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Sección del Suplemento Cultural


Tres Mil en apoyo a los programas
de Lenguaje y Literatura de Educación
Media del Ministerio de Educación
| Diario Co Latino |
| sábado 19 de septiembre de 2009 |
San Salvador, El Salvador, Centroamérica
Responsable: Vladimir Baiza

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Primer Año de Bachillerato.

El Romanticismo: Fausto, de Goethe


Edgar Alfaro Chaverri

Amo a quien desea lo imposible...


Más poemas a la patria salvadoreña
Postal “La víspera de su último aniversario, el 27 de
agosto de 1831, en un picacho de Kickelhahn, Goethe
Entonces ves este país del tamaño de un raspón. visitó la cabaña donde solía albergarse con sus
Luego un tren en los atardeceres pasa amigos durante las largas jornadas de caza; en una
[lleno de soldaditos, pared reconoció una inscripción escrita a lápiz
que aunque parezcan de mentiras son de verdad,
y ves también los volcanes como manchitas
cincuenta años atrás. Sus ojos se anegaron mientras
[de tinta azul repetía: “Espera un poco, también para ti va a venir
y no podés hallar una razón (aunque realmente pronto el reposo”...
[exista)
de por qué hay tantos soldaditos en un país
[del tamaño de un raspón “En los últimos días de su vida mortal, sus
conversaciones con Eckermann alcanzan lo sublime.
En cualquier lugar donde nos sorprenda Habla de la noción trágica del destino entre los
[la muerte bienvenida sea
Nosotros los bebedores de café, guardamos
griegos. Exhorta a los poetas a actuar en el terreno
[tu ejemplo para alimento de nuestra político. La Biblia es su postrer tema de reflexión.
polilla, Fue el 11 de marzo de 1832 cuando a una pregunta
acobardados, sobre la acción de Dios en las grandes almas de este
gordísimos,
sin poder levantar el pie derecho, perfumados, mundo, respondió con una profesión de fe respetuosa:
[grandes provocadores “Dios no ha reposado después de los seis días en que
de una guerra pacífica, creó el mundo; por el contrario, se muestra tan activo
en este país de EL PERDEDOR,
al año del sacrificarse en la pirámide funeral.
como el primer día... Está constantemente en acción
en las grandes almas para atraer a él las mediocres”.
Alfonso Kijadurías El más grande genio -dice Goethe- es aquel que
(Quezaltepeque, El Salvador; 1940) acoge todo en sí, que sabe adaptarse a todo, sin hacer
********************************* la menor violencia a ese fondo particular que se llama
El Salvador será carácter, antes, por el contrario, exaltándole y
mejorándole”.
El Salvador será un lindo
y (sin exagerar) serio país
cuando la clase obrera y el campesinado
“El libro imperecedero de Goethe es Fausto, obra
lo fertilicen lo peinen lo talqueen inconmesurable, a la vez drama, misterio, poema
le curen la goma histórica simbólico y filosófico. Esta tragedia, que ha sido
lo adecenten lo reconstituyan denominada “la segunda Biblia de los alemanes”,
y lo echen a andar.
El problema es que hoy El Salvador consta de dos partes: la primera fue acabada en 1808,
tiene como mil puyas y cien mil desniveles y la segunda, en vísperas de la muerte de su autor, en
quinimil callos y algunas postemillas 1831.
cánceres cáscaras caspas shuquedades
llagas fracturas tembladeras tufos.
Habrá que darle un poco de machete Es imposible darse cuenta, a través de la relación
lija torno aguarrás penicilina del argumento, de las extraordinarias bellezas que
baños de asiento besos pólvora. encierra este poema, como tampoco de los pasajes
oscuros, algunos totalmente incomprensibles de que
Buscándome líos está poblado. Es obra que debe leerse repetidas veces,
siempre con atención y siempre con la certeza de
La noche de mi primera reunión de célula llovía
[mi manera de chorrear fue muy aplaudida
que no será posible llegar a entenderla por completo”.
por cuatro o cinco personajes del dominio de
[Goya todo el mundo ahí parecía levemente aburrido “Fausto es la obra capital de Goethe, la obra de su
tal vez de la persecución y hasta de la tortura vida. La idea y la realización palpitaron en el pecho
[diariamente soñada.
Fundadores de confederaciones y de huelgas del poeta desde su inquieta infancia, hasta los días
[mostraban apacibles y melancólicos de su vejez. Puede decirse
cierta ronquera y me dijeron que debía escoger que Fausto es Goethe. El genial alemán estuvo
[un seudónimo que me iba a tocar pagar cinco pesos
al mes
siempre obsesionado por la búsqueda de la verdad y
que quedábamos en que todos los miércoles éste es el gran drama de Fausto.
[y que cómo iban mis estudios
y que por hoy íbamos a leer un folleto de Lenin La historia del viejo alquimista maldito, tal como
y que no era necesario decir a cada momento
[camarada. se representaba en las ferias, debió ser familiar a
Cuando salimos no llovía más Goethe desde que era niño, le atraía entonces,
[mi madre me riñó por llegar tarde a casa. naturalmente, tan sólo lo que podríamos llamar la
Roque Dalton
parte visible, exterior, el fantasmagórico caso del
(San Salvador, El Salvador; 1935-1975). hombre que vende su alma al diablo, a cambio de
recobrar la juventud y alcanzar poder y amor.
*************************** Arriba: Aquelarre, donde se baila con el
Nota: En la edición anterior del 12 de septiembre 2009, se diablo.
omitió involuntariamente el autor de la canción-poema: Abajo: Goethe, autor del Fausto. Andando el tiempo, ya estudiante en Leipzig y en
El tiempo está a favor de los pequeños, siendo este el
cubano Silvio Rodríguez.
Estrasburgo meditó más a fondo la leyenda medieval
y advirtió su profundo simbolismo. Posteriormente,

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los hechos y los símbolos de la narración adquirieron años de estudio.


una fuerza extraordinaria para el poeta. Según propia
confesión, la vieja leyenda comenzó a agitarse y a Condición básica del pacto es que cuando Fausto
palpitar en la mente del poeta ya en 1771. reconozca que se siente feliz, morirá y su alma
quedará en poder del demonio. Este -Mefistófeles-
Se sentía emparentado con el viejo nigromante, le devuelve la juventud y le lleva consigo, pletórico
porque, como él mismo nos explica, “ya había de ilusiones, a una ciudad distante.
gustado todas las ciencias y había descubierto
demasiado prematuramente su vanidad; había Conoce allí a Margarita, linda y honesta muchacha
intentado en la vida toda suerte de experiencias y de familia humilde, y se enamora de ella al punto.
había salido de esas pruebas más inquieto y La arrogante postura de Fausto, sus tiernas palabras
atormentado que cuando entrara”. y sus regalos, no menos que las argucias de
Mefistófeles y los melosos consejos de Marta, una
Así aquel joven de 23 años se imagina, no sin vecina de pocos escrúpulos, dan al traste con la
petulancia, haber pasado revista a tan temprana edad honestidad de la infeliz Margarita.
a todos los saberes, al paso que algunas calaveradas
de juventud, ciertos romances esbozados y mal El pecado de la joven le acarrea desventuras
concluidos le han dado -al menos eso cree él- el irreparables: su madre muere por culpa de ella;
conocimiento de un anciano experimentado y el Valentín, su hermano, que vuelve de los campos de
hastío de la vida. batalla, se bate con Fausto para vengar el honor de
Ahí están ya los dos elementos constitutivos de Margarita; Mefistófeles le lanza una estocada por la
su Fausto: por una parte, la decepción del saber y el espalda y Valentín muere maldiciendo a su hermana.
recurso a la magia -no olvidemos que Goethe, a raíz
de la crisis religiosa de su juventud, se entregó a la Fausto y su compañero huyen a la montaña del
práctica de la magia y del ocultismo y a la lectura de Brocken, en el macizo del Harz, donde se está
los alquimistas- y por otra, la vida pasional y sus celebrando un aquelarre: la noche de Walpurgis.
desilusiones. Añadamos a ello el aspecto abigarrado
de la leyenda, a la que pudo Goethe amalgamar sin Entre la desenfrenada fantasmagoría se ofrece a
gran esfuerzo sus propios recuerdos de estudiante y los ojos de Fausto la visión de Margarita, muy pálida,
tendremos casi toda la sustancia de este primer drama caminando, apartada de los demás seres que por allí
de Fausto, escrito en dos o tres años y dejado después pululan, con paso lento, como si arrastrara una
a un lado, durante largo tiempo. cadena; rodea su cuello una especie de cinta roja, no
más ancha que el filo de un cuchillo.
En febrero de 1821 decía Eckermann al poeta a
propósito de su obra cumbre: “Considero que usted Fausto, horrorizado, se da cuenta de lo que sucede
deseaba expresar un mundo plural y ha utilizado la a su amada y exige a Mefistófeles que acudan a
fábula de un héroe como un hilo en el que pudiera salvarla. Sola, víctima del desprecio de toda la
ir trenzando cuanto se le ocurriese”. “Tiene usted ciudad, la infeliz muchacha se ha acogido entretanto
perfecta razón , replicó Goethe; además en una El Infierno, visita de Dante
a lo único que podía acogerse: a su fe en Dios.
composición semejante lo único que importa es que
las partes sueltas sean relevantes y claras; mucho de todo esto es un reflejo de algo de las miserias del mundo y añade que los hombres Para ocultar su culpa ha sacrificado al hijo de sus
considerada en conjunto será siempre intensamente vivido”. se le antojan tan infelices en su lucha entre la materia entrañas; la justicia humana cae sobre ella sin piedad,
inconmesurable y por lo mismo excitará sin cesar a y el espíritu, que muchas veces ni siquiera tiene valor se la acusa de infanticidio, de ser la causante de la
los hombres a estudiarla repetidamente como un Goethe puso en boca de su héroe, antes de que para atormentarlos. muerte de Valentín y se la condena a muerte.
problema sin solución”. Este es el sentido profundo muriese, las siguientes palabras: “Sólo es digno de
del poema. Goethe lo fue construyendo lentamente la libertad y de la vida aquel que sabe conquistarlas Menciona el Señor al doctor Fausto, quien, Fausto, ayudado por las artes diabólicas de
en su cerebro sin trasladar apenas nada al papel”. día a día”; y Fausto muere al sentirse dichoso, o sea devorado por su afán de ahondar en los secretos de Mefistófeles, acude a la cárcel e intenta convencerla
al considerar que ya no tiene por qué seguir luchando. la Tierra y en los misterios del Cielo, se ha convertido de que huya con él a lejanas tierras. Margarita, fuera
“Pero llegó un momento en que aquella cabeza ya También Goethe, que muy pocos días antes de morir, en un insaciable buscador de la Verdad. de sí por el horror que le inspira su amante, no quiere
no era capaz de contener por más tiempo tantos dijo a Eckermann: “No me importa ya dejar de seguirle; prefiere morir a salvarse momentáneamente
elementos dispersos. Y en el verano de 1772, existir, pues con la publicación de mi segundo Fausto Propone el diablo demostrar que Fausto no resistirá por intervención del infierno y agoniza mezclando
hallándose en Wetzlar rogaba a Dios que le lego a la posteridad mi testamento filosófico y a sus tentaciones y el Señor acepta el reto: “Tendrás en sus oraciones palabras de repulsión hacia el
permitiera en los años sucesivos dar forma a su literario”. Consideraba por lo tanto terminada su derecho a intentar atraerle a tu camino mientras seductor.
Fausto para poder aligerar su mente de un peso tan misión, y al cesar de luchar, cesó de vivir. Fausto permanezca en la tierra. El hombre sólo se
enorme. Efectivamente, en aquél año y en los Exactamente igual que Fausto. ¿Cabe más perfecta extravía mientras está buscando su objeto”. Como el tiempo apremia, pues va a romper el alba
subsiguientes comenzó a dar rienda suelta al cúmulo relación, más absoluta armonía entre la vida y la obra Comienza la tragedia, que transcurre en el del día de la ejecución, Mefistófeles arrebata consigo
de ideas que había ido elaborando en sus fraguas de un hombre?” Medievo. Fausto, anciano ya, se lamenta de no haber a Fausto mientras Margarita expira antes de que el
interiores. gozado de la vida en pos de su sed de conocimientos, hacha del verdugo corte su existencia terrena; una
Reseña de la 1ª parte de Fausto que no le han procurado la felicidad, ni a él ni a voz que desciende de las alturas exclama: “¡Está
Un amigo suyo que tuvo acceso a los primeros Mefistófeles llega hasta el trono del Altísimo y, ninguno de sus semejantes. Advierte desolado que salvada!”.
apuntes del Fausto, comentó: “No cabe duda de que rompiendo la armonía del coro de arcángeles, habla apenas sabe más que cuando comenzó a estudiar.
Recurre a la magia, invoca a los espíritus puros de
la creación y queda deslumbrado por ellos sin que
le den solución a su problema.

Desesperado, contempla con desprecio los libros,


los papeles, las retortas y demás instrumentos del
saber que llenan hasta el techo su gabinete de estudio
y que han sido incapaces de darle la felicidad. No
halla otro recurso que la muerte y decide
envenenarse, mas en el momento de llevar la copa a
los labios oye sonar las campanas y los cánticos que
anuncian el alba de la Pascua de Resurrección.
“¡Cristo ha resucitado! -canta un coro de ángeles
desde la altura-. ¡Dichosa el alma que en medio del
dolor que la oprime sabe amar y sufrir sin quejarse,
los tormentos y las penas que le sirven de prueba!”.

Fausto conmovido vuelve atrás de su decisión.


Pero pronto le acomete de nuevo la inquietud. Tras
dura lucha consigo mismo, conjura al diablo y pacta
con él para poder disfrutar de los goces del saber y
Mefisto ante Fausto
La firma del pacto de Fausto con Mefistófeles de la vida que no ha logrado alcanzar en sus largos
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Así termina la primera parte de la tragedia, la más Indudablemente, Johann Wolgang Goethe, es un
conocida, la más lógica en su desarrollo, aunque no hombre sufrido, un poeta acrisolado en la fragua de
la más importante en la mente de Goethe. la vida, un ser que viéndose en el espejo de la historia
Esta primera parte es la que puede llamarse la y del saber, se volvió inmortal a base de curiosidad
tragedia de Margarita. y asombro, características más bien típicas del
inigualable oficio de escritor, de poeta, de pensador,
de humanista.
La segunda parte es la gran tragedia de Fausto.
En resumidas cuentas, es obvio que los creadores
Resumen de la 2ª parte de Fausto literarios como Goethe se vuelven universales en
función de sus obras, y que terminan volviéndose
«Al empezar ésta, encontramos al protagonista en clásicos en función de la universalidad de dichas
una floresta. Tendido en el césped, rodeado de una obras, las que van cautivando a las nuevas
legión de espíritus etéreos que cantan al son de generaciones, con algo más que simples palabras...
melodiosas arpas, goza de los encantos de la
naturaleza, olvidado de todo. De pronto reaparecen Sin duda, Fausto es una obra singularísima,
en él la inquietud y su antiguo afán de actividad. principalmente por lo ambicioso del drama, en el
que prácticamente se resume sobre la tierra, el
Mefistófeles le lleva a una corte imperial donde misterioso tema que guardan las mágicas estrellas;
se celebran grandes festejos; Mefisto actúa como y además, porque si Goethe se populariza con
bufón y el soberano se da cuenta muy luego del poder Werther, con Fausto evidentemente se inmortaliza.
extraordinario de aquel ser en apariencia grotesco.
Por otra parte, con este nombre existe un drama,
La alegría de las fiestas se ve interrumpida por el muy parcial por cierto, del inglés Marlowe (1588),
pueblo amotinado que, hambriento, amenaza con una el cual sirvió de abono para la versión definitiva del
revolución sangrienta. El emperador no puede Fausto
alemán, también hay varias óperas, especialmente
remediar aquel estado de cosas porque su tesoro ha La condenación de Fausto, de Berlioz, y Fausto,
quedado exhausto. Mefistófeles le aconseja que dé patria: Acompañado de Mefistófeles le encontramos Ha llegado el momento de pagar a Mefistófeles opera en cinco actos, de Gounod (1859).
valor al papel moneda garantizándolo con riquezas otra vez en la corte del emperador; el pueblo que ha su deuda y Fausto muere. Mefistófeles pretende
inexistentes y renace la confianza y la alegría en los comprendido el engaño con que se intentaba arrebatarle el alma. Pero las potestades celestiales Acotación al margen
espíritus. remediar su miseria, se ha levantado en armas. interceden cerca del Altísimo para la salvación del
El emperador colma de honores a sus extraños pecador y Fausto, perdonado por la gracia divina, En 1974, vino a El Salvador una cinta musical,
huéspedes y en su ambición de dominio quiere Los dos poderosos huéspedes ayudan al alcanza por fin la gloria eterna. titulada Phantom of the paradise, (Fantasma en el
penetrar en las regiones de lo sobrenatural y pide emperador, haciéndole triunfar sobre sus enemigos. paraíso), cuyo argumento y líricas (Paul Williams),
evoquen para él a Páris y a Elena, por quienes se El soberano, agradecido, nombra a Fausto señor de Los ángeles lanzan sobre el cuerpo inanimado de se basan en la obra del poeta alemán, incluso hay
desató la sangrienta contienda de Troya. uno de sus dominios junto al mar. Goza del poder Fausto una lluvia de rosas, símbolo del amor puro y dos versiones de una canción titulada Fausto.
durante muchos años y aspira siempre al bienestar desinteresado, contra lo que Mefistófeles se revuelve
Acude Fausto a Mefistófeles para que le ayude a de sus súbditos, sin conseguirlo, crea una poderosa furioso, impotente. Esto, quiérase o no, es una clara muestra de la
satisfacer el deseo del emperador, pero el diablo le flota mercante y sus bajeles traen fabulosos tesoros inagotable influencia de este clásico de la literatura
responde que no tiene potestad sobre el paganismo; de lejanas tierras. Un coro místico cierra la tragedia con estas universal a través del tiempo y el espacio. Por
le remite a las diosas augustas que reinan en la palabras: “Lo temporal y lo perecedero no son más supuesto que el cine con todo su glamour, no tiene
soledad y para evocarlas le da una llave mágica: Tiene cuanto podría apetecer, pero ha envejecido que símbolos, no son más que fábula. Sólo lo la indiscutible gracia del detalle literario.
Fausto hace aparecer a Páris y Elena; aquel intenta de nuevo y no es ni mejor ni más feliz que antes. La Incomprensible, lo Inenarrable, lo Infinito, el Eterno
raptar de nuevo a su amada, pero Fausto, hechizado campana de una capilla vecina a su palacio le Femenino salva a nuestra alma y la conduce al
por aquella belleza sin igual, trata de impedirlo; toca desazona con la pureza de su tañido que le habla de cielo”. (Fin).
con la llave mágica a Páris y éste desaparece con goces más altos que los suyos. Decrépito, amargado
gran estruendo; Fausto tiende los brazos a Elena, de la vida, sus palabras tienen el mismo acento de ****************************************
mas la visión se esfuma ante su vista al intentar asirla. hastío que tenían años atrás en su cuarto de estudio. Nota
Rendido por la emoción, el aventurero cae al suelo
desmayado. Se acercan a él cuatro espectros en forma de Goethe invirtió aproximadamente 60 años o más
mujeres de oscura vestimenta: son la Angustia, la en la elaboración de su Fausto, tomando y retomando
Se produce un tumulto espantoso, pues todo el Duda, la Aflicción y la Necesidad, que con sus del folklore los elementos que de boca en boca y en
mundo está al tanto de que tienen que habérselas tétricas palabras inquietan aún más el espíritu del otras versiones circulaban ya de este mítico
con seres diabólicos. Mefistófeles carga a Fausto desdichado Fausto. personaje.
sobre sus hombros y desaparece exclamando
enfurecido: “¡He aquí lo que es encargarse de un Dirigiéndose a la Aflicción, exclama: “No esperes Sin embargo el Fausto de Goethe, no sólo resume
loco!”. que por grande que sea tu poder llegue a reconocerlo lo tradicional, sino que lo moldea de tal forma que
jamás”. Y la Aflicción, soplándole al rostro, le dice: pasa inmediatamente, de ser un personaje netamente
El sabio y el demonio vuelven al laboratorio de « Pues bien, experiméntalo en esta hora en que huyo europeo a convertirse en un personaje universal, por
aquél, donde encuentran a Wagner, su criado, que de ti, maldiciéndote; puesto que los hombres son cuanto lo que tiene de humanidad el desdichado
ha conseguido crear un ser humano, ente diminuto ciegos toda la vida, sélo tú al fin de ella”. Fausto, no es ajeno al hombre que vive y pervive en
que guarda en su redoma y al que da el nombre de las diferentes latitudes del orbe.
“homúnculo”. Fausto, privado de la vista, se yergue entonces con
sus últimas fuerzas: “La noche es cada vez más Pero esta obra va más allá. Si se tiene acceso a
El homúnculo lleva a Fausto y a Mefistófeles a profunda en torno a mí, pero hay en mi interior una una obra decentemente editada, se verá que es un
los campos de Farsalia, en Grecia, donde se claridad pura que me guía”, y ordena a sus hombres portento de riqueza, pues las citas a pie de página
desarrolla la Noche Clásica de Walpurgis, extraño que trabajen con más ardor que nunca para drenar bien valen para seguir una lectura aparte, coherente BIBLIOGRAFÍA
cuadro henchido de alegorías. una vasta extensión pantanosa”. ¡Vosotros, todos los por sí sola como documento de información, la que
-Alfaro Chaverri, Edgar, 2002. Fausto. Diario Co
que me servís, poneos en pie uno tras otro a fin de por supuesto, sujeta al seguimiento compenetrado Latino, Suplemento Cultural Tres Mil, Sección Aula
Fausto pasa a Esparta y llega al palacio de que en mi gloria se realice mi alta idea! ¡Vamos, de la obra misma, hacen de su lectura una verdadera Abierta, Número 31. San Salvador, El Salvador, 12 de
septiembre del 2002.
Menelao; vuelve a encontrar -esta vez hecha mujer todos a la pala, al azadón, al mazo, para que nuestro fascinación, al tiempo que una excelente forma de - Fausto y Werther, Goethe, Johann Wolfgang. 8ª
y no simple visión- a Elena de Troya. De la unión plan se ejecute, seguros de que no quedarán sin degustación literaria del incansable Goethe. Edición, Edit. Porrúa. México 1977.
- Los entrecomillados del número anterior y del
amorosa de Fausto y Elena -símbolo de la fusión de recompensa el orden y la actividad! ¡Cúmplase la presente, corresponden a la Introducción de esta
la Edad Antigua con la Edad Moderna- nace obra más colosal del mundo, ya que basta un solo En este poema, Goethe hace alarde (sin ínfulas, edición, elaborada por Francisco Montes de Oca.
- Colosos de la historia, volumen
Euforión, que reúne en sí la belleza griega y la ciencia genio para dirigir mil brazos!”. por supuesto) de investigador; nos lleva desde el Dante/ Goethe. Promociones Editoriales Mexicanas
germánica. Talmud rabínico, hasta el esoterismo, nos trae, sin S.A. de C.V. México, 1981.
- Reiteramos el agradecimiento que el editor anterior
Se inicia en el país una nueva era de progreso, y dejarnos caer, desde la mitología griega y el (Edgar Alfaro) brinda a Mme.
Niño aún, Euforión quiere volar, se lanza desde lo Fausto orgulloso de su labor, convencido de la paganismo, hasta las sagradas escrituras, en donde
alto de una roca, se estrella contra el suelo y muere. realidad de su ideal del bienestar ganado con el nos deposita con desgarradora ternura y con humilde
Elena se precipita tras su hijo y Fausto queda solo, esfuerzo cotidiano en común con otros seres, se reverencia, en el esquivo amor eterno y en el carísimo
con los velos de ella entre las manos, velos que se siente feliz por primera vez en su vida. perdón.
convierten en nubes y le llevan por los aires a su

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Edgar Allan Poe, fumador de amapolas que era juglar.


Trova de Edgardo

Hoy a mi puerta un pájaro trinó, Annabel Lee


pero abrí
y una sombra se echó a volar.
Hoy recordé a Edgardo, aquel señor Hace muchos, muchos años, en un reino junto al mar,
fumador Habitaba una doncella cuyo nombre os he de dar,
de amapolas, que era juglar. Y el nombre que daros puedo es el de Annabel Lee,
Hoy haré una página celeste,
quien vivía para amarme y ser amada por mí.
trovadicta, trovardiente.
Hoy cantando solo con la luna, Yo era un niño y era ella una niña junto al mar,
ya que se hizo puta la fortuna. En el reino prodigioso que os acabo de evocar.
Hoy me trovaré para alegrarme,
como Edgardo, sin alarde. Más nuestro amor fue tan grande cual jamás yo presentí,
Más que el amor compartimos con mi bella Annabel Lee,
Silvio Rodríguez, 1991 (Cuba) Y los nobles de su estirpe de abolengo señorial
Comentarios a la canción por parte del autor: Los ángeles en el cielo envidiaban tal amor,
«No es la primera que le escribo a Poe, a quién leí desaforada- Los alados serafines nos miraban con rencor.
mente en mi adolescencia, o sea todavía. Tampoco es el primer
homenaje que rindo a la trova tradicionalmente cubana. Es sólo
la primera vez que consigo empalmar ambas ideas sin que se Aquel fue el solo motivo, ¡hace tanto tiempo ya!,
vea la soldadura».
por el cual, de los confines del océano y más allá,
Un gélido viento vino de una nube y yo sentí
Congelarse entre mis brazos a mi bella Annabel Lee.

La llevaron de mi lado en solemne funeral.


A encerrarla la llevaron por la orilla de la mar
El cuervo A un sepulcro en ese reino que se alza junto al mar,
Los arcángeles que no eran tan felices cual los dos,
Cierta noche aciaga, cuando, con la mente cansada, Mas el cuervo, altivo, adusto, no pronunció desde el busto, Con envidia nos miraban desde el reino que es de Dios.
meditaba sobre varios libracos de sabiduría ancestral como si en ello le fuera el alma, ni una sílaba más.
y asentía, adormecido, de pronto se oyó un rasguido, No movió una sola pluma ni dijo palabra alguna Ese fue el solo motivo, bien lo podéis preguntar,
como si alguien muy suavemente llamara a mi portal. hasta que al fin musité: “Vi a otros amigos volar; Pues lo saben los hidalgos de aquel reino junto al mar,
“Es un visitante -me dije-, que está llamando al portal; por la mañana él también, cual mis anhelos, volará”. Por el cual un viento vino de una nube carmesí
sólo eso y nada más.” Dijo entonces: “Nunca más”. Congelando una noche a mi bella Annabel Lee.
¡Ah, recuerdo tan claramente aquel desolado diciembre! Esta certera respuesta dejó mi alma traspuesta;
Cada chispa resplandeciente dejaba un rastro espectral. “Sin duda” - dije-, repite lo que ha podido acopiar Nuestro amor era tan grande y aún más firme en su candor
Yo esperaba ansioso el alba, pues no había hallado calma el repertorio olvidado de algún amo desgraciado Que aquel de nuestros mayores, más sabios en el amor.
en mis libros, ni consuelo a la perdida abismal que en su caída redujo sus canciones a un refrán: “Nunca, Ni los ángeles que moran en su cielo tutelar,
de aquella a quien los ángeles Leonor podrán llamar nunca más”. Ni los demonios que habitan negros abismos del mar
y aquí nadie nombrará. Como el cuervo aún convertía en sonrisa mi porfía Podrán apartarme nunca del alma que mora en mí, Espíritu
Cada crujido de las cortinas purpúreas y cetrinas planté una silla mullida frente al avi y el portal; luminoso de mi
me embargaba de dañinas dudas y mi sobresalto era tal y hundido en el terciopelo me afané con recelo hermosa Annabel Lee.
que, para calmar mi angustia repetí con voz mustia: en descubrir que quería la funesta ave ancestral al repetir:
“No es sino un visitante que ha llegado a mi portal; “Nunca más”. Pues los astros no se elevan sin traerme la mirada
un tardío visitante esperando en mi portal. Esto, sentado, pensaba, aunque sin decir palabra Celestial que, yo adivino, son los ojos de mi amada.
Sólo eso y nada más”. al ave que ahora quemaba mi pecho con su mirar; Y la luna vaporosa jamás brilla baladí
Mas de pronto me animé y sin vacilación hablé: eso y más cosas pensaba, con la cabeza apoyada Pues su fulgor es ensueño de mi bella Annabel Lee.
“Caballero -dije-, o señora, me tendréis que disculpar sobre el cojín purpúreo que el candil hacía brillar.
pues estaba adormecido cuando oí vuestro rasguido ¡Sobre aquel cojín purpúreo que ella gustaba de usar, Yazgo al lado de mi amada, mi novia bien amada,
y tan suave había sido vuestro golpe en mi portal y ya no usará nunca más!. Mientras retumba en la playa la nocturna marejada,
que dudé de haberlo oído...”, y abrí de golpe el portal: Luego el aire se hizo denso, como si ardiera un incienso Yazgo en su tumba labrada cerca del mar rumoroso,
sólo sombras, nada más. mecido por serafines de leve andar musical. En su sepulcro a la orilla del océano proceloso. ...sonoro
La noche miré de lleno, de temor y dudas pleno, “¡Miserable! -me dije-. ¡Tu Dios estos ángeles dirige
y soñé sueños que nadie osó soñar jamás; hacia ti con el filtro que a Leonor te hará olvidar!
pero en este silencio atroz, superior a toda voz, ¡Bebe, bebe el dulce filtro, y a Leonor olvidarás!”.
sólo se oyó la palabra “Leonor”, que yo me atreví a susurrar... Dijo el cuervo: “Nunca más”.
sí, susurré la palabra “Leonor” y un eco la volvió a nombrar. »¡Profeta! -grité-, ser malvado, profeta eres, diablo alado!
Sólo eso y nada más. ¿Del Tentador enviado o acaso una tempestad
Aunque mi alma ardía por dentro regresé a mis aposentos trajo tu torvo plumaje hasta este yermo paraje,
pero pronto aquel rasguido se escuchó más pertinaz. a esta morada espectral? ¡Mas te imploro, dime ya,
“Esta vez quien sea que llama ha llamado a mi ventana; dime, te imploro, si existe algún bálsamo en Galaad!»
veré pues de qué se trata, que misterio habrá detrás. Dijo el cuervo: «Nunca más».
Si mi corazón se aplaca lo podré desentrañar. “¡Profeta! -grité-, ser malvado, profeta eres, diablo alado!
¡Es el viento y nada más!”. Por el Dios que veneramos, por el manto celestial,
Mas cuando abrí la persiana se coló por la ventana, dile a este desventurado si en el Edén lejano
agitando el plumaje, un cuervo muy solemne y ancestral. a Leonor , ahora entre ángeles, un día podré abrazar”.
Sin cumplido o miramiento, sin detenerse un momento, Dijo el cuervo: “¡Nunca más!”.
con aire envarado y grave fue a posarse en mi portal, “¡Diablo alado, no hables más!”, dije, dando un paso atrás;
en un pálido busto de Palas que hay encima del umbral; ¡Que la tromba te devuelva a la negrura abisal!
fue, posóse y nada más. ¡Ni rastro de tu plumaje en recuerdo de tu ultraje
Esta negra y torva ave tocó, con su aire grave, quiero en mi portal! ¡Deja en paz mi soledad!
en sonriente extrañeza mi gris solemnidad. ¡Quita el pico de mi pecho y tu sombra del portal!”
“Ese penacho rapado -le dije-, no te impide ser Dijo el cuervo: “Nunca más”.
osado, viejo cuervo desterrado de la negrura abisal; Y el impávido cuervo osado aun sigue, sigue posado,
¿cuál es tu tétrico nombre en el abismo infernal?” en el pálido busto de Palas que hay encima del portal;
Dijo el cuervo: “Nunca más”. y su mirada aguileña es la de un demonio que sueña,
Que una ave zarrapastrosa tuviera esa voz virtuosa cuya sombra el candil en el suelo proyecta fantasmal;
sorprendióme aunque el sentido fuera tan poco cabal, y mi alma, de esa sombra que allí flota fantasmal,
pues acordaréis conmigo que pocos habrán tenido no se alzará...¡nunca más!
ocasión de ver posado tal pájaro en su portal.
Ni ave ni bestia alguna en la estatua del portal
que se llamara “Nunca más”.

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Poe, polémico escritor El cuento de la semana:


Edgar Allan Poe (Boston, 19 de enero de
1809 - Baltimore, 7 de octubre de 1849) fue
EL GATO NEGRO
un escritor, poeta, crítico y periodista román- Edgar Allan Poe No obstante, tan seguro como que existe mi alma, creo
tico estadounidense, generalmente recono- que la perversidad es uno de los primitivos impulsos del
cido como uno de los maestros universales
del relato corto, del cual fue uno de los pri- corazón humano, una de esas indivisibles primeras
meros practicantes en su país. Fue renova- facultades o sentimientos que dirigen el carácter del
dor de la novela gótica, recordado especial- hombre... ¿Quién no se ha sorprendido numerosas veces
mente por sus cuentos de terror. Considera-
do el inventor del relato detectivesco, con-
cometiendo una acción necia o vil, por la única razón de
tribuyó asimismo con varias obras al género que sabía que no debía cometerla? ¿No tenemos una
emergente de la ciencia-ficción [1]. Por otra constante inclinación, pese a lo excelente de nuestro
parte, fue el primer escritor estadounidense juicio, a violar lo que es la ley, simplemente porque
que intentó hacer de la escritura su modus
vivendi, lo que tuvo para él consecuencias comprendemos que es la Ley?
desastrosas [2]. Digo que este espíritu de perversidad hubo de producir
Fue bautizado como Edgar Poe en Boston, mi ruina completa. El vivo e insondable deseo del alma
Massachusetts, y sus padres murieron cuan-
do era niño. Fue recogido por un matrimo-
de atormentarse a sí misma, de violentar su propia
nio adinerado de Richmond, Virginia, Frances naturaleza, de hacer el mal por amor al mal, me
y John Allan, aunque nunca fue adoptado impulsaba a continuar y últimamente a llevar a efecto el
oficialmente. Pasó un curso académico en la suplicio que había infligido al inofensivo animal. Una
Universidad de Virginia y posteriormente se
enroló, también por breve tiempo, en el ejér- mañana, a sangre fría, ceñí un nudo corredizo en torno a
cito. Sus relaciones con los Allan se rompie- su cuello y lo ahorqué de la rama de un árbol. Lo ahorqué
ron en esa época, debido a las continuas con mis ojos llenos de lágrimas, con el corazón
desavenencias con su padrastro, quien a
menudo desoyó sus peticiones de ayuda y
desbordante del más amargo remordimiento. Lo ahorqué
acabó desheredándolo. Su carrera literaria porque sabía que él me había amado, y porque reconocía
se inició con un libro de poemas, Tamerlane Edgar Allan Poe, facetas. que no me había dado motivo alguno para encolerizarme
and Other Poems (1827). con él. Lo ahorqué porque sabía que al hacerlo cometía
Por motivos económicos, pronto dirigió Ni espero ni quiero que se dé crédito a la historia Nuestra amistad subsistió así algunos años, durante
sus esfuerzos a la prosa, escribiendo relatos un pecado, un pecado mortal que comprometía a mi alma
más extraordinaria, y, sin embargo, más familiar, que los cuales mi carácter y mi temperamento—me sonroja
y crítica literaria para algunos periódicos de inmortal, hasta el punto de colocarla, si esto fuera posible,
la época; llegó a adquirir cierta notoriedad voy a referir. Tratándose de un caso en el que mis sentidos confesarlo—, por causa del demonio de la intemperancia,
lejos incluso de la misericordia infinita del muy terrible
por su estilo cáustico y elegante. Debido a se niegan a aceptar su propio testimonio, yo habría de sufrió una alteración radicalmente funesta. De día en
su trabajo, vivió en varias ciudades:
y misericordioso Dios.
estar realmente loco si así lo creyera. No obstante, no día me hice más taciturno, más irritable, más indiferente
Baltimore, Filadelfia y Nueva York. En En la noche siguiente al día en que fue cometida una
estoy loco, y, con toda seguridad, no sueño. Pero mañana a los sentimientos ajenos. Empleé con mi mujer un
Baltimore, en 1835, contrajo matrimonio con acción tan cruel, me despertó del sueño el grito de:
su prima Virginia Clemm, que contaba a la puedo morir y quisiera aliviar hoy mi espíritu. Mi lenguaje brutal, y con el tiempo la afligí incluso con
“¡Fuego!” Ardían las cortinas de mi lecho. La casa era
sazón 13 años de edad. En enero de 1845, inmediato deseo es mostrar al mundo, clara, violencias personales. Naturalmente, mi pobre favorito
publicó un poema que le haría célebre: "El una gran hoguera. No sin grandes dificultades, mi mujer,
concretamente y sin comentarios, una serie de simples debió de notar el cambio de mi carácter. No solamente
cuervo". Su mujer murió de tuberculosis dos un criado y yo logramos escapar del incendio. La
años más tarde. El gran sueño del escritor, acontecimientos domésticos que, por sus consecuencias, no les hacía caso alguno, sino que los maltrataba. Sin
destrucción fue total. Quedé arruinado, y me entregué
editar su propio periódico (que iba a llamar- me han aterrorizado, torturado y anonadado. A pesar de embargo, por lo que se refiere a Plutón, aún despertaba
se The Stylus), nunca se cumplió[3]
desde entonces a la desesperación.
todo, no trataré de esclarecerlos. A mí casi no me han en mí la consideración suficiente para no pegarle. En
Murió el 7 de octubre de 1849, en la ciu- No intento establecer relación alguna entre causa y
producido otro sentimiento que el de horror; pero a cambio, no sentía ningún escrúpulo en maltratar a los
dad de Baltimore, cuando contaba apenas efecto con respecto a la atrocidad y el desastre. Estoy
40 años de edad. La causa exacta de su muchas personas les parecerán menos terribles que conejos, al mono e incluso al perro, cuando, por
por encima de tal debilidad. Pero me limito a dar cuenta
muerte nunca fue aclarada. Se atribuyó al barroques. Tal vez más tarde haya una inteligencia que casualidad o afecto, se cruzaban en mi camino. Pero iba
alcohol, a congestión cerebral, cólera, dro- de una cadena de hechos y no quiero omitir el menor
reduzca mi fantasma al estado de lugar común. Alguna secuestrándome mi mal, porque, ¿qué mal admite una
gas, fallo cardíaco, rabia, suicidio, tubercu- eslabón. Visité las ruinas el día siguiente al del incendio.
losis y otras causas[4] inteligencia más serena, más lógica y mucho menos comparación con el alcohol? Andando el tiempo, el
Excepto una, todas las paredes se habían derrumbado.
La figura del escritor, tanto como su obra, excitable que la mía, encontrará tan sólo en las mismo Plutón, que envejecía y, naturalmente se hacía
marcó profundamente la literatura de su país
Esta sola excepción la constituía un delgado tabique
circunstancias que relato con terror una serie normal de un poco huraño, comenzó a conocer los efectos de mi
y puede decirse que de todo el mundo. Ejer- interior, situado casi en la mitad de la casa, contra el que
causas y de efectos naturalísimos. perverso carácter.
ció gran influencia en la literatura simbolista se apoyaba la cabecera de mi lecho. Allí la fábrica había
francesa y, a través de ésta, en el surrealis- La docilidad y humanidad de mi carácter Una noche, en ocasión de regresar a casa
resistido en gran parte a la acción del fuego, hecho que
mo, pero su impronta llega mucho más le- sorprendieron desde mi infancia. Tan notable era la completamente ebrio, de vuelta de uno de mis frecuentes
jos: son deudores suyos toda la literatura atribuí a haber sido renovada recientemente. En torno a
ternura de mi corazón, que había hecho de mí el juguete escondrijos del barrio, me pareció que el gato evitaba
de fantasmas victoriana y, en mayor o me- aquella pared se congregaba la multitud, y numerosas
nor medida, autores tan dispares e impor- de mis amigos. Sentía una auténtica pasión por los mi presencia. Lo cogí, pero él, horrorizado por mi
personas examinaban una parte del muro con atención
tantes como Charles Baudelaire, Fedor animales, y mis padres me permitieron poseer una gran violenta actitud, me hizo en la mano, con los dientes,
Dostoyevski[5] [6] [7], Franz Kafka[8], H.
viva y minuciosa. Excitaron mi curiosidad las palabras:
variedad de favoritos. Casi todo el tiempo lo pasaba con una leve herida. De mí se apoderó repentinamente un
P. Lovecraft, Ambrose Bierce, Guy de “extraño”, “singular”, y otras expresiones parecidas. Me
ellos, y nunca me consideraba tan feliz como cuando los furor demoníaco. En aquel instante dejé de conocerme.
Maupassant, Thomas Mann[9], Jorge Luis acerqué y vi, a modo de un bajorrelieve esculpido sobre
Borges, Clemente Palma, Julio Cortázar, etc. daba de comer o los acariciaba. Con los años aumentó Pareció como si, de pronto, mi alma original hubiese
la blanca superficie, la figura de un gigantesco gato. La
El poeta nicaragüense Rubén Darío le dedi- esta particularidad de mi carácter, y cuando fui hombre abandonado mi cuerpo, y una ruindad superdemoníaca,
có un ensayo en su libro Los raros. imagen estaba copiada con una exactitud realmente
hice de ella una de mis principales fuentes de goce. saturada de ginebra, se filtró en cada una de las fibras de
Poe hizo incursiones asimismo en cam- maravillosa. Rodeaba el cuello del animal una cuerda.
pos tan dispares como la cosmología, la crip- Aquellos que han profesado afecto a un perro fiel y sagaz mi ser. Del bolsillo de mi chaleco saqué un cortaplumas,
Apenas hube visto esta aparición—porque yo no podía
tografía y el mesmerismo. Su trabajo ha sido no requieren la explicación de la naturaleza o intensidad lo abrí, cogí al pobre animal por la garganta y,
asimilado por la cultura popular a través de
considerar aquello más que como una aparición—, mi
de los goces que eso puede producir. En el amor deliberadamente, le vacié un ojo... Me cubre el rubor,
la literatura, la música, tanto moderna como asombro y mi terror fueron extraordinarios. Por fin vino
desinteresado de un animal, en el sacrificio de sí mismo, me abrasa, me estremezco al escribir esta abominable
clásica, el cine (por ejemplo, las muchas en mi amparo la reflexión. Recordaba que el gato había
adaptaciones de sus relatos realizadas por hay algo que llega directamente al corazón del que con atrocidad.
sido ahorcado en un jardín contiguo a la casa. A los gritos
el director estadounidense Roger Corman), frecuencia ha tenido ocasión de comprobar la amistad Cuando, al amanecer, hube recuperado la razón,
el cómic, la pintura (varias obras de Gustave de alarma, el jardín fue invadido inmediatamente por la
mezquina y la frágil fidelidad del Hombre natural. cuando se hubieron disipado los vapores de mi crápula
Doré, v. gr.) y la televisión (cientos de adap- muchedumbre, y el animal debió de ser descolgado por
taciones, como las españolas para la serie Me casé joven. Tuve la suerte de descubrir en mi mujer nocturna, experimenté un sentimiento mitad horror,
alguien del árbol y arrojado a mi cuarto por una ventana
Historias para no dormir). una disposición semejante a la mía. Habiéndose dado mitad remordimiento, por el crimen que había cometido.
En una de sus cartas, dejó escrito:Mi vida cuenta de mi gusto por estos favoritos domésticos, no Pero, todo lo más, era un débil y equívoco sentimiento,
ha sido capricho, impulso, pasión, anhelo de
la soledad, mofa de las cosas de este mun-
perdió ocasión alguna de proporcionármelos de la especie y el alma no sufrió sus acometidas. Volví a sumirme en
do; un honesto deseo de futuro. A James R. más agradable. Tuvimos pájaros, un pez de color de oro, los excesos, y no tardé en ahogar en el vino todo recuerdo
Lowell, 2/7/1844[10] [11]. un magnífico perro, conejos, un mono pequeño y un de mi acción.
gato. Curó entre tanto el gato lentamente. La órbita del ojo
Notas
1. Stableford, Brian. "Science fiction before the genre." The Era este último animal muy fuerte y bello, perdido presentaba, es cierto, un aspecto espantoso. Pero
Cambridge Companion to Science Fiction, Eds. Edward James Poe, maestro
and Farah Mendlesohn. Cambridge: Cambridge University of
completamente negro y de una sagacidad maravillosa. después, con el tiempo, no pareció que se daba cuenta
del horror
Press, 2003. pp. 18 – 19.
2. a b Meyers, 138
Mi mujer, que era, en el fondo, algo supersticiosa, de ello. Según su costumbre, iba y venía por la casa;
3. Meyers, 119 hablando de su inteligencia, aludía frecuentemente a la pero, como debí suponerlo, en cuanto veía que me
4. Meyers, 256
5. Tzvetan Todorov, Introduction à la littérature fantastique, antigua creencia popular que consideraba a todos los aproximaba a él, huía aterrorizado. Me quedaba aún lo
Paris, Le Seuil, 1970, 187 pages, p. 53 ISBN. 2020020351.
6. Jacques Catteau, Dostoïevski, Éditions de l'Herne, 1973, gatos negros como brujas disimuladas. No quiere esto bastante de mi antiguo corazón para que me afligiera
376 pages, p. 290
7. Google Books. Consultado 25/09/2008
decir que hablara siempre en serio sobre este particular, aquella manifiesta antipatía en una criatura que tanto
8. Google Books. Consultado 25/09/2008
9. Poe's Seductive Influence on Great Writers" De Burton Pollin
y lo consigno sencillamente porque lo recuerdo. me había amado anteriormente. Pero este sentimiento
10. Edgar Allan Poe. Cartas de un poeta. Ed. Grijalbo-Mondadori Plutón—llamábase así el gato—era mi predilecto no tardó en ser desalojado por la irritación. Como para
- Barcelona, 1995. ISBN 84-253-2661-3 p. 201
11.Texto original: My life has been whim--impulse--passion-- amigo. Sólo yo le daba de comer, y adondequiera que mi caída final e irrevocable, brotó entonces el espíritu
a longing for solitude--a scorn of all things present, in an
earnest desire for the future. "Letters" en la web de la E. A. fuese me seguía por la casa. Incluso me costaba trabajo de perversidad, espíritu del que la filosofía no se cuida
Poe Society of Baltimore
impedirle que me siguiera por la calle. ni poco ni mucho.
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abierta. Indudablemente se hizo esto con el fin de una vez más. En su terror, el monstruo había abandonado
despertarme. El derrumbamiento de las restantes paredes para siempre aquellos lugares. Ya no volvería a verle
había comprimido a la víctima de mi crueldad en el yeso nunca: Mi dicha era infinita. Me inquietaba muy poco la
recientemente extendido. La cal del muro, en criminalidad de mi tenebrosa acción. Incoóse una especie
combinación con las llamas y el amoníaco del cadáver, de sumario que apuró poco las averiguaciones. También
produjo la imagen tal como yo la veía. se dispuso un reconocimiento, pero, naturalmente, nada
Aunque prontamente satisfice así a mi razón, ya que podía descubrirse. Yo daba por asegurada mi felicidad
no por completo mi conciencia, no dejó, sin embargo, futura.
de grabar en mi imaginación una huella profunda el Al cuarto día después de haberse cometido el asesinato,
sorprendente caso que acabo de dar cuenta. Durante se presentó inopinadamente en mi casa un grupo de
algunos meses no pude liberarme del fantasma del gato, agentes de Policía y procedió de nuevo a una rigurosa
y en todo este tiempo nació en mi alma una especie de investigación del local. Sin embargo, confiado en lo
sentimiento que se parecía, aunque no lo era, al impenetrable del escondite, no experimenté ninguna
remordimiento. Llegué incluso a lamentar la pérdida del turbación.
animal y a buscar en torno mío, en los miserables tugurios Los agentes quisieron que les acompañase en sus
que a la sazón frecuentaba, otro favorito de la misma pesquisas. Fue explorado hasta el último rincón. Por
especie y de facciones parecidas que pudiera sustituirle. tercera o cuarta vez bajaron por último a la cueva. No
Hallábame sentado una noche, medio aturdido, en un me altere lo más mínimo. Como el de un hombre que
bodegón infame, cuando atrajo repentinamente mi reposa en la inocencia, mi corazón latía pacíficamente.
atención un objeto negro que yacía en lo alto de uno de Recorrí el sótano de punta a punta, cruce los brazos sobre
los inmensos barriles de ginebra o ron que componían mi pecho y me paseé indiferente de un lado a otro.
el mobiliario más importante de la sala. Hacía ya algunos Plenamente satisfecha, la Policía se disponía a abandonar
momentos que miraba a lo alto del tonel, y me sorprendió la casa. Era demasiado intenso el júbilo de mi corazón
no haber advertido el objeto colocado encima. Me para que pudiera reprimirlo. Sentía la viva necesidad de
acerqué a él y lo toqué. Era un gato negro, enorme, tan decir una palabra, una palabra tan sólo a modo de triunfo,
corpulento como Plutón, al que se parecía en todo menos y hacer doblemente evidente su convicción con respecto
en un pormenor: Plutón no tenía un solo pelo blanco en Mish negro a mi inocencia.
todo el cuerpo, pero éste tenía una señal ancha y blanca —Señores—dije, por último, cuando los agentes
aunque de forma indefinida, que le cubría casi toda la acrecentado a causa de una de las fantasías más perfectas Realizado el horrible asesinato, inmediata y subían la escalera—, es para mí una gran satisfacción
región del pecho. que es posible imaginar. Mi mujer, no pocas veces, había resueltamente procuré esconder el cuerpo. Me di cuenta habrá desvanecido sus sospechas. Deseo a todos ustedes
Apenas puse en él mi mano, se levantó repentinamente, llamado mi atención con respecto al carácter de la de que no podía hacerlo desaparecer de la casa, ni de día una buena salud y un poco más de cortesía. Dicho sea
ronroneando con fuerza, se restregó contra mi mano y mancha blanca de que he hablado y que constituía la ni de noche, sin correr el riesgo de que se enteraran los de paso, señores, tienen ustedes aquí una casa
pareció contento de mi atención. Era pues, el animal única diferencia perceptible entre el animal extraño y vecinos. Asaltaron mi mente varios proyectos. Pensé por construida—apenas sabía lo que hablaba, en mi furioso
que yo buscaba. Me apresuré a proponer al dueño su aquel que había matado yo. Recordará, sin duda, el lector un instante en fragmentar el cadáver y arrojar al suelo deseo de decir algo con aire deliberado—. Puedo
adquisición, pero éste no tuvo interés alguno por el que esta señal, aunque grande, tuvo primitivamente una los pedazos. Resolví después cavar una fosa en el piso asegurar que ésta es una casa excelentemente construida.
animal. Ni le conocía ni le había visto hasta entonces. forma indefinida. Pero lenta, gradualmente, por fases de la cueva. Luego pensé arrojarlo al pozo del jardín. Estos muros...¿Se van ustedes, señores? Estos muros
Continué acariciándole, y cuando me disponía a imperceptibles y que mi razón se esforzó durante largo Cambie la idea y decidí embalarlo en un cajón, como están construidos con una gran solidez.
regresar a mi casa, el animal se mostró dispuesto a tiempo en considerar como imaginaria, había concluido una mercancía, en la forma de costumbre, y encargar a Entonces, por una fanfarronada frenética, golpeé con
seguirme. Se lo permití, e inclinándome de cuando en adquiriendo una nitidez rigurosa de contornos. un mandadero que se lo llevase de casa. Pero, por último, fuerza, con un bastón que tenía en la mano en ese
cuando, caminamos hacia mi casa acariciándole. Cuando En ese momento era la imagen de un objeto que me me detuve ante un proyecto que consideré el mas factible. momento, precisamente sobre la pared del tabique tras
llego a ella se encontró como si fuera la suya, y se hace temblar nombrarlo. Era, sobre todo, lo que me hacía Me decidí a emparedarlo en el sótano, como se dice que el cual yacía la esposa de mi corazón.
convirtió rápidamente en el mejor amigo de mi mujer. mirarle como a un monstruo de horror y repugnancia, y hacían en la Edad Media los monjes con sus víctimas. ¡Ah! Que por lo menos Dios me proteja y me libre de
Por mi parte, no tardó en formarse en mí una antipatía lo que, si me hubiera atrevido, me hubiese impulsado a La cueva parecía estar construida a propósito para las garras del archidemonios. Apenas húbose hundido
hacia él. Era, pues, precisamente, lo contrario de lo que librarme de él. Era ahora, digo, la imagen de una cosa semejante proyecto. Los muros no estaban levantados en el silencio el eco de mis golpes, me respondió una
yo había esperado. No sé cómo ni por qué sucedió esto, abominable y siniestra: la imagen ¡de la horca! ¡Oh con el cuidado de costumbre y no hacía mucho tiempo voz desde el fondo de la tumba. Era primero una queja,
pero su evidente ternura me enojaba y casi me fatigaba. lúgubre y terrible máquina, máquina de espanto y crimen, había sido cubierto en toda su extensión por una capa de velada y encontrada como el sollozo de un niño. Después,
Paulatinamente, estos sentimientos de disgusto y fastidio de muerte y agonía! yeso que no dejó endurecer la humedad. en seguida, se hinchó en un prolongado, sonoro y
acrecentaron hasta convertirse en la amargura del odio. Yo era entonces, en verdad, un miserable, más allá de Por otra parte, había un saliente en uno de los muros, continuo, completamente anormal e inhumano. Un
Yo evitaba su presencia. Una especie de vergüenza, y el la miseria posible de la Humanidad. Una bestia bruta, producido por una chimenea artificial o especie de hogar alarido, un aullido, mitad horror, mitad triunfo, como
recuerdo de mi primera crueldad, me impidieron que lo cuyo hermano fue aniquilado por mí con desprecio, una que quedó luego tapado y dispuesto de la misma forma solamente puede brotar del infierno, horrible armonía
maltratara. Durante algunas semanas me abstuve de bestia bruta engendraba en mí en mí, hombre formado que el resto del sótano. No dudé que me sería fácil quitar que surgiera al unísono de las gargantas de los
pegarle o de tratarle con violencia; pero gradual, a imagen del Altísimo, tan grande e intolerable infortunio. los ladrillos de aquel sitio, colocar el cadáver y condenados en sus torturas y de los demonios que
insensiblemente, llegué a sentir por él un horror indecible, ¡Ay! Ni de día ni de noche conocía yo la paz del descanso. emparedarlo del mismo modo, de forma que ninguna gozaban en la condenación.
y a eludir en silencio, como si huyera de la peste, su Ni un solo instante, durante el día, dejábame el animal. mirada pudiese descubrir nada sospechoso. Sería una locura expresaros mis sentimientos. Me sentí
odiosa presencia. Y de noche, a cada momento, cuando salía de mis sueños No me engañó mi cálculo. Ayudado por una palanca, desfallecer y, tambaleándome, caí contra la pared
Sin duda, lo que aumentó mi odio por el animal fue el lleno de indefinible angustia, era tan sólo para sentir el separé sin dificultad los ladrillos, y, habiendo luego opuesta. Durante un instante detuviéronse en los
descubrimiento que hice a la mañana del siguiente día aliento tibio de la cosa sobre mi rostro y su enorme peso, aplicado cuidadosamente el cuerpo contra la pared escalones los agentes. El terror los había dejado atónitos.
de haberlo llevado a casa. Como Plutón, también él había encarnación de una pesadilla que yo no podía separar de interior, lo sostuve en esta postura hasta poder establecer Un momento después, doce brazos robustos atacaron la
sido privado de uno de sus ojos. Sin embargo, esta mí y que parecía eternamente posada en mi corazón. sin gran esfuerzo toda la fábrica a su estado primitivo. pared, que cayó a tierra de un golpe. El cadáver, muy
circunstancia contribuyó a hacerle más grato a mi mujer, Bajo tales tormentos sucumbió lo poco que había de Con todas las precauciones imaginables, me preocupé desfigurado ya y cubierto de sangre coagulada, apareció,
que, como he dicho ya, poseía grandemente la ternura bueno en mí. Infames pensamientos convirtiéronse en una argamasa de cal y arena, preparé una capa que no rígido, a los ojos de los circundantes.
de sentimientos que fue en otro tiempo mi rasgo mis íntimos; los más sombríos, los más infames de todos podía distinguirse de la primitiva y cubrí Sobre su cabeza, con las rojas fauces dilatadas y
característico y el frecuente manantial de mis placeres los pensamientos. La tristeza de mi humor de costumbre escrupulosamente con ella el nuevo tabique. llameando el único ojo, se posaba el odioso animal cuya
más sencillos y puros. se acrecentó hasta hacerme aborrecer a todas las cosas y Cuando terminé, vi que todo había resultado perfecto. astucia me llevó al asesinato y cuya reveladora voz me
Sin embargo, el cariño que el gato me demostraba a la Humanidad entera. Mi mujer, sin embargo, no se La pared no presentaba la más leve señal de arreglo. entregaba al verdugo. Yo había emparedado al monstruo
parecía crecer en razón directa de mi odio hacia él. Con quejaba nunca ¡Ay! Era mi paño de lágrimas de siempre. Con el mayor cuidado barrí el suelo y recogí los en la tumba.
una tenacidad imposible de hacer comprender al lector, La mas paciente víctima de las repentinas, frecuentes e escombros, miré triunfalmente en torno mío y me dije:
seguía constantemente mis pasos. En cuanto me sentaba, indomables expansiones de una furia a la que ciertamente “Por lo menos, aquí, mi trabajo no ha sido infructuoso”.
acurrucábase bajo mi silla, o saltaba sobre mis rodillas, me abandoné desde entonces. Mi primera idea, entonces, fue buscar al animal que
cubriéndome con sus caricias espantosas. Si me Para un quehacer doméstico, me acompañó un día al fue causante de tan tremenda desgracia, porque, al fin,
levantaba para andar, metíase entre mis piernas y casi sótano de un viejo edificio en el que nos obligara a vivir había resuelto matarlo. Si en aquel momento hubiera
me derribaba, o bien, clavando sus largas y agudas garras nuestra pobreza. Por los agudos peldaños de la escalera podido encontrarle, nada hubiese evitado su destino. Pero
en mi ropa, trepaba por ellas hasta mi pecho. En esos me seguía el gato, y, habiéndome hecho tropezar la parecía que el artificioso animal, ante la violencia de mi
instantes, aun cuando hubiera querido matarle de un cabeza, me exasperó hasta la locura. Apoderándome de cólera, habíase alarmado y procuraba no presentarse ante
golpe, me lo impedía en parte el recuerdo de mi primer un hacha y olvidando en mi furor el espanto pueril que mí, desafiando mi mal humor. Imposible describir o
crimen; pero, sobre todo, me apresuro a confesarlo, el había detenido hasta entonces mi mano, dirigí un golpe imaginar la intensa, la apacible sensación de alivio que
verdadero terror del animal. al animal, que hubiera sido mortal si le hubiera alcanzado trajo a mi corazón la ausencia de la detestable criatura.
Este terror no era positivamente el de un mal físico, y, como quería. Pero la mano de mi mujer detuvo el golpe. En toda la noche se presentó, y ésta fue la primera que
no obstante, me sería muy difícil definirlo de otro modo. Una rabia más que diabólica me produjo esta gocé desde su entrada en la casa, durmiendo tranquila y
Casi me avergüenza confesarlo. Aun en esta celda de intervención. Liberé mi brazo del obstáculo que lo profundamente. Sí; dormí con el peso de aquel asesinato
malhechor, casi me avergüenza confesar que el horror y detenía y le hundí a ella el hacha en el cráneo. Mi mujer en mi alma.
el pánico que me inspiraba el animal habíanse cayó muerta instantáneamente, sin exhalar siquiera un Transcurrieron el segundo y el tercer día. Mi verdugo
gemido. no vino, sin embargo. Como un hombre libre, respiré
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Tabaquería*
Fernando Pessoa
No soy nada. Portugal (1888-1935). Hice de mí lo que no supe,
Nunca seré nada. Y lo que pude hacer de mí no lo hice.
No puedo querer ser nada. Vestí un disfraz equivocado.
A parte de eso, tengo en mí todos los sueños del mundo. Me tomaron enseguida por quien no era, y no lo desmentí, y me
Ventanas de mi cuarto, perdí.
De mi cuarto de uno de los millones en el mundo que nadie sabe Cuando quise arrancarme la máscara,
quién es Estaba pegada a la cara.
(Y si supiesen, ¿qué sabrían?), Cuando la arrojé y me vi en el espejo,
Dais al misterio de una calle cruzada constantemente por gente, Ya había envejecido.
A una calle inaccesible a todos los pensamientos, Estaba borracho, y no sabía vestir el disfraz que no me había
Real, imposiblemente real, cierta, desconocidamente cierta, quitado.
Con el misterio de las cosas bajo las piedras y los seres, Arrojé la mascara y dormí en el vestidor
Con la muerte que mancha de humedad las paredes y hace Como un perro tolerado por la gerencia
blancos los cabellos de los hombres, Por ser inofensivo
Con el Destino que conduce la carroza de todo por el camino de Y voy a escribir esta historia para probar que soy sublime.
nada. Esencia musical de mis versos inútiles,
Estoy hoy vencido, como si supiese la verdad. quién pudiera encontrarte como cosas que yo hice,
Estoy hoy lúcido, como si estuviese por morir, Y no quedarme siempre enfrente de la Tabaquería de enfrente,
Y no tuviese más hermandad con las cosas Pisoteando la conciencia de estar existiendo,
Que la de una despedida, tornándose esta casa a este lado de la Como un tapete con el que tropieza un borracho
calle O la esterilla que los gitanos roban y no vale nada.
La hilera de vagones de un tren, y el silbido de una partida Pero el Dueño de la Tabaquería se asomó a la puerta y se quedó
Dentro de mi cabeza, en ella.
Y una sacudida de mis nervios y un chirriar de huesos al arrancar. de una pared sin puerta, Lo miro con la incomodidad de la cabeza torcida
Estoy hoy perplejo, como quien pensó y halló y olvidó. Y cantó la cantiga del Infinito en un gallinero, Y con la incomodidad de una alma que mal entiende.
Estoy hoy dividido entre la lealtad que debo Y escuchó la voz de Dios en un pozo cegado. Él morirá y yo moriré.
A la Tabaquería del otro lado de la calle, como cosa real por fuera, ¿Creer en mí? No, ni en nada. Él dejará el letrero, yo dejaré versos.
Y a la sensación de que todo es sueño, como cosa real por dentro. Que me derrame la Naturaleza sobre la cabeza ardiente Y un día morirá el letrero y también mis versos.
Fallé en todo. Su sol, su lluvia, el viento que me despeina, Después morirá la calle donde estuvo el letrero,
Como no hice ningún propósito, tal vez todo fuese nada. Y lo demás que venga si viene o que tenga que venir, o que no Y la lengua en que fueron escritos los versos.
El aprendizaje que me dieron, venga. Morirá después el planeta girante en que todo esto sucedió.
Descendí por la ventana trasera de la casa. Esclavos cardíacos de las estrellas, En otros satélites de otros sistemas cualquier cosa como nosotros
Fui al campo con grandes propósitos. Conquistamos todo el mundo antes de levantarnos de la cama; Continuará haciendo cosas como versos y viviendo debajo de las
Pero allí sólo encontré yerbas y árboles, Pero nos despertamos y él es opaco, cosas como letreros,
Y cuando había gente era igual a la otra. Nos levantamos y es ajeno, Siempre una cosa frente a otra,
Me retiro de la ventana y me siento en una silla. ¿En qué he de Salimos de casa y es la tierra entera, Siempre una cosa tan inútil como la otra.
pensar? Más el sistema solar y la Vía Láctea y lo Indefinido. Siempre lo imposible tan estúpido como lo real,
¿Qué sé yo lo que seré, yo, que no sé lo que soy? (Come chocolates, niña; Siempre el misterio del fondo tan cierto como el sueño del
¿Ser lo que pienso? ¡Pienso ser tanta cosa! ¡Come chocolates! misterio de la superficie,
¡Y hay tantos que piensan ser la misma cosa que no puede haber Mira que no hay más metafísica en el mundo que la de los Siempre ésta o aquella cosa o ni una ni la otra cosa.
tantos! chocolates. Pero un hombre entró en la Tabaquería (¿a comprar tabaco?),
¿Genio? En este momento Mira que todas las religiones no enseñan más que la confitería. Y la realidad plausible cae de repente sobre mí.
Cien mil cerebros se piensan en sueños genios como yo, ¡Come, niña sucia, come! Me incorporo a medias enérgico, convencido, humano,
Y la historia no señalará, ¿quién sabe? ni a uno, ¡Si pudiera yo comer chocolates con la misma verdad con que tú Y voy a intentar escribir estos versos en los que digo lo contrario.
No habrá sino un muladar para tantas futuras conquistas. los comes! Enciendo un cigarro al pensar en escribirlos
No, no creo en mí. Pero yo pienso y, al quitarles el papel plateado, que es de estaño, Y saboreo en el cigarro la liberación de todos los pensamientos.
¡En todos los manicomios hay tantos locos deschavetados con Arrojo todo al suelo, como tiré la vida.) Sigo el humo como mi camino,
tantas certezas! Pero queda al menos de la amargura de lo que nunca seré Y gozo, en un momento sensitivo y adecuado,
Yo, que no tengo ninguna certeza, ¿soy más cierto o menos cierto? La caligrafía rápida de estos versos, La liberación de todas las especulaciones
No, ni en mí... Pórtico hendido hacia lo Imposible. Y la conciencia de que la metafísica es la consecuencia de una
¿En cuántas buhardillas y no buhardillas del mundo Pero al menos dedico a mí mismo un desprecio sin lágrimas, indisposición.
No están en esta hora genios-para-sí-mismos soñando? Noble al menos por el gesto amplio con que arrojo Después me reclino en la silla
¿Cuántas aspiraciones altas y nobles y lúcidas— La ropa sucia que soy, sin motivo, para el decurso de las cosas, Y sigo fumando.
Sí, verdaderamente altas y nobles y lúcidas—, Y me quedo en casa sin camisa. Seguiré fumando hasta que el Destino me lo permita.
Y quién sabe si realizables, (Tú que consuelas, que no existes y por eso consuelas, (Si me casase con la hija de mi lavandera
¿Nunca verán la luz del sol real ni hallaran oídos de nadie? O diosa griega, concebida como estatua con vida, Tal vez sería feliz.)
El mundo es de quien nace para conquistarlo O patricia romana, imposiblemente noble y nefasta, Visto esto, me levanto de la silla. Me acerco a la ventana.
Y no para quien sueña que puede conquistarlo, aunque tenga O princesa de trovadores, gentilísima y colorida, El hombre salió de la Tabaquería (¿guarda el cambio en el bolsillo
razón. O marquesa del siglo dieciocho, escotada y distante, del pantalón?).
He soñado más que Napoleón. O cocotte célebre del tiempo de nuestros padres, Ah, lo conozco: es Esteves sin metafísica.
He abrazado contra el pecho hipotético más humanidades que O no sé qué moderno —no concibo bien qué—, (El Dueño de la Tabaquería llegó a la puerta.)
Cristo. Todo eso, sea lo que fuera, lo que sea, si puede inspirar ¡qué Como por un instinto divino, Esteves se volvió y me vio.
Hice filosofías en secreto que ningún Kant escribió. inspire! Hizo una señal de adiós, le grité ¡Adiós, Esteves!, y el universo
Pero soy, y tal vez seré siempre, el de la buhardilla, Mi corazón es un balde vacío. Se reconstruye en mí sin ideal ni esperanza, y el Dueño de la
Aunque no viva en ella; Como invocan espíritus los que invocan espíritus me invoco Tabaquería sonrió.
Seré siempre el que no nació para esto, Me invoco a mí mismo y nada encuentro.
Seré siempre sólo el que tenía cualidades; Me acerco a la ventana y veo la calle con una nitidez absoluta. *Álvaro de Campos
Seré siempre el que esperó que le abriesen la puerta al pie Veo las tiendas, veo las aceras, veo los coches que pasan. (uno de los heterónimos del autor Fernado Pessoa)
Veo los entes vivos vestidos que se cruzan,
Versión de Miguel Ángel Flores
Veo los perros que también existen,
Y todo esto me pesa como un condena al destierro,
Y todo esto es extranjero, como todo.)
Viví, estudié, amé y hasta creí,
Y hoy no hay mendigo al que no envidie sólo por no ser yo.
En cada uno miro los andrajos y las llagas y la mentira,
Y pienso: tal vez nunca hayas vivido ni estudiado ni amado ni
creído
(Porque es posible hacer la realidad de todo eso sin hacer
nada de eso);
Tal vez hayas existido apenas, como un lagarto a quien cortan
la cola
Y que es cola más acá del lagarto que se retuerce.

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| aula abierta | sábado 19 de septiembre de 2009 | página 8 |

Poesía brasileña Martiana

El último poema en los puertos silenciosos.


Pero te poseeré más que nadie
Así querría yo mi último poema. porque podré irme
Que fuese tierno diciendo las cosas más simples y todos los lamentos del mar,
y menos intencionadas, del viento, del cielo, de las aves,
que fuese ardiente como un sollozo sin lágrimas, de las estrellas, serán tu voz presente,
que tuviese la belleza de las flores casi sin perfume, tu voz ausente, tu voz sosegada.
la pureza de la llama en que se consumen
los diamantes más límpidos, VINICIUS DE MORAES
la pasión de los suicidas que se matan sin explicaciones. RÍO DE JANEIRO, 1913 - 1980),

MANUEL BANDEIRA (RECIFE 1886,? 1968) ********************

******************************* Permanencia
Ausencia.
Ahora recuerdo uno, antes recordaba otro.
Dejaré que muera en mí el deseo
de amar tus ojos dulces,
Día vendrá en que ninguno será recordado. Versos Sencillos-1891
porque nada te podré dar sino la pena
Entonces en el mismo olvido se fundirán.
de verme eternamente exhausto. XXX-EL RAYO SURCA SANGRIENTO...
Una vez más la carne unida, y las bodas
No obstante, tu presencia es algo
cumpliéndose en sí mismas, como ayer y siempre. El rayo surca, sangriento,
como la luz y la vida. El lóbrego nubarrón:
Siento que en mi gesto está tu gesto Echa el barco, ciento a ciento,
Pues eterno es el amor que une y separa, y eterno Los negros por el portón.
y en mi voz tu voz.
el fin
No quiero tenerte porque en mi ser El viento, fiero, quebraba
(ya comenzara , antes de ser), y somos eternos,
todo estará terminado. Los almácigos copudos;
frágiles, nebulosos, tartamudos, frustrados:
Sólo quiero que surjas en mí Andaba la hilera, andaba,
eternos. De los esclavos desnudos.
como la fe en los desesperados,
para que yo pueda llevar una gota de rocío El temporal sacudía
Y el olvido todavía es memoria, y lagunas de
en esta tierra maldita Los barracones henchidos:
sueño Una madre con su cría
que se quedó en mi carne
cierran en su negrura lo que amamos y fuimos Pasaba, dando alaridos.
como un estigma del pasado.
un día,
Me quedaré... tu te irás, Rojo, como en el desierto,
o nunca fuimos y que con todo arde en nosotros
apoyarás tu rostro en otro rostro, Salió el sol al horizonte:
a la manera de la llama que duerme en la leña Y alumbró a un esclavo muerto,
tus dedos enlazarán otros dedos
apilada en el galpón. Colgado a un seibo del monte.
y te desplegarás en la madrugada,
pero no sabrás que fui yo quien te logró, Un niño lo vio: tembló
CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE De pasión por los que gimen:
porque yo fui el amigo más íntimo de la noche,
(ITABIRA, 1902-RÍO DE JANEIRO, 1985) ¡Y, al pie del muerto, juró
porque apoyé mi rostro en el rostro de la noche Lavar con su vida el crimen!
y escuché tus palabras amorosas,
porque mis dedos enlazaron los dedos XXXI- PARA MODELO DE UN DIOS
en la niebla suspendidos en el espacio
Para modelo de un dios
y acerqué a mí la misteriosa esencia El pintor lo envió a pedir: -
de tu abandono desordenado. ¡Para eso no! ¡para ir,
Me quedaré solo como los veleros Patria, a servirse los dos!

Bien estará en la pintura


El hijo que amo y bendigo: -
¡Mejor en la ceja oscura,
El poema de la semana Cara a cara al enemigo!

Alfonso Quijada Urías ( Kijadaurías)El Salvador Es rubio, es fuerte, es garzón


De nobleza natural:
¡Hijo, por la luz natal!
No apareció la liebre aquella mañana ni dijo su plegaria ¡Hijo, por el pabellón!
El porvenir el arcoiris a través de la tela de araña. El porvenir
Vamos, pues, hijo viril:
apenas había comenzado.
Vamos los dos: si yo muero,
Me besas: si tú... ¡prefiero
En cuanto la idea del Diluvio se sosegó. Verte muerto a verte vil!
A.R.
XXXII- EN EL NEGRO CALLEJÓN...
En la calle se establecieron fúnebres negociantes.
En el negro callejón
De las Carnicerías el tufo de mil bestias degolladas inundó Donde en tinieblas paseo,
la mañana de Alzo los ojos, y veo
nuestra primera infancia. La iglesia, erguida, a un rincón.
La sangre corrió en los circos y las embarcaciones.
¿Será misterio? ¿Será
En la casa de Dios. En los altos edificios aun chorreantes Revelación y poder?
los niños contemplaron las extrañas imágenes. ¿Será, rodilla, el deber
La sangre corrió. Los vendedores de pólvora, los traficantes De postrarse? ¿Qué será?
de armas
Tiembla la noche: en la parra
celebraron con pompa el próspero suceso. En la casa Muerde el gusano el retoño;
del ministro el general aderezaba los muslos de Efigenia. Grazna, llamando al otoño,
El sol negro reventaba en el arco del triunfo. La reina, La hueca y hosca cigarra.
la Maga, la que siempre nos ocultaba el porvenir, dijo
Graznan dos: atento al dúo
por fin que el fin del mundo había comenzado. Alzo los ojos y veo
Pero esta vez no había embarcación. Que la iglesia del paseo
El mar estaba seco. Todo era ruinas, miserias, tempestad. Tiene la forma de un búho.
Las visiones de San Juan brotaban de los ojos del animal
José Martí, patriota cubano
de mil cabezas. (1853-1895)

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