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1. Introducción
2. Contexto histórico y pensamiento medieval en el periodo de la Baja Edad
Media siglo XV.
3. La nueva visión humanista de la locura “La nave de los necios” de Sebastián
Brant. Finales del siglo XV
La locura en la Baja Edad Media s. XV, a través de la obra literaria “La nave de los
necios - Stultifera Navis”
En las obras literarias y artísticas de la baja edad media y el renacimiento, estuvo muy
presente el tema de la locura. La figura del loco fue muy compleja y ambigua. Se tenía
repugnancia y odio por él hasta ser considerados como seres iluminados y sobrenaturales.
Una de las figuras más comunes y simbólicas de la locura a finales de la Edad Media era, la
nave de los locos, extraño barco ebrio que navega por los ríos tranquilos de Renania y los
canales flamencos.” Aquí analizaremos la imagen de la locura en la obra literaria de “La
nave de los locos o Narrenschiff”. Obra inspirada en los Argonautas. A diferencia de otros
textos literarios este navío de locos si existió. Fue una costumbre alemana que consistió en
transportar a los insensatos a otras tierras. Esta obra literaria como veremos más adelante
rompe el esquema de significancia que se tenía de locura por un discurso humanista.
Estos navíos simbólicos, que conducen a los locos en busca de razón, tienen un sentido que
va más allá de la utilidad social de alejarlos de la comunidad. La partida de los locos es una
suerte de exilio ritual. El agua que transporta al demente lo purifica. En la navegación, el
hombre queda expuesto a la suerte, “cada uno queda entregado a su propio destino, pues
cada viaje es, potencialmente, el último” (Foucault 1976:25)
Palabras clave: La nave de los locos; siglo XV ; locura; Baja Edad Media; Sebastian
Brandt: Alemania.
1. Introducción
Durante el siglo XIV el mundo europeo vivió una serie de guerras, epidemias y
hambrunas que provocaron una gran crisis. A mediados del siglo siguiente, la
situación se estabiliza. Una de las epidemias de la antigüedad, que adquirió mayores
dimensiones en la Edad media, fue la lepra, producto de las migraciones del
mediterráneo oriental, más tarde de las invasiones árabes, que fueron los medios de
propagación de la epidemia. Se dice que hubo hasta 19 mil leprosarios en toda la
cristiandad.
A finales de la Edad Media, la lepra desaparece de Europa occidental como
consecuencia del fin de las cruzadas y de la ruptura de los lazos de Europa con
Oriente, donde estaban los focos de infección.
“La lepra se retira, abandonando lugares y ritos que no estaban destinados a
suprimirla, sino a mantenerla a una distancia sagrada, a fijarla en una exaltación
inversa” (Foucault, 1967:16).
Algo que se mantendrá en el pensamiento medieval son los valores y el imaginario
del personaje leproso; el sentido de la exclusión y el aislamiento de estos. El leproso
es la manifestación de la cólera y la bondad divina. La infección de esta enfermedad
es un castigo por los males cometidos y debe ser separado de la iglesia, pero no está
separado de la gracia de Dios. Esta exclusión y abandono es una puerta a su
salvación. Esta idea de exclusión y salvación que se relacionaba a los leprosos
permanecerá en forma parecida con otros fenómenos. Ese fenómeno es la locura.
El tema de la locura también se unirá al tema de la muerte.
Durante la primera mitad del siglo XV, estuvo de moda las naves que embarcaban una
tripulación de héroes imaginarios. El Narrenschiff fue el único que existió y que
transportaban insensatos. Las ciudades los expulsaban de su recinto, esto ya se había vuelto
una costumbre en Alemania; en Nuremberg, las autoridades municipales los detenía y eran
expulsados o se los llevaban a las prisiones por la seguridad de todos. También ocurría en
otras ciudades, que eran confiados a barqueros y estos los dejaban en otras tierras. Este no
era el único medio, ya que existían lugares de detención para los insensatos, en el caso
alemán los Narrenturm, torres de los locos. Es decir, no siempre los locos eran expulsados.
Se dice que estas peregrinaciones de las naves de locos eran organizadas por las ciudades y
por los hospitales en varias zonas de Europa.
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REGALES SERNA, ANTONIO. “La nave de los necios, Sebastian Brant” Ediciones Akal, S. A., 1998. Madrid
Es que la circulación de los locos, el ademan que los expulsa, su partida y embarco, no
tienen todo su sentido en el solo nivel de la utilidad social o de la seguridad de los
ciudadanos. Hay otras significaciones más próximas a los ritos, indudablemente (Foucault,
1967:24).
En la Edad Media era común que se realizaran rituales de purificación a los pecadores. Asi
los locos en esta partida por las aguas era una especie de tantos exilios rituales. El agua lo
purifica y el recorre la geografía y se los retiene en los lugares de paso, siempre al cuidado
del hombre. “Está prisionero en medio de la más libre y abierta de las rutas”. La relación
simbólica del agua y el loco ya estaba en el imaginario del hombre europeo. ¿Cómo es que
esta imagen de la nave de los locos se expande tan rápidamente en la literatura y el arte de
varios países europeos?
Los cuentos y las fabulas sobre la locura se extienden a finales de la Edad media, aunque
estigmatizan vicios y defectos como sucedía en el pasado, los refieren todos no ya al
orgullo ni a la falta de caridad, ni tampoco al olvido de las virtudes cristianas, sino a una
especie de gran sinrazón, de la cual nadie es precisamente culpable, pero que arrastra a
todos los hombres, secretamente complacientes. (Foucault, 1967:28). No hay que olvidar
los cuentos, en particular el del País de Jauja, que aparece expresamente en La nave de los
necios
El loco ocupa el centro del teatro, representando el papel del poseedor de la verdad, opuesto
a lo que representa en los cuentos y en las sátiras. Con su lenguaje de loco, sin aire de
razón, dice grandes verdades que dan un desenlace cómico a la obra. Transforman su
mensaje en crítica social y moral lo que antes fue parodia religiosa.
Otro tema notorio del siglo XV, es la muerte y es desplazado por la locura. Las creencias
escatológicas y la muerte, producto de las guerras y la peste no escapan del hombre.
La sustitución del tema de la muerte por el de la locura no señala una ruptura sino más bien
una torsión en el interior de la misma inquietud.
Conversión fundamental al mundo de las imágenes simbólico, seres sin sentido. Muestran
un rostro enigmático ante la variedad de significados representados en una imagen. La
relación que se tiene con estos animales y creaciones fantásticas. Ahora el animal acechará
al hombre y le dirá su verdad. Estos seres se han vuelto la secreta naturaleza del hombre.
La locura es saber, las figuras absurdas son conocimiento difícil cerrado y esotérico. este es
un saber temible e inaccesible y que lo posee el loco en su inocente bobería. (Foucault,
1967:39). ¿Qué es lo que anuncia este saber oculto? Anuncia el fin del mundo, el
apocalipsis.
La locura ocupa el primer lugar en la jerarquía de los vicios. Pasa a ser privilegio el reinar
sobre todo lo que hay de malo en el hombre. En este punto la locura aun atrae sin embargo
ya no fascina, ya no tiene carácter enigmático.
Zeydel clasifica las necedades que aparecen en la obra de Brant en seis grupos: 1) ofensas
viciosas o criminales; 2) insolencia; 3) desenfreno; 4) pereza; 5) presuntuosidad, y 6)
locuras y pecadillos menores. Bajo 1) caen, v. gr., el adulterio (capítulo 33) o la blasfemia
(capítulos 86 y 87); bajo 2), la insolencia respecto a Dios (capítulo 14); bajo 3), la
glotonería (capítulo 16); a la pereza se le dedica un capítulo entero, el 97; entre los
presuntuosos figura el crítico que no se critica a sí mismo (capítulo 21); y entre las
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REGALES SERNA, ANTONIO. “La nave de los necios, Sebastian Brant” Ediciones Akal, S. A., 1998. Madrid
necedades menores entra, v. gr., la de coleccionar libros, como mero exponente del status
social (capítulo 1), aunque quizá Brant veía este pecado como mucho más grave que
Zeydel, dada su intención didáctica.3
La Edad Media había colocado la locura en la jerarquía de los vicios. Desde el siglo XIII es
corriente verla figurar entre los malos soldados de la Psicomaquia.
La tesis brantiana de que todos somos necios fundamenta su pretensión de pintar todo el
mundo, de ser realista. Brant transmite el mundo como mundo de vicios, como catálogo de
ejemplos negativos. Sólo el mundo del revés puede ser espejo del mundo, y en esto Brant
es un gran realista.
Por otro lado, el necio brantiano está en la tradición de los libros de la sabiduría. Con la
palabra “narr” no quiere designar Brant al bufón, al payaso o al débil mental, sino al necio
y, por extensión, al pecador y, mucho más raramente, al que comete locuras.4
En la misma época los temas literarios, filosóficos y morales referentes a la locura son de
distinta especie.
Sin duda, la locura tiene algo que ver con los extraños caminos del saber: el primer canto
del poema de Brant está consagrado a los libros y a los sabios; y en el pasaje que ilustra, en
la edición latina de 1497, vemos al maestro como en un trono, en su catedra atestada de
libros; detrás del birrete de doctor, lleva el capuchón de los locos, adornado con cascabeles.
Pero si el saber es tan importante en el reino de la locura, no es porque esta conserve
aquellos secretos; es al contrario, el castigo de una ciencia inútil y desordenada. Si es la
verdad del conocimiento es porque este es irrisorio. La ciencia cae en esta locura por el
exceso de falsas ciencias, aquí aparece como el castigo cómico del saber y de su presunción
ignorante. (Foucault, 1967:44)
116 de los cantos del poema de brant están consagrados a hacer el retrato de los pasajeros
insensatos de la Nave: son avaros, delatores, borrachos; son aquellos que se entregan a la
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ZEYDEL, E. H., «Notes on Sebastian Brant's `Narrenschiff'», en Modern Languages Notes, 58, 1943, pp. 340-
346. - «Some Literary Aspects of Sebastian Brant's `Narrenschiff', Studies in Philology, 42, 1945, pp. 21-30
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ZEYDEL, E. H.,(ibidem)
orgia y al desorden; aquellos que interpretan mal las Escrituras; los que practican el
adulterio. Locher, el traductor de Brant, indica en su prefacio en latin el proyecto y sentido
de la obra; se fustiga por la maldad que revelan, a todo lo que el hombre ha podido inventar
respecto a irregularidades de su propia conducta.
Brant menciona la frase “aquí se encuentra todo el devenir del mundo”. El autor nos quiere
decir con esto, que a través del loco se puede ver el futuro de los hombres. La sabiduría
enigmática del loco los iluminará. El viaje tiene un fin y es el descubrimiento a sí mismos.
Es complejo identificar esto pues todo el tiempo nos parece que Brant no hace más que
afirmar su desprecio por tal necedad. Sin embargo, el hecho de que sea el loco el
mecanismo de critica hace que este adquiera todo su sentido. Pues si no ¿por qué es él el
escogido en esta obra para representar una alternativa al orden normal de las cosas. Brant,
además , no solo sube a los hombres a una nave de locos sino que lo viste con todo su
ropaje que configuro un imaginario ampliamente difundido en la época que estudiamos5
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ARAOS BRALIC, JOSEFINA, “La nave de los locos de Sebastian Brant: Un viaje de la
humanidad hacia la locura” Revista electrónica Historias del Orbis Terrarum. Chile.
La nave representa el destino, posiblemente Narragonia, pero luego el destino se vuelve
ambiguo sin saber a dónde ir. Es un viaje en busca del destino del hombre, una encrucijada
hacia Narragonia o hacia la sabiduría.
El tema del fin del mundo, de la gran violencia final, no es extraño a la experiencia critica
de la locura tal como está formulada en la literatura. Hacia el fin del poema de Brant, se
dedica todo un capitulo al tema apocalíptico del anticristo: una inmensa tempestad se lleva
la nave de los locos en carrera insensata, que se identifica con la catástrofe de los mundos.
Del otro lado con la tradición humanista de Brant, la locura queda atrapada en el universo
del discurso. Allí se refina, se hace más sutil, y así mismo se desarma. Cambia de escala;
nace en el corazón de los hombres, arregla y desarregla su conducta.
4. Conclusiones
Los términos de locura, necedad o demencia, resalta por su gran ambigüedad y las distintas
definiciones que van surgiendo a lo largo del siglo XV, siendo en algunos casos similares y
otras totalmente opuestas, presentando además variantes en las diferentes ciudades
europeas. Por esto es imposible un estudio general de la locura.
Uno de los tipos de exclusión del loco en este periodo, es esta exclusión abierta, donde el
personaje necio tiene movilidad en su viaje por barco. Sin embargo, poco a poco entrando a
la época del Renacimiento estas barcas serán reemplazadas por el encierro.
La obra de Brant define al loco como pecador, relacionándolo a que todos somos pecadores
y la sabiduría del loco los puede salvar.
Bibliografía:
HUIZINGA, Johan (1985): El otoño de la Edad Media: Estudios sobre la forma de vida y
del espíritu durante los siglos XIV y XV en Francia y en los Países Bajos. Madrid: Alianza
Editorial
REGALES SERNA, ANTONIO (1998) “La nave de los necios, Sebastian Brant”
Ediciones Akal, S. A. Madrid
Artículos electrónicos:
ARAOS BRALIC, JOSEFINA, “La nave de los locos de Sebastian Brant: Un viaje de la
humanidad hacia la locura” Revista electrónica Historias del Orbis Terrarum. Chile.