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IV.

“Nueva lectura de Marx”

Solamente en el marco de una “nueva lectura de Marx”, que


comenzó a mediados de la década de 1960, volvieron a desempeñar un
papel fuera del marxismo-leninismo los problemas de teoría económica y
de teoría del Estado. También esta nueva ola de recepción de la teoría de
Marx se sitúa con bastante claridad más allá del estalinismo y de la
socialdemocracia. Junto a las nuevas lecturas en los países de Europa
Occidental, se encuentran esporádicamente enfoques de una “nueva lectura
de Marx” también en Europa Oriental1. Su génesis en la República Federal
Alemana coincide con fenómenos como el movimiento estudiantil, las
primeras conmociones de la fe en que la prosperidad de la postguerra
podría dirigirse políticamente y se mantendría indefinidamente, o la ruptura
del consenso anticomunista en el curso de la guerra de Vietnam, y quedó
limitada básicamente al ámbito académico, a pesar de sus aspiraciones
radicales de emancipación. Es preciso distinguir aquí entre esta nueva
lectura de Marx en sentido amplio2 y una en sentido restringido3. Aquélla
es un fenómeno internacional, y ésta se limita esencialmente a la República
Federal Alemana. Mientras que aquélla permaneció atrapada de manera
predominante en los dogmas de Engels referentes a la crítica de la
economía política, ésta puso en primer plano la revisión de los anteriores
                                                            
1
Los primeros planteamientos de una nueva lectura de Marx se encuentran ya en la década de 1920 en los
autores soviéticos Isaak Iljitsch Rubin (1924, 1927) y Eugen Paschukanis (1924). Su conciencia de los
problemas respecto a la teoría del valor y la teoría del Estado en la obra de Marx no fue alcanzada
después durante mucho tiempo ni en Europa Oriental ni en Europa Occidental. Solamente después de los
debates de finales de la década de los 60 se transformó parcialmente esta situación.
2
Tal y como es descrita por M. Heinrich („Kommentierte Literaturliste zur Kritik der politischen
Ökonomie“, en: Altvater, Elmar/Hecker, Rolf/Heinrich, Michael/Schaper-Rinkel, Petra (eds.), Kapital.
doc. Das Kapital (Bd. 1) von Karl Marx in Schaubildern und Kommentaren, Münster, 1999, p. 207 y ss.)
y U. Jaeggi („Einige Bemerkungen zur Orthodoxie und zum Dogmatismus im Historischen
Materialismus“, en: Jaeggi, Urs/Honneth, Axel (eds.): Theorien des Historischen Materialismus,
Frankfurt a. M., 1977, p. 146). Se la denomina también con el rótulo de “Neomarxismo”.
3
Como es definida por H. G. Backhaus (Dialektik der Wertform. Untersuchungen zur Marxschen
Ökonomiekritik, Freiburg, 1997). Cf. también M. Heinrich, („Kommentierte Literaturliste zur Kritik der
politischen Ökonomie“, op. cit., p. 211 y ss.).
modos de lectura empiristas e historicistas del análisis de las formas
económicas de Marx. En las grandes líneas del debate – considerablemente
contradictorias y en modo alguno compartidas por todos los representantes
–, tuvo lugar a nivel de contenido un triple rechazo de los elementos
centrales del marxismo tradicional: un rechazo del sustancialismo en la
teoría del valor4, un rechazo de las concepciones instrumentales del
Estado5, que lo conciben como objeto de manipulación, y un rechazo de las
interpretaciones de la crítica de la economía política centradas en el
movimiento obrero, en una “ontología del trabajo”, o de manera general, en
la cuestión de la revolución6. El nuevo modo de lectura articula así sus
esfuerzos teóricos en forma de una reconstrucción de la teoría marxiana.
Respecto a la crítica económica, en el marco del coloquio sostenido
en 1967 “Cien años de El Capital”7 se encuentra una cristalización de las
cuestiones centrales y de las tareas de investigación del debate sobre la
reconstrucción. Se emprende aquí una reinterpretación de la crítica
marxiana desde una perspectiva metodológica y teórico-social: se plantea
nuevamente la pregunta acerca del objeto originario de El Capital (las
determinaciones económicas formales), de la singularidad de su exposición
científica (la dialéctica de las formas de valor), así como de la conexión
entre los tres libros (“capital en general – muchos capitales”), delimitándola
de los enfoques cuantitativos y poniendo especial énfasis en la importancia
de los Grundrisse. En el campo de la confrontación entre el marxismo
                                                            
4
Véase Michael Heinrich, Die Wissenschaft vom Wert. Die Marxsche Kritik der politischen Ökonomie
zwischen wissenschaftlicher Revolution und klassischer Tradition, Münster, 1999, y Helmut Brentel,
Soziale Form und ökonomisches Objekt. Studien zum Gegenstands- und Methodenverständnis der Kritik
der politischen Ökonomie, Opladen, 1989.
5
Sólo en el denominado debate sobre la derivación del Estado se responde a la pregunta de por qué este
contenido del Estado (Estado de clases) tiene que adoptar la forma de una fuerza coactiva que se impone
de manera extraeconómica, pública, a través de leyes generales.
6
Breuer, Stefan, Die Krise der Revolutionstheorie. Negative Vergesellschaftung und Arbeitsmetaphysik
bei Herbert Marcuse, Frankfurt a. M., 1977; Mohl, Alexandrine, Verelendung und Revolution. Oder: Das
Elend des Objektivismus. Zugleich ein Beitrag zur Marxrezeption in der deutschen Sozialdemokratie,
Frankfut a. M., 1978; König, Helmut, Geist und Revolution. Studien zu Kant, Hegel und Marx, Stuttgart
1981; o los escritos del Grupo Krisis.
7
Cfr. Schmidt, Alfred/Euchner, Walter (eds.), Kritik der politischen Ökonomie heute. 100 Jahre
„Kapital“, Frankfurt a. M., 1968.
“crítico” y el “estructuralista” se presentan – en oposición a los puntos de
discusión clásicos8 – momentos transicionales de rechazo a la tradición
metodológica: tanto el antihistoricismo estructuralista como las figuras de
pensamiento hegelianas (“método progresivo-regresivo”, “retorno al
fundamento”) desempeñan aquí un papel importante.
Con muchas vacilaciones todavía en el comienzo9 y permaneciendo
atrapados en algunos puntos en el ámbito del marxismo tradicional, la
nueva lectura de Marx recibe en el curso de los años 70 un contorno
definido.

Modo de lectura tradicional de la teoría


marxiana:

Supuestos clásicos del marxismo de la II y Marx = Engels (Paradigma unitario,


III Internacional argumentación coherente, “cosmovisión”
cerrada)

Fases del modo de lectura crítico-


reconstructivo:

Fase 1: p. e. Backhaus (Materialen 1ª y 2ª Engels  exotérico vs.


parte) Marx  esotérico

Fase 2: p. e. Althusser (Leer El Capital), Marx  metadiscurso exotérico vs.


A. Schmidt, Backhaus Marx  análisis real esotérico

Fase 3: p. e. Backhaus (Materialen 3ª y 4ª Marx  metadiscurso exotérico/esotérico


parte), M. Heinrich (Die Wissenschaft Marx  análisis real exotérico/esotérico
vom Wert)

                                                            
8
El “marxismo crítico”, representado en los años 60 sobre todo por Alfred Schmidt, acentúa en este
sentido el carácter negativo e históricamente limitado, así como la pretensión de validez de un
“materialismo de la segunda naturaleza”, pero tiende a considerar el individualismo metodológico como
una descripción adecuada de las futuras condiciones comunistas. El marxismo “científico” de la Escuela
de Althusser subraya, frente a las teorías individualistas de un “sujeto constituyente”, que los agentes sólo
son portadores de relaciones de producción, pero eleva la autonomización de las relaciones de producción
a norma científica a causa del carácter tendencialmente histórico-universal de sus categorías (la
combinatoria de niveles de Balibar, el concepto de ideología y de praxis de Althusser).
9
Cfr. H. G. Backhaus, Dialektik der Wertform. Untersuchungen zur Marxschen Ökonomiekritik, op. cit.,
p. 11.
Frente al mito clásico de la plena identidad de los paradigmas de
Marx y Engels, se critican como esencialmente inadecuados los
comentarios de Engels a la obra de Marx, tanto respecto al materialismo
histórico como a la crítica de la economía política, considerando que
permanecen en un nivel puramente “exotérico”, que perpetúa los
paradigmas tradicionales. Así, Hans Georg Backhaus observa en 1974 en
relación a la teoría del valor que la crítica se dirige a una “premisas
interpretativas que hasta hace poco formaban parte de los pocos elementos
indiscutidos de la literatura marxista, y estructuraban de manera
incontestada el modo de recepción de la teoría marxiana del valor: la
interpretación errónea promovida por Engels de los tres primeros capítulos
de El Capital como teoría del valor y del dinero de la así bautizada por él
«producción mercantil simple»”10. Backhaus sostiene que “a partir de este
error fundamental la teoría marxista del valor bloqueó necesariamente la
comprensión de la teoría marxiana del valor”11.
Si en un primer momento se diferenció a este nivel la teoría marxiana
de la teoría marxista, pronto se problematizó la autocomprensión
metateórica de Marx. Ya Louis Althusser constató, con la ayuda de una
lectura “sintomática” – dirigida contra una hermenéutica intencional
centrada en el sujeto –, que en la obra de Marx nos encontramos con una
revolución científica realizada en la praxis teórica del análisis del
capitalismo, a la que superpone a nivel metateórico un discurso inadecuado
a esta problemática12. Althusser define con ello la tarea de una
reconstrucción como la eliminación del metadiscurso inadecuado y la
transformación en conceptos de las metáforas que prevalecen en él, las
cuales son leídas como síntomas de la ausencia de una autorreflexión
adecuada al proceder real del análisis del capital. A diferencia de Althusser
                                                            
10
Ibid., p. 69.
11
Ibid.
12
Althusser, Louis/ Balibar, Etienne, Das Kapital lesen, Hamburg, 1972, p. 38-51 y 65-67.
y de su concepción dualista de la relación entre el objeto real y el objeto de
conocimiento13, este estado de cosas se formula en el debate de la
reconstrucción generalmente en el marco teórico del análisis marxiano de
la ideología: Marx distingue un nivel “esotérico” de un nivel “exotérico” en
las obras de los economistas políticos clásicos. Mientras que en el primero
se encuentra una concepción del contexto de mediación social del modo de
producción burgués, el segundo se conforma con una descripción y
sistematización inmediata de las formas objetivas de pensamiento de la
conciencia cotidiana de los agentes, permaneciendo atrapada en la
apariencia cosificada de la inmediatez de fenómenos que están de hecho
mediados socialmente. Por lo tanto, la argumentación “exotérica” no se
puede atribuir de manera psicologista a insuficiencias subjetivas o a
intenciones de falseamiento conscientes por parte de los teóricos. Es
resultado de una determinada forma de pensamiento, que es un producto
sistemático y ante todo involuntario de las formas de intercambio del modo
de producción capitalista. El debate de la reconstrucción aplica la
diferenciación esotérico/exotérico a la misma obra de Marx.
Finalmente, se muestran también en la crítica de la economía política
y en el materialismo histórico – por tanto, en la praxis teórica considerada
en el nivel precedente de la reconstrucción como estrato “esotérico” intacto
–, contenidos “exotéricos”, ambivalencias conceptuales “entre la
revolución científica y la tradición clásica”14. El dogma de la inviolabilidad
de la exposición de la crítica de la economía política en El Capital queda
definitivamente desechado. En lugar de la leyenda de un progreso lineal de
                                                            
13
Ibid., p. 52-55. La diferencia entre el modo de lectura estructuralista y el crítico-reconstructivo no
limita únicamente a este punto. Mientras que aquél quiere desenmascarar el hegelianismo como
metadiscurso inadecuado, para éste la referencia metodológica a Hegel es con frecuencia la vía de acceso
privilegiada a la comprensión de la obra de Marx.
14
Así dice el subtítulo de la obra de M. Heinrich, Die Wissenschaft vom Wert. Die Marxsche Kritik der
politischen Ökonomie zwischen wissenschaftlicher Revolution und klassischer Tradition, op. cit. Véase
también la crítica H. G. Backhaus a sus propias premisas teóricas en las dos primeras partes de sus
„Materialen“ (Dialektik der Wertform. Untersuchungen zur Marxschen Ökonomiekritik, op. cit., p. 132 y
ss.).
conocimiento en Marx, se presenta la constatación de una compleja
yuxtaposición de progresos y retrocesos en el modo de exposición y en el
nivel de investigación de la crítica de la economía. Y finalmente se señala a
la creciente popularización de la exposición del análisis de la forma de
valor desde los Grundrisse hasta la segunda edición de El Capital, la cual,
al ocultar cada vez más el método genético-formal, suministra puntos de
apoyo a los modos de lectura historicistas y sustancialistas15.

                                                            
15
Cfr. para la crítica de algunos aspectos de estas tesis Dieter Wolf, „Kritische Theorie und Kritik der
politischen Ökonomie“, en: Berliner Verein zur Förderung der MEGA-Edition (ed.), Wissenschaftliche
Mitteilungen, Heft 3: Zur Konfusion des Wertbegriffs, Berlin, 2004, p. 9-190.

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