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CULTURA PERUANA

LA MARINERA:
UN BAILE NACIONAL
ALBERTO MOSQUERA MOQUILLAZA*

A
don Abelardo Gamarra, (1850- peculiares maneras de exteriorizarlas,
1924), “ El Tunante”, un sea cual sea el sexo, el color de la piel,
huamachuquino que hizo de la la posición social de sus protagonistas o
espada y de la pluma las mejores armas el acompañamiento musical.
de su acendrado patriotismo, le Lo que importa es el espíritu, el
corresponde haber bautizado en el siglo sabor, la picardía, el encanto de los
XIX con el nombre de marinera a un bailarines, que a través de la marinera y
baile popular de raíces plebeyas y con los pañuelos ondeando le hacen
multiétnicas, que a diferencia de otras fintas a la vida y al amor mientras la
expresiones musicales de orígenes alegría se desborda entre los asistentes,
similares ha logrado remontar el tiempo que con sus palmas y coros de
y la influencia de la música foránea, entusiasmo se hacen cómplices de la
manteniendo a la fecha una vigencia de pareja en ese ir y venir de sus requiebros
alcance nacional, porque bien se puede e insinuaciones, de la gracia y agilidad
hablar de una marinera limeña, costeña del zapateo o de la espera jadeante de
o serrana, que se nutren de un mismo la segunda parte del encuentro, porque
sentimiento de identificación con si de marinera se trata, “ no hay primera
nuestras propias vivencias y sus sin segunda”: anoche me comí un

*Antropólogo. Estudios de Maestría en Historia de la Filosofía. Investigador del


Instituto de Investigaciones Económicas.

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bagre/y me atoré con una espina/ Callao y que tuvo la oportunidad de


prefiero gastar dos reales/y comerme alternar en olor de “ámbar y flores”, con
una corvina/vamos compadre con la las figuras y figurones de la rancia
segunda/; o si de marinera serrana aristocracia capitalina; como también
hablamos, bienvenida una tercera, en experimentar en cuartos cargados de
tanto que no hay marinera sin perfumes baratos y de olor de candiles,
huayno/ni huayno sin marinera/ de los jaleos bulliciosos y musicales de
cholita pollera verde/para ti va la negros y cholos.1
tercera. El nombre de marinera le fue
La marinera, que hoy puede estampado en homenaje a la Marina
bailarse en un humilde callejón peruana y muy especialmente en honor
bajopontino o victoriano, como en los de Miguel Grau, el insigne Comandante
privilegiados círculos limeños, trujillanos del Huáscar, el héroe de mil combates
o arequipeños; o si se prefiere en desiguales, convertido en los aciagos
cualquier pueblo, chicha y causa de por días de la guerra con Chile en un
medio, que se precie de ser norteño, para verdadero mito. Gamarra, quien sería
sobresalir tuvo en sus orígenes que dejar combatiente en San Juan y Miraflores
atrás una estela de prejuicios y temores, y miembro activo de la resistencia de
fabricados por la hipocresía y el falso los pueblos del centro del país a la
pudor de una oligarquía, que invasión chilena, consideró impropio que
intencionadamente confundió lascivia en 1879 un baile de raigambre popular,
con gracia y picardía para negar y de orígenes netamente peruanos, y
despreciar un baile que se incubó entre conocido mayoritariamente, por
negros, cholos e indios de los arrabales circunstancias muy fortuitas, como
pueblerinos y en la Lima señorial; que chilena, siguiera llamándose de este
después de 1821 mientras rendía aún modo, aunque también fuera llamado
culto a tapadas, zahumerios y tondero, mozamala, zamacueca o
padrenuestros, se resistía a dejar de ser resbalosa.
colonial, incluso hasta en sus bailes, “Resolvimos sustituir el
prefiriendo regodearse con los “bailes nombre de chilena por el de
serios y decentes”, como se calificaba marinera; tanto porque, en aquel
al rigodón, la pavana, la gallarda y la entonces la marinera peruana
cuadrilla, y a otros, de nítida factura llamaba la atención del mundo
europea, particularmente española. entero y el pueblo se hallaba
“La alta sociedad de Lima no vivamente preocupado por las
es ya limeña: hombres y mujeres heroicidades del Huáscar, cuanto
han adoptado los usos y trajes de la por el balance, movimiento de popa,
culta Europa” escribiría un viajero etc., de una nave gallarda dice
chileno que en 1850 visitó Lima y el mucho con el contoneo y lisura de

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Foto Elba Vásquez Vargas

quien sabe bailar, como se debe, el escenarios populares recurriendo simple


baile nacional”2, escribió “El Tunante”, y llanamente a la composición de las
a quien sólo le bastó un bando “a la nuevas letras del baile recientemente
gente alegre del país” para inmortalizar bautizado. El es el autor de la letra de la
el baile y convertirlo de facto, como diría primera marinera: La Antofagasta; y
J. Uriel García en “fuerza viva de asimismo lo es de La Concheperla, la
nacionalidad”3 marinera que alcanzó la gloria al ser
A Gamarra, autor de tonderos y llevada al pentagrama por Rosa
yaravíes, no le fue suficiente sustituir el Mercedes Ayarza, que le permitió
nombre de la chilena. Se propuso ingresar por la puerta grande a los
también acabar con su presencia en los escenarios oficiales.

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Acércate, preciosa Por su parte un estudioso del


que la luna nos invita tema ha escrito que lo que confiere
sus amores a gozar. excepcional personalidad a la marinera
acércate, preciosa costeña y limeña, “ ...es su indudable
concheperla de mi vida pasado negro. A la gracia y picardía de
como no la brota el mar la música, a la intención algo burlona de
su letra, se unen giros típicos de su
Negros, indios y cholos melodía alegre e incitante, mientras que
fecundaron la proto historia de la el complejo juego rítmico es reforzado
marinera y para ser más exactos los por el cajón. La influencia del negro ha
propios españoles también pusieron lo quedado establecida también en la parte
suyo. La marinera costeña, se afirma, coreográfica, donde el hombre corteja
lleva la marca de los negros, que y acosa, la mujer esquiva y provoca”4
esclavos o no poblaron cañaverales y La afirmación del negro como tal
algodonales de la costa, y que en Lima en la marinera limeña es inequívoca en
y sus alrededores, a pesar de la marcada algunas letras antiguas y modernas:
discriminación racial y social,
encontraron refugio material y espiritual Como uno y uno son dos
para sus usos y costumbres. que llegaron por las morenas me muero
incluso a teñir el excluyente lo blanco lo hizo un platero
comportamiento de españoles y críollos lo moreno lo hizo Dios
en un apareamiento sexual y cultural
muy singular y que incorporó, en otro Y han sido quizás los negros los
nivel, a los propios indios y mestizos. más genuinos cultores de la marinera
No es casual entonces que en la limeña, sin subestimar la labor creativa
coreografía de la marinera costeña y de otros exponentes del críollismo mu-
limeña y en sus propias letras sical. Mas allá de la parafernalia de los
encontremos la huella del negro, pero escenarios oficiales, donde se ha
claro sin la nitidez y fuerza de las cantado y bailado la marinera, han
expresiones musicales típicamente existido otros ambientes, generalmente
negras y costeñas como el festejo, el modestos, en los que bastaba una o dos
panalivio o el agua e’ nieve. Bien lo dijo guitarras, un cajón, y las voces
el desaparecido Nicomedes Santa Cruz: aguardientosas de los cantantes negros
para dar paso a la alegría del baile,
Murieron los negros viejos animado por los versos que
pero entre la caña seca espontáneamente brotaban de boca en
se escucha su zamacueca boca, en un divertido contrapunto que
y el panalivio muy lejos hoy lamentablemente se ha perdido, pero
y se escuchan los festejos con mucha suerte todavía podemos
que cantó en su juventud escuchar en algún viejo como nostálgico

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Fotos: E.V. V.

rincón limeño, que cual saraos de fines protuberancia de su seno y el redondeo


de siglo congrega hombres y mujeres, de cuanto constituye sus formas”.5
negros, blancos y cholos para cantar y El baile se convierte así en un
bailar, libar y comer. juego de seducción, donde el varón,
Son las mujeres sin duda las cautivado y retado al mismo tiempo por
verdaderas reinas de la marinera. Ellas la belleza e insinuación de la mujer se
son las que provocan, las que invitan lanza al ruedo a gozar de la cercanía de
pañuelo en mano al varón, garbosas y quien ha osado herir su orgullo varonil,
seguras como son a la hora de los y por supuesto que a conquistarla entre
primeros coqueteos e insinuaciones. filigranas amorosas que acercan y alejan
Decía Gamarra que “ la marinera es el a la pareja durante el acoso musical y
baile que en la mujer exterioriza todo el que finalmente concluye cuando la mujer
arranque de su naturaleza; una mujer ha caído provocadoramente en su propia
se transfigura y, echa por los aíres desde trampa.
la fogosidad de sus ojos hasta la

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NOTAS

1 LASTARRIA, José. Lima en 1850. En: Alberto


Tauro, Viajeros en el Perú Republicano.
UNMSM, Lima, 1967., p. 71.
2 GAMARRA,, Abelardo. Rasgos de Pluma. En:
Juan Mejía Baca, Historia del Perú, T. IX.
Lima, 1980, p. 446.
3 GARCIA, Uriel. La Musica Incaíca. En:
Amauta Nº 2, Lima, 1926, p. 11.
4 HOLZMANN, Rodolfo. Panorama de la
Un Arzobispo, y no es cuento
Música Tradicional del Perú. En: Juan Mejía Que por el Cercado viera
Baca, Ibid. p. 452. Bailar una marinera,
5 GAMARRA, Abelardo. El tango y la marinera.
En: Juan Mejía Baca. Ibid. p. 448
Gritaba !fuego violento!
Fuego interior que enardece
Y la mirada encandila
Cadera que miel destila
Y en suave vaivén se mece;
Manos trémulas que estrujan
Con febril gracia el pañuelo,
Mientras los pies en el suelo
Dibujan...lo que dibujan.
Como una dulce quimera
Que en placer se realiza,
Vino,canto, baíle y risa,
!Eso es una marinera!

JOSE GALVEZ
Foto: E.V. V.

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