Está en la página 1de 158

Mauricio Víquez Lizano

Etica, fundamentos y aplicaciones.

Ediciones Mundo Mejor.

1
Etica.

Fundamentos y

aplicaciones.

Mauricio Viquez Lizano.

2
Ediciones Mundo Mejor.
Sexta edición.
2015.
San José de Costa Rica.
Todos los derechos reservados.

3
Introducción.

Movidos por las exigencias planteadas hoy día por el ideal formativo
universitario y profesional, es claro que podemos y debemos afirmar que el
presente curso de ética aplicada es un paso necesario, imposible de obviar,
sobre todo, cuando lo que se busca es aportar algo de cara al mañana y con
la intención de animar una vida académica y un futuro profesional que sepa
asumir su futuro buscando superar sus limitaciones y preocupándose por el
desarrollo de la sociedad y el respeto del individuo.

Es posible que al iniciarse por los caminos de las siguientes páginas haya
algún lector, estudiante o profesional más o menos joven, que deseará
preguntarse con sinceridad “¿para qué un curso de ética? ¿Es válido en
este aquí y ahora?” Incluso puede que exista alguien que vaya más allá y
se interrogue: “-si mi área es estrictamente técnica o científica, ¿para qué
acercarme a áreas tan abstractas o filosóficamente tan definidas? ¿Será una
pérdida de tiempo?” Y hasta podría alguien llegar al punto de decirse:
“¿será necesario? ¿Para qué sirve esto de la ética?”.

Nuestra intención, es hacer ver que el esfuerzo de andar las páginas


siguientes es tiempo bien invertido, así como los momentos dedicados a los
diferentes momentos de estudio adicional y de investigación que se puedan
suscitar, pues ello será capaz de dar pistas adicionales para lograr
respuestas a las cuestiones centrales de nuestra vida: la de su sentido y la de
su decencia.

1. Etica, ¿qué es eso y para qué sirve?

Como diremos a lo largo del presente texto, luego de una fundamentación


que se tratará de dar, nos abocaremos a un saber normativo que se refiere a
la rectitud de los actos humanos según principios de tipo racional. Esto es,
un saber racional, metódico, coherente y sistemático que, sin renunciar a
referirse a normas esenciales en un contexto pluralista como el nuestro,
ofrece en norte iluminador para procurar un proceder del ser humano más
coherente con su naturaleza de ser libre, racional y con una tendencia de
infinito que siempre le marca.

Acerca del para qué la cuestión se nos plantea aún más fácil, de frente a lo
funcional de esta parte de la filosofía práctica que es la ética. Estrictamente
hablando y ateniéndonos a lo puramente funcional o empírico, diríamos
que la ética “no sirve para nada”. Sin embargo y avanzando un poco más,

4
miramos la ética como un saber que aporta al ser humano elementos que le
ayudan a crecer en humanidad, a ubicarse de frente al sentido de la vida y a
encontrar su lugar en el cosmos. Desde este punto de vista, suponer que lo
ético “no sirve” sería una necedad asombrosa y una grave despreocupación
por el ideal al que todo ser humano normal ha de tender: vivir la vida de la
manera mejor posible y a partir de criterios éticos muy claros.

Ahora, en torno a ese para qué, hay otras realidades que exigen nuestra
reflexión: miremos a nuestro alrededor: ¿qué impresión nos deja? ¿Eso de
la “corrupción” es un plato raro en nuestro medio? ¿Qué nos dice la
palabra “chorizo” aplicada a la función pública y su gestión? La situación
del mundo globalizado de hoy y, a la vez, profundamente excluyente, ¿me
parece aceptable? ¿Nuestro entorno es sano y el futuro de la tierra está
asegurado?

Se trata de cuestiones esenciales. Pero podemos ir más allá. Y nos


podemos fijar en el propio campo de acción. ¿Nos parece que todo marcha
de maravilla en nuestra futura profesión?

Y podemos acabar con un punto final crítico: ¿veo muy normal que en
nuestro país las cárceles estén repletas de personas con formación
universitaria que cedieron a la tentación del dinero fácil?

2. En un contexto global y pluralista.

Intensificado a raíz de los últimos adelantos en la tecnología comunicativa


así como en una manera nueva de concebir el mercado, la globalización es
una realidad con la que hoy tenemos que contar para entender nuestro
entorno. Enrique Iglesias, expresidente del BID, ha dicho, tratando de
describir la globalización, esto: “(se trata de un fenómeno que implica ) la
mundialización de los capitales, en cuanto el mundo no tienen fronteras
para el comercio y la tecnología, y la propia empresa privada se convierte
en un complejo de insumos de origen diverso (...) El fenómeno es de
extraordinaria complejidad y novedad porque afecta los gustos, el
conocimiento, la forma de vivir, de pensar, de entender lo hecho, y además,
es irreversible”1.

Es obvio que se trata de una realidad que amerita una valoración moral.
Ni todo es bueno ni todo es malo. Facilita grandemente el intercambio y el
bienestar de algunos, pero excluye a otros. Lo positivo del proceso tiene el
vicio de ser un camino que beneficia solamente a unos cuantos. Se trata de
1
Diario La Nación, 22 mayo 2000, p.22.

5
una “globalización de un solo lado” en el decir de Mijail Gorbachov2. El
reto está en provocar más inclusión e ir más allá de la certeza de que la
situación actuales solo beneficiosa para los países ricos.

Esta realidad merece nuestra atención y nuestra valoración. Hacerlo es


urgente, pues vivimos en una situación de corresponsabilidad progresiva,
en la que ya no vale pasar y de cara a la cual se hace altamente necesario
tener criterio propio.

Pero hay más. Este mundo global es altamente plural. Estamos todos
llamados a respetar las cosmovisiones de los demás, optando a la vez, por
unos elementos comunes necesarios que permitan una convivencia
respetuosa y solidaria. No se trata de eclecticismos, sincretismos o
indiferencias, sino de tolerancia y capacidad de consenso.

Una adecuada formación ética nos ayudará en esta doble dirección.


Valorar adecuadamente el entorno y optar por un respeto a los demás sin
ceder en los propios principios.

3. Ciudadanos.

Hoy día se habla mucho del retorno del ciudadano y de un protagonismo


suyo cada vez más fuerte, sobre todo, a partir de la también reforzada
sociedad civil.

Sin embargo, parece que no todo miembro de nuestras sociedades se


acaba de enterar de este hecho. Por doquier pululan los llamados
“pasotas”, esos que pasan de todo y viven casi solo por vivir.

El verdadero ciudadano se anima a comprometerse, opina, tiene criterio


bien fundado. No pasa de nada.

Desde lo ético, el buen ciudadano que se sabe parte de un todo mayor, se


da cuenta de que para poder convivir adecuadamente debe asumir una
posición clara a partir de un fondo de valores comunes.

En las páginas que siguen hablaremos en detalle de una ética de mínimos


compartidos por todos y enriquecida por la ética máxima que cada quien
maneje. Así, el todo funciona. Y esto porque todos los ciudadanos de la
polis, decididos al consenso y al diálogo responsable, aprenderemos a
convivir defendiendo valores irrenunciables para cualquier ser humano que
aspire a una vida concorde con su naturaleza.
2
Semanario El Financiero, 12-18 junio 2000, p.16.

6
Así pues, descubriremos unas pista para poder vivir y convivir bien. Y a
esto aspira cualquier criatura humana normal.

4. Finalmente...

Una vez que somos capaces de mirarnos como ciudadanos responsables,


hemos de dar un paso más: ¿qué decir de nuestra labor de cada día? ¿Si el
trabajo no es un castigo qué es? ¿Y las profesión? ¿Y el rol de los
gremios? ¿Qué buscan? ¿Por qué?

Los datos de corrupción en el ámbito público y privado que nos llegan a


diario nos animan a estar en guardia. De aquí que nunca sobra el recordarle
a futuros profesionales –llamados a ser ciudadanos en ejercicio- que es
preferible y hasta más rentable ser recto que corrupto, que es mejor servir
que servirse. Ideas que jamás están de más.

En el cierre de nuestro camino el panorama nos puede parecer ambicioso


y demasiado amplio... pero es sólo el principio. La vida no es menos
compleja. De aquí que busquemos cerrar hablando de ética aplicada en los
campos en los cuales la ética está hoy diciendo lo que nadie dice o muchos
han olvidado o quisieran olvidar, sin pensar en que esos olvidos deterioran
la dignidad del ser humano y lo condenan al olvido de su vocación última.

7
Nota previa:

Etica en la Universidad... ¿para qué?3

Estamos dando hoy día los primeros pasos de un camino que desea ser,
dentro del contexto del trabajo académico universitario, una vía formativa
útil e interesante. Este curso de ética que iniciamos quiere ser una vía que
sea capaz de ofrecer a cada estudiante de nuestra Universidad –futuro
profesional- un instrumental básico que le permita asumir la vida de modo
diferente al ordinario. Se trata de animarse a vivir de tal manera que, a la
par de que se llega a encarnar un ideal de servicio aprehendido
cuidadosamente en las aulas, se sea capaz de progresar ejerciendo la propia
profesión de modo competente, viviendo conforme a su vocación fielmente
y siempre con un empeño maduro por tomar las decisiones correctas en
cada circunstancia que se presente.

Cada día es más y más claro que el tema ético ya no es un aspecto


marginal en la formación universitaria. Ya no basta con limitarse a formar
más o menos bien mujeres y hombres de ciencias, letras o técnica. Hoy
resulta también urgente suscitar mujeres y hombres que, movidos por una
razón ética, sean capaces de ser agentes de humanización.

Desigualdades, deterioro del medio, la imperante cultura de muerte, el uso


y abuso en el mundo de la comunicación, la generalización de la
corrupción, la dualidad generada por el proceso de globalización son
algunas de las realidades que exigen que la Universidad se convierta
efectivamente en una realidad promotora de un proyecto de ser humano
integral, capaz de hacer ver lo esencial de realidades tan concretas, urgentes
y opacadas por el contexto como el don de sí, el respeto mutuo, la
solidaridad y la trascendencia.

Hoy quisiéramos –en el contexto del más puro espíritu universitario4-


formular algunas propuestas que han de inspirar nuestro camino,
3
Seguimos aquí y comentamos la Propuesta de valores que propone la Comisión del Aula de Etica de la
Universidad de Deusto en AAVV, La Etica en la Universidad, Deusto, 1995, p.97 ss.
4
La universidad “es una comunidad académica, que, de modo riguroso y crítico, contribuye a la tutela y
desarrollo de la dignidad humana y de la herencia cultural mediante la investigación, la enseñanza y los
diversos servicios ofrecidos a las comunidades locales, nacional e internacional. Ella goza de aquella
autonomía institucional que es necesaria para cumplir sus funciones eficazmente y garantiza a sus
miembros la libertad académica, salvaguardando los derechos de la persona y de la comunidad dentro de
las exigencias de la verdad y del bien común” (ECE 12). Más adelante se agrega: “la misión
fundamental de la Universidad es la constante búsqueda de la verdad mediante la investigación. la
conservación y la comunicación del saber para el bien de la sociedad” (Idem, n.30). Finalmente y el
contexto de las reflexiones a propósito del centenario de la Universidad de Deusto, C. Romanzi,
presidente de la Conferencia de Rectores Europeos, decía: “la Universidad, que desde sus orígenes ha

8
motivando cada día del camino del presente curso, hoy apenas iniciado.
Veamos:

TESIS 1.
La función de la Universidad es y debe ser la de un agente humanizador.
Por ello, el compromiso y la responsabilidad universitaria exige un talante
ético.

Ya hemos afirmado arriba que hoy es clarísimo que quienes opinan que la
Universidad está únicamente para formar profesionales más o menos
cualificados desde el punto de vista exclusivamente técnico o científico, de
cara al exigente y competitivo mercado laboral, se equivocan “de pe a pa”.

La Universidad ha de ser agente humanizador. Ello implica realidades


muy concretas que aquí y hoy queremos mirar, para así ir más allá de lo
unidimensional o de la “frustración existencial” de la que habla Víctor
Frankl y que hoy afecta a tantos. Veamos:

• Nos encontramos primero con la necesidad de que la Universidad


asuma el reto de una activa colaboración para proponer a la sociedad
de hoy focos de esperanza y fuentes de sentido. Se trata de proponer
vías que alimenten al ser humano actual. Todo el quehacer
universitario ha de moverse en esta dirección: docencia,
investigación, servicio comunal. Se trata de buscar, ofrecer y
proponer caminos con sentido. La razón ética facilita este camino
pues lo hace urgente.
• El ideal humanizador es sensible ante la situación dura e injusta en
que hoy día viven tantas personas. La voz de la Academia siempre
será de peso en la defensa de los menos beneficiados5 por el presente
sistema que, por sus aspiraciones de exclusividad, no se convence
aún de su característica excluyente y darwinista en los social. Tener
al ser humano como horizonte ayudará siempre a estar atentos en la
defensa y promoción de los sin voz.
• La apertura al otro lleva al aprecio por el consenso, el diálogo real, el
entendimiento. De esta manera se enriquecerá el aprecio por el otro.
Eso que algunos llaman “respeto activo”.
sido el baluarte y centro de libertad, habiéndose puesto siempre al servicio de la verdad, tiene el
inalienable y sacrosanto deber de mantener intacto e incontaminado –ahora y siempre- su propio y noble
perfil, no someténdose servilmente nunca a otros...” (en AAVV., Universidad y sociedad, Universidad de
Deusto, 1988, p.25.
5
Ignacio Ellacuría consideraba que la Universidad ha de tener la meta de facilitar a las mayorías un nivel
de vida digno, enfrentado toda injusticia, y esto – en su pensamiento típicamente zubiriano ralista que le
llevaba de cara a la historia a hacerse cargo-encargarse y cargar con la realidad- no contradecía, sino que
complementaba, lo propio del quehacer universitario en cuanto llamado a cultivar la verdad y el saber. Cf
Senent, J.A., Ellacuría y los derechos humanos, Desclée, Bilbao, 1998, p.23ss.

9
• Para ir más allá de lo pragmático e inmediato, para hacer entrar en
razón a los que hablan solo de “perspectivas ambientales” –léase
mercado y éxito económico inmediato- al definir la oferta
universitaria y para contrarrestar el descoyuntamiento presente de los
valores y la prevalencia de los subsistemas técnicos, cuidar las
disciplinas metaempíricas que quedan en los curricula universitarios
se hace una necesidad grande.
• Finalmente, parece urgente y para ganar la carrera al individualismo,
al imperio de la eficacia por la eficacia y a la impersonalidad de las
actividades, implentar siempre en nuestro contexto universitario un
aprecio cada día mayor por el trabajo en equipo y una actitud
constante de vigilancia crítica de frente a la sociedad de hoy.

TESIS 2.
Aunque limitada, la función de la Universidad enriquecida por la razón
ética, es esencial en la consolidación de la nueva manera en que hoy se
comprende la ciudadanía y la responsabilidad de todos en la consolidación
de la democracia.

Toda transmisión de conocimientos, toda labor educativa, implica una


dimensión política innegable. J. Ribas habla de lo político como aquello
que se vincula al poder de alguna manera6 y que es posible en cualquier
ámbito. I. Ellacuría dirá que “todo lo que el hombre hace en relación a lo
social es estrictamente político”.

Estamos, pues, involucrados en una labor con una carga política


innegable, llamada a ser conciencia crítica de la sociedad y a colaborar
activamente en eso que algunos llaman la “refundación de la política”, esto
es, el esfuerzo que se ha de realizar para recuperar el deber ser de la
realidad política de frente a la presente tendencia a “economizarlo” todo.

¿Se trata de hacer opciones político-partidistas a nivel institucional? ¿Se


trata de asumir como propio algún programa concreto? Pues, no. Pero sí
se trata de lanzarse a una labor formativa que haga que cada estudiante se
sienta impelido en una dirección que implica:

• favorecer un proyecto ético que promueva unos mínimos


axiológicos7 sin los cuales se rebajaría catastróficamente la
temperatura moral de la sociedad;

6
Cf su ponencia ante el II Encuentro Mesoamericano de Filosofía, titulada Poder y política en el contexto
de la mundialización. En www.uca.edu.es.
7
En esta línea miraremos, en su momento, una rica reflexión de Adela Cortina, autora española, profesora
de Valencia, cuya obra miraremos con frecuencia citada en nuestro camino académico.

10
• animar un ideal de ciudadano8 empeñado en la construcción de una
vida social más en participación y comunión, más en sintonía con los
nunca bien alcanzados ideales democráticos;
• animar el ideal de la globalización en clave de solidaridad 9y al
servicio de una noción de desarrollo más integral y éticamente mejor
fundamentada.

TESIS 3.
El rigor científico debe considerarse una exigencia no solo metodológica
sino también ética, se trata de una exigencia de cara a aportar algo en la
compresión crítica de la sociedad de hoy.

En el contexto universitario el esfuerzo ha de ser un ingrediente que no


puede faltar. Una exigencia metodológica, pues sin él nada decente se
puede hacer en el mundo académico. Una exigencia ética pues ningún
futuro profesional puede desentenderse en el presente de su preocupación
por ofrecer en el futuro un servicio cualificado y siempre perfectible.

Al exigir la Universidad forma. Combate la actual “cultura light” en la


que impera la ley del menor esfuerzo. Y al hacerlo, debe ser capaz de dejar
claro que la adquisición de conocimientos –necesaria por sí misma- no será
una formación ideal si no va unida a ella la adquisición de virtudes básicas
humanas, el aprendizaje de una verdadera capacidad para el diálogo y la
interdisciplinariedad, lo mismo que un deseo muy fuerte por nunca pactar
con forma alguna de mediocridad, ni ahora ni después y en ningún campo
del quehacer en el que se pueda participar.

TESIS 4.
La Universidad –agente humanizador- debe ser movida, para ser
consecuente con sus mismos orígenes, por unos principios humanistas que
la lancen a ser protagonista en la construcción del proyecto ético global
que ha de surgir.

El quehacer universitario ha de estar siempre contextualizado y el


presente es un contexto que solamente es capaz de animarnos y exhortarnos
a ser claros y firmes.

8
Una noción cada día más importante, sobre todo, de cara al despunte de esa realidad que le es siempre
necesaria, o sea, la de sociedad civil.
9
Juan Pablo II (EA 55) y más tarde Gorbachov y el mismo Banco Mundial han percibido que la única
vía sensata para contrarrestar los efectos nocivos de la globalización es tener presentes conceptos como
justicia social, opción por los pobres y defensa de lo local.

11
Hoy día nos parecen ciertas muchas cosas, a la hora de querer entender el
medio que se ha de ayudar a transformar.

Es cierto que no se puede dejar de lado el respecto activo y la tolerancia,


así como el reconocimiento del gran valor que posee la pluralidad en
cuanto ingrediente necesario de la democracia moderna, lo mismo que
evitar dejar de lado el interés por lo concreto, esto es, la vida real, esa que
se vive a diario y que, con frecuencia, los conceptos abstractos describen
bastante mal.

Es cierto que no se puede bajar la guardia ni apagar el espíritu combativo


de frente a toda corrupción, individualismo exagerado, pobreza crítica,
hegemonía economicista o falsos apoliticismos comodones y destructivos
del ideal de sociedad civil y de ciudadano hoy tan el alza.

Es cierto todo esto y por supuesto, es cierto también que se ha de dar la


lucha para plantear metas éticas altas y sanamente utópicas. Esto claro, si
es que nos sentimos realmente impelidos por esa grave exigencia que nos
ha de llevar a soñar en un mundo más comunidad y menos aldea, más
movido por la responsabilidad que por el egoísmo y más atento al futuro y
a los que están aún por venir. Es el reto que nos lleva a no consentir más la
esquizofrenia ética de nuestro presente histórico, a enfrentarla y a trocarla
en una realidad más humana, solidaria y sostenible. En una palabra, en una
realidad movida por un nuevo talante ético, vivido más en serio por
quienes comprendan que es la única vía por la cual todos nos
beneficiaremos por igual.

12
PRIMERA PARTE.

ETICA.
FUNDAMENTOS Y
REFLEXIONES.

13
PRIMERA PARTE.

INTRODUCCIÓN GENERAL A LA FILOSOFIA Y


EL LUGAR DE LA ETICA.

Introducción.

Comencemos haciendo referencia a un concepto fundamental:

• Cultura: según la declaración final de la Conferencia Mundial sobre


Políticas Culturales en México 1982, podemos comprender la cultura
como: “conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales,
intelectuales y afectivos, que caracterizan a una sociedad o a un
grupo social. Abarca, además, de las artes y las letras, los modos de
vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de
valores, las tradiciones y las creencias.”

Así, nos ubicamos ante una realidad que abarca las más diversas
manifestaciones del ser humano entendido como realidad única
psicosomática. Nos encontramos con la ciencia, el arte, la religión, las
normas, etc. Por supuesto, es aquí donde nos encontramos con esa realidad
que se denomina filosofía, de la que tantos hablan y tan pocos profundizan.

1. Qué podemos decir de la filosofía?

La filosofía aparece en escena cuando el ser humano, para responder a las


preguntas acerca de la realidad, deja de recurrir al mito y se anima a buscar
dar respuestas de tipo racional.

Nos ubicamos en Grecia, en esa cultura excepcional que se levanta sobre


la experiencia de los cretenses, jonios y aqueos. Empieza su camino a
partir del siglo IX aC., época del poeta Homero, en el marco de una
monarquía patriarcal (en cada ciudad un rey, un consejo y una asamblea
ciudadana para consultas). Esta forma de gobierno cede ante los consejos
de cada ciudad-estado, que se fortalecen en el siglo VI aC. y se fortalecen
como democracias participativas y controladas gracias a la normativa de
Solón en 594 aC.

14
La crisis generada por las guerras del Peloponeso hace que Atenas ceda en
su hegemonía, pero ello también es decisivo para que el pensamiento se
desarrolle.

Durante el auge democrático del siglo VI aC. las preguntas acerca del
origen (arjé) aparecen, sobre todo, con la figura pionera de Thales de
Mileto y su intento por averiguar el origen del cosmos. Los presocráticos
harán su esfuerzo y luego dejan su lugar para que lo tomen los sofistas en el
siglo V aC.

Entre estos sofistas destacan Gorgias y Protágoras, son los primeros


pensadores que ganan por enseñar y enseñan el arte de gobernar, de
convencer y critican la sociedad su tiempo. Llegados al siglo IV aC. la
situación del pensamiento sofista atenta contra la verdad y surge así la
crítica de los grandes pensadores de este siglo de oro: Sócrates y Platón.

Veamos más en detalle esta historia que llega hasta hoy:

BREVE HISTORIA DE LA FILOSOFIA

Filosofía (del griego philos y sophía, ‘amor a la sabiduría’): estudio


racional y crítico de los principios básicos. La filosofía se divide a menudo
en cuatro ramas principales: metafísica, el estudio de la realidad última;
epistemología, el estudio de los orígenes, validez y límites del
conocimiento; ética, el estudio de la naturaleza de la moral y el juicio, y
estética, estudio de la naturaleza de la belleza en las actividades artísticas.
Los dos tipos de investigación filosófica son la filosofía analítica, que es el
estudio lógico de los conceptos, y la filosofía sintética, que es el
ordenamiento de los conceptos en un sistema unificado.
Según fue utilizado en su origen por los griegos clásicos, el término
filosofía significa la búsqueda del conocimiento por sí mismo. La filosofía
comprende todas las áreas del pensamiento especulativo e incluye tanto la
reflexión sobre las artes como sobre las ciencias y la religión. Conforme se
fueron desarrollando métodos y principios particulares en las distintas
áreas del conocimiento, cada campo adquirió su propio perfil filosófico, lo
cual dio lugar a la filosofía del arte, de la ciencia y de la religión. El
término filosofía se usa de forma popular para referirse a un conjunto de
actitudes y valores básicos respecto a la vida, la naturaleza y la sociedad
(de ahí procede la frase “filosofía de la vida”). Como las fronteras que
separan las distintas áreas del conocimiento son flexibles y están sujetas a
cambio, la definición del término filosofía sigue estando sometida a
controversia.
*Filosofía griega

15
Se considera en general que la filosofía occidental comenzó en la Grecia
antigua, y en Jonia más en concreto, como una especulación en torno a la
naturaleza subyacente del mundo físico. En su forma primera no se
distinguía de la ciencia natural, pues los primeros filósofos eran físicos
preocupados por determinar qué puede permanecer tras el aparente
cambio. Los escritos de los primeros filósofos no se han conservado en lo
fundamental, excepto algunos fragmentos citados por Aristóteles y otros
autores pertenecientes a épocas posteriores.
La escuela jónica
El primer pensador considerado filósofo en el tiempo fue Tales de Mileto,
originario de esta ciudad, en la costa jónica de Asia Menor, que vivió hacia
el año 580 a.C. Tales, venerado por las generaciones posteriores como uno
de los Siete Sabios de Grecia, se interesó por los fenómenos astronómicos,
físicos y meteorológicos, y sus investigaciones científicas le llevaron a
pensar que todos los fenómenos naturales son formas diferentes de una
sustancia fundamental (una primera idea sobre el monismo) que él creía
era el agua, pues pensaba que la evaporación y condensación eran procesos
universales. Anaximandro, discípulo de Tales, mantenía que el primer
principio a partir del cual surgen todas las cosas es una sustancia
intangible, invisible e infinita que llamó apeiron (‘lo ilimitado’).
Comprendió, sin embargo, que en todas las cosas se podía encontrar una
sustancia no observable, por lo que su noción de lo ilimitado anticipó la
noción moderna de un Universo sin límite. Esta sustancia, afirmaba, es
eterna e indestructible. Debido a su movimiento continuo, las sustancias
conocidas —como calor, frío, tierra, aire y fuego— evolucionan de una
forma ininterrumpida generando a su vez los distintos objetos y
organismos que configuran el mundo que conocemos por los sentidos.
El tercer gran filósofo jonio, Anaxímenes, volvió a la suposición de Tales
de que la sustancia primera es algo conocido y material, pero mantuvo que
ésta es el aire en vez del agua. Creía que los cambios que experimentan los
objetos se pueden explicar en términos de rarefacción y condensación del
aire. De tal modo, Anaxímenes fue el primer filósofo que explicó
diferencias cualitativas en términos de diferencias cuantitativas, un método
fundamental en la ciencia física.
En general, la escuela jónica dio el primer paso radical desde la
explicación mítica de los fenómenos naturales a la exposición científica;
descubrió los importantes principios científicos de la permanencia de la
sustancia, la evolución natural del mundo y la reducción de calidad a
cantidad.
La escuela pitagórica
Hacia el año 530 a.C., el filósofo Pitágoras de Samos fundó una escuela de
filosofía en Crotona, en la Magna Grecia, al sur de Italia, que fue más
religiosa y mística que la escuela jónica. Pretendía conciliar la antigua

16
visión mítica del mundo con el creciente interés por la explicación
científica. El sistema de filosofía resultante —que se conoció como
pitagorismo— aunó las creencias éticas, sobrenaturales y matemáticas en
una visión espiritual de la vida. Los pitagóricos enseñaron y practicaron un
sistema de vida basado en la creencia de que el alma es prisionera del
cuerpo, del cual se libera al morir y se reencarna en una forma de
existencia, más elevada o no, en relación con el grado de virtud alcanzado.
El principal propósito de los seres humanos tendría que ser la purificación
de sus almas mediante el cultivo de virtudes intelectuales, la abstención de
los placeres de los sentidos y la práctica de diversos rituales religiosos. Los
pitagóricos —que descubrieron las leyes matemáticas del tono musical—
dedujeron que el movimiento planetario produce una “música de las
esferas” y desarrollaron una “terapia a través de la música” para lograr que
la humanidad encontrara su armonía con las esferas celestes. Identificaron
la ciencia con las matemáticas y mantuvieron que todas las cosas son
reductibles a números y figuras geométricas. Realizaron grandes
contribuciones a las matemáticas, la teoría musical y la astronomía.
La escuela de Heráclito
Heráclito de Éfeso (Jonia), continuando la búsqueda de la sustancia
primigenia que iniciaron los jonios, afirmó que ésta es el fuego. Observó
que el fuego produce cambios en la materia y anticipó la teoría moderna de
la energía. También afirmó que todas las cosas se encuentran en un estado
de flujo continuo (panta rei), que la estabilidad es una ilusión y que sólo el
cambio y la ley del cambio (o logos) son reales. La doctrina del logos de
Heráclito, que identificaba las leyes de la naturaleza con una mente divina,
evolucionó hacia la teología panteísta del estoicismo.
La escuela eleática
En el siglo V a.C., Parménides fundó una escuela de filosofía en Elea,
colonia griega en la península Itálica (Magna Grecia). Parménides adoptó
una actitud opuesta a la de Heráclito en la relación entre estabilidad y
cambio y mantuvo que el universo o lo que es, es decir, el ente, se puede
describir como una esfera indivisible e inmutable y que toda referencia a
cambio o diversidad es por sí misma contradictoria. Mantenía que nada
puede ser realmente afirmado excepto “lo que es” (el ente). Zenón de Elea,
discípulo de Parménides, intentó probar la unidad del ser afirmando que la
creencia en la realidad de cambio, la diversidad y el movimiento lleva a
paradojas lógicas. Las aporías de Zenón llegaron a ser enigmas
intelectuales que filósofos y lógicos de todas las épocas posteriores han
intentado resolver. El interés de los eleáticos por el problema de la
consistencia racional propició el desarrollo de la ciencia de la lógica.
Los pluralistas
La especulación en torno al mundo físico iniciada por los jonios fue
seguida en el siglo V a.C. por Empédocles y Anaxágoras, que

17
desarrollaron filosofías que sustituían la descripción jónica de una
sustancia primera única por la suposición de una pluralidad de sustancias.
Empédocles mantenía que todas las cosas están compuestas por cuatro
elementos irreductibles: aire, agua, tierra y fuego, combinados o separados
por dos fuerzas opuestas según un proceso de alternancia: el amor y el
odio. Mediante este proceso, el mundo evoluciona desde el caos hasta la
forma y vuelve al caos otra vez, en un ciclo reiterado. Empédocles
consideró el ciclo eterno como el objeto verdadero del culto religioso y
criticó la creencia popular en divinidades personales pero no consiguió
explicar cómo los objetos conocidos por la experiencia pueden
desarrollarse al margen de factores que son por completo distintos a ellos.
Por consiguiente, Anaxágoras sugirió que todas las cosas están compuestas
por partículas muy pequeñas o ‘semillas’, que existen en una variedad
infinita. Para explicar cómo se combinan esas partículas para formar los
objetos que constituyen el mundo conocido, Anaxágoras desarrolló una
teoría de la evolución cósmica. Afirmaba que el principio activo de este
proceso evolutivo es una mente universal que separa y combina las
partículas, el nous. Su concepto de partículas elementales llevó al
desarrollo de una teoría atómica de la materia.
Los atomistas
Fue un paso natural el que condujo desde el pluralismo hasta el atomismo,
interpretación según la cual toda materia está compuesta por partículas
diminutas e indivisibles que se diferencian sólo en simples propiedades
físicas como el peso, el tamaño y la forma. Este paso se dio en el siglo IV
a.C. con Leucipo y su colaborador más conocido, Demócrito de Abdera, a
quien se le atribuye la primera formulación sistemática de una teoría
atómica de la materia. Su concepción de la naturaleza fue materialista de
un modo absoluto, y explicó todos los fenómenos naturales en términos de
número, forma y tamaño de los átomos. Redujo las cualidades sensoriales
de las cosas (como calor, frío, gusto y olor) a las diferencias cuantitativas
de los átomos. Las formas más elevadas de existencia, como la vida de las
plantas y animales e incluso la humana, fueron explicadas por Demócrito
en términos físicos en sentido estricto. Aplicó su teoría a la psicología, la
fisiología, la teoría del conocimiento (epistemología), la ética y la política,
y presentó así el primer planteamiento amplio del materialismo
determinista que afirma que todos los aspectos de la existencia están
determinados de forma rígida por leyes físicas.
Los sofistas
Hacia finales del siglo V a.C., un grupo de maestros ambulantes llamados
sofistas alcanzó un gran renombre en toda Grecia. Los sofistas tuvieron un
papel importante en la evolución de las ciudades Estado griegas desde
unas monarquías agrarias hasta su consolidación como democracias
comerciales. Conforme crecieron la industria y el comercio helénicos, una

18
nueva clase de ricos comerciantes poderosos en el ámbito económico
empezó a controlar el poder político. Careciendo de la educación de los
aristócratas, quisieron prepararse para la política y el comercio pagando a
los sofistas a cambio de enseñanzas en el arte de hablar en público, el
razonamiento legal y la cultura general. A pesar de que lo mejor de los
sofistas contribuyó mucho al pensamiento griego, el grupo en su conjunto
adquirió una reputación de falaz, hipócrita y demagogo. De ahí que la
palabra sofisma represente esas deficiencias morales. La famosa máxima
de Protágoras, uno de los sofistas más importantes, “el hombre es la
medida de todas las cosas”, es representativa de la actitud filosófica de esta
escuela. Sus componentes mantenían que los individuos tienen el derecho
de juzgar por sí mismos todos los asuntos; negaban la existencia de un
conocimiento objetivo en el que se supone que todo el mundo debe creer,
mantuvieron que la ciencia natural y la teología tienen poco o ningún valor
porque carecen de relevancia en la vida diaria, y declararon que las reglas
éticas sólo tenían que asumirse cuando conviene al propio interés.
Filosofía socrática
Tal vez la mayor personalidad filosófica en la historia haya sido Sócrates.
Nacido en el 469 a.C., practicó un diálogo continuo con sus alumnos hasta
que fue sentenciado a muerte, condena que cumplió bebiendo cicuta en el
399 a.C. A diferencia de los sofistas, Sócrates se negó a aceptar dinero por
sus enseñanzas, afirmando que no tenía ninguna certidumbre que ofrecer
excepto la conciencia de la necesidad de más conocimiento. Sócrates no
dejó ningún escrito, pero sus enseñanzas fueron preservadas para
generaciones posteriores en los diálogos de su famoso discípulo Platón y
también aparecen en los escritos de Jenofonte. Sócrates enseñó que cada
persona tiene pleno conocimiento de la verdad última dentro de su alma y
que sólo necesita llevarlo a la reflexión consciente para darse cuenta. Por
ejemplo, en Menón (un diálogo de Platón) Sócrates plantea a través de una
ficción la forma en que un esclavo ignorante puede llegar a la formulación
del teorema de Pitágoras, demostrando así que el conocimiento está innato
en el alma, en vez de ser implícito o indisociable de la experiencia.
Sócrates creía que el deber del filósofo era provocar que la gente pensara
por sí misma, en vez de enseñarle algo que no supiera. Por eso se decía
partero de ideas. Su contribución a la historia de la filosofía no fue una
doctrina sistemática, sino un método de reflexión, la mayéutica, y un tipo
de existencia. Hizo hincapié en la necesidad de un examen analítico de las
creencias de cada uno, de definiciones claras de los conceptos básicos, y
de un planteamiento racional y crítico de los problemas éticos.
Filosofía platónica
Platón fue un pensador más sistemático que Sócrates, pero sus escritos, en
especial los primeros diálogos, pueden ser considerados como una
continuación y elaboración de las ideas socráticas. Al igual que Sócrates,

19
Platón consideró la ética como la rama más elevada del saber, y subrayó la
base intelectual de la virtud al identificar virtud con sabiduría. Esta idea
llevó a la llamada ‘paradoja socrática’ por la que “ningún hombre hace el
mal por propia voluntad”, como dice Sócrates en Protágoras. Más tarde,
Aristóteles advirtió que una conclusión así no da lugar a la responsabilidad
moral. Platón exploró también los problemas fundamentales de la ciencia
natural, la teoría política, la metafísica, la teología y la epistemología, y
enriqueció conceptos que luego han sido fundamentos permanentes en el
pensamiento occidental.
La base de la filosofía de Platón es su teoría de las ideas, o doctrina de las
formas. La teoría de las ideas (que queda expresada en muchos de sus
diálogos, sobre todo en La República y Parménides) divide la existencia
en dos esferas o mundos, una “esfera inteligible” de ideas o formas
perfectas, eternas e indivisibles, el Topos Uranos, y una “esfera sensible”,
de objetos concretos y conocidos. Los árboles, las piedras, los cuerpos
humanos y en general los objetos que pueden ser conocidos a través de los
sentidos son para Platón irreales, sombríos y copias imperfectas de las
ideas. Llegó a esta, en apariencia, extraña conclusión por las elevadas
reglas que adjudicó al conocimiento, por ejemplo, que todos los objetos
auténticos de conocimiento fueran descritos sin contradicciones. Como
todos los objetos percibidos por los sentidos experimentan cambios, una
afirmación hecha respecto a esos objetos en un instante no será válida en
un momento posterior. Según Platón, esos objetos no son del todo reales.
Las creencias que se derivan de la experiencia de esos objetos son, por lo
tanto, imprecisas e inconstantes, mientras que los principios de las
matemáticas y la filosofía —elaborados a partir de la meditación interior
sobre las ideas— constituyen el único saber digno de ese nombre. En La
República, Platón muestra la humanidad prisionera en una caverna que
confunde las sombras proyectadas en una roca con la realidad; considera al
filósofo como la persona que penetra en el universo fuera de la caverna de
la ignorancia y alcanza una visión de la verdadera realidad, el mundo de
las ideas. El concepto de Platón del bien absoluto —que es la idea más
elevada y engloba a todas las demás— ha sido una fuente principal de las
doctrinas religiosas panteísta y mística en la cultura occidental.
La teoría de las ideas de Platón y su visión racionalista del conocimiento
son la base de su idealismo ético y social. El mundo de las ideas eternas
facilita las normas o ideales según los cuales todos los objetos y acciones
han de someterse al juicio del hombre. La persona filosófica, que se
abstiene de los placeres sensuales y busca en su lugar el conocimiento de
los principios abstractos, encuentra en esos ideales los modos para regir la
conducta personal y fiscalizar las instituciones sociales. La virtud personal
consiste en una armónica relación entre las facultades del alma. La justicia
social consiste entonces en la armonía entre las distintas clases de la

20
sociedad. El estado ideal de una mente sana en un cuerpo sano requiere
que el intelecto controle los deseos y las pasiones, así como el estado ideal
de la sociedad requiere que los individuos más sabios controlen a las
masas buscadoras de placer. Según Platón, la verdad, la belleza y la
justicia coinciden en la idea del bien. Por lo tanto, el arte que expresa los
valores morales es el mejor. En su programa social, Platón apoyó la
censura en el arte, por estimarla como un instrumento para la educación
moral de la juventud.
Filosofía aristotélica
Aristóteles, que empezó a estudiar en la Academia de Platón con 17 años,
en el 367 a.C., es considerado el más ilustre discípulo de Platón y se sitúa
junto con su maestro entre los más profundos e influyentes pensadores del
mundo. Después de asistir durante varios años a la Academia de Platón,
Aristóteles se convirtió en el preceptor de Alejandro Magno. Más tarde
regresó a Atenas para fundar el Liceo, una escuela que, al igual que la
Academia de Platón, fue durante siglos uno de los grandes núcleos de
enseñanza en Grecia. En sus conferencias, Aristóteles definió los
conceptos y principios básicos de muchas de las ciencias teóricas, como la
lógica, la biología, la física y la psicología. Al establecer los rudimentos de
la lógica como ciencia, desarrolló la teoría de la inferencia deductiva,
representada por el silogismo (proposición deductiva que utiliza dos
premisas y una conclusión), y un conjunto de reglas para fundamentar lo
que habría de ser el método científico.
En su teoría metafísica Aristóteles discutió la separación que hizo Platón
de idea y materia, y afirmó que las ideas o esencias están contenidas
dentro de los objetos mismos que las ejemplifican. Para Aristóteles, cada
cosa real es una mezcla de potencia y acto; en otras palabras, cada cosa es
una combinación de aquello que puede ser (pero que todavía no es) y de
aquello que ya es (también distinguido como materia y forma), porque
todas las cosas cambian y se convierten en otra cosa diferente de lo que
son, excepto los intelectos activos humanos y divinos, que son formas
puras.
Para Aristóteles la naturaleza es un sistema orgánico de cosas cuyas
manifestaciones comunes hacen posible ordenarlas en clases de especies y
géneros; cada especie tiene una forma, propósito y modo de desarrollo en
cuyos términos se puede expresar. El fin de la ciencia teórica es definir las
actitudes, propósitos y modos esenciales de desarrollo de todas las
especies y disponerlos en su orden natural de acuerdo con sus
complejidades según su forma, siendo los principales niveles el inanimado,
el vegetativo, el animal y el racional. El alma, para Aristóteles, es la forma
o realidad del cuerpo, y los humanos, cuyo espíritu racional constituye una
forma más elevada que la de las demás especies terrenales, la más elevada
dentro de las perecederas. Los cuerpos celestes, compuestos de una

21
sustancia imperecedera o éter, y movidos en un perfecto movimiento
circular por Dios, son todavía más altos en el orden de la naturaleza. Esta
clasificación jerárquica de la naturaleza se adoptó por muchos teólogos
cristianos, judíos y musulmanes en la edad media como una visión de la
naturaleza.
La filosofía política y ética de Aristóteles surgió también de un examen
crítico de los enunciados platónicos. Las normas de conducta personal y
social, según Aristóteles, pertenecen al estudio científico de las tendencias
naturales de los individuos y las sociedades en vez de contemplarse en la
esfera celeste de las ideas puras. Menos insistente que Platón en una
conformidad rigurosa respecto a los principios absolutos, Aristóteles
consideró las reglas éticas como guías prácticas para alcanzar una vida
feliz y plena. El énfasis que puso en la felicidad, como el cumplimiento de
las capacidades naturales, expresó la actitud hacia la vida que mantuvieron
los griegos cultos de su tiempo. En teoría política adoptó una posición más
realista que Platón. Se mostró conforme con el modelo de una monarquía
gobernada por un rey sabio que llegaría a representar la estructura política
ideal, pero reconocía asimismo que las sociedades difieren en sus
necesidades y tradiciones, y creía que una democracia limitada conforma y
ordena el mejor compromiso concebible. En su teoría del conocimiento,
Aristóteles rechazó la doctrina platónica por la que el saber es innato e
insistió en que sólo puede adquirirse mediante la generalización desde la
experiencia. Interpretó el arte como una vía al servicio del placer y de la
ilustración intelectual en lugar de ser un instrumento de educación moral.
Su análisis de la tragedia griega ha servido como modelo fundacional de la
crítica literaria.
*Filosofía helenística y romana
Desde el siglo IV a.C. hasta el desarrollo de la filosofía cristiana en el
siglo IV, el epicureísmo, el estoicismo, el escepticismo y el neoplatonismo
fueron las principales escuelas filosóficas en el mundo occidental. El
interés por la ciencia natural declinó en ese periodo y estas escuelas se
preocuparon sobre todo por la ética y la religión.
Epicureísmo
En el año 306 a.C., Epicuro fundó una escuela filosófica en Atenas. Como
sus seguidores se reunían en el jardín de su casa fueron conocidos como
los ‘filósofos del jardín’. Epicuro adoptó la física atomista de Demócrito
pero aportó algunas novedades importantes. En lugar de un movimiento
aleatorio de los átomos en todas las direcciones, afirmó —para simplificar
la explicación— que un movimiento uniforme acontecía en dirección
descendente. También admitió la posibilidad de un factor de casualidad
que intervenía en el mundo físico al manifestar que los átomos, a veces, se
desvían en un sentido impredecible (clinamen), facilitando así una base
física para la creencia en el libre albedrío. Sostenía que la ciencia natural

22
es importante sólo si se puede aplicar en la adopción de decisiones
prácticas y para aplacar el temor hacia los dioses y la muerte. Afirmaba
que el destino de la existencia es obtener la máxima cantidad de placer,
que identificaba con un movimiento de simpatía y con la ausencia de
dolor. Las enseñanzas de Epicuro se conservan sobre todo en el poema
filosófico De rerum natura (De la naturaleza de las cosas) del poeta
romano Lucrecio, que contribuyó mucho a divulgar el epicureísmo en
Roma.
Estoicismo
La escuela estoica, fundada en Atenas hacia el 310 a.C. por Zenón de
Citio, evolucionó a partir del movimiento anterior de los cínicos, que
rechazaba las instituciones que estructuraban la sociedad y los valores
materiales vigentes. El estoicismo representó la escuela más importante en
el mundo grecorromano y en ella coincidieron escritores y personalidades
tan importantes como el esclavo griego y más tarde filósofo romano
Epicteto, y el emperador romano Marco Aurelio, conocido tanto por su
sabiduría como por su nobleza de carácter. Uno de los más relevantes
filósofos estoicos del Imperio romano fue el hispanorromano cordobés
Séneca, preceptor del emperador Nerón, que mantuvo las tesis
fundamentales del estoicismo antiguo con un importante tono moral y una
concepción de la sabiduría como benevolencia. Los estoicos proclamaron
que se puede alcanzar la libertad y la tranquilidad tan sólo siendo ajeno a
las comodidades materiales y la fortuna externa, y dedicándose a una vida
guiada por los principios de la razón y la virtud (tal es la idea de la
imperturbabilidad o ataraxia). Asumiendo una concepción materialista de
la naturaleza, siguieron a Heráclito en la creencia de que la sustancia
primera se halla en el fuego y en la veneración del logos, que identificaban
con la energía, la ley, la razón y la providencia encontradas en la
naturaleza. La razón de los hombres se consideraba también parte
integrante del logos divino e inmortal. La doctrina estoica que consideraba
esencial cada persona como parte de Dios y miembro de una familia
universal ayudó a romper barreras regionales, sociales y raciales, y
preparar el camino para la propagación de una religión universal. La
doctrina estoica de la ley natural, que convierte la naturaleza humana en
norma para evaluar las leyes e instituciones sociales, tuvo mucha
influencia en Roma y en las legislaciones posteriores de Occidente.
Escepticismo
El escepticismo, que profundizó en la crítica sofista del conocimiento
objetivo, dominó la academia platónica en el siglo III a.C. Los escépticos
descubrieron (al igual que Zenón de Elea) que la lógica es un mecanismo
filosófico poderoso capaz de destruir cualquier idea positiva, y la usaron
con arte. Su suposición principal era que la humanidad no puede alcanzar
el conocimiento o la ciencia que conciernen a la realidad y que el camino

23
hacia la felicidad, por lo tanto, se asienta en una absoluta suspensión de
juicio. Como ejemplo extremo de esta actitud, se dice que Pirrón —uno de
los escépticos más notables— se negó a cambiar de rumbo al acercarse a
un acantilado y tuvo que ser corregido por sus alumnos. Carneades
mantenía que las creencias adquiridas de la experiencia por vía inductiva
pueden ser probables, pero nunca ciertas.
Neoplatonismo
El filósofo judeo-helenista Filón de Alejandría sumó la filosofía griega, en
especial las ideas platónicas y pitagóricas, a la religión judaica en un
amplio sistema que anticipó el neoplatonismo y el misticismo judío,
cristiano y musulmán. Filón insistía en la naturaleza transcendente de Dios
que supera el entendimiento y por lo tanto resulta indescriptible para los
mortales; describió el mundo natural como una serie de etapas de declive
desde Dios y terminando en la materia como origen del mal. Abogó por un
régimen teocrático, y fue uno de los primeros en interpretar el Antiguo
Testamento para los no judíos. Murió en torno al año 50 d.C.
El neoplatonismo, sustrato de una de las escuelas filosóficas y religiosas
más influyentes e importante rival del cristianismo, fue fundado en el siglo
III d.C. por Ammonio Saccas y su discípulo más conocido, Plotino. Éste
basó sus ideas en los escritos místicos y poéticos de Platón, los pensadores
pitagóricos y Filón. Para Plotino, la principal razón de ser de la filosofía es
educar a los individuos para la experiencia del éxtasis, en la que se hacen
uno con Dios. Dios (o lo Uno) está más allá del entendimiento racional y
es la fuente originaria de toda realidad. El universo emana de lo Uno por
un proceso misterioso de comunicación de energía divina en planos
sucesivos. Los niveles más altos forman lo Uno: el logos, que contiene las
ideas platónicas, y el Alma cósmica, que da lugar a las almas humanas y a
las fuerzas de la naturaleza. Las demás cosas que emanan de lo Uno, según
Plotino, cuanto más imperfectas y malas son, más cerca están del límite de
la materia en su estado original. El fin más elevado de la vida es depurarse
uno mismo de la dependencia de la conformidad física y, a través de la
meditación filosófica, disponerse para una reunión extática con lo Uno. El
neoplatonismo ejerció una fuerte influencia en el pensamiento medieval.
*Filosofía medieval
Durante el declive de la civilización grecorromana, los filósofos
occidentales abandonaron la investigación científica de la naturaleza y la
búsqueda de la felicidad en el mundo y se preocuparon por el problema de
la salvación en otro mundo mejor. Hacia el siglo III, el cristianismo se
había extendido a las clases más cultas del Imperio romano.
Filosofía de san Agustín
El proceso por reconciliar el énfasis de los griegos en la razón con el
hincapié que ponían los romanos en las emociones religiosas de las
enseñanzas de Cristo y los apóstoles se recogió en los escritos de san

24
Agustín. Éste desarrolló un sistema de pensamiento que, a través de
sucesivas rectificaciones y elaboraciones, se convirtió al fin en la doctrina
del cristianismo de aquella época. En gran parte debido a su influencia, el
pensamiento cristiano fue platónico en espíritu hasta el siglo XIII, punto
en que la filosofía aristotélica se hizo dominante. San Agustín afirmaba
que la fe religiosa y el entendimiento filosófico obran como
complementarios en lugar de ser opuestos y que se debe “creer para
comprender y comprender para creer”. Al igual que los neoplatónicos,
consideraba el alma una forma más elevada de la existencia que el cuerpo
y propuso que el conocimiento consiste en la contemplación de las ideas
que han sido depuradas tanto de sensaciones como de imágenes.
La filosofía platónica fue mezclada con el concepto cristiano de un dios
personal que había creado el mundo y predestinado su evolución, y con la
doctrina de la caída de la humanidad que requería la divina encarnación en
Cristo. San Agustín intentó aportar soluciones racionales a los problemas
del libre albedrío y la predestinación, la existencia del mal en un mundo
creado por un dios omnipresente y todopoderoso, y la naturaleza atribuida
a Dios en la doctrina de la Trinidad.
San Agustín concibió la historia como una lucha trágica en la humanidad
entre el bien, expresado en la lealtad a la “ciudad de Dios” o comunidad de
los santos, y el mal, identificado en la ciudad terrenal y simbolizado a
través de sus valores materiales. Su idea de la vida humana era pesimista,
lo que le llevó a sostener que la felicidad es imposible en la existencia del
individuo, donde incluso con buena suerte, como excepción, la conciencia
de la proximidad de la muerte echaría a perder cualquier tendencia hacia la
satisfacción y el placer. Pensó que sin las virtudes religiosas de la fe, la
esperanza y la caridad —que requieren de la divina gracia para ser
alcanzadas—, una persona no puede desarrollar virtudes naturales
referidas al valor, la justicia, la templanza y la sabiduría. Sus análisis del
tiempo, la memoria y la experiencia religiosa han sido fuente de
inspiración para el pensamiento metafísico y místico.
La única gran aportación a la filosofía occidental en los tres siglos
siguientes a la muerte de san Agustín fue la del estadista romano del siglo
VI Boecio, que reavivó el interés por el pensamiento griego y romano, en
especial por la lógica y metafísica aristotélicas. En el siglo IX el monje
irlandés Juan Escoto Erígena expuso una interpretación panteísta del
cristianismo, identificando la Trinidad divina con lo Uno, el logos y el
Alma universal del neoplatonismo, y mantuvo que tanto la fe como la
razón son necesarias para alcanzar la unión extática con Dios.
Escolasticismo
En el siglo XI se produjo un resurgir del pensamiento filosófico, fruto del
creciente encuentro entre las diferentes regiones del mundo occidental y el
despertar del interés por las culturas ignotas que culminara en el

25
renacimiento. Los trabajos de Platón, Aristóteles y otros sabios griegos
fueron traducidos por eruditos árabes y se conocieron en el Occidente
cristiano gracias a las aportaciones de los filósofos musulmanes de al-
Andalus y a distintas traducciones del árabe al latín realizadas en los
reinos cristianos de la península Ibérica. Los filósofos musulmanes, judíos
y cristianos interpretaron y clarificaron esos escritos en una tentativa por
conciliar la filosofía con la fe religiosa y dotar de pilares racionales a sus
creencias religiosas. Su trabajo cimentó el escolasticismo.
El pensamiento escolástico estuvo menos interesado en descubrir nuevos
datos y principios que en demostrar la verdad de los credos ya
consolidados. Su método fue, por lo tanto, dialéctico o discursivo. El
interés por la lógica del discurso llevó a importantes avances tanto en
lógica como en teología. El físico árabe del siglo XII Avicena integró el
neoplatonismo y las ideas aristotélicas con la doctrina religiosa musulmana
y el poeta judío Solomon ben Yehuda Ibn Gabirol elaboró una síntesis
semejante entre el pensamiento griego y el judaísmo. El filósofo
eclesiástico y escolástico san Anselmo de Canterbury adoptó la idea de san
Agustín de la relación entre fe y razón y relacionó el platonismo con la
teología cristiana. San Anselmo, que actuaba siguiendo la teoría de las
ideas de Platón, se mostró a favor de la existencia separada de los
universales o las propiedades comunes de las cosas. De esta forma,
estableció la posición del realismo lógico en uno de los debates más
conflictivos y trascendentes de la filosofía medieval, el de los universales.
La idea contraria, conocida como nominalismo, fue formulada por el
filósofo escolástico Roscelino, quien afirmó que sólo existen los objetos
individuales, concretos, y que los universales (formas e ideas, mediante las
que se clasifican las cosas particulares) constituyen meros sonidos o signos
en vez de sustancias intangibles. Cuando afirmó que la Trinidad tiene que
consistir en tres existencias separadas, sus ideas fueron condenadas por
heréticas y fue obligado a retractarse en 1092. El teólogo francés Pedro
Abelardo, cuyo trágico romance con Eloísa en el siglo XII alimentó una de
las historias de amor más memorables del medievo, propuso un
compromiso entre realismo y nominalismo conocido como
conceptualismo, según el cual los universales existen en las cosas
particulares como propiedades y fuera de las cosas como conceptos en la
mente. Abelardo mantenía que la religión revelada tiene que ser justificada
por la razón. Fundamentó una ética basada en la conciencia personal que
anticipó el pensamiento protestante.
El jurista y físico hispanoárabe Averroes (el filósofo musulmán más
conocido de la edad media) hizo que la ciencia y el pensamiento
aristotélico tuvieran gran influencia en el mundo medieval gracias a sus
lúcidos y eruditos comentarios de la obra de Aristóteles. Fue conocido
como ‘el comentador’ entre los muchos escolásticos que consideraban a

26
Aristóteles como ‘el filósofo’. Averroes intentó superar las contradicciones
entre la filosofía aristotélica y la religión revelada distinguiendo entre dos
sistemas de verdad separados: un cuerpo científico de verdades basado en
la razón, y un cuerpo religioso de verdades inspirado en la revelación. Su
idea de que la razón tiene preferencia sobre la religión le llevó en 1195 al
exilio. La llamada doctrina de la doble verdad de Averroes influyó sobre
numerosos filósofos musulmanes, judíos y cristianos, pero también fue
rechazada por muchos otros autores y se convirtió en un problema
importante en el ámbito de la cultura medieval.
El rabino y físico judío Maimónides (una de las figuras más destacadas del
pensamiento judaico), al igual que Averroes, unió la ciencia aristotélica
con la religión, pero rechazó la idea de que ambos sistemas contrarios
pudieran ser verdaderos. En su Guía de perplejos (1180) Maimónides
intentó dar una explicación racional a la doctrina judaica y defendió las
creencias religiosas (como la de la creación del mundo) que entraban en
conflicto con la ciencia aristotélica, sólo cuando estuvo convencido de que
faltaban evidencias decisivas en el sustrato de ambas posturas.
El teólogo escolástico inglés Alejandro de Hales y el filósofo escolástico
italiano san Buenaventura, los dos en el siglo XIII, fundieron los principios
platónicos y aristotélicos e introdujeron la idea de que el alma es forma y
sustancia a la vez (o sustancia no material), para explicar su naturaleza
inmortal. La idea de Buenaventura tendió hacia el misticismo panteísta al
hacer del fin de la filosofía la unión extática con Dios.
El filósofo escolástico alemán san Alberto Magno fue el primer filósofo
cristiano en aprobar e interpretar la totalidad del pensamiento aristotélico.
Estudió y admiró los escritos de los aristotélicos musulmanes y judíos, que
conoció por los trabajos de la Escuela de Traductores de Toledo, y escribió
comentarios enciclopédicos sobre Aristóteles y la ciencia natural de su
tiempo. Alberto Magno murió en 1280. El monje inglés Roger Bacon, uno
de los primeros escolásticos en mostrar interés por la ciencia experimental,
advirtió que quedaba mucho por aprender aún sobre la naturaleza. Criticó
el método deductivo de sus contemporáneos, así como la confianza de
éstos en la autoridad del pasado, proponiendo un nuevo método de
investigación basado en la observación controlada.
La mayor figura intelectual de la era medieval fue santo Tomás de Aquino,
monje dominico que estudió con Alberto Magno, a quien siguió hasta
Colonia en 1248. Aquino unió la ciencia aristotélica y la teología agustina
en un amplio sistema de pensamiento que más tarde se convirtió en la
filosofía autorizada de la Iglesia católica. Escribió sobre cualquier tema
conocido en filosofía y ciencia, y sus obras más importantes, Summa
theologica y Summa contra Gentiles, donde presenta una estructura de
ideas convincente y sistemática, sigue ejerciendo hoy una poderosa
influencia en el pensamiento occidental. Sus textos reflejan el renovado

27
interés de su tiempo por la razón, la naturaleza y la felicidad en este
mundo, junto con su fe religiosa y preocupación por la salvación del
hombre.
Aquino mantuvo, en contra de los averroístas, que las verdades de la fe y
las verdades de la razón no podían estar en conflicto, sino que más bien
son aplicadas a campos diferentes. Las verdades de la ciencia natural y de
la filosofía son descubiertas al razonar a partir de datos de la experiencia,
mientras que los principios de la religión revelada (la doctrina de la
Trinidad, la creación del mundo y otros fundamentos del dogma cristiano)
están más allá de la comprensión racional, aunque éstos no hayan de ser
contradictorios respecto a la razón y deban aceptarse mediante la fe. La
metafísica, teoría del conocimiento, ética y política de Aquino provenían
sobre todo de Aristóteles, pero el dominico incorporó en sus doctrinas las
virtudes agustinianas de la fe, esperanza y caridad y el destino de la
salvación eterna a través de la gracia, a la ética naturalista de Aristóteles,
cuya meta es conseguir la felicidad en este mundo.
Filosofía medieval después de santo Tomás de Aquino
Las mayores críticas a la filosofía tomista (adhesión a las teorías de
Aquino) fueron formuladas por Juan Duns Escoto y Guillermo de
Ockham. Duns Escoto desarrolló un sutil y muy técnico sistema de lógica
y metafísica, pero debido al fanatismo de sus seguidores, el nombre de
Duns se convirtió más tarde en símbolo de estupidez en la palabra inglesa
dunce (burro). Escoto rechazó el intento de Tomás de Aquino de
reconciliar la filosofía racional con la religión revelada. Mantuvo, en una
versión modificada de la llamada doctrina de la doble verdad de Averroes,
que todas las creencias religiosas son asuntos de fe, excepto la creencia en
la existencia de Dios, que consideraba demostrable desde supuestos
lógicos. En contra de la idea de Aquino según la cual Dios actúa de
acuerdo con su naturaleza racional, Escoto afirmó que la voluntad divina
es anterior al propio intelecto divino y crea (en vez de amoldarse a ellas)
las leyes de la naturaleza y la moral (voluntarismo), lo que implicaba una
noción del libre albedrío más amplia que la de Tomás de Aquino. Al
abordar el problema de los universales, Duns Escoto planteó un nuevo
compromiso entre realismo y nominalismo al explicar la diferencia entre
los objetos individuales y las formas que esos objetos ejemplifican
(individuación) como una distinción lógica en vez de real.
El franciscano inglés Guillermo de Ockham formuló la crítica de carácter
más radical y nominalista de la creencia escolástica en el campo de lo
intangible, cosas invisibles como las ideas, esencias y universales.
Mantuvo que tales entidades abstractas sólo son referencias terminológicas
que designan a su vez otras palabras en lugar de ser útiles para referirse a
cosas reales. Su famosa regla, conocida como ‘la navaja de Ockham’ —
que afirma que no se debe suponer la existencia de más cosas de las que

28
son necesarias según imperativos lógicos— se convirtió en un principio
fundamental de la ciencia y filosofía modernas.
En los siglos XV y XVI, el renacer del interés científico por la naturaleza
se vio acompañado por la tendencia hacia el misticismo panteísta. El
prelado católico romano Nicolás de Cusa o Cusano anticipó la obra del
astrónomo polaco Nicolás Copérnico al sugerir que la Tierra se mueve
alrededor del Sol, desplazando así a la humanidad del centro del Universo,
al que concibió como infinito e idéntico a Dios. El filósofo italiano
Giordano Bruno, que también identificó el Universo con Dios, desarrolló
las implicaciones filosóficas de la teoría copernicana. La filosofía de
Bruno influyó en corrientes intelectuales posteriores que llevaron al
nacimiento de la ciencia moderna y a la Reforma.
*Filosofía moderna
Desde el siglo XV la filosofía moderna ha estado marcada por una
interacción continua entre sistemas de pensamiento basados en una
interpretación mecanicista y materialista del Universo y aquellos otros
basados en la creencia en el pensamiento humano como la única realidad
última. Esta interacción ha reflejado el creciente efecto del descubrimiento
científico y el cambio político en la especulación filosófica.
Mecanicismo y materialismo
Los siglos XV y XVI marcaron un periodo de desarrollos sociales,
políticos e intelectuales de corte radical. La exploración del mundo, la
Reforma (con su énfasis en la fe individual), el auge de la sociedad urbana
comercial, y la aparición de nuevas ideas en todas las áreas de la cultura
estimularon el desarrollo de una nueva idea filosófica del Universo. La
visión medieval del cosmos como un orden jerárquico de seres creados y
gobernados por Dios fue suplantada por la visión mecanicista del mundo
como una gran máquina cuyas partes se mueven de acuerdo con estrictas
leyes físicas, sin propósito ni voluntad. El objetivo de la vida humana ya
no se concebía como preparación para la salvación en el otro mundo, sino
más bien como la satisfacción de los deseos naturales de la gente. Las
instituciones políticas y los principios éticos dejaron de ser considerados
como reflejo del mandato divino para ser vistos en cambio como resortes
prácticos creados por los seres humanos. En esta nueva visión filosófica, la
experiencia y la razón fueron los únicos patrones efectivos para dilucidar
la verdad. La figura del filósofo jesuita español Francisco Suárez tuvo una
gran influencia en la transformación de la escolástica clásica y en una
moderna concepción de la ley y de la autoridad real que, según Suárez,
deriva su poder del consentimiento del pueblo y podía ser rechazada
cuando no era ejercida con justicia.
El primer gran representante de la nueva filosofía fue el pensador y
estadista inglés Francis Bacon, barón de Verulam, que denunció la
confianza en la autoridad y el discurso verbal, y consideró la lógica

29
aristotélica inútil para acuñar nuevas leyes físicas. Bacon pidió un nuevo
método científico (novum organum) basado en la generalización inductiva
realizada desde la observación y la experimentación. Fue el primero en
formular leyes para la inferencia inductiva.
El trabajo del físico y astrónomo italiano Galileo fue de mayor importancia
en el desarrollo de una nueva visión del mundo. Galileo Galilei resaltó la
importancia de aplicar las matemáticas a la formulación de leyes
científicas. Para ello creó la ciencia de la mecánica, que aplicaba los
principios de la geometría a los movimientos de los cuerpos. El éxito de la
mecánica en la formulación de leyes fiables y útiles de la naturaleza llevó
a pensar a Galileo y otros científicos posteriores que toda la naturaleza está
creada de acuerdo con leyes mecánicas. Galileo murió en 1642 cerca de
Florencia.
Descartes
El matemático, físico y filósofo racionalista francés René Descartes
profundizó en las críticas de Bacon y Galileo sobre los métodos y
creencias existentes, pero al contrario que Bacon —que se inclinaba por la
práctica de un método inductivo basado en hechos observados—,
Descartes hizo de las matemáticas el modelo para toda ciencia, aplicando
sus métodos deductivos y analíticos a todos los campos del saber.
Descartes publicó su primera gran obra, Essais philosophiques (Ensayos
filosóficos), en 1637. Decidió reconstruir todo el conocimiento humano
sobre una base absolutamente certera al rechazar cualquier creencia,
incluso su propia existencia, hasta que pudiera probarla como verdadera
(escepticismo metodológico). Fundó la prueba lógica de su propia
existencia en el acto de dudar de ella y su famosa afirmación “Cogito,
ergo sum” (“Pienso, luego existo”) le proporcionó el dato cierto o axioma
a partir del cual pudo deducir la existencia de Dios y de las leyes básicas
de la naturaleza. A pesar de su perspectiva mecanicista, Descartes aceptó
la tradicional doctrina religiosa de la inmortalidad del alma y mantuvo que
la mente y el cuerpo son dos sustancias diferentes; de esta forma dejó a la
mente libre de las leyes mecánicas de la naturaleza y consagró la libertad
de la voluntad. Su fundamental separación de mente y cuerpo, conocida
como dualismo, planteó el problema de explicar cómo dos sustancias tan
diferentes como cuerpo y mente pueden afectar la una a la otra, problema
que fue imposible resolver y que ha sido desde entonces motivo prioritario
de interés en la filosofía.
Hobbes
El filósofo inglés Thomas Hobbes elaboró un amplio sistema de metafísica
materialista que aportó una solución al problema mente-cuerpo del
dualismo al reducir la mente a los movimientos interiores del cuerpo. Al
aplicar los principios de la mecánica a todas las áreas del conocimiento,
definió los conceptos básicos de cada área (como vida, sensación, razón,

30
valor y justicia) en términos de materia y movimiento, reduciendo así
todos los fenómenos a relaciones físicas y todas las ciencias a un proceso
mecánico. En su teoría ética, Hobbes expuso las reglas de la conducta
humana del instinto de conservación y justificó las acciones egoístas como
una tendencia natural del ser humano. En su teoría política afirmó que el
gobierno y la justicia social son creaciones artificiales basadas en un
contrato social y mantenidas por la fuerza. Apoyó a la monarquía absoluta
como el medio más efectivo de preservar la paz. Acabó en 1642 De cive,
una exposición de su teoría política, y siguió trabajando como erudito y
filósofo hasta su muerte en 1679.
Spinoza
El filósofo holandés Baruch Spinoza elaboró un sistema filosófico monista
claro y riguroso que ofrecía nuevas soluciones al problema mente-cuerpo,
al conflicto entre ciencia y religión, y a la eliminación mecanicista de los
valores éticos del mundo natural. Como Descartes, afirmó que toda la
estructura de la naturaleza puede deducirse de unas cuantas definiciones
básicas y axiomáticas, conforme el modelo de la geometría de Euclides.
Spinoza advirtió que la teoría de las dos sustancias de Descartes creaba un
problema insoluble sobre cómo interactúan la mente y el cuerpo; llegó a la
conclusión de que el único sujeto último de conocimiento ha de ser la
sustancia en sí. Al intentar demostrar que Dios, la sustancia y la naturaleza
son idénticos, llegó a la conclusión panteísta de que todas las cosas son
aspectos (o modos) de Dios. Nacido y criado en la religión judía, Spinoza
fue excomulgado por sus ideas no ortodoxas y desterrado en 1656 de
Amsterdam por los rabinos.
Su respuesta al problema mente-cuerpo (conocida como la teoría del
paralelismo psicológico) explicaba la aparente interacción de mente y
cuerpo al considerarlos como dos atributos de la misma sustancia,
paralelas entre sí, que parecían afectar la una a la otra pero que en realidad
no lo hacían. La ética de Spinoza, como la ética de Hobbes, se basaba en
una psicología materialista según la cual los individuos sólo están
motivados por el interés propio; pero al contrario que Hobbes, Spinoza
llegó a la conclusión que el interés propio racional coincide con el interés
de los demás y que la vida más satisfactoria es la que se dedica al estudio
científico y que culmina en el amor intelectual y racional hacia Dios (amor
intelectuallis Dei).
Locke
John Locke, una de las figuras más influyentes del pensamiento británico,
enriqueció la tradición empirista iniciada por Bacon. Dotó al empirismo de
un marco sistemático gracias a la publicación de su Ensayo sobre el
entendimiento humano (1690). Locke atacó la creencia racionalista
predominante del conocimiento independiente de la experiencia. Aunque
aceptó la división cartesiana (es decir, de Descartes) entre mente y cuerpo

31
y la descripción mecanicista de la naturaleza, reorientó la filosofía desde el
conocimiento del mundo físico hacia el estudio de la mente. Con esto hizo
de la epistemología (el estudio de la naturaleza del conocimiento) el
principal objeto de interés de la filosofía moderna. Locke intentó reducir
todas las ideas a simples elementos de la experiencia, pero al distinguir
entre sensación y reflexión como fuentes de la experiencia, determinó que
la sensación provee el material para el conocimiento del mundo externo y
la reflexión aporta el material para el conocimiento de la mente.
Aunque no fue un escéptico, Locke gozó de gran influencia en el
escepticismo del pensamiento británico posterior al reconocer la vaguedad
de los conceptos de la metafísica y señalar que las deducciones sobre el
mundo, al margen de la mente no pueden ser probadas con certeza. Sus
escritos éticos y políticos tuvieron también mucha influencia en el
pensamiento subsiguiente; los fundadores de la moderna escuela del
utilitarismo, que en síntesis hicieron de la felicidad para el mayor número
de personas la medida del bien y del mal, se inspiraron en los escritos de
Locke. Su defensa del gobierno constitucional, de la tolerancia religiosa y
de los derechos naturales de los individuos marcaron el desarrollo del
pensamiento liberal en Francia, las islas Británicas y Estados Unidos.
Idealismo y escepticismo
El filósofo, matemático y estadista alemán Gottfried Wilhelm Leibniz
nació en Leipzig en 1646 y durante su vida concibió un sutil y original
sistema de filosofía. Combinó los descubrimientos matemáticos y físicos
de su tiempo con las concepciones orgánicas y religiosas de la naturaleza
heredadas del pensamiento clásico y medieval. Leibniz consideraba el
mundo como un número infinito de unidades de fuerza infinitamente
pequeñas, llamadas mónadas, cada una de las cuales es un mundo cerrado
pero que refleja a su vez a todas las demás en su propio sistema de
percepciones. Todas las mónadas son entidades espirituales, pero aquellas
con las percepciones más confusas forman los objetos inanimados y
aquellas con las percepciones más claras (incluido el autoconocimiento y
la razón) constituyen las almas y las mentes de la humanidad. Dios es
concebido como la Mónada de las mónadas, la que crea todas las demás y
predestina su desarrollo de acuerdo con una armonía preestablecida que
acaba en la apariencia de interacción entre las mismas. La idea de Leibniz
de que todas las cosas son orgánicas y espirituales marca el inicio de la
tradición filosófica del idealismo.
Berkeley
El filósofo y obispo anglicano George Berkeley convirtió el idealismo en
una poderosa escuela de pensamiento al unirlo con el escepticismo y el
empirismo, y por ello ha sido muy influyente en la filosofía británica. Al
radicalizar las dudas ya expuestas por Locke sobre el conocimiento del
mundo fuera de la mente, Berkeley declaró que no existe ninguna

32
evidencia de la realidad material de ese mundo, porque lo único que uno
puede observar son las sensaciones propias y éstas se encuentran en la
mente. Afirmaba que existir significa ser percibido (esse est percipi) y que
para existir, cuando uno no las observa, las cosas han de ser percibidas por
Dios. Sus escritos de filosofía, Tratado sobre los principios del
conocimiento humano (1710) y los tres Diálogos entre Hylas y Philonus
(1713), fueron desestimados por sus contemporáneos. Sin embargo, al
afirmar que los fenómenos sensoriales son los únicos objetos del
conocimiento, Berkeley estableció la visión epistemológica del
fenomenalismo (teoría de la percepción que indica que la materia puede
ser analizada en términos de sensaciones) y orientó el camino que
adoptaría el movimiento positivista en el pensamiento moderno.
Hume
El filósofo e historiador escocés David Hume aplicó la crítica de Berkeley
sobre la sustancia material a la propia creencia de este filósofo en la
sustancia espiritual, afirmando que ninguna evidencia observable sirve
para la existencia de una sustancia suprema, el espíritu o Dios. Su obra
filosófica más importante, Tratado de la naturaleza humana, fue
publicado en tres volúmenes en 1739 y 1740, cuando todavía el filósofo no
había cumplido 30 años. Según él todas las afirmaciones metafísicas sobre
cosas que no se pueden percibir de una forma directa carecen asimismo de
sentido y tendrían que “ser entregadas a las llamas”. En sus análisis de la
causalidad y la inducción, Hume mantuvo que ninguna justificación lógica
existe para creer que dos hechos están conectados por azar o para
establecer ninguna inferencia desde el pasado hacia el futuro, dando lugar
así a problemas que todavía no han sido resueltos. La obra de Hume ha
tenido un profundo efecto en la ciencia moderna al estimular el uso de los
procedimientos estadísticos en lugar de los sistemas deductivos y alentar la
redefinición de los conceptos básicos.
Kant
En respuesta al escepticismo de Hume, que según sus palabras “lo
despertó de su sueño dogmático”, el filósofo alemán Immanuel Kant
construyó un amplio sistema de filosofía que se sitúa entre los mayores
logros intelectuales de la cultura occidental. Kant combinó el principio
empirista de que todo conocimiento tiene su fuente en la experiencia con
la creencia racionalista en el conocimiento conseguido por la deducción.
Sugirió que, aunque el contenido de la experiencia ha de ser descubierto a
través de la propia experiencia, la mente impone forma y orden en todas
sus experiencias y esta forma y orden pueden ser descubiertos a priori, es
decir, mediante la reflexión. Su afirmación de que causalidad, sustancia,
espacio y tiempo, formas de la intuición pura, son modelos impuestos por
la mente en función de su experiencia dio soporte al idealismo heredado de
Leibniz y Berkeley, pero también su filosofía constituyó una crítica al

33
idealismo al estar de acuerdo con la afirmación empirista de que las cosas
en sí mismas —es decir, las cosas tal y como existen fuera de la
experiencia humana— constituyen la “cosa en sí” (noumeno
incognoscible). Por lo tanto limitó el conocimiento al “mundo de los
fenómenos” de la experiencia, manteniendo que las creencias sobre el
alma, el cosmos y Dios (el “mundo de los nombres” que transcienden la
experiencia humana) son asuntos de fe antes que resultar propios del
conocimiento científico. En sus escritos sobre ética, Kant mantuvo que los
principios morales son imperativos categóricos, que para él significaban
mandatos absolutos de la razón que no admiten excepciones y nada tienen
que ver con el placer o el beneficio práctico. En sus ideas religiosas, que
tuvieron un efecto profundo en la teología protestante, hizo hincapié en la
conciencia individual y describió a Dios sobre todo como un ideal ético.
En el pensamiento político y social, Kant fue una figura de primer orden
del movimiento en favor de la razón y la libertad contra la tradición y la
autoridad.
En Francia la actividad social culminó en el periodo conocido como la
Ilustración que impulsó los cambios sociales que produjeron la Revolución
Francesa. Entre los mayores pensadores de esa época se encuentran
Voltaire, quien (al ampliar la tradición de deísmo iniciada por Locke y
otros pensadores liberales) redujo las creencias religiosas a aquello que
puede ser justificado mediante la inferencia racional a partir del estudio de
la naturaleza; Jean-Jacques Rousseau, que criticó la civilización como una
corrupción de la naturaleza humana en un hombre bueno en su origen y
que desarrolló la doctrina de Hobbes de que el Estado se basa en un
contrato social con sus ciudadanos y representa la voluntad popular, y
Denis Diderot, que con D’Alembert elaboró la famosa Encyclopédie, a la
que contribuyeron numerosos científicos y filósofos.
Idealismo absoluto
En Alemania, a través de la influencia de Kant, el idealismo y el
voluntarismo (es decir, la importancia dada a la voluntad) se convirtieron
en las tendencias dominantes. Johann Gottlieb Fichte transformó el
idealismo crítico de Kant en un idealismo absoluto al eliminar las “cosas
en sí mismas” de Kant y hacer de la voluntad la realidad última. Fichte
mantuvo que el mundo es creado por un activo Yo, del que la voluntad
humana es una manifestación parcial y que tiende hacia Dios como un
ideal irrealizable. Sus ideas fueron consideradas como ateas y se vio
obligado a abandonar su cátedra de filosofía en la Universidad de Jena en
1799. Friedrich Wilhelm Joseph von Schelling fue aún más lejos al reducir
todas las cosas a la actividad de autorrealización de un absoluto, al que
identificó con el impulso creativo en la naturaleza. El énfasis que puso el
romanticismo en los sentimientos y en la divinidad de la naturaleza
encontró expresión filosófica en el pensamiento de Schelling, quien ejerció

34
una destacada influencia en el movimiento transcendentalista
estadounidense que encabezaba el poeta y ensayista Ralph Waldo
Emerson.
Hegel
El espíritu filosófico más poderoso del siglo XIX fue el filósofo alemán
Georg Wilhelm Friedrich Hegel, cuyo sistema de idealismo absoluto —
aunque con muchas influencias de Kant y Schelling— se basó en una
nueva concepción de la lógica en la que conflicto y contradicción son
considerados como elementos necesarios de la verdad, y la verdad es
contemplada como un proceso antes que como un estado fijo e inmutable
de las cosas. La fuente de toda realidad, para Hegel, es un espíritu absoluto
(o razón cósmica) que evoluciona desde una existencia abstracta e
indiferenciada hacia una realidad más concreta a través de un proceso
dialéctico que consiste en etapas triádicas; cada tríada se compone en
primer lugar de un punto inicial (o tesis), en segundo lugar, de su opuesto
(o antítesis), y en tercer lugar, de un punto superior o síntesis, donde se
funden los dos opuestos. De acuerdo con esta idea, la historia se halla
regida por leyes lógicas, de tal forma que “todo lo que es real es racional, y
todo lo que es racional es real”. Las ideas históricas posteriores son
cumplimientos más completos del espíritu absoluto cuyo punto más alto de
autorrealización se encuentra en el Estado nacional de la monarquía de
Federico Guillermo IV y en la filosofía. Hegel impulsó un mayor interés
por la historia al representarla como una penetración en la realidad más
profunda que las ciencias naturales. Su concepción del Estado nacional
como la encarnación más alta del espíritu absoluto se interpretó durante un
tiempo como la fuente principal de las modernas ideologías autoritarias,
aunque el propio Hegel se declaró a favor de la existencia de un amplio
grado de libertad individual reconocido por el poder político.
Otros filósofos influyentes
El filósofo alemán Arthur Schopenhauer rechazó la optimista fe de Hegel
en la razón y el progreso. En 1819 publicó El mundo como voluntad y
representación, obra en la que presenta su filosofía ateísta y pesimista.
Schopenhauer mantenía que tanto la naturaleza como la humanidad son
productos de una voluntad irracional, de la que la gente puede escapar tan
sólo a través del arte y la renuncia filosófica al deseo de felicidad. El
matemático y filósofo francés Auguste Comte formuló la filosofía del
positivismo que rechaza la especulación metafísica y sitúa todo el
conocimiento verdadero en las llamadas ciencias positivas o factuales.
Comte situó la ciencia de la sociología (que él mismo fundó) en el nivel
más alto de la clasificación de las ciencias. El influjo del positivismo
alcanzó un notable desarrollo en el pensamiento europeo, pero
especialmente en la formación del pensamiento nacional de muchos países
latinoamericanos. El economista británico John Stuart Mill desarrolló y

35
puntualizó las tradiciones empiristas y utilitaristas, con la publicación de
El utilitarismo en 1836 y la aplicación de sus principios a todos los
campos del pensamiento. Mill y otros utilitaristas ejercieron influencia en
las reformas liberales sociales y económicas en el Reino Unido. El filósofo
religioso danés Sören Kierkegaard (autor, entre otras obras, de El concepto
de la angustia y del Tratado de la desesperación) atacó el énfasis
hegeliano en la razón, y su defensa elocuente del sentimiento y la
aproximación subjetiva a los problemas de la vida fueron una de las
fuentes más importantes del existencialismo del siglo XX.
Filosofía evolucionista
La idea mecanicista del mundo propia del siglo XVII y la fe en la razón y
el sentido común del siglo XVIII, aunque todavía influyentes, fueron
modificados en el siglo XIX por una serie de ideas más complejas y
dinámicas, basadas más en la biología y la historia que en las matemáticas
y la física. Entre otras, muy influyente fue la teoría de la evolución a través
de los principios de la selección natural, proclamada en 1858 por Charles
Darwin, cuyo trabajo inspiró concepciones de la naturaleza y de la
humanidad que ponían énfasis en el conflicto y en el cambio como
factores que estimulaban la evolución, y se definían contra la unidad y la
permanencia sustancial. Por su parte, los alemanes Karl Marx y Friedrich
Engels, que se conocieron en París en 1844, elaboraron la filosofía del
materialismo dialéctico, basado en la lógica dialéctica de Hegel, pero
hicieron de la materia (en vez de la mente) la realidad última. De Hegel
adoptaron la idea según la cual la historia avanza de acuerdo con leyes
dialécticas y que las instituciones sociales son más reales en el plano
material que una naturaleza física o la mente individual. Su aplicación de
estos principios a los problemas sociales fue llamada materialismo
histórico, teoría según la cual todas las formas de cultura están
determinadas por las relaciones económicas y en la que la evolución social
acontece a través de la lucha de clases y revoluciones periódicas. Esta
teoría se convirtió en la base ideológica del comunismo. El filósofo
británico Herbert Spencer elaboró una filosofía evolucionista basada en el
principio de la selección natural, que explica todos los elementos de la
naturaleza y de la sociedad como adaptaciones en la lucha cósmica por la
supervivencia. Al igual que Comte, sustentó la filosofía en la sociología y
en la historia por considerarlas las ciencias más avanzadas.
Nietzsche
El filósofo alemán Friedrich Nietzsche recobró la concepción de
Schopenhauer de la existencia como la expresión de una voluntad cósmica,
pero hizo de la llamada ‘voluntad de poder’ la fuente de todo valor como
se subraya en uno de los más discutidos tratados de Nietzsche, La voluntad
de poder, publicado en 1901, un año después de su muerte, un estudio
incompleto en el que reivindica el retorno desde la ética a las primigenias

36
y naturales virtudes de valor y fuerza. Siguiendo la revuelta romántica
contra la razón y la organización social, resaltó los valores de la firmeza
individual, el instinto biológico y la pasión en un superhombre utópico.
Pragmatismo
Hacia finales del siglo XIX, el pragmatismo se convirtió en una de las más
importantes escuelas de pensamiento, en particular en Estados Unidos.
Continuó la tradición empírica de arraigar el conocimiento en la
experiencia y acentuar los procedimientos deductivos de la ciencia
experimental. Charles Sanders Peirce, que dio nombre a esta corriente,
formuló una teoría práctica del conocimiento que definía el entendimiento
de un concepto como el conjunto de las predicciones que pueden ser
hechas por el uso de ese mismo concepto y se pueden verificadas por la
experiencia futura. William James, cuyo destacado trabajo en psicología
facilitó un marco para delimitar sus ideas filosóficas, desarrolló una teoría
pragmática de la verdad. Definió la verdad como la capacidad de una idea
para guiar al individuo hacia una acción de éxito y propuso que todas las
ideas fueran evaluadas en la medida de su utilidad para resolver los
problemas. James justificó la religión sobre este razonamiento pragmático,
pero al insistir en la infinitud de Dios, lo identificó con la inconsciente
energía de la naturaleza.
El idealismo fue una poderosa escuela de pensamiento en el Reino Unido
gracias a la obra de Francis Bradley, que mantuvo, al igual que Hegel, que
todas las cosas han de ser entendidas como aspectos de una totalidad
absoluta. Bradley negó que las relaciones existan, porque no existen dos
cosas idénticas y sólo se puede dar por sentado un único sujeto real de
pensamiento, lo Absoluto. Mantenía que cada vez que se dice que una cosa
tiene cierta característica, entonces esa cosa (como el propio sujeto) tiene
que ser en sí misma el mundo total y la realidad. Cualquier otra afirmación
sería contradictoria, porque todo —excepto la realidad misma— tiene
predicados contradictorios: una estufa, por ejemplo, está a veces caliente y
otras veces fría. El filósofo británico John MacTaggart también recurrió al
idealismo hegeliano, manteniendo que el espacio y el tiempo son irreales
porque su concepción es contradictoria. Afirmaba que la única realidad es
la mente. Otro filósofo británico, Bernard Bosanquet, que al igual que
MacTaggart reavivó el idealismo, resaltó el carácter estético y dramático
del proceso universal.
Idealismo pragmático
Josiah Royce, dentro del movimiento idealista de los Estados Unidos, unió
el idealismo a ciertas corrientes de pragmatismo. Royce interpretó la vida
humana como el esfuerzo del yo finito por expandirse en el yo absoluto a
través de la ciencia, la religión y la lealtad a comunidades más amplias.
Sus numerosos trabajos fueron publicados a finales del siglo XIX y
principios del XX.

37
El filósofo, educador y psicólogo estadounidense John Dewey desarrolló
más tarde los principios pragmáticos de Peirce y James en un amplio
sistema de pensamiento al que llamó naturalismo experimental o
instrumentalismo. Dewey puso énfasis en las bases biológicas y sociales
del conocimiento y el carácter instrumental de las ideas como planes de
acción. Insistió en un acercamiento experimental a la ética —es decir, en
relacionar los valores con las necesidades individuales y sociales—. La
teoría pedagógica de Dewey, que insistió en la preparación del individuo
para desarrollar una actividad creativa en una sociedad democrática,
adquirió una profunda influencia en los métodos educacionales de Estados
Unidos, hasta mucho tiempo después de su muerte.
En Francia la idea más influyente de principios del siglo XX fue el
vitalismo evolucionista de Henri Bergson, que planteó el élan vital, la
energía espontánea del proceso evolutivo. Bergson defendió los
sentimientos y la intuición frente a la aproximación abstracta y analítica a
la naturaleza de la ciencia y la filosofía de la ciencia y el espíritu. En
Alemania Edmund Husserl, fundador de la escuela de la fenomenología,
elaboró una filosofía que recogió y analizó las estructuras de la conciencia
que permiten a ésta situar a los objetos fuera de sí misma.
Whitehead
El matemático y filósofo británico Alfred North Whitehead reavivó el
interés por la metafísica especulativa al desarrollar un gran sistema técnico
de conceptos que combina la teoría platónica de las ideas con el
organicismo de Leibniz y Bergson. Whitehead (que también fue un físico
notable) aplicó los avances revolucionarios de la ciencia del siglo XX para
mostrar el fracaso de la ciencia mecanicista como un medio para
interpretar la realidad de una forma global y absoluta. Según Whitehead,
las cosas no son sustancias inmutables con límites espaciales definidos,
sino procesos vivos de experiencia que personifican objetos eternos o
universales, fusionados por Dios.
Santayana y otros
El poeta y filósofo estadounidense de origen español (nació en Madrid)
Jorge Ruiz de Santayana compaginó el pragmatismo, el platonismo y el
materialismo en una gran filosofía que subrayó los valores intelectuales y
estéticos. Benedetto Croce hizo del idealismo la tradición dominante en la
filosofía italiana, recuperando la concepción hegeliana de la realidad como
un proceso de desarrollo histórico a través del conflicto de opuestos, pero
incidió en los sentimientos y la intuición (en lugar de la razón abstracta)
como la fuente de la verdad última. Bertrand Russell prosiguió fiel a las
tradiciones empíricas y utilitaristas en el pensamiento británico. La
aplicación por Russell de los avances en lógica, matemáticas y física a los
problemas de la filosofía alcanzaron gran eco en la escuela del empirismo
lógico. El filósofo británico George Edward Moore —la figura más

38
importante de la llamada revuelta realista contra el idealismo— abogó por
la realidad de los objetos apoyándola en la creencia del sentido común. El
estilo sencillo de Moore y su preciso uso del lenguaje de cada día
incidieron en el desarrollo de la escuela de filosofía analítica.
Filosofía analítica
La escuela del empirismo o positivismo lógico, fundada en Viena, se
convirtió en un movimiento importante del pensamiento estadounidense.
El empirismo lógico (que combina el positivismo de Hume y Comte con el
interés por el rigor y la precisión lógicos de Descartes y Kant) rechaza la
metafísica como un juego terminológico sin sentido, insiste en la
definición de todos los conceptos en términos de hechos observables, y
asigna a la filosofía la tarea de clarificar los conceptos y la sintaxis lógica
de la ciencia.
Una vía de filosofía analítica, también llamada análisis lingüístico, que se
inspiró en el trabajo de Moore, y fue desarrollada en concreto por Ludwig
Wittgenstein en su Tractatus logicus-philosophicus (Tratado lógico-
filosófico, 1921), se ha convertido en la visión dominante de la filosofía
británica de hoy. Esta escuela de pensamiento también rechaza la
metafísica especulativa y centra la filosofía en la tarea de ordenar el
rompecabezas intelectual causado por la ambigüedad del lenguaje merced
al análisis de las palabras propias del discurso ordinario. Identifica el
significado de una palabra con el sentido con que de forma corriente esa
palabra es utilizada.
Filosofía existencial
La filosofía existencial, que surgió de la revuelta romántica del siglo XIX
contra la razón y la ciencia en favor de la implicación apasionada en la
vida, fue muy importante en el pensamiento a través del trabajo de Martin
Heidegger y en menor escala de Karl Jaspers. Heidegger combinó el
planteamiento fenomenológico de Husserl con la acentuación de
Kierkegaard de la intensa experiencia emocional y la concepción de Hegel
de la negación como una fuerza real. La filosofía de Heidegger sustituye la
nada por Dios como la fuente de los valores humanos; Jaspers encontró a
Dios (al que llamó Transcendencia) en la intensa experiencia emocional de
los seres humanos. El español Miguel de Unamuno desarrolló un original
pensamiento que destacaba el valor de la existencia individual, el
sentimiento trágico de la inmortalidad humana y el valor de la literatura
como fuente de expresión filosófica. José Ortega y Gasset, principal
representante de la filosofía en España, defendió la intuición frente a la
lógica y criticó la cultura de masas y la sociedad mecanizada de los
tiempos modernos. El erudito y autor sionista de origen austriaco Martin
Buber, compaginando el misticismo judío con las tendencias del
pensamiento existencial, interpretó la experiencia humana como un
diálogo entre el individuo y Dios.

39
Varias síntesis de la teología tradicional con la idea existencial de que el
conocimiento es más emocional que científico han sido realizadas en Suiza
por Karl Barth y en Estados Unidos por Reinhold Niebuhr y Paul Tillich.
En Francia, Jean-Paul Sartre fue uno de los que más contribuyó a la
popularización del existencialismo. Sus escritos, novelas y obras de teatro
fusionaron las ideas de Descartes, Marx, Kierkegaard, Husserl y
Heidegger en una concepción de los seres humanos que se proyectan a sí
mismos fuera de la nada mediante la afirmación de sus propios valores y,
por tanto, asumiendo la responsabilidad ética de sus actos.
Durante la década de 1960 los escritos del pastor protestante
estadounidense Martin Luther King señalaron que la filosofía había estado
demasiado alejada de las grandes revueltas sociales y políticas que estaban
produciéndose en todo el mundo. Siguiendo los principios del líder
nacionalista indio Mohandas Karamchand Gandhi, King abogó por una
actitud de resistencia cívica y no violenta ante la injusticia.

2. El propósito de la filosofía.

Desde el principio, como ha quedado claro, la filosofía aparece como una


aspiración racional de alcanzar la totalidad de lo real, así como sus causas
últimas. Aparte de los énfasis de cada época.

Para filosofar parecen esenciales dos ingredientes:

• OCIO CREATIVO: una vez satisfechas las necesidades básicas se


puede destinar tiempo para contemplar la verdad.
• ADMIRACIÓN: este es, en el decir de Platón, el “principio de la
filosofía”.

Para qué la filosofía? Es un asunto a tomar en cuenta. Para responder


tenemos que ir más allá de lo útil. Ella aporta al ser humano una ayuda
para crecer en humanidad, va más allá de la ciencia, pues no es
experimental ni busca fines útiles, es un conocimiento global, es una visión
del mundo, una Weltanschauung, que incluye un ideal acerca del actuar
humano, es aquí donde nos encontramos con la ética.

3. Esquema general de la filosofía.

Siguiendo la subdivisión propuesta por Wolff (1679-1754) podemos mirar


la filosofía así:

40
• Sección Introductoria:
1. Lógica: atiende la forma correcta del pensamiento.
2. Epistemología: teoría del conocimiento.

• Filosofía especulativa:
1. Metafísica: conocimiento del ser en cuanto que es.
2. Ontología: mira las características del ser en cuanto ser. Temas
esenciales:
- Cosmología.
- Teodicea.
- Antropología.

• Filosofía práctica.
1. Poyética: filosofía de las obras humanas (filosofía del arte, de la
ciencia, de la religión, etc.)
2. Etica.
3. Filosofía social y política.

4. Hablemos de la ética.

Vamos a preferir en este curso hablar de ética que de moral. Desde la


etimología se percibe la condición de sinónimos de estos conceptos, aunque
a lo largo de historia la expresión “ética” se ha utilizado para designar la
reflexión racional acerca del proceder humano y la expresión “moral” se ha
reservado para la reflexión teológica acerca de ese mismo actuar del ser
humano.

Es claro que ηθος - εθος (morada y luego modo de ser/costumbres y


luego modo de proceder adquirido) son sinónimos de mos-moris
(costumbre). Hoy se prefiere la primera expresión griega como origen
etimológico de ética10.

5. Objeto de la ética.

Podríamos decir que se trata del comportamiento del ser humano en


cuanto ser social y su trabajo es un esfuerzo por localizar los modos de
conducta que llevan a formas de vida ricas en humanidad (en este esfuerzo

10
Aquí un excursus acerca de AXIOLOGÍA. Se trata de la filosofía de los valores. Es una teoría de lo
que debe ser. Encuentra su punto de partida en M. Scheler, que agrega al deber de Kant la intuición
axiológica. Más tarde vendrán los aportes de Hartmann y de españoles como Ortega, García Morente,
Zubiri y Aranguren.

41
recurre a ciencias auxiliares –psicología, educación, etc.- y tener claridad
en cuanto al horizonte antropológico que maneja).

6. Un concepto.

A partir de A. Marlasca, podríamos afirmar preliminarmente que aquí


entendemos por ética UN SABER NORMATIVO DE LA RECTITUD DE
LOS ACTOS HUMANOS SEGÚN PRINCIPIOS RACIONALES.

42
1. ETICA: conceptos generales.

Introducción.

Comenzamos con una distinción clásica de los tratados filosófico-


escolásticos: ETHICA UTENS Y ETHICA DOCENS. José Luis
11
Aranguren traduce “ética vivida” y “ética pensada” y, sin establecer
grandes distancias entre ellas dirá en el prólogo de su obra Etica lo
siguiente: “(este) ser trata de una libro de moral pensada abierta a la moral
vivida”.

En la obra mas abajo citada de A. Marlasca se hace una distinción en


relación con lo anotado:

• Por ethica utens entiende el conjunto de normas que regulan y guían


la conducta humana dentro de una determinada colectividad
histórica. Estas exigencias marcadas por las normas han sido
siempre necesarias y no existe una colectividad no normada ni la
persona amoral.
• La ethica docens es teorización, reflexión, justificación acerca del
ideal vivido. Esta formulación teórica aparece en el siglo VI aC. que
marcó un nuevo rumbo en el camino de la humanidad. K Jaspers
(1883-1969)12 lo llama “tiempo-eje de la historia humana”13. El
aporte de los sofistas y de Sócrates luego, será decisivo.

1. Etica, cultura y Weltanschauung.

La ética es una parte de eso que llamamos cultura y que engloba cuatro
ejes esenciales: ciencia, bellas artes, religión y normas de conducta. Todo

11
José Luis L. Aranguren (1909-1996) gran profesor de ética de la Complutense de Madrid desde 1955
hasta su choque con el régimen de Franco en 1960. Más tarde se establece en USA y allí enseña, sobre
todo, en Berkeley. Destaca su profundización en torno a las relaciones ética-religión y así transforma el
modo de acercarse a las cuestiones éticas en la España de su tiempo.
12
Pionero del existencialismo, se dedicó a la relación de la libertad y la existencia. Profesor en
Heildelberg desde 1937 y en Basilia luego de 1948.
13
Lo cita Marlasca, A., Introducción a la Etica, EUNED, 2002. p.20. Un siglo en el que se deja de lado
el recurso al mito y surgen las preguntas cosmológicas con respuestas acerca del αρχη que ofrecen los
presocráticos desde una perspectiva racional

43
pueblo, por más primitivo que sea, ha desarrollado su cultura en torno a
estos ejes.

Ciencia y filosofía, mantuvieron una profunda relación hasta que


paulatinamente la ciencia abandona su casa matriz, hasta el punto de que
hoy se distingue entre ciencia y filosofía:

FILOSOFIA CIENCIA
• mira el todo de la realidad, • analiza un sector de la
realidad,
• aspira a descubrir las causas • busca las causas inmediatas
últimas, de los fenómenos que estudia,

• no es experimental, se ordena • son realidades que se levantan


a la verdad como un fin en sí sobre la experimentación.
mismo.

La filosofía ofrece una “concepción enteriza del universo” en el decir de


Ortega y Gasset14, se trata de una cosmovisión o Weltanschauung, una
visión del cosmos: del mundo en general y de la vida humana en
particular. Posee una parte introductoria, otra especulativa y, finalmente,
una práctica, es allí donde ubicamos la ética, un factor decisivo, además,
para la normativa necesaria en cualquier sociedad.

Ahora un concepto:

ETICA: SABER REFLEXIVO Y NORMATIVO ACERCA DE LA


RECTITUD DE LOS ACTOS HUMANOS SEGÚN PRINCIPIOS
RACIONALES.
* SABER: racional, metódico, coherente y sistemático. Va más allá del
saber científico que es demostrativo, empírico, correcto, verificable.
* NORMATIVO: no puede renunciar a normar, pues si solo describe
conductas se autodestruye o se transforma en etnografía, sociología o
historia.
* RECTITUD: muestra un deber ser en un contexto concreto.
* ACTOS HUMANOS: voluntarios, libres y conscientes. Son el objeto
material de la disciplina ética.
* PRINCIPIOS RACIONALES: una de las tareas de la ética es la
fundamentación racional del proceder humano correcto.

2. Etica y disciplinas afines.

14
Citado por Marlasca,A., p.24.

44
Como ser ve, la ética es un ingrediente esencial para toda cultura, que se
encuentra muy próxima a otras disciplinas afines a ella por diversas
razones. Veamos algunos casos:

Etica y antropología: el claro que la ética, al referirse a la conducta


humana, presupone una manera concreta de concebir al ser humano. Así
por ejemplo, el dualismo platónico lleva a una ética dualista y algo
pesimista; o bien, el realismo de Aristóteles lleva a un ideal ético más
positivo; la ética cristiana, por otra parte, propone una ética del seguimiento
que abarca todas las áreas de la vida.

Etica y derecho: estamos ante dos realidades imperativas y referidas a


la conducta humana, entre las cuales surgen con frecuencia diversos grados
de tensión, sobre todo, luego de la Edad Modena cuando la influencia de
Kant, Grocio y Thomasius marcan la distancia entre lo que antes casi se
identificaba: lo ético y lo jurídico15. Veamos algunas de sus diferencias:

DERECHO ETICA
• La normativa jurídica basta • En esta campo prima la
con ser cumplida interioridad.
externamente.
• No coactiva, excepto por la
• Disciplina coactiva. presión social.

• Normas más difusas y


• Ordinariamente se codifica. generales. Lo positivo le
corresponde a áreas como la
deontología.

Etica y religión16: la relación parece obvia, pero, sin embargo hay que
tener presente lo que sigue:

15
Hoy día hay teorías como las de Hans Kelsen que insisten en una manera pura de mirar el derecho,
lejos de otras áreas de influencia. Es lo que se denomina Teoría Pura del Derecho.
16
De religion, religionem. Propone Lactancio un sentido: vinculación del hombre a Dios. San Agustín
afirma que se trata de retomar a Dios, de quien se había apartado el hombre. Santo Tomás habla de una
realidad que implica relación con Dios. Cicerón indicaba que ese ligarse a Dios exigía un cuidado
extremo en el modo de vivir el culto divino. En sentido real y no solo etimológico, M. Guerra define la
religión así: es el conjunto de creencias, celebraciones y normas ético-morales por medio de las cuales el
ser intelectual reconoce, en clave simbólica, su vinculación con lo divino en la doble vertiente, a saber, la
subjetiva y la objetiviada o exteriorizada mediante diversas formas sociales e indivicuales.(en Historia de
las religiones, BAC, 1999, p.26).

45
- pueden surgir religiones inmorales,
- puede darse el caso de morales no religiosas,
- el proceder ético tiende a ser autosuficiente y centrado en la
virtud de la justicia,
- la actitud religiosa es confianza en una divinidad y se centra
en el amor.

Ahora, hay que tomar en cuenta que aunque toda religión implica
criterios de proceder ético, la religión no ser reduce a una ética

3. Método de la ética.

La ética combina lo inductivo (de los particular al principio universal) y lo


deductivo (de lo universal a la aplicación particular). Mirando la realidad,
va más allá y propone un deber ser, un ideal de vida, pues el ser no da el
deber ser. Ese proyecto de vida se puede enseñar y se puede aprender, pero
sería un error quedarse en la mera teoría. Aquí la vivencia concreta de los
valores (potencialidades) a través de las virtudes, la contemplación de los
buenos ejemplos y el apoyo de las instituciones sociales (educación,
familia, etc.) es decisivo.

4. Etica personal y ética social.

A la hora de contemplar al ser humano, persona individual y ser social,


tenemos que evitar visiones extremas y deformantes: ni el individualismo a
ultranza ni el socialismo despersonalizante, pues son posiciones que
conducen a caminos inseguros y capaces de complicar el camino hacia una
sociedad más justa.

La ética tiene una dimensión personal cuando se refiere a la vida concreta


de cada ser humano, a las decisiones de cada quien, a las opciones que se
hacen en conciencia. Pero, ese ser humano es también un ser que vive en
la πολις, y por tanto, con una urgencia de adecuarse a la normativa
socialmente considerada aceptable y llamado a colaborar para que nunca
falte un consenso básico que facilite la convivencia y una alta temperatura
moral en el todo social.

El ideal está en el justo medio: ni individualismos ni colectivismos. Se


trata de una vivencia de una ética de responsabilidad con un alto nivel de
sensibilidad social y de capacidad de defensa de la dignidad de la persona
humana ante cualquier abuso del poder público.

46
2. Dimensiones éticas del actuar humano.

Introducción.

El ser humano posee un fondo común al que tradicionalmente se


denomina “naturaleza”17. La ética debe ser capaz de proponer un norte que
sea consecuente con esa naturaleza, que la respete y promueva. Además,
tener claro de que es precisamente del ser humano y de su esencia de donde
proceden los actos a valorar como buenos o malos y, si se realizan de
manera consciente, libre y voluntaria, esos actos se denominan humanos.

1. Subdivisión de los actos humanos.

Distinguimos:
1. acto humano positivo: el que se ha realizado,
2. acto humano negativo: se omitió,
3. acto humano directo: busca claramente un efecto,
4. acto humano indirecto: se consigue un efecto no querido sino como
consecuencia, aunque se presupone que se dará.

2. Elementos que vician la voluntariedad del acto humano.


Obstáculos.

Destacamos:
1. Ignorancia: se trata de la carencia de un conocimiento que se debería
tener y ello modifica la moralidad del acto.
2. Pasiones: se trata de un movimiento violento de la sensibilidad que
llega a producir hasta una cierta conmoción en el organismo. La ira,
la libido, el miedo pueden anular la claridad con se procede.
Determinar esto a veces es difícil.
3. Violencia: se trata de una coacción física o moral sobre alguien para
hacerle realizar algo que no haría por él mismo.

Lectura complementaria.
DEFINICIÓN DEL ACTO HUMANO

17
Podría ser definida como “esencia constitutiva de un ente” (A. Rodríguez, Etica, EUNSA, Navarra,
1987, p. 37). Se trata de un principio de operaciones específicas que posibilita un modo de obrar
característico.

47
Los actos humanos son aquellos que proceden de la voluntad deliberada
del hombre; es decir, los que realiza con conocimiento y libre voluntad
(cfr. S.Th., I-II, q.1, a.1,c.).
En ellos interviene primero el entendimiento, porque no se puede querer
o desear lo que no se conoce: con el entendimiento el hombre advierte el
objeto y delibera si puede y debe tender a él, o no. Una vez conocido el
objeto, la voluntad se inclina hacia él porque lo desea, o se aparta de él,
rechazándolo.
Sólo en este caso cuando intervienen entendimiento y voluntad el
hombre es dueño de sus actos, y por tanto, plenamente responsable de
ellos. Y sólo en los actos humanos puede darse valoración moral.
No todos los actos que realiza el hombre son propiamente humanos, ya
que como hemos señalado antes, pueden ser también:
1) Meramente naturales: los que proceden de las potencias vegetativas y
sensitivas, sobre las que el hombre no tiene control voluntario alguno, y
son comunes con los animales: por ejemplo, la nutrición, circulación de
la sangre, respiración, la percepción visual o auditiva, el sentir dolor o
placer, etc.
2) Actos del hombre: los que proceden del hombre, pero faltando ya la
advertencia (locos, niños pequeños, distracción total), ya la
voluntariedad (por coacción física, por ejemplo), ya ambas (por
ejemplo, en el que duerme).
ELEMENTOS DEL ACTO HUMANO
Ya hemos dicho que el acto humano exige la intervención de las
potencias racionales, inteligencia y voluntad, que determinan sus
elementos constitutivos: la advertencia en la inteligencia y el
consentimiento en la voluntad.
OBSTÁCULOS AL ACTO HUMANO
Son algunos factores que afectan a los actos humanos, ya impidiendo el
debido conocimiento de la acción, ya la libre elección de la voluntad; es
decir, las causas que de alguna manera pueden modificar el acto
humano en cuanto a su voluntariedad o a su advertencia y, por tanto, en
relación con su moralidad.
Algunas de esas causas afectan al elemento cognoscitivo del acto
humano (la advertencia), y otras al elemento volitivo (el
consentimiento). Estos obstáculos pueden incluso llegar a hacer que un
“acto humano” pase a ser tan sólo “acto del hombre”.

3. Fuentes o principios de la moralidad.

Identificamos los siguientes:

48
Se trata de los elementos que determinan el que una acción sea buena o
mala. Se deben mirar en su conjunto. Los dos primeros determinan la
moralidad sustancial y el tercero ofrece las matizaciones.

1. Objeto: se trata del acto que se realiza, independientemente de la


voluntad con que se actúa. Puede ser bueno, malo o indiferente
(visto en abstracto).
2. Fin o intención: es el motivo por el que la persona actúa. Puede
darse casos en los que concurren varias intenciones junto a la
determinante (ej., la persona que da limosna con varios fines). Se
debe tener presente que la acción mala no se hace buena por la
bondad de la intención.
3. Circunstancia: de “circum-stare” (alrededor de). Aristóteles indica
las siguientes: quién, qué, dónde, con qué medios, por qué, cómo,
cuándo. Ninguna circunstancia hace buena una acción que es
inmoral, puede atenuar la malicia del acto pero no anularla.

El acto para ser bueno debe serlo íntegramente, para ser malo basta con
cualquier deficiencia.

4. Dos temas decisivos: libertad y conciencia.

Nos ubicamos ante dos temas esenciales en la reflexión ética:

a. Libertad humana: podemos afirmar que sin libertad no hay


ética. Un tema de actualidad comprobada y hasta se mira la
historia de occidente como la lucha por la libertad. Hay
quienes niegan que la libertad sea posible18, otros la afirman
de modo absoluto y otros le reconocen límites19.

Podríamos arriesgarnos con un concepto: es la cualidad


humana por la que, puestas todas las condiciones para la
acción, puede actuar o no.

18
Hay indicios para estar en desacuerdo con esta postura:
a. el ser humano se da cuenta de que es preferible estar libre que sometido a coacciones;
b. el ser humano aspira a que se le considere responsable de todo cuanto hace, pues de lo contrario
aceptaría que se le considere infante o deficiente;
c. la ley que los pueblos se dan tiene sentido porque se presume que la libertad es posible;
d. ante la existencia de bienes parciales que el hombre debe asumir para sí, la elección se hace
necesaria. Dado que no puede aspirar al bien total, se debe contentar con bienes parciales que le
llevan a asumir unos y dejar otros.
19
Incluso el modo de preguntar: ¿existe libertad? (se puede “hipostasiar” la libertad?), ¿el hombre es
libre? (de qué hombre hablamos?), ¿soy libre? (en qué situación?). Una libertad real siempre implica
límites, impuestos por las leyes físicas, el contexto cultural o las creencias de cada persona.

49
Podemos clasificar la libertad así:
i- libertad física: es el grado menor de la libertad e indica
ausencia de lazos físicos.
ii- libertad psíquica: ausencia de coacción interna y hace
posible la autodeterminación plena. Estamos ante quien es
dueño de sí, el que ejerce el libre albedrío.
iii- libertad ética: permite la elección entre el bien y el mal.

Aporte de Erick Fromm.


LIBERTAD PARA... LIBERTAD DE...
se refiere a posibilidad de se refiere a la ausencia de
actuar cotidianamente. coacciones.

b. Conciencia20: nos ubicamos ante una realidad que es vista


como decisiva desde cualquier punto de vista. Según el
Génesis es “voz de Dios”, en la opinión de Rousseau “celeste
voz”. Y F. Dostoievski la verá como “profeta del corazón”.

Puede comprenderse en dos sentidos:

CONCIENCIA CONCIENCIA MORAL.


PSICOLÓGICA.
Lleva a la persona a darse Es capaz de enjuiciar los
cuenta de que sabe que sabe. propios actos. No es autónoma,
pues discierne desde ciertas
normas. Sus funciones:
testifica, obliga, juzga. Puede
ser recta, errónea, laxa, dudosa.

Decisivo el aporte socrático y su invitación a la introversión, a


la reflexión seria acerca de la propia individualidad. Esta
perspectiva se completa con la secular reflexión de la teología
moral. En torno a este tema nos encontramos con muchas
posiciones:

• S. Jerónimo: “centella que ilumina nuestro actuar” (s.


IV)
• Pedro de Poitiers: “tendencia natural al bien” (s.XIII)

20
P. Cabellos en 39 cuestiones doctrinales, MC, Madrid, 1991,p. 180, define la conciencia como “juicio
que forma la razón sobre la bondad o maldad de los propios actos”.

50
• Sto. Tomás de Aquino: “hábito natural práctico”
(sXIII).
• S. Buenaventura: “voz de Dios” (s. XIII).

Es una realidad propia del ser humano, pues solo él puede


reflexionar acerca de la corrección de sus actos y cotejarlos con
las normas.

Lectura complementaria.
Diferentes acepciones del concepto "conciencia"
En la vida diaria, hablamos de la "conciencia religiosa", de la "conciencia
moral", de la "conciencia cívica", etc., conforme a la actitud que
adoptamos frente a la vida, religiosa, moral, ciudadana, etc. También
hablamos de "conciencia psicológica".
1. Conciencia Psicológica
Con el fin de aclarar el concepto de la conciencia psicológica nos
serviremos de nuestra experiencia diaria. Observamos, por ejemplo, una
puesta de sol. Una serie de sensaciones, de percepciones, de imágenes, de
recuerdos, de afectos nos invaden. Nos sentimos felices. Todo esto
constituye en ese momento nuestra conciencia psicológica. Podemos, pues,
legítimamente, decir que la conciencia psicológica es un conjunto de
experiencias psíquicas inmediatas y actuales que en un cierto momento
aprehendemos de nuestro yo.
Mediante la conciencia psicológica no sólo nos damos cuenta de lo que
pasa dentro de nosotros en un momento dado, sino que también nos damos
cuenta de nuestra propia experiencia. La conciencia psicológica nos
permite captar los fenómenos psicológicos como nuestros; a la vez, dichos
fenómenos psicológicos constituyen una unidad que forma el yo de cada
uno de nosotros.
2. Conciencia moral
Para determinar la noción de la conciencia moral, acudiremos una vez más
a nuestra propia experiencia.
a) Es un hecho que nadie de nosotros juzga las acciones de un vegetal o de
un animal irracional como acciones morales o inmorales. Sólo un ser
humano es sujeto de actos morales o inmorales. Podemos por tanto,
concluir que "la conciencia moral es una función de la persona humana".
b) La experiencia nos enseña que ciertas personas observan una
determinada conducta moral y que otras se conducen de forma inmoral. En
consecuencia "la conciencia moral no es algo añadido a la persona, sino
que es la misma persona, el sujeto de la conducta moral". "La conciencia
moral es una realidad dinámica que capacita al hombre para captar y vivir
los valores morales". Su desarrollo y perfección dependen del desarrollo y
de la perfección de la personalidad de cada hombre.

51
3. Elementos constitutivos de la conciencia moral
a) Elementos racionales que concurren a la formación de los juicios
Los juicios son formulados antes y después del acto moral. Los juicios
previos al acto moral establecen losc principios. Por ejemplo: Hay que
hacer el bien y evitar el mal.
En otras palabras, se juzga que, si tal acto es bueno, debe ser realizado; si
es malo, debe ser evitado.
Los juicios después del acto. Una vez realizado el acto, la conciencia lo
acepta si fue bueno y lo rechaza en el caso de que haya sido malo. La
conciencia juzga también si el acto fue digno de recompensa o de castigo.
Si fue malo se pronuncia sobre la obligación de reparar los males
causados.
b) Los sentimientos morales antes del acto.
El hombre naturalmente tiene la tendencia de hacer el bien y evitar el mal.
Experimenta, a la vez, respeto al deber, y por ende, aprecia la conducta
buena y menosprecia la conducta mala.
Los sentimientos morales después del acto. El deber cumplido produce en
el hombre alegría. Al no cumplir con su deber, el hombre suele llenarse de
tristeza y, a veces, de vergüenza o remordimiento por el mal causado.
c) Los elementos activos.
Son actos de la voluntad. Una vez que la inteligencia ha concebido el
objetivo, la voluntad elige los medios necesarios para alcanzarlo y,
finalmente, busca su ejecución.
4. Diferencia entre la conciencia moral y la psicológica
Unidad y distinción a la vez.
Unidad: En el hombre hay cierta unidad entre la conciencia psicológica y
la conciencia moral. En efecto, la conciencia moral presupone la
conciencia psicológica y, a su vez, la conciencia moral complementa y
enriquece la conciencia psicológica.
Diferencia: La diferencia entre la conciencia psicológica y la conciencia
moral proviene de los distintos objetos a los que se dirige cada una de
ellas. La conciencia psicológica atestigua la existencia de los diferentes
elementos que entran en la estructura del yo, mientras la conciencia moral
tiene la función de valorar los actos del yo y, con ello la de trazar "un
proyecto de vida" del yo.
5. La conciencia moral interior de la moralidad.
Partamos de un hecho. Dos personas contemplan la misma acción moral.
Por ejemplo: alguien se arroja a un río tormentoso para salvar la vida de
otra persona que se está ahogando. Una de ellas capta la majestad del
valor, objetivo que en este caso es "arriesgar la propia vida por el
prójimo". Otra persona puede juzgar que es una idiotez exponerse al gran
peligro de perder la vida para salvar la vida de otro.
La conciencia moral de ambas personas implica dos elementos:

52
• Primero: la capacidad de valorar el acto de sacrificio. Esta
capacidad recibe el nombre de "norma interior de la conciencia".
• Segundo: la capacidad de aprehender el valor objetivo de la acción.
En nuestro ejemplo:" Dar la vida por el prójimo".
En el primer caso de nuestro ejemplo, hay adecuación entre "la norma
interior de la conciencia" y el "valor objetivo". En el segundo caso, la
"norma interior de la conciencia" no está de acuerdo con el "valor
objetivo". ¿A qué se debe esta diferencia? En el primer caso la norma de la
conciencia interior está bien formada y es capaz de captar el valor objetivo
En el segundo caso, el egoísmo deformó la conciencia moral, lo cual
impide captar el "valor objetivo". De lo dicho fluye lógicamente que la
conciencia moral debe ser formada para captar los valores objetivos y de
esta maneraproceder correctamente. Dicha necesidad es tan antigua como
el hombre. Sin embargo en los tiempos actuales, dicha necesidad se
acentúa poderosamente. Asoma la pregunta ¿Por qué? Hoy más que nunca
se pone en duda los auténticos valores y muchas veces se los desvirtúa.
Ejemplo: bajo la apariencia de ayudar a los pobres se siembra el odio y se
propaga la "lucha de clases".
• Los valores absolutos se relativizan sustituyéndose a Dios.
• La verdad es reemplazada por la mentira para conseguir
determinados fines.
Frente a este drama del hombre contemporáneo, el Papa Juan Pablo II
recuerda en su discurso a los jóvenes en Varsovia:"Al hombre hay que
medirlo con la medida de su conciencia".
Conforme a la actitud frente al orden moral objetivo, la conciencia moral
puede ser:
• Recta: Cuando las valoraciones de la conciencia están de acuerdo a
normas objetivas: Ej.: la conciencia alaba la virtud y condena el
vicio.
• Falsa: Cuando las valoraciones no están de acuerdo a normas éticas
de la conducta. Ej.: ridiculizar la virtud y alabar el vicio.
• Cierta: Cuando el hombre no tiene duda alguna acerca de la
legitimidad o ilegitimidad de una acción dada. Ej.: el deber del hijo
es honrar a sus padres.
• Dudosa: Cuando las valoraciones son inseguras y cambiantes por
motivos pasajeros

53
3.PRINCIPALES TEORIAS ETICAS.

3.1.Tradición aristotélica y hedonista.

Introducción.

Como ya se ha dicho en otro momento, desde la escolástica se distingue


entre ética vivida y ética pensada. Aquí –en esta parte de nuestro curso-
estamos haciendo un esfuerzo de reflexión en torno a la ética en cuanto
pensada. O sea, estamos tratando de visualizar qué es la ética, cómo se
fundamenta, y además, cómo se aplica a la vida, todo mirado desde la
perspectiva filosófica.

A estas cuestiones se ofrecen diversas respuestas, así a lo largo de la


historia se han ido articulando distintas teorías, de las cuales hablaremos un
poco a partir de aquí.

1. Qué entendemos al decir “teoría ética”?

Como se ha indicado la ética es la racionalidad de lo moral, esto es, un


saber que, sin renunciar a lo normativo y desde principios racionales,
reflexiona acerca de la rectitud de los actos humanos.

Ahora, para explicar cuándo una acción humana es moralmente aceptable


han nacido distintas teorías y cada una de ellas ofrece desde su perspectiva
un criterio de racionalidad.

Para nosotros se trata de un conocimiento útil por cuanto nos podremos


servir de esas teorías a la hora de enfrentar los temas morales que
enfrentaremos. Además, de cara a las decisiones que nos toque tomar,
estas pistas nos ayudarán a acertar, siempre contando con la certeza de que
el ser humano es sentimiento y razón, o en palabras del maestro español X.
Zubiri, una “inteligencia sentiente”.

La teorías que aquí miraremos las podemos dividir en dos grupos:

54
DESDE LA BÚSQUEDA DE DESDE LA CUESTION DE LA
FELICIDAD. DIGNIDAD DE LA PERSONA
HUMANA
a. Tradición aristotélica. a. Tradición kantiana.
b. Tradición hedonista. b. Tradición dialógica.

2. Tradición aristotélica.

Aristóteles vive entre los años 384-322 aC. Luego de una labor de tutor al
lado de Alejandro el Grande regresa a Atenas en el 335 aC. y funda el
Liceo.

Nos ubicamos ante un punto de partida: el ser humano aspira a la felicidad


(“eudaimonía” que es el fin –telos- por excelencia, querido por sí mismo y
bien supremo) y para alcanzarla recurre a la razón, que le permite usar los
medios más adecuados para lograrla, sin precipitarse. Actuando de esta
manera el ser humano se ejercita en la virtud de la prudencia (phrónesis),
realidad que nuestro autor considera la virtud guía –dianoética, esto es,
aprendida por enseñanza y diferente a las virtudes éticas aprendidas por
hábito-, y al hablar de ello podemos afirmar que
Ð

ES PRUDENTE QUIEN, AL
ELEGIR, NO TIENE EN CUENTA
SOLO EL MOMENTO CONCRETO,
SINO LO QUE LE CONVIENE EN
EL CONJUNTO DE SU VIDA.

Este modo de proceder es diferente al de aquel que sólo es hábil, pues el


prudente se propone siempre fines buenos (v.gr. una persona hábil para
fabricar remedios, puede usar su habilidad para envenenar, el prudente lo
hará sólo para curar). El prudente domina otros dos artes: sabe aplicar los
principios morales en casos concretos y discierne qué deseos debe
satisfacer y cuáles no. Normalmente, además, el ser humano que practica
la prudencia sabe ubicar el término medio de las cosas y, por tanto, sabe
encontrarse con la virtud21.

¿Cómo llega a la prudencia este “conocedor”? Fundamentalmente así:

21
Aritóteles se refiere a la virtud en cuanto realidad que se adquiere por el hábito, destacando: la
templanza o punto medio entre el libertinaje y la insensibilidad), la fortaleza (punto medio entre el miedo
y la audacia), la generosidad (punto medio entre el uso y la posesión avara) y la justicia (esto es, el dar a
cada quien lo que le corresponde).

55
I APROVECHA SU EXPERIENCIA.
Ò ESTUDIA Y SE INFORMA.
_ MANEJA EL MAYOR NUMERO POSIBLE DE DATOS.
´ PREVEE EL FUTURO.

Así nos ubicamos ante la llamada racionalidad prudencial. Esto es, un


modo de proceder que es retomado en la historia de la filosofía por
corrientes como la escolástica medieval y hoy en movimientos como el
comunitario22 de MacIntyre, Walzer o Barber. El pensamiento de Gadamer
asume este elemento también.

3. Tradición hedonista.

Partimos de Epicuro de Samos (341-270 aC.)23 y su pregunta ¿cómo


podemos ser felices? Esta tradición se asienta sobre los siguientes
principios:

ª Por tanto, el esfuerzo


" El placer es el se ha de poner en . Dado que se trata de
móvil vital, principio procurar el placer y alcanzar el máximo
y cúlmen de la vida deshechar el dolor o el bien, se procede según
feliz, una razón calculadora
mal.

Ahora, tengamos en cuenta lo siguiente:

• Arnoldo Mora nos dice: “la única función del pensamiento y de la


filosofía en general -para los epicúreos- , es la búsqueda de la
felicidad individual”24. Dirá Epicuro: “vana es la palabra del
filósofo que no cura los sufrimientos del hombre”25
• Por placer aquí se comprende una condición gozosa que no impide
el gozo de los valores del espíritu26. Esta escuela poseía una fuerte
carga religiosa y ascética.
• Se trata de una búsqueda de placeres con límite o “simples” –
capaces de procurar la serenidad y la paz mental-, pues la
satisfacción nunca sería plena y eso podría hacer sufrir a la persona
y ello se considera un mal. El sabio renuncia a lo imposible.
22
Se trata de una tendencia que exalta la vida comunitaria y su regulación interna concreta. Se trata de
una corriente que promociona comunidades sólidas y participativas, aunque un poco cerradas en sí
mismas. Ha cooperado esta corriente a fortalecer la idea de ciudadano, hoy en día tan en alza.
23
Marcado por una fuerte influencia de Pirrón y los escépticos, así como de Naucífanes, discípulo de
Demócrito, vía por la cual contacta con el atomismo.
24
Perspectivas filosóficas del hombre, EUNED, 1997, p.55.
25
Fragmento, 54.
26
En esta tradición Epicuro defiende la necesidad de una vida tranquila y con una gama de necesidades
mínima, incluso se deice que los placeres a buscar son el comer, el beber y el no pasar frío. Se da un
lugar singular a la amistad. Cf Martínez, L. y H., Diccionario de filosofía, Bogotá, 1998, p. 166.

56
La corriente hedonista epicureísta es individual –pues destaca la filosofía
en cuanto vía para llegar a la máxima felicidad personal- y cede a una
corriente más social en la modernidad. Así nos ubicamos ante el
utilitarismo27 de cuño inglés y su principio “the greater Happiness of the
greater Number” formulado por Bentham28 en 1822.

El utilitarismo es producto de la aplicación del método científico a la


sociedad a la manera de A. Comte.

Tenemos que partir de Jeremy Bentham (+1832), inglés, deísta y


revolucionario, el más reverenciado filósofo reformista de su tiempo29. Su
idea central está concentrada en el pensamiento anterior llamado “principio
de utilidad” y que es un instrumento que permite aprobar o desaprobar las
acciones por ser buenas o malas según aumenten o disminuyan la felicidad
de los individuos y de las comunidades.

Llegamos a John S. Mill (+1873), formado bajo la guía de su rígido padre.


Opta por el principio del mayor bienestar. Está claro de que el fin de toda
actividad es lo esencial y que lo más importante es la calidad de los
placeres, entre los cuales hay algunos superiores (intelectuales y éticos) y
otros inferiores (“para los puercos”) que asemejan el hombre a los
animales.

Hacia futuro, esta corriente conduce al llamado Estado de bienestar, esto


es, el Estado que resultó de la guerra fría. Se trata de Estados con mejores
sistemas impositivos que poco a poco asumen la educación, diseñan los
planes de salud, afirman el rol de la banca estatal y ejercen control sobre el
tema laboral y el sistema de precios. Posee una amplia capa funcional para
responder a las demandas. Este modo de vida estatal se acentúa en las
socialdemocracias y posee características cada día más especializadas de
cara a la toma de decisiones.

Este Estado de bienestar, en el presente contexto global, está pasando por


una crisis30. Disminuye su tamaño, reasigna responsabilidades y da

27
El utilitarismo es una corriente que mira en el placer que un acto proporciona el criterio para distinguir
el bien del mal. Se rechaza el rol de la conciencia y la noción de voluntad de Dios.
28
Bentham es fuertemente influenciado por Helvetius y su obra Del Espíritu de 1758, quien, a su vez,
recoge la tradición que parte de Hobbes y Cumberland en torno a que el bien común es la ley suprema.
29
Desde le principio se alejó de las ideas de A. Smith, pues, según Bentham, los intereses individuales no
siempre favorecen la felicidad colectiva. No descarta al Estado en su función armonizadora de intereses.
30
Nacido al calor del boom de las ideas de J.M. Keynes aseguró al capitalismo tres décadas de esplendor.
Ante todo: la economía NO tiende automáticamente al pleno empleo y las fuerzas del mercado no son
suficientes para salir de la recesión. Para algunos una gloria que no se repetirá (www.elprincipe.com) y
para otros un desastre inaudito (www.aipenet.com y allí el artículo de R. Brenner).

57
espacios a los ciudadanos y a las nuevas manifestaciones de la sociedad
civil.

3.2 Tradición kantiana y dialógica.

Introducción.

Miraremos ahora posiciones que centran su atención en el ser humano que


busca ser feliz. En ese ser marcado por una dignidad especial que le hace
centro de atención y punto constante de referencia.

Tradición kantiana.

E. Kant (+1804), el llamado “hombre de Köningsberg”, fue un pensador


que se ubica en el límite de la Ilustración, inaugura la perspectiva crítica en
la filosofía, distingue entre la racionalidad teórica y la práctica y explica
cómo es posible el conocimiento científico de la naturaleza. A la par de
estos aportes nos encontramos con sus inconvenientes: un ilustrado sin el
vigor de los ilustrados, con un lenguaje enrevesado y marcado por su moral
individualista de corte pietista y formal.

Las más fuerte influencias que se notan en Kant son las de Leibniz y
Wolf. Desde Leibniz llega a preguntarse acerca de la posibilidad de juicios
que, desde elementos a priori, agreguen un conocimiento nuevo, así
podemos dar un paso más. Kant formula su teoría trascendental del
conocimiento, que, para efectos generales de ubicación, presentamos
sucintamente a continuación:

Juicios sintéticos a priori31. Juicios cuya validez parece ser puramente


racional o a priori (presentes en la
estructura misma del pensamiento) y sin
embargo, tienen carácter sintético
(aumentan nuestro conocimiento).
Este enfoque que Kant llama
“trascendental” –pues mira al ser y no se
deshace del todo de la realidad divina- se
subdivide en tres partes:
a. Estética trascendental (permite
31
Esto es, capaces de aportar conocimiento y que sean universales y necesarios. Son juicios que se con-
ponen prescindiendo de la experiencia –son contingentes-, en la interioridad de cada quien, esto es, a
priori.

58
ordenar y llegar al fenómeno): mira
las posibilidades de la intuición
sensible: se perciben sensaciones
caóticas, ordenadas por las formas
a priori (espacio-tiempo) y así
aparece el fenómeno32 –o las cosas
en mí (que depende del noúmeno,
esto es, el ser en sí, lo que existe
independientemente de nuestro
conocimiento).
b. Analítica trascendental: se aplican
a los fenómenos las categorías del
entendimiento (de cantidad, de
cualidad, de relación, de
modalidad) para poder comprender
los datos de la conciencia.
c. Dialéctica trascendental: atiende el
funcionamiento especulativo de la
razón y concluye que el
conocimiento del noúmeno es
imposible.
Crítica de la razón práctica. Para Kant la necesidad de un orden moral
es una necesidad. Para justificar
racionalmente ese orden deja de lado la vía
metafísica (a partir de un orden divino o la
naturaleza humana) y asume las normas
como dictados de conducta que indica la
razón y que se caracterizan por ser:
• imperativos
• que proceden de la conciencia del
deber
• y, por ser racionales, son válidas
universalmente
˜
esto justifica la formulación que da Kant
del imperativo categórico, es decir una
máxima que impone la razón práctica
como expresión de la obligación moral:
actúa de tal forma que puedas querer que la
regla que guía tu conducta se pueda
convertir en ley universal33.

Condiciones –realidades que hacen


posible el orden moral- para que el
imperativo categórico tenga sentido34:

32
“Lo que brilla”... lo que puedo descubrir por mi mismo.
33
Otra formulación sería: actúa de tal forma que trates al ser humano en tu persona y en la de los demás
siempre como fin y nunca como medio.
34
Se trata de suposiciones o postulados de la razón práctica.

59
a. libertad de la voluntad,
b. inmortalidad del alma y
c. existencia de Dios.

Se trata de realidades imposibles de


alcanzar, pero al menos posibles a través
de la razón teórica, no así de la práctica.

Crítica de la facultad de juzgar. Tema considerado central por el mismo


Kant. Se refiere a la capacidad para hacer
enunciados. Es como un puente entre las
dos críticas anteriores. Permite descubrir
la totalidad de lo universal como una
realidad con sentido.

Todo lo anterior es esencial, pero lo que aquí diremos acerca del


pensamiento kantiano tiene que ver, sobre todo, con la razón práctica y sus
imperativos que, como sabemos, deben cumplir con los siguientes
elementos:
• UNA NORMA UNIVERSAL, QUE DEBE AFECTAR A TODOS.
• COMPRENDE AL SER HUMANO COMO FIN Y NUNCA COMO
MEDIO. LE MIRA COMO SER AUTÓNOMO, INTELIGENTE, LIBRE.
• COHERENTE CON UNA SOCIEDAD QUE RESPETA LA DIGNIDAD
HUMANA.

Tradición dialógica o comunicativa.

Vamos a animarnos a dar un salto: es el momento de conocer una posición


que desea ir más allá del individualismo de Kant por la vía de la
intersubjetividad y hacer aterrizar el universalismo del imperativo kantiano,
visto por demasiados como irreal y impracticable.

El Diccionario de términos éticos de Blázquez, Devesa y Cano, nos dice


que la ética discursiva es aquella que es “también llamada ética
argumentativa, ética comunicativa, ética dialógica y ética del discurso, es
(una) corriente que, a partir de los estudios de K.O. Apel y J. Habermas,
actualiza el apriorismo moral kantiano –la moral como un hecho de la
razón- con la pretensión de reconstruir un principio universal a partir del
hecho comunicativo, es decir, de la interacción linguísticamente mediada
entre hablantes y oyentes en una ‘comunidad ideal de diálogo’. Una
sociedad solo puede existir si los individuos coordinan su acción (acción
comunicativa, en expresión de Habermas), lo cual exige entendimiento y
comunicación. Se trata de ‘aunar sin coacciones y de generar consenso’
dentro de una ‘comunidad de comunicación’, donde se amplían las

60
posibilidades de coordinar las acciones sin recurrir a la coerción y de
solventar consensualmente los conflictos de acción; se trata, en suma de
‘encontrar formas de convivencia en las que, realmente, autonomía y
dependencia alcancen una relación pacífica’”.

Esta corriente encuentra su contexto en la llamada escuela de Frankfurt y


de ella, casi a manera de paréntesis diríamos:

En general... Hemos de partir de Max Horkheimer


en 1931. Esta escuela elabora una teoría
crítica de la sociedad (que busca
promover una teoría de la sociedad,
considerándola un todo que muestra las
contradicciones del sistema capitalista)
que les permite examinar y relacionar la
economía con la historia, la psicología y
la cultura.
Se trata de una perspectiva que pone
en diálogo a Hegel, Marx y Freud.
La meta es llegar a una sociedad sin
explotación.
Ubicamos a Pollock y Grossmann
(economía), Horkheimer (historia),
Marcuse y Fromm, etc.
No podemos dejar de lado la figura
esencial de Th. Adorno (+1969), un gran
crítico de los movimientos intelectuales
de su tiempo y siempre animoso de cara
a todo lo que fuera más allá del
autoritarismo.
Ultima etapa35. Luego de 1950 se supera la diáspora
posterior a la guerra y se reubica la
escuela en Alemania. Destacan de modo
especial en esta etapa A. Smith, Oskar
Negt, J. Habermas, K.O. Apel.

La corriente ética que nos interesa es promotora de una visión de la norma


que debe pasar por la participación de los afectados, los cuales conocen
todas sus consecuencias y dan su aporte conceptual pues se les considera a
todos igualmente capacitados y en igualdad de condiciones (diálogo
simétrico, o pensar que se desarrolla en diálogo real). Por supuesto, hemos
de agregar que de cara a esta realidad se trata de una normativa que
satisface adecuadamente los intereses de los individuos afectados.

35
Reacciona ante el poscapitalismo, la crisis del estado de bienestar y ante la sociedad de la información.
Fija su atención en un nuevo actor social: el ciudadano.

61
APÉNDICE.

UNA APROXIMACION ADICIONAL A UN TEMA HOY CENTRAL:

ETICA COMUNICATIVA DESDE HABERMAS Y APEL.

Introducción.

Queremos empezar por la presentación de los actores:

Jürgen Habermas: Karl Otto Apel:


nació en Düsseldorf el 18 de junio de nació en 1924 en Düsseldorf. Se
1929. Se titula en bachillerto en 1949 doctoró en Bonn y se habilitó en
en plena era de la reconstrucción Maguncia Actualmente es profesor
alemana. Estudia filosofía, historia, emérito de la Universidad de
psicología, literatura alemana y Frankfurt en el área de filosofía.
economía en Gotinga, Zurich y Bonn. Durante años ha sido colega y
Su tesis doctoral se tituló Lo absoluto dialogante crítico de Habermas.
y la historia. Sobre la escisión interna Apel ha desarrollado su filosofía
del pensamiento de Schelling. como una “pragmática
En 1956 se integra a un instituto de trascendental”, en la que logra una
inverstigación vinculado con algunos síntesis entre la filosofía kantiana y
de los exponente de la escuela de conceptos de la filosofía
Frankfurt. Esta es la etapa del primer hermenéutica, de la fenomenología,
período de nuestro autor. del pensamiento de Wittgenstein y
Se habilita para dar clases, primero del pragmatismo americano.
en Marburgo en 1961 y luego en Propone una Ética dialógica basada
Heildelberg (por invitación de en el a priori de la comunidad de
Gadamer) y más tarde en Frankfurt en comunicación, es su fundamento
1964 como sucesor de Horkheimer. último (cosa que no acepta
En 1968 publica Conocimiento e Habermas) y vía para superar las
intereses. Allí mira cómo los intereses limitaciones de Kant con respecto a
son capaces de dinamizar el saber36. la razón práctica. Esto es posible a
En 1971 deja Frankfurt y se dedica a partir del elemento diálogo de cara a
un centro de investigaciones en un consenso.
Starnberg, lo que le permite redondear
sus ideas acerca de hermenéutica,
pragmática y teoría social, así como
36
Hablamos del interés técnico (trabajo), práctico (comunidad) y liberador.

62
hacer contacto con el ambiente
americano.
En 1975 regresa a Frankfurt, a la
Universidad Goethe y se mantiene
como catedrático de filosofía hasta su
jubilación en 1994.
En 1981 publicó su obra Teoría de la
acción comunicativa, con la que se
inicia su segundo período y en la que
propone las condiciones que se
requieren para la comunicación
humana.

1. Una propuesta con dos fuentes. Etica comunicativa.

Esta corriente nace por el aporte de Habermas y de Apel. Del aporte de


ambos, con todo y sus diferencias, se deriva una propuesta que parte de:

1. parten de la importancia actual del hecho comunicativo;


2. valoran el signo y su significado37 y no solo la estructura del lenguaje;
3. plantean una filosofía trascendental transformada (Apel: vía para llegar a
afirmaciones universales no falibles) o universal (Habermas: vía para llegar
a afirmaciones falibles y comprobables).

Con respecto a la aplicación, es sobre todo, Apel quien asigna a la Ética


una función doble: fundamentadora (teórica) y otra aplicada. Habermas
pone su énfasis en la función fundamentadora, aunque últimamente ha
abordado temas más concretos.

Los aportes de estos autores en materia Ética38, en coherencia con el nivel


post-convencional de Kohlberg -evitar el autoritarismo por la vía de la
argumentación y propiciar el consenso respetuoso- y la Ética que propone
J. Rawls (1921-2004) , profesor de Harvard, propone una perspectiva que
integra lo ético a lo político-económico-jurídico, planteando un ideal que
asocia justica a equidad39), han sido de gran interés para construir una

37
La vía propuesta es el discurso, pues él se basa en argumentoscuyo propósito es justiciar el orden moral
establecido
38
Llamada procedimiental pues ofrece procedimientos para lograr claridad acerca de cómo declarar
correcta alguna norma de conducta y lo hace por medio del diálogo.
39
Más en detalle Rawls –criticando el utilitarismo- plantea un ideal: la sociedad bien ordenada. Parte de
tres principios que han de regir la vida social fijados por vía contractual: libertad para todos, igualdad de
oportunidades y dar más al que menos tiene. Estos principios han de ser asumidos pro toda oraganización

63
moral cívica en contexto democrático y a animar el desarrollo de Ética
aplicadas. La Ética comunicativa es racional y a la vez probada en el
diálogo que asume y respeta los intereses universalizables40 de los
individuos concretos.

2. Enfasis.

Esta Ética es denominada de manera diversa y ello implica ciertos énfasis:


a. Etica dialógica o descursiva (Apel): se reconoce la dimensión
pragmática del lenguaje. Es inclusiva, lleva a tratar los asuntos referentes a
los seres humanos concretos y no deja de lado los sentimientos. Además,
se considera como interlocutor válido a todo ser dotado de capacidad
comunicativa.
b. Etica comunicativa (Habermas): esta Ética reconstruye el imperativo
kantiano en términos de una teoría de la comunicación.

Acerca de la fundamentación de esta Ética podemos anotar:

a. Desde Scheler se afirma cómo la especie humana es movida por el


interés por dominar, entender y emanciparse.
b. Quien se comunica parte de que tiene cierta razón. El paso siguiente es
someterse a un esfuerzo por llegar a un consenso mínimo, mediante un
diálogo real que, siendo racional y práctico a la vez, gire en torno a la
validez -que es lo que nos interesa aquí- de las normas a cumplir y que
afectan al colectivoø

así se puede arribar a una versión del imperativo que


reza así: solo pueden pretender validez las normas
que encuentran aceptación por parte de todos los afec-
tados, como participantes en un discurso práctico41.

3. Lo aplicado.

La Ética discursiva parte de un esfuerzo fundamentador de lo moral. La


crítica ha venido desde todas direcciones: por igualitarista, por demasiado
democrática, por obviar el derecho al disenso, exceso de abstracción de los
valores, etc.
democrática que desea promover la justicia social. Su planteamiento puede resumir en la expresión
“justicia como equidad”. Frente a él posiciones como la de R. Nozick, quien reduce el Estado y se opone
a ir más allá de la máxima que dice “a cada quien según sus méritos”. Cf. Camps.,V., Introducción a la
filosofía política, Nuevos instrumentos universitarios, Barcelona, 2001, p.97ss.
40
Mediante la interacción de acciones comunicativas significantes que excluyen toda presión o amenaza.
41
Habermas, Conciencia social y acción comunitaria, 1985, pp 86.117. Se trata de un discurso que versa
sobr4e universales potenciados por los proyectos de vida plena, que D. Gracia y A. Cortina llaman
mínimos

64
Ahora, hay un aspecto que es fundamental. Esto es, el aporte acerca de un
sujeto que, manteniendo su condición de parte del todo social es autónomo
y con capacidad para animar diálogos de manera real, enriquecedora de la
sociedad civil y provocadora de un ideal democrático más rico y
participativo (en cuanto incidencia de la mayoría, respeto a la dignidad y a
la autonomía humana, mecanismos abiertos a la voz de todos). En las
diversas éticas aplicadas (política, economía, medicina, etc.) y otros tópicos
que requieren el acuerdo (nacionalismos, solidaridad, etc.) esta perspectiva
es esencial por cuanto facilita el encuentro sano y responsable de
posiciones en busca el consenso final42.

Lectura complementaria.

Ética formal:De Kant a Habermas

©Carlos Beltrán
Uno de los cimientos de la ética Kantiana, el principio de universalidad de
su imperativo categórico, es, a la vez, uno de sus puntos más rebatidos a lo
largo de la historia de la filosofía. Toda ética formal, y por ende, que tenga
origen kantiano, pone al descubierto sus planteamientos erróneos cuando
se somete a la práxis.
La ética fundada por el pensador alemán nos proporciona unas normas de
actuación individual que presuponen un ideal de felicidad objetivo, común
a todos los hombres, y por lo tanto universal. Este supuesto se deduce a
partir de la máxima del imperativo categórico, que como todos sabemos,
nos viene a decir que obremos de tal manera que nuestros actos puedan ser
tomados como normas universales de conducta. Para que esto pueda
suceder, el principio de felicidad subjetivo, del individuo, debería coincidir
con el principio de felicidad universal. Es decir, todos los hombres
deberían considerar como positivos los mismos valores y las mismas
formas de actuar, para poder hacer de ellas leyes universales. No hace falta
42
Tal y como podríamos sospechar, las críticas a esta manera de ver las cosas no se hacen esperar. Aquí
nos interesa destacar la crítica que realiza la llamada ETICA DE LA LIBERACIÓN, en cuanto propuesta
de cuño latinoamericano que se deriva de la reflexión de E. Dussel. Este autor nos dice que se trata de una
propuesta ética que afirma a los excluídos, hace ver cómo las víctimas tienen derecho a vivir y cómo se
ha de frenar una mundialización que uniforma la cultura y mata cada día a demasiada gente (cf.
Nuevamérica (2001) n. 92, p.4ss.) . Su crítica afirma que la ética comunicativa no ofrece pistas realistas
en contextos donde la comunidad real de comunicación no es capaz de visualizarse como posibilidad. No
se ofrecen pistas para realidades en las que el excluido es una realidad muy concreta y donde la realidad
imperante es una “civilización de pobreza” (I. Ellacuría) con unas características muy lejanas al estilo
occidental de vida. Cf A. González, Fundamentos filosóficos de una “Civilización de la pobreza”, ECA,
n. 583, mayo 1997. Más, sin embargo, niega Dussel que la transformación de la sociedad se pueda hacer
si obvia el recurso al consenso y a la participación simétrica de los ciudadanos, sólo que no se puede dejar
de lado un aspecto esencial: siempre contextualizar. Es de gran valor el artículo titulado Fundamentos de
una ética liberadora, de J. Corominas, publicado eléctricamente en www.serviciokoinonia.org en RELaT
19. También resulta de valor la propuesta de Escobar, G., Etica, McGraw Hill, México, 2000, p. 194 ss.

65
poner de manifiesto lo ideal de esta premisa, y menos aún si nos ceñimos
al ámbito de lo real.
Como ya hemos dicho antes, la ética kantiana, hace coincidir la felicidad
subjetiva con la objetiva, esta yuxtaposición es justificada por Kant
dotándola de transcendentalidad, lo que nos lleva a la conclusión de que
todo comportamiento moral del ser humano esta intrinsecamente unido a
un "designio divino". Es decir, para poder justificar la universalidad del
imperativo categórico, Kant recurre a Dios.
Aparte de la transcendencia, y en gran parte a consecuencia de ésta, hay
otro importante elemento que caracteriza el comportamiento moral
kantiano, y éste es su individualidad, su monología. Al coincidir el ideal de
felicidad de un individuo con el de todos los demás (es un ideal universal),
no hace falta que el sujeto exteriorice sus leyes de comportamiento.
De todo lo dicho hasta ahora es fácil llegar a la conclusión de que dos son
principalmente los elementos que imposibilitan a la ética formal Kantiana
su validez fáctica, a saber:
- la individualidad y monología de cualquier forma de comportamiento
- la inmanencia de Dios a toda acto llevado a cabo por el individuo como
justificación de lo universal del concepto de felicidad
Hoy en día, es la filosofía de J.Habermas, la que intenta con mayor
coherencia determinar un sistema normativo capaz de superar los dos
elementos anteriormente nombrados que incapacitaban a la ética formal en
el campo de la práctica.
El punto de partida de Habermas está en la concepción de que el "deber de
hacer algo" (en el contexto de la filosofía kantiana) supone también "tener
razones para hacer algo". Esta racionalidad del acto moral no es
exclusivamente subjetiva, en cuanto que solo pertenece al individuo u
objetiva en cuanto que universal y común a todos, sino que también, y
primordialmente, es inter-subjetiva. Es decir, las normas del acto moral, en
cuanto que recaen sobre todos los agentes, deben ser puestas en común y
discutidas dentro de una serie de relaciones inter-subjetivas, con el
objetivo de llegar a un concepto de felicidad objetivo, a una definición
valida y legitima del bien común. Con esta teoría, Habermas modifica los
dos elementos anteriormente nombrados que hacían muy difícil la total
realización de la ética kantiana, y sin embargo mantiene su principal
premisa (y la de toda ética formal), la universalidad.
Recordemos que la transcendencia kantiana del hecho moral, justificaba el
concepto de felicidad universal (concordancia entre la felicidad subjetiva-
objetiva). Habermas elimina esta transcendencia, y la torna en inter-
subjetividad. Para que la felicidad concreta coincida con el bien universal,
el individuo debe dialogar racionalmente con el resto de los agentes,
dentro de lo que en la teoría habermasiana se denomina acción
comunicativa. Se escapa a las pretensiones de este pequeño artículo el

66
presentar al lector de forma detallada la compleja teoría de la acción
comunicativa, sin embargo, y para esclarecer un poco este punto, sus
principales axiomas serían:
- un hablante solo puede afirmar aquello que cree
- ningún hablante puede contradecirse
- distintos hablantes no pueden utilizar la misma expresión con distintos
significados
- cualquier sujeto capaz de lenguaje y acción puede participar en el
discurso
- cualquiera puede criticar o problematizar cualquier afirmación sostenida
en el discurso
- no habrá jerarquía entre todos los agentes que participen en el discurso
En estas condiciones ideales, Habermas establece que los individuos
llegarían a la concepción de la felicidad universal, que por medio del
consenso se ajustaría a la dimensión subjetiva del bien. Ésta operación se
llevaría a cabo mediante el consenso conseguido en el discurso idealizado
al que anteriormente se ha hecho referencia, pero un consenso entendido
dentro de la teoría de la acción comunicativa, es decir, consenso como la
verificación y legitimación de un argumento por parte de la totalidad de
los individuos participantes en el discurso.
No hace falta decir, que a partir de esta inter-subjetividad, entendida como
discurso ideal, la premisas de la ética formal se vuelven a cumplir en la
universalidad del bien, que coincide en el interior y en el exterior del
individuo. Aparte de esto, Habermas también consigue ampliar la noción
de individualidad y monologismo inmanente a la ética Kantiana a una
puesta en común racional (mediante el discurso) y dialógica que determina
la definición del bien universal tanto dentro como fuera del individuo.
En este momento, nos damos cuenta de que Habermas se estrella en el
mismo punto en el que lo hizo Kant, en la aplicación práctica de su ética.
Es fácil darse cuenta de que lo que principalmente hace Habermas es
modificar la transcendencia divina del concepto de bien universal
subjetivo y objetivo, por la utopía de un discurso, en cierta medida,
metalingüístico, y sobre todo idealizado, al que se le puede achacar
también cierto transcendentalismo o por lo menos, al que se puede tachar
de utópico.
Quizá Habermas haya llegado un poco más lejos que Kant, en el sentido
de quedarse más cerca en el intento de integrar una ética formal en la vida
práctica. Este acercamiento se produce al parecernos más posible la
inmanencia al acto moral de un discurso idealizado, que de una
intervención divina. El campo actual de la ética supone al filósofo
profesional el esfuerzo de conseguir una aproximación cada vez mayor
entre las normas de comportamiento universales y la vida real del ser
humano.

67
SEGUNDA PARTE.

ETICA.
¿PARA QUÉ?.

68
SEGUNDA PARTE.

REALIDAD Y RESPUESTA POSIBLE.


ETICA... ¿PARA QUE?
Generalidades y ubicación.

Introducción.

Hemos caminado a lo largo de los últimos temas a lo largo de los


fundamentos de eso que hemos llamado ética. Esto es, de ese saber estricto
y metódico, de carácter normativo que, desde una perspectiva racional, se
detiene en la reflexión acerca de la rectitud de los actos humanos.

Ubicada en el todo de la filosofía práctica, hemos expuesto en breve los


conceptos básicos y las escuelas más relevantes, con la intención de tener
claros los fundamentos y las perspectivas, de manera que ello nos permita
tener un instrumental básico de cara a nuestra argumentación y
formulaciones.

Ahora, ya puestas las bases, queremos enfrentarnos a la realidad y


asegurarnos de una cosa: nuestro esfuerzo no ha sido ni será en vano. Cada
vez que miramos a nuestro alrededor obtenemos más y más elementos para
asegurar la urgencia de la ética, lo imperioso de la cuetión moral y de toda
reflexión que levante la eticidad de nuestras sociedades. Se descubre la
gran necesidad de una ética con unas características tales que permita dar
respuestas a problemas cada día más graves y nada limitados a las fronteras
conocidas y, hasta hace poco, decisivas.

1. Constatamos.

El panorama del mundo presente es dual y extremadamente urgida de una


valoración. Miramos éxito y pujanza, a la par de la mayor de las miserias.
Se habla del hombre pero la correspondencia en la realidad es mínima, pues
se le oprime y explota. Se defiende el medio con la condición de que esa
defensa no afecta los intereses de los países ricos y de las grandes
empresas. Se habla de libertad y de derechos pero se olvidan de las masas
más urgidas. En fin, una especie de esquizofrenia y de dramático divorcio
entre el ser y el deber ser. Veamos qué nos dicen algunos datos:

69
* En un momento de riqueza sin precedentes para muchos países, 2800
millones de personas -casi la mitad de la población mundial- vive con
menos de $2 al día (...). Unas 1200 millones de estas personas viven en
condiciones de extrema marginación, con menos de $1 al día.
Curiosamente, a pesar de que las condiciones humanas han mejorado más
en el último siglo que en todo el resto de la historia de la humanidad, la
situación de miseria persiste, sobre todo, a causa de la pésima distribución
de la riqueza, la cual hace posible que hoy día el ingreso promedio de los
veinte países más ricos sea treinta y siete veces mayor que el de las veinte
naciones más pobres de la tierra. El sur de Africa, Asia meridional,
América Latina contemplan cómo los pobres se incrementan de modo
constante43.

* “Me avergüenza lo que la gente de mi país tiene que hacer para


sobrevivir” es la frase de una maestra ucraniana al describir la realidad de
su país44, siendo algo que persiste con el tiempo.

* El 41% de total de los ingresos por exportanciones de los países de


América Latina se destina al pago de deuda externa, con todo lo que ello
puede implicar en términos de involución social y de desestabilidad
general.

* Otro tópico: El informe del Foro Económico Mundial y del Banco


Mundial sobre la corrupción hacen referencia a naciones como Ucrania,
Filipinas, Venezuela, Indonesia, Perú, Bolivia, México y Ecuador, con un
nivel sorprendente de corrupción que afecta los sistemas legales, licencias
para negocios, servicio policial, asuntos fiscales, etc.

* ¿Qué más? El problema ecológico: la degradación de los recursos


pesqueros que ha hecho colapsar la industria del mar; la pérdida de 17
millones de hectáreas de bosque al año, la masiva contaminación de aguas
terrestres, la acidificación de los lagos (el 80% en los países escandinavos)
y de los bosques, la disminución irregular del ozono (según regiones el
deterioro va del 5% al 95%), la acumulación de gases y el efecto
invernadero que es 28 veces peor que al inicio de la era industrial45 a pesar
de los intentos realizados desde Río 92 hasta hoy día.

43
Los datos que se manejan y que proceden del Informe sobre el desarrollo munidal 2000-2001 del Banco
Mundial, hablan de un aumento de la pobreza en América Latina del 20%.
44
En Newsweek, 20 set. 2000, p.14.
45
Datos abundantes en Spangenberg, J., Integración de criterios ene l concepto de sostenibilidad, en
Espacios (1996)n.7.

70
* Otro tema urgente: la cantidad de guerras se sostiene desde hace años,
muchas de ellas ignoradas por los medios de comunicación. La mayoría de
los conflictos tienen matices internos y con un número de muertes bastante
alto, por ejemplo, la guerra en Sudán ha cobrado millón y medio de vida
humanas y hasta recientemente ha cautivado el interés de la opinión pública
mundial.

* Finalmente un tema puesto hoy en el tapete de los asuntos más difíciles


de manejar: cada año se contagian de SIDA 5,8 millones de personas y
Africa es el continente más golpeado, hasta el punto, de que se considera
que para el 2010 habrá allí un total de cuarenta millones de niños
huérfanos, lo cual desatará una crisis social de amplias consecuencias46.

¿Qué decir? ¿Qué impresión nos queda? ¿Podemos seguir así? ¿Hay
salidas?

Nos ubicamos ante procesos catastróficos, ante realidades de nuestro


tiempo absolutamente nefastas. Se trata de constataciones que, repitiendo
frecuentemente errores del pasado, hacen imperioso un nuevo y muy
intenso -además de profundo- talante ético47 con características mundiales
o, si se prefiere, globales.

Para construir este ideal ético se hace necesario hacerlo a partir de una
perspectiva que todos aprecien y que resulte viable en la práxis, para arribar
a una especie de proyecto global que, sin ser relativista ni absolutista, sea
capaz de elevar la temperatura de la moral de nuestro tiempo caracterizado
por su tónica plural y sus altas aspiraciones democráticas.

Protagonistas en esta visión serán:


1. Una coincidencia a partir de un consenso básico minimal, construído a
partir de una intención real de ponerse de acuerdo en torno a valores, normas
y actitudes esenciales, sin los cuales el ser humano se empobrecería con
respecto a su misma humanidad, por encima de las diversas cosmovisiones y
sus particularidades de enfoque.
2. Asumir la virtud de la tolerancia, en cuanto implica respeto activo al
derecho a la diferencia, siempre que ella no se oponga a lo reconocido
universalmente como justo y bueno.
3. Descubrir que el ser humano tiene hoy día una responsabilidad de
características planetarias que no puede obviar.
4. Se trata de dejar de lado cualquier visión de la ética solo vinculada con el
46
Datos que proceden del Informe del instituo Worldwatch. Cf www.worldwatch.org.
47
Esto es, un modo o estilo, una disposición para hacer algo.

71
éxito (que aspira al propio beneficio, poder o placer) o solo con las intenciones
internas (con una perspectiva que se centra en lo interno de la acción y que es
ahistórica y apolítica), para abrirse a una ética de la responsabilidad en línea
weberiana y actualizada por H. Jonas48 de cara a la obligación de todos de
prever los efectos de sus actos de frente a la supervivencia futura del ser
humano.
5. Gran claridad con respecto a un punto: el objetivo y criterio central. El
hombre ha de ser más de lo que es: ha de ser más humano. Ha de promover su
identidad desde la solidaridad y en una visión diametralmente clara en torno a
la formulación kantiana del imperativo categórico: el hombre nunca es medio y
su valor es infinito.

2. ¿Alguna fórmula?

Hans Küng49 presenta así lo que él llama el gran mensaje del nuevo
milenio. Dirá con claridad que aquí se trata de:
GENERAR UNA COMUNIDAD MUNDIAL
RESPONSABLE
CON RESPECTO A SU
PROPIO FUTURO.

FPARA FORJAR UNA SOCIEDAD HUMANA Y


CON UN ECOSISTEMA INTACTO.

ê
HE AQUÍ UNA META A LA QUE SE PO-
DRÍA LLAMAR EL GRAN IDEAL DEL
MILENIO QUE RECIÉN SE ABRIÓ50.

3. Presupuestos impostergables.

48
La posición de este recientemente desaparecido (en 1993) pensador nos lleva a partir de un hecho: sólo
el ser humano es responsable, pues es capaz de elegir con libertad y sabe que su elección implica
consecuencias. Agrega: la responsabilidad es la carga de la libertad y se trata de un deber, una exigencia
que resulta mayor cada día dado el poder del ser humano... un poder que provoca temor, pues puede
implicar amenazas para el mismo futuro de la humanidad.
49
En la lectura de Proyecto de ética global aparecen referencias de interés y sobre todo a partir de la p.49.
50
En un contexto de globalización económica se abre paso un ideal ético mundial, centrado en el ser
humano que es mucho más que un mero actor económico. Ahora, este ideal ha de partir de “valores
globales”. Se trata así de proponer exigencias fundamentales como la urgencia de una cultura de no
violencia y respeto a toda vida, solidaria, tolerante y de igualdad-buena relación entre los sexos. Todos
estos son elementos extraídos de las tradiciones religiosas y filosóficas de la humanidad. Cf. Küng, H.,
Empresa global y ethos global, Revista Concilium (2001) 292, p.607ss.

72
Tendríamos que decir que esta formulación global sería impensable si
faltara alguno de los protagonistas arriba citados, destacando de manera
particular el último aspecto: es decisiva la reflexión antropológica que se
haga51. Por supuesto, mientras más personalista sea esa reflexión mejor52.
Y, además, mientras más se refiera a la convicción de que el ser humano
posee siempre condición de fin, la perspectiva más sana será.

Ahora, no se puede obviar otro elemento: un hombre será más y más apto
para favorecer este empeño por forjar ese talante ético mundial del que
hablamos en estas notas en la medida en que la educación lo sensibilice.
De aquí el importante rol de los centros de estudios superiores que aún no
obvian las humanidades. Se constituyen en centros que aún luchan por
hacer vida el triple ideal de la vida universitaria que proponía Humboldt:
formar, informar e investigar. Lo último sin lo primero conduce a
deformaciones difícilmente corregibles.

Sólo un ser humano sabio integralmente puede valorar de modo correcto y


reflexionar adecuadamente acerca de la conveniencia de ser intachable e
evitar la corrupción en cualquiera de sus formas.

Nota final.

Queda así abierta la puerta para dar un paso más. Trataremos ahora de dar
una pista en torno al cómo. Una vía realista para formular esta ética global
que parece hoy tan urgente. Ese camino lo denominamos aquí ética cívica
o ética ciudadana.

51
Se trata de un esfuerzo de cara a rescatar la noción de SUJETO, en cuanto ser humano vivo, concreto,
corporal, sujeto de necesidades, aplastado por un sistema, en aspiración constante de retomar su condición
de ciudadano no alienado y en un contexto simétrico. Sobre esto Acosta, Y., Sujeto, democracia y
ciudadanía, en Pasos (2000) n.90, pp1ss.
52
Aquí partimos de Kierkegaard, pasamos por Scheler y arribamos a Buber y Mounier. No dejamos de
lado fenomenólogos como Hüsserl y Stein.

73
1. De cara a un proyecto de mundo mejor: ética cívica desde
una voluntad de entendimiento.

- Reflexiones desde una urgencia -

Introducción.

En nuestro momento de reflexión anterior, sacamos en claro que la


realidad que nos rodea hace imperioso un nuevo y más intenso nivel ético,
así como un serio esfuerzo para generar en esta sociedad de fines y de
inicios de milenio un estilo de vida alto en moral.

Es absolutamente urgente que el hombre de nuestro tiempo mire hacia el


futuro con unos criterios morales más elaborados, lejos de todo relativismo
o rigorismo enfermizo e inservible, pero más capaz de la reflexión
fundamentada y tomando en cuenta el contexto presente global, plural y
con fuertes aspiraciones democráticas.

Para construir el nuevo entorno de un mundo mejor hará falta un talante


nuevo ético, construído a partir del consenso en torno a un fondo ético
mínimo -sin el cual la humanidad se envilecería- y una mentalidad
favorecedora de un verdadero desarrollo humano sostenible.

Aquí daremos un paso más en nuestro camino y nos enfrentaremos en el


horizonte del COMO, al tema de la ética pública cívica o de ciudadanos53.

1. Acercamiento conceptual.

Nos ubicamos ante:

UNA ETICA DE CIUDADANOS -no estatal y a partir de una alta dósis de


diálogo, encuentro intercultural y desde las organizaciones de la sociedad
civil-
QUE DEBE SER CAPAZ DE DETECTAR
VALORES Y PRINCIPIOS IRRENUNCIABLES.

53
Preliminarmente podemos decir que por ciudadano entendemos un ser humano racional y autónomo,
consciente de su condición de ser social y con claridad total de que debe reinvindicar para sí
constantemente aspectos sociales (debidos a él por el Estado: seguridad, salud, educación, etc),
económicos (participar de los beneficios resultantes de la producción y de la recaudación fiscal) y
polítioos (participar, elegir, ser elegido...). Ha de tener acceso a la posibilidad de participar en el
gobierno, así como en las organizaciones de la sociedad civil.

74
La vía que se propone para alcanzar ese ideal es preferible al vacío ético
que además es una realidad inexistente, pues nadie carece de un código
básico ético o al politeísmo moral: – entendemos por politeísmo ético la
tendencia que conduce a los grupos diversos a una convivencia en la que
los diversos grupos siguen sus propios códigos sin interesarse en los
puntos de encuentro. Una posición favorecida y sostenida por realidades
como los medios de comunicación que se interesan profundamente en
destacar todo fundamentalismo en choque y dejan de lado todo esfuerzo de
comunión y encuentro.

La ética cívica destaca los valores compartidos por los diferentes grupos y
permite construir un ideal de salida desde mínimos irrenunciables, esto es,
desde exigencias innegociables de justicia. Esto hace que la ética
ciudadana sea modesta, pues no pretende abarcar la totalidad de la vida de
la persona. No aspira a ser un proyecto de felicidad o vida plena, pues ello
le corresponde proponerlo a las llamadas éticas de máximos, esto es, las
diversas cosmovisiones que cada quien asume libremente.

La ética cívica es laica, esto es, para creyentes y para no creyentes. Evita
tomar partido en lo religioso y deja de lado posiciones laicistas peligrosas y
extremistas antirreligiosas.

Llegados a este punto hagamos la siguiente distinción esquematizada:

ETICA DE ETICA DE PLURALISMO.


MAXIMOS. MINIMOS. De lo que aquí se trata es de
Se trata de Es una zona de compartir unos mínimos de
cosmovisiones que intersección de las justicia, progresivamente
muestran cómo ser éticas de máximos ampliables, y en respetar
feliz e ilustran acerca (filosóficas o activamente unos máximos de
del sentido de la vida relgiosas) y se refiere felicidad y de sentido de la
y de la muerte. a cuestiones de justica vida.
exigibles a todo
ciudadano.

Esta ética cívica es además pública pero no estatal y se relaciona con la


ética de máximos -que no se debe entender como una ética sólo del ámbito
privado- mediante vías cooperativas e inteligentes: los mínimos han de
alimentar a los máximos, los máximos son purificados por los mínimos y se
debe evitar la separación y la absorción.

75
2. Voluntad de entendimiento de cara a unos contenidos mínimos.

En la tradición de X. Zubiri y más cercanos a I. Ellacuría, podemos


afirmar que el ser humano es el único ser capaz de comprender como
realidad lo que le rodea y de cara a ella, proceder a hacerse cargo,
responder y cargar con ella54. Sólo así cada quien será plenamente
consciente de su entorno y evitará toda “frivolidad superficial”.

Quien procede con estos niveles de responsabilidad sentirá una fuerte


imposibilidad de vivir indiferente y buscará la manera de entenderse con
otros con el objetivo de emprender una labor común. En este empeño, nos
parece, ofrece lo que aquí hemos llamado, a partir de las reflexiones de
Adela Cortina, ética cívica, ética ciudadana o también ética de mínimos.

Los contenidos de esta ética, lo sabemos, son realidades que ya de por sí


son considerados valiosos, pero de lo que aquí se trata es de sacarlos a la
luz y potenciarlos. Veamos los elemenos generales resultantes del
consenso, del entendimiento. Hablamos aquí de Derechos Humanos,
valores guía y, como veremos luego, las virtudes patrias o ciudadanas.
Todas realidades esenciales que miraremos en detalle más adelante.

Arribar a este panorama mínimo vía entendimiento, exige no dejar de lado


un enfoque fundamental, esto es el aporte decisivo y ya mirado de Apel y
Habermas: el diálogo simétrico. Esto es, el diálogo inteligible, veraz y
correcto en el cual todas las partes pueden intervenir en igualdad de
condiciones y están dispuestas a asumir las consecuencias de lo que se
acuerda, pues ello satisface los intereses de todos.

Por esta vía del diálogo simétrico cada interlocutor se sabe entendido
mínimamente y máximamente respetado. El que más puede se pone en
situación de descender al lugar del que puede menos y la ayuda es más
personalizante y promotora del otro, en otras palabras, se va más allá de la
asistencia filantrópica y se llega a la verdadera “promoción simpática” del
otro o si se prefiere, se arriba a la “solidaridad de encuentro”.

54
Cf Senent, J.A., Ellacuría y los derechos humanos, DDB, Bilbao, 1998, p.37 ss.

76
2. La ciudadanía y su Ética en el contexto presente.

Introducción.

La sociedad civil en cuanto punto medio entre el gobierno y el mercado,


se ha ido fortaleciendo últimamente en cuanto medio para ayudar a
democratizar a los “príncipes” y a civilizar a los “comerciantes”. Sin llegar
a ser una alternativa al gobierno democrático, se anima a favorecer el
cultivo de verdaderas y más profundas disposiciones democráticas, se
presenta como antídoto ante la incivilización del mercado y como un eficaz
generador de una interdependencia que conduce a un sano “nosotros”.

El concepto de sociedad civil55 ha sido defendido por izquierdistas


opuestos al totalitarismo clásico del gobierno, por demócratas neoliberales
que buscan alternativas al gobierno, por liberales que desean adornar el
libre mercado con algún ingrediente social, por los de derechas que desean
reducir el estado de bienestar. Una cuestión central de cara al actual declive
de la militancia social en muchas naciones de tradición largamente
democrática56.

Ahora, para que la sociedad civil sea lo que debe ser, ella debe ser fuerte,
democrática y progresiva57. Debe ser amplia y atractiva para todos los
sectores, retomar su larga historia, reproponer ideales, plantear utopías.
Son realidades que han sido importantes para los ciudadanos de ayer y de
hoy, sobre todo, cuanto aspiran a un lugar y a un rol concreto a
desempeñar.

La sociedad civil se puede entender como sinónimo de sector privado en


un enfoque individualista al máximo, que hace del ciudadano solo un
alguien que se desea defender del Estado y no tiene sensibilidad alguna
comunitaria. Otra perspectiva -opuesta a la anterior- nos lleva a mirar la
sociedad civil como sinónimo de comunidad, cerrada en sí y excluyente,
pendiente de los valores de otras épocas difícilmente recuperables. ¿Queda
otra opción de frente a estos choque entre posiciones liberales y
comunitaristas? Según Barber sí y la presenta así: “un ideal regulado para
55
O. Fernández, en Los avatares de la noción de sociedad civil, ubicable en la página siguiente:
www.cariari.ucr.ac.cr/~oscarf/soc.html
56
En el caso de EEUU solo un 50% de la población vota. En nuestro país está anunciado para las
elecciones del 2002 un abstencionismo del 51%.
57
Desde Locke aparece como instancia que hace legítimo el ejercicio del poder. Hegel mira la sociedad
civil en cuanto esfera en la que los individuos operan con sus capacidades privadas. Gramsci lo mirará
como realidad incluíble en el programa político y que puede ser comprendida como elemento complejo de
la superestructura ideológica. Bobbio habla de sociedad civil en cuanto esfera de las relaciones sociales
que no están en el Estado.

77
los ciudadanos que quieren una actividad cívica revitalizada que no tenga
fuerza ni inspiración como el liberalismo de mercado y que no sea densa ni
glutinosa como la comunidad de clanes”58. Más adelante intentaremos más
con respecto a esta visión de síntesis deseada.

El ideal está cifrado en un espacio donde quepan todos los ciudadanos y


posean una voz civil para resolver sus problemas. Se trata de afianzar un
dominio mediador59 entre el gobierno -a veces arrogante-, el mercado y sus
dogmas, así como el comunitarismo excluyente. La promoción de la
sociedad civil fortalece al mismo gobierno haciéndolo voz del “nosotros”
cívico y agente de transformación a partir de una sabia creación de espacios
públicos, una real promoción de la comunicación y el espíritu global, una
mejor instrucción, una promoción del voluntariado y del buen uso del ocio
creativo.

Fijémonos ahora en el ciudadano y su ideal de vida ético.

A. Ciudadanía.

1. El retorno del ciudadano.

Aun en 1978 se pensaba que la idea de ciudadano había pasado de moda.


Hoy se trata de un concepto de primer orden y que refleja el ideal de
justicia y de pertenencia comunitaria reflejado por la filosofía política de
los últimos años. Es un término medio entre lo liberal y lo comunitarista
que ofrece luces y evita extremos. Es además una buena vía para
“reataurar la dignidad a lo político y proporcionar el vehículo de la
construcción de una hegemonía democrático radical”60

Es claro que no todo está en la estabilidad democrática de tal o cual


nación. El rol ciudadano es esencial, en cuanto sujetos de derechos y
deberes -y por tanto más responsables-, esencialmente participativos - un
individuo que no participa “es un ser radicalmente incompleto y
atrofiado”61- desde una sana vida privada, con una adecuada formación
cívica en las virtudes ciudadanas (generales, sociales, económicas y
políticas).

58
En Un lugar para todos, Paidós, p.43.
59
J. Y. Cohen lo llama “tercer dominio”. Cf Cohen J.Y., Arato, A., Civil Society and Political theory,
MIT Press, Cambridge, 1995, p.18.
60
Mouffe, Ch., El retorno de lo político, Paidós, p.105.
61
Cita de Oldfield, anotada por Kymlicka-Noman, en El retorno del ciudadano, La Politica (1997) oct.,
p.16.

78
Marshall en 1965 indicaba que la ciudadanía es una “identidad
compartida”62 e implica un modo de tratar a las personas con igualdad ante
la ley, lo que excluye lo que algunos han llamado la “ciudadanía
diferenciada”63y que implicaría una ciudadanía con inclusión de diferentes
grupos étnicos, culturales y de género. Esa idea de “ciudadanía
diferenciada” no contribuye a forma alguna de integración y crea
comunidades superpuestas, dualidades gubernamentales e inestabilidad.
Una salida la propone Rawls: “si bien una sociedad bien ordenada está
dividida y signada por el pluralismo (...) el acuerdo público sobre
cuestiones de justicia política y social sostiene los lazos de amistad cívica y
protege los vínculos asociativos”64.

2. Más allá de las pugnas entre libertarios y comunitarios.

Se trata como se ha notado arriba de buscar un medio. Ni caer en el


individuo insolidario, ni llegar a la comunidad excluyente y cerrada.

Se aspira, pues, a un concepto de ciudadanía que integre exigencias de


justicia a la vida de quienes son miembros de una comunidad. Se trata de ir
más allá de lo solamente político o jurídico (Grecia-Roma), del ciudadano
social (Marshall), del ciudadano civil que olvida la instancia pública
(Walzer) o de los extremos planteados por la ciudadanía diferenciada
(Young) o multicultural (Taylor)65. Se trata de construir una ciudadanía
cosmopolita, con identidad, conciencia social e intenciones de involucrarse
en la vida pública.

3. Los ciudadanos como protagonistas.

Es evidente que la realidad que la historia llama vasallos, al menos bien


ubicados en el tiempo, ya no tiene razón de ser tratada, pues ya quedó
guardada entre las vueltas de la historia. Solo nos sirve aquí para indicar
que el paso del feudalismo al despotismo ilustrado y, de allí, hacia la
democracia, nos deja también claro el paso del súbdito al ciudadano. Ya
no hay, pues, soberanos sino representantes. Ya no hay vasallos sino
miembros de la comunidad política y allí todos son igualmente ciudadanos
a los que, en principio, se les debe escuchar y atender.

En los últimos años y como efecto de la acción del llamado “Estado de


bienestar” o “Estado-providencia”, el rol estatal fue creciendo en cuanto
62
Citado en op.cit. p.25.
63
En esta línea posiciones como las de Iris Marion Youmg.
64
Citado en op.cit. p.32.
65
Sobre esta corrientes es amplio el estudio de Cortina, A., Ciudadanos del mundo, Alianza, Madrid,
1999.

79
paternalista y el rol del ciudadano pasó a ser solamente una “dependencia
pasiva”. Todo esto generó un ciudadano “criticón” sin llegar a crítico,
pasivo y apático, sin iniciativa o creatividad.

Hoy día, con la crisis de ese “Estado de bienestar”, el ascenso de la


sociedad civil y el despertar del ciudadano medio, se ha encendido la luz de
lo que se espera de un ciudadano que se sienta artífice de su propia vida
personal y social. Un ciudadano mayor de edad aspira, además a asumir un
rol que normalmente implicará estos elementos:

* es crítico: conserva su distancia con respecto a la estructura social, pero


mantiene una actitud de colaboración y diálogo, sabe ser solidario y
mantiene una posición cercana a quienes son menos beneficiados por el
sistema;

* mantiene una visión utópica de la realidad: espera siempre una sociedad


más justa y solidaria, más participativa e inclusiva;

* radical en su posición en favor del hombre: su acción es siempre


portadora de esperanza y promoción de la dignidad del otro, sea quien sea y
de donde provenga;

* servidor: cercano y dispuesto a defender en la arena política su opción


por un cambio social más humano66.

B. Posibilidad de una ética cívica.

1. Entonces, ¿es posible una Etica de ciudadanos?

Vivimos en una marco plural que va más allá de los códigos morales
únicos religiosos o laicistas. El fortalecimiento de la sociedad civil ha
potenciado temas como la tolerancia, la pluralidada misma y, en el área
Ética, la aceptación de una moral mínima compartida por todos a partir y
también enriquecida por la cosmovisión de cada uno.

1.1 La virtud de la tolerancia.

Estamos ante un importante principio para la actuación al interior de una


sociedad pluralista y democrática. Consiste en renunciar al criterio de
homogeneidad y optar por respetar el derecho a la diferencia. Esto, como
parece de sentido común, mira a no consentir a priori cualquier conducta,
66
En Cuaderno de Cristianisme i Justicia titulado Voluntarios: discípulos y ciudadanos de P. Coduras,
nos da pistas al respecto. Se le conoce en su versión en la WEB de Fundación Espinal.

80
pues hay pistas comunes -por lo menos la justicia y el deseo de los bueno-
y tampoco se trata de solo manterner una actitud de pura indiferencia de
frente a los demás.

Un autor afirma: “ante el desafío de una sociedad moralmente pluralista,


se plantean tres posibles soluciones. En primer lugar, la solución
intolerante o absolutista (...) En segundo lugar, una solución indiferente o
relativista, que consiste en negar que exista una tradición moral verdadera o
preferible a otras (...) Por último, una solución tolerante o de los mínimos
universales, que consiste en fomentar una Ética civil, que es la propia de
una sociedad moderna, y que posee como contenido aquellos mínimos
éticos que ya se comparten en las distintas concepciones de vida buena”67.

1.2 Etica desde un consenso básico minimal.

El cambio social ha influído en esa realidad virtual que son los valores.
Algunos se han transformado, otros han surgido y algunos han perdido
vigencia. Es normal en una realidad como la presente, dinámica,
cambiante y plural.

Para que sea posible la convivencia de las formas tan diversas de pensar
que hoy engloba la sociedad, son precisos puntos comunes o exigencias
mínimas que son necesarias y que conforman eso que se ha dado en llamar
últimamente Ética cívica o Ética de la sociedad civil.

Los proyectos de vida o ideales de felicidad que cada quien maneja los
llamamos proyectos o éticas de máximos68.

En la mayoría de los países occidentales hay claridad con respecto a esos


mínimos y son obligantes para todos, independientemente de los proyectos
de máximos que cada quien posea.

Estos mínimos pueden ser concretados así69:

a. Garantizar el respeto a los derechos humanos referidos a justicia,


bienestar y solidaridad.

67
Correa, M., El problema ético de la tolerancia, en Persona y sociedad (1999)3, p.16.
68
”Los mínimos de justicia han de ser exigidos a todos por igual; los ideales de felicidad (máximos) sólo
pueden ser ofrecidos” AAVV., Etica, Santillana, p.128.
69
Muchas son las obras de A. Cortina que presentan estos contenidos. Tengamos presente, sobre todo,
Ciudadanos del mundo y además Etica de la empresa. Estos y otros son detallados a la hora de abordar el
tema.

81
b. Garantizar la defensa de los valores de libertad, igualdad y solidaridad,
como expresión del respeto a los derechos humanos mencionados.

c. Adoptar una actitud de diálogo y de tolerancia activa, propia de quienes


desean llegar a entenderse con los demás y no a imponerse a ellos.

Estos aspectos tienen un punto en común: la centralidad de la persona


humana como valor absoluto. Se reconoce que la persona de ninguna
manera puede ser tratada como instrumento y que posee una dignidad que
la hace sujeto de derechos70.

Estamos ante una Ética de y para los ciudadanos. Se necesita reconocer a


la persona como miembro de una comunidad política, sujeto de derechos y
deberes. Nos ubicamos ante personas no sujetas a autoridades superiores
que les impidan ser señores de sí mismos.

1.3 Etica y diálogo.

El tercer aspecto esencial de la Ética cívica es el diálogo y es claro que


nada se puede construir en la actual sociedad plural sin él.

El diálogo es método siempre necesario para lograr entendimiento. La


Ética comunicativa, dialógica o discursiva, ha sido la que mejor ha
estudiado los rasgos principales de esta actitud respetuosa y promotora del
diálogo y el consenso71.

Quienes participan en el diálogo consideran a los demás siempre como


personas con las que es preciso y posible entenderse para satisfacer
intereses comunes a todos. Por eso pretenden tratarse como personas, es
decir, como sujetos de derechos y deberes, como seres que poseen
dignidad. La finalidad del diálogo es llegar a un acuerdo, es decir, a un
entendimiento que tenga en cuenta los intereses de todos.

1.4 Etica laica.

70
Esta posición de sabor kantiano seculariza la visión del hombre que maneja la antropologia teológica
católica, para la cual el ser humano se ubica en el centro de la Creación -obra de Dios, quien actuó
libremente y de la nada- y es el ser creado al que Dios ama por sí mismo y al que redimió en su momento
luego de un largo camino de preparación a lo largo de la antigua alianza.
71
Esta corriente tiene a Apel y Habermas como sus grandes representantes. En general vale la pena
remitir a los aportes de la escuela de Frankfurt. A. Cortina en Ciudadanos del mundo indica elementos
esenciales para el diálogo: participan todos los que se verán afectados por la decisión, se valora la
posición del otro, no se cree poseer toda la verdad, se acepta la posibilidad de variar la propia posición,
destacar lo común, igualdad de condiciones, la dicisión final está sujeta a revisiones. Mirar la p. 248s.

82
Es laica en cuanto que no hace referencia a lo religioso ni para orientarse
ni para rechazarlo como harían los laicistas. Ni se refiere a Dios ni lo
niega.

Surge así como un punto de encuentro entre personas con cosmovisiones


o Weltanschauung diferentes. Los valores de la Ética mínima puede ser
defendidos, en efecto, tanto por cristianos, como por budistas, musulmanes
o agnósticos.

Hay una relación de complemento entre mínimos y máximos, los primeros


obtienen de los segundos sus contenidos y los segundos se purifican de
cara a los primeros. Sí debe quedar claro que los máximos siempre son una
oferta posible que nunca se impone y que nunca se puede oponer a los
mínimos en aspecto alguno.

2. Es posible educar en la Ética cívica?

Construir una sociedad con cierta altura Ética exige un mínimo de


capacidad para enseñar, sobre todo, a las nuevas generaciones que es
posible modelar el carácter con el que se nace, generando hábitos y
costumbres buenas, “acondicionando” -en la perspectiva de Zubiri- a la
persona para vivir como debe72. Este es un asunto esencial para la Ética.

Ahora, es claro que es fundamental en el actual contexto hacer ver que, en


efecto, es preferible ser autónomo, respetuoso del otro y solidario73. Que
no siempre el abusivo, el irresponsable o el egoísta es el que se lleva las
palmas. Además que la habilidad científica o técnica no es todo lo que
importa y que en esta vida vale la pena aprender otras cosas, al menos, si
se piensa vivir con cierta gracia.

Los pasos en ese esfuerzo educativo pueden ser:

a. Proponer un ideal que eleve el nivel moral del individuo, esto es, suscitar
un ser humano “alto en moral”, con agallas para enfrentar con exigencia la
vida.

b. Los valores se viven en el ámbito de una comunidad real de


comunicación en apertura universal y, sobre todo, en expresión de Rawls,

72
A. Cortina escribe al respecto que “todo ser humano se ve obligado a conducirse moralmente, porque
está dotado de una estructura moral” (La educación del hombre y el del ciudadano, en
www.capus_oei.org/oeivirt/rie07n02.htm ). Esa estructura capacita al ser humano para tomar decisiones
correctas y rectas. Negamos así que exista un ser humano que se ubique más allá del bien y del mal.
73
En esta línea vale la pena mirar la obra de D. Gauthier La moral por acuerdo, Gedisa, Madrid, 1994.

83
poniéndose con frecuencia en el lugar del menos aventajado y urgido, por
tanto, de oportunidades aprovechables74.

c. El marco universal ofrece criterios que ayudan a purificar y a criticar la


vivencia de la propia comunidad.

74
Kohlberg habla de la urgencia de lo post-convencional que lleva a un punto de vista objetivo capaz de
valorar al otro como fin.

84
2. Virtudes ciudadanas esenciales. I parte.

-Intento de profundizar una cuestión esencial-

Introducción.

Venimos de acercarnos a ese concepto tan esencial y central como lo es es


de ética cívica o de ciudadanos, y lo hemos hecho luego de percibir la
importancia que hoy tienen nociones como ciudadano o sociedad civil.
Nociones que hoy van íntimamente asociadas al crecimiento, desarrollo y
maduración de la sociedad plural y democrática que hoy predomina en
cuanto realidad perfectible y siempre preferible.

Al comenzar nuestra reflexión anterior, nos referirnos a la posibilidad de


una ética de ciudadanos y después de comprenderla como el resultado de
la intersección de las diversas cosmovisiones de vida buena o de felicidad
integral que cada quien elige y maneja libremente de cara a encontrarle
sentido a la vida y a la muerte, hemos pasado después a asignarle unos
contenidos. Los cuales son mirados como exigibles desde la justicia y
además irrenunciables, pues estamos de acuerdo de que si ellos el ser
humano perdería en humanidad.

Así ubicábamos los derechos humanos en tres generaciones, los llamados


valores-guía y, además, el sentido patrio, elemento éste que es la novedad
de este capítulo de nuestro camino.

Miremos estos temas con un poco de detalle.

1. Derechos Humanos.

Primero anotemos un concepto:

SON UN CONJUNTO DE FACULTADES E INSTITUCIONES QUE, EN


CADA MOMENTO HISTORICO, CONCRETAN LAS EXIGENCIAS DE LA
DIGNIDAD, LA LIBERTAD Y LA IGUALDAD HUMANAS, LAS CUALES
DEBEN SER RECONOCIDAS POSITIVAMENTE POR LOS
ORDENAMIENTOS JURIDICOS A NIVEL NACIONAL E
INTERNACIONAL.
A. Pérez Luño.

85
1.1 Preliminares.

Nos ubicamos, por tanto, ante exigencias elementales que puede plantear
cualquier ser humano y que deben ser satisfechas porque se refieren a sus
necesidades básicas.

Poseen una prehistoria larga. Hunde sus raíces en la misma Grecia, en el


derecho romano y en la tradición judeo-cristiana y su antropología.

Hoy día y después de una larga evolución, que incluye hasta declaraciones
solemnes en el siglo XVIII -ciertamente bien elaboradas pero sin
pretensiones universales-, nos ubicamos ante realidades esenciales para la
persona que poseen características como las siguientes:

a. Universales: sin barrera alguna de Estado, etnia, religión o cultura.


Garantizados -al menos en muchas naciones- por los diferentes
ordenamientos jurídicos.
b. Indivisibles: el goce de los derechos civiles y políticos no puede dejar de
lado lo derechos económicos, sociales y culturales, de solidaridad o de
calidad de vida75.
c. Personales: están llamados a satisfacer necesidades humanas.
d. Mejorables: no se trata de una catálogo cerrado de derechos, hay un
desarrollo y perfeccionamiento que se nos muestra en la evolución en tres
generaciones.
e. Innegociables: ninguna sociedad debe negar la protección de estos
derechos a sus miembros.

1.2 Un largo proceso.

Veamos el proceso: distinguimos tres fases o generaciones.

a. Primera generación: de los derechos civiles y políticos. Reinvindicados


a partir del siglo XVI: derecho a la vida, a expresarse con libertad, a no ser
detenido sin motivo, a ser juzgado adecuadamente, a la propiedad, etc. Son
derechos que se inspiran en el valor fundamental de la libertad.

b. Segunda generación: se refiere a los derechos económicos, sociales y


culturales, como el derecho a empleo y al salario justo, a la vivienda, a la
salud, a la cultura, etc. Son derechos reinvindicados por los movimientos
obreros de los últimos dos siglos. Tiende a hacer que los derechos de

75
En la encíclica Sollicitudo rei socialis, Juan Pablo II dice: “no sería verdaderamente digno del hombre
un tipo de desarrollo que no respetase y no promoviese los derechos humanos, personales y sociales,
económicos y políticos, incluídos los de las naciones y de los pueblos” (n.33)

86
primera generación se extiendan a todos. El valor fundamental e inspirador
es la igualdad.

c. Tercera generación: incluye el derecho de toda persona de vivir en un


medio ambiente sano y a nacer en una sociedad en paz76. Son derechos que
aún no han sido recogidos en una declaración de carácter internacional.
Para que este conjunto de derechos se dé como una realidad se hace
necesaria la solidaridad internacional.

1.3 Acción en favor de los derechos humanos.

Curiosamente se trata de una realidad que nos mete en lo concreto de la


vida constantemente77. En la vida diaria nos miramos de cara a la defensa
o a la violación de los derechos humanos de manera constante y en las más
ordinarias de las circunstancias cotidianas. Sin embargo, además de
procurar el cumplimiento de los derechos humanos en nuestro más
inmediato entorno, hemos de descubrir en los siguientes elementos pistas
para ir un poco más allá:

a. Difusión: implementar iniciativas que den a conocer estos derechos para


que todos los respeten y los puedan reclamar.
b. Exigir su cumplimiento de frente a autoridades y particulares, mediante
recursos que reflejen la opinión de los ciudadanos sensibles (cartas, pliegos
de firmas, etc.).
c. Animar experiencias asociativas y de voluntariado.

2. Valores guía.

Preliminarmente nos acercamos a una realidad de la que se habla sin


cesar hoy día: el tema de los valores y la posibilidad o no de formar en
ellos78.

J.M. Méndez en su Introducción a la axiología, nos dice que “la mejor


manera de acercarnos al problema del valor sea concebirlo como aquello
que debe ser, independientemente de que sea o no una realidad. Es decir,
contrapongamos el ser y el deber ser (...) (Teniendo presente) que un deber
76
Pablo VI escribe: “por ser auténtico (el desarrollo), debe ser integral, es decir, promover a todos los
hombres y a todo el hombre” (PP14). También dirá: “el desarrollo es el nuevo nombre de la paz” (PP76).
Juan Pablo II escribe, por su parte, “en definitiva, la paz se reduce al respeto a los derechos inviolables
del hombre” (RH17). Interesante el comentario de G. Filibeck en Educación en derechos humanos,
CELAM, 1998, p.28ss.
77
Para visualizar la realidad de los derechos humanos en el mundo es útil mirar en www.pnud.org.ve lo
mismo que el curso sobre derechos humanos que aparece en www.iepala.es/DDHH/
78
Es interesante al respecto lo indicado por S. Sánchez en Ciudadanía sin fronteras, Desclée, Bilbao,
1998.

87
ser nunca se deriva de un es, como ya lo enseñó Hume de una vez por
todas. Aquello que debe ser obliga con independencia de que sea o no sea
(...) Lo que se debe hacer nunca se deduce a partir de lo que la gente
hace”79.

Así no ubicamos ante:

* una realidad que vale realmente y no sólo cuando es reconocida;


* se trata de algo dinámico: aparecen nuevos valores y se plenifican los
existentes;
* son instrumentos para “acondicionar el mundo”, similarmente como se
hace con una casa que se pone habitable.

Demos un breve concepto:

VALOR ES TODA PERFECCION REAL O IDEAL, EXISTENTE O


POSIBLE, QUE ROMPE NUESTRA INDIFERENCIA Y PROVOCA
NUESTRA ESTIMACION, PORQUE RESPONDE A NUESTRAS
TENDENCIAS Y NECESIDADES.
R. Marín Ibáñez. En “Valores y fines”. Tomado de Filosofía de la educación
hoy, Madrid, 1991, p.172.

A continuación una breve presentación de los valores morales mínimos.


Aquellos propios de seres humanos libres, adecuados para todo hombre y
mujer, vías para crecer en humanidad, realidades que cada día se
comprenden como más necesarias, enseñables y merecedoras de inversión.

Son:

1.1 Libertad.
En cuanto capacidad para participar -acepción más o menos reconocida-,
para vivir con independencia -con una perspectiva con frecuencia egoísta y
poco solidaria- o como autonomía -darse normas por vías adecuadas yendo
más allá de la pereza y de la tendencia a solo estar a la moda-.

1.2 Igualdad.
Nos suena a ecos de la Revolución Francesa y nos habla del hombre y su
dignidad, garantizando ir más allá de las diferencias de cara a la ley, las
oportunidades o el trato (ej. dejar de lado la aporofobia).

79
Publicado por Estudios de Axiología, Madrid, 1995, p.3.

88
1.3 Respeto activo.
Se parte de la tolerancia y, sin quedarse en el desinterés o el puro
“soportar al otro”, conduce a ser solidario y realmente capaz de aceptar la
condición del otro como diferente.

1.4 Solidaridad.
Se trata de la secularización de la fraternidad. Conduce a poner un fuerte
empeño en que todos vivan bien. Es un valor en el que es posible formar y
que hoy aparece apreciado, sobre todo, por el fenómeno del voluntariado.
Ahora, es obvio que el ideal se cifra en la llamada “solidaridad de
encuentro”.

1.5 Diálogo.
Desde la ética comunicativa, se percibe la verdad del diálogo80:

* participan los afectados en las decisiones o alguien que los represente;


* disposición a escuchar de las partes;
* condición bilateral y no se ingresa a él seguros de la propia verdad;
* se admiten modificaciones a la propia posición;
* “entenderse a partir de lo común”;
* cada quien argumenta y replica;
* se cubren los intereses de todos;
* solución final revisable.

Un panorama que exige el aporte propio a la utopía. Un reto de cara a un


ideal de sociedad en la cual se espera el aporte de todos.

80
Se puede mirar de M. Payá el texto Educación en valores para una sociedad abierta y plural, Desclée,
1997, p.81ss.

89
4.Virtudes ciudadanas esenciales. II parte.

-Un paso más para


afianzar el sentido patrio:
virtudes patrias-

Introducción.

Aquí lo primero es acercarnos a la idea de patria, esto es, del país en que
nacemos y al que se unen las raíces más profundas de nuestro ser. Se trata
de unir a la idea de país un fuerte potencial emocional y un patrimonio
común que se debe proteger, conservar, enriquecer y transmitir. La patria
es un bien primario, cuyo valor sólo se aprecia cuando somos privados de
él.

Rui Barboza dice:

“... la patria no es ninguno, son todos; y cada cual tiene en el pecho de ella
el mismo derecho a la idea, a la palabra, a la asociación. La patria no es un
sistema, ni un monopolio, ni una forma de gobierno: es el cielo, el suelo, el
pueblo, la tradición, la conciencia, el hogar, la cuna de los hijos y el túmulo
de los antepasados, la comunión de la ley, de la lengua y de la libertad. Los
que le sirven son los que no envidian, los que no conspiran, los que no se
amotinan, los que no desaniman, los que no enmudecen, los que no se
acobardan, sino los que resisten, pero enseñan, se esfuerzan, pacifican,
discuten, practican la justicia, la admiración, el entusiasmo. Porque todos
los sentimientos grandes son benignos y residen originariamente en el
amor”81.

1. Sentido patrio.

El amor a la patria suscita este sentido patrio que implica un amor


constante hasta la misma entrega propia, con realismo ante las luces y las
sombras que existen y una capacidad vital de ir más allá de la rivalidad o la
envidia. El sentido patrio nunca es una nacionalismo deformante, sino un
cumplimiento responsable de los deberes cívicos y en solidaridad con los
compatriotas.

81
Citado por Bastos de Avila, F., Pequeña enciclopedia de doctrina social de la Iglesia, San Pablo, 1991,
p. 490.

90
Exige esta virtud ciudadana admirarse de los patriotas82 que se inmolaron
por construir la patria, esto es, de ese “estado del alma” del que hablaba
Joaquín García Monge83. El ciudadano que posee esta virtud conoce su
historia y por eso la ama, se ha educado adecuadamente para conocer lo
que estima como importante. El ciudadano verdadero es el que aprecia sus
tradiciones y las glorias de otros tiempos, no huye en las tormentas y
promueve siempre un futuro mejor para todos. Por otra parte, los
ciudadanos enriquecidos con este sentido de la patria no pueden perder de
vista el horizonte humano: “los ciudadanos fomenten fiel y generosamente
el patriotismo, pero sin estrecheses mentales, es decir, que tengan siempre
orientado su espíritu hacia el bien de toda la familia humana, que está unida
entre sí, entre razas, pueblos y naciones, con variadísimos vínculos”84.

2. Honradez y transparencia.

Nos ubicamos ante la contrapartida de la corrupción, esto es de ese


conjunto de actos que se realizan con motivo del ejercicio de un cargo o del
cumplimiento de la función asignada. Este modo de proceder se realiza,
normalmente, en un marco de discreción con el objeto de lograr beneficios
extraposicionales.

La peor consecuencia de este proceder corrupto es el deterioro de la


política y del sistema. Es claro que aumenta en la misma proporción en
que se obvia el control.

3. Búsqueda del bien común.

Partimos de un concepto enunciado por Pío XII en 1942: “(entendemos


por bien común) condiciones externas que son necesarias al conjunto de los
ciudadanos para el desarrollo de sus cualidades y de sus oficios, de su vida
material, intelectual y religiosa”.

Es un ideal que, por ser posible, ha de involucrara a todos los ciudadanos.


Por sus dimensiones exige la colaboración y el compromiso de todos.

4. Austeridad y frugalidad.

El buen ciudadano se da cuenta de que ha de aspirar a lo NECESARIO


para una vida digna.

82
De interés las reflexiones de D. Víquez en torno al ideal patrio a partir del pensamiento de ilustres
patriotas costarricenses.
83
Citado por Mora, A., Historia del pensamiento costarricense, EUNED, 1993, p. 119s.
84
Gaudium et Spes, 75.

91
Así, desde lo frugal y austero, el ciudadano real sabe el sentido de la
renuncia a lo excesivo, asimismo, sabe ponerse límites, comprende que el
gasto y el consumo tienen topes y piensa que el lujo está reñido con la
solidaridad.

5. Formación de la conciencia.

Dado que de esto ya hemos indicado algunas ideas, bástenos afirmar que
la formación de la conciencia también incluye estas ideas en torno al rol de
cada uno de cara a la colectividad que lo rodea. Esto, como es de
sospechar, exige un mínimo de reflexión, un poco de silencio para
organizar las propias opciones y un fuerte impulso de cara al propio aporte
en la construcción de ese ideal siempre vivo que es la patria.

92
SÍNTESIS.

PARTE INICIAL.

1. Introducción.

a. El paso del mito a la filosofía. La Grecia del siglo VI aC. El


siglo IV aC. y sus grandes exponentes.
b. Elementos que posibilitan la filosofía: Ocio y admiración. Su
utilidad. Esquema general.
c. Etica: su lugar y etimología. Objeto y método. Relación con
disciplinad afines: ética y derecho, religión, política y
antropología.
d. Distinción: ethica docens y utens.
e. Cultura, ética, ciencia, Weltanschauung.
f. Concepto esencial: saber normativo de la rectitud de los actos
humanos según principios racionales. Sus elementos.
g. Etica personal y social.

2. Dimensiones éticas del actuar humano. Conceptos.

a. Actos humanos. Subdivisión y elementos que pueden viciar su


voluntariedad.
b. Fuentes o principios de la moralidad: objeto/fin/circunstancia.
c. Libertad. Concepto, clasificación y distinción de Fromm.
d. Conciencia. Conceptos y distinción.
e. Teorías éticas:
• Teoría ética es...
• Tradición aristotélica: llegar a la felicidad por el
camino de la prudencia. Impacto posterior.
• Tradición hedonista: la lógica del placer con medida.
Impacto posterior: empirismo, liberalismo económico,
juicio ético del neoliberalismo y la globalización.
• Tradición kantiana: la antropología del imperativo
categórico. Contexto general del pensamiento
kantiano.
• Tradición dialógica o comunicativa. Escuela de
Frankfurt. Impacto de Apel y Habermas. Diferencia y
coincidencias.

3. Etica, para qué? Etica cívica.

93
a. Constatamos una realidad dual en la que el ser no corresponde
al deber ser.
b. Urgencia de un nuevo talante ético que conduzca a realizar un
proyecto ético global con ingredientes como: consenso básico
minimal, tolerancia, responsabilidad, dimensión planetaria y
opción por el hombre.
c. El mensaje del milenio y el cuidado de la antropología y de la
perfección contínua del diálogo.
d. En el apartado del COMO: ética de ciudadanos. Etica de
mínimos de justicia, laica, propia de un contexto plural.
e. De impacto en esa realidad tan esencial hoy, esto es, en la
sociedad civil.
f. El ciudadano hoy, su retorno al protagonismo y llamado a
cumplir con elementos como: criticidad, utópico, radical y
servidor.
g. La ética cívica implica contenidos esenciales.

94
TERCERA PARTE

CONCEPTOS ESENCIALES
PARA UNA FORMULACION ADECUADA
DE LA ETICA APLICADA
Y PROFESIONAL.

95
TERCERA PARTE.
CONCEPTOS ESENCIALES.

1. ¿QUÉ ES LA ETICA APLICADA?


Visión introductoria.

Introducción.

Al acercarnos al presente tema, es fundamental una regresión. Hemos de


volver a acercarnos a algunas nociones conocidas. Nos referimos a la
distinción de origen escolásticos entre la ethica docens y la ethica utens.
Con la primera expresión hacemos referencia a la vertiente teórica de la
ética y con al segunda a la vertiente más práctica de la misma. Sabemos
también que J.L. Aranguren ha traducido la primera expresión como ética
pensada y la segunda como ética vivida, además de que ya nos es familiar
que este autor prefiere una visión integrada de ambas vertientes, esto es,
una ética pensada abierta a la ética vivida.

Llegados a este punto, podemos ya dar un paso más y tener muy presente
que nos queremos acercar a la ethica utens en su dimensión más práctica,
en eso que algunos han llamado “giro aplicado” de la ética práctica o
vivida, o sea, el retorno de la ética a su función orientadora de la acción
humana.

1. Preámbulos.

Antes de seguir adelante tengamos presente lo que a la ética se le


atribuyen tres funciones esenciales:

a. determinar el significado preciso de lo ético;


b. fundamentar lo que se considera ético y profundizar en los
postulados de las diferentes escuelas;
c. aplicar los principios a los ámbitos diversos de la vida
humana, dar pistas de acción y marcar pautas concretas de
cara a indicar un ideal de rectitud de los actos humanos.

En ese esfuerzo de aplicación, tarde o temprano nos encontramos con la


vida concreta y ordinaria. Así se arriba a eso que algunos –sobre todo, en
el contexto de la teología moral clásica- denominan “casuística”, término
que aquí dejamos de lado85, pues nos parece más adecuado –en nuestro
85
Por casuística hacemos referencia a la aplicación de los principios ético-morales a los casos concretos.
El término hace referencia, sobre todo, a los manuales de moral neoescolásticos de teología moral,

96
contexto concreto- utilizar otra idea, esto es, la de ética práctica o
aplicada86, sabiendo que de ordinario se requerirá del concurso de otra área
afin y complementaria, que aquí llamamos “deontología”, una disciplina
harto importante de la que hablaremos más adelante87.

2. Etica práctica o aplicada.

Al aplicarse a la vida y a las diversas profesiones el conjunto de principios


de la ética que se reflexiona, nos encontramos con la ética aplicada.

Para comprender esta realidad nos resultará de gran utilidad acercarnos


una vez más al pensamiento de Apel y Habermas y su modo de comprender
la ética en clave dialógica.

Como sabemos ya, estos autores de la escuela de Frankfurt, hacen sus


formulaciones desde un esfuerzo serio de transformar dialógicamente el
principio kantiano de la autonomía de la voluntad88, así se da un paso del
“yo pienso” hacia el “nosotros argumentamos”, procurando construir, en
condiciones realistas –o sea, hasta donde sea posible-, un diálogo en el que
todos participen y en el cual nadie sienta amenazados sus intereses. Aquí
se muestra de gran interés la valía de la ética de responsabilidad de Max
Weber (+1920), la cual, al mirar la consecuencias sociales del propio
proceder, nos resulta un importante complemento a la ética de convicción,
que permite ir más allá de la intolerancia agregando una pizca de
flexibilidad que con frecuencia no está de más.
Levantada sobre el diálogo y la responsabilidad, la éticas aplicada exige:

a. un proceder prudente;
b. asumir la reflexión ética y la aplicación de los principios tomando en
cuenta lo particular de cada campo, sobre todo, a partir de un esfuerzo
constante de tipo interdisciplinar;
c. búsqueda de soluciones desde una actitud de diálogo constante;
d. de cara a facilitar el camino, un recurso constante a los elementos que la
ética discursiva o comunicativa puede ofrecer:
i- facilita la coordinación, pues concibe la sociedad es una
“comunidad de comunicación” en la que la consigna es “aunar sin
especie de recetarios de frente a casos, que sirven de tipo para solucionar las diversas situaciones
posibles. Estos textos ponen su énfasis en principios y máximas valoradas según el criterio de autoridad.
86
Es común encontrar el uso de la expresión “ética especial”. Sin embargo, insistimos en utilizar la
expresión “ética aplicada” por considerarla más utilizada en estos tiempos.
87
La deontología anima la formulación de normas concretas para dar solución a los posibles conflictos de
cara a sanar las diversas área de la actividad humana de conductas poco éticas. Ofrece un horizonte ideal
normativo que debe ser aplicado por la autoridad competente.
88
Se trata de la concepción que explica que la voluntad se da la norma a sí misma a partir de los procesos
de socialización que experimenta desde la infancia.

97
coacciones y generar consenso”;
ii- la vía es la llamada “acción comunicativa” que exige hacer ver
una serie de mínimos irrenunciables al negociar, tender a una
acuerdo básico y reconocimiento mutuo entre las partes de la
condición de persona de quien se tiene en frente;
iii- un diálogo tal que hace posible que las diversas posiciones
dialoguen y aporten lo propio (Aranguren llama a esto “respeto
intelectual”);
iv- valorar el sano pluralismo, activar las virtudes cívicas mínimas,
fomentar la utopía de una sociedad mejor y el ideal democrático
como realidad entendida como “estado de vida nunca acabado” y
siempre inclusivo.

98
2. EL TRABAJO HUMANO.

Introducción.

Nos ubicamos ante una de las dimensiones fundamentales de la existencia


del ser humano. Un bien útil y al a vez digno, a la altura de la dignidad del
ser humano. Incluso se afirma que una vida sin trabajo se corrompe y que
es precisamente en el trabajo donde el hombre se hace más hombre89. Nos
ubicamos ante una realidad que habla de ese hombre en cuanto ser digno y
ella misma es ocasión para que él desarrolle al máximo su personalidad, a
la par que le sirve como vínculo de unión con los demás, fuente para
sostener a la familia, medio para aportar algo al bien de la sociedad en la
que vive y, en general, al bienestar de la humanidad misma90 .

1. Definición y sentido del trabajo.

En casi todas las lenguas la palabra que se utiliza para expresar la


actividad laboral de la persona humana proviene de una raíz que
originariamente significa algo penoso, un gran peso, una dificultad91. Nos
ubicamos ante una realidad que resulta, pues, exigente.

Evitando los reduccionismos que pueden existir, nos acercamos al


siguiente concepto:

“es el ejercicio de las facultades humanas aplicado sobre distintas


realidades, para comunicarles utilidad y valor, haciendo posible a quien
trabaja tender hacia su propio perfeccionamiento, obtener la satisfacción de
sus necesidades vitales y contribuir a la creciente humanización del mundo
y sus estructuras”92.

Desmontando esta manera de comprender el trabajo tendríamos:

a. El trabajo es un elemento característico del ser humano.


b. El trabajo es un medio y no un fin.
c. Los fines del trabajo serán el perfeccionamiento del trabajador, la vía
para obtener los medios para la subsistencia y un medio para
construir una sociedad mejor.

89
Cf Juan Pablo II, LE 1,9.
90
Este es un tema que Josemaría Escrivá de Balaguer desarrolla constantemente en sus escritos. Puede
mirarse Es Cristo que pasa, Rialp, n.47.
91
Sobre esto mirar A. Cuadrón, Manual de Doctrina Social de la Iglesia, BAC, p.430 ss.
92
Sada, R., Etica, México, p.187.

99
2. Enfoque antropológico del trabajo.

Al hablar del trabajo lo decisivo es el hombre que trabaja –incluso con


fatiga y esfuerzo-, así se refleja en la tradición antropológica que nace de la
misma Sagrada Escritura: el ser humano es centro y con un mandato de
dominio y transformación de frente a lo creado.

El dato central que nos lleva a valorar el trabajo es su sujeto. Pues es


quien por su medio expresa sus capacidades y esto resulta válido, incluso
para las labores más repetitivas y monótonas que podamos imaginar.

Ese trabajo humano –que no es una simple mercancía- es deber y derecho.


Ampliando esta afirmación diríamos:

En cuanto deber...
como vía para subsistir, para evitar el parasitismo humano o la condición
injusta de que haya quien no coopera para el bien común.
En cuanto derecho...
se deriva de la misma naturaleza humana, pues el hombre lo necesita para
sostener a los suyos, cooperar al bien común y crecer como persona.

Ahora, dado que el trabajo –derecho y deber- es la forma ordinaria que


tiene el ser humano para ganarse la vida, la remuneración ha de ser justa y
para ello debe ser adecuada para:

• sostener al trabajador y a los suyos;


• que permita vivir con decoro y con acceso a la cultura y a la
propiedad privada;
• cubrir sus necesidades de salud y vejez.

Al fijar las exigencias de justicia con respecto al salario el Estado ha de


intervenir y garantizar el cumplimiento de los contratos93, lo cual no
resultaría tan difícil si poco a poco se hiciera vida el ideal de la empresa
organizada en clave personalista, esto es, una empresa antropocéntrica y
con una capacidad de servicio de cara al bien común y a generar un sistema
de economía de mercado cada día más humano.

3. El trabajo bien hecho.

93
Hoy se habla mucho de un ideal que el Estado debe cooperar en instaurar en la esfera de la realidad y
para llamarlo se usa la noción de TRABAJO DECENTE, esto es, trabajo de calidad, que respete los
derechos de cada obrero, que genere posibilidades nuevas para mujeres y hombres protegidos de toda
inseguridad laboral, económica o social. Los contenidos de esta noción fueron abordados por J. Somavía,
Secretario gral. de OIT en la XIV reunión regional de agosto de 1999 en Lima.

100
Ese trabajo realizado por ser humanos dignos, siempre fines y nunca
medios, tiene siempre un valor real, ubicable en el esfuerzo para alcanzar
metas y avances. Esto genera un gozo en quien trabaja –que aumenta en la
medida en que el resultado final sea más personalizado- y, como resulta
fácil de comprender, si al hacerlo lo procura hacer bien, no hay duda de que
el mérito es mayor.

Así nos encontramos con una noción que cada día es más y más esencial:
la idea de la competencia o de la excelencia si se prefiere94. Una idea que
luego miraremos con detalle pero que aquí vale la pena que la
destaquemos, sobre todo, por necesitar unirla a otras dos: la satisfacción
por la labor desarrollada y la función social de lo que se hace. Un esfuerzo
gustoso, hecho con competencia, en función del bien social, genera un fruto
en quien trabaja: ingresos concretos sin peligro de corrupción, huir del
dinero fácil y evitar hacer algo que, por no ser gozado sino “cargado” hace
imposible el placer de hacer lo que se hace.

Lectura complementaria.
La noción de trabajo decente es un intento de capturar, en un lenguaje
cotidiano, esta integración de objetivos sociales y económicos. Reúne al
empleo, a los derechos laborales, a la seguridad y a la representación en
una unidad con coherencia interna y que tiene sentido cuando se la
considera en su totalidad. Proveer el empleo sin considerar su calidad y
contenido no conduce hacia el progreso. Promover los derechos en el
trabajo sin preocuparse por el hecho de que existan o no trabajos para
quienes los requieran es igual de infructífero. La representación y el
diálogo social son necesarios para asegurar que la gente pueda expresarse
y sea tenida en cuenta.
La meta del trabajo decente se expresa de la mejor forma a través de la
mirada de la gente común. Se trata de su trabajo y perspectivas de futuro;
de sus condiciones de trabajo; del equilibrio entre la vida laboral y la
familiar; de llevar a sus hijos a la escuela y sacarlos del trabajo infantil. Se
trata de igualdad de género, igualdad de reconocimientos, y de posibilitar a
las mujeres que escojan y que tomen el control de sus vidas. Se trata de
poder expresarse y de ser escuchado en el trabajo y en la comunidad. Para
muchos, es la principal vía de escape de la pobreza. Para muchos más, se
trata de poder realizar aspiraciones personales de su vida cotidiana, y de
solidaridad con otros. Y en todas partes, para todas las personas, el trabajo
decente trata acerca de la dignidad humana. La expresión de todas estas
metas será distinta en el caso de un jornalero agrícola en Bihar o un
94
Dirían algunos que se trata de “asumir la responsabilidad de lo que se hace”.

101
técnico especializado en Silicon Valley, pero existe un común
denominador, un cauce de deseos subyacentes, que une a esos extremos.
En una reciente publicación del Banco Mundial, Voices of the Poor
(Voces de los pobres), se comenta que "los pobres consideran al bienestar
en forma holística", lo cual en realidad no se aplica solamente a ellos: la
gente de todo nivel tiene metas amplias y complejas que visualizan de
manera integral, en las que el trabajo, el ingreso y la seguridad son casi
siempre elementos centrales. En su primer informe a la Conferencia de la
OIT luego de asumir su cargo como Director General de la Organización
en 1999, Juan Somavía resumió dichas metas con el término "trabajo
decente".
En idioma inglés el adjetivo decente tiene un significado específico.
Cuando decimos tengo un empleo decente, un ingreso decente, estamos
expresando algo positivo: el empleo o el ingreso son buenos, están de
acuerdo con nuestras expectativas y las de la comunidad, pero no son
exagerados, están dentro de las aspiraciones razonables de gente
razonable. Pero es una palabra que no siempre se traduce bien; en otros
idiomas el concepto no es exactamente igual y a veces se interpreta
"decente" en su sentido estricto de opuesto a lo "indecente", con
sugerencias morales. Sin embargo, esa no es su acepción más corriente en
inglés, donde el vocablo refleja una combinación de algo suficiente y
deseable.
Y el término dice "trabajo" porque tiene un sentido más amplio que
empleo u ocupación. El trabajo abarca no solo el empleo asalariado sino
también el autoempleo y el trabajo en casa, toda la gama de actividades de
la economía informal y las tareas domésticas, como la cocina y la
limpieza, que para mucha gente significan trabajo. Dicho de otro modo, el
trabajo decente no refiere solo al empleo asalariado en grandes empresas,
por ejemplo, sino que transmite una idea más completa de participación en
la economía y la comunidad.
La noción de trabajo decente tiene cuatro dimensiones principales:
• el trabajo y el empleo en sí mismos;
• los derechos en el trabajo;
• la seguridad; y
• la representación y el diálogo.

102
3. CONCEPTO DE PROFESION.

Introducción.

Venimos de acercarnos al concepto de trabajo, de su dignidad y de la


importancia esencial de que todo aquel que lo realice lo haga con gusto,
bien y con clara conciencia de hacer un servicio a la sociedad.

1. Concepto.

Empecemos por el aporte de Max Weber acerca de este modo de vivir el


trabajo:

“ES LA ACTIVIDAD ESPECIALIZADA Y PERMANENTE DE UN


HOMBRE QUE, NORMALMENTE,
CONSTITUYE PARA ÉL UNA FUENTE DE INGRESOS Y, POR
TANTO, UN FUNDAMENTO ECONÓMICO SEGURO DE SU
EXISTENCIA...”
(Citado por Fernández, J., Hortal, A., Etica de las profesiones,
UPCO, Madrid, 1994, p 35.

De cara a esta perspectiva weberiana podríamos anotar lo que sigue:

* la profesión es un importante medio para la subsistencia pero no solo se


puede reducir a eso, pues ella tiene un valor en sí misma;
* realizada por personas individuales no se puede reducir a una actividad
puramente individual, posee una dimensión de grupo o gremio concreto
que genera un sentido fuerte de pertenencia.

Ofrezcamos una definición más completa:

ACTIVIDAD SOCIAL COOPERATIVA,


CUYA META INTERNA CONSISTE EN PROPORCIONAR A
LA SOCIEDAD UN BIEN ESPECÍFICO E INDISPENSABLE
PARA SU SUPERVIVIENCIA COMO SOCIEDAD HUMANA,
PARA LO CUAL SE PRECISA EL CONCURSO
DE LA COMUNIDAD DE PROFESIONALES QUE COMO
TALES
SE IDENTIFICAN ANTE LA SOCIEDAD.

**

103
Este nuevo concepto tiene el mérito de agregar la dimensión social-moral
de la profesión, así nos encontramos con puntos novedosos a destacar como
los que siguen:

* la noción central de bien específico;


* destaca el elemento comunidad de identificación y la red social que
suscita;
* ese bien que se ofrece debe poseer la característica de la excelencia.

2. Visión histórica.

En la historia nos encontramos con las tres primeras profesiones, capaces


de ofrecer un bien esencial a la sociedad y precedidas por una larga
formación a manera de iniciación, para luego integrarse a un grupo
empeñado en ofrecer su servicio de la mejor manera posible. Así nos
ubicamos ante los sacerdotes, los médicos y los juristas.

En la Edad Moderna se fortalece la idea de profesión derivada de las


expresiones BERUF y CALLING. Se comienza a mirar como servicio,
incluso encomendado por Dios -dentro de la tradición calvinista95-, que
debe ser realizado con ahínco y perfección.

Con el tiempo ganará terreno una visión más secularizada de la profesión


y se comprenderá como servicio colegiado para beneficiar a la sociedad,
evitando obviar las reglas esenciales del campo respectivo con el fin de
contribuir en el empeño por elevar la moral del todo social y enriquecerlo a
través de los colegios, garantes de la EXCELENCIA, esto es, aquella
actitud de quien no se conforma con la mediocridad o evita apenas
cualquier acusación de negligencia.

3. Precisiones.

Miremos los aportes de algunos autores que aquí merecen nuestra


atención96:

a. Norberth Elias: nos presenta un concepto de profesión que va más allá


del grado, pero siempre con respaldo en un título o diploma basado en
exámenes.
95
Max Weber explica que la tradición calvinista introduce una valoración de la vida y de las actividades
cotidianas, luego generalizadas en las diversas tradiciones cristianas católicas y no católicas. Incluso el
éxito que se alcance es señal de bendición de parte de Dios.
96
Nos valemos del artículo de J. González, Las profesiones en la sociedad corporativa, en Fernández,
José L.; Hortal, A., Etica de las profesiones, Madrid, 1994, pp.25ss.

104
b. Talcott Parsons: plantea las características de las profesiones:

CARACTERISTICAS:
1. ATIPICIDAD EN OBJETIVOS: BUSCA DESEMPEÑARSE DE CARA A
UN SERVICIO NO SIEMPRE COMPRENDIDO DADA LA ACTUAL
IDOLATRÍA DEL LUCRO.
2. RACIONALIDAD: DE CARA A LA REALIDAD Y A LA DIVERSIDAD
DE LAS SITUACIONES, ES CAPAZ DE OFRECER SALIDAS INCLUSO
NOVEDOSAS QUE SE SALEN DE LO TRADICIONAL.
3. AUTORIDAD: SE DERIVA DELA COMPETENCIA ADQUIRIDA.
4. ESPECIFICIDAD FUNCIONAL: EL ROL PROFESIONAL-CLIENTE ES
CLARO Y PREESTABLECIDO.
5. (CONTROL SOCIAL): EL PROFESIONAL ES CAPAZ DE CORREGIR Y
EXIGIR.

c. Edward Gross: cuando define la profesión destaca en quien la ejerce dos


elementos:
* dominio de la teoría a partir de una arduo esfuerzo académico;
** los problemas son “no estandarizables” y se deben manejar como
UNICOS.

4. El paradigma profesional.

Indicamos a continuación los elementos que no pueden faltar en la


profesión y en su desempeño:

a. Servicio: ante todo y de modo UNICO (propio de un campo concreto),


DEFINITIVO (cada profesión sabe lo que le es propia), ESENCIAL (una
área que no se puede quedar sin atender).
b. Vocación: desde aptitudes concretas se experimenta el deseo de
dedicarse a un campo concreto. Se ha dedicar a ello toda la vida, se ama lo
que se hace, se dedica todo el ser y se llama “traidor” a quien abandona.
c. Se aplica lo que se sabe y se da una íntima relación entre conocimientos
y práxis.
d. El dominio del área siempre exigirá un período previo de preparación
especializada y formal. Esto justifica las mayores retribuciones que se
esperan.
e. Autonomía: para enjuiciar el quehacer profesional se acepta solo el juicio
del colega o del colegio respectivo.
f. Responsabilidad de cara a lo hecho en el ejercicio profesional.
g. Las ganancias no determinan la valía y triunfo del profesional. Una
importante diferencia con respecto al comerciante.

105
h. La organización de cada ramo genera solidaridad así como un ethos
propio, simbología exclusiva, ritos de paso y ascenso, ideología particular,
argot propio.

106
4. ETICA PROFESIONAL Y DEONTOLOGIA.

Introducción.

Venimos de hablar del estatuto de la ética aplicada, ese esfuerzo


gnoseológicamente fundamentado que permite al hombre de hoy SABER-
HACER. Ahora nos acercamos a otra noción de gran importancia, esto es,
a esa área cada día más importante: la Deontología.

Antes de seguir puntualicemos en torno a una cuestión esencial para


nuestro iter académico:

ETICA PROFESIONAL:
Un concepto: saber que, desde la noción de bien, indica al profesional lo
que es recto al proceder en su campo respectivo, además que define en
ese sujeto la integridad de su actuar, así como su mismo profesionalismo
y, por supuesto, su responsabilidad de frente al todo social.

Otro concepto podría ser el siguiente: " (es) aquella disciplina,


derivación de la ética general y no distinta de ella, cuyo objeto es la
aplicación de los principios generales de la ética a la actividad específica de
cada profesión u oficio. Es decir, la disciplina que establece en cada
especialidad cómo ha de ser la conducta ética del hombre en cuanto
profesional, qué condiciones morales se exigen de él como persona y como
profesional, y qué enfoque ético se debe dar a las nuevas situaciones en las
que se encuentra en distintos momentos de su trabajo. Muy resumidamente
podemos definirla como 'el obrar recto en la vida de trabajo'"97.

Ciertamente –siguiendo a V. Abreo98-, “vale le pena enfatizar que cada


área del conocimiento, que cada profesión específica, debe elaborar su
propia ‘ética profesional’, encarnada en la práctica concreta. Esto
constituye lo que se denomina Etica especial aplicada al campo propio de
cada profesión. Cabe aclarar que no se trata de valores, principios y normas
exclusivos, sino que los elementos que configuran la ética de las relaciones
interpersonales en general adquieren características particulares cuando la
relación se entabla en ámbitos determinados como pueden ser el
profesional.” Y más adelante esta misma autora dirá: “a modo de síntesis
decimos que los elementos que componen la Ética profesional son: el valor
ético supremo (la persona humana), tres principios (beneficencia,
autonomía y justicia o equidad) y tres normas (confidencialidad, veracidad
y fidelidad con los compromisos adquiridos), cuyo objetivo es la
97
Ch. Wanjiru G., La ética de la profesión docente, EUNSA, Pamplona, 1999, p. 24.
98
En Nuevamérica (2001) n. 92, p.18.

107
humanización o realización de la persona humana. Y estos elementos en sí
carecen de eficacia si la persona no es interiormente ética, es decir, si no se
compromete con la praxis de perfeccionamiento personal encarnando estos
elementos en la vida cotidiana, o sea, convirtiéndolos en virtudes”99.

Como ya se ha dicho, y para ser eficaces de cara a ese SABER-HACER-


BIEN, todo esto supone una serie de fundamentos, todos ellos necesarios y
conocidos, que nos permiten –cosa que aquí se desea indicar claramente-
formular en detalle eso que algunos llaman el “recto desempeño” de la
profesión. Aquí descubrimos la necesidad de dar un paso más e
implementar así con más eficacia ese ideal que la ética profesional
propone.

1. Deontología. Aproximación conceptual.

El concepto fue acuñado por J. Bentham (+1832) en su obra Deontología


o ciencia de la moralidad100, publicada luego de su muerte en 1834. Su
visión, dentro del todo de sus puntos de vista, está en función del llamado
“principio de utilidad”.

Hoy día se va más allá y podríamos afirmar que es una disciplina que
desde la libertad y el ejercicio de la razón, supone un parámetro de
referencia para medir el grado de eticidad en el ejercicio de la profesión y
representa un gran instrumento para lograr un desempeño fundamental rico
en humanidad.

La expresión deontología etimológicamente significa “la ciencia del


deber”. Ella intenta resolver dos grandes problemas planteados hoy:

*la cuestión de la armonía interna, de modo que el comportamiento


individual de alguno no incida negativamente en el bien del gremio
profesional; y
**el reconocimiento ajeno: que hace posible que socialmente la profesión
sea reconocida como útil101.

E. Derieux a este respecto nos dice: “gracias a la deontología, la ética


profesional personal adquiere un reconocimiento público, y la moral
individual se hace trascendental en el campo de la profesión. Tales efectos
proporcionan a la deontología autoridad, cohesión, unidad, facilitan su

99
Idem, p.19.
100
Concibe esta disciplina como la ciencia de lo conveniente, lo cual depende de que la dicha pública
aumente o no, esto es, que sea capaz de minimizar los males.
101
Cf Perrot, E., Etica professional, Mensajero, Bilbao, 2000. p. 29ss.

108
aplicación y aseguran su respeto. De esta forma, los profesionales pueden
adquirir una conciencia más exacta, más práctica y más justa de sus deberes
y de sus responsabilidades”102.

Desde lo anterior, es claro que la deontología hace concreto y exigible el


proceder recto, pero eso sí, es necesario que exista un convencimiento libre
y responsable de la comunidad profesional ante la necesidad de hacer vida
el ideal que se propone. Un ideal que se acepta como algo que es
realizable, pues de no ser así se seguiría, como consecuencia lógica, la
condición de irrealizable de la propia profesión como actividad digna y
honorable.

El instrumento normativo mediante el cual se plasman los deberes


profesionales y se materializa la deontología es definido genéricamente
como código deontológico. Se trata de un elemento instrumental que
traduce los ideales éticos en reglas de conducta obligatorias para los sujetos
de ese ordenamiento y que se dirigen a procurar el funcionamiento interno
y colegial del gremio, procurando reducir la competencia desleal, elimina a
los no cualificados o inescrupulosos y genera una identidad fuerte a la par
que da status a la profesión103.

2. Códigos de ética o deontológico.

Se trata de normativas que engloban un mínimo exigible para todos, se


aplica a la generalidad con iguales criterios y en el cual no han de faltar
aspectos como:

a. los deberes de cada quien con su quehacer y su profesión;


b. un ideal de competencia104 y de responsabilidad;
c. define el ámbito de la profesión;
d. indica en detalle quién puede y quién no ejercer esa profesión;
e. anota cómo se ha de proceder en el trato con el cliente: secreto
profesional, honorarios, solidaridad, etc.

Ahora, todo esto ¿para qué? Son una vía excelente y así se anotaba arriba,
de cara a captar la confianza de la sociedad. Estos códigos son el camino
adecuado para captar reconocimiento y justificación social, pues muestra
que no es suficiente aquello maquiavélico de que es suficiente con “parecer
bueno”, y además, sólo a ratos y si conviene.
102
Cuestiones ético-jurídicas de la información, EUNSA, 1978, p. 209.
103
Ver este tema en H. Wilensky, The professionalization of Everyone? En American Journal of
Sociology, v. 70, pp.137ss. Mirar también en www.cem.itesm.mx/dacs/buendia/libro/etica1.html.
104
Con respecto al tema de la competencia, ella engloba: lo intelectual, lo moral y lo físico. Así el
profesional muestra que su ser todo está dispuesto a hacer el bien.

109
Y, ¿no sería suficiente con la aplicación del código penal? Hay que decir
que encontramos diferencias de fondo y de forma:

CODIGO PENAL. CODIGO DEONTOLÓGICO.


* Garantiza la sobrevivencia de la * Enriquece la calidad de vida de
sociedad al sancionar el proceder todos y favorece la dignidad de un
ilícito. proceder profesional concreto.
* Establece los tipos a partir de la * Los sujetos a quienes se aplican las
voluntad de un legislador. normas se las imponen de modo
voluntario y de forma voluntaria se
comprometen de cara a ellas.
* La pena es la gran motivación para * Es la convicción la gran
observar las normas. motivación para observar la
normativa indicada.
* La validez depende del * Es válido si refleja la praxis
procedimiento de creación. cotidiana de los que se obligan.

Estos códigos deontológico son así, manifestación clara de la voluntad de


los diversos profesionales de cambio para ser mejores y de su intención fiel
de ejercer la actividad profesional con apego a la razón y con deseos de
servir y favorecer el bien común.

110
CUARTA PARTE.

ETICA APLICADA.

-TEMAS URGENTES-

111
CUARTA PARTE.
ETICA APLICADA O ESPECIAL.

1. INTRODUCCIÓN A LA BIOÉTICA.

Introducción.

Tradicionalmente se afirma que la medicina es la profesión que de modo


más tempranero tuvo consciencia del aspecto ético que le es intrínseco. Ya
el llamado Juramento Hipocrático –realmente de raíces neopitagóricas (s.
VI-V aC.)- refleja esta preocupación, así como otros documentos de
tradiciones diferentes:

Juramento de iniciación Caraka Samhita del siglo I aC. de origen hindú.


Juramento de Asaph. Judío del siglo III-IV dC.
Consejos de un médico. Arabe del siglo X dC.
Cinco mandamientos y diez exigencias. Preparado por Chen Shik-Hung
del siglo XVIII dC.

Una tradición documental que posee en común algunos puntos como:

a. evitar dañar;
b. afirmar la santidad de la vida humana;
c. deber del médico de aliviar al paciente;
d. urgente integridad de la relación médico-paciente105.

En occidente ya en las escuelas de medicina medievales se introdujo la


costumbre de la profesión del juramento de corte hipocrático para cada
médico antes de ejercer la profesión, costumbre que se vería incrementada
en el siglo XIX y la aparición de los primeros colegios profesionales de
médicos y cirujanos. Esta es la época de la aparición de los primeros
códigos deontológico relacionados con este campo concreto de la actividad
profesional.

En el siglo XX la deontología médica se desarrolla de modo amplio luego


del impacto generado por los resultados del proceso de Nüremberg y la
creación –como consecuencia de ese misma proceso- del Código

105
L Duarte, recuerda en un artículo ubicable en www.monografías.com, que M. de Unamuno decía que
el paciente siempre es “un ser humano, de carne y hueso, que sufre, ama, piensa y sueña”. Describe,
además eso que se denomina hoy los derechos del enfermo: respecto com persona, información, rechazo a
un tratamiento o a una investigación, privacidad, confidencialidad, garantía de atención médica,
idoneidad del equipo de salud, explicación de los costos, ser informado sobre sus derechos.

112
Internacional de Etica Médica, emanado de la II Asamblea Mundial Médica
de 1949.

1. Un breve camino histórico.

Nos hemos de dar a la tarea de ubicarnos en 1971 y la aparición de la obra


del Dr. Potter, cancerólogo de Madison University, titulada BIOÉTICA:
UN PUENTE HACIA EL FUTURO. Así lanza un término que cada día se
hace más popular.

Ahora, esta publicación se asocia a la fundación, el mismo año y a los


pocos meses, del Instituto para el estudio de la reproducción humana y la
bioética, con ayuda de la Fundación J.P. Kennedy, por parte del Dr. André
Hellegers, médico de la Universidad de Georgetown.

Estos médicos pioneros plantean un ideal que sea capaz de hacer de


puente entre la ciencia y las humanidades, de manera que el hombre viva
en las mejores condiciones posibles106. Hellegers concibe su propuesta
como una realidad que combina el conocimiento científico y el filosófico.

Ahora bien, lo acaecido en 1971 posee unos momentos previos de gran


importancia. Veamos:

1962- los candidatos a usar los recientes aparatos para la hemodiálisis son
seleccionados por médicos y personal experto en diversas ramas
humanísticas.
1966- la New England Journal of Medicine publica un artículo en el que
se hace referencia a procedimientos médicos cuestionables que implicaron
experimentación en seres humanos.
1967- a raíz del primer transplante de corazón en Sudáfrica se plantea la
cuestión difícil de cuándo realizar con acierto la declaratoria de la muerte
del donante.
1970- E. Kennedy denuncia en Alabama la negativa de las autoridades
sanitarias de tratar a personas de raza negra enfermos de sífilis con el fin
de estudiar el proceso que sigue la enfermedad.

Posterior al año 1971 y con impacto decisivo podríamos indicar:

1975- el caso de Karen Quinlan.

106
D. Martínez Cano, en Obligación de estudiar, educación permanente, en AAVV., Seminarios de
ética en enfermería, EUNSA, Navarra, 1987, p.39 ss., nos dice que “las ciencias de la salud –Medicina y
Enfermería- y la ética, forman así un todo coherente: la Verdad y los Valores, la Competencia y la
Compasión, la Ciencia y la Conciencia” (p.43).

113
1981- el caso del Babe Doe. Un niño con síndrome de Down a quien le
fue negada una intervención correctiva de esófago en Indiana por su
deficiencia.
1986-nace el Baby M. Se plantea el tema de la maternidad sustituta o por
alquiler.
1990-primer caso de suicidio asistido llevado adelante por el Dr. Muerte,
J. Kevorkian.
1994-legislación pro eutanasia en Holanda.
1995-aparece la encíclica EVANGELIUM VITAE de Juan Pablo II en la
condena todo atentado contra la vida humana. Amplía los elementos de la
instrucción DONUM VITAE de la Congregación para la Doctrina de la fe
de 1986.
1996-clonación de la oveja Dolly.
2000-lectura completa del mapa genético humano.

Es claro que en los años ochenta el desarrollo de la bioética ha sido


abundante y han proliferado comités107 y cátedras, sobre todo, ante la
multiplicación de casos y técnicas que, además del factor estrictamente
científico, han resultado de gran interés en el mundo de los medios de
comunicación de masas108.

2. ¿Existen algunos principios generales?

María Jesús Goikoetxea, resposanble de una comisión de ética en el


Hospital Aita Menni de Arrasate en Mondragón, España, se refiere a la
bioética como “rama de la ética que se ocupa de analizar la experiencia del
deber en la realidad de las ciencias de la vida y del cuidado de la salud que
corresponde aspectos como: las políticas sanitarias, la definición de salud y
enfermedad, la relación sanitaria, la ética de los profesionales sanitarios, la
utilización de la tecnología sanitaria, la investigación en ciencias de la vida,
etc.”109.

A raíz del Informe Belmont, derivado de la comisión que investigó las


denuncias del senador Kennedy en 1970, aparece la enunciación de los
grandes principios de la bioética, a saber:

* beneficencia: se trata de hacer el bien con competencia y al servicio de la


107
Con funciones normalmente dirigidas en tres campos: educativa, consultiva y formativa. Dirige su
empeño de cara a investigación y procedimiento clínico.
108
La explosión tecnológica de las últimas décadas, en el terreno dela biología molecular, ingeniería
genética, fertilización asistida y transplante de órganos, hace que se pueda crear vida y actuar sobre la
muerte. Hoy es motivo de análisis y debate todo lo relacionado con el genoma humano, esto es, la
descripción del libro biológico del ser humano, reconstruir su mapa genético.
109
Introduccióna la bioética, Universidad de Deusto, Bilbao, 1999, p. 9.

114
persona más necesitada;
* autonomía: implica el respeto a la persona humana, sus convicciones y
opciones, así como a que se le trate como a mayor de edad –ella o sus
representantes-.
* justicia: exige tratar a todos como iguales y valorar las posibilidades que
ofrece el medio para proceder.

Hay algunos que agregan otros: honestidad y eficacia. Sin embargo son
los anteriores los tres principios esenciales aplicados a las áreas más
comunes que aborda la bioética:

a. todo lo relacionado con los inicios de la vida: diagnóstico prenatal,


reproducción asistida, derechos del no-nacido, aborto, tratamientos
en neo-natología, etc.;
b. todo cuanto dice relación con el final de la vida: ética y
envejecimiento, cuidados paliativos, transplantes, encarnizamiento
terapéutico, suicidio asistido, eutanasia, etc.;
c. genética: clonación, eugenesia, patentes del genoma humano, etc.;
d. tratamiento e investigación: investigación en personas, control en el
uso de fármacos,etc.;
e. derechos de la vida no humana;
f. otros: suicidio, uso de conocimientos médicos para la guerra, SIDA,
uso le drogas ilegales, crecimiento poblacional, etc.

Lectura complementaria.
Definición y dominio
La bioética abarca las cuestiones éticas acerca de la vida que surgen en las
relaciones entre biología, nutrición, medicina, política, derecho, filosofía,
sociología, antropología, teología,... Existe un desacuerdo acerca del
dominio apropiado para la aplicación de la ética en temas biológicos.
Algunos bioéticos tienden a reducir el ámbito de la ética a la moralidad en
tratamientos médicos o en la innovación tecnológica. Otros, sin embargo,
opinan que la ética debe incluir la moralidad de todas las acciones que
puedan ayudar o dañar organismos capaces de sentir miedo y dolor.
El criterio ético fundamental que regula esta disciplina es el respeto al ser
humano, a sus derechos inalienables, a su bien verdadero e integral: la
dignidad de la persona.
Por la íntima relación que existe entre la bioética y la antropología, la
visión que de ésta se tenga condiciona y fundamenta la solución ética de
cada intervención técnica sobre el ser humano.
La bioética es con frecuencia material de discusión política, resultando en
crudos enfrentamientos entre aquellos que defienden el progreso
tecnológico en forma incondicionada y aquellos que consideran que la

115
tecnología no es un fin en sí, sino que debe estar al servicio de las
personas.
Las primeras declaraciones de bioética surgen con posterioridad a la
Segunda Guerra Mundial, cuando el mundo se escandaliza con el
descubrimiento de los experimentos médicos llevados a cabo por los
facultativos del régimen hitleriano sobre los prisioneros en los campos de
concentración. Esta situación, a la que se suma el dilema planteado por el
invento de la fístula para diálisis renal de Scribner (Seattle, 1960), las
prácticas del Hospital Judío de Enfermedades Crónicas (Brooklyn, 1963) o
la Escuela de Willowbrook (Nueva York, 1963), van configurando un
panorama donde se hace necesaria la regulación, o al menos, la
declaración de principios a favor de las víctimas de estos experimentos.
Ello determina la publicación de diversas declaraciones y documentos
bioéticos a nivel mundial.
Principios fundamentales de la bioética
En 1979, los bioeticistas Beauchamp, T.L y Childress, J.F, definieron
como cuatro los principios de la Bioética: autonomía, no maleficencia,
beneficencia y justicia. En un primer momento definieron que estos
principios son prima facie, esto es, que vinculan siempre que no colisionen
entre ellos, en cuyo caso habrá que dar prioridad a uno u otro dependiendo
del caso. Sin embargo en 2003, Beauchamp2 considera que los principios
deben ser especificados para aplicarlos a los análisis de los casos
concretos, o sea, deben ser discutidos y determinados por el caso concreto
a nivel casuístico.

116
2. ECOETICA.

Introducción.

Cuando el Dr. Potter presenta su obra Bioética: un puente hacia el futuro


en 1971, planteaba una visión de la bioética que ciertamente iba más allá de
la ética médica, miraba la vida en general y esto es precisamente lo que
haremos en las siguientes líneas.

La expresión ECOLOGÍA es un término especializado introducido por


Haeckel en 1866 y lanzado al dominio del gran público por el informe Los
límites del conocimiento publicado por el Club de Roma en 1972. Este
informe hacía referencia –por vez primera- al posible agotamiento de los
recursos y a la creciente problemática medioambiental. Más tarde su
sucederán conferencias, cumbres y la labor de muchas ONG’s con el
propósito fundamental de sensibilizar a los pueblos con respecto al tema de
la lucha a favor del ambiente.

En 1987 la Comisión Mundial de las Naciones Unidas sobre el Medio


Ambiente y el Desarrollo, publica el llamado Informe Brundtland que
introduce un concepto cada día más importante: desarrollo sostenible110.

Más cercana a nosotros tenemos la celebración de la llamada Cumbre de


la Tierra o Río 1992, esto es, la II Conferencia de las Naciones Unidas
sobre el Desarrollo y el Medio Ambiente que reunió gobernantes de 178
países. Los principios que allí se plantean son:

a. los seres humanos constituyen el centro de las preocupaciones que se


relacionan con el desarrollo sostenible. Tienen derecho a una vida
saludable y productiva en armonía con la naturaleza;
b. el derecho al desarrollo debe ejercerse en forma tal que responda
equitativamente a las necesidades de desarrollo y ambientales de las
generaciones presentes y futuras;
c. a fin de alcanzar el desarrollo sostenible, la protección del medio
ambiente debe constituir parte integrante del proceso de desarrollo;

110
Noción que fue precedida por la de ECODESARROLLO y que se define como aquel desarrollo que
satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para
satisfacer las propias. Esta noción trasciende lo puramente económico, ya que incorpora dimensiones
sociales que otros indicadores no tienen en cuenta. Se han de buscar satisfacciones a necesidades
teniendo en cuenta que los recursos son limitados y que se ha de respetar el medio.

117
d. para procurar esto las naciones han de eliminar modalidades de
producción y consumo insostenible y cuidar el tema demográfico;
e. la iniciativa de cada estado es fundamental, han de fomentar su
capacidad científico-tecnológica e intensificar su desarrollo,
adaptando las técnicas e innovando.

1.Panorama desolador.

Desde la susodicha cumbre de 1992 el panorama no ha hecho más que


empeorar en el mundo111 y las sucesivas cumbres no hay aportado mucho.

* Deforestación y desertización: se calcula que cada ocho segundos se


pierde en el mundo 1 Ha. de terreno cultivable y el desierto avanza 60000
Km2 por año.
* Pérdida de biodiversidad: en el bosque tropical –90% de los 30 millones
de especies que existen- se da la mayor problemática y se calcula la pérdida
diaria de 40 a 300 especies diarias.
* Cambio climático: debido a las emanaciones de dióxido de carbono
derivadas de la combustión de los motores de hidrocarburos.
* Lluvia ácida que afecta el 35% de los bosques europeos y el 80% de los
lagos en los países nórdicos. Se debe a la emanación de gases de azufre y
nitrógeno de plantas industriales.
* Aumento en el tamaño del agujero de la capa de ozono: provocado por
los clorofluocarbonos, los cuales, afectados por los rayos ultravioleta
degradan el ozono y lo convierten en oxígeno.
* Contaminación de aguas: debida a desechos humanos, pesca incontrolada
y basura radioactiva en algunas fosas.

2. Respuesta posible.

Tomando en cuenta el panorama, podríamos indicar lo que sigue:

2.1 Respuestas desde la filosofía.

Podríamos asumir las siguientes actitudes:

a. Naturalista: de origen griego. La naturaleza es orden y no se ha de


alterar. Se le llama también realismo ingenuo.
b. Emotiva: la destrucción del medio genera la idea de que estamos ante
una realidad que provoca indignación. Insiste en la protección de los
derechos de los animales.
111
Vale la pena mirar www.greenpeace.es.

118
c. Utilitarista: de cuño inglés y desde ella se aspira el bien de la mayoría,
incluyendo al mundo animal.
d. Racionalista: el ser humano es fin y su entorno un medio, pero el respeto
a la vida no humana le hace sensible de cara al valor del otro ser humano.
e. Ecológica: de cara a su entorno el hombre puede manipular y alterar,
pero garantizando la legitimidad de ese proceder.

2.2 Desde la ética.

Llendo más allá y de posiciones filosóficas que insisten en el dominio del


hombre sobre la naturaleza (Descartes, Bacon, Nietzsche), nos ubicamos
ante formulaciones como las siguientes:

a. Hans Jonas: desde la ética de la responsabilidad de Weber y los


principios de Kant afirma:
• actuar de manera que esa actuación garantice la permanencia
de la vida humana plena en la tierra;
• actuar de modo que no se afecte el futuro de la vida humana;
• no comprometer en nada la permanencia de la vida humana en
la tierra.

b. Ronald Green: sintetiza su pensamiento en una máxima: ponte a ti


mismo en el lugar del otro, incluyendo a las futuras generaciones.

c. Corriente ecológica alemana: desde tradiciones religiosas orientales


afirman que se ha de respetar y amar al mundo, del cual el hombre
parte y se insiste en que nunca se debe hacer sufrir un ser vivo.

d. Jörgen Moltmann: este teólogo alemán hace la siguiente reflexión:


desde la teología de Dios-Trinidad-Comunidad, afirma que el ser
humano es imagen de Dios no sólo cuando domina lo creado, sino
cuando vive el ideal de comunión con los otros seres humanos y su
entorno (fuente de revelación de Dios también).

3. Nuevo paradigma.

Hoy día el ser humano es más consciente de que está vinculado


intrínsecamente con su entorno, se siente dependiente y sabe que si no
cuida el medio se autodañará. Esa conciencia nueva se puede plasmar así:
el hombre es vida que quiere vivir entre vida que también quiere vivir (A.
Schweitzer).

119
Este ideal es importante para todos. Esto hace llano es esfuerzo de la
llamada ECOETICA y de quienes se empeñan en dar pistas para
transformar los hábitos y conductas humanas de frente a su entorno. Este
nuevo empeño implicará112:

a. solidaridad de cara a ir más allá de las diferencias abismales entre


ricos y pobres;
b. revisión de estilos de vida occidentales;
c. dar rango universal a los derechos humanos de tercera generación;
d. corresponsabilidad planetaria;
e. prudencia en torno al tema de la ingeniería genética aplicada a la
vida vegetal y animal;
f. políticas demográficas que respeten la dignidad humana.

Ahora, es claro que nuestro rol de frente a tan serios problemas y a tan
gigantescos retos es de un peso ínfimo. El asunto que se plantea con fuerza
aquí es “¿qué hacer?”. Hoy día se sugiere una vía: crear opinión capaz de
presionar en el ámbito local y menos local. Este nuevo paradigma se
plasmará en acciones solamente a partir de una movilización ciudadana en
favor de la solidaridad urgente para un futuro mejor para todos113.

112
Sobre este tema vale la pena mirar el mensaje de Juan Pablo II para la Jornada de la Paz de 1990-
www.aciprensa.com.
113
Cf Etxeverría, X., La ética ante la crisis ecológica, Universidad de Deusto, Bilbao, 1995, p.45 ss.

120
3. ETICA, ECONOMIA Y EMPRESA.

Introducción.

Al hablar de economía nos ubicamos ante un dato previo: los seres


humanos y las sociedades han de satisfacer sus necesidades. Para esto cada
persona y la sociedad misma han de realizar diversas actividades
productivas para obtener bienes y servicios siempre insuficientes de cara a
las necesidades existentes.

F. Mochón y V. Beker indican lo siguiente:

ECONOMIA ES la ciencia que estudia la asignación más conveniente de


los recursos escasos de una sociedad para la obtención de un conjunto
ordenado de objetos114.

Lionel Robbins dirá:

ECONOMIA ES la ciencia que trata de aquel aspecto de la conducta


humana que surge de la escasez de medios para conseguir fines dados115.

Al estudiar las actividades económicas de una sociedad la economía


pretende encontrar la forma más satisfactoria de resolver los problemas
que el proceso de producción y consumo genera. No cabe esperar un
conjunto de recetas exactas en la resolución de problemas, aunque sí es
viable guardar la esperanza de que los criterios proporcionados por la
economía resulten de aplicación práctica y sirvan de guía para el control de
la actividad económica.

Para lograr crecimiento, distribución adecuada de bienes y servicios,


estabilidad, la economía ha de contar con instrumentos como los que
siguen, siempre en coordinación cuidadosa: política económica y fiscal
sana, comercio exterior, política salarial adecuada, seguridad social y
correcta política agraria.

De esta manera se alcanzará la posibilidad de alcanzar esos “fines” de los


que habla Robbins, los cuales, a la vez, nos llevan a ubicarnos ante el ser
humano y así nos topamos con la cuestión que más nos urge en este
momento: lo ético.
114
Economía. Principios y aplicaciones. McGraw Hill, México, p.6.
115
Definición aportada en clase por el Prof. T. Vargas. Univ. Juan Pablo II.

121
1. Etica económica.

Ya M. Weber había vislumbrado la relación íntima entre el ideal ético y el


desarrollo de la actividad económica, sobre todo, en clave capitalista. Una
actividad que el buen empresario podía desarrollar al máximo, incluso
mirando en ella una gracia sobrenatural que le permitía una ganancia que
podría reinvertir y poner al servicio de la mayoría, aún viviendo con lo
justo.

Adam Smith –que junto a La riqueza de las naciones escribió un


impresionante Teoría de los sentimientos morales- hablará de la economía
en cuanto actividad capaz de generar libertad y felicidad para muchos.
Bentham insistiría en su principio de utilidad y últimamente Rawls
agregaría la noción de equidad –como modo para facilitar a todos el acceso
a las oportunidades- y K.O. Apel una visión social de la economía que
anima la atención de los menos beneficiados por un sistema que ha perdido
de vista lo esencial: los fines a los que sirve. Ch. Taylor afirma que la
discusión de nuestro tiempo ha de ser, más que en torno a los medios, en
torno a los fines. Se hace prioritario retomar al ser humano como centro de
toda la discusión y plantearse cuestiones decisivas en torno a los valores, el
tipo de sociedad que se desea construir y los puntos de referencia que toda
política económica debe tener116.

En todo este debate la posición de A. Sen es decisiva. Opuesto y


calificando de “insostenibles” algunas opiniones como las de Stigler, otro
Premio Nobel, para quien el principio del comportamiento egoísta como
base de todo análisis económico es lo esencial. Este modo de ver las cosas
no es más que el producto de un prejuicio ideológico generador de un
entorno desolador. De aquí que se haga necesario andar por otro camino.
La economía no es un dominio aislado, necesita de la ciencia política –para
entender muchas de las razones que provocan hoy hambre y pobreza- y de
la ética, pues gracias a ella “la economía puede hacerse más productiva
prestando una mayor atención y más explícita a las condiciones éticas que
conforman el comportamiento y el juicio humano”117.

El actual “boom” de la ética cívica y su promoción de valores como el


diálogo, la libertad, la igualdad y la solidaridad, marca caminos para
construir una sociedad en la cual la eficacia funcional marche unida a la

116
Cf. Taylor, Ch., The ethics of Autenticity, Harvard University Press, Boston, 1995.
117
Citado por J. Torres López, en Algo se mueve: Amartya Sen Premio Nobel de Economía, ubicable en
www.webpersonal.uma.es. También la entrevista a Sen ¿Qué hacer con la hambruna? En Newsweek, 4
nov. 1998, p.50.

122
responsabilidad social118. J. A. Chaves dice: “cuando se habla de
‘humanizar la economía’, no se puede reducir el tema a cuestiones de ética
personal de los admnistradores públicos y privados y, mucho menos, a
cuestiones de cosmética de la estrategia empleada (‘dar rostro humano’
como suele decirse). Se trata, más bien, de someter a cuidadoso escrutinio
público el impacto que cada política económica va a tener sobre la
estructura social y sobre el ambiente. Valorar a quiénes va a afectar más
negativamente, a quiénes va a beneficiar más y hasta qué punto va a ser
respetuosa, directa o indirectamente, del equilibrio con la naturaleza. Y
decidir en consecuencia”119

Lectura complementaria.
Amartya Sen, catedrático de Harvard, prominente figura de las ciencias
económicas de nuestro tiempo termina de recibir el prestigioso Premio
Internacional Catalunya. Se suma a muchos otros concedidos a Sen, quien
ha sido presidente de la Asociación Internacional de Economistas y,
recientemente, presidente de la Asociación de Economistas de USA. Autor
de numerosas obras de consulta obligada, traducido a múltiples idiomas, la
visión de este gurú de la economía tiene acentos muy singulares. Las ideas
de Sen, obligan a revisar dogmas y mitos muy difundidos y obligan a
pensar. Veamos algunas de las sugerencias a un debate más abierto de este
pensador de gran impacto actual a nivel internacional.
Sen se interroga sobre la concepción circulante en economía de que los
hombres sólo buscan maximizar sus intereses personales y que estimular
ello conducirá a que la economía funcione mejor. Pone en duda su validez.
Plantea 'se supone que la economía está preocupada por la gente real'. Esta
gente tiene motivaciones más amplias que el simple lucro: Simpatías,
compromiso con causas, lealtades. Destaca 'los fríos tipos racionales llenan
nuestros libros de texto pero el mundo es más rico'. Por otra parte, los
hechos no indican que la incentivación del egoísmo personal conduzca a
los mejores resultados colectivos. Entre otros, indica, el caso del Japón va
en otra dirección. La sociedad evolucionó de un comportamiento de
autointerés a uno basado en ciertas reglas como el deber, la lealtad, la
buena voluntad, y ello mejoró la eficiencia de la economía y los logros
personales.
Sen cuestiona la falsa antinomia Estado vs mercado. Es errado oponer uno
a otro cómo se suele hacer. Las sociedades exitosas han lgorado armar un
trabajo en equipo entre Estado, mercado y otros actores sociales. Resalta
que en las últimas décadas 'muchos países de Europa Occidental han
118
En esta línea las críticas fuertes en torno a la separación entre ética y economía que hace Amartya Sen,
Premio Nobel de Economía de 1998 son especialmente importantes y ofrecen muchas y valiosas pistas
para quien no crea necesariamente que el camino neoliberal es el único. Cf. P. Dieterlen, Etica y
economía, en AAVV., Los linderos de la ética, Siglo XXI, México, 2000, p.35s,
119
En La Nación, 11 febrero 2002, p.19A.

123
logrado asegurar una amplia cobertura de seguridad social con la
prestación de atención en salud y educación públicas, de manera hasta
entonces desconocidas en el mundo; el Japón y el este de Asia han tenido
un alto grado de liderazgo gubernamental en la transformación, tanto de
sus economías como de sus sociedades; la formulación pragmática de
políticas se ha inspirado tanto en el mercado como en el Estado y en otras
instituciones, tales como organizaciones de la comunidad'.
Duda de las visiones tradicionales de cómo se obtiene desarrollo. El
progreso económico y el social, son interdependientes. Siendo el avance
económico fundamental, en la realidad, sin desarrollo social no hay
desarrollo económico sostenido. Así las economías que mejor han
funcionado en los últimos tiempos han apostado fuerte a grandes
inversiones continuadas en sus recursos humanos, y ahora están cobrando
amplios réditos en productividad y competitividad por ello. Indica 'el papel
de la educación y la salud pública ha sido el eje fundamental para
contribuir al cambio económico y social en el mundo entero y en forma
bastante espectacular en el este y sudeste asiáticos'.
Un grave obstáculo para el desarrollo de la existencia de altos grados de
inequidad en una sociedad. Han fracasado totalmente las teorías
económicas que decían que la polarización social favorecería la
acumulación de capital y, por ende, el desarrollo. Las cosas no funcionan
así en la realidad. Según la experiencia internacional, las sociedades con
mejor equidad en la distribución del ingreso y las oportunidades tienen
mejores chances de crecimiento económico firme. Las sociedades
polarizadas generan múltiples ineficiencias. El tema es particularmente
preocupante en América Latina que, aplicando el coeficiente de Gini, que
mide la desigualdad es, según los datos, la región de mayor inequidad del
mundo.
Sen pone en duda las mediciones comunes del desarrollo como el producto
bruto per cápita. Dice que lo principal es si las condiciones básicas de vida
de la gente mejoran. Eso no lo mide el producto bruto per cápita. En
términos de dicho producto, Sudáfrica, Brasil, Gabón y Omán tienen
varias veces el producto bruto per cápita de Costa Rica. Sin embargo, la
esperanza de vida va en ellos de 53 a 66 años; en Costa Rica es de 75 años.
El estado de Kerala, en India, con menor producto bruto per cápita a otros
de ese país, supera ampliamente en condiciones de vida a los promedios de
India: Esperanza de vida (70 años vs 57), alfabetización (91% vs 52%),
alfabetización femenina (87% vs 39%). En ambos casos, Costa Rica y
Kerala, hay buenos niveles de equidad y una historia de activas y
eficientes políticas públicas en educación, salud y nutrición.
Sen sale al paso al mito de que las dictaduras tienen más posibilidades de
lograr avances económicos. Señala que nada lo constata y que, en cambio,
es posible observar cómo la democracia genera 'incentivos políticos' que

124
obligan a los gobiernos a enfrentar problemas sociales graves. Constata
que 'en la terrible historia del hambre en el mundo, nunca ha habido una
situación de hambruna muy considerable en algún país con una forma
democrática de gobierno y una prensa relativamente libre'.
Sen reclama que es necesario recuperar la relación entre ética y economía:
'Quiero argumentar que la naturaleza de la economía moderna ha sido
sustancialmente empobrecida por la distancia creciente entre economía y
ética'. En esta América Latina, plena en agudos problemas económicos y
sociales y al mismo tiempo estancada en clichés y en debates poco
imaginativos, parece muy útil recoger el reto de volver a pensar sobre el
desarrollo y de que es posible e imprescindible construir una economía con
rostro humano que propone la concepción global de este pensador, a quien
el Nóbel de Economía Robert Solow, describió como 'la conciencia moral'
de la profesión económica.

2. Economía, empresa y ética.

El ideal de un proceder ético en el campo económico ha de apuntar hacia


una meta que, favoreciendo la eficacia, sepa ser promotora de una mayor
responsabilidad social, generadora de una sociedad más justa y equitativa.
Hoy se acepta que este ideal no puede dejar de pasar por la llamada ética de
las organizaciones, esto es, de esos entes complejos en los cuales será
siempre fundamental lo laboral vinculado a un funcionamiento siempre
más eficiente y con índices de producción o rendimiento altos.

El norte está determinado por la existencia de organizaciones debidamente


sintonizadas con el llamado giro aplicado de la ética. Y precisamente por
ello, han de ser instrumentos de gran utilidad para “remoralizar” la
sociedad. Es claro, que para que todo esto se dé se hacen necesarios
recursos e instrumentos, tales como eso que se viene llamando ETICA
EMPRESARIAL o ETICA DE LOS NEGOCIOS120. La primera expresión
más europea, la segunda más norteamericana. Decir “ética de la empresa”
habla más de una tarea más esforzada por hacer algo valioso y emprendido
con espíritu creador. Mientras que “ética de los negocios” siempre hace
referencia a algo que se usa y, si es del caso, se puede dejar o cambiar.

Hoy hay quienes dicen que la empresa del siglo XXI sólo saldrá adelante
si es capaz de ir más allá de seis grandes desafíos actuales: la competencia
internacional, las nuevas tecnologías, la calidad mejorada, la motivación
del personal, el manejo de la fuerza laboral multiforme y los
comportamientos éticos.
120
Hoy se afirma que el 90% de las escuelas de negocios en USA poseen cursos de BE y que ya en el
mundo el número de los centros especializados en este campo anda por los veinte.

125
Hoy día el desafío ética en el mundo de las empresas es real. El
comportamiento antiético es identificado como la principal causa de
ineficacia operacional y calidad deficiente. Se hace necesario un manejo
de la situación que haga posible que las organizaciones desarrollen la
certeza de un manejo adecuado de altos ejecutivos, mandos medios y
personal, hasta el punto de que sepan manejarse adecuadamente de cara a
los problemas éticos que puedan enfrentar en su trabajo diario.

Vamos paso a paso:

“En una sociedad de organizaciones, la BE (Business Ethics) tiene que


ser viable y tiene que actualizarse en tanto que ética de responsabilidad, en
tanto que ética generadora de moral convencional y tanto que ética que
afirme el principio de humanidad”121.

Veamos los elementos de esta apreciación:

i- En cuanto ética de responsabilidad hace referencia al poder de las


organizaciones y a las consecuencias de su proceder;
ii- Genera moral convencional pues ha de educar, configurar,
canalizar, promueve hábitos, legitima valores, genera
motivaciones, etc.;
iii- En clave de humanidad, a partir de principio de pone al hombre
en el centro de todo y a partir de él anima procesos, fija objetivos,
sirve al bien común, etc.

De qué habla de BE.?

Siguiendo a Brooks122, podríamos decir que la BE se dedica a temas


como:

i- favorecer la confianza de la sociedad de cara a la realidad-


empresa;
ii- hacer ver al mundo de la empresa su compromiso ante la
necesidad de mejorar el nivel de vida de la sociedad;
iii- que se sepa que el bienestar del propietario no es el único en
juego;
iv- reconocer el poder de la empresa y ubicar con claridad su rol
social;
v- difundir el ideal ético esperado de las empresas;
121
Lozano, J., Etica y empresa, Trotta., 1999, p.32.
122
Citado por op.cit. p. 43.

126
vi- los objetivos no pueden ser solo provocadores de beneficios a
corto plazo;
vii- animar un proyecto educativo en las escuelas de administración y
economía de los centros de educación superior.

“La ética económica y empresarial tiene una importante labor como


concreción de la ética cívica y, por tanto, de un enorme peso social para la
educación cívica de las personas en una sociedad abierta”123.

La ética cívica, como sabemos, es posible plantearla en un marco


sociocultural de pluralismo axiológico. Exige el reconocimiento de
unos mínimos comunes que nos permitan sostener la convivencia. Esto
implica principios procedimentales, valores y derechos, además de un
punto de referencia antropológico que mire siempre teleológicamente al
ser humano. Esta manera de ver las cosas brinda a la BE un marco de
referencia que, favorecido por un esfuerzo educativo adecuado,
permitirá procurar la resolución de escollos difíciles a la hora de la
aplicación124.

Una cultura organizacional que valore el ideal ético que ha de encarnar,


avanza en el renglón de la rentabilidad.

La orientación de la empresa, su rol, se enriquece cuando se agrega un


ideal que implica la satisfacción recta del cliente y el desarrollo de todos
cuantos tienen que ver con esa organización, capaz de producir y
compartir valores. Ello incide en el dato de que el proceder ético
implica siempre ganancias en todos los sentidos.

La ética corporativa puede ser fuente de muchas ventajas competitivas,


ya que cuando ella es evidente es capaz de atraer clientes y personal de
primer nivel. C. López afirma que ninguna empresa puede deja de lado
los siguientes componentes:

• vivir de acuerdo con los cinco valores fundamentales que han


de motivar toda conducta empresarial intachable: igualdad,
libertad, diálogo, respeto activo y solidaridad;
• una cultura organizacional con valores comunes para sus
miembros;
123
Conill, J., citado por Lozano, J., op.cit., p.71.
124
Ello siempre será difícil, sobre todo, en el presente contexto “exitista”, sin embargo y con un adecuado
compromiso institucional, se habrá de tender a la formación de personas que, con un proceder justo,
compasivo y eficaz, logren vivir de acuerdo con unos criterios y actitudes ideales su proceder profesional.
Sobre este punto vale la pena revisar de J. Segura, ¿Etica en los negocios?, Universidad de Deusto,
Bilbao, 1996.

127
• luchar por alcanzar la satisfacción de todos los agentes
involucrados en la empresa: accionistas, directivos,
empleados, proveedores y clientes;
• asumir la responsabilidad social por sus actuaciones;
• pesa más el contrato moral entre la empresa y sus integrantes y
asociados que le mero contrato legal.

Si estos ingredientes son incorporados en la vida empresarial la caída en


los conflictos y la mejoría en la imagen y la calidad incidirán
significativamente en el renglón de la ganancias. Puede que no sea el
elementos decisivo para una prosperidad galopante, pero sí es cierto que
ahorrará muchas dificultades a todos.

Un concepto urgente y en alza:


Responsabilidad social empresarial

*La Responsabilidad Social Empresarial es un modelo de gestión


empresarial que incorpora la dimensión económica, social y ambiental en
la planificación estratégica de sus operaciones, considerando el impacto y
expectativas de sus públicos de interés o sus stakeholders, bajo la premisa
de obtener mayor rentabilidad y sostenibilidad de largo plazo.
*La sociedad costarricense ha definido de la siguiente manera la RSE:
“Responsabilidad Social Empresarial es el compromiso permanente de las
empresas para aumentar su competitividad mientras contribuyen
activamente al desarrollo sostenible de la sociedad costarricense, esto
mediante acciones concretas y medibles dirigidas a solucionar los
problemas prioritarios del país”.
*Beneficios de la RSE desde la perspectiva empresarial
• Se proyecta como pionera en la promoción de un modelo de gestión
basado en la RSE.
• Incrementa la productividad de la fuerza laboral, atrae y retiene
colaboradores de calidad.
• Obtiene licencia social para operar y evita crisis debido a mala
conducta en RSE.
• Incrementa la eficiencia mediante sistemas para lograr un mejor uso
de los recursos.
• Fortalece relaciones con clientes y proveedores.
• Mejora las relaciones con la comunidad y sus grupos de interés
clave.
• Promueve la creación de nuevas oportunidades de negocios.
• Atrae nuevas fuentes de inversión y segmentos de mercado.
• Desarrolla una plataforma para la certificación a nivel internacional
• Mejora la reputación y las marcas

128
• Genera operaciones más eficientes
• Mejora el desempeño financiero
• Incrementa las ventas y la fidelidad del cliente
• Brinda la oportunidad de apoyar al gobierno y contribuir al
fortalecimiento de las instituciones públicas

3. Finalmente, un concepto.

Podríamos afirmar que la BE es:

... el descubrimiento y la aplicación de los valores y normas


compartidos por una sociedad pluralista –valores que componen la ética
cívica- al ámbito peculiar de la empresa, lo cual requiere entenderla
según un modelo comunicativo, pero siempre empapado de post-
convencionalismo125.

125
Esto es, un proceder no autoritario y que hace opción por la comunicación.

129
4. ETICA Y DESARROLLO.

Introducción.

El nuestro es un contexto global dominado por el modelo neoliberal que


se autoproclama solución a todos los problemas, aunque en la práxis se nos
muestra un panorama en el que se dan realidades como las siguientes:

• Es muy claro –después de la aparición de nuevos indicadores- que,


de ordinario, sobre todo en países desarrollados, que el crecimiento
y la calidad de vida no siempre van de la mano,
• la brecha entre los ricos y los pobres no acaba de dejar de crecer –en
términos locales e internacionales-, y
• es innegable la situación de los oligopolios en cuanto los grandes
ganadores en el panorama económico presente.

Esta realidad nos lanza a plantearnos la cuestión acerca de la noción


presente de desarrollo. ¿Es la ideal? Y la pregunta cabe no solo desde lo
puramente económico como desde lo ético e incluso desde lo ecológico, tal
y como ya lo hemos anotado arriba al hablar de ecoética.

Es claro que el enfoque que aquí nos va a ocupar es el ético, esencial hoy
en las presentes condiciones post-modernas y globales, que marcan el
resurgir de la preocupación por lo recto en un contexto plural, pero
defensor del ideal humano de una vida buena dentro del contexto de un
paradigma innovador de frente a una noción de desarrollo que implica, al
menos, tres racionalidades126 infaltables y en interacción:

a. racionalidad técnica: económica e ingenieril, que mira lo factible,


viable y sostenible;
b. racionalidad política: que fija los límites sociopolíticos a la elección
técnica y mira hacia la aceptabilidad de lo técnicamente escogido por
parte de la sociedad civil; y
c. racionalidad ética: mira la deseabilidad moral de lo escogido.

1.Un concepto de desarrollo éticamente fundado.

Más allá de la moral provisional del “úsese y bótese” de los post-


modernos, una adecuada fundamentación ética de desarrollo ha de colocar
en el centro de todo al ser humano mismo127 y ha de ser capaz de plantear
126
Indicadas por C. Parker, en Etica, democracia y desarrollo humano, 1998, p.23s.
127
“Economía y técnica no tienen sentido si no es por el hombre, a quien deben servir” (PP34).

130
una utopía que vuelva los ojos hacia los valores típicos del ideal
democrático –los valores guía de los que ya se ha hablado-. Es esencial,
además, ir más allá del modo de vida propuesto por la propaganda de la
sociedad de consumo que hoy es cada día más determinante y hasta
“amenazante” (en expresión del informe posterior al seminario previo a la
Cumbre sobre desarrollo de la ONU de 1995, celebrado un año antes en
Slovenia), de cara a todos los peligros del presente culto al dinero y de la
competencia sin límite128.

De esta manera y partiendo de lo anterior, descubrimos algunas pista e


incluso un norte a la hora de plantear un ideal de desarrollo que resulte
integral y dé como resultado una sociedad más plena, humana y sustentable
para todas y todos en el presente y en el futuro que habrá de venir129. En
esta línea indicaremos un acercamiento a lo que debería ser el concepto que
retrata el esfuerzo que todos hemos de dar en pos del bien pleno del mayor
número posible de seres humanos.

2. Desarrollo auténtico y éticamente bien fundamentado.

2.1 Concepto.

Al decir desarrollo y al intentar agregarle lo de humano y lo de integral,


podemos referirnos a un proceso siempre inconcluso que conlleva la
satisfacción de las necesidades humanas de una sociedad, sabiendo que se
trata de una atención extensiva e intensiva de las necesidades de todos sus
miembros de modo dinámico, constante, creciente y sostenible.

2.2 Desde un humanismo pleno.

El verdadero desarrollo –como ha se visualiza- es aquel que le permite al


hombre pasar de condiciones menos humanas a otras más humanas130.

Qué implica esto? Veamos la siguiente explicitación: “Menos humanas:


las carencias materiales de los que están privados del mínimum vital y las

128
“La búsqueda exclusiva del poseer se convierte en un obastáculo para el crecimiento del ser y se opone
a su verdadera grandeza; para las naciones como para las personas, la avaricia es la forma mas evidente
de un subdesarrollo moral” (PP19).
129
Visto en clave ecoética, es claro que la noción tradicional de “desarrollo” entra en crisis, pues la
economía global ha agotado la capacidad de la tierra en cuanto mina y basurero. Queda así claro que el
crecimiento no es un espectáculo sin fin , tiene sus límites biofísicos y ello asesta un golpe directo a la
concepción de desarrollo que Truman lanzara en 1949. Hoy día la nueva perspectiva integra
sostenibilidad económica y justicia social, pide ir más allá de estilos de vida basados en el exceso y la
comodidad. La línea a seguir habla de autolimitación, promoción del bien común, discernir de cara a las
superfluidades.
130
Cf Pablo VI, PP19.

131
carencias morales de los que están mutilados por el egoísmo. Menos
humanas: las estructuras opresoras que provienen del abuso del tener o del
abuso del poder, de la explotación de los trabajadores o de la injusticia de
las transacciones. Más humanas: el remontarse de la miseria a la posesión
de lo necesario, la victoria sobre las calamidades sociales, la ampliación de
los conocimientos, la adquisición de la cultura. Más humanas: el aumento
en la consideración de la dignidad de los demás, la orientación hacia el
espíritu de pobreza, la cooperación en el bien común, la voluntad de paz.
Más humanas todavía: el reconocimiento por parte del hombre de los
valores supremos y de Dios, que de ellos es la fuente y el fin”131.

Ahora, derivado de esta enseñanza –en la línea de la propuesta de la


doctrina social de la Iglesia a partir de la década de los sesenta-, podríamos
agregar:

• “el desarrollo no se reduce al simple crecimiento económico. Por ser


auténtico, debe ser integral, es decir, promover a todos los hombres y
a todo el hombre”132.
• “...el tener más, lo mismo para los pueblos que para las personas, no
es el fin último. Todo crecimiento es ambivalente. Necesario para
permitir que el hombre sea más hombre, lo encierra como en una
prisión desde el momento que se convierte en el bien supremo, que
impide mirar más allá”133
• “El desarrollo no puede consistir solamente en el uso, dominio y
posesión indiscriminada de las cosas creadas y de los productos de la
industria humana, sino más bien en subordinar la posesión, el
dominio y el uso a la semejanza divina del hombre y a su vocación a
la inmortalidad”134.
• “El desarrollo de los pueblos comienza y encuentra su realización
más adecuada en el compromiso de cada pueblo para su desarrollo,
en colaboración con todos los demás (...) Todo lo que favorezca la
alfabetización y la educación de base, que la profundice y complete,
(...) es una contribución directa al verdadero desarrollo”135.
• “...si el desarrollo es el nuevo nombre de la paz, ¿quién no querrá
trabajar con todas sus fuerzas para lograrlo?”136.

131
PP 20.
132
Ibid, 14.
133
Idem. 19.
134
Juan Pablo II SRS29.
135
SRS 44.
136
PP87.

132
Declaración sobre el derecho al desarrollo
Adoptada por la Asamblea General de la ONU en su resolución
41/128, de 4 de diciembre de 1986
Declaración sobre el derecho al desarrollo:
Artículo 1
1. El derecho al desarrollo es un derecho humano inalienable en virtud del
cual todo ser humano y todos los pueblos están facultados para participar
en un desarrollo económico, social, cultural y político en el que puedan
realizarse plenamente todos los derechos humanos y libertades
fundamentales, a contribuir a ese desarrollo y a disfrutar del él.
2. El derecho humano al desarrollo implica también la plena realización
del derecho de los pueblos a la libre determinación, que incluye, con
sujeción a las disposiciones pertinentes de ambos Pactos internacionales de
derechos humanos, el ejercicio de su derecho inalienable a la plena
soberanía sobre todas sus riquezas y recursos naturales.
Artículo 2
1. La persona humana es el sujeto central del desarrollo y debe ser el
participante activo y el beneficiario del derecho al desarrollo.
2. Todos los seres humanos tienen, individual y colectivamente, la
responsabilidad del desarrollo, teniendo en cuenta la necesidad del pleno
respeto de sus derechos humanos y libertades fundamentales, así como sus
deberes para con la comunidad, único ámbito en que se puede asegurar la
libre y plena realización del ser humano, y, por consiguiente, deben
promover y proteger un orden político, social y económico apropiado para
el desarrollo.
3. Los Estados tienen el derecho y el deber de formular políticas de
desarrollo nacional adecuadas con el fin de mejorar constantemente el
bienestar de la población entera y de todos los individuos sobre la base de
su participación activa, libre y significativa en el desarrollo y en la
equitativa distribución de los beneficios resultantes de éste.
Artículo 3
1. Los Estados tienen el deber primordial de crear condiciones nacionales e
internacionales favorables para la realización del derecho al desarrollo.
2. La realización del derecho al desarrollo exige el pleno respeto de los
principios de derecho internacional referentes a las relaciones de amistad y
a la cooperación entre los Estados de conformidad con la Carta de las
Naciones Unidas.
3. Los Estados tienen el deber de cooperar mutuamente para lograr el
desarrollo y eliminar los obstáculos al desarrollo. Los Estados deben
realizar sus derechos y sus deberes de modo que promuevan un nuevo
orden económico internacional basado en la igualdad soberana, la
interdependencia, el interés común y la cooperación entre todos los
Estados, y que fomenten la observancia y el disfrute de los derechos

133
humanos.
Artículo 4
1. Los Estados tienen el deber de adoptar, individual y colectivamente,
medidas para formular políticas adecuadas de desarrollo internacional a fin
de facilitar la plena realización del derecho al desarrollo.
2. Se requiere una acción sostenida para promover un desarrollo más
rápido de los países en desarrollo. Como complemento de los esfuerzos de
los países en desarrollo es indispensable una cooperación internacional
eficaz para proporcionar a esos países los medios y las facilidades
adecuados para fomentar su desarrollo global.
Artículo 5
Los Estados adoptarán enérgicas medidas para eliminar las violaciones
masivas y patentes de los derechos humanos de los pueblos y los seres
humanos afectados por situaciones tales como las resultantes del apartheid,
todas las formas de racismo y discriminación racial, el colonialismo, la
dominación y ocupación extranjeras, la agresión, la injerencia extranjera y
las amenazas contra la soberanía nacional, la unidad nacional y la
integridad territorial, las amenazas de guerra y la negativa a reconocer el
derecho fundamental de los pueblos a la libre determinación.
Artículo 6
1. Todos los Estados deben cooperar con miras a promover, fomentar y
reforzar el respeto universal y la observancia de todos los derechos
humanos y las libertades fundamentales de todos, sin ninguna distinción
por motivos de raza, sexo, idioma y religión.
2. Todos los derechos humanos y las libertades fundamentales son
indivisibles e interdependientes; debe darse igual atención y urgente
consideración a la aplicación, promoción y protección de los derechos
civiles, políticos, económicos, sociales y culturales.
3. Los Estados deben adoptar medidas para eliminar los obstáculos al
desarrollo resultantes de la inobservancia de los derechos civiles y
políticos, así como de los derechos económicos, sociales y culturales.
Artículo 7
Todos los Estados deben promover el establecimiento, mantenimiento y
fortalecimiento de la paz y la seguridad internacionales y, con ese fin,
deben hacer cuanto esté en su poder por lograr el desarme general y
completo bajo un control internacional eficaz, así como lograr que los
recursos liberados con medidas efectivas de desarme se utilicen para el
desarrollo global, en particular de los países en desarrollo.
Artículo 8
1. Los Estados deben adoptar, en el plano nacional, todas las medidas
necesarias para la realización del derecho al desarrollo y garantizarán,
entre otras cosas, la igualdad de oportunidades para todos en cuanto al
acceso a los recursos básicos, la educación, los servicios de salud, los

134
alimentos, la vivienda, el empleo y la justa distribución de los ingresos.
Deben adoptarse medidas eficaces para lograr que la mujer participe
activamente en el proceso de desarrollo. Deben hacerse reformas
económicas y sociales adecuadas con objeto de erradicar todas las
injusticias sociales.
2. Los Estados deben alentar la participación popular en todas las esferas
como factor importante para el desarrollo y para la plena realización de
todos los derechos humanos.
Artículo 9
1. Todos los aspectos del derecho al desarrollo enunciados en la presente
Declaración son indivisibles e interdependientes y cada uno debe ser
interpretado en el contexto del conjunto de ellos.
2. Nada de lo dispuesto en la presente Declaración debe ser interpretado en
menoscabo de los propósitos y principios de las Naciones Unidas, ni en el
sentido de que cualquier Estado, grupo o persona tiene derecho a
desarrollar cualquier actividad o realizar cualquier acto cuyo objeto sea la
violación de los derechos establecidos en la Declaración Universal de
Derechos Humanos y los Pactos internacionales de derechos humanos.
Artículo 10
Deben adoptarse medidas para asegurar el pleno ejercicio y la
consolidación progresiva del derecho al desarrollo, inclusive la
formulación, adopción y aplicación de medidas políticas, legislativas y de
otra índole en el plano nacional e internacional.

135
5. ETICA Y COMUNICACIÓN SOCIAL.

Introducción.

Uno de los efectos más abrumadores de la revolución tecnológica es el


fortalecimiento impresionante del poder y de la influencia de los medios de
comunicación que, de modo global, difunden una información que, poco a
poco y según sus intereses, los seres humanos transforman en conocimiento
que, como se afirma constantemente, es fuente de poder e influencia en la
sociedad de hoy, llamada por muchos, del conocimiento y/o de la
información.

Incluso se llega a hablar de que se está operando una de las mayores


revoluciones culturales de la historia y, como es obvio, difícilmente alguien
se puede sentir inmune de semejante carga de impacto e influencia.

Ante esta realidad la cuestión ética aparece también más y más


importante. ¿Son los medios realidades correctamente utilizadas? ¿A qué
intereses responden? ¿Y el rol crítico del consumidor? ¿Qué decir de la
llamada brecha informacional?

Hagamos aquí algunas breves reflexiones sobre el tema.

1. Un ideal.

Podríamos partir del planteamiento en torno al ideal que han de reflejar


los medios en cuanto a su misión. Esto es, ¿a qué están llamados los
medios? Podríamos decir:

a. a dar un servicio a la promoción de la dignidad humana;


b. a colaborar al bienestar integral del ser humano;
c. a fomentar todo cuanto anime la condición del hombre en
cuanto ser político.

2. Puede desprenderse algún beneficio real del uso de los medios


para el ser humano de hoy?

Podríamos clasificar esos beneficios en áreas:

a. Económica: en una economía de mercado global como la


nuestra, el uso de los medios estimula el crecimiento, exige

136
altos niveles de calidad, fomenta la competencia sana y ayuda
a la hora del consumo.
b. Política: en cierta manera favorece la participación, mejora –
en lo posible- el nivel de información y sacan a la luz formas
diversas de corrupción para que sean conocidas por el gran
público.
c. Cultural: hace posible el acceso de muchos a un mundo que,
de otra manera, sería desconocido o resultaría inaccesible para
la mayoría. Por otra parte facilita el camino de cercanía entre
la cultura más refinada y universal, por un lado, y la cultura
más popular y local, por otro.
d. Educativa: cada día este es un renglón que se amplían más y
beneficia a un área de la población que aumenta de contínuo.
e. Religiosa: muchas personas descubren en los medios una
fuente de inspiración y de aliento, sobre todo, cuando los
contenidos tienen en cuenta la unidad psicosomática que se da
en el ser humano.

En cada una de estas áreas o categorías el bien que se puede realizar está
certificado en lo que se puede constatar a diario y, además, ofrecen los
medio elementos que benefician un valor que cada día es más valorado y
no siempre bien promovido, esto es, la comunión entre los seres humanos.
Ahora, es obvio que todo esto será posible solo si se tiene presente a la hora
de comunicar, tanto por el periodista como por el dueño del medio, la
verdad acerca de la dignidad del hombre y una gran claridad en torno al
hecho de que se trata de un ser libre, inteligente y social.

3. En torno a la cuestión de los abusos.

Con facilidad nos ubicamos ante la sospecha acerca de cuál puede ser la
respuesta a esta cuestión. Efectivamente, tirios y troyanos están de acuerdo
en este punto. Alienar, marginar y aislar son realidades que pueden
indicarse como posibles a la hora de mirar el renglón de los abusos que se
pueden dar en el uso de los medios de comunicación, todos ellos con un
poder cada día más evidente, pues incluso son pieza esencial en la
generación de eso que se llama hoy “sociedad mediática” –nada vale si no
pasa por los medios con anterioridad- y siempre creadora de estilos de vida
y realidades virtuales siempre cambiantes137.

137
Giddens habla de “estilo de vida” como realidad que da forma a una crónica concreta en torno a la
identidad del yo, lo cual exige una tendencia a planear la vida cotidianamente de cara a las urgencias de
seguridad que plantea cada día o el nuevo modelo conocido mediáticamente. Cf. Modernidad e identidad
del yo, Península. Barcelona, 1995, pp.106ss.

137
Veamos, de nuevo, algunas áreas:

a. Económica: primero nos ubicamos ante la posibilidad de incrementar


los ya peligrosos y escandalosos niveles de exclusión y desigualdad
que se aprecian en el mundo dual y global en que vivimos. La
promoción de ciertos modelos y la marginación de otros “no
comercializables” resulta hoy un fenómeno grave a considerar, para
solamente recordar los daños generados por el estilo de vida
occidental basado en la dinámica hiperconsumidora y tan poco
sostenible del “use y bote”.
b. Política: resulta abusivo el uso de los medios cuando se dirigen en
función de manipular y/o engañar a masas, o también cuando se
propone suscitar actitudes sociales concretas partiendo de datos no
reales o tergiversados. Aquí el tema de la posibilidad de la
manipulación de la noticia ocupa un lugar de primer orden, lo mismo
que la mentalidad empresarial –a partir de la lógica del mercado- que
cobra cada día su cuota.
c. Cultural: se puede dar el caso de que los medios, debido a su empeño
por promover patrones de conducta impropios del ser humano, le
empobrezcan en su dignidad. Para sólo dejar señalado eso que hoy
adquiere dimensiones de tragedia mundial, o sea, el fenómeno de la
nueva colonización cultural o “cultura adveniente uniformada”,
realidad siempre alimentada por los medios que vibran –en su
inmensa mayoría- con los intereses de ciertas élites económicas que
los usan frecuentemente para legitimarse.
d. Educativa: el número de horas que consume una persona ante un
medio lleva a la cuestión acerca de la bondad de ese proceder, sobre
todo, cuanto implica dejar de lado los deberes laborales o
académicos exigidos.
e. Religiosa: la marginación y el pésimo uso de la información en esta
área llevan a percibir un panorama no aprobable con frecuencia.

4. Algunas pistas de tipo ético.

Una vez más –y en el contexto de una ética cívica fundada en un principio


de responsabilidad claro- hemos de tener presente que partimos del ser
humano y de la comunidad que éste conforma, a la hora de hacer nuestra
valoración de frente a los medios. Esta realidad que, de por sí, deberían
tener presente siempre una finalidad clara que podríamos explicitar en los
siguientes términos:

138
• aplicarse de manera firme y perseverante en la
promoción del bien común138,
• reconocer y favorecer los intereses de los más
vulnerables (pobres, ancianos, minorías, niños no
nacidos, enfermos, la familia, etc.),
• cuidar de la verdad y la libertad con responsabilidad,
• proteger lo íntimo y
• sentir una profunda vocación por asumir una clara
mentalidad servicial.

Vías prácticas? Nos parece que podríamos anotar varias:

a. Autorregulación capaz de escuchar voces externas y de manejarse


con criterios únicos;
b. Pistas deontológicas concretas y universales, iluminadas por
consideraciones acerca del ideal de realidad que se desea promover
por encima de las exigencias del mercado y la rapidez de los cambios
en la tecnología;
c. Un concepto claro de “verdad en la información” que ilumine la idea
de libre expresión.

5. Y el rol del consumidor?

El usuario de la comunicación está de frente a la gran responsabilidad de


escoger y, a partir de ello, crecer en criticidad. Algunos autores hablan de
un usuario que es “inculto actitudinal” para criticar en él su indiferencia
posicional, esto es, su condición de receptor acrítico de lo que le pasa el
“experto” a través del medio139.

Es claro que para un rol cada día más activo del que consume
información, se requiere una fuerte dosis de formación. En el caso de los
menores, el papel decisivo es el de los padres de familia. En el caso de
todos, el sistema educativo –cada día menos crítico del sistema- y las
instituciones religiosas, han de tener un rol muy activo, sobre todo, de cara
a las presentes condiciones en la cual la ambivalencia de los medios es tan
fuerte, pues a la par que ayudan a crecer en virtud, provocan depravación
con facilidad a todo tipo de personas y de cualquier sustrato social o
académico.

138
Cf Juan Pablo II, SRS 38.
139
J. Benavides cita a L. Terril y a Chomsky, quien usa otras expresión para referirse a la actitud del
usuario: “idiotez del ciudadano medio”. En Cómo hablar de ética en el contexto de los medios de
comunicación? Memoria Académica 1988-99, Inst. Fe y Secularidad, 1999, pp.211ss..

139
6. ETICA Y POLÍTICA.

Introducción.

Hoy día se tiende a multiplicar los debates en torno a la cuestión ética y


cada día es más palpable que, efectivamente, de la perspectiva desde la que
se vea el horizonte moral dependen muchas cosas, sobre todo, en este hic et
nunc que nos ha tocado vivir. El panorama de nuestro entorno es singular,
pues más del noventa por ciento de los problemas que aquejan gravemente
a los seres humanos de nuestro tiempo tienen en su misma raíz, se acepte
pacíficamente o no, algún déficit de tipo ético.

Ahora bien, a la hora de hacer propuestas en plan de buscar paliar un poco


la gravedad de la situación de tantos y tantas en el mundo entero, no hay
duda de que se hace esencial no obviar un dato: se trata de hacer una oferta
viable que lleve a elevar la temperatura ética del mundo civilizado sin
olvidar de modo alguno la condición plural y democrática de la gran
mayoría de nuestras sociedades. No tendría ninguna oportunidad de éxito
un proyecto ético que tuviera otras expectativas.

De esta manera y para manejar alguna expectativa de impacto, hoy día se


ha tornado tema frecuente el hablar de proyectos éticos globales140. Con
ello se hace referencia a propuestas éticas que, desde la tolerancia y el
entendimiento, por la vía del diálogo, facilitan llegar a un consenso ético
minimal que resulte una vía adecuada para proponer a todos –creyentes o
no- una serie de mínimos exigibles en justicia que resulten de la
intersección de las diversas cosmovisiones o éticas de máximos, esto es, de
los diversos proyectos de vida buena que cada quien libremente asume y
maneja.

En esta clave y con estos presupuestos, nos queremos acercar a un tema


conflictivo. Desde Maquiavelo nadie está seguro del modo correcto de
acercar las dos palabras que aparecen en el encabezado de estas líneas.
Parece difícil y la voz del pueblo, con frecuencia, anuncia su imposibilidad.
Sin embargo, como se verá, no es imposible. Deseamos proceder despacio
teniendo presente los elementos arriba anotados.

1. La política.

Abordamos el tema en un momento en el que la mayoría de las personas


asocian “política” con engaño, mentira, cinismo, etc. Una realidad
140
Cf Küng, H., Empresa global y ethos global, Concilium (2001) 292, p.607 ss.

140
necesaria en el vivir común está, pues, sumida en una crisis harto trágica.
Miremos lo que realmente es.

1.1 Concepto.

Es importante que se distinga entre lo específico de la política, esto es,


atender los confines precisos del estado dentro de la vida social, y el medio
que se usa, esto es, el poder.

M.A. Piñón dice que “la esencial fundamental de la política es su relación


con el poder y con las estructuras del Estado”141, las cuales le sirven para
manifestarse. Y la finalidad de ella será constituir un orden tal que haga
posible que el poder sirva al bien común. J.R. Ayllón complementa al decir
que la política nunca ha de perder de vista la importancia de generar
bienestar con paz social142.

Ahora, el poder consiste en el monopolio de la fuerza y si, cuando el


poder lo conserva alguien, ese alguien será un grupo social concreto.
Luego, los fines de la política serán los de ese grupo social que posee el
poder. No son, pues, fines establecidos para siempre pues los actores
sociales tienden a cambiar.

En otro momento se ha llegado a ver la política como un reflejo de la


relación amigo-enemigo. Freund dice que “mientras haya política, ésta
dividirá a la colectividad en amigos y enemigos”143, esto es, en posiciones
que se enfrentan, en diversidad de criterios, se nos ubica ante la pluralidad
de salidas para los mismos problemas.

¿Y con respecto a la moral? Aunque es un tema que adelante se asumirá,


hay quienes144 piensan que lo político (maquiavélico) y lo moral (virtuoso)
son órdenes diferentes. Lo primero tiende a lo hábil y sagaz para alcanzar
ciertos fines y lo segundo a la bondad. Luego se verá si esta distinción
funciona.

1.2 Idea en crisis?

La “economización” de todo ha hecho que la utilidad a corto plazo y la


necesidad económica, hayan reemplazado las exigencias de la verdad y de
la ética. Así cunde el cinismo y la confusión entre verdad-mentira. No es
141
Nueva hegemonía y bloque en el poder en México: de cara a las elecciones del año 2000. En Revista
de Ciencias Sociales UCR 88: 19-28 (II-2000).
142
Cf Ayllon, J.R., Etica razonada, Libros MC., Mdrid, 1999, p. 185ss.
143
Citado por Bobbio, Diccionario de política, p.1221.
144
A partir de M Weber y sus escritos sobre temas políticos.

141
fácil determinar qué es cierto y qué no, qué es sano y qué es corrupto. Y la
mayoría de los políticos se han dejado apresar por esa maraña sin saber
exactamente qué hacer ni hasta dónde plegarse o no145.

La prioridad gira en torno a la competencia y a la productividad, se


procede más allá del fin esencial de la actividad política, esto es, el bien
común. Ni siquiera el sufrimiento humano es importante y el juego se
plantea entre el miedo de algunos al cambio y la angustia por sobrevivir de
muchos.

Política, Estado y Gobierno son realidades cada día más inoperantes –y a


su servicio- ante el imperio del mercado146. Algunos hablan de un
“despolitización generalizada”147 y de una sumisión total a la economía que
–de suyo y por insensible dado el carácter absoluto de los índices que
maneja- tiende a ser bastante cruel además de muy intransigente a la hora
de dar cabida a intentos dirigidos a la promoción de esfuerzos
humanizantes en el uso del poder148.

1.3 ¿Salidas?

Parece que sí. Se trata de una apertura de la política a facilitar el camino a


un horizonte diferente y emancipado del yugo económico.

Estamos ante el reto de “refundar la política” y dar vida a lo emergente,


sobre todo, a la nueva fuerza de la sociedad civil. Desde allí y sólo desde
allí será posible animar una ética global de mínimos que, levantada sobre
por lo que queda del Estado, haga posible un resurgir del ciudadano que
exige seguridad y unos valores esenciales que le permitan saber a qué
atenerse en su vida diaria. Un ciudadano que, participando, provoque un

145
J. Ramoneda en crónica de El Financiero del 6-12 noviembre del 2000, p. 38, habla de la política
como realidad dominada por la economía y por los especialistas en esa rama, a quienes apenas si llega
cualquier control de tipo político. La presente situación exige –en el pensamiento de este autor- de un
retorno a la política si es que la democracia aspira a salir del presente estado de inanición en que se
encuentra.
146
Aquí por gobierno se entiende “el conjunto de órganos a los que institucionalmente les está confiado el
ejercicio del poder” (M. Víquez, Globalización, gobierno y perspectivas éticas, en Senderos (2000) n.66,
pp.488.). Una noción que está muy vinculada con otra, esto es, gobernabilidad. Y esto porque día a día
los tecnicismo, las exigencias populares y las presiones externas hacen más y más difícil la labor de
quienes lideran el poder ejecutivo.
147
Como V. Santuc en Etica y Política, en revista Socialismo y participación n.74(1996).
148
Todos aparecen sometidos a eso que algunos llaman la “lógica del mercado”, que lleva hasta al olvido
del principio básico del bien común (mirar el artículo Etica y política, de F. Bolognino, en
www.monografías.com) . Con semejante olvido es comprensible que el esquema excluyente que valora
como egentes de intercambio solo a quienes gozan de influencia, poder y recursos. Sobre esto puede
mirarse M. Fischer, El desencantamiento en la política, en www.monografias.com. La economía no
puede limitarse así a mirar al ser humano solamente como actor económico, sino que debe saber que ella
ha de orientarse siempre a partir de los objetivos superiores, éticos y políticos, del bien común.

142
renacer de las virtudes cívicas y exija a los gobernantes ir más allá de la
dictadura del mercado y del pretendido “pensamiento único”, a pesar de la
dimensión planetaria de la vida presente.

2. ¿Es posible una conexión entre política y ética?

No hay dos órdenes de moralidad como pretende el artículo de Bobbio


arriba anotado. No se puede disociar a la manera del autor de El Príncipe
lo político de lo moral. En la historia las enseñanzas de esta separación han
sido crueles y aún no del todo aprendidas.

Hoy día, sin embargo, el problema es mayor, pues no se trata sólo de


aceptar esta doble moral que distingue entre sagacidad y bondad. El mal
más grave problema que golpea a la política es el haber aceptado como
propios y como estilo de acción los postulados del capitalismo inhumano y
cada día con más capacidad para hacer abstracción de la persona que está
detrás de las cifras que maneja. Es más, la política ha acabado sirviendo a
esta manera de ver las cosas y hasta ha colaborado abiertamente en la
desintegración del Estado, en total obediencia a los postulados neoliberales
imperantes149.

La propuesta que intentamos aquí la ofrecemos en clave de eso que


podríamos llamar “ética de mínimos” con A. Cortina o “proyecto de ética
mundial” con H. Küng. Nos parece la única salida para volver a una
realidad en la que el ser humano vuelva a ser considerado fin y no medio y
en la que libertad y justicia, igualdad y pluralismo, fraternidad y
hermandad solidaria, coexistencia y paz, productividad y ecología,
tolerancia y respeto, sean realidades que resulten lo común y no la
excepción.

Una política que desde una “refundación” promueva algunos mínimos


valóricos esenciales como los anotados y una ciudadanía nueva, más
madura y antropológicamente radical, es una verdadera urgencia150 que no
es posible ni conveniente retrasar más.

Libre de lo que hoy le ata y le desacredita tanto, siendo capaz de ir más


allá de toda hipocresía servil, la política tendrá que levantarse para elevar la
temperatura ética del mundo de hoy. Todo esto exigirá decisión, retomar
ideales, revalorar y reanimar al ciudadano, y exigir –al menos- al
149
Aquí, sobre todo, se ha de destacar la tendencia neoliberal de insistir en un esfuerzo por limitar el rol
estatal en beneficio de lo privado.
150
Aquí se hace necesaria la posibilidad de retomar el concepto de UTOPÍA. Un ideal que permite
descubrir lo posible, que empuja hacia el futuro y descubre vías que le devuelven su identidad, por cuanto
le permite ir más allá de la lógica que impone el mercado y el intercambio.

143
profesional de la política un reencuentro urgente con eso tan extraño hoy,
pero tan necesario a todos: la verdad.

144
6. LA ETICA COMO REMEDIO A LA CORRUPCIÓN...
¿UN CAMINO VIABLE?

Introducción.

Sabemos que no es posible levantar una sociedad como se debe ni


construir un verdadero proyecto ético global si no es a partir de una serie de
virtudes ciudadanas mínimas y de un renovado propósito ciudadano de
renovar su identidad y papel en la construcción de la comunidad humana
del mañana.

A partir de lo anotado en otros apartados descubrimos eso que hemos


llamado figurativamente “esquizofrenia ética contemporánea”. Esto es,
una situación dual en la cual el discurso descriptivo del ideal marcha en una
dirección y la realidad cruda y plena, mientras tanto, tiende a mostrar una
cara que obedece a otros criterios totalmente contradictorios a ese ideal
planteado por el discurso en cuestión.

Ante esta realidad enferma que se nos ofrece a nuestra constatación,


podríamos asumir diversas actitudes, desde la evasión hasta el compromiso
revolucionario, sin embargo y desde la perspectiva que aquí nos anima,
podemos percibir la viabilidad de una salida y ella está allí en eso que
arriba hemos llamado el giro aplicado de la ética.

Verdaderamente es claro que la presente es una época difícil de leer y de


valorar, sobre todo, cuando consideramos la poca perspectiva que aún
tenemos para el análisis y la valoración, sin embargo, ello no nos impide
percibir uno de los más graves males de nuestro momento histórico, esto
es, el problema de la corrupción en todos los niveles. Nos ubicamos así
ante uno de los más notorios elementos de muestra de frente a esa
“esquizofrenia” de la que antes hablábamos.

1. Corrupción.

Según el Diccionario de la Real Academia la expresión corrupción


significa “alterar y trastocar la forma de alguna cosa”. La profesora de la
Universidad de Valencia, A. Cortina la define como “cambiar la naturaleza
de una cosa volviéndola mala”. Es claro que la cuestión del autor –tan
vinculada a la valoración ética de esa conducta desvirtuada- es de una
importancia obvia: actúa una sola persona o varias personas, siempre de
modo intencional, esto es, de una manera totalmente libre y consciente.

145
Otro concepto, ahora de D. Velasco: “(es) una violación de las reglas y de
las normas asociadas a lo que se percibe como interés general en la
sociedad política en un momento dado, en el curso de un intercambio
clandestino entre los mercados social, político y económico” Y más
adelante, este mismo autor dice: “todo lo que sea instrumentalizar las
instituciones democráticas (nacidas y pensadas para sociedades que buscan
lo mejor para todos) para intereses particulares (no inversalizables) es
corrupción. Cuando alguien, que tiene una posición pública privilegiada de
poder o de saber (información) se aprovecha de ella para sus intereses
particulares o el de algún grupo particular es un corrupto”151

Estamos ante un mal de siempre y propio del sector público lo mismo que
del privado. Un mal en expansión, el fantasma que recorre las
democracias, un cierto olor a podrido que recorre las instituciones, un
elemento destructor de la política, en fin una especie de gangrena que
dirige su ataque hacia las mejores extremidades del sistema.

Se puede ser corrupto de dos maneras:

a. por acción: venta de favores, pagar asesorías inexistentes, viajar y


divertirse con fondos públicos, evasión de impuestos, etc.; y
b. por omisión: no cumplir adrede con algún procedimiento necesario,
no dar lo mejor en el trabajo, gobernar en función de encuestas,
comprometerse a imposibles, etc.

Causas de esta realidad:

a. el presente contexto consumista y hedonista exaltador del


“exitismo” como ideal de vida;
b. la nueva y radical divinización del lucro;
c. la generalización de eso que algunos llaman “egolatría”;
d. pobreza en la vigilancia de los que gobiernan, esto es, debilidad en
los controles;
e. multiplicación innecesaria de los trámites en oficinas del Estado;
f. narcotráfico;
g. etc.

Muy en breve podríamos plantear que la corrupción, en cuanto reino de la


mentira capaz de comprarlo todo y a todos, en cuanto realidad local e
internacional es algo así como lo que sigue:

151
AAVV., Corrupción y ética, Deusto, 1996, p.41s

146
CORRUPCIÓN= DINERO-
TRANSPARENCIA-JUSTICIA.
C=D-T-J.

2. ¿Y la opción ética?

Aquí vale la pena preguntarse unas cuantas cosas:

• ¿Realmente es lo mejor preferir lo bello, bueno y verdadero?


• ¿Ha pasado la época en la que los héroes eran los “buenos”?
• ¿El astuto ha de ser presa de la tendencia que lanza al proceder
corrupto?
• ¿El bueno, para vivir en paz, ha de conformarse con ser un
sencillo “bolsillos vacíos”?
• ¿Eso de la ética es solo una reliquia en unos tiempos presentes
que algunos consideran “post-morales” y fundamentalmente
corruptos?

Curiosamente, se trata de cuestiones urgentes en tiempos de urgencia.


Pero eso si, se trata de cuestiones planteadas en tiempos en los cuales no
sólo no pasamos sino que asistimos a un momento de auge de la ética
aplicada y en los cuales se percibe cuán útil y hasta rentable puede ser la
honradez, la verdad y la credibilidad.

No hay ningún esfuerzo serio de ética aplicada que deje de lado la


convicción de que la mejor política de mercadeo para cualquier quehacer –
empresarial o no- es hacer ver a todos hasta qué punto se valora la
honestidad, cuánto importante resulta aquello de que la credibilidad y la
verdad son las dos márgenes del río de la ética y que la verdad sin
credibilidad es perniciosa y que la credibilidad sin verdad está vacía. Con
este ánimo hay esperanzas de un mañana con menos mentira, más respeto a
la persona humana y una ciudadanía más activa a la hora de poner freno al
problema destructivo de la corrupción.

3. Desde la propia profesión, ¿qué camino seguir?

Cualquier gremio profesional debe tener muy claro hoy día que lo anotado
arriba ha de ser tomado muy en serio por cada uno de sus miembros.
Cualquier profesión que no enfrente seriamente el flagelo de la corrupción
–hacia dentro y de frente al todo social- se autodestruye irremediablemente.

147
Se hace necesario y casi imperioso, recordar aquí en detalle, por un lado,
la esencialidad del llamado BIEN INTERNO, o sea, aquello que cada
profesión ofrece de modo exclusivo a la sociedad y que la justifica. Y, por
otro, el carácter secundario de los llamados BINES EXTERNOS de la
misma, esto es, aquellos que son comunes a cualquier actividad
profesional: prestigio, dinero, status, etc.

Esto es fundamental recordarlo pues ubicar lo externo por encima de lo


esencial lleva a la corrupción en el ejercicio profesional y le resta al
quehacer legitimidad social, pues se acorrala dramáticamente tanto a la
confianza como a la credibilidad.

Así la autorregulación existente en cada profesión vía códigos


deontológico resulta ser esencial para lograr que poco a poco lo ordinario
en todo proceder humano, público y privado, sea la virtud.

148
SÍNTESIS.
PARTE FINAL.

1. TRABAJO HUMANO.

En este apartado, nos acercamos a un concepto y luego de mirarlo en sus


partes, pasamos a descubrir:
• la centralidad del ser humano;
• su condición de deber-derecho;
• el tema del salario justo;
• la idea de lo bien hecho-competencia-excelencia;
• gusto por lo realizado.

2. PROFESIÓN.

Luego de mirar dos definiciones, una menos pleno que la otra, dimos un
vistazo a la historia del concepto, para precisar con Elias, Parsons, Gross.
El paradigma profesional aquí es decisivo y los elementos que lo
componen.|

3. QUE ES LA ETICA APLICADA?

Una vez que se recordó la distinción entre la ethica utens y la ethica


docens, dimos como preámbulo las funciones esenciales de la ética e
introducimos dos conceptos: casuística y deontología.

Para caer en lo aplicada nos acercamos a Apel y Habermas, así como a la


ética de responsabilidad de Weber.

Acabamos con algunas conclusiones importantes.

4. DEONTOLOGIA.

Para SABER HACER bien destacamos la noción de ética profesional y


desde Bentham nos acercamos al concepto que nos ocupa, realidad que
hace concreto el ideal ético (ver el aporte de E. Derieux).

Se aterriza en al idea de código deontológico, lo que contempla y sus


diferencias con la normativa penal.

5. BIOÉTICA.

149
Luego de mirar su prehistoria, se llega al siglo XX y sus momentos
cumbres desde 1962. Sobre todo, tuvimos ocasión de destacar el año 1971
y todo cuanto ocurrió en ese período.

Las implicaciones del Informe Belmont y los principios que formula son
fundamentales: beneficencia, autonomía y justicia.

6. ECOETICA.

Desde Haeckel hasta el aporte del Informe Brundtland y la noción de


desarrollo sostenible.

Se hicieron constataciones de realidad, se miraron actitudes posibles:


naturalista, emotiva, utilitarista, racionalista, ecológica.

Luego algunas pistas éticas: Jonas, Green, corriente ecológica alemana,


Moltmann.

Se ofrece un nuevo paradigma enriquecido por la lectura de Juan Pablo II.

7. ETICA Y POLÍTICA.

Todo se inicia con un concepto de política y la noción de


“economización” de la misma, para descubrir sus implicaciones para el
Estado y el Gobierno. Algunas ideas de J. Ramoneda se destacan al
respecto.

Se ofrecen algunas pistas de solución ética y se plantea la idea de la


“refundación de la política”.

Algunas de las ideas del panel auxiliar valen la pena.

8. ETICA, ECONOMIA Y EMPRESA.

Partimos de un concepto de economía y luego se le asoció el elemento


ético desde el aporte de algunos autores conocidos.

Más tarde se valora la importancia de la BE y sus elementos, temas y


prioridades. Todo se cierra con un concepto de la ética de los negocios.

9. ETICA Y DESARROLLO.

150
Desde lo global se descubre la urgencia de variar el paradigma que se
posee hoy de desarrollo.

Después se procede a un acercamiento a lo que debe ser un desarrollo


correctamente fundado desde la perspectiva ética, esto es, capaz de generar
integridad, humanidad y sustentabilidad en el crecimiento.
Se ensayó un concepto de desarrollo integral y se ofrecieron pistas
concretas desde la llamada doctrina social de la Iglesia.

10. ETICA Y COMUNICACIÓN SOCIAL.

Se constata el impacto de la revolución en las comunicaciones y se mira


un deber ser. Es claro que el impacto de los medios puede ser positivo y
así se mira, para después tener la otra cara de la moneda: los abusos en
varias áreas de la actividad humana.

Cerramos con las pistas de tipo ético, la necesidad de la autorregulación


deontológico y un rol del consumidor más activo y crítico.

11. ETICA COMO REMEDIO A LA CORRUPCIÓN?

Luego de recapitular un poco, se mira lo esencial del giro aplicado de la


ética y se percibe cómo la corrupción es un mal notorio, masivo y además
impune.

Luego de dar definiciones con la Real Academia y A. Cortina, miramos


los modos posibles de corrupción y algunas de sus causas. Nos llamó la
atención la fórmula C=d-t-j.

En ruta ética, luego de algunas preguntas, se percibe lo esencial del buen


proceder hoy si se quiere tener lugar en el mercado mismo. No es buen
negocio ser corrupto –y parecerlo-.

Se cierra con el aporte que puede dar la profesión y los profesionales para
sanear la sociedad.

151
Conclusión.

Al final de este camino, la impresión es que vale la pena dedicar tiempo a


la cuestión ética. Es tan grave el contraste actual entre el ser y el deber ser
que, verdaderamente, nos sentimos impelidos a proponer, en el contexto
universitario y profesional, un ideal alto y sólido que brille en medio de una
sociedad en la cual los avances técnico-científicos nos han sabido ir de la
mano con el avance ético y moral.

Visto lo propio del curso que aquí culmina, mirado en clave cívica, con
una fundamentación racional lo menos ingenua posible y habiendo
dedicado un largo intervalo de tiempo a las otras dimensiones de la ética,
esto es, el acercamiento a las diferentes escuelas y la aplicación de los
principios a la vida ordinaria, ante todo, del profesional, creemos que no
nos ha ido tan mal al cumplir con los propósitos que nos planteábamos:

a. se desarrollaron, de la mejor manera posible y en lo concreto de


nuestras circunstancias, una serie de contenidos que hacen ver la
importancia de principios y valores mínimos de frente a la vida
profesional y/o universitaria de la mayoría de nuestros lectores de
hoy;
b. en clave zubiriana, nos empeñamos en que cada uno de los que se
han interesado en estas líneas, lograran arribar a eso que se llama
“aprehender”, pues solo así será posible un cierto impacto de cara a
fortalecer la presencia social de nuevos ciudadanos, más conscientes,
comprometidos y transformadores de una cierta utopía mínima;
c. todo el camino recorrido ha ofrecido pistas de argumentación y,
eventualmente, elementos que han de ayudar al universitario de hoy
y, al profesional de mañana o de hoy mismo, a discernir el recto
proceder en su respectivo campo.

Es cierto que el presente curso no asegura a quien lo realiza un proceder


honrado infalible, pero sí desea ser siempre suscitador de reflexión, de
manera que el profesional siempre se plantee cuál ha de ser el camino más
acertado para ser coherente con lo que la sociedad espera de él, esto es, que
sea una persona que aporta al todo social un bien que sólo él puede ofrecer,
con competencia, capacidad de servicio y veracidad. Aquí la deontología
es esencial por su facilidad de formular normas exigibles a todos, haciendo
aterrizar los frutos de la reflexión en ideales concretos y reconocidos,

152
formulaciones positivas que a la postre serán armas singulares para
combatir la tragedia de la corrupción.

Recientemente, se nos ha recordado que el soñar vale la pena. Martín


Luther King lo hizo en su momento, así como Basil Hume y Carlo María
Martini últimamente. Al finalizar estas líneas queremos aportar algo a un
sueño: que todo sea lo que debe ser. Y el ideal formativo universitario no
puede renunciar a su oficio de formar. Es el mejor aporte que la
Universidad puede aportar para que los sueños dejen de serlo, sobre todo,
el que aquí hemos planteado. Si la Universidad no forma se degrada, lo
mismo si se resistiera a la investigación o a la transformación. Y, tomando
en cuenta que lo ético es una urgencia formativa en nuestro contexto, y que
además, ni es obvia ni es imposible, la enseñanza de la ética es instrumento
de construcción de realidades nuevas y saber unificador-crítico.

En resumen, todo ha sido una invitación más para que todos nos
acostumbremos a pensar más y mejor lo que hacemos, responsabilizarnos
de ello y replantearnos constantemente las metas que manejamos. El
camino queda allí en frente y hay que recorrerlo. El resultado será ir
realizando un sueño.

mvl.

153
Bibliografía esencial.

AAVV., Concepciones de la ética, Ed. Trotta, Madrid, 1992.


AAVV., Corrupción y ética, Universidad de Deusto, Bilbao, 1996.
AAVV., Educación en derechos humanos, CELAM, Bogotá, 1998.
AAVV., Etica: la vida moral y la reflexión ética, Santillana, Madrid, 1998.
AAVV., Etica, democracia y desarrollo humano, LOM ediciones, Santiago,
1998
AAVV., Etica, Moscú, 1989
ALARCOS, F., La ética en la vida pública, EVD., Estella, 2000.
ARAGON, J., Etica y valores, Universidad Landívar, Guatemala, 1999.
AYLLON, J., FERNÁNDEZ, A., Etica, Casals, Barcelona, 1997.
AAVV., Corrupción y ética, Universidad de Deusto, Bilbao, 1996.
BARBER, B., Un lugar para todos, Paidos, Barcelona, 2000.
BOBBIO, N., Estado, gobierno y sociedad, Fondo de Cultura Económica,
México, 1994.
CORTINA, A., Hasta un pueblo de demonios, Ed. Taurus, Madrid, 1998.
_________, Los ciudadanos son protagonistas, Círculo de lectores,
Barcelona, 1999.
_________, Etica aplicada y democracia radical, Tecnos, Madrid, 1997.
_________, Etica de la empresa, Ed. Trotta., Madrid, 1996.
DEVINE, G., Respuestas a 101 preguntas sobre ética empresarial,
Panorama, México, 1998.
DUSSEL, E., Etica de la liberación, Trotta, Madrid, 1998.
__________, Etica comunitaria, Paulinas, Madrid, 1986.
ESCOBAR, G., Etica, Mcgraw Hill, México, 2000.
ETXEBERRÍA, X., La ética ante la crisis ecológica, Universidad de
Deusto, Bilbao 1995.
___________, Etica básica, Universidad de Deusto, Bilbao, 1998.
___________, Etica periodística, Universidad de Deusto, Bilbao, 1995.
FERNÁNDEZ, J., HORTAL, A., Etica de las profesiones, UPCO, Madrid,
1994.
GAFO, J., 10 palabras clave en Bioética, Ed. Verbo Divino, Estella, 1997.
GALDONA, J., Antropología del neoliberalismo, ACC., Salamanca, 1997.
GARCIA, N., Consumidores y ciudadanos, Grijalbo, México, 1995.
GOIKOETXEA, M., Introducción a la bioética, Universidad de Deusto,
Bilbao, 1999.
GOMEZ, F., El derecho al desarrollo, Universidad de Deusto, Bilbao,
1999.
HANLON, G., El libro de la ética, CEP, Lima, 1998.

154
JUAN PABLO II, Mensaje para la Jornada Mundial por la paz, Ed.
Políglota Vaticana, Roma, 1990.
KYMLICKA, W., NORMAN, W., El retorno del ciudadano, en La Política
(1997) 3.
KUNG, H., Proyecto de ética mundial, Ed. Trotta, Madrid, 1998.
LAPORTA, F., ALVAREZ, S., La corrupción política, Alianza, Madrid,
1997.
MENÉNDEZ, A., Etica profesional, Herrero Edit., México, 1998.
MOUFFE, CH., El retorno de lo político, Piados, Barcelona, 1999.
NAVARRO, J., Historia de la filosofía, ANAYA, Madrid, 1984.
PERROT, E., Etica profesional, Mensajero, Bilbao, 2000.
SADA, R., Curso de ética, Ed. MINOS, México, 1997.
SÁNCHEZ, S., Ciudadanía sin fronteras, DDB., Bilbao, 1998-
SEGURA, J., Etica en los negocios? Universidad de Deusto, Bilbao, 1996.
VIQUEZ, D., Contenidos para un programa de formación en ética aplicada
para políticos costarricenses, Tesis, ILADES, Santiago, 1998.
VOLADERAS, M., Comunicación, ética y política, Tecnos, Madrid, 1996

Páginas web de interés.

www.jp.or.cr/catedra
www.ethicsandbusiness.org/links
www.centrobioetica.org
www.globalethics.org/spanish/paginamadre.html
www.etnor.org
www.georgetown.edu/research/kie
www.eben.org
www.unav.es/medicina/bioetica/pprincipal.html
http://condor.depaul.edu/ethics
www.filosofia.org
http://filoesp.topcities.com
www.unav.es/bioetica/pprincipal3.html
http://perao.wanadoo.es/jupin/filosofia/index.html
www.kidon.com/media-link/index.html (periódicos)
www.iepala.es/DDHH
www.greanpeace.es
www.acceso.or.cr/ong/
www.kas-ciedla.org.ar
www.bancomundial.org
www.monografias.com
www.aciprensa.com
http://ensayo.rom.uga.edu/filosofos/a-incluidos.htm (Ellacuría-Zubiri)

155
INDICE

INTRODUCCION
4
NOTA PREVIA
8
ETICA, FUNDAMENTOS Y REFLEXIONES
13
ETICA, PARA QUE?
68
CONCEPTOS ESENCIALES
95
ETICA APLICADA
111
CONCLUSION
152

156
AUTOR.

Mauricio Víquez Lizano (1964).

Estudios en derecho en UCR. Filosofía-Teología en UCAT-Seminario


Central. Bachiller Ciencias Religiosas en Univ. Juan Pablo II. Maestría
en Teología Moral Social énfasis en Doctrina Social de la Iglesia y
Desarrollo Humano en Univ. Juan Pablo II.
Licenciado en Ciencias Políticas en Univ. Libre de Costa Rica.
Doctor en Estudios Latinoamericanos UNA-DESTLAT y Doctor en
filosofía –maior en teología- por la Atlantic International University de
Florida.
Maestría en docencia universitaria en UCCART.
Excoordinador de cátedra de Etica aplicada de ULACIT y antiguo
coordinador de la maestría en teología de UNED, profesor en grado y
posgrado de la Facultad de Educación de la UCR-EBCI y tutor en la
maestría en derechos humanos de la UNED.
Director del CCE en la capital de Costa Rica y del Observatorio de
Realidad.
Varias publicaciones de artículos y libros.
Mail: canino@racsa.co.cr

157
Ante  cuanto  pasa  en  el  mundo  de  hoy,  
la  Etica  es  una  necesidad.  Nada  tiene  
de  accesorio  marcar  el  norte  para  que  
los  seres  humanos  aprendan  la  ruta  
hacia  la  felicidad  que  depara  el  
encontrar  la  ruta  consecuente  con  la  
naturaleza  humana.  

EDICIONES MUNDO MEJOR.


COSTA RICA.

158

También podría gustarte