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Pensamiento social
Nombre: Mario Yánez
Curso: 4to
Centessimus Annus
Cien años después de la encíclica Rerum Novarum y tras la conclusión, con el
ocaso del marxismo, de un ciclo en la historia de Europa y del mundo, Juan Pablo
II es testigo de las amenazas de guerra, de la pobreza creciente, de los
regionalismos. (1991)
CONTEXTO.
Cien años después de la encíclica Rerum Novarum y tras la conclusión, con el
ocaso del marxismo, de un ciclo en la historia de Europa y del mundo, Juan Pablo
II es testigo de las amenazas de guerra, de la pobreza creciente, de los
regionalismos y los bloques de naciones. Los políticos y analistas cristianos se
preocupan por el poco cambio moral en un siglo.
CONTENIDO.
La Iglesia no tiene un modelo económico que proponer. Pero ofrece, como
orientación ideal e indispensable, la propia doctrina social, la cual (...) reconoce
la positividad del mercado y de la empresa, pero al mismo tiempo indica que
éstos han de estar orientados hacia el bien común.
ACTUALIDAD.
La lectura de Centessimus Annus hace 13 años no nos ofrece un modelo a seguir
que justifique los modelos liberales y sociales de hoy. No esperamos que la
Iglesia nos de recetas para curar todos los males del mundo actual. Nosotros
somos quienes debemos actuar para inyectar en la empresa y en la sociedad el
respeto a la dignidad de la persona. Los empresarios, por el lugar privilegiado
que poseen, tienen mayor obligación de mirar por aquellos que menos tienen,
fomentar más espacios de trabajo digno, cooperar con el Estado y sociedades
intermedias para la construcción de una sociedad más justa.
También hoy está vigente la exhortación a vivir una unidad de vida, a ser
hombres y mujeres íntegros, a ser valientes con una sólida formación intelectual
y espiritual, que sepan dar ejemplo de caridad, justicia, respeto, pero sobre todo
de unidad, para combatir el vacío espiritual que ha provocado el ateísmo práctico
de hoy.
MATER ET MAGISTRA
1. Madre y Maestra de pueblos, la Iglesia católica fue fundada como tal por
Jesucristo para que, en el transcurso de los siglos, encontraran su salvación, con
la plenitud de una vida más excelente, todos cuantos habían de entrar en el seno
de aquélla y recibir su abrazo. A esta Iglesia, columna y fundamente de la
verdad (1Tim 3,15), confió su divino fundador una doble misión, la de engendrar
hijos para sí, y la de educarlos y dirigirlos, velando con maternal solicitud por la
vida de los individuos y de los pueblos, cuya superior dignidad miró siempre la
Iglesia con el máximo respeto y defendió con la mayor vigilancia.
2. La doctrina de Cristo une, en efecto, la tierra con el cielo, ya que considera al
hombre completo, alma y cuerpo, inteligencia y voluntad, y le ordena elevar su
mente desde las condiciones transitorias de esta vida terrena hasta las alturas
de la vida eterna, donde un día ha de gozar de felicidad y de paz imperecederas.
3. Por tanto, la santa Iglesia, aunque tiene como misión principal santificar las
almas y hacerlas partícipes de los bienes sobrenaturales, se preocupa, sin
embargo, de las necesidades que la vida diaria plantea a los hombres, no sólo
de las que afectan a su decoroso sustento, sino de las relativas a su interés y
prosperidad, sin exceptuar bien alguno y a lo largo de las diferentes épocas.
5. Con este pan dado como alimento del cuerpo, quiso significar de antemano
aquel alimento celestial de las almas que había de entregar a los hombres en
la víspera de su pasión.
Se abrió con ellos un camino más amplio a la acción de la Iglesia católica, cuyo
Pastor supremo, sintiendo como propios los daños, los dolores y las aspiraciones
de los humildes y de los oprimidos, se consagró entonces completamente a
vindicar y rehabilitar sus derechos.
Quadragesimo anno
Quadragesimo anno es una carta encíclica del Papa Pío XI, promulgada el 15 de
mayo de 1931, con ocasión de los 40 años de la encíclica Rerum Novarum, de
allí su nombre en latín, Quadragesimo anno (en el cuadragésimo año). Trata
sobre la restauración del orden social y su perfeccionamiento en conformidad
con la ley evangelizadora y está dirigida a los Obispos, sacerdotes y fieles
católicos.
Tras hacer un resumen de las intervenciones anteriores de León XIII en los
temas más sociales, hace un elogio de la Rerum novarum sea por su oportunidad
(la penetración de un nuevo sistema económico y el desarrollo industrial habían
producido una fuerte división de clases sociales). Luego resume la misma
encíclica recordando el modo en que León XIII se hizo cargo del problema de los
obreros sin pasar por el liberalismo ni por el socialismo. El Papa Pío XI recuerda
también los frutos que dio la encíclica: el hecho de que los gobernantes que
hubieron de reconstruir el mundo después de la Primera Guerra Mundial se
rigieran en cierta medida por los principios enunciados por la Rerum Novarum,
la mejora de la situación de los obreros y las líneas dadas sobre sus
asociaciones.