el comandante de la tercera
partida. Manuel Lucena Giraldo, “Ciencia para la frontera: las expediciones españolas de límites, 1751-1804”, en
Cuadernos Hispanoamericanos, Los Complementarios 2, Madrid, ICI, 1988.
2
Voyages dans l’Amérique Méridional, par Don Félix de Azara, publiés d’aprés les manuscrits de
l’auteur, avec une notice sur sa vie et ses écrits, par C. A. Walckenaer; Paris, Dentu, 1809. Para las citas se usan
además las siguientes ed. en castellano de los Viajes por la América Meridional: Madrid, Espasa-Calpe, 1941 y
Buenos Aires, El Elefante Blanco, 1999, ambas en dos vol., que se indican con los años de publicación entre
corchetes. En las citas se ha modernizado la ortografía.
3
M. Lucena Giraldo y Alberto Barrueco Rodríguez señalan el problema de la “enorme complejidad de las
fuentes” y la “existencia de numerosas copias manuscritas en archivos de Europa y América”. Félix de Azara,
Escritos fronterizos, Madrid, ICONA, 1994, p. 30. Los editores y traductores del siglo XX han ensayado
detalladas bibliografías, Félix de Azara, Viajes por la América Meridional, traducción de la edición francesa por
Francisco de las Barras de Aragón, Madrid, Jiménez y Molina, 1923, 2 volúmenes; Enrique Alvarez López, Félix
de Azara: siglo XVIII. Madrid, M. Aguilar, s/f. Julio César González, “Biobibliografía de Azara”, en Félix de
Azara, Memoria sobre el estado rural del Río de la Plata en 1801 y otros informes, Buenos Aires, Ed. Bajel,
Biblioteca Histórica Colonial, 1943.
4
Azara envió a su hermano José Nicolás apuntes de sus observaciones sobre los cuadrúpedos, que se
publicaron en París en 1801, sin su consentimiento. En ediciones posteriores, Azara se refiere a los motivos de su
rechazo de esta edición (ver nota 6). Uno de sus colaboradores en Sudamérica, Pedro Cerviño, publica
parcialmente unos informes en 1802 en el Telégrafo Mercantil y en el Semanario de Agricultura, Industria y
Comercio. El enfrentamiento con los funcionarios de la administración colonial y los episodios de apropiación
de sus trabajos aparecen en la “Noticia de la vida y escritos de Félix de Azara” escrita el editor Walckenaer e
incluida en los Voyages..., mientras que las tensiones con el gobernador de Paraguay se evidencian en cartas que
Azara dirige al virrey Arredondo, cfr. “Correspondencia oficial e inédita sobre la demarcación de límites entre
Paraguay y Brasil”, en Memoria..., cit., p. 151.
5
Ha existido “la imposibilidad de encontrar el texto original manuscrito que tradujera C.A. Walckenaer,
todavía hoy desaparecido”, Lucena y Barrueco, cit., p. 31.
313
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
existencia de un manuscrito único como base del libro y nos inclinamos a considerar los
Voyages... como un objeto editorial realizado a partir de diferentes materiales, sin duda
escritos por el autor, pero mediados por una serie de operaciones que los convierten en libro.
Azara estableció una fluida relación con Walckenaer, cultivada a partir de su estancia en
París durante 1802 y 1803 y más tarde por correspondencia. Entre 1802 y 1805, Azara dio a la
imprenta en Madrid Apuntamientos para la Historia Natural de los Pájaros... en tres
volúmenes y Apuntamientos para la Historia Natural de los Quadrúpedos..., en dos 8. No
obstante, al parecer, la recepción de sus escritos en España no garantizaba la circulación de
los conocimientos adquiridos durante su experiencia americana, de manera que poco después
comienza a trabajar con Walckenaer en la publicación de otro escrito, de carácter abarcativo.
París posibilitaba la difusión y discusión de su obra a escala europea y la profundización de
los vínculos con otros científicos, a través de la presentación de un texto más completo y de
mayor elaboración que los Essais... 9
Como señalamos al comienzo, los Voyages... contienen una serie de pistas que permiten
reconstruir, a pesar de la falta de un manuscrito original, algunas operaciones que se habrían
realizado sobre el texto para tranformarlo en un objeto editorial. La obra se organiza en cuatro
volúmenes en 8º, más un atlas o “Collection de Planches” en 4º con veinticinco grabados:
trece de ellos realizados sobre las cartas geográficas que Azara y sus colaboradores levantaron
en el Paraguay y el Río de la Plata, y doce con fauna de la región.
6
“...prohibí su publicación, porque [...] su parte crítica estaba hecha muy de prisa... Sin embargo, se
publicaron en francés mis apuntaciones incompletas y defectuosas como estaban sin mi noticia y contra mi
voluntad expresa; por consiguiente no me creo responsable de sus errores”, Descripción..., cit., cap. IX, p. 91.
Con un texto similar comienza el cap. IX de los Voyages... de 1809.
7
Walckenaer menciona la buena acogida del Instituto de Francia a “una edición, todavía incompleta, de
su historia de los cuadrúpedos”, “Noticia...”, Viajes... [1999], cit., pp. 21-2. En uno de sus trabajos sobre Azara,
Oliver Baulny afirma lo mismo, Felix de Azara. Un aragonais precurseur de Darwin. Pau, Marrimpouey Jeune,
1968, p. 17.
8
Apuntamientos para la Historia Natural de los Pájaros del Paraguay y Rio de la Plata, Madrid,
Imprenta de la Viuda de Ibarra, 1802-5, 3 vol., en 4º; Apuntamientos para la Historia Natural de los
Quadrúpedos del Paraguay y Rio de la Plata, Madrid, 1802, , 2 vol. en 4º. Walckenaer dice que Azara publica
estos textos porque eran los únicos que en España “podía imprimir sin permiso de la Corte”, “Noticia...”, p. 27.
9
A propósito de la publicación de los Pájaros en francés Azara le escribe a Walckenaer, poniendo de
manifiesto sus expectativas, 25 de julio de 1805, en Viajes... [1941], p. 47.
314
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Azara debió tener presente esta cuestión al pensar en publicar los Voyages..., ya que
pese a su prosa seca y a sus descripciones despojadas de elementos coloridos, trató de dar al
texto un carácter más atractivo:
... yo había escrito mi obra en forma de diario de viaje; pero luego la he ordenado
como la ve V., porque hubiera sido tan enojosa como los viajes marítimos, que
hablan todos los días de vientos, de cambios de rumbo, de peligro y de trabajos:
siempre, poco más o menos, lo mismo 11
Pero seguía siendo una obra científica, basada en observaciones y medidas, por lo que
en la Introducción de los Voyages... aclara:
Ambos párrafos dan cuenta de los problemas de estilo presentes en el escrito: diario de
viaje con una “forma” diferente que escape al tedio del lector, pero sin caer en las
“exageraciones” de una novela, cuyo autor estaría más interesado en jugar con las palabras
que en referirse a las cosas concretas, a “hechos” verificables.
10
Cfr. Jean Paul Duviols, L’Amerique vue et revée. Les livres de voyages de Christoph Colomb a L. A. de
Bougainville. 1492-1768. Paris, Editions Promodis, 1985. Hay además un hilo conductor entre los manuscritos
iluminados medievales conocidos como libros de maravillas, copiados por cientos, y los más famosos “Viajes”
difundidos de la mano de la imprenta –los de Theodor de Bry- en la medida en que los contenidos poseían la
autoridad de quien o quienes habían visitado lugares lejanos, por más que muy tardíamente se exigiera a la obra
la autenticidad de la experiencia. El viaje, ya fuese parte del título o no, es un elemento de singular importancia
que liga escritos de muy diverso carácter e intención a lo largo de un período muy largo. Marta Penhos, “De
viajes y viajeros. Entre la mirada y el cuerpo”, mimeo, 2001.
11
Carta a Walckenaer, 1º de diciembre de 1805, en Viajes... [1941], p. 51.
12
Viajes... [1999], tomo I, p. 49.
315
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Ahora bien, de los dos primeros tomos se desprende una organización en dos áreas,
similar a la observada en otros impresos 13: los nueve capítulos dedicados a la geografía y la
historia natural de la región ocupan el primer volumen, mientras que el segundo contiene la
parte socio-histórica en la que quedan incluidos los capítulos sobre los indígenas y ocho con
observaciones sobre la población en general, de acuerdo a una sucesión idéntica a la de la
Descripción e historia del Paraguay y del Río de la Plata 14. Mientras que en esta última
crecía la parte histórica hasta constituir un tomo de catorce capítulos, en los Voyages... Azara
reserva sólo un capítulo final, para la “historia abreviada del descubrimiento y conquista del
Río de la Plata y del Paraguay”. A pesar de este lugar en apariencia menor, Azara le otorga al
capítulo un sentido esclarecedor:
Estos tomos uno y dos contienen entonces materias diversas tratadas a veces de forma
diferente –las descripciones de animales, por ejemplo, comparadas con las referencias a “los
medios empleados por los conquistadores de América para reducir y sujetar a los indios y del
modo como se los ha gobernado”. Sin embargo, como ya señalamos, es probable que ninguno
de estos contenidos fuera sorprendente para un lector de “viajes”. Los que podrían resultar
algo más alejados de sus expectativas son los tomos tres y cuatro, incluidos bajo el título
general de Voyages... pero que en realidad constituyen la traducción al francés de los
Apuntamientos para la Historia Natural de los Pájaros..., publicada en Madrid unos años
antes. Siguiendo a Walckenaer, nuevamente estamos aquí ante una decisión del librero:
He dicho que hacía dos años que esta obra estaba impresa, y hubiera aparecido
mucho antes si M. Dentu, a fin de hacerla más completa, no hubiera deseado
agregarle la traducción de la Historia Natural de las aves de América, que el Sr. de
Azara ha hecho imprimir en Madrid” 17
13
Marta Penhos, “Imágenes necesarias. Acerca de la primera edición de Viajes por la América
Meridional, de Félix de Azara, mimeo, 2001.
14
Madrid, Imprenta de Sanchis, 1847.
15
Viajes... [1999], tomo I, p. 45.
16
De la obra de los cronistas valora ciertos “hechos” o datos, aunque poniendo siempre de relieve la falta
de perspectiva científica con que fueron concebidos, Idem, pp. 45-49.
17
“Advertencia del Editor”, Viajes... [1941], p. 5.
316
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
En realidad, el capítulo IX del tomo I, titulado “De los cuadrúpedos y las aves” dedica
casi toda su extensión a descripciones de cuadrúpedos, que si bien no son comparables a las
de los Apuntamientos sobre los mismos, resultan mucho más extensas que las pocas páginas
que quedan para las aves. Esto puede haber sido percibido por Dentu como una carencia de
contenidos en una obra que se presentaba como exhaustiva. Como veremos más adelante, la
inclusión de imágenes también se vincula con este deseo de hacer “más completa” la edición.
Al título sigue en la portada el nombre del autor: “par Don Félix de Azara”, su
condición de “commisaire et commandant des limites espagnoles dans le Paraguay” en letras
más pequeñas, y los años entre los que se verificaron los “Viajes”: “despuis 1781 jusqu’en
1801”. Como ha explicado Chartier a partir de un trabajo de Michel Foucault sobre la
construcción de la “función-autor”, durante los siglos de la modernidad se producen cambios
y desplazamientos desde “la figura clásica del gentleman-writer” hacia el autor identificable
que pertenece a un sistema en el que se ha incorporado la tecnología de lo impreso y la
realidad del mercado. 18
En el texto el uso de la primera persona del singular remite a una presencia activa y
permanente de Azara. Las primeras frases de la Introducción muestran un yo protagonista, no
muy lejano del autor de un relato de aventuras: “Encontrándome en 1781 en San Sebastián...
Dejé en la primera ciudad citada mis libros y mi equipaje y partí a la mañana siguiente al
romper el día...” 19. Más adelante, continúan los “yo” (“levantaba”, “enviaba”) y “mis”
(“instrumentos”, “viajes”), sólo interrumpidos pocas veces por el impersonal: “Se han
navegado con el mayor cuidado posible los principales ríos...” 20. El autor utiliza a veces la
primera persona del plural, implicando al lector en recorridos y mediciones: “Tomemos por
límite austral... Continuemos después” 21, aunque sigue remitiendo sus experiencias más
directas al “yo”: “En Buenos Aires yo carecía de termómetro... Yo observé que en el
Paraguay...” 22. Finalmente, el afirmativo en tiempo presente refuerza la veracidad de los datos
que aporta: “Siempre la atmósfera está húmeda...”, y se va haciendo el recurso más usado en
los capítulos sobre plantas y animales 23. El mismo sistema –afirmativo en tiempo presente
18
Roger Chartier, El orden de los libros. Lectores, autores, bibliotecas en Europa entre los siglos XVI y
XVIII [1ª ed. en francés 1992], Barcelona, Gedisa, 1996, pp. 45-52. Aunque durante la modernidad conviven
distintos regímenes de asignación de autor, se va dando una coincidencia entre la unidad material del libro y la
unidad textual debida a un autor.
19
Viajes... [1999], tomo I, p. 37.
20
Ibídem, p. 41.
21
Idem, p. 51.
22
Idem pp. 37, 52 y 54.
23
Por ej. Idem, pp. 95 y 157.
317
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
más el yo que autoriza y unifica- aparece en la parte dedicada a la población: “Los hombres
no tienen el barbote, y no usan traje alguno cuando van a la guerra o a la caza...”, “Yo no he
observado entre otras naciones indias esta desigualdad de riquezas en los vestidos y
adornos” 24. Por último, el yo relator se diluye en los capítulos dedicados a describir los
pueblos y parroquias y también en la parte histórica 25.
En un texto publicado como Viajes inéditos por Mitre y Gutiérrez pueden hallarse
características de una escritura más cercana a la experiencia del autor. Como observó Mitre
“el estilo [...] es sumamente desaliñado”, son “notas de viaje [...] sin pretensión literaria...” 26.
24
Viajes... [1999], tomo II, pp. 26 y 27. Se refiere a los indios pampas.
25
Con respecto a los escritos antropológicos, Johannes Fabian, “Time and Writing about the Other”, en
Time and the Other, How Anthropology makes its object, New York, Columbia University Press, 1983, pp. 84-5;
John & Jean Comaroff, Etnography and the Historical Imagination, Boulder- San Francisco- Oxford, Westview
Press, 1992, pp. 25-6.
26
B. Mitre, “Noticia preliminar”, en Félix de Azara, Viajes inéditos de Santa Fé a la Asunción, con una
noticia preliminar de Bartolomé Mitre y notas de Juan María Gutiérrez, Buenos Aires, Imprenta y Librería de
Mayo, 1873, p. 6.
27
Viajes... [1999], tomo I, p. 43.
28
Viajes inéditos..., cit., pp. 27-29.
29
Ibídem, p. 70.
30
Idem, p. 36.
31
Idem, pp. 52, 56.
318
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Lo que aquí aparece en forma muy primaria, casi como volcando en el papel flashes
fotográficos, en los Voyages... serán descripciones muy detalladas a partir de las cuales el
autor desarrolla opiniones y reflexiones. Como apunte, los Viajes inéditos presentan una
mayor cantidad de mediciones y demarcaciones, que en los Voyages... están intercalados
dentro de una prosa algo más elaborada. La permanente referencia al día y hora de una salida,
a la distancia entre dos puntos, al clima de cada momento vivido, están ausentes en los
Voyages... Es evidente que no existe una relación directa entre estos apuntes y el libro en
francés, ya que el salto entre las menciones escuetas de plantas y animales en los primeros y
las detalladas descripciones en el segundo debieron ser salvadas por textos intermedios,
probablemente trabajados a partir de estas notas, de observaciones más puntuales, como lo
son las disecciones de los animales capturados, y de las correcciones realizadas a su regreso a
Europa .
Si queremos buscar las huellas de la experiencia del viajero, los Viajes inéditos nos
muestran sin duda los avatares del camino, las dificultades de cada etapa -todo aquello que
Azara se había propuesto “silenciar” en los Voyages... - a través de una pintura que, aunque
seca, tiene algo de relato de aventuras. Para Mitre, “estas notas primitivas [son] más
abundantes en ciertos detalles con más colorido local y [están] más impregnadas de la
personalidad del autor” 33. Sin embargo, como ya señalamos, el Azara que escribe no nos hace
saber mucho sobre cómo afectó todo ello al Azara viajero, cuya voz se diluye en el “nosotros”
del grupo y cuya personalidad sólo se adivina en pocos pasajes. En el libro editado por
Walckenaer se produce un fenómeno con efecto doble: por un lado, Azara aparece más
claramente como autor, como la figura que se hace cargo del escrito, como quien se atribuye
todos los contenidos y les da sentido. Por otro, la fuerza del autor debilita los restos del Azara
viajero y refuerza la distancia temporal y espacial que lo separa de la experiencia vivida,
fijándola en un texto ‘objetivo’.
Las intervenciones realizadas por Walckenaer nacen de un acuerdo con el autor: “...le
invité a cooperar él mismo en esta edición y no dejarla aparecer incompleta, y a enviarme lo
que aún conservara, consintiendo él de buena voluntad a condición de que yo me encargara de
dirigir la impresión” 34. Conviene destacar dos rasgos del acuerdo. En primer lugar, los
materiales adicionales que Azara envía desde España y que constituyen elementos
desestabilizadores del manuscrito base –“mapas”, “adiciones y correcciones que me pidió
incorporara a la obra” 35. En segundo lugar, las “observaciones” que Walckenaer “le había
hecho de viva voz” al autor y que éste le pide “añadir a su obra” en forma de “notas”.
32
Viajes inéditos, p. 117.
33
“Noticia preliminar”, Viajes [1941], p. 18.
34
Ibídem.
35
Idem. En una carta del 28 de octubre de 1805, Azara avisa a Walckenaer que le ha enviado “el
cuaderno de adiciones y correcciones que me pidió” y le da vía libre para intervenir en el texto: “... es V. dueño
de hacer cualquier retoque que considere necesario”, Idem, p. 49.
319
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
los [hechos] relativos a su vida privada me han sido suministrados por él mismo en
nuestras conversaciones en París; otros, en fin, proceden de su correspondencia 37.
Las otras notas, incluidas en el capítulo sobre los cuadrúpedos, fueron escritas por el
prestigioso Georges Cuvier, uno de los científicos que había mostrado interés por la obra de
Azara a partir de los Essais... Como las de Walckenaer, no son numerosas. No obstante, al
comentar desde un punto de vista muy actualizado las observaciones de Azara, funcionan
como una suerte de traducción entre el texto de un naturalista sin formación y el lector
perteneciente al exigente círculo de sabios franceses. Si el título “Viajes” buscaba llegar a un
espectro amplio de lectores, las notas de Walckenaer y Cuvier y la anexión de los Pájaros
estuvieron dirigidas a captar un público más restringido y especializado.
36
Idem.
37
Idem, pp. 3-4.
38
Idem, p. 4.
39
“Monsieur Dentu ha encargado a Monsieur Sonnini de esta traducción”, afirma Walckenaer en la
“Advertencia del Editor”, Viajes... [1941], p. 5-6. Sabemos del interés de Azara por publicar la obra en París y de
su desconfianza por la intervención de libreros inescrupulosos, por lo que confía la edición a Walckenaer. Cartas
del 9 de abril y del 25 de julio de 1805, Ibídem, pp. 46-47.
40
Ver “Noticia...”, en Viajes... [1999], pp. 22-3.
41
Las notas de Sonnini son largas, y pese a los caracteres más pequeños con que están impresas, se
imponen al texto principal. Remite siempre a la obra de Buffon, además de otros libros de “sabios y elocuentes”
naturalistas franceses, Voyages... [1809], tomo III, p. 8.
320
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Los aspectos de la edición analizados hasta aquí nos han puesto en la pista de distintos
modos y niveles de representación que se vinculan con una serie de prácticas –las del Azara
viajero y naturalista, las del Azara escritor, las del editor Walckenaer.
El elemento que queda por analizar agrega el registro visual y complejiza aún más las
relaciones entre prácticas y representaciones. Desde muy temprano, las imágenes resultaron
un elemento que hacía más valioso y atractivo un objeto editorial. Los libros de viaje
contaban con ellas siempre que fuera posible: mapas, planos, vistas, figuras, armaban
derroteros alternativos al discurso del texto, apoyándolo, refutándolo, ignorándolo 44. Muchas
de estas imágenes muestran una particularidad con respecto a la relación representación-
objeto representado, ya que rara vez procedían de bocetos tomados in situ sino que eran
‘invenciones’ compuestas en el taller de la imprenta o bien encargadas a artistas. La lectura
del texto a ilustrar podía ser el punto de partida para su realización pero no siempre era un
paso necesario. Los Viajes de Theodor de Bry son un ejemplo temprano y elocuente de esta
42
Azara había comenzado a observar la fauna sudamericana en forma espontánea: “Comencé este trabajo
dirigido por la meditación, sin estar impuesto de lo que otros han escrito, y con el fin de ocuparme de alguna
utilidad”, dice en el Prólogo de los Cuadrúpedos, p. I. Después de haber redactado gran parte de sus apuntes,
llega a sus manos la obra de Buffon: “Apenas había puesto en el mejor estado que pude mis apuntamientos,
recibí orden del Virrey para bajar a Buenos Aires; donde se me franqueó una Historia natural, escrita en francés
por el célebre Conde de Buffon..., Cuadrúpedos, pp. IV-V. “Ordenada mi Ornitología me mandaron pasar a
Buenos Aires. Allí me prestó el amigo Pedro Cerviño la Historia Natural de los Pájaros en 18 tomos, impresa en
París el año de 1770, y escrita en francés por el famoso conde de Buffon”, Pájaros, cit., p. 151. Azara se refiere a
la parte dedicada a las aves de las Oeuvres complètes aparecidas en 90 vol. entre 1752 y 1805. Más tarde tuvo
acceso a la Histoire Naturelle casi completa: “Tuve además oportunidad de leer la Historia natural del citado
Señor Conde de Buffon en treinta y un tomos, con doce suplementos, que incluye las descripciones de M.
Daubenton”, Ibidem, pp. VI-VII; “... yo no he leído otra obra que la de este último autor, en treinta y un
volúmenes con doce de suplementos”, Viajes... [1941], p. 159. Única fuente escrita en la que basarse, se
transforma sin embargo en la evidencia de sus propios descubrimientos: “Comencé a leer estos libros, creyendo
serían los mejores del mundo... No obstante [...] encontré que buena parte de lo que es histórico se componía de
noticias vulgares, falsas o equivocadas: que en lo general no se daba idea exacta de las magnitudes ni de las
proporciones: que se reunían a veces bestias diferentes embrollándolas: que en ocasiones se multiplicaban las
especies: y en fin, que era necesario indicar en mi Obra las equivocaciones que se padecían”, Cuadrúpedos, p. V.
43
Voyages... [1809], tomo III, “Avis du traducteur”.
44
M. Penhos, “Imágenes necesarias...”, cit, p. 25.
321
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
práctica editorial: textos de cronistas que habían estado en remotos lugares se cruzaban con
grabados que mostraban elegantes figuras de indios manieristas y ciudades americanas con
edificios coronados de chapiteles flamencos. En el siglo XVIII, con la organización de
grandes expediciones científicas, se acentuará la tendencia a que texto e imagen se produzcan
paralelamente en una relación más cercana con lo observado, gracias a la tarea de dibujantes
que acompañaban las partidas.
Asimismo, los escritos sobre historia natural -una de las disciplinas académicas que van
constituyéndose a partir de la segunda mitad del setecientos- tendrán en versiones impresas
sus correspondientes atlas de ilustraciones.
45
Entre otros J. Fabian, “The Other and the Eye: Time and the Rhetoric of Vision”, en Time and the
Other, cit., p. 106.
46
La primera edición de las obras de Buffon es difícil de conseguir “à cause de la beauté des gravures
qu’elle contient”, Jacques-Charles Brunet, Manuel du Libraire et de l’Amateur de Livres, Paris, libraire de
Firmin Didot fréres, fils et Cie., 1860, tomo I, pp. 1376-7.
322
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Es evidente que los escritos de Azara no podían compararse con semejante opus
magnum. Sin embargo, en torno a la cuestión de las imágenes se evidencia notablemente su
actitud doble de acercamiento y distanciamiento con respecto del naturalista francés.
Igual que en los apuntes publicados como Viajes inéditos, la visualidad es el eje que
organiza el texto de los Voyages... y el recurso casi excluyente de los capítulos dedicados a
plantas, insectos, reptiles, cuadrúpedos y aves. A partir de una confesión de su falta de cultura
libresca -“no he leído nada de lo que los demás han escrito sobre esta materia” 47 -, es la vista
la que autoriza la obra: “[Los sabios europeos] advertirán pronto que no tengo conocimiento
alguno relativo a las cualidades de las tierras y las piedras, así como respecto a los vegetales,
insectos, peces y reptiles... [aunque] no digo nada que no haya visto” 48. Se trata de una
mirada que adquiere movilidad en tanto “viaja”: “Como yo no soy botánico, no hay que
pedirme caracteres de los vegetales, sino sólo algunas noticias someras como sólo un viajero
puede darlas” 49. Azara no ha visto estampas fijas de seres aplastados contra una página, sino
una realidad viva de especies que crecen, crían, se alimentan, interactúan en su hábitat y se
relacionan entre sí y con el hombre. Y escribe sobre una sucesión de hechos que terminan
construyendo una trama narrativa:
... yo he visto a una [culebra] coger por la pata un pollito que por azar había
entrado en el agujero. La culebra sin salir de su nido, procuraba hacer entrar al
pollo; pero no lo consiguió porque era demasiado grueso y porque un niño se lo
impidió 50.
Pero esta mirada también se fija en ciertos objetos y los registra con minuciosidad. El
dato preciso y la observación aguda se insertan en el relato, actuando como anclaje científico
de la experiencia del viajero. Ubicación geográfica de cada especie, medidas, proporción,
color, particularidades morfológicas quedan volcados en el texto 51. Cuando es necesario,
Azara realiza la disección del animal, comprobando así aspectos de su anatomía o
particularidades de la reproducción. Tiene un verdadero equipo que le provee de ejemplares:
sus compañeros de la partida, indios y negros que les asisten, amigos que va conociendo en
sus viajes, como Blas Noceda, párroco de S. Ignacio Guazú. Todo contribuye a crear un
cuadro eminentemente visual de la vida en la región. A pesar de su ignorancia inicial, pronto
deja deja de lado los datos que le proporcionan otros para confiar sólo en su vista. En el
prólogo de los Pájaros en castellano escribe:
47
Viajes... [1999], tomo I, p. 119.
48
Ibídem, p. 45.
49
Idem, p. 87. También en la Descripción..., cit., p. 55. Allí dice con respecto a la dificultad de observar
insectos: “Yo, por consiguiente, que los he mirado de paso...”, p. 88.
50
Viajes... [1999], tomo I, p. 151.
51
Por ejemplo la descripción de la liebre patagona, Ibídem, p. 195.
323
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
pero como fuese viendo que todas eran falsas, dejé de preguntar y de oir lo que
querían decirme, y aún borré las noticias adquiridas por relación... [En] mi amigo
Don Pedro Blas Noceda, Cura del Pueblo de S. Ignacio Guazú, [...] encontré
bastantes buenas noticias, pero yo se las aumenté imponiéndole en el modo en que
medía, describía y observaba... 52
Pero Azara no dibuja otra cosa que mapas y planos. Durante sus estudios, “en prácticas
y dibujos fue un alumno mediocre” 55. Tampoco parece haber contado con algún colaborador
que pudiese suplir esta carencia, ya que Cerviño y los otros sólo realizaron tareas
cartográficas. En las dotaciones de las cuatro partidas que conformaban la misión había
geógrafos, ingenieros, astrónomos y cirujanos, pero ningún dibujante 56. Julio Ramón de
César, que integró la cuarta partida y de quien se conocen dibujos, no parece haberse
involucrado demasiado en los trabajos de Azara como naturalista 57.
El soporte visual llegaría mucho más tarde, a su regreso a Europa. El contacto con
Walckenaer y los naturalistas franceses le abrió las puertas de la colección de animales
embalsamados del Gabinete Imperial de París, que le darían la oportunidad de confrontar sus
anotaciones con imágenes tridimensionales. Azara dice que el examen de esos ejemplares le
permitió corregir algunos de sus errores 58. Por otra parte son el medio para demostrar a otros
naturalistas la exactitud de la información recogida: “... daré la noticia de los animales que he
podido reconocer en el Gabinete Imperial de Paris, que es tan variado como curioso, a fin de
que puedan ser examinados, comparados y conocidos” 59. Sin embargo, no deja de observar
severas diferencias entre ellos y los animales examinados en Sudamérica. Un ejemplar
embalsamado no puede dar cuenta de lo visto: “Es cierto que no todos son adultos, que los
colores de la mayoría están alterados y que no se han podido conservar todos con sus formas
52
Apuntamientos para la Historia Natural de los Pájaros..., cit. p. II. “... los campestres, que en nada
ponen cuidado, cuentan casi siempre fábulas e inferencias por verdades. Yo en esta parte doy por cierto lo que he
observado; y de lo infinito que he oido, sólo he apuntado algunas cosas...”, Cuadrúpedos, Prólogo, p. III.
53
Carta al Virrey Arredondo, 9 de julio de 1794, “Correspondencia oficial e inédita sobre la demarcación
de límites entre el Paraguay y Brasil”, en Memoria..., cit., p.157.
54
“... careciendo de dibujante, comencé a desollar y rellenar los pájaros y cuadrúpedos para enviarlos al
Real Gabinete; pero viendo que la polilla y corrupción, a que propende mucho el clima, lo destruían todo a veces
en el mismo día, desistí del empeño y metí en aguardiente las especies menores, porque me persuadieron que así
llegarían en buen estado a dicho Gabinete, adonde remití de seis a setecientos individuos”, Pájaros, cit., p. 154.
55
Ibídem, p. 14.
56
M. Lucena Giraldo, “Ciencia para la frontera...”, cit., p. 173.
57
Sobre la actividad de César, Marta Penhos y Gabriela Siracusano, “Conquistadores, cartógrafos y
artistas: cruce de miradas sobre el paisaje americano”, en Paisagem e Arte, A invençâo da natureza, a evoluçâo
do olhar, Sâo Paulo, CBHA-CNPq-FAPESP, 2000. Azara parece haber conocido un dibujo de la planta de añil
hecho por de César, ya que se refiere a él en “Viaje a la laguna Yberá (1787)”, en Escritos fronterizos, cit., p. 76.
58
Viajes... [1999], tomo I, pp. 159-160. También en Descripción..., Cap. IX.
59
Viajes... [1999], tomo I, pp. 159-160.
324
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
naturales...” 60. Esto se advierte en cada comparación, dejando caer la idea de que algunos de
los ejemplares estaban mal compuestos:
... muchas veces, examinando conmigo las aves disecadas que están en nuestro
Museo de Historia Natural, el Sr. de Azara me dijo que él las consideraba como
especies imaginarias compuestas con plumas procedentes de diferentes aves. El Sr.
de Azara ha creído que M. Sonnini había proporcionado tales ejemplares a Buffon, y
se alza con fuerza contra semejante fraude... 62
En el prefacio de mis Aves digo que me ha sido imposible hacer los dibujos y
transportar y conservar los animales. En el mismo lugar expreso lo que he enviado
al gabinete de Madrid. Aquí añado que no han aprovechado para nada lo que he
enviado 64.
En los Cuadrúpedos, Azara se había lamentado de esta carencia que estaba más allá de
su voluntad:
60
Ibídem, p. 160.
61
Idem, p. 161.
62
“Noticia...”, Viajes... [1999], p. 22.
63
“Advertencia del Editor”, Viajes... [1941], p. 5. “... la obra ganaría mucho si monsieur Dentu hiciera
grabar los cuadrúpedos que yo he reconocido en vuestro museo. Van citados en el capítulo IX. [...] Conozco bien
lo útil que sería mi viaje a París para publicar la traducción de esta obra con grabados bellos y exactos, porque
como usted dice, yo reconocería en las excelentes colecciones que poséeis muchas aves de las que he descrito...”,
Carta de Azara a Walckenaer, 1º de diciembre de 1805, p. 51.
64
Carta a Walckenaer, 1º de diciembre de 1805, p. 51.
325
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
400 leguas a la redonda, no había quien supiese bien ni mal lo que es diseño; y me
fue preciso limitar mi voluntad a lo que pendía de mí 65.
El deseo de imágenes expresado por Azara tuvo una inmediata y positiva recepción por
parte del editor y del librero. Ambos trabajaron intensamente en el atlas: Walckenaer
poniendo atención en los mapas y planos, algunos entregados por Azara junto con el
manuscrito, otros enviados como “adiciones” desde España 66, Dentu encargando a dos
pintores la realización de los dibujos de animales para llevar a la estampa.
Los cuadrúpedos y las aves que se han agregado al atlas han sido dibujados por dos
artistas distinguidos, del natural o de los ejemplares disecados, y perfectamente
conservados que contiene el Museo de Historia Natural de París. Monsieur Huet,
pintor del Parque Zoológico de S. M. la Emperatriz, se ha encargado de los
cuadrúpedos: las aves han sido dibujadas por M. Prêtre, pintor de Historia Natural,
bajo la dirección de M. Vieillot, autor de diversas obras de ornitología 67.
Los dibujantes trabajan “del natural” y con los animales embalsamados que habían sido
identificados por Azara. Nada más alejado, en verdad, de la pintura vivaz del viajero. En esto
el autor Azara, ansioso por dar a conocer su obra debe haber actuado con resignación, desde
que él mismo recomienda hacer grabar los animales del Museo. Sin embargo, aquí se
evidencia otra vez la radical diferencia entre la recogida de datos in situ y el trabajo de
gabinete, tal como lo expresa en el prólogo de los Cuadrúpedos:
Gasté en estas tareas los ratos que pude desde el año de 1782 al 1801, poniendo todo
mi cuidado en decir la verdad sin exagerar nada, y en conocer y expresar los caracteres de
los animales, cuyas descripciones hice en su presencia. Por esto he estado menos expuesto a
caer en los errores que no han podido evitar los que, por verlos vivos, no los han podido
registrar; los que los han mirado extenuados, pelados y puercos en jaulas y cadenas; y los
que los han buscado en los gabinetes, donde a pesar del cuidado, la injuria del tiempo ha de
haber alterado mucho los colores, trocando lo negro en castaño, etc.; y ninguna piel, ni el
esqueleto más bien preparado dan idea exacta de las formas y medidas 68.
Son esos animales sucios y cansados y esos esqueletos cubiertos de pieles descoloridas
los modelos para las ilustraciones de su libro. Precisamente, todas las correcciones hechas a la
obra del gran naturalista giran en los Cuadrúpedos –tanto en la versión francesa como en la
española- en torno a los animales embalsamados y a su correlato grabado. Con respecto al
tamanduá (oso hormiguero) Azara dice que Buffon
65
Cuadrúpedos, p. IV.
66
Carta de Azara a Walckenaer, 29 de agosto de 1805, Viajes... [1941], p. 48. Al final de la “Advertencia
del editor”, Walckenaer se refiere al cuidado puesto puesto en la realización de “los mapas, de los que yo he
traducido la letra, de los originales españoles, y los he revisado con mucha exactitud”, p. 6.
67
“Advertencia del editor”, Ibídem, p. 6.
68
Cuadrúpedos, cit., p. I-II.
326
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
La primer imagen que contiene el atlas y que lleva el número I es el busto del autor. Es
un elemento en el se puso mucha atención, a juzgar por el intercambio de cartas entre Azara y
Walckenaer, en el que aparece mencionado junto con los mapas, apuntes suplementarios y
otros materiales que el editor solicita para la publicación 71. Chartier se ha referido a la
relación entre la “asignación del texto a un individuo particular” y la “representación física
del autor en su libro” 72. Para los lectores, ésta última funciona como anclaje visual del texto
que identifica claramente al autor. La efigie de Azara es un busto enmarcado en un óvalo.
Muestra a un hombre maduro, con el rostro de tres cuartos perfil, vestido sencillamente.
Ningún atributo lo acompaña. Es significativo el hecho de que la imagen de Azara integre el
atlas de grabados, vinculando una vez más al autor con el registro visual de sus experiencias.
Los doce grabados monocromos, que representan ocho cuadrúpedos y cuatro pájaros,
responden a un tipo y no tienen firma. Los cuadrúpedos se presentan de perfil, con la cabeza a
derecha o izquierda, sobre una franja de terreno que ocupa no más de una cuarta parte de la
altura del cuadro –sólo uno apoya sus patas delanteras en un tronco seco. Las indicaciones de
vegetación están más de acuerdo a modelos pictóricos convencionales que a descripciones del
propio Azara que figuren en el texto. Los animales miran invariablemente a su frente, salvo
uno que gira su cabeza hacia el espectador.
Las aves también se presentan de perfil. Hay una intención de representar las
diferencias de tamaño entre los cuatro pájaros grabados. Esto último resulta interesante: la
estampa de la Histoire Naturelle que reúne cuatro tatús los representa de igual tamaño y, entre
las críticas de Azara a la clasificación de estos animales por Buffon está la de que “ignora la
69
Ibídem, pp. 71-2. Cuando describe los Tatús, Azara hace varias observaciones sobre los errores
cometidos por Daubenton y Buffon para clasificarlos, y agrega sobre uno de los ejemplares: “Por lo que hace al
dibujo, le eleva mucho de piernas; le pone mal las orejas, que deben estar como en la estampa 40; le aumenta
hileras de la espalda; en fin vale bien poco...”, pp. 117-8.
70
“Advertencia del editor”, Viajes... [1941], p. 6.
71
Cartas de 28 de octubre y 1º de diciembre de 1805 y 12 de enero de 1806, Viajes... [1941], pp. 48-53.
72
R. Chartier, cit., pp. 61-2.
327
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
magnitud respectiva, que se hallará en mis descripciones particulares” 73. Es probable que
además de señalar qué animales hacer grabar, Azara hiciese alguna recomendación con
respecto a la fidelidad a ciertas características que consideraba importante destacar.
Los grabados, desvinculados del texto a pesar de las referencias a él en el índice, tienen
el efecto de congelar en imágenes estáticas aquellas descripciones escritas por Azara, como
parte de escenas vivas. Si la escritura cumple la función de poner orden en el caos de
sensaciones y en el fárrago perceptivo en que se ve inmerso el viajero 74, acentuando la
distancia con respecto a la experiencia e instituyendo la figura del autor, las imágenes
suponen una duplicación de esa distancia. Representaciones de representaciones, armadas con
pedazos de animales vivos y embalsamados, son retazos de lo visto. Sin embargo, es
precisamente este carácter convencional y tipológico el que opera poderosamente para
reforzar la objetividad del texto y garantizar la inclusión del libro en un género editorial ya
consagrado. Las estampas hablan de la singularidad de la fauna sudamericana –todos son
especies autóctonas- a la vez que muestran un grado mínimo de rareza y fantasía. Esto debe
haber estado en sintonía con el pensamiento de Azara, reacio a aceptar “leyendas” sobre las
costumbres de los animales estudiados y crítico del exotismo: “Los que disecan las aves, los
que preparan las pieles, muchos pintores y viajeros que se inclinan a lo maravilloso a
expensas de la verdad, han aumentado de tal modo el número de aves con penacho, que estos
ornatos pasan por ser un efecto del calor del clima americano”, se lamenta en los Voyages... 75.
De la mano de las imágenes, la fauna del Paraguay y el Río de la Plata ingresaba en el
concierto universal de la Historia Natural con un status similar a la de los demás continentes.
Señalemos, finalmente, que de las ediciones posteriores de los Voyages..., muy pocas
contaron con imágenes 76. La versión de 1999, también en dos tomos, elige una presentación
ascética, limpiando de la portada todo elemento que no sea el nombre del autor, el título y
número de volumen. No tiene ilustraciones, aunque el diseñador de las tapas eligió un caimán
y un tatú, dos imágenes del Bestiario de Zötl que, aparecido en 1849, aún insistía con el
imaginario fantástico de América. Algo que sin duda hubiera disgustado a Azara. Sus
exhaustivas y a menudo intrincadas descripciones volvieron a ser el único registro de la
variedad y vastedad de la fauna sudamericana. Y los grabados pasaron a ser una curiosidad
para el bibliófilo y una fuente sobre el ascenso y caída del poder de ciertas imágenes para el
historiador del arte.
73
Cuadrúpedos, cit., tomo II, p. 107.
74
M. Penhos, “De viajes y viajeros...”, cit.
75
Viajes... [1999], tomo I, p. 233.
76
M. Penhos, “Imágenes necesarias...”, cit., pp. 36-37.
328
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Abstract
Dentro de la diversidad de géneros que aborda La Novela Semanal -la primera y más
exitosa de las publicaciones del tipo de las llamadas "novelas de kiosco"- el relato de viajes
ocupa un lugar destacado, no tanto por la frecuencia de sus apariciones, cuanto por la
relevancia del texto elegido como ejemplo emblemático del género. "El alma de Buenos
Aires", aparecido en LNS en agosto de 1918 como "obra inédita", es en realidad una
adaptación del libro que el célebre cronista y viajero del modernismo Enrique Gómez Carrillo
publicara en Madrid en 1914 bajo el título El encanto de Buenos Aires.
Este retrato se contrapone con las imágenes ofrecidas por otros viajeros del periodo -
Huret, Rusiñol- y, sobre todo, con las historias de vida que aparecen en las ficciones de la
misma publicación.
Texto
¿Dónde están los vencidos, los sin trabajo, los derrotados en la lucha por la vida?...
Yo no los veo.
E. Gómez Carrillo
Enrique Gómez Carrillo (Guatemala 1873- París 1927) es uno de los escritores
modernistas que gozó de mayor fama literaria durante las dos primeras décadas del siglo XX.
Junto con Amado Nervo y Rubén Darío comparte una serie de rasgos que los asocian en la
trilogía que evoca Galdós en el prólogo a una de las obras del escritor guatemalteco 1 . Los tres
provienen de pequeñas poblaciones latinoamericanas: Nervo, de Tepic, Darío, de Metapa,
Gómez Carrillo, de la capital de Guatemala. Los tres eligen aceptan la carrera
diplomática como forma de salir de un destino oscuro de poetas pueblerinos. Los tres son
viajeros impenitentes. Y, por último, por la leyenda que los acompaña, por su obra destinada a
las multitudes 2 a través de la poesía, la crónica y el periodismo, alcanzan una fama que los
1
Las crónicas de guerra Campos de batalla y campos de ruina (1915).
2
Podría hacerse extensiva a los tres la célebre afirmación de Darío en su prólogo a Cantos de vida y
esperanza (1903): "Yo no soy un poeta para las muchedumbres. Pero sé que indefectiblemente tengo que ir a
ellas".
329
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
años se encargarán de empalidecer, tal vez porque la Bella Epoque que ellos encarnan en su
esplendor se quebrará dramáticamente con la Gran Guerra, y ya no habrá lugar para princesas
melancólicas, para Japones galantes ni para amadas inmóviles.
De los tres viajes que realizó Gómez Carrillo a la capital argentina dejó testimonio
literario del primero, realizado entre mayo y julio de 1914, en su libro El encanto de Buenos
Aires 3. Escrito a la zaga de los numerosos relatos que dejaron los viajeros del Centenario, el
texto revela la imagen complacida y complaciente de una gran ciudad cosmopolita donde lo
que impacta al recién llegado es "la vida intensa" que puebla calles, avenidas, plazas, paseos,
tiendas y teatros. La obra, “escrita en treinta días de labor febril” (Gómez Carrillo: 1921) y
publicada en España al iniciarse la contienda mundial, refleja un país lleno de promesas que la
guerra primero, pero sobre todo la crisis de finales de los 20 se encargará de truncar. Sin
embargo, este espejo de una Argentina promisoria será el elegido por una publicación
popular, La Novela Semanal, para reflejar, pocos años más tarde, en una versión adaptada, el
Buenos Aires que recorren y trajinan sus lectores.
En este trabajo, nos proponemos analizar las imágenes porteñas que ofrece esta crónica
de viajes y la perspectiva desde la cual se las contempla, para señalar después los
procedimientos que rigen y justifican la adaptación.
El cronista viajero
El género de viajes, como es sabido, se estructura sobre ciertos códigos, siguiendo un
itinerario en el espacio que es también un trayecto en el tiempo. Las peripecias de esa travesía
tienen un destinatario que conoce esos códigos, a la vez que espera la presentación de las
novedades que ofrecerá el narrador itinerante. El pacto de lectura está, pues, acordado desde
3
En adelante, EBA.
4
Cf. Bastos (1982:69).
5
Nalé Roxlo recuerda en sus memorias esta visita, en un breve encuentro donde el guatemalteco habló de
Rubén Darío "en tono más que despectivo", con gran disgusto del joven entrevistador (Nalé Roxlo 1978:161).
6
Antes había sido una de las "musas" de Vasconcelos. Para la vida de esta mujer fascinante, ver la
biografía de Paul Webster (2001)
330
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
el inicio. Y el narrador conoce las expectativas de su lector, que es su hermano en el saber,
en la cultura compartida y su cómplice. De allí que maneje su mirada en una doble
perspectiva: por un lado, observa las novedades del mundo que lo rodea; por otro, tiene
siempre presente el mundo familiar a sus lectores. En este entramado lo conocido se asimila a
lo desconocido, a través de analogías, comparaciones, asociaciones que evocan figuras o
imágenes familiares al lector 7.
Lo único que se le permite [al viajero] es que exhale, en una prosa sensible y
armoniosa, las sensaciones de su alma. Un artista del viaje debe figurarse que
escribe para personas que ya conocen el país que describe. Esto evita los detalles
baedekerianos. Además tiene que creer que su público es culto y que sus alusiones y
sus evocaciones históricas o legendarias son comprendidas. De lo contrario, tendría
que hacerse pesado poniendo cátedra. (...) Hay que parecer ligeros, en efecto, en los
libros de viaje. Y por encima de todo, hay que ser pintorescos 8.
No es infrecuente que los escritores terminen por elaborar una teoría que justifique su
estilo. En este caso, el libro sobre Buenos Aires al igual que sus crónicas anteriores
responde fielmente a los presupuestos enunciados en esta cita. El encanto de Buenos Aires se
inicia en el salón mundano que es la redacción de La Nación, en una reunión entre amigos
periodistas que exigen al brillante causeur que escriba sus impresiones sobre la ciudad. Y así,
"dos horas después iba a la imprenta uno de los capítulos de este libro"( EBA:6). Gómez
Carrillo nos recuerda a los hombres del 80 que escriben para su propio círculo, y acumulan
anécdotas y alusiones cuyos códigos sólo ellos comparten plenamente.
Este mismo tono de levedad, de "entre nos" según el término que usara treinta años
antes Mansilla para su columna periodística es el que marca el diapasón de toda la obra. El
escritor sabe que el tema de su crónica viajera ha sido tratado muy recientemente por varios
escritores que conoce y cita: Huret cuyo libro de viajes él mismo ha traducido al castellano,
Clemenceau, Anatole France, Blasco Ibañez, entre otros. Sin embargo, ratifica la originalidad
de su discurso al ubicarse desde un lugar diferente: no quiere ser uno más entre estos
"publicistas graves", que apuntan sus reflexiones sobre la Argentina. El va a presentar sus
"sensaciones y sus impresiones" desde una perspectiva que se esfuerza por alejar, o recortar
del foco de la visión, lo que no condiga con las imágenes sonrientes de esta sociedad que se
contempla, y quiere ser contemplada, en el camino de un progreso sin final.
7
Desarrollo este tema en mi libro Viajar para (des)conocer (1990).
8
Gómez Carrillo, “La psicología del viajero” en Páginas escogidas, s/f, p.12.
331
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
En contraposición con Huret y Clemenceau, que recorren y reflejan en sus libros vastas
regiones de la Argentina 9, el espacio que visita Gómez Carrillo es básicamente urbano, y se
limita a sus paseos por Buenos Aires y una breve excursión a La Plata. El único acercamiento
al mundo rural para conocer la Pampa, experiencia ineludible para todo viajero que llega a
la Argentina es una visita a la cercana estancia de un amigo, donde ratificará su idea de que
el gaucho no ha muerto a pesar de lo que sostengan voces más autorizadas, como la del
poeta Rafael Obligado (EBA:133), al escuchar los poéticos recitados de un peón:
No, no puede haber muerto el noble pastor, el rudo jinete de la pampa (...). ¿Lo
dudáis? Dad entonces una guitarra a un campesino de la pampa, rodeadle de
compañeros que exciten su orgullo, ofrecedle unas copas traídas de la pulpería y no
tardaréis en ver revivir el alma del antiguo payador de la campaña (EBA:136-7).
Los viajeros anteriores ya han diseñado el mapa del Buenos Aires que debe recorrer el
cronista contemporáneo. Siguiendo estas huellas, Gómez Carrillo ofrece a sus lectores los
espacios ya consagrados Florida, espacio de lujo y belleza; Palermo, el lugar del ocio de las
clases altas; la zona de la Bolsa, de donde han surgido de un día para otro las grandes
fortunas; la moderna y cosmopolita Avenida de Mayo.
El repertorio costumbrista
Siguiendo los cánones del genero, el itinerario va dando lugar a las anécdotas,
comentarios y reflexiones sobre la sociedad que se visita. Dos escenas de costumbres son
particularmente significativas en el relato de Gómez Carrillo: la tradicional función en el
9
Huret recorre la Argentina "desde Buenos Aires al Gran Chaco" y "desde el Plata a la cordillera de los
Andes"; Clemenceau visita la pampa, Santa Fe y Tucumán.
332
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
teatro Colón y la concurrencia al sórdido cabaret (¿de la Boca? no se precisa el lugar) para ver
cómo se baila el tango "en su cuna de cieno" (EBA: 217)..
Frente a la mirada ligera del visitante, dedicado sólo a la admiración estética, se hace
patente la preocupación de quien se define ante todo como argentino categoría de la que
excluye a los hijos de los inmigrantes. La riqueza que permite acceder a los espectáculos
reservados por décadas para la elite patricia amenaza con socavar los bien establecidos rangos
de las clases sociales (EBA:82).
En los músicos pobres y cansados, en los compadritos que se amontonan junto a las
mesas sucias, en las mujeres, jóvenes o viejas, que "con una sonrisa uniforme, miran a todo el
que entra de una manera espectral y provocante" (EBA:215) se sintetiza ese ambiente de la
"mala vida" que es objeto de interés para los sociólogos de la época. Después de dejar
grabado este retrato oscuro del arrabal miserable, Gómez Carrillo se esfuerza por retomar su
habitual estilo optimista y estetizante. Para lograrlo, imprime sobre esta fotografía del cabaret
arrabalero la imagen de un Montmartre donde el tango exhibe "su artificio refinado y docto"
(EBA: 223). La evocación subsume en una imagen europea lo que puede haber de miserable e
ingrato en la fotografía de esta realidad porteña. Este proceso de transmutación que elimina
los aspectos degradados mediante el recurso de asimilarlos a un orden superior y mas
estético caracteriza la perspectiva del viajero a lo largo de todo el volumen.
333
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
riquezas. Frente a esto, pregunta enfáticamente nuestro viajero: "¿Dónde están los vencidos,
los sin trabajo, los derrotados en la lucha por la vida? Yo no los veo" (EBA:268).
Es cierto: desde la terraza de un café, desde el automóvil del intendente, desde el palco
del Colón, no se ven esas contracaras del progreso. Pero, junto a otras voces que sí las reflejan
con sus rasgos más amargos, como la de Rafael Barrett 10, quedan como mudos testimonios
esos inmigrantes que en el viaje de regreso se arrojan al agua para no volver derrotados a
Europa, en los relatos de Clemenceau y Rusiñol.
Alguna crítica ha señalado que "la frivolidad de Gómez Carrillo se protegía en parte con
su oficialismo, no sólo político [sino también] artístico (...) afirmado en la seguridad de lo
prestigioso de la novedad promulgada, cotizada en el mercado de valores" (Bastos 1981:72).
Dejando de lado el aspecto artístico que le valiera su prolongado éxito como escritor, a
fuerza de repetir, con un estilo caracterizado por la ligereza y la voluntaria frivolidad, una
serie de lugares comunes jerarquizados por el halo de lo estético y las citas de autoridad
interesa destacar aquí el otro sentido de su "oficialismo".
El cronista comparte la fe del intendente Anchorena en los mil proyectos que estarán
terminados en 1916, "cuando celebremos el Centenario" porque "en Buenos Aires el dinero
no ha de faltar nunca". Entre ellos, las 32 diagonales que deberían romper "la monotonía del
damero", leit motiv de los urbanistas de la época, o el subte que llegaría hasta Belgrano11
(EBA:162).
10
Una década atrás, Barrett pintaba una imagen sórdida de esa Avenida de Mayo en la que Gómez
Carrillo sólo descubre sonrisas: "Chiquillos extenuados...cargados de "Prensas"... obreros envejecidos y
callosos...mendigos que espantan a las ratas y hozan en los montones de inmundicias... una población harapienta
que vaga y roe al pie de los palacios"; Barrett (1976: 43). El texto de Barrett ofrece una pintura particularmente
descarnada y amarga del Buenos Aires que conoció brevemente a principios del siglo XX, desde su perspectiva
de anarquista sui generis. Sin embargo, es evidente el recorte que debe operar Gómez Carrillo para poder retratar
con tintes tan optimistas a esos mismos personajes: canillitas, obreras y prostitutas que recorren a diferentes
horas del día la Avenida de Mayo (EBA:23-34).
11
Para los múltiples proyectos urbanísticos del Centenario y su azaroso destino, ver Gutman (1999).
334
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
En este sentido, el viaje de Gómez Carrillo ofrece una peculiaridad que lo distingue de
sus contemporáneos: es en realidad el "viaje alrededor de su cuarto" de la clase patricia que
no prevé los cambios inminentes. No hay, en esta crónica, la menor alusión a la “cuestión
social” ni a las reformas que ya se han legislado sobre los procedimientos electorales.
Dos años después, en agosto de 1918, los lectores porteños de La Novela Semanal (que
son ya más de 200.000, según proclaman sus editores) pueden acceder a la lectura de una
12
Así aparecen en La Novela Corta: “El beso maldito”; “El encanto de Buenos Aires”; “El Japón heroico
y galante”; “Los primeros pasos en París”; “30 años de mi vida”. (Cf. Mogin-Martin 2000); y en La Novela
Semanal (España) en 1922, “El evangelio del amor” (novela histórica publicada en 1907) (Cf. Fernández
Gutiérrez 2000).
335
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
"interesante obra inédita escrita especialmente para La Novela Semanal por Gómez Carrillo,
titulada El alma de Buenos Aires” (n. 39 de la colección 13).
No sabemos si escritor autoriza esta superchería literaria, que ofrece como escrito
inédito lo que es sólo una versión abreviada de El encanto de Buenos Aires. Lo que sí
podemos suponer en base a las estrategias editoriales que se manejan en esta colección 15
es que sus directores conocen a su público y saben que en general estos lectores no acceden al
consumo de libros. Por lo tanto, si bien conocen la fama del escritor, posiblemente
desconozcan sus obras.
Los lectores de LNS pertenecen a las capas recientemente alfabetizadas que inician su
acceso a la literatura a través de publicaciones de bajo precio, difundidas por fuentes de
comercialización no tradicionales: kioscos callejeros, estaciones de subterráneo y ferrocarril.
El fenómeno de esta literatura masiva despierta fuertes críticas en los sectores de la “alta
cultura” que subrayan los peligros de la deformación estética y/o moral que esta “literatura
barata” produce, de acuerdo con sus criterios 17.
13
En adelante, ABA.
14
LNS, 19 de noviembre de 1917.
15
Paula Labeur trabaja este tema en su artículo "Los rastros del lector: estrategias de adaptación en La
Novela Semanal" (mimeo).
16
La trayectoria de La Novela Semanal se prolonga durante varias décadas (hemos encontrado ejemplares
todavía en 1953), si bien a partir de 1927 ya se desvirtúa su carácter literario para convertirse en una revista
típicamente "femenina”.
17
Es representativa al respecto la encuesta de La Razón en 1923, que analizo en un trabajo que aparecerá
próximamente en la Revista de Literaturas Populares (México).
336
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
acerca así a los grandes maestros de la literatura universal o nacional y a los géneros ya
consagrados.
Para estas masas que están empezando a dotar de nuevas identidades a la gran ciudad, el
tango, ya adoptado como la música urbana por excelencia, se constituye en uno de los
vehículos que traducen los signos del imaginario en formación.
El clima de feliz y segura prosperidad que proyectan las celebraciones del Centenario se
extiende durante las dos décadas posteriores con un ascenso económico que asegura a las
clases populares un “lugar en el mundo” más sólido y promisorio que el que tuvieran sus
padres inmigrantes 20.
Si bien en los relatos de LNS aparecen historias de vida donde los recién llegados ven
frustradas trágicamente sus esperanzas de progreso ”El último náufrago”, de López Silva;
“Porca América”, de JA. Saldías; “La rendición”, de Giménez Pastor el discurso que
hegemoniza estas ficciones plantea una “realidad” donde los obstáculos para alcanzar el
triunfo son personales e individuales, y no producto de fuerzas sociales: la debilidad de
carácter, la ambición desmedida, el despilfarro, el juego, son los factores que pueden llevar al
fracaso.
18
Este contraste, que marca la oposición entre las clases sociales, es recreado dramáticamente en “La
rendición”, de Arturo Giménez Pastor.
19
Uno de los relatos más célebres de LNS es precisamente “La vendedora de Harrods” de Josué Quesada,
que después de numerosas ediciones fue llevada al teatro y al cine, en este caso con Berta Singerman en el papel
estelar.
20
Gutiérrez y Romero (1995) desarrollan extensamente esta transformación y las nuevas modalidades de
la vida de los sectores populares urbanos.
337
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
El alma de Buenos Aires da cuenta de este optimismo, a la vez que despliega los
espacios emblemáticos de una ciudad repleta de promesas. Así los recorridos por las grandes
avenidas de “vida intensa”, los paseos por la calle Florida poblada por bellas mujeres, la
alegría que el viajero percibe en todos los rostros porque en todos, dice, brilla la
esperanza, la promesa de triunfos económicos que augura la zona de la Bolsa. El relato
transcribe el comentario de dos transeúntes: “El más pequeño es el propietario del banco... Yo
le conocí descalzo en el muelle” (ABA, s/p).
Si bien incorporan este pasaje, que permite a cualquier inmigrante ilusionarse con un
próspero destino de banquero, los editores de LNS son conscientes de la más modesta
realidad de sus lectores. Por ello, en su selección omiten el cuadro de la tertulia en las grandes
casas de las familias patricias, que a Gómez Carrillo le recuerdan las críticas descripciones de
Stella(EBA:95). Y tampoco incluyen el extenso pasaje de la visita a Gath y Chaves, “el
Palacio de las Tentaciones”, donde “lo más raro y lo más caro, lo más frágil, los más
exquisito, lo más vaporoso (...) todo lo que contribuye al adorno del ícono femenino está al
alcance de la mano” (EBA:68). Y es que los editores saben que son las manos de las lectoras
de LNS, precisamente, las que cortan, cosen y bordan esos “encajes, gasas, velos y cintas”
con las que se adornarán otras mujeres más afortunadas.
Junto con la alusión a los grupos que detentan el poder político, económico,
cultural el texto que ofrece LNS elimina los aspectos conflictivos que son objeto de
discusión entre esos mismos grupos. Así, al narrar la función del Colón se mantiene el
homenaje de admiración del viajero a las lindas jóvenes que adornan los palcos, pero se
recorta la amarga reflexión del amigo de buena familia sobre la invasión extranjera que
contamina los espacios de la élite.
Asimismo, en el capítulo sobre el tango, se hace omisión de los aspectos sórdidos del
cabaret arrabalero, para destacar el arte de una danza que ya ha juntado “París con Puente
Alsina”: la asimilación entre Buenos Aires y las grandes capitales europeas es uno de los
mitos urbanos más caros al imaginario porteño, y encuentra en Gómez Carrillo una constante
ratificación 22.
21
Un caso extremo lo constituye el relato de tintes nacionalistas de César Carrizo “Los hombres tienen
sed”, donde se confrontan los turbios inmigrantes siriolibaneses con las nobles familias criollas de La Rioja.
22
Algunos ejemplos: “Recorriendo las terrazas floridas [de Palermo] he pensado más de una vez en el
Salón del Prado, de Madrid...” ; “ [Florida] se parece, hasta cierto punto, a las alegres calles de las capitales
italianas (...) rivaliza en magnificencia con las más ricas vías parisienses...” ; “Ni en la rue de la Paix, ni en Bond
Street, ni el Groben he visto tanta exquisitez unida a tanto lujo” (ABA, s/p).
338
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Colofón de posguerra
El viajero optimista regresa a una Europa que se ve envuelta en una contienda mucho
más sangrienta de lo que jamás soñara la élite que disfrutara de sus páginas. El mismo,
convertido en cronista de guerra, recorrerá los frentes de batalla, y dará cuenta de la falsedad
de los mitos heroicos y patrioteros que antes declamaran esas mismas élites, al entrar en
contacto con el barro de las trincheras y los cuerpos mutilados de los poilus.
El viajero, que ha visto hacerse añicos la Belle Epoque que lo tuvo como cronista
predilecto, ha modificado su visión sobre “la gran ciudad hispanoamericana”. Pero añora ese
estado de ligereza que le permitía “encontrarlo todo alegre”:
A pesar de todo, la edición definitiva de El encanto de Buenos Aires (tomo XIX de sus
Obras Completas), no corrige la visión original: se conserva fiel a la imagen primera de un
mundo desaparecido si es que alguna vez existió, fuera de la mirada “encantada” del
cronista de la vida leve.
Bibliografía
Barrett, Rafael, "Buenos Aires"(1904) en Mirando vivir, Barcelona, Tusquets, 1976.
Bastos, María Luisa, "La crónica modernista de Enrique Gómez Carrillo o la función de
la trivialidad", Sur, n.350-351, enero-diciembre 1982, pp. 65-88.
Gómez Carrillo, Enrique, "El alma de Buenos Aires", La Novela Semanal, n. 39, 12-8-
1918.
Gómez Carrillo, Enrique, El encanto de Buenos Aires, Madrid, Perlado, Páez y Comp.,
1914.
23
Gómez Carrillo, “La psicología del viajero”, s/f, p. 5.
339
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Gómez Carrillo, Enrique, El encanto de Buenos Aires, en Obras Completas, tomo XIX,
Madrid, Ed. Mundo Latino, 1921.
Gómez Carrillo, Enrique, El misterio de la vida y la muerte de Mata Hari, Madrid, s/f
(pero después de 1922), Renacimiento.
Gutman, Margarita, "Construir la gran capital" en M. Gutman (ed.) Buenos Aires 1910:
memoria del porvenir, Gobierno de la Ciudad/FADU/IIED-AL, 1999.
Huret, Jules, La Argentina. De Buenos Aires al Gran Chaco, trad. E. Gómez Carrillo,
París, Fasquelle, 1911.
Huret, Jules, La Argentina. Del Plata a la cordillera de los Andes, trad. E. Gómez
Carrillo, Paris, Fasquelle-Michaud [1911].
Nalé Roxlo, Conrado, Borrador de memorias, Buenos Aires, Plus Ultra, 1978.
340
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Abstract
El río de la Plata atravesaba por la primera década revolucionaria (1810-1820), Buenos
Aires comenzaba a configurarse como ciudad que bregaba por imponer su hegemonía
mercantil en el conjunto de los ex espacios coloniales en el extremo meridional en América,
la comunidad británica afianzaba su rol dominante en los circuitos económicos y Gran
Bretaña luchaba por su predominio de una región convulsionada por la guerra de la
independencia y civil y por el avance portugués sobre la Banda Oriental.
Vidal, que formó parte de una expedición marítima inglesa al Río del la Plata, con
objeto de salvaguardar los intereses británicos en la zona, aficionado al dibujo y a la pintura,
durante su estancia en Buenos Aires, se internó por sus calles y registró diversos aspectos de
la cotidianeidad social, sobre todo aquellos que resultaban extraños y curiosos a su mirada de
inglés. Sus testimonios plásticos son la primera manifestación artística, de los paisajes
urbanos, en la época de la independencia junto a la literatura de viajeros son fuente ineludible
para el conocimiento de la vida cotidiana del Buenos Aires criollo, ya que el relato literario,
opera como complemento descriptivo, de una imagen plástica, tanto mayor el la relevancia del
testimonio, lo que amplia una red textual conformada por escritos e imágenes de acuerdo a
modelos de percepción y representación de naturaleza y fenómenos culturales.
Las acuarelas de Vidal nos revelan las condiciones urbano externas de Buenos Aires y
sus miradas que hacia lo cotidiano dirige un viajero y permite responder a la pregunta de
cómo nos veían desde el exterior, a través del examen de estas acuarelas pretendemos
introducirnos en el mundo de los aguateros, pescadores, mataderos, carretas, de las vistas
urbanas, en suma de la ciudad y su gente, tal como las vieron Vidal y los viajeros
contemporáneos hacia 1818.
341
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Texto
342
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Las acuarelas que este marino inglés pintó durante sus dos años de destino en
Buenos Aires – litografiadas por la prestigiosa fima Ackerman de Londres- fueron
probablemente las imágenes de la ciudad que tuvieron más amplia difusión en
Europa a comienzos del Siglo XIX. A su valor documental, las imágenes de Vidal
añaden una sutil captación de la atmósfera ciudadana y de sus habitantes.
Como es bien sabido, América fue el Nuevo Mundo para los europeos de los siglos XV
y XVI. Durante la conquista y colonización se desarrollaron las crónicas de Indias que
permitieron conocer la naturaleza y sociedades del nuevo continente. Este interés por los
espacios americanos se mantuvo durante la época colonial. Así, por ejemplo, España durante
la dinastía de los borbones a fines del siglo XVIII organizaría la expedición de Malaspina con
el objeto de relevar las características geográficas, botánicas, zoológicas, mineralógicas de sus
espacios coloniales. Tras las revoluciones de 1810 y con la emancipación el interés por
conocer los nuevos estados tuvo un nuevo impulso. No se trataba simplemente de conocer
costumbres, poblaciones y espacios distintos a los europeos, sino muchas veces proporcionar
conocimientos a las potencias rectoras, sobre todo Inglaterra, acerca de las riquezas,
posibilidades de explotación e inversión de capitales, en las nuevas repúblicas. En este sentido
la literatura de viajeros eran auténticas indagaciones en cuanto a las sociedades donde debían
realizarse las inversiones de capital, en una primera etapa de uno de los rasgos dominantes de
la economía moderna: la exportación de capitales.
Uno de los primeros viajeros en visitar Buenos Aires y Montevideo fue Emeric Essex
Vidal, marino y acuarelista, que nos dejó relatos e imágenes de la sociedad rioplatense a fines
de la primera década revolucionaria (1810-1820). Buenos Aires comenzaba a configurarse
como ciudad que bregaba por imponer su hegemonía mercantil en el conjunto de los ex –
espacios coloniales en el extremo meridional de América, la comunidad mercantil británica
afianzaba su rol dominante en los circuitos económicos y Gran Bretaña luchaba por su
predominio en una región convulsionada por la guerra de la independencia y civil y por el
avance portugués sobre la Banda Oriental. “Del 7 de mayo de 1816 al 28 de septiembre de
1818 (31 meses) (Emeric Essex Vidal) se encontró ejerciendo su cargo de contador en el
buque de S.M.B. “Hyacinth”, de estación en el Brasil, ocupando durante parte de ese tiempo
el puesto de secretario del almirante de la escuadra. Para nosotros es éste el período más
interesante de su vida y el que desearíamos conocer más al detalle, pues durante esa
prolongada residencia pintó en el Brasil, Uruguay, y especialmente en la Argentina, el mayor
número de las acuarelas que han dado notoriedad a su nombre” 1.
1
González Garaño; Alejo B; “Iconografía Argentina. Anterior a 1820”, Emece Editores, Bs As, 1943,
pags 44-45
343
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
años en el país. Estos diseños, cree él, resultarán tanto más aceptables a los interesados,
cuanto que, a su conocimiento, ninguna ilustración gráfica de esos lugares había sido, hasta
ahora, presentada al público. La parte descriptiva, desprovista de políticos prejuicios, es el
simple resultado de la observación personal, con el agregado de algunas informaciones
derivadas de escritores de reconocida autoridad.” 2 Destacamos, de los conceptos de este
prefacio, los siguientes: a) la mayor parte de la información se basa en observaciones
personales, b) se describe aquello que resultó sorprendente, c) esta desprovista de prejuicios
políticos, d) está destinado a un público interesado por conocer la realidad americana, e) las
ilustraciones son imágenes pioneras, por cuanto prácticamente no existían representaciones
plásticas del Río de la Plata. En el prefacio Vidal traza una historia de la sociedad rioplatense
desde la conquista hasta principios del siglo XIX. El momento, en el cual él se encontró en el
Río de la Plata, lo evalúa con los siguientes términos: “Entre las personas desterradas de
Buenos Aires con Alvear, en Abril de 1815, había varias que, al lado de él habían
2
Vidal, Emeric Essex; “Ilustraciones pintorescas de Buenos Aires y Montevideo. Consistentes en
venticuatro vistas acompañadas de descripciones del paisaje”, pag 3.
3
Vidal, Emeric Essex; Ob.Cit, pag 8
4
González Garaño, Alejo B; Ob. Cit., pag 41
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
bien; lo prueba la veracidad de su relato, los apuntes que tomó sobre las modalidades de
nuestra vida y las numerosas acuarelas que pintó para representar lo que a su juicio se le
ofrecía como característico. Sabía que ninguna ilustración existía sobre estos lugares y sus
costumbres y por eso pensó que sus cuadros serían vistos con interés por quienes quisieran
ilustrarse acerca de estas remotas tierras” 5 José León Pagano evaluó con los siguientes
términos la relevancia de Vidal como artista “La personalidad y la obra de Emeric Essex
Vidal se unen a la historia gráfica de nuestro país con un signo precursor. El hombre modesto,
el burócrata flotante, no sospechó que sus gustos – sus distracciones artísticas – lo salvarían
del olvido. Pocas veces fue más fecundo un vagar ocioso,- ocioso en cuanto las actividades
rentadas hacían posible ese vagar prolongado, que el modesto viajante consagraba al dibujo y
a la pintura. (...) Mientras los hombres del protocolo añoraban la vida europea y se revolvían
contra la somnolencia del vivir porteño, el amanuense británico abandonaba el navío anclado
en el estuario laminado por el sol, y recorría las calles de la naciente Buenos Aires,
contemplando el caserío, concentraba la atención en el detalle arquitectónico, observaba los
tipos y las costumbres de un pueblo novísimo. Hacía más. Llegábase a las afueras del radio
urbano, y sorprendía allí otros temas, no menos característicos y pintorescos” 6.
Las acuarelas de Vidal nos revelan las condiciones urbanas de Buenos Aires. Son
miradas que hacia lo cotidiano dirige un viajero y permiten responder a la pregunta de cómo
nos veían desde el exterior. A través del examen de estas acuarelas pretendemos introducirnos
en el mundo de los aguateros, pescadores, mataderos, carretas, de las vistas urbanas, en suma
de la ciudad y su gente, tal como las vio Vidal. Por su parte Cutolo señala “Fue el primer
pintor que entró a la ciudad, porque antes de él, otros se ocuparon de ilustrarla a lo lejos;
circuló Vidal por sus calles y anotó todo lo que vio. José León Pagano lamenta que no tuvo
acceso a los interiores, a las casas de familia, a las costumbres de los porteños de entonces. De
haberlo hecho le hubiera brindado una materia preciosa, y si no se detuvo a transcribirla, fue
porque no alcanzó a observarla directa y detenidamente” 7.
5
Gonzáles Garaño; Alejo B; Ob. Cit., pags 46-51
6
Pagano, José León; “El Arte de los Argentinos”, Edición del autor, Bs As, 1937, Tomo I, pags 114-115.
7
Cutolo, Vicente Osvaldo; “Nuevo Diccionario Biográfico Argentino”, Elche, Bs As, 1985, Tomo VII,
pags 596-597.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
El casco es, comúnmente, una pipa o un tonel, sostenido sobre ruedas de ocho pies de
altura, para permitir que los carros entren hondo en el agua, que debe recogerse tan limpia
como sea posible. (...) La construcción de estos carros es curiosa, no usándose ningún hierro
en ella. Están construidos de dura madera paraguaya; tres largas vigas y dos cruzadas
componen el armazón, que está sujeto mediante tarugos de madera. La viga del centro, como
en todos los otros carros, es bastante larga como para servir de pértiga, y a su extremo atada
con tientos, está una gruesa viga cruzada con una hendidura de cada lado, donde se atan los
cuernos de los bueyes. En este país, esos animales tiran solamente de los cuernos, y sería de lo
más humano que este fuera su único sufrimiento!. La desventura de los bueyes de los carros
aguadores, está más allá de toda descripción. Cargados o no, el conductor se sienta en la
pértiga, por la cual tiran, y con la garrocha (picana) en una mano y un gran mazo (macana) de
madera, en la otra, nunca cesa en invierno, cuando los caminos son malos, y el lodo es hondo,
de pinchar sus costados y golpear sus cuernos. (...) Los carros aguadores están provistos de
una campana para anunciar su llegada; y en este caso el conductor ha colocado su santo (un
muñeco) en lo alto de uno de los palos” 8 .
Por su parte los lecheritos merecían la siguiente descripción “La ciudad de Buenos
Aires se provee cotidianamente de leche de las estancias circundantes, o granjas que se hallan
de una a tres millas de distancia. La leche es traída a caballo, en tarros de barro o latón, y cada
cabalgadura lleva cuatro y a veces seis en unas alforjas de cuero atadas a la montura con una
correa. Casi puede decirse que los lecheros nacen a caballo, tal es la temprana edad desde la
cual se les enseña esta ocupación. La mayor parte de ellos son niños de menos de diez años,
tan chicos, que para montar en sus caballos tienen que utilizar un largo estribo que no se usa
para otro fin. Se sientan entre los tarros de leche, y en tan incómoda postura galopan lo más
furiosamente. Cuando se encuentran fuera de la ciudad, disputan carreras entre ellos y después
de haber vendido la leche se le ve muy a menudo jugando en grupos, generalmente a las
monedas de a real o cuatro de peso, como hacen entre nosotros los niños con los ochavos
ingleses. (...) Estos muchachos son, por regla general, hijos de humildes quinteros, van mal
8
Vidal, Emeric Essex, Ob. Cit., pag 12
9
Vidal Emeric Essex; Ob. Cit., pag 16
346
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
vestidos y completamente sucios; pero son muy vivos y traviesos como monos, enseñándoles
a sus caballos tantas habilidades que los hacen comparables a los monos.” 10 Las actividades
de los mataderos merecían estas palabras “Existen en Buenos Aires cuatro mataderos, o
carnicerías públicas, una en cada extremo y dos en el centro de la ciudad. (...) Para un
extranjero, nada es tan repugnante como la forma en que se provee de carne a estos
mataderos. Aquí se matan los animales en un terreno al aire libre, ya este seco o mojado; en
verano cubierto de polvo, en invierno de barro. Cada matadero tiene varios “corrales” que
pertenecen a los diferentes carniceros. A ellos son conducidos desde la campiña los animales,
después de lo cual se les permite salir uno a uno, enlazándolos cuando aparecen, atándolos y
arrojándolos a tierra donde se les degüella. De esta manera los carniceros matan todas las
reses que precisan, dejándolas en tierra hasta que todos están muertos y empezando después a
desollarlos. Una vez terminada esta operación, cortan la carne sobre los mismos cueros, que
es lo único que la protege de la tierra o el barro, no en cuartos, como es costumbre entre
nosotros, sino con un hacha, en secciones longitudinales que cruzan las costillas a ambos
lados del espinazo, dividiendo así a la res en tres pedazos largos que son colgados en los
carros y transportados, expuestos a la suciedad y el polvo, a las carnicerías que se hallan
dentro de la plaza” 11.
Adolfo Prieto examinó con los siguientes términos la actitud de los viajeros hacia los
mataderos: “Y en las afueras de la ciudad: el matadero. Dos páginas del texto había
necesitado Head para dar cuenta de la entera ciudad de Buenos Aires; dos páginas necesitará
para introducir - e–introducirse – en la descripción exclusiva del matadero. Por cierto, cinco
años antes de la llegada de Head a Buenos Aires Emeric Essex Vidal había publicado en
Londres Picturesque Ilustration of Buenos Aires and Montevideo . Uno de los veinticuatro
grabados que componían la edición reproducía una visita del matadero del Sur, y en la nota
que acompaña a esta ilustración Vidal indica la existencia de otros tres establecimientos
destinados a proveer de carne a la ciudad de Buenos Aires para señalar luego la chocante, la
desagradable impresión que producen los lugares y las prácticas de faenamiento ensayadas en
estos. Con alguna minucia, Vidal describe esos lugares y esas prácticas y si se presume, como
nos cuesta presumir, que Head tuvo acceso a esa descripción antes de proponer la suya propia,
debe admitirse que más allá de la información y los juicios de valor que ambas comparten, la
descripción de Head aparece beneficiada por el ritmo del relato en el que se la incluye, y el
protagonismo asumido por el narrador” 12 .
Vidal desempeñó una función pionera en cuanto a los paisajes urbanos. Una de sus
ilustraciones lleva por título “La Plaza o Gran Square de Buenos Aires”, describiéndola así :
“Esta vista de la “Plaza”, o gran “Square” de Buenos Aires, está tomada desde debajo del arco
central de la Recova, descripta en el artículo precedente, que forma el lado Este de la misma.
Al norte pueden verse algunas casas particulares y parte de la catedral. El Cabildo o
Ayuntamiento ocupa el lado Oeste y tiene también una plaza. Al Sud existe una fila de casas
de comercio bajas y míseras con un ancho pavimento frente a ellas, sobre el cual los
10
Vidal, Emeric Essex; Ob. Cit., pag 14
11
Vidal, Emeric Essex; Ob. Cit., pag 15
12
Prieto, Adolfo; “Los Viajeros ingleses y la emergencia de la literatura argentina”, Editorial
Sudamericana, Bs As, 1996, pag 40
347
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
revendedores colocan sus puestos, llenos de toda clase de objetos europeos de quincalla. Se
había pensado continuar la Recova por este lado, para formar un paseo cubierto por tres lados
de la Plaza, pero el proyecto no se ha realizado por falta de medios. El Cabildo se usa
principalmente como cárcel, pero en el piso alto existen algunos salones donde a veces se
reúnen las autoridades municipales, que arengan desde el balcón a los ciudadanos en los días
de grandes solemnidades, exhibiendo estandartes y otros trofeos arrebatados a sus enemigos.
A un extremo de este edificio, existe un cuarto de guardia, y después de la puesta del sol a
toda persona que pasa le es dado el alto por el centinela. En el centro de la Plaza hay un
pequeño obelisco, erigido para conmemorar la declaración de la independencia de Buenos
Aires y provincias unidas, al cual se le conoce como el Altar de la Libertad” 13
Al principio decíamos que la literatura de viajeros es una fuente ineludible para conocer
el modo de vida del Buenos Aires criollo. Todo modo de vida expresa un modo de producción
o para decirlo en otros términos los hombres viven tal como producen su vida. En este sentido
las acuarelas de Vidal, cuando nos remiten a los trabajadores urbanos, están revelando a
través de una forma de vida, aspectos de la producción y distribución social de la época.
“Entre los personajes
Más llamativos de Buenos Aires se encontraban los lecheros. Eran estos rapaces
harapientos que venían de las estancias de los alrededores a vender la leche a la ciudad.
Llegaban montados en sus tristes matungos, cargado cada uno con cuatro o cinco vasijas de
barro llenas de leche. Trepado precariamente sobre estas vasijas, el lechero galopaba
furiosamente hacia la ciudad por las mañanas, ansioso de ser el primero en llegar para vender
su leche. En su mayoría no eran más que unos niños, aunque convertidos ya en inveterados
jugadores; después de terminada la venta de su leche, se reunían en grupos y se jugaban las
ganancias del día. Sin ningún escrúpulo aguaban la leche para ganarse unos cuantos centavos
más. Un viajero nos dice que conseguir leche sin adulterar en Buenos Aires era casi tan difícil
como en Londres; ya que cuando estos pilluelos se habían deshecho de la mitad de su
provisión, no era raro verlos en el río rellenando sus tarros” 14.
Enrique Germán Herz, se basa en Vidal y en Wilde, para describirnos al aguatero. “Otra
de las primitivas y sencillas industrias a las que dio lugar nuestro Río, fue la del aguatero.
Vidal nos expresa, en la nota explicativa de su conocida lámina, que la primera cosa que
llamaba la atención de un extranjero al desembarcar, era el carro del aguador. (...) Estos
pesados armatostes experimentaron escasas modificaciones hasta su desaparición, bien
entrado el siglo actual: se achicaron sus enormes ruedas; la bruñida canilla de bronce
reemplazó a la manga de cuero; las abolidas latas de querosén, a las pulcras canecas. Subsistió
el cencerro, pero fue desapareciendo el santo. Se cuenta que el gremio de los aguateros fue un
buen aliado de Eros, pues se cita el caso de enamorados a quienes sus futuros suegros no
miraban con simpatía, que se valieron del traje y la tarea de los siempre, esperados
13
Vidal, Emeric Essex; Ob. Cit., pag 13
14
Trifilo, S. Samuel; “La Argentina Vista por Viajeros Ingleses: 1810-1860”, Ediciones Guré, Bs As,
1959, pag 70.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
proveedores del preciado líquido, para comunicarse así con la interesada, sin despertar
sospechas” 15.
La ciudad tenía una relación directa e inmediata con el río. A este se acudía para extraer
agua (aguateros), pescar (pescadores), lavar la ropa (lavanderas), bañarse en las calurosas
noches de los veranos porteños. En cuanto a los mataderos las descripciones de Vidal y de
otros viajeros nos permiten trazar el siguiente panorama. ““Hoy fui con varios oficiales a ver
la escena más repugnante de todas: la matanza de bueyes en el mercado”. Así comenzaba el
viajero Campbell Scarlett sus anotaciones correspondientes al 2 de noviembre de 1834.
Cabalgando hacia el lugar, vio tropas de vacunos que eran recogidas en un corral por gauchos
cuyo aspecto era tan salvaje como el de sus hermanos del campo, aunque los últimos eran, en
general, más pacíficos que los de los alrededores de la ciudad. Lo que ocurre dentro del
mercado puede ser leído en el relato de Head, Millau, Skogman, Hutchinson, Hinchliff, y
tantos otros extranjeros que se maravillaron de contemplar el espectáculo que, durante más de
tres siglos, proporcionaron los corrales de abasto de la ciudad. No era para menos: un
matadero en aquella época era sencillamente el transplante de la campaña, con toda su
abigarrada rusticidad y encanto, al muchas veces frío y apacible ámbito urbano” 16.
¿Cómo nos ven, entonces, o como nos veían?. Perdidos en la infinitud. Revoleando
armas y boleadoras para atrapar algo inapresable y enemigo que se escapaba del interior del
hombre. Pampa de hijos de indios que perseguían a sus ancestros para arrancárselos de la
memoria y la piel. Pampa donde hasta el indio, mezclado con el español en su adopción del
caballo que lo volvía doble, era mestizo. Los precursores han contestado sin saberlo, pero con
gran exactitud, a la pregunta subyacente: ¿Cómo me ve mi padre, el blanco?. El espejo de
aquella Argentina pasada intento reflejar al lejano progenitor, ése al que le debimos la libertad
de elegirnos a nosotros mismos, la herida de nuestro ser escindido, cierta sed de venganza y
un sentimiento de orfandad que aún nos acompaña” 18.
15
Herz, Enrique Germán; “Historia del Agua en Buenos Aires”, MCBA, 1979, pag 22
16
Pérez, Osvaldo; “Mataderos de Buenos Aires”, en “Todo es Historia” Nº 339, Octubre de 1995, pag 81.
17
López Anaya, Jorge; “Historia del Arte Argentino”, Emece Editores, Bs As, 1997, pag 17.
18
Dujovne Ortiz, Alicia; “La Mirada de Afuera” en “Pintura Argentina. Precursores I”, Clarín, Bs As,
2001, pag. 9
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Más tradicional y anterior es el análisis de S. Samuel Trifillo “Un singular libro de viaje
que combina los valores artísticos con los literarios es la obra, bellamente ilustrada, de Emeric
Essex Vidal, Picturesque Illustrations of Buenos Aires and Montevideo (1820). Es único por
sus veinticuatro vivas reproducciones en acuarela, que fueron hechas por el mismo autor con
una habilidad profesional. Cada ilustración va acompañada de un claro y absorbente
comentario del artista, lo cual comenta sobre manera el interés del libro. Según el prólogo del
mismo autor, este fue el primer intento que se hizo por llamar la atención del público con
ilustraciones de esa parte de Sudamérica” 19.
Con Vidal nos encontramos frente a una obra pionera, tanto desde el punto de vista
literario como plástico, en relación al Buenos Aires de la primera mitad del siglo XIX.
Bibliografía General
Chiaramonte, José Carlos. Ciudades, provincias, estados: orígenes de la nación
Argentina. 1800-1846. Ariel Historia, Bs. As., 1997
Head, F.B., Las Pampas y los andes. Biblioteca Argentina de Historia y Política.
Hyspamérica, 1986.
Nueva Historia Argentina. Arte, Sociedad y Política. Dirección del tomo: José Emilio
Burucúa. Ed. Sudamericana, 1999
Pagano, José León. El arte de los argentinos. Ed. del autor, 1937, 3 tomos
Santos Gómez, Susana. Bibliografía viajeros a la argentina, tomo I y II, FECIC. 1983
19
Trifilo, S. Samuel; Ob. Cit., pags 267-268.
350
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Abstract
La película "El viaje" (Argentina, Fernando Solanas, 1992) representa en su narrativa
una odisea de iniciación que lleva al joven personaje central desde el extremo sur del
continente Latinoamericano hasta las pirámides aztecas de Méjico.
Texto
Los films del director Fernando Solanas encaran asiduamente problemas nacionales
argentinos. Por el contrario, las ideas latinoamericanistas han sido expresadas sólo en "La
hora de los hornos" (Solanas y Getino, 1968) y "El viaje" (Solanas, 1992). El resurgimiento
del latinoamericanismo en este última película debe ser considerado una práctica estética
subversiva, característica de la posmodernidad que se desarrolla bajo el proceso de la
globalización.
351
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
1
Néstor García Canclini, Consumidores y Ciudadanos – Conflictos multiculturales de la globalización,
Grijalbo, México, 1996, pp. 22-23.
2
Ver: Tzvi Tal, Historia, Política y Estética en los films de Fernando Solanas - La representación
cinematográfica de cambios en el discurso de la izquierda nacional argentina, 1968-1992, Universidad de Tel
Aviv, Facultad de Humanidades, Escuela de Historia, 1997 (hebreo).
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
papel, que representaban la desarticulación del proyecto nacional de la izquierda nacional por
el golpe militar, el proceso y el comienzo de la globalización. La subversión de los códigos
estéticos hegemónicos y la disposición a enfrentar las consecuencias posibles siguieron siendo
patentes en la fragmentación de la narrativa, el surrealismo y el realismo fantástico. El fracaso
de los personajes en lograr su objetivo era un final abierto que llama a la reflexión mas que
una conclusión pesimista. El éxito del film en el público y en festivales certificó la vigencia
de las ansias de liberación, desconectadas de la lucha armada y reconociendo el deseo
personal como fuerza impulsora de la acción del sujeto. "Sur" (1989) planteó en una estética
similar el viaje a la memoria de la pesadilla nacional durante el Proceso, analógico al Infierno
de Dante, y el alba de una nueva época en la que el Pueblo se re-encuentra con el Peronismo.
"El viaje" transgrede los códigos del cine hegemónico, pero se percibe la negociación de
la identidad del sujeto creativo frente a los condicionamientos que impone el mercado de los
productos simbólicos en la era actual. 3 La narrativa es fragmentada, pero el punto de vista es
del héroe único, mientras las menconadas presentaban personajes que constituían un héroe
colectivo, en la tradición del cine revolucionario. La odisea presenta una serie de peripecias,
donde sólo esporádicamente se plantea la intelectualización del conflicto. El final queda
"abierto", dejando al espectador la opción de concluirlo. El largo original de tres horas,
apropiado a la dimensión épica del narrativo latino-americanista, fue reducido a 2 horas y
cuarto para adaptar el film a las condiciones de la exhibición comercial en las salas de cine.
La intertextualidad con otras películas coincide con las convenciones del cine posmoderno
hollywoodense, pero no expresada como nostalgia por lo "ya visto" hecha objeto de consumo,
sino como planteo alternativo de una película que pudiendo haber sido integrativa como la
mayoría en su género, opta por confrontar al sujeto espectador con las crisis sociales.
Mientras en el cine hegemónico proliferan las fantasías y los héroes caricaturescos, "El
viaje" representa los héroes anónimos de la resistencia popular en personajes de caricatura
que aparecen en carne y hueso y caricaturiza los régimenes de Carlos Menem y otros
gobernantes latinoamericanos, en un estilo que el director define como “grotético”, mezcla de
grotesco y patético. La invención de una estética enraizada en la crítica política de la realidad
social y la trasgresión de los códigos genéricos que caracterizan el cine hegemónico, son la
herramienta de quién en el pasado postuló el "cine-guerrilla" donde "la cámara dispara 24
cuadros por segundo". Solanas fué fundador del Grupo Cine Liberación, que postuló un cine
militante tercermundista que repudiaba los canones burgueses del arte, elaborando una
estética funcional a los objetivos políticos y reclamando la evaluación del film en función de
su servicio a la causa popular. Al romper las cadenas estéticas de la hegemonía, se expresa
simbólicamente el anhelo por un órden distinto social. 4
3
Me baso en las teorías de la negociación de las identidades y del carácter subversivo de las prácticas
culturales oposicionales. Véase: Homi K. Bhabha, Nation and Narration, London, Routledge, 1990; Idem, The
Location of Culture, London, Routledge, 1994; Inmmanuel Wallerstein, “Culture as the Ideological Battleground
of the Modern World System”, Theory, Culture and Society, 7 (1990), 39.
4
Grupo Cine Liberación activó en el Peronismo y sus miembros salieron al exilio en 1976. Solanas
regresó en 1983, fue miembro de la Asamblea Constituyente y diputado al Congreso Nacional. La teoría del cine
revolucionario del Grupo fue planteada ampliamente en el artículo de Fernando Solanas y Octavio Getino,
“Hacia un tercer cine”. La práctica política coherente fué expuesta en “Cine militante-una categoría interna del
353
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
"El viaje" subvierte el esquema al plantear una travesía desde el extremo sur del
continente oprimido bajo la deuda externa y el neoliberalismo. En la pantalla se construye una
representación no-consumerista ni folklorizada, anti-turística, de sitios y monumentos
conocidos, desnudando la geografía humana y la resistencia popular a las políticas neo-
populistas en ejercicio. Mientras que la visita turística es frecuentemente en las
representaciones fílmicas una colonización simbólica que construye al habitante como una
alteridad, "El viaje" expresa el reconocimiento empático y solidario de la población local,
tercer cine” y en “El cine como hecho político”. Ver: Fernando Solanas y Octavio Getino, Cine, cultura y
descolonización, Buenos Aires, Siglo veintiuno, 1973, pp. 55-90, 121-170.
5
Ver: Hyden White, "El texto historiográfico como objeto literario", Elazar Wainrib (coord.),
Pensamiento Histórico, Universidad Abierta, Tel Aviv, 1985, pp. 305-320 (hebreo).
6
Un ejemplo de la tendencia a a justificar la dependencia psicológica de la imágen del Líder puede ser
vista en: José Caterina y Carlos Allio, Análisis sociológico y psicosocial de la Dependencia, Editorial
Guadalupe, Buenos Aires, 1973.
7
Los adolescentes en la sociedad occidental son un objetivo de tecnicas de comercialización agresiva, a
lo cual se agrega la comercialización de la imágen de los adolescentes mismos. Ver: Jod Lewis, The Road to
Romance and Ruin, Routledge, London, 1992, pp. 1-31, 77-103.
354
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Martín Nunca es menor de edad, libre de culpa por la elección del Dr. Rana a la
presidencia argentina, pero se acerca el momento de asumir la adultez y fijarse objetivos de
vida. Su nombre recupera el anhelo liberador indómito simbolizado en la memoria de San
Martín. En los primeros momentos es confrontado con el espectacular derrumbe del
“Albergue Warnes”, transformado en alusión metafórica a la desaparición del proyecto
peronista de justicia social, soberanía nacional e independencia económica. 9 Decepcionado de
la nueva familia que su madre ha construido, de su prematura pareja y de la educación
irrelevante en un colegio que parece una carcel (escenas filmadas en el presidio desactivado
de Ushuaia), Martín abandona Tierra del Fuego y comienza la jornada que lo llevará hasta
Méjico.
8
Para una teorización de la construcción de la alteridad en la literatura colonial y turística, ver Tzvetan
Todorov, The Conquest of America - The Question of the Other, Harper and Row, New York, 1984, pp. 185-
201; Idem, On Human Diversity: Nationalism, Racism and Exoticism in French Thought, Harvard University
Press, Cambridge and London, 1993, pp. 264-352.
9
Inmenso edificio destinado a ser hospital, comenzado por el primer gobierno de Perón y nunca
concluido. Durante decenas de años fué un “elefante blanco” habitado por marginales, que recordaba a los
habitantes de Buenos Aires la gestión peronista interrumpida por el golpe militar de 1955.
355
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
voluntarista del mesianismo foquista sesentista, sino la del sujeto conciente de los vínculos
entre lo particular y lo público, desde una postura crítica a las relaciones sociales. 10
10
Mariano Sznajder, “Legitimidad y poder políticos frente a las herencias autoritarias: transición y
consolidación democrática en América Latina”, E.I.A.L., 1 (1993), 27-53; James Petras y Steve Vieux, “The
Transition to Authoritarian Electoral Regimes in Latin America”, Latin American Perspectives, 4 (1994), 5-20.
11
Philip McMichael, “Globalization: Myths and Realities”, Rural Sociology, 1 (1996), 25-55.
12
Luis Roniger, “Globalización y redefinición de Identidades: hacia una visión comparativa”, E.I.A.L., 1
(1996), 135.
13
Para una comprensión de las prácticas simbólicas de la Resistencia, ver: Ernesto Salas, “Cultura
Popular y Conciencia de Clase en la Resistencia Peronista”, Ciclos, 7 (1994), 172. Utilizo el término
“carnavalesco” en el sentido de resistencia cultural y social que le atribuía Bakhtin. Ver: Robert Stam,
Subversive Pleasures - Bakhtin, Cultural Criticism and Film, Baltimore and London, John Hopkins University
Press, 1989.
356
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Martín Nunca se encuentra también con la miseria del pueblo peruano contrastada con
su pasado pre-colombino en Machu-Pichu; con la explotación inhumana del pueblo brasilero
y la destrucción de sus recursos naturales contrastados con el urbanismo posmoderno de San
Pablo; con la rebeldía del pueblo mexicano contrastada con la grandeza de las pirámides
aztecas. "El viaje" recupera el discurso indoamericanista expresado en "La hora de los
hornos", pero adaptado al entorno del Quinto Centenario de la Conquista en 1992. La
preocupación por el problema indio es un sub-producto de la globalización: la campaña
mediática global reforzó la identidad y la conciencia, demostrando ser mas eficiente que la
lucha política por objetivos materiales concretos. Los movimientos indigenistas negociaron su
debilidad política a nivel nacional transformándola en actividad simbólica internacional. 14
14
Véase: Leopoldo Zea (ed.), Quinientos años de historia, sentido y proyección, México, Fondo de
Cultura Económica, 1991; Elena Poniatowska, “Memory and Identity-Some Historical-Cultural Notes”, Latin
American Perspectives, 3 (1992), 67-78; Alison Brysk, “Turning Weakness into Strength-The Internalization of
Indian Rigths”, Latin American Perspectives, 2 (1996), 38-57.
15
Ver: http://www.ciudadfutura.com/aztecas/quetzalcoatl.html;
http://www.samaelgnosis.com/imagenes/maestros/quetzalcoatl.htm
357
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
16
Teoría enunciada antes de la eclosión de la discusión sobre la Globalización, que me permito extender
al cataclismo socio-político posterior a su publicación. Ver: Frederick Jameson, “On Magic Realism in Film”,
Critical Inquiry, 12 (1986), 301-326.
17
Ver: Amaryll Chanady, "The Territorialization of the Imaginary in Latin America: Self-Affirmation
and Resistance to Metropolitan Paradigmas", in: Lois Parkinson Zamora et alii, Magical Realism - Theory,
History, Community, Duke University Press, London and Durham, 1995. pp. 125-144.
18
Ver: Alcira Argumedo, Los silencios y las voces en Amיrica Latina - Notas sobre el pensamiento
nacional y popular, Ediciones del Pensamiento Nacional, Buenos Aires, 1996; Idem, "Perón, Jauretche, Bolivar,
Artigas, la propuesta recuperadora", en: Fernando Ferreira, Luz, cámara, memoria…- Una historia social del cine
argentino, Corregidor, Buenos Aires, 1995, pp. 162-164.
358
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
La dedicatoria refuerza el caracter textual del film así como refuerza la conciencia de estar
frente a un texto producido por portavoces de discurso social, y no "espiando" a traves de la
pantalla al mundo fictivo de los personajes. Es una estrategia que deconstruye la ilusión
mimética preferida por el hiper-realismo hollywoodense y la construcción del sujeto
consumidor pasivo requerida por el sistema, colocando al espectador en una posición crítica
respecto al espectáculo y la situación representada.
19
Acerca de la expresión de lo popular en la historieta, ver: David William Foster, From Mafalda to Los
Supermachos - Latin American Graphic Humor as Popular Culture, Lynne Rienner Publishers, Boulder and
London, 1989; Anne Rubenstein, Bad Language, Nakes Ladies and Other Threats to the Nation - A Political
History of Comics Books in Mexico, Duke University Press, Durham and London, 1998; Martin Baker, Comics:
Ideology, Power and the Critics, Manchester University Press, Manchester and New York, 1989.
20
Ver también el análisis de la versiones de "El eternauta" en: Jorge Claudio Morhain, "La Argentina
premonitoria - Ficciones y reflexiones sobre El Eternauta", manuscrito del autor; Juan Sasturain, "Prólogo", El
eternauta, La Biblioteca Argentina-Agea, Barcelona, 2001, pp. 5-11.
359
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
hacer Hollywood en "Superman", "Batman", "Dick Tracy" y otras. Son seis escenas en
dibujos (una séptima fue eliminada en el montaje final), que transmiten la memoria de las
luchas populares, frecuentemente olvidadas en la Historia oficial. Jean Luc Godard incluyó en
su película "La china" (Francia, 1969) caricaturas de Mao Tse Tung y Batman, usando
cuadros unitarios que explotaban el significado icónico de ambos personajes como
representativos del combate entre capitalismo y comunismo. Solanas, cuyo cine político fue
contemporáneo al de Godard y con quien discutió personalmente las características y las
enseñanzas de la práctica cinematográfica comprometida, recupera la memoria de las luchas
reales de los sectores oprimidos, marginalizadas generalmente por la narrativa oficial de la
Nación.
Las escenas de historieta presentan tres personajes fictivos que luego aparecen en carne
y hueso. Américo Inconcluso es un camionero que recorre el continente abriendo brecha. Su
zigzageo sobre las rutas pavimentadas simboliza la rebelión contra las trayectorias fijadas de
antemano. Tambien se resiste a ser definido como creación del caricaturista y sostiene que el
dibujante ha sido creado por él, estableciendo que la resistencia no es una ficción y que la
memoria popular es enunciada por el sujeto creativo emergente del conflicto social. La
película postula la ficción caricaturesca como narrativo histórico que no ha sido oficializado,
una analogía con las luchas reivindicatorias del revisionismo histórico en el pasado no lejano.
21
"Como sempre esteve, o amanhá está em nossas manos". Artista: Mário Gruber Correia Gênero: Mural
Data: 1979-1987 Técnica: Pintura Material: Vinílico e acrílico sobre parede de concreto Dimensões: 50,00 m2
Localização: Estação Sé/Plataforma central, Linha 3 – Vermelha. Ver:
http://www.metro.sp.gov.br/aplicacoes/eventos/arte/obras/tese04.asp
360
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
"El viaje" de Martín a lo largo del continente recupera los paisajes turísticos conocidos
para convertirlos en el escenario geográfico donde se desarrolla la resistencia de los grupos
sociales y la batalla por la liberación de la conciencia. En las diversas estaciones de la odisea,
se plantea en forma dialéctica la contradicción entre las "bellezas naturales y arqueológicas" y
la "fealdad" de la injusticia. Al conectar la crítica de la situación actual con el recorrido por la
geografía física y humana latinoamericana, la película contra-ataca los efectos posmodernos
sobre la conciencia espacial. La presencia obsesiva de los receptores de televisión
transmitiendo "Dinastía" es contrarrestada por la Voz de la Resistencia Popular.
Fotografiando en los sitios auténticos con actores y aficionados locales, la fición adquiere un
caracter de testimonio que continúa la tradición generada por la Escuela Documental de Santa
Fé dirigida por Fernando Birri y continuada por el cine de la liberación en los sesenta-setenta.
"El viaje" transcurre de Sur a Norte y finaliza con el comienzo del retorno al Sur. Mas
que un hecho geográfico obvio, la dirección expresa el significado político de la perspectiva
geográfica. El Sur y el Norte eran los polos opuestos del Tercer Mundo subdesarrollado en
lucha contra la opresión por el Primer Mundo industrializado. Sur y Norte son los barrios
porteños que en el discurso peronisa expresaban la concepcion locacional de los Proyectos
opuestos: el proletariado mora en los barrios bajos del Sur, la oligarquía habita en el bario
Norte. En su película anterior, Solanas expuso la alegoría de un fictivo Proyecto Nacional Sur
que representa el nacionalismo económico autárquico peronista, donde confluyen los intereses
del proletariado, la oficialidad militar autenticamente patriótica y las ansias populares. Los
22
Canclini, Consumidores, p. 16. Para la comprensión del la conciencia geográfica en la era actual, ver:
John Agnew, “Representing Space: Space, Scale and Culture in Social Science”, in: Place, Culture,
Representation, eds. James Duncan and David Ley, Routledge, New York and London, 1994, pp. 259-271;
Derek Gregory, “Intervention in the Historical Geography of Modernity: Social Theory, Spatiality and the
Politics of Representation”, Ibid., pp. 272-313.
23
Frederick Jameson, “Postmodernismo o el racional cultural del capitalismo tardío”, versión hebrea en
Kav, No. 10, Julio 1990. Publicado por primera vez en New Left Review, 146 (1984).
361
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
represores y censores no podían en dicha escena comprender el "anhelo popular" pues estaban
identificados con el "norte" - el imperialismo. El retorno de Martín Nunca hacia el Sur en el
camión conducido por Américo Inconcluso, es la imágen final que sintetiza la propuesta:
liberarse de la carga histórica del populismo peronista, enfrentarse con la injusticia y el
subdesarrollo enunciando un Proyecto donde el anhelo personal no debe ser sacrificado sino
conjugado con las ansias populares. Fiel a su trayectoria de Intelectual Orgánico, Solanas
impulsó luego la formación del Frente del Sur.
Bibliografía
AGNEW, JOHN, “Representing Space: Space, Scale and Culture in Social Science”, in:
Place, Culture, Representation, eds. James Duncan and David Ley, Routledge, New York and
London, 1994, pp. 259-271.
24
Canclini, Consumidores, pp. 80-82, 91-95. Ver tambien: Stuart Hall, “Introduction: Who Needs
Identity?”, in: Stuart Hall and Paul Du Gay, Questions of Cultural Identity, SAGE, London, 1996, pp. 1-17.
362
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
ARGUMEDO, ALCIRA, Los silencios y las voces en América Latina - Notas sobre el
pensamiento nacional y popular, Ediciones del Pensamiento Nacional, Buenos Aires, 1996.
BAKER, MARTIN, Comics: Ideology, Power and the Critics, Manchester University
Press, Manchester and New York, 1989.
Hall, Stuart, “Introduction: Who Needs Identity?”, in: Stuart Hall and Paul Du Gay,
Questions of Cultural Identity, SAGE, London, 1996, pp. 1-17.
LEWIS, JOD, The Road to Romance and Ruin, Routledge, London, 1992.
363
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
RUBENSTEIN, ANNE, Bad Language, Nakes Ladies and Other Threats to the Nation -
A Political History of Comics Books in Mexico, Duke University Press, Durham and London,
1998.
WHITE, HYDEN, "El texto historiográfico como objeto literario", en: Wainrib, Elazar
(coord.), Pensamiento Histórico, Universidad Abierta, Tel Aviv, 1985, pp. 305-320 (hebreo).
364
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Abstract
Tratar el tema de las imágenes en los relatos de los viajeros implica necesariamente
hablar de paisaje, no tanto como hecho físico sino más bien como representación, como
mirada. La relación entre literatura de viajes y surgimiento de imaginarios paisajísticos ha
sido fecundamente trabajada durante los últimos años. En Argentina, por ejemplo, algunos
autores han demostrado el rol fundante de la narrativa de viajes respecto de las
representaciones de lo nacional y lo regional desarrolladas por la emergente literatura
argentina.
En segundo lugar y a partir del análisis de una selección de dichas crónicas, interesará
determinar de qué imaginarios paisajísticos dan cuenta las imágenes trabajadas por estos
cronistas en el particular contexto de la Patagonia de fines del siglo XIX. A partir de entender
al paisaje como un sistema significante, ha interesado investigar como el mismo puede ser
leído como texto. En sintonía con el surgimiento de esta retórica del paisaje se pondrá
atención, en primer lugar, en los distintos tropos a los que los cronistas echan mano. En
segundo lugar y reconociendo la función de inculcación de los imaginarios paisajísticos será
preciso identificar las estrategias de naturalización de la presencia colonizadora que se hallan
desplegadas en los textos.
Introducción
Tratar el tema de las imágenes en los relatos de los viajeros implica necesariamente
hablar de paisaje, no tanto como hecho físico sino mas bien como representación, como
mirada. La relación entre paisaje y literatura de viajes ha sido fecundamente trabajada durante
los últimos años, señalándose la función prefiguradora de los textos de los viajeros respecto
del surgimiento de los distintos imaginarios paisajísticos.
365
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
El presente trabajo tiene como objetivo el análisis de estas crónicas. En primer lugar
será necesario caracterizar con precisión este tipo de registro, señalando sus diferencias con la
caracterización mas difundida de la literatura de viajes.
En segundo lugar, se estudiará de que manera aparecen en los textos analizados las
imágenes del territorio. En otras palabras, interesará determinar que imaginarios paisajísticos
dan cuenta las imágenes trabajadas por estos cronistas en el particular contexto de la
Patagonia de fines del siglo XIX. Importará investigar aquí cuales son los recursos utilizados
en la presentación de estas imágenes, pudiéndose descubrir que otros textos sirvieron de
referencia para la construcción de dichas imágenes. Finalmente, reconociendo la función de
inculcación de los imaginarios paisajísticos será preciso identificar las estrategias de
naturalización de la presencia colonizadora que se hallan desplegadas en los textos.
Los estudiosos del paisaje han reconocido en los relatos de los viajeros una de las
fuentes de prefiguración del paisaje. Dado su carácter inaugural de estos viajes exploratorios,
las imágenes acuñadas por estos cronistas ayudaron a sentar las bases de imaginarios
paisajísticos asociados a los lugares y áreas descriptas. En el caso de Argentina esta
interesante relación entre narrativa de viajes e imaginarios paisajísticos ha sido trabajada por
Prieto quien ha mostrado el rol fundante de los textos de los viajeros ingleses respecto de las
representaciones de lo nacional y lo regional desarrolladas por la emergente literatura
argentina. (Prieto, 1996)
366
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
imágenes territoriales que apuntan a la definición de una territorialidad propia para los galeses
en la Patagonia.
Textos y contexto
Los textos que se analizarán en el presente trabajo son los siguientes:
1
Ver los datos de publicación original en la bibliografía adjunta al final de esta presentación
367
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
En cuanto a los reportes, informes y crónicas de los galeses sobre la Patagonia, los
mismos surgen con la idea misma de fundar una colonia en esa región. El primero es
realizado por el comité organizador de la colonia galesa en 1862. Preparado por Hugh Hughes
con el nombre de Llawlyfr y Wladfa Gymreig, esta primer publicación es una especie de
manual del colono con información sobre el territorio. Fue precisamente por la naturaleza de
esa información que el Llawlyfr fue largamente recordado ya que en su afán de impulsar el
emprendimiento colonizador, el comité organizador produjo una imagen excesivamente
positiva de la región a colonizar, hecho que condujo a los colonos una rápida decepción al
momento de arribar a las costas patagónicas.
Pero la principal diferencia radica en el hecho de que las crónicas no comparten con la
mayor parte de la narrativa de viajes sus itinerarios de tipo circular. En efecto, en este caso los
viajeros devienen en colonos y si vuelven al país de origen lo hacen muchos años después de
haber llegado. 2
368
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Meloch Hughes (1860-1926) también volvió a Gales, pero lo hizo en forma definitiva y luego
de haber pasado 44 años en la Patagonia. Finalmente Thomas Jones (1849-1934), no retornó
nunca, escribiendo su crónica desde el territorio que enmarca su relato.
De esta manera, si bien es posible seguir considerando que la mirada de estos viajeros-
colonos es en gran medida una mirada desde fuera, tampoco se puede dejar de tener en cuenta
que luego de un largo período de permanencia en la Patagonia los autores de las crónicas
desarrollaron cierto sentido de pertenencia en relación con el territorio que constituyó uno de
los objetos centrales de su relato. Esto tiene algunas implicancias a nivel de la construcción de
las representaciones del territorio. Quienes se han propuesto estudiar el paisaje desde los
diferentes registros en los que este aparece, han diferenciado claramente dichos registros en
función de la situación de sus respectivos productores. Así pueden establecer tres posibles
registros: aquellos producidos por miembros de la población local en los que se revelan una
serie de creencias y valores propios de esa localidad; aquellos producidos por personas que no
forman parte de la población local donde la relación entre el paisaje y las prácticas sociales y
políticas aparece desfamiliarizada y finalmente, aquellos registros producidos desde una
mirada científica que repara en la estructura de organización del territorio subyacente a lo
directamente visible en un tipo de conceptualización comparable a la realizada por un
geógrafo. (Duncan, 1990) En nuestro caso, las características de los dos primeros tipos de
registro aparecen mezcladas y la familiaridad con territorio patagónico resulta bastante
variable.
Esta mayor familiaridad con el territorio se suma a la brecha existente entre el momento
de la escritura del relato y el momento relatado para producir la pérdida de cierta frescura
normalmente producida por el contacto con lugares y personas desconocidos. Desaparece así
un componente relativamente subjetivo, bastante frecuente en los relatos de viajes, que guarda
una estrecha relación con las impresiones y asociaciones que producen los nuevos lugares en
el viajero. Estas asociaciones refieren a textos e imágenes que conforman un repertorio a
partir del cual el viajero aprehende todo lo encontrado en su camino. Este es un aspecto
valioso de los relatos de viajes ya que ese repertorio puede iluminar la manera en que las
ideologías dominantes, comunicadas a través del paisaje, ayudan a reproducir las prácticas
sociales y políticas. (Duncan, 1990: 19) Encontramos entonces que en las crónicas a analizar
estas valencias se encuentran atenuadas.
En relación con el itinerario, las crónicas tienen algunas puntos en común con otros
relatos de viajeros. Todos los textos analizados, por ejemplo, dedican la primera parte de la
narración al cruce del Atlántico. La excepción es el texto de Eluned Morgan que relata un
viaje dentro de la Patagonia. Sin embargo, el texto de Morgan es el que mas cercano al género
de literatura de viajes. En efecto, mientras este relato sigue de principio a fin las peripecias de
una excursión hacia los Andes, el resto de los textos, si bien comienzan como un relato de un
viaje, se van transformando gradualmente en una crónica de la historia de la colonia. La
balanza se inclina así hacia la acción de documentar las transformaciones, alejándose del
propósito de comunicar e interpretar elementos hallados en el viaje. Sin lugar a dudas, esto
tiene una estrecha relación con la creciente familiaridad de los colonos respecto del territorio
pero también con la necesidad de promocionar la colonia en Gales. Mas que un relato como
369
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Todas estas características hasta aquí descriptas se conjugan de diferente manera en los
trabajos analizados y confieren al conjunto matices que no conviene soslayar. La distancia
que hemos tratado de medir entre ese conjunto de obras y lo que podría considerarse una
literatura de viajes más canónica no impedirá que podamos aproximarnos a los textos
seleccionados con la intención de descubrir de que manera aparecen en ellos los aspectos
principales a partir de los cuales ha sido estudiada dicha literatura.
El desierto
La idea planteada ya desde el título del trabajo es que los autores de estas crónicas
contribuyeron a forjar la idea de una nueva Gales en la Patagonia. No se trata de una idea
novedosa, ya que ello estaba explicito en el proyecto mismo de colonización. Por tanto no se
trata de sostenerlo como hipótesis sino de ver de que manera, por medio de que estrategias,
mediante el uso de que imágenes y referencias estos autores se reapropian de la Patagonia.
Cómo se construye, nos preguntamos aquí, el paisaje de esta nueva Gales.
Los estudios realizados sobre otros relatos de viajes nos permiten repara en algunos
aspectos útiles. Así las expediciones de los viajeros a partir del siglo XVIII han sido
entendidas como punta de lanza de la expansión colonialista y mercantilista europea. De esta
manera, una de las funciones principales de los relatos de los viajeros fue la de dar una idea de
accesibilidad de los territorios recorridos como forma de promover su ocupación. Los viajeros
se encargan entonces de desproblematizar los territorios retratados. Ello tiene cierto
paralelismo con la pintura paisajista en la que esta acción es considerada como limpieza del
campo visual.
370
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
con nuevos contenidos. Se trata de un efecto similar al logrado con la difusión de la expresión
“Conquista del Desierto” en la Pampa y la Patagonia Argentinas. El uso de la figura del
“desierto” para caracterizar esas regiones excluye, mas bien borra, a sus habitantes originales,
aún antes de su propio aniquilamiento.
Desparecidos los indios del campo visual, como desaparecidos se encuentran a lo largo
del trayecto de 600 kilómetros que Eluned Morgan realiza por la Patagonia central, solo
queda la estepa semidesértica. Su imagen no aparece en las crónicas mas tempranas ni en
general en los primeros capítulos de las mismas. Es que si de promocionar la llegada de
nuevos inmigrantes se trata, la imagen del desierto no resulta muy atractiva
El desierto transformado
Las crónicas se centran en la descripción de las acciones llevadas adelante por los
colonos en el valle del Chubut. En la mayoría de ellas, el relato esta encerrado dentro de los
límites del valle y va enhebrando las distintas obras emprendidas: canales de riego, diques,
edificios, campos de cultivo, alambrados, capillas, molinos. Gran parte del texto de Abraham
Matthews es por ejemplo un reporte cronológico de la materialización de estos adelantos.
Pero es en el texto de WM Hughes que vivió en el valle del Chubut entre 1881 y 1925 donde
encontramos los detalles del trabajo que esta transformación territorial supuso. Hay allí una
conciencia de esa transformación que expresa al citar los siguientes versos del poeta Eifion:
La idea de jardín que se insinúa aquí aparece mas claramente en la descripción que
Eluned Morgan hace del valle del Chubut tal como lo percibía hacia 1899:
“...había miles de árboles a lo largo de todo el valle, plantados por los colonos
galeses en su empeño de asemejar sus hogares a las blancas casitas de Gales,
anidadas entre sus bosquecillos. Y realmente el valle ofrecía un aspecto feliz y
próspero: acogedoras casas campestres construidas de ladrillos o piedras, los
potreros limpios y cuidados, la quinta y la huerta cerca de la casa; el ganado bien
alimentado saboreaba los tiernos pastos mientras el diligente agricultor seguía a su
arado doble preparando confiadamente su tierra para cuando llegara la época de la
siembra; los niños en sus ligeros caballos se dirigían hacia las escuelas con alegría
y bríos deteniéndose a ratos para dedicarse a algunos juegos propios de su edad.
Los pequeños núcleos de población agrupados aquí y allá estaban llenos de
371
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
entusiasmo con los “cyrddau llenyddol” 3y los coros empezaban a reunirse en los
ensayos a fin de presentarse en las competencias del próximo Eisteddfod.”
El imaginario del jardín aparece aquí sosteniendo la idea de una comunidad viviendo en
completa armonía. Es que como parte de una sensibilidad hacia lo pintoresco, la imagen del
jardín condensa, ya desde el antecedente clásico de las geórgicas, valores de orden y armonía
que promueven, a su vez, sentimientos de cohesión social (Silvestre, Aliaba, 2001: 87)
El desierto buscado
Pero la figura de la árida estepa con su grandeza y su soledad no desapareció detrás de
la imagen de este verde jardín. Mas bien fue transformado en un marco para ese jardín, pero
como veremos un marco bien significativo. Difícilmente desapareciera esta estepa de los
escritos de los colonos cuando el aislamiento que ella garantizaba había formado parte
medular de programa de fundación de la colonia. En efecto, la asimilación de la población
galesa emigrada a Estados Unidos desde comienzos del siglo XIX, había provocado la
reacción de distintos líderes políticos y religiosos de Gales cuya meta fue encontrar una
región del planeta en donde los galeses pudieran asentarse a salvo de influencias que pudieran
poner en peligro la supervivencia de ciertos valores culturales que eran colectivamente
percibidos como representativos de la nación galesa.
Este último reconoce que los ambientes poseen un significado moral, por lo que pueden
a veces ser causa de degeneración. Si esta degeneración no tuvo lugar en la Patagonia fue,
según Hughes, gracias al aislamiento, es decir, a la ausencia de una ambiente social extraño y
a la decidida adhesión religiosa de los colonos que constituyó un factor de cohesión social de
primer orden. Las privaciones que impone a los colonos la soledad y falta de recursos de la
estepa patagónica no son consideradas aquí como un factor negativo. Por el contrario, los
esfuerzos y las privaciones de los primeros años son entendidos como un factor de
fortalecimiento de la moral.
3
En galés: reuniones literarias
372
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Lo que es claro es que los sacrificios aparecen en estas crónicas en función de las
victorias, dos términos sobre los que se funda una epopeya de la colonización. Hughes esboza
al final de su obra una síntesis de la historia de la colonia en la que librado de la necesidad de
documentar, carga las tintas sobre el heroísmo de la gesta colonizadora. En tono desafiante y
personificando a los accidentes del territorio se dirige al río: “ pero tú también, Chubut de
tortuoso camino serás vencido dentro de un rato. Probablemente si de otras razas dependiera,
serías dejado en tu profundo lecho murmurando tu canto y soñando con el descanso en el
senos del gran océano después del largo viaje, pero cuando tiraste el guante desafiando a los
galeses en la batalla, hiciste una gran equivocación” (WM Hughes, 1993: 266) Desde este
tono grandilocuente Hughes se propone inscribir la historia de la colonia dentro de la historia
universal: “No se hizo en las llanuras de Ilion ni de Latium antiguamente mayor heroísmo que
en el Chubut.” (WM Hughes,1993: 267) Y como en toda epopeya, este grandilocuencia
resulta por demás aleccionadora: “una fe inapagable en la victoria de la libertad y la justicia
fortificaba todos los corazones y hacía brillar a todos los ojos, para producir a la orilla del
profundo río Chubut uno de los poemas épicos de los siglos...un poema épico que resonará
aún mas clara y sonoramente desde las profundidades de las memorias de las generaciones
que vendrán.” (WM Hughes, 1993: 268)
Para hablar de paisaje en relación con estas imágenes es necesario referirse a “lo
sublime”, categoría que junto con “lo pintoresco” ayudaba por entonces a ordenar la
percepción de lo natural. Lo sublime posee un contenido relacionado con los grandes ideales,
con el infinito y con el sentido de la vida. (Silvestri, Aliata, 2001: 91) En su construcción de
esta historia épica de la colonia, uno de los cronistas lo expresa en forma elocuente: “la
Patagonia no fue mas la región de los piés grandes sino la de los ideales grandes.” (WM
Hughes, 1993: 253)
Pero hay en el texto de Hughes datos que indican que esta sensibilidad hacia lo sublime
bien podría haber sido tomada en préstamo de otras gestas. Al componer el cuadro de la
partida de los colonos Hughes expresa: “…en aquel crepúsculo muchos de ellos vieron por
última vez a su alba Gales. ¿Qué destino les espera? Se ahogarán en el profundo mar? No.
Ello no sucederá. Ni todos los océanos de la creación tienen agua suficiente para ahogar a
estos Padres Peregrinos.” (WM Hughes, 1993: 254) El referente norteamericano no debe
sorprender. En primer lugar por el móvil de libertad religiosa de los padres peregrinos
norteamericanos, con el que los galeses no tenían dificultades en identificarse. Pero en
relación al paisaje es necesario recordar que muchos de los colonos galeses provenían de una
Norteamérica donde la historia de la conquista del oeste como gesta estaba ya consolidándose.
Para el momento en que se escriben estas crónicas el mito del Far West tiene ya una amplia
difusión. El cowboy es aquí uno de los protagonistas. Su figura se agranda en función del
paisaje: un territorio de grandes dimensiones que contiene principalmente a él. Las
373
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
semejanzas con nuestro caso no deben descuidarse y podrán ser motivo de un estudio mas
profundo.
Como marco que da sentido a esta epopeya, la estepa patagónica es percibida en esta
clave sublime, resaltando siempre la gran dimensión que enaltece la figura del colono para
convertirlo en pionero.
La naturaleza es sanadora en tanto es una naturaleza buena. Pero en sintonía con una
estética de lo sublime, el hombre se encuentra absolutamente vulnerable a sus poderosos
efectos. Esta visión de la naturaleza como un especie de justificación divina de la que Hughes
da cuenta al hablar del cultivo en tierra patagónica queda ejemplarmente expresada en la
transcripción de un fragmento de An essay on man de Alexander Pope.
que tu ignoras,
De todas formas, no es solo esta semejanza la que aquí importa sino el significado
atribuido al relieve de montaña. Cuando los cronistas se refieren a la cordillera, las funciones
purificadoras del paisaje vuelven a activarse. Las nieves eternas de los picos andinos, las
aguas cristalinas de los ríos torrentosos y los bosques descriptos por Morgan son
374
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
representativos de una pureza que es trasladada a la visión de la comunidad de galeses que allí
vive. De esta manera, se afirmaba que “...no existen en ninguna parte mejores galeses ni más
bello acento que el que se aprecia en los valles de la cordillera de los Andes. Valdría la pena
que los hijos de Gales se fueran para allá a fin de estudiar el idioma”. (E.Morgan, 1976: 83)
Morgan sostiene además que en la Patagonia se ha producido una síntesis de los distintos
dialectos de Gales, es decir una especie de nueva Gales del idioma.
En su recreación de una nueva Gales Morgan suma a la semejanza del relieve otros
contenidos que ayudan a delimitar mas claramente esta región que se esta apropiando. El
idioma galés sirve aquí para designar un territorio y hacerlo mas accesible. Es por eso que el
paisaje aparece en el texto de Morgan no solo descrito sino nombrado a través de una
toponimia que hace más familiares estos territorios: “...mucho antes de divisar Capel y Llwyn,
la casa colorada, el río Llwchwr, y Troed yr Orsedd me había quedado sin palabra, no
solamente debido al paisaje, no es solo en un momento que se llega a apreciar en toda su
grandiosidad la belleza y majestuosidad del panorama, sino que mi pensamiento había
quedado prendado de los bellos y sonoros nombres galeses que ostentaban los hogares. Estaba
a mas de nueve mil millas de la agreste Gales y sin embargo, entre las montañas de los Andes,
en pleno corazón de la Patagonia, he aquí la sencilla capilla Galesa con los nombres
consagrados en memoria y nostalgia de Eryri Wen y ‘el hogar donde fui criado’ ”. (E.Morgan,
1976: 51) Como parte de esta apropiación simbólica del territorio, la herramienta del idioma
es de fundamental importancia e ilustra su centralidad dentro de la cultura galesa. No podría
pensarse una nueva Gales en la que “la lengua del cielo” 4no tuviera su lugar.
4
Iaith y nefoedd: así se hacía referencia al idioma galés durante el siglo XIX, período en el que el idioma
era principalmente promovido por las sectas religiosas anti-anglicanas
5
Galesidad se usa aquí como sinónimo de “cymreictod” o su equivalente en ingles: welshness
375
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
disturbios y constante preocupación motiva la cuestión de los límites entre Argentina y Chile,
pero allí también crece, silenciosa y gravemente, un límite celta donde el Rey de Paz es
absoluto soberano sobre su blanco trono de las nubes”. 6 (Morgan, 1976: 52) Para Morgan, la
grandiosidad de la Naturaleza es presentada de la mano del poder del creador, un Dios que
enseña a través de la naturaleza, un Dios cuyo rol protector se acentúa en esta lejanía. En
efecto, el límite celta aparece aquí reforzado aquí por una religiosidad que es, al mismo
tiempo, signo identitario. La nueva Gales que aquí se inventa comienza a contar entonces con
un territorio cuyos límites intentan legitimarse confiándolos al cuidado de Dios.
Abraham Matthews. Hanes y Wladfa Gymreig yn Patagonia. Mills & Evans, 1894.
Traducción castellana: Crónica de la Colonia Galesa de la Patagonia. Editorial Raigal, 1954.
Otra ed. El Regional, 1977.
Bibliografía de Referencia
David Bunn, “Mercantile and Domestic Space in Thomas Pringle’s African
Landscapes” en Landscape and Power, W.J.T. Mitchel, Chicago, 1995
James Duncan, The city as text: The politics of landscape interpretation in the Kandyan
Kingdom, Cambridge, 1990
Prys Morgan, “From a Death to a View: The Hunt for the Welsh Past in the Romantic
Period”, E. Hobsbawm, T. Ranger, The Invention of Tradition, Cambridge, 1983
Mary Louise Pratt, “Scratches on the face of the country; or what Mr. Barrow saw in the
land of the bushmen”, H.L. Gates (ed.) “Race”, Writing and Difference, Chicago, 1986
6
Por “trono de las nubes” se hace referencia indirecta al cerro Troed yr Orsedd que domina el Valle 16 de
Octubre
376
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes... Mesa 3 - El viaje y sus imágenes
Graciela Silvestri, Fernando Aliata, El paisaje como cifra de armonía, Buenos Aires,
2001
377
“Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. La Literatura de Viajeros como Problema”
378
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Abstract
Tomando como ejemplo la Carta al rey de Francia Francisco I del 8 de julio de 1524,
en la cual el navegante florentino Giovanni da Verrazzano hace relación de la exploración de
la costa oriental de los actuales Estados Unidos, por él realizada en ese mismo año al servicio
del célebre monarca, el Autor destaca una característica peculiar de la literatura de viajes del
Renacimiento italiano generalmente olvidada por los estudiosos: la capacidad de muchos
viajeros italianos de la época de usar su cultura clásica y humanística para fabricarse, en cierto
modo, un filtro que les permita comprender y asimilar las novedades físicas y humanas
encontradas en las nuevas tierras que se iban entonces descubriendo. De este modo
Verrazzano, al igual que otros viajeros italianos de su tiempo, busca los términos de su
descripción de los habitantes del Nuevo Mundo en la comparación con los antiguos hombres
y mujeres de su cultura humanística, hecho sumamente importante pues le permite acercarse a
esa nueva humanidad con la actitud positiva de quien reconoce una realidad diferente, pero no
imposible de asimilar, nueva, pero no tan antagónica como podían pensar otros viajeros
europeos de la época.
In this study of the Letter to the King of France Francis I of July 8, 1524, where the
Florentine navigator Giovanni da Verrazzano relates the exploration of the Eastern coast of
North America which he carried out in that year on behalf of the famous monarch, the Author
emphasizes a peculiar characteristic of the Italian travel literature of the Renaissance
generally disregarded by other scholars: the capability of many Italian travellers of that age
of using their classical and humanistic culture to fashion, in a way, a kind of filter that could
allow them to understand and assimilate the physical and human novelties found in the new
lands which were by then being discovered. In this way Verrazzano, as well as other Italian
travellers of his time, tries to find the terms of his description of the inhabitants of the New
World in their comparison with the ancient men and women of his humanistic culture, which
is an extremely important point since it allows him to approach those new human beings with
the positive attitude of one who recognizes a reality which is different but not impossible to
assimilate, new but not so antagonistic as many other European travellers of that period used
to think.
Texto
A principios de julio de 1524, luego del descubrimiento y exploración de la costa
oriental de los actuales Estados Unidos de Norteamérica, regresaba a Europa una memorable
expedición al servicio del rey de Francia Francisco I, realizada en ese mismo año con una sola
nave por un culto navegante italiano: el florentino Giovanni da Verrazzano.
En el caso de Verrazzano, cabe ante todo observar que este personaje, además de gran
marinero, fue también un perfecto representante de aquel humanismo renacentista que puso a
379
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Italia a la vanguardia de la cultura europea durante el siglo XVI. Miembro de una aristocrática
familia bien integrada en la ciudad francesa de Lyon, donde existía desde hacía tiempo una
poderosa colonia de mercaderes florentinos, Verrazzano estaba vinculado, por sus lazos
familiares y por su educación, tanto con Florencia, como con la sociedad ítalo-francesa de
adopción, en la cual la cultura humanística rivalizaba con el sentido de los negocios 1. Su
Carta al Rey de Francia del 8 de julio de 1524 2, escrita en italiano a bordo de la nave
Dauphine, luego de su regreso a Dieppe, para comunicar al monarca los resultados de su
expedición –carta que hace unos años tuve la oportunidad de hacer conocer a los lectores
hispanohablantes en su primera traducción íntegra al español, por mí realizada (en Avonto,
1995: 235-252) 3 - está impregnada de principio a fin de una cultura literaria y científica de
elevado nivel, que coloca a Verrazzano muy por encima de muchos navegantes europeos de
su tiempo.
Como ha bien observado Michel Mollat, en este florentino, quien trató de aprovechar la
ambición del rey de Francia de adquirir un territorio colonial para realizar su sueño de
1
a biografía de Giovanni da Verrazzano todavía queda en buena parte envuelta en una nebulosa a causa
del extremo fragmentarismo de la documentación que le concierne. Si se aceptan los datos proporcionados por
un retrato de este notable navegante italiano, realizado en 1767 por F. Allegrini en Greve in Chianti (segunda
morada de la noble familia Verrazzano), Giovanni habría nacido en Florencia en 1485, hijo de Pietro Andrea di
Bernardo y de Fiammetta Capella. Sin embargo, faltan documentos de archivo que puedan comprobar estos
datos. Más recientemente algunos estudiosos han propuesto otra hipótesis, según la cual el navegante habría
nacido en la ciudad francesa de Lyon, donde existía una rica y poderosa colonia mercantil florentina, hijo de un
Alessandro di Bartolomeo y de Alessandra Guadagni, hija, esta última, de un conocido banquero florentino
emigrado a Francia (Cfr. Mollat – Habert, 1982). Como observa Andrea Miroglio, esta segunda hipótesis, que
tampoco resulta comprobada por fuentes documentales, tiende a proponer la figura de Verrazzano como
“símbolo de la internacionalidad de las clases mercantiles del Renacimiento” (Miroglio, 1991: 387) sin que se
rompa el vínculo natural del personaje con sus orígenes florentinos. Por noticias biográficas más detalladas de
Verrazzano, me permito remitir al lector a la ficha dedicada a este personaje, contenida en mi obra: Mirando al
Otro. América en la literatura de viajes de los italianos (siglos XV-XVI), Montevideo, Universidad de la
República, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, 1995, pp. 230-234.
2
El destinatario de la carta es el célebre Francisco I, pero al final del documento el navegante indicó
también otros destinatarios –todos mercaderes florentinos-, cuyas relaciones con Verrazzano confirman una vez
más los estrechos vínculos de éste con el ambiente florentino del cual procedía. Las copias manuscritas que hasta
ahora se conocen de la carta de Verrazzano, todas apógrafas y escritas en italiano, son tres. Una se encuentra en
el Codice Magliabechiano Miscellaneo XIII, 89 (3) de la Biblioteca Nacional de Florencia; otra en el
Ms.Ottoboniano 2202 de la Biblioteca Apostólica Vaticana, y la tercera, descubierta por el estudioso italiano
Alessandro Bacchiani, en la Pierpont Morgan Library de Nueva York (Morgan Ms. MA776). El manuscrito que
contiene esta última versión de la carta de Verrazzano es conocido como Cellere Codex, del nombre del conde
italiano Giulio Tacchi di Cellere que lo poseyó a fines del siglo XIX. Esta versión de la carta, que lleva al
margen anotaciones de puño y letra de Giovanni da Verrazzano, es considerada como la más cercana al original,
que hasta ahora no ha sido encontrado (cfr. Bacchiani, 1909: 1274-1373).
Existe, además, la versión publicada por Giovanni Battista Ramusio en su tomo III de la colección
Navigationi e viaggi (1556), que difiere de las otras versiones en la forma aunque es sustancialmente idéntica en
el contenido. Esta versión fue publicada sólo parcialmente, pues en la edición de Ramusio falta el apéndice
cosmográfico que Verrazzano escribió como conclusión de su carta.
Finalmente, la Accademia del Cimento, en Florencia, posee un fragmento que perteneció con toda
probabilidad al citado Ramusio, en el cual se encuentra el apéndice cosmográfico que éste no publicó en su
edición de la carta de Verrazzano.
3
Mi traducción al español se basó en la transcripción efectuada por Andrea Miroglio (cfr. Miroglio, 1991:
393-408) sobre la versión italiana contenida en el ya citado Cellere Codex de la Pierpont Morgan Library de
Nueva York (cfr. nota 2), confrontada con ediciones anteriores, entre las cuales la de Luigi Firpo (cfr. Firpo,
1966). Al igual que en la transcripción italiana realizada por Miroglio, también en mi traducción al español
evidencié en cursiva las anotaciones de puño y letra de Verrazzano del Cellere Codex, insertándolas en el texto
entre corchetes.
380
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
explorador, “la curiosidasd prevalecía sobre el sentido del lucro” (Mollat, 1990: 65) y su
cultura, unida a una excelente capacidad de observación, le permitía “descubrir a primera
vista las características de los paisajes, las condiciones del clima, los rasgos psicológicos y
etnológicos de las poblaciones” (Mollat, 1990: 65).
Como justamente advierte Leandro Perini, “si Colón es el poeta instintivo, si Vespucci
es el culto mercader-navegante lector de Dante y de la Eneida comentada por Cristóforo
Landino, Giovanni da Verrazzano es el noble educado en la lectura de la poesía bucólica de
Jacopo Sannazaro” (Perini, 1993: 169-170), uno de los máximos representantes del
Humanismo italiano, cuyo poema –Arcadia, precisamente, publicado en Venecia en 1501 y
reeditado al menos quince veces antes de 1524- no sólo dio el nombre a una región
descubierta por el navegante, sino incluso influyó, con sus imágenes, en la misma selección
visual del paisaje descrito en la relación del viaje.
Esa región tan hermosa, plácida y serena, perteneciente a un nuevo mundo apartado de
la concreta experiencia de los europeos de la época, sólo podía encontrar referencia, para un
hombre de la cultura de Verrazzano, en una tierra situada fuera del tiempo y del espacio
381
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
habituales, en la tierra del mito consolador de la vida tranquila y serena de los pastores-poetas
de la legendaria Antigüedad y de la literatura contemporánea. El nombre de Arcadia, elegido
por Verrazzano, ya contiene, por tanto, un juicio y una traducción estilística del mismo, y
constituye la premisa de todas las descripciones del relato; casi se configura, podríamos decir,
como una palabra y una imagen que generan a su vez otras palabras y otras imágenes, incluso
en las descripciones que anteceden al uso de la palabra clave por parte del navegante. Basta
pensar, para entender cabalmente cómo el relato de Verrazzano está construido en función de
la fuerza evocadora que posee el nombre de Arcadia, en la descripción de dos regiones como
la “Selva de laureles” y el “Campo de cedros”, en la zona cercana al actual Cape Fear, que el
navegante encontró antes de llegar a la tierra por él propiamente denominada Arcadia:
“La playa está toda cubierta de arena muy fina de quince pies de espesor y se
extiende en forma de pequeñas colinas [...]. Pasado este arenal, se extiende una
vasta tierra con campos hermosos y dilatadas llanuras cubiertas de grandes
bosques, más o menos espesos, con árboles de varios colores, tan lindos y
agradables a la vista que es imposible describirlos. Y no crea Vuestra Majestad que
éstos sean como la selva Hercynia o como la áspera soledad de Escicia y de las
regiones septentrionales [...], sino ornados y embellecidos de palmeras, laureles,
cipreses y otras variedades de árboles desconocidos en nuestra Europa, que desde
gran distancia exhalan fragancias muy suaves [...]. También sospechamos que no
falten en ella especias, o esencias aromáticas y otras riquezas como el oro, dado que
toda la tierra tira al color de éste. Hay en ella gran abundancia de animales,
ciervos, corzos, liebres y otros parecidos, de lagos y remansos de agua viva con
varias especies de aves aptas para todo deleitable placer de la caza [...]. Bautizamos
a esta tierra “Selva de laureles”, y un poco más abajo le impusimos el nombre de
“Campo de cedros”, debido a la presencia de cedros hermosos. El aire es saludable,
puro y templado, sin demasiado calor ni frío; en esas regiones no soplan vientos
impetuosos y los que reinan más frecuentemente son el maestral y el céfiro durante
el verano [...]. El cielo es claro y sereno, con poca lluvia, y si a veces hay neblina o
niebla, debido a vientos australes, en breve se disuelve y el aire vuelve a ser puro y
claro. El mar está tranquilo y sin temporales, sus olas no son borrascosas”
(Verrazzano, en Avonto, 1995: 236-237).
El cuadro que Verrazzano ofrece a la vista de sus lectores es neto e idílico. Las
imágenes se suceden sin solución de continuidad y la descripción –anota Andrea Miroglio-
casi parece “un pastiche fotográfico en el cual el acercamiento a la par de los fotogramas
exalta la visión del conjunto. El cuadro geográfico sirve como fondo aglutinante para la
enumeración de los elementos de la flora, la fauna y los productos de la tierra, mientras que el
clima, aludido al final de la descripción como conclusión de una perfecta síntesis ambiental,
enfatiza la excelente calidad del lugar y propone a la vez una halagüeña fruición inmediata de
su descubrimiento” (Miroglio, 1992: 60-61).
382
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Por cuanto se refiere a la primera de las dos “novedades” aludidas, cabe ante todo
observar que en el caso de Verrazzano la percepción de la individualidad de Europa no es un
hecho ocasional. El navegante insiste en efecto sobre la singularidad europea tanto en lo
tocante a la naturaleza como en lo concerniente a la autonomía geográfica del Nuevo Mundo
en relación con el Viejo. Basta recordar, a este respecto, tres distintos momentos de su relato
en los cuales Verrazzano, florentino, se dirige al rey Francisco I, francés, y hablando de
Europa la define como “nuestra Europa”: el primer momento es el de la descripción de los
bosques contemplados en la zona cercana a Cape Fear, “ornados y embellecidos de palmeras,
laureles, cipreses y otras variedades de árboles desconocidos en nuestra Europa”
(Verrazzano, en Avonto, 1995: 236-237); el segundo coincide con otra descripción parecida
de la naturaleza de la zona de Rhode Island, cuyos árboles “son encinas, cipreses y otros
desconocidos en nuestra Europa” (Ibidem: 244); el tercero ocurre cuando Verrazzano, en
abierta polémica con los antiguos, así describe la realidad geográfica que surge de la reflexión
sobre los descubrimientos realizados por los modernos: “De hecho, la tierra que han
encontrado los modernos –ignorada por los antiguos- fue reconocida como un nuevo mundo
con respecto al mundo que aquéllos conocían y resulta claramente ser más grande que nuestra
Europa” (Ibidem: 249-250).
Pues bien, esta insistencia sobre el posesivo “nuestra”, referido a una Europa que existe
por encima de las diferencias de nacionalidad del autor de la carta y de su destinatario,
presupone sin duda una toma de conciencia de ese concepto de Europa que precisamente en
las primeras décadas del siglo XVI iba siendo elaborado por pensadores políticos, literatos y
filósofos no tanto en el intento de establecer las bases de una utópica unidad europea, sino
más bien en el de reconocer en las varias manifestaciones de la civilización europea la
individualidad de la misma Europa. Así si en años anteriores Amerigo Vespucci, otro
4
Cosas que obviamente no pueden apreciarse del todo en una traducción.
383
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
La segunda novedad del relato de Verrazzano –una novedad aún más importante-
consiste en una actitud hacia los indígenas del Nuevo Mundo mucho más positiva que la que
manifiestan en general otros observadores europeos de la época en análogas situaciones.
Si bien el nivel superior de desarrollo alcanzado por las tribus indias de la costa
atlántica norteamericana con respecto a las culturas indígenas del Caribe y del litoral brasileño
puede haber en parte influido sobre esta actitud del florentino, la lectura de su carta nos
transmite sin embargo la impresión general de que ello proceda de un diferente acercamiento
al problema antropológico. El punto de partida utilizado por Verrazzano en su consideración
de este problema radica en efecto en su propia cultura humanística, una cultura que lo lleva a
considerar que los hombres del Nuevo Mundo están en cierto sentido lejanos en el tiempo y
en el espacio del mismo modo en que lo estaban los protagonistas de los mitos, de las
historias antiguas y los poemas. El culto navegante-humanista, impresionado por la belleza de
los lugares visitados y por la serenidad de sus habitantes, ni siquiera se plantea el problema de
una comparación de esa nueva y diferente realidad con aspectos de otras realidades
concretamente conocidas, sino que los coloca en la lejanía espacial y temporal de los mitos
clásicos y de los relatos de la literatura. En consecuencia, la imagen y la idea del “salvaje”
americano y de sus tierras, sugeridas por la relación de Verrazzano, parecen concretar la
imagen poética y mítica de la Edad de Oro y el semblante de los habitantes del Nuevo Mundo,
“dulce y suave”, puede parecerse mucho “al antiguo”, según él lo describe en este célebre
trozo de su carta al rey de Francia:
5
De Amerigo Vespucci, me he ocupado extensamente en mi reciente libro Operación Nuevo Mundo.
Amerigo Vespucci y el enigma de América, Caracas, Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos /
Instituto Italiano de Cultura, 1999, enteramente dedicado a la vida, los viajes y la obra de este célebre navegante
en ocasión de la conmemoración del V Centenario Vespuciano en Venezuela. Por invitación de la Universidad
de los Andes en Mérida (Venezuela), últimamente he vuelto a tratar de Vespucci también en otro libro mío
titulado: En los mares del Nuevo Mundo. Viajes, naufragios y utopías de marineros del Quinientos, Universidad
de los Andes, Facultad de Humanidades y Educación, Mérida, 2001.
384
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
que los hombres [...], la cabeza desnuda embellecida por trenzas del mismo cabello,
que les caen sobre ambos lados del pecho” (Verrazzano, en Avonto, 1995: 243).
Como se infiere de la lectura del pasaje citado, el navegante florentino busca los
términos de su descripción de los habitantes del Nuevo Mundo en la comparación con los
hombres y las mujeres de su cultura humanística, hecho sumamente importante pues le
permite acercarse a esa nueva humanidad con la actitud positiva de quien reconoce una
realidad diferente, pero no imposible de asimilar, nueva, pero no tan antagónica como podían
pensar otros navegantes y viajeros europeos de la época y como lamentablemente ocurrirá
durante largo tiempo en el desarrollo concreto de las relaciones entre Europa y el Nuevo
Mundo. Verrazzano reconoce por tanto, sin reservas, la dignidad humana de sus interlocutores
indios, los define “humanas criaturas” sin titubear y “nunca pronuncia una sola sílaba que
implique aversión, miedo, antagonismo o condena” (Gerbi, 1975: 150). Así haciendo, el
florentino logra evaluar los comportamientos de los indígenas sin prejuicios ni pretensiones
de superioridad de su propia cultura, y su disponibilidad a entender al otro y a identificarse
con él –observa justamente Alessandro Boglione- hasta “se acerca a la homologación, como
en el caso en que define como ‘gentilhombres’ y ‘doncellas’ a las personas del séquito de los
caciques indios de la bahía de Naranganssett” (Boglione, 1993: 246).
Como ha sido reconocido varias veces, la idealización del indio americano efectuada
por Verrazzano mediante la evocación de la Edad de Oro arcádica coloca al florentino entre
los precursores más significativos del mito del “buen salvaje”, mito que si ahonda sus raíces
en la primera visión colombina de la inocencia del estado natural, en el navegante florentino
ya asume rasgos peculiares y mucho más sofisticados en virtud de la cultura en la que se ha
formado y de la que dispone para su acercamiento a la alteridad humana.
Colón y Verrazzano presentan así a dos tipos distintos de “buen salvaje”. El primero lo
vio con los ojos de la fe e idealizó al personaje a la medida de su convicción de tener que
cumplir una misión salvadora. En el segundo –un culto y refinado humanista- “la imagen de
la Grecia antigua fue sustituida, en la letra si no en el espíritu, por el sueño común del paraíso
recuperado” (Mollat, 1990: 188). Una vaga nostalgia, mezclada con reminiscencias literarias,
envolvía al indio en una atmósfera de sueño. Entre los encantos del “Refugio”, Verrazzano
encontró la afectuosa caridad mutua de los indios. Celebró sus calidades naturales, pero, a
diferencia de Colón, sus observaciones sobre la disposición espiritual de los indios quedaron
relegadas en pocas palabras al final de su relación, poco antes de sus consideraciones
científicas sobre el viaje efectuado. Al hacerlo, tal vez no prestó al comportamiento religioso
de los indios una atención similar a la de Colón. En todo caso, según Verrazzano la
disposición de los indios se explica con el hecho de que en ellos todo “procede de la
ignorancia”. Sería, pues, tabula rasa:
“Supusimos que no tuviesen fe ni ley ninguna y que tampoco conociesen una causa
primera o Primer Motor, o venerasen al cielo, a las estrellas, al sol, a la luna u otros
planetas, y pensamos que ni siquiera tuviesen idolatría de ninguna suerte [...]; en
sus aldeas no hay ni templos ni lugares para rezar. Pensamos que no tienen fe
385
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
A ese “buen salvaje”, Colón lo imaginó, por tanto, como inocente; Verrazzano como
ignorante, aunque en definitiva –escribe Michel Mollat- “no era ni una cosa ni la otra. Era
simplemente hombre, con un nivel de cultura más o menos evolucionado según los lugares,
que había que tener en cuenta, al menos, para poder respetarlo” (Mollat, 1990: 188).
“Si tuvieran la perfección de las herramientas que tenemos nosotros, sin duda
construirían edificios imponentes” (Verrazzano, en Avonto, 1995: 245).
Según sugieren algunos estudiosos (cfr. Morison, 1976: 223-224; Mollat – Habert,
1982: 120; Miroglio, 1992: 63), los indios Abenakis de esa zona, a quienes Verrazzano define
como “mala gente” (Verrazzano, en Avonto, 1995: 246), en años anteriores habían entrado en
contacto con portugueses que habían comerciado con ellos y con toda probabilidad no
mantenían buenos recuerdos de esos encuentros, ya que en general los indígenas de
Norteamérica fueron cordiales con los primeros europeos que conocieron, volviéndose
hostiles contra ellos sólo después de haber recibido malos tratos. Sea como sea, Verrazzano
así los describe:
“La gente era del todo diferente de la que vimos antes. Mientras que los anteriores
tenían buenos modales, éstos se veían toscos y llenos de malos hábitos, tan bárbaros
que nunca pudimos, con tantas señas que les hicimos, conversar con ellos de
6
Al tema de la Edad de Oro de los indígenas antillanos encontrados por los primeros descubridores y
viajeros europeos y a los relatos de Anglería, Geraldini, Cuneo y otros autores, he dedicado numerosas páginas
en mi reciente libro Mirando al Otro, cit.
386
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
ninguna manera. Visten pieles de osos, linces, lobos de mar y otros animales. Por
cuanto pudimos observar yendo varias veces a sus moradas, pensamos que viven de
la caza, de la pesca y de algunas clases de raíces que la tierra produce
espontáneamente. No tienen legumbres y no vimos el mínimo indicio de cultivos; por
otro lado, debido a su esterilidad, la tierra tampoco parece apta para producir
frutos o semillas de ninguna clase” (Verrazzano, en Avonto, 1995: 246-247).
“Cuando a veces queríamos trocar cosas con ellos, venían a la playa, subían sobre
la cima de los peñascos más altos, donde las olas pegaban más peligrosamente, y
mientras nosotros estábamos en el bote nos bajaban con una cuerda lo que querían
darnos, gritándonos sin cesar que no nos acercáramos más. Inmediatamente nos
exigían la entrega del objeto en cambio y no aceptaban más que cuchillos, anzuelos
para pescar y metal cortante. Despreciaban toda clase de adornos; y cuando nos
alejábamos pues no tenían otras cosas para trocar, los hombres nos hacían los
gestos más despreciativos y desvergonzados que pueda hacer una persona brutal:
por ejemplo, mostraban el culo y reían” (Verrazzano, en Avonto, 1995: 247).
“Fuimos contra su voluntad tierra adentro dos o tres leguas 25 hombres armados, y
cuando estábamos bajando a la playa nos dispararon sus arcos levantando altos
7
No se olvide que el viaje de Verrazzano había sido apoyado por varios mercaderes italianos y franceses
de Lyon, Rouen y Dieppe, algunos de los cuales resultan mencionados como destinatarios de copias de la carta
del navegante florentino al final de la misma.
387
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
gritos y luego huyeron a los bosques. No vimos en esta tierra recursos naturales de
ninguna importancia” (Verrazzano, en Avonto, 1995: 247).
388
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
propagandística de reivindicar la libertad del indio americano con tal de asegurarse la ansiada
libertad de comercio en el Nuevo Mundo.
“El objeto de mi viaje era llegar al Catay y al extremo oriente de Asia, no pensando
que encontraría semejante obstáculo de tierra nueva como el que he hallado; y si
por alguna razón pensaba encontrarla, creía sin embargo que encontraría algún
estrecho para poder pasar al Océano oriental. Y esta ha sido la opinión de todos los
antiguos, quienes creyeron que el Océano occidental y el oriental de la India fueran
una cosa sola sin interposición de tierra. Esto afirma Aristóteles argumentando de
varias maneras, la cual opinión es muy contraria a la de los modernos y equivocada
según la experiencia. De hecho, la tierra que han encontrado los modernos –
ignorada por los antiguos- fue reconocida como un nuevo mundo con respecto al
mundo que aquéllos conocían y resulta claramente ser más grande que nuestra
Europa, Africa o casi Asia, si calculamos exactamente su grandeza según explicaré
en breve a Vuestra Majestad” (Verrazzano, en Avonto, 1995: 249-250).
Así Verrazzano, sin ser filósofo de profesión, llega a rechazar conscientemente, y sobre
la base de precisas motivaciones, los conocimientos tradicionales derivados de la autoridad
del filósofo por excelencia: Aristóteles. A esos conocimientos equivocados, el florentino
opone la autoridad de las experiencias realizadas por él y por los modernos navegantes,
experiencias que imponen ahora cambios radicales no solamente en lo tocante a los
contenidos, sino también en lo que atañe a los métodos y las estructuras de la ciencia y la
cultura de Europa.
389
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
dirigía semejante ataque contra los antiguos era un hombre fuertemente imbuido de cultura
clásica y humanística.
Aunque también Verrazzano se equivocó más de una vez, pues en ese entonces no podía
disponer de instrumentos adecuados, algunas de sus consideraciones merecen sin embargo la
mayor atención: intuyó con claridad la extraordinaria grandeza del nuevo continente,
comparable sólo con Asia; y sobre todo tuvo plena conciencia del hecho de que las tierras
descubiertas pertenecían a un Nuevo Mundo del todo independiente de Asia, cuyas
dimensiones incluso intentó calcular en la parte conclusiva de su relación al rey de Francia.
Bibliografía
Avonto, L.: Mirando al Otro. América en la literatura de viajes de los italianos (siglos
XV-XVI), Montevideo, Universidad de la República, Facultad de Humanidades y Ciencias de
la Educación, 1995.
Avonto, L.: En los mares del Nuevo Mundo. Viajes naufragios y utopías de marineros
del Quinientos, Mérida, Universidad de los Andes, Facultad de
Boglione, A.: Il Mondo Nuovo negli scritti di Colombo, Vespucci e Verrazzano. En “Il
mondo di Vespucci e Verrazzano: geografia e viaggi”, ed. L.Rombai, Firenze, Olschki, 1993.
Gerbi, A.: La natura delle Indie Nove. Da Cristoforo Colombo a Gonzalo Fernández de
Oviedo, Milano-Napoli, Ricciardi, 1975.
390
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Mollat, M.: Los exploradores del siglo XIII al XVI. Trad. esp., México, Fondo de
Cultura Económica, 1990.
Morison, S.E.: Storia della scoperta dell’America, I: I viaggi del Nord. Trad. it.,
Romeo, R.: Le scoperte americane nella coscienza italiana del Cinquecento, Milano-
Napoli, Ricciardi, 1954.
Verrazzano, G. (da): Carta al rey de Francia Francisco I, 8 de julio de 1524. Trad. esp.
En Avonto, L.: Mirando al Otro. América en la literatura de viajes de
Vespucci, A.: Cartas de viaje. Trad. esp., ed. L.Formisano, Madrid, Alianza Editorial,
1986.
391
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Abstract
Los viajeros y sus relatos: se ha dicho que construyen la trama de un saber argentino,
que incluso los viajeros argentinos escribieron bajo las directrices del relato del viajero
Andrews, del viajero Darwin y éstos, leyeron este espacio desde lo que Humbolt había leído
en la sabana venezolana. Por esto mismo, el relato de viajeros plantea un problema con la
alteridad y también con la legitimidad y la legalidad. Me interesa, básicamente, trabajar con la
alteridad en dos sentidos. El primero, cuando lo otro es lo que ha sido nuestro y, el segundo,
cuando el género discursivo se vuelve máscara de sí. En ambas instancias, la actitud
normativa y legislativa de los enunciadores resulta determinante para la construcción de los
problemas allí expuestos.
Travelers and their tales: It has been said they build the plot of the argentinian
knowledge; that even argentinian travelers wrote under the directions of the retailing of the
traveler Andrews, the traveler Darwin: and these read of this cultural space which Humbolt
had read in de Venezuelan savannah. Because of this, the travelers tales set a problem with
the otherness as well as legitimacy and legality. I´m interested, basically, in working with the
otherness in two ways. The first, when the other is what has been our; and the second, when
the discourse genre becomes a mask in itself. In both instances, the normative and legislative
attitude of the narrator turns out to be relevant for the construction of those problems.
Tobías o la cárcel a la vela (Juan Bautista Alberdi, 1851), Recuerdos de viaje (Eduarda
Mansilla), La tierra natal y Peregrinación de una alma triste, these last from Juana Manuela
Gorriti build the hábeas of thies work.
1
Este trabajo es una reescritura apenas de parte de la tesis de Licenciatura defendida en 1993. Lo
reescribí como pude a la memoria de Mónica Tamborenea, quien me dirigió por aquellos años y corrigió mis
trabajos a través de sucesivos viajes por la pampa argentina, desde el océano en Mar del Plata hasta ese interior
sin indios y con vascos que es Pirovano. Por supuesto, todos los errores presentes y pasados son de mi cosecha
392
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Así como por comodidad o por placer uso a Borges para decir que estos relatos serán
metáforas, variaciones en rojo de relatos de viajes, irónicas transformaciones, máscaras
casuales e intertextos hiperbólicos, así, mis relatos también utilizan la matriz del género
viajero para decirse en un modo que ejerza una torsión interpretativa sobre el mismo género.
Y no es la única; utilizan el relato autobiográfico, la antigua tradición de la novela
peregrinatio, la literatura que viaja sin salir de su biblioteca. Podríamos llamarlos
“macrorrelatos ecoicos”, esto es un parafraseo de la categoría de Sperber y Wilson,
enunciados de eco: interpretaciones de segundo grado que hacen referencia a “otra voz”
dentro de su emisión (1994: 290-291).
Los ecos de otras estructuras genéricas se imprimen en la lectura, y no son los únicos
ecos de otredades presentes aquí. Falta consignar todavía que estos relatos operan de un modo
especial como reescrituras de una misma experiencia y por ello remiten necesariamente a
otros textos de los mismos autores donde se ha escrito “sobre lo mismo”. Esos otros textos
son, ellos sí, “relatos de viajes”.
Y hay otros “otros”. Por ejemplo, la compleja cuestión de cómo se constituyen los
narradores, puesto que oscilan entre una primera persona que puede identificarse con la figura
de autor (como en el relato de viaje) y otras que son personajes o narradores. Pero el registro
también oscila: de oralidad a escritura, de cuento a novela, de diálogo a cartas, de puestas en
escenas a reflexiones de filósofo. Así, se encuentran materiales enlazados en un mundo que
finalmente resulta ajeno a los diversos mundos de los que estos registros provienen. De
alguna manera, los relatos que no son exactamente de viaje, pero que podría nombrar como
casi relatos de viaje describen el vaivén del vasto XIX: entre el ensayo y la autobiografía,
todos los textos son novelas, son historia, son construcciones del pasado, son ficción del hoy.
Existen dos “otros” muy marcados. Uno, el constituido por una serie de otros que los
viajeros ven, describen, evalúan. En los textos de los que voy a hablar, el famoso imperio del
Brasil es un otro, otro el gaucho, el extranjero, etc. Por último, el gran “otro” de todo relato de
viaje del siglo XIX: el viaje. El viaje es el imperio de lo otro.
Voy a los textos. Dentro de la tradición de los relatos de viaje y de viajeros argentinos
del siglo XIX, quizás hoy emerjan, como un documento excepcional, los Viajes de Faustino
Sarmiento. Se sabe: sabía ser el mejor y el peor de todos, el amador del progreso y el amante
del error, la exageración, el defecto. Sin embargo, en medio de las palabras balzacianas, al
decir de David Viñas, que dominan el discurso sarmientino aparecen otros relatos, menos
gloriosos, si se quiere, que dan cuenta en su conjunto de un dominio marcado del género en su
relación con un deber de época, de una clase o de un sector social determinado. Desde las
crónicas de Indias en adelante el tráfico de palabras viajeras se fue asentado en este lado del
Plata y llega así a casi consolidarse a modo de un comme il faut de todo aquel que atravesara
el océano y fuera al encuentro de la cultura y la civilización. En medio de esta serie de relatos
–con su ecléctico resultado en el marco de la adhesión a ciertos tópicos recurrentes-, aparecen
Tobías o la cárcel a la vela. Producción americana escrita en los mares del Sud (1843.
Publicado en el Mercurio en 1851) de Juan Bautista Alberdi (1810-1884) y Peregrinaciones
de una alma triste (Buenos Aires, 1877) de Juana Manuela Gorriti (1818-1892).
393
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
No se lea como genealogía crítica esta segunda mención. Graciela Batticuore dice de
Peregrinaciones de una alma triste que “esta nouvelle juega una vez más con el atractivo del
relato en clave y reescribe de manera decididamente más ficcional los tópicos de sus primeras
producciones” (2001: 8). La novela de Gorriti ha dado un salto y a partir de él es que se
cuenta la historia. Sin embargo, la crítica no deja de advertir cómo el relato se encuentra
pegado a una antigua lectura autobiográfica y que contrasta con textos precedentes.
En el caso de Alberdi, todo es un poco más triste. El relato comienza con el narrador
contratando el servicio de un vapor con rumbo a Chile (se dirige a un lugar preciso) en el
2
Dice Graciela Batticuore refiriéndose a la producción de Gorriti: “ A partir de la publicación de sus
primeros trabajos en la prensa peruana y poco después en la argentina pero sobre todo a partir de la edición de
Sueños y realidades, el público leerá cada uno de sus relatos en clave autobiográfica, procurando develar en la
trama narrativa los enigmas de esta vida rica en peripecias. La crítica contemporánea ayuda a consolidar esa
tentación, afianzando una estrecha línea de contigüidad entre la vida y los textos.” (2001: 6)
394
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
puerto del Brasil y aunque tampoco se llegue al desembarco definitivo, el cuento es de “alta
mar”, donde se narrarán las vicisitudes acaecidas durante la trayectoria del barco Tobías. Un
viaje que es continuación de otro, ya que el narrador viene de Europa y que, como en Gorriti,
le permite avizorar al menos la patria, que verá de lejos, cuando el rumbo de la embarcación
lo someta a la visión tortuosa de la boca del Plata.
395
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
ocurrir: carne salada todos los días, mala navegación (o bien por el mar tempestuoso o por la
quietud agobiante), malas compañías y conversaciones.
Como vimos más arriba, ese modo de inclusión del otro parte, en principio, de una
lectura del género que vincula la construcción del relato con la figura del autor. Es interesante,
ante todo, que Lejeune plantee la idea de reenvío, esto es, el uso de la persona gramatical que
remite u obliga a pactar un contexto de enunciación donde se encuentra el nombre propio de
la figura autoral. Para lo que nos importa, en los presentes relatos puede ser útil esta idea
pragmática de la persona gramatical puesto que certifica la noción de “autor” como entidad
global a la que remiten estos textos: el autor no es, pues una persona, sino aquel que se
convierte en tal a partir de su segundo libro cuando el nombre propio inscripto en la cubierta
se convierte en el “factor común de al menos dos textos diferentes” (1991: 51).
396
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Por ello, cuando decimos que un enunciado es ecoico y que refiere la interpretación del
hablante más la de “ otra persona”, no necesariamente esta “ otra” persona es “materialmente”
otra sino que uno puede ser muy bien dos o más (un sano principio de esquizofrenia del
lenguaje). Y aquí es altamente visible esta problemática dada en los narradores.
Comienzan los textos y con este comienzo también se inicia una discusión, la del
género. Ricardo Rojas, en la noticia sobre Alberdi que precede al Tobías asegura que éste
junto a El edén del mismo autor "son documentos útiles para estudiar la difícil formación de
este género [la novela] en nuestro país (1926-31: 487). Rojas da cuenta del texto como un
intento narrativo sin cuajar, donde se puede leer autobiográficamente los datos que aparecen.
Éstas y otras analogías suponen una primera, la asociación entre la cárcel terrestre y la
prisión velera, el barco: qué es el Tobías sino un castillo de Chillon flotante. Entonces, hay
prisioneros, mártires, héroes. Hay cadenas, peripecias desastrosas, malos tratos y
convivencias forzadas. Y, en ese doble juego aparecen dos cuestiones que creo determinantes.
La primera, es la quietud como metáfora del atraso que invade el transporte marítimo y que
tiene que ver con llegar a esta parte del globo, relacionarse con un imperio, que es el Brasil,
cuya extensión es comparada con Suiza para ver en esa comparación de dimensiones, otra, la
de valores. La segunda, es la desubicación social que produce el viaje cuando se asume que
Alberdi o el protagonista o el narrador copista no es quién es sino un simple pasajero. En la
travesía, el pasajero pierde las prebendas de su rango social (sólo útiles en tierra y a veces).
Vayamos por episodios y recordemos que así como un barco marea, el Tobías se
caracteriza por este procedimiento que acabo de mostrar, la comparación constante a todo
nivel que da el efecto vaivén propio de la inseguridad y movimiento del terreno marítimo.
Y, más adelante: “ Pero escuchemos la pintura sencilla del prisionero. Ella excede todos
los alcances de la prosa fantástica” (497). Y cita al propio Bonnivard. Si comparamos con
Impresiones podríamos refrendar la idea de alterego que Rojas le concede al personaje,
puesto que el procedimiento es semejante en aquel relato: Alberdi cita al viajero de igual
397
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
modo que en los textos de viaje se cita a sí mismo y copia retrospectivamente de su cuaderno
de notas.
Pero aparece una tercera voz, instaurada en las escenas dialogadas que se presentan
como una negociación entre el proceso (que se manifiesta con la voz del narrador-constructor)
y la ficción terminada (los fragmentos que recuperan la voz del diario del personaje
protagónico):
Esa “tercera posición” de la voz narrativa oficia por una parte como ejemplo y teatraliza
así los males que le podrían ocurrir a cualquier viajero, no ya al protagonista. Por otra, es la
voz que extrema la típica posición de Alberdi en la mayoría de sus textos. La de erigirse en
juez y evaluador. Los procedimientos que se utilizan son otra vez, para decirlo con Sperber y
Wilson, enunciados de eco: la ironía y la hipérbole, En estas voces que toman la palabra en
distintos momentos, la ironía presenta grados que van del sarcasmo a la ironía apreciativa –
esto es, cuando la ironía desaprueba un enunciado negativo (Sperber y Wilson 1994: 290). Lo
que vale para ver el procedimiento aquí es que la ironía siempre desdobla la voz narrativa, es
decir, siempre se trata de un elemento polifónico que trae al ruedo del lenguaje una alteridad
porque desaprueba el enunciado que reproduce (Sperber y Wilson 1994: 291).
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Jorge Sand titula Consuelo a una de sus novelas, sin embargo de que Consuelo es el
nombre de un personaje femenino, feo y lindo a la vez, como dice la autora que a su
vez se da el nombre masculino de Jorge.
Tobías, pues, es una barca de tres palos, como el Castillo Chillon es una prisión de
Estado (491-2. Subraya Alberdi).
Sin duda se trata de un juego de palabras que anticipa el engaño al que se verá sometido
el pasajero que, como el barco, perderá toda su condición de caballero y se transformará en
algo menos, un prisionero. Prisionero sobretodo de la falta de sociabilidad, el blasón de la
civilización.
Todo el texto, entonces, se asienta en la reprobación de la palabra ajena: del nombre del
barco, de las promesas escritas en su publicidad, de las simpatías del capitán, de la pretendida
idoneidad del cocinero, los tripulantes, la propia barca. El pobre protagonista será engañado,
en palabras de Alberdi, como una niña frente a las primeras expresiones del amor...
Nuestro viajero, que ha ejercido una mitad de las artes de la exageración que se
puede ejercer en esta vida, lo que equivale a decir que ha sido periodista, demagogo,
comerciante y cortejador de damas, cree sin embargo en la religión de los avisos
marítimos con tanta materialidad 3 como una niña que sale del seminario en el
primer juramento de amor (494)
3
Rojas incluye un paréntesis con la palabra [naturalidad ?] a cambio de "materialidad".
399
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
recordar, pide el relato de la viajera y así recupera la vida de ésta que por ausencia le fue
retaceada. El encuentro entre las dos mujeres se da en un espacio altamente idealizado, donde
se hablan amorosamente, con un lenguaje literario en el sentido convencional de un
romanticismo tardío; esta unión del almas en la hebra voladora del relato se refrenda con la
declaración de la narradora inicial en escritora que coloca el epígrafe al relato de la otra, esto
es, lo convierte de oral en escrito, de diálogo o relato familiar en novela:
LA FUGA
Duermes, bella Cheherazada? –dije a Laura cuando le hube contado seis horas de
sueño-. Pues si estás despierta, refiéreme, te ruego, esa interesante historia.
- Oh bellísima perla del Harem, concédeme esta gracia por el amor de tu sultán.
¿Quieres un epígrafe? He aquí el del
CAPÍTULO PRIMERO
El texto se bifurca en instancias de oralidad –el momento de encuentro, inicial- que van
interrumpiendo el relato de Laura, la viajera. Si hasta la propuesta del epígrafe la división en
capítulos o secciones estaban marcadas por la presencia de la narradora (I. UNA VISITA
INESPERADA, II. LA FUGA, etc.), apenas aparecido el CAPíTULO PRIMERO, se funden
las voces. No sobreviene un CAPÍTULO SEGUNDO; continúa la numeración desde la
inicial, III. LA PARTIDA, IV.¡ CUÁN BELLO ES VIVIR!, etc. Pero esto no conviene a la
situación presente inicial, la del relato y del recuerdo, la del diálogo y el encuentro, sino a la
de la voz referida por la escritura que la ha fundido. En algunos momentos, Laura se
interrumpe y saltan al diálogo y esto nos recuerda la situación inicial:
400
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
- Pero, hija mía -la dije, esto es horrible, y preciso es llamar al doctor P.
Pero eso no es todo: al igual que el conflicto de autores que se discute en el Quijote,
aquí las historias de escritura se terminan transformando en lectura de cartas, estas sí, sin
interrupción –con los títulos de las secciones y algún comentario referido a que "Laura
interrumpió su correspondencia por un tiempo" todavía pervive la presencia de la narradora
inicial, aunque prácticamente se ha transformado en muda lectora. Tanto los diálogos como
las cartas tendrán sucesivos “narradores” que, siguiendo con la imagen de la novela de
Cervantes, al contar su historia engullen el espacio de la narración.
Así, el relato, al igual que el Tobías, va de registro en registro, como el vaivén del
barco, como el salto de ciudad en ciudad de los corazones anhelantes y móviles del siglo XIX.
El cambio del diálogo entre las narradoras y las cartas –que posiciona de modo diferente a
ambas y privilegia a Laura en la segunda parte- retoma el móvil del viaje: la cura de una
enfermedad (presumimos la tuberculosis) que desaparece mientras se alimente la enfermedad
de viajar.
La voz del otro genera la posibilidad de viajar. Y, en definitiva, no están haciendo más
que confirmar una necesidad del viaje: el otro. Se conoce al otro, se va hacia otro, se anhela
otro y se viene de otro-texto, desde una lectura, desde la palabra:
Por otra parte, el relato del viaje como remedio genera la posibilidad del viaje y la
inauguración de un nuevo relato, que interpreta con amplitud el sentido del primero:
La imagen del joven tísico restituido a la salud, merced a largos viajes, pasaba y
repasaba delante de mí, sonriendo con una sonrisa llena de vida, y mostrándome con
la mano lejanos horizontes de un azul purísimo desde donde me llamaba la
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Aunque parezcan distantes, ambos relatos unen al hombre/mujer de letras con la mujer
y el hombre de acción; ambos relatos miden sus fuerzas en la persecución de sus fines
últimos: ¿la búsqueda del progreso?, ¿una nueva imagen de la mujer?. Ambos textos traducen
las fábulas de su tiempo: el mareo, los peligros para el que viaja. En definitiva, venciendo las
leyes del género, logran reinsertar las polémicas que el género acalla cuando se instaura y
canoniza. Plantean la cuestión del otro en forma permanente, a partir de un diálogo con las
estrategias que utilizan y ese vaivén sobre el que oscilamos y nos detuvimos no hace más que
mostrar la unión estrecha entre política y literatura que privilegia el siglo XIX para pensarse
como actor y como ficción.
Bibliografía
Alberdi, Juan Bautista. Impresiones y recuerdos. En memorias e impresiones de viaje.
Obras Selectas, tomo III (s-d).
Gil, José María. "Una definición de ironía a partir de las teorías de la relevancia y de la
cortesía verbal". En Actas del Congreso internacional de Antropología. Mar del Plata, 2000.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Abstract
Muchos son los comentadores que analizan el concepto de industria cultural creado y
problematizado por Theodor Adorno y Max Horkheimer a mitad del S. XX, como producto
del choque entre la alta Kultur formativa de los emigrados alemanes y la trivialidad despojada
de las mercancías culturales característica de la cultura de masas americana. La
homogeneidad estilística de los medios masivos, la publicidad como arte por excelencia y el
pensamiento unificado del ticket, son leídos como enumeraciones de una alteridad, que
horroriza a aquellos intelectuales europeos, que adoptaron a los EEUU huyendo del nazismo.
Nuestro trabajo, tomando como punto de partida el presente teórico en el cual pareciera
existir un borramiento de los conceptos de industria cultural y de cultura de masas a partir de
las condiciones culturales posmodernas (en donde la fragmentación, la migrancia y el
multiculturalismo juegan un rol central), intenta rescatar el concepto de industria cultural,
arriesgando una lectura filosófica excedente, que inscriba la alteridad frankfurtiana en el
enfrentamiento entre la conservación inmediata de lo real y una mirada transformadora que se
muestra como filosofía de la anticipación.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Abstract
La Argentina de Ruy Díaz de Guzmán, escrita en Charcas en 1612, es considerada la
primera historia orgánica de la conquista del Río de la Plata escrita por un mestizo. En su
intento por revalidar su sangre española, Ruy Díaz de Guzmán parte de su ilustre genealogía y
escribe este texto en el que el espacio conquistado no parece ser sólo la materia del relato.
Ruy Díaz ofrece a su señor, el duque de Medina- Sidonia, un texto en el que compendia
la historia de la conquista del Río de la Plata y un mapa del espacio que le dio origen.
El mapa de Ruy Díaz no funciona sólo como complemento de la obra sino también
como apertura a la narración. En una suerte de escritura cartográfica, este mestizo apela a las
convenciones de la cartografía europea como legitimación de un reclamo sanguíneo,
identitario y económico. Ruy Díaz se vale de ciertos códigos para que el espacio conquistado,
descrito y construido sea legible, decodificable.
Ruy Díaz offers his lord, the Duch of Medina-Sidonia, a text which summarizes the
history of the conquest of the Río de la Plata and a map of the space that originated him.
The map of Ruy Díaz is not only a complement of the work but also an opening to the
narration. As a kind of cartographic writing, this mestizo appeals to the conventions of
European cartography as a legitimation of a lineage, identity and economic claim. Ruy Díaz
avails himself of certain codes in order for the space conquered, described and built to be
legible and easily decoded.
Ruy Díaz’ map is a nature and objective picture which describes the territory
conquered, as well as a map that evidences empty spaces awaiting for the arrival of the
conqueror. Conquered space, space yet to be conquered, characteristics of the land,
specifications for future voyagers: the map elaborated by Ruy Díaz, chosen by him as the
405
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
commencement of his History, is above all an expression of ideology, or at least this is how he
wishes it be read by his lord.
Recién a comienzos del siglo XX, en 1905, Daniel García Acevedo realizó el primer
estudio sobre este mapa, en el que confirma la autoría de Ruy Díaz y en el que reproduce una
reducción en colores del mapa completo junto con un estudio bibliográfico-crítico del
mismo 1. Con anterioridad a dicho trabajo se produjeron reproducciones parciales, en 1894 el
doctor Estanislao S. Zeballos reveló la existencia del mapa en el Archivo de Indias y publicó
una parte de él en la Prueba argentina sobre la cuestión de Misiones 2 y Félix F. Outes publicó
la parte costanera del mismo mapa tiempo después 3. Pero fue recién en 1914 que, gracias a la
intervención de Paul Groussac, se retomó el estudio del citado mapa junto con una nueva
reproducción de éste. En los Anales de la Biblioteca Groussac dio cuenta del recorrido del
mapa y del itinerario crítico realizado sobre el mismo, así como ahondó en ciertas hipótesis
relacionadas con la vinculación del texto y la carta, intentando leer conjuntamente ambas
textualidades 4. Más allá del mencionado aporte realizado por Groussac, fueron pocas las
aproximaciones geográficas e históricas referentes a este mapa.
1
García Acevedo, Daniel, El mapa inédito de Ruy Díaz de Guzmán, Montevideo, 1905.
2
Zeballos, Estanislao S, Alegato de la República Argentina sobre la cuestión de límites con el Brasil en
el Territorio de Misiones, Washington, 1894.
3
Outes, Félix F., “El Puerto de los Palos”, en Historia, Buenos Aires, 1903.
4
Paul Groussac dedica un tomo de los Anales de la Biblioteca al estudio de la figura de Díaz de Guzmán
y de su obra, allí reproduce el mapa y escribe el artículo “El mapa atribuido a Díaz de Guzmán”, en el que
retoma presupuestos analizados por García Acevedo y amplía otros (como ser la fecha de confección de la carta)
que tienden a establecer una ligazón entre el texto y el mapa. (Groussac, 1914: 375-479)
406
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
cartografía colonial rioplatense no dejó de hacer mención al mismo, discutiendo incluso con
quienes cuestionaron su autoría, y defendiendo expresamente el aporte significativo de esta
representación 5.
Más allá de los posibles cuestionamientos o de las probables lecturas a realizar respecto
del lugar que ha ocupado la literatura colonial rioplatense en los estudios críticos realizados,
resulta llamativo el olvido azaroso o provocado de este mapa. Especialmente si tenemos en
cuenta un hecho incuestionable: La Argentina de Díaz de Guzmán es el único texto de los que
componen las crónicas de la conquista del Río de la Plata que posee una imagen- en este caso
cartográfica- y que es escrito por un mestizo. Quizá, y muy probablemente, deba leerse esta
diferenciación en forma conjunta, entendiendo la marca de origen como causa y condición de
producción de ese otro texto. De acuerdo con lo postulado por el propio autor, su condición de
mestizo no sólo es determinante de la escritura de la obra sino también, puede deducirse, de la
confección del mapa. Por lo tanto este trabajo pretende retomar antiguas lecturas y desandar
ciertos presupuestos en base a los cuales el mapa fue deliberadamente dejado de lado.
5
Cfr. Furlong, Guillermo P., “Cartografía colonial”, en Historia de la Nación Argentina, Buenos Aires,
1938, tomo IV, parte II; “La cartografía rioplatense y sus artífices 1515-1955”, en Historia IV, n 13, julio-
septiembre 1958, p. 17-33.
6
De Gandía, Enrique, “Prólogo”, en La Argentina, Buenos Aires, Huemul, 1974; Historia de la conquista
del Río de la Plata y del Paraguay, Buenos Aires, 1931; Los últimos cruzados, Buenos Aires, Institución
Cultural Española, 1942; Indios y Conquistadores en el Paraguay, Buenos Aires, 1932; Historia de la República
Argentina, Buenos Aires, Sopena, 1950, tomo VII.
407
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
evidente e innegable que hay elementos más allá de la palabra, e integrados a ella, que deben
ser incluidos en cualquier lectura sobre este texto primigenio.
John Berger
Si nos atenemos a lo señalado por Díaz de Guzmán, la confección del mapa tuvo como
objetivo “hacer una demostración de lo que contienen aquellas provincias, costa de mar y ríos,
408
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
de que trato en el discurso de este libro”. Según el autor, el objetivo del mapa es realizar una
demostración de lo mencionado en el discurso, sin embargo la falta de precisión discursiva no
se ve complementada por datos cartográficos, de ahí la advertencia: “[este mapa] no lleva la
puntualidad de las gradaciones y partes, que se le debían dar” (Díaz de Guzmán, 1974: 66).
Ante semejante confesión, que a simple vista parece cuestionar la funcionalidad del mapa en
tanto documento cartográfico, la idea del mismo como complemento o simple ilustración
supondría incurrir en un notable esfuerzo sin mayor rédito aparente. La sola observación del
mismo en su minuciosidad toponímica y topográfica impiden arribar a tal deducción, la cual
termina por diluirse al tener en cuenta la necesidad imperiosa de consolidar una identidad
europea, recuperar las tierras conquistadas por sus antepasados europeos y retribuir a sus
descendientes el costo pecuniario que supuso la conquista de estas tierras para su progenie. La
concepción del mapa como “simple demostración” tal vez deba ser leída en consonancia con
la descripción de “pequeño y humilde libro”, “pobre servicio”, “fruta primera de tierra tan
inculta y nueva, y falta de erudición y disciplina”, utilizada para lo que él mismo denominará
los “anales del descubrimiento, población y conquista de las Provincias del Río de la Plata”.
La monumentalidad de tal emprendimiento escriturario por parte de quien se define como
“militar” pone en evidencia la conciencia del lugar preponderante que le otorga a su obra. La
humildad del historiador y cartógrafo se presenta como la primera construcción de este texto,
el cual necesita recrear la figura del yo que enuncia, para legitimar la historia que traza ante
los ojos de su receptor. Desde el inicio, en La Argentina nada parece ser casual o azaroso y,
mucho menos, inocente. Por eso, teniendo en cuenta todos los condicionamientos sociales,
políticos, ideológicos y culturales que determinan el mapa, podemos decir que éste ha dejado
de ser una simple reproducción mimética del territorio y se ha convertido en un cuadro de
época, en un mensaje oculto, en una narración cifrada.
El imperioso deseo por reconocerse parte del orden civilizatorio occidental lo lleva a
producir no sólo ese tipo de emblema representativo, sino también opiniones propias de
7
Pueden recordarse, en este sentido, las cartas que Alonso Riquelme de Guzmán dirige al rey en 1545
con motivo de los acontecimientos acaecidos en el Río de la Plata. (Cfr. Lafuente Machain, 1942: 81-96.)
409
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
cualquier cronista español: de este modo, las conquistas frustradas así como los
enfrentamientos entre cristianos e infieles, tendrán siempre su razón en la esencia traidora del
indígena . Aún más, guiado por dicho deseo, acude a la cartografía, opta por una práctica que
en el contexto de producción de La Argentina se halla directamente ligada al imperio. J.B.
Harley explica esta cuestión en “Maps, Knowledge and power”: “ Tanto como las armas y las
naves de guerra, los mapas han sido instrumentos del imperialismo. Así como los mapas
fueron usados en la promoción colonial, y las tierras fueron reclamadas en el papel antes de
ser efectivamente ocupadas, los mapas anticiparon el imperio. Los cartógrafos marcharon
junto a los soldados, inicialmente realizando mapas para reconocimiento, luego para
información general, y eventualmente como una herramienta de pacificación, civilización y
explotación en colonias definidas (...). Los mapas fueron usados para legitimar la realidad de
la conquista y el imperio.(...) En tanto comunicadores de un mensaje imperial, han sido
usados como un componente agresivo de la retórica de los discursos. En estos contextos
imperiales, los mapas regularmente sostuvieron la ejecución directa del poder territorial”
(Harley, 1992: 282) .
Geoff King señala que una de las características del mapa colonial occidental es que
extingue otras dimensiones de la realidad en un acto de violenta apropiación, de ahí la
negación de la presencia indígena a través de espacios vacíos. La tierra libre, vaciada de
habitantes y de sentidos, funciona como promesa de más fácil acceso y genera una mayor
motivación. Aún cuando la presencia indígena fuera considerada, según King esta gente no
era concebida poseedora en primer lugar, dado que las nociones occidentales de uso de la
tierra no eran aplicadas por tales naciones americanas, de lo que se deduce que sus prácticas
eran concebidas ineficientes y primordialmente inválidas.
Si la posesión de la tierra por parte materna, es decir indígena, puede verse cuestionada
en su propia constitución debido al tipo de uso y apropiación de la misma, el autor recurre a
las prácticas europeas de propiedad sobre el territorio, explotando todos los sentidos que éstas
puedan otorgarle. Díaz de Guzmán recurre a las fuentes familiares para construir su historia
de la conquista del Río de la Plata y hace uso de fuentes orales de ambas vertientes de su
genealogía para construir un mapa diferente. Este no es el mapa de un gran explorador, ni el
resultado de una expedición, ni el encargo de una autoridad real. Este es el mapa de un
mestizo y allí radica la diferencia insoslayable.
Si los mestizos son “la canalla argentina”, como los definió el español Martín del Barco
Centenera al relatar el levantamiento y rebelión de los mestizos en esta tierra; si dada la
anterioridad del poema del arcediano y su influencia sobre el texto, deducimos no sólo la
410
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
lectura de dicho texto por parte de Ruy Díaz ( como así lo sostiene Enrique de Gandía) 8 sino
también la negatividad esencialmente traidora con que se define e identifica a los mestizos; si
a esto le sumamos la incidencia que dicha primera lectura debió haber tenido en los lectores
españoles, es evidente que el producto confeccionado por Ruy Díaz resulta fácilmente
cuestionable en cuanto a su veracidad y objetividad. Ante la generalización posible, Ruy Díaz
refuerza los lazos con el bando español y, dado que la marca está inevitablemente presente,
realiza esfuerzos denodados por dejar de lado esa negatividad con que se asocia su origen 9.
Ruy Díaz debe fundamentar y legitimar la presencia, existencia y confección de este mapa,
debe darle un carácter único, otorgarle una función de uso claramente decodificable, debe- y
éste parece ser el objetivo primero de la incursión en la experiencia cartográfica- ofrecer la
prueba irrefutable de su soberanía sobre este territorio.
Carter
8
Cfr. de Gandía, Enrique, Historia de la República Argentina, Buenos Aires, Sopena, 1950, tomo VII.
9
En la Historia de la República Argentina, Enrique de Gandía hace hincapié en los “sentimientos
españolistas” de Ruy Díaz de Guzmán, los que difieren fundamentalmente de los mestizos de su tiempo (de
Gandía, 1950: 314).
411
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
los avatares sufridos por los españoles en pueblos de indios, en el mapa pone en evidencia los
espacios, ya no vacíos, pero posible y posteriormente vaciados. Díaz de Guzmán confecciona
un mapa de una “gran riqueza toponímica” porque es a través del nombre y de su ubicación
que puede ofrecer a su señor un futuro uso occidental de este territorio.
Gran parte de los pueblos indígenas poseen un nombre que aparece especificado, de este
modo el receptor del mapa leerá en el cuerpo del texto las características de esos indígenas en
particular, y así podrá reconstruir los itinerarios a trazar de acuerdo con la peligrosidad o
docilidad de los proveedores de tierras, mujeres y alimentos.
10
Es interesante, en este sentido, la primera función que tuvo el mapa y la crucial importancia de dicha
especificación de riquezas. Según García Acevedo, quien primero hizo conocer la existencia del mapa fue el dr.
Estanislao S. Zeballos en su Alegato de la República Argentina sobre la cuestión de límites con el Brasil en el
territorio de Misiones de 1894. Allí Zeballos argumentó en base al mapa: “Ruy Díaz de Guzmán empezó a
levantar el primer mapa de esta gobernación en 1593 (...). Este antiguo mapa es de un extraordinario valor como
probanza y contiene los siguientes datos: 1. Límite entre los dominios de España y Portugal, según el Tratado de
Tordesillas de 1494. La línea está trazada sin exactitud científica, pero queda dentro de la jurisdicción que ella
asigna a España el terreno actualmente sometido al árbitro. 2. Todas las ciudades, pueblos de indios y fortalezas
que España poseía en 1593 al oeste de aquella línea de demarcación. 3. Las posesiones de España en la Provincia
del Tape y de la Guayra, que limitan al Sur y al Norte del territorio sometido al árbitro; y en las provincias de
Xerez y del Campo, que lo encierran por el Occidente y por el Este. 4. El curso del río Pepiry o pequiry, afluente
del Uruguay. (...) Han pretendido los escritores brasileños que el río Pepiry o Pequiry, el quid de la cuestión en
debate, no era conocido antes de la fundación de la vasta confederación de los jesuitas en estas regiones; pero el
error queda demostrado por dicho mapa, cuyas leyendas enseñan que en el primer siglo del descubrimiento y
conquista de la Gobernación del Río de la Plata, de 1527 a 1593, el río Pepiry o Pequiry era conocido y
412
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Resulta interesante, en este sentido, que ciertas inscripciones fabulosas formen parte de
este mapa. Si bien, de acuerdo con los estudios realizados, en aquella época ciertas leyendas
eran consideradas efectivas verdades que solían ser señaladas por cartógrafos y exploradores
en sus cartas, la especificación de la leyenda de la ciudad de los Césares resulta llamativa
dado que, hasta la fecha de confección del mapa, la expedición destinada a descubrir dicha
ciudad había sido un verdadero fracaso. La imposibilidad del hallazgo de este espacio en el
que confluyen las riquezas, no supone para Ruy Díaz la negación de esta ciudad en el mapa.
Si bien modalizada por el condicional que establece la duda, la clara falta de certeza, Ruy
Díaz no se atreve a dejarla de lado y apunta: “Los Césares si los hay”. Teniendo en cuenta el
fuerte arraigo de esta leyenda en el imaginario conquistador, Díaz de Guzmán decide ser fiel a
los códigos identificables para el receptor y apela al poder de la imaginación por sobre la
experiencia geográfica, así es como recurre al mito, cuestiona su real existencia, pero lo ubica.
Si se necesita del mito para fomentar la incursión europea, Ruy Díaz no parece estar dispuesto
a ir en contra de eso, por el contrario, dicha ciudad puede ser entendida como uno de los
pocos señuelos de este espacio verdaderamente distópico. La ubicación de la nueva Sevilla en
el espacio que él produce, le provee también al territorio y a su cartógrafo un status que
dejaría de lado, aunque sea momentáneamente, la marca de fracaso inicial identificable con
este terreno.
En Geographical imaginations, Derek Gregory señala que “el espacio histórico de los
conquistadores blancos emergió a través del lenguaje. Pero el lenguaje que se colocó en una
circulación cultural no fue el lenguaje del diccionario, por el contrario, fue el lenguaje de la
nominación, el lenguaje del viaje. Lo nombrado representó una orientación mental, una
intención de viaje” (Gregory, 1994: 172). Desde esta perspectiva, nombrar no sólo supone
transformar el espacio en objeto de conocimiento, nombrar un espacio susceptible de ser
explorado, conquistado y (re)leído también supone articular una imagen, una idea. El mapa,
este mapa, elabora un argumento tangible que sostiene la legitimidad pregonada de quien se
adjudica la acción de nombrar. El lenguaje del viaje presente en este mapa no está articulado a
través de la estética espacial ni de la ética del recorrido (si es que existe alguna), sino que se
halla principalmente atravesado por una opción ideológica que impregna la letra y la imagen.
Esta expresión de ideología se hace evidente en la intención detrás de la construcción del
mapa y en el uso otorgado para éste. Por eso, y de acuerdo con la ruptura de la concepción de
reflejo pasivo, podemos decir que - sin dejar de lado el intento por ofrecer un producto
verificable- la representación del territorio que bosqueja Ruy Díaz deviene, inevitablemente,
en interpretación. De ahí que, de acuerdo con la concepción de Pickles, pueda leerse el mapa
de Díaz de Guzmán como el prototipo del mapa de persuasión. Pickles define a la cartografía
persuasiva como “un tipo de cartografía cuyo objetivo o efecto es cambiar o en alguna medida
frecuentado por sus minas de oro. Por eso en la confluencia del Uruguay y del Pepiry se lee en el mapa: “El río
Pepiry donde hay oro”....” (García Acevedo, 1905: 10).
413
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
influenciar la opinión del lector, en contraste con la mayoría de la cartografía que pretende ser
(predominantemente) objetiva” (Pickles, 1992: 197). Si bien Pickles las señala como
pretensiones opuestas, es evidente que para muchos de los productores de este tipo de mapas,
la pretensión de objetividad ( y practicidad, por ende) resulta capital como puerta de entrada
para la persuasión buscada. Este mestizo apela a ambas, poniendo el foco alternativa, aunque
principalmente, en la segunda. Ruy Díaz de Guzmán elabora, o pretende hacerlo, un mapa de
propaganda en el que- a partir de datos precisos, probables o supuestos- se intenta persuadir
sobre las ventajas del terreno y sus recorridos, reproduciendo por este medio la hegemonía del
Viejo Mundo en la que se incluye como cartógrafo amateur . Incursiona en los diversos
modos del lenguaje del espacio, construye un mapa y- a través de él- despliega un abanico de
recorridos militares que aún pueden realizarse. El intento cartográfico de este mestizo no sólo
pretende recrudecer los lazos por él enunciados con el mundo hispano conquistador, sino
también intenta producir un mapa lo más acabado posible que posea un rol performativo del
terreno conquistado y por conquistar 11.
Este mapa no sólo afirma, como cualquier otro, la existencia del territorio, sino también
de sus exploraciones, de sus recorridos y de sus habitantes pero principalmente de su
productor. En tanto las aventuras de conquista de sus parientes los heroiciza a los ojos de este
11
Paul Groussac compara el mapa de Ruy Díaz con otras representaciones cartográficas, como la de
Ortelius por ejemplo, ante las cuales el mapa de este cronista resulta un bosquejo improvisado. Más allá de las
cuestiones “deficientes” marcadas por Groussac y de los errores que se detiene a enumerar y argumentar, la
adjetivación que utiliza para calificar la carta requiere de un análisis particular. Catalogar el mapa de Ruy Díaz
de “adefesio” supone manejarse con criterios estéticos. La cuestión está en develar si la carta pretende ser vista
desde esa perspectiva. Ruy Díaz elige realizar un mapa, el que- si bien mantiene la verdad empírica de ciertas
ilustraciones presentes en crónicas- no es propiamente un dibujo. Esta diferencia es un punto clave a tener en
cuenta, dado que incursiona en una materia propia del europeo y, aún más, del colonizador. Ruy Díaz construye
una imagen que no pretende ser observada, no fue construida como simple complemento de la palabra, más bien
parece haber sido producida para ser practicada. El objetivo del mapa no es agradar a la vista sino ofrecer un
medio de reconocimiento del terreno, otorgar un conocimiento productivo que los conquistadores no poseen a
priori para un fin imperial. Más que ofrecer una representación visual lo más acabada posible, el mapa se
pretende útil instrumento de conquista para su destinatario. Por otro lado, hay que tener en cuenta que es a través
de esta funcionalidad que su mapa de amateur puede tener alguna posibilidad como prueba de fiel adscripción al
bando español, a su política y a su ideología.
414
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
narrador, la producción del mapa, junto al gesto monumental de escribir los anales, lo
encumbran ya no sólo como español sino claramente como conquistador.
En el mapa elaborado por el autor se lee el desvío del origen debajo de la necesidad de
confirmación, la marca de mestizo en cada nombre indígena inscripto en la imagen, la
práctica del espacio que le dio origen en cada recorrido sugerido, la adscripción religiosa en
cada símbolo cristiano que demuestra los alcances de la conversión y de la conquista
espiritual, el afán de poder detrás o delante de esta construcción, su ideología en la
perspectiva eurocéntrica ejercitada: su autobiografía.
J. B. Harley
415
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
conquistarlo. Y, en efecto, los españoles deben recurrir a los naturales de la región para
acceder a sus deseos imperialistas y, ante esta necesidad explícita, quedan desprovistos de
armas para sostener el lugar de dominación que los define. Reconocer esa carencia les provee
a los indígenas un lugar de poder por sobre los invasores, de ahí que hagan valer esas
circunstancias en las que momentáneamente las relaciones de fuerza y dominación se ven
invertidas. A partir de las reiteradas escenas en las que un guía desvió el camino o llevó a los
conquistadores hacia la región enemiga, los cronistas (y Ruy Díaz no será diferente en este
sentido a sus contemporáneos europeos) denuncian la esencia traidora del natural amigo y
convertido. Esta dependencia, que incidentalmente trastoca la escala de poder civilizatoria,
podría ser quebrada con el buen funcionamiento de este mapa, a través del cual se evitaría
tener que confiar en los indígenas, se podría lograr una conquista del territorio más eficaz y se
conseguiría, de este modo, que el poder y el saber sólo fueran patrimonio de los españoles.
Aún más, el mapa inserto en La Argentina le otorga autoridad al discurso en tanto pone
en funcionamiento un saber que no sólo deriva del recorrido de la tierra sino que es inherente
a ella. El haber nacido en el espacio a representar le provee al productor del mapa un
conocimiento que determinará la configuración del mismo: el mapa será la representación de
dicho saber, una puesta en práctica de un conocimiento redituable para los fines de la corona.
12
Cabe destacar, en este sentido, la utilización de ciertos dibujos en el mapa que funcionan como
representaciones gráficas que acompañan la nominación y/o descripción de los pueblos indígenas. Existen
ciertos pueblos como los guaraníes cuyos nombres aparecen encerrados en un círculo. Es significativo que
aquellos incluídos en este tipo de representación sean esclavos, como se explicita respecto de los primeros. La
otra representación es el dibujo de una suerte de edificación que incluirá a la mayoría de los pueblos indígenas
que aparecen especificados en los primeros cuatro capítulos del texto. Por último, y en contadas ocasiones,
aparece un dibujo de montículos aislados para la representación gráfica de otros pueblos como los matara, los
quis, los xarayes, etc. También existen otros pueblos que aparecen en el mapa sin representación gráfica alguna.
Si bien no hay rasgos comunes y aglutinadores en todos los pueblos que aparecen representados
gráficamente del mismo modo, a partir de la funcionalidad que creemos posee el mapa, podemos realizar ciertas
deducciones. En este sentido, podría pensarse que la elección de cada uno de estos dibujos representativos
simbolizan el tipo de conquista realizada, en vías de lograrse o aún no alcanzada, de acuerdo cuál sea el caso.
Los diversos tipos de símbolos o la ausencia de los mismos - junto con la cantidad de iglesias y la cercanía de
éstas respecto de cada uno de los poblados- podrían significar los distintos alcances de la conquista, su
efectividad o sus puntos en cuestión. Por eso es interesante que, aún en los pueblos cuya representación gráfica
pretenda dar cuenta del arraigo de la conquista material y espiritual, el cartógrafo apele a la letra y especifique
ciertas características naturales ( como la belicosidad en el caso de los guaycuruz) que podrían ocasionar una
rebelión o que cuestionarían la verdadera conversión de esta gente.
Ya sea que leamos la letra, la imagen o ambas, es evidente que se pretende prestar servicios necesarios y
nunca antes ofrecidos a la Corona. La marca de origen le exige al autor un plus que éste desborda con la
elaboración de un producto pluri-funcional.
416
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Tal vez, y muy probablemente, La Argentina haya surgido como producto del fracaso
del objetivo buscado con la probanza; desde esta perspectiva, el lugar de subalternidad
esbozado desde la dedicatoria no sólo resulta necesario, sino incluso imprescindible para la
propia constitución del texto y para la legitimidad del mapa. Así como se hace evidente la
necesidad de recurrir a ese perfil de súbdito fiel y leal, del mismo modo salta a la vista el
artificio, la construcción de dicho lugar.
En una suerte de ficción discursiva, Díaz de Guzmán apela a las marcas retóricas del
discurso del vasallo así como a la discursividad del mapa y a su nivel persuasivo, para
demostrar que estas tierras no son sólo aquéllas que en parte aún esperan la marca española,
son más bien- por lo menos eso podría pensarse- el legado que sus antepasados le han
brindado y que la tierra le ofrece como recompensa 13.
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13
En El pensamiento mestizo, Serge Gruzinski propone abordar los mestizajes de la América hispánica en
el contexto global del “caos de la América invadida tras la conquista, [de la] occidentalización impuesta a escala
continental y [del] mimetismo ejercido por los propios indígenas” (Gruzinski, 2000: 110). Si bien Gruzinski
analiza los diversos medios y dinámicas miméticas de occidentalización que llevan a cabo los indígenas a través
de sus producciones, basándose en la hipótesis de que “la conquista española convierte al indígena en uno de los
protagonistas de la reproducción” (109), sería interesante pensar cómo se daría este proceso en los sujetos
mestizos y en qué medida sus producciones lo re-producirían.
En este sentido, a partir del texto escrito por Ruy Díaz de Guzmán, de la unilateralidad del discurso de
este mestizo identificado como español, del tipo de tratamiento y descripción del rol desempeñado por el
indígena en la conquista de tierras, así como de la producción y funcionalidad del mapa, podría pensarse que
Ruy Díaz es un representante prototípico de este proceso mimético. Pero en tanto su origen mestizo, su práctica
espacial en el Río de la Plata, su conocimiento oral de la historia acaecida, resulta capitalizable para lograr el
reconocimiento identitario tan ansiado y, por lo tanto, para alcanzar su afán retributivo, esta representatividad
pareciera ponerse en duda. El nivel de construcción de cierto lugar de enunciación funcional al objetivo buscado,
pondría en evidencia, de algún modo, el aspecto “artificial” de la reproducción ejercitada, la materialidad y el
desvío inherente de la copia respecto del original. Sin embargo, habría que reparar en el hecho de que el objetivo
último de adquisición de riquezas, ostensiblemente observable en la probanza y en la fundación desautorizada de
la ciudad de Xérez, tal vez sea la muestra más acabada de su occidentalización.
Consciente del destino fatal que, de acuerdo con su visión, aúna a gran parte de los conquistadores de este
espacio, busca a través de sus textos y mediante la explicitación, escapar del designio trágico común: “Suele á
veces ser á los hombres tan adversos los sucesos en los que emprenden; que entendiendo salir de ellos con honra,
y acrescentamiento, vienen á dar en lo ínfimo de las miserias é infortunios. De esta manera sucedió á nuestros
españoles en la conquista del Rio de la Plata, de donde pensaron salir muchos ricos y aprovechados, y fue tan al
contrario, que no ha habido alguno que hubiese vuelto remediado á su patria, ántes acabaron los mas de ellos sus
vidas miserablemente...” (139).
418
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421
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Norma V. Ferrari
Abstract
Queremos tanto a Glenda de Cortázar es un conjunto de relatos construidos como un
desplazamiento, búsqueda de caminos. Por lo tanto la obra construida como un viaje. Luego
el viaje es texto.
Es decir autoconstrucción del viaje, en cuanto texto que surge del devenir textual.
Se intenta mostrar que los textos construyen por sí mismos esos caminos que dicen
buscar: cartografía que escenifica pasajes, trasmutaciones, variantes, cortes.
I intend to show that texts themselves build those ways that they say they are looking
for: a cartography that stages passages, transmutations, variations, cuts.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Building of no-way from both lack of signalization and others’traces. In the same way,
readers are built by reading-spaces generated by cuts, interstices, sutures.
The journey passes through death relentlessly in a rite of passage, almost imperceptible
to speech. Death is, therefore, semiotically experimented as a way to continue the journey.
Also as a constructor of subject made in journey.
So, journey appears as an enunciation spot; so, desire production. That is inconscious
construction: gesture
Texto
Un conjunto de diez relatos: desplazamiento, búsqueda de camino/s. Por lo tanto, textos
que construirán un viaje. Y el viaje será texto.
La primera parte, conformada por tres cuentos, anuncia desde el inicio una búsqueda de
acceso.
El primer cuento, Orientación de los gatos, que se plantea desde su título como una
búsqueda de posicionamiento respecto de algo, inaugura un recorrido que, finalmente, será
circular.
Allí, el narrador busca caminos de “acceso” a Alana y el texto intentará una ruta
también circular partiendo de “Cuando Alana y Osiris me miran” para llegar a “Alana y Osiris
cada vez que me miraban de frente”, al final del relato.
Esas vías de acceso, por las cuales el narrador cree, al comienzo, que llegará a Alana, es
decir la pintura y la música, no serán tales sino que se producirá en Alana una trasmutación en
ellas. Será ella misma pintura (ella misma camino) y el texto va a materializar esa
metamorfosis / trasmutación, por medio de los gerundios de los que abusa.
Ellos serán las marcas del lento pasaje de un estado a otro (“de cuadro en cuadro”).
Como “rechazo de un límite inaceptable”el gerundio expresa la disolución en una
“ósmosis”en la cual, como sabemos, los líquidos pasan el tabique divisorio que se ignora o,
por lo menos, que no se acepta como tal. Alana transita esa disolución y el narrador-personaje
también sufre esa metamorfo-sis: “yo era mi vida Alana”.
Este viaje textual rechaza, entonces, desde el inicio, la posibilidad de ser limitado, la
posibilidad de fronteras, ya que éstas parecen disolverse osmóticamente.
Alana “no estaba de vuelta” pero el relato retorna a ella y Osiris, en un juego de
polarización entre la historia y el discurso, ya que la cartografía que construye el texto
descubre que cuando en el último párrafo cree que “Llegábamos al final de la galería”, nos ha
llevado al punto de partida.
A esta conclusión llegará el último relato, Anillo de Moebius, que se irá desplegando
cartográficamente también para construir / escenificar la trasmutación que inauguró Alana y
423
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
que repetirán los mundos Janet-Robert para levantar el bloqueo de los cuerpos hasta la
disolución.
Luego, el texto tiene una “caída en el torrente” textual (literario) y así “supimos que la
perfección podía ser de este mundo”: ¿el texto territorializando al mundo?. Dicen Deleuze-
Guattari que “el libro hace rizoma con el mundo [...] el libro asegura la desterritorialización
del mundo, pero el mundo opera una reterritorialización del libro que, a su vez se
desterritorializa a sí mismo en el mundo” (Rizoma,2001:19). El viaje es el camino. Cuando se
busca el camino se construye el viaje, el desplazamiento. El texto es desplazamiento por
sustitución, variantes, permutaciones. Pero los textos como los viajes comportan dificultades
en su realización: “...decidir los cambios, los cortes, las modificaciones de montaje y de
ritmo...”. Para “ritmar en coherencia perfecta”. Otra vez, lo perfecto es de este mundo.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
La “última perfección inviolable”, la muerte, salva “de la caída” (de la expulsión del
paraíso). Preservación de la obra de arte en ese cielo.
La segunda parte, que también se compone de tres relatos, se inicia con Texto en una
libreta. En una clara muestra de autorreferencialidad, este cuento, ya en su título, alude a la
escritura, al proceso mismo de producción, y a sus resultados. Se trata de un texto literario
dentro de o a partir de un texto informativo. El narrador anuncia lo que el texto está haciendo,
comenzar a contar una historia: “ni siquiera saben que su historia escrita empieza en este
mismo párrafo” y luego hace referencias metafóricas al trabajo del escritor.
Como dijimos, este narrador anuncia que va a comenzar a contar una historia. Pero no
lo hará de una manera tradicional y,en este punto, no podemos olvidar que según Cortázar
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Después de rechazar unas “conjeturas más bien literarias”, decide seguir las propias y
por “un camino en espiral” para sortear esas formulaciones de lo informulable: “explicar el
fenómeno por una especie de desgaste atómico previsible en las grandes multitudes”. Esto nos
lleva al pensamiento de la obra crítica citada en que Cortázar desvaloriza el lenguaje literario
en pos de otro que emerja de la situación y que será un lenguaje poético. Para ello deberá ir
“eliminando vías muertas, bifurcaciones y depósitos hasta llegar a la clara y horrible verdad
por residuo necesario, ahí en ese reino crepuscular donde la noción de residuo volvía una y
otra vez”. ¿El residuo será ‘lo poético’? Y agrega: “Esa existencia que bosquejo (algunos
dirán que propongo) se me dio condicionada por la necesidad más brutal e implacable: del
rechazo sucesivo de posibilidades fue surgiendo la única posibilidad restante”. La tarea del
que usa el lenguaje aparece como una actividad que consiste en elegir una variante entre
inifinitas.
“Juntando delicadamente tantos elementos del mosaico”, dice el narrador como una
marca de lo que el texto lleva a cabo cuando hace esta heterogénea enumeración: “Rojo y
Negro”, “(la revista, no Sthendal)”, “Sur”, “Trilce”, “Maribel”. Parece querer mostrar el
mundo de lo poético como “un territorio móvil donde [se puede] operar con alguna
seguridad”, donde no hay “localización exacta”, donde hay un “movimiento continuo” donde
hay un Primero (¿el escritor, Dios?), “ese árbol que hunde más y más sus raíces en el asfalto y
la tierra”, ese escritor contemporáneo que barrena y destruye formas tradicionales para
construir produciendo “alguna forma de escándalo y sorpresa”.Quizás en este cuento ocurre
algo de ello cuando la “banalidad”, de la cual se asombra el narrador, es condición previa, no
sólo en lo referencial sino también en el movimiento textual, del acto trascendental: la
muerte/cierre del relato. “Pero el canario, vos lo cuidás, ¿verdad?. Vos le das el alpiste todas
las mañanas, y el pedacirto de vainilla?”. Ese “pero” es la marca textual de la relación entre la
banalidad y la muerte: el conector de una lógica conocida puesto al servicio de otra lógica.
Puede leerse también como resignificación de esa instancia de la existencia.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Con el final sorprendente el texto avanza “en túnel” volviéndose “contra lo verbal desde
el verbo mismo” (Cortázar, op.cit.: 67) . En vez de “representar”, “presenta” lo poético. Se
desplaza desde la función informativa hacia la poética: en una libreta de datos un texto
literario. Un acto de deconstrucción que es un hacer. Construcción del no-relato, que termina
siendo una forma de relato.
Recortes de prensa se inicia con el pedido de construcción de un texto. Así es como este
cuento se irá construyendo a la manera de un ‘collage’o ‘patch-work’ por la adición de
recortes ( recortes periodísticos, recortes de recortes, recortes de las historias que se cuentan:
la de la protagonista que escribe en París, la de la nena golpeada).
La sucesión de recortes que irán armando ese texto, solicitado al principio por el
escultor, es la siguiente:
El espacio de lectura que construye el lector o al lector pasa por los intersticios o suturas
que unen los recortes con que se realizó este ‘patch-work’.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Otras duplicaciones:
Si bien en lo referencial se mata al lector, el texto hace otra cosa. Se constituye en esa
tela que teje la araña ( escritor) que será la trampa en cuyo centro/ hueco /vacío habrán de
morir/ser atrapados otros insectos/lectores cuando ella/él se retire. El contar se vive como una
amenaza (de muerte). Como en todo viaje hay peligros, imprevistos que implican riesgo. El
escritor no sólo mata/atrapa al lector sino que mata el texto, le da un fin. Mata en el papel
como Matilde a Milo. He aquí dos versiones/ dos espacios diferentes otorgados al lector
conviviendo en el mismo texto. Un caso de bigamia . En lo referencial (la historia )
se mata al lector, no se le reconoce un espacio (la novela no vale la pena ser leída, se
dice ). En lo textual (lo semiótico), se le crea un espacio: el necesario para unir/suturar los
“pedacitos ajustables”, los diálogos. Para ligar/soportar “los saltos, los vacíos que se
extienden entre los trazos, [descubrir] la escena de la interpretación como lo que se despliega
en un entre [:] semiosis del gesto” a decir de Roberto Ferro (SYC 9/10, agosto de 1999 : 5).
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Aparece la escritura como creadora de lo real: Milo es muerto primero en los papeles.
(La escritura mata). Milo ha muerto para todos porque se ha leído que ha muerto (¿la lectura
mata? ). Pero paradójicamente existe a partir de la muerte.
Clone inicia la tercera parte de la obra. Este relato es también circular, en el plano de la
historia. “Todo parece girar ...” dice al comienzo. Se inicia con la muerte de la mujer de
Gesualdo a manos de éste y concluye con la de Franca a manos de su esposo, Mario. Ambas
historias se reproducen especularmente o bien, podríamos decir, se repiten una como clon de
la otra.
La idea del clon, que da título al relato, se materializa en el texto, estructurado sobre la
base de diversidad de voces que se suceden unas a otras sin solución de continuidad en largos
párrafos en que aparecen entretejidas con la voz del narrador. La sola aclaración del nombre
de los personajes entre paréntesis, en un momento, aparece como forma precaria de
diferenciación. Una constelación de “ocho planetas” que giran indefinidamente y el texto “se
vuelve una obsesión, una especie de ‘cantus primus’”
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
El recorrido de la historia en este cuento ha sido volver al lugar conocido, otra historia
que se reproduce, que se ha clonado. El texto vuelve, al final, a la aglutinación de personajes y
acciones como ocurría al comienzo, después de haber transcurrido por tramos intermedios de
mayor diferenciación ( diálogo directo)
Este viaje, esta obra no se ha detenido frente a la muerte ya que, como dijimos, el texto
solamente la ha silenciado. A esta altura del andar percibimos un viaje que transcurre la
muerte sin dejarse detener o modificar por ella. La muerte es parte del continuum. Tan sólo
pasaje y puede ser atravesada (por la palabra).
Graffiti, escritura “diagonal”, ”dibujo sonoro” que ocupa un espacio en lugar de.
Sustitución/desplazamiento.
El viaje crea y no es creado. Viaje como acto de enunciación, por lo tanto, como
producción de deseo. Rizoma, tal vez, para Deleuze-Guattari (op.cit.: 29-30).
Historias que me cuento, también, es un texto circular. Comienza diciendo “Me cuento
historias” y finaliza con la construcción espejada “historias que me cuento”que coincide
exactamente con el título. La reiteración es un sema llevado a la exageración: los significantes
“historia”y “Dilia” se repetirán hasta el hartazgo. El primero de dichos significantes recorrerá
el texto desde el título hasta la última línea lo que permite ser visualizado como un elemento o
hilo fundamental en esta trama que se teje. En toda la extensión del tejido (texto) hay un hilo
de color que prevalece: la historia y, dentro de ella, otro, uno de los sujetos del enunciado o
personaje, Dilia. La insistencia de estos signi-ficantes que aluden a la historia nos remite
inevitablemente al discurso que es, una vez más en Cortázar, aquello que se desea poner en
evidencia.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Sujeto del
Enunciado
(él: personaje)
El mismo (Jekill y Hyde)
Estas dualidades: los dos autores, empírico y textual, los sujetos del enunciado y la
enunciación, el sujeto que es objeto, parecen marcar las caras/lados/instancias cortazarianas
omnipresentes y que él metaforiza así: “...Walter Mitty suele tener también su lado Jekill y
Hyde, desde luego la literatura anglosajona ha hecho estragos en su inconsciente y las
historias le nacen casi siempre muy librescas y como armadas para una imprenta igualmente
imaginaria”.
La dualidad, el aspecto Jekill-Hyde del relato, se manifiesta en el juego entre los dos
planos: el de lo real, en que el narrador se cuenta historias en la cama, y el de lo ficcional, la
historia contada, que ocurre en el camión. Dichos planos se confundirán luego produciéndose
un movimiento/invasión de lo ficcional en lo real, si bien primero se había dado el
movimiento inverso, que no sorprende al narrador: “Las reglas de juego se cumplen desde el
primer momento en las historias que me cuento. Dilia era Dilia pero en la historia yo era un
camionero y solamente eso para Dilia, jamás se me hubiera ocurrido preguntarle qué estaba
haciendo allí en plena noche o llamarla por su nombre. Pienso que en la historia lo
excepcional era que esa muchacha contuviera a la persona de Dilia [...] fuera de eso la historia
la trataba como a cualquier otra, sin nombre ni relación anterior, perfecto encuentro del azar”.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Cuando, dentro del relato, lo ficcional se desplace hacia lo real, la historia de Dilia en el
camión coincidirá con la de Dilia real que esconde otra historia, ésta no ficcional. Es decir que
la misma historia atraviesa los dos planos. El deseo es el factor común de ambas y se desliza,
como es su naturaleza, de una a otra. Coincide con el deseo irrefrenable del narrador de estar
continuamente contándose historias. El deseo vuelca a Dilia sobre el camionero en un
movimiento corporal que repetirá hacia el bebé, ambos movimientos comparables con el
volcarse del narrador a la actividad de contar. Pero como este narrador también es
auditor/lector podemos pensar en el deseo de escuchar/leer esas historias, las que se
transforman en narradoras, sujeto de enunciación: “Después es todo eso que las historias me
cuentan pero que yo no puedo contar como ellas, solamente fragmentos inciertos, hilaciones
acaso falsas...”
Las historias cuentan en su doble sentido: relatan e importan. Así como las historias se
autoconstruyen, este viaje se construye por el sólo devenir de los textos (el solo andar). Como
dijimos al comienzo el texto se hace de texto. El camino se construye porque ocurre el viaje.
“Pero Dilia no quería que la historia terminara, desde su primer gesto cuando resbalé
junto a ella y en vez de lo esperable [...] supe que la historia no había hecho más que
empezar...”La historia queda en manos del personaje, que cobra otro espesor.
Bajtinianamente, el personaje, “otro creado por otro que lo mira [autor textual]” se hace cargo
de la historia. Es decir que la historia se hace cargo de sí misma. Lo ficcional se independiza
de su soporte, lo real, creando una realidad otra. El texto otra vez territorializando al mundo
Este tercer cuento de la tercera parte, retomó las ideas de “pasaje” de Clone y “el otro
lado” de Graffiti y hace jugar ese ida y vuelta, ese estar “al borde de la ruta” en que se vive la
“amenaza” de “retorno” y construye “este lado”y “el otro lado”. Frontera lábil donde es fácil
que las cosas resbalen como el deseo “que era un salto agazapado” y que se desliza poniendo
en comunicación los “dos” lados. Aquello que pone en contacto estos dos
lados/mundos/niveles es la escritura. Por ello, en la historia, el narrador-personaje no se atreve
a escribir ya que “...si pusiera por escrito cualquiera de las historias que me cuento, esa
historia sería la última por una razón que se me escapa pero que acaso tiene que ver con
nociones de trasgresión o de castigo...”. El narrador no puede hacer lo que sí ha hecho el autor
empírico. El escritor movido por el deseo, igual que el camionero, ha podido “ir de un lado a
otro”
El viaje se hace en ese ir y venir. Allí donde hay siempre “retornos”, “al borde”. Allí
donde ocurren “aventuras de pasaje”. Donde se es “otro”.
Anillo de Moebius . El título remite a un ida y vuelta constante en que no hay principio
ni fin. Significativamente éste es el último cuento de la serie y funciona por lo tanto como fin,
pero también remite al inicio, como señalamos al comienzo, mostrando la circularidad total de
la obra que se fue alimentando de las circularidades de los relatos.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
de tipografía y del ancho de la caja en que se inscribe el texto. Los espacios “gruesos” cada
vez van teniendo más longitud y lo inverso ocurre con los “finos”, en general.
Cada texto “grueso”y “fino”se trasmuta a su turno en el otro. El texto “mundo Janet”
incluye al texto “mundo Robert” ya que cuenta las acciones de inclusión/violación de éste. En
el primer texto “mundo Janet” aparece aludido metafóricamente el “otro” mundo:
“...recibiendo en la blusa la mano de la brisa apretándole los senos, doble caricia dentro del
doble desfile de troncos y de helechos...” La palabra “doble” que está duplicada anticipa los
dos mundos, los dos textos que se entretejen. El texto remeda al personaje, Robert, de quien
se dice que está “sumido en ella”.
Después de la muerte, la aparición de otro personaje que sólo se nombra, el hijo del
leñador, el “texto Janet”es invadido por Robert y se constituye “texto Robert” en un ritual de
pasaje silencioso. El personaje Robert ocupará ese espacio hasta el final. El “texto Janet” dirá
“continente y contenido no se diferencian”, “agua fluyendo en agua”, “horizontal y vertical de
un espacio” (Janet y Robert), “cubo de un cubo”, “continuos cambios [...] donde nada
cambiaba”. Por su lado el “texto Robert”será invadido por otros personajes casuales y por
información periodística. Será acosado por su propio caso policial.
El texto se fue deslizando en la trasmutación Robert-Janet así como Robert, que de cubo
pasó a ser viento y de allí reptante para dejar “de ser estado cubo”para “ser en el estado cubo”.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
cuerpos sino de los seres, como dijimos al principio, los cuales parecen haber intercambiado
entidad. Ahora Janet es “fiebre” y Robert es “cubo”, más aún “es” en estado cubo. Ahora es.
Sin embargo esos hallazgos están en las tres y en el espacio entre ellas materializando la
idea de pasaje constante, movilidad circular del deseo que enhebra/teje las cuentas/cuentos.
Barthes, Roland. “La muerte del autor” en El susurro del lenguaje. Buenos Aires,
Paidós, l987.
Drucaroff, Elsa. Mijail Bajtín, La guerra de las culturas. Buenos Aires, Almagesto,
1996.
434
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Reis, Carlos. Fundamentos y técnicas del análisis literario. Madrid, Gredos, 1985.
Shklovsky, Victor. “El arte como artificio” (1917) en Teoría de la literatura de los
formalistas rusos. [Antología preparada y prologada por Tzvetan Todorov, Buenos Aires,
Siglo XXI, 1976].
435
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Christian Kupchik
Abstract
“El placer de viajar es testimonio de inquietud e irresolución, que no en vano son
nuestras cualidades primordiales y predominantes”, escribió Michel de Montaigne en su
Diario (Montaigne, 1998: 45). Esa inquietud a la que alude el célebre ensayista francés no es
más que la expresión de una de las materias humanas más inmanentes: la identidad. En su
nombre, tanto el viaje como la literatura potencian hasta el extremo la tensión que propone
sus límites. La pregunta por el otro (el recordado “Je suis une autre”, de Rimbaud), la
necesidad de encontrar una nueva máscara, ese otro yo que nos explique, encuentran en todo
viaje y en el relato del mismo la posibilidad de un desarrollo mayor. Lo que nos enseñan los
excéntricos, los mitómanos, los espías, y también escritores viajeros de todas las épocas,
configura uno de los más bellos aspectos del arte de la peregrinación: escapar a la asignación
de los convencionalismos de los cuales se huye para resignificarlos.
A través de estas errancias fabulosas -al estar relacionadas también con la fabulación-,
es posible comprobar que el objetivo último del viajero es hacer familiar a lo extraño, incluir
por la evasión un enigma permanente a resolver. Existe una verdad de la impostura, una
nobleza del engaño, que nos devuelve las señales de la vida ordinaria.
Goethe, Isabelle Eberhardt, Lafcadio Hearn, entre otros ilustres nómadas que hicieron
del arte de la fuga un permanente juego entre viaje y literatura, son los protagonistas de este
baile de máscaras que celebra la identidad secreta.
“The pleasure of travelling evidences restlessness and irresolution. Small wonder they
constitute our essential and outstanding qualities”, Michel de Montaigne wrote in his Diary
(Montaigne, 1998: 45). This restlessness the famous French essayist mentions, is only the
manifestation of one of the most inherent human characteristics: identity. In the name of it,
both travelling and literature expand the tension that proposes its limits to the maximum. The
question about the other (the memorable “Je suis une autre”, by Rimbaud), the need to find a
new mask, that other self which could define us, acquires in every trip and in the report of it
the possibility of a better development. What the eccentric, the mythomaniac, spies, as well as
travelling writers of any period teach us, comprises one of the most wonderful aspects of the
pilgrimage art: to run away from the assignation of conventionalism people try to escape
from, in order to give them a new meaning.
Through this fabulous wandering- since they are also related to fables- we can
demonstrate that the ultimate goal of travelers is to make the strange familiar, to include
through evasion a permanent riddle to be sorted out. There exists a truth in imposture, the
dignity of deception, which restores the signals of daily life.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Goethe, Isabelle Eberhardt, Lafcadio Hearn, among other renowned nomads who made
from the art of escaping a permanent game between travelling and literature, are the main
characters of this mask dance which celebrates the secret identity.
Texto
Aquejado por unos cólicos estomacales, el lunes 5 de septiembre de 1580 Monsieur
Michel de Montaigne partió de Beaumont junto a una selecta comitiva – integrada, entre
otros, por su hermano menor, su cuñado y un secretario -, en procura de aguas termales. La
travesía, además de visitar las ciudades con baños curativos más celebradas desde la
Antigüedad, se demoró 17 meses por pueblos y urbes de Alemania, Suiza e Italia. A los 48
años, Montaigne, ya admirado por sus Ensayos, no dejaba de reflexionar acerca de cuanto
veía. Apreciaba las virtudes del viaje independientemente de sus móviles, y la ocasión fue
propicia para recoger nuevas impresiones en un Journal de Voyage. Allí, anotará: “El placer
de viajar es testimonio de inquietud e irresolución, que no en vano son nuestras cualidades
primordiales y predominantes.”
Esa inquietud a la que alude el célebre ensayista francés no es más que expresión de una
de las materias humanas más inmanentes: la identidad. Hombres, pueblos y naciones lucharon
en su nombre a través de siglos, en muchos casos sin poder defender sus banderas con
demasiada convicción. “¿Quién soy?”, es la primer pregunta que subyace cada vez que se
superan los límites naturales del hábitat. En definitiva, el viaje – como la literatura – no hace
más que potenciar el juego de la identidad hasta sus fronteras más extremas. La pregunta por
el otro (el recordado “Je suis une autre”, del iluminado poeta adolescente que fue Rimbaud),
la necesidad de encontrar una nueva máscara, ese otro yo que nos explique, encuentran en
todo viaje la posibilidad de un desarrollo mayor. Un nuevo paisaje, pleno de misterios y pasos
desconocidos, otros olores, otra lengua, poco a poco van modificando la percepción del
viajero respecto a lo que era y lo que es.
Pero hay algo más: una arcana vocación por la posibilidad siempre tangible, siempre
lejana, de otra vida, otro destino. Ese estado potencial se materializa en el cultivo, a veces no
del todo claro, del secreto. La fuga: ahí se establece la utopía moderna. Se sabe de una
agencia de viajes en Milán especializada en la desaparición voluntaria. Este particular
comercio se encarga de ofrecer a sus clientes pasaportes con una nueva identidad y pasajes
con destinos desconocidos bajo eslóganes tan seductores como: “Fúguese. Es su derecho”, o
bien “Parta sin dejar rastros… Y sea Usted”. El viaje, en última instancia, no es reductible ni
a su destino ni a su desplazamiento: consiste, ante todo, en bascular las fronteras de su propia
identidad. Lo que nos enseñan los excéntricos, los mitómanos, los espías, pero también los
inmigrantes de todo tipo, configura uno de los aspectos más bellos del arte de la
peregrinación: pasar desapercibido, escapar a la asignación de los convencionalismos de los
cuales se huye para resignificarlos. La domesticación del planeta en el siglo XIX es
contemporánea a esta voluntad de fuga, a esta cultura del “no saber” que practican los héroes
de doble vida, mudos en la esperanza por acceder a otra existencia, ya sea al precio del
escamoteo o bien de la transplantación. Es en el simulacro que desplazamos nuestra libertad,
parecen decirnos los viajeros. En la apariencia de lo conocido y aquello por conocer es donde
inventamos nuestros espacios, imaginamos nuestros ardides.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
En este mismo sentido, conviene considerar también las razones de Franz Altheim, que
refuerzan la idea de la naturaleza común entre viaje y literatura como posibilidad de fuga: “Lo
borroso e inconcebible, lo peligroso, lo dudoso e inseguro se exterioriza, en primer término,
en la novela, en el dominio psíquico. Pero no solamente el alma está dispuesta a vagar por
espacios ilimitados. Donde prevalecen el elemento nómada, el destierro y el desarraigo, el
viaje se justifica incluso en el sentido geográfico. La experiencia viajera convierte en espacio
la atmósfera que domina la novela. Los protagonistas son empujados no sólo de un peligro a
otro, sino también de un lugar a otro. Viajar significa carecer de nexos; es la forma libre de
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
vivir, si cabe llamarlo así. Por lo tanto, lo proteico de la novela tiene que expresarse por
medio del viaje.” (Visión de la Tarde y la Mañana, Eudeba, 1965).
Esa forma proteica a la que alude Altheim y que subyace en toda novela, encontrará en
la impostura su mecanismo expresivo más eficaz. Y en ciertos casos, ni siquiera resultó
menester apelar a la traslación para demostrarlo. Uno de los ejemplos más tempranos es
proporcionado por un médico jonio conocido como Ctesias de Cnido, quien vivió durante la
segunda mitad del siglo V (a. C.) y construyó uno de los modelos más perfectos en lo que a
artificios literarios se refiere. Durante una batalla, Ctesias fue hecho prisionero y conducido a
la corte del rey persa Artajerjes II. Gracias a sus habilidades, tanto profesionales como
diplomáticas, el médico pudo granjearse la confianza de muchos embajadores y mercaderes
que llegaban desde distintos puntos de Asia hasta una de las cortes más importantes de la
Antigüedad. Así, logró redactar dos libros, Relatos Persas y Sobre la India. Este último
resultará significativo, ya que consolidó a partir de allí el imaginario de la India como lugar
de maravillas que se instaló y atravesó el devenir hasta las mismas puertas del siglo XX. En
su relato, Ctesias proporcionó indicios sobre el río Indo, pero también dio una de las primeras
señalizaciones de los unicornios, describió a hombres con cabeza de can identificados como
cinocéfalos ( 1); conoció al Ave Roc; y habló de unos seres pequeños conocidos como
pigmeos, de cabelleras tan abundantes que las utilizaban como vestidos; contó de árboles que
hablan y otros que derraman lágrimas de resina que dejan caer al río; dijo que existen ciertas
montañas que abundan en oro y plata, custodiadas por grifos, “especie de pájaros
cuadrúpedos del tamaño de un lobo, con patas y garras de león.” (J. Lacarrière, 1986: 434) Y
también describe a la “mastícora”, un animal “que tiene cara humana, el tamaño de un león
y la piel roja del cinabrio. Tiene tres hileras de dientes, orejas parecidas a las del hombre
(...) y su cola se parece a la del escorpión” (J. Lacarrière, 1986: 431).
No menos sorprendente resulta el caso de Sir John of Mandeville, cuyo libro de viajes
concebido en 1360 fue un clásico del Medioevo, e incluso se afirma que afamados navegantes
(Colón entre ellos), lo utilizaron como referencia en sus travesías. Escrito con un estilo que
mereció el elogio del Doctor Johnson, se relata un largo periplo a Oriente y se da cuenta de
las maravillas que allí se encuentran. Los Viajes de Mandeville constan de dos partes. La
primera es un itinerario a Tierra Santa, una especie de guía turística para peregrinos. La
segunda es la descripción de un viaje a Oriente, que va tocando islas cada vez más lejanas,
1
El mito de los cinocéfalos trascendió hasta la iconografía cristiana donde San Cristóbal, santo sirio
martirizado hacia el año 250, es representado con cuerpo humano y cabeza de perro.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
hasta la India y Catay. El libro termina con la descripción del paraíso terrenal y de las islas
que costean el reino del legendario sacerdote Gianni.
En realidad, este supuesto aventurero y marino inglés, no fue otro que el francés Jean de
Bourgogne (Saint Albans, 1300-Lieja, 1372), un impostor sumamente dotado para la prosa
que se valió fundamentalmente de la Relación de Viaje de fray Oderico da Pordenone para
recrear uno de los mayores textos de viaje de la historia sin salir de su morada. En su libro El
queso y los gusanos, el historiador italiano Carlo Ginzburg señala que el texto original de los
Viajes de Sir John de Mandeville está en francés y fue escrito probablemente en Lieja, a
mediados del siglo XIV, aunque no dice por quién. "Los Viajes - apunta Ginzburg - son en
esencia una recopilación basada en textos geográficos o en enciclopedias medievales como la
de Vicenzo de Beauvais. Tras una vasta circulación manuscrita, la obra pasó por diversas
ediciones impresas, en latín y en las principales lenguas europeas". (Ginzburg, 1988: 165).
Lo que realmente interesa, en este caso, es la forma en que trascendió y sobrevivió, ya como
testimonio de viaje (aun fraguado), pero también como artilugio literario.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Cada uno viaja a bordo de sí mismo como puede, sin excepciones. Son muchas las
teorías que se acumulan al momento de explicar la relación entre el yo y el mundo que tejen la
trama narrativa de todo viaje. Para algunos, viajar implica ante todo permanecer como
extranjero no sólo ante el prójimo, sino también ante sí mismo. El viaje cobra así la dimensión
de un acto de distanciamiento, de recogimiento sistemático por el cual, al abrigo de una cierta
ostentación, de un proyecto de observación o incluso un deseo de protección, el viajero
muestra su diferencia, exhibiendo y agitando una gran bandera a cuadros como signo
inequívoco de su exterioridad. El misionero, el etnólogo itinerante, un marciano o la versión
más ortodoxa y ramplona del turista, figuran como tópicos de este amplio catálogo.
2
Xavier de Maistre, un poco a la sombra de su hermano, el filósofo Joseph, tuvo tan buena aceptación por
su obra que 30 años más tarde volvió a insistir sobre el tema con Expédition nocturne autour de ma chambre
(1825). En la misma línea, merecen visitarse À Rebours (1884) de J.K. Huysmans, así como Viaje de un
sedentario(1918), de F. de Miomandre. En un sentido semejante, puede considerarse como epígonos del Viajero
Inmóvil al propio Marcel Proust, o incluso a Fernando Pessoa, quien no se aventuró por espacios ajenos sino por
el interior de sus propios parajes a través de los heterónimos. Aunque Pessoa cuenta con un antecedente como
Viajero Invisible: su primer obra, concebida en Durban, Sudáfrica, fue un conjunto de sonetos isabelinos escritos
en un inglés anacrónico.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
que estudia. En su versión más extrema, encontramos a escritores cuya identificación con la
nueva realidad es tan absoluta que los lleva a sumergirse en ella hasta evaporar cualquier
signo de su antiguo yo. T. E. Lawrence, Pierre Loti, Isabelle Eberhardt o Lafcadio Hearn,
representan con claridad esta genealogía.
Y también están aquellos para quienes viajar implica ser al mismo tiempo nativo y
extranjero no sólo del nuevo espacio, sino también de sí mismo. También aquí se puede
hablar de diversos grados de aplicación de esta teoría, que va de la participación a la
simulación. El viaje es considerado como un rito de transición, hasta de interferencia, por el
que, en el cuadro de una incorporación activa más o menos elaborada del visitante a la
sociedad visitada, el visitante, sin revelar un contorno identitario preciso, de status propio o
definido, ni totalmente dentro ni totalmente fuera, deviene en un desconocido familiar, a la
vez parecido y diferente. Personaje ambivalente, este viajero resulta, no obstante, tan ambiguo
que, en ciertos casos, es menos visto (cuando lo es, claro) que espiado, siendo supuesto por el
nativo. En su forma más modesta, aparece nuevamente la figura del etnólogo, sólo que en este
caso como observador participante – entre el simulacro y la ambivalencia visible. “El Doctor
Malinowski ha vivido como un indígena entre los indígenas.”, escribió James Frazer (J.G.
Frazer, 1963: 45). En su forma más extrema, es posible recordar a escritores y transformistas
como Richard Burton, John Lewis Burckhardt, Alexandra David-Néel, Maryse Choisy y
muchos otros. Por medio de la simulación y la ambivalencia invisible, lograron la total
desaparición de sus diferencias.
Entre estas diversas formas del viaje se sitúa el territorio del Cuarto Viajero, aquel
ubicado en un territorio intermedio entre el Yo y el Otro. Algunos ni siquiera alcanzan a
penetrar jamás una posición, demorándose en una orilla, lo cual, desde un punto de vista
cognitivo, no es la peor de las actitudes a pesar de lo que podría pensarse. Al menos, cuando
la observación se nutre de este privilegio, la exterioridad le permite descubrir al extranjero
aquello que se le escapa al nativo. Sin embargo, esta exterioridad se convierte en un obstáculo
cuando la distancia que ella instaura procede del desprecio, del desdén o la desconfianza,
signos particulares de un inmutable etnocentrismo. Este viajero inmutable, existe. Se trata del
observador observante que no se percibe a sí mismo como observador observado inscripto en
una relación de reconocimiento recíproco. Es precisamente la percepción de esta situación la
que provoca en el viajero esta toma de conciencia decisiva: ser un intruso. Se suele afirmar
que Cristóbal Colón descubrió América, pero siempre se olvida que América permitió
descubrir a Cristóbal Colón. Este “olvido” funde el punto de vista del observador observante
que no se concibe a sí mismo siendo el Otro. Georges Perec imagina, con humor, que la
reacción del primer indio que vio a Colón fue la de gritar: “¡Eh, muchachos, al fin nos
descubrieron!” (Perec,1974: 102).
Otros viajeros, en cambio, se entregan con placer al universo desconocido. Según una
estrategia inversa, la observación se nutre de un privilegio complementario: el de la
interioridad. Aunque a algunos, ya se ha mencionado, les cuesta salir y se quedan encerrados
en su propio yo. Al hacer esto, en la relación entre sí y lo ajeno, pasan de lo exótico a lo
endótico, intercambiando una ventaja por otra. Cambiando de mundo, cambian de centro y la
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
identificación acaba por perder toda distancia; en otras palabras, lo que finalmente se invierte
es un etnocentrismo por otro.
Casi seis siglos y medio después, en 1986, el periodista alemán, Gunther Wallraff
capturó la atención del mundo al travestirse en turco y convertirse de este modo en el héroe de
un viaje al sombrío país de los emigrados. Esta obra, cuyo título original Ganz Unten fue
correctamente traducido en un sinfín de lenguas como Cabeza de Turco, explotaba los dos
significados de su enunciado, tanto el sociológico como el etnológico. Escribe Wallraff que su
intención fue procurar descubrir “lo que se trama en estos mundos lejanos y secretos que
hemos ido a visitar.” (Wallraff, 1987: 97) Mundo exótico y cercano a la vez, cabría decir,
toda vez que medido en distancia, para Wallraff resultó insignificante: sucedía en la misma
ciudad en la que creció y vivió. En forma paralela a la denuncia de las condiciones de vida de
los emigrantes turcos en Alemania, convive en dura lucha la “otra” aventura, la de su viaje
personal, su metamorfosis en un ser distinto que no logró ser reconocido siquiera por su
madre. En ese proceso radica la esencia de su viaje: la fábula bajo la fábula. Wallraff, por
supuesto, no fue el único. Actores, autores o personajes, existe toda una tradición en la
literatura que nos habla de mendigos, desclasados, nómades furtivos o subrepticios peregrinos
que escapan de alguna manera al viaje visible. Más allá del síndrome social, notamos los
primeros indicios de una convergencia. Se sugiere una evolución en las representaciones
colectivas del Viaje en el filo del cual los héroes pasan poco a poco de la luz a la sombra.
Toman por caminos tenebrosos y pistas invisibles, exploran mundos paralelos, se maquillan o
se funden en las muchedumbres de los bajos fondos.
Se corporiza así el sueño del Doctor Jeckyll: el escritor es el viajero que huye por las
sombras de su perdida identidad. Hay todo un eje literario entre la segunda mitad del siglo
XIX y comienzos del siglo XX, que podríamos situar entre el Viaje al Centro de la Tierra, de
Julio Verne (1864), vía Aziyadé, de Pierre Loti (1879) hasta El Agente Secreto, de Joseph
Conrad (1907), que explotan con fortuna esta idea del viaje y dobles identidades. Los géneros
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Pierre Loti invocará en nombre de la libre circulación del buen viajero por tierras
extranjeras, la necesidad de este arte de la simulación. Con Loti, así como Eberhardt, Caillié,
Burckhardt, Hearn y otros más que contribuyeron a la evolución moderna de este tipo de
viajes, se instala con insistencia la misma pregunta: ¿hasta qué punto esta práctica de
transmutación no obedece más a un secreto placer que a una necesidad? En verdad, todo hace
sospechar que, antes que un medio, una astucia o una seguridad, esta forma de viajar, de
parecer y no parecer, obedece a un fin en sí mismo, una manera de ser.
Isabelle Eberhardt, a quien sólo 27 años le fueron suficientes para condensar una vida
novelesca, resulta un excelente ejemplo de esto. El 21 de octubre de 1904, la ciudad argelina
de Ain-Sefra (Fuente Amarilla), se vio superada por la crecida de los ríos Sefra y Mulen. En
su furia, un limo ocre sepultó a la ciudad que vigilaba el desierto, y con ella, a una buena
cantidad de rebaños y 26 personas. El dolor lógico que provoca toda pérdida humana se vio
potenciado porque entre las víctimas figuraba Isabelle Eberhardt o, si se prefiere, Mahmoud
Saadi, Nadia, Mariam, Nicolai Padolonski... Morir sepultada por las aguas en las puertas del
desierto no hizo más que responder a los hados ocultos de un destino literario, expresado tanto
en las letras como en la encarnadura de sus días. Suiza de nacimiento, hija ilegítima de un
anarquista ruso que funcionó como su mentor, Isabelle comenzó su metamorfosis a los 18
años, cuando se traslada junto a su madre a Túnez. Cambia sus vestidos europeos por una
larga chilaba blanca, fuma kif y comienza a hablar árabe con una rapidez sorprendente.
También profundiza sus estudios de árabe clásico y establece íntimos lazos con la historia de
ese país que un día considerará suyo. Por si faltara algo, las dos mujeres se convierten al
Islam. Sueña con ser escritora y ama el desierto más que cualquier otra cosa. A los dos años,
su madre muere. Sola, sin dinero ni contactos, comienza a vagar por los desiertos del Suf.
Luego se traslada a Argel, donde se esfuerza por captar el alma de cosas y personas,
empapándose de ellas, buscando confundirse camaleónicamente con la gente y el paisaje. Y lo
hace de modo literal. Mientras bajo la luz del sol sumerge su condición femenina en el fervor
religioso, por las noches se traviste y se funde en la barahúnda de los cafés de la casbah. Ebria
de kif, licor o palabras, seduce a los hombres mediante su androginia. En sus diarios dejará
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
testimonio de aquellos días: "¡Qué borracheras de amor bajo aquel sol ardiente! Mi
naturaleza también era ardiente y la sangre me fluía con una rapidez febril por mis venas
infladas de pasión" (Eberhardt, 1988: 257). Pero el vértigo de su impostura la conducen hasta
límites peligrosos, al punto que se atenta contra su vida y luego será expulsada por conspirar
contra la administración colonial. "Estoy solo", escribe, en masculino, por aquellos días.
"Estoy solo, como siempre he estado en todas partes, como lo estaré siempre en el gran
universo, maravilloso y decepcionante". Ese "je suis seul" con el que inicia sus diarios
íntimos, no es fruto de un error gramatical sino de una elección premeditada. El uso frecuente
de distintos seudónimos, así como la alteración de sus referentes biográficos, termina por
convertirse en su verdadera personalidad.
Si el valor del disfraz responde a su función práctica, a una estrategia montada sobre
territorio extraño, ¿por qué Loti la seguirá cumpliendo hasta el fin de sus días, haciéndose
fotografiar en su casa de Hendaya ataviado a la manera oriental y rodeado por un bazar
sobrecargado de objetos folklóricos otomano? ¿Debido a qué bizarra razón prolongó su
existencia cotidiana en el juego “transidentitario”, este vuelco de la personalidad ya efectuado
a través de la ficción? Loti, cuyo verdadero nombre era Julien Viaud, mezclará fábula y
realidad para acabar adoptando como nombre de autor el de su héroe novelístico en Aziyadé.
Y en la misma línea, no se puede dejar de recordar a Karl May ( 3), otro mitómano
contemporáneo de Loti, una suerte de Verne del Rin, quien, sin haber salido nunca de Dresde,
pretendía haber llegado al Nuevo Mundo. De hecho, transformó su residencia en el primer
museo dedicado al Far West en la Alemania imperial como culminación de una vida
emplazada desde sus orígenes bajo el signo del fraude y la impostura. Dijimos: Eberhardt,
Loti, May. Y también Lafcadio Hearn, posiblemente el más peculiar de los “escritores-
camaleones” modernos. En efecto, Hearn fue una suerte de Zelig perfecto. Su vida tiene un
paralelo con la de Isabelle, sólo que al doblarla en años, también la dobló en vidas ( 4). Ya
predestinado desde su nombre, Hearn nació en la isla griega de Lafcadia en 1850 (igual que
Loti). Su madre era natural de la isla, en tanto el padre un militar británico que trasladó la
familia a Irlanda, su nuevo destino. La mujer, incomunicada y con nostalgias del sol, un día
desapareció. Lafcadio fue encomendado a una vieja tía en Gales, con quien no tuvo una
infancia demasiado feliz. Luego de realizar el bachillerato en Francia, vuelve a Gran Bretaña
para comprobar que nada lo une a ese lugar. Emigra a los Estados Unidos. Se destaca como
un buen periodista policial en Nueva York primero y luego en Nueva Orleans, pero el amor
de una mujer de color, etíope para más datos, lo segrega. Se instala en Cincinatti, donde sigue
ejerciendo el periodismo (entre otras cosas, es uno de los primeros en apreciar y escribir sobre
el blues). Al fin, debido a nuevos problemas laborales, instala una casa de comidas. Acaba por
intercambiar recetas con los haitianos y otros caribeños que trabajan en los algodonales.
3
Karl May (1842-1912), quinto hijo de una pobre familia de tejedores, fue maestro. Luego, a merced de
sus necesidades económicas y vagabundajes delictivos, cambiará de identidad. Antes de consolidarse como un
escritor muy popular, será encarcelado durante siete años acusado de robo y falsificación. Karl May comienza a
publicar hacia 1875, y es recordado como el creador de Winnettou, su héroe indio.
4
Para acentuar aún más la lógica del absurdo, Eberhardt y Hearn, quienes no se conocieron en vida y con
casi total certeza se puede afirmar que no tuvieron la menor idea el uno acerca de la existencia del otro,
admiraron y tradujeron a un mismo autor: Pierre Loti. En el juego de las paralelas, Eberhardt muere a los 27
años, en tanto que Hearn a los 54 (exactamente el doble) pero con escasos días de diferencia: octubre de 1904.
445
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Fascinado por sus historias, les brinda comida gratis a cambio de escucharlas. Obviamente, en
poco tiempo no puede sostener su comercio, pero edita un libro titulado Gombo Zobe, un
híbrido de relatos y secretos de la cocina créole. Se marcha a Martinica y durante dos años se
dedica a recopilar historias locales. Escribe una novela, Chita, y varios conjuntos de cuentos.
Pero el clima no le resulta benigno y vuelve a los Estados Unidos. Luego de meses sin
ocupación, le ofrecen viajar a Japón para ser corresponsal de un periódico neoyorquino.
Acepta, pero al llegar a Yokohama se entera que el contrato se deshizo. Tiene 40 años y se
encuentra solo en Japón, sin conocimiento del idioma ni de su cultura. En poco tiempo, no
obstante, todo habrá sido superado. Se casa con la hija de un samurai, se convierte al
budismo, rescata viejas historias de fantasmas de la tradición local que transforma en relatos
perfectos, hasta convertirse en el escritor moderno más importante del Japón. Cuando fallece,
ya como Yakumo Koisumi, muchos creen adivinar en su rostro manifiestos rasgos orientales.
A fin de cuentas, como bien expresa Morand, “el verdadero viajero, como el lobo, muere en
su piel” (P. Morand, Le Voyage, p. 145).
Sumergidos en lo Invisible
La invisibilidad. Nos enfrentamos a una suerte de Jano enmascarado. Doblemente
enmascarado, debido a que este antiguo dios del panteón romano poseía dos rostros opuestos,
uno delante y otro por detrás. En eco con la dualidad de esta figura mítica, la discusión acerca
de la auténtica identidad de Jano se expresa en estos términos: de acuerdo a algunos
historiadores ( 5), Jano era al mismo tiempo nativo y extranjero en Roma, donde habría
reinado y vivido como exiliado, ya que era originario de Tesalia. Esta doble condición, nativo
y extranjero, define de algún modo la sensibilidad existencial de nuestros escritores viajeros.
En síntesis, a este viajero particular, que gusta del doblez, le está dado alcanzar lo
inaccesible: el otro tal como es en sí mismo, en su más pura intimidad. El intruso es
imperceptible y, por tanto, su profanación críptica. A través de este subterfugio que le permite
5
Uno de los más antiguos dioses del panteón romano, Jano está representado provisto de dos rostros
contrapuestos, uno por delante y otro por detrás. Resulta particularmente interesante notar, en eco con la
dualidad de esta figura mítica, que la identidad de este dios se presta a discusión en los mismos términos en que
es representado: para algunos investigadores Jano era natural de Roma en tanto que otros lo hacían extranjero.
Para mayores detalles, ver Dictionnaire de la Mythologie Grecque etRomaine, de Pierre Grimal.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Pierre Loti, el escritor, explora en su novela Aziyadé los efectos afectivos e identitarios
del estratagema que posibilita la nueva dimensión psicológica del viajero invisible. Loti, el
personaje, no es un explorador o un etnógrafo, y lo que la novela narra no pretende ser una
descripción de los turcos. Ni siquiera puede hablarse de un viaje a Turquía. Es, ante todo, el
relato imaginario de una experiencia extrema de duplicidad llevada hasta sus últimas
consecuencias: la locura y la muerte. Aziyadé es la relación de una metamorfosis absoluta, o si
se prefiere, la historia de un viaje sin retorno hacia lo desconocido que puntúa la muerte del
yo, un drama donde la identidad mimetizada sumerge a la original en una irreparable asfixia.
Los capítulos de la novela de Loti no reproducen tanto evocaciones pintorescas de las furtivas
escalas que conforman las etapas decisivas de una desaparición, como el vértigo que provoca
el salto mortal en lo invisible. Si Livingstone, agotado al cabo de tres años perdido en África,
tuvo un Stanley para salir a la superficie, y Ridgewell, a quien se creía muerto, vivía feliz en
el corazón de la jungla entre los arumayas, Loti, solo y sin salvador posible, no retornará.
Teniente de la marina inglesa, morirá en combate bajo otra piel, como Arif Ussam, oficial de
la armada turca. Punto final de su destino, será inhumado entre “los bravos defensores del
Islam”. Al igual que en el caso de la “desaparición” irrevocable de Isabelle Eberhardt, parece
dibujarse la curva más perfecta de lo incógnito: el artificio acaba por reconocerse como real.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
darme cuenta de ello.” (Loti, 1936: 70). Y poco después, habrá de reconocer: “Con
frecuencia me cuesta trabajo creer que Arif soy yo; pero estoy tan lejos de mí mismo y del
que he conocido por 27 años, que prefiero tomarme por otro.” (Loti, 1936: 152). Llevando el
uniforme de yuzbatí que va a conducirlo a la muerte, Loti declara: “El que estaba allí no se
llamaba Loti, sino Arif, el yuzbachí Arif-Ussam. Yo había solicitado ser enviado a la
vanguardia...” (Loti, 1936: 274).
Pero antes de que su cuerpo se resuma en el suspiro final, se habrá extinguido Loti y la
identidad que portaba Loti. El Otro también fue sorprendido por su máscara y será tragado por
el fantasma que le dio vida, mudado en un otro yo, un ego alter. Es como si el doctor Henry
Jeckyll muriese al mismo tiempo que asesina a su doble maléfico. “¿Morirá Hyde morirá en
el patíbulo, o encontrará a último momento el coraje suficiente para liberarse?” (Stevenson:
1972, 103).
Loti se libera, pues Loti ya no es más Loti. Tanto viaje de ida y vuelta entre el intruso
que era y el nativo que es, terminó por resultar imposible. Extranjero de sí mismo (una suerte
de Mersault avant la lettre, delinea – al igual que algunos personajes de Simenon – la figura
del héroe existencial trabajada décadas más tarde por Camus y otros), Loti no se soporta más.
Tan intolerable le resulta su metamorfosis, que un día retoma su “uniforme de Occidente,
sombrero e impermeable gris”, y en sus propias ropas se ve a sí mismo como un impostor:
“Creo que mi propio traje es el vuestro y no el mío, con el que ahora estoy disfrazado” (Loti,
1936: 261). La inversión resulta total y definitiva, y la fobia de sí, de su primer yo, alcanza
una dimensión tal que pierde todo encanto el placer de la duplicidad. Alexandra David-Néel,
definitiva maestra de la impostura, al término de su viaje revela la carta triunfal: “Cuando me
presenté en el bungalow (un puesto de avanzada inglés en la ruta entre la India y Lhasa), para
solicitar hospitalidad, el primer europeo quedó mudo de estupefacción al escuchar por
primera vez a una `tibetana´ expresarse en inglés”. (David-Néel, 1989: 254).
Aquí, entre los límites trazados por la alteración travestida y el abandono de sí (como se
abandona un navío) para objetivar la plena identificación con el otro, se sitúa el universo del
Viajero Invisible. En pos de conseguir los resultados más óptimos como practica de libertad y
abstracción social, resulta indispensable que la reversibilidad de roles sea siempre posible, no
abandonar nunca el poder de romper, suspender o retomar la partida. En el prólogo a la
edición francesa de Aziyadé, hace notar Roland Barthes que el viajero clandestino no es un
travesti en un sentido estricto: “¡Mi alma contra un vestido! Los travestis son cazadores de la
verdad: nada puede causarles más horror que descubrirse `disfrazados´. Existe una
sensibilidad moral en la verdad del vestido y esta sensibilidad, cuando se hace presente, es
muy recelosa. El coronel Lawrence debió superar muchas pruebas para adquirir el derecho
de llevar el chan saudí. El teniente Loti, en tal sentido, es un fanático del travestismo.”
(Barthes, 1972: 181) De este modo, indica que Loti no se entregó solamente a la estratagema
del disfraz, sino al contenido más profundo que entraña todo acto de enmascaramiento:
terminar por ser el Otro. El Viajero Invisible es un polizón en piel prestada, que vive en un
permanente estado de argucias, de continua elusión de lo conciente. No pendula entre dos
identidades, la duda no figura en su patología. El disfraz adquiere en él el grado de una
sensibilidad ética: su vestimenta no es sólo signo de identificación con el Otro, sino también
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
El Viaje implica no solamente un móvil, sino también una idea; no es únicamente una
acción, sino una interpretación del mundo; y más allá de reproducir una imagen de la
existencia, adquiere asimismo otra dimensión como una categoría fundamental del
imaginario. Si para algunos “la humanidad culmina en las fronteras de la tribu” (C. Lévi-
Strauss, 1973: 384), el viaje comienza apenas superada la puerta de la monotonía. Sin la Idea
del Viaje, no sería posible concebirse, agradarse o compadecerse en tanto ser nómada o
sedentario. Esta idea induce al movimiento como posibilidad, elección o necesidad, de modo
tal que no posible concebir la vida sin ella. El Viaje vale como recuerdo, aventura o ritual,
pero también como proyecto y certeza. En suma, ya bajo su forma virtual o cumplida, el viaje
es una de las metáforas más poderosas y comprende también a quienes jamás han partido.
Bibliografia
Adams, P. G. Travellers and Travel Liers, 1600-1800. New York, Dorer Pub. Inc.,
1980.
Barthes, R. Degré Zéro de l´Ecriture, suivi de Nouveaux Essais Critiques. París, Ed. du
Seuil, Coll. “Points”, 1972.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Choysi, M. Un mois chez les hommes. París, Les Editions de France, 1929.
Hean, L. Lafcadio Hear: Japan´s Great Interpreter. Kent, Japan Library, 1992.
Loti, P. Voyages (1872-1913). París, Robert Laffont, 1991. Edición de Claude Martin.
Mandeville, J. Los Viajes de Sir John Mandeville. Barcelona, Cátedra, 2001. Traducción
y Edición a cargo de Ana Pinto.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Stevenson, R. L. El Extraño Caso del Doctor Jekyll y Mister Hyde. Buenos Aires,
CEAL, 1972.
Todorov, (et al.) Cruce de culturas y mestizaje cultural. Madrid, Júcar, 1988.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Abstract
Seleccionamos un grupo de viajeros naturalistas (Francisco P. Moreno, Ramón Lista,
Carlos Moyano y Luis Jorge Fontana) porque nos permite analizar su mirada de la naturaleza
y la sociedad, sobre un territorio que se está por incorporar definitivamente a la nación. Son
hombres muy vinculados a las sociedades científicas del momento y al poder político, lo que
nos permite también estudiar la relación ciencia y política. La matriz que direccionó su mirada
fue el positivismo.
En el siglo XIX, el científico fue como un héroe ejemplar, capaz de abrir las puertas del
futuro, iluminando cada rincón del mundo, los viajeros incansables funcionaron como
metáfora de la razón buscando las certezas y erigiendo el progreso como modo hegemónico
de relacionarse con otras formas de la cultura.
In the 19th century, the scientist was seen as an exemplary hero, capable of opening the
doors of future, and enlightening every corner of the world; and the tireless travellers
functioned as a metaphor of reason searching for certainty and placing progress as the
hegemonic way of relating to other forms of culture.
After the military conquest, explorers who came from museums travelled through
Patagonia collecting the natives´ skeletons, fossils and archaeological remains. There was
great interest in Patagonia as there was a general attempt to unveil the mystery of the origin
of both organic life and the geological eras.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
We are going to deal particularly with the way in which the territory and its native
inhabitants were described by these travellers, and their ideas on what to do with both of
them.
En el siglo XIX, el científico fue como un héroe ejemplar, capaz de abrir las puertas del
futuro, iluminando cada rincón del mundo, los viajeros incansables funcionaron como
metáfora de la razón buscando las certezas y erigiendo el progreso como modo hegemónico
de relacionarse con otras formas de la cultura. La legitimidad política desde el último tercio
del siglo XIX en América Latina, se sustentó en una serie de ideas filosóficas y sociales que
proclamaron el triunfo de la ciencia.
Desde el plano gnoseológico y en forma sucinta pueden señalarse algunos de sus rasgos:
En el último tercio del siglo XIX se destacó la obra de Charles Darwin. Para el objetivo
de este trabajo, que tiene que ver con los viajeros de formación naturalista que visitaron
Patagonia, es importante detenerse en Darwin pues ejerció mucha influencia no sólo por sus
ideas sino por las impresiones sobre la región vertidas en su libro Viaje de un naturalista
alrededor del mundo, a bordo del velero Beagle bajo el mando del Capitán Fitz Roy, en 1834.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
primeras traducciones a nuestro idioma fue tan intenso que estoy inclinada a pensar que no
pocas personas iniciaron sus contactos con las ideas de Darwin a través de la lectura de los
textos de Haeckel, obras estas que mantenían la doble perspectiva de aumentar las pruebas
científicas del transformismo y permitir una amplia popularización de las mismas.”
(Barrancos, 1992: 13)
Es necesario aclarar que no debe equipararse darwinismo con lo que se conoce como
darwinismo social. Había una necesidad de justificar al capitalismo triunfante, aún en sus
facetas más inhumanas. Como lo sostiene Lukacs, se llevó a cabo una apología del
capitalismo sobre bases seudodarwinistas. Darwin mismo nunca simpatizó con estas
aplicaciones del evolucionismo. Las notas distintivas del darwinismo social son (Lukacs,
1983: 554):
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Otro referente teórico importante, al menos para Francisco P. Moreno, fue Paul Broca
(1824- 1880), médico y antropólogo francés, quien ideó distintos métodos de medición de
cráneos. En 1859 fundó en París la Sociedad de Antropología y en 1876 la Escuela
Antropológica. Tuvo este autor mucha influencia en Moreno, con quien se mantenía en
contacto. En 1874 Broca publicó en la Review d’ anthropologie que él editaba, un artículo de
Francisco Moreno titulado “Description des cimétieres et paraderos prehistoriques de
Patagonie”.
La ciencia ha sido considerada como paradigma del bien y de la verdad, que hace
posible la evolución y el progreso de la sociedad, no sólo desde el poder sino que permeó el
pensamiento de anarquistas y socialistas. Irina Podgorny (Podgorny, 1997: 37 y38) destaca la
percepción pública de la ciencia, refiréndose al caso de Florentino Ameghino y el culto
popular que genera su figura y remite a Dora Barrancos, quien trabajó los mecanismos del
montaje de una cultura popular basada en la divulgación científica por parte de algunos
sectores del Partido Socialista. (Barrancos, op. cit)
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
En sus escritos refieren unos a otros. Lista cita a Fontana, Moreno a Moyano y
viceversa. Comparten exploraciones, el sentirse también los primeros hombres civilizados que
transitan la región patagónica. Los une una idea fundacional. Por ejemplo Lista explica
cuando:
Eramos nosotros los primeros hombres civilizados que pisaban aquella región cuyo
desoladora specto hacía pensar en las primeras edades del mundo”. (Lista, 1975: 90)
Casi todos sus viajes fueron auspiciados y costeados por el gobierno nacional, el
gobierno provincial o por la Sociedad Científica Argentina pues se estaba llevando a cabo la
incorporación de Patagonia, impregnada de un fuerte sentido nacional.
¿Quiénes eran?
Francisco P. Moreno (1852- 1919)
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
posteriormente. Los ejemplares de las publicaciones debían ser entregados a bibliotecas del
país y del extranjero.
Mantuvo Moreno a lo largo de su vida relaciones con los más influyentes hombres
políticos del país, caso del General Roca, con quien se carteaba asiduamente en sus viajes;
con Exequiel Ramos Mexía, Ministro de Agricultura y Obras Públicas en distintas
administraciones de gobiernos oligárquicos, así como otros ministros; con Estanislao
Zeballos; con Bartolomé Mitre, quien le publicó artículos suyos en el diario La Nación, así
como con directores de otros diarios importantes de la época; con Ramón Lista, Luis Jorge
Fontana, Carlos Moyano, quienes fueron compañeros de Moreno en algunos de sus viajes, y
que luego llegarían a ser gobernadores de Territorios Nacionales.
Escribió gran cantidad de obras científicas, sobre la cuestión de límites y sus viajes a
Patagonia. Entre estas últimas pueden citarse:
457
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
y se internó por el río Chico 15 leguas más allá del Chalía hasta sus nacientes. Lo
acompañó Carlos Moyano. Realizó además el trayecto de Río Gallegos a Punta
Arenas;
• En 1880 viajó de Patagones a San Antonio;
• En el año 1885 emprendió un viaje del río Negro al Deseado, en compañía, entre
otros de carlos Burmeister.
• En 1886 exploró Tierra del Fuego. El itinerario de la exploración se inició en Cabo
San Sebastián y se prolongó a lo largo de la costa atlántica hasta la Bahía Buen
Suceso, para luego doblar hacia el oeste y recorrer el litoral del Canal de Beagle
hasta Punta Arenas. Bautizó como Pellegrini al hoy río Grande y tuvo encuentros
muy desafortunados con los onas, ya que Lista y los soldados que lo acompañaban
mataron a veintiocho de ellos.
• En 1890 realizó la expedición a la región de los Lagos, en la parte austral, con el
fin de verificar la navegabilidad del río Santa Cruz, que sólo parcialmente habían
recorrido Valentín Feilberg y Francisco Moreno. Lista navegó el río y el Lago
Argentino. Fue la primera embarcación a vapor que remontó el río y navegó ese
lago. 1 En otro viaje de exploración en 1892 llegó al Payne.
Al igual que Moreno, escribió libros y artículos de carácter científico sobre sus viajes.
Mencionaremos sólo algunos:
1
Este dato lo cita Tomas Auza en el Prólogo a: Lista, Mis exploraciones y descubrimientos en la
Patagonia, p. 19.
2
Amaya, Lorenzo, Fontana , el territoriano. Sostiene que su verdadera vocación estaba realmente en la
exploración y la guerra.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
del Territorio Nacional de ese nombre. Participó de varias campañas del Chaco y fue
funcionario durante una década. Una de sus obras más importantes fue El Gran Chaco,
concluida en 1878, y publicada en 1881 que dedicó al Presidente Avellaneda.
En este texto, Fontana realiza una prolija y mesurada descripción del territorio y sus
habitantes indígenas. Tiene consideraciones de tono humanitario respecto a los indios pero
hay que advertir que esas opiniones las emitió en plena ofensiva militar frente a dichas
poblaciones. Fontana fue integrante de la campaña de Uriburu al Chaco en 1870, avanzando
desde Jujuy hasta Corrientes a través de ese territorio bordeando el río Bermejo. Le
sucedieron otras acciones militares:
En 1885 encabezó una expedición a los valles cordilleranos en busca de tierras fértiles
que se conoció como Expedición de los rifleros del Chubut. La misma siguió el río Chubut
hasta su confluencia con el Tecka; por ese valle continuó hacia el oeste hasta descubrir los
valles andinos entre los que sobresalía el que Fontana denominó 16 de octubre y que los
galeses llamaron Cwm Hyfryd (Valle Encantado). En ese viaje se descubrió un lago que sus
acompañantes bautizaron como Fontana. Bajaron por el río Senguer hasta los lagos Musters y
Colhue Huapi, regresando al Chubut por el valle del río Chico. El gobierno nacional autorizó
una completa exploración y relevamiento del territorio que cumplió Fontana en cuatro
sucesivas expediciones. A principios de 1888 fundó oficialmente la colonia 16 de octubre.
Los galeses “fueron a la zona andina porque estaba en sus planes el fundar nuevas colonias en
la Patagonia porque el Valle Inferior del Río Chubut resultó pronto insuficiente y también
porque pensaron en la posibilidad de explotar los recursos mineros”. (Roberts, 1985: 5)
459
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
• En 1876/77 exploró junto con Francisco Moreno las nacientes del río Santa Cruz,
navegando el Lago Argentino. En ese viaje Moreno representaba al naturalista que
recolecta los restos fósiles para el museo y observa el comportamiento indígena.
En cambio, Moyano era el práctico empresario que se interesaba por la
navegabilidad del río, la apertura de caminos, los mejores lugares para colonizar.
• El 15 de septiembre de 1878 Moyano partió de Misioneros (en Santa Cruz) con
Ramón Lista en busca de las nacientes del río Chico.
• En el año 1879, se encontraba en la búsqueda de un paso a través de la cordillera o
bien recorriendo el Lago San Martín.
• En 1880 realizó una de sus expediciones más fructíferas, que abrió el camino para
conducir arreos de hacienda desde el norte (Patagones) hasta Santa Cruz. El
itinerario que realizó Moyano partió desde la localidad de Santa Cruz, por el río
Chico, cruzando todo ese territorio hasta la cordillera. Rumbo al norte, siguió el río
Senguer hasta los lagos Musters y Colhue Huapi, para continuar por el Chico y el
Chubut hasta la colonia galesa.
En ese viaje reconoció el lago Ghio, otro al que denominó Buenos Aires, y un cerro que
llamó Zeballos, todos en territorio de la Gobernación de Santa Cruz.
Eligió el camino de la precordillera porque había más aguadas para los animales y no
continuó el viaje de la colonia galesa al norte porque era una ruta ya transitada.
• En 1882, halló un camino paralelo a la costa que comunicaba Puerto Santa Cruz y
Puerto Deseado.
• El 2 de diciembre de 1883 recorrió las nacientes de los ríos Coig y Gallegos. En
noviembre de 1889 explora la zona cordillerana situada entre los paralelos 41 y 50
grados de latitud sur.
Como premio por haber abierto el camino de los arreos, en 1884 el Congreso Nacional
decidió entregarle cuatro leguas de campo sobre la margen sur del río Negro. Fue propietario
de la estancia La Etelvina en el sector denominado Juan de Garay, cerca de Río Colorado.
Fue el primer Gobernador del Territorio Nacional de Santa Cruz desde 1884 hasta su
renuncia en marzo de 1887. Realizó viajes a Malvinas y Punta Arenas donde se contactó con
460
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
personajes como los Menéndez, los Fenton y otros, que se convirtieron en grandes
propietarios de tierras en Santa Cruz. Los trámites requeridos para acceder al arrendamiento o
a la compra de tierras permitieron la aparición de los intermediarios, ya sea en calidad de
gestores o de personas con decisión y/ o influencia política. Carlos Moyano se destacó en el
segundo grupo. Algunos terratenientes incluso se quejaron por lo abusivo de sus comisiones.
(Barbería, 1995 : 93 y 94. Martinic Beros, 1976: 11 a 15)
Moyano, en enero de 1885 viajó a Punta Arenas para entrevistarse con José Menéndez y
otros empresarios ganaderos con el fin de ofrecerles tierras. Así comenzó la ocupación de las
mejores tierras al sur del río Coyle.
Entre 1880 y 1920, Santa Cruz era un área periférica del sur chileno “en razón de que
así como los capitales que darán comienzo a la ocupación se originaron allí, también los
ingresos que generaron se dirigirán a Punta Arenas; salvo las inversiones requeridas para el
funcionamiento de los establecimientos ganaderos y de los edificios de las casas comerciales
y bancarias, el resto fue girado a ese lugar, y más tarde a otros puntos”. (Barbería, ídem: 65)
El sur, tanto para los gobiernos chileno como argentino, se pensaba más como
vinculado a un poblamiento ganadero que humano, de allí que no florecieron centros urbanos
importantes, excepto Punta Arenas. Entre 1880 y 1920, del lado argentino, sobrevivían dos
pequeñas poblaciones: Río Gallegos y Puerto Santa Cruz, con 145 y 46 habitantes
respectivamente. (Barbería, ídem: 107)
461
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Moreno asociaba a los indios con la etapa del salvajismo y la infancia de la humanidad
ya que en ese estadio la sociabilidad humana se encontraba en su primera faz de evolución:
“ Las mismas leyes que rigen los cuerpos celestes y los animales que en ellos viven,
rigen el espíritu humano; todo responde a la sublime ley de la armonía. El mismo
génesis, la misma evolución que rige la materia, rige la inteligencia. Sin el
desarrollo gradual del cerebro no se explica el desarrollo gradual del pensamiento,
ni puede negarse la influencia de ése sobre aquél”. (Moreno, 1972: 205)
Había una gran atracción por Patagonia porque se intentaba develar la incógnita del
origen de la vida orgánica y de las eras geológicas. Según Mónica Quijada, refiriéndose a
Moreno “al menos dos de sus descubrimientos han mantenido validez: la afirmación de la
multiplicidad de los tipos étnicos prehistóricos en América y la vinculación en épocas remotas
del tipo del patagón antiguo, el de Lago Santa y el australiano actual”. (Quijada, 1998: 27).
462
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
los cráneos americanos tiene por fuerza que brotar alguna nueva luz que ilumine el
origen del hombre de la Patagonia.” (Lista, 1975: 226)
Respecto a qué medidas adoptar para lograr el progreso con los indios, Ramón Lista
opinaba:
Por último, Sr. Ministro, creo que los indígenas fueguinos pueden llegar a ser
hombres útiles, trocando sus costumbres bárbaras y su vida nómade por las ventajas
de la vida ciivilizada en torno de las poblaciones que surjen en el desierto donde
actualmente tienen ellos su guarida”. (Lista, ídem: 57)
No debemos olvidar que al entrar en Tierra del Fuego Lista fue responsable de una
matanza de onas. Veamos cómo él mismo lo narra:
“Por lo que respecta a los indios onas que habitan las islas, tengo el sentimiento de
comunicarle que me he visto en el caso de tener que librar un combate con diez
hombres contra cuarenta salvajes, que ocultos en un espeso matorral, antes que
entregarse y a pesar de nuestras demostraciones pacíficas, pretendieron
rechazarnos lanzándonos enjambres de flechas. Los hice cargar a sable, el capitán a
la cabeza, y cuando ya daba por terminada la lucha, este intrépido oficial cayó
herido de un flechazo en la cabeza con lo cual el ataque se detuvo un instante; pero
enseguida mandé cargar nuevamente y después de un ligero tiroteo el matorral fue
desalojado quedando en nuestro poder algunos prisioneros, mujeres en su mayor
parte, y sobre las zarzas, veintiseis indios muertos, todos ellos de estatura
gigantesca y de una corpulencia que solo puede compararse a la de los patagones o
tehuelches con los cuales tienen una semejanza notable.
Después del combate que tuvo lugar a tres leguas de la bahía, el día 25 del corriente
regresé al campamento general con los prisioneros tomados, de los cuales envío
nueve a Buenos Aires en el transporte Villarino para ser entregados a quien
corresponda”. 3
Tanto Lista como Moyano convivieron con los indígenas - ya sea en sus viajes como en
sus períodos como gobernadores del Territorio-, llegando a tener hijos con aborígenes de las
tribus del lugar.
3
Lista, R., “Carta al excelentísimo Presidente de la República Dr. Miguel Juárez Celman”, fechada el 27
de noviembre de 1886 y enviada desde Bahía San Sebastián. Se incluye en “Viaje al país de los onas” en Obras,
tomo II, p. 29.
463
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Juan Hilarion Lenzi – que escribió una iconografía de Moyano- se refiere a la amistad
que había cultivado este marino con la tribu de Orkeke y agrega: “se sabe que mantuvo
correspondencia con una joven india, María, de quien se ha escrito que era blanca, rubia y
agraciada”. (Lenzi, 1962: 144)
Es notable este párrafo porque lo que está indicando el autor es que para que esa mujer
fuera merecedora de ser amante o concubina de Moyano, había que blanquearla. Esta fue una
forma también común de hacer desaparecer al indio de las estadísticas, mediante una
operación de limpieza o blanqueamiento.
Como ocurría en la época de la conquista española, se veía como normal por parte de
los blancos la apropiación de los cuerpos de las indias, y no se pensaba en general en
formalizar las uniones, si las había. 4
Otra vez Lenzi en la biografía que le dedicó a Ramón Lista realizó un comentario que es
digno de reproducir, por la peculiar concepcion de indigenismo que atribuye a Lista: “ Lista
fue un indigenista en acción. Amigo del tehuelche, solía llegar a su toldería, para quedarse en
ella. Por allá se dijo- y acaso con razón- que alguna india joven le atrajo tanto que llegó a
darle descendencia, prevaleciendo en ésta los rasgos del padre. Lo cierto es que muchas veces
abandonó la residencia gubernativa para convivir con los nativos, que era como un medio de
evadirse del tedio y hallarse en el centro de las investigaciones. Porque nunca dejó de
aprender". (Lenzi, 1956: 13)
4
Ansaldi, Waldo, “Cristobal Colón, un falso palomo: entre los equívocos y la grandeza”, dedica un punto
a tratar este tema: Sexo, erotismo y violencia: la posesión de los cuerpos.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Foyel debían ser protegidos, y que no se los confundiera con los Pincen o Namuncurá, que
por ser belicosos se justificaba que se los matara.
Era común clasificarlos según su actitud para con los blancos: si se rebelaban, como los
mapuches, había que matarlos. Como los tehuelches, en cambio, en general eran más
pacíficos se podía intentar su reducción a la vida civilizada.
“Los indios del cacique Kankel, hermano de uno de los guías, andaban boleando en
las vecindades, y temprano, al día siguiente, pasamos por frente a la toldería
establecida en el pintoresco valle del Chalía, a corta distancia de Laguna Blanca
excelente región para una colonia pastoril, en la que podrían establecerse
permanentemente los indígenas que las ocupan desde tiempos inmemoriales, sin
temor de ser desalojados por los compradores de certificados de la Campaña del río
Negro. La nación tiene el deber de dar en propiedad tierra a estos indígenas”.
(Moreno, ídem, 138 y 139)
Para ellos, los indios seguían siendo inferiores y no les quedaba otra alternativa que
vivir aislados en reservas o convertirse en peones de estancia.
Fue muy dificultosa la implementación de estas colonias porque la legislación que las
va creando se da en un momento de acaparamiento de la tierra pública por particulares o
compañías de tierras, y esto generó permanentes litigios, en los que generalmente resultaban
perjudicados los indígenas.
Y agrega Verne más adelante: “También el Profesor se había ganado el respeto de los
dos guías chilenos y el inglés por la forma notable en que reconocía el terreno y calculaba las
distancias. Casi se diría que también él era un baquiano gracias a sus conocimientos teóricos
“. (Verne, ídem: 42)
465
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
En la modernidad se da el mito del científico buscando con su razón las certezas del
mundo, una fe casi religiosa lo impulsa en esas búsquedas y es así como el científico se
convierte en un héroe de hazañas impensables, de viajes increíbles. David Livingstone,
misionero y explorador escocés en Africa es admirado por encarnar esa doble condición que
le permitía llevar la fe y el progreso al interior de Africa, en su búsqueda de las fuentes del
Nilo.
Otra de las funciones del explorador científico era dar a conocer la región. Transcribo
una cita de Carlos Moyano que es ilustrativa de la función que se le atribuía a la ciencia en
pos del progreso:
“Hácese necesario, pues, que sepamos con seguridad con qué elementos puede
contribuir la Patagonia a la prosperidad de la república y esto sólo se puede
conseguir conociendo su geografía y sus productos naturales” (Moreno, ídem: 26)
Es explícito que exploraban para informar a sus superiores, ya sea al Ministro de Guerra
y Marina, de Relaciones Exteriores, del Interior o al mismo Presidente de la Nación, sobre los
mejores puertos de la Patagonia, para probar la navegabilidad de los ríos, para indicar cuáles
son los mejores lugares para fijar poblaciones o para que se establezcan estancias.
Esa actitud tan fuerte en los exploradores del siglo XIX encuentra en Moreno una forma
paradigmática al realizar actos permanentes de nominación extendida. Así pondrá los
nombres de Lago Musters o Cerro Fitz Roy en honor a los exploradores ingleses a los que
admira; Lago Gutiérrez, por su admirado profesor Juan María Gutiérrez; Lago San Martín y
Lago Buenos Aires, porque “los agradables sueños que produce la imaginación preocupada
me hicieron presentir montañas y lagos desconocidos y entre los nombres que servirían para
bautizarlos coloqué en primera línea el de la Nación y el de su libertador”. (Moreno, ídem:
361) A través de la toponimia es posible rastrear cómo se ha dado la ocupación de un espacio
466
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Decimos que hay una primera construcción ideológica: este espacio ni estaba
deshabitado ni era en su totalidad una geografía con predominancia del paisaje desolado y
árido. La estepa original era graminosa, con escaso suelo desnudo y una buena productividad
total. 5
Volviendo a fines del siglo XIX, también se hablaba en la época de desierto con
respecto al Chaco, región de abundante vegetación, clima húmedo y copiosas lluvias.
Se creaban imágenes para legitimar acciones de apropiación por parte del estado o de
los particulares en los territorios indígenas.
Roberto Arlt publicó un libro titulado En el país del viento. Viaje a la Patagonia (1934)
en el que se recopilaron textos aparecidos bajo el título Aguafuertes patagónicas en el diario
El Mundo, desde el 11 de enero hasta el 19 de febrero de 1934. Cuando narra el viaje en el
tren de San Antonio Oeste a San Carlos de Bariloche nos dice:
5
Estamos siguiendo a González, Liliana, “Consecuencias ambientales de la actividad ganadera: la
desertificación” en El Gran Libro de la provincia de Santa Cruz, vol. 2.
6
Diario Clarín, suplemento Cultura y Nación, 25 de enero de 1996.
468
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Sin embargo, hacia fines del siglo XIX y comienzos del XX, predominaban las
opiniones tratando de desmitificar el rigor del clima patagónico y mostrar paisajes prontos a
ser utilizados, o sea, prevalecía la visión de una naturaleza productiva.
Al igual que en Chaco y como lo explica muy bien Nicolás Iñigo Carrera, son los
problemas de desarrollo del capitalismo en Argentina como en otros lugares del mundo, los
que utilizaron la coacción para imponerse. “El eje ordenador de este trabajo es la noción de
coacción considerada en sus modalidades económica (las leyes de la economía) y
extraeconómica ( políticas de gobierno)”. (Iñigo Carrera, 1988 : 1)
No nos debe sorprender que, como ya vimos- algunos personajes como Luis Jorge
Fontana o Ramón Lista participaran de la conquista de Chaco y Patagonia.
Más allá de las zonas en que se han dado procesos de desertificación, todavía quedan
inmensos espacios casi intocados por el hombre, con vegetación abundante e inmensos
espejos de agua.
7
Pettrella Ricardo, “ La nueva ‘conquista del agua’ ”, Le Monde Diplomatique (en español ). Año 1, N°
10, abril de 2000, p. 28 y ss.
469
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
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470
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
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473
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Abstract
La historia ha tenido siempre que, a lo largo de su existencia, la mayoría de las veces sin
percibirlo, tratar de vérselas con “otros”. Los inmigrantes, y las migraciones ultramarinas
europeas, no han sido en ese sentido, una excepción al respecto. Muy por el contrario, el tema
ha sido objeto de interés, desde la década de 1960 y escenario de una renovación que trajo
consigo, los últimos veinte años, muchas y sólidas contribuciones. Una de las más
inquietantes conclusiones a que se puede arribar, cuando se mira hacia atrás sin embargo, es la
del desequilibrio existente entre la capacidad habida para reconocer un problema y lo
insatisfactorio de las soluciones con que se ha tratado de darle respuesta. Sociedades híbridas,
minorías asimiladas, crisol de razas: las interpretaciones científicas que buscaron comprender
la alteridad terminaron finalmente por negarla. Lo que no se ha tenido en cuenta, en general,
es que el significado sólo existe dentro de discursos, históricamente determinados, por lo que,
como intentaremos a través de esta ponencia demostrar, sería posible proponer a las
relaciones de viaje redactadas por inmigrantes no sólo como una fuente capaz de aportar
inédita evidencia sino de proveernos de relatos desde donde refocalizar nuestra atención.
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secuencia y al sentido, no hay duda que sugeriremos alguna, y seguramente alguna precisa en
verdad. No puedes leer un texto antes de que se haya escrito, pero una vez que está escrito no
puedes hacer mucho más que leerlo, a no ser ignorarlo o destruirlo" (Geertz, 1996:165-166).
La admonitoria sentencia de Geertz no puede menos que causar escozor entre los
historiadores, mas no sólo por el rechazo que en no pocos de ellos provoca la extendida
influencia que este autor norteamericano - por algunos catalogado relativista cuando no como
francamente nihilista - ha alcanzado entre sus colegas, por caso interesados en la construcción
de una cierta historia antropológica que rescate como parte integrante de sus discursos el
punto de vista del actor antes ignorado, sino por la irritación que produce el saber todo lo que
ese diagnóstico tiene seguramente de cierto (Walters, 1980; Levi, 1985b). Un desenlace en el
cual, no ignoramos por cierto, mucho tiene que ver la crisis, por el rotundo fracaso de sus
capacidades predictivas de los grandes paradigmas; de los modelos estructurales, de las
explicaciones exclusivamente económicas de las conductas sociales, que dejaban de lado las
decisiones de la gente por considerarlas irrelevantes, pero cuyos alcances han quedado
demostrados por los acontecimientos cotidianos, que a cada rato los desmienten, minando
nuestras seguridades y la misma idea del automatismo del cambio, a la vez que impelen nos a
la búsqueda de nuevas y más originales alternativas.
Claro que esa búsqueda, derruidas nuestras certezas e imposibilitados como estamos por
ahora en construir una teoría o un sistema general que nos devuelva como antes la confianza
sobre nuestras capacidades para interpretar el mundo 1, las soluciones propuestas se podrían
llegar a desplegar en varias direcciones, no todas ellas deseables, que abarcan desde el
inverosímil grito triunfal del capitalismo por su victoria en aras de “La Historia”, sacrificada
para siempre en los altares del “mercado” por la de muerte su función explicativa
(Fukuyama,1992), hasta la reciente proclamación de su “retorno” (Barros, 2000), por la
constante solicitación de un presente que no encuentra explicaciones para lo que le pasa
dentro de los cánones ortodoxos del neoliberalismo, pero que podría adquirir también
connotaciones diversas, desde un resurgir de los viejos «ídolos de la tribu» algunas vez
denunciados por Simiand, que lleve al renacer de buena parte los mitos y de las ilusiones en
que se basaba nuestra precedente práctica historiográfica, pasando por los más refinados
intentos de construir una historia conceptual que afronte el problema de la referencialidad del
lenguaje y de las nociones que impregnan nuestras prácticas de investigación (Koselleck,
1993), traducible a la vez en los no pocos esfuerzos realizados en pro de la edificación de una
cierta historia cultural, antropológica y/o interpretativa (Darnton, 1987), de las mentalidades
(Chaunu, 19878; Vovelle, 1982), de las representaciones (Chartier, 1996) o del imaginario
colectivo, solo por citar algunas salidas, pero que tienen en común una marcada propensión
hacia la inclusividad, tratando de implicar, como forma deseable de legitimación, en su trama
al “punto de vista del actor” de modo de poder concretar esa vieja aspiración de los
historiadores que es la de la emergencia de una historia que verdaderamente pueda llamarse
“desde abajo” (Thompson, 1963).
1
Lo que no significa que se haya abdicado de realizar esfuerzos en esta dirección. Para un ejemplo
ponderado de recientes iniciativas efectuadas en este sentido cfr. Manifiesto de Historia a Debate, Santiago de
Compostela, Historia a Debate, 2001.
475
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Sabido es, sin embargo, que una de las principales fuentes de cuestionamientos
esgrimida, por lo menos en el plano historiográfico, comúnmente ha sido esa práctica
designada bajo el genérico nombre de microhistoria la cual, basándose reconstrucción densa
de universos sociales restringidos a partir de la utilización intensiva de todos los materiales
disponibles y en la reducción de la escala como procedimiento analítico, terminaba por fijar
en la búsqueda de una descripción más realistas de las conductas humanas una de sus
principales metas (Levi, 1993). El principio unificador de toda investigación microhistórica,
se comprende, reside en la constatación que toda observación microscópica permitirá revelar
la presencia de factores que antes pasaban inadvertidos pero que nos servirán, además de para
la confección de relatos más creíbles, como base para una desconstrucción, definida en los
términos de su más estricto sentido derridiano enfatizando, por sobre la desautorización,
relativización o directa destrucción de los primitivos núcleos de significado en que fundamos
habitualmente nuestros análisis como su acepción vulgar remarca, todo lo que ese método
tiene en tanto instrumento útil para el ejercicio polémico de la discusión y la apertura de
nuevos e inexplorados problemas (Derrida, 1987), aspectos en los que no costaría reconocer
que la microhistoria ha sido sumamente eficiente, y esto con prescindencia de los límites con
que sus cultores gustan comúnmente diferenciarse 2.La pregunta pendiente, en todo caso,
después de este desarrollo, es aquella que alguna vez se planteara Eduardo Míguez, es decir si
coincidimos que la vida es un “continuo”, si las sociedades y culturas difieren las unas de las
otras según tiempo y ubicación espacial, si a esta altura de las circunstancias resulta
innecesario aclarar que lo que entendemos por “realidad” es una construcción, y esto más allá
de si consideramos que existe, o no, un núcleo “duro” de lo “real” o si se encuentra desligado
de nuestras representaciones, entonces parecería tanto más pertinente pensar acerca de qué
lugar ocupan los sistemas sociales más allá de la experiencia de la cotideaneidad o, mejor aún,
si esos sistemas existen y de qué manera se vinculan con esa experiencia en el plano de lo
material (Míguez, 1995; 23).
Cualquiera sea la respuesta que se ensaye, parecería superfluo señalar el hecho de que
no ha sido precisamente sobre esta clase de premisas que se estructuraron las interpretaciones
primeras aceptadas sobre las migraciones europeas a la Argentina, devenidas después en el
“sentido común” de la gente 3. Muy por el contrario, ya desde principios de la década del
2
Las diferenciaciones establecidas hacia su interior por los microhistoriadores son varias, empezando por
su tozuda resistencia a ser considerados parte de un mismo movimiento, o de una misma escuela, pero se podrían
resumir en dos grandes vertientes. La una, capitaneada por Carlo Ginzburg, a la que llamaríamos siguiendo al
autor “indicial” (Ginzburg, 1997), aunque otros prefieran denominarla cultural (Grendi, 1977, Revel, 1995), en
virtud de la división entre la antropología cultural norteamericana y la antropología social inglesa, que aspira al
desarrollo de una estrategia de investigación que no se funde más en la mensurabilidad histórica de propiedades
abstractas que se concretan en la realidad sino que, por el contrario, procurando escapar de esas generalidades,
busque en los indicios, en los pequeños detalles de todos los días, la punta de un iceberg desde donde poder
acceder a una nueva y mucho más poderosa visión que revele el verdadero carácter de cada sociedad, su “normal
excepcionalidad» según la noción propuesta por Grendi. La otra línea de trabajos, que tiene a Giovanni Levi
(Levi, 1985ª) como su representante más destacado que, sin renunciar a esa misma aspiración, pone más en el
acento en la contextualización social, en la reconstrucción de las redes de relaciones personales y de las
estrategias que le dan vida a esas diferentes opciones que los actores manejan.
3
Hablamos aquí de “sentido común” no en su acepción habitual, que lo supone como el catálogo de
realidades evidentes que se manifiestan a nuestro alrededor y que son tan concluyentes por sí que no necesitan de
mayores razones para ser certificadas, si no de la misma manera como lo hace Geertz, como una intencionada
interpretación, históricamente construida, y que por lo tanto se ajusta a un sistema de ideas, dentro de una
476
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Claro que, podía decirse, esa forma de ver las cosas no era exclusivamente nuestra. Lo
mismo sucedía con los historiadores de otras tradiciones europeas de áreas involucradas en
los movimientos migratorios, sobre todo de las regiones mediterráneas, en las que, no sin
retraso, se comenzaba a indagar sobre un fenómeno de las implicancias del migratorio
asumiendo de antemano, como también sucedía aquí, los conceptos y los marcos de referencia
provistos a través del legado teórico parsoniano, que las solía concebir como procesos de
transferencia, unilaterales y definitivos, que se operaban entre país y país. Los supuestos de
fondo sobre los que descansa una concepción como ésta son a todas luces evidentes, de modo
que los flujos era siempre pensados hacia el interior de unidades políticas nacionales
(Argentina, Italia, España), y sin medias tintas catalogados como emigración o inmigración,
mas nunca como migraciones (Devoto, 1994) lo que daría una perspectiva de continuidad
probablemente más cercana a la de los protagonistas, y a la de los propios estudiosos
interesados en recuperar la natural dinámica de los procesos históricos, lo que parecería una
irrenunciable exigencia de la profesión pero que es aquí abdicada por ponerla al servicio de
una cierta y abstracta idea universal de “modernidad”, que tanto se aparta dicho sea de paso
de su sentido etimológico original como lo que es propio “de hoy” o “ del día de hoy”, pero
que aparece traducida en términos de “modernización” (de la teoría, se entiende, y no de
aquellos indicadores materiales que pudieran ocasionalmente atestiguar la existencia de
manifestaciones concretas de “progreso” pero que sería saludable también aclarar, no dando
por obvios significados que deberían precisarse, cómo es que en la “realidad” se ”mide” ese
avance).Consecuencia de esa forma de proceder, las migraciones siempre fueron examinadas
en tanto “causas” y “efectos” según el lugar desde donde se las mire, predominando los
análisis que atienden a las condiciones generales que explican los motivos de la emigración en
el punto de partida, o las indeseadas secuelas que produce sobre la estructura social, el
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Esa desatención, por lo demás, tenía su fundamento en otro postulado implícito pero no
menos evidente: el de la inmovilidad de las sociedades de antiguo régimen, que venían de esa
forma a contrastar con la movilidad propia de la edad moderna. Por lo que era en la
emergencia del capitalismo que debía verse, o mejor aún en su implantación a fines del siglo
XIX en las naciones del mediterráneo europeo o en aquellos otros países emergentes que se
integraban como productores primarios en el naciente mercado mundial, la explicación última
que daba cuenta de la naturaleza y verdadero papel de las migraciones dentro del sistema. Era,
por lo tanto, en sus flujos y reflujos, en el impacto diferencial de las crisis globales en las
diferentes economías nacionales, en los reacomodamientos que imponen en el plano
circulación de las personas las transformaciones que debía realizar un país para poder llegar a
industrializarse, por la ruina que afecta a muchos sectores y actividades “tradicionales”, sobre
todo del campo, y que tienen como previsibles derivaciones al empobrecimiento y la
proletarización acelerada, al desempleo y al desesperado recurso a la urbanización que lleva a
las protestas sociales pero que, como contrapartida, serán prontamente compensadas por la
demanda de mano de obra adicional que supone la ingente habilitación de nuevas zonas
agrícolas en América, tanto como en Africa, Asia y Oceanía, bajo la expresa solicitud de un
“mercado” que, devenido entonces en algo así como si fuera un ente vivo y operante, era
capaz por sí solo de matemáticamente equilibrarse, actuando por encima de la voluntad de las
impersonales masas que lo integran y que son sus víctimas o beneficiarios pero que nunca lo
controlan, viniendo de este modo a proveer el marco único de interpretación desde donde
parecería razonable entender esta clase de movimientos. Que se convertían así en la historia
de una ruptura, que se daba el gusto de ignorar la vida de la gente, poniendo el acento en
algunas cuestiones a costa de soslayar deliberadamente otras, aunque esto se justificaba si era
el precio que había pagar para poder articular una cierta regla de inteligibilidad, de dudosa
“universalidad” dichos a de paso, desde la cual fuera posible pensarnos, y en función de
nosotros pensar organizando a los demás, pero que claramente responde, por más que no se
admita, antes que a la existencia de una lógica supraterrenal, a las representaciones mismas de
la lógica de poder profesada por sus detentores reales, de modo que les sea posible establecer
las normas de jerarquización y control que el resguardo de su posición exige, pero que
requieren además que se tornen operativas, homogeneizando a su favor, los contextos
infinitamente variados que la escena mundial les podría llegar a plantear más adelante. La
representación de los “otros” no es fácilmente separable de su manipulación. Una lógica de
poder, dicho sea de paso, a la que ni siquiera han desafiado aquellos que se le dicen
abiertamente enfrentar, como se puede colegir del hecho que al formular esa oposición en sus
propios términos lo que están garantizando, en realidad, plegándose a ella, es la pauta de su
reproducción y de su sustentabilidad futura.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Nos encontramos entonces ante la paradoja de que los inmigrantes no tienen nada,
absolutamente nada, que decir sobre la experiencia que los tuvo como principales y
excluyentes protagonistas. Desde este punto de vista, no importaba tanto si es un hecho por
ejemplo, evidente de por sí, de que los hombres venían emigrando desde hacía demasiado
tiempo atrás, desde los albores mismos de la humanidad probablemente. Tampoco parece
haberse asumido nunca la posibilidad de que la asimilación como resultado pudiera siquiera
ser discutida. El individuo, al partir –del campo a la ciudad o, lo que era igual, de uno a otro
lado del océano- rompía sus lazos preexistentes, por lo general “tradicionales”, adhiriendo
inmediatamente a un nuevo sistema de representaciones y formas de sociabilidad que serían
finalmente las que terminarían por definir su nueva personalidad social. Una personalidad,
dicho sea de paso, que podía y debía ser medida en función de algunos indicadores
seleccionados, como la profesión, los márgenes de ganancias o su educación, ajustados a los
términos de categorías previamente establecidas, y que no son otras que aquellas que
constituyen el bagaje de la sociología clásica devenidas después en aquellas otras socio-
económicas con que se manejan habitualmente los historiadores, pudiéndose en función de
ellas distribuir a los sujetos según sean poseedores o no de ciertos atributos comunes
definidos, agrupándolos como hemos visto, a partir de operaciones de clasificación
preliminares. El problema es otro, en realidad, además de la evidente ligereza de una forma de
proceder que sólo se legitima en virtud de su propia lógica interna pero que da por descontada
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Es decir que, si por un lado, eran interpretados como la encarnación misma de ese homo
economicus, arquetipo fiel de los principios profesados por la teoría económica neoliberal,
que nos lo presenta como un hombre que opera y decide sobre una suerte de vacío social, un
individuo hiposocializado guiado sólo por su ambición de incrementar sus márgenes de
ganancia, en posesión además de unos criterios de racionalidad y de una información
absolutas, por el otro se perfila aquel sujeto hipersocializado, emergente de la sociología
funcionalista y en particular de la sociología industrial anglosajona de raíz parsoniana, que se
empeñaba en destacar, por contraste, como resultado de la industrialización, de la crisis del
campo y la inevitable emigración que ella forzosamente desencadena, la declinación de los
vínculos personales “tradicionales” que esa “obligación de irse” conlleva, pero que tendrán su
necesario reemplazo en la nueva situación urbana de acuerdo a criterios comunes de
posicionamiento frente al “mundo del trabajo” y frente al “mercado”, más “universales” y
propios de la “sociedad moderna”, por los que se podría incluso casi ninguna duda aventurar,
si uno conoce las orientaciones en torno a las cuales esas personas han sido socializadas,
automáticamente se diría, el modo cómo se comportarán en el futuro, en tanto que sus
conductas están implícitas y se encuentran normativamente orientadas según sus
disposiciones de clase que son las que regulan, condicionando, su visión acerca del mundo y
de la realidad que lo rodea (Granovetter, 1994). Mejor aún todavía, desde nuestro punto de
vista, la variante argentina, representación local en realidad de un modelo que se reproducía y
se reproduce hoy en todas partes, no era de una expresa adhesión por una u otra postura, si no
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
más bien una lograda mezcla de ambas. No pareciera inoportuno hacer notar sin embargo,
retomando nuestros razonamientos, lo que a muchos escapa, o parece pasar desapercibido: el
hecho de que, en el desarrollo mismo de estas argumentaciones, de las que se derivan
sofisticadas interpretaciones a menudo muy persuasivas, lo que hemos perdido de vista en
realidad, lo que hemos extraviado en el camino, es nada menos que nuestro verdadero objeto
de observación, los emigrantes que, como si fuera una ilusión, parecieran haberse desvanecido
en el transcurso del viaje, dejándolos directamente fuera de la historia . Es que, para los
historiadores europeos habían cesado de existir cuando abandonaron su país y una vez en
Argentina, se convirtieron en otra cosa – en comerciantes, industriales, personal estacional,
gremialistas, ciudadanos u obreros entre otras cosas- pero nada que tenga que ver ni en ningún
punto se vincule, con su pasada vida o experiencia familiar de la que no quedan casi ni
rastros. La quiebra es total: su existencia no es la de una sino la de dos personas. Claro que,
llegados a este punto, parecería lícito preguntar hasta qué punto sigue siendo creíble una
traducción semejante de los hechos y máxime cuando la idea que sostiene, de que el progreso
social era algo fijo, lineal y universal, un camino único para todos los países ha quedado por
los hechos desacreditada.
Una somera revisión de todo lo realizado en materia de estudios migratorios los últimos
veinte años nos permitiría seguramente aventurar una primera respuesta. Análisis por lo
general basados en el uso de fuentes uninominales, que se vinieron a superponer sobre
aquellas otras, estadísticas y censales, que supusieron el legado de los sesenta, mas no el
único pues, menos de lo que quisieran quizás y muchos estarían dispuestos a reconocer
incluso, no siempre los partícipes de la renovación fueron capaces de despegarse de las
orientaciones generales y de los marcos de interpretación que los habían precedido antes,
como lo muestra por ejemplo su pertinaz reincidencia por otorgar nueva centralidad a viejos
temas, como el de la puja sin sentido sobre la preeminencia de los factores de “expulsión” o
de “atracción”, naturalmente condicionada por el lugar desde donde se los mira y que nos
remite otra vez dentro de las coordenadas de los intereses de particulares cada estado,
obstaculizando ciertamente una visualización de conjunto de las migraciones que permita
pensarlas como proceso, aunque desde luego resulte entendible si consideramos la lógica
necesidad de establecer ciertos puntos de contacto que garanticen un ciertolugar desde donde
retomar una línea de estudios provisoriamente abandonada y el largo período de clausura
intelectual que supuso la represión y el despliegue de la dictadura. Lo que se comenzaba a
vislumbrar, en cambio, detrás de los nuevos repositorios y a partir de las nuevas perspectivas
entreabiertas, era la aparición de una no necesaria correspondencia entre las representaciones
que surgían de los esbozos pioneros y las imágenes emergentes de la nueva documentación y
de la historiografía internacional sobre el tema, que comenzaba a insinuar una creciente
dinámica de intercambios, como por otra parte lo exigía la naturaleza trasnacional del
problema (Devoto, 1992), pero que la iba a llevar además a desde la evidencia empírica
confrontar muchos de los supuestos implícitos en la teoría del “crisol de razas”, emblema
homogéneo de la nueva y emergente sociedad argentina, o resultado esperable de la
inmigración masiva como se quiera, desde el punto de vista de la economía, de la politología
y la sociología más ortodoxa. La realidad, en cambio, como sabemos, nos guste o no nos
guste, es siempre un poco más complicada y menos armoniosa que lo que esa común
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
aspiración pudiera dar a entender probablemente. Es que antes que un cohesivo cuerpo social,
que encuentra cause en formas de representación política que lo expresan, sucede que las
diversas formas de asociación y las identidades a menudo se disgregan, desmembrándose para
recomponerse después de manera seguramente distinta a la esperada. Consecuencia de ello,
los estudios migratorios pudieron develar novedosas facetas de un proceso mucho más
complejo, poniendo en evidencia por ejemplo que los emigrantes, antes que partir de un
estado nacional a otro lo hacían más bien de ciertas zonas, regiones, o conjuntos de aldeas
bien delimitadas, dirigiéndose a específicos puntos en el país de destino, lo que venía revelar
la existencia de mecanismos de contacto interpersonal, “cadenas migratorias” en su primera
acepción, que eran las encargadas de guiar las decisiones de las personas en el marco de
estrategias familiares de sobrevivencia. Lo cual lógicamente, obligó a revisar otros tópicos,
como el de los altos índices de retorno, que contradecían la vieja idea de los flujos
“unilaterales y definitivos” pero abdicando a la vez de su demasiado automática traducción
como “fracaso” en los términos econométricos del mercado, porque bien pudiera ser en
realidad que ese fuera el objetivo buscado; al tiempo que se daba pié para realizar un
concienzudo análisis de cuestiones como las del envío de remesas de los emigrantes a sus
familias, su peso en la balanza comercial de sus países de origen, así como la emergencia de
estructuras de mediación más formalizadas (agente de enganche, bancos, compañías navieras)
que cubrían todas las necesidades que surgieran aunque a costa de permitir el montaje de ese
gigantesco negocio conocido como del «comercio de la emigración» y que incluía aspectos
tanto de explotación como de asistencia.
Pero hay más. Esas mismas redes, formales e informales, continuaban operando una vez
llegados a su nueva residencia de modo que, además de permitirles asistir económicamente a
sus familiares hasta su regreso, le hacía posible tutelar a los amigos y parientes que emigraran
orientados por ellos, viniendo de esa forma a contribuir a la formación de nuevas formas de
sociabilidad (asociaciones, clubes, hasta barrios como La Boca) que, lejos de romper, venían
a confirmar las formas de identidad originarias. Identidades que aparecen impresas también en
los nichos de especialización profesional concentrados en manos de grupos específicos, que
acceden a ellos adueñándose a través de sus contactos personales, pero que son utilizados
también en su beneficio por los empresarios, emergentes ellos mismos muchas veces de
estrategias similares proyectadas a otra escala, lo que plantea el problema de la segmentación
del mercado del trabajo. Claro además que, si los inmigrantes de un mismo origen vivían en
los mismos lugares, se ganaban la vida en las mismos oficios y frecuentaban los mismos
ámbitos de sociabilidad, preservando por si fuera poco sus idiomas, costumbres y comidas, lo
más probable era que tendieran, como sucedió, a contraer matrimonios endogámicos, garantes
último de la reproducción y de la pervivencia de particulares formas de autopercepción que,
lejos de resignarse a esa asimilación impuesta por las circunstancias, dieron vida a una muy
dinámica y cambiante sociedad mosaica; que tampoco desapareció dicho sea de paso, como se
apresuraron a aventurar algunos autores dispuestos a recoger el guante de quienes los
desafiaban a explicar cómo entonces habíamos llegado a la actual sociedad argentina, que
serviría también dicho sea de paso para impugnar la validez universal de los parámetros
sociológicos tradicionales, encontrando su razón de ser en la menor influencia de las redes por
la cesación de los flujos, aunque olvidando en su apuro que las identidades son construcciones
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
sociales que se expresan culturalmente (un albanés italiano, por ejemplo, de rito ortodoxo,
procedente de un escondido rincón montañoso de Calabria) pero igual del mismo modo son
construcciones culturales que se vuelven socialmente operativas (un calabrés que nunca se
pensó a si mismo como italiano pero que empezó a serlo llevado por la distancia de la
emigración y por acontecimientos traumáticos como la Primera Guerra Mundial),
cristalizando en nuevas formas de solidaridad que pueden operar en variados y no siempre
predecibles sentidos. Y eso sin considerar el problema, nunca bien tratado, de los argentinos
de segunda generación y el hecho que, concluidas las grandes migraciones europeas, el
desafío de la convivencia se renueva periódicamente por la llegada de otros flujos, de países
latinoamericanos, del la Europa del este u orientales por ejemplo, o por la redistribución de la
población interna, pero que nos vuelven a plantear en distintos términos los viejos problemas
lo que, además de demostrarnos lo quimérico del ideal de la homogeneidad absoluta, nos pone
ante el desafío de una realidad que se construye y se resignifica, conviviendo con “otros”,
todos los días.
He aquí, creemos, precisamente en este punto que se puede llegar a ver uno de los
grandes méritos de la renovación, y eso más allá de su tendencia a repetir algunos de los
vicios de la historiografía tradicional a la que supuestamente contestaba al ella misma incurrir
tendencia de rendimientos decrecientes que se manifestó por la exagerada reiteración de
modelos que, más allá de su condición de nuevas muestras de revalidación empírica, muestran
claros signos de agotamiento, pero que no alcanzan a disimular lo que es su aporte por
excelencia, al permitir afirmar que cada actor histórico participa, influyendo, de lejos o de
cerca no importa, en procesos de dimensiones y grados diversos, sobre los que operan en el
marco de intencionadas estrategias, respuestas articuladas en el marco de una racionalidad
limitada, definida por su pertenencia redes sociales, que son las que condicionan su acceso a
la información y a las oportunidades y nos permiten ver, a los inmigrantes, en palabras de
Devoto, ya "...no como masas inertes arrastradas por las fluctuaciones del capitalismo... sino
como sujetos activos capaces de formular estrategias de adaptación y supervivencia en
contextos de cambios macroestructurales” (Devoto, 1988: 105). En otros términos, a lo que se
nos confronta es, en definitiva, con la alteridad, con el evidente hecho, nunca aceptado, de que
los historiadores hemos estado tratando siempre de vérnosla con “otros”, aunque esos “otros”
hayan vivido su existencia en el mismo territorio o lugar en que “nosotros” hoy habitamos.
Elemento que no basta para fundar la extendida ilusión de que “ellos” fueron alguna vez
“nosotros” o la encarnación misma de nuestros ideales, porque eso sería sencillamente
renunciar a la historia. La revelación, no obstante, de que nuestros antepasados fueron
“distintos” a como los imaginamos tendría el radical defecto de, al hacerse visible, amenazar
la naturaleza absolutista de nuestras definiciones previas, que usamos para comprender
nuestra sociedad en la que para colmo viven y vivieron. Ciertamente, demasiadas veces los
historiadores, preocupados por sus propias elucubraciones y por sus teorías sobre cómo
debería funcionar el mundo, olvidaron a los inmigrantes y a sus proyectos, atribuyéndoles
funciones en las que ellos no se reconocerían aunque, la crisis de nuestras interpretaciones
actuales exige, cada vez más, que dejemos de ignorarlos y escuchemos su voz, aceptando su
condición de “diferentes” porque, aunque creamos supuestamente conocer el final del sendero
483
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
que hoy recorremos eso no debiera llevarnos a suponer que da lo mismo llegar a él por
cualquier camino porque eso sería reducir nuestra actividad a inutilidad pura.
Como fuera, lo cierto es que estamos hablando de una documentación cuyo común
denominador, si es que alguno tiene, parecería reside en su absoluta excepcionalidad y rareza.
Escasez que, por otra parte creemos, nos parece hace tanto más pertinente el consejo de
propiciar, como una solución intermedia a nuestro juicio sin dudas adecuada, la ecléctica
utilización de fuentes cualitativas insertas en el marco de una reconstrucción intensiva del
entramado de las relaciones que configuran el elenco de las opciones y de las estrategias a las
que recurren cotidianamente las personas y las familias, para poder responder a las presiones
del poder asegurando su subsistencia, en el contrateatro de las calles y de la vida según
Thompson, adhiriendo de ese modo a una forma de operar a la que sinceramente nos parece
han tratado responder los estudios migratorios de manera cada vez más ajustada, aunque para
muchos dista de ser una solución apropiada porque se considera que, al rechazar los
presupuestos de las aproximaciones estructuralistas, debiera convenirse también en no ceder a
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
la tentación del empleo de métodos y conceptos de esa misma matriz, haciendo explícita
nuestro compromiso por hacer un uso los más fuerte posible del concepto de red social 4, o sea
más antropológico, lo que nos devuelve, otra vez, en términos naturalmente distintos, al
problema de las fuentes necesarias que nos hagan posible recuperar ese nivel de densidad, esa
textura de vida, que se exige para nuestras descripciones y en las que se pretende hacer lugar
al punto de vista de los protagonistas.
Entre las posibles respuestas a través de las cuales los estudiosos de los movimientos
migratorios han tratado de satisfacer esa necesidad que se manifestaba de manera cada vez
más imperiosa, figuran los trabajos que se hicieron hincapié, poniendo el acento, en la
concreta posibilidad de valorizar la información contenida en las cartas de los inmigrantes de
donde surge con meridiana claridad, además del despliegue de las estrategias, el selectivo
modo cómo llegan las noticias y el dinero de las remesas los que, controlado por quienes a la
cabeza del grupo operaban desde el origen, además de garantizar la subsistencia de los que
habían permanecido en sus hogares, fundamentalmente mujeres y niños, tratando de asegurar
su reproducción y en lo posible de incrementar su patrimonio contribuyendo a su solvencia,
decidían también el mejor destino para cada uno de sus miembros, en función de la
rentabilidad potencial de cada uno de los destinos de los que recibían noticias por las cartas, al
tiempo que los habilitan con créditos para partir o les conseguían trabajo en el lugar al que
iban a llegar a través de sus parientes previamente establecidos, permaneciendo de esa forma
conectados todos, mas no sólo con la aldea madre sino entre los distintos puntos de arribo
entre sí, de modo de facilitar la circulación del flujo de información, de bienes y personas, el
regreso o el traslado a otro puerto de quien lo quisiera cuando las circunstancias no le
hubiesen sido favorables, etc. Claro que no siempre es posible encontrar un repositorio de
características tan excepcionales como el que lograron ubicar, y publicaron Samuel Baily y
Franco Ramella, que incluye alrededor de medio centenar de piezas que comprenden un
período que supera largamente al medio siglo, permitiendo reconstruir durante ese lapso hasta
sus más mínimos detalles la natural dialéctica de las relaciones contenidas en la
correspondencia (Baily y Ramella, 1988). Por lo general, cuando estas colecciones se hallan
(Franzina, 1979), se lo hace de una manera mucho más fragmentaria por lo que las
posibilidades de reconstrucción son sensiblemente menores, orientando la búsqueda en otras
direcciones, que por lo menos las complementen. Entre las diversas opciones que se nos
podrían llegar a presentar se deberían mencionar algunas como las “guías” o “manuales” para
emigrantes, elementos utilizados como medio difusor entre los campesinos de ámbitos rurales
europeos para la vulgarización de algunos de los más conocidos mitos articulados sobre la
4
De esa dicotomía da cuenta, por ejemplo, el más que interesante contrapunto desarrollado entre Franco
Ramella y Eduardo Míguez, en el marco de la compilación de Hernán Otero y María Bjerg, la primera quizás
que se propone sistemáticamente tratar el problema de las redes sociales llamadas por ese nombre en su papel
dentro de las migraciones dirigidas a la Argentina, en donde el primero invita a abandonar el uso disminuido e
impropio de la noción de redes sociales, es decir la reconstrucción estructural de las redes de parentesco y
amistad supuestas detrás de los intercambios, remplazándolo por un uso “fuerte”, esto es que se proponga una
descripción “densa” de los contenidos concretos manejados hacia el interior de esas formas de solidaridad, que
las describa mas no las suponga por el solo hecho que esos lazos existan (Ramella, 1994: 10-11) mientras que el
segundo hace notar la conveniencia de utilizar una forma de acercamiento dura en teoría pero blando en el
método, como una forma ecléctica de resolución del dilema que a esos fines plantea la parquedad de las fuentes
históricas( Míguez, 1994: 27).
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Nos estamos refiriendo a un raro ejemplar, de la clase de los diarios de viajes, con el
que hemos la fortuna de encontrarnos, aunque esta vez es debido a un extraño redactor, un
inmigrante catalán establecido en el partido de Luján en la provincia de Buenos Aires 5, por lo
que no sabemos en realidad si se trata de un testimonio que potencialmente pueda ser
considerado como un arquetipo de algo o un documento inusual, aunque nos resistimos a
creer en su absoluta originalidad debiéndose, en todo caso, profundizar en la búsqueda de
5
Archivo y Biblioteca Federico F. de Monjardín, Diario de Viajes de Jaime Palet, 461 páginas
(agradecemos la gentileza del Sr. Raúl Monjardín por habernos permitido el acceso a tan valioso documento).
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
instrumentos similares en los diversos repositorios donde probablemente se los podría haber
hallado. Si alguna excepcionalidad tiene, en realidad, ésta nos parece reside en la anómala
condición de su autor el cual, si vamos a creer la caracterización que sobre los inmigrantes
hicieron las aproximaciones historiográficas tradicionales, habría que convenir escapa al perfil
social y cultural al que supuestamente pertenecieron las personas habitualmente encargadas de
producir este género de relatos. La presunción subyacente, detrás de este razonamiento, es que
no cualquiera está habilitado para dar cuenta de la experiencia del viaje, una función en todo
caso reservada a agentes especializados que se muestran dispuestos, o necesitados, de
argumentar sobre sus vivencias, ya sea el explorador europeo o el misionero que tuvieron a su
cargo conquistar o evangelizar regiones enteras del Nuevo Mundo, queriendo a veces
justificarse o más simplemente describir con fines prácticos lo que tenían ante sus ojos o,
cambiando su objetivo después, ya en pleno siglo XIX, por el viajar con fines educativos,
como “espectador” del mundo civilizado o en busca de un modelo de sociedad que aquí
pudieran llegar a cristalizar, lo que dio por resultado una clasificación taxonómica la cual,
atendiendo a las condiciones de producción de los relatos de viaje, además de usarlos como
insumo para entender cómo percibieron el espacio nuestro antepasados, nos los devuelve
como ejemplificación de diversos tipos de travesía que van desde el viaje utópico, al viaje
colonial, pasando por el viaje utilitario, como homologación del bien o del mal, el viaje
balzaciano, el consumidor, el ceremonial, el viaje estético, el de purificación propio de la
reacción anti-positivista o el de izquierda (Viñas, 1995: 13-59), los que en ocasiones
reasumen incluso antiguos cometidos pero que son siempre función de una elite (D`Amicis,
2002), por lo que quedaba excluida la probabilidad de que sean redactados por inmigrantes.
De manera que, si lo queremos es encontrar un registro expresivo que nos permita de alguna
forma recuperar su experiencia quizás deberíamos pensar en otras formas de inscripción como
las memorias (Reher, 2000), típicas de los emigrantes exitosos, pero nunca en diarios de
viajes... si no fuera por la existencia de perlas, como de la venimos a comentar, que
rotundamente lo desmienten.
Claro que se trata de un diario de viajes sui géneris. Su autor, Jaime Palet, lo estructuró
en virtud de su constante movimiento de vaivén entre su Barcelona natal y su lugar de
adopción, Luján, pero como ese itinerario, de ida y de vuelta, se prolongó a lo largo de más de
medio siglo, desde 1852 hasta 1906 para ser precisos, excediendo incluso en diez años al
regreso de su última incursión por la tierra que Gaudí había comenzado a transformar
profundamente, mechando entre viaje y viaje la correspondencia que intercambiaba con
parientes y amigos, de aquí y de allá, en catalán o en castellano, sus colaboraciones en diarios
locales, la recuerdos de las actividades asociativas que lo que tenían junto a sus coterráneos
por protagonista, y de las más informales de las que hacía gala en su vida cotidiana, los bailes,
las canciones, las reuniones sociales, sus chanzas, además de sus frecuentes esquelas de
salutación y los numerosos frutos de su genio poético (¡hasta escribía en verso sus cartas!),
elementos todos que terminaron por redondear un «diario» que, sin perder nunca su esencia
(comprende un minucioso registro de la vida de a bordo en cada uno de sus trayecto día por
día), era de manera lograda la representación metafórica de una mucho más prolongada
travesía: la de su viaje por la vida. En realidad, todo en él, hasta su método de trabajo era
atípico. Es que, más que una reconstrucción homogénea, su relato se compone de fragmentos,
487
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
pequeños retazos, a veces separados en su redacción por lapsos de hasta quince años, escritos
bajo la incitación de espasmódicos impulsos, muchas veces acicateados por las urgencias de
un viaje, las emociones del regreso o las de la partida, lo que no quita que haya momentos de
producción más continuos, pero que no alcanzan a desdibujar lo que es el rasgo central de la
obra, esto es su dispersión, que le confiere su verdadero carácter, aunque se trata de trabajos
aparentemente reunidos después en un cuerpo para satisfacer requerimientos familiares. Pero
que encierran en ellos la potencia del instante, de la inmediatez de los hechos, que desarma, o
es capaz de desarmar hasta hacer inviable, cualquier intento que se realice por encerrar dentro
de un modelo ese racimo de experiencias personales lo cual no obsta, sin embargo, para que
no se puedan advertir ciertas conductas comunes que después habremos de señalar.
Veamos. Diario de un inmigrante, a ese primer mentís pronto se habrán de sumar otros
que desacreditan la visión tradicional de las migraciones. Viaje unilateral y definitivo, camino
sin retorno, ruptura, casi ninguna de esas intuiciones parece haber estado nunca en la mente de
Jaime Palet, por lo menos hasta que circunstancias lo obligaran a lateralmente considerarlas.
Cierto, Palet no parece responder exactamente, en todo el sentido de la palabra, al prototipo
del emigrante promedio. Nacido en Barcelona en 1832, en su casa de Ronda de San Pedro 30,
en el barrio de Lavadores, que siguió perteneciendo a su familia incluso después de la muerte
de sus progenitores y que siempre lo acogió en ocasión de todos y cada uno de sus festejados
regresos, heredero hipotético de una nebulosa tradición artesanal probablemente ligada a su
familia, de la que no tenemos pruebas, fue objeto de una cuidada educación, que incluyó su
paso por la Escalonía (la escuela para niños) del celebérrimo monasterio benedictino de
Monserrat, ubicado a unos cincuenta kilómetros de la capital catalana, al que rinde pleitesía
en su diario, dedicado a la enseñanza de la religión pero con especial énfasis en el cultivo de
la poesía, las artes y la música, sobre todo coral, pese a lo cual él insiste en remarcar la
condición popular de su barrio y la modestia de sus orígenes, que pretende atestiguar por el
sitio en donde se encuentran enterrados sus padres, en el cementerio sudoeste de Barcelona,
en barriada la de casa Antoiner en la falda del Montjuíc. Ignoramos las razones de su partida,
porque nunca las enuncia, y aunque la mayoría de los elementos comentados parecerían jugar
en contra de nuestra argumentación pensamos que, lo que habría de desterrar, es la idea de la
emigración como hija de la pobreza, cuando queda muy claro en realidad, como muchos lo
han dicho ya, que en situaciones de crisis no son los pobres los que escapan, sencillamente
porque no tienen cómo solventar los gastos de traslado y de instalación inicial, sino que los
que se van a ir serán siempre los que disponen de algunos recursos propios, materiales o
relacionales, pero que alcanzan para revertir la imagen de las migraciones, como la de la
instintiva respuesta de desesperadas masas asediadas por la ruina, por la de una acción
racional realizada por individuos guiados por estrategias de superación social constante
(Ramella, 1994: 11).
En el caso de Palet, resulta evidente que su intención inicial no era ciertamente partir
para no volver, como él mismo se encarga de afirmar en “La Lujanera”, que compuso como
expresión de agradecimiento de él y sus pares catalanes por la hospitalidad brindada por el
pueblo de Luján ante la emergencia de la fiebre amarilla, en que sostiene que “...si algún día
el destino/nos reúne en nuestros patrios lares/ al través de los diversos mares/un recuerdo
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
tendrá Luján...”; lo que revela en realidad que, si las cosas seguían el curso previsto, sería
Argentina a la que su gratitud y su memoria rendirían culto, porque su objetivo, como el de
los otros, era el de poder reunirse en el de origen. Por otra parte, si la ruptura fuera la meta, el
horizonte deseado como se sostiene, parecería lícita la pretensión de considerar al viaje como
instancia de impugnación de esa realidad de la que se había abdicado, aunque no en el estricto
sentido se entiende con que según David Viñas se apropiaron los intelectuales del iluminismo
y del romanticismo rioplatense de la imagen de Europa en contraposición a todo lo negativo
encarnado en la figura del régimen colonial español que los había precedido, pero que se
presentaría de todas maneras igual como expresión de rechazo, de explícita negación de un
situación y un lugar a los que había abandonado para siempre y a la que no podía
positivamente valorar porque lo que estaba en juego, se comprenderá, contraponiéndola con
su situación actual, es nada menos que la posibilidad misma de poder legitimarse, ante sus
ojos y ante los de los demás, de modo de dar un sentido concreto a su existencia, y máxime si
se trata de un emigrante exitoso como es en nuestro caso, al venir de esa forma a ratificar lo
acertado de la decisión tomada, reafirmándolo en su convicción de haber emprendido el
camino correcto. Pero nada de esto aparece en el Diario... de Palet. Muy por el contrario, cada
salida del Port Vell, y realizó cinco viajes, el primero en 1852, el segundo en 1860
quedándose en Barcelona seis meses, el tercero en 1877 por primitiva vez con su familia
argentina para permanecer allí tres años, el cuarto en 1885 prolongando su estadía hasta 1889,
y el último en 1893 hasta su regreso definitivo en 1896, era ocasión propicia para la
nostálgica y prematura evocación de los hitos que se iban desgranando ante sus ojos, Las
campanadas de Santa María del Mar que señalaban la hora de la partida, el Paseo de Colón, el
Montjuíc, el Llobregat, que así devenían en los elementos referenciales de una identidad de la
que jamás abdicó hasta su muerte en 1907. Es más, una vez en Luján, devenido en alarife de
nota, autor consagrado de muchas de las construcciones que configuraron durante largo
tiempo las representaciones más visibles de la ciudad, como la fachada y la sección antigua
del cementerio viejo en 1856, la Escuela del Estado para Varones, el primer monumento a
Belgrano en el centro de la plaza frente al templo en 1858, trabajando incluso en secciones de
la propia Basílica, erigió a su negocio de corralón y provisión de materiales, que aún hoy se
conserva en manos de emigrantes españoles, en el centro de una basta red empresarial y
familiar, a la que incorporó trayendo a sus hermanos Emilio y Hermenegildo y a su medio
hermano, que finalmente lo sucedió al frente del negocio, Ramón Margall. Catalán hasta la
médula sus relaciones excedieron el limitado marco de la pequeña colectividad local de ese
origen, como los Palet, Castell, Rivot o Margall, casi todos ellos constructores,
comprendiendo a amigos a los que auxilio, trayendo o instalando en los alrededores de su casa
ante la emergencia de la fiebre amarilla de 1871, como Xaráu, compañero y amigo, además de
maestro en Monserrat y compositor de música sacra, a quien se deberían sumar Cama, Aimar,
Durán, Corominas, Ferrán, Bonaplata, Salvatella, Piqueras, Pons, Rovira, Máses, Campalán,
Jover, Huiset y Solá que animaron la vida del pueblo, cantando canciones sobre la patria
lejana, componiendo salves para la Virgen, a la vez que comían escudelas o bailaban sardanas
(una escena que vemos repetida en unas largas vacaciones que en 1895 tuvo en el Vals de
Ribas, en Cataluña) Esos amigos, junto a otros entrañables como Esteba Massót, a los que
reverencialmente saludaba sin falta cuando se cumplía el día del Santo patrono de su pueblo,
lo introdujeron en la Trufa, asociación recreativa encargada de divulgar las actividades
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
culturales de los catalanes, de la que llegó a ser presidente, aunque eso no iba en
contradicción para él con un cierto sentirse español, que lo llevó incluso a manifestar su
disgusto porque “esa canción”, por el Himno Nacional Argentino, se entonara un 25 de Mayo
en los salones de la Asociación Española. En realidad, si quisiéramos comprender su
identidad, es seguro debiéramos ubicarla en la intersección de una serie de coordenadas, que
incluya en grados diversos su condición de argentino, lujanense y católico militante, pero es
claro que ante todo se sintió catalán siempre, sin remilgos, como se manifestaba en esa
constante necesidad de retornar a su tierra, ante la que solo una vez, en su último viaje,
muertos ya sus padres, confesó un cierto extrañamiento (“Com solitarí auscellét/ que ha
quedát sém famelia/...Aixís visch já fá mitx any/ sol, en mitá de tanta gent/ tothóm mí es
indiferént/ ya que aquí sóch un estránj...).
Lo que no obsta, igual, para que nos ofreciera un extraordinario testimonio, un relato en
que la alteridad, además de evidenciarse, nos demuestra el modo cómo se construye en
relación dialéctica cotidiana y especular entre un “nosotros” y los “otros”, entre los que oscila
pendular la imagen que finalmente emerge entre la narración, el narrador y lo narrado..
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493
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Abstract
En el siglo XIX México recibió un crecido número de visitantes que dejaron una
cuantiosa y compleja obra escrita que en genérico conocemos como relatos de viajeros. Los
numerosos viajeros arribaban al país que durante sus tres siglos de régimen colonial estuvo
vedado al conocimiento y curiosidad europea, que España mantuvo para la protección de sus
ricas colonias americanas, donde sobresalía la Nueva España.
Los viajeros provinieron de las viejas potencias coloniales, pero sobre todo de aquellas
que buscaban dominar la mayor parte del mundo, cuando se formaba el imperialismo que
tanto importancia tendría en la creación, formación y ampliación del capitalismo a escala
planetaria, donde las colonias eran importantes fuentes de aprovisionamiento de materias
primas y fuerza de trabajo, a la vez de ser mercados enormes. En este contexto amplio
ubicamos a los viajeros que conocieron al México decimonónico y le hicieron conocer en sus
países de origen.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Texto
En el siglo XIX un cúmulo de viajeros extranjeros arribaron al México recién
independizado. Recorrieron sus exóticos paisajes, describieron sus gentes, monumentos,
volcanes. Reflexionaron sobre el pasado colonial, el tambaleante presente y un promisorio
futuro que veía a México guiado por algún país “civilizado”. Muchos de esos viajeros dejaron
constancia escrita y pictórica de sus andanzas. Los públicos que leyeron y observaron tales
materiales conocieron un país que había estado vedado a la curiosidad y conocimiento
europeo por más de dos siglos.
Los discursos que hoy conocemos con el genérico “Relatos de viajeros” en su origen
fueron textos escritos con motivaciones muy diferentes a las que hoy les atribuímos. Fueron
influyente lectura para hombres de Estado y de negocios en sus paises de origen, las potencias
imperiales decimonónicas en donde se publicaron prima facie. Posteriormente, se publicitaron
en los paises que éstas glosaban, México en el caso que nos ocupa, afectando a los grupos de
intelectuales y politicos mexicanos que observaban alli plasmada una compleja ideologia que
interpretaba los problemas, potencialidades y recursos nacionales con una perspectiva sesgada
a favor de los intereses nacionales de tales viajeros, fueran éstos comerciales, mineros,
geopolíticos, etcétera.
En este trabajo nos abocaremos a ambas miradas: la del viajero que publicita a México
en su pais de procedencia y las construcciones políticas e ideologicas que a partir de tales
constructos elaboran los grupos de criollos que se dieron a la tarea de formar la Nación
mexicana, y el nacionalismo que tales grupos de politicos e intelectuales desplegaron ne las
labores de gobierno y las empresas culturales.
En el siglo XVI España formó su imperio colonial y Europa recibió asombrada las
noticias del Mundo Nuevo. Dos siglos después, subieron al trono español los monarcas
Borbón que implementaron una serie de reformas para recuperar el poderío hispano, en un
concierto europeo donde Francia e Inglaterra luchaban por la hegemonía mundial. El ilustrado
siglo XVIII fue campo de batalla de armas e ideas y el esfuerzo español por mantenerse en
escena fue vencido por sus rivales galos y británicos, de manera que a principios del siglo
XIX el Coloso hispano de tambaleaba para caer pocos años después.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
496
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
1996:82) El viaje se consideró una experiencia vital para quien lo realiza y para quien lo
recrea al leerlo. Lord Byron, poeta trashumante y combatiente por la libertad de Grecia,
simbolizó al héroe romántico en la Inglaterra que ampliaba aceleradamente su enorme
imperio colonial. Una de las vertientes de la pasión romántica fue el nacionalismo,
movimiento que encendió a muchos pueblos para constituir las naciones-Estado del siglo
XIX. La centuria se caracterizó también por el descubrimiento y coloniaje de muchos
territorios al dominio europeo: es decir la formación de imperios, para los cuales saber es
poder.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
En el siglo XIX existió una curiosidad popular que podemos llamar protocientífica,
dentro de la cual ya ubicamos el gusto en conocer países y culturas distantes, sea de manera
directa mediante los viajes, como indirecta leyendo u observando el relato de éstos. También
expresaba ello el interés por los avances científicos presentados como atracciones populares.
Parte de ese movimiento de ideas explica por qué en los albores de la centuria la demanda
fuera tan alta que agotara las ediciones del Ensayo Político sobre el reino de la Nueva España
de Alexander von Humboldt. El libro no era estrictamente literario ni hecho para el gusto
popular, sino un ensayo científico de cierta complejidad de la colonia más rica del imperio
hispano, en los años en que ésta iniciaba su independencia.
Los viajeros naturalistas de las expediciones del siglo XVIII, alcanzaron el summun con
Alexander von Humboldt, viajero por antonomasia cuyo gran periplo fue una de las empresas
científicas más célebres que un solo estudioso haya realizado y financiado. Sus numerosas
obras fueron ampliamente conocidas en los círculos intelectuales y políticos europeos del
siglo XIX, conjunto amplio del que destaca el Ensayo Político sobre el reino de la Nueva
España, referente obligado para todos los viajeros que llegaron a México en el siglo XIX.
Este conjunto amplio viajeros fue antecedente de los viajeros decimonónicos. Dadala
gran cantidad de visitantes que llegaron a México en tal centuria, hemos realizado una
clasificación y selección de los mismos en base a las diversas funciones y naturalezas que
jugaron en la conformación política y económica del país y de las relaciones de éste con las
potencias que anhelaban el papel de socio comercial o nación más favorecida: Inglaterra y
Estados Unidos principalmente.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
reconstruye al recordarlo, una vez que el viajero ha regresado al punto de origen, mismo que
como referente está presente al elaborar o narrar su testimonio. Con esta perspectiva
orientadora la narración adquiere determinadas formas comunicativas.
Las obras de viaje se publicaron primero en sus lugares de origen y solo después fueron
conocidos por los lectores mexicanos, que leyeron esas obras de forma harto diferente por el
conocimiento y compromiso que tenían con el objeto de la narración: México en constitución
como nación autónoma . Algunos de esos lectores mexicanos fueron actores políticos que
lucharon militar e ideológicamente por un proyecto de nación moderna. En la construcción
del proyecto nacional por la generación de liberales referentes importantes fueron las obras de
los viajeros, que habían descrito a México desde la lejanía del espectador y la distancia de la
extrañeza. Esa ‘distancia’ no puede tomarse como una virtud que permite conocer más
“objetivamente” las realidades sociopolíticas mexicanas que explicaron, sino como
perteneciente a otro marco de significación ideológica desde el cual se conoce y hace conocer
a México.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
¿Quienes fueron? ¿Cuales eran sus oficios? ¿Qué vinieron a hacer al país?. Tomados en
conjunto seríamos presa fácil de la diversidad y complejidad de sus rasgos psicológicos
personales. Ordenados de acuerdo a sus perfiles de interés más notable, podríamos organizar
sus apreciaciones dependiendo de si fueron:
Sus obras utilizan las vías textual e icónica para mostrar sus objetos de interés (plantas,
animales y seres humanos. Monumentos, fiestas, trajes típicos, etc.). Tienen carácter integral,
porque en su mayoría tratan asuntos de índole varia, como disquisiciones artísticas, teológicas
o económicas, al lado de descripciones sobre usos alimenticios, fauna exótica, plantas
medicinales, el clima y su efecto sobre la salud o industria, etc. Sobre tales similitudes
destacan las particularidades personales, algunas de las cuales abordaremos adelante.
6. Militares y diplomáticos
Como se ha dejado constancia, la naciente república mexicana fue objeto de intereses
políticos y económicos de los países poderosos, que desde la década de 1820 se acercaron al
país para realizar tratos comerciales, anexiones políticas, etc. México, desde su frágil
posición, se relacionó ambiguamente con tales países del orbe occidental.
Los países colonialistas que dominaron el siglo XVIII, España y Francia, se enfrascaron
en conflictos con su rival en ascenso, Inglaterra, por la dominación en Europa y en los
entornos coloniales de América, Asia y Africa. La superioridad naval inglesa y la revolución
industrial le dieron al Reino Unido preeminente papel en el siglo XIX, rivalizando con los
Estados Unidos en la búsqueda de dominio sobre los territorios americanos. Ampliando la
perspectiva de la mirada histórica vemos el desarrollo mexicano en la doble contradicción de
su constitución y fortalecimiento interno y sus relaciones externas, en juegos de fuerza que
modelaron un sistema-mundo comandado por Inglaterra.
La relación entre naciones puede tener sesgo pacifico, diplomático, violento, militar...
En el caso de la relación de México con su ex metrópoli, España, la primera vía fue la militar,
sin resultados favorables para ésta. La independencia de la rica colonia no se aceptó de buen
grado. Debieron pasar algunos años para que las relaciones entre ambos países en términos
igualitarios pudieran establecerse, aunque solo fuera formalmente. Ello se hizo hacia 1839,
cuando se mandó a Angel Calderón de la Barca como ministro plenipotenciario de España a
México. Si bien el ministro español no dejó escrito algún relato de viajero, si lo hizo su
esposa, Frances Erskine, autora de la obra más famosa y conocida del género. La Vida en
México durante una residencia de dos años en ese país, recopilación de cartas que Madame
Calderón de la Barca envió a corresponsal europeo, que posteriormente se reunieron en un
volumen. El libro fue publicado en Inglaterra en 1843 por recomendación de un
norteamericano estudioso del pasado colonial mexicano: William Prescott. El principal mérito
de la obra es el tono intimista que la autora emplea en la descripción de tipos y caracteres
mexicanos. En tanto perteneciente al circulo diplomático, tuvo relación con las familias
encumbradas del México de 1840, conociendo de cerca el modo de vida de la élite, y de forma
más alejada a las clases populares que observaba tras la lente de su refinada educación. Como
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
muchos otros viajeros, Fanny contrastó frecuentemente sus observaciones mexicanas con lo
conocido de las realidades norteamericanas y europeas.
La Vida en México atiende a los ritmos, colores y formas de la vida cotidiana mexicana.
Explica asuntos de política interna de manera que puedan ser entendidos por legos en la
historia mexicana. En ello radica la buena recepción de la obra hasta los tiempos presentes.
Atención similar a los ambientes y personas le merece el paisaje del Valle, al que
frecuentemente iba en paseos y exploraciones con otras amigas. Recordemos que este motivo
fue tratado ampliamente por los viajeros expedicionarios dieciochescos, y seguiría presente en
sus continuadores del siglo XIX.
Paula Kolonitz llegó a México como parte del séquito de Carlota Amalia y
Maximiliano, y permaneció en el país aproximadamente seis meses, a raíz de los cuales
escribió su texto. El estilo del mismo es representativo del romanticismo, que reconoce
preeminente sitio a la sensibilidad del sujeto en las situaciones u objetos con los cuales se
relaciona y narra. Un carácter importante es la relación de tal sensibilidad con la naturaleza
que le rodea, cuyos ritmos y modos están en relación directa con tales sensaciones y
sentimientos.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Si ello atañe al modo en que está escrita la obra, los objetos temáticos, paisajes,
personas y ambientes mexicanos son descritos para mostrar la baja estatura moral de los
mexicanos, que como pueblo latino eran inferiores a los austriacos, que se consideraban el
summum moral de centroeuropa. Debemos recordar que los Habsburgo austríacos gobernaron
en gran parte de las monarquías europeas, incluida la española en los siglos XVI y XVII.
En su primera visita de 1822 Poinsett llegó como agente especial que buscaba ampliar
las fronteras estadounidenses a expensas del territorio nacional, empresa fallida pues las
negociaciones con Agustín de Iturbide no avanzaron. Otra encomienda que sí concluyó con
éxito fue tramitar la devolución de capitales norteamericanos tomados por el emperador
Agustín I. El segundo arribo en 1825 lo hizo en calidad de ministro plenipotenciario, enviado
para gestionar con el gobierno mexicano la compra de Texas por quince millones de pesos.
No logró realizar la transacción, pero pudo percibir que Texas se desprendería fácilmente de
México. En su permanencia en la capital, Poinsett se dedicó a observar la política nacional en
relación con los intereses norteamericanos. Apoyó cercanamente la creación de la logia
masónica del rito de York, que funcionaría como partido político americano, contrario a la
antigua agrupación masónica de rito escocés, que concentraba sobre todo a españoles, de
filiación centralista y “europeizante”. El interés norteamericano en que México adoptara una
constitución federal, para el ministro se convirtió en divisa política que le llevó a interferir en
asuntos de política domestica.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
pueda esperar hacerlo algún otro, y no ha dejado casi nada para el viajero en el
futuro, que no sea el relato de sus propias aventuras y la narración de sus propias
sensaciones e impresiones.
El Emperador estaba en su gabinete y nos acogió con suma cortesía. Con él estaban
dos de sus favoritos. Nos sentamos todos y conversó con nosotros durante media
hora, de modo llano y condescendiente, aprovechando la ocasión para elogiar a los
Estados Unidos, asi como a nuestras instituciones, y para deplorar que no fueran
idóneas para las circunstancias de su país. Modestamente insinuó que había cedido,
contra su voluntad, a los deseos de su pueblo y que se había visto obligado a
permitir que se colocara la corona sobre sus sienes para impedir el desgobierno y la
anarquía.
Tal declaración de principios de Iturbide, tan alejados de los del ministro que se
consideraba poseedor de la mejor verdad para llevar a México por los caminos de “la
civilización y progreso”, irritó a Poinsett. Le impulsó a realizar un campaña entre los
contrarios a Iturbide, labor realizadas al abrigo de la logia masónica del rito de York donde se
publicitaban las “bondades” del vecino país.
Los ministros de ambos paises que coincidieron en México en 1825, realizaran labores
para posicionarse. El campo de batalla fue la masonería apoyada la del rito escocés por los
británicos y la yorkina por los norteamericanos. La intromisión de ambas potencias en los
asuntos internos del país por la vía de las logias masónicas, que reunía los personajes cimeros
de la política y economía mexicanas, provocó problemas a raíz de los cuales Poinsett fue
expulsado del territorio nacional.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
El enviado de Gran Bretaña a México fue Henry George Ward, que llegó al país por
primera vez en 1823 y posteriormente en 1825. Su primer visita tuvo como propósito estudiar
las condiciones políticas con el fin de establecer relaciones económicas: negociar un Tratado
de Amistad, Comercio y Navegación entre los dos países. Dos años después tornó a México
como ministro plenipotenciario, encargado de los intereses de Su Majestad en México. Su
misión era investigar las condiciones de la infraestructura nacional para el desarrollo de
actividades productivas, entre las que destacaba la minería, de la que se le pidió incluso tasar
la producción de plata, para entusiasmar más a los posibles inversores británicos en México.
Ward escribió la obra, México en 1827 como resultado de su visita al ignoto país que recorrió
en compañía de su familia; ello se manifiesta en su texto y en los dibujos que trazó su esposa,
Emily Elizabeth Ward. Consciente de la importancia y novedad de su misión, apunta en la
parte inicial de su obra:
Habíamos atravesado un país visitado hasta entonces por muy pocos de nuestros
compatriotas, y en el cual, a pesar de sus pocas bellezas, había muchas novedades
que atrajeron nuestra atención, y habíamos recibido a cada paso las pruebas más
inequívocas de que la comisión que se nos había encomendado era vista con muy
buenos ojos por la gran masa de los habitantes. Muchos de ellos llamaban a este
principio de un intercambio menos restringido con Europa “el segundo
descubrimiento del Nuevo Mundo”, y realmente eso era para nosotros, ya que en los
tres últimos años obtuvimos más información respecto a América y mayor visión de
las capacidades del país y de las carácter de sus habitantes, que las conseguidas
durante los tres siglos precedentes.
Los recorridos del ministro inglés se limitaron a la parte central del país, siguiendo un
derrotero marcado por las ubicaciones de las principales minas, vetas y beneficios mineros.
Por ende, lo que más desarrolló Ward en su obra fue la minería, dando información a ingleses
para que inviertan en México, donde ya se encontraban alemanes haciendo negocios. Su
información pretende orientar adecuadamente respecto a los montos necesarios para obtener
determinados beneficios; es muestra fehaciente del valor que la información del viajero
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
ilustrado supone para sus contemporáneos, y en extenso para los intereses económicos de su
país, el Reino Unido.
Las labores de ambos ministros contribuyeron a agudizar los conflictos entre los
mexicanos americanos o europeizantes: entre yorkinos o escoceses. Ahondaron en suma las
diferencias entre facciones y contribuyeron a la formación de cierta cultura política. Si bien
ambos realizaron labores de agitación, la desmesura y vehemencia del ministro
norteamericano contribuyeron a su repudio, no siendo asi el caso del inglés. No obstante la
expulsión, las filiaciones pro-norteamericanas de las clases políticas mexicanas, basadas en
acrimonias heredadas de la Colonia contra los españoles, estaban firmemente plantadas en
suelo mexicano, y contribuirían a definir desde su origen, algunos defectos del partido liberal
mexicano, manifiestos hacia la segunda mitad del siglo XIX.
7. Comerciantes y empresarios
Otro grupo de viajeros fueron aquellos que arribaron al país para hacer negocios, sobre
todo en el comercio así como en instalaciones de factorías, minas u otro tipo de explotaciones.
La obra que dejaron es tangencial a ese tipo de labores. En este apartado consideramos
emblemática la obra de William Bullock, un personaje excepcional entre las excepciones que
constituyen cada uno de los viajeros en México. Antes de visitar nuestro país ya lo animaba el
gusto por las exoticidades que el mundo entonces conocía, provenientes de lugares extraños,
como la Polinesia o Egipto... Había fundado en el paradigmático puerto de Liverpool un
museo con objetos que el marino James Cook le obsequió de sus viajes por el Pacífico. Con
tales objetos de arte, armaduras y espécimenes de historia natural, montó un museo que mudó
luego a Londres. La ciudad, el centro del Imperio más grande del siglo XIX, tenía afición por
las antigüedades y exoticidades del mundo, como las egipcias o mexicanas, las cuales se
comparaban con frecuencia.
Dichas exhibiciones y Panoramas fueron muy bien recibidas por el publico inglés que
admiró con especial interés las reproducciones del calendario azteca, la Coatlicue, la piedra de
Tizoc, asi como códices, pinturas y amates. Tal y como hizo antes de pisar tierras mexicanas,
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
8.Naturalistas
Los viajeros naturalistas fueron herederos directos de sus contrapartes ilustradas que
formaron las expediciones científicas. Dentro del desarrollo y búsqueda de las ciencias
naturales (geología, química, física, biología, etc.) muchos científicos visitaron América y en
particular México, para inquirir en sus formaciones geológicas, sus especies animales y
vegetales: en general en su exuberante y exótica naturaleza, ensayando explicaciones y
causalidades que se enlazarían con muchas más para formar los grandes cuerpos teóricos
desarrollados y afinados en la parte final de la centuria.
La naturaleza era el objeto de interés, así como también las sociedades indígenas
americanas, ello tratado de manera más compleja que la observación y registro de plantas o
animales. Debemos considerar que en el desarrollo de la ciencia occidental, las ciencias
sociales nacieron posteriormente a las que en genérico llamamos naturales. Por ello es más
sencillo hablar de las primeras indagatorias geológicas o botánicas que de las antropológicas o
etnológicas en los primeros años de siglo XIX mexicano. Aquellas las podemos datar desde la
segunda mitad del siglo XVIII, realizadas de manera diferente por los expedicionarios
europeos y por los intelectuales criollos jesuitas. Las reflexiones de corte social fueron más
tardías y provenientes de manera directa de la escolástica.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Las exploraciones del francés por tierras mayas le señalaron como espía y emisario de
su gobierno, razón por la cual fue vigilado por las autoridades mexicanas. Se le imputaron
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
En verdad se necesita que los jefes de la República posean un orgullo bien robusto,
para creer que la potencias europeas sostengan cerca de ellos con grandes gastos a
agentes secretos encargados de instruirlos de lo que pasa en México. Lo que
deberían temer los supuestos hombres de Estado que gobiernan este desgraciado
país, es que se conociese en otra parte la extensión de los vicios de la sociedad
americana; pero desde este punto de vista, cada extranjero que viaja en América es
un espía.
9. Artistas
En la parte primera del siglo se desarrolló el movimiento romántico en Europa, de
variadas expresiones artísticas y políticas nacionales. El romanticismo expresaba la vivacidad,
arrojo y valentía apasionada frente al academicismo frío que había caracterizado a la corriente
artística precedente, el neoclasicismo. Tenía además una expresión política que valoraba la
pasión del individuo en la lucha y constitución de la nación, centro de identidad y
significancia socio-política.
Los artistas desarrollaron tres grandes motivos pictóricos, mismos que a veces se
entremezclaban, superponían o sucedían en un mismo tiempo o sujeto: el paisaje, la
arqueología y el costumbrismo. El paisajismo como motivo pictórico estuvo ausente en la
tradición artística precedente, que generalmente trabajó con motivos fictivos alegóricos
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
El primero fue Pelegrín Clavé, director de dicho instituto, quien permaneció en México
de 1846 a 1868. Él consideraba la pintura de paisajes al óleo como una mera práctica, lo que
son sus bocetos Paisaje en Durango y Las cuevas de Cacahuamilpa, estudios personales que
conforme a la época eran más ejercicios que obras autónomas y reconocidas. Consciente de la
importancia de tal manifestación artística y buscando desarrollarla en la Academia mexicana,
Clavé invitó al italiano Eugenio Landesio a dar clase de paisaje y perspectiva, lo que obligó a
éste a realizar modificaciones en su practica pictórica, pues la topografía, luminosidad y
colorido de México eran distintas a las de Europa. Los recorridos por el país le plantearon al
maestro problemas técnicos a resolver, algunos de ellos propios de entornos determinados,
como la ascensión al volcán Popocatépetl, cuya atmosfera y gran altura modificaban -según el
artista- la percepción de los colores. Eugenio Landesio y su famoso discípulo, José Ma.
Velasco se consideran iniciadores de la escuela de paisajismo mexicano. Además de tal
motivo artístico, representaron vistas de haciendas y monumentos histórico-culturales, obras
testimoniales además de meritorias artísticamente.
El tercer maestro fue Claudio Linati, introductor en el país de la litografía, técnica con
la que representó los trajes mexicanos. En 1828 editó en Bruselas Trajes civiles, religiosos y
militares de México, obra que influyó en muchos viajeros posteriores a esa fecha. Linati llegó
a México en 1826 a instancias del ministro Lucas Alamán, e instaló sus prensas de litografía
en el Ministerio de Relaciones. La nueva técnica permitió la reproducción en color a menor
costo que las reproducciones manuales al óleo. Tal abaratamiento e incipiente mecanización
sería bien aprovechada por la prensa, que en este siglo creció sustantivamente, y permitiría
desarrollar proyectos culturales y políticos a las burguesías nacionales.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
El segundo motivo importante para muchos de los artistas trashumantes fueron los
restos arqueológicos, o como entonces se les bautizó, las “antigüedades”. Además de la
representación pionera de las mismas, muchos viajeros contribuyeron decisivamente en su
descubrimiento. Son célebres los casos de la pareja exploradora de los mayas, John L.
Stephens y Frederick Catherwood. El primero, norteamericano, era graduado de la
Universidad de Columbia, y su compañero inglés, Catherwood, fue destacado arquitecto y
artista. Juntos recorrieron más de 40 sitios mayas, la mayoría de los cuales eran desconocidos.
De tal colaboración resultaron dos libros, cuyo mérito en la descripción de la vida en
Centroamérica así como de edificios y estelas mayas es todavía reconocido: Incidents of
Travel in Central America, Chiapas and Yucatan (1841) e Incidents of Travel in Yucatan
(1843).
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
liberales y conservadores mexicanos de la segunda mitad del siglo, elaborarían con alguna
referencia a las construcciones culturales, políticas e ideológicas que los viajeros europeos
decimonónicas formaron del México por ellos visto e interpretado y que en el siglo XX serían
objeto de acusadas investigaciones entre las que destacan Carlos Fuentes, Octavio Paz, Martín
Luis Guzmán, Roger Bartra, Guillermo Bonfil Batalla, etc., sin que por ello en la actualidad
semejante complejidad se considere como agotada.
Conclusiones
El estudio de los relatos de viajeros decimononicos desde la perspectiva que se ha
señalado, permite ubicar a tan relevantes testimonios historicos en un contexto historico
problematizador, que asi contribuye a ampliar su significancia.
Nos hace participes del fervor decimonónico que perfiló los actuales Estados modernos,
así como las concepciones artísticas y científicas que posibilitaron (y limitaron) los desarrollo
históricos del siglo XX. Tal energía vital, junto a la miseria y pobreza propias del siglo
revolucionario, movilizó a europeos y mexicanos, en sus diferentes posibilidades, intereses y
ritmos para conocerse a si mismos y a los otros. Para inquirir en el sentido con que se
desenvolvía la vida orgánica y las sociedades humanas. Es el siglo que Charles Darwin
conmocionó la ciencia decimonónica estableciendo la teoría de la evolución,
contemporáneamente a las sendas construcciones teóricas que elaboraron Karl Marx, Emile
Durkheim y Herbert Spencer para explicar las complejas dinámicas sociales de los Estados
occidentales. Científicos, artistas, revolucionarios se vieron a si mismos y a las sociedades
americanas buscando regularidades y sentidos definidos en la vida social como los que se
establecían para la vida vegetal y animal.
En tan intensas búsquedas sociohistóricas del aventurero siglo XIX fueron parte
importante los viajeros que dieron a conocer sociedades exóticas como la mexicana, la
egipcia, la filipina... pero las sociedades que los viajeros conocieron y glosaron,
frecuentemente lo hicieron demeritando o negando, concibiendo y publicitando tales
realidades diferentes como inferiores, teniendo como parámetros de belleza, bondad y
civilidad la pauta europea. Las construcciones de los viajeros europeos, además de hacer
conocer las realidades coloniales a sus contemporáneos, se hicieron pautas de valoración,
calificación y conocimiento para los grupos criollos, que en la América hispana se
independizaron de España en las primeras décadas del siglo XIX. Intelectuales, políticos y
activistas criollos que al construír su propia versión de la patria y de las realidades nacionales,
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
lo hicieron "con ojos ajenos", los ojos de los viajeros europeos que les dieron existencia
mediante su nominación. Ello puede concebirse como colonialidad de saber, que muchos
intelectuales latinoamericanos siguen buscando, alabando o padeciendo en nuestro presente,
cercano y distante del siglo XIX. De manera que el estudio de las significaciones
sociopolíticas y culturales que edificaron los viajeros decimonónicos (como la ubicua
presencia de Humboldt en la historiografía mexicana) hace necesario el analisis de la
experiencia mexicana en relacion con sus caminates y viajeros extranjeros, en una perspectiva
analítica de visión amplia.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Abstract
El presente trabajo tiene como objetivo relacionar y analizar ciertos aspectos de la
novela corta de Joseph Conrad, El corazón de las tinieblas (1902), en base a las propuestas e
indicaciones expuestas por Joseph-Marie Degérando en sus Consideraciones acerca de los
varios métodos a seguir en la observación de los pueblos salvajes (1800) y referidas a la
indagación sobre la naturaleza de las “ideas”, del lenguaje, de las costumbres de los pueblos
“primitivos” y de las influencias civilizadoras del comercio en el progreso de la humanidad.
Bajo una forma conocida -el viaje como modo de remontar el pasado de la humanidad-
la novela de Conrad expresa los intereses más caros a la problemática de la Ilustración así
como la contracara más sombría de su racionalismo ilustrado, su “optimismo positivista”.
El viaje de los protagonistas de Conrad nos presenta (Kurtz y Marlow) los lleva -y con
ellos al lector- a una misma revelación (que tendrá en ellos diferentes respuestas): la radical
contingencia de la naturaleza de la civilización, su correlativa extensión a los valores que la
sustentan, sus paradojales actitudes ante ello.
Texto
Claude Lévi- Strauss presenta en dos breves textos editados originalmente con cuatro
años de diferencia, Los tres humanismos (l956) y Las tres fuentes de reflexión etnolólogica
(l960), ciertas perspectivas que se complementan entre sí respecto de los procesos que
contribuyeron a la constitución de la antropología como disciplina independiente. Así, dicho
autor señala:
En lo que va del siglo XVI al siglo XVIII, el ejemplo suministrado por los pueblos
indígenas había alimentado la crítica social de dos modos diversos: la coexistencia,
en el presente, de formas sociales profundamente heterogéneas, planteaba la
cuestión de su recíproca relattividad y permitía poner en duda a cada una de ellas.
Por otro lado, la mayor simplicidad de las llamadas sociedades salvajes o primitivas
suministraba un punto de partida concreto para una teoría acerca del progreso
indefinido de la humanidad: pues si se había partido de un lugar tan bajo, no había
razón alguna para suponer que el movimiento hacia adelante debiera detenerse y
que las actuales formas sociales representaren un ideal definitivo, imposible de
mejorar. (Lévi-Strauss, 1975:19)
515
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Igualmente Lévi-Strauss plantea que más allá del humanismo clásico renacentista, el
humanismo se extiende aún más abarcador durante los siglos XVIII y XIX con el progreso de
la exploración geográfica. Considerando finalmente que:
a) la perspectiva de dos personajes que parecen ser proyecciones del autor: un marino
que da pie al relato y Marlow –otro marino- quien a su vez comenta, evocándola, la
historia central y excluyente de la novela.
b) la modalidad de un relato que se expresa recurrentemente en desplazamientos, en
viajes, y cuyos contenidos y significados se manifiestan por contrastes, que los
desplazamientos evidencian. Al decir del marino que inicia la novela refiriéndose a
Marlow: “... para él el significado de un episodio no se hallaba dentro, como el
meollo, sino fuera, envolviendo el relato, que lo ponía de manifiesto sólo como un
resplandor pone de manifiesto a la bruma, a semejanza de uno de esos halos
neblinosos que se hacen visibles en ocasiones por la iluminación espectral de la
luna.” (Conrad, 1976:20-21)
c) la expresión de ese humanismo “exótico” antes indicado, ligado a intereses
privilegiados, a partir de una civilización privilegiada.
d) la inclusión dentro del desarrollo de la novela de formulaciones clásicas que se
refieren a lo que se ha llamado la tradición filosófica del siglo XVIII y que aún en los
comienzos del siglo XX se manifiesta en un híbrido conjunto de juicios “científicos”,
“filosóficos” e “históricos”.
Los tres últimos puntos se despliegan en el relato mismo y manifiestan contenidos caros
a la tradición del iluminismo racionalista pero con un acentuamiento crítico respecto de su
optimismo civilizador. Así, el autor presenta una actitud radicalmente crítica de la empresa
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
La conquista de la tierra, que más que nada significa arrebatársela a aquellos que
tienen un color de piel diferente o la nariz ligeramente más aplastada que nosotros,
no posee tanto atractivo cuando se mira desde muy cerca. Lo único que la redime es
la idea. Una idea al fondo de todo; no una pretensión sentimental, sino una idea; y
una fe desinteresada en la idea, algo que puede ser erigido y ante lo que uno puede
inclinarse y ofrecer un sacrificio. (Conrad: 1976: 22-23)
Debemos inferir que cada época, por así decir, ha tenido una idea a ese respecto, y en el
momento en que el autor desarrolla su historia dicha idea no es otra que la idea del progreso
indefinido, entendido como el proceso civilizatorio europeo occidental (industrial y
comercial) expandido a partir del sistema colonial y manifestándose en sus avanzadas
comerciales al interior de los territorios coloniales.
Afirma Degérando:
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
La mayor parte de los viajeros han visto en el comercio con los pueblos salvajes sólo
una posibilidad de especular o un medio de establecerse entre ellos para
dominarlos. Un viajero filósofo debería ser mucho más previsor. Debería encontrar
en este comercio in medio de conducir a los salvajes a la civilización. En realidad,
sólo con nuestra ayuda pueden civilizarse: sólo la necesidad puede acercarlos a
nosotros. Así, un primer intercambio facilitará las primeras comunicaciones; estas
comunicaciones servirán quizás para inspirar al salvaje nuevos deseos, que lo
encaminarán nuevamente hacia nosotros. Siempre bien recibido, bien tratado,
testimonio de nuestro bienestar, de nuestra riqueza, y al mismo tiempo de nuestra
superioridad, quizás se apegará a nosotros sobre la base del reconocimiento o del
interés, establecerá con nosotros alguna alianza, nos llamará a ellos para que le
enseñemos el camino que debe conducirlo al estado en el que nos encontramos.
(Degérando, 1978:113)
En los salvajes, podemos encontrar los materiales necesarios para componer una
escala exacta de los diferentes grados de civilización, y para asignarle a cada uno
las propiedades que lo caracteriza; podremos reconocer cuáles son las necesidades,
las ideas, los hábitos que se manifiestan en cada edad de la sociedad humana.
Descubriendo el desarrollo de las pasiones y de las facultades de un espíritu mucho
más limitado, se nos hará mucho más fácil penetrar en la naturaleza del salvaje y
asignarle sus leyes esenciales. Con los salvajes, dado que las generaciones han
ejercido sólo una muy ligera influencia las unas sobre las otras, nos sentiremos en
cierto modo conducidos a las primeras épocas de nuestra propia historia; podremos
realizar experiencias seguras sobre los orígenes y la generación de las ideas, sobre
518
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
la formación y los progresos del lenguaje, sobre la concatenación que existe entre
estos dos órdenes de operaciones.
El viajero filósofo que navega hacia los extremos de la tierra recorre en realidad el
camino de los tiempos; viaja al pasado; cada paso que da es un siglo que deja atrás.
Las islas desconocidas a las que llega son para él la cuna de la sociedd humana. Los
pueblos despreciados por nuestra ignorante vanidad se le revelan como antiguos y
majestuosos monumentos del origen de los tiempos; monumentos mil veces más
dignos de nuestra admiración y de nuestro respeto que las célebres pirámides de las
que se enorgullecen las orillas del Nilo. (Degérando, 1978:76)
El hombre parecía joven - casi un muchacho-, pero ya sabéis que con esa gente es
difícil de decir. No se me ocurrió otra cosa que ofrecerle una de las galletas del
barco del sueco que tenía en el bolsillo. Sus dedos se cerraron lentamente sobre ella
y la sostuvieron; no hubo ningún otro movimiento ni ninguna otra mirada. Había
atado un trozo de estambre blanco alrededor de su cuello. ¿Por qué? ¿Dónde lo
había conseguido? ¿Era un distintivo, un adorno, un amuleto, un acto propiciatorio?
¿Tenía ello conexión xon alguna idea?
(...)
Remontar aquel río era regresar a los más tempranos orígenes del mundo, cuando la
vegetación se agolpaba sobre la tierra y los grandes árboles eran los reyes. Un
arroyo seco, un gran silencio, un bosque impenetrable. El aire era cálido, espeso,
pesado, perezoso. No había júbilo alguno en la brillantez de la luz del sol. Los
largos tramos del canal fluían desiertos hacia las distancias en penumbra. (Conrad,
1976:37, 63)
Y muy especialmente en este largo pasaje del Capítulo II, en su encuentro con los
"salvajes":
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Las interrogaciones, las dudas, las respuestas de Marlow ( y el contexto colonial) son
utilizados por Conrad como un procedimiento, un recurso, que apela a un contenido temporal,
sociológico, psicológico y moral, expresado literariamente como un "viaje", que ilumina la
transformación de Kurtz y a través de éste (y de su búsqueda) del propio Marlow.
Conrad nos propone un proceso en el cual el relato contado por Marlow adquirirá su
sentido final en la intersección de un doble desplazamiento. El desplazamiento, la búsqueda,
por este personaje de Kurtz (a cargo de una estación avanzada de recolección de marfil) se
relaciona y se intersecta con el movimiento, el “viaje” ya hecho por este último. El recorrido
de ambos avanza desde Londres (el uno)- Bruselas (el otro) a la costa occidental africana, de
allí al interior de la selva por el río Congo. Y de allí al “horror” y la muerte (al emprender
forzosamente el regreso) en el caso de Kurtz; y a una cierta “muerte” (la afirmación de la
mentira como una forma más de lo real en la medida en que éste es apariencia y su sentido
vano) y piedad comprensiva en el caso de Marlow. Estos últimos como “viajes” que se
expresan literariamente en ambos personajes en la dimensión psicológica interior. En Kurtz,
su transformación dolorosa, paradójica y contradictoria en un “salvaje” pero al mismo tiempo
devolviendo a los representantes de la avanzada civilizatoria -en su propio terreno comercial-
su rostro descarnado pero desprovisto de método, sin “cautela” ni sentido de la oportunidad
para actuar “enérgicamente”. En este caso, el viaje de Kurtz revela su otredad (o la “sombra”
de Kurtz) en su absorción cultural por el mundo indígena y que se expresa literariamente en
términos de actitudes y sus modificaciones “internas”, psicológicas.
Conrad expone así, mediante ese procedimiento literario (tenga o no clara conciencia de
ello), la dinámica clásica del conocimiento antropológico para lograr el “efecto de
conocimiento” final por parte de Marlow, en la medida que se toma distancia del objeto (su
sociedad, sus valores, sus certezas). En este caso, no es la intención de Conrad –en absoluto-
representar un conocimiento antropológico cultural sino la comprensión del “otro” Kurtz
respecto del Kurtz “original” y por extensión, del conocimiento de sí por parte de Marlow en
ese proceso de comprensión.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Las contradicciones de Kurtz son profundas e insolubles: su fusión con los indígenas, su
informe para la supresión de las costumbres salvajes a través del poder benefactor de la
civilización, hasta el posterior agregado en el mismo, escribiendo Exterminar a todos los
salvajes.
Este visitante me informó de que la esfera propia de Kurtz debería haber sido la
política "en su dimensión popular". Tenía unas cejas peludas y rectas, pelo hirsuto y
muy corto, un monóculo colgado de una cinta ancha, y, adoptando un tono
campechano, confesó que, en su opinión, Kurtz realmente no sabía escribir; "pero,
¡cielos!, ¡cómo hablaba! Electrizaba a las masas. Tenía fe -¿ve usted?-, tenía fe.
Podía hacerse creer a sí mismo cualquier cosa, cualquier cosa. Habría sido un
espléndido líder de un partido extremista". "¿De qué partido?", pregunté. "De
cualqueir partido", respondió el otro. "Era un...un extremista." ¿No pensaba yo lo
mismo? Asentí. (Conrad, 1976: 121-122)
Por otra parte, no solo el viaje de Marlow es la ocasión para alcanzar a comprender al
“otro” Kurtz, sino que, como ya lo hemos dicho, produce efectos en el conocimiento y
comprensión de sí mismo. Y una resolución diferente, efectiva -en este caso-, pero a un precio
respecto de la situación paradojal que este personaje vive en tanto crítico de la empresa
colonial a la vez que es empleado de ella; y confidente de Kurtz a la vez que distante, y
comprensivo de su actitud (depositario de su “memoria” y su lealtad) sin renunciar a la
civilización. Parecería que Marlow (y muy probablemente sea Conrad quien por él se expresa)
logra a su manera “superar” esa situación paradojal mediante una profunda piedad respecto de
todos los involucrados, pudiendo inclusive mentir piadosamente, refiriéndose a las últimas
palabras dichas por Kurtz.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
La piedad mediante la cual con que Conrad le hace mentir a Marlow en sus diálogos
con la prometida de Kurtz, es conciente, honesta y profunda. Marlow ha transformado el
“horror” de Kurtz en una piedad sincera que reconoce claramente, sin embargo, la verdadera
naturaleza de los hechos que se han desarrollado anteriormente, pero que se traducen ahora en
una visión relativa, escéptica y desprovista de un sentido trascendente o excluyente. Dicha
piedad está muy cerca de expresar un absurdo sentido de la vida o si se lo quiere decir así: su
contingente sentido. Marlow, en esta perspectiva le es fiel a Kurtz. Retiene su pesadilla en
vida al precio de su transformación, en el reconocimiento del distanciamiento respecto del
sentido de las acciones y valores de su civilización y de sí mismo. Logra un otro
conocimiento de sí mismo en la medida que logra comprender, distanciándose, de sí por y a
través Kurtz.
Marlow, antes del final del relato, les afirma a sus oyentes:
Me quedé para soñar la pesadilla hasta el final y para demostrar mi lealtad hacia
Kurtz una vez más. El destino. ¡Mi destino! La vida es una bufonada: esa disposición
misteriosa de implacable lógica para un objetivo vano. Lo más que se puede esperar
de ella es un cierto conocimiento de uno mismo –que llega demasiado tarde- y una
cosecha de remordimientos inextinguibles.
(...)
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Es así, entonces, que –en parte- puede inferirse que hay algo de confesión en el relato de
Conrad, por lo cual podríamos preguntarnos parafraseando a Lévi-Strauss: ¿Esto era,
entonces, el viaje? ¿Una exploración de las razones de su desencanto y el sentido de sus
valoraciones, esfuerzos y sufrimientos?
En este sentido, su confesión final pareciera ser aquella referida anteriormente respecto
del sentido de las acciones y las representaciones, y expresadas por Marlow a sus oyentes. Su
formulación literaria guarda una extraña y sugerente relación con las siguientes afirmaciones
de Lévi-Strauss:
El rechazo total del sentido es el término de una serie de etapas de las cuales Cada
una conduce de un menor sentido a uno mayor. El último paso, que necesita de los
otros para cumplirse, los convalida a todos. A su modo, y en su plano, Cada uno
corresponde a una verdad. Entre la crítica marxista que libera al hombre de sus
primeras cadenas –enseñándole que el sentido aparente de su condición se
desvanece desde que acepta ampliar el objeto que considera- y la crítica budista que
es coronada por la Liberación, no hay oposición ni contradicción. Ambas hacen la
misma cosa a niveles diferentes.
(...)
(...)
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Pues vivimos en varios mundos, Cada uno más verdadero que el que él contiene y él
mismo falso en relación al que lo engloba. Los unos se conocen por la acción, los
otros se viven pensándolos, pero la contradicción aparente que concierne a su
coexistencia se resuelve en la coacción, que sufrimos, de otorgar un sentido a los
más próximos y rehusárselo a los más lejanos; mientras que la verdad está en una
dilatación progresiva del sentido, pero en orden inverso y llevada hasta la explosión.
(Lévi-Strauss, 1973:416)
Las referencias a las posturas de Marlow, cuando al comienzo del relato inicia su
historia, en la pose de un Buda predicando vestido a la europea y sin flor de loto y al terminar
la misma (Marlow cesó de hablar y se sentó aparte, confuso y silencioso en la postura de un
Buda meditando) acentúan aún más las sugerentes vinculaciones con el texto lévistraussiano.
Cuando se quiere estudiar a los hombres, es necesario mirar cerca de sí; pero para
estudiar al hombre, hay que aprender a llevar la vista a lo lejos; hay que observar
primero la diferencia, para descubrir luego las propiedades. (Rousseau, 1984:38)
524
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Bibliografía
CONRAD, Joseph (1976), El corazón de las tinieblas, Alianza Editorial, Madrid.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Abstract
En todas las ciencias, pero muy especialmente en las humanas, el llamado “retorno del
sujeto”, que caracteriza los desarrollos de los años recientes, es al mismo tiempo un regreso
de la subjetividad, una vuelta de tuerca sobre el valor diferencial que en nuestro caso
particular reviste el relato del hecho, condicionado por el entorno cultural -en la más lata
extensión del término-, del autor.
Bajo estas premisas proponemos aquí el análisis de un trozo de la guía del peregrino a
Santiago de Compostela, que forma parte hoy como quinto y último libro, del Codex
Calixtinus, atribuida al francés Aymeric Picaud, quien escribía hacia el año 1134. Nuestro
objetivo es la recensión de lo que Picaud escribe sobre las características del pueblo vasco,
una visión muy sesgada y parcial, pero que en su misma y profunda subjetividad -cuyo real
motivo se nos escapa en razón de la carencia de otras fuentes de información alternativas-,
marca ya una línea interesante sobre aspectos iniciales del desarrollo de políticas destinadas a
reducir e integrar una alteridad que parecía remisa a plegarse dentro de los condicionamientos
que ya preparaban la constitución de los estados circundantes en el marco premoderno.
In all sciencies, but mainly in the humanities, the so called “return of the subject” that
characterizes the developments in the recent years, is at the same time a comeback of the
subjective, an upturn of the differential value that in our particular case invests the narration
of the fact, conditioned by the author´s own cultural milieu in the most wide sense of the term.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Our work presents, then, an approach to this primigenious source of the voyagers
literature in Western Europe that would permit to integrate it as a part belonging to an
hegemonic apparatus avant la lettre, a function that were better developed and performed
across the times, until its apex during the XIXth. Century.
Introducción
Podemos iniciar este trabajo recurriendo a un típico cuento edificante medieval, escrito
dentro del mismo Códice Calixtino por el autor que tratamos. In medias res entonces, dado
que en su corto texto subyacen las líneas generales de la postura adoptada por Picaud para
hablarle al mundo que conocía acerca de un territorio fuera de las normas en las que él vivía.
La Guía:
He tenido por interesante a manera de introducción general, ver cómo consideraba
nuestro autor a esa desierta tierra, que solamente servía, según transluce el cuento, para que
ejecutaran sus andanzas los demonios y se corrompieran los cadáveres de los impíos... Vemos
ya desde el principio una neta toma de posición por parte de nuestro autor. Un país aquí, la
tierra de los francos, la “gente gala”, todos unos; otro país allá, claramente peor, el de los
españoles y los musulmanes que lo ocupaban en parte; entre ambos, un territorio extraño, “hic
sunt leones”, el de los vascos 1, que no pertenece a ninguno de los dos. A través de él debían
1
“Y en seguida vio en el cielo un camino de estrellas que empezaba en el mar de Frisia y, extendiéndose
entre Alemania e Italia, entre Galia y Aquitania, pasaba directamente por Gascuña, Vasconia, Navarra y España
hasta Galicia...” Este trozo del Sueño de Carlomagno en el Codex Calixtinus señala claramente la diferenciación
de tierras en los términos de Aymeric.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
cruzar los peregrinos. Y no podemos olvidar que no se está tratando aquí de la Tebaida u otro
de esos lugares semimíticos en la imaginación de las personas medievales, librados inclusive
según opiniones teológicas del momento, para las correrías de los ángeles caídos y el
sufrimiento edificatorio de los eremitas y pecadores arrepentidos 2; el País Vasco se halla a tan
sólo unos cuatrocientos kilómetros de distancia en línea recta, a contar desde Poitiers, la
capital de la tierra de Aymeric Picaud.
Podemos por este precedente hacernos ya una idea de lo que nuestro personaje va a ir
expresando sobre unos sitios en los cuales los demonios, como vemos, vagan haciendo
libremente de las suyas. Así que entre el Poitou, la patria de Aymeric, y Santiago de
Compostela, en la interpretación tan sui generis del latín medieval el “campo de las estrellas”
que iluminaron el sitio del último descanso del Apóstol, hay un terreno extranjero y extraño,
áspero y terrible, y sin duda apropiado por esas mismas características para purificar por el
sufrimiento a todos aquellos que tomen la vía de la peregrinación; ninguna cosa se obtiene sin
sacrificio, menos aún la merced especial otorgada por aquel Apóstol “Hijo del Trueno”, que
acompañara a Cristo en la tierra.
Para la mentalidad medieval, el cristiano era un caminante peregrino en esta vida, y esa
clase de viajes una metáfora del que todos emprenderían tarde o temprano, hacia las
postrimerías del alma, ¿qué mejor entonces que peregrinar y purgar por el sacrificio, mientras
más arduo mejor, los pecados cometidos? Y el no-lugar de la tierra de los vascos se adecuaba
especialmente para poner a prueba la virtud de perseverancia del peregrino.
2
Un modelo clásico y muy de moda en la Edad Media es el de la apócrifa Santa María Egipcíaca, la
pecadora arrepentida que debe pasar toda su vida en el desierto.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
¿No parecen resonar en estas líneas unos definidos ecos homéricos que no
desmerecerían si se los aplicara a Aquiles? 3 En fin de cuentas, es el país de su nacimiento (la
“Dulce Francia” que haría su primera aparición precisamente no mucho antes de la época de
Aymeric en la “Chanson” rolandiana), y son los coterráneos del autor. A medida que el
recorrido se vaya adentrando en las regiones sureñas, esos modelos de gentes ideales del
Poitou se irán degradando cada vez más, como si descendieran en las clases de la humanidad
hacia lo animal y por lo tanto, una de las características sobre la cual habrá de poner el acento
será la específica capacidad humana del lenguaje. Oigámosle de nuevo para comprobarlo:
“...pasado el estuario del río Garona, está la tierra de Burdeos, que es fértil en vino
muy bueno y en peces, pero de rústica lengua. Se tiene a los de Saintes por burdos en
su idioma, pero los bordeleses lo son aún más.”
Sin embargo, y pese a estos problemas de comunicación, los bordeleses son, con todo,
franceses, su lengua es “burda”, pero comprensible. Más al Sur aún, y ya dentro de la extensa
Depresión Aquitana, las cosas principian a ser diferentes:
“Pasado, pues, este país, se encuentra Gascuña, tierra rica en pan blanco y
espléndido vino tinto, y dotada de bosques, prados y ríos y fuentes sanas. Los
gascones son ligeros de palabra, parlanchines, reidores, libidinosos, bebedores,
pródigos en las comidas, mal vestidos, descuidados en sus ropas y adornos; pero
acostumbrados a la guerra y distinguidos por su hospitalidad con los pobres.
Acostumbran comer sin mesa, sentados alrededor del fuego y beber todos por un
mismo vaso. Comen y beben largamente, pero visten mal y duermen torpe y
suciamente mezclados todos sobre unas pocas pajas, los siervos con el señor y la
señora.”
La tierra es buena, pero sus habitantes ya no lo son tanto; en este momento, Picaud
sorprendentemente abandona la calificación en función de la expresión del idioma que venía
utilizando y omite con ello cualquier mención a la realidad, porque es innegable que en esos
tiempos los gascones en su inmensa mayoría hablaban el euskera. La carga peyorativa toma
otras vías, las de las costumbres sociales “anormales” 4. Detrás de esta extraña omisión de
nuestro peregrino se oculta el hecho de que para él los gascones son, o mejor dicho deben ser
franceses y no puede por lo tanto confesar que hablan otro idioma, dado que la lengua común
es una de las características constructoras de la identidad que en ese momento se estaba
desarrollando, en particular al ir lentamente imponiéndose la lengua de oïl sobre su
competidora. Por todo ello Picaud ubica a sus gascones en una especie de limbo de la
indefinición, que coincide con ese geográfico que mencionábamos al principio, dejando que
ya se perciban las señales de los peores rasgos del pueblo fronterizo, pero sin confesar todavía
que, de hecho, en su viaje ha abandonado Francia. Muy pocos kilómetros adelante hacia el
Sur, no le quedan más opciones y deberá utilizar la munición gruesa. Ha arribado
3
También en esto, y siguiendo la tradición medieval, no innova Aymeric, sino que repite precedentes; la
“Chanson de Roland” recuerda asimismo en sus héroes a los prototipos homéricos.
4
Aymeric continúa siguiendo precedentes en su desarrollo; véase al respecto la nota 1, p. 11, en donde
retomamos el tema.
529
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
precisamente a esa tierra en donde, nos contaba, los demonios arrebataron al mal caballero de
la hueste de Carlos el Grande, Bayona:
Son feroces, y la tierra en que moran es feroz, silvestre y bárbara: la ferocidad de sus
caras y los gruñidos de su bárbara lengua aterrorizan el corazón de quienes los ven. Aunque
legalmente solamente deben cobrar tributo a los mercaderes, lo reciben injustamente de los
peregrinos y de todos los viajeros...
En este mismo monte, [Port de Cize] antes de que creciese plenamente por tierras
españolas la cristiandad, los impíos navarros y vascos solían no sólo robar a los peregrinos
que se dirigían a Santiago, sino también cabalgarlos como a asnos, y matarlos.”
530
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
lo que se debe hacer es sencillamente incrementar el control sobre esas gentes animalescas
que en vez de hablar gruñen, reducirlas al ejemplo que es su tierra o, de los males el menor, la
de los castellanos. Y no solamente gruñen, sino que hacen además cosas peores, inmersos ya
en la animalidad absoluta. Vuelve a hablar Aymeric:
“Tras este valle [Valcarlos] se encuentra Navarra 8, tierra considerada feliz por el
pan, el vino, la leche y los ganados. Los navarros y los vascos son muy semejantes
en cuanto a comidas, trajes y lengua, pero los vascos son algo más blancos de rostro
que los navarros. Estos se visten con paños negros y cortos hasta las rodillas
solamente, a la manera de los escoceses, y usan un calzado que llaman abarcas,
hechas de cuero con pelo, sin curtir, atadas al pie con correas, que sólo resguardan
la planta del pie, dejando desnudo el resto. Gastan unos capotes de lana negra,
largos hasta los codos y orlados a la manera de una paenula, que llaman sayas.
Comen, beben y visten puercamente. Pues toda la familia de una casa navarra, tanto
el siervo como el señor, lo mismo la sierva que la señora, suelen comer todo el
alimento mezclado al mismo tiempo en una cazuela, no con cuchara, sino con las
manos, y suelen beber por un solo vaso. Si los vieras comer, los tomarías por perros
o cerdos comiendo. Y si los oyeses hablar, te recordarían el ladrido de los perros,
pues su lengua es completamente bárbara. A Dios le llaman urcia; a la Madre de
Dios, andrea María; al pan, orgui; al vino, ardum; a la carne, aragui; al pescador,
araign; a la casa, echea; al dueño de la casa, iaona; a la señora, andrea; a la
iglesia, elicera; al presbítero, belaterra 9, lo que quiere decir bella tierra; al trigo,
gari; al agua, uric; al rey, ereguia; a Santiago, iaona domne Iacue.
Este es pueblo bárbaro, distinto de todos los demás en costumbres y modo de ser.
Colmado de maldades, oscuro de color, de aspecto inicuo, depravado, perverso,
pérfido, desleal y falso, lujurioso, borracho, en toda suerte de violencias ducho,
feroz, silvestre, malvado y réprobo, impío y áspero, cruel y pendenciero, falto de
cualquier virtud y diestro en todos los vicios e iniquidades; parecido en maldad a los
getas y sarracenos, y enemigo de nuestro pueblo galo en todo. Por sólo un dinero
mata un navarro o un vasco, si puede, a un francés. En algunas de sus comarcas,
sobre todo en Vizcaya y Álava, el hombre y la mujer navarros se muestran
mutuamente sus vergüenzas mientras se calientan 10. También usan los navarros de
las bestias en impuros ayuntamientos. Pues se dice que el navarro cuelga un
candado en las ancas de su mula y de su yegua, para que nadie se le acerque, sino él
8
Para Aymeric, “vascos” son únicamente los habitantes del territorio situado al Norte de los Pirineos; los
ubicados al Sur, es decir en la Panínsula, caen bajo la clasificación genérica de “navarros”.
9
Se han planteado algunas aclaraciones en cuanto a qué quiso decir Picaud con esta especie de glosa; la
más plausible a nuestro juicio es la de Resurrección María de Azkue, quien dice que se origina en una similitud
fonética con la palabra beretera, de uso en el Roncal y adyacencias para designar al sacerdote.
10
Este punto en especial es curioso y Aymeric no podía dejar de saber que era esa una costumbre
generalizada en todos los países fríos en esa época. Sin ir más lejos, una escena muy clara de esa clase se puede
ver en el “Febrero” de las “Très riches Heures du duc de Berry” de entre 1.438 y 1.442, es decir de casi
trescientos años más adelante. Es posible con todo, puesto que se trata de una escena campesina, que la
representación conlleve aspectos peyorativos.
531
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Aymeric oscila siempre entre la atención que debe a los valores ultraterritoriales
postulados por su Iglesia y el amor a su patria; podemos ver entonces cuán profundo es en los
hechos el significado de esas frases casi perdidas en la retahíla de debilidades y atrocidades
atribuídas a los vascos: “...enemigo de nuestro pueblo galo en todo. Por sólo un dinero mata
un navarro o un vasco, si puede, a un francés.”... Allí se encuentra gran parte del problema de
su actitud, estos “otros” son el enemigo, y a los enemigos ni justicia; pero entonces resurge en
él la concepción religiosa: aún estas bestias dignas de compartir la suerte de Sodoma poseen
algunas de las virtudes del complejo cristiano militar medieval aún “en vogue”:
Suele decirse que descienden del linaje de los escoceses, pues a ellos se parecen en
sus costumbres y aspecto. Es fama que Julio César envió a España, para someter a
los españoles, porque no querían pagarle tributos, a tres pueblos, a saber: a los
nubianos, los escoceses y los caudados cornubianos, ordenándoles que pasasen a
cuchillo a todos los hombres y que sólo respetasen la vida a las mujeres. Y habiendo
ellos invadido por mar aquella tierra, tras destruir sus naves, la devastaron a sangre
y fuego desde Barcelona a Zaragoza, y desde la ciudad de Bayona hasta Montes de
Oca. No pudieron traspasar estos límites, porque los castellanos reunidos los
arrojaron de sus territorios combatiéndolos. Huyendo, pues, llegaron ellos hasta los
532
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
montes costeros que hay entre Nájera, Pamplona y Bayona, es decir, hacia la costa
en tierras de Vizcaya y Álava, en donde se establecieron y construyeron muchas
fortalezas, y mataron a todos los varones, a cuyas mujeres raptaron y en las que
engendraron hijos que después fueron llamados navarros por sus sucesores.
La digresión etimológica del siguiente párrafo, el último que hace mención de su paso
por el país, y que no desmerece en nada en cuanto a inventiva del monumento isidoriano que
el puatevino debía sin dudas conocer, nos remite de nuevo al espacio de la creación ideológica
del “otro” como encarnación de todo lo malo:
Después de la tierra de éstos, una vez pasados los Montes de Oca, hacia Burgos,
sigue la tierra de los españoles, a saber, Castilla y Campos... carece de árboles y
está llena de hombres malos y viciosos.”
Conclusión:
La obra de Aymeric es susceptible de variadas interpretaciones y nos permite ver en un
modelo de “protoliteratura” de viajeros, si cabe el término, cuántos intereses pueden actuar
reunidos en la generación de esta clase de escritos, y desde qué lejanos períodos históricos ya
se implementaban mecanismos que tendríamos por actuales en lo que a creación interesada de
identidades, aculturación y control de territorios y poblaciones se refiere.
Hasta ahora sin embargo, hemos venido presentando al trabajo del padre Picaud como
pionero en su especie; no es así empero; lo que le destaca, aparte del valor literario-
profesional que indiscutiblemente posee, es la difusión que alcanzó por toda la Europa de su
tiempo, y, seguramente, lo que de experiencia personal posee, cosa que nunca podremos
llegar a conocer a fondo, salvo en aislados puntos como el siguiente:
“En nuestro viaje a Santiago, encontramos a dos navarros sentados a su orilla [del
Salado, afluente del Arga en Mendigorria] que estaban afilando sus navajas, con las
que solían desollar las caballerías de los peregrinos, que bebían aquella agua y
morían. Y a nuestras preguntas contestaron, mintiendo, que era buena para beber.
Por lo cual abrevamos en ella a nuestros caballos y en seguida murieron dos de
ellos, que inmediatamente aquellos desollaron.”
Todo esto le ha otorgado ese grado de atractivo que aún hoy le hace despertar el interés
de los lectores. Pero, como decíamos, Picaud no desbrozó territorio virgen, sino que ha tenido
un modelo para decir lo que dice y a estas alturas es tiempo de aclararlo.
Existe una larga serie de testimonios históricos que coinciden en demonizar al colectivo
vasco en tanto y en cuanto no combatieran sus miembros como aliados del poder de turno que
les generaba, a partir de la conquista de las Galias por Julio César en adelante, y que llega
533
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
hasta la Crónica de Eginhard en la Corte Carolingia de los siglos VIII-IX. Sin embargo, es la
conocida Crónica del Astrónomo la que crea el marco ideológico en el cual se habrá de ubicar
el trabajo de Aymeric Picaud, como con tanta claridad sostiene de Meñaca 11. No queremos
argüir con esto que el peregrino puatevino haya exclusivamente continuado al Astrónomo.
Mucho más que esto, lo que deseamos señalar es su adscripción en una corriente de larga
duración que, superando intereses políticos, pretende alienar por completo al diferente y a
partir de allí integrarlo a un redil común del que nunca formó parte con anterioridad. En esa
línea es que Picaud abunda en ejemplos en cuanto a la malignidad “natural” de los navarros,
como llama, repetimos, a los vascos sudpirenaicos y es así como nos lo cuenta en el texto.
Es un viajero que peregrina a Compostela en suma, y que al mismo tiempo escribe una
Guía para quienes le sigan en el Camino. Mientras realiza su viaje se encuentra con unas
gentes que, hoy, casi un milenio y mucha sangre después, lo sabemos, son exactamente
iguales a todas las otras, más allá de ciertos aspectos exteriores, y nuestro viajero se ve
inmerso en la paradoja de tener que construir para el futuro una descriptio basada en lo que
antes que él ya escribieron las auctoritates indiscutibles e irreformables según el común
criterio medieval, y a la vez servir al objetivo “superior” de controlar ideológicamente un
territorio aparte, pero percibiendo que en la realidad el enemigo no lo es tanto, como se puede
notar en algunos pequeños deslizamientos del texto.
11
M. De Meñaca: “La légende noire des Basques au Moyen Âge et le Chemin de Saint Jacques”,:
“...l`Astronome, tout au contraire, dans sa vie de Louis le Debonnaire, sera beaucoup plus définitif, nous
expliquant que les Basques sont d`un naturel ´inconstant perfide, turbulent poussés toujours à la révolte par cette
maladie de sédition qui leur etait naturelle´. L`Astronome, qui est de loin celui qui va décrier le plus les Basques,
ne se contentera pas de faire l`analyse du comportement politique ou militaire des Basques: franchissant un
degré de plus, il etablira un lieu entre la mauvaise nature des hommes et celle, non moins mauvaise, de la terre
qu`ils habitent: ´la perfidie innée en ces lieux et la mauvaise foi naturelle à ceux qui les habitent´ Par la suite il
definira leurs moeurs sociales comme étant celles ´d`un peuple qui s`abandonne à tous les vices et renonce à la
raison et à la constance´ Par la même, l`Astronome doit être considéré comme l`inspirateur direct de l`auteur du
Guide du Pelerin de Saint Jacques du Codex Calixtinus, livre qui va vehiculer et colporter pour toute l`Europe
les plus sombres traits de la Légende Noire des Basques.”, en : « Euskal Mundu-Biltzarra, Euskal Herriaren
Historiari Buruzko Biltzarra » I. Atala Antzina eta Erdi-Aroa, I. Alea Eusko Jaurlaritzaren Argitalpen Zerbitzu
Nagusia, Gasteiz, 1.988. (p. 364)
534
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Y con todo, más allá de prejuicios y demonizaciones, el trabajo de Picaud sigue hoy
vigente, en lo que dice, lo que omite y lo que tergiversa. Su análisis parcial nos ha permitido,
o al menos ese fue nuestro objetivo, ver cuántas implicaciones subyacen en la literatura de
viajeros, aún en la más antigua de Europa Occidental, y qué dignos de ser releídos hoy
resultan todos esos textos, cuando resurgen los problemas que los inspiraron.
535
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 4 - La alteridad y el discurso del viaje
Abstract
Los relatos de los viajeros hispanoamericanos en nuestro continente han sido poco
estudiados. Usados como fuentes para construir las historias regionales no han motivado el
análisis extenso sobre la construcción de la ideología burguesa.
Si los libros de viajes de los Europeos por África, Asia y América han conformado para
el público del viejo continente a los largo de los siglos de la expansión, una imagen de la
periferia pero también de la propia burguesía, urbana y "civilizada" de su continente, los
viajes de los hispanoamericanos por sus tierras se han sumado como un resultado de la
transculturación para conformar tanto la idea que los americanos se fueron haciendo de sí
mismo, cuando se consolidaban los estados nacionales surgidos de la independencia como en
la construcción de una imagen de la "civilización europea" y del "progreso norteamericano",
que tanto se deseaba implantar en las nuevas naciones. En este sentido debe inscribirse el
análisis de la obra de Miguel Cané.
The narrative of the spanishamerican travelers in our continet was few investigated.
This narrative is used as a document to write the regional history but few reserch used them,
to investigate the construction of burguess ideology.
If the travel wrigting by europeans developed an image of the periphery and the image
of the own burgeoise, too; the travel writing by spanishamerican added the image of
american as the result of the transculturacion. In this way it must be inscribited the study of
the book of M. Cané.
536
“Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. La Literatura de Viajeros como Problema”
537
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
Abstract
Como es de todos conocido, la tradición filológica de recurrir a textos literarios como
fuente para la reconstrucción de estados anteriores de la lengua se presenta como insuficiente
a la más moderna lingüística histórica que trabaja con documentos de sujetos corrientes que
constituyen una mejor fuente para el estudio de la oralidad o de la lengua no culta.
Sin embargo, los documentos o fuentes primarias no siempre echan luz sobre los
fenómenos bajo análisis. Para ello el trabajo sobre el corpus se complementa con el de fuentes
secundarias, entre las cuales, los diarios de viajeros.
En este trabajo me propongo entonces mostrar cómo los viajeros que visitaron el Río de
la Plata en los siglos XVIII y XIX aportan información de diversa índole que permite
enriquecer los estudios históricos de la lengua.
Texto
Es interesante conocer la opinión que la observación del país han merecido a quienes lo
visitaron durante el transcurso de los siglos XVI, XVII, XVIII, y XIX. En los relatos
publicados en las más distintas lenguas, se encuentran interesantísimas noticias, jugosos
pormenores, informaciones sobre personas y costumbre desaparecidas. Muchos de esos
juicios están bien fundados, otros son fugaces; los hay que contienen no pocos errores. Se
trata de una fuente en la que debe abrevarse, pues son impresiones frescas, de
contemporáneos, expresadas con toda libertad, sin eufemismos, fuera de los
convencionalismos del documento oficial siempre interesado, sin la frialdad de la expresión
propia del papel administrativos que si a veces suele ser fotográfico, siempre persigue una
finalidad que puede o no estar de acuerdo con la verdad.
538
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
Empero, aún los viajeros poco sensibles a matices de una lengua que en la mayoría de
los casos les era extraña pueden aportar información interesante. Podemos distinguir dos tipos
de informaciones fónicas: los comentarios explícitos que hacen los viajeros acerca de la
pronunciación o la entonación (que aunque no sean absolutamente confiables son perlasagujas
en el pajar) y la forma en que transcriben las palabras españolas inexistentes en las lenguas de
origen (a veces ajenas también al español patrimonial).
quizás nos pueda estar hablando acerca de su percepción de la aspiración del fonema /s/
en contexto inicial. Es decir, si la aspiración del inglés se grafica <h> y en español una
aspiración similar de /χ/ se grafica <j>, podría pensarse que una aspiración de /s/ inicial se
representara en la escritura tal como supone el viajero que se representa la /χ/ aspirada, es
decir, <j>.
“Este paseo se prolonga en un camino que llega muy lejos y que bordea la costa
poco elevada de la ciudad: el llamado Bajo.”
“Pronunciar ba-hó, con una fuerte aspiración de la garganta. Esta palabra designa
un terreno bajo. La j (llamada jota) delante de todas las vocales, y la g ante la é y la
i, tienen un sonido gutural, como en bajo, que sólo se puede captar después de
residir mucho tiempo en el país. Posiblemente sea la única dificultad que ofrece la
bella y rica lengua castellana, pero es también una dificultad insuperable para
1
Arredondo, H. 1951. Civilización en el Uruguay. Aspectos arqueológicos y sociológicos 1600-1900.
Tomo I. Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay: Montevideo (45-6)
2
Murray, J.H. Travels in Uruguay 1871
3
Isabelle, A. 1943. Viaje a Argentina, Uruguay y Brasil en 1830. Editorial Americana, Buenos Aires.
539
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
“(...) Gustan mucho de andar á caballo hombres y mujeres; beben mate á todas
horas; hablan con cierta languidez, mayor que en otras partes; se resienten de la
falta de trato, que produce cierto encogimiento. Por lo demás son de buena
disposición, tanto de potencias como de cuerpo” (subrayado nuestro) 4
En la misma obra, y destacando similares características, en este caso del habla rural, se
recupera el testimonio de un europeo:
“No será superfluo exponer el diálogo que acostumbran para presentarse al rancho
más desconocido. Se ponen á caballo delante de la puerta de él: le dice el amo:
R. – Y á Vd. lo mis-mo.
- A-pe-ese si gusta.
R. – Valdreme de su fa-vor.
- (...)” 5
4
Viaje político-científico alrededor del mundo por las corbetas Descubierta y Atrevida al mando de los
capitanes de navío D. Alejandro Malaspina y D. José de Bustamente y Guerra desde 1789 á 1794. Publicado con
una introducción por Don Pedro de Novo y Colson. 1885. Imprenta de la viuda e hijos de Abienzo: Madrid.
(segunda edición) (pág. 560)
5
ibid, pág. 560
540
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
3.2. Lo morfosintáctico
En lo atinente a lo morfosintáctico no hay información relevante en los viajeros. Es
esperable que ese plano de la lengua se haga menos evidente y por lo tanto despierte menos
curiosidad en los viajeros. A este respecto la única fuente de análisis es el conjunto de
documentos que constituyen el corpus. Por otra parte, es de destacar que es en esta plano en
donde las diferencias entre las variedades son menores.
3.3. El léxico
(se puede agregar algo de la Fonta)
El léxico ha venido siendo analizado en dos tipos de textos, por un lado el conjunto de
documentos a los que les hemos venido llamando fuentes primarias. En ellas el uso del léxico
supone una comprensión mutua entre quienes se comunican. Otro conjunto de fuentes, los
viajeros y fuentes que, grosso modo, se pueden considerar literarias se caracterizan por
informar a otros acerca de las realidades de estas tierras. Por ello, permiten el análisis del
grado de incorporación y difusión del léxico.
Durante los últimos tiempos y en acuerdo con otros países miembro de la ALFAL, se ha
comenzado a trabajar sobre dos campos léxicos específicos: la alimentación y la vestimenta.
El primer hecho que surge con evidencia a la hora de trabajar con estas zonas del léxico
es la necesidad de ampliar el corpus utilizado para el análisis de otros niveles lingüísticos. De
hecho, las referencias encontradas con respecto al léxico de la alimentación o al de la
vestimenta en las fuentes primarias analizadas fueron realmente escasas, por no decir casi
nulas.
El ampliar el corpus del español del Montevideo colonial nos plantea una serie de
problemas. Para resumir podemos decir que la escasa cantidad de personas que sabían leer y
escribir, la falta de imprenta, así como la circunscripción de la escritura a los ámbitos
eclesiásticos y administrativos, vuelve difícil el rastreo de léxico ten relacionado con lo que
podríamos llamar la “vida privada” de los pobladores.
De lo expuesto surge con claridad que hemos tenido que recurrir a documentos de
carácter administrativo para poder ampliar nuestro corpus. Sin embargo, no es esta la única
fuente que hemos utilizado para el nivel del léxico. Expondremos aquí otras utilizadas y
ciertas dificultades que hemos encontrado en su análisis.
541
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
del léxico 6, que se caracteriza por ser particularmente permeable, dado que ante nuevas
realidades es factible la aparición de nuevas piezas léxicas, combinatorias sintagmáticas, etc,
que las designen 7.
6
No estamos afirmando que esta problemática se vea sólo en este tipo de léxico, sino que se ve
particularmente reflejada en él.
7
No entraremos aquí en los distintos tipos de nominación que se pueden encontrar en este tipo de casos
542
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
Abstract
Este artículo se centra en las memorias de los viajeros ingleses y franceses, para
reconstruir el paisaje del Partido de Rosario de los Arroyos en los últimos años del siglo
XVIII hasta los años 30 del siglo XIX. Estas narraciones son textos inventariados que ponen
en escena una versión del paisaje americano. Partimos de la pregunta ¿qué paisaje aparecía
ante los ojos de aquellos que transitaron los parajes al sur del Carcarañá? ¿Cómo era el
espacio en el que los habitantes de este pago desarrollaban sus vidas? La propuesta de trabajo
es retomar el discurso utilizado por los naturalistas para describir el suelo, la fauna y la flora
de estas regiones, de esta manera, volver del pasado sus palabras y con ellas presentar el
paisaje, siendo consciente de la carga ideológica que estas narraciones tienen como todo
discurso científico. En realidad, es difícil separar la naturaleza y la cultura, ya que en los
procesos históricos actúan siempre en condiciones geográficas concretas, diferentes según los
países y las regiones. El espacio es una realidad y la historia se inscribe en él a través de una
relación compleja. La gente se adaptó al paisaje, pero al mismo tiempo lo sometió a su
influencia y al control productivo. Por lo tanto, las narrativas de los viajeros contienen
informaciones importantes y útiles para el mejor conocimiento de la geografía y la historia de
la región. Todas ellas pretendían verificar el capital geográfico, animal y vegetal del Río de la
Plata, la tarea era sacar de la “oscuridad” al continente americano.
Introducción
A partir de las memorias de los viajeros ingleses y franceses, escritas luego de recorrer
el Pago de los Arroyos de la jurisdicción de Santa Fe, mi intención es reconstruir, en parte, el
paisaje de estos territorios en los últimos años del siglo XVIII hasta los años 30 del siglo XIX
y observar los cambios que se produjeron a principios del siglo XIX. Estas narraciones son
textos inventariados que ponen en escena una versión del paisaje americano. La literatura de
viajeros es un espacio textual donde se mezclan lo documental ( observación de hechos,
fenómenos, estadísticas) y lo romántico, especialmente como relatos de aventuras en tierras
desconocidas.(Salvatore, R 1993: 8-28) De manera que, utilizando el aspecto documental de
estos relatos, podemos preguntarnos ¿ qué paisaje aparecía ante los ojos de aquellos que
transitaron los parajes al sur del Carcarañá?¿Cómo era el espacio en el que los habitantes de
este pago desarrollaban sus vidas?. Este inventario puede observarse como un gesto que
marca y limita lo conocido y lo desconocido, entre lo propio y lo ajeno, tratando de poner un
orden a lo real a través de una práctica clasificatoria. La propuesta de trabajo es retomar el
discurso utilizado por los naturalistas para describir el suelo, la fauna y la flora de estas
regiones, y tratar de descifrar los cambios ocurridos en las primeras décadas del siglo XIX.
Por lo tanto, volver del pasado sus palabras y con ellas presentar el paisaje y sus cambios
siendo consciente de la carga ideológica que estas narraciones tienen como todo discurso
científico.
543
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
Hoy en día se nos plantea una cuestión, ante la creciente conciencia ambiental, por lo
que, los/as historiadores/as, no pueden ni deben quedarse callados /as sobre el tema. Aunque
muchos se han desentendido de la naturaleza, del medio o el ambiente no puede dejarse de
lado tan fácilmente; ya que las ideas de la naturaleza han desempeñado un lugar importante,
podríamos decir integrante, tanto del proceso de la historia como de su interpretación.
No existen acuerdos entre los historiadores - ni los habrá por mucho tiempo- sobre la
relación entre medio ambiente y cultura. Para algunos, la naturaleza representa un conjunto de
factores ambientales: el clima, las enfermedades, los bosques, que en grados diferentes habían
contribuido a dirigir el curso de la historia. Para otros, la naturaleza es una forma en que los
pueblos del pasado entendieron el mundo. En realidad, es difícil separar la naturaleza y la
cultura, ya que en los procesos históricos actúan siempre en condiciones geográficas
concretas, diferentes según los países y las regiones. El espacio es una realidad y la historia se
inscribe en él a través de una relación compleja. La gente se adaptó al paisaje, pero al mismo
tiempo lo sometió a su influencia y al control productivo. (Arnold 2001:42-56).
544
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
Arroyo del Medio limitando al Oeste por la falla que condiciona el Arroyo de las Tortugas.
Aquí las pendientes son mayores, el escurrimiento más rápido, pudiendo distinguir dos tramos
en el curso de los arroyos: el superior no bien definido y el inferior donde el relieve esta
cortado formando profundas barrancas. Hacia el Suroeste de la actual provincia de Santa Fe,
al pie de la prolongación de la falla del Arroyo de las Tortugas, el relieve esta caracterizado
por la indefinición del drenaje con la formación de lagunas y bañados. La pampa húmeda es
una estepa subtropical húmeda, donde la abundancia de precipitaciones nunca inferior a los
800 milímetros y con una ausencia de estaciones fuertemente diferenciadas, caracterizan al
clima templado pampeano. Con un verano caluroso que se extiende desde noviembre a marzo,
en el resto del año los riesgos de heladas se concentran en los meses de junio y julio. En la
zona costera la proximidad del Paraná aumenta la frecuencia de nieblas y el alto tenor de la
humedad en el aire. Este clima asociado a la fertilidad de los suelos pampeanos permite gran
diversidad de la actividad agropecuaria y su excelente rendimiento (Atlas Total de la
República. Argentina 1981:34-35)
Esta vasta planicie fértil interrumpida por suaves ondulaciones caracterizada por la
existencia de numerosos arroyos, que resultan propicios para el desarrollo de los
asentamientos humanos y las actividades agropecuarias. Los primeros ocupantes de tierras
vieron las extraordinarias posibilidades de la zona para el desarrollo de la ganadería, la
existencia de numerosos arroyos, no sólo favorecería enormemente la cría de animales, sino
que además establecían los límites de las explotaciones. El indispensable acceso al agua para
los ganados hizo que las “suertes de estancia” otorgadas tuviesen un frente a esos arroyos o a
los ríos y el fondo de estos terrenos se prolongaba hasta la legua y media.
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
Dentro este marco podríamos preguntarnos:¿cómo se presentaba la llanura ante los ojos
de los viajeros? Este espacio les resultaba totalmente novedoso, tanto que, J. Andrews lo
denominó un “océano de tierra” y desde el asombro lo describían así: las llanuras parecen
estar absolutamente niveladas, pero no es así, porque en ciertos lugares el horizonte está más
alejado. Durante muchas leguas al Norte y al Sur de San Nicolás y Rosario, el país es
verdaderamente llano. No puede tacharse de exageración nada de cuanto los viajeros han
escrito, acerca de la de este perfecto nivel. Sin embargo jamás he podido encontrar un solo
lugar que girando lentamente, no haya distinguido objetos a una distancia más o menos
grande, lo cual es prueba evidente de una desigualdad del suelo de la llanura. (Darwin
1945:163-169). Desde la cima de las barrancas del río Paraná aparecía una inmensa llanura
donde nada limitaba la vista... Era la pampa propiamente dicha desnuda de árboles y cuya
horizontalidad, solo interrumpida por algunas ondulaciones por así decirlo insensibles o que
únicamente rompían la uniformidad de los primeros planos. El suelo estaba cubierto más que
de plantas gramíneas. (D’Orbigny 1945: 415).Toda la superficie de la parte de la provincia de
Santa Fe al sur del Río Tercero, se presentaba como una pampa ininterrumpida que
presentaba en general, los mejores campos de pastoreo que puedan concebirse (Miers
1968:163).
Los habitantes y los viajeros de estos parajes contemplaban una inmensa llanura
cubierta de tréboles y cardos que cambiaba de aspecto en las cuatro estaciones. En invierno
las hojas del cardo eran muy grandes y de un verde intenso junto a los tréboles que teñían toda
la superficie de un color verde oscuro. La cercanía de la primavera se revelaba con la
desaparición de los trebolares mientras que, las hojas del cardos se extendían por el suelo. El
verano se anunciaba con el crecimiento rápido de los cardos que aparecían como bosques
exuberantes y cuando florecían un manto azul lo cubría todo. Formaban una barrera
impenetrable así quedaban escondidas las sendas, los animales y resultaba difícil atravesar los
campos. Pero muy pronto todo cambiaba, la cubierta de los cardizales perdían su verdor, los
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
tallos se ponían negruzcos y muertos; el azote del viento pampero los nivelaba a ras del suelo
y entre medio de la vegetación muerta brotaban los tréboles y todo recobraba el antiguo
verdor. (Head 1986:12-13). Ningún otra planta podía existir en las onduladas planicies donde
crecían los cardos; pero antes de su introducción la superficie debía estar cubierta de altas
hierbas. Estas plantas disminuían a partir del Arroyo del Medio, comenzando los campos
donde abundaban pastos, y los árboles pequeños –duraznos, ciruelos- cultivados por los
habitantes en los alrededores de sus viviendas. (Haigh 1988:41)
Los pastos altos eran los lugares preferidos por el avestruz, que aparecían en bandadas y
a veces en parejas, estos animales extremadamente tímidos no permitían que animal alguno se
les acerque. Incapaces de volar utilizaban sus alas para correr a una velocidad superior al
caballo. (Miers 1968:80). Vastas multitudes ruidosas de teros, volaban en torno a los senderos
para alejar a los predadores. Algún zorrino de piel marcada con rayas pardas oscuras y
amarillas se anunciaba por el olor fétido nauseabundo (Gillespie 1986: 106-107). La mulita,
cubierta con una caparazón duro, con su andar de paso ligero lograba escapar cavando
rápidamente una cueva o tomando la forma de una bola apretada. (Gillespie 1986: 125). Las
perdices volaban rara vez más de cincuenta yardas y siempre corrían hacia la mata de pastos
más cercanas donde se agazapaban (Gillespie 1986: 129).
Desde tierra firme se contemplaban las costas y las islas del Paraná, se viajaba a través
de las llanuras y al llegar a San Nicolás se veía por primera vez “ese magnifico río que se
llama Paraná”. Al pie del acantilado en que se alza la ciudad, había anclado muchos y grandes
navíos. Antes de llegar a Rosario, se travesaba el Saladillo, río de agua pura y transparente.
Rosario era una gran aldea levantada en una llanura perfectamente plana que terminaba en un
acantilado que dominaba el río. En este lugar el río se ensanchaba entrecortado por islas bajas
y boscosas, asemejándose a un gran lago. Los acantilados formaban la parte más pintoresca
del paisaje, algunas veces absolutamente perpendiculares y de color rojo vivo, otras veces se
presentaban en forma de inmensas masas agrietadas cubiertas de cactus y mimosas.(Darwin
1945: 163-169)
Las islas del Paraná conformadas de arena fangosa sin el más pequeño guijarro,
resultado de las tierras aluvionales depositadas gradualmente durante las crecidas anuales,
constituyendo el suelo con capas de arcilla, arena y detritus vegetal. Todas presentaban igual
característica: cubiertas por numerosos sauces y algunos otros árboles unidos por una gran
variedad de plantas trepadoras, lo cual formaba una selva impenetrable, en cuyos intersticios
proliferan infinidad de plantas acuáticas. El borde de las islas estaba esmaltado por bellas
alfombras rosadas de una sensitiva espinosa (Darwin 1945:176. D’Orbigny 1945:100-102)
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
Las costas del Paraná estaban pobladas de “inmumerables ánades de diferentes especies,
en distintas bandadas; ánades de cara blanca y el ánade rojo y negro de Azara”, aturdían con
sus gritos y silbidos mientras que, en otros lugares menos inundables, esparcidos por las
arenas de las playas, gran cantidad de huevos de tortugas de agua dulce; “en estos lugares
deliciosos el aire se llenaba de sonidos tan raros como variados”. Las orillas de los canales
animados de mil maneras, bandadas de gallinas acuáticas que se alejaban rápidamente, nubes
de gaviotas haciendo resonar los alrededores con sus gritos desagradables, las majestuosas
ciqüeñas surcando plácidamente la superficie de las aguas. (D’Orbigny 1945: 416). Uno de
los animales más notables era el puma que junto al jaguar – con su piel overa- merodeaban las
orillas de los ríos o tenían su guaridas en el interior de las islas.
Las huellas de los habitantes, cuando se surcaba el río Paraná desde el Norte, se advertía
al divisar la cúpula del campanario del monasterio y colegio de San Carlos. La construcción
contrastaba con los campos pelados y las casa de los alrededores.(D’Orbigny 1945:422)
Aparecían también, en tierra firme, las casas de los estancieros con corrales de palo a pique,
para encerrar los ganados vacunos, caballar y carneros introducidos por los primeros
colonizadores españoles en el siglo XVI, modificando no solo el carácter de la vegetación,
sino que habían expulsado y hasta habían hecho disminuir el número de guanacos, ciervos,
avestruces, mientras que, podían oírse jaurías de perros salvajes aullando en los bosques que
cubrían las orillas de los ríos y la rata común convertida en enorme y feroz vivía en colonias.
Los buitres, habrían aumentado desde la introducción de los animales domésticos. (Darwin
1945:159)
El límite suroeste estaba marcado por una línea de fortines que recorrían el norte de
Buenos Aires, el sur de Santa Fe y Córdoba pasando por San Luis hasta llegar a Mendoza. El
fortín de Melincué era en la frontera meridional el puesto de avanzada del territorio
santafesino, poco antes de llegar se atravesaba una cañada larga o pantano cubierto de juncos
y cañas cuyas partes superiores estaban cubiertas de una eflorescencia salitrosa. El aspecto del
suelo cubierto de pastos duros, altos crecía en matas con raíces que formaban pequeñas
elevaciones distantes unas de otras. El zumbido de los mosquitos en pleno verano lo llenaban
todo y el suelo era pantanoso aún en los lugares altos. Conformaban el pueblo una veintena de
ranchos, desparramados sin orden, rodeados de huertas cercadas y en algunas pequeños
montes de duraznos; solitarios árboles en medio de un monótono paisaje llano. El cielo tenía
diferentes tintes y se veían una variedad de pájaros de hermosos colores, con el más lindo
plumaje; en el campo vagabundeaban algunos cervatos y zorros grises.(Gillespie 1986:106) El
poblado estaba construido a una legua del borde noroeste de una extensa laguna con aguas un
poco salobres, donde nadaban numerosos cisnes con cabeza y cuello negro. Durante el otoño
la laguna reducía su tamaño pero con las lluvias invernales lo aumentaba alcanzando una
extensión de hasta veinte millas de este a oeste y la mitad de distancia de norte a
sur.(Miers,1968:51)
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el verano eran marcadas, pero los cambios eran paulatinos: “en el invierno las fuertes heladas
eran frecuente por la noche, en la primavera el calor resultaba agradable”. “El invierno es tan
frío como el otoño inglés” comparaba Head mientras que Campell Scarlett evocaba que en el
verano de 1836 “el sol ha sido todo el día extremadamente fuerte y aire caluroso, es sentido
por todos los seres vivos, la siesta es el descanso reparador para todos”.
Dos fenómenos climáticos que merecieron la atención fueron, en primer lugar, las
tormentas con truenos y relámpagos “...después de haber encontrado una de las noches mas
horrorosas que se han visto –recordaba Gillespie- de lluvia, truenos y relámpagos, contra lo
que nuestras carretas nos proporcionaban sino un miserable abrigo” al igual que una tarde de
marzo una tormenta tremenda de granizo y trueno “acompañada con piedras como guisantes y
rayos que mataron a tres personas”. La duración de la tempestad fue de una hora y el tamaño
del granizo fue considerado fenomenal para aquellas regiones (Gillespie 1986: 115). En
segundo lugar, el viento pampero que “con velocidad y violencia se precipita por estas
llanuras (Head 1986: 15). Este viento suroeste sopla en el desierto con asombrosa violencia.
Estos pamperos, vientos tornados, pero de mayor duración, al que los marinos temían su furia,
ya que rara vez amainaba sin causar mucho perjuicio a los barcos del río y su fuerza se sentía
a veces mar afuera (Haigh 1988:30)
Durante las sequías, gran parte de estas extensas llanuras cambiaban completamente de
aspecto y la abundante hierba se marchitaba. Con los ardientes calores la tierra se volvía tan
seca y quebradiza, que el viento la convertía en polvo y como si sufriese de sed, abría mil
bocas exigiendo agua. El suelo se contraía por el calor, la humedad se evaporaba provocando
en el suelo profundas hendiduras. (King1988:246). Los habitantes denominaban como “las
secas de enero” a la falta de lluvias durante este mes, sufriendo tanto los agricultores como
todos los animales domésticos o salvajes, que venían del interior de las pampas en busca de
agua. (Tuella 1801:154)
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
así: “Los efectos de la gran sequía: se da el nombre de gran seca o gran sequía al período
comprendido entre los años 1827 y 1832. Durante este tiempo llovió tan poco, que la
vegetación desapareció y hasta los cardos no crecieron. Los arroyos no llevaban agua y el país
entero tomó el aspecto de una polvorienta carretera. Esta sequía se dejó sentir sobre todo en la
parte septentrional de Buenos Aires y en la meridional de Santa Fe. Un gran número de aves,
de mamíferos salvajes de ganados vacunos y caballos perecieron de hambre y de sed (Darwin
1945: 173-76)
Cuando no había crecientes ni sequías, podían aparecer una plaga muy temida: las
langostas. Quien mejor las describió fue Miers: unas 200 millas, en la parte de la provincia de
Buenos Aires hasta Córdoba, pero intensificando sus depredaciones en Santa Fe. Si no
hubiese sido por las langostas, terreno estaría cubierto por altos pastos tupidos, pero en el
momento había solo algunos manchones aislados. Toda la pastura había sido devorada hasta
las raíces mismas y la tierra se veía pelada. “Todos los huertos, que consistían en extensas
plantaciones de maíz, calabazas, melones y sandías porotos y otros vegetales habían quedado
completamente borrados de la superficie de la tierra sin vestigios: solamente la parte dura del
tallo de la planta del maíz, lo mismo que algunos palitos pelados señalaban el lugar donde
otrora existieron extensos huertos, también los árboles frutales fueron presa de los voraces
insectos. No solamente devoraban las frutas: duraznos, manzanos, ciruelas, naranjas, etc, no
solamente devoraban cada hoja, sino también la corteza en especial y por completo, la de los
tallos más tiernos.” Muchas estancias tenían grandes plantaciones de durazneros, no solo por
la fruta que producían, sino por la leña que se obtenía de ellos, elemento indispensable para la
vida doméstica. Gran número de estos bosquecillos cuyos árboles sin hojas y sin corteza junto
a la aparente esterilidad del suelo daban una imagen de un paisaje nevado, aunque el
insoportable calor de un sol casi vertical recordaba que era el mes de enero. (Miers 1968:164)
Los caminos se parecían a surcos, eran apenas una huella que efectuaban las carretas y
que cambiaban constantemente. Las postas estaban ubicadas cada veinte millas, eran ranchos
de barro y techo de paja y un cobertizo hecho con ramas que servía de cocina. En las
cercanías las gallinas vagabundeaban alrededor de la vivienda y a muy corta distancia un
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amplio corral de palo a pique para encerrar a los caballos y vacunos. Junto a este corral mayor
otro más pequeño para una majada de ovejas.(Robertson Parish, J y W.1988 :89). Defendidas
mediante la construcción de zanjas y cercos de tunas, se distinguían desde lejos por los
montes de duraznos –únicos árboles en la inmensa llanura- y en las proximidades, a veces,
una huerta o algunas sementeras de trigo y maíz para consumo. (Amigorena. 1988: 10-11)
El camino que se desviaba unos kilómetros al Este para tomar rumbo a Córdoba fue
recorrido por Francisco de Amigorena en 1787. Treinta y cuatro años más tarde Alexander
Caldcleugh lo transitó rumbo al Norte de las Provincias Unidas del Sur. Ambos dejaron sus
impresiones al transitarlo, ya que, coincidían en el objetivo: aportar noticias que
contribuyeran a formar una idea exacta del estado actual de los países comprendidos entre el
Río de la Plata y la Cordillera de los Andes.
El panorama presentado por este funcionario mostraba en este espacio una economía
ganadera estrechamente relacionada con el Alto Perú que redituaba a sus habitantes buenos
dividendos, a las que se agregaban las actividades agrícolas para el consumo.
551
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
Por este camino, en 1821 Alexander Caldcleught emprendió su aventura de atravesar las
pampas. Su viaje surcado por las graves conmociones políticas y bélicas; Ramírez amenazaba
con atacar Buenos Aires desde Entre Ríos y Miguel Carrera, constituía un amago de invasión
a los poblados que jalonaban la ruta hasta Mendoza.
Con detalles muy precisos nos describió el paisaje, además sus apuntes hacían
referencias a los habitantes de cada posta, a los residentes de Arroyo del Medio los define
como gente “que daba muestras de ser industriosa” por el contrario el maestro de posta de la
Candelaria, bebía mucho “y no tardará en cometer un crimen”. Su largo y monótono viaje por
las postas del Pago de los Arroyos no ofreció mayores alternativas pero si algunas
disquisiciones sobre los varones y mujeres de estos lugares: la imagen poco agradable de los
hombres que “llevaban pelo largo, eran jugadores y bebedores empedernidos, en cuanto al
trabajo, no hacían otra cosa que pastorear el ganado” contrastaba con las imágenes femeninas
quienes eran amables y “las pobres cargaban con todo el tráfago de la casa sirviendo a los
maridos con la mayor humildad” La vida de incertidumbres en que vivían se traduce en las
respuestas al forastero, ante sus preguntas sobre la cercanía de los indígenas o cuál era el
nombre de la próxima posta, contestaban ¡quien sabe!. (Caldleught 1943: 115-116).
Sigue su marcha hasta los límites entre Santa Fe y Córdoba, divisando algunas estancias
en la lejanía; contabilizó las siguientes postas: de la Candelaria, Desmochado, Arequito hasta
Esquina de la Guardia, donde existió un pequeño fuerte.
En su diario de marcha anotó con prolijidad los nombres de los arroyos, si el sabor del
agua era salobre o dulce, si las lagunas eran resultado de la acumulación de las lluvias, las
condiciones de las habitaciones de los viajeros en las postas. A lo que agregó una aguda
caracterización de los hábitos y las formas de vida regionales. Pero ya no encuentra como
Amigorena los “hacendados con crecido número de ganados”, era el mismo espacio pero en
tiempos distintos; la Revolución de 1810 había instalado la guerra y con ella las
transformaciones económicas y sociales. En su rápido recorrido presentó las condiciones del
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
sur santafesino que muy lentamente buscará un lugar dentro de este nuevo panorama de las
Provincias Unidas del Sur.
Bibliografía citada
ALVAREZ, J (1981) “Historia de Rosario 1689-1939” Santa Fe. Imprenta de la UNL
Págs 261-278
ARNOLD, D. (2001) “La naturaleza como problema histórico” México. F.C.E. Págs.
9-57
CAMPBELL SCARLETT, P (1957) “Viajes por América. A través de las Pampas y los
Andes desde Buenos Aires hasta el Istmo de Panamá” Buenos Aires. Claridad. Págs 64-75
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
HEAD, F B. (1986) “Las Pampas y los Andes”. Buenos Aires. Hyspamérica. Págs.12-
13-15
MIERS, J. (1968) “Viaje al Plata 1819-1824”. Buenos Aires. Solar Hachete. Págs.51-
80.163-164.
TUELLA, P. “Relación histórica del pueblo y jurisdicción del Rosario de los Arroyos,
en el gobierno de Santa Fe, provincia de Buenos Aires”. En: El Telégrafo Mercantil. Tomo
III. 1801. Pags.151-159.
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
Abstract
El relato de viajes constituye una categoría híbrida donde lo documental y lo literario
actúan conjuntamente en la constitución del discurso.
Texto
El relato de viajes constituye una categoría híbrida donde lo documental y lo literario
actúan conjuntamente en la constitución del discurso. Por la cantidad de informaciones que
suministra, se acerca a la guía. Pero mientras en ésta, tales informaciones se presentan como
una suma de elementos cuyos nexos responden a criterios puramente prácticos, en un relato
de viajes, la trabazón interna de todas sus partes es el resultado de una serie de recursos
propios de la literariedad.
Sin embargo, hay que subrayar inmediatamente, que el uso de estos recursos no llega a
conformar un discurso que pueda enmarcarse en la "literatura de viajes" propiamente dicha,
de la cual podemos citar como representante paradigmático la Odisea. En la obra de Homero
y en incontables narraciones como el Quijote, las Aventuras de Pickwick o El corazón de las
tinieblas, se desarrolla una trama donde toda referencia al itinerario está subordinada a las
aventuras que uno o varios personajes viven a lo largo de periplos y su carácter es
eminentemente ficcional. En el relato de viajes por el contrario, el itinerario es el verdadero
protagonista y como consecuencia, los lugares, los objetos, las personas, y los más diversos
acontecimientos, desde hechos triviales a situaciones límite, tienen por función desplegar una
555
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
imagen del mundo que supuestamente se corresponde con todo lo visto y vivido a lo largo de
un viaje 1.
Hubo que esperar a las últimas décadas del siglo XX para que algunos investigadores
del campo de la literatura comenzaran a llamar la atención sobre los relatos de viajes en
cuanto discurso cuya peculiaridad radica en la literaturización de los aspectos documentales y
en la necesidad por lo tanto, de analizar los alcances en cada texto de prácticas propias de la
literatura.
Han surgido así, trabajos que han examinado la relevancia de una serie de recursos que
abarcan desde los codificados por la retórica clásica hasta los que han sido investigados por
diversas corrientes de la actual narratología, particularmente aquellos que se refieren a la
"construcción de una imagen de mundo". Se trata de una tarea que aún se encuentra en etapas
tempranas de su desarrollo. Pero se puede afirmar que en lo que toca a los intereses del
presente trabajo, es suficiente para demostrar que el camino recorrido resulta sumamente
rentable para deconstruir testimonios aparentemente irreprochables en su fidelidad a los
referentes que tratan 2.
Desarrollaré como ejemplo, una de mis experiencias al examinar Andanças e Viajes por
diversas partes del mundo avidos, del hidalgo andaluz Pero Tafur, el relato de viajes
indudablemente más interesante y atractivo del siglo XV español.
Entre las numerosas descripciones de ciudades que presenta, la de Roma es una de las
que reviste mayor interés y ha merecido un esmerado estudio de Vives Gatell. Pero como la
opinión de este autor acerca del libro es que "su valor literario no es grande, en cambio, su
1
He analizado detenidamente en otras oportunidades los elementos que constituyen la categoría "relato de
viajes" y sus diferencias con la "literatura de viajes" (Carrizo Rueda, 1994, 1997, 1999, 2001 y 2002).
2
López Estrada ha estado entre los pioneros de esta perspectiva y ha investigado cuestiones básicas
respecto a la construcción de las descripciones y su contribución a la presunta función de "espejos de la realidad"
que se atribuye a muchos relatos de viajes (López Estrada, 1984).
556
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
valor histórico es mucho mayor"(López Estrada, 1982: 1, -estudio preliminar-), se trata de una
investigación realizada de acuerdo con las premisas tradicionales, tratando de averiguar
solamente qué materiales ofrece el relato en cuanto documento historiográfico.
Si se adopta por el contrario, una perspectiva que trate de averiguar qué espectáculo del
mundo es el que finalmente surge del discurso y cuáles son los elementos y relaciones que lo
generan, puede comprobarse que la descripción de Roma ofrece fecundas e inexploradas
posibilidades de análisis. Aplicando esta propuesta metodológica, examinaré uno de los
aspectos seleccionados por el viajero para caracterizar a la ciudad, el cual nos conducirá a la
develación de importantes claves textuales 3.
1. Exordio
1.1. Presentación de la materia que se va a desarrollar -" estuve visitando [...] los
santuarios é obras é edificios antiguos"-.
1.2. Recurso retórico de la captatio benevolentia, a través de la referencia a la propia
incapacidad ante tamaña materia
1.3. Una reflexión acerca de la caída de los imperios y el poder destructor del tiempo.
3. Epílogo.
3.1. Historia de dos estatuas que se refieren a una cuestión entre hidalgos y villanos.
3.2. Cita al respecto de un testimonio de Salustio que cierra la descripción.
No hay otra descripción en el libro que demuestre semejante elaboración. Hasta algunos
errores, como repetir tres veces la leyenda de la destrucción de los monumentos paganos por
parte del Papa Gregorio, parecen indicar la actitud de alguien que no estaba muy seguro
acerca del lugar más apropiado para incluirla, pero que ante la duda prefirió la reiteración
como modo un tanto ingenuo de demostrar el deseo de ajustarse a los cánones escolares.
3
Cf. la descripción de Roma en ed. cit. pp. 21-36.
557
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
En este contexto donde por lo tanto, nada parece ser casual, al analizar los elementos
seleccionados por el autor entre los infinitos que presentaba el sujeto a describir, me llamó
particularmente la atención la historia de las estatuas.
Según Tafur fueron levantadas como respuesta a una protesta de los villanos contra las
prerrogativas de los hidalgos. Afirma que la del villano tiene grabadas las siguientes palabras:
"Cum pater Adam nobis sit, Mater Eva, cur igitur non sumus nobilitate pares?" A las cuales
la estatua del hidalgo contesta con esta otra inscripción: "Degenerant omnes vicius, fiuntque
minores, exaltat virtus, nobilitantque mores" 4. El escritor-viajero agrega que los hidalgos
quedaron a partir de ese momento con mayores facultades y que incluso se promulgó una ley
por la cual ningún villano podía acceder al consulado, pero que dicha ley fue quebrada según
atestigua Salustio (López Estrada, 1982: 36). La frase "segunt Salustio lo dize" es la que
cierra la descripción.
La preocupación de Vives Gatell, acorde con sus interese puramente históricos, fue
averiguar qué estatuas eran esas y dice al respecto "aunque las referencias de Tafur son
bastante vagas, creemos que las estatuas aludidas son las famosas de Pasquino y Marforio".
Cita testimonios respecto a la de Marforio pero afirma que "en cambio, la de Pasquino no
aparece mencionada con tal nombre en el siglo XV" y concluye que "Si las inscripciones que
copia Tafur estaban realmente grabadas en dichas estatuas, serían las primeras "pasquinate"
conocidas" (López Estrada, 1982: 93 -estudio preliminar-). Los subrayados son míos porque a
través de ellos se llega a la conclusión de que el propio Vives Gatell no ha podido dar con
ningún dato seguro sobre la veracidad de estas inscripciones y solo propone conjeturas. Yo
por mi parte, tengo muchas dudas que derivan del análisis de los recursos utilizados en la
construcción del discurso.
Comencemos por examinar qué pasa con su ubicación dentro del plan general de la
descripción. Señalaba antes que las partes de ésta se ajustan a la preceptiva retórica: exordio,
exposición y epílogo. Y precisamente éste último consiste en la historia de aquellas
inscripciones relacionadas según el autor, con una ley en favor de los hidalgos que
posteriormente fue quebrantada. Para que no queden dudas cita a Salustio. Señalar como
anterior a este autor que murió en el año 35 antes de Cristo, una referencia a Adán y Eva en
las inscripciones, ya contamina la veracidad histórica. Pero hay más.
Tenemos que tomar en cuenta que inmediatamente antes de referirse a las estatuas y a
su origen, ha descripto las costumbres de los romanos con particular desprecio. Entre otras
duras críticas dice que "son vituperio de la gente, dados a todos vicios", que la ciudad "solíe
ser cabeza del mundo e agora es cola" y señala hechos como que los animales salvajes viven
dentro del recinto amurallado como si se tratara de una montaña (López Estrada, 1982, 35-
36.).
4
El texto latino presenta defectos quizá debidos a la transmisión manuscrita. Puede proponerse la
siguiente traducción aproximada: "Teniendo por padre a Adán y a Eva por madre )por qué entonces no poseemos
la misma nobleza?"; "Los hombres se degradan por el vicio y se empequeñecen, la virtud eleva y ennoblece las
costumbres"
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
De acuerdo con el principio de correlación textual, según el cual aquello que viene
inmediatamente después es interpretado como explicación de lo que se ha dicho antes, resulta
que el no acatamiento a la primacía de la nobleza pregonada por las inscripciones proporciona
la impresión de esclarecer las causas que han provocado la decadencia de las costumbres. Tal
carácter se ve reforzado por el peso sentencioso de la auctoritas - el anacrónico recurso a
Salustio en un texto donde tales citas son muy escasas- y se constituye así en la argumentatio
y la peroratio que cierran la descripción de la abatida ciudad imperial.
"El estado de cavallería /.../, ovo siempre comienço, más çierto é más duradero que
de otra cosa, de la virtud, porque el tal exerçiçio es más apropiado a los nobles, é la
nobleza tiene a la mesma virtud por mayor e mejor fundamento"
Esta historia aparece narrada de un modo que recuerda los libros de aventuras
caballerescas (Carrizo Rueda, 1997: 91-92). Por ejemplo, el enfrentamiento del hijo con el
padre constituye uno de los mitemas de este tipo de discurso. No hay registros que confirmen
estos acontecimientos y como señala Beltrán, la actitud del padre "parece inconcebible porque
propone una utópica democracia medieval" (Beltrán, 1991: 151). Por lo tanto, también en este
caso parece que nos encontramos ante un hecho que a través de recursos literarios construye
un presunto suceso histórico pero que en realidad está al servicio de la "imagen de mundo"
que subyace al discurso. .
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
su forma pero que parte de una premisa tramposa. Deduce el hecho de que la caballería tenga
por origen a la virtud, no de los conocidos propósitos fundacionales sino de que la practican
los nobles, a quienes señala como depositarios de la virtud. A las inscripciones de las estatuas
les otorga así, la función de explicitar mejor este concepto, apelando a la ley natural y hasta a
la teología. La respuesta que surge de la inscripción de la estatua del hidalgo se puede
parafrasear de este modo: "todos los seres humanos tienen el mismo principio - noble sin
duda, porque Adan y Eva fueron creados a imagen y semejanza de Dios-, pero el libre
albedrío hace que solo algunos se mantengan fieles a la virtud primigenia y éste es el origen
de la nobleza". Con la historia del emperador de Constantinopla volverá sobre el tema, pero
esta vez para ilustrar con una especie de exemplum, qué pasa cuando alguien intenta
transgredir esta pretendida "verdad natural".
Hemos podido comprobar a través de este caso, que el análisis atento de los recursos
utilizados en una descripción, y de sus relaciones tanto con el fragmento que lo contiene como
con todo el resto del texto, constituye una clave para desplegar principios orientadores del
discurso.
El estudio de los contextos socioculturales se presenta por las razones antedichas, con el
mismo grado de necesariedad para la comprensión del texto que el de los recursos de
configuración del discurso.
Mi propuesta por lo tanto, en consonancia con las características híbridas de los relatos
de viajes, es que su análisis no sea abordado desde una sola disciplina. Si se recurre a ellos
como testimonios documentales es innegable que deben ser analizados con la misma
prudencia que las obras ficcionales pues en su composición entran los mismos recursos, Solo
que, en palabras de Aristóteles, mientras tales recursos están en la ficción al servicio de
construir un discurso "verosímil", en el relato de viajes buscan ofrecer una imagen
"verdadera".
Pero por otra parte, el análisis de los recursos literarios no puede desentenderse de que
la búsqueda de esta imagen de lo "verdadero" no proviene simplemente de una elección
personal del autor sino de una presión que ejerce el mismo género elegido. Debido a su
indivisible estructura literario-documental, la configuración del material se organiza alrededor
de núcleos de clímax que en última instancia, responden a un principio de selección y
560
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
La configuración del tipo de discurso que nos ocupa, depende de los referentes que se
han ido recogiendo durante el itinerario, de los propósitos estéticos y de la construcción de
una "imagen de mundo" 5. Los recursos que están al servicio de la construcción de ésta y la
función que cumple -muchas veces solapadamente- es intentar ofrecer desde la comparación
con otras sociedades, respuestas o alternativas a inquietudes que circulan por la comunidad de
receptores que conforma el horizonte de lectura de un escritor-viajero.
Bibliografía
Beltrán, Rafael, 1991, "Los libros de viajes medievales castellanos. Introducción al
panorama crítico actual". Popeanga, Eugenia, coord., Los libros de viajes en el mundo
románico. Anejo I de la Revista de Filología Románica, Madrid, ed. Complutense, pp. 121-
164.
Carrizo Rueda, Sofía M., 1994, "Hacia una poética de los relatos de viajes medievales.
A propósito de Pero Tafur". Incipit, Boletín del Seminario de Edición y Crítica Textual
(SECRIT). CONICET, vol. XIV, pp. 103-144.
Carrizo Rueda, Sofía M., 1995, "La selección de elementos descriptivos y los alcances
de códigos diversos en el discurso de Tafur". Studia Hispánica Medievalia III. Buenos Aires,
Universidad Católica Argentina, pp. 15-20.
Carrizo Rueda, Sofía M., 1997, Poética del Relato de Viajes, Kassel, Edition
Reichenberger.
Carrizo Rueda, Sofía M., 1999, "Constantes genéricas e isotopías en el relato de viajes".
Domínguez de Rodríguez Pasqués, Mignon, ed., La función narrativa y sus nuevas
dimensiones. Centro de Estudios de Narratología, Buenos Aires, pp. 172-177.
Carrizo Rueda, Sofía M., 2001, "Joseph Conrad y Javier Reverte, de la literatura de
viajes al relato de viajes". Actas del II Simposio Internacional del Centro de Estudios de
Narratología. Edición en CD.
Carrizo Rueda, Sofía M., 2002, "Analizar un relato de viajes. Una propuesta de abordaje
desde las características del género y sus diferencias con la literatura de viajes". Beltrán,
Rafael, ed. Maravillas, peregrinaciones y utopías. Literatura de viajes en el mundo románico,
5
Un reciente estudio de Videla de Rivero constituye un interesante ejemplo de los resultados que se
pueden obtener cuando el análisis de un relato de viaje atiende a la interrelación de estos tres factores (Videla de
Rivero, 2002).
561
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
Videla de Rivero, Gloria, 2002, "Una mirada inglesa sobre Mendoza y los Andes:
Narraciones del viaje por la cordilera de los Andes (1825), de Roberto Proctor". Videla de
Rivero, Gloria, coord., Literatura de Mendoza. Espacio, historia, sociedad. Centro de
Estudios de Literatura de Mendoza, Editorial de la Facultad de Filosofía y Letras. Universidad
Nacional de Cuyo. Tomo II, pp. 13-33.
562
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
Abstract
Este trabajo intenta, a partir de un estudio de caso, mostrar algunos de los problemas
metodológicos y teóricos que surgen al utilizar la literatura de viajeros como fuente histórica.
También problematizamos el uso tradicional que han hecho los historiadores para
explicar procesos de la primera mitad del siglo XIX: ¿quiénes son los viajeros?, ¿qué
buscaban?, ¿qué temas privilegiaron en sus escritos?, ¿cuál es la lógica de su discurso?, ¿qué
argumentos son retomados por nuestros historiadores?, etc.
This paper shows some methodological and theoretical problems about the uses of
travellers’ literature for history studies, particularly on a case.
Also we question the traditional use that some historians do when they try to explain
processes of the first middle of XIX century in the River Plate region. Who are the travellers?
What were they looking for? Which topics do they wrote about? What is the logic of
discourse? What arguments do the historians aproppriate?
First we say that these books of travellers have much to do with the vision of
contemporaneous natives about their society, and then historians didn’t critic this one.
On the other hand, we think that all those stories still give a great source of
interchange, refusal, integration and change experiences in this period and sociocultural
space. Conceptualizations from Anthropology, Sociology, Studies about discourse, etc.
contribute to put the problem under new frames.
Introducción
Este trabajo intenta, a partir de un estudio de caso, mostrar algunos de los problemas y
posibilidades del uso de la literatura de viajeros como fuente histórica. Para ello enfocamos la
investigación sobre una problemática empírica que apuntó a reconceptualizar la experiencia
migratoria en el Río de la Plata de la primera mitad del siglo XIX.
563
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
Un estudio de caso 1
Este trabajo intentó responder entre otros a los siguientes interrogantes: ¿cuáles eran los
espacios de sociabilidad abiertos por la sociedad receptora a los extranjeros?, ¿cuáles eran las
actitudes iniciales de cada individuo o grupo de migrantes?, ¿se incorporaron a las actividades
productivas y a la vida política?
564
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
Estas últimas observaciones parecían pertinentes para nuestro tema en tanto, como
afirma Fradkin, las sociedades coloniales americanas estaban "gobernadas por las
costumbres" y la aceptación de extraños en su seno - y mucho más a niveles de élite - suponía
la superación de una serie de pasos que venían a tener la función de pasaje ritual de
aceptación: de esta manera lo atípico puede servir para vislumbrar las normas (Fradkin,
1995).
Libros de viajeros
En 1936, los libros de viajeros eran una fuente subutilizada por la historiografía
nacional; se conocían unos pocos de lengua inglesa traducidos al castellano. Faltaba:
Su relato nos devuelve la imagen de nuestras cosas en un cristal extraño ... El acento
personal, es decir, emotivo, temperamental, es casi siempre inherente al relato del
que pasa o de lo que vio pasar.”
Por el número y su importancia, se destacan entre todos los viajeros extranjeros que han
escrito sobre la América española, los ingleses ...
565
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
El repertorio de Cordero incluye, además de los viajeros ingleses, viajeros chilenos (por
ej. B. Vicuña Mackenna), norteamericanos (J. Antonio King, Isaac G. Strain, Thomas
Jefferson Page, Carlos A. Washburn), italianos (Pablo Mantegazza, Antonio Gallenga), suizos
(Ss. Renger y Longchamp, Juan Jacobo von Tschudi), alemanes (Federico Gerstacker, Carlos
Germán Conrado Burmeister, Augusto Kahl), franceses (G. Lafond, Alcides d’ Orbigny,
Arséne Isabelle, Javier Marmier), españoles (Gral. Camba).
Del relevamiento realizado por Cordero, las principales cuestiones descriptas por los
viajeros son: el comercio y los aranceles; las redes personales, comerciales y políticas; las
ciudades y los puertos, las vías de comunicación; la riqueza inexplotada, la pobreza, las
diferencias regionales; la población, las costumbres y diversiones, la hospitalidad; la
religiosidad popular, el nivel moral de la población, el culto cívico y militar; la situación de
los inmigrantes extranjeros; las mujeres rioplatenses; la insolencia de las clases bajas; los
indios; la guerra entre las provincias y con el extranjero; la tiranía, los personajes; la prensa, el
funcionamiento de las instituciones.
Con esta selección cubrimos el marco temporal que recortamos para nuestro estudio:
1806/07 - 1861. Véase entonces que el recorte temporal era relevante no sólo para el tema de
estudio, sino para reflexionar sobre las condiciones de producción y la identificación de los
sujetos productores de relatos de viajeros.
566
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
De los testimonios surge con claridad un conjunto de países y regiones que tienen el rol
protagónico en cuanto a la procedencia de los migrantes que arriban a tierras rioplatenses
567
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
durante el período: Gran Bretaña, España, Italia, Brasil y Portugal. Esto se ve corroborado por
algunas investigaciones, que afirman que entre 1810 - 20, la colectividad inglesa alcanzó una
importancia numérica y social notable. Gozaban de hecho de varias garantías que luego serán
incorporadas al Tratado de 1825 (Zorrilla, 1978). La presencia del extranjero inglés, que
además de extranjero es "invasor", activa todo tipo de sentimientos y actitudes colectivos.
Este contacto aparece como una experiencia fuerte en la literatura de la época debido a sus
consecuencias políticas.
Por otra parte, desde la década del ‘30, trabajadores manuales italianos comenzaron a
instalarse en Buenos Aires, Montevideo y otras ciudades del Litoral argentino y uruguayo,
empujados por razones inicialmente económicas. Un grupo de exiliados políticos procedieron
mayoritariamente de sectores medios y medio bajo urbanos de una gran variedad de regiones
de Italia. Estuvieron instalados en Montevideo hasta la caída de Rosas, cuando se trasladaron
en gran número a Buenos Aires. Según Devoto, su conciencia política se identificaba con la
dimensión regional - rasgos culturales y lingüísticos propios que se correspondían con las
antiguas estructuras estatales - y un espacio social - Italia meridional, zonas de dominación
pontificia- (Devoto, 1993).
Los temas. Nos propusimos analizar con mayor detalle la transformación de los
comportamientos individuales y colectivos, ante la conciencia de los cambios, de la
posibilidad y el hecho de la "revolución". La experiencia de la vida ante la guerra, las
resistencias, las esperanzas, etc. Trabajamos con la siguiente hipótesis: la permanencia en tal
o cual sociedad evidencia la transformación simultánea de los comportamientos, de las
expectativas y de la propia identidad de los migrantes y la sociedad receptora. Por el
contrario, el traslado evidenciaría el rechazo cultural (unilateral o mutuo), o bien la conciencia
de peligro inminente a raíz de la guerra, fundamentalmente en esta etapa de "formación" del
estado y de "experimentos" sociales en los países del antiguo espacio rioplatense.
¿Quiénes son los que escriben? Varios de ellos pueden encuadrarse dentro de la
denominación "aventureros". Provienen en su mayoría de Inglaterra, Francia, Portugal. Son
hijos de familias acomodadas (sangre, dinero, ...) venidas a menos o no; enviados de empresas
familiares o firmas de negocios con encargados en diversos puntos de Europa, América, Asia
y Afrecha. Son "viajeros": se asocian a empresas geográficas, fingen profesiones honorables y
legales. Se dedican al comercio legal y/o al contrabando (en principio de manufacturas
inglesas). En América, los puntos de contacto vitales son Montevideo, Buenos Aires, el sur de
Brasil y Chile (Valparaíso). Buscan todo tipo de actividades que les proporcione dinero en
forma rápida, fácil e inmediata; sea realizar litografías de los "próceres", u ofrecer crédito
barato, o agua limpia por novedosos e ingeniosos procedimientos.
Los aventureros extranjeros tenían los medios para mover influencias, para desligarse
de problemas con la justicia local, ganarse las simpatías de la opinión pública y de los medios
de prensa. Utilizaban cartas de recomendación para comerciantes, cónsules, autoridades
militares y civiles, etc.: tenerlas era ser poderoso.
568
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
Su relación con la ley y el orden era necesariamente ambigua: riesgo y seguridad, recelo
y protección por parte del gobierno de turno. A partir de 1825, el Tratado con el gobierno
inglés redunda en mayores obligaciones por parte del gobierno argentino. En general, se
protegía a todos los extranjeros bien respaldados, o aquellos que mantenían negocios
importantes con las élites del país, etc. Juan P. Robertson, por ejemplo, establece casas
comerciales en Chile y Perú; incluso le otorga un empréstito al gobierno peruano.
En época de los aventureros, en los negocios jugaban altas dosis de riesgo. Los
contactos y la experiencia eran fundamentales. Agréguemosle a ello una dosis variable de
inseguridad en relación a las garantías jurídicas del país, menores a medida que se alejaban de
los centros urbanos.
No todos tenían suerte: se podía ganar o perder todo. En cualquier caso, el fracaso podía
deberse a que la gran mayoría de los extranjeros o no tenían los recursos suficientes para
emprender una aventura comercial o bien eran demasiado "perezosos" para trabajar, o bien
eran víctimas de la arbitrariedad y la violencia.
Montevideo era lugar de paso, pero sobre todo llave comercial estratégica del Plata y de
la capital; también, una alternativa en caso de condiciones políticas desfavorables en Buenos
Aires. Lugar favorito de asentamiento cuando ... Ya desde fecha muy temprana (1806) existía
en Montevideo una concurrencia muy mezclada de "todas las naciones".
Para un aventurero, era fundamental poder descubrir las riquezas inexplotadas del país.
El Río de la Plata parecía tenerlas.
Los extranjeros observan diferencias y coincidencias en su trato con los "nativos": dicen
los viajeros que, en general, los habitantes del Río de la Plata se encuentran en un "estado
natural". Algunos de ellos expresan la creencia de que su carácter “indolente” y “vicioso”
podría ser modificado por el libre trato con los extranjeros. Hacia la década del ’40, se señala
la diferencia entre dos categorías de estancieros, los que quieren adoptar hábitos europeos,
cuyas modalidades imitan, y los que prefieren conservar las costumbres del país.
569
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
F. B. Head enumera aquellos factores que a su juicio dificultan, desde el punto de vista
moral, las actividades productivas en el ámbito rioplatense: "La carencia de población; sus
efectos. La falta de educación común, y, en consecuencia, las estrechas miras de los naturales.
La clase más rica de gente en las provincias no acostumbrada a negocios. Las más pobres no
quieren trabajar. Ambas perfectamente destituidas de toda idea de contrato, puntualidad o
valor del tiempo. Entre poca gente, la imposibilidad de obtener franca competencia o evitar el
monopolio de cualquier artículo requerido, o la combinación que levantaría el precio ad
libitum. Las costumbres salvajes de salteo de gauchos; la fácil absolución de los sacerdotes; la
insuficiencia de las leyes." Y con respecto al trabajo de explotación de minas: "La falta de
experiencia, etc., en el Comisionado de la Compañía. El carácter, constitución, hábitos y
necesidades costosas de los obreros ingleses o europeos, mal adaptados al país ... Los
europeos, vencidos por el clima, se hacen indolentes, por poseer grandes salarios
independientes de un país donde el vino y los licores son baratos; mujeres del país, su
carácter.” (Head, 1986: 163 y 164).
Parece ser que los habitantes rioplantenses no rechazaron a los viajeros europeos por
"extranjeros" ni por contrabandistas (el contrabando estaba institucionalizado para la
satisfacción de numerosas necesidades, por ejemplo, el consumo de tabaco), ni por
aventureros; sólo por "infieles" no conversos o "enemigos" en tiempos de guerra.
“Una generación de niños hijos de ingleses y criollas surge ahora. Todos ellos
hablan inglés y español. ¿Quién nos hubiera dicho años atrás, que podríamos ver a
estos adolescentes volverse hombres amando la tierra en que nacieron y también
aquella de sus padres? ¿Qué importantes consecuencias no resultarán de cimentar
la amistad entre dos naciones antagónicas otrora? (...)
Supongo que los ingleses casados en esta tierra la consideran su patria adoptiva.
Nunca podría yo compartir este sentimiento: no podría resignarme a no ver más mi
patria” (Un inglés, 1986: 55, 57 y 58).
Algunas conclusiones.
Problematizamos el uso tradicional que han hecho los historiadores para explicar
procesos de la primera mitad del siglo XIX: ¿quiénes son los viajeros?, ¿qué buscaban?, ¿qué
temas privilegiaron en sus escritos?, ¿cuál es la lógica de su discurso?, ¿qué argumentos son
retomados por nuestros historiadores?, etc.
570
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
Bibliografía
571
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
MAC CANN, W. (1986), Viaje a caballo por las provincias argentinas, Buenos Aires,
Hyspamérica.
572
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
UN inglés (1986), Cinco años en Buenos Aires, 1820 – 1825, Buenos Aires,
Hyspamérica.
573
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
Abstract
Se presentarán los resultados iniciales de un proyecto de investigación cuyo objetivo
consiste en evaluar la información etnohistórica referida al proceso exploratorio realizado por
los viajeros europeos en el territorio de la actual provincia de Santa Cruz, desde
aproximadamente el S XVI hasta mediados del S XIX.
Se buscó analizar tipos, frecuencia y modalidad de los contactos que se sucedieron entre
viajeros y aborígenes en la cuenca del río Gallegos, llevados a cabo entre mediados y fines del
S XIX. La región bajo análisis fue delimitada entre los paralelos 51 y 52 Lat. Sur. Se
trabajaron las crónicas de Benjamín Bourne (1998), “Cautivo en la Patagonia”; “A través de
la Patagonia” de Florence Dixie (1996) y “Vida entre los patagones. Un año de excursiones
por tierras no frecuentadas desde el estrecho de Magallanes hasta el río Negro” de George
Musters (1964). Para su evaluación se tuvieron en cuenta las variables presentadas tanto por
Ligthfoot (1995: 208) quien brindó el marco general como las consideradas por Nacuzzi
(1998: 25-42) para la delimitación temporal.
In this paper it will be presented the early result of a research proyect which its general
objective consists of the evaluation of etnohistorical information about the exploration
process acomplished by europeans explorators in the territory of the actual province of Santa
Cruz, since aproximately XVI° century until middle XIX° century.
There were analysed kinds, frequency and contact modality that took place in the
Gallegos river basin in the middle and late XIX° century between travelers and natives. The
region under analysis was delimited by paralels 51° and 52° south latitude.
To its evaluation it was taken into account the variables presented by Lightfoot (1995:
208) about the general framework, as the one considered by Nacuzzi (1998: 25-42) about
temporal concern.
574
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
From the generated information it can be affirmed initially for the estudied area, that
there is no vinculation between particular objectives of the European travelers and
characteristics and kins of the contacts.
Introducción
En este trabajo se presentarán los resultados iniciales de un proyecto de investigación 1
cuyo objetivo consiste en evaluar parte de la información etnohistórica referida al proceso
exploratorio realizado por los viajeros europeos en el territorio de la actual provincia de Santa
Cruz, desde aproximadamente el siglo XVI hasta mediados del siglo XIX. Se buscó iniciar
una sistematización de la información etnohistórica disponible para Santa Cruz meridional. La
región bajo análisis fue delimitada operativamente entre los paralelos 51° y 52° Lat. Sur,
focalizándose el estudio en el valle del río Gallegos.
Objetivos
Para el análisis planteado y de acuerdo al supuesto formulado se trabajaron las crónicas
de Benjamin F. Bourne (1998), “Cautivo en la Patagonia”; “A través de la Patagonia” de
Florence Dixie (1996) y “Vida entre los patagones. Un año de excursiones por tierras no
frecuentadas desde el estrecho de Magallanes hasta el río Negro” de George C. Musters
(1964). Cada una de las fuentes fue seleccionada porque muestran, en el inicio de este trabajo
de sistematización, parte de la diversidad de intereses involucrados en los viajes realizados
por la región.
1
Este trabajo es el resultado de la pasantía denominada “Proyecto de Pasantía para las cátedras
Prehistoria General y Etnografía Americana y Argentina”, realizada durante noviembre-diciembre de 2000 y
junio-septiembre de 2001, dirigida por los Lics. Flavia Carballo Marina y Juan Bautista Belardi. Asimismo, la
investigación se inscribe dentro de los proyectos “Arqueología de cuencas hídricas de Santa Cruz: poblaciones
humanas y el uso del espacio” (UNPA-UARG), dirigido por el Dr. Luis Alberto Borrero y “Cazadores
recolectores, paleoambientes y disponibilidad de espacios: el caso del lago Cardiel a través de las distribuciones
artefactuales”, dirigido por el Lic. Juan Bautista Belardi. Ambos proyectos se encuentran en curso en el Centro
de Investigación “Dra. Elsa Mabel Barbería” de la Unidad Académica Río Gallegos-Universidad Nacional de la
Patagonia Austral.
575
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
paralelos 51° y 52° Lat. Sur. Se tomará como base la información etnohistórica
obtenida desde el siglo XVI hasta mediados del siglo XIX.
En relación con los objetivos expresados se propone la hipótesis que plantea que los
tipos y duraciones de los contactos establecidos entre poblaciones nativas y europeas estaban
relacionados con los objetivos específicos de cada viaje exploratorio.
Son escasas las actas de fundación, capitulares y de visitas, como así también los
registros de procesos judiciales y probanzas de servicios. Esta situación tiene que ver con la
dificultad por parte de los españoles de organizar pueblos, encomiendas, misiones o
reducciones con los indígenas de Patagonia, dadas sus características de pueblo cazador-
recolector no sedentario (Wachtel l978: 139).
Nacuzzi (1998) propone que la información disponible puede ser ordenada en períodos
que se corresponden con procesos relacionados con la conquista y colonización,
establecimiento del Virreinato del Río de la Plata y la conformación del Estado Nacional.
Bajo esta mirada, el análisis de las fuentes seleccionadas permitirá generar hipótesis para
discutir el uso del espacio y la movilidad tanto de grupos exploradores como de grupos
aborígenes.
Con el objetivo de evaluar cómo y qué tipos de contactos se sucedieron entre viajeros y
aborígenes entre los paralelos 51° y 52°, se puso énfasis en el período comprendido entre
1828 y 1874 por ser, en esta instancia, el marco temporal que mayor cantidad de información
cuenta. A partir de la hipótesis de trabajo, se decidió aplicar la metodología que a
continuación se detalla.
576
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
Una vez reunida la información de base necesaria para llevar a cabo el análisis de las
crónicas, se registraron y evaluaron las fuentes. Se tuvieron en cuenta el marco general
presentado por A) Ligthfoot (1995: 208) como así también la delimitación temporal
considerada por B) Nacuzzi (1998: 25-42).
1. Tiempo de la observación: se refiere a la duración de tiempo del viaje (días, meses, años)
ya que se constituye en un dato importante para la caracterización del contacto si éste se
llevase a cabo.
2. Contexto cultural en el cual el relato fue escrito: adquiere importancia el marco histórico,
económico y social de las personas involucradas en el manuscrito de la crónica.
3. Naturaleza del texto: referencia a la tipología del texto, si se trata del viaje de un
explorador, una carta administrativa, un reporte etnográfico, etc.
4. Mirada del observador: hace alusión a la profesión / actividad del viajero, si es un militar,
explorador, misionero, etc.
5. Método de observación: busca determinar si la participación/ examen del viajero es activa
o pasiva.
Se focalizó en los dos últimos subgrupos ya que corresponden a los ejes espaciales y
temporales operativamente demarcados en este trabajo. De acuerdo a las variables trabajadas,
se diseñó un modelo de ficha a utilizar en el procesamiento de la información.
577
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
Tipos:
Frecuencia:
• Permanente.
• Esporádica.
• Intermitente (la categoría intermitente hace referencia al contacto que mantiene el
viajero con una misma persona o grupo).
Modalidad:
• Planificado.
• No planificado.
• Pacífico.
• Hostil.
578
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
EVALUACION DE RESULTADOS
CRONISTA: BENJAMIN FRANKLIN BOURNE
FORMAS DE OBTENCION
NATURALEZA CONTEXTO TEMPORAL
DE LA INFORMACION
Narración Personal. Fiebre del oro en EE.UU. 1848-1849. Observación y Participación.
OBJETIVO MANTENIMIENTO
DEL VIAJE A DE CONTACTO TIEMPO DE
PROCEDENCIA ROL ASUMIDO
LA CON SU PAIS DE PERMANENCIA
PATAGONIA ORIGEN
Estados Unidos Marinero de la Llegar a No 3 meses
goleta “John California.
Allyne”. Luego del
contacto con los
aborígenes es
tomado prisionero.
579
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
FORMAS DE
NATURALEZA CONTEXTO TEMPORAL OBTENCION DE LA
INFORMACION
Narración Época victoriana, aproximadamente desde 1837 hasta Observación y
Personal. 1901. Inglaterra era la primera potencia mundial gracias a Participación.
su desarrollo económico y a sus dominios coloniales.
OBJETIVO DEL MANTENIMIENTO
ROL TIEMPO DE
PROCEDENCIA VIAJE A LA DE CONTACTO CON
ASUMIDO PERMANENCIA
PATAGONIA SU PAIS DE ORIGEN
Inglaterra Propulsora y Turístico No Aproximadamente
protagonista del 3 meses.
viaje.
Lady Florence Caroline Dixie, hija menor del séptimo marqués de Queensberry, viaja a
fines de 1878 de Liverpool a la Patagonia. Su grupo de acompañantes está conformado por un
amigo, Mr. Julius Beerbohm; su marido, el barón Alexander Beaumont Dixie y por sus dos
hermanos, Lord Queensberry y Lord James Douglas, quedando el primer hermano en
Montevideo debido a un problema de salud. El origen noble y la riqueza de Lady Dixie
posibilitan el viaje “de placer”, actividad característica de la Inglaterra Victoriana. Durante el
580
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
trayecto terrestre cazan ñandúes, guanacos, zorros y un cóndor “...durante el día vimos un
pájaro rondando sobre nuestro campamento a una increíble altura y nos dijeron que era un
cóndor...aprovechando un momento en que permanecía perfectamente quieto mi esposo le
disparó un tiro y de por suerte la bala hizo efecto y la criatura cayó, volviéndose cada vez más
grande a medida que bajaba, hasta que al fin golpeó la tierra con un fuerte choque...” (pp.162-
163). La caza era uno de los deportes que en esta época victoriana y del “ocio” permitían la
diferenciación de clase.
Dentro del grupo se encuentra Mr. Julius Beerbohm, quien estuvo en la Patagonia en
1877, acompañando a unos cazadores desde la Bahía de San Julián hasta la colonia de Punta
Arenas, relatando sus aventuras en un libro llamado Wanderings in Patagonia 1879. Junto
con los guías contratados fue el conocedor y experto del terreno.
Las descripciones de cacería son recurrentes, siendo incluso el recurso que hace avanzar
a la obra. Su habilidad literaria se evidencia en la minuciosa descripción que realiza,
utilizando variado vocabulario y gran cantidad de metáforas y adjetivos. Se detiene, sin
embargo, en el registro de la pequeña aventura: cómo persiguió el primer avestruz, cómo
marchan hacia la zona donde abundan los guanacos, etc.
581
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
FORMAS DE
OBTENCION
NATURALEZA CONTEXTO TEMPORAL
DE LA
INFORMACION
Narración 1869-1870. En abril de 1869 Argentina se encontraba en guerra Observación y
Personal. con Paraguay, por lo que el gobierno de Buenos Aires debió Participación.
pactar con los indígenas meridionales otorgando grados y
raciones con el fin de mantener las líneas de fortines. Domingo
Faustino Sarmiento era el presidente.
PROCEDENCIA ROL OBJETIVO DEL MANTENIMIENTO TIEMPO DE
ASUMIDO VIAJE A LA DE CONTACTO CON PERMANENCIA
PATAGONIA SU PAIS DE ORIGEN
Inglaterra Marino enviado Político- No 1 año
por el Económico
Almirantazgo
británico para
el
reconocimiento
del interior de
la Patagonia.
La crónica “Vida entre los patagones. Un año de excursiones por tierras no frecuentadas
desde el estrecho de Magallanes hasta el río Negro” fue traducida por Arturo Costa Álvarez,
siendo editada y publicada por Ediciones Solar/Hachette en 1964. Contiene un estudio
preliminar y notas de Raúl Rey Balmaceda. La primera publicación fue realizada en 1871.
Debe aclararse que acorde a la delimitación espacial realizada entre los paralelos 51 y 52 Lat.
Sur, se trabajó en esta primera instancia hasta el capítulo II.
Gran parte del capítulo analizado lo dedica a desarrollar su travesía desde las Islas
Malvinas hasta Punta Arenas, describiendo detalladamente el paisaje que iba recorriendo “...el
582
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
panorama del lado norte del estrecho ofreció poca variedad hasta que avistamos las barrancas
de San Gregorio, una cadena de colinas un tanto pintorescas que se levantaba cerca de la costa
norte de la bahía del mismo nombre y se extendía algunas millas en dirección al este. Del lado
sur o fueguino del estrecho, la tierra era baja hasta cierta distancia de la costa...” (pp. 49-50).
583
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
Esporádico
FRECUENCIA Permanente Esporádico
Intermitente
No planificado Planificado Planificado
MODALIDAD
Hostil Pacífico Pacífico
Las tres crónicas expresan el establecimiento de contactos entre europeos y nativos. Los
viajes de Dixie y Musters se desarrollaron de manera planificada y pacífica, mientras que el
trayecto de Bourne, de forma no planificada y hostil. Sin embargo, la modalidad planteada no
influyó en la determinación de la tipología de la relación, siendo el relato de Bourne la única
fuente, para el área delimitada, que permitió observar una integración del viajero a las
actividades económicas y familiares de los nativos. La tipología de los contactos
correspondientes a las crónicas de Dixie y Musters son de intercambio de información y de
bienes, diferenciándose en sus frecuencias.
Los datos generados a partir del análisis de las variables responden parcialmente a las
expectativas de la hipótesis planteada para la región delimitada entre los paralelos 51° y 52°
Lat. Sur:
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En relación al inicio de una sistematización de las crónicas disponibles para Santa Cruz
meridional, están previstas las incorporaciones de nuevas fuentes para el área estudiada, como
así también ampliar las delimitaciones espaciales, a los fines de que
la información generada en esta primera etapa, pueda ser comparada con las existentes
para las cuencas de los ríos Coyle y Santa Cruz. De esta forma, se contribuirá al
reconocimiento y evaluación de contactos producidos entre europeos y aborígenes.
Agradecimientos
Agradezco a los Lics. Flavia Carballo Marina y Juan Bautista Belardi por guiarme en
mis primeros pasos en investigación, por sus infinitas lecturas y oportunas observaciones y
sugerencias.
A Néstor Suárez, por intentar mejorar la redacción de este manuscrito, por sus lecturas
críticas, comentarios y apoyo.
También a Gustavo Nauto por ayudarme, con mucha paciencia, en cuestiones técnicas
relacionadas con la presentación de este trabajo.
Referencias citadas
Bourne, B. F. 1998. Cautivo en la Patagonia. Traducción de César Aira. Memoria
Argentina Emecé.
Musters, G. C. 1964. Vida entre los patagones. Un año de excursiones por tierras no
frecuentadas desde el estrecho de Magallanes hasta el río Negro. Traducción de Arturo Costa
Álvarez. Ediciones Solar/Hachette.
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Abstract
El nombre de “América” lo inventó y aplicó por primera vez en 1507 un mal informado
impresor alemán llamado Waldseemüller, a cuyo poder llegaron los documentos de Vespucio.
Producto de un equívoco o de un gesto intencionado, lo cierto es que las tierras descubiertas
por Cristóbal Colón no llevan su nombre. Colón escribió su Diario de viaje con la idea de
entregárselo a la reina Isabel a su regreso para que fuese leído como la versión oficial de todo
lo acaecido; poseía el poder de ser un cronista fiel o un embustero. En la novela El último
crimen de Colón se ofrece una reconstrucción rigurosa de los hechos y una abundante
cantidad de intrigas vinculadas con problemas cartográficos, astronómicos, geográficos,
antropológicos y literarios, aunque la principal protagonista es la historia relatada. La cuestión
es que Colón chocó contra semejante continente y no obstante logró persuadir a los hombres
de que lo que había creído hallar era tan sólo un esbozo de las Indias; la humanidad,
unánimemente le creyó. En la ponencia se discute cómo lograr transformar un relato de viaje
en un policial histórico cuyo contenido se halle en total conformidad con la información que
se dispone. Se dilucida cómo es posible que Colón haya podido encubrir los móviles reales
que lo llevaron a urdir su hazaña y consumar el más notable crimen cometido contra la
Historia, lo que permitirá reconocer algunos de los mecanismos a partir de los cuales es
posible tergiversar el pasado.
Texto
Juan Gil ha sostenido que nada que toque a Cristóbal Colón puede ser limpio y diáfano.
Efectivamente, existen muchas “zonas” oscuras en la vida de Colón en lo concerniente a su
origen, a su carácter y a sus opiniones y creencias. Sin embargo, respecto de otras cuestiones,
tanto o más importantes, los historiadores, por lo general, se han puesto de acuerdo. Una de
ellas corresponde a las dimensiones que Colón le atribuyó a la Tierra; otra, a lo que creyó
descubrir en su primer viaje.
Nuestro objetivo es, en primer lugar, hacer un uso riguroso de cierta información
incontrovertible la que, entendemos, puede operar como fuente de datos seguros y como
reflejo de acontecimientos inequívocos. En segundo lugar, tomar algunos problemas
cartográficos, astronómicos, geográficos, filosóficos, antropológicos e incluso literarios –cuya
presentación resumiremos– con vistas a establecer algunas situaciones que resultan oscuras y
paradójicas, y, en otros casos, intrigantes. Sobre esta base, intentar mostrar cómo sería posible
cuestionar las hipótesis más comunes, y establecer otras nuevas, compatibles con la
información seleccionada. La principal protagonista será la Historia relatada; esto es, la forma
en que se organizan, se acomodan, se presentan, se malentienden e incluso se ocultan los
hechos. El resultado, ficcional, una suerte de invención, parecida a la que nuestro personaje,
Cristóbal Colón, pudo haber construido a propósito de su vida y de sus viajes. Se trata de una
historia en la que todos los elementos deberían encajar de un modo diferente al de las
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adaptaciones oficiales; ser conducente y estar dirigida a dar una versión diametralmente
opuesta a la habitualmente aceptada.
Debemos evaluar las dificultades a la hora de entender, para todos estos casos, cuáles
eran los verdaderos valores de las magnitudes con las que se tomaban las distancias. Por
ejemplo, Johnmidt ha indicado hoy, que una legua, antes, era equivalente a 2,82 millas
marinas y no a 3,18 millas marinas como se creía (Johnson, 1986). En el Diario de Colón se
sugiere que una legua equivale a 4 millas, presumiblemente se trata de millas italianas, de
menor extensión que la milla española para las que una legua eran 3 millas españolas (Colón,
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1492: 11). Existe además una confusión debido a que la milla árabe valía 2,16 km y la milla
italiana, 1,4775 km (Vilchis y Arias, 1992: 36).
Un hecho fundamental es que en el siglo III a.C., o sea, alrededor de mil ochocientos
años antes de Colón, Eratóstenes había calculado las dimensiones de la Tierra empleando
estadios, a partir de un procedimiento muy ingenioso, estableciendo que el diámetro de la
esfera terrestre era del orden de los 40.000 km toda vez que hubiese empleado estadios
griegos, como se cree, y no estadios egipcios. El error, entonces, sería del orden de nada más
que el 1% (Levinas, 2000: 82). ¿Conoció Colón esta información? Luego intentaremos
responder a esta pregunta. Quizá éste sea el momento de recordar que las distancias medidas
en grados, o sea la longitud, para ser traducidas a distancias lineales, dependen de un modelo
que hable de las dimensiones de la Tierra; en otras palabras, la distancia que corresponde a un
grado de diferencia angular entre dos puntos, corresponde a más o menos millas, de acuerdo
con el tamaño atribuido a la Tierra. Poseer una teoría acerca del tamaño de la Tierra es
fundamental en la navegación oceánica, sobre todo para calcular la longitud y las distancias
en la dirección este–oeste.
Colón empleó nueve años para convencer a los Reyes Católicos de España que le
financien su viaje por el Mar Océano. Fue en abril de 1492. Iría en busca del Gran Khan, el
Rey de Reyes, seguro sucesor de aquél del que hablara Marco Polo dos siglos antes; intentaría
conocer otros príncipes y procuraría evangelizar a las gentes, aunque después haya sostenido
que fueron los reyes los que le ordenaron no marchar hacia Oriente y dirigirse por el
Occidente “por donde hasta hoy no sabemos por cierta fe que haya pasado nadie”, según sus
propias palabras (Colón, 1492: 10). Llegó a los reyes haciendo su proposición innumerables
veces y prosperando por etapas, recibiendo el apoyo de algunos franciscanos con acceso a los
monarcas, de ricos genoveses y florentinos en Sevilla y de la comunidad marinera de Palos de
donde tomó la mayor parte de la tripulación. Molestó con su empecinamiento a los
mercaderes. Llegó a los reyes, en Alcalá de Henares, y apoyó sus planes el tesorero de la
Santa Hermandad y contable de la Real Casa. (Gutiérrez de la Solana, 1989). Su proyecto
había sido rechazado en 1490 por una Junta que lo estudió especialmente. Seis razones se
invocaron, algunas aparentemente contradictorias entre sí. Primera: llevaría tres años de
navegación alcanzar Asia; segunda: el Mar Océano era infinito y probablemente no
navegable; tercera: si se alcanzaban las antípodas, sería imposible regresar; cuarta: de acuerdo
con San Agustín las antípodas no existían porque entonces la mayoría del globo estaría
cubierto por agua; quinta: sólo dos quintas partes de la Tierra eran habitables y en las dos
quintas partes restantes, uno o bien debía congelarse, o bien quemarse hasta morir; sexta: Dios
nunca hubiese permitido que sus creaturas viviesen tanto tiempo después de la muerte de
Cristo sin conocer la verdad y sin haber sido convertidos (Dotterer, 1987: 5)
Sin embargo, en 1492 los reyes accedieron a apoyar un plan de Colón. Tenemos,
entonces, Las capitulaciones de Santa Fe, un contrato cerrado entre Colón y los reyes de
España. En él se convirtió la persona de Colón en Don, como marino se lo hizo Almirante y
como funcionario se lo erigió Gobernador perpetuo de todas las islas y tierras firmes que
descubriera y que ganase para España. Una primera pregunta: ¿No resultaba notable mandar y
ejercer derechos sobre tierras supuestamente ya regidas por príncipes o por alguna otra
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autoridad? ¿No suena extraño prefijar de qué manera habría de gobernarse lo supuestamente
ya gobernado? Colón obtendría la décima parte de las perlas, de las piedras preciosas, del oro,
de la plata, de las especias, de cualquier cosa. Obtendría la décima parte de las rentas de las
tierras descubiertas y la octava parte del comercio. Pero lo más importante es que en estas
Capitulaciones, se hacía referencia a unas islas y a cierta tierra firme en el Mar Océano, sin
que se mencionasen ni las Indias ni Cipango ni Catay. Se hacía referencia, eso sí, a unas
míticas Antilias que nadie sabía bien dónde estaban y si acaso no representaban diferentes
tierras, denotadas, todas, con un mismo nombre. Innumerables mapas las incluían: el de
Pizigani de 1367; también se las podía ver dibujadas en un portulano de 1424; en los mapas
del genovés Becario en 1426 y 1435; en el de Andrea Bianco de 1436; en el de Fra Mauro de
1460; poco después en el del mallorquí Gracioso Benacaza, hecho en Ancona. En el de
Bartolomeo Pareto de 1475, en el propio de Toscanelli de 1474 y en el globo de Behaim de
1492 (De Gandía, 1946: p. 12).
Además, Colón portaría varios documentos para los príncipes de Oriente (Comellas,
1991: 117) pero, tal como lo señalara en su Diario, también llevó consigo, para ofrecer en
esas tierras que habría de descubrir, clavos viejos, cuentas de vidrio, monedas sin valor, trozos
brillantes de vajilla de mayólica y pequeñas campanillas de cobre (Wilson, 1991: 15). ¿Para
conquistar a gente tan rica? Y llevó un interprete, a Luis de Torres, que hablaba árabe y
arameo, pero no chino, ¿acaso con la esperanza de entenderse en esos idiomas con el Gran
Khan? En principio, estos ya parecen elementos suficientes como para dudar que Colón
tuviese como objetivo llegar a las tierras de Marco Polo.
La Historia nos revela que Colón emprendió el camino de las Indias montado, entonces,
en una nao y que, luego de una escala de cerca de un mes en Canarias, pegó el gran salto.
Que, muy probablemente, de no estar América en el medio del camino, un eventual regreso
hubiese sido imposible debido a la escasez de las provisiones llevadas. Esto último, Colón
¿tampoco lo supo? Existe un indicio inobjetable y es que Colón, cuando informaba a su
tripulación acerca de las distancias recorridas, mentía –sugería que no estaban tan lejos de
Canarias–, pero, además, hablaba ambiguamente de las corrientes y de los vientos. Era
dudosa, entonces, su manera de calcular la velocidad absoluta que llevaba y que debía ser
medida teniendo en cuenta la velocidad del barco respecto de la corriente, para lo cual se
debía conocer la velocidad de la corriente.
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Continuaba por el paralelo 28o, casi con absoluta fidelidad. Sólo los últimos días, con el
pretexto de que quería seguir el vuelo de las aves, torció hacia el sudoeste y se encontró con
lo que son hoy las Bahamas, para muchos, un golpe de fortuna. Su plan fue partir de las
Canarias y dejarse llevar por el alisio hacia el oeste, una ruta loxodrómica, esto es, siguiendo
un rumbo, el camino marcado por meridianos y paralelos, como si la Tierra fuese plana. Éste
era el único tipo de ruta conocido en tiempos de Colón. Para la navegación a vela, digamos,
importa más el viento que la distancia. La línea ortodrómica, en cambio, sigue un círculo
máximo y es más corta. Tuvo suerte con un anticiclón que se mantuvo en sus latitudes de
verano y marchó siempre con viento popa, salvo dos o tres días. Las razones que lo habrían
motivado a seguir esa ruta del paralelo 28 habrían sido, para muchos historiadores, políticas.
El rey de Portugal tenía derechos más al sur de las Canarias por la Paz de Alcaçovas de 1479
entre Castilla y Portugal y la Bula Aeterni Regis un poco después. Canarias era castellana, a
cambio de las tierras en la zona de la costa africana: las Azores, las Madeira y Cabo Verde.
Sin embargo, ¿no había sostenido Colón que iría por donde nadie había ido? En 1493,
Alejandro VI haría la Bula Inter Caetera que dividiría en dos las zonas a través de un
meridiano situado a 100 leguas al oeste de las Azores y Cabo Verde: al este quedaría la zona
portuguesa; al oeste la castellana. Pero Cabo Verde y las Azores no quedaban en el mismo
meridiano y la demarcación sería imprecisa; la navegación hacia el sur de África exigiría
desviaciones profundas hacia el oeste y el rey portugués pidió una ampliación de la zona. Por
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eso, el 7 de junio de 1494 se formalizó el Tratado de Tordesillas: una partición a partir del
meridiano situado a 370 leguas al oeste de la más Occidental de las islas de Cabo Verde
(Kinder y Hilgemann, 1979: T.1, 253). El Brasil, todavía por descubrirse, quedaría en la zona
portuguesa. La contrapartida sería en Oriente: las Filipinas y las Molucas, también
desconocidas, que serían castellanas. Se delimitaban tierras que no se conocían sobre la base
de cartas o mapas conjeturales.
De las tres partes del Diario, la más corta es la del viaje de ida. Casi no se habla de los
vientos o de las corrientes y se habla falsamente de que las aves avistadas suelen dormir en
tierra, cuando en realidad la tierra estaba muy lejos. Primero, Colón se refiere a las islas –
recordemos Las Capitulaciones– pero luego se las desprecia diciendo que sólo se quiere
alcanzar tierra firme. No se manifiesta ni angustia ni emoción en el descubrimiento. En el
Diario, supuesto reflejo fiel de lo que aconteció cada día, a veces se habla del futuro como
previendo lo que sucedería como en lo escrito para el 16 de septiembre: “Dice aquí el
Almirante que hoy y siempre de allí en adelante hallamos aires temperantísimos” (Colón,
1492: 16). A pesar de que es cierto que de las Casas sabía la continuación de la historia, la
frase está instalada como si Colón previese el futuro.
¿Podría servir todo esto para incorporar algunos elementos de un gran fraude o para
pensar que Colón sabía dónde estaba? En lo que son hoy las Bahamas o las Antillas, Colón
pinta paraísos con oro y perlas, antesala de los imperios del Gran Khan o de los reinos de
Cipango. Pero también es notable como, explícitamente, y de acuerdo a lo que antes
decíamos, miente en lo referente al cálculo de las distancias recorridas. Por ejemplo para la
jornada del 17 de septiembre, lunes, se dice: “navegó a su camino al Oueste, y andaría en día
y noche cincuenta leguas y más; no asentó sino cuarenta y siete” (Colón 1492: 17).
Un cálculo, de acuerdo con lo indicado por Colón, nos ofrece 1.080 leguas por lo
menos, y probablemente hasta 1.140 leguas de recorrido desde Gomera en Canarias, hasta
Guanahaní, la isla a la que llega y que rebautiza San Salvador, muy superior a las 920 leguas
que había informado: hay diferencias del orden del 15% (Comellas, 1991: 133). Cuando se
dirigía al sudoeste descontaba hasta el 40%, cuando iba al noroeste, nada. ¿Era la intención
que se creyese que estaban más al norte? ¡La cuenta verdadera lo hubiese conducido al norte
de Mérida en Yucatán, y era más falsa que la falsa de unas 450 millas al este de las Bahamas!
Se ha sugerido que informaba la cuenta falsa para que la tripulación creyese estar más cerca
de Canarias y supusiera tener las provisiones suficientes como para poder regresar, lo que
vincularía el cálculo apócrifo, con el problema de los suministros. Aclaremos que al regreso,
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o sea el tornaviaje, en una ruta ubicada más al norte, invirtió el error en el cálculo de lo
navegado, sugiriendo que habían andado más y que estaban más cerca de Europa.
Volvamos a lo delicado que es tomar el Diario como fuente. Colón habría escrito su
Diario en castellano y entregado el original a los reyes; nunca le habría sido retornado. Ahora
bien, Colón fue un personaje prácticamente olvidado hasta que, a principios del siglo XIX, el
erudito español, Fernández de Navarrete, sacó a luz algunos documentos en su Colección de
los viajes y descubrimientos que hicieron por mar los españoles desde fines del siglo XV. La
obra apareció en 1825 (De la Riva, 1991: 221). Debemos tener en cuenta que el gran evento
de 1492 no fue el viaje a las Indias, sino la victoria en Granada que recuperaba para España la
última porción que los moros tenían bajo su dominio. Además, ese año la Inquisición le dio
un ultimátum a todos los judíos españoles: convertirse al cristianismo o dejar el país en cuatro
meses. El mayor éxodo hacia el norte de África aconteció en agosto, el mismo mes que Colón
dejó España y se alejó de ese lugar de persecución. La Inquisición, entonces, fue el segundo
gran acontecimiento de 1492 en España (Foote, 1991: 28).
Del Diario se pueden desprender otras cosas. Por ejemplo, que alguna vez Colón se
enojó con sus marineros porque gobernaban mal la nave y que había problemas con las
brújulas. ¿Llevó brújulas flamencas (de acuerdo con lo acostumbrado en el Mar del Norte,
con la aguja dirigiéndose más hacia el este y la rosa de los vientos colocada con la flor de lis
más ligeramente colocada a la izquierda para señalar el norte real)?, ¿o genovesas (de acuerdo
con lo empleado en el Mediterráneo donde existe una menor declinación magnética y la flor
de lis coincide más con el eje central de la aguja)? La primera, la flamenca, pudo haberse
utilizado en la Santa María, nave de Galicia –que de hecho se había llamado “Gallega”– y que
originalmente hacía el camino a Flandes, y a pesar de que Colón era genovés; la brújula
genovesa, pudo haber sido utilizada en las carabelas andaluzas, La Pinta y la Niña. La
cuestión es que el 13 de septiembre, la aguja parecía apuntar al norte, o sea al polo celeste,
pero, al comienzo de la noche, señalaba al oeste de la estrella Polar y al amanecer al este. El
día 17 oscilaba entre el anochecer y el amanecer, pero ya no se inclinaba a ambos lados de la
Polar: al comenzar la noche se inclinaba bastante hacia la izquierda y al amanecer se dice:
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“estaban buenas las agujas”, o sea, que coincidían con la Polar. Colón habría medido por
primera vez en la historia, la variación de la declinación magnética con la longitud, pero no se
dio cuenta de su descubrimiento: le echó toda la culpa a la Polar: “la causa fue porque parece
que la estrella hace movimiento, y no las agujas” (Colón, 1492: 17). Los historiadores dicen
que esto fue para tranquilizar a los marineros. ¿Perdió la mejor oportunidad de demostrar que
había descubierto la variación de la declinación magnética con la longitud? Según lo que se
sabe actualmente, en 1492 la brújula se desviaba menos que hoy: en Palos 4 grados al este, en
Canarias 3 grados. El 13 de septiembre, cuando Colón apreció la anomalía, estaba por cruzar
la línea agónica o sea, el meridiano magnético cero donde la aguja señalaba exactamente el
norte. A partir de aquí la desviación era hacia el oeste. Colón denunció que la aguja
nordesteaba más por la noche que por la mañana, cuando presumiblemente debió acontecer lo
contrario. El 17, el nordesteo era ya de “una gran cuarta”, lo que significaba más de 11o, igual
que el 30 de septiembre. Aquí puede suponerse que en 1492 la desviación magnética en el
meridiano 35o era más fuerte que hoy, o bien que las brújulas estaban cebadas al estilo
flamenco unos 4o al este. O también, otro engaño de Colón... Digamos que la estrella Polar no
es exactamente polar, esto es, no ocupa exactamente el norte astronómico y además su
posición varía con el correr de los años. Hoy la estrella Polar está a sólo 47’ de arco del norte,
algo imperceptible. No siempre fue así: la Tierra posee un movimiento de un trompo cuyo eje
describe un círculo que se completa cada 25.725 años: el polo varía de lugar. En la época del
viaje, la llamada Polar se situaba a unos 3o 28’ y la más cercana al polo era la 51 Cephei de
quinta magnitud, 40 veces menos visible, muy difícil de observar; hoy está a 0o 7´ (Comellas,
1991: 164). Precisamente, el 30 de septiembre Colón dice: “Por lo cual parece que la estrella
hace movimiento como las otras estrellas” indicando así que no ocupa el eje de los cielos y se
mueve entorno del polo (Colón, 1492: 24).
Un problema para los que han intentado establecer qué era lo que Colón computaba,
dónde decía creer estar y dónde realmente estaba, lo constituye lo sucedido el 30 de octubre, a
más de quince días del descubrimiento. Ese día Colón dice haber tomado la altura de la Polar:
el cuadrante, según parece, le indicó 42o. Colón debió quedar perplejo ya que entonces estaba
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bastante al norte del paralelo de las Canarias, y además Cipango no podía rebasar los 30o.
Pero en el mapamundi de Behaim, Catay aparecía ahí, en el 42. ¿Estaba en China, más lejos
que Japón? Está escrito: “...distaba de la ecuatorial 42 grados hacia la banda Norte..., y había
de trabajar por ir al Gran Can, que pensaba que estaba allí, o a la ciudad de Catay, que es del
Gran Can” (Colón, 1492: 59). Las razones dadas por los historiadores para tan colosal error
en el que se mide el doble de latitud, son la impericia en el cálculo, o el deseo de engañar a los
portugueses, o el confundir la Polar con otra estrella –ese día hubo luna llena y no se podían
ver bien las estrellas– o una doble graduación en la escala del cuadrante (Comellas, 1991:
224–8). Colón concluyó que la culpa era del instrumento.
Aparte de todas las incongruencias hasta aquí señaladas, existe una fundamental,
referida a un mapa bastante posterior al primer viaje de Colón, pero que lo involucra; una
cuestión sumamente curiosa, diríamos que extravagante, que la Historia no ha podido soslayar
ni explicar. En el ducado de Lorena, donde se asientan las montañas de los Vosgos que
separan la cuenca del Rhin de la de su afluente el Mosel, al oeste de Alemania y al este de
Francia, en una casona de St. Dié, funcionaba un taller. Allí, unos hombres trabajaban en la
edición de un opúsculo de 52 folios cuyo título era Cosmographiae Introductio, e imprimían
un mapa plano y un globo terráqueo sólido. El día era el 25 de abril y el año 1507. Colón
había muerto hacía casi año. Esa tarde, el reducido grupo de impresores de St. Dié cumplió de
manera puntillosa y eficaz el plan de publicar una muy novedosa introducción a la Geografía
de Ptolomeo, obra fundamental del saber de la época. Incorporaron varias frases que advertían
acerca de la existencia de importantes nuevas, referidas a un espacio terrestre que, de ahora en
más, debía ser explorado y conocido. Los dos mapas mostraban incontables lugares agregados
a los imaginados por el gran geógrafo y astrónomo alejandrino mil trescientos años atrás.
Desde la época de Ptolomeo, no era demasiado lo averiguado por los hombres: en su mapa del
mundo hacia el oeste de Europa y de África, Ptolomeo no había representado nada, y era
acerca de esa materia que versaban las noticias que en St. Dié deseaban hacerse públicas.
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Esa tarde, las máquinas grabaron con firmeza las frases y los trazos que se les había
ordenado imprimir. Fue el desliz definitivo hacia lo que pretendía convertirse en una verdad
terminante. Las ideas, desplegadas palabra por palabra y línea por línea en latín, en español
hubiesen sonado de esta forma: Introducción a la cosmografía con aquellos principios de
Geometría y Astronomía necesarios a este fin. Además las cuatro navegaciones de Amerigho
Vespuchi. Descripción de la Cosmografía Universal, tanto en sólido como en plano,
incluyendo también los recientes descubrimientos ignorados por Ptolomeo. DÍPTICO: Con
Dios que rige los astros y el Emperador las comarcas de la Tierra. Ni la Tierra ni los mismos
astros tienen nada mejor. (Del Carril, 1991: 14). Lo que refería la Introductio de
Waldseemüller en su segundo párrafo era: “Verdaderamente ahora que estas tres partes de la
Tierra, Europa, Asia y África han sido más ampliamente descritas, y que otra cuarta parte ha
sido descubierta por Américo Vespucio (como se oirá enseguida), no veo con qué derecho
alguien podría que por su descubridor Américo, hombre de sagaz ingenio, se la llame
Ameriga o bien América, como si se dijera tierra de Américo; tal como Europa y Asia
tomaron sus nombres de mujeres” (Del Carril, 1991: 14). En el mapa del mundo se presentan
los lugares descubiertos o visitados por naves españolas o portuguesas señalados con los
respectivos escudos de Castilla y Portugal. Allí se estampa el nombre de América, en pleno
Brasil, a la altura del Trópico de Capricornio. América se encuentra a la izquierda del mapa.
El mapa fue adornado con una gran orla, dibujada, presumiblemente, por un discípulo de
Durero. La parte superior posee los retratos de Ptolomeo y Vespucio. Entre ambos, existe un
medallón con una representación más pequeña y más exacta del mundo: Vespucio está a la
derecha, junto América; la curiosidad es que en el mapa mayor, América está a la izquierda y
Vespucio, entonces, queda ubicado a la derecha. Una innovación es la inclusión del Océano
Pacífico, algo notable: ¡seis años antes de que fuera descubierto por Balboa y mucho antes de
que la costa occidental fuese explorada! La costa occidental de América del Sur tiene un
trazado conjetural. Ésta dibujada con una línea fija y sin accidentes geográficos: ¡de manera
muy parecido a la real!, lo que es más notable todavía. Pero también es sorprendente que en
1516 Waldseemüller, casi diez años después, hiciera desaparecer el nombre de América de un
nuevo mapa y que el supuesto Nuevo Mundo fuera representado, esta vez, como si
constituyese la parte más oriental del continente asiático. O sea, diez años después de la
muerte de Colón, perduraba la idea de que éste habían alcanzado las Indias...
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quien capturó en algún lugar del Mediterráneo para hacer su propio mapa en 1513 y
presentarlo al sultán otomano Selim el Feroz cuatro años después. En él se muestra el Caribe
y algunas zonas costeras de Sudamérica (Manley, 1992: 16). El portugués Diego Ribero,
cosmógrafo de la Casa de Contratación, fue autor de un mapamundi de 1527; en él está
estupendamente trazada toda la costa Atlántica de América, pero la Pacífica no está dibujada
del todo, salvo la que va desde el sur de México hasta Colombia (De la Riva, 1991 p. 179). En
1570, todavía Forlani y Duchetti tienden un puente entre América y Asia por el norte y
además, siguiendo la tradición, muestran un extenso y desconocido continente austral.
Hablemos ahora de viajeros conjeturales que pudieron haber llegado a esas tierras.
Aristóteles había afirmado que el Senado de Cartago había prohibido a sus navegantes, bajo
pena de muerte, las expediciones a una isla lejana del Atlántico. Diorio de Sicilia, dijo que los
cartagineses tenían proyectado trasladar todo su imperio a una isla al oeste del Océano
Tenebroso en caso de que hubiese un desastre en el norte de África. Platón tuvo noticias de
unas islas por su abuelo Critias y éste, supuestamente, de un viejo sacerdote egipcio (De
Gandía, 1946: p. 9). Es muy probable que Colón conociera la historia de los barcos Trinity y
George que habrían llegado a América del Norte en 1481 cuando partieron para avistar Brasil,
que en algunos mapas figuraba en mitad del Atlántico. Se cuenta que en 1497 le contaron que
John Cabot había visto esa isla que en el pasado habían descubierto los hombres de Bristol
(Manley, 1992: p. 62). Algunas viejas leyendas irlandesas, al adquirir forma cristiana, dieron
cuenta de una isla que entonces pasó a llamarse San Brandán. El Mag-Meld, País de la
Eternidad, había sido visitado por Condle, Maelduin y Bran y el cristianismo lo llamó San
Brandán. Figura en el mapa de Fray Mauro que es de 1460, en el de Gracioso Benincasa de
1471 y en el de Toscanelli. Aparece en el de Behaim de ese año, de 1492, con la expresión:
“El año 565 después del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, llegó San Brandán con su
navío a esta isla, en donde vio cosas maravillosas, y pasados siete años volvió a su país” (De
Gandía, 1946: p. 9).
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Casas, le habría indicado a Colón, rutas y rumbos; el inca Garcilaso de la Vega ofreció un
nombre para él: el de Alonso Sánchez de Huelva. También hablaron de esto López de Gómara
y Fernández de Oviedo, cronistas de estas cosas (Comellas, 1991: 107). Todo pudo ser
mentira si es que, según se sostiene, ninguna tempestad, ni la más fantástica de las
shakesperianas, pudieron haber llevado un barco de Europa a América. En estos menesteres,
los verbos en condicional patentizan la inevitable incertidumbre frente a los testimonios
referidos a lo que hay o lo que sucede en el Poniente. Gómara en 1551 nos dice que Colón
hospedó a un piloto desconocido o protonauta en su casa, que éste le contó de su viaje y que
le habló de las nuevas tierras, para que Colón lo anotase en una carta que le compró. El piloto
se murió y le dejó la traza y la altura de esas tierras. (De la Riva, 1991: 233).
Existía toda una cuestión referida de Estotilandia, una “Tierra Oriental Exterior”, East-
Out-Land. Para algunos, después, su nombre fue Terranova. Stillandia o Scillanda, como dice
en el mapa Catalán de 1375, en el de Bianco de 1436, como diría en el de Fredici d’Ancona
de 1497 y que Juan de la Cosa, el contramaestre de la Santa María, escribiría en su mapa de
1500 “Stillandia”. Se creía que hombres del norte de Europa, con el piloto Juan Scolno,
Skolny o Kolmo a la cabeza, llegaron a Estotilandia, la Tierra del Oeste de Fuera de la Tierra.
Algo de esto lo escribió Gómera en 1553. En 1597, Cornelio Waytfliet dijo que Johannes
Scolus, Polonus, estuvo en Labrador y Estotilandia, en 1476. L’Ecouy, en su globo, inscribió
entre los 700 y 800 Norte y 3200 de longitud algo referido a un tal Johannes Scovvis, datado en
1476. Para L’Ecouy, Scovvis fue danés, no polaco. George Horm, en 1671, dijo que un
Scolnus Polonus, auspiciado por el rey Christian I, llegó a esas tierras también en 1476, a
pesar de que no hay indicios en Dinamarca de que un Scolnus haya sido auspiciado por algún
rey Cristian. Está claro que Horm y Lécouy hablaban de lo mismo, aunque recurrieron a
fuentes distintas (De Gandía, 1946: 22).
598
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
profunda oscuridad y los remolinos que forma el agua hacen peligrar los barcos”. Esta
descripción se corresponde, más bien, con la del Estrecho de Magallanes (Gandía, 1946: 30).
Para concluir con el análisis de toda esta información disponible, digamos que, de
vuelta de su segundo viaje, Colón se hospedó en lo de su amigo Andrés Bernáldez, cura de
Los Palacios e ilustre cronista. Bernáldez afirmaba que las islas descubiertas no tenían nada
que ver con las Indias, ya que, para llegar a éstas, había que recorrer 1.200 leguas más, o sea
otro tanto; intuía que América no era Asia. En 1495, el profesor de Salamanca, Francisco
Nuñez de la Yerba, publicó una edición de un texto de Pomponio Bela con un prefacio en el
que decía que “hacia Occidente, los Serenísimos Reyes de España, Fernando e Isabel,
encontraron tierra habitada, distante de Occidente 45 grados, que de manera abusiva algunos
llaman India”. Poco después Rodrigo de Santaella, fundador de la Universidad de Sevilla,
escribió una introducción a la obra de Marco Polo donde afirmaba que las tierras que
descubrió Colón, no eran las Indias. Hay montón de estos testimonios en la época. Según
Henry Vignaud, el mito de las Indias fue un invento posterior de Colón para revalorizar las
tierras descubiertas y su intención original fue la de ser virrey gobernador de las islas del
Atlántico (Comellas, 1991: 116, 241).
Colón escribió dos misivas casi idénticas en las que narró sus descubrimientos, una
dirigida a Luis Santágel y otra a Rafael Sánchez, ambos miembros de la corte de Aragón. Dijo
haberlas escrito a la altura de las islas Canarias, pero lo hizo por las Azores, ¿un ardid
presuntuoso para no revelarle a los portugueses la ruta de regreso? Uno de los dos
destinatarios, Luis Santágel, le había financiado a la Corona los medios materiales en una
cantidad superior al cincuenta por ciento. La carta fue conocida con el sugerente título De
insulis inventis, La invención de las islas: o sea, “La invención de las Indias”. De ella habrían
599
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
Fue en el marco de todos estos interrogantes que surgió la idea de escribir la novela El
último crimen de Colón. Intentar conciliar lo que se sabía con lo que se desconocía, lo
coherente con lo que aparentaba ser incoherente y ofrecer alguna solución a los enigmas de la
600
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
Historia. Dado que se trataría de jugar con ella, el juego debía ser riguroso, ya que todo juego
debe poseer reglas claras y estrictas. La idea fue la de suponer que Cristóbal Colón conocía,
con cierta minuciosidad, determinadas cuestiones que le convenía no difundir. Sustentar la
creencia de que era un genial navegante, pero también un genial embaucador, e intentar
determinar qué asuntos expuestos en su Diario, fueron verdaderos y cuáles falsos.
Suponiendo que obró como lo hizo, sugerir que actuó obligado por las circunstancias, pero
también en función de un plan. Que ello lo indujo a provocar algunos crímenes concretos a
los que podría agregarse uno más, producto de una imperiosa e incontrolable necesidad. Un
crimen que no estuviese localizado en el tiempo y que no fuera cometido en ningún lugar
particular. Un crimen de enorme vigencia, vinculado con la Historia y cuyos efectos
alcanzarían nuestros tiempos. Ése fue su último crimen. Para ello debían justificarse los
beneficios de semejante comportamiento. Explicar por qué Colón guardaría sus secretos hasta
su muerte.
Colón, según la novela, jugó con la ignorancia. Fue capaz de convencer a todos –a
cronistas y reyes, a los historiadores y políticos de todas las épocas– de que no se había
percatado del extraordinario “detalle” de haber descubierto un nuevo mundo. Se dio de bruces
contra semejante continente y, no obstante, logró hacernos pensar a todos que lo que creyó
hallar fue un tenue esbozo de las Indias. Continuó la farsa hasta el final, como si esa soberbia
ignorancia lo hubiese acompañado hasta el momento de la muerte, y la arrastró hacia su
particular eternidad. Se trata de explicar cómo, sabiendo que otros se anticiparon en su viaje a
América, lograría qué esa información se volviese nebulosa para la Historia y que a la larga se
le adjudicase a él, el descubrimiento de América. Debía soportar la idea de que con su obrar,
el continente no llevase su nombre, ni Colombo, ni Columbia ni Colombia. La idea central del
libro, consistió, entonces, en comprometer al lector en una trama de tipo policial, en la que se
intentase exponer toda la complejidad de estos elementos de una manera coherente. Colón
debía jugar con mucha información que la mayoría de las tripulaciones de las tres naves,
tenían que ignorar. Pero además, debía convencer a comerciantes, navegantes, políticos y
reyes de sus engaños. Las respuestas parecieron plausibles. Los crímenes, vinculados a una
pretensión por parte de Colón de adueñarse de la propia Historia, lograría inducir la certeza de
que el relato que se iba construyendo podía representar un fiel reflejo de las cosas que habían
sucedido. El argumento parecía cerrar perfectamente, e intentaría convencer al lector, en el
marco de ese gran juego, de que todo tenía que haber acontecido necesariamente así.
601
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
hombres se intrigaban con los más grandes enigmas, y entre ellos sobre todo uno: ¿cómo era
la Tierra? Dispuso de un sistema de coartadas y montó sus mentiras en acontecimientos
excepcionales que sólo han sobrevenido una vez en la historia. Logró tirar por la borda, siglos
de investigaciones, la validez de los métodos y el valor de muchas reconstrucciones.
Aprovechó su condición de genial navegante y de sagaz simulador y desechó la hazaña de
alcanzar un continente aún sin nombre; aquél al que Solís le ofrendó su vida buscando un
paso, el mismo con el que se dio don Pedro Álvars Cabral en su viaje al sur de África cuando
por accidente tocó Brasil en 1500, el que atravesó Magallanes cuando descendió hasta el
paralelo 55 en 1520. La hazaña de Colón le disputa su importancia a la toma de
Constantinopla por los turcos cuarenta años antes, le disputa el honor de dar comienzo a los
tiempos modernos aunque como aventura fuese superior a la conquista de esa ciudad
fundamental. El estilo de la novela responde a los personajes y a sus novedosas situaciones, o
sea, a los hombres prisioneros de los límites de un espacio terrestre a punto de explotar y de
expandirse. Quizá, el resultado posea la ironía de un combate en el que el mayor protagonista
es la lucha entre la Historia de los hechos y la Historia, tal cual nos es relatada.
Muy probablemente el lector encuentre en El último crimen de Colón los ecos de una
realidad mucho más reciente. Es posible que reconozca un reflejo de los mecanismos a partir
de los cuales se ha podido tergiversar el pasado, particularmente el de nuestro país. Podrá
argüirse que se agregan hechos que no acontecieron, pero lo cierto es que el texto reproduce,
de manera fiel, los mecanismos a partir de los cuales es posible convencer a las personas, u
ocultarles una verdad y falsear los propósitos. La realidad de nuestro país, de todos modos,
supera ampliamente cualquier ficción que hubiese podido ser inventada. Los artilugios de la
mentira son, hoy, un tema central de nuestra existencia cotidiana. Precisamente, los
mecanismos de la mentira son los temas de la novela, así como la Historia es su protagonista.
Por todo esto, muchas veces me he preguntado si acaso los verdaderos problemas de El último
crimen de Colón no podrían resolverse en el presente logrando que, quienes deban ser los
principales protagonistas de la Historia –o sea nosotros mismos–, podamos, por fin,
intervenir, sin ser sometidos a los designios de quienes hoy ostentan el poder de dominarla, de
acomodarla, de relatarla de manera falsa y fingida para utilizarla a su favor.
Bibliografía
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602
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
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Natural History, p. 14-19, 1991.
603
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
Abstract
Transitamos una historia de la arquitectura que privilegia, por sobre el estudio
morfológico y compositivo del edificio, las formas de habitar, entendidas como la conjunción
entre las necesidades de sus usuarios, la respuesta arquitectónica y los mecanismos de
apropiación de la misma en cada caso.
De este modo el edificio, desplazado como objeto de estudio, se convierte en una de las
fuentes, pero una fuente insuficiente para la completa comprensión.
Es aquí donde entran en juego otras, en este caso alternativas, pero que no son más ni
menos que las fuentes principales de la Historia, los documentos escritos que describen no
sólo el edificio sino las imágenes e impresiones que de el tuvieron sus contemporáneos.
We flow into a history of architecture that granted, over the morphology and
composition study of the building, the ways of dwelling, understanding them like the
conjunction between the users, the architectural answers and its mechanisms of appropriation
in each case.
In this way the building, displaced as an object for studying, becomes in one of the
sources but an insufficient one for a complete comprehension.
It is here where others come into the game, alternative ones in this case, but they are
without more ado the main history sources, the written documents which not only describe the
building but also the images and impressions that their contemporaries had of it.
Among these ones, bring out: literature, letters, and legal documents like inventories
and wills, memoir and travellers books.
604
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
traveller reflects in a very complete way its particularities bringing them out by contrast with
his own reality.
605
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
Abstract
Desde fines del siglo XVIII distintos viajeros europeos recorrieron las ciudades a lo
largo de las márgenes del Río Paraná, donde Corrientes conformaba este grupo como ruta
obligada de los navegantes.
Es interesante reflexionar de qué modo y hasta cuánto han influido estos escritos
publicados en los diarios locales o editados en Europa y luego en circulación en el medio
social de la época.
En una sociedad criolla que buscaba la aceptación e inserción en el mundo – que hasta
ese momento se había visto limitado por la Corona española – estas crónicas fueron
consideradas como evaluaciones o juicios inapelables de valor, considerando tal vez a los
viajeros por lo que ellos en sí representaban.
606
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
Abstract
Durante mucho tiempo, los estudios históricos encontraron en las imágenes brindadas
por los viajeros de los siglos XIX y XX la llave de acceso para estudiar el mundo rural
rioplatense. Así, sus descripciones sobre el paisaje pampeano, los habitantes rurales, sus
hábitos y costumbres llenaron las páginas de la historiografía tradicional.
For a long time, historical studies found out the access key to study the Rio de la Plata
rural world in the images portrayed by the XIX and XX century travellers. Thus, their
descriptions on the pampean landscape, the rural inhabitants, their daily habits and customs
filled up the pages of the traditional historiography.
Our main objective in this research work is to take a critical look at the travellers´
literature, revising the traditional treatment, such as the primary historical sources, and also
stopping in the analysis of the content of the story, the specificities like literary gender and
the reasons for its publication.
From this point of view, we will try to highlight the importance and limitations in these
pieces of writing for our own research field, in which we explore the daily life of the rural
inhabitants between 1770 and 1870, starting from the analysis of their diet and consumption
habits, their sociability and their material culture.
Texto
“...sus ocupantes estaban comiendo un potaje de maíz hervido
mano(...)Se nos invitó cordialmente a participar del festín con los otros
607
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
Con estas palabras, John Miers reflejaba en 1819 sus sensaciones frente a los hábitos
alimenticios de los pobladores rurales bonaerenses, llamándole la atención el hecho de que
todos comieran de la misma fuente y con la misma cuchara. Durante mucho tiempo, los
estudios históricos encontraron en las imágenes brindadas por los viajeros de los siglos XVIII
y XIX la llave de acceso para estudiar el mundo rural rioplatense. Así, sus descripciones sobre
el paisaje pampeano, los habitantes rurales, sus hábitos y costumbres llenaron las páginas de
la historiografía tradicional, y aún hoy, parte de ella sigue reflexionando sobre la campaña con
las mismas premisas de estos relatos.
En primer lugar, cabe preguntarse si realmente los viajeros presentan en sus textos una
imagen unívoca sobre la simpleza en los hábitos alimenticios de los pobladores de la campaña
bonaerense. En realidad, sus páginas están plagadas de descripciones y referencias acerca de
la diversidad de artículos y productos alimenticios consumidos por los habitantes rurales. En
trabajos anteriores, hemos podido caracterizar, a partir de la información brindada por los
viajeros, la composición de la dieta, señalando cuáles eran los alimentos de consumo más
extendido y los medios frecuentemente utilizados para su provisión 3. En líneas generales los
textos de viajeros muestran el lugar privilegiado de la carne vacuna, seguida por la carne
ovina y en menor medida las aves de corral. Además los viajeros suelen mencionar el recurso
alimenticio de los tatúes, aves, ñandúes y mulitas que constituyen el principal sustento a
medida que se aproximan a las regiones fronterizas. Asimismo, en sus narraciones, los
viajeros hablan también de vegetales como maíz, zapallo o calabaza, cebolla, tomate, ajíes,
papas y lechuga; y frutas como sandías, melones y duraznos. Además, en las descripciones
1
Miers, John: Viaje al Plata 1819-1824, Ediciones Solar, Buenos Aires, 1968, pág. 27.
2
Slatta, R.: Los gauchos y el ocaso de la frontera, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1985, pág. 136
3
Correa, C. y Wibaux, M.: Dieta y hábitos de consumo en la frontera bonaerense, En: III Congreso
Argentino-Chileno de Estudios Históricos, Buenos Aires, marzo de 1999.
608
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
sobre las comidas de los pobladores aparecen también otros artículos como son huevos, leche,
queso, pan, galleta, condimentos, arroz, entre otros.
Sin embargo, muchas veces los mismos viajeros que detallan esta variedad de alimentos
y comidas elaboradas, parecen caer en la tentación de hablar de una dieta simple y poco
diversa. Intentaremos ahora explorar por qué razones los diferentes viajeros que atravesaron
estas regiones presentaron en su discurso estas contradicciones en relación con los hábitos
alimenticios de la población rural.
Por otra parte, resulta evidente que los viajeros, mediante estos recursos, pretenden
construir un relato, armar una narración, trasladar el tiempo vivido y sus experiencias al
tiempo verosímil de la ficción. Los viajeros piensan su viaje en función del texto en que va a
finalizar esa experiencia: leen durante sus travesías, llevan diarios, organizan sus
observaciones, escriben mientras viajan, seleccionan sus descripciones.
4
Prieto, Adolfo: Los viajeros ingleses y la emergencia de la literatura argentina 1820 – 1850, Editorial
Sudamericana, Buenos Aires, 1996, pág. 19.
5
Andrews, J.: Viaje de Buenos Aires a Potosí y Arica, Hyspamérica, Buenos Aires, 1988, pág. 28.
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
Para cumplir con sus propósitos, los viajeros dramatizan las peripecias personales,
incluyen formulas ya conocidas, para poder conseguir el efecto de narratividad buscado.
Samuel Haigh ha resumido en estas líneas las modalidades seguidas por la gran mayoría de
los viajeros, inclusive en su caso:
“No afligiré al lector enumerando las privaciones que sufrí en cada parada, ni me
detendré en describir todas y cada una de las que encontré, como parece costumbre
de los viajeros modernos. Ni creo que importe decir, diariamente, si nuestro huésped
estaba de bueno o mal talante (...) ni que a veces comíamos carne sin pan y otras
pan sin carne, y no puedo decir, después de una jornada fatigosa, que siempre me
apercibiese si el asiento era cráneo de caballo o de asno. No horrorizaré a los
delicados describiendo las postas donde los ratones se entretenían en morderme el
cabello o los dedos de los pies...” 6
Este testimonio también demuestra claramente que los mismos viajeros se leían unos a
otros, y que muchas de las imágenes brindadas – la pampa como un océano, la naturaleza del
gaucho y del indio – pueden haber sido tomadas de anteriores testimonios de viajeros que ya
habían recorrido nuestra región. Adolfo Prieto ha planteado, por ejemplo, que, para muchos
viajeros posteriores a 1825, las apreciaciones y las imágenes dejadas por Francis Bon Head
fueron un punto de referencia necesario para ponderar el registro de sus propias experiencias.
Por lo tanto, podemos arriesgar que la mención a cierta precariedad y simpleza de la dieta,
puede tratarse también de descripciones reconstruidas a partir de ideas preconcebidas sobre la
vida rural, o fruto de esta tendencia a extrapolar observaciones y juicios de valor.
Así, los viajeros llaman la atención sobre lo exótico, lo diferente, aquello que no se
corresponda con sus parámetros culturales. En la mayoría de los textos, se hace hincapié a la
falta de intimidad al momento de comer dada por el hecho de compartir los utensilios, tomar
del mismo mate, servirse de la misma olla o comer con la misma cuchara. Narciso Parchappe
se sorprende de estas formas de alimentarse:
“...En las estancias, los asadores están al fuego todo el día y se ven las brasas
cubiertas de diversos trozos de carne, siempre cubierta de sangre y de intestinos
grasientos que los peones hacen asar, sin lavarlos y que comen así, con el mayor
placer, carbonizados, sucios de cenizas y sin sal; en general, la limpieza es
6
Haigh, Samuel: Bosquejos de Buenos Aires, Chile y Perú, Buenos Aires, Yapeyú, 1950, pág. 43.
7
Véase Prieto, Adolfo: Los viajeros..., op. cit.
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
Lo que queda claro respecto a los modales en la mesa, a los códigos de comportamiento
internalizados por los comensales, es que para los habitantes rurales era habitual, en relación
con esta ausencia de utensilios, comer con las manos y ayudados únicamente por un cuchillo,
consumir todos de la misma fuente sin recurrir a cucharas, y dejar de lado el cuidado de la
limpieza. Por supuesto, estas maneras de comportarse durante el acto alimenticio, son vistas
por los viajeros como poco elegantes, groseras y antihigiénicas.
Por otro lado, algunos viajeros – principalmente aquellos provenientes de una cultura
diferente – no pueden reconocer algunos alimentos y artículos como tales siguiendo sus
parámetros culturales. Por ejemplo, son frecuentes las quejas de los viajeros que atraviesan la
región con respecto al consumo limitado del pan en el ámbito rural. En palabras de Mac
Cann: “...consiste la cena en un plato de puchero al que se añade, a veces, un trozo de
zapallo. En general no gusta de las legumbres y el pan constituye para él un lujo que
raramente pueda satisfacer....” 10
8
Parchappe, N: Expedición fundadora del fuerte 25 de Mayo en Cruz de Guerra, Año 1828. Lucha de
fronteras con el indio, EUDEBA, Buenos Aires, 1977, pág. 29.
9
Para un análisis más profundo de estos hábitos alimenticios y su transformación y modernización en el
tiempo, véase: Correa, C. y Wibaux, M.: “Sabores de la Pampa. Dieta y hábitos de consumo en la frontera
bonaerense” (en coautoría), En: Mayo, Carlos: Vivir en la frontera: la casa, la dieta, la pulpería, la escuela (1770-
1870), Editorial Biblos, Buenos Aires, 2001.
10
Parchappe, Narciso: Expedición..., op. cit., pág. 59.
611
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
importante a mi parecer, y esa falta me pareció muy penosa en los primeros tiempos de mi
vida en el campo: hablo del pan...”. 11
Sin embargo, el mismo Mac Cann refleja la existencia del pan, casi invariablemente
ocupando un lugar destacado en la mesa de las clases acomodadas. Como señala el viajero
inglés durante su estadía en una estancia de Dolores en 1842: “...con Mr. Clark participamos
de una mesa excelente: asado de vaca, aves, pudding inglés, papas y pan blanco...”. 12
Podemos inferir entonces que las denuncias postuladas sobre la ausencia del pan
responden a la propia racionalidad con la que observa el viajero. De esta manera la galleta o
“panecillo criollo”, frecuentemente consumido por los habitantes rurales era desconocido por
la mirada del viajero: “...es verdad que lo reemplazaban por galletas redondas horriblemente
duras que traían a la mesa después de haberlas roto con un martillo; pero eso estaba
lejísimos de parecerse a nuestro buen pan francés y su gusto era muy desabrido...”. 13
“No aconsejaría yo a una persona de mala dentadura que hiciera un viaje por estas
provincias porque, debido a la costumbre de asar la carne apenas muerto el animal,
y a que los nativos dejan de lado las partes blandas y gordas de la res, prefiriendo
las porciones más duras, los asados resultan a veces incomibles. Y como la carne
asada constituye el único alimento en la campaña, quien no dispone de buenos
dientes queda expuesto a sufrir hambre más de una vez (...) Yo, que tengo buena
dentadura, al cabo de un mes sentía las encías tan irritadas de mascar aquella
carne, que no me atrevía a tocar los llamados matambres o asados...” 14
Sin embargo, en otro momento de su relato, cuando describe los procedimientos para
realizar el asado, Mac Cann elogia las cualidades de la carne ingerida:
“...la carne se asa muy bien, porque el calor, subiendo de todos lados, la penetra
completamente dándole un sabor muy especial y delicado(...) Tal vez una persona demasiado
exigente pueda sentir repugnancia viendo la espesa humareda y el polvo que por momentos
oculta el asado (...) esta carne era particularmente tierna y muy jugosa....” 15
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
manera, el viajero necesita rotular, imponer a su mirada los cánones propios de su cultura
capitalista y burguesa.
He aquí una de las cuestiones principales: los viajeros modernos son un producto
esencial del capitalismo y en esa lógica, su visión individual, lleva implícita la percepción de
una economía y cultura dominantes que termina conformándose como un gran ojo que
observa, mide, cuenta, censura y relata la vida de uno otro 17. Siguiendo la tesis de Mary
Louise Pratt, en este proceso, América será reinventada como objeto de conocimiento, como
paisaje, como fuente de riquezas, como organización política y social. La mayoría de los
viajeros organizan su relato en torno de lo económico, ya que gran parte de ellos llegaron a
estas tierras para reconocer la posibilidad de nuevas rutas comerciales, mercados y centros de
inversión. Por lo tanto, la mirada de los viajeros siempre tendrá una perspectiva desde arriba,
ideológica, social y principalmente económica 18.
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17
Ibídem.
18
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
615
Las Metáforas del Viaje... Mesa 5 - Los usos de la literatura de viajes como fuente histórica
Abstract
La reflexión acerca de la naturaleza costera y las relaciones entre el hombre y sus
diferentes prácticas, sugiere la lectura e interpretación de cuestiones vinculadas a la historia
de cómo comenzaron las primeras exploraciones.
La propuesta intentará indagar las relaciones y vínculos del hombre con la naturaleza
marina y la construcción cultural del balneario marplatense. Se ha trabajado con dos fuentes
literarias: la primera se refiere a la costa sudamericana y el interior de la pampa bonaerense,
experimentada y percibida por un viajero embarcado, Samuel Greene Arnold, desde
Southampton a Buenos Aires y luego a Chile por tierra (1847 –1848); la segunda, El viaje
intelectual, relato del escritor Paul Groussac cuyo escenario es la pampa bonaerense, a
propósito de su intención de escapar de la “prosaica existencia urbana” y dirigirse en tren
desde Buenos Aires a Mar del Plata en 1887. Es un trabajo transdisciplinar en el que el relato
adquiere entidad cultural.
The reflection about the coastal nature and the relationships between the man and his
different practices, suggests the reading and interpretation of questions linked to the history
of how first explorations began.
This proposal will try to research the relationships and bonds between man and marine
nature and the cultural construction of Mar del Plata´s seaside resorts. We worked with two
literary sources: the first one refers to the South American coast and the interior of Buenos
Aires´s pampas, experienced and perceived by an embarked traveller, Samuel Greene Arnold,
from Southampton to Buenos Aires and then to Chile by earth (1847 -1848); the second, The
intellectual trip, Paul Groussac´s story in which he wrote about his intention to escape from
the “prosaic urban existence” travelling from Buenos Aires to Mar del Plata by train in 1887.
This paper is a transdisciplinar work in which the story acquires cultural entity.
616
“Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. La Literatura de Viajeros como Problema”
617
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
Abstract
El presente trabajo trata sobre los relatos de viaje que se realizan a Oriente en el s. XIII
y se centrará en el texto de Marco Polo.
A partir del S. XII los viajes comerciales que habían comenzado con las cruzadas,
amplían el horizonte geográfico de Europa.
- entre la forma en que se concebía la tierra y la forma que adoptaba ante los ojos de los
viajeros
- entre los hechos y especies que se suponía debían habitarla y aquellos de los cuales se
tenía noticias
Este lugar paradojal se inscribe en Europa como una lectura del mundo que, aunque
preocupada por no apartarse del dogma, habilitará una nueva espacialidad y temporalidad
rompiendo con la tradición románica.
Texto
No es el mundo entero lo que debe rechazar el que ama a Dios?
Georges Duby
San Bernardo
El presente trabajo intenta presentar algunas cuestiones en relación a los viajeros que
van a Oriente durante el siglo XIII, de los cuales el más importante fue Marco Polo. Su libro
de las maravillas del mundo o "'La descripción del mundo" es un relato de viaje que se
presenta como muestrario de ciudades, sucesión de relatos maravillosos, de lugares de riqueza
y abundancia. El texto presenta ese espacio espléndido y exuberante que fue para el hombre
occidental, Oriente.
Los relatos de viaje del siglo XIII son itinerarios que pasan por encrucijadas ( de
hombres, transacciones, culturas y religiones: "sarracenos, cristianos, idólatras" ) y por
centros de expansión cultural ( el imperio del Gran Khan).
618
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
El viaje de Marco Polo, por tener fines comerciales y por lo detallado de su recorrido,
cobrará en este contexto una dimensión específica en relación a las otras experiencias de viaje
de la Edad Media.
A partir del S. XII se produce una fractura a partir en el plano económico de Europa.
Los viajes comerciales que habían comenzado con las cruzadas, amplían el horizonte
geográfico del continente.
- entre la forma en que se concebía la tierra y la forma que adoptaba ante los ojos de los
viajeros
- entre los hechos y especies que se suponía debían habitarla y aquellos de los cuales se
tenía noticias
Este lugar paradojal se inscribe en Europa como una lectura del mundo que, aunque
preocupada por no apartarse del dogma, no tuvo reparos en romper con la tradición románica.
Fantasía era para los griegos muestra, ostentación, alarde, jactancia. Palabra asociada a
linterna, farol.
La fantasía será entonces, lo que ilumina, lo que hace visible artificialmente, aquello
que surge como mundano. La candela del hombre comienza a competir con la luz de Dios y
1
Polo, Marco, La descripción del mundo. Ed. Hyspamérica. Bs. As 1985. p.12
2
Baltrusaitis, La Edad media fantástica. p.9
619
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
una fenomenología oscura contrapone el ornatus dei a la pompa de las ciudades del
Mediterráneo que hacían soñar con un mundo más posibilitado por el comerciante que por
Dios.
Esta conjunción hace que el conocimiento de las cosas del mundo pase de tener un
carácter de revelación a tener un carácter de epifanía. Una fantasmagoría sobrevolará a
Europa ocultando la luz de Dios (lumen dei). A partir de ese momento, en que ya no es
posible ver, se comenzará a mirar. La visio como lugar de conocimiento es reemplazada por el
mirari (mirar con admiración) en una suerte de engaño en que se supone que naturaleza es
sinónimo de Dios. Frente a la palabra hecha materia (el verbo encarnado), surgirá la
naturalidad de una maravilla para la que todavía no hay palabra.
El espacio de lo maravilloso.
"Marco Polo sabía que lo que imaginan los hombres no es menos real que lo que
llaman la realidad"
Pensemos en la alta Edad Media. En ese momento de la historia, el universo europeo era
cerrado y se ordenaba en una referencialidad directa con el texto bíblico. Todo lo que se
nombraba existía y todo lo que existía tenía, al menos para la Iglesia, una huella en la Biblia
como bien lo marca Le Goff. Lo maravilloso, lo que no tenía explicación, o bien era reducido
al orden de lo milagroso, o bien era directamente expurgado, por incomprensible, bajo el mote
de satanismo. La palabra tenía entonces, necesariamente, una defendida identidad de cosa
cuya existencia era inobjetable.
Luego, a partir del siglo XII, el hombre comienza a situar elementos del orden de lo
maravilloso en el seno de ese universo religioso. Hecho este que en el plano del vocabulario
se verifica por una diversificación en el mundo de lo sobrenatural. Surgen de los relatos de
viaje cosas que, al no ser expurgadas del imaginario, comienzan a funcionar, conjuntamente,
con las historias que habían permanecido marginales a la erudición cristiana ( hagiografías,
angiologías, así como la tradición pagana que se sostenía como relatos folckóricos) 3
"En los siglos doce y trece, lo sobrenatural occidental, se divide en tres dominios
que designan aproximadamente los tres adjetivos, mirabilis, magicus, miraculosus.
3
"Con el canon bíblico y el patrístico no queda agotada ni mucho menos , la literatura cristiana. (...) Pero
la vida de la Iglesia iba creando nuevos géneros literarios. De las necesidades del culto surgieron en el siglo IV
los himnos sagrados. Además, las persecuciones desatadas contra los cristianos dieron lugar a una serie de
"actas"' y "pasiones" de los mártires; después de ellas vinieron las vidas de santos." Curtius, Ernst Robert,
"Literatura europea y Edad Media Latina"
620
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
" (...) la peregrinación era solamente un passagium parvum, un viaje realizado por
un individuo, mientras que la cruzada iba a ser un passagium generale, una
peregrinación colectiva o de multitudes, los pueblos en marcha se convirtieron,
inevitablemente, en descubridores, si bien por lo general no encontraron lo que
habían ido a buscar y hallaron lo que ni siquiera habían imaginado" 5
Cuando se realizaron las Cruzadas, era necesario para Europa ampliar las rutas
comerciales a fin de superar la situación interna en que había devenido el esquema feudal y
que resultaba insostenible (recordamos la "paz de Dios", entre otras tantas medidas que daban
cuenta del deteriorado límite al que se había llegado). Las cruzadas, a diferencia del viaje
comercial de los s XII y XIII, fueron la esperanza del resurgir de la cristiandad y, aunque
fracasadas impulsaron el descubrimiento del mundo Oriental para los europeos. Nos parece
interesante pensar que si bien antes y durante las cruzadas, las maravillas del mundo, eran
reducidas a obras de santos o acciones del demonio, una experiencia del carácter épico como
el de las cruzadas, algo del orden de lo maravilloso siempre deja o sino lo inventa. (lo relata).
Esta apertura, estos relatos son el inicio de un nuevo espacio; un espacio que le impondrá al
dios del dogma el lugar de la maravilla. Mirabilia (maravilla), en tanto lo que es producido
por fuerzas o seres sobrenaturales, y que por tanto se diferencia del mundo creado por un
único autor, por Dios.
4
Le Goff, Jaques, Lo maravilloso y lo cotidiano en el Occidente Medieval. p. 13
5
Boorstin, Daniel J., Los descubridores, vol I El tiempo y la geografía, ed. Grijalbo Mondadori,
Barcelona 1986 p. 125
6
Le Goff, Jaques, Lo maravilloso y lo cotidiano en el Occidente Medieval
621
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
casos, la voluntad del hombre irá lentamente desplazando la voluntad de Dios, el hegemónico
paisaje feudal de los imaginarios medievales se va llenando de lugares posibles y de extrañas
faunas. Libros de viaje, bestiarios, muestrarios, países, colecciones de objetos, etc rigen el
espacio de la maravilla que el relato popular amplia.
Bien se decía que los tres enemigos del alma eran el demonio, el cuerpo y el mundo.
Los medievales satanizaron el mundo y el mundo se volvió en su contra degenerando en un
espacio de lo maravilloso donde la maravilla se volvía de a ratos monstruosa, y donde el
hombre, fascinado con su reencuentro con la tierra, comienza a prescindir de la existencia de
una voluntad rectora ajena a la suya, al menos en el momento en que su intellectus concibe la
belleza.
"...Y fue tan ingente la cantidad de zaetas dirigidas contra los elefantes (pues así lo
había ordenado el capitán), que resultaron heridos en todas las partes del cuerpo y
de inmediato comenzaroa a uhir y a volver grupas hacia sus propias gentes
embrando el desorden entre ellas (...) esta batalla fue muy cruel por uno y otro
bando y duró desde la mañana hasta el mediodía y los tártaros resultaron
victoriosos (...) y desde los tiempos de la presente batalla hasta nuestros días, el
Gran Kan ha querido tener siempre en sus ejércitos elefantes que antes no tenía" 7
"y consideran que, por la ley de Mahoma, todo lo que arrebatan y roban a las
genetes que no profesan su religión, bien arrebatado está ni se les ha de imputar
como pecado (...) Esta es la ley que observan todos lo sarracenos (...) merced a esta
facilidad en la absolución han convertido a su religión a una gran parte de los
tártaros" 8
Como se ve, a lo largo del relato van coexistiendo formas discursivas que se asocian a la
épica, o al discurso jurídico o a las formulaciones de la patrística. No sabemos si en realidad
Marco Polo lo contó de esta manera o solo se tratan de ornatos retóricos del escriba. Lo cierto
es que al menos en lo que refiere a las batallas, se sigue el esquema de los relatos de caballería
como bien lo marca Le Goff.
7
Polo Marco, op.cit., pag.214
8
Polo Marco, op. cit., pag. 42
622
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
J. Baltrusaitis
La maravilla que durante siglos había sido la filigrana, el grosor del papel sobre el cual
se verificaba una y otra vez lo omnímodo del texto sagrado, cobra relieve, espesor propio en
la lectura del mundo. Paralelamente, la voluntad, hasta entonces atributo del Dios, pasa a
cobrar una nueva medida en la vida del hombre que de a poco se va apropiando de ella con el
falso pretexto de embellecer la obra de Dios
Si como dice San Bernardo "De igual modo que aquel que escribe ordena todo de
acuerdo a razones establecidas, así, las obras de Dios se ajustan a un orden" 9 es dado pensar
que a partir del s. XII el esfuerzo escriturario de los hombres se dirigió a conformar una
prolija organización de criaturas, de especies. Una organización que tenia que ver,
necesariamente, con el trabajo pues estaba sustentada en un esfuerzo por modificar el mundo,
de embellecerlo, de promover cultura al tiempo que se abrían rutas comerciales.
Arte se llamó en los s. XII y XIII a "todos los medios de domeñar lo natural, de
elaborar, de promover cultura" 10, en este sentido, el viaje puede ser pensado como un arte,
como una forma de modificar el mundo a partir de la expansión de la frontera (no del límite)
que no era más ni menos que la inclusión de lo maravilloso.
El itinerario de Marco Polo lo lleva a lo desconocido, al encuentro con otro relato de las
cosas del mundo. Su viaje a través de la escritura dialoga con la tradición al tiempo que la
estalla. Las murallas de Gog y Magog se destrozan en la palabra y el espacio de lo sagrado-
conocido, delimitado por Santiago de Compostela, Roma y Jerusalem, se amplia. Pero qué
hay más allá de lo conocido?
La respuesta deja de ser mítica al tiempo que moralizante: no es el mal (la tierra de God
y Magog); no es el bien (el Eden). Más allá hay ciudades, otras visiones del mundo, otra
palabra
"Camul es una provincia que ya antaño fue reino en la cual hay gran cantidad de
aldeas y poblaciones fortificadas (...) todas las gentes osn idólatras, tienen lengua
propia, viven de los frutos de la tierra y tienen gran abundancia de cosas que comer
y beber (...) y si algún forastero se hospeda donde ellos se sienten muy regocijados, y
mandan a sus mujeres que les sirvan en todo lo que haya menester; y el marido parte
9
Duby, Georges, San Bernardo y el arte cisterciense, Taurus, Madrid, 1981.
10
Duby, Georges, op. cit.
623
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
de su casa y permanece fuera dos o tres día. Y el forastero se queda con su esposa y
hace con ella lo que le place, como su fuera su mujer..." 11.
"Bajo la influencia de Physiologus, los bestiarios a partir del s.XII, sobre todo, dan
así un sentido a las extravagancias hindúes y tienden a despojarlas de su poder
escandaloso (...) La domesticación prosigue a lo largo de una evolución que
transforma la alegoría mística en alegoría moral y la degrada, finalmente, al nivel
de sátira social" 12
Escritura sobre una experiencia de mundo que abrirá el lugar para el azar donde se
funda la aventura.
San Anselmo decía "fides requirer intellectum"; la intelección era el eje central del viaje
interior, del viaje de fe y era, al tiempo, el lugar a partir del cual organizar el discurso
exegético, lectura clausurada sobre el tiempo y el espacio de la propia palabra.
En cambio, el viaje mundano organiza lo que impresiona los sentidos, el intellectus que
organiza el aparato retórico (el cual, por este motivo sigue teniendo una impronta exegética),
mediatiza la experiencia, pero no la funda.
El viaje se desarrolla por las ciudades y sus provincias aledañas. Se describen las
riquezas, las geografías, las costumbres que permitan al viajero conocer lo suficiente para
transitar los caminos con el menor riesgo posible. Este lugar del relato, si bien maravilloso en
11
Polo Marco, op. cit., pag. 82
12
Le Goff Jaques, Tiempo, trabajo y cultura en el Occidente Medieval, pag. 273
624
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
la descripción de una abundancia que confronta con la Europa empobrecida, no deja de tener
un tono didáctico. Pero de un didactismo emparentado a una tekné (uso de papel moneda,
modos de crianza de especies, lugares de donde se extraen minerales, etc) que se opone al
didactismo de la otra parte del relato donde se exponen las cosas del orden de la ensoñación y
de lo fabuloso.
"-Califa, pues amas tanto lo que posees, quiero que de ello comas.
"Dicen como cosa cierta que su primer rey no tuvo origen de naturaleza humana" 14
Curiosidades que, si bien no generan una discusión sobre su verosimilitud y que, incluso
podemos pensar que a Marco Polo no le molestaba creer en ellas, no eran funcionales al éxito
en el desarrollo del itinerario; y por lo tanto ocuparán espacialidades diferentes en la
construcción del relato del viaje.
"La inmensidad es, podría decirse, una categoría filosófica del ensueño. Sin duda, el
ensueño se nutre de diversos espectáculos, pero por una especie de inclinación
innata, contempla la grandeza. Y la contemplación de la grandeza determina una
actitud tan especial, un estado del alma tan particular que el ensueño pone al
soñador fuera del mundo próximo, ante un mundo que lleva el signo de infinito" 15
Nos interesa recuperar fundamentalmente esa idea de "signo de infinito". En los s. XII y
XIII, si bien el infinito era impensable, aparece la "inmensidad" en términos de distancia
inagotable.
El texto de Marco Polo será, entonces, una ensoñación entorno a una inmensidad sobre
la que no se puede dar cuenta pero que queda plasmada en términos de posible.
Hasta el siglo XII, como se ve en los mapas, el universo era un locus conclusus. Toda la
creación, incluso el sol, participaba del diseño de la geografía bíblica.
Cuando los apóstoles van a predicar la palabra de Dios van a todo el mundo y el mundo
en su totalidad ya debería haber escuchado en el siglo XII la palabra de Dios al menos, para el
imaginario de los europeos.
13
Polo Marco, op. cit., pag.40
14
Polo Marco, op. cit., pag.84
15
Bachelard Gastón, La poética del espacio, cap. La inmensidad íntima, Fondo de Cultura Económica,
Argentina, 2000.
625
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
cosmovisión que asocia la idea de mundo al recorrido evangélico de los apóstoles. El mismo
Paraíso existía en el mundo como un lugar vedado pero el que, no solo era accesible por tierra
sino que además, reproducía a su interior la división cuatripartita del mundo.
"Eran cristianos (...) en efecto tenían ciertos libros y micer Mateo y miser Marco,
leyendo en ellos se emplearon en decifrar y traducir lo escrito palabra por palabra.
Y así descubrieron que se trataba del salterio" 16
"Yo os digo que en esta montana está el sepulcro de nuestro padre Adan. Es cosa
que dicen los sarracenos, más los idólatras dicen, por el contrario, que se trata del
sepulcro de Sargamori Burcan" 18
Estas inclusiones hablan de que todavía el espacio descripto por Marco Polo, pertenecía
a un espacio sagrado, a una visión del mundo que se esforzaba por sostener. Si eran posible
encontrar rastros en Maabar o en Ceilán, eso confirmaba que a todas partes habían llegado los
apóstoles. Donde no se encontraban rastros era de suponer que se hubiesen perdido antes que
renegar de una configuración de lo geográfico que a pesar de todo conservaba una dimensión
mítica. De todas maneras, el lugar de la incertidumbre quedaba enunciado, sagrado o no, hay
un más allá de las murallas de Gog y Magog.
Isidoro de Sevilla
16
Polo Marco, op. cit., pag 274
17
Polo Marco, op. cit., pag. 312
18
Polo Marco, op. cit., pag. 319
626
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
Para esta sociedad ligada a la tierra, la experiencia del traslado es mínima. Tanto en la
procesión como en la peregrinación, el viaje supone algo del orden de lo trascendente; camino
hacia Dios y regreso marcado por el enriquecimiento y la renovación espiritual. Viajes que
aunque con su itinerario terrenal, son espirituales y celestiales.
Este espacio cerrado –locus conclusus- comprendido como un cosmos, como una
totalidad, es la otra cara de la noción de tiempo del hombre medieval. Tiempo mítico y
cíclico, asociado a la naturaleza y a las estaciones, ligado al trabajo de la tierra; cerrado,
inmutable.
Junto a este tiempo natural, el tiempo de la Iglesia, el tiempo de Dios. Como nos dice
Le Goff el tiempo del cristianismo gira en torno a la reflexión exegética, a la referencia
bíblica, y al cristianismo primitivo de los Padres de la Iglesia.
El siglo XII, comienzo del capitalismo comercial, pone en escena nuevos grupos
sociales y marca desplazamientos y transformaciones. Junto a estos cambios, las actividades
mercantiles y todos los oficios en general, junto a la valoración misma del trabajo, serán
materia de reflexión para la Iglesia. En la medida en que las actividades mercantiles crecen y
se complejizan y se organiza una red comercial, se hace necesario medir el tiempo con mayor
rigurosidad y exactitud: sustituir el tiempo de Dios y del orden de la naturaleza por lo que Le
Goff llama el tiempo del mercader. Sin embargo no podemos hablar totalmente de sustitución
sino que: "entre el tiempo natural, el tiempo profesional y el tiempo sobrenatural hay pues, al
mismo tiempo, separación esencial y encuentros contingentes".
"Este tiempo que comienza a racionalizarse se laiciza al mismo tiempo, más por
necesidades prácticas que teológicas..." 20
19
Le Goff Jaques, Tiempo, trabajo y cultura en el Occidente Medieval, cap. El tiempo de la Iglesia y el
tiempo del mercader
20
idem n. 19
627
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
espacio entran en relación: "el mercader medieval conquista el tiempo y el espacio al mismo
tiempo" 21.
"Se cabalgan veinte millas hacia Poniente.(...) Se cabalgan ocho jornadas hacia
Poniente" 22
La exploración del espacio por el mercader (durante los s XII y XIII) es también
adquisición de un nuevo concepto de tiempo que involucra el beneficio, el lucro. El tiempo ya
no es sólo divino. Es decir, al tiempo de la Iglesia que no pertenece más que a Dios y no
puede ser objeto de lucro, se opone el tiempo del mercader. Pero este tiempo divino no queda
abolido por el otro, el mecanizado y regulador, sino que ambos forman parte del universo
simbólico del hombre medieval.
"La verdad cristiana (que se lee y se entiende a través de los libros santos), había
escamoteado la realidad del medio ambiente (el que se ve a simple vista). Cada
cultura, al elegir su verdad, elige su realidad: lo que decide tener por visible y digno
de representación." Debray
21
idem n. 19
22
Polo Marco, op. cit., pag. 186.
23
"Sin que sus fundadores tuvieran clara conciencia de ello, el Cister innova radicalmente al abrazar el
movimiento que, en el umbral del siglo XII, hace emerger en Occidente a la persona, A la moral de Abelardo
hace eco la de San Bernardo, mostrando en la intención "el rostro del alma" Duby, Georges, San Bernardo y el
arte cistercience op. cit. p 69
628
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
La mirada mundana, el placer de ver las cosas del mundo, de estetizar el medio, llegará
en Occidente, más adelante, en el Renacimiento.
Aunque para el hombre medieval, cualquier situación participa del universo religioso,
incluido el viaje del comerciante genovés; creemos que es posible pensar que su relato
comienza a abrir camino en el relato del mundo. Espacio de una palabra nueva, aunque
tímida, en los albores del mundo como espectáculo, como fiesta para los ojos.
No debemos olvidar lo que Le Goff nos dice respecto al hombre medieval: que a
diferencia del hombre del renacimiento, no sabe mirar pero siempre está dispuesto a escuchar.
Esto está claro en su relato, de hecho, muchos de los lugares descriptos no fueron realmente
vistos por él, sino presentados en función de relatos oídos.
"Y sus mujeres son hermosas; y me dijeron, más yo no lo vi, que hay allí gallinas que
carecen de plumas, empero tienen pelo como las gatas y son enteramente negras,
ponen huevos como las nuestras y son muy buenas para comer" 25
Pero tampoco queremos olvidar que entre los s XI, XII y XIII, el espacio mítico de la
cristiandad, comienza a abrirse y que, el viaje de Marco Polo no es un viaje religioso en busca
del Paraíso terrestre o de las amenazadoras tierras de Gog y Magog.
Frente al poblado grupo de viajeros religiosos – que van desde un San Barandán a los
monjes viajeros misioneros-, Marco Polo se yergue solitario en una travesía profana cuya
intención individualista es la de enriquecerse.
Marco Polo no nos relata, o por lo menos solamente, espacios inhumanos, invisibles,
sostenidos por los mitos de una descripción geográfica del mundo basada en la imaginación y
la fabulación.
24
Polo Marco, op. cit. pag. 61
25
Polo Marco, op. cit., pag. 270
26
Nos referimos al espacio de lo fabuloso plasmado en el texto a través de relatos como: el Paraíso
artificial del Viejo de la Montaña, el viento de poderes mortíferos, la fauna exótica y monstruosa (unicornios,
tigres negros, gallinas sin plumas), la torre de los tesoros en la que muere el rey vanidoso, los demonios del
desierto que hacen perder a los viajeros, el sepulco de Adan, la leyenda del Preste Juan.....
629
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
comenzará a pensar la tierra como un espacio que se agranda, que se hace infinito. Sin
renunciar a lo imaginario, a las fabulaciones que el terror a lo desconocido engendra, ni por
supuesto, a la Revelación y la Verdad.
Es necesario pensar esta palabra nueva que empieza a ver en el mundo algo digno de ser
descripto, relatado, en relación a las grandes transformaciones del s XII y XIII.
Esta palabra nueva, seducida tímidamente por las cosas del mundo, es la contracara de
la palabra clausurada de la cosmogonía cristiana. Espacio paradojal, en donde conviven
visiones del mundo sostenidas por diferentes lógicas. Al espacio mítico y dogmático de la
geografía cristiana comienza a sumarse un relato diferente, que busca en la experiencia del
mundo y no en la tradición libresca, aunque sin separarse del todo de ella. 27
Aunque no sabemos si Marco Polo era un lector de las Escrituras, y tendemos a pensar
que no, de todos modos, hay en él una manera de pensar el mundo que no se sustrae de la
interpretación religiosa. Y aunque, de algún modo él va a Oriente en busca de lo que ya
cree 28; se encuentra con algo que ni siquiera había imaginado. En este sentido su relato
posibilita una mirada diferente
Una breve historia de la geografía nos permite, junto al análisis de mapas antiguos,
hacer un recorrido sobre las ideas que la humanidad ha tenido sobre la forma de la tierra.
Alucinaciones envueltas de fantasías e ideas maravillosas; las configuraciones del espacio en
la historia del hombre tienen más que ver con el mito que con la ciencia.
Intentaremos pensar qué lugar tiene Oriente en el imaginario social del hombre
medieval; cuáles son las especulaciones que realizan los geógrafos medievales y cuáles las
experiencias de éstos viajeros descubridores.
27
"Llegado a la India mayor en la región de Madrás, en la costa Occidental, su relato pierde el carácter de
itinerario vívido y se convierte en una descripción sistemática, libresca, tradicional". Le Goff, Jaques Tiempo
trabajo y cultura en el Occidente medieval op. cit. p 267
28
Dice Le Goff con respecto a estos viajeros entre los que distingue a Marco Polo por el carácter más
realista de su relato:’Sobre todo, nutridos en el punto de partida de leyendas que tienen por verdaderas, llevan
sus milagros consigo y su imaginación crédula materializa sus sueños en decorados que les desorientan lo
bastante para que, más aún que en sus naciones, sean esos soñadores despiertos que fueron los hombres de la
Edad Media."' en Tiempo, trabajo y cultura en el Occidente medieval.
630
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
La tierra cobra entonces descripciones fantásticas, que por un lado intentan cerrar el
espacio en función de sostener una cosmovisión adecuada al cristianismo y a la descripción
exegética del mundo. Pero al mismo tiempo, en plenos s XII y XIII, las enormes murallas del
mundo feudal, comienzan a abrirse. Junto con la aparición de esta nueva clase –la de los
mercaderes- separada de la conformación de la sociedad feudal, el espacio se vuelve otro. El
mundo se amplía y la experiencia del viaje, el descubrimiento de tierras lejanas y extrañas,
conmueve a Europa.
De todos modos, esto no sucede inmediatamente –los geógrafos del siglo XIII ignoran
el viaje de Marco Polo- pero sí comienza aquí la experiencia de un mundo más amplio, un
mundo desconocido, y la necesidad ya sea por lucro o por fe, de desplazarse, de ir más allá. 30
El lento, casi actual desarrollo del conocimiento geográfico del mundo, tiene su
explicación no tanto en la ignorancia, sino en la imaginación, en la necesidad del hombre de
poder explicar el espacio aunque sea a través de versiones que nada tenían de verificables ni
de serias.
"La imaginación dibujaba con trazos muy audaces, complaciendo de inmediato las
esperanzas y los temores, mientras que el conocimiento avanzaba con pasos lentos y
testimonios contradictorios" Broostin p 95.
Si hasta Ptolomeo, el mundo era concebido a partir de una división entre habitable e
inhabitable, con él en cambio, surge la inmensidad de las tierras conocidas y por conocer.
Qué pasa con ésta tradición que, aunque imperfecta, tenía sus aciertos y su trayectoria,
durante la Edad Media?
Los autores consultados insisten en el dogmatismo que aprisiona la mirada del mundo
del cristianismo "la Europa cristiana no continuó la obra de Ptolomeo. Los dirigentes del
cristianismo, en cambio, construyeron una gran barrera para detener el progreso de los
conocimientos acerca de la tierra. Los geógrafos cristianos de la Edad Media gastaron sus
energías bordando una imagen cuidada y atractiva, desde el punto de vista de la teología, de
lo que ya se conocía o se suponía que ya se conocía" 32
29
Le Goff Jaques, Tiempo, trabajo y cultura en el Occidente Medieval, pag. 266
30
Genicot Léopold, Europa en el siglo XIII, cap. El resto del mundo, Labor, Barcelona, 1970: "Ciencias,
política, economía, religión: quien lea estas palabras imaginará enseguida porqué el Occidente del siglo XIII
desbordó sus fronteras. Enriquecer el saber, aumentar tierras y rentas, encontrar mercancías y clientes en mayor
cantidad y en mejores condiciones, ganar almas: tales fueron efectivamente los móviles". pag. 235
31
Nos referimos a Erastótenes 275-194 a.c., Hiparco 190-124 a.c., Estrabón 58 a. c. 25 d. c., Marino de
Tiro, y Ptolomeo.
32
Boorstin Daniel J., op. cit. cap. La geografía de la imaginación.
631
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
Según Boorstin durante este período los "mapas (eran) ecuménicos pues intentaban
mostrar toda la tierra habitada y habían sido concebidos para representar lo que los
cristianos ortodoxos debían creer. Eran, pues, mapas de dogma bíblico más que mapas de
conocimiento" 34
Nos dice T'Serstevens respecto a esto:"He dicho que los geógrafos de la tierra se
reclutaban casi únicamente entre la gente de iglesia; sobre todo en los monasterios, Estos
monjes encerrados en sus celdas, con sus libros y sus ideas, recogían pocas nuevas
informaciones sobre los países y los pueblos, ya fueran éstos próximos o lejanos. Su
cartografía, establecida sin triangulación, es aventurada y oscura. La imagen que nos dan de
la tierra está completamente deformada" 35
Si para todo buen cristiano, todo lo que nombraba la Biblia existía, era necesario darle
una ubicación al Paraíso.
El hombre medieval se opone a toda explicación científica del mundo pero gana en
deleites y terrores imaginarios. Las ficciones sobre el Paraíso llegaron a ser un género dentro
de la literatura sagrada. (i.e. El Viaje al Paraíso de San Barandán). Junto al espacio mítico del
Paraíso están también las tierras de Gog y Magog; que pueblan de igual manera el imaginario
medieval. La tierra de los deleites, y la otra, la de la amenaza, recorren la cartografía medieval
y son asunto de preocupación y búsqueda.
"Este principio de las tierras inhabitables o no, que fue legado por los antiguos a los
cosmógrafos de la Edad Media, debía ser conservado por éstos durante más de diez
33
La cartografía es numerosa y resulta completamente asombrosa a nuestros ojos. Estos mapas
consagraban la división del mundo a principios religiosos: el mundo se divide en tres según los tres hijos de Noé,
sitúan a Jerusalem en el centro de la tierra y dan un lugar eminente al Paraíso terrestre, que oscila entre diferentes
lugares, pero siempre en Oriente, ubicado en la parte superior ( nuestro Norte ) ; todo esto rodeado por el mar
"Océano".
34
Boorstin Daniel J., op. cit., pag. 110
35
T Sertevens pag 64
632
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
siglos, en virtud de cuya inquebrantable teoría no se podía ir más allá, hacia el sur
de nuestro 15 paralelo norte, el del extremo de la India, sin correr el risgo de
quemarse vivo" 36 (T'Serstevens p63)
Los aportes adquiridos desde las cruzadas, el encuentro con los geógrafos del Islam y
posteriormente los relatos de viaje tanto de Juan del Plano Carpino como de Fray Guilllermo
de Rubruck, hasta llegar al itinerario descripto por Marco Polo no interesaron ni fueron
escuchados por los eruditos, cosmógrafos y geógrafos cristianos, "desinteresados por
realidades geográficas despreciables en comparación con las verdades espirituales" 37 Le
Goff Pag 267.
Bibliografía
BACHELARD, Gastón, La poética del espacio, Fondo de Cultura Económica, Méjico,
2000
DUBY, Georges. San Bernardo y el arte cistercience (el nacimiento del gótico) ed.
Taurus, Madrid, 1981
36
idem n. 34
37
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633
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
PIRENNE, Henry, Las ciudades de la Edad Media, ed. Alianza, Madrid, 1978
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ROMERO, José Luis, La Edad Media, ed. Fondo de Cultura Económica, Méjico, 1994
634
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
Abstract
El Brasil imperial, ordenado y predecible se erige sobre un espacio exuberante, salvaje,
y en constante cambio, donde se confronta la dicotomía de civilización y barbarie.
Los viajeros de esos años, esa particular forma narrativa -de migración, exilio, olvido y
memoria-, que son sus relatos; permiten reconocer algunos de las cuestiones y problemas de
ese mundo tan separado y diferente al de Hispanoamérica.
Demasiada visión del paraíso, altera los relatos y convierte al europeo en un hombre
que persigue y busca el origen y la verdad de la identidad brasileña.
635
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
Las vías del sentido: la eticidad política en las alegorías del otro
mundo
Abstract
El objetivo del presente trabajo es analizar el relato alegórico del libro X de la
POLITEIA o República de Platón, conocido como el mito de Er, en la perspectiva que
exponemos a continuación.
Los “desplazamientos”, hacia regiones inasequibles para los mortales, por las vías del
sueño o la muerte, poseen la común característica, desde la más arcaica literatura griega, de
constituir espacios de revelación de ciertas verdades. El paradigma del relato de ultratumba o
la narración del sueño, así como las figuras que allí se hacen presentes, la topografía de esas
regiones (también paradigmática), y los saberes y testimonios literarios que se recopilan en
ese contexto, son decisivos para delimitar el campo de sentido que procura un contenido
sustantivo a las revelaciones o conocimientos transmitidos.
Igualmente las formas del lenguaje, los tópos retóricos, los modos genéricos de
expresión que se manifiestan en estos relatos, evidencian el orden mismo del sentido que ellos
proponen, y que caracterizan a la alegoría como invención retórica.
De tal manera, el campo de significación que aparece desde este análisis, remite a la
tematización de una eticidad política, en la Grecia del siglo IV A.C. que nos posibilita
discernir la construcción de un sentido prescriptivo, mediante recursos retóricos que
adquieren relevancia, y se insertan en una tradición interpretativa compleja, pues los factores
mencionados más arriba son el vehículo que nos instruye acerca de las doctrinas que se
pretenden exponer. Éstas se exponen como fundamento de aquello que es modélico en la vida
de los mortales, y aún presentan una valoración de las instituciones humanas que proviene de
un ámbito ajeno a la intelección de quienes viven en el tiempo; los espacios fronterizos del
sueño y la muerte.
636
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
Abstract
Las investigaciones sobre viajes y viajeros se han realizado haciendo especial énfasis,
por un lado en la literatura de viaje y exploraciones de europeos sobre espacios vírgenes o
escasamente transitados del mundo fundamentalmente desde el siglo XV en adelante y en
segundo lugar atendiendo a la producción de relatos de viaje como insumo para estudios más
amplios relativos a la Historia, la Geografía, la Literatura, la Cartografía. Pero es durante los
últimos años que la producción organizada desde las ciencias sociales se ha concentrado en un
análisis más complejo y transdisciplinar sobre los escritos de viajeros y en esta tarea se ha
accedido a una acumulación de conocimiento que permite observar estos objetos de estudio
desde una perspectiva que hace hincapié en cómo se construye el relato como entidad cultural,
pero fundamentalmente en los mecanismos desde los cuales ese relato concibe al espacio,
legitima el tiempo y organiza la imagen del otro, de lo otro en una dialéctica constante,
producto fundamentalmente del proceso especular y pendular de lo narrado, la narración y el
narrador. Nuestro proyecto se inscribe en esta línea de tratamiento y tiene por materia de
estudio los relatos de viaje de Estanislao Zeballos. Pero la obra de Zeballos tiene un contexto
de producción: la construcción y consolidación de la Argentina Moderna y sus textos
aparecen como paradigmas de esa modernidad transformista y cosmopolita de fines del siglo
XIX argentino. Precisamente la obra de Estanislao Zeballos comprende al viaje desde una
perspectiva moderna por excelencia con la singularidad de que su discurso no se encuentra
organizado desde una condición de “extranjero” sino por el contrario su relato se monta en la
clave de la “argentinidad”. Sin embargo sus textos y dibujos recorren el nudo del relato de
viajes moderno:el viaje como una tensión de búsqueda y de cambio, determinado por el
movimiento moderno, y la inscripción de esta experiencia en la escritura y en las imágenes.
En este contexto el autor elige como uno de sus objetos de análisis al ámbito de las colonias
del área sur provincial. “La rejión del trigo”, obra publicada en 1883, y que condensa buena
parte el estilo paradigmático de Zeballos, es el recorte de estudio que proponemos para esta
ponencia haciendo especial hincapié en la reconfiguración del espacio y la construcción de
imágenes alrededor del mismo desde su discurso de viaje.
Texto
El siglo XIX implicó la plenitud del valor cultural del viaje, que define una nueva
calidad de la experiencia, y por lo tanto exige un nuevo tipo de escritura, relativamente
autónoma de los modelos ficcionales del momento – el cuento o la novela- pero, con todo el
relato de viaje es una forma narrativa, que a menudo se sirve de la crónica para sugerir la
1
Este trabajo forma parte de la investigación “Estanislao Zeballos, El viajero oficial de la Argentina
Moderna”, dirigido por Sandra Fernández de la Sec. De Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de
Rosario.
637
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
inmediatez de la mirada y de la sensación, pero a su vez también se sirve del ensayo para
preservar sus rodeos especulativos. Siguiendo este modelo Zeballos inauguró su prosa con
una muy juvenil novela Zálide o el amor de los salvajes (1866), escrita en su paso por el
Colegio Nacional, y posteriormente se lanzó de lleno a la descripción de viaje, estructurada en
su mayor obra: Descripción amena de la República Argentina 2, finalizando esta tradición con
otras dos novelas: Callvucurá y la dinastía de los Piedras (1884) y Painé y la dinastía de los
Zorros (1886).
Más allá de sus novelas, sus particulares relatos de viaje dan cuenta de su construcción
como profesional y hombre de ciencias, pero también su condición de descriptor/narrador
local de un espacio que se estaba constituyendo como nacional. En este sentido es que
entendemos los relatos de viaje de Zeballos como prototipo en el que se condensan
contradicciones y encrucijadas de esa situación histórica llamada modernización de la
Argentina.
Es que Estanislao Zeballos era un hombre moderno, y uno de los rasgos más elocuentes
de esa modernidad estuvo representada en su voluntad de plasmar en una serie de escritos las
transformaciones suscitadas en el espacio pampeano en las particulares décadas del sesenta,
setenta y ochenta del siglo XIX.
2
Zeballos, Estanislao, Descripción amena de la República Argentina, 3 Tomos, Buenos Aires, Peuser,
1881-1883-1888.
638
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
Sin la pluma de Sarmiento, Estanislao Zeballos da cuenta dentro de sus límites literarios
de la oposición entre el ideal de progreso, marcado por la inmigración, la propiedad y la
agroproducción, y la barbarie del desierto y sus habitantes originales, incompatibles con el
ideal propuesto.
Sus esfuerzos personales por constituirse en un hombre científico y más importante aún,
político lo llevan a concebir a Descripciones... como un entrelazado de vericuetos de los
primeros años de su carrera profesional, académica, política y muy en especial de su niñez
rosarina, arquetípica de la transición que representó el proceso histórico contextualizado por
639
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
Ahora como bien dijimos más arriba las obras Zeballos se encuentran relacionadas con
distintos hitos de su vida personal. En Viaje al país... se adentra en el viaje promovido junto
con su hermano siguiendo la ruta expedicionaria de Roca, obedeciendo a la pauta iniciática
del itinerario de exploración y conquista; donde lo que se narra y recrea es un nuevo paisaje
diseñado simbólicamente por Zeballos a partir de su perspectiva moderna, donde el gran
protagonista que asoma es el desierto, profanado por la expedición, impregnado de naturaleza.
Esta naturaleza descripta se encuentra vorazmente contextualizada en el relato de Zeballos por
la búsqueda del disciplinamiento del espacio recientemente recorrido. Sin embargo en La
rejión... aparece un pasado que regula comparativamente el presente. En el juego de
compensaciones simbólicas la exploración íntima de Zeballos aparece en la forma de la
encrucijada de caminos que diacrónicamente regulan la construcción de su obra. Aquí
Zeballos es un actor-narrador, donde conciente y eficazmente recupera los recuerdos de su
niñez para confrontarlos con el presente de modernidad arbitrariamente asignado al momento
de la escritura.
La rejión del trigo es un extenso libro de poco más de 330 páginas, estructurado sobre
tres ejes: la anécdota, el viaje y los informes oficiales. El volumen de texto dedicado a cada
uno de ellos es expresivamente disímil. La anécdota inicial nos introduce en el problema; nos
resguarda y justifica de sus experiencias de viaje; nos adhiere a la nostalgia superada por el
ansia de progreso del autor, y recupera tal como afirma Rosa (2001: 25) el modelo de viaje
iniciático que siempre comienza en anécdota pero que no resigna en ella la real dramatización
de la aventura humana.
3
Ver específicamente “La rejión del trigo” de E. Zeballos, la conformación de la región en el discurso de
viajes moderno (AA.VV, 2001) y Vitae Plena (Fernández, 2001).
640
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
La breve anécdota enreda al relato de viaje, un viaje que describe los cambios
suscitados en el paisaje de la pampa santafesina; la pampa transformada de su niñez, poblada
de hombres extranjeros laboriosos, revestida de trigo, próspera y pródiga. Del viaje en carro
de su infancia, al viaje en tren, del galope inseguro por los caminos abiertos con indios
asechando, al trote cancino por la idealizada campiña -estetizada por Zeballos a imagen y
semejanza de la francesa- segura y feliz.
Superado el viaje, la dos terceras partes de su libro reproducen, como piezas de su gran
rompecabezas, informes oficiales de diversa índole, recorriendo desde la población, la
agricultura, hasta la urbanización y el ferrocarril. Aquí se elude intencionalmente la narración
de la experiencia viandante, adquiriendo relevancia la información oficial vinculada más a la
propaganda de los órganos de gobierno encargados con fruición a recolectarla.
Por lo tanto solo una primera parte de La rejión del trigo puede ser calificada como
elaborada por Zeballos como un texto de viajes, pero en ella se concentran buena parte de los
ejes clásicos para el análisis sobre textos de viajeros. Además representa la singularidad del
caso de Zeballos como viajero “oficial” de la Argentina Moderna, ilustrando pero, más
importante aún, complejizando la lectura sobre este tipo de producción escrita en el contexto
de la modernidad argentina. De este modo su condición especial es la justificación más locuaz
para avanzar en nuestro análisis.
“En 1878, á los catorce años, volví á la Candelaria y no vagaron los ojos en aquel
solitario desierto que durante mis primeros años crucé cien veces, cuando la
población apenas asomaba tímidamente concentrándose en fortines, y los araucanos
recorrian los campos y no era posible alejarse á cien metros de la trinchera sin
peligro de la vida!”(p.27)
“Era de su número Doña Eulojia Llanos, de una familia de estancieros del distrito
de los Desmochados 4, comarca frecuentemente invadida por los araucanos, teatro
de conmovedoras desgracias y de sangrientos episodios” (p. 14)
4
“Departamento Rosario, Provincia de Santa Fé” (p.16)
641
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
matrona del interior, en un juego en donde sus contornos expresan no sólo la idea de un
paisaje virreynal y postindependiente, sino la cruda oposición entre razón y sentimiento.
“Sufragio Popular y Gobierno Libre eran para Doña Eulojia términos del Sanscrito,
frases de una lengua, cuya existencia misma ignoraba” (p. 16)
“Esta victoria debía transformar á Santa Fé en tierra nueva, arada por las fuerzas
de una reacción europea, no completa todavía, pero siempre en progreso: y
presajiaba el predominio en la población, en las industrias y en la sociabilidad, de
los elementos inmigrados, que hallaban en la tierra de la Buena Esperanza su país
de promisión” (p.19)
“Las consecuencias se hicieron sentir con los caracteres odiosos de una calamidad.
Es peculiar de los hombres primitivos y de las sociedades embrionarias huir de la
luz que redime como de la llama que quema, y Doña Eulojia fue de las primeras que
maldijo la victoria de los gringos y de los agentes del progreso que la habían
asegurado, y que para ella eran como el granizo para los sembrados” (p.20)
642
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
por la fosforescencia del dolor, y recorria el campo mutilado [por el trazado del
ferrorarril] de los Desmochados, el camino solitario del Norte, la huerta sin quinoa,
el horno sin pan y la Pátria de los Lopez cruzada por los porteños vencedores” (p.
21)
Sin embargo el asunto nos mueve a preguntarnos sobre que cimientos Zeballos
construye esta simple pero eficiente red de significaciones, canalizadas en dos ejes: el
recuerdo y la nostalgia.
El recuerdo del viaje, inscripto en el relato es, el viaje como recuerdo o más bien el
recuerdo como viaje. Viaje que es inicio (como comienzo) y retorno, implica que el tiempo es
memoria del espacio y posibilidad de otro tiempo que se avisora. Es en este desarrollo de la
temporalización que la contigencia del pasado se borra, se anula, aunque no se olvida, por la
promesa de lo nuevo que está por estallar.
“-Bendito sea Dios, hijito! ¡Qué te habia é conocer! ¡Estás hecho un porteño! Y
¿cómo no te habiais de hacer gente entre esos hombres tan buenos?...
5
El propio Zeballos describe en su libro su paso por la casa de Eulojia Llanos (p.22).
643
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
Es que la Eulojia de Zeballos supera tal como afirma Williams (2001: 63) lo que parece
ser un orden antiguo, una sociedad “tradicional”, que continúa apareciendo, como una idea,
hasta cierto punto basada en la experiencia, en comparación con la cual puede medirse el
cambio contemporáneo. Sin embargo, el uso de la referencia retrospectiva tiene su propia
lógica; ya que el cambio es tan extendido y prolongado que resulta muy sencillo percibir una
transformación fundamental de la vida rural pampeana, pero donde a su vez en muy difícil
definir el punto de inflexión donde este cambio se plasma.
“Hé dicho que la Pátria Vieja, como ella la llamaba, se le aparecía bajo la forma de
un caudillo victorioso y espléndido, López ó Urquiza. La Pátria Nueva, Buenos Aires
incorporada á sus hermanas é imponiéndoles su influencia despues de la batalla de
Pavon, era también un hombre para ella. Era aquel Capitan que, al frente de las
huestes vencedoras en la estancia de Palacios, habia desfilado por las calles del
Rosario, las banderas desplegadas y al aire los himnos militares.” (p. 40)
Además la naturaleza escasamente literaria de sus obras, permite que el acento sobre su
trabajo sea colocado en el carácter ejemplar, didáctico, científico y propagandístico. Dicho de
otro modo, lo que se evidencia en Zeballos es la escasa ingenuidad, en la casi torpeza
declarativa puesta en tensión en sus relatos, alrededor del “benéfico” impacto de la
modernización.
“El retrato del general Mitre había forzado las rechinadoras puertas de urunday de
aquel hogar, con los cañonazos de Pavon, que reanudando los vínculos de la Unión
Nacional, habían allanado al vencedor el camino de la Presidencia” (p.17)
“El retrato de Mitre estaba en aquel hogar antiguo, como las bayonetas porteñas en
los cuarteles del Rosario: por el derecho irresistible de la Victoria” (p.17)
“Al retirarse fijó los ojos en la pared al lado del nicho de la virgen, y su fisonomía,
plácida y triste, se iluminó de improviso con resplandores de ira y de venganza, y
precipitándose sobre el retrato del general Mitre, lo arrancó de la pared, corrió al
patio y lo arrojó al pozo, gritando con rabia epiléptica: -Este es!” 7 (p. 22)
6
Recordemos que en su obra Prieto (1996) trabaja específicamente sobre Echeverría, Mármol, Alberdi y
Sarmiento.
7
“El episodio que narro es rigurosamente exacto. Mi familia habia salido del Rosario á pasar una
temporada de campo y yo vivia en casa de Doña Eulojia Llanos para no perder el colejio. Entonces tuvo lugar
644
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
Los peones corrian en sus mejores caballos recojiendo las haciendas vacunas...
Las pesadas tropas de carretas con sus innumerables boyadas, los árreas con sus
tropillas de preciosas y adiestradas mulas, las caravanas de carros que corrian
sobre el haz de este desierto, sirviendo al intercambio del Litoral con toas las
regiones del interior, ... acampaban al pié mismo de las azoteas; y de todos lados
converjian á refujiarse en ellas grupos de familias atribuladas y sollozantes..
[...]
[...]
Qué solemne horror el de estos dias! Los campos talados, arrebatados los ganados,
cautivas las familias, horrendamente inmolados los jóvenes mas apuestos y
vigorosos del lugar! La comarca estaba envuelta en el silencio de los cementerios y
en los hogares y en la pampa se sentia el espanto de la muerte!” (pp. 25-26)
esta escena de que fuí testigo. Mitre habia inaugurado personalmente los trabajos del ferro-carril Central y esto
era para mi noble y vieja amiga el mayor pecado del general” (p.22).
645
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
Tal oposición se arrastra también hacia la figura del inmigrante. En su llegada es pobre,
ignorante, corto, está sólo y desvalido, su minoridad trasciende la decisión del viaje, la ruptura
con su comunidad y sus tradiciones. El exclusivo contacto con la pampa transformada lo
convierte en una figura ejemplar, ahora es otro. Es que el modelo no sólo transfigura el
paisaje, no sólo expulsa al indio, no sólo solapa al mundo rural de la Confederación y el
rosismo, muda al sujeto social privilegiado en el esquema oficial de desarrollo:
La representación del mundo que Zeballos proyecta está en directa concordancia con el
lugar que el hombre ocupa en el mismo. Para ello nada mejor que partir de una diferenciación
o más aún, una contraposición como la que narra. La segunda imagen provista para el colono
esta directamente relacionada con el concepto de progreso, y ratifica el desarrollo de la
cosmovisión de Zeballos. Este paisaje disciplinado y domesticado de La Candelaria, y sus
hombres se convierten en simbólicos estandartes de la propaganda de Estanislao, y justamente
al convertirse en elementos emblemáticos, son epicentros y disparadores a su vez de un
646
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
Esa acción para Zeballos no es más que la concreción de una conducta apropiada que
lleva implícita una serie de elementos que no hacen más que delinear el perfil deseado para
los pobladores de la pampa. Zeballos no solamente modifica la percepción de la cotidianeidad
de la campaña sino que también en aras de esta reconstrucción, deja de lado aspectos de dicho
acontecer que tiñeron buena parte de la vida decimonónica 8.
Este bagaje simbólico mediatizado por un tono moralizante dibuja la senda por la cual
transita la modelización de las conductas individuales y colectivas, las mismas, atravesadas
por la justificación científica y la racionalidad económica actúan como catalizadores de
adhesiones al sistema de valores, a través del cual la interiorización de aquellos conduce
directamente a una acción común (Baczko, 1991).
En esta reelaboración del mundo de Eulojia Llanos, Zeballos exalta el ideal del
expansionismo como empresa, en el estricto sentido de este término. El progreso se evidencia
en la transformación productiva y en la racionalidad económica como referente de
legitimación.
En esta lógica el rol del inmigrante es el marcado por la laboriosidad, como referente de
conducta apropiada: “Estos espectáculos edificantes son comunes en la colonia Candelaria,
cuyo sistema exige al colono mas que aptitudes y voluntad...” (p. 35); y contrariamente a las
8 La mayor parte de los escritos de época dan cuenta de un estilo de vida peculiar, de un espacio y un
tiempo signados por luchas independentistas conflictos civiles, disponibilidad de hombres para la pelea, ámbitos
de sociabilidad relacionados con el juego y el alcohol, que perfilan y se constituyen en elementos inherentes de
una cotidianeidad marcada por la presencia de una violencia vivida como natural. (Diodati-Liñán, 1993)
647
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
anteriores estrategias discursivas del autor aparece el desempeño de los viejos residentes del
lugar. En la voz de Eulojia traza el recorrido de los que habían sabido esperar algo de las
consecuencias mediatas de la unificación nacional:
“Ella me esplicó los sucesos de los últimos tiempos que habían sido parte á
modificar sus vistas. La casa estaba alquilada á comerciantes de Buenos Aires. El
campo de los Desmochados habia sido vendido por una suma fabulosa, con relacion
á los precios de 1864, y el comprador era un rico hacendado de Otra Provincia 9.
Además sus nietos eran vecinos acaudalados y negociantes en la Colonia
Candelaria.” (p. 39)
Sin embargo estas narraciones marcan un nuevo punto de inflexión alrededor del
discurso y modelo hegemónico.
“Así la colonia Candelaria es una lección para los que se ocupan en Sur América de
la colonización. Es la obra esclusiva del capital particular, que no recibió jamás
subsidios oficiales, transformando una estancia de diez leguas solitaria y
ensangrentada ayer, en una campiña europea, cuyo espectáculo edifica de tal suerte
las vecindades que todo el Depantamento del Rosario se llena de labradores
formados por su ejemplo y que tienen mas de veinte leguas cuadradas bajo arado y
segadora...” (pp. 35-36)
Pero el golpe de azar que implica la lectura de la literatura de viajes, en este caso La
rejión del trigo de Zeballos, nos lleva a las preguntas de alguna manera recurrentes: A partir
de ese texto de puede objetivar un sentido de la historia? Este sentido puede ser retomado y
9
“Así llaman los paisanos de Santa-Fé á Buenos Aires” (p.36)
648
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
comprendido por otro ser histórico que sobrepasa su propia situación? Cómo un ser histórico,
en este caso Zeballos puede comprender históricamente su historia?
Toda hermenéutica es posible por que previamente hubo el acto de narrar. Una tradición
de las ciencias sociales disocia la vida del acto de narrar, se supone un hiato constitutivo entre
la experiencia vivida y el acto de ponerlo en palabras, más aún si esas palabras devienen
grafos. Es decir salen del registro oral, de la voz misma de la tradición y se ubica en el espacio
reflexivo del relato escrito.
Nos esforzamos por caracterizar el relato de Zeballos como una totalidad de sentido,
pensada para ser descifrada por una comunidad de intérpretes reales. El acto de lectura de
estos relatos, el momento crucial, en este acto descansa la posibilidad de que las experiencias
vividas retornen universalmente, y deje de ser una experiencia aislada. El relato de viaje no se
convierte en una entidad cerrada e inerte si logra deplegar ese horizonte de inteligibilidad con
el que fue construído, es la instancia inaugural e iniciática del texto de literatura de viajes, es
la apertura, el enfrentamiento y la fusión de un espacio de experiencia y un horizonte de
expectativa.
649
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
Aquí resulta inútil la distinción texto/contexto, como decisión metodológica, propia del
análisis estructural, porque lo que procuramos revelar es la experiencia de viaje como
mediación entre Zeballos y la Argentina Moderna, Zeballos y la construcción de su identidad
narrativa y social, Zeballos y su reflexión sobre esta identidad construída.
Fuente
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Contemporary Sociological Theory”, en Social Research, Summer, New York.
652
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
Abstract
Intentar reconstruir la historia del Delta del Paraná implica reconstruir un proceso
jalonado de acontecimientos dispares, de proyectos intensos y entusiastas seguidos de éxitos
como de fracasos. La región del "Carapachay" (como la llamaba Sarmiento) fue objeto
siempre de cierta valoración un tanto idílica con respecto a sus cualidades y potencialidades.
El propio Sarmiento visualizó a estas tierras como destinadas a ser un rival en producción del
valle del Nilo. La alta productividad de las islas y la exuberancia de su vegetación no pasaron
desapercibidas por la gran cantidad de viajeros que surcaron sus aguas y sus tierras desde el
temprano siglo XV hasta bien entrado el siglo XIX cuando se inicia el proceso efectivo de
ocupación y puesta en producción del territorio del Delta. Siendo un espacio marginal durante
mucho tiempo, se encuentran algunos testimonios de viajeros europeos que describen con
cierta fascinación la riqueza natural del área. Pero partir del siglo XIX comienza a pensarse su
ocupación y colonización. Es en este proceso donde diferentes viajeros enviados mayormente
por los gobiernos nacionales o provinciales, se encargan de realizar observaciones y
descripciones con el fin de aportar información útil para la puesta en producción de las islas
del Delta.
Texto
El objetivo de este trabajo es simplemente rastrear los diferentes testimonios dejados
por viajeros que recorrieron el Delta del Paraná en pos de comenzar a construir una historia de
la región centrada fundamentalmente en sus primeras etapas de descubrimiento y primera
colonización (siglos XVI a XIX). Para esto será importante articular la información de los
viajeros y visitantes con algunos otros trabajos e informes de tipo técnico o científico. Así, los
testimonios de viajeros se tomarán como una fuente importante pero no única, siendo el eje
central una primera aproximación a la reconstrucción histórica del proceso regional. Esta
ponencia entonces, está constituida por los primeros resultados obtenidos hasta el momento,
lo que hace que sea solo una aproximación inicial a la cuestión, pero intentando dar un primer
panorama de tipo general en relación al desarrollo histórico del área. El objetivo es también,
complementar un extenso trabajo de investigación realizado en torno a las relaciones entre
sociedad, economía y naturaleza que conformaron el proceso histórico regional en el siglo XX
(Galafassi, 1994; 1995).
653
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
XIX y principios del XX) es donde se inicia el gran proceso de transformación del medio
natural, con asentamientos permanentes y el cultivo intensivo de frutales por parte de
pequeñas unidades familiares. Y un tercer y último período que comienza a mediados del
siglo XX y en donde lo que varía fundamentalmente es el tipo de producto primario, pasando
a la producción casi exclusiva de forestales, con mayor transformación del ecosistema y con
un gran proceso de emigración de población, (como consecuencia del cambio productivo) y
aparición de unidades productivas de tipo "empresa".
La presente ponencia estará referida a las primera y segunda etapas, donde se observa el
accionar de diversos viajeros en pos de recoger información que en la mayoría de los casos
está directa o indirectamente vinculada al proceso de ocupación, colonización y puesta en
producción de las tierras del Delta del Paraná, o bien a observaciones de tipo estético o
científico en base a intereses de las metrópolis europeas. La alta productividad de las islas y la
exuberancia de su vegetación no pasaron desapercibidas para la gran cantidad de viajeros que
surcaron sus aguas y sus tierras desde el temprano siglo XVI hasta bien entrado el siglo XIX
cuando se inicia el proceso efectivo de ocupación y puesta en producción del territorio del
Delta. Siendo un espacio marginal durante mucho tiempo, se encuentran algunos testimonios
de viajeros europeos que describen con cierta fascinación la riqueza natural del área. Pero a
partir del siglo XIX comienza a pensarse su ocupación y colonización. Es en este proceso
donde diferentes viajeros enviados mayormente por los gobiernos nacionales o provinciales,
se encargan de realizar observaciones y descripciones con el fin de aportar información útil
para la puesta en producción de las islas del Delta.
Desde el inicio de su descubrimiento por los europeos, el Delta se perfila como una
región proveedora de leña y madera por cuanto ya desde Juan de Garay se faculta al cabildo
de la ciudad de Buenos Aires al cobro de un derecho por la leña que se extraía para el
consumo del vecindario y el uso de la madera en carpintería y construcciones.
Una de las primeras noticias como testimonios directos que se tienen del Delta
pertenecen a europeos posteriores a Solís, más precisamente al capitán portugués Pedro Lopes
654
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
de Souza, que arribando allí el 1ro. de diciembre de 1531 y llamándola "Terra das Carandins",
anota en su "Diario de Navegaçao": "es la más hermosa tierra y la más apacible que pueda ser.
Yo traía conmigo alemanes e italianos y hombres que habían estado en la India y franceses:
todos estaban espantados de la belleza de la tierra, y andábamos todos pasmados, que no nos
acordábamos de volver...No se puede decir ni escribir las cosas de este río y las bondades de
él y de la tierra" 1
En este esquema del proceso de colonización, el papel que cumplió la región del Delta
en los primeros siglos del período fue absolutamente marginal, siendo más bien un territorio
extraño e inhóspito que un área productora de cierta importancia como la que se formó unos
siglos después. De cualquier forma, se comenzaron a conformaron las bases de procesos
posteriores.
Parecería que fueron los Jesuitas los primeros que intentaron algún proceso de
colonización occidental de la zona de islas propiamente, efectuando las primeras plantaciones
de frutales que luego abandonadas se naturalizaron. Se habrían establecido enclaves de
enseñanza destinados a la gran cantidad de tribus indígenas del área, de los cuales quedaron
algunos rastros como paradores, cementerios y túmulos sepulcrales, ubicados
fundamentalmente en las márgenes de los grandes ríos como el Paraná Guazú y Paraná de Las
Palmas (Cerviño & D´Amico, 1994). Pero bien vale también el testimonio de uno de los
viajeros informantes enviado por el Gobierno, así Javier Muñiz en 1818 afirmaba: "Dos
leguas más hacia el Miní se ven las reliquias de establecimiento de los jesuitas, que consiste
en resto de tapiales y cerca de ellos hay cidra real(?), membrillos, cañas de castilla y varias
clases de duraznos" (citado en Mikler, 1991).
Por entre las islas del Delta también viajó el fundador de la biología científica moderna
haciendo puntuales observaciones. Así, se puede dar cuenta, a partir de sus testimonios, del
crecimiento espontaneo de especies cultivadas que provendría de los asentamientos coloniales
1
Citado por Liborio Justo en la Introducción el "El Carapachay" (Sarmiento, 1974).
655
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
de más al norte, "...Charles Darwin encontró islas cercanas a la desembocadura del Paraná
recubiertas de naranjos y melocotoneros, brotados de las semillas transportadas por el río"
(Crosby, 1988:169); el autor se refiere aquí al libro "El viaje del Beagle" de Darwin, quien en
otra de sus obras señala: "muchas plantas se han aclimatado; prueba de ello, el número de
durazneros y de naranjos que crecen en las islas de la desembocadura del Paraná, y que
provienen de las semillas transportadas allí por las aguas del río" (Darwin, 1972).
A padres jesuitas también se deben otras referencias sobre las islas. Sepp y Behme en su
viaje hacia las misiones del Paraguay en 1691, navegan por el Delta describiendo el paraje y
lamentándose de la ausencia de hombres (europeos) en esas tierras, de las que se maravillan
por tanta belleza. Casi cuarenta años después, en 1729, otro jesuita, el padre Cayetano
Cattaneo, también en viaje hacia el norte y bordeando el río Uruguay navega entre las islas
que describe con detalle (citado en Speroni Vener, 1955).
Sin embargo, la incipiente actividad pastoril mencionada más arribe, nada tiene que ver
con la expansión ganadera que comenzaba por esta época en la región del Río de La Plata y
que culminará en la industria del saladero. Este incremento de la explotación vacuna se
traducirá en un fuerte aumento de las exportaciones que distanciará cada vez más al Río de La
Plata de las economías del interior, subsidiarias de la minería potosina. El Delta, que nunca
formó parte del área de influencia de las minas del norte, comenzará, sin embargo, a integrar
la órbita de las economías rioplatenses, al constituir su producción parte del consumo del área
pampeana, quedando excluida del comercio exterior. Pero al ser hasta aquí el Delta un área
todavía claramente marginal, los testimonios de viajeros y visitantes solo estaban constituidos
por ocasionales recorridas desligadas mayormente del proceso de elaboración de informes que
servirán como insumos para las incipientes políticas de ocupación de las islas.
La única intervención del Estado en las islas, se reducía al cobro de derechos de leña,
función asumida por el Cabildo de Buenos Aires. Durante el Virreynato las tierras fueron
consideradas de uso público y comenzaron a ser extraídas maderas y frutales, convirtiéndose
así el Delta en el principal proveedor para la metrópoli de esos productos, con Tigre como
puerto concentrador 2.
2
Contrastando con esta situación, la porción continental del territorio en los vecinos partidos de "Las
Conchas" y "De La Costa" (hoy Tigre y San Isidro) tuvieron una importante producción de Trigo. En efecto, se
calcula que para mediados del siglo XVIII entre el 45% y el 50% del cereal se producía en esta zona, siendo la
principal abastecedora de Bs. As. (cfr. Garavaglia, 1993).
656
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
para sacarlas de tan triste situación y ponerlas en sociedad, de la que han fugado tal vez
delincuentes, o por servir más libremente a sus pasiones, y son correspondientes a este partido
de Las Conchas del cual he procurado hacer su descripción … Fechado en el partido de Las
Conchas, diciembre 9 de 1812”. 3
Dos años mas tarde, Angel de Monasterio, coronel de artillería, es comisionado por el
gobierno central para fortificar las barrancas del Paraná en la actual provincia de Entre Ríos.
Allí se refiere a las crecientes periódicas que se producen en las islas y afirma lo siguiente
sobre la fertilidad y porvenir de las tierras del Delta: “… las crecientes, siendo periódicas no
pueden sorprender la vigilancia del labrador, y como sucede de un modo lento y progresivo
… benefician las tierras que cubren, tan lejos están de ser perjudicadas que las fertilizan… y
que aplicando el hombre sus manos a este tesoro de la naturaleza, será incalculable el
producto que rendiría allí el cultivo, especialmente el de aquellas semillas que arman el riego
y la frescura… Cuando el país goce de paz y de un gobierno benéfico e interesado en la
felicidad de los pueblos, entonces el gran Paraná, que es capaz de todas las producciones de la
zona tórrida y de la templada, llevará más celebridad que el Nilo” 4. Esta observación refleja la
agudeza y perspicacia del coronel Monasterio, al captar la importancia del régimen de
periódicas inundaciones como elemento clave de la fertilidad de estas tierras, lo que volverá a
ser resaltado con tanta importancia, solo décadas después por Sarmiento, quien se convertirá
en el principal promotor del Delta.
Otro testimonio sobre el Delta nos lo brindan los hermanos J.P. y G.P. Roberston,
comerciantes ingleses que dejaron testimonio de su viaje de regreso del Paraguay en 1816, en
sus "Cartas de Sud América". Mientras recorrían los ríos y arroyos, cuentan su impresión de
las islas y canales y también se refieren a la existencia de frutales y su destino, la ciudad de
Buenos Aires: “Al amanecer del día siguiente dejamos el Guazú… La atmósfera estaba muy
cargada y un cielo encapotado amenazaba tormenta. Ibamos en una pequeña lancha, la
`Clyde´… Esperábamos llegar a las Conchas esa misma noche…Hacíamos el camino por
intrincados arroyos que unen el Paraná Guazú con el Miní, formando lo que se llama la
`Islería´, o grupo de islas. Estas islas están cubiertas de naranjos, durazneros y otros árboles.
Las frutas se llevan a Buenos Aires en gran cantidad, y las ramas sirven para carbón que, lo
mismo que las frutas, se destinan al mercado de la ciudad. Al salir, por último, de un pequeño
brazo del Paraná, estuvimos en el Río de La Plata, frente al más alto de los tres grupos de islas
que se extiende paralelo a lo que parece tierra firme (aunque también es una isla) formada por
el Paraná Miní y el Paraná de Las Palmas. Los canales formados por estas islas pequeñas que
corren desde la primera hasta la última boca del Paraná, llevan el nombre de `Los Caracoles´,
y en alguna parte son tan angostos, que permiten apenas el paso de un bote por su curso
tortuoso ” (citado en Justo, 1974).
La siguiente noticia corrió por parte del ya mencionado naturalista Francisco Javier
Muñiz, a quien el gobierno de las Provincias Unidas del Río de La Plata encabezado por Juan
3
“Registro estadístico de Buenos Aires, Memoria descriptiva de las islas del Paraná”, mayo de 1822.
(Citado en Cerviño y D´Amico, 1994)
4
“Breve reseña histórica del partido de Las Conchas (1580-1906”), Buenos Aires, 1906. (Citado en
Cerviño y D´Amico, 1994)
657
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
En 1821, en la edición del 5 de agosto del periódico “El Argos” quedó registrada lo que
parece ser la primera visita oficial a la zona del Delta Bonaerense. El gobernador de la
provincia, Martín Rodríguez, se llegó hasta el lugar a fin de interiorizarse personalmente de
los destrozos causados por un temporal ocurrido unos días antes y además para analizar la
resolución de un conflicto planteado entre los vecinos de San Fernando y Las Conchas en
relación a la jurisdicción del puerto y de un canal proyectado para el lugar.
Como dato importante, vale mencionar que cuando Bernardino Rivadavia es llamado
por Martín Rodríguez en 1821, para que asuma como ministro de gobierno pone en prácticas
varias reformas que tendrán su influencia en la zona del Delta. Una de ellas, es la que hace
cesar en sus funciones a los alcaldes de la Santa Hermandad, al crearse la ley de
municipalidades que establecía a los jueces de paz como autoridades locales autorizadas en
primera instancia a ceder la tenencias de los territorios isleños. Al año siguiente, se prohibe
por decreto la venta de tierras del Estado para ser puestas en enfiteusis, y se proyecta además,
la primer obra ingenieril en pleno Delta, como es el dragado del arroyo Carapachay que
conectaba naturalmente el Paraná de las Palmas con el río Las Conchas, para permitir la
navegación de toda clase de buques necesarios para dar un gran impulso al importante
intercambio económico que se venía realizando entre la región y la ciudad de Buenos Aires a
través del puerto de Las Conchas, además del paso obligado de los barcos procedentes de toda
la región mesopotámica. Pero esta obra nunca se concretó por falta de capitales disponibles
(Cerviño y D´Amico, 1994).
5
Francisco Javier Muñiz: “Noticia sobre las islas del Paraná”. Buenos Aires, 1818 (citado en Justo,
1974)
658
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
Este viajero también aporta datos sobre la utilización que se hacía de estas tierras en
cuanto a la extracción de madera para ser usada como leña, proporcionando una muy gráfica
descripción del procedimiento utilizado: "En estos lugares y algo más arriba en el Paraná,
gran número de carboneros acuden todos los años a hacer su provisión de carbón, llegando a
ahumar el país a veinte leguas a la redonda. Su modo de fabricación es de lo más viciosos, por
lo que el producto resulta muy malo y se pierde mucha cantidad de madera (...), y sin que los
torpes explotadores se preocupen mayormente por el daño" (op. cit.)
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
tierra ("tierras de pan llevar") comenzando solo un proceso de cesión hacia los años veinte, y
con una escasa intervención del Estado en la ocupación y la explotación de los recursos. Todo
esto le daba un carácter de territorio marginal y fundamentalmente de tránsito. Los viajeros
que recorrieron la zona y de los cuales se ha podido encontrar algún registro hasta el
momento, también se inscriben claramente en estos mismos patrones. Viajeros europeos,
tanto naturalistas como comerciantes, que están de paso por las islas del Delta en sus viajes
hacia otros destinos y ocasionalmente algún visitante enviado oficialmente por el gobierno
para redactar algún informe en esta primera etapa, que más de implementación de una política
oficial de ocupación, se trata más bien de un acercamiento al área para conocerla y solo
comenzar a dictar algunas medidas en pos de comenzar a ordenar jurídica y
administrativamente la situación de marginalidad y abandono reinantes en el Delta.
El poblamiento del Delta se concretó, pero primero se lo planteó como fin explícito
recién después que se constituyera y se consolidara la República Argentina como nación
independiente, a través de fundamentalmente los escritos de Sastre y Sarmiento. En el mundo
porteño comenzó un interés por colonizar esta área marginada, acompañando la exaltación de
la naturaleza propia del movimiento romántico de entonces y la publicidad realizada por las
obras de los autores recién mencionados. Marcos Sastre, visitante asiduo de las islas, publicó
en 1858 la versión definitiva de “El Tempe Argentino”, donde presentaba al Delta como un
6
Según el estudio británico "Twentieth century impressions of Argentina" citado por A.Rouquie (1981)
hacia 1911 el total de inversiones extranjeras en Argentina llegaba a 500 millones de libras esterlinas. En 1913,
de casi 1000 millones de libras en títulos públicos y privados latinoamericanos cotizados en la Bolsa de Londres,
357 millones pertenecían a la Argentina. Hacia 1900 cerca de la mitad de las inversiones británicas se colocaban
en este país.
660
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
lugar que merecía ser colonizado, describiendo idealmente a la naturaleza y las posibilidades
agrícolas del área. Este autor se instala en las islas frente a San Fernando en 1844 llevando
especies frutales distintas a las que había por aquel momento. Desde entonces se suceden sus
artículos sobre el Delta que culminarán en la obra ya citada, que tuvo una gran repercusión en
su época aunque también recibió importantes críticas por la idílica visión de la región que
reflejaban sus palabras. Esta visión idílica de la vida en las islas, y su abierta defensa del
paisaje originario se evidencia en la siguiente cita: "siglos hace que estas islas preciosas están
entregadas al hacha destructora del leñador indolente y son sin tregua esquiladas por la ciega
codicia del hombre inculto, sin el coto de la ley y sin el correctivo reparador de la industria". 7
Pero es sin duda la influencia de Domingo Faustino Sarmiento la que otorga el principal
impulso para el poblamiento efectivo, al ser un entusiasta defensor y promotor de la
colonización europea del Delta (Galafassi, 2000). Asiduo visitante del área durante muchos
años, Sarmiento, a través de sucesivas excursiones por las islas, algunas en función de
gobierno y acompañado por distintas personalidades, terminó despertando el interés de
muchos de sus contemporáneos. En este sentido se orienta la opinión de Magariños Cervantes
(1858) en el prologo a “El Tempe Argentino” que atribuye la irrupción poblacional y de
capitales a la promoción y actitud asumida hacia el Delta por Sarmiento, a pesar de que fuera
Marcos Sastre el primero que tuvo amplia difusión en su publicidad positiva de la región de
islas. Así, Magariños Cervantes nos dice que cuando Sastre se estableció en las islas, “sólo
uno que otro vecino de San Fernando siguió su ejemplo, hasta que el Sr. Domingo Faustino
Sarmiento, incitado por las noticias de alguno y guiado por los principios de la geología,
comprendió a priori la realidad increíble y, para vencer de un golpe la incredulidad general,
convocó a varios de sus amigos para hacer un viaje de exploración. Resultó lo que era de
esperarse, todo el mundo quiso entrar adquiriendo un pedazo de tierra de promisión: antes de
dos años estaban ocupadas todas las islas del Delta en una extensión de diez leguas, y hoy
raras serán las que no estén denunciadas. Más de quinientos poseedores, empleando un
peonaje numeroso, se ocupan con afán de desmontar, plantar y sembrar. En ese corto período
se han invertido millones de pesos en la explotación agrícola e industrial del Tempe
Argentino, se han plantado millones de árboles, se han hecho grandes sementeras de toda
clase; se han establecido fábricas de cordelería, de baldosas, de espíritu y agrio de naranja; se
ha beneficiado el cáñamo y el tabaco; se ensaya el cultivo del arroz y del sorgo”.
Así, en poco tiempo se transformó un territorio donde hasta entonces solo existían
algunas pocas personas en pequeños huertos, en una sucesión de extensiones de vegetación
exuberante tanto por la flora natural como por el implante de montes frutales, de sauces y
álamos, y cultivos de hortalizas, en una magnitud desconocida hasta el momento. La
conjunción de una naturaleza abundante y una intensa colonización humana es una
característica reconocida de las islas en el fin del siglo XIX y principios del XX. Un relato de
Angel Marcone, antiguo habitante de la primera sección es elocuente al respecto: “mis
7
Esta visión idílica también se registra, curiosamente, entre las poblaciones indígenas. Udaondo (1942)
citando al célebre etnografo Metraux hace mención, en base a referencias históricas y leyendas, a la búsqueda
por parte de los guaraníes "de la `tierra sin mal' especie de paraiso terrestre, el `Ivy maray' de los apapocuva,
donde moraba Ñandey, la mujer del creador del mundo. Parece que esta tierra se encontraba al este, al lado del
mar".
661
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
abuelos se habían afincado en el arroyo Espera, según deduzco de su relato, a fines del siglo
pasado, junto con otros muchos inmigrantes europeos, que poblaron los distintos ríos y
arroyos que integran el Delta Argentino. Conservaba este aún en su aspecto general, en las
primeras décadas de este siglo, a lo que describe muy bien Marcos Sastre en su libro Tempe
Argentino, básicamente en lo que se refiere a fauna y flora. La población debe de haber sido
importante pues carniceros, lecheros, tenderos y verduleros recorrían los distintos lugares
diariamente” (Marcone, 1986).
El mismo Sarmiento se afincó en una de las islas sobre el actual Río que lleva su
nombre en que instaló una vivienda y llevó a cabo trabajos agrícolas experimentales. En
relación con este vertiginoso crecimiento del interés por las islas, señala Santiago Albarracin
en su folleto “Apuntes sobre las islas del Delta Argentino” aparecido por entonces, que "el
Delta, compuesto de un archipiélago de islas que ha permanecido algunos siglos desiertas, ha
empezado a poblarse vertiginosamente a tal punto que, de un momento a otro, Buenos Aires,
ha podido agregar a su mapa un departamento nuevo, en el que instantáneamente se han
aglomerado capitales por millones y una de las poblaciones más consumidoras del Estado"
A la visión relativamente idílica de las islas que presenta Marcos Sastre se contrapone la
opinión del ya mencionado Santiago J. Albarracin quien hace referencia a que “los mismos
pobladores de las islas, en la época de aparición del libro de Marcos Sastre, no pudieron dejar
de protestar por esa expansión de literatura galana, ajena a la realidad que pretendía
describir”.
Por el contrario, según Albarracin, estos primeros tiempos no resultaron fáciles para
muchos de los improvisados pobladores que emprendían la explotación de estas tierras, en
algunos casos incluso sin los suficientes conocimientos agrícolas, en otros, los más,
delegando la responsabilidad productiva en capataces o simples peones. Incluso se menciona
la existencia de conflictos por la posesión de la tierra, generados por la aparición de títulos de
propiedad anteriores a la fecha de ocupación, en muchos casos obtenidos furtivamente, y en
otros casos por pretendidos pobladores antiguos que alegaban tener derecho sobre toda una
isla, por el solo hecho de haber plantado algunas estacas de sauce en el pasado o bien por
haber levantado un rancho para abrigarse cuando cortaban leña o recogían frutos silvestres.
Para Albarracin, el Delta era un archipiélago despoblado, inhóspito y de propiedad comunal,
que solo gracias a la iniciativa de Sarmiento se transformó en una región que repentinamente
convocó a una importante masa poblacional y de capitales, que dieron inicio a un incipiente
desarrollo agrícola e industrial (Cerviño y D´Amico, 1994).
Por su parte el entreriano Fray Mocho, seudónimo de José S. Alvarez en su obra “Un
viaje al país de los matreros” realiza una descripción detallada del paisaje y del poblador de
las islas del río Paraná, de esas tierras donde “se puede vivir sin rancho, sin ropas, sin armas y
sin familia, pero no sin la canoa, que es la casa y el caballo” y también de ciertos hechos que
ocurrían, en donde prima una versión acompañada de episodios cargados de rudeza y
marginalidad: “en el país de lo imprevisto, de lo extraño, en la región que los matreros han
hecho suya por la fuerza de su brazo y la dejadez de quienes debieran impedirlo; en la zona de
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
la república perdida donde las leyes del Congreso no imperan, donde la palabra autoridad es
un mito, como lo es el presidente de la república o el gobernador de la provincia”.
La región es caracterizada por estos visitantes y escritores como Tierras Salvajes donde
la mayoría de sus moradores, que tienen cuentas pendientes con la justicia, practica el
cuatrerismo y el contrabando con las mercaderías que los distintos buques de ultramar llevan
al puerto de Rosario. En estas islas el aislamiento transforma al hombre en una fiera que
pierde toda noción de moralidad en estos parajes donde: “la patria la forman el rifle y la
canoa; la religión es la de los patos que pululan en las lagunas, y los derechos individuales
concluyen allí donde a cada uno se le concluyen las garras”
663
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
Pero una de las diferencias que se da con respecto a la mayor parte de la región
pampeana, es en lo referente al modo de apropiación de la tierra. Los colonos que llegan de
Europa encuentran aquí tierra vacante con una legislación particular que define la apropiación
664
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
y adjudicación de las tierras a partir de su ocupación y del trabajo puesto en ellas, tal cual lo
pregonaba Sarmiento, sistema este semejante al adoptado por la colonización del oeste
americano y precisamente opuesto a la ocupación del territorio pampeano. Esto posiblemente
fue uno de los impulsores de un poblamiento explosivo que tiene su punto culminante en la
década de 1930-40 con el mayor volumen poblacional de la historia del Delta bonaerense,
dado que esta inmigración tuvo una fuerza mucho menor en la porción Entrerriana. Pero se
podría distinguir además un primer subtramo de este momento entre 1850 y 1880
aproximadamente, antes de la sanción de la primera ley de colonización, donde el
poblamiento no fue hecho primordialmente en base a inmigración europea, sino más bien con
porteños incitados por las campañas favorables de Sastre y Sarmiento iniciando la explotación
agrícola de las islas. Este “descubrimiento” del Delta, llegó a compararse con el fenómeno del
descubrimiento del oro en California, tal como lo sostiene el mismo Santiago Albarracín: “El
Delta del Paraná fue para Buenos Aires en pequeño, lo que la California para los Estados
Unidos, todo el mundo quería poblar las islas, y más de cinco mil trabajadores se ocupaban
ganando sueldos pingües, feliz el que encontraba peones a quinientos pesos mensuales,
dándoles, además, los alimentos, y el que pagaba 250 pesos por el millar de estaquillas de
sauce de media vara de alto y tres pulgadas de diámetro, que en otro tiempo nadie se hubiera
ocupado en cortarlas”.
A partir de mediados y hacia fines del siglo XIX, se comienza a verificar, entonces, una
transformación en el uso de los recursos, que pasa de un criterio de explotación extractiva a
otro de producción con algún grado de integración vertical, con incipientes industrias
primarias. Esto se observa también en ciertos lineamientos políticos del Estado hacia fines del
siglo XIX. Durante el gobierno de Udaondo, en 1894, se creó un decreto (originado en el
Ministerio de Obras Públicas, cuyo titular era Emilio Frers) que ya entonces veía la
posibilidad de constituir en el Delta, un importante centro de producción forestal y agrícola,
tanto por la feracidad de su tierra como por la variedad de los cultivos que en él pueden
desarrollarse (Mikler, 1991). Este decreto creaba una comisión de fomento que debía indicar
las medidas más apropiadas para desarrollar la población y el cultivo de las islas y fomentar
todo esfuerzo que se haga en ese sentido. Debía indicar los inconvenientes que se oponían al
tráfico fluvial, estudiar la conveniencia de crear centros de población urbana y por último,
comisionar al Ing. Antonio Gil para hacer un estudio del área.
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
años (1882-83) los mimbres han dado un resultado bastante malo, y su precio es tan reducido,
que hay isleños que están sacando sus plantas de mimbre, poniendo en su lugar membrillos.
En noviembre de 1984, recorre Gil el río Carabelas, constatando que las inundaciones
frecuentes de la primera sección sólo repercuten allí muy debilmente, “… hace
aproximadamente unos 17 años que los habitantes del Carabelas no han sufrido desastre
alguno por causa de las mareas, y no hay duda que si hoy se repitieran las grandes crecientes
del Paraná, sus efectos no serían tan destructores como en otras épocas, debido a los
numerosos zanjeos” (citado en Mikler, 1991). Es interesante la mención a una relativa mejor
situación ambiental de la zona del Carabelas, situación todavía actualmente en discusión entre
los productores de las diferentes zonas del Delta. El otro aspecto interesante mencionado, es
la importante presencia ya en aquel momento del sistema de zanjeos, lo que indica la
sistematización temprana de la tierras del Delta por parte de los productores, tanto criollos
como inmigrantes. Es decir, lejos se estaba ya del aprovechamiento de la islas solo con una
modalidad extractiva, imponiéndose en cambio una fuerte introducción de modificaciones a
partir de diversas técnicas de cultivo tendientes a incrementar la productividad y orientarla a
los productos introducidos deseados, en lugar de conformarse con lo que la naturaleza del
lugar podría brindar. El modelo sarmientino de progreso y producción agrícola estaba ya en
pleno funcionamiento.
Para diciembre de 1894, recorre Gil la tercera sección de islas y la parte más oriental de
la segunda, por los ríos Miní, Chaná, Barquita y Paycarabí. Describe a los interiores de las
islas como demasiado bajos, por lo que propone abrir canales que lleven las aguas de los
repuntes para adentro a fin de hacer que crezcan estas tierras. Y aconseja también pequeños
endicamientos. Encuentra por esta zona extensas plantaciones de duraznos, facilitado por las
fácil multiplicación y el buen precio, además de plantaciones de álamos. Termina su informe
reflexionando sobre la alta incomunicación de este sector, “… semanas enteras permanecen
las embarcaciones en la desembocadura del Paraná Miní, sin poder salir por falta de agua, y
tanto la fruta como las legumbres, que tan bien se producen en los albardones de estas islas, se
pierden por la razón apuntada. Sería necesario el dragaje de una boca cualquiera, pero la más
indicada sería la del Paraná Miní” (citado en Mikler, 1991).
Continúa el ingeniero Gil su reccorrido, y en enero de 1895 visita el río Luján, donde
encuentra a isleños en su mayoría de origen italiano que se dedican a la horticultura, y le
preocupa, entonces, la falta de interés por forestar, por eso en su informe le dice en una parte
al Ministro Frers: “la creación de montes maderables con estos (Eucaliptus globulus) y otras
esencias forestales, tropieza en el país con muy graves inconvenientes. Las condiciones
económicas de la producción maderable están en pugna con el interés particular, el cual
encuentra mayores alicientes y ventajas con la producción de otros productos agrícolas. Este
espíritu esencialmente utilitario que domina nuestra época es uno de los peores escollos que
se oponen a la creación de los montes referidos” (citado en Mikler, 1991). Evidentemente el
interés de Gil por la producción forestal era muy grande, y da cuenta también que desde
temprano el perfil productor de madera fue uno de las características que identificaron la
imagen económica que se forjaba sobre las islas.
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
Consideraciones Finales
Está bastante claro que la región deislas del Delta del Paraná nunca representó un
objetivo demasiado preciado para los viajeros y muy especialmente para los viajeros
europeos, esos que constituían la “vanguardia capitalista”, en tanto “viajaban y escribían
como exploradores de avanzada del capital europeo. Ingenieros, mineralogistas, criadores,
agrónomos, militares, con frecuencia estos viajeros de comienzos del siglo XIX eran enviados
al nuevo continente por compañías de inversores europeos, como expertos en la búsqueda de
recursos explotables, contactos y contratos con las élites locales, información sobre
potenciales emprendimientos, condiciones de trabajo de la mano de obra, transporte,
posibilidades del mercado, etc.” (Pratt, 1997). Por el contrario, la región deltaica recibió solo
viajeros europeos ocasionales y de paso hacia otras regiones, imbuidos más por pasiones
científicas y estéticas que propiamente comerciales. Esto último se pudo rastrear en los pocos
registros existentes sobre la región, pudiéndoselos ubicar desde las etapas tempranas de la
colonización argentina.
Es a partir del siglo XIX y fundamentalmente a partir del fuerte entusiasmo puesto
sobre el área primero por Marcos Sastre y luego por Domingo Sarmiento, que la región de
islas comienza a ser vista como un territorio altamente valorado. Es así que se inicia la etapa
de la ocupación y colonización efectiva del Delta. En este contexto, visitantes de los
gobiernos nacional o provincial comienzan a surcar los ríos y arroyos para redactar informes
técnicos que brinden datos útiles a cierta planificación o tomas de decisión en relación a
políticas para la región. A pesar de no ser visitantes europeos, la mirada es similar, en tanto
las islas son vistas como región salvaje a civilizar. En este sentido, fue Sarmiento quien
claramente puso las bases sobre las cuales interpretar el proceso de expansión productiva
sobre el área.
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
llamaba. Mientras el campo asumía los atributos del atraso, la ausencia del estímulo, como
consecuencia del aislamiento y la soledad que impiden toda manifestación de dignidad. La
ciudad, representaba el progreso y la civilización. Progreso y civilización que eran el futuro
inmediato de las islas, basado en el enorme potencial productivo, en donde la exuberante
naturaleza no hacían más que poner un paisaje de majestuosidad al trabajo transformador y
productor de bienes para la metrópoli. Así, este “Far West a las puertas de Buenos Aires”,
representó para el entonces Senador un territorio idílico. Haciendo su primer viaje en el año
1855, se transformo a partir de allí, en el primer publicista que emprendió la tarea de
promover el poblamiento de las islas.
Esta tierra definida por el ya citado Fray Mocho, sin coincidir con Sarmiento, como
"...la zona de la república perdida donde las leyes del congreso no imperan...", ubicada a las
puertas de Buenos Aires y en el corazón de la región agropecuaria por excelencia del país,
desarrolló, sin embargo, su historia en términos fundamentalmente diferentes, donde no solo
no "imperan las leyes del Congreso", sino tampoco los factores socioeconómicos y políticos
de la pampa y litoral circundantes.
Sin embargo, la historia productiva y social del Delta de las décadas siguientes a la
promoción de Sarmiento parecerían darle la razón hasta mediados del presente siglo, en el
cual una grave crisis, generó una emigración y abandono masivo de las quintas, quedando
solo la zona del Carabelas, como área de gran producción capitalista. Pero esta es otra
historia, lejos de las proyecciones intelectuales del Sarmiento “civilizador y desarrollista”.
De esta manera, es posible situar una evidente correlación entre el desarrollo moderno
de la tierras latinoamericanas, de las cuales el Delta es solo un caso particular, con el trabajo
de los viajeros y visitantes, tanto de observadores extranjeros como así también de los
enviados por las propias elites gobernantes a nivel nacional o provincial. La consolidación de
la modernidad occidental implicó, sin dudas, un contacto y una lucha desigual entre culturas y
sociedades. Fueron las sociedades europeas las que impusieron estos nuevos patrones a partir
de la expansión de sus sistema social y la colonización de nuevos territorios. El largo período
de colonialismo dejó una serie de estructuras, instituciones e imágenes que han moldeado la
subsiguiente búsqueda del desarrollo por parte de las elites sustitutas de las nuevas naciones,
lo que es muy fácil de ver en la fuerte influencia de Sarmiento sobre las tierras del Delta. Las
imágenes del mundo no europeo, fusionadas y superpuestas con las nuevas imágenes
generadas por el mundo de la colonia, influyeron en las representaciones que se hacen desde
el “Mundo Civilizado” sobre las regiones “salvajes” a ocupar y colonizar. Es en este contexto
que la actividad de las diversas clases de viajeros cobra sentido en tanto mirada, análisis y
estudio de las nuevas tierras y nuevos pueblos surgidos en el proceso de colonización, por
parte de las metrópolis (ya sea las viejas naciones europeas, como la nueva metrópoli
construida por las nuevas elites americanas) cuya característica en común es la "distancia" con
la que miran. La sociedad y la naturaleza serán el objeto de interés de estos viajeros, en tanto
información nueva para agregar a los catálogos de la ciencia y el conocimiento modernos, y
que servirán en muchos casos como insumo necesario a la hora de tomar decisiones políticas
respecto a formas de intervenir sobre los diferentes aspectos del desarrollo y progreso
regional. La región de islas del Paraná no escapa a este proceso, habiéndose encontrado una
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
serie diversa de informes hechos por viajeros y visitantes en pos de ser utilizados
precisamente como información para la toma de decisiones políticas y económicas.
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
Abstract
La comunicación que presentamos trabaja sobre la producción textual de la Crónica
(Crónicas de Indias, indígenas y mestizas. Entre las primeras, partimos de la Carta del
Descubrimiento de Cristóbal Colón y consideramos Cartas de relación, crónicas oficiales,
Historias Generales de Indias; luego, diversas crónicas procedentes del universo indígena y
finalmente la zona referente a escritores mestizos.
Nos convoca la expresión literaria del espacio y del tiempo, esto es, cosmovisiones,
preocupaciones, imágenes, relación de mundos “viejo” y “nuevo”. Se trata de un trabajo de
investigación que provee un desarrollo comparativo y abarcador de un universo que comienza
a fijarse en una escritura que se vuelve americana.
Texto
El trabajo plantea la construcción del espacio del Nuevo mundo a partir de las Cartas y
del Diario –del descubrimiento o navegación- de Cristóbal Colón, que comprende el relato de
los cuatro viajes a las Indias.
El espacio imaginario, en Colón, sería el más allá, la otra tierra –que es afirmación de
esta tierra- aquello con lo que ha de encontrarse. Es el aquí frente al allí, es el yo que descubre
al otro, lo diferente de lo uno, lo extraño a uno, lo otro exterior y lejano, donde la otredad es
América.
Esto, para Bachelard se explica como “el ser del hombre como ser de una superficie que
separa la región de lo mismo de la región de lo otro”. En esa región en que el ser quiere
manifestarse y quiere ocultarse, en esos movimientos de lo abierto y lo cerrado, en que el
hombre resulta ese ser entreabierto.
Descubre Colón un espacio, o describe, o menta un espacio para los Reyes Católicos o
como supone que les gustaría a ellos. Se apropia de él para la Corona, para convencerlos de su
empresa o para él mismo (en una doble línea de intereses).
• espacio de riqueza –orientado por el oro, las perlas y las piedras preciosas
• espacio de materialidad, complementario del anterior –en cuanto al comercio y a las
especies
• espacio de navegabilidad –actividad encaminada a descubrir
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
• espacio de conquista –a través de la expansión del imperio español, para los Reyes
Católicos y de tierras para el Almirante
• espacio de evangelización –para la propagación del cristianismo
El mundo precolombino está formado, en parte por la Edad Media y en parte por el
Renacimiento.
De modo que en primer lugar Colón ve con la misión más nueva de la época, culta y
renacentista y luego alcanza lo más profundo y tradicional, lo religioso, que contiene el fondo
bíblico.
Las posibilidades interpretativas del imaginario colombino, estarían dadas por lo mítico
–como conjunto de narraciones fantásticas, leyendas de carácter religioso, supersticiones; por
lo onírico –constituido por los sueños individuales y colectivos; en definitiva por el universo
de creencias medievales y renacentistas.
Colón posee en su cultura una preconcepción del mundo que luego transpone a esa
nueva geografía. Es a partir de ello que lee el paisaje americano como un espacio pastoril,
como aquel locus amoenus y maneja el imaginario eglógico de la tradición grecolatina
(Bucólicas de Virgilio), el lugar paradisíaco, la arcadia renacentista de la (Gracilazo), en que
los presenta un paisaje natural e idealizado. Ejemplo: “las sierras altísimas, de las cuales
descendían muchas aguas lindísimas, y todas las sierras llenas de pinos y por todo aquello
diversísimas y hermosísimas florestas de árboles” (Diario 25 de noviembre). “... por medio de
aquel valle pasaba un río muy ancho y grande que podía regar todas las tierras. Estaban todos
los árboles verdes y llenos de fruta y las hierbas todas florecidas y muy altas; ... buenos los
aires, cantaba el ruiseñor y otros pajaritos, que dicen que era la mayor dulzura del mundo.”
(13 de diciembre).
Así tenemos el Primer Viaje lee el espacio americano o indiano como extensión del
espacio europeo, aún literaturizado, pues no se trata de una aparición de carácter geográfico,
sino que recurre a imágenes conocidas o vulgarizadas. Podríamos pensar que probablemente
Colón no tuviera esas lecturas o esa biblioteca lírica, si bien tenía internalizado ese modelo de
belleza natural.
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
Los referentes a que apela para dar cuanta de la naturaleza, son siempre los de Castilla y
Andalucía, y aún sitios de la religión andaluza como Córdoba y Sevilla, cuna de navegantes y
alguna vez Tenerife, para los aspectos que convienen a su relato. Ejemplo: “En toda Castilla
no hay tierra que se pueda comparar a ella / Isla de la Tortuga/ en hermosura y bondad. Toda
esta isla es de tierras labradas como la campiña de Córdoba” (16 de diciembre). “En este
tiempo anduve así por aquellos árboles, que era la cosa más fermosa de ver que otra se haya
visto, veyendo tanta verdura en tanto grado como en el mes de mayo e el Andalucía.” (17 de
octubre).
No emplea el método descriptivo –tal como aparecerá luego en los cronistas de indias,
en su intento de explicar o traducir el Nuevo mundo –sino que su discurso se conforma o es
conformado por el hecho de nombrar cada elemento, frecuentemente en forma genérica,
como: había un árbol o una montaña o bajaba un río; o simplemente dice: árboles como
madroños, sin otra indicación comparativa. No se dedica a mostrar al receptor, no hace un
esfuerzo por describir cómo son los árboles o las plantas, ni siquiera les da nuevos nombres,
dice por ejemplo cantaba el ruiseñor.
No nombra una realidad nueva que tiene delante, sino que vuelca la realidad conocida,
es como si no aportase nuevos datos de la historia natural; tal vez esto no estuviese en sus
intereses.
De otra parte, otorga un valor al relato y a la palabra en esa vinculación entre el contar y
el ver como modo de conocer. De manera que, de pronto adquiere más importancia el cuento
que el narrador hace y el relato fantástico más que lo fantástico en sí. Ejemplo: “... y dice que
plugo a nuestro señor de le mostrar siempre una cosa mejor que otra... así en las tierras y
arboledas y hierbas y frutos y flores como en las gentes... y finalmente dice que cuando el que
lo ve le es tanta la admiración cuánto más será a quien lo oyera, y que nadie lo podrá creer si
no lo viere.” (25 de noviembre).
Esto es que Colón considera los puertos como puntos de sentamiento, como sitios que
pueden relacionarse entre sí, en esa necesidad de utilización que lleva como marinero, como
descubridor.
Lo que le interesa es, cómo son aquí los puertos, qué dimensiones tienen, cuántos
riachuelos desembocan en ellos, cuál es la caladura de los navíos capaces de entrar en cada
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
uno, cómo pueden ser empleados para la actividad del trueque o de la comercialización como
puntos de intercambio.
En cuanto al modo de “ver” que se trasunta en las Cartas de Colón, tenemos que él ve lo
que sabe previamente, lo que conoce –a través de lecturas o por lo menos lo que está en el
saber de la época- y ve también lo que conviene que vea en función de su empresa personal y
ante los Reyes Católicos. (En este caso se hace evidente una selección desde los intereses que
lo mueven y de la propaganda que él mismo, como los cronistas y conquistadores han de
hacer respecto de sus protectores o de aquellos de quienes dependen). Por ello encuentra oro,
de una parte, e indios cristianizables fácilmente, de otra, en la naturaleza americana.
El ve, además, lo que intuye, se deja encantar por las tierras, se siente fascinado ante lo
desconocido, en una palabra se deja poseer por el paisaje. Ejemplo: “era gran placer ver
aquellas verduras y arboledas, y de las aves que no podía dejarlas para se volver”. (28 de
octubre). “Fue cosa maravillosa ver las arboledas y frescuras y el agua clarísima y las aves y
la amenidad, que dice que le parecía que no quisiera salir de allí”. (27 de noviembre). “Se
detenía mas de lo que quería por el apetito y deleitación que tenía y recibía de ver y mirar
hermosura y frescura de aquellas tierras donde quiera que entraba”. (27 de noviembre).
Presenta Bachelard los símbolos del mundo y remite al ánima del soñador. El ánima se
levanta frente al ánimus y la conciencia soñadora se vuelve abarcadora de imágenes en un
diálogo perfectamente armonioso entre el soñador y el ser soñado (Colón y las tierras de
indias).
En este punto dice Bachelard: “la inmensidad es una categoría filosófica del ensueño. El
ensueño se nutre de diversos espectáculos, pero por una especie de inclinación innata,
contempla la grandeza... El ensueño pone al soñador fuera del mundo próximo, ante un
mundo que lleva el signo de un infinito.”
“El ensueño es un estado enteramente constituido desde el instante inicial” (así Colón
ve pájaros, signo de tierra desde el comienzo del viaje)
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
Huye del objeto próximo y enseguida está lejos, en otra parte, en el espacio de otra
parte. Así Colón huye de lo que tiene delante, se deja llevar, y se imagina lo otro como
infinito, contempla la inmensidad, planteada como imago.
En Colón, pues, el elemento terrestre, que sería el Paraíso Terrenal aparece como
símbolo, como culminación de la imaginación.
La idea es que como consecuencia de ese estado de ensoñación que envuelve al sujeto
enunciante o participante de la experiencia, se aleja, se deja llevar, contempla y en ese
ensoñarse ve otros mundos que tienen que tienen que ver con sus propias imágenes, creencias
y necesidades. Lo supremo en ese movimiento del hombre soñador de dejarse encantar es,
para Colón, la certeza y el ensueño alcanzado de encontrarse en el Paraíso tan ansiado por la
imaginación medieval, pero aún más, ese espacio de las tierras de Indias es el Paraíso
Terrenal, cómo él lo describe en su Tercer Viaje. Ejemplo: “... no porque yo crea que allí
donde es el altura del extremo sea navegable ni agua, ni que se pueda subir allá, porque creo
que allí es el Paraíso Terrenal, donde no puede llegar nadie, salvo por voluntad divina...
grandes indicios son estos del Paraíso Terrenal, porque el sitio es conforme a ala opinión de
estos sanos y santos teólogos... y agora entre tanto que vengan noticias de esto, de esas tierras
que agora nuevamente he descubierto, en que tengo sentado en el ánima que allí es el Paraíso
Terrenal”. (Tercer Viaje).
Luego, dentro de esta misma cuestión, tenemos que el pensamiento simbólico establece
para Gilbert Durand un equilibrio en la imaginación del soñador, en cuatro sectores, que,
pensado en términos de nuestra investigación puede plantearse del siguiente modo: 1) el
equilibrio vital, en que Colón aparece como el individuo renacentista que valora la Fama, en
virtud de la cual emprende una aventura personal, se convierte en la figura del gran navegante
y en el descubridor de las Indias, es un ser, pues, comprometido con su vida y con su muerte;
2) el equilibrio psicosocial, que se reestablece en un segundo momento y que podríamos
pensar en cómo Colón integra a los indios y a la tripulación en el Nuevo mundo; 3) el
equilibrio antropológico, que constituye el humanismo o ecumenismo del alma humana; nos
encontramos con la misión evangelizadora planteada desde un comienzo, la propagación de la
fe y de la religión cristiana; 4) finalmente estamos ante un valor supremo que en el caso de
Colón se convierte en una teofanía judeo-cristiana de la divinidad: el Paraíso Terrenal
revelado como la esencia de la forma en la tierra, que responde al sentido bíblico.
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
Así estaremos pues ante dos registros del texto: el primero sería la proyección de la
convención literaria renacentista. Se trata más de lo que se cuenta que de lo que se ve y se ve
a través de lo que se sabe y entonces se idealiza; es la visión racional y poética de su tiempo.
América se contempla con el instrumento europeo de la cultura occidental (Diario de
Navegación.
Si pensamos en cuál puede el espacio del mismo Colón, tenemos que resulta un espacio
sin entidad existente, que fluctúa entre el agua y la tierra, un espacio que podría considerarse
como un espacio en tránsito entre una y otra. (Ejemplo: “yo he andado veintitrés años en el
mar, sin salir de ella, tiempo que se haya de contar, y vi todo el Levante y el poniente... y he
andado la Guinea, más en todas estas partidas no se hallaría la perfección de puertos que he
fallado y siempre uno mejor que el otro...”) (21 de diciembre).
Desde el comienzo del viaje termina en plena alta mar señales de tierra, lo cual hace que
se provoque en él una confusión de los elementos, en lo que hemos llamado una línea de fe,
en cuanto a la necesidad de hallarse como él lo dice una y otra vez, cercano a tierra. Ejemplo:
“habían visto un garjao y un ramo de junco; y estas aves nunca se apartan de tierra... aquí
comenzaban a ver muchas mareadas de hierva muy verde, según lo parecía, que se había
despegado de tierra, por lo cual todos juzgaban que estaban cerca de alguna isla... y en esta
noche al principio de ella vieron caer del cielo un maravilloso ramo de fuego en el mar... Si
consideramos qué tipo de relato construye Colón, en lo que podríamos llamar un espacio
escritural, encontramos que es un relato en el cual, como hemos señalado, no hay descripción
y sólo se hacen ciertas comparaciones; escrito a un nivel de lengua coloquial impregnada de
marinerismos. Probablemente lo que más le importa a Colón es el hecho de hacer un relato de
viaje, de aconteceres nunca oídos y vistos. En esa relación que establece con los Reyes
Católicos mediante el espacio de las Cartas, fija la empresa a través precisamente de su
escritura.
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
De otra parte, tenemos el valor de la Carta como testimonio; las cartas que se envían de
navío a navío; las cartas de marear o de navegar; la carta como diario de viaje y para pasar el
parte con carácter puntual y logístico; las cartas ya del segundo viaje como memorial que
envía a los Reyes a través del almirante don Antonio de Torres; la carta tercera en que vuelca
de un modo mucho más expresivo su situación personal y en la que brinda su visión de
América.
Tenemos también sus referencias a las cartas que se hacen en su relato: la carta de los
Reyes Católicos al Gran Can, del cual ha de esperar respuesta; la doble carta que él lleva en su
primer viaje, una fingida más corta y otra verdaderamente más larga.
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
Abstract
El uso de la literatura de viajes como fuente es, como se sabe, un recurso habitual en el
trabajo de los historiadores, en el que siempre es posible acudir a las crónicas de viaje para
encontrar una línea capaz de proveer las referencias necesarias para subrayar un tema.
Menos frecuentes en el campo de la historia son los trabajos que centren su atención en
los relatos de viajeros considerándolos como herramienta para reconstruír el clima de ideas, la
sociabilidad o las autopercepciones de una sociedad y un espacio determinados.
Desde esta última perspectiva, en esta ponencia, ensayaremos un análisis de las obras de
tres de los viajeros que recorrieron o residieron en la Confederación Argentina durante las
décadas de 1850 y 1860: Tomás Hutchinson, Lina Beck Bernard y Germán Burmeister. Las
claras diferencias que distinguen a esos visitantes y la diversidad de sus miradas y
preocupaciones, creemos que nos permitirán avanzar en la reconstrucción el imaginario social
y político de los años de la Confederación.
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
Abstract
Se propone una lectura de la temporalidad, el territorio y las posibilidades ficcionales
(en relación con los géneros y una reflexión acerca de lo literario) que define el espacio del
cuarto de hotel en algunos casos de la literatura argentina del siglo XX, particularmente, en
los cuentos de Adolfo Bioy Casares, Julio Cortázar y Jorge Luis Borges y sus proyecciones en
las novelas Hotel Edén de Luis Gusmán, Los Sorias de Alberto Laiseca y Guerra Conyugal
de Edgardo Russo.
This paper discusses a reading on the temporariness, territory and fictional features (in
relation with gender patterns and a reflection about the literary domain) of the space of the
hotel room in the twentieth century Argentine literature. Particularly, in some short stories of
Adolfo Bioy Casares, Julio Cortázar and Jorge Luis Borges and their influences in
contemporary Hotel Edén, by Luis Gusmán, Los Sorias, by Alberto Laiseca and Guerra
Conyugal, by Edgardo Russo.
Texto
“Mi ciudad es hoteles infinitos y siempre el mismo hotel”
I.
El viaje, como traslado, se define en relación con el espacio y el tiempo porque el
movimiento del viajero supone tanto una traslación como una duración (en el comienzo están
el punto y el momento de partida y, en el final, la meta y el regreso), por lo tanto, no puede
haber viaje sin relato (sin discurso que recomponga la discontinuidad entre una y otra
instancia temporal y espacial que supone el desplazamiento). Pero, por lo mismo, hubieron
relatos de viajes sin que hubieran traslados materiales: por ejemplo, viajes espirituales o viajes
alegóricos (Todorov, 1993); las distintas formas de la “evasión” metafísica, mística o lírica.
Porque lo que importa es que, por el relato – su temporalidad – los espacios devienen
territorios, esto es, emplazamientos de (o del) sentido. De este modo, en los siglos XIV y XV,
los viajeros dibujaron la imagen del mundo y trazaron los límites de lo mismo y de lo otro; en
el XIX atravesaron las fronteras para asegurarlas mejor; para que en el XX resultara difícil
determinar quiénes eran los unos y los otros en la multiplicación que supuso la inmensidad
del “espacio exterior”, la inconmensurabilidad del “hiperespacio”, la indeterminación del
“espacio virtual” y la denegación de la frontera (política) a través de la metáfora de la
“globalidad”. Los relatos de viaje del siglo XX celebraron, entonces, una particular relación
con el tiempo y con el espacio que es la transitoriedad; en su doble acepción que designa un
movimiento – cierta forma de circulación - y una temporalidad: provisional. En este sentido,
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
El anonimato del hotel – que vuelve “cifra” la identidad del viajero - probablemente
haya sido la razón principal para que se volviera escenario privilegiado del relato erótico y
policial: el crimen y el amor (y su combinación: el amor criminal “fuera de la ley”) parecen
devolverle al espacio su condición de lugar – una donación de sentido – la reterritorialización
necesaria que sucede a todo proceso de desterritorialización. Ahora bien, en la narrativa
argentina del siglo XX, el cuarto de hotel es menos ocasión para la aventura amorosa o la
actividad criminal que para una reflexión acerca del propio espacio.
Para empezar a discutir sobre esta hipótesis quisiera recordar el prólogo a Veinte
poemas para ser leídos en el tranvía de Oliverio Girondo. En el prólogo, Girondo se pregunta
retóricamente acerca de la oportunidad o no de publicar y cita las supuestas declaraciones de
un amigo que lo incita a hacerlo, digamos que, “en nombre de la patria” o, más precisamente,
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
En principio, podemos leer que en la confesión de Girondo se plantea una oposición que
supondría que, por un lado, está la “patria” – que sería el espacio del “hogar” – y, por el otro,
el espacio del “cuarto de hotel”, caracterizado por su “extranjería”. La distinción geográfica o
topológica supondría, a su vez, otra diferenciación en el plano, digamos, sentimental: la
“patria” es el lugar al que se “pertenece” y la “extranjería” (bajo la metáfora del cuarto de
hotel) el lugar en donde nos sentimos incómodos. Lo que Girondo llama “desapego”. Por
último, podría sobreponerse otro plano del sentido, digamos ahora “moral”: frente a la
“imparcialidad” del cuarto de hotel (aquello que no nos merece juicio); el valor de la “patria”.
Lo destacable es que el poeta se “ruboriza” al revelársele el quiasmo que se produce entre los
dos términos de la equivalencia propuesta: su presunto “hogar” (la Argentina) tiene las
características de aquello otro que no es el hogar. Una idea de desarraigo que, de otro modo,
ya estaba en el propio título del libro porque son poemas que deben ser leídos en tránsito en
un tranvía.
II
Los hoteles albergan sujetos en tránsito que se encuentran “lejos de casa”. Mientras que
la “casa” es el espacio definido por los valores de la intimidad, los hoteles pertenecen al
dominio de lo público. Mientras que la “casa” es “(…) un cuerpo de imágenes que dan al
hombre razones o ilusiones de estabilidad” (Bachelard, 1997, 48), los hoteles sólo ofrecen un
simulacro de morada: los cuartos de hotel no se “habitan”, se “ocupan”. Cuando Girondo
señalaba la dificultad de “apegarse” a los cuartos de hotel, pensaba en la imposibilidad de
“ser” (de reconocerse como “yo”) que es propio del gesto de “echar raíces”, de afincarse, en
el lugar tópico (Salabert, 1995, 44) como llama Pere Salabert al territorio familiar. Si puede
decirse, entonces, que el hotel no permite este tipo de inscripción de la identidad, sí habilita,
por el contrario, otro tipo de reconocimientos marcados, por cierto, por los mismos rasgos de
1
La cursiva es nuestra.
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
precariedad que definen a este espacio. Los viajeros, en sus distintas modalidades, se alojan
transitoriamente en los hoteles pero se definen – duraderamente – en función de los mismos y
en una relación recíproca, con sus elecciones.
Los hoteles alojan, por lo menos, a tres tipos de sujetos: los que viajan para ver y para
ser vistos (en lugares de prestigio); los que viajan para aprender y para descubrir; los que
viajan para vender. Distintas formas del traslado que son, además, distintas formas de
intercambio: geográfico, cultural y comercial. Llamémoslos: turistas, viajeros y viajantes.
Cada una de estas subjetividades se define en el entrecruzamiento de distintos órdenes de
sentido que proceden de las formas del desplazamiento involucradas (medios, duración,
motivo), la procedenecia (económica y geográfica) y, también, del destino y del propósito.
Pero, también, del lugar que eligen como albergue transitorio. El mejor ejemplo de esta
influencia del “hotel” quizás sea el caso de un cuarto tipo de subjetividad en tránsito que, sin
embargo, no se traslada ya que no tiene casa de la cual partir: el “pensionista”, que vive,
temporariamente, en un espacio público – el de la “pieza” - que, sin embargo, puede
constituirse en algo parecido a “casa”. 2
Hay, en Bioy Casares, una suerte de hiperbolización de los atributos del espacio del
hotel que lleva, por un lado a lo sobrenatural – a lo fantástico – pero, por el otro, a una suerte
de revelación de sus características diferenciales. Lo que está en cuestión es la inocencia del
traslado; el hecho de que mudarse no tenga consecuencias, por eso, el énfasis está puesto en
2
Al respecto, es sugestivo el caso planteado en Los Sorias (1998) de Alberto Laiseca donde se narra la
guerra entre Soria y Tecnocracia por la supremacía mundial. El límite entre ambas potencias pasa por una pieza
de pensión y la guerra sobreviene cuando uno de los tres pensionistas que conviven en la pieza se enoja con el
resto, cansado de que corran el límite ocupándole la cama. Véase: “Los enemigos de pieza” en Laiseca, Alberto
(1998): Los Sorias, Bs.As., Simurg y Piacenza, Paola (2001): “Novelas largas y extraordinarias” en Vázquez,
María Celia y Pastormerlo, Sergio (comp): Literatura argentina. Perspectivas de Fin de Siglo, Bs.As.,
EUDEBA.
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
mostrar lo que puede ocurrir cuando se está fuera de casa. Los hoteles son un “alto” en el
camino – del viaje y del recorrido de la vida –, por lo tanto, se produce un intervalo en el
tiempo y en el espacio que representa una irregularidad cuyas derivaciones pueden ser
definitivas. No es casual, entonces, que en estos cuentos, se elijan hoteles “aislados” ya sea
porque están “medio escondidos”, en países “perdidos de la civilización”, rodeados de
parques y jardínes, encerrados por montañas o porque estén detenidos en el tiempo: ha
terminado la temporada de turismo; los avisos en las paredes invitan a eventos de fecha “ya
vencida”; la decoración está fuera de moda; las galletitas del desayuno, húmedas. Mientras el
protagonista de “Clave para un amor” piensa que el hotel donde se aloja en la montaña parece
“(..) una casita en una bola de cristal”, el de “La tarde de un fauno” se siente en una “jaula”.
Y, aunque las comparaciones parezcan movilizar distinto tipo de evaluaciones, están
sustentadas en la misma percepción: la de una suerte de corte que se produce cuando los que
viajan se convierten en huéspedes.
Muchos de los pasajeros no se mueven del hotel y, de algún modo, celebran su encierro
(el “descanso” es otro de los nombres de la pausa en la vida cotidiana que supone el viaje).
Sin embargo, esto no implica una inmovilidad del espacio o en el espacio. La alteridad del
hotel respecto del espacio familiar constituye, en sí mismo, una forma de viajar. En “Clave
para un amor”, el narrador compara la vida en el hotel con “un viaje a bordo”, dice que
“Como al comienzo del viaje, mirando a los demás uno pensaba con descreimiento y con
pereza: vamos a conocernos. Y, como en un viaje, la prevista fatalidad operó: después de tres
o cuatro días en que anduve solo y, por cierto, no muy cómodo conmigo, ni muy feliz, conocí
a todo el mundo” (Bioy Casares, 1992, 36). En “Recuerdo de las sierras”, el personaje
considera, parado en la galería exterior de un hotel cordobés, que “Quien mira desde aquí se
cree en un barco – un barco rodeado de césped seco y polvoriento – “ (Bioy Casares,
1997,87). Éstas son las ocasiones en las que el espacio del hotel se muestra en su
ambivalencia de lugar de tránsito y residencia. Como residencia, el hotel es, paradójicamente,
un lugar de tránsito, esto es, un lugar para conocer otra gente y, dicho de otro modo, para ser
otro. En estos casos, el hotel pierde su condición “de paso” y no faltan ocasiones en que se
convierte en un pequeño universo o “mundo paralelo”. El viajante aburrido de “La tarde de un
fauno” comenta que “con este frío, uno no está en caja … en ninguna parte”. Su interlocutora
le pregunta extrañada – “¿Frío, aquí, en el hotel?”, “En el mundo entero” le responde. Es que,
alojados en los hoteles, estos sujetos están preparados para la aventura y para la sorpresa que
es imposible durante su residencia en la tierra. No es casual que en estas historias la vida en
el hotel esté asociada con alguna forma de felicidad; preferentemente el reposo o el amor.
Parafraseando al narrador de “Clave para un amor” podemos decir, entonces, que los hoteles
proclaman que “el mundo juzga necesario” hacer un alto en el camino: “en que la obligatoria
ocupación es alimentarse, olvidar las preocupaciones, reposar, tomar sol” (Bioy Casares,
1992, 26). En los hoteles, los personajes se sienten “a salvo” de lo que el mundo exterior –
asociado con sus vidas cotidianas – les ofrece. Así, el personaje convaleciente del cuento “El
gran serafín” se confiesa “feliz” después de que se ha dicho que el hotel se parece menos a un
hotel que a una “estancia” por la abundancia de flores. El enamorado protagonista de
“Recuerdo de las sierras” se refiere al hotel como “nuestro edén” y cree que su cuarto “(…)
no parecía un dormitorio de hotel, sino un dormitorio de quinta (…) diríase que (el hotel) es la
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
enorme quinta de una enorme familia que ocupa cien habitaciones” (Bioy Casares, 1997, 84).
En este punto importa destacar que, a pesar de una recurrente referencia a las mujeres y al
amor que, por otra parte conforma un rasgo muy evidente de la literatura de Bioy Casares, el
tema sigue siendo el territorio. En el marco de las convenciones del género fantástico, Bioy
cuestiona las certezas de quiénes somos en relación con nuestras hipótesis sobre la realidad y,
particularmente, sobre el espacio que creemos conocer.
La imagen de la “puerta” es, metonímicamente, la mejor expresión del espacio del hotel
como lugar de paso pero, también, de pasaje. Como lo ha señalado el antropólogo Renato
Ortíz “El pasaje presupone la idea de frontera, de límite. Cada compartimento es un mundo
aparte (…) A través de la colocación o fijación ceremonial de los marcos o los límites, un
espacio determinado del suelo es apropiado por determinado grupo (…) las puertas; al abrirse
o cerrarse, favorecen o inhiben el movimiento del pasaje” (Ortiz, 1996, 29). En la arquitectura
del hotel hay dos puertas que importan: la que delimita el espacio del adentro o del afuera del
hotel y la que separa al cuarto propio del resto de las habitaciones. Mientras que las puertas
externas delimitan la separación con el espacio – tiempo de la locación en el mundo; la puerta
del cuarto de hotel representan la posibilidad de la intimidad en el espacio público: demarcan
un territorio de muñeca rusa. En este sentido, en los cuentos de Bioy encontramos una
oposición entre la puerta, a secas y la “puerta giratoria”. Las “puertas giratorias” son las que
están en los umbrales de los hoteles: en su tornar “traen” buenas o malas del “afuera”; que
queda “atrás” fuera de la vista del que está “adentro”. Son puertas “de paso” mientras que las
“puertas” – a secas – son las que se cierran; las que clausuran la comunicación entre el
adentro y el afuera. Como declara el protagonista de “Recuerdo de las sierras”: “Cuando el
gerente cerró la puerta y nos dejó en nuestro cuarto pensé: “Ahora empieza un período
importante de la vida, un período inolvidable” (Bioy Casares, 1997, 84). Mientras que la
puerta giratoria del ingreso implica una forma de intermitencia o interrupción, la puerta que se
cierra supone una forma de enclaustramiento. Dos cuentos de Julio Cortázar han demostrado
magistralmente esta condición.
3
Cabe señalar que Adolfo Bioy Casares en el cuento “El viaje o El mago inmortal” incluído en El lado de
la sombra también plantea lo que aquí hemos llamado “misterio del cuarto de al lado”. Adviértase en el título del
cuento de Bioy la equiparación del viaje con la magia.
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
habitación contigua presuntamente sólo ocupada por una mujer, y los prófugos pasan sus
noches escuchando el murmullo persistente de dos voces femeninas y norteamericanas que se
alojan en el otro ala del bungalow que ocupan y cuyas identidades son un mero supuesto: sólo
se tiene la certeza de su cuchicheo nocturno. Una puerta “condenada” - una puerta clausurada
que comunicaba antiguamente una habitación con la vecina - y la pared y un tabique de
bambú, en el hotel del Caribe, separan las habitaciones principales de los inquietantes cuartos
linderos. La imagen de la clausura del cuarto es la ocasión para ensayar una hipótesis acerca
de la articulación entre el espacio y la identidad y en el centro está el problema de la
comunicación. La puerta cerrada instaura una incomunicación con el resto – con los otros –
que pone en crisis la propia humanidad de los huéspedes. “Mejor este bloqueo – dice el
narrador innominado de “Historias con migalas” – y sentencia: other voices, other rooms
(Cortázar, 1994, 340) antes de compararse con “(…) migalas en la oscuridad (…)” (Cortázar,
1994, 341) que espían la vida de los moradores del cuarto vecino. El estar aparte que propicia
el perímetro de las paredes del cuarto de hotel (vale recordar que a este tipo de hoteles se les
llama apart hotel por el acópoque de la palabra inglesa apartment) supone un confinamiento
peligroso para la naturaleza dialéctica de la identidad. Esto se advierte en la contradicción que
se instala en los cuentos entre la exigencia primera de soledad y de silencio y la angustiosa
dependencia que los huéspedes desarrollan de las vidas ajenas que están del otro lado de la
pared. Si en un cuento la reclusión llevará a la locura, en el otro acarreará la pérdida de la
humanidad de los ocupantes: su conversión en “migalas”, arañas nocturnas que anidan en las
cavidades de los troncos.
El llanto o el murmullo les son necesarios para saber que todavía están; que aún son a
pesar del silencio que asfixia. Por eso tanto los fugitivos/migalas como el viajante Perrone
viven su situación como un acecho; una vigilancia. Cuidadosos de su intimidad, también
temen interferir en la vida de los demás, pero la clausura del cuarto de hotel los arroja a una
búsqueda desesperada de comunicación con los otros. “La puerta estaba ahí, de todos modos,
sobresaliendo del nivel del armario” (Cortázar, 1994, 311), describe el narrador de “La puerta
condenada” enfatizando la ambigüedad que representa una puerta que ya no comunica; una
puerta sellada. En “Historia con migalas” el cuarto de hotel es refugio porque se trata de una
historia de evasión: la habitación es un lugar para estar “(…) a cubierto de todo lo que
empieza más allá de las ventanas” (Cortázar, 1994, 341) pero también, “(…) un refugio
propicio al recomienzo (…)” en palabras del narrador (Cortázar, 1994, 344).
Los cuartos de hotel tienen “(…) algo de celda, de refugio y también la ventana sobre el
campo” (Bioy Casares, 1999,16). Como lugar de pasaje, testimonian el presente del adentro y
fabulan el afuera, que está por venir y es ajeno.
Podría objetarse, sin embargo, que todas las características que asume el espacio del
hotel y sus habitaciones, que hemos reseñado hasta aquí, responden menos a las cualidades
intrínsecas que definen a este territorio que a las preferencias del género fantástico. Para
desmentir esta posibilidad, sólo hay que atender a sus inscripciones en otros textos marcados,
por el contrario, por su exigencia de verdad.
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
III
Podemos empezar por un cuento policial: el célebre “Hotel Du Nord” donde ocurre el
primero de los crímenes de “La muerte y la brújula” de Jorge Luis Borges. Dice el narrador
que “El primer crimen ocurrió en el Hotel du Nord – ese alto prisma que domina el estuario
cuyas aguas tienen el color del desierto. A esa torre (que muy notoriamente reúne la
aborrecida blancura de un sanatorio, la numerada divisibilidad de una cárcel y la apariencia
general de una casa mala) arribó el día tres de diciembre el delegado de Podólsk al Tercer
Congreso Talmúdico, doctor Marcelo Yarmolinsky (…)”(Borges, 1989,133) A diferencia de
los otros hoteles que albergaban a los personajes de los cuentos de Bioy Casares y Cortázar, el
Hotel Du Nord es un hotel central (Borges dijo haberse inspirado parcialmente en el Plaza
Hotel de la ciudad de Buenos Aires) cuya arquitectura sobresale en el paisaje urbano. Sin
embargo, en la descripción, las imágenes de arraigo se disuelven en las ideas de
multiplicación que introducen el blanco de las paredes, la proliferación de habitaciones y la
“maldad” de la casa. Durante el transcurso de la historia quedará claro que, en el cuento, el
hotel será clave para la pesquisa policial porque es uno de los vértices de un cuadrángulo que
conforma la perfecta geometría del crimen en un espacio caracterizado por la simetría. No es
la única vez en que el laberinto borgeano comienza en una habitación de hotel. También en
“Tlön, Uqbar, Orbis Tertius”, donde se afirma que “El mundo (…) no es un concurso de
objetos en el espacio; (…) es sucesivo, temporal, no espacial” (Borges, 1989, 20), la
investigación sobre Tlön comienza y finaliza en “los quietos días” (Borges, 1989, 34) de un
hotel de Adrogué. Sin embargo, el caso de “La muerte y la brújula” es significativo porque
mientras tradicionalmente en los cuentos policiales el cuarto de hotel es la escena del crimen –
dicho de otro modo: un lugar – y es, por ello, objeto de peritajes y vigilancias, aquí importa
menos como lugar que como espacio: las cuatro paredes del cuarto del Hotel du Nord y su
arquitectura prismática prefiguran “(…) el rombo perfecto (…)” Borges, 1989, 147) en que se
anuncia la cuarta muerte inesperada – pero simétrica y, por lo mismo, “contenida” en la
primera - en la quinta de Triste Le Roy que “(…) abundaba en inútiles simetrías y en
repeticiones maniáticas (…)” (Borges, 1989, 143) como un mirador rectangular “(…) casi tan
alto como los negros eucaliptos que lo rodeaban (…)” (Borges, 1989, 142): casi tan alto,
agregamos nosotros, como la torre del Hotel Du Nord.
Vemos, entonces, que la elección del hotel está ligada menos a las prerrogativas
formales o temáticas de un género en particular que a una inquietud sobre sus particularidades
subordinada, en todo caso, a una interrogación más general sobre el espacio y en términos de
traslado.
En 1999, Luis Gusmán publica la novela Hotel Edén. En principio, el título remite
denotativamente al lujoso hotel de La Falda, Córdoba, situado al pie del cerro El Cuadrado,
que se convirtió en un lugar exclusivo durante las primeras décadas del siglo XX y en el que
algunos juran haber visto, alguna vez, a Hitler caminando por el parque. En 1945, el gobierno
argentino lo incautó para confinar allí a diplomáticos japoneses cuando la Argentina tomó
posición en la última Gran Guerra y funcionó hasta 1965 cuando cerró definitivamente
convirtiéndose en un museo después de más de treinta años de deterioro. Sin embargo, la
novela iba a llamarse originalmente “Cambio de domicilio”, por lo que la referencia al Hotel
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
IV
Y aquí volvemos al principio: al viaje como máquina de relatos. Pero, podemos decir,
ahora, también, el cuarto de hotel como máquina de relatos: la tesis de Ricardo Piglia en La
ciudad ausente (Piglia, 1992). En la novela, Piglia fabula la existencia de una máquina de
inventar historias, cuya propiedad intelectual presuntivamente le corresponde a Macedonio
Fernández. El Estado ha confinado esta máquina en un Museo para impedir que los relatos de
la máquina comploten contra el relato oficial que escribe el propio Estado: la Historia (con
mayúsculas). Los relatos se fabricaban en cuartos de hoteles; en el Museo, Junior, el
protagonista, encuentra las reproducciones de los cuartos de hoteles donde habían nacido las
historias que llegaron a contarse: una “pieza” en la se había matado una mujer; la “pensión
donde un viejo sentado en una silla de paja punteaba una guitarra la noche entera” (Piglia,
1992, 51) y hasta la propia “pieza del Majestic”: el cuarto de hotel donde empieza la
investigación de Junior. Esta última revelación resignifica la descripción inicial del
687
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
protagonista cuando se explica que a Junior le gustaba vivir en hoteles porque era hijo de
ingleses: “Cuando decía ingleses pensaba en los viajeros ingleses del siglo XIX (…) Vivían
en hoteles y escribían sus crónicas (…)” (Piglia, 1992, 9). El narrador señala la no existencia
del personaje - su naturaleza ficcional – menos en relación con la trama que por referencia al
espacio del hotel y a los viajes.
El cuarto de hotel representaría, de acuerdo con Piglia, literalmente, una utopía. Cuando
se cierra la puerta, la ciudad se ausenta y es desde esa extranjería que se hace posible la
creación de otros mundos posibles. La afirmación es una tesis sobre la literatura misma –
sobre el espacio literario; sobre la naturaleza (política) de la ficción – pero, además, propone
otra posibilidad, más local: la posibilidad de imaginar una tradición: la de una literatura – la
argentina – escrita en viaje y que empieza en un cuarto de hotel. Lo que era vértigo y causaba
“rubor” a Oliverio Girondo en el prólogo a Veinte poemas para ser leídos en el tranvía en
1922: - “(…) y me ruborizo un poco al constatar lo difícil que es apegarse a los cuartos de
hotel” (Girondo, 1998, 59) - se ha vuelto esperanza un poco más de medio siglo después.
Bibliografía:
Augé, Marc (2000): Los no lugares. Espacios del anonimato. Una antropología de la
sobremodernidad, Barcelona, Gedisa.
AAVV (1991): Adolfo Bioy Casares, Barcelona, Mtrio de Cultura, Anthropos, Ed. Del
Hombre.
Bioy Casares, Adolfo (1992): Clave para un amor, Bs. As. Losada.
Bioy Casares, Adolfo (1985): El héroe de las mujeres, Barcelona, Seix Barral.
Clifford, James (1997): Routes. Travel and Translation in the Late Twentieth Century,
Harvard University Press, Cambridge, Massachusets, London, England.
Mistral, Gabriela (1979): Gabriela anda por el mundo, Santiago de Chile, Andrés Bello.
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
Ortíz, Renato (1996): Otro territorio, Bs. As., Universidad Nacional de Quilmes.
Salabert, Pere (1995): Figuras del viaje. Tiempo, arte, identidad, Rosario, Homo
Sapiens Ed.
689
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
Abstract
Antes de invitar al lector a acompañarme en este recorrido, es mi deber advertir que las
reflexiones aquí presentadas son de carácter general en torno a la propuesta desde donde se
pretende leer la ciudad, de ahí el interés de esta breve introducción cuyo propósito es acotar
los límites de la lectura.
Es por ello que hago referencia a tres recorridos -o bien tres lecturas- por diversos
laberintos (clásico, arbóreo y rizomático) que se han conformado al momento de interpretar la
ciudad. Cada laberinto abre una posibilidad que puede ser seleccionada para interpretar la
ciudad, lo cual no significa que tienen una secuencia, ni que una forma de laberinto precede a
otra; se trata de advertir distintas formas argumentativas sobre la ciudad, mismas que
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
coexisten pese a que los fundamentos que les dan lugar pueden ser ubicados en contextos
temporales distintos.
Tampoco podría decirse que a determinada ciudad le pertenece cierto tipo de laberinto,
en este punto habrá que reconocer que la interpretación que se prefiera hacer de cada ciudad
no depende de ella, sino de quien realiza en análisis. Así, el recorrido por un laberinto clásico
nos permite entender a la ciudad inmersa en un discurso que busca ‘el sentido’ de las formas
organizativas, dando a dicha formación social una imagen cerrada cuya argumentación tiene
una sola salida, donde hay una verdad única y permanente. Por su parte, la ciudad entendida
desde la perspectiva de un recorrido arbóreo se fundamenta en la búsqueda de un fin (telos) al
cual es posible arribar por diversos caminos; es decir, las formas de argumentación desde esta
perspectiva tienen una sola entrada (la búsqueda del progreso desde la modernidad) pero
varias salidas posibles (los diversos telos constituidos). Por último, se propone una lectura de
la ciudad desde un recorrido rizomático, donde la búsqueda no se encuentra circunscrita al
encuentro de un sentido común, sino más bien se pronuncia por la crisis de sentido; por ello,
no hay una entrada única, y dado que no se comparte un telos que oriente el recorrido,
tampoco hay una sola salida.
La ciudad como laberinto, bajo este sistema metafórico, implica las múltiples
interpretaciones que pueden hacerse de una misma ciudad; de esta forma, el recorrido que se
propone no es una posición que se declare como la verdad a seguir, ni como el camino que se
devela; pero sí como una actitud de evaluación y análisis que a través de ciertas estrategias
pretende advertir diversos elementos que se le han atribuido y bajo los cuales se le piden
cuentas a cada ciudad.
Texto
Al entrar en el territorio que tiene por capital a Eutropia, el viajero no ve una
ciudad sino muchas, de igual importancia y no disímiles entre sí. Eutropia no es una
sino todas esas ciudades al mismo tiempo; una sola está habitada, las otras vacías; y
esto ocurre por turno.
Italo Calvino
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
presenta no como una ‘copia’ de lo que es la ciudad; sino, precisamente, como un mapa de los
posibles recorridos que permiten las distintas formas de entenderla.
Sostengo que en las distintas formas de interpretar la ciudad hay elementos que rebasan
al texto 1 mismo y que permiten formar un mapa, 2 como un conjunto de contextos que el
usuario —en este caso yo— necesita para hacer un recorrido particular. Dicho mapa, para ser
transitado, requiere de la elaboración de una cartografía 3 como una estrategia para analizar los
sistemas de signos 4 que lo conforman.
El objetivo es presentar las diversas posibilidades de una mirada múltiple, que permitan
analizar la ciudad más allá de sus formas organizativas y de los objetivos que se le asignan;
sino más bien desde un plano abstracto en el que se pueda desentrañar la fragmentación de
‘sentidos’. Ya planteados los supuestos desde donde se realizan estas reflexiones, trataré de
acotar los sitios por los que transita este recorrido.
Asistimos a un signo de los tiempos que nos muestra la construcción social del espacio
como algo difícil de entender bajo una sola perspectiva, donde también las definiciones se
dificultan.
En todo caso —como menciona Gari (1995)— se ha convenido en etiquetar esta época,
no sin discrepancias, bajo el rótulo de postmodernidad, concepto que debido a su conexión
con ámbitos diferentes 5 puede fácilmente confundirnos, por ello vale la pena acotar que en
estas reflexiones se reconocen las vertientes postmodernas como una forma de designar una
realidad conceptual que da cuenta del quiebre de cierta idiosincrasia sustentada en el mito
racionalista de la Ilustración y la crisis subsiguiente de los sistemas estructurados en torno a
ella, desde las ideologías hasta los géneros artísticos tradicionales (Gari, 1995: 242). Desde
esta perspectiva, no es que el advenimiento de la postmodernidad implique el final o la
negación de la modernidad; es decir, no se plantea como un proyecto alternativo, nuevo y
1
Texto es aquí entendido en tanto tejido, entramado, red nodal de significaciones que remite y se
entrecruza con otros textos de forma ininterrumpida e infinita, donde cada texto es una máquina de múltiples
cabezas de lectura para otros textos (Derrida, cfr. De Peretti, 1989). De esta forma ‘texto’ no es la realidad, sino
el material para reconstruirla, como proceso, como práctica, como producción del hombre.
2
El mapa es abierto, es conectable en todas sus direcciones, desmontable, reversible, susceptible de
recibir constantemente modificaciones, puede ser roto, invertido y tiene la posibilidad de adaptarse (Deleuze y
Guattari, 1977).
3
Cartografía entendida como una operación activa de desplazamiento de las nociones y valores del texto
entendido de modo tradicional; acaba con la unidad y la autonomía del texto, con su verdad y con su
sometimiento a un orden lineal (De Peretti, 1989). La cartografía conceptual es una estrategia que permite
estudiar los sistemas de signos que se incorporan y se sobreponen (Deleuze y Guattari, 1977).
4
Se hace referencia a signo —desde la perspectiva de Deleuze— no como representación de objetos,
significados o verdad ni como vehículos para el recuerdo, sino los signos como entidades que enseñan algo.
Interpretar los signos es atravesar un proceso fundamental de aprendizaje que muestra cómo los signos están
unidos a las esencias y que éstas se constituyen a través de las diferencias (no son unidades sino cualidades
únicas) en las que los sujetos están involucrados (Lechte, 1996: 139).
5
Por ejemplo el ámbito relacionado con cierta producción artística de los años sesenta en Estados Unidos;
el ámbito ligado a la filosofía que propone una teoría que sirva para evaluar el estado de la cultura después de las
transformaciones que han afectado las reglas del juego de la ciencia, literatura y artes a partir del siglo XIX; y,
por último, el ámbito arquitectónico que se contrapone al funcionalismo y el racionalismo predominante, como
correlato estético de la culminación de la civilización industrial (Gari, 1995).
692
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
diferente, sino simplemente como una ruptura —a modo de quiebre o fractura— del mismo
proyecto de la modernidad.
Un caso particular de esa fragmentación son las distintas formas de entender la ciudad,
acerca de la cual es posible encontrar tales cantidades de escritos que resultaría imposible —e
incluso inconveniente— hacer un recuento; y es precisamente esta multiplicidad de
interpretaciones la que derriba y amplía las fronteras de su misma comprensión.
Es por ello que hago referencia a tres recorridos —o bien tres lecturas— por diversos
laberintos (clásico, arbóreo y rizomático) que se han conformado al momento de interpretar la
ciudad. Cada laberinto abre una posibilidad que puede ser seleccionada para interpretar la
ciudad, lo cual no significa que tienen una secuencia, ni que una forma de laberinto precede a
otra; se trata de advertir distintas formas argumentativas sobre la ciudad, mismas que
coexisten pese a que los fundamentos que les dan lugar pueden ser ubicados en contextos
temporales distintos.
Tampoco podría decirse que a determinada ciudad le pertenece cierto tipo de laberinto,
en este punto habrá que reconocer que la interpretación que se prefiera hacer de cada ciudad
no depende de ella, sino de quien realiza en análisis. Así, el recorrido por un laberinto clásico
nos permite entender a la ciudad inmersa en un discurso que busca ‘el sentido’ de las formas
organizativas, dando a dicha formación social una imagen cerrada cuya argumentación tiene
una sola salida, donde hay una verdad única y permanente. Por su parte, la ciudad entendida
desde la perspectiva de un recorrido arbóreo se fundamenta en la búsqueda de un fin (telos) al
cual es posible arribar por diversos caminos; es decir, las formas de argumentación desde esta
perspectiva tienen una sola entrada (la búsqueda del progreso desde la modernidad) pero
varias salidas posibles (los diversos telos constituidos).
Por último, se propone una lectura de la ciudad desde un recorrido rizomático, donde la
búsqueda no se encuentra circunscrita al encuentro de un sentido común, sino más bien se
693
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
pronuncia por la crisis de sentido; por ello, no hay una entrada única, y dado que no se
comparte un telos que oriente el recorrido, tampoco hay una sola salida.
La ciudad como laberinto, bajo este sistema metafórico, implica las múltiples
interpretaciones que pueden hacerse de una misma ciudad; de esta forma, el recorrido que se
propone no es una posición que se declare como la verdad a seguir, ni como el camino que se
devela; pero sí como una actitud de evaluación y análisis que a través de ciertas estrategias
pretende advertir diversos elementos que se le han atribuido y bajo los cuales se le piden
cuentas a cada ciudad.
Por ello, creo que es posible utilizar la estrategia desconstructiva —propuesta por
Derrida— para leer la ciudad, pues esta estrategia de lectura consiste en atender las zonas
marginales del texto, trata de dar con el desliz textual 6 en el que se manifiesta que el
significado es un producto de diferencias, y al mismo tiempo cómo dicho significado está
diferido en el tiempo, donde todo es siempre signo de otro signo (Derrida, 1989).
Es así que considero pertinente recurrir a un mapa que nos guíe por las distintas formas
de interpretar (o de recorrer) a la ciudad. El primero de dichos recorridos busca el sentido de
la ciudad a través de una forma ‘cerrada’, ‘perfecta’, ‘autónoma’ de organización urbana —
como en las ciudades medievales—, cuya forma de interpretarla, de recorrerla es similar a un
trayecto por un laberinto clásico: con una sola entrada y una sola salida, en ese espacio de lo
que nos es familiar, donde hay ‘una’ verdad única y permanente.
Quizá esta forma de interpretar la ciudad sea de gran utilidad para pensar la
organización de las ciudades de la Antigüedad que —según menciona Max Weber (1987)—
integraban granjas sujetas a prestaciones personales, así como residencias de grandes familias
que poseían propiedades feudales fuera de la ciudad. Asimismo, permite pensar a la ciudad
6
La lectura desconstructiva trata de dar con el desliz textual que es donde se manifiesta que el significado
del texto no es justamente el que se está proponiendo, sino otro acaso contradictorio. De esta forma, los deslices
textuales no son meramente una característica desgraciada de la escritura como representación imperfecta del
habla, sino la esencia del lenguaje mismo como tal (Derrida, 1989).
694
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
occidental de la Edad Media que tenía como protector principal o funcionario a un señor
político que ejercía en el interior de sus muros poderes de variable amplitud.
Sin embargo, esta forma de recorrer la ciudad no se restringe ni se agota en las ciudades
medievales; puede servir también para recorrer las ciudades contemporáneas al reconocer
dichas estructuras normativas, de poder vertical, que nos llevan a pensar que la ciudad puede
ser recorrida en busca de un lugar y un tiempo específicos. Es decir, una ciudad que es
diseñada para lograr fines particulares, donde la distribución espacial y temporal de las
actividades responde siempre a un proyecto organizativo previo y que es trazada como una
maquinaria en la que cada movimiento cumple una función específica, como un organismo
regulado por la norma.
Lo anterior nos remite, para el caso de los estudios urbanos, a las perspectivas
enarboladas desde las propuestas mecánicas y orgánicas. Concretamente, la propuesta de
entender a la ciudad bajo un modelo maquinístico —según lo relata Lynch (1985)— surgió
desde el renacimiento como una analogía con las máquinas, constituidas por una serie de
partes eslabonadas en forma dinámica que, juntas, funcionan como un todo armónico y con
una función predeterminada. Este enfoque propone que la ciudad está constituida a su vez por
partes permanentes que, al moverse de manera individual, mueven a las demás partes. Sin
embargo, en general, aceptan que la máquina y sus partes pueden cambiar, aunque lo hacen de
forma claramente previsible, como un camino predeterminado.
Es preciso resaltar que, bajo esta perspectiva, las ciudades —al igual que las
máquinas— pueden tener disfunciones que se atribuyen a las partes, en tanto están
mecánicamente conectadas entre sí; y, si por alguna razón las partes fallan pueden ser
reemplazadas y el todo funcionará de nuevo. Desde esta perspectiva, al presentarse una
disfunción de las partes ya no sería posible cumplir la función, el objetivo o el fin; el
problema de esta visión es que nunca se cuestiona el todo porque la disfunción proviene de la
parte. 7
7
En la práctica, según Lynch (1985), este enfoque ha sido utilizado en la subdivisión del terreno, el
control del tráfico, los códigos para instalaciones, sanidad, construcción y división en zonas. Sus fines se
orientan a generar una reorganización del entorno mediante la creación de un acceso eficiente en la ciudad,
funciones técnicas sin problemas, como el despliegue de servicios y de infraestructura, eficiencia productiva,
‘bienestar material’ y la autonomía de las partes como una meta anhelada. Al igual que la máquina, sus
elementos pueden analizarse por secciones, con gran economía de esfuerzos.
695
Las Metáforas del Viaje... Mesa 6 - Tiempo y espacio en la literatura de viajes
Visto de esta forma, la ciudad —al igual que el organismo— es un todo dinámico, pero
se trata de un dinamismo homeostático, 8 por ello cada vez que una fuerza externa produce una
perturbación, los ajustes internos tienden a regresar a un estado de equilibrio al organismo.
Esto quiere decir que la ciudad tiene la propiedad de la autorregulación; es decir, se
autorrepara y se somete a un ciclo de nacimiento, crecimiento, madurez y muerte. Expuesto
en términos análogos al funcionamiento de la ciudad, las comunidades orgánicas deberían ser
unidades social y espacialmente separadas, aunque internamente, sus lugares y su gente
deberían tener un alto grado de interdependencia. Aquí se subraya la visión de la sociedad
como lucha competitiva; en este sentido, la enfermedad sucede cuando el equilibrio se altera,
cuando la homogeneidad da paso a la heterogeneidad.
Conviene señalar que las teorías de la Escuela de Chicago corresponden a una época en
que el darwinismo social estaba en boga; y, aunado a la recuperación del positivismo de
Comte y el organicismo de Spencer, enarbolan el propósito mesiánico de resolver los
problemas emergentes para recuperar ‘el orden de la vida’. Así, los ecologistas hablan de un
ámbito de vida que pone en concordancia la existencia humana y de las demás especies;
donde lo cultural, o no existe, o al menos no es decisivo; donde se imponen las leyes de lo
natural más que de lo social (Lezama, 1993).
El principal interés de los ecologistas era explicar los fenómenos urbanos en el marco
de una doble problemática ¿cuál es el proceso mediante el cual surgen y se desarrollan las
8
Es decir, como un conjunto de mecanismos que conducen al control automático de las constantes
biológicas de los seres vivos.
696
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ciudades? y ¿de qué manera se adaptan los seres humanos a su ambiente? De esta forma, se
entiende el orden urbano como un resultado de fuerzas económicas, y el orden espacial se
concibe como el resultado de las fuerzas selectivas y competitivas que estructuraban la vida
urbana. Se parte de la idea del equilibrio social vía la adaptación al medio ambiente por
interdependencia funcional, donde se advierte una relación organización-desorganización en
el ‘metabolismo’ de la ciudad (Gottdiener, 1990).
Conviene destacar que si consideramos que para los ecologistas la ciudad está formada
por áreas naturales, cada una con su ambiente propio y su carácter; y además, con la función
específica de absorber la economía urbana en su complejidad (Lezama, 1993); nos
encontramos frente a un recorrido por la ciudad como en un laberinto clásico; es decir, frente
a una interpretación de la ciudad como el arquetipo diseñado para lograr fines específicos,
donde la distribución espacial y temporal de las actividades responde a un proyecto
organizativo previo, por eso tiene una sola entrada y una sola salida que va en busca de ‘la
única verdad posible’.
De esta forma, las interpretaciones de la ciudad al modo de lo que aquí hemos llamado
laberinto clásico encuentran su ‘sentido’ al exhibir explícitamente su pretensión de descifrar,
superar y dispersar. Descifrar el mundo, superar la realidad presente para orientarse hacia un
fin considerado mejor, dispersarse hacia los demás, no por pura y simple ambición nacional,
sino por pretensión universalista. Tener sentido es fundamentalmente ‘problematizar el
mundo’, mostrar una aspiración a la validez universal, también es recusar la censura entre el
‘proyecto para sí’ y el ‘proyecto para otros’, el bien para sí y el bien para los demás (Laïdi,
1997: 47).
9
Para ver una crítica a los planteamientos de la Escuela de Chicago remítase a Gottdiener y Feagin
(1990); Topalov (1990); Lezama (1993) y Bettin (1982), entre otros.
10
La triple dimensión del sentido, desde la perspectiva de Laïdi (1997: 25) se conforma por: Fundamento;
es decir, de principio básico que se apoya en un proyecto colectivo. Unidad; o sea, de conjunción de ‘imágenes
del mundo’ dentro de un esquema general coherente. De humanidad, como proyección hacia otra parte, a la que
se cree mejor.
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A decir de Berman (1988) la historia de la modernidad tiene tres fases: la que va desde
principios del siglo xvi hasta fines del xviii cuando las personas empiezan a experimentar la
vida moderna; la segunda fase inicia con la revolución francesa en 1789 y sus repercusiones,
cuando las personas comparten la sensación de estar viviendo al mismo tiempo una época
revolucionaria (cambio-superación-mejoría), de insurrecciones en todas las dimensiones de la
vida personal, social, política, pero sin ser material ni espiritualmente modernos; y, por
último, la tercera fase es la del siglo xx, cuando el proceso de modernización se expande y
legitima al abarcar todo el mundo. 11
El desarrollo del sistema capitalista exige el continuo avance de las ciencias y de las
técnicas a fin de que se den los cambios en el campo de la producción (división del trabajo,
con las consiguientes transformaciones en las costumbres y en la cultura tradicional), las
luchas sociales surgen con fuerza marcando los siglos xix y xx; a todo esto se añade la
explosión demográfica, la concentración urbana y la emergencia de los fenómenos de
metropolización, así como el desarrollo de los medios de comunicación y de información;
cuestiones todas ellas que dejarán su huella de un modo decisivo en la modernidad como
práctica social basada en el cambio, la innovación, la inestabilidad y la crisis permanente.
De esta forma, ‘el sentido’ que se empezó a construir estaba basado en la importancia
de lo científico-técnico, con una idea del tiempo cronométrico y lineal, al igual que del
sistema productivo donde el fordismo se erigió como un verdadero modo de vida, basado en
la producción y el consumo de masas, generando con ello cierta estética totalizadora de la
11
Sin embargo, el pensamiento de lo moderno se da —desde la perspectiva de Urdanibia (1994)— en dos
momentos: el periodo que va del Renacimiento a la Ilustración bajo la tesis clave del sujeto: “todos los hombres
son, por naturaleza, idénticos entre sí”, lo cual da lugar a cierta idea de universalidad y de identidad; el segundo
tiempo comprende desde el Romanticismo hasta la crisis del marxismo cuando la tesis fundamental no es ya la
del sujeto, sino la de la historia, de donde se desprende la idea de categorías colectivas: la nación, la cultura, las
clases sociales, la raza. Es así que toman forma las ideas nacionalista y socialista, donde lo común en ambas es la
tesis del progreso.
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modernidad, de las masas y de la autoridad —que Le Corbusier expresó al extremo— 12, todo
ello acompañado de una sensibilidad ante la creatividad, lo inédito y la novedad (Urdanibia,
1994 y Laïdi, 1997).
Quizá por eso las interpretaciones derivadas del ‘sentido’ que se busca con la
modernidad se ramifican en diversos caminos, se pueden encontrar muchas rutas posibles que
a su vez se abren a nuevas posibilidades de búsqueda para encontrar la consumación del ideal
buscado. De ahí la posibilidad de entender las interpretaciones que se hacen de la ciudad
desde esta perspectiva, como recorridos por un laberinto arbóreo. Es de esta forma que se
bifurcan las miradas sobre la ciudad de lo clásico a lo moderno, donde ya no existe un camino
único, se erigen así distintos proyectos que desembocan invariablemente en el ideal del
progreso (la convergencia de lo clásico y moderno es que hay una salida).
Sin tener la intención de agrupar en esta breve reseña todos los planteamientos en que se
difracta la posibilidad de alcanzar el desarrollo (modernidad, progreso), destacaré brevemente
como ejemplos a la corriente estructural marxista, así como los planteamientos de la teoría de
la modernización, de los desarrollistas y de la dependencia para el caso de América Latina. 13
12
Ningún otro lugar más claro para entender la expresión de la modernidad como el terreno del espacio
urbano, signo emblemático del progreso desde a perspectiva de Le Corbusier —probablemente el más
significativo arquitecto del siglo xx— que busca la despersonalización en un mundo espacial y socialmente
segmentado: aquí la gente, allí el tráfico; aquí el trabajo, allí las viviendas; aquí los ricos, allá los pobres
(Berman, 1988).
13
Sin embargo, pese a que esta revisión no pretende ser exhaustiva, vale la pena mencionar que para una
mayor comprensión de las corrientes modernas derivadas del marxismo, es fundamental situar en dos planos
diferentes a las acciones de tipo político hechas en torno al marxismo; y, a la teoría con importantes aportes de
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Castells señala que, cuando una coyuntura particular plantea la necesidad de la alianza
para tomar el poder, los problemas urbanos se convierten en un aspecto fundamental de la
lucha política; punto en el cual cobran importancia los movimientos sociales urbanos
(protagonistas de las luchas urbanas), pues contravienen el orden establecido a partir de las
contradicciones específicas de la problemática urbana expresadas en las condiciones de la
vivienda, el acceso a servicios colectivos, las horas dedicadas al transporte, el tiempo
fraccionado de la jornada laboral entre otras. De este modo, los problemas urbanos emergen
—sobre todo en las sociedades capitalistas avanzadas— como uno de los ejes esenciales de la
práctica política, sobre todo cuando se consideran bajo esta etiqueta algunas de las nuevas
formas de la lucha de clases extendidas más allá de los puntos básicos que son unidades de
producción (Castells, 1978: 9).
Castells sostiene que estos problemas no son producto de una civilización en crisis, sino
más bien son un proceso social cuya lógica surge del desarrollo de contradicciones de la
sociedad capitalista, contexto bajo el cual surge el movimiento obrero que lucha por libertades
políticas y garantías sociales en lo relativo al nivel de vida colectivo. Cabe destacar que los
‘problemas urbanos’, si bien permiten la lucha política y la articulación de las clases, cuando
surge la cuestión de la autonomía proletaria, los problemas urbanos son relegados a un
segundo plano con propósitos de movilización política (Lezama, 1993: 274).
Es claro que esta perspectiva se articula a una visión del mundo permeada por
momentos históricos particulares, en los cuales no es puesta en duda la objetividad y
cientificidad de la ‘verdad’ del marxismo estructural. Sin embargo, Castells realiza un análisis
índole filosófico, sociológico o económico que repercutieron en gran medida en la forma de interpretación de la
realidad.
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crítico a su obra en una entrevista que en 1985 le hizo la revista del Consejo Latinoamericano
de Ciencias Sociales:
Otro discurso que se construye a través del proyecto de arribar a la modernidad, pero
para el caso concreto de América Latina, es el de Gino Germani, quien junto con la Teoría de
la Dependencia constituyen los principales marcos conceptuales en la búsqueda del
‘desarrollo nacional’, plataformas de las que arrancaron múltiples análisis de lo urbano.
Por su parte, la Teoría del Desarrollo identifica los factores determinantes del
crecimiento del producto y el ingreso como elementos que podrían contribuir al bienestar para
la mayoría de la población. En esta postura se advierte cierto evolucionismo, como una
sucesión de etapas a lo largo de una línea histórica por la que los países deben transitar, donde
el subdesarrollo se define como la falta de desarrollo y se ve el problema como una brecha
que debe llenarse. 14
Sin lugar a dudas, la idea del desarrollo para el caso de América Latina se convirtió en
un paradigma que enarbolaba, aún sin quererlo, la noción occidental de progreso. Síntoma de
ello radica en la forma en que la idea de desarrollo sustituyó al viejo concepto positivista de
evolución: el progreso a través de la industrialización generalizada y masiva, la
maquinización y la especialización, la desaparición del campesinado y otras formas ‘arcaicas’
14
Se confunden los fines del desarrollo (satisfacer las necesidades materiales) con los medios (alcanzar la
más alta tasa de crecimiento); pues para alcanzar los medios, se eligen caminos que sacrifican los fines.
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Esta unilinealidad y el peso excesivo de los factores endógenos de las teorías del
crecimiento fueron elementos duramente criticados por la Teoría de la Dependencia. Sin
embargo, bajo esta propuesta la moneda pasa al otro lado, ahora el peso explicativo de los
procesos y las trabas al desarrollo se ven en la articulación con los países ‘centrales’, lo que
conforma la relación invariable de desarrollo-subdesarrollo; sin embargo, tampoco tuvieron
suerte con su concepción simplista de que las elites periféricas eran aliadas incondicionales de
los grupos multinacionales.
Hasta ahora, las promesas del progreso no se han cumplido y es muy probable que no se
cumplan en un futuro próximo, también es un hecho que las ‘ventajas’ (rutas, caminos) del
crecimiento han provocado mayor exclusión de los beneficios, sobre todo para las capas más
pobres. De esta forma, los programas de modernización o de desarrollo se han convertido en
proyectos ‘muertos’ y aniquilados a partir de sus propios presupuestos de verificación: la
evidencia empírica.
La modernidad puede ser concebida como la época por excelencia de la racionalidad (la
‘luz’ de los iluministas) sustentada en la rigurosidad y exactitud del discurso científico. Sin
embargo, desde otra perspectiva, puede ser entendida como la ampliación y expansión de los
deseos y necesidades (amplitud del espacio simbólico) lo cual sólo podría ser satisfecho con
la permanente transformación de las fuerzas productivas y la constante lucha por la inclusión.
La ciudad, entendida desde esta perspectiva, nos permite recorrer, transitar y discutir a
través de las diversas propuestas para alcanzar el ‘sentido’ que le da razón a esta búsqueda; le
podemos llamar progreso, desarrollo, bienestar social… pero a final de cuentas es el telos bajo
el cual se construye ‘el sentido’ de la modernidad, los caminos para arribar a ella se bifurcan
como las ramas de un árbol, pero todos apuntan al mismo lugar.
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De ahí que este recorrido por la ciudad parta del reconocimiento de múltiples voces que
emergen del desorden, como la posibilidad de diversas historias a partir de la exploración de
la diferencia. 16 Ello permite pensar en la posibilidad de recorrer la ciudad como en un
laberinto rizomático, como una ciudad que contiene en su interior muchas otras ciudades en
función de las distintas posibilidades de pensarla.
Así, es posible reconocer que hay distintas formas de recorrer la ciudad, de estilizar su
logocentrismo 17 y por ende de hacer metáfora de ella. Desde este recorrido, la ciudad se
encuentra libre, cual significante al que se le atribuyen un sinnúmero de significados y
sentidos, de forma que cada interpretación que intenta atrapar a la ciudad se queda
construyendo metáforas, con un pie en ‘su’ realidad y con otro en ‘su’ logos; mientras la
ciudad construye y desconstruye sus significantes y significados.
Si bien se pueden llamar modernas a las sociedades que anclan los discursos de verdad
y justicia en los grandes relatos históricos científicos, dicha legitimación de lo verdadero y de
lo justo está ausente en la postmodernidad (Descamps 1979 citado en Urdanibia, 1994); y es,
precisamente, esa ausencia la que quiebra expectativas, donde el ‘sentido’ ya no es una
proyección hacia el porvenir, sino una alegoría nostálgica del pasado, pues es gracias a los
mecanismos de adhesión o de identificación que se encuentra ‘sentido’ a la acción individual
y colectiva (Laïdi, 1997).
15
El desorden, más que desequilibrio o desajuste, es un estado de reorganización y relaboración social —
pues no hay que olvidar que todo orden contiene el germen de su propio desorden. Es en el desorden donde se
potencian y cristalizan múltiples transformaciones que pueden terminar en múltiples resultados, donde se
condensan prácticas, utopías y proyectos que son fruto de su propia capacidad de imponer direccionalidades
coyunturales y parciales.
16
No quiero decir con ello que la realidad poseía un sentido y después dejó de tenerlo (desorden); sino
que sólo tiene ‘el sentido’ que el hombre le asigna; no es por tanto característica inmanente a la realidad, es más
bien una característica otorgada.
17
La idea de que la razón, a través de un proceso de análisis y disección de los elementos de un signo,
puede determinar el significado y el sentido de éste (Derrida, 1989).
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parten de esta pérdida de sentido, el laberinto no tiene una entrada común; y, dado que no
comparten un telos que oriente su recorrido, tampoco tiene una sola salida. Es el símbolo
espacial del sinsentido.
De esta forma, a partir del quiebre del discurso de la ciudad cifrado en las expectativas
de la modernidad, el transeúnte tropieza con paredes que quiebran expectativas y puentes que
amplían frustraciones; pues al develar cómo las tradiciones modernas al interpretar la ciudad
le asignan sentidos, funciones y estatus, y al advertir cómo dichos sentidos son rebasados por
la ciudad misma, se abren diversas posibilidades al recorrido, donde la importancia ya no
radica en tener la razón, sino en ser razonable.
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Para Marc Augé (1992) la oposición entre el lugar donde se vive y el lugar por donde se
pasa es analizada como lugar y no lugar; diferencia que se establece por la permanencia o el
paso, pues en tanto los no lugares se transitan no pueden definirse como espacios de
identidad, ni como espacios relacionales ni históricos; por su parte, los lugares son analizados
en términos de lugares antropológicos, mismos que se definen como espacios de identidad en
tanto constituyen un principio de sentido para quien los habita y un principio de inteligibilidad
para quien los observa.
De este modo, si optamos por recorrer la ciudad como laberinto rizomático tendríamos
que reconocer en ella la simultaneidad de lugares y no lugares; la mezcla de imágenes, de
información, de publicidad y de ficción que tienden a homogeneizar la diversidad espacial;
tendríamos que advertir instalaciones que están en cualquier y ningún lugar, y que nos dan la
sensación de haber estado ahí antes. A decir de Augé (1992), estas son características de la
sobremodernidad; productora de no lugares, de espacios que no son lugares antropológicos,
que no integran lugares antiguos, ni ‘de memoria’; que son puntos de tránsito, ocupaciones
provisionales. 18
Al transitar por los caminos entrecortados de este laberinto rizomático, advertimos que
la ciudad no es más el centro económico, político y cultural de la urbe burguesa surgida a raíz
de la Revolución Industrial cuyo eje era la producción; nos encontramos ante una ciudad que
emerge de la Revolución Informacional pero que, a diferencia de la anterior, ya no se usa más
bien se promociona y es consumida como espectáculo. Esta ciudad es el fondo de un poder o
una clase que puede estar o vivir ahí sin ser ciudadanía (De Ventós, 1976).
Es bajo esta perspectiva que se articulan respuestas para procesos que no estaban
previamente concebidos, tal es el caso de la posibilidad de pensar a las ciudades ya no como
la constitución articulada gracias al capital económico tradicional, sino como procesos de
aglomeración donde se destacan elementos que no eran reconocidos, como por ejemplo la
importancia del capital relacional que involucran; es decir, la capacidad de las ciudades para
18
Es importante mencionar que Augé (1992) define a la sobremodernidad como anverso de la
posmodernidad: “el positivo del negativo”, en tanto no alude solamente a la fractura de la idea de progreso, sino
además a la superabundancia de acontecimientos.
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Al respecto, trabajos como los de Sassen (1991) y Friedmann (1997) nos permiten
pensar a la ciudad desde diversas perspectivas; por ejemplo, la capacidad de control de las
actividades financieras, ya no como una actividad residual sometida a la manufactura, sino
como control de espacios no contiguos, pero articulados en un sistema espacial mundial; o
bien la posibilidad de pensar el poder económico de una ciudad en función de la
productividad de la región con la cual se articula, situación que modifica la tradicional forma
de entender ‘la frontera’ pues esta se modifica conformando ‘fronteras de inmiseración’. En
este punto es preciso tener presente la polaridad que coexiste y se consolida entre las grandes
tecnópolis del mundo —analizadas por Castells y Hall (2001)— y las ciudades que siguen
apostando su progreso al desarrollo industrial tradicional, y que son la mayoría.
Este tipo de estudios nos permiten entender que si bien la sociedad contemporánea se
caracteriza, cada vez más, por la disminución del intercambio de bienes económicos, donde el
individuo participa y se reconoce como sujeto activo —proceso excluyente—, se involucra un
proceso donde se sustituye dicho intercambio de mercancías por la expansión de un mercado
de bienes simbólicos, en el que se participa a través de los medios de comunicación haciendo
parecer que aumenta su proceso de participación e interdependencia con el mundo.
Así, la sociedad contemporánea puede ser entendida como una época de ampliación de
los derechos (aunque su realización sólo sea una posibilidad virtual), al tiempo que los
individuos son excluidos de la participación, ya no sólo de los beneficios como en los
primeros momentos de la sociedad capitalista; sino, incluso, se excluye de la misma
participación en el mercado a través del empleo. 19 De esta forma, es posible hablar de un
proceso de exclusión del mercado tradicional —de intercambio de mercancías—, vía una
inclusión de los intercambios simbólicos, donde la búsqueda desde la perspectiva moderna,
cuyo interés se cifraba en un proyecto de inclusión, pierde ‘sentido’.
Esta forma de pensar a la ciudad remite a recorridos diversos; por ejemplo, al hablar de
la importancia cada vez mayor de los intercambios simbólicos en las ciudades
19
Al respecto, los análisis de diversos autores llevan a concluir que los altos índices de crecimiento
económico en los países con mayores niveles de desarrollo relativo no guardan una relación directa con la
creación de empleo. Por ejemplo Rifkin (1997) señala una gran cantidad de empresas que, como consecuencia de
sus programas de reestructuración, recurren a masivos recortes de personal y menciona que un estudio de la
International Metalworkers Federation de Ginebra pronostica que en los próximos 30 años, tan solo un 2% de la
actual fuerza laboral “será suficiente para producir todos los bienes necesarios para satisfacer la demanda total”.
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“... En aquel imperio, el arte de la cartografía logró tal perfección que el mapa de
una sola provincia ocupaba toda una ciudad, y el mapa del imperio, toda una
provincia. Con el tiempo, esos mapas desmesurados no satisfacieron y los colegios
de cartógrafos levantaron un mapa del imperio, que tenía el tamaño del imperio y
coincidía puntualmente con él. Menos adictas al estudio de la cartografía, las
generaciones siguientes entendieron que ese dilatado mapa era inútil y no sin
impiedad lo entregaron a las inclemencias del sol y de los inviernos. En los desiertos
del Oeste perduran despedazadas ruinas del mapa, habitadas por animales y
mendigos; en todo el país no hay otra reliquia de las disciplinas geográficas”
(Borges y Casares, 1997: 130).
20
Desde esta perspectiva, lo imaginario en Disneylandia no es ni verdadero ni falso; sino, por el
contrario, es un mecanismo de disuasión puesto en funcionamiento para regenerar la ficción de lo real.
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De Ventós (1976) remite a esta misma idea cuando hace referencia a Waikiki, el barrio
turístico de Honolulu, donde se ha prescindido por completo de la ciudad y en su lugar se ha
construido un paraíso turístico donde no hay hoteles ni grandes almacenes pues todo es un
gran hotel o almacén. Lo mismo quizá podría decirse de La Antigua, en Guatemala, pequeña
ciudad ‘rescatada’ no para que los originarios del lugar la habiten; sino como una
escenografía para que los turistas puedan apreciar la belleza de una ciudad colonial llena del
folklore y artesanías que no es posible encontrar en ninguna otra ciudad colonial. Algunas
otras ciudades, tienen a su interior pequeños Disneylandias de diversos tipos y con diferentes
fines, como Zapopan en Jalisco o la plaza Garibaldi en la ciudad de México. Estas ciudades
falsas muestran que lo real y lo imaginario nos revelan que la realidad es un mundo
escenificado, nos permiten pensar en las ciudades contemporáneas como inmensos escenarios
de intercambios simbólicos, donde lo importante es simular; es decir, fingir tener lo que no se
tiene.
Pensar la ciudad desde esa ausencia nos podría remitir al mito genesíaco al que se
refiere Zarone (1993) al hablar de la historia de la ciudad como signo de exilio y vacío. 21 Lo
cual permite comprender por qué con la aparición de la ciudad se ha producido una especie de
ruptura entre pasado y presente; y cómo, con ello, se ha desplomado en la nada no sólo lo
absoluto, sino también lo universal y racional, e incluso lo que todavía se mantenía estable y
fundamental, un orden de valores y de principios capaz de orientar la vida.
Por otro lado DeLanda (1998) también se interesa por la configuración histórica de las
ciudades, pero desde una propuesta que advierte la historia del ser humano como algo
múltiple, en constante movimiento, por ello su revisión acerca de la conformación de las
ciudades no sigue una línea exclusiva; tiene, por el contrario, varias líneas que corren
paralelas, a distintas velocidades. Concretamente DeLanda propone tres narrativas: geológica,
biológica y lingüística; 22 sin embargo, el que estas líneas corran en paralelo no significa que
hayan arrancado al mismo tiempo, pues su visión es atemporal y sin secuencia directa pues,
desde su perspectiva, las ciudades no sólo son producto de la evolución del hombre, tanto la
21
Zarone se refiere al episodio narrado en el Génesis, de Caín errante y fugitivo sobre la tierra que
después de la muerte de su hermano se alejó de la presencia de Javé para después construir una ciudad.
22
La geológica: de intercambio material entre los distintos grupos de seres humanos, como una serie de
movimientos tectónicos que repercuten en gran escala y en distintos territorios. La biológica: donde se explica la
conformación de las ciudades. La lingüística: que es la historia de los signos y los significados con los que las
sociedades articulan sus intercambios. La primera corresponde a cómo el conocimiento se ha expandido, la
segunda a la representación de las organizaciones humanas y la tercera a la articulación entre ellas (DeLanda,
1998).
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materia como la energía tienen un potencial mucho más grande para generar estos sistemas
que se manifiestan de múltiples formas.
Por ejemplo, la primera narrativa que propone DeLanda (1998) le permite caracterizar
las ciudades abiertas al mar y las ciudades cerradas al interior; las ciudades-puerto son las que
sólo tienen ‘ojos’ hacia el exterior —como algunas ciudades europeas que jamás estuvieron
mirando hacia adentro—, lo cual refuerza la creación de un sentido expansionista; el caso de
las ciudades cerradas al interior quizá por la necesidad de defenderse o de preocuparse por sí
mismas, quizá por liberarse o simplemente por conformarse. En términos generales cada
pueblo o sociedad tiene un sentir o creencia que los hace decidir una u otra cosa, lo que habría
que entender es que este tipo de factores (geológicos, biológicos y lingüísticos) ‘determinan’
la configuración de cada ciudad y pueden ayudar a comprender que cada ciudad es un
producto de distintos proceso históricos paralelos, pero atemporales y sin secuencia directa.
Sin embargo, Benjamin (cfr. Zarone, 1993) al reflexionar sobre una filosofía del tiempo
de la ciudad, destaca la ‘discontinuidad’ del tiempo; es decir, rompe con la idea de tiempo
lineal (en sentido continuo, progresivo) como un ‘salto’ en el pasado, de tiempo posible que
en todo ahora puede romper los hábitos, infringiendo la uniforme normalidad del tiempo
vivido.
De esta forma, el laberinto que se presenta es rizomorfo, en tanto las formas de entender
la ciudad son capaces de producir fallos y filamentos que tienen el aspecto de raíces.
Por ello, la última visión crítica —pero moderna— se ubica en la Escuela de Frankfurt
que buscó sobrepasar el discurso de cientificidad, recuperando a la filosofía como vía para la
construcción (discusión intersubjetiva) de los fundamentos del quehacer humano, o en otras
palabras de la construcción del sentido a través de lo único que es común a los hombres: la
acción comunicativa.
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Hay varias maneras de comprender una pluralidad de este tipo, cuya simple referencia
parece contradecir la propia idea de principio o de unidad, pues no se advierte como reflejo de
la realidad, ni pretende desentrañar la parte oculta, más bien está abierta a la multiplicidad de
enfoques. En esta expedición se han propuesto tres formas distintas de interpretar la ciudad,
aunque al final del viaje debo advertir que no significan un lugar preexistente en donde llegan
y se acomodan las formas de comprender la ciudad, ni las ciudades mismas.
Al final de esta jornada es preciso también reconocer que quizá todo lo aquí anotado no
cumple con las expectativas iniciales —a saber, realizar un recuento de las distintas formas de
entender la ciudad—; sin embargo, ha permitido conformar la simiente de un objeto de
estudio: pensar a las ciudades como ‘productoras de sentido’, más allá de sus formas
organizativas y de los objetivos que se le asignan.
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Pero esa, como diría Michael Ende en La historia interminable, es parte de otra historia
y deberá ser contada en otra ocasión.
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Abstract
Tal vez uno de los aspectos más ignorados de la producción de Juan Alvarez (tan citada
y tan poco analizada historiográficamente) sean sus escritos de viajes. Publicados
mayoritariamente en el diario que lo contara como columnistas durante décadas (La Prensa),
allí se pueden encontrar dispersos a lo largo de más de diez años una extensa serie de relatos
de viajes del inquieto historiador rosarino.
En este trabajo nos interesa explorar las miradas con las que Juan Alvarez viajero
observa, vivencia y relata algunos de esos destinos. Particularmente nos interesa indagar en
dos gestos. Uno, más clásico entre los intelectuales de su época, el del estudioso de las
realidades ajenas como espejo y/o contraste de la propia, ya sea como inventario o como
advertencia del porvenir nacional. El otro gesto, la otra mirada que se cuela en sus escritos, es
más contemporánea, menos enjundiosa y más distendida, es la del viajero en búsqueda del
ocio, la del turista que recorre y observa los lugares (normalmente de un exotismo
semiorganizado) mostrando luego a los lectores un inventario que busca la admiración más
que la reflexión social o política.
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“Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. La Literatura de Viajeros como Problema”
715
Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
Abstract
En 1898, la crisis final del imperio español por la “pérdida” de Cuba, Puerto Rico y
Filipinas supuso en la península un esfuerzo de reorganización de las fuerzas mercantiles,
nucleadas en las recientemente creadas Cámaras de Comercio y en las asociaciones de tipo
privado, entre las cuales cabe citar la “Casa de América” de Barcelona y la publicación de su
órgano oficioso editorial, la Revista Comercial Iberoamericana Mercurio. Ambas experiencias
contaron con una red social de delegados radicados en el continente americano cuya tarea
consistía en mantener informada a la burguesía exportadora española de las condiciones
locales de mercado. La propuesta de este trabajo es establecer una línea de continuidad en las
estrategias de los grupos mercantiles catalanes por conquistar los mercados antes
hegemonizados por el vínculo colonial. La intervención corporativa de la burguesía, unida a
los representantes consulares en Barcelona, se consagraría durante la primera mitad del siglo
XX, hasta la guerra civil española) a sostener diversas misiones y viajes de carácter mercantil,
como las del presidente de la Cámara Pedro Maristany, del director de la Casa de América y
el Mercurio, Rafael Vehils, o del encargado del Sindicato Algodonero Hispano-correntino
Miguel Pont. Este trabajo busca analizar los diversos proyectos a que dieron lugar estas
misiones mercantiles, en particular en cuanto a la reorientación del mercado, así como dar
cuenta del tejido de relaciones sociales de las primeras décadas del siglo XX.
At the end of the spanish empire in 1898 (with the lost of Cuba, Puerto Rico and
Filipinas), another story began: the reorganization of the economic forces in the Cámaras de
Comercio and in the private associations like the “Casa de América" of Barcelona or the
edition of one magazine, the "Revista Comercial Iberoamericana Mercurio". Both
experiences were suported by a social net of americans who informed the burguesy of Spain
about the local conditions of the market. The aim of this paper is to analyze the continuity of
the strategies of the diferent economic groups of Catalunya, who wanted to capture the
american markets by the Cámaras de Comercio. The corporative intervention of this
burguesy and the participation of the embasssies are analyzed through the travels of the
president fo the Cámara de Comercio of Barcelona, Pedro Maristany, and of the director of
the Casa de América and of Mercurio, Rafael Vehils. Also, this paper will analyze the informs
of Miguel Pont, responsable of the Sindicato Algodonero Hispano-correntino. This paper
analyze the diferent proposals of this travels about the reorientation of the market, and the
organization of social relations during the first part of the XX th. century.
716
Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
Texto
“En las guerras que parecen de conquista se esconde el afán de abrir nuevos
mercados, siendo la lucha por el predominio mercantil una lucha continuada que se
revela claramente en esas Exposiciones Universales donde acceden periódicamente
los combatientes a hacer alarde de su fuerza y de su poderío”, Nuestros propósitos,
en Revista Comercial Iberoamericana Mercurio, Barcelona, Año 1, Nº 1, 1901
1. Introducción
El siglo XIX se cerró amargamente para España, luego de décadas de ininterrumpidas
pérdidas territoriales y fruto de un proceso de desmembramiento centrífugo que llegó a su
cenit con la firma del Tratado de París. Había llegado el momento de recuperar los mercados
americanos pero sin las armas, y la mejor manera que encontraron algunos políticos e
intelectuales peninsulares fue, como era de esperar, la reactivación mercantil. Uno de esos
intelectuales fue el catalán Frederic Rahola i Trèmols, cuyo rasgo más importante fue su
insistencia en la promoción de la actividad privada más que la participación en el sector de
poder. Rahola es recordado aún por su multifacética actividad: fue abogado, economista,
político y escritor, además de secretario del Fomento del Trabajo Nacional, organismos
corporativo de defensa de los intereses burgueses 1. Frente a la ruptura disciplinar actual, su
obra puede considerarse un ejemplo de la fusión de saberes con un hilo común: la
reorientación de la vida mercantil para hacer frente a la crisis económica y política
decimonónica.
Las deudas de Rahola con Hinojosa y con Von Savigny se evidencian a través de su
labor historiográfica y política. Las ideas de la Escuela Histórica alemana, esta última iniciada
por List y desarrollada por Roscher, fueron aplicadas por su posibilidad de dar cuenta del
propósito de conservar la organización típica de cada región, y las condiciones privativas más
adecuadas para el desarrollo de la producción y el mantenimiento de la independencia. Como
1
HERRERO MEDIAVILLA, Víctor (coord.) Índice biográfico de España, Portugal e Iberoamérica, Nº
6, 2º ed., Munchen, New Providence, London, París, 1995. Voz Federico Rahola i Trèmols.
2
RAHOLA I TRÈMOLS, Federico (1895) “Prólogo” a Manuel Durán y Bas, Estudios morales, sociales
y económicos, Imprenta Barcelonesa, Barcelona, p XXI.
717
Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
veremos a lo largo de este artículo, Rahola luchó con la pluma en tres frentes: el primero,
representado por Madrid y su política centralista; el segundo, condensado en América Latina
y sus posibilidades de convertirse nuevamente en una zona dependiente en términos
mercantiles de España; el tercero, los conflictos sociales de finales del siglo XIX, cuya
alternativa era “hundir la teoría radical del librecambio”.
De las tres corrientes en las que encontraba ciertos indicios de pertenencia, Rahola
extrajo una importante conclusión: que el crecimiento de la riqueza de los pueblos corre
parejo al aumento del malestar social, y que este malestar es fruto del reparto desigual de esa
misma riqueza. Por ello, toda política, toda manifestación humana debía fundarse en la
ciencia moral que frenara la libertad y la competencia 3. La intervención del Estado que
propuso Rahola en todos sus escritos se condijo con el ideal de favorecer a las naciones más
débiles. Frente al principio de la selección de los mejores o los más fuertes, el autor propuso
el intervencionismo para atemperar los efectos de la lucha desigual. Llama la atención esta
postura en un autor inmerso claramente en el ideal positivista de la época y en un proyecto
político y mercantil fundado en la iniciativa privada, en especial si tenemos en cuenta que la
reorientación mercantil vino de la mano del liberalismo y de la construcción de un innovador
“equilibrio” económico en torno a la consolidación de un nuevo vínculo, político y cultural,
que reemplazó al imperial entre España y sus colonias americanas, ahora convertidas en
naciones soberanas. Como sabemos, el concepto clave de los hombres del siglo XVIII fue el
del equilibrio, “mecanismo principal con el que la libertad económica y política quedaba
garantizada y la ausencia de tiranía asegurada en las naciones soberanas del mundo entero”. 4
En esta oportunidad me interesa dar cuenta del libro Sangre Nueva, Impresiones de un
viaje a la América del Sud, título elegido por Rahola como corolario etnográfico de sus viajes
efectuados a Argentina en 1903, como miembro de la misión mercantil realizada con José
3
RAHOLA I TRÈMOLS, Federico (1895) “Prólogo”..., pp. XIV-XV y XXII.
4
MILLS, Charles Wright (1987) La élite del poder, FCE, México, 1º edición Oxford 1956, p. 229.
5
DALLA CORTE, Gabriela, "La América meridional en la retina de la revista Mercurio: mercado y
embajadas comerciales a principios del siglo XX", Revista Illes i Imperis, Nº 5, Universitat Pompeu Fabra,
Barcelona, en prensa.
718
Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
Zulueta a Argentina, que fue subvencionada por la revista Mercurio. Sigamos las ideas de
Rahola para percibir hasta qué punto este autor partía de condiciones nacionales y estatales
disímiles para garantizar el predominio mercantil español en América Latina, en particular en
Argentina, al tiempo que renegaba de esa desigualdad para legitimar el fértil lazo mercantil y
cultural que se inauguró a fines del siglo XIX y principios de la centuria siguiente. En esa
complejidad, no exenta de contradicciones, intenta insertarse este trabajo, que busca en los
pliegues ideológicos de un representante de la burguesía catalana las claves explicativas de la
recuperación de un diálogo interrumpido durante décadas a partir del proceso de
Independencias. Es precisamente sobre sus impresiones en torno a la revolución el tema que
analizamos en primer término.
6
RAHOLA I TRÈMOLS, Federico (1931) Comercio de Cataluña con América en el siglo XVIII, Prólogo
de Bartolomé Amengual, Artes Gráficas, Sucesores de Henrich y Cía, Barcelona, p. 165.
7
RAHOLA I TRÈMOLS, Federico (1904) Algunas noticias acerca de las antiguas comunidades de
pescadores en el Cabo de Creus, Memorias de la Reial Acadèmia de Bones Lletres de Barcelona, Tomo VIII,
pp. 451-489, Imprenta de la Casa Provincial de la Caridad, Barcelona. Leída el 13-06-1903, cita de p. 474;
CARRERAS Y ARTAU, Tomás (1918) “Una excursió de Psicologia i Etnografia Hispana guiats per Joaquin
Costa”, Discursos llegits en la Reial Acadèmia de Bones Lletres de Barcelona en solemne recepció pública,
contestación de Federico Rahola, Casa Provincial de la Caridad, Barcelona, p. 27.
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
Nietzsche para criticar el endiosamiento del individuo como medida del progreso y síntoma
del impulso social. Su tradicionalismo aparece al presentar la acción del catolicismo como
una salida pertinente para resolver satisfactoriamente la “cuestión social”, aunque sin llegar al
extremo de su antiguo profesor el senador regionalista Manuel Durán y Bas.
Esta conjunción entre el pasado y el presente como forma de lucha contra el poder
centralizador de Madrid fue la táctica que aprovechó Rahola como líder de los grupos
productores y mercantiles catalanes a fines de siglo XIX. A través de la reivindicación del
pasado, la burguesía catalana pudo apoyar las gestiones que en la capital del país desarrollaba
Manuel Durán i Bas; Rahola, junto con otros catalanes adeptos a este movimiento, editó y
prologó uno de sus manuscritos, los Estudios morales, sociales y económicos que se inician
con una carta colectiva escrita por un un heterogéneo grupo: cientos de productores,
miembros de la Dirección de compañía `La Maquinista Terrestre y Marítima´, la asociación
Fomento del Trabajo Nacional, la España Industrial, la Compañía Transatlántica,
comerciantes de las localidades de Sabadell, Manresa, Tarrassa, los sucesores de Juan Batlló,
además del propio Rahola. Es en sus reflexiones en torno a la constitución de los trusts del
capital y de los sindicatos obreros donde Rahola aplica su teoría que sencillamente puede ser
valorada como conservadora por el carácter corporativista asumido. Para él, los dos polos de
disputa del poder de la sociedad moderna eran los que originaban los mayores y más graves
problemas jurídicos a los que el Derecho histórico no podía dar respuesta. La
industrialización, el individualismo y el régimen de libre concurrencia sostenido por el Estado
eran, según Rahola, incompatibles con la pervivencia de los gremios de carácter social,
cuerpo vivo, palpitante, que encierra sentimientos inmateriales, que está ligado a la localidad,
a la tierra, y que llena funciones colectivas. Por otro lado, la marca gremial se asentaba en el
“arbitraje” que servía para resolver los conflictos al interior de la asociación y sin apelar a
terceros externos, como podía ser el propio Estado, y mientras la corporación aseguraba la
fusión de mano de obra y capital en una gradación ordenada que mantenía en el aprendiz la
esperanza de llegar a ser oficial y maestro, el sistema capitalista, fundado en la libertad de
elección, sólo garantizaba al trabajador el llegar a ser un obrero desamparado, sin lazos
afectivos, sin defensas colectivas. “Los que antes se enlazaban en el gremio, se vieron
lanzados á una concurrencia cruel de mano de obra, lucha que la corporación antes atenuaba
con sus ordenanzas reguladoras del trabajo y de los precios”. 8
8
RAHOLA I TRÈMOLS, Federico (1910) El trust del capital y el sindicato obrero. Discurso leído como
Presidente de la Academia de Jurisprudencia y legislación de Barcelona, Sesión pública inaugural del curso
1909-1910, dado el 28-01-1910, Hijos de Jaime Jesús Impresores, Barcelona, pp. 7-8. He trabajado el rol de la
corporación a nivel mercantil en un trabajo anterior, Vida i Mort d´una aventura en el Río de la Plata. Jaime
Alsina i Verjés, 1770/1836, Editorial Publicacions de l´Abadía de Montserrat, Barcelona, 2000.
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
“la famosa revolución del ´48”, escribió, “hizo salir á la calle, como banderas gloriosas de
combate, los viejos estandartes de las antiguas corporaciones gremiales”. A diferencia de
Francia, en España las Cortes de Cádiz aceptaron la libertad de asociación a pesar de la
abolición de los gremios en 1813 y su retorno sin fuero privilegiado en 1834. La región de
Cataluña se benefició de esta libertad de agremiación, mientras las regiones y localidades
francesas perdían un poder inversamente proporcional al que ganaba su Estado centralizado.
En las ventajas de las corporaciones locales con intervención del Municipio por sobre el
Estado uniforme fundó este autor su visión tradicionalista que simplificó una crítica al orden
abstracto, teórico y general. La crítica que dirigió Rahola a la sociedad moderna no fue, en
realidad, resultado de su deseo de volver a etapas históricas superadas. Sería iluso, escribió,
“pensar en la restauración del antiguo gremio”, ya que sus estrechos moldes no podían
contener el ancho campo de la producción moderna. Pero sí que percibió que esos cambios
implicaban el fin de los resortes morales y de los factores colectivos. Precisamente en ese
vacío, en esa laguna dejada por las corporaciones, entraban a jugar un importante papel el
trust del capital y el sindicato obrero como simples reemplazos asociativos. Ambos,
puntualizó Rahola, “huyendo de la concurrencia sin freno, han buscado en la coalición la
manera de suprimirla ó atenuarla”, llenando las funciones del gremio y del colegio, pero
distinguiéndose de estos últimos por su carácter internacionalista y por la aceptación de los
pactos con extraños, de nacionalidades múltiples, superando así la idea de patria. 9
A pesar de sus analogías como organismos de tipo corporativo y de coalición del capital
y del trabajo, ¿qué diferenciaba al trust del sindicato según Rahola? Comencemos por el
primero; el autor aceptó la distinción de Carl Marx entre la “acumulación” y la
“concentración” de capital -esta última representada por la fusión de varios núcleos de capital
y aquélla resultado del trabajo incorporado al producto para beneficio exclusivo del
capitalista-, reconoció la grandiosidad de la teoría marxista en torno a la plusvalía, pero
afirmó que “Marx no llegó a vislumbrar siquiera las gigantescas proporciones que iba á
alcanzar la concentración del capital” al declinar el siglo XIX con la coalición industrial y
comercial, la erección de monopolios de hecho a través de la sociedad anónima, el
acaparamiento que supone la Bolsa, la especulación bursátil, y el dumping que implica vender
en condiciones ruinosas para penetrar en mercados débiles. Tomando como ejemplo la
influencia de las grandes compañías en la guerra hispano-cubana y anglo-boer de su época,
Rahola escribió que el trust no escatima esfuerzos en ocasionar incluso conflictos bélicos y en
acabar con la concurrencia individual. Como vemos, no rechazó al capitalismo, sino que,
siguiendo las ideas expuestas por Federico Schaeffle en El sistema social de la Economía
Humana, afirmó que era un sistema tan progresista como el Estado jurídico. Con ese bagaje
definió los marcos para el segundo ensayo asociativo: el sindicato de trabajadores, con la
misma legitimidad de la agremiación medieval, pero con la condición de perder el carácter
agresivo con el que fue valorada la llamada “cuestión social” de finales del siglo XIX y
principios del siguiente. La propuesta de establecer la representación corporativa y sindical de
los obreros en los Municipios con representación directa libre de partidos políticos encuentra
explicación en este proyecto de disminuir la presión social. Los sindicatos obreros son
necesarios para impulsar el respeto de los derechos, las reformas sociales, los horarios de
9
RAHOLA I TRÈMOLS, Federico (1910) El trust del capital..., p. 9.
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
“No podemos concebir nosotros una patria profesional, alejada por completo del
suelo en que se vive, sin fronteras reales, ese federalismo económico abstracto que
no tiene raíces en la tierra ni siente el influjo del medio ambiente; en suma, no se
nos alcanza ese sindicalismo flotante cuya solidaridad es por completo indiferente á
la de los hombres que le rodean y que con él constituyen una comunidad regional,
con intereses, con necesidades, con alegrías y con sufrimientos comunes”. 10
10
RAHOLA I TRÈMOLS, Federico (1910) El trust del capital..., todas referencias de p. 6, 10, 39-40 y
58.
11
“Nuestra labor”, de Federico Rahola, en Revista Iberoamericana de Comercio Mercurio, 01-01-1909,
Año IX, Nº 86.
722
Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
segundo viaje incluyó Chile, Bolivia, Ecuador y Brasil. Su tercer recorrido fue por Colombia,
Venezuela y Estados Unidos. 12
Mientras volvía a España, Rahola escribió un bello libro que tituló Sangre Nueva y que
resultó ser un instrumento ideal para exorcizar la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas 13.
Dedicado a José Puigdollers i Macià, el texto comienza su recorrido literario en las aguas del
Atlántico: “nada existe como el mar para templar el cuerpo relajado por la excesiva labor
intelectual ó sacudido por intensas emociones”, apuntó en sus primeras páginas repletas de
impresiones, no sin agregar que “el hombre moderno, en posesión de medios que le erigen en
dominador del espacio y de la materia, no pone límites á su actividad y abusa de su
emoción”. 14 Si una de las condiciones de la modernidad es el dominio del otro, de la
naturaleza como ese “otro” externo al sujeto, podríamos pensar que "ser moderno" adquirió
entre fines del siglo XIX y principios del XX el mismo sentido que “viajar”, en particular en
una España reputada por entonces como atrasada.
12
En “José Puigdollers y Maciá”, de Federico Rahola, en Revista Iberoamericana de Comercio Mercurio,
01-06-1908, Año VIII, Nº 79.
13
“La República Argentina y Barcelona”, de A. B. Pont, en Revista Iberoamericana de Comercio
Mercurio, 01-01-1909, Año IX, Nº 86, p. 1781; “La expansión comercial de Cataluña” de Federico Rahola, en
Revista Iberoamericana de Comercio Mercurio o, 26-09-1911, Año XI, Nº 189.
14
RAHOLA, Federico (1905) Sangre Nueva, Impresiones de un viaje a la América del Sud, Barcelona,
Tipografía La Académica, Prefacio, p. 7.
15
RAHOLA, Federico (1905) Sangre Nueva..., Prefacio, pp. 13-14
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
española al sostener las guerras reaccionarias contra las independencias de las antiguas
colonias americanas. En un poema titulado “España”, Rahola hizo referencia a la causa real
de la decadencia del antiguo imperio español: su enorme extensión y su rechazo a aceptar la
diversidad entre sus propios contornos políticos:
Cuando tocó puerto, la Comisión fue recibida por el vicepresidente argentino Costa,
pero también se hallaban en el puerto antiguos amigos de juventud de Rahola: los hermanos
Malagarriga, José Artal (de origen catalán y director General del Banco del Río de la Plata), el
pintor Meifrén, Rafael Calzada. La misma noche de su llegada Rahola y Zulueta fueron
recibidos en el “Club Español” por su presidente, Rafael Escriña. Al día siguiente Escriña los
acompañó a una audiencia en la Casa de Gobierno, concedida por el presidente, Julio
Argentino Roca, donde tuvieron la oportunidad de conversar con el Ministro de Negocios
Extranjeros. Indudablemente Rahola estaba profundamente orgulloso de los importantes
“contactos” -como llamaba a los lazos o puntos de la red a los que podía acudir en caso de
necesidad- realizados en los primeros días de estancia en el país. La tarea de este intelectual
en Argentina fue realizar visitas a varias de las provincias, así como a instituciones
particulares: la Exposición Rural, el diario La Nación, los Ministerios, la Asociación
Patriótica Española, la Sección de Inmigración, el Centro Español y el Catalán, estaciones de
trenes como puntos de confluencia de la producción y el comercio. En Buenos Aires, la frase
“el Palacio exuda poder” le serviría como plataforma para conceder sentido a su tarea
mercantil, pero también significación a su paso por los representantes de ese poder en Buenos
Aires. Pero, a pesar del éxito de su cometido, una cosa le abrumó: el hecho de que el Palacio
de Gobierno argentino, cuyas paredes estaban pintadas de color rosa, hubiese sido bautizado
por Sarmiento con el nombre de Casa Rosada. Es evidente, puntualizó Rahola, que Sarmiento
aspiraba a sajonizar la Argentina, “y quiso remedar con ello el nombre de Casa Blanca de
Washington, ansiando verla animada por el propio espíritu”. En ese juego simbólico, el
ejemplo no era España, como quería Rahola, sino los Estados Unidos. ¿Cuál debía ser,
entonces, la estrategia española?
16
RAHOLA I TRÈMOLS, Federico (1885) Gotas de tinta, Colección de Poesías, Luís Tasso Serra,
Barcelona, p. 186.
724
Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
Rahola contó con informantes claves para dar cuerpo a sus relatos etnográficos, pero
siempre se colocó en el lugar del saber. Él mismo escribió que antes de partir hacia Barcelona
un “argentino ilustre” le abrazó como despedida al tiempo que le decía: “cuando hable de
nosotros, aun cuando tenga usted que decir algo desagradable, no se detenga, porque estamos
necesitados de que se nos diga la verdad”. Quienes le habían permitido entrar en la privacidad
cultural argentina sabían perfectamente cuáles eran las intenciones de Rahola: escribir, y
escribir para un público permeado por necesidades e intereses concretos. Escribir y publicar.
Ese argentino ilustre agregó: “los que vienen de fuera distinguen á veces cosas que nosotros
desde cerca no podemos apreciar”. Este saber que parecía legitimar su propia figura fue
aprovechado a tavés de las Conferencias que concedió en el norte de España. Rahola regresó
de Argentina recubierto de una nueva legitimidad: su actuación como director de la
“embajada comercial” española a las Repúblicas americanas, y su labor como promotor de
una especie de “misión de paz” que pudiese dar cuerpo a un nuevo vínculo con las antiguas
colonias. Ese vínculo, orientado al comercio, tenía que empezar por el respeto a las
tradiciones culturales y la tolerancia debía ser la tónica. Con Marruecos, por ejemplo, era
necesario aumentar el comercio aceptando su religión; con América, su diversidad
lingüística: 18
“Por más que la Academia Española, desde el año 1884, ha venido aceptando gran
número de americanismos, con suma escrupulosidad, proclamando que no quiere
sancionar el uso ilegítimo, sino cediendo á fuerza mayor, es tal la producción de
voces nuevas, en la Argentina principalmente á influjos del italiano y por la
facilidad que hay allí en aceptar los neologismos y barbarismos cuando no hay
nombre para las cosas, que las transacciones de la Academia, después de largo
regateo, por generosas que sean, no podrán nunca acordar la resistencia excesiva
del idioma castellano á crecer con la impulsión corruptora que aumenta las
proporciones del lenguaje americano. Será ó no será castellano, en la castiza
acepción de la palabra, pero será un idioma vivo, que hablarán mayor número de
17
RAHOLA I TRÈMOLS, Federico (1885) Gotas de tinta..., p. 95 y 165, el énfasis es mío.
18
Hemos trabajado estos temas en: DALLA CORTE, Gabriela y FERNÁNDEZ, Sandra, "El límite
jurisdiccional de la corporación académica. Debates entre usos y leyes en la lengua argentina", en Revista de la
Reial Acadèmia de Bones Lletres de Barcelona, Núm. XLVIII, Número especial 2001-2002, Barcelona, pp. 1-
64.
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
habitantes que el castellano...quizás tenga razón Ricardo Palma cuando dice que
España se empeña en romper el lazo más fuerte, el del idioma, hiriendo
susceptibilidades de nacionalismo. Admite provincialismos de Badajoz, Albacete,
Zamora ó Teruel, voces usadas por tres ó cuatrocientos mil peninsulares, y es
intransigente con los americanismos aceptados por más de 50 millones de seres que
en el Mundo Nuevo se expresan en castellano”. 19
Al volver, el autor inició una activa promoción de sus proyectos mercantiles no sólo en
Cataluña, sino principalmente en el País Vasco. El Instituto Vizcaíno, la Unión Ibero-
americana y la Liga de productores vascos, por ejemplo, lo convidaron en calidad de atiguo
“diputado industrial” para hablar sobre el viaje realizado por la Comisión Comercial a
América, y convencer a la burguesía bilbaína de las posibilidades que ofrecía Argentina, y
Latinoamérica en general, para los intereses locales. “Ponderando el candente interés y la
indiscutible oportunidad del asunto” (así justificaron los bilbaínos la atención que prestaron a
Rahola), asistió a la Conferencia una heterogénea representación de las fuerzas vivas locales,
desde fabricantes de armas hasta estudiantes de la Escuela de Comercio, pasando por la
Asociación de Navieros, la Cámara de Comercio, la Asociación de Navieros, el Círculo
Minero, el mercantil e industrial, la Academia de Derecho, el Centro Obrero...Todos
coincidieron en que el viaje de Rahola a Argentina le autorizaba en sus observaciones, y no
tuvieron ningún pudor en reconocer que su finalidad como productores era “recoger los
juicios y datos que más aplicación tuvieran para nuestra región”. 20
“la raza blanca se encontró en un clima y ambiente apropiados, prosperando con tal
vigor, que en su seno absorbió á las demás razas, de modo que la sangre india, que
en otras naciones de América pesa marcadamente en su destino, y el problema
negro, que es una amenaza para lo porvenir de algunos Estados de la Unión
19
RAHOLA, Federico (1905) Sangre Nueva..., cita de p. 294; también Prefacio, p. 14. “El Infiel
Marroquí”, de Federico Rahola, en Revista Iberoamericana de Comercio Mercurio, 01-01-1907, Año VII, Nº 62,
p. 1036.
20
RAHOLA I TRÈMOLS, Federico (1904) “Conferencia acerca de las relaciones mercantiles entre la
costa cantábrica y las Repúblicas Sudamericanas” dada el 27-03-1904, Revista de Bilbao, Unión Iberoamericana,
Bilbao, p. 6.
726
Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
En esta analogía, apropiada para una Conferencia como la que ofreció ante un público
ansioso por invertir en nuevos mercados, debía fundarse el vínculo mercantil, sinónimo de
cultural. Argentina podía ser perfectamente europea, pero debía mantenerse como
desemboque de productos manufacturados y convertirse en exportadora de materias primas.
Para que se produjera este diálogo desigual, la región vasca debía propiciar un modelo interno
basado en la producción de artículos elaborados, teniendo como modelo a Cataluña. Sigamos
la explicación que elaboró Rahola para justificar la transformación de las economías del norte
en base a una lectura comparativa de los índices de exportación e importación de los puertos
vascos y barceloneses. “Siendo hoy Bilbao el puerto que carga mayor número de toneladas
(4.339.590 en 1902)”, escribió, “resulta que Barcelona, que carga únicamente 124.215
toneladas, exporta por valor de 104 millones mientras aquél lo efectúa únicamente por el de
80 millones”. La diferencia de valores estaba claramente establecida, no por la cantidad de
toneladas, sino por el precio de cada una en función del producto exportado. Así, mientras el
valor de la tonelada que salía por el puerto de Barcelona era de 838 pesetas, el de la que salía
del puerto de Bilbao sólo era de 18 pesetas. Una situación inversamente proporcional
acontecía con la importación. En 1902 el puerto barcelonés importaba toneladas a valor de
263 pesetas, es decir, una tercera parte de la tonelada exportada. Bilbao, en cambio, recibía
toneladas por 107 pesetas, seis veces lo que valía la tonelada de exportación. La conclusión
deducida de las cifras es significativa porque acusa que en la región vasca se practicaba “un
comercio de exportación de primeras materias y una importación de artículos elaborados”.
Habiendo advertido este simple hecho ante su ansioso público formado por representantes de
las casas y compañías productoras de artículos elaborados, Rahola continuó su tarea
propagandística. “Vuestro interés y el progreso de este puerto”, les dijo, “requieren la razón
inversa”, es decir, la transformación de las materias primas brutas a través del empleo de la
mano de obra nacional. Esta conferencia de Rahola fue escuchada y contestada por el
Presidente de la Liga Vizcaína de Productores, Pablo Alzola, quien actuó en nombre de la
industria vizcaína y resaltó las posibilidades del cambio de perspectiva productiva en relación
a la siderurgia vasca. Es precisamente el impulso a la exportación a Ultramar el hecho que me
interesa decodificar el proyecto de Rahola y de los que, como él, pretendían aprovecharse de
América transformando, al mismo tiempo, la situación productiva y económica peninsular.
Sobre este tema se sigue insistiendo aún hoy para demostrar que allí radica la base de
diferenciación socio-económica entre los países “desarrollados” y los “subdesarrollados”.
Argentina, en tanto pueblo joven, podía ser representada como puerto, como espacio de
entrada y de salida para los esfuerzos del norte español representados en “el trabajo de las
fábricas, la labor de la agricultura, el movimiento de las naves y las líneas férreas, y los vuelos
de la banca”. Como el lector puede intuir, mientras España se convertiría en exportadora de
productos manufacturados, Argentina sólo tendría para ofrecer trigo, maíz, ganado en pie,
carnes, tasajo, lana sucia y algodones 22. En el caso que vengo analizando me interesa señalar
la originalidad del modelo, de carácter netamente proteccionista, proteccionismo negado para
21
RAHOLA, Federico (1905) Sangre Nueva..., p. 10, el énfasis es mío; también p. 31.
22
RAHOLA, Federico (1905) Sangre Nueva..., pp. 22 y 48.
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
el puerto de Buenos Aires, pero apoyado y sostenido para los puertos de Bilbao y Barcelona.
Bilbao, como Cataluña, debía conseguir el apoyo estatal para la industrialización,
disminuyendo así la exportación de materia prima. En un breve pasaje reproducido por el
Mercurio Rahola fue más explícito en su valoración al afirmar: “Litz expresó perfectamente
esta idea diciendo: cuando dos países comercian libremente, el que vende los productos
manufacturados manda, mientras el que sólo puede ofrecer producción natural obedece”. 23
Como era de esperar, la propaganda ejercida por la Comisión fue efectiva. Gracias a su
ingente labor realizada en continuos viajes y conferencias, de la visita de Rahola a Argentina
surgieron proyectos mercantiles y fue incentivada la emigración catalana con la peculiaridad
de que recibió mayor control estatal. Rahola era conciente de que un alto porcentaje de los
emigrantes era, además de resultado de la pobreza 25, reflejo del rechazo a la política de las
quintas implementados por el Estado español. He trabajado en un texto anterior la actitud
reacia asumida por las poblaciones del interior y norte de España en relación a la sangría que
significó la llamada al servicio militar obligatorio, las “quintas”, en especial durante y
después de la Guerra de Cuba. 26
“A la salida de Cádiz hemos sido testigos de una escena que ha dejado en todos
cuantos la hemos presesnciado visible pesar. La guardia civil ha practicado una
pesquisa á bordo, deteniendo á cuatro mozos gallegos, por carecer de pasaporte y
23
“Carta abierta a S.M. el Rey”, de Federico Rahola, en Revista Iberoamericana de Comercio Mercurio,
04-08-1902, Año II, Nº 9.
24
RAHOLA I TRÈMOLS, Federico (1904) “Conferencia...op.cit., p. 44.
25
En el poema “L´Emigrant” Rahola manifestó su rechazo a la emigración, a ser un náufrago de la tierra,
a hacer patrias nuevas que nunca serán propias, en RAHOLA I TRÈMOLS, Federico, L´Oasis, Poesies,
Ilustració Catalana, Barcelona.
26
DALLA CORTE, Gabriela y NAVARRO, Gustau (1998) “Estrategias locales frente a las quintas de la
guerra de Cuba, la Villa de Calella (1895-1898)”, en Pilar García Jordán y otros (coord.) Lo que duele es el
olvido: recuperando la memoria de América Llatina, Universidad de Barcelona, Barcelona, pp. 323-337.
728
Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
demás documentos que se exigen á los emigrantes que no han prestado el servicio de
las armas. Eran cuatro adolescentes, de fisonomía inteligente y expresiva,
bronceados por el sol, que no dejaban de sonreir á pesar de la triste situación en
que se encontraban. Un militar que iba á Canarias se les acercó y, con aire de mofa,
les dijo:
- Tenía tiempo de ir y volver, le dijo el más osado con voz resuelta que acusaba
voluntad firme”. 27
Sobre estos temas Rahola volvió a insistir en Sangre Nueva, en especial en relación a la
naturalización de los españoles en tierras rioplatenses. “Según el último censo de la República
Argentina llevado á cabo en 1895”, escribió alarmado “solamente 1638 personas nacidas en el
27
RAHOLA I TRÈMOLS, Federico (1905) Sangre Nueva...,op.cit., p. 18.
28
RAHOLA I TRÈMOLS, Federico (1904) “Conferencia acerca de las relaciones...”, op.cit., p. 24.
29
“Servicios marítimos hispano-argentinos” de Simeón Muguerza, en Revista Iberoamericana de
Comercio Mercurio, 16-04-1910, Año X, Nº 152; 16-05-1910, Nº 154.
729
Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
Quienes formaron parte del staff del Mercurio (Puigdollers, Rahola como director y
Zulueta) se afanaron por orientar la corriente mercantil, política y económica a través de la
propaganda comercial, convencidos de que esa reorientación era lo que más preocupaba a los
gobernantes de las naciones “modernas”. Pero, ¿qué era el Mercurio? Se trató de una
experiencia editorial de carácter comercial publicada quincenalmente en conjunción entre
30
RAHOLA I TRÈMOLS, Federico (1905) Sangre Nueva...,op.cit., p. 124.
31
RAHOLA, Federico (1905) Sangre Nueva..., pp. 127-129.
32
“Llegada de Norberto Costa, Vicepresidente de la República Argentina”, en Revista Iberoamericana de
Comercio Mercurio, 04-11-1902, Año II, Nº 12; 04-12-1902, Nº 13.
33
“La República Argentina y Barcelona”, de A. B. Pont, en Revista Iberoamericana de Comercio
Mercurio, 01-01-1909, Año IX, Nº 86, p. 1781.
730
Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
Sigamos la exposición del director del Mercurio, José Puigdollers i Macià, ante el
Congreso social-económico Hispano-Americano en su sesión de febrero de 1902:
“Me encontraba en 1898 en Buenos Aires, durante aquellos días en que se hablaba
de si se declaraba ó no la guerra con los Estados Unidos, á propósito de la Cuestión
de Cuba, y pude apreciar allí, no solamente el entusiasmo patriótico que sentían los
españoles residentes en aquella República, sino que, aún los hijos del país que hasta
entonces habían estado más bien al lado de los cubanos, al adoptar los Estados
Unidos su agresiva actitud, demostraron también sus simpatías y su personal afecto
á nuestra nación...al llegar a Chile declarábase la guerra con los Estados
Unidos”. 35
En su viaje, Puigdollers i Macià pasó por Bolivia, Perú, Panamá, Colombia, Venezuela,
las Antillas, Panamá, y en Puerto Rico se encontró con que pocos días antes los
norteamericanos la habían invadido. Frente a ese temor real de perder la posibilidad de
conservar y fomentar los lazos mercantiles con Latinoamérica, Puigdollers volvió a referirse a
la actitud que debían asumir el Estado y las corporaciones, en especial las dedicadas a
codificar los usos lingüísticos. América Latina conservaba la lengua castellana, pero cada
República tenía “grandísimo apego á sus modismos, á su modo peculiar de expresarse, y hasta
algunas tienen su ortografía especial”, apuntó, para agregar “infiero yo que, pues nuestro
objetivo es el de ganarnos sus simpatías, no será seguramente el mejor camino el de las
imposiciones”. Pretender la uniformidad era imposible porque “cada nación tiene su carácter
peculiar”, y la única salida para retomar el diálogo interrumpido por décadas de luchas era el
34
“Nuestra labor”, de Federico Rahola, en Revista Iberoamericana de Comercio Mercurio, 01-01-1909,
Año IX, Nº 86.
35
“Las relaciones entre España y América. Manera de fomentarlas”, de José Puigdollers y Maciá, en
Revista Iberoamericana de Comercio Mercurio, marzo de 1902, Año I, Nº 4, pp. 57-61.
731
Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
tratado comercial conservando los rasgos peculiares. Pocos años después el Mercurio se haría
eco de esta política y Telesforo García, autor de Por la Raza, diagnosticaba que “tenemos en
España la preocupación de que podemos crear españoles en América. Ni lo hemos logrado, ni
convendría que lo lográsemos. La uniformidad excesiva tiende a lo permanente, a lo
estadizo”. 36
1909 6.200.485
1931 12.400.970
1953 23.801.940
1975 49.603.880
1997 99.206.760
36
“Las relaciones entre España y América. Manera de fomentarlas”, de José Puigdollers y Maciá, en
Revista Iberoamericana de Comercio Mercurio, marzo de 1902, Año I, Nº 4, pp. 57-61. También “Los
hispanoamericanos: la unidad en la variedad”, en Revista Iberoamericana de Comercio Mercurio, 01-03-1907,
Año VII, Nº 64, p. 1090.
732
Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
Como vemos, ante los ojos de Rahola transcurría el siglo XX, mientras soñaba con una
metáfora del catalán José Dalmau que se había radicado en Argentina y había escrito que el
país “es una vaca lechera que da para todos, pueden venir aquí todos los capitales que
quieran”. 37 Contradiciendo sus cálculos, a finales de la centuria la población argentina no
superó los treinta y cinco millones de habitantes. Rahola pasó por alto, entre otras cosas, que
la inflación demográfica de su época era producto de la emigración y no del crecimiento
natural de la población. Pero, más allá de la escasa fiabilidad de aquellos cálculos, lo que me
interesa de los mismos es que sirven como termómetro para medir el optimismo depositado en
el desarrollo argentino como variable final de la especulación en torno a la capacidad regional
catalana. La recuperación de la amistad internacional debía disipar la posible dominación
estadounidense, pero más que nada tenía que aumentar los negocios catalanes. La
justificación de Rahola es más bien idílica: “la Argentina ejerce ya sobre los escritores y sobre
los artistas una atracción misteriosa que tardaron mucho tiempo en ejercitar los Estados
Unidos”. 38
Lejos del lirismo disfrazado de Rahola, Muguerza leyó su propia tarea como un
esfuerzo por aproximar política y económicamente a la “Madre España con sus hijas
emancipadas e independientes” a través de la diplomacia, de las ciencias, y de la mentalidad
española que no era “ni tan pobre y desmedrada como la pretenden hacer todos aquellos
españoles que entienden que la ciencia y la sabiduría están reñidas con España”. 39 En el libro
sobre Argentina, Muguerza abordó estadísticas comerciales y estudió comparativamente el
vínculo mercantil que aquélla mantenía con España, Francia e Italia, descubriendo a los ojos
del público que estos dos últimos países exportaban productos similares que España pero en
mayor cantidad. En las importaciones argentinas, España sólo ocupaba el séptimo lugar, muy
por debajo de Bélgica. A una conclusión similar había llegado años antes Puigdollers i Macià
al diagnosticar que las exportaciones españolas de materias primas a América Latina eran
muy bajas porque a los países receptores no les convenía, para agregar:
“Lo único que respecto á este asunto podemos hacer, ó mejor aún, que debiéramos
ya haber hecho, imitando con ello el práctico proceder de algunas naciones
europeas, es mejorar todo lo posible la condición de nuestro personal diplomático,
de suerte que, rivalizando en celo é inteligencia con el que mandan allá otros países,
pudiese alcanzar de los gobiernos americanos determinadas ventajas para algunos
de nuestros productos". 40
37
“Norte América y su comercio con la Argentina”, de José Dalmau Montaña, en Revista Iberoamericana
de Comercio Mercurio, 30-03-1910, Año X, Nº 176.
38
RAHOLA i TRÈMOLS, Federico, Carta Prólogo como Diputado a Cortes, en Simeón Muguerza y
Saenz (1910) República Argentina. Su vida económica, comercio general. El especial con España, Francia e
Italia. Presente y porvenir del comercio hispano-argentino, Hijos de Domingo Casanovas, pp. VI-VII.
39
MUGUERZA Y SAENZ, Simeón (1910) República Argentina.., op. cit. En nota anterior, p. 1.
40
“Las relaciones entre España y América. Manera de fomentarlas”, de José Puigdollers y Maciá, en
Revista Iberoamericana de Comercio Mercurio, marzo de 1902, Año I, Nº 4, pp. 57-61, en particular p. 58.
733
Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
5. Reflexiones finales
Estas experiencias se acompañaron de la organización de tres Exposiciones en los
meses de mayo a noviembre de 1910: dos internacionales -la de transportes e industria, y la de
agricultura, ganadería e industrias derivadas- y una nacional dedicada a las manufacturas. El
apoyo de España se expresaba en la invitación realizada por la Cámara Oficial Española de
Comercio, Industria y Navegación, y por el gobierno central que, por otra parte, aseguraba la
supresión de los derechos y la gratuidad de los fletes 42. Argentina se unía así a un proceso
dialéctico que se mostraría quizás irreversible, y que fue sostenido desde Barcelona a través
de la edición periódica de la Revista Comercial Iberoamericana Mercurio. No debe
extrañarnos que el concepto elegido para titular a este órgano de difusión haya sido
precisamente el de “iberoamericana”, ya que la pretensión era juntar los territorios a ambos
lados del Atlántico “en una nacionalidad espiritual, en un alto Imperio, libre de soberanías,
mantenido por la cohesión puramente étnica”. El plan montado por Puigdollers, y al que se
adhirió buena parte de la élite latinoamericana, era conocer la diversidad del continente y
aprovechar sus potencialidades para salir del atraso en que se encontraba y Cataluña. “Por
España sólo viajan aficionados a las cosas antiguas, a las cosas que se caen”, escribió
apesadumbrado mientras luchaba por eliminar el impuesto de entrada a los viajeros
americanos que pisaran la península y favorecer con esa supresión un intercambio fluido y
dinámico 43. El apoyo y la intervención estatal comenzaron a aparecer lentamente como dos
puntales fundamentales y a partir de la prédica de los españoles residentes en América Latina.
41
MUGUERZA Y SAENZ, Simeón (1910) República Argentina, op.cit., p. 35; también “Hay que ir á la
Argentina”, de Simeón Muguerza, en Revista Iberoamericana de Comercio Mercurio, 16-02-1910, Año X, Nº
148.
42
“Las aceitunas en la Argentina” de Simeón Muguerza, en Revista Iberoamericana de Comercio
Mercurio, 01-03-1910, Año X, Nº 149.
43
“Nuestra labor”, de Federico Rahola, en Revista Iberoamericana de Comercio Mercurio, 01-01-1909,
Año IX, Nº 86. “Las relaciones...”, de José Puigdollers y Maciá, en Mercurio, marzo de 1902, Año I, Nº 4, p. 58.
734
Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
Desde Buenos Aires, Ricard Monner Sans enviaba al Mercurio especies de “Crónicas
argentinas”, una de las cuales relataba certeramente:
“Trocar los odios históricos en apretados lazos de cariño” parece ser la síntesis de esta
política que en Barcelona se condensó en la difusión de los estudios americanistas y en la
44
“Crónica Argentina”, de Ricard Monner Sans, en Revista Iberoamericana de Comercio Mercurio, 01-
01-1905, Año VI, Nº 39, p. 359.
45
“Carta abierta a S.M. el Rey”, de Federico Rahola, en Revista Iberoamericana de Comercio Mercurio,
04-08-1902, Año II, Nº 9.
46
Me refiero particularmente a los Tratados firmados entre España y Agentina en 1859, modificado en
1863, y el convenio de comercio del año 1881. “La República Argentina y Barcelona”, de A. B. Pont, en Revista
Iberoamericana de Comercio Mercurio, 01-01-1909, Año IX, Nº 86, p. 1781. “Nuestra labor”, de Federico
Rahola, en Mercurio, 01-01-1909, Año IX, Nº 86; “El porvenir económico de España”, en Mercurio, 01-01-
1905, Año VI, Nº 39. He analizado parte de estos problemas en DALLA CORTE, Gabriela, "La reconstrucción
de los mercados postcoloniales: La Casa de América de Barcelona y el "oro blanco" del norte argentino", en
Pilar García Jordán, Gabriela Dalla Corte, Meritxell Tous, Miquel Izard, Javier Laviña, Ricardo Piqueras, María
Teresa Zubiri (compiladores), Conflicto y violencia en América. Actas del VIII Encuentro-Debate, América
Latina ayer y hoy, Conflicto y violencia en América de la Universitat de Barcelona, 2002.
735
Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
constitución de la Casa de América; primera experiencia en Europa que serviría como foro
para la “comunión transatlántica” a través de la puesta en funcionamiento de un museo
cultural, una biblioteca y un museo de productos para “rememorar la venerada maternidad de
España” y frenar el influjo francés, tanto en la educación y la literatura como en el
intercambio mercantil 47. Muerto el empeño del dominio territorial, queda la comunidad de
ideas, la identidad de costumbres, el idioma, un fondo común resistente y en el que el interés
mercantil es justificado por los contemporáneos como la palanca para el diálogo. Miquel de
Sants Oliver, uno de los catalanistas más renombrados de entonces, se refirió a estas
actividades alternativas y utilitarias:
“He aquí que una nueva conquista, menos estruendosa, menos cruenta, pero de
tanta intrepidez y heroísmo como la primera, se realiza en los países del Plata,
mediante iniciativa ó la colaboración eficaz de los colaboradores”. 48
47
“Carta de E. Dato, Presidente del Congreso de Diputados”, en Revista Iberoamericana de Comercio
Mercurio, noviembre de 1909, Año IX, Nº 96; “América en España”, de Rafael Vehils, en Mercurio, diciembre
de 1909, Año IX, Nº 97, p. 2143; “Crónica Argentina”, de Ricard Monner Sans, en Mercurio, 01-03-1905, Año
VI, Nº 40, p. 303; "Igualdad y desigualdad” de José Echegaray, en Mercurio, 04-01-1902, Año II, Nº 2.
48
Escrito de Miguel de Sants Oliver en Revista Iberoamericana de Comercio Mercurio, 01-05-1905, Año
VI, Nº 42, p.428.
49
“Igualdad y desigualdad” de José Echegaray, en Revista Iberoamericana de Comercio Mercurio, 04-
01-1902, Año II, Nº 2; “La expansión comercial de Cataluña” de Federico Rahola, en Revista Iberoamericana de
Comercio Mercurio, 26-09-1911, Año XI, Nº 189.
736
Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
Abstract
Hace algunos unos años en Buenos Aires, Antonio Carrozzi Abascal presenciaba una
subasta pública. Allí descubrió un pequeño paquete conformado por ocho carillas recubiertas
con una fina y menuda letra. Decidió entonces comprar la pieza y ponerla a consideración de
los especialistas que sin dudar, confirmaron su originalidad: se trataba del diario de marcha
del coronel Belgrano a Rosario en 1812. En aquellas páginas, escritas día tras día por el
creador de la insignia nacional, se cuentan detalles observados en su recorrido durante quince
días, pues el documento se encuentra trunco. Su lectura, nos permite apreciar los anhelos y
esfuerzos de nuestro héroe, pero sobre todo nos muestra qué imagen proyectaba sobre "el
otro" y "lo otro". Se establece entonces, una particular relación entre el sujeto del relato y el
mundo observado: una sociedad envuelta en profundos cambios políticos, de los cuales
Belgrano era protagonista principal. El "otro" como el próximo, es la característica que
diferencia este relato de aquellos clásicos, donde el viajero de culturas conformadas en el
expansionismo y el colonialismo, observaba costumbres y paisajes exóticos. Su significado
histórico está representado por el aporte sobre una sociedad oculta en la historiografía tras los
acontecimientos políticos fundacionales.
737
Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
Abstract
Entre agosto y diciembre de 1922, José Vasconcelos (Ministro de la Secretaría de
Educación Pública de México), realizó un viaje por Brasil, Uruguay, Argentina y Chile.
Designado por el presidente Álvaro Obregón embajador oficial, el viaje tenía como motivo la
celebración del Centenario de la Independencia del Brasil, coincidiendo, además, con la
transmisión de mando del Presidente Yrigoyen a Alvear en Argentina. El periplo
sudamericano de Vasconcelos influyó notablemente en un ensayo clásico de la producción
intelectual latinoamericana, La raza Cósmica. Misión de la raza iberoamericana, publicado
en 1925, junto con las Notas de Viajes a la América del Sur.
El objetivo del trabajo es analizar tres cuestiones. Consideramos que el viaje y los
intercambios sobre todo en el ámbito educativo y cultural, contribuyen a echar luz sobre las
referencias que impactaron en la formación de la producción vasconcealiana al tiempo que le
permiten evaluar las políticas educativas de la revolución mexicana. Por otro parte, sus notas
comparativas permiten “releer” la versión de la Revolución Mexicana del propio
Vasconcelos. Finalmente, los temas y problemas que trata en sus notas de viaje y en La Raza
Cósmica condensan una serie de proposiciones muy discutidas por los intelectuales de los
años veinte.
738
Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
Abstract
Desde octubre de 1917, la Revolución Rusa originó infinidad de discursos que
intentaron dar cuenta de “la verdad” de los sucesos: libros de historia y política,
intervenciones parlamentarias, conferencias, crónicas periodísticas, discursos públicos. Entre
la diversidad de esos discursos y textos publicados en todo el mundo, los relatos de viaje
escritos por los intelectuales, escritores y periodistas que visitaron Rusia buscaron convertirse
en una toma de posición verdadera y objetiva sobre la revolución, que se opusiera tanto a las
adversas —y por momentos, terroríficas— versiones promovidas por las agencias de noticias
internacionales, como a los relatos apologéticos de los militantes comunistas. Leídos por
miles de lectores, los libros de los viajeros a Rusia se convirtieron así en mediadores entre los
grandes tratados de ciencia política y el gran público. Esta ponencia se inscribe en un
proyecto que se propone el análisis de los relatos de viajes a Rusia que circularon en la
Argentina de los años veinte y treinta, para analizar a) la emergencia y la consolidación del
viaje de izquierda como un nuevo tipo de crónica de viajes; b) los modos en que esos textos
producen una imagen de Rusia y de la revolución para los lectores argentinos; c) el examen de
los usos y desvíos de los procedimientos del relato de viajes, considerado como la narración
de una experiencia que implica un desplazamiento desde un espacio conocido hacia el espacio
ajeno —de “los otros”—, en una escritura que articula el relato de esa experiencia y la
descripción de ese otro espacio. La ponencia se centrará en los relatos de los viajeros de los
años veinte.
Since October 1917, Russian Revolution brought about multitude of discourses that
were intended to account for “the truth” of the events: books on history and politics,
parliamentary speeches, lectures, chronicles, public speeches. Out of this diversity of texts
published all over the world, travel stories written by intellectuals, writers and journalists who
went to Russia, aimed at giving a true and objective account of the Revolution, neither
apologetic nor scathing. Read by thousands of readers, the books by the travelers to Russia
became a kind of mediators between treatises on politics and mass audience. This paper deals
with travel stories in the twenties, and is a part of a larger project whose aim is the analysis of
travel stories on Russia against the background of Argentina in 1920s and 1930s, especially
focusing on: a) the left-wing travel account as a new type of chronicle; b) its ways to produce
an image of Russia and its Revolution for Argentinian readers; c) its specific features within
the wider category of travel stories, considered as texts where the experience of an alien space
is narrated.
739
Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
Texto
Desde octubre de 1917, la Revolución Rusa originó infinidad de discursos que
intentaron dar cuenta de la verdad de los sucesos: libros de historia y política, intervenciones
parlamentarias, conferencias, crónicas periodísticas, discursos públicos. Entre la diversidad de
esos discursos y textos publicados en todo el mundo, los relatos de viaje escritos por los
políticos, intelectuales, escritores y periodistas que visitaron Rusia buscaron convertirse en
una toma de posición verdadera y objetiva sobre la revolución, que se opusiera tanto a las
adversas —y por momentos, terroríficas— versiones promovidas por las agencias de noticias
internacionales, como a los relatos apologéticos de los militantes comunistas. Leídos por
miles de lectores, los libros de los viajeros a Rusia se convirtieron así en mediadores entre los
grandes tratados de ciencia política y el gran público.
740
Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
Si bien el proyecto trabaja con el total de los relatos de viajeros a la Unión Soviética
escritos o traducidos al español, desde 1917 hasta 1936, esta ponencia se centrará en la
primera etapa del viaje que abarca desde octubre de 1917 hasta diciembre de 1920, esto es, el
viaje a la Rusia en guerra (1917-1919) y el viaje a la Rusia de la posguerra (1920).
El viaje de izquierda
Durante las décadas del veinte y del treinta, “se ponen de moda” los viajes a la Unión
Soviética, realizados por escritores, intelectuales, periodistas o, como sucede sobre todo en la
primera etapa de la revolución rusa, por militantes socialistas o anarquistas. Los motivos de
los viajes son numerosos: en algunos casos, se viaja por curiosidad intelectual y política sobre
lo que está pasando en Rusia; en otros, invitados por la Unión Soviética; algunos viajan para
participar de algún congreso; otros, para realizar alguna misión política. Durante la primera
etapa de la revolución —hasta la muerte de Lenin en enero de 1924—, muchos de los viajeros
que arriban a la Unión Soviética, sobre todo en 1920, son socialistas y anarquistas que viajan
para participar del Segundo Congreso de la Internacional Socialista (19 de julio a 7 de agosto
de 1920) y para ver de cerca qué sucede en la Unión Soviética antes de aceptar las veintiún
condiciones que exigía la Tercera Internacional Comunista para ser incorporados. También
viajan los periodistas enviados por algún diario, o profesionales interesados en las nuevas
prácticas de la Rusia Soviética (médicos como el rosarino Lelio Zeno que viaja en 1931,
abogados como el español Diego Hidalgo que lo hace en 1929).
Estos viajes de intelectuales, escritores o periodistas difieren de los que realizan los
militantes y los dirigentes comunistas cumpliendo misiones del partido. Y difieren por varios
motivos: en primer lugar, porque muchas veces los dirigentes comunistas viajan
clandestinamente; en segundo lugar, porque son viajes que rara vez se traducen en relatos
públicos (Claudín, 1985). Por ejemplo, son pocos los relatos escritos por dirigentes
comunistas argentinos (Rodolfo Ghioldi y José Penelón, ambos del primer período) si se tiene
en cuenta que los dirigentes argentinos viajaban periódicamente a la Unión Soviética, sobre
todo a partir de 1924 cuando, después de la muerte de Lenin y más precisamente a partir del
V Congreso de la Internacional Comunista, en junio de 1924, se produce el proceso de
bolchevización de los partidos comunistas de todo el mundo. Por ejemplo, después de la
expulsión de José Penelón del Partido Comunista Argentino, los penelonistas denunciaban
que los partidarios de Victorio Codovilla y Rodolfo Ghioldi habían convertido el local de
Estados Unidos 1525 —donde funcionaba el Comité Central del Partido Comunista— “en una
agencia para el envío de delegados a Moscú”, y sostenían que la adhesión de los militantes
tenía una sola causa: “El gran gancho: los viajes a Moscú”. 1
1
Adelante!, 6 de setiembre de 1928 (citado en Otto Vargas, El marxismo y la revolución argentina, tomo
II, Buenos Aires, Agora, 1999; pág. 392)
741
Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
Mario Laserna señala que la Unión Soviética define una nueva forma de viajar, propia
de ideólogos e intelectuales, a la que denomina la “realización de un modelo”. Realizar un
modelo significa que una realidad concreta posee importancia no sólo por lo que es en sí
misma, sino por su cualidad impersonal, transmisible y trasladable, que representa la
materialización de una teoría general. En otras palabras, viajar a la Unión Soviética es poder
asistir a la concreción de un experimento: “una realidad determinada queda comprendida bajo
el concepto de experimento cuando existe una teoría general que la explica, que la convierte
en objeto de conocimiento racional, de un conocimiento que permite no sólo entenderla o
conocerla, sino también planearla, controlarla, predecir su comportamiento, explicar las
condiciones de su origen, su estado actual y su desarrollo pasado y futuro” (Laserna, 1967). El
experimento, entonces, es lo contrario a lo individual, a lo concreto y a lo único; es aquello
que se puede analizar y explicar, y principalmente, que se puede transmitir y trasladar.
Muchos de los que viajan a la Unión Soviética, entonces, viajan precisamente para ver y
experimentar los resultados de ese “experimento” y, sobre todo, para estudiar las estrategias
de “traslación” de ese experimento a sus lugares de pertenencia.
Leídos por miles de lectores, los libros de los viajeros a Rusia se convirtieron así en
mediadores entre los grandes tratados de ciencia política y el gran público. Su publicación y
venta eran sumamente exitosas, y las ediciones se agotaban rápidamente. Por lo tanto, en
muchos casos, la publicación de estos libros era promovida por los mismos editores, que
buscaban continuamente nuevo material sobre Rusia para publicar, con la idea de que cada
nueva publicación llenaba un vacío de información, de manera objetiva y veraz. Para dar sólo
un ejemplo, se puede mencionar el caso de Moscú. Diario de un viaje a la Rusia Soviética de
Alfonso Goldschmidt, editado en la Argentina por Manuel Gleizer en 1923, y como folletín
en el diario Crítica al año siguiente. Estos dos datos señalan, por sí solos, la importancia que
adquirió el relato de viajes de Goldschmidt que fue traducido al español a pedido de un editor
y que se publicó en un diario que solía ser leído por miles de lectores. El prólogo del traductor
Julio Fingerit y el anuncio publicitario de Crítica señalan el lugar que el editor Manuel
Gleizer y Natalio Botana desde el diario están pensando para el libro: se trata de un relato que
viene a cubrir un vacío de información, de manera independiente, objetiva y veraz. Mientras
que Crítica sostiene que Alfonso Goldschmidt relata “la verdad del enigma” pues Moscú es
“el único libro en que, como en un espejo, se refleja la realidad” del ex imperio de los zares 2,
Fingerit aclara que aunque “detesta” todo lo bolchevique, se avino a traducir el libro de
Goldsmichdt a pedido del editor Gleizer porque considera que se trata de un libro objetivo,
que se diferencia de las versiones ya existentes:
Los libros que acerca de la Rusia bolshevique yo he leído son los más absolutamente
dudosos en punto de la fe que se merezcan. Los han escrito o bolscheviques o anti-
bolsheviques; escritores pagados por los enemigos de los soviets, o a sueldo de
alguna empresa capitalista, más o menos periodística; o han sido los autores
sectarios de uno u otro bando, y en el mejor de los casos parciales del socialismo.
En cambio, Goldschmidt no es parcial de política alguna, porque su orgullo se
encarama tan alto, que en verdad sólo es del partido de sí mismo. Por más de
2
Crítica, 2 de setiembre de 1924.
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
Algo parecido sucede con la publicación del libro Un notario español en Rusia de
Diego Hidalgo, en Madrid de 1929. El relato del viaje a Rusia de Hidalgo está formado por
las cartas privadas que fuera enviando a un amigo desde Rusia. Conocidas estas cartas por los
editores, solicitan a Hidalgo el permiso para su publicación. El libro se abre entonces con la
trascripción de las cartas que los editores enviaron a Hidalgo pidiendo su autorización, en las
cuales se subraya esta demanda del público: “Lo que el público necesita es precisamente
conocer la opinión de hombres tan imparciales como usted sobre cuanto allí ocurre y la
manera como allí se vive” (Hidalgo, 1985: 19). Y efectivamente, Un notario español en Rusia
se publica en 1929, se agota rápidamente y en 1931 se publica su cuarta edición. Además se
tradujo al portugués y al francés; la edición francesa apareció en 1931 con un prólogo de
Henri Barbusse.
Las primeras versiones que se tienen en la Argentina sobre lo que estaba ocurriendo en
Rusia son poco confiables y contradictorias, sobre todo porque provenían de las agencias
internacionales de noticias que sostenían la postura pro aliada y en consecuencia contraria a la
intención de los bolcheviques de celebrar la paz bilateralmente con Alemania. Fue José
Ingenieros el primero en exponer públicamente una enfática defensa de la revolución rusa, en
la conferencia “Significación histórica del movimiento maximalista” que dicta en el Teatro
Nuevo, el 22 de noviembre de 1918. Como señala Néstor Kohan, Ingenieros adhiere
fervientemente a los sucesos soviéticos porque “la Revolución Rusa es inseparable de dos
procesos culturales y políticos contemporáneos y específicamente latinoamericanos: el
levantamiento estudiantil de la Reforma Universitaria de 1918 y el ideario antiimperialista del
cual nacerá la Unión Latinoamericana” (Kohan, 2000: 30). Además de la conferencia,
Ingenieros publica en la Revista de Filosofía, de la que es director, numerosos artículos en
defensa de la revolución rusa y se reseñan libros de viajeros que conocieron personalmente la
situación bolchevique. Por ejemplo, publican un reportaje a Rodolfo Ghioldi sobre su viaje a
la Unión Soviética de 1921 que, si bien aparece sin firma, fue probablemente redactado por
Ingenieros. 3
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
comienzos del treinta es precisamente los libros de los viajeros a la Unión Soviética. De la
Argentina parten algunos viajeros que escriben sus propias experiencias de viaje, pero
también se publican y se traducen permanentemente relatos de viajeros de otros países. Por lo
tanto, el corpus completo de la investigación está formado tanto por los relatos escritos por los
viajeros argentinos, como también por los relatos de viajeros latinoamericanos y españoles
que se editaron o circularon en la Argentina del período y también los relatos de viajeros
extranjeros que fueron traducidos al español en esos años. La constitución del corpus y la
posibilidad de acceder a esos libros, ha sido —y continúa siendo— una de las mayores
dificultades de la investigación.
Si bien estos relatos pueden ser sistematizados de varias maneras (por el país de origen
del viajero, por la finalidad del viaje, por la posición política de quien enuncia) el momento
histórico y político en el que cada viajero arriba a la Unión Soviética es crucial para una
primera sistematización, pues no todos llegan a la misma Unión Soviética. Una primera Rusia
es la que aparece representada en los libros de quienes viajaron antes de finalización de la
primera guerra mundial, cuyos relatos son más relatos de guerra que relatos de viajes (los
libros de Sofía Casanova y de Alfonso Paquet). Otra es la Rusia de la posguerra, destrozada
por los estragos de la guerra mundial y civil, que intenta articular un plan económico, político
y social viable. Diferente es la Rusia de Lenin a partir de la aplicación de la NEP, cuando se
militaba en favor de la constitución del Frente Único con socialistas, reformistas,
sindicalistas, y de la organización de frentes internacionales no ostensiblemente comunistas.
Otra muy distinta será la Rusia de Stalin, que sostiene la posibilidad del socialismo en un solo
país, y la consigna de clase contra clase. Por último, diferente será la Unión Soviética del
llamado a los Frentes Populares, contra el fascismo.
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
no saldrá de las manos de Lenin y Trotsky el mundo que sueñan, sino un monstruoso amasijo,
un islote con flora venenosa y pobres manantiales de agua pura, bajo la maleza” (Casanova,
1920: 85); “La dictadura de los bolcheviques es más violenta, más sucia que la de la
autocracia (...) La fría zaresca burocracia y la jadeante plebe en funciones administrativas
cumplen igualmente su misión horrible: hacer daño al prójimo y molestar, entorpecer, impedir
su vida de relación” (Casanova, 1920: 142). Hasta mediados de 1918, Casanova observa los
acontecimientos con cierta condescendencia, convencida del fracaso seguro de la revolución 6;
las drásticas medidas tomadas por Lenin a partir de setiembre de ese año (ruptura de
relaciones con los aliados, encarcelamiento de los cónsules inglés y americano, fusilamiento
de los opositores) la enfrentan violentamente a los hechos que arrasarán también con su
propia familia: en octubre, dos cuñados suyos, Mariano y José Lutoslawski, son fusilados en
Moscú por organizar a los emigrados polacos; la prensa del día informaba que habían sido
fusilados por “ser enemigos políticos de la revolución”. A partir de ese momento, el relato se
convierte en la narración de una fuga. Casanova y lo que queda de su familia logran salir de
Rusia a comienzos de 1919, escapando así de “la tierra maldita”, de “Rusia, la satánica Rusia
que los ha matado” y que “naufraga en sangre inocente” (Casanova, 1920: 165).
En Moscú, en otro tiempo tan floreciente, reina el hambre. Los hombres siguen su
camino pálidos, enflaquecidos, huraños y mudos. Esperan un largo invierno sin pan,
6
“La revolución maximalista morirá; el sueño cándido, criminal, de sus cabecillas, se desvanecerá en el
horizonte de sangre, por el que asoman los cascos del enemigo: el imperialismo germano” (Casanova, 1920: 88)
7
“Todos estos rumores, que tienen sin duda por base un sistema, producen la impresión como si hubiera
comenzado ya la agonía del Gobierno delos soviets. Corren rumores sobre la traición de divisiones enteras en el
frente, sobre la actitud de los regimientos de soviets residentes en Moscú, sobre la fuerza y mando de las tropas
contrarrevolucionarias que desde el Este y el Norte se dirigen a Moscú, rumores que, según los oídos que los
recogen, deben despertar temor o esperanza (...) Los rumores afirman naturalmente desde hace tiempo que todo
el Kremlin está minado y que saltará en pedazos en caso de un levantamiento”. (Paquet, 1921: 102)
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
sin combustible. (...) En las devastadas moradas de los ricos, en las rebosantes
habitaciones de la pequeña burguesía reina la pesadilla del terror. Los registros
domiciliarios, las detenciones y fusilamientos, la expropiación violenta de las casas,
ora en este, ora en aquel barrio de la ciudad, las requisas en las pocas tiendas que
aún están abiertas no tienen término. (Paquet, 1921: 131)
El terror hace estremecerse a Moscú como una fiebre. La dictadura proclamada por
los bolcheviques se ha convertido rápida y vigorosamente en un terror de las masas.
(Paquet, 1921: 201)
Paquet, que había visitado años antes el Moscú de los zares, compara permanentemente
los viejos días de la ostentación y el lujo ciudadano con un presente de devastación, miseria y
muerte, en el cual describe la destrucción de los palacios, el cierre de los negocios, el hambre,
las vestimentas harapientas, la proletarización de todas las clases 8. Sin embargo, y pese al
esplendor perdido, Paquet exalta la belleza urbana posrevolucionaria ya que reencuentra en
esa disolución un estado de naturaleza previo a la civilización. Con sus descripciones, el
relato de Paquet inicia un tópico que reaparecerá en muchos de los relatos posteriores de
viajeros a la Unión Soviética, el tópico del retorno a la naturaleza que produce el mito de una
sociedad donde las relaciones son inmediatas: “¿Pero ha sido Moscú tan hermoso como en
esta barbarie? Es como si todo volviera al estado de naturaleza, como si de una vez hubiera
ocurrido un enorme reflujo de aquella inteligencia humana reguladora que señalaba su
jerarquía a las cosas” (Paquet, 1921: 334). Por lo tanto, la descripción de la ciudad es la
descripción de un espacio bucólico cuyas marcas naturales borran el carácter urbano de la
ciudad y, sobre todo, borran las huellas de la guerra, la destrucción, la muerte: “Esta ciudad
encadenada, que no tiene ya ningún comercio, que está ociosa y se despuebla, apenas puede
ser ya otra cosa que un reloj de sol de las estaciones del año. Es hermosa en el verano con su
primero y fuerte sol matinal, con sus atardeceres de oro oscuro, con la selva de follaje y
césped no segado ante los muros del Kremlin, que reflejan el resplandor de lámparas eternas.
Bellas son las tranquilas y abandonadas calles con las pesadas copas de árboles encorvados
(...) En los días de otoño se ve a los muchachos que venden aster, como bandadas de palomas
azul oscuras, ante el rojo monasterio Stratuoi al fin del Boulevard (...) Humeante dispersión
de las hojas de las avenidas no barridas; bandadas de aves de paso, que oscurecen el cielo;
aparición profunda del atardecer; anochecer frío”. (Paquet, 1921: 337).
8
“Moscú está saturado de proletarios. Nadie sospechaba antes que fuera tan numeroso el proletariado en
Rusia. Pero las revoluciones parecen crear solemnemente el proletariado. Los grandes comerciantes, los condes,
los oficiales, los consejeros de Estado, han llegado a ser también proletarios. Se empobrecen, llevan el gorro de
los aldeanos y la camisa azul; se envuelven en toscos capotes de soldados y con sus pálidos rostros sin afeitar
todos se parecen entre sí de un modo espantoso” (Paquet, 1921: 334).
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
la producción agrícola y el comercio libre se piensan entonces como los motores capaces de
poner en marcha de nuevo una economía hundida desde 1917. Los salarios volvieron a ser
pagados en dinero, algunas empresas fueron devueltas a sus propietarios, muchas de las
cuales convocaron a cientos de trabajadores. Los bienes de consumo reaparecieron en las
tiendas, aunque sólo al alcance de una minoría, los nepmen, nuevos ricos despreciados por los
hombres de la revolución. El conjunto de medidas, que insistía especialmente en las
concesiones al campesinado, fue aprobado por el comité central para su presentación por
Lenin al X Congreso del partido, celebrado en marzo de 1921 (Carr, 1979).
Durante ese difícil año de 1920, muchos son los viajeros que arriban a Rusia como
delegados al Segundo Congreso de la Internacional Comunista, inaugurado el 19 de julio de
ese año. Muchos de ellos dejan su testimonio de viaje en relatos que se particularizan por ser
escritos, en su mayoría, por viajeros políticos. En esta ponencia, se trabajará con cuatro
relatos cuyos autores viajaron a Rusia en 1920: Alfonso Goldschmidt, Ángel Pestaña, H. G.
Wells y Fernando de los Ríos. Salvo Wells, que viaja a Rusia después de la finalización de la
guerra para ver de cerca lo que sucede en el país de los soviets, el resto de los viajeros son
integrantes de delegaciones extranjeras que viajan para participar del congreso y evaluar el
sistema soviético antes de que los partidos políticos o entidades gremiales a los que
pertenecen acepten el pliego de condiciones exigido para ingresar a la Tercera Internacional
Comunista. En estos relatos, escritos en el mismo momento político, se representan varias
imágenes de Rusia; cada viajero ve cosas diferentes y valora la situación política, económica
y social desde perspectivas en algunos casos opuestas. Ya en estos primeros relatos entonces
aparecen representadas tantas imágenes de Rusia como viajeros la contemplan porque de
alguna manera cada uno de ellos viaja para confirmar aquello que ya sabe (o que desearía
saber) sobre la situación revolucionaria.
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
Debo confesar que en ciudad alguna del mundo he visto yo por las calles una alegría
más sana y más decorosa. En ciudad alguna (y ya he visto yo algunas) he
encontrado mujeres tan honestamente elegantes y amables (Goldschmidt, 1923: 51)
Sepan, pues, todos en el mundo que en Moscú no hay terror, ni amenazan con
bombas, ni zumban las balas desatentadamente, ni le cogen a uno rudas manos por
la espalda para meterle en lóbrega mazmorra, no: allí las gentes hablan libremente,
ríen con libertad, aman sin reatos, coquetean las mujeres sin temor, conquistan los
hombres sin miedo. (Goldschmidt, 1923: 53)
De pronto a cosa de cinco pasos sonó un disparo de fusil. Adiós la calma de calles y
callejas; bruscamente, hubo carreras y gritos sofocados. ¿Qué había pasado? Las
más de las gentes seguían su camino sin volverse siquiera a mirar la guardia
9
“A los partidarios y compañeros de lucha les da el soviet rígido trato; sufren lo que cualquiera otro
ciudadano ruso que viva en paz. Pero aquellos de quienes no está cierto el soviet si son sus amigos, y que puedan
llegar a serlo, gozan del más amable trato que imaginarse pueda.”(Goldschmidt, 1923: 41)
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
nocturna que había disparado. (...) ¿Qué es lo que pasaba? No pudimos saberlo esa
noche; estábamos llenos de inquietud. ¿Es que seguía el reinado del terror en
Moscú? Al otro día nos dijeron: que los que componen la guardia de Moscú son
soldados bisoños, así hombres como mujeres, y que por no tener otra cosa que hacer
se divierten de la serenidad de la guardia, haciendo disparos (...) pero no disparan
contra persona alguna sino contra tal gato que por acaso se desliza o al aire. (...)
Varias noches oí por las calles de Moscú esos desinteresados disparos
(Goldschmidt, 1923: 153).
750
Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
guerra y en especial contra el sistema capitalista que ejerce la más tiránica de las dictaduras.
Todos deben leer Moscú por las enseñanzas que de esta obra de combate se desprenden”. 10
Si para Goldschmidt la sociedad soviética es el mundo que hará posibles los anhelos de
igualdad social y económica, en el cual todas las lacras del capitalismo habrán desaparecido
(el alcoholismo, la prostitución, el analfabetismo, el hambre, la miseria), para el anarquista
español Ángel Pestaña (Ponferrada, 1886 – Barcelona, 1937), Rusia es, en cambio, el imperio
del simulacro.
Ángel Pestaña, una de las figuras más importantes del anarco sindicalismo español,
llega a Rusia el 25 de junio de 1920 en representación de la Confederación Nacional del
Trabajo de la Confederación Regional de Cataluña para asistir al Segundo Congreso de la
Internacional Comunista y conocer personalmente qué sucede en Rusia antes de incorporar el
movimiento anarquista español en la Tercera Internacional. A su regreso a España en
setiembre del mismo año, Pestaña redacta tres libros sobre Rusia, Setenta días en Rusia. Lo
que yo vi, Informe de mi estancia en la URSS y Un anarquista español en la URSS, en los
cuales expone su opinión totalmente adversa al régimen soviético 11. Porque para Pestaña todo
lo que sucede en Rusia es un simulacro de felicidad y de adhesión popular; un simulacro
preparado para que los viajeros internacionales vean una realidad que es pura ficción. Y si
todo es simulacro, Pestaña intenta, a lo largo de todo su viaje, encontrar la verdadera realidad
rusa no en aquello que le muestran (las fábricas, los museos, las usinas, las escuelas, los
hospitales) sino en los rostros de aquellos que no hablan, en las calles, en los mercados, en
aquellos signos “que no tuvieran ese carácter equívoco y siempre engañoso de los datos
oficiales” (Pestaña, 1945: 162). Apenas llegado a Petrogrado, donde sólo permanece unas
horas, sostiene: “En aquel primer contacto que tuvimos con la realidad revolucionaria, sin
prismas que la decolorasen ni velos que la cubriesen, comenzamos a vislumbrar la tragedia
rusa. Lo que más nos impresionó fue la seriedad, la tristeza que se reflejaba en todos los
rostros. Ni una sonrisa, ni un relámpago de alegría, ni la más imperceptible manifestación de
contento. Nada. Un rictus de tristeza, de profunda tristeza, lo único que podíamos contemplar.
Y un silencio impenetrable. Parecía que aquellas bocas no hubieran hablado ni reído nunca”
(Pestaña, 1945: 159). Ya en Moscú, todo lo que ve, todo lo que le muestran, despierta su
indignación: Pestaña critica “la copiosidad fetichista” en la agresiva presencia de bustos de
Marx y cuadros de Lenin, el estado “lamentable” de las calles, la cantidad de comida que les
sirven a los delegados al congreso en el Hotel Internacional en relación a la miseria del pueblo
ruso, el lujo en el que viven los políticos del partido, y sobre todo, critica la puesta en escena
que se realiza, usando al pueblo, para impresionar a los visitantes. En este sentido, Pestaña lee
las ceremonias de apertura del Segundo Congreso como metáfora de la política soviética,
como una mascarada en la cual intervienen las masas que son concientes del carácter ficticio
10
“Moscú. Diario de un viaje a la Rusia Soviética, por Alfonso Goldschmidt (derechos cedidos a Crítica
por el Sr. Gleizer)” en Crítica, 2 de setiembre de 1924.
11
En esta ponencia, se trabaja con el relato de Ángel Pestaña, Un anarquista español en la URSS,
recopilado en Sucedió en la URSS, Madrid, 1945. Prólogo de Luis Ponce de León; epílogo de Mauricio Karl.
Sucedió en la URSS es una compilación de los relatos de viajes a la Unión Soviética de Sergio Kostineff, Sofía
Angelescu, Juan Tomasik, André Gide, Ostina Nyborg, Arthur Kujala, Elma Dangerfield, Ángel Pestaña y Jens
Hammrich.
751
Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
La idea que predomina en todo el relato es que los agasajos a los visitantes extranjeros
funcionan como un telón que impide ver la realidad: los bolcheviques tratan a los extranjeros
como pequeños burgueses, proporcionándoles lujo, comida en exceso, banquetes, fiestas para
apartarlos de “la realidad vital”.
Las diferencias de Pestaña con el régimen soviético no se limitan a aquello que observa
sino que critica con mayor dureza los problemas que considera estructurales: la política
económica, el problema de la vivienda, el movimiento sindical dependiente del Estado, la ley
de agricultura, la política de abastecimiento, el comercio ilegal, el código de trabajo ruso. Su
conclusión es lapidaria: “Los errores de la política económica bolchevique son numerosísimos
(...) Si su finalidad hubiera sido el hacerlo mal, no lo hubieran logrado más cumplidamente”
(Pestaña, 1945: 213). Y a diferencia de Goldschmidt, Pestaña sostiene que el régimen del
terror continúa en plena vigencia a través de las operaciones realizadas por la Checa:
“Sistemáticamente se elimina por la muerte a todo adversario un poco peligroso. Se le acusa
de contrarrevolucionario (...) Los sacrificados suman centenares y miles. Sobre sus cadáveres
va asentando su poder el Partido Comunista. (...) El terror es tan intenso que nadie vive
tranquilo ni seguro. Una delación, cualquier incidente, una sospecha no más, bastan”
(Pestaña, 1945: 240-242).
752
Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
En el mismo mes en que Pestaña abandona Rusia, arriba el escritor inglés H. G. Wells
quien sólo permanece en Petrogrado dieciséis días, en setiembre de 1920. Su libro Rusia en
las tinieblas se publica ese mismo año, y en él se recopilan los cinco artículos que Wells
publica en The Sunday Express de Londres y El Sol de Madrid en octubre de 1920, al que se
suma un sexto capítulo escrito especialmente para el libro. Además del libro, puesto
rápidamente en circulación en la Argentina, el relato de Wells se publica en la revista
socialista Los Pensadores en 1923, traducido por D. Suárez Shaw. En su presentación, al
igual que en el caso de Goldschmidt, se pone el acento en la objetividad de quien narra: los
artículos de Wells, sostiene Los Pensadores, “están escritos con una imparcialidad absoluta
propia de un hombre exento de pasiones y que por encima de todas las cosas realiza una labor
profundamente humana” (Wells, 1923), idea que ya estaba presente en la “Nota preliminar”
del libro: “Su voz es la primera de resonancia mundial que ha tratado de aclararnos las
sombras que envuelven la Rusia bolchevique”. 12
La visita de Wells a Rusia es muy breve y se limita a unos pocos días pasados en Moscú
y el resto de la estadía en la ciudad de Petrogrado, donde se aloja en la casa de su amigo, el
escritor Máximo Gorky. Es en el marco de esta visita donde Wells conoce a Moura Budberg,
amante de Gorki, con quien inicia una relación que dura toda su vida (Koch, 1997). En su
descripción de la situación rusa, Gorki coincide con Pestaña: “Nuestra impresión dominante
de Rusia es la de una vasta e irreparable catástrofe” (Wells, 1920: 16), pues las calles están
sucias, los negocios están abandonados, las casas están destrozadas y la gente transita por las
calles harapienta; además, hay desabastecimiento; falta la comida y los medicamentos más
elementales; los niños están mal alimentados y peor vestidos. Sin embargo, aunque la
descripción es la misma, Wells difiere de Pestaña al señalar los motivos por los cuales la
situación de Rusia es tan caótica. Para Wells, no es el comunismo el responsable sino que los
responsables son el capitalismo, el despilfarro del gobierno de los zares y la guerra: “La causa
directa de su caída ha sido la guerra, que ha conducido al país a un agotamiento físico”
(Wells, 1920: 138). Y aunque no se considera ni marxista ni comunista, pues es un socialista
colectivista que cree en la posibilidad de cambio dentro del capitalismo, respeta
ideológicamente a los comunistas por considerar que, además de ser un régimen honesto, es el
único capaz de sostener un gobierno en el caos ruso. De allí, que invite a todo Occidente a
colaborar en su reconstrucción, alertando del peligro que implicaría dejarlos solos: “El único
Gobierno que puede ahora detener esta ruina final de Rusia es el actual Gobierno bolchevique,
si es asistido por América y las potencias occidentales. No hay otra alternativa (...) Un año
más de guerra civil haría a Rusia caer definitivamente fuera de la civilización. Tenemos pues,
que hacer lo que podamos con el Gobierno bolchevique, gústenos o no” (Wells, 1920: 139).
Al mes siguiente, en octubre de 1920, llega a Rusia el español Fernando de los Ríos
(Ronda, 1879 – Nueva York, 1949), quien permanece en Petrogrado y Moscú entre el 17 de
octubre y el 13 de diciembre, como emisario del Partido Socialista Español, y publica su libro
Mi viaje a la Rusia soviestista en junio de 1921. De los Ríos es una de las figuras clave del
pensamiento socialista humanista español desde una perspectiva no marxista y deudora del
liberalismo político. Fue elegido diputado en Granada por el Partido Socialista en 1919, y al
12
“Nota preliminar” en H. G. Wells, Rusia en tinieblas, Madrid, Calpe, 1920; pág. 11.
753
Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
año siguiente fue electo vicepresidente del segundo de los tres congresos que el PSOE celebró
para debatir el ingreso del partido en la Tercera Internacional Comunista. Ese año fue
designado, junto con Daniel Anguiano, como delegado del PSOE para viajar a Rusia y
negociar allí el ingreso condicionado del partido a la Tercera Internacional. En su libro, De los
Ríos vislumbra el rumbo totalitario que toma la revolución. Su mirada sobre el estado de
situación coincide con las de Pestaña y Wells: “Petrogrado, aún más que Moscú, da la
sensación de una catástrofe (...) una multitud casi andrajosa, macilenta y triste llena las calles
(...) Los comercios han desaparecido” (De los Ríos, 1970: 61). A lo largo del relato de viaje,
centrado en el análisis de la política económica soviética, la crítica de De los Ríos se detiene
en los aspectos más represivos del régimen: la ausencia de libertad en la producción
intelectual, la censura, la existencia de la Tcheka como órgano de tiranía; sin bien reconoce
algunos aspectos positivos de la revolución —la disminución del analfabetismo, la actividad
teatral—, su perspectiva es la de un socialista reformista que reclama por la falta de libertad
individual:
Con el libro de viaje de Fernando de los Ríos se cierra una primera etapa de los relatos
de viaje a Rusia ya que, a partir de 1921, los viajeros que arriben a la Unión Soviética serán
miembros del Partido Comunista, o intelectuales y periodistas que viajan para estudiar la
situación política, social o cultural del País de los Soviets, o que hayan sido directamente
invitados por el gobierno soviético. Y si bien Rusia (en tanto “experimento”) tendrá que
continuar pasando “el examen” al que la someten sus sucesivos visitantes, ya no se tratará de
saber si se acepta o no se acepta “pertenecer” a la Tercera Internacional sino de experimentar
los resultados de una revolución triunfante, para trasladar su modelo a otras partes del mundo,
o para descreer de ella para siempre.
Bibliografía citada
Carr, Edward Hallett, La revolución rusa. De Lenin a Stalin, 1917-1929, Madrid,
Alianza, 1979.
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
Paquet, Alfonso, En la Rusia Comunista. Cartas desde Moscú (traducción del alemán
de L. Luzuriaga), Madrid-Barcelona, Calpe, 1921.
Ponce, Aníbal, Apuntes de viaje en Obras Completas, Buenos Aires, Cartago, 1974,
tomo III.
Wells, H. G., Rusia en tinieblas, Madrid, Calpe, 1920. Traducido del inglés por Ricardo
Baeza.
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Las Metáforas del Viaje... Mesa 7 - Los viajeros y la "revolución" en América Latina
Wells, Herbert Jorge, La quinta esencia del comunismo en Los Pensadores, año II, n°
59, 22 de mayo de 1923.
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“Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. La Literatura de Viajeros como Problema”
757
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
Abstract
En este trabajo se estudiarán viajes forzados en la frontera pampeana hacia fines del
siglo XVIII. Estos tránsitos se dan entre tolderías indígenas y poblaciones españolas. Los
protagonistas de los relatos analizados son cautivos españoles que narran sus experiencias a
través de ese recorrido.
La mayor parte de las declaraciones con las que se ha trabajado han sido recogidas del
Archivo General de la Nación (Buenos Aires) y editadas por el Grupo Sociedad y Estado de la
UNMdP. Se trata de un par de decenas de testimonios recogidos en los puestos de avanzada
de la frontera española.
In this work will be studied forced trips in the pampean fronteir around the ends of the
eighteenth century. These traffics are given between tolderías indígenas and Spanish
populations. The main characters of the analyzed stories are captive Spaniards that narrate
their experiences through that journey.
Most of the declarations that has been worked were picked up of the Archivo General
de la Nación (Buenos Aires) and published by the Group Sociedad y Estado at the
Universidad Nacional de Mar del Plata (2002). There are little more than twenty testimonies
taken in the positions of advanced of the Spanish frontier.
Will be described captive perception about their own situation. This is linked with a
hypothesis which said that the captive himself builds and it is conditioned by a particular
identity that locates him in a marginal situation in relation to both societies.
In the first fragment will be described the historical and historiographic context in
which the process is developed. Then the testimonies will be analyzed linked to the traffic
processes from one to another point of the trip. Finally to raise different aspects of the
758
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
Texto
En este trabajo se estudiarán viajes forzados a través de la frontera pampeana a fines del
siglo XVIII. Estos tránsitos se dieron entre tolderías indígenas y poblaciones españolas. Los
protagonistas de los relatos analizados fueron sujetos que permanecieron cautivos entre los
indígenas. Sus experiencias fueron volcadas como declaraciones ante los miembros de los
puestos de avanzada de la administración virreinal.
Las declaraciones con las que se ha trabajado han sido recogidas del Archivo General
de la Nación (Buenos Aires) y editadas por el Grupo Sociedad y Estado de la Universidad
Nacional de Mar del Plata. Se trata de un par de docenas de testimonios en las que sujetos que
permanecieron temporalmente con los indígenas dan cuenta de sus vivencias.
El trabajo se asocia a un intento por describir el modo en que las identidades de los
implicados son percibidas y configuradas. Se pretende sostener una hipótesis que indica que
en torno al desierto y la frontera se constituyen diversas imágenes. De ellas, los viajes
forzados de los cautivos brindan un rico testimonio.
El contexto
En la historicidad de la frontera pampeana se pueden reconocer diversas fases. Indicar
ello implica dejar de lado una visión de la frontera como algo estático, homogéneo e
impermeable. Lejos de ello, se pretende aquí describir a este espacio como a un territorio
inestable y permeable de circulación, identificación, compromiso y lucha de distintas índoles
entre individuos y grupos de plurales orígenes (Boccara 2001:449). Los intercambios fluidos
de bienes culturales o simplemente comerciales y de población deben ser tomados junto a
diversas empresas de resistencia y adaptación, de cambio y continuidad de los diversos grupos
implicados en el caso. Esta noción de frontera no pretende reificar una diferenciación
dicotómica entre las sociedades implicadas. Así como tampoco considerar de antemano que
se esté tratando acerca de dos sociedades opuestas y enfrentadas sin mas.
La frontera meridional del virreinato del Río de la Plata se extendió desde las costas del
océano Atlántico hasta las del territorio de la capitanía de Chile: un arco geográfico que
atravesaba los territorios de Buenos Aires, Cuyo, San Luis, Córdoba, Santa Fe. En particular
se trabajará aquí con testimonios de lo que luego se constituirá como la Provincia de Buenos
Aires. A mediados del siglo XVIII dicha frontera se encontraba poco más allá de la zona de
759
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
Luján, acompañando hacia el noroeste el recorrido del Camino Real que descendía desde el
Perú.
760
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
conciliadora de la opción de ánimos, por el trato recíproco que les suavice, con el
interés de alguno de nuestros artículos de comercio que anhelan demasiado.
El primer medio convengo en que los escarmienta, y contiene por algún tiempo,
hasta que se rehacen para acometer con más acaloramiento, asechando las
ocasiones más ventajosas para hacerlo (...) El segundo, que es de la amistad, los
habilita para que a su retirada a los toldos roben impunemente” (García 1972:610).
Ni una, ni otra postura le resultan más que perjudiciales. García expresa que un sistema
a medias, entre hostil y amistoso causa más daños que reparos. Su propuesta se plantea como
una particular síntesis: comerciar y mantener relaciones amistosas con los indios, pero
custodiando la zona con una guardia armada que, aunque muestre una decidida ventaja, jamás
sea utilizada para atacar (García 1972:618).
Este contexto político será el que articula las experiencias que se desenvolverán en el
trabajo por el lado de las sociedades hispánicas. Una situación en la que las explotaciones
occidentales vinculadas al mercado externo no exhibían el auge del que participaron en las
décadas consecutivas, pero en el que la explotación y apropiación de recursos pampeanos
atravesaba una creciente competencia.
dónde y cómo suelen juntarse para invadir. Responde. Que todas estas diligencias se
hacen por medio de Caciques, y recados verbales de unos a otros de dichos
Caciques, y que unas veces se llaman para unos parajes, y otras para distintos,
según lo exige la estación, el tiempo que se prefijan, y el paraje donde proyectan dar
el golpe. Que reunidos en el paraje indicado de la asamblea, y a veces el día mismo
de la entrada, eligen uno o dos de aquellos caciques concurrentes, que tienen más
acreditada fama de guapos, para que les sirvan de caudillos, pero que no obstante
no están determinadamente sujetos a obedecerles y que solo lo nombran para que a
su ejemplo peleen los demás (Mayo 2002:27).
Alcahuan justifica las acciones que llevan a cabo estas entradas en el deseo de vengarse
de los agravios recibidos de los cristianos, y no en la búsqueda de animales -los que tienen en
abundancia en las sierras de la Ventana-. Más allá de lo coyuntural, se puede considerar la
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
Felipe Barquero fue tomado cautivo en mayo de 1872. Explicó que hallándose en un
paraje llamado las pulgas jurisdicción de San Luis de Loyola, en la octava de San Antonio,
del invierno pasado, acometieron los Indios Ranqueles a su casa que era un puesto de la
Estancia del Maestre de campo Joseph Quiroga, fue y lo cautivaron juntamente con una hija,
una sobrina y un hermanito suyo, y los llevaron a los parajes donde habitan y se llaman el
Tigre, la Laguna Salada y la Amarga, donde estuvo seis meses (Mayo 2002:31). Hipólito
Bustos fue interrogado acerca de dónde lo cautivaron y en qué tiempo, a lo que responde le
llevaron del puerto de San Clemente de Lobería donde era capataz con otro peón en el mes
de septiembre sin mas datos (Mayo 2002:33). Atanasio Salazar, miembro de las milicias, fue
tomado cautivo en Las Cañuelas: Preguntado si fue en acción de armas o en otra ocasión
particular. Responde: Que estaba en su casa a sazón que los Indios sorprendieron aquel
puesto y aunque intentó su fuga a caballo disparado este le arrojaron y le cogieron, y
llevaron a sus tolderías, adonde lo han tenido siete meses (Mayo 2002:74).
Parecería que los implicados no necesitaban explicar de qué se trataba un malón, así
como a quienes tomaban la declaración no les interesan conocer demasiados detalles en torno
1
Resultan iluminadoras las descripciones que al respecto realizó Santiago Avendaño (Hux 1999).
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
a su ejecución. Sí en cambio suelen detenerse en los preparativos del acto. Acerca de ello Blas
Pedrosa brindó interesantes detalles:
Los cautivos tomados por los indígenas tenían una variedad de roles que han sido
analizados en diferentes oportunidades (Socolow 1987; Mayo y Latrubesse 1998; Operé
2001). Esclavo en las tolderías, prenda de comercio en las relaciones ínter tribales, objeto de
distinción, rehén, mensajero o sujeto a través del que se manifiesta el propósito de afianzar
acciones pacíficas. Tal es el caso, por ejemplo, de Branco Xavier Díaz (Mayo 2002:61 y ss.),
quien fue tomado cautivo en Luján en 1784. Explicó que el indio Lorenzo hermano del
Cacique Inacayal [difunto] le dijo (...) que aunque por ahora no venía, ya por la seca, y ya
porque se retiraran a los montes en busca de algarroba; que poco a poco se habían de
vengar de las injurias recibidas de los cristianos por prenderles sus parientes y matárselos.
Asimismo amenazaba que con el tiempo esperaban arruinar hasta la Ciudad de Buenos Aires.
Esto se contextualiza en que los propios indígenas habían solicitado paces. Estas fueron
rechazadas en un principio por los cristianos, ante lo que no les quedaba otro arbitrio que
continuar la guerra. Pero finalmente Díaz señaló que se le dieron instrucciones para alentar la
formalización de las paces: el cacique entregaría otros once cristianos que tenía cautivos, y
los demás que pudiese juntar entre los indios independientes. Sin esta última propuesta no se
explica la liberación de Díaz.
Blas Pedrosa señaló que los caciques Anzeman y Canevayon tenían infinitos cautivos,
pero que duda que se sirvan de ninguno de ellos para baqueano a excepción de un vecino
español que acompaña a Anzeman. Un español casado en la toldería con una india y llamado
Juan de Dios, que se ejercita en servir de espía a este cacique en las invasiones anticipándose
a los parajes en los que premeditan, vestido a la española e instruido de las proporciones y
puntos por donde puede hacerse la entrada vuelve a la toldería (...) Que tendrá como
veinticinco años de edad de estatura proporcionada, ojos azules, color blanco, pelo rubio y
que tiene una cicatriz grande en una de las rodillas (Mayo 2002:65 y ss.).
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
Entraron varios cautivos y cautivas –una de estas había sido sirvienta de Rosas-
trayendo grandes y cóncavos platos de madera hechos por los mismos indios,
rebosando de carne (Mansilla 1989:184).
Las memorias del cautiverio de Santiago Avendaño también resultan ilustrativas (Hux
1999). El texto es de mediados del siglo XIX pero sirve para ejemplificar las actividades
desenvueltas en el interior de la sociedad indígena con una pormenorizada atención: ya sea
como pastor, leyendo, o hasta llevando los caballos para engordar en las operaciones previas
al desarrollo de un malón.
Susan Socolow ha analizado una muestra de alrededor de 300 cautivos redimidos por
Juan Manuel de Rosas. De ellas construye el perfil socio-demográfico de estos grupos.
En primer lugar cabe señalar que los hombres que son cautivos, por lo general, son
pequeños. Menores de 15 años, no más que eso (Socolow 1987:120). Este perfil se
corresponde solo a grandes rasgos con la muestra aquí analizada. Se advierten algunas
diferencias que podrían deberse a la viabilidad de escapar al cautiverio. Esta es una empresa
riesgosa, en la que un hombre puede considerarse más capacitado para desenvolverla en
forma exitosa que una mujer. De otro modo no se explica que el 90 % de los testimonios sean
de hombres.
Por el lado de las mujeres tomadas como cautivas se considera que su rango etario podía
variar con mayor amplitud. Mientras que acerca de lo étnico se ha sostenido que no parecería
haber entre los cautivos tomados por los indígenas preferencias étnicas: blancos, mestizos o
mulatos, negros y hasta indígenas pueden formar parte de este grupo (Mayo y Latrubesse
1998:77). En su mayoría se trató de habitantes rurales que habían sido encontrados en torno
sus lugares de residencia, que no necesariamente son los de su nacimiento.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
Las circunstancias relatas por Juan Luis Badiola en 1783 son particulares. En la Cañada
de la Paja fue tomado cautivo junto a su madre y a sus abuelos. Era pequeño. A su abuelo
Antonio, el pampa lo liberaron en la primera Laguna el mismo día, y aquella noche se huyó
su abuela y a pocos días pasó su padre acompañado, y rescató a su madre, con aguardiente y
otras cosas, al que declara no lo rescataron, y siguió con la indiada tierra adentro (Mayo
2002:57).
En otros casos los interrogantes en torno a estas experiencias sirven para develar la
identidad de un indio bombero. Pedro Pablo Suares, aprehendido en una noche de septiembre
de 1789 en la zona de Cruz Alta, expresó que fue conchabado para arrear una tropa de mulas a
los Puestos de Chapa. Sin embargo, antes de que continuar su declaración le dijo un Cabo de
Carabineros llamado Bartholomé Amarillo que mentía que era Bombero, y registrándole le
encontró varias señas las que demostraban ser señas propias de indios, como eran ácioneras
estribos, correas y espuelas de Potro, como igualmente todo él hedía a Potro. Al otro día por
la mañana Declaró de que era cierto ser Bombero (Mayo 2002:71).
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
Se trata de una serie de experiencias que en su conjunto dan muestra de una importante
riqueza. Ajena a la inmutabilidad y a los vacíos propuestos por la lectura de otras miradas.
Una lectura que se explica en el sector social de los implicados. En su mayoría habitantes de
escasos recursos (se puede apartar a los casos de Blas Pedrosa y José César Contreras) que
atravesaban forzosamente el desierto. Pero que reconocían en el él un ámbito. Aunque se trate
de un ámbito hostil y marginal.
Entre fines del siglo XVIII y principios del XIX viajeros extranjeros recorren el
territorio pampeano. Se trata en su mayoría de franceses o ingleses. Sus intenciones son
diversas, muchos de ellos se pueden vincular con el intento de desarrollar explotaciones
mineras en Cuyo y el Noroeste. Pero no se trata de viajes forzados. Entre ellos y los escritores
de la generación del 37´ se ha justificado la advertencia de ciertas continuidades (Prieto
1996).
John Miers recorre la llanura pampeana en su trayecto hacia Chile en la década del
veinte del siglo XIX. Su análisis marca un profundo contraste entre la zona mediterránea del
país y esa ilimitada llanura vacía de paisaje, en donde un pueden verse ni colinas, ni rocas ni
árboles. El análisis formará parte del texto que redactó en 1826 y se tituló Viaje al Plata
1819-1824 (Miers 1986). Un análisis similar realizó Francis Bon Head, aunque nutrido de
mayores admiraciones acerca de la Pampa (Bon Head 1986). Su viaje fue generado por la
desafortunada búsqueda de yacimientos mineros. Sin embargo sus narraciones en los
recorridos sobre la Pampa se destacarán en su texto.
Adolfo Prieto en su trabajo sobre los viajeros ingleses destacó el hilo que coloca al texto
de Miers como hito de las descripciones de la Pampa. Incidiendo, entre otros, a Brand quien
acudió a las imágenes del mar y del navegante para expresar la experiencia de su travesía en
la pampa: me recordaba estar en el mar, con tierra a la vista; las Pampas se extienden ante
nosotros como un mar, tan lejos como el ojo puede alcanzar. Un uso de categorías similar se
advertiría en el texto de Scarlett: después del océano de tierra que habíamos atravesado
llegamos a Córdoba (Prieto 1996:62 y ss.)
Con Esteban Echeverría se puede apreciar el modo en que la Generación del 37´ relee
aquellos textos. Cuando María se encuentra huyendo de las tolderías, en la soledad por la
muerte de Brian, Echeverría expresó:
Insensible a la fatiga;
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
a cuanto ve indiferente;
al parecer exhaló.
El crepúsculo esparcía
el desaliento y angustia
La inmensa extensión de los territorios del país que está en sus extremos está
enteramente despoblada, y ríos navegables posee que no ha surcado aún el frágil
barquichelo. El mal que aqueja a la república Argentina es la extensión: el desierto
la rodea por todas partes y se le insinúa en las entrañas (Sarmiento 1990:49).
Finalmente, para cerrar este recorrido en torno a las imágenes que algunos intelectuales
construyeron acerca del desierto se aludirá al modo en que José Hernández observa a través
del Martín Fierro la frontera. Este es un caso significativo, por que permite aludir a, al menos,
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
dos perspectivas bien diferenciadas. En La Ida, escrita hacia principios de la década del
setenta del siglo XIX, ir hacia las tolderías es una incógnita, un enigma a resolver. En cambio,
La Vuelta se inicia con una estigmatización del indígena, y con él de la frontera. Hernández
ha variado el lugar de su perspectiva (Halperín Donghi 1986; Operé 2001:248 y ss.). Dejando
de lado un lugar ambiguo y acoplándose a la construcción que se fraguará con la afirmación
del Estado Nacional.
Bon Head, Miers, Echeverría, Sarmiento, Hernández, la lista podría ser mas extensa.
Ellos construyeron una imagen diferente de la otorgada por los cautivos. Esta diferenciación
no implica que entre estos viajeros voluntarios no haya alusiones que maticen y le den un
colorido al desierto. Bon Head manifestó su admiración por los indígenas y lamenta no
haberse atrevido a visitar algunas tribus: “sería curioso ver a lo jóvenes divirtiéndose en las
llanuras en tal estado de naturaleza salvaje y oír los sentimientos y opiniones de los
ancianos; y de buena gana habría tiritado en las noches frías y comido carne de yegua de
día, si los hubiese visitado” (Bon Head 1986:82). Luego añadió “he de lamentar sólo que la
historia de esta gente no sea mejor conocida; pues, de muchos hechos que oí concernientes a
ella, creo realmente que los indios pampas como los araucanos tienen muchas cualidades
valerosas y estimables” (Bon Head 1986:83).
Sin embargo el conjunto legará una imagen estática y negativa. Ella será acompañada
con la imposición de una mirada que cristalizará las identidades indígenas. Se trataba de un
espacio repleto de violencia, pero en el que la diversidad se multiplicaba con los poros e
intersticios existentes. Como resultado de ello solo se le concederá historicidad y dinámica al
desierto cuando deje de ser tal.
Juana Aragón, la también ya citada madre de Luis Badiola señaló que fue en repetidas
ocasiones tomada cautiva. Y siendo hija de un indígena y una español (probablemente
también cautiva) se consideraba india criolla.
768
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
También forman parte de estos espacios las decisiones que adoptaron los negros
esclavos Pedro Josef y Josef Antonio. Ambos, por motivos distintos prefirieron la vida
marginal de la frontera a las arbitrariedades de la sociedad hispánica. El primero indicó que su
amo no lo dejaba casarse con quien él amaba. Mientras que Josef Antonio huyó de su amo y
su residencia en Montevideo por los constantes malos tratos que le eran ejecutados (Mayo
2002:79 y ss.).
En forma paralela a los esclavos, también los indígenas buscan manipular los
intersticios de la frontera. Rafael de Soto ejemplificó los modos en que los serranos
usufructuaban el lugar de las Reducciones jesuíticas: y responde a la tercera dijo, que es muy
común que los indios de la Reducción tratan y contratan con los demás indios infieles y así
por haber visto los dos que antecedentemente lleva declarados, como por lo ponchos que
traen a esta ciudad, los cuales sabe el que declara no los fabrican en dicha Reducción (Mayo
2002:11)
Y algo similar sucedía en Patagones, donde parte de los productos obtenidos por medio
de los malones eran comercializados con los propios hispánicos. Diego Nuñez, declaró que
Que a los tres días de haber llegado a las tolderías llegaron también Indios de los que habían
ido a Patagones trayendo aguardiente los que dijeron que por aquellas partes estaban
buenos con ellos, los cristianos; que a estos no podían hacerles nada por tener casas debajo
de tierra (Mayo 2002:55).
Conclusiones
De la contraposición de las miradas de quienes fueron tomados cautivos en
complemento con las de los viajeros e intelectuales de las décadas del veinte y treinta del
siglo XIX se obtienen, al menos, dos imágenes diferentes de un mismo proceso.
Los viajeros extranjeros presentan algunas características que serán continuadas por los
escritores de la generación del 37´. En conjunto se conformó una imagen que hará del desierto
la principal caracterización con la que se asociará a la Pampa. Por otro lado, las miradas de
sectores más bajos de la población y residentes en la zona advertían, sin proponérselo, un
cuadro diferente. Para ello se trató de un espacio en el que la integración era temida. En el que
los conflictos con los indígenas eran problemáticos, pero en los que todo ello no fue suficiente
para evitar que las tasas de crecimiento de la población de la zona registren niveles muy
considerables (cf. Socolow 1987:136).
769
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
Bibliografía
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Boccara, G. (2001); “Mundos Nuevos en la fronteras del Nuevo Mundo relectura de los
procesos coloniales de etnogénesis, etnificación y mestizaje en tiempos de globalización”. En:
Nuevo Mundo Mundos Nuevos; Nº 1. http://www.ehess.fr/Revue/indexCR.htm
Bon Head, F. (1986); Las Pampas y los Andes; Hyspamerica; Buenos Aires.
Halperin Donghi, T. (1982); Una nación para el desierto argentino; Centro Editor de
América Latina; Buenos Aires.
Mandrini, Raúl y Sara Ortelli (1992); Volver al país de los araucanos; Sudamericana;
Buenos Aires.
770
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
Socolow, S.M. (1987); “Los cautivos españoles en las sociedades indígenas: el contacto
cultural a través de la frontera argentina”. En: Anuario IEHS Nº 2; UNCPBA; Tandil; 1987.
771
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
Abstract
Desde África el asimilado, el escolarizado, emprenderá un viaje concreto hacia la
metrópoli europea para convertirse en intelectual. Desde Europa el intelectual africano
emprenderá un doble viaje hacia el África: De un lado será un viaje hacia el pasado mas
propio, uno de retorno hacia sus ancestros, sus mitos y leyendas, su lengua madre. Del otro
lado será un viaje hacia el futuro en tanto intelectual que aporta a la revolución política, a la
independencia.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
Abstract
Decir que la guerra es un buen motivo para que la gente emigre no es algo que requiera
demasiado análisis. Ahora bien, si tenemos en cuenta que quienes hablamos no conocemos al
objeto guerra más que como sustantivo abstracto, y aún más si suponemos que tal estado es
deseable, no podemos sino atender a la memoria de quienes sí la vivieron.
Sin embargo, la memoria, trasladada de espacio con sus hombres, recorre itinerarios
retrospectivos de construcción. Nos ocuparemos, concretamente, de reconstruir el relato de
viajes a través de fuentes orales. Aquello que se quiere explotar en este trabajo es el valor
subjetivo de una entrevista de historia oral.
773
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
Abstract
Como espacio fuera de la historia, el exilio está habitado por expulsados y derrotados.
Si bien salvo en la deportación, las salidas al exilio son expresión de cierta voluntad
individual, el camino del destierro está condicionado por la falsa disyuntiva entre quedarse o
salir, que connota la opción morir o vivir.
Este trabajo se propone analizar las representaciones de los viajes no deseados en los
derrotados políticos de 1976. Enfatiza la lectura que los que estaban fuera del país hicieron de
los que sufrieron el extrañamiento interno, tanto en aquellos casos que implicaron un
confinamiento a otras regiones del país, como en los que supuso la ruptura de la militancia o
el silenciamiento de la vocación política. En este sentido, mi objetivo es ponderar cómo los
testimonios del exilio exterior construyen la noción de exilio interno, reconociendo que
ambos exilios implicaron destinos no deseados y rupturas de la cotidianeidad, del espacio de
lo propio, del proyecto vital, etc.
Since space out of history, expelled and defeated people inhabit the exile. Except
deportations, the departures to exile are wilful and individual incidents. However, the way
toward banishment is conditioned by the false disjunctive between to leave/stay, in relation to
another false option to die/live.
The exile always implies a violent fracture of the individual from its national
community.
This paper proposes to describe the representations of the non-desirable trips in the
political defeated of 1976. My objective is to analyse how the testimonies of the “external
exile” construct the idea of “internal exile”, recognising that both exiles implied non
desirable fates, fractures of the everyday life, political militancy and vital projects and lost of
own spaces.
Texto
“Si uno de veras cree que el hombre no es más que ser y circunstancia, la única
manera de salvar al ser amenazado es cambiar de circunstancia lo más pronto
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
Consideraciones iniciales
Como espacio fuera de la historia, el exilio está habitado por expulsados y derrotados.
Si bien salvo en la deportación, las salidas al exilio son expresión de cierta voluntad
individual, el camino del destierro está condicionado por la falsa disyuntiva entre quedarse o
salir que connota la opción morir o vivir.
Este trabajo se propone analizar las representaciones del viaje no deseado en la memoria
de los derrotados políticos de 1976. Enfatiza la lectura que los que estaban fuera del país
hacen de los que sufrieron el extrañamiento interno.
En este sentido, pondera cómo los testimonios del exilio exterior publicados desde
mediados de los 90 construyen la noción de exilio interno, valorando aquellos elementos que
individualizan al viaje exílico en el universo de los viajes, a saber la salida no deseada, el
sentimiento de extrañamiento y alienación, la vivencia de pérdida y ruptura de la
cotidianeidad, del espacio de lo propio, del proyecto vital, etc.
La primera parte intenta marcar la relación entre exilio-viaje y exilio interior, poniendo
en cuestión la pertinencia analítica de la noción de exilio interno más allá de su uso nativo.
El exilio como viaje tiene algunas peculiaridades. En principio, no tiene una despedida
convencional. Los que se van lo hacen sin protocolo, casi sin deliberación. Lo hacen en
silencio y en soledad y si alguien observa su partida es para cerciorarse de que finalmente el
país se ha librado de aquellos a los que el poder califica como un “cáncer social” (Moyano,
1983: p. 33).
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
La partida al exilio es una huida, es una fuga y remite a una expulsión sancionada por la
ley o impuesta por las circunstancias políticas. Los exiliados son sujetos “aterrados”, en el
doble sentido de personas que deben aprender a vivir sin tierra porque se los ha arrancado con
violencia del lugar en el que nacieron y de expulsados por el miedo (Moyano, 1983: p. 96).
El exilio es ante todo salida y se constituye sobre la vivencia de lo que se pierde sin
elección (Gómez, 1999: p. 200). A diferencias de otros viajes, es un viaje compulsivo. Pero
también es un viaje sin retorno más allá de la posibilidad efectiva de regreso. Como afirma
Eric Hobsbawn, los exiliados son gente que camina hacia atrás (Hobsbawn, 1991: p. 65)
A diferencia de otros viajes, no puede explicarse el exilio sino en relación con el origen.
La idea de expulsión no implica únicamente desplazamientos geográficos porque el territorio
del que el exiliado se aleja no es sólo el que tiene existencia física real, sino que puede ser un
territorio simbólico cimentado en una tradición política, una militancia compartida, una
memoria común, una comunidad de derechos y deberes cívicos. En este sentido, el viaje
exílico supone interpretar la vida dentro o fuera de las fronteras de la sociedad de origen como
una experiencia de no-pertenencia al medio.
¿Qué sentidos engloba la noción de hogar para el exiliado? Por una parte, el hogar es el
espacio de los afectos, de las relaciones más próximas, de la familia, el barrio, los amigos. Por
otra parte, el hogar-Patria es aquella comunidad política que asegura ciertos derechos e
impone determinadas obligaciones. En ella el sujeto se define como ciudadano y se realiza en
una dimensión colectiva y pública y en la confrontación de proyectos políticos y de modelos
de sociedad. 1
1
En las luchas por nominar la Patria y definirse a sí mismos, los exiliados confrontaron con otro actores
sociales. En plena dictadura, respondían al discurso dominante, a veces a contrapelo y a veces simplemente
invirtiendo el signo de las calificaciones del poder militar.
En el discurso de la última dictadura militar, la Patria se definió por referencia a un conjunto de valores
esenciales que marcaban un afuera habitado por los no argentinos. La dicotomía entre un adentro y un afuera
absolutizados y autoexcluyentes apuntó a separar la “verdadera Argentina” de la “Argentina apócrifa”, habitada
por el enemigo, o sea, lo radicalmente otro. Convertidos por el poder dictatorial en extranjeros, su expulsión del
ámbito de la Patria fue la consecuencia “natural.” Recortados el adentro y el afuera de la Patria como ámbitos
morales, toda práctica que contradecía o cuestionaba el poder sólo podía ser una anomalía a ser extirpada.
Cuando el debate político se naturaliza y se convierte en un territorio de opciones morales, la separación
entre la buena y la mala política anula la noción de ciudadanía que queda reducida a aquellos que el poder
pondera como argentinos y buenos ciudadanos.
776
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
Para el caso del exilio argentino, el afuera lo definía antes la no-pertenencia a un orden
político o su expulsión violenta de esa comunidad que la realidad concreta del desplazamiento
geográfico lejos del ámbito de los afectos y de lo cotidiano dentro o fuera de los límites del
país. En este sentido, la expulsión, el extrañamiento y la marginalización fueron para el
exiliado una confirmación (continuidad) de un exilio previo, sancionado por la derrota del
proyecto político en el que estaba comprometido. 2
Identificar un exiliado entre los miles de argentinos que salieron del país a mediados de
la década del 70 obliga a analizar situaciones de hecho y sanciones jurídicas.
Cuando el viaje exílico llegaba a destino, la obtención del estatuto legal de asilado o
refugiado sancionaba una situación de persecución política que había puesto en peligro la vida
o libertad de ese individuo en su país de origen. Sin embargo, no siempre las víctimas de la
acción represiva del Estado Terrorista gozaron de ese reconocimiento. La adquisición del
estatuto legal de asilado o refugiado dependió de múltiples factores entre los que no hay que
olvidar las formas en que se dio la salida del país, la posibilidad de pedir y obtener el apoyo
de terceros estados o de organismos internacionales como el A.C.N.U.R., el hecho de que en
los países de acogida estuviese reglamentado el derecho de asilo y finalmente la propia
voluntad del exiliado de requerir esta categoría, no siempre valorada como una protección. En
no pocas ocasiones, los exiliados consideraron que solicitar el asilo era un demérito, que
ratificaba el triunfo de los militares y confirmaba que su alejamiento sería prolongado.
La imposibilidad de medir las razones del exiliado para salir del país deja una amplia
zona habitada por los exiliados del miedo, individuos que evaluaron o bien que su existencia
en el país estaba amenazada o bien que la atmósfera política y cultural tornaba imposible su
permanencia.
2
Una lógica similar aplicó el poder que exilió, que negaba la represión (proscripción, silenciamiento, etc.)
afirmando que sólo estaba certificando una autoexclusión previa: el divorcio de los “subversivos” de la esencia
de la Nación.
3
Lejos de ser una decisión individual y libre, el exiliado era un perseguido, alguien que tuvo que partir
por “haberse hecho sospechoso del poder omnímodo, por haber sido familiar o amigo de un desaparecido, por
haber luchado por sus derechos de trabajador, por haberse descubierto como un peligro para el sistema represor.”
Primeras Jornadas Nacionales sobre problemas de repatriación y exilio. Buenos Aires, 27-29 de Julio 1984,
s.p.i., p. 8.
777
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
Como decisión explícita del poder autoritario, la relegación operó históricamente como
forma judicial del exilio interno. Confinados en lugares “fuera de la civilización”, los
deportados pueden ser considerados un tipo de exiliado interno. En la historia argentina, la
isla Martín García, la Isla de los Estados y la Patagonia en general, sirvieron a gobiernos de
diverso color político para aislar a sus enemigos. En estos casos, los detenidos a disposición
del Poder Ejecutivo eran trasladados dentro de las fronteras del país y lejos de a
“Civilización” para anular su potencial subversivo o contestatario. Como estatuto intermedio
entre el destierro y el encarcelamiento, la relegación o confinamiento implicaron segregación,
desplazamiento geográfico, aplicación de un castigo y silenciamiento.
Sin embargo, el uso que en la Argentina de la última dictadura se hizo del concepto de
exilio interno no alude estrictamente a ninguna forma jurídica de punición, sea la de los
detenidos a disposición del Poder Ejecutivo, los presos políticos o los liberados de los campos
de concentración que vivieron en un régimen de libertad vigilada. En este sentido, la
posibilidad de recurrir a una categoría jurídica para identificar a un exiliado interno no resulta
operativa, aunque las historias de presos políticos o liberados pueden incluirse bajo esa
denominación.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
geográfico o exilio residencial. Sus formas más habituales fueron la reclusión en barrios
alejados dentro de la ciudad en la que vivían con anterioridad al golpe y la no frecuentación
del centro de la ciudad o la migración a regiones del interior del país. Las provincias
patagónicas, por caso Neuquén, ejercieron un atractivo particular. Para muchos de los que
estaban estudiando en las universidades de Buenos Aires, La Plata o Córdoba, la irrupción
militar implicó el regreso a sus ciudades de origen. Estos retornos fueron también asumidos
como exilios internos.
Por otra parte, el exilio interno como pérdida de la militancia, como ensimismamiento,
silencio o alienación. En este caso, sin mediar un desplazamiento dentro del país o de la
ciudad de residencia, se habla de exilio porque el individuo para salvar su vida, reprimía o
autocensuraba aquello que lo había definido como sujeto: la militancia en sus diversas formas
(estudiantil, barrial, sindical, política, cultural, etc.)
Más allá del uso “nativo” de la noción de exilio interno por los actores de los 70, desde
el punto de vista analítico cabe preguntarse sobre su pertinencia. En tanto no todos los
individuos que vivieron en la Argentina entre 1976 y 1983 pueden ser considerados exiliados
internos, quizás un camino para reconocerlos sea ingresar en el territorio de la oposición
dictatorial.
Cuando se estudian las relaciones entre la sociedad y el poder autoritario, uno los
deslizamientos más comunes es transformar a todos los habitantes en exiliados internos.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
Si bien el terror del Estado pretoriano atravesó todo el tejido social e implicó no sólo la
eliminación de los opositores políticos sino también la domesticación ciudadana, resulta
imposible extender la identidad de víctima a toda la sociedad argentina post golpe militar.
Más allá de que una vasta mayoría de los argentinos después de 1983 resignificó su
experiencia dictatorial como negativa, los exiliados internos son aquellos que residiendo en la
Argentina entre 1976 y 1983 fueron “enemigos del régimen castrense” (Huasi, 1985: p. 10).
Ahora bien, ¿Quiénes fueron los opositores durante la dictadura? ¿Cómo se expresó esa
oposición? ¿Quién fueron, parafraseando a Julio Huasi, “los enemigos del régimen
castrense”?
Más allá del desigual comportamiento de los actores tradicionales (partidos políticos,
sindicatos, etc.) y de los nuevos actores (el movimiento de DD.HH.), buena parte de la
sociedad argentina se expresó más por el silencio y la pasividad que por la oposición abierta. 5
4
Sobre la distinción entre “afectados” y “no afectados”, vide: Elizabeth Jelin 1995 La política de la
memoria: el movimiento de derechos Humanos y la construcción democrática en la Argentina, en: Acuña, Carlos
et al Juicio, castigos y memorias. Derechos humanos y justicia en la política argentina. Buenos Aires, Nueva
Visión.
5
Para un estudio pormenorizado, Vide. Hugo Quiroga y César Tcach (Eds.) 1996 A veinte años del golpe.
Con memoria democrática. Rosario, Homo Sapiens.
780
Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
Identificados los apoyos sociales del régimen militar y sus entusiastas voceros en la
sociedad civil, los exiliados internos deben buscarse en ese universo opaco de los que fueron
ajenos al proyecto dictatorial y que manifestaron su extranjeridad de múltiples formas,
muchas de las cuales no resultan fáciles de “medir”. Entre ellos reconocemos a los que
tuvieron que exiliarse de la vida social, los que se quedaron sin palabra porque sus ideas
estaban censuradas, los que buscaron espacios alternativos o enmascararon la expresión de su
oposición, los que manifestaron una resistencia explícita, los perseguidos y represaliados
directos, los que se desplazaron dentro del territorio nacional en búsqueda de un lugar donde
sobrevivir física y mentalmente, los que canalizaron su repulsa política en activismo cultural,
etc.
¿Cómo identificar algo tan difuso como el sentirse extranjero respecto al mundo
exterior y abstenerse de adherir al poder dominante? ¿Es posible pensar en una gradación de
exilios internos? ¿Tiene un valor diferencial haber sido expulsado de la vida profesional-
laboral por el miedo o por una penalización directa del Estado? ¿Define la identidad de
exiliado interior la participación en conspiraciones o en la resistencia directa? o ¿ pueden
incluirse dentro de esa categoría otras formas menos visibles de oposición? ¿Cómo evaluar la
6
Resulta importante enfatizar el rol de los organismos de DD.HH. que se constituyeron en los nuevos
actores políticos y que desde un reclamo ético y enraizado en el ámbito de lo privado _ la recuperación del
familiar reresaliado _ contribuyeron a construir una nueva forma de entender lo político que atacaba la esencia
misma del estado terrorista.
7
El deseo de sobrevivir físicamente en un contexto dramáticamente represivo obligó a buscar espacios
alternativos que permitieran sobrevivir moralmente. La clausura de las instancias representativas y la
persecución obturaron la expresión de la palabra opositora, anulada por la cárcel o la desaparición y expropiada
por el miedo. Al mismo tiempo, la pasividad fue síntoma de la desmoralización por la derrota del campo popular,
diezmado por la violencia del Estado pretoriano.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
Estos interrogantes alumbran la tensión entre dos cuestiones. En primer lugar, que el
trabajo de análisis historiográfico enfrenta un objeto construido desde una dimensión
normativa.
En segundo lugar, que más allá de su pertinencia analítica, en la Argentina de los años
70 se usó la expresión exilio interno. 8 Si concebimos la acción de nombrar como una acción
política (Bourdieu, 1993: p. 98), cabe preguntarse para el contexto argentino de la dictadura
por qué se asumió la noción de exilio interno que implica la apropiación de un concepto para
definir una situación que era comparable en cuanto a la pérdida, la violencia, el
extrañamiento, la expulsión, el desplazamiento, la salida de, el estar afuera, pero no se
ajustaba al hecho de abandonar el territorio del país ¿Por qué fue necesario comparar ambas
realidades? y ¿a qué intereses o necesidades sirvió esa asimilación?
8
La distribución social de esta noción constituye un problema de análisis, porque históricamente no en
todos los países sometidos a experiencia autoritarias se generalizó esta expresión. Así, por ejemplo, mientras la
expresión exilio interno fue usada en la Alemania nazi o en la España republicana, no ocurrió lo mismo en la
Italia fascista, en la que se prefirió la noción rechazo y resistencia al régimen dominante. (Treves, 1990: p. 55).
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
Para Juan Gelman, fue exiliado interno quien viviendo en la Argentina “padeció la
dictadura” y “sufrió” diferentes tipos de pérdida: no poder seguir viviendo tranquilamente en
su casa, no poder visitar a su familia, no poder publicar lo que quería, no poder continuar con
su trabajo (Boccanera, 1999: p. 56).
Sin embargo, entre los que padecieron el terror, Osvaldo Bayer y Gónzalo Cháves 10
plantean una diferencia entre los confinados por el miedo y los que asumieron una posición
activa de resistencia antidictatorial, especialmente las Madres de Plaza de Mayo. Esta
oposición activa se inscribe en lo que Rodolfo Terragno en los ochenta definió como los que
“respira(ban) el monóxido de la represión” (Gómez, 1999: p. 192), o sufrían la tragedia
cotidiana de “estar desterrados de la razón”, pero se diferencian del promedio del exilio
interior por combatir a la dictadura dentro de la dureza de la represión. 11
9
También, la noción de exilio interior fue usada para describir su inserción en el mundo de las relaciones
en la Argentina del retorno.
10
Sindicalista de la izquierda peronista que se exilió y regresó tempranamente al país. En 1978 se sumó a
la resistencia obrera que realizaba pequeñas acciones de sabotaje y de propaganda en las fábricas (Jauretche,
1997: pp. 286, 287).
11
Si bien existe una tendencia a separar resistencia y silencio y a ligar a este último la noción de exilio
interno, la noción de exiliado (interno) expresa una ambigua posición actancial: víctima y actor. Esa ambigüedad
está presente en la idea de que un individuo “se exilió”, pero que se trata de un tipo de emigración mediada por
la violencia. Sin embargo, aunque en algunos testimonios se privilegia la noción de exiliado interno víctima
(Gelman, 1999: p. 56), en otros se apunta a un rol de activo frente a la dictadura, siempre especificando las
“limitaciones” a la hora de ejercer una acción decidida en el clima represivo.
El énfasis en el carácter de víctima o actor para exiliados internos y externos es uno de los núcleos de las
luchas por las memorias del exilio.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
Para Noé Jitrik, el exilio interno fue un viaje mediado por la violencia y/o por la
exclusión laboral, profesional o social que, al mismo tiempo que inoculaba en el individuo el
sentimiento de ajenidad, lo imposibilitaba para comprenderse dentro de un proyecto colectivo.
Su mundo, aunque propio, había dejado de ser “su lugar” (Gómez, 1999: p. 89).
Si bien el exilio interno fue vivido como una “expulsión temporal”, en general cuando
se piensa en esa realidad, los desterrados de los 70 se refieren al desplazamiento geográfico y
de la militancia.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
transformado en algo ajeno y extraño. La atmósfera porteña estaba plagada de tensión, recelo,
silencio, miradas huidizas y desconfianza. Así, a la pérdida de los espacios en los que
construyó su vida, se sumaba la necesidad de “salir lo menos posible.” Su estrategia de
supervivencia fue “mantenerse tranquilo”, regresando a vivir a su “domicilio legal”,
abandonando toda actividad pública, excepto las pocas clases de Historia Social Europea de la
Universidad del Salvador (Anguita y Caparrós, 1998: p. 119).
Los primeros pasos de sus exilios significaron recortar su exposición pública, buscando
refugio. Sin embargo, esa salida/refugio no le permitió eludir la persecución. Su
detención/desaparición, tortura, legalización y liberación eran más angustiantes porque
estaban marcadas por la “arbitrariedad”. 13
A las pérdidas impuestas por el terror, González le sumó la marginación social que
favorecía el ensimismamiento y el sentimiento de inadecuación y extranjeridad (Anguita y
Caparrós,1998: p. 298). Después de su liberación, era un “aparecido inadaptado”, que andaba
poco por la calle y se recluía en el hogar, como el único espacio en el que podía “hablar sin
precauciones (Anguita y Caparrós,1998: p. 298).
Mientras las agrupaciones se iban despoblando por las muertes y los encarcelamientos,
una buena parte dejó de militar por el miedo. Luis Venencio recuerda que muchos creían que
bastaba con “cambiar un poco de aires, irse a trabajar a otro lado y no meterse más en política,
para que los dejaran tranquilos”. 14
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
El exilio geográfico, como forma del exilio interno, fue la experiencia de aquellos que
un día abandonaron el lugar donde vivían, dejaron a su familia y a sus amigos y reaparecieron
en otro lugar, con una historia inventada para justificar que hubieran aterrizado allí. Este
desplazamiento territorial significaba una pérdida de los referentes y la necesidad de
reconstruir una nueva identidad. Esta identidad ficticia no sólo era la resultante de las
relaciones que el individuo debía establecer con el nuevo entorno, sino que expresaba la
disociación del individuo respecto a su historia y a sí mismo. Levantarse un día en la historia
de otro no sólo tornaba a esa persona un “desaparecido” para los que lo conocían, sino que en
el esfuerzo por ocultar(se) para sobrevivir terminaba por convertir en ajena la historia que el
individuo había vivido antes del desplazamiento. Para Adriana Marcus, su “aterrizaje” en
Neuquén luego de su liberación de la ESMA fue el inicio de una nueva vida. El viaje al sur
marcó un final, a tal punto que cuando en 1985 observó el Juicio a las Juntas por televisión,
no se reconoció en ese pasado, un pasado dejado atrás, a 1000 Km, allá en la ESMA (Actis,
2001: p. 263).
El exilio interno era refugio/salida y también final y todo final remite a la violencia.
Como desplazamiento mediado por el miedo, el viaje del militante Montonero Luis Venencio
a Bariloche en 1982 estuvo caracterizado por la no planificación. Casi sin dinero y con la
incertidumbre de no saber cuando caería sobre él la espada de Damocles, Bariloche era como
otro mundo, un mundo al que los ecos de la represión llegaban, pero amortiguados (Anguita y
Caparrós, 1998, P. 150)
En general, los exilios geográficos se ubicaron en las “fronteras” del país. Cuando el
cerrojo pretoriano comenzó a cerrarse sobre su cotidianeidad, Horacio González se trasladó a
Salta junto a un histórico de la Juventud Peronista, Jorge Rulli. Como Rulli, González quería
“salir de circulación”, de forma provisoria “hasta que todo se aclarara un poco.” Este exilio
interno era una forma de que “se olvidaran de él” (Anguita y Caparrós,1998: p. 14).
Pero como hemos visto, también hubo cambios de barrio, traslados al centro mismo de
la capital y desplazamientos en el mundo laboral desde el ámbito público del que habían sido
expulsados al ámbito privado. 16
16
Cuando Onganía intervino las universidades luego de la Noche de los Bastones Largos, el en las
universidades se planteó un debate entre irse o quedarse. En algunas facultades de las Universidades Nacionales
se discutía cuáles eran las formas de mostrar oposición. Ya entonces “abandonar el país” o “no colaborar en la
investigación” se plantearon como estrategias viables para quienes tuvieran una oferta de trabajo en el extranjero
y para quienes se vieran obligados a permanecer en la “trinchera.” (Primera Plana, 5/7/1966, p. 17)
El debate entre irse o quedarse en la institución para resistir y habiendo tomado la decisión de abandonar
los claustros, el dilema entre quedarse en el país u organizar los equipos de investigación en el extranjero,
atravesó el mundo universitario de mediados de los años ´60. Una variante entre los profesores renunciantes o
expulsados “reacios a participar en la Operación Éxodo” fue integrarse a institutos privados de docencia e
investigación. Estos centros desarrollados al margen de la intervención a las universidades fueron los espacios
elegidos por los “suscriptos a un exilio casero” (Primera Plana, 25/7/1967: p. 44).
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
El ámbito privado funcionó como una especie de exilio casero. Por una parte, daba la
posibilidad de conseguir un refugio, una salida laboral y hasta de encontrar un lugar atractivo
donde recomponer la identidad fracturada mediante la inserción laboral, pero por el otro,
implicaba pérdida, dificultad y dolor.
Su experiencia porteña contiene todas las marcas del exilio. En primer lugar, fue un
viaje no deseado determinado por la expulsión del trabajo y el asesinato de su hermano.
Asimismo, pese a que Buenos Aires y Córdoba sólo están separadas por 700 kilómetros, no
era la distancia lo que explicaba su identidad de extranjero. Agulla concluye que la distancia
existencial no necesariamente se vincula a que el nuevo contexto de posibilidades laborales,
sino a la condición del migrante y a su posibilidad o deseo de encontrar “su lugar” en la nueva
sociedad. Si el exilio es dificultad y dolor, no existe diferencia entre Buenos Aires y
Alemania.
En todos los testimonios, la noción de exilio interno comparte con la de exilio exterior
la idea de un origen violento que connota un viaje caracterizado por la pérdida. Como afirma
Tununa Mercado, con referencia al destierro, el mayor peligro al asociar exilio a viaje es
perder de vista que el exilio se constituyó sobre la pérdida, o sea estaba asentado en un
horizonte en el que la muerte acechaba o francamente reinaba (Boccanera, 1999: p. 214).
Pese a ser una pérdida, todos los protagonistas de exilios (internos o externos)
reelaboran aquella decisión como algo razonable, no exento de sentimientos de culpa, traición
y privilegio (Anguita y Caparrós, 1998, p. 82). Si salir de circulación, recluirse en el hogar,
cambiar de barrio o desplazarse al interior fueron formas de perder visibilidad o borrarse de la
memoria de los represores para eludir la persecución, el paso del tiempo y las noticias de
muertes cercanas podían resignificar aquella decisión, cargándola de culpas.
La culpa tenía que ver con el hecho de que la biografía de los exiliados es la de
“sobrevivientes”, tanto porque ellos mismos pudieron eludir la detención o fueron liberados
después de padecer encarcelamiento y tortura, como por ser testimonios vivos de una
generación diezmada.
Mezclada con la culpa, aparecía la vergüenza. No sólo eran sobrevivientes, esto es,
privilegiados, sino también derrotados, porque con la pérdida de una generación también se
“había perdido un país” (Gómez, 1999, p. 89)
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
El sentimiento de traición afectó con fuerza a los militantes. En Ese Infierno, Munú
Actis explica que siempre había valorado al exilio exterior como un “abandono del
compromiso.” Su propio exilio y la conciencia de las dimensiones que alcanzó la violencia
del Estado Terrorista resignificaron aquel juicio.
Para los que estaban en el exterior, los exiliados internos sufrieron una mayor tragedia.
Si bien, al exiliado exterior le faltaron muchas cosas, al menos no estuvo privado de la
palabra. Munú Actis afirma: “los que estábamos afuera podíamos hablar, necesitábamos
hablar para sobrevivir; los que se quedaron tenían que callar para sobrevivir.” En el exilio
interior la palabra “terapéutica y militante” estaba censurada y/o podía ser una palabra de
muerte( Actis, 2001: p. 263).
Los desterrados comparan exilio interior y exilio exterior estableciendo puentes, pero
sobre todo preservando las diferencias entre ambas situaciones de extrañamiento. Sin
embargo, en términos generales, aunque no desaparece la lógica jerarquizante, la
confrontación de las dos formas de exilio no intenta generar antagonismos, sino que apunta a
reivindicar al exilio interior.
Sin embargo, también aparece en el recuerdo de los desterrados los prejuicios mutuos
entre los que compartían la condición de víctimas del poder pretoriano.
Noé Jitrik presenta la dificultosa relación con su hermano durante la dictadura como la
metáfora de las relaciones entre los que se fueron y los que se quedaron. Del mismo modo,
reconoce en su intento por superar el distanciamiento fraternal, su intención por reconstruir el
lazo entre el desterrado Noé Jitrik y el “país madrastra” de cara a su regreso al país.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
No obstante, Jitrik sostiene que no existió un patrón único a la hora de evaluar los
encuentros. Algunos fueron positivos. Otros reeditaron viejos conflictos de la militancia
anterior al golpe. Otros estuvieron atravesados por la indiferencia. Finalmente, el rechazo se
puso en evidencia cuando se ponían en juego competencias profesionales o laborales. Para
Jitrik, la distancia debía acortarse en dos sentidos: por una parte, desde el reconocimiento de
la condición de sobreviviente que los unía y que no era equivalente ni de cobardía ni de
complicidad. Y, por la otra, desde la necesidad de valorar los mutuos sufrimientos y desde la
oportunidad de que cada uno pudiera contar “cómo se había vivido en el extranjero” o “cómo
se había vivido en el interior” (Gómez, 1999: pp. 86-89).
Todos los reencuentros estuvieron marcados por lo que quedó después de la oscuridad
de la dictadura. El prejuicio y la lógica dicotómica, la culpa y el sentimiento de privilegio
fueron también consecuencias de la producción de relaciones sociales en un contexto
autoritario.
Para Orgambide presentar el problema como los que quisieron irse y los que quisieron
quedarse ocluye que la división verdadera pasa entre quienes defendieron y colaboraron con
un régimen de terror y quienes lo padecieron y enfrentaron la dictadura. En este sentido,
ambos exilios se recortan desde el dolor, la pérdida (en este sentido son víctimas) y desde la
resistencia y la lucha (son actores).
17
A juicio de Gelman, la persistencia de la lógica excluyente y dicotómica se potenció en el marco de la
Teoría de los Dos demonios, que satanizó a los bandos (armados) y pasivizó a la sociedad espectadora, distante y
engañada.
La construcción de la imagen de una sociedad víctima _ producto que acompaña a la demonización de
militares y guerrilla de la temprana transición _ permitió generalizar la identidad de exiliado interno a todos los
que vivieron la dictadura en el país (Boccanera, 1999: pp. 56, 57).
La presentación del proyecto de Ley de Reparación al exilio presentado en la Cámara de Diputados en
1999 podía reeditar el sentido de las polémicas de los 80, asentadas en la “falsa antinomia” y el enfrentamiento
entre “parcialidades de sufrimiento”.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
En “El privilegio del exilio”, Rodolfo Terragno 18 diferenciaba al exilio exterior de las
“verdaderas víctimas”, los “auténticos protagonistas” y los ”verdaderos héroes.” Para el
político radical, el destierro fue una posibilidad reservada a las clases medias y por tanto, fue
un privilegio. Sin embargo, pese a que Terragno reproducía la vivencia interior de muchos
desterrados que comprendían que sus trayectorias de sobrevivientes los transformaba en
afortunados, indirectamente este argumento era funcional tanto al discurso de la dictadura que
hablaba del “exilio dorado” de los “subversivos en fuga”, como a la fractura en el campo de
las víctimas. Para Terragno, los exilia dos interiores eran “los verdadero mártires”, porque no
habían tenido “la posibilidad de escoger” (Gómez, 1999: p. 192).
En Ese Infierno la noción de exilio interior se pluraliza porque comprende tanto a los
que vivieron la experiencia de la detención-desaparición como a aquellos que sin haber
pasado por los campos de concentración, de alguna manera también estuvieron
“desaparecidos” porque el temor los obligó a cambiar su proyecto de vida.
Según Adriana Marcus, aquellos que por el temor dejaron la facultad, el gremio, el
trabajo o su ciudad para refugiarse “lejos” de todo lo que había dado sentido a su vida, fueron
los “otros desaparecidos” porque un día se levantaban en la historia de otro (Actis, 2001: p.
263).
4. Reflexiones finales
Este trabajo centra su interés en la relectura de la idea de exilio interno que aparece en
la memoria de los desterrados de los 70.
18
Ponencia presentada en el I Congreso Internacional sobre el exilio y la solidaridad laltinaomericana,
Caracas 1980.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
Aunque la definición más obvia de exilio interno es aquella que lo piensa como el
desplazamiento efectivo del individuo a un lugar lo suficientemente lejano para que lo que se
teme/expulsa no pueda afectarlo, en muchos casos el exilio geográfico (dentro de las fronteras
del Estado) sólo sea el corolario de una exterioridad previa.
En los 90, la construcción de la noción de exilio interno por parte de los desterrados
aunque no es ajena al tono polémico y la lógica jerárquica que atravesó la discusión en la
coyuntura del desexilio, se posiciona en la lucha por la memoria de los sobrevivientes de la
dictadura (presos políticos, exiliados externos e internos, etc.) que puja por inscribir nuevas
claves de lectura, que no sólo enfaticen su condición de víctimas, sino también de actores.
En este contexto, los exiliados internos, aunque siguen ponderándose como las otras
víctimas de la dictadura, también son reconocidos por los desterrados como actores de la
Argentina dictatorial. Repensar el sentido del silencio, ponderar que el golpe militar obligó a
resignificar las formas de militancia, pero no la anuló, permite a los desterrados _ y como
“efecto rebote” _ comenzar a construir su propia identidad de actor/militante más allá de la de
víctima/perseguido.
En síntesis, a fines de los 90 los desterrados apelan al exilio interior con un doble
propósito de reivindicar a su “partner” en la lucha antidictatorial en la Argentina y de
potenciar desde el reconocimiento del rol crítico y distante (pese a la proximidad geográfica)
del exilio interior, su propio rol militante y crítico. Finalmente, al reconstruir una identidad
más inclusiva de opositor antidictatorial (en el exterior o en el interior), los desterrados
denuncian aquellas lecturas jerarquizantes en las ellos mismos participaron y con las se
sumaron (muchas veces no conscientemente) a la estrategia moralizante de la dictadura. Pero,
también advierten sobre la tendencia de muchos habitantes de la Argentina interior que
reelaboran su pasado dictatorial desde la tranquilizante identidad de exiliado ”casero”.
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Las Metáforas del Viaje y sus Imágenes. Mesa 8 - El viaje no deseado (exilio y memoria)
Abstract
El trabajo que presentamos tiene como objetivo analizar las cartas y los artículos
escritos por el emigrado republicano español J. Daniel Infante a propósito de su viaje a
España de 1901, textos que fueron reunidos para un libro que se publicará veinte años más
tarde con el título de ¡Por España!.
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