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ESPEC. LEGAL: Juan Briones A.

EXPED. Nº : 347-2014-3

SUSTENTA RECURSO DE APELACIÓN


INTERPUESTO.

SEÑOR PRESIDENTE DEL JUZGADO COLEGIADO PENAL “A”

V. CRISTIAN JULCAMORO TERRONES, Apoderado Legal de Mariano Monzón Ramos,


en el proceso que se le sigue por la presunta comisión del Delito contra la Libertad
Sexual en su figura de Violación Sexual, en agravio de la persona que responde a las
iniciales D.R.R.G; a Ud., respetuosamente se presenta y dice:

Que, actuando dentro del plazo establecido por ley, recurro por ante su despacho
con el objeto de sustentar el medio impugnatorio de Apelación, el mismo que se dirige contra
la Sentencia Condenatoria contenida en la Resolución Nº 13, emitida por el Colegiado de su
Presidencia, solicitando se sirva disponer su admisión y, ordenar consecuentemente, se eleve
todo lo actuado por ante el superior jerárquico, donde espero se REVOQUE la APELADA y
consecuentemente se determine la irresponsabilidad del proceso y dispongan su ABSOLUCION.

I. SUSTENTO DEL IMPUGNATORIO


1.1. Como se advierte de los actuados en la investigación fiscal, tanto como de la
celebración del Juicio Oral, los hechos reprobables tienen que ver con la supuesta
conducta imputable del procesado, considerado como autor del ilícito penal de
Violación Sexual de Menor, sancionado con pena privativa de libertad, de
conformidad con lo previsto por el art. 173, Inc. 2, parte in fine del C.P.
1.2. El Ministerio Público, como titular de la acción penal y responsable de la carga de la
prueba, estando a la particularidad de la denuncia formulada por la presunta
agraviada (quien ha recurrido formulándola después de DIECINUEVE años, pues los
supuestos hechos acaecieron en el año 1995 y, la denuncia se formuló el año 2014),
se ha servido precisamente de las testimoniales de familiares de la misma, en
relación a que estos, el primer trimestre del año 2013, luego de “enterados de estos
hechos”, visitaron al procesado en su domicilio ubicado en la jurisdicción de la

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Comunidad campesina de Cumbico, distrito de Magdalena, de esta provincia, para
reclamarle de esta “reprochable conducta” logrando que el mismo “reconociera
haber afectado la indemnidad de la agraviada”, obteniendo como resultado, luego
de esto, que aquel abandonara su vivienda y, por ende, también abandonara los
terrenos que venía conduciendo (explotando) en forma directa. “Es esta la prueba
sobre la que se sostiene la incriminación penal formulada contra el procesado,
respecto de la comisión del delito de Violación Sexual en perjuicio de quien a esa
fecha resultaba ser menor de edad, la misma que responde a las iniciales de
D.R.R.G.”
1.3. Los aportes testimoniales de los ciudadanos JULIA GODOY AQUINO, WILMER PEREZ
ARMANDO MONZON y MANUEL REYNERIO GODOY AQUINO, no pueden servir para
“demostrar la responsabilidad penal” del procesado, pues con sus declaraciones solo se
pretende justificar la variación de la tenencia de las tierras que hasta el año 2013,
dominaba el imputado, objetivo logrado por todos y cada uno de los familiares de la
presunta agraviada. Se demuestra entonces que, los aportes referenciales de estos medios
de prueba, adolecen de credibilidad y, de certeza, asumiéndose que, conforme el dicho de
los mismos, MARIANO MONZON RAMOS, “no ha sido buen padre, menos buen esposo o
conviviente, pues maltrataba a su mujer; se trataba de un borracho consuetudinario; y,
mantiene terrenos que le son ajenos, pues estos le pertenecen al padre de su conviviente”
Realidad que debe ser tenida en cuenta por los miembros del Colegiado, a fin de servirse
considerar que, dichas testimoniales, además de ser meramente referenciales respecto
del delito materia de juzgamiento, no pueden constituir pruebas de cargo porque
adolecen de objetividad, credibilidad y certeza; que las mismas están cargadas de
resentimiento y odiosidad al procesado, lo que precisamente priva a estas declaraciones
de la aptitud necesaria para generar certeza en las mismas.
1.4. Por otro lado, en el supuesto NO ADMITIDO (por la defensa) que, el procesado haya
“reconocido su delito ante los familiares de la agravia y, hoy testigos de cargo”; que esta
supuesta versión se haya hecho conocida en el proceso oral y servido la misma como
correlato para emitir sentencia condenatoria, consideramos que, para los efectos de
enervar de responsabilidad penal al procesado, el Colegiado que conocerá de la
impugnación formulada, tendrá que desecharlas, no considerarlas como prueba (la

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versión auto incriminatoria del procesado, tema de fondo de dichas declaraciones), al
haber sido obtenida sin ningún tipo de garantías, pues habría sido obtenida extra proceso,
en clara afectación de los derechos no solo del procesado, sino de las garantías
constitucionales, tal y conforme lo prevé el artículo 159 del CPP, concordado con el
Articulo VII del Título Preliminar del mismo cuerpo adjetivo que, “impide utilizar, directa e
indirectamente, fuentes o medios de prueba obtenidos vulnerando derechos
constitucionales.”
1.5. En lo que respecta al presente caso, el procesado ha negado enfáticamente, la versión
otorgada por los testigos, afirmando que, si bien es cierto, fue visitado por los familiares
de su conviviente, estos cuando llegaron hasta su vivienda, solo “le recriminaron la
infidelidad hacia aquella”, siendo que por ello, “le conminaron a hacer abandono de la
vivienda y de los predios que ocupaba” en la jurisdicción de la Comunidad de Cumbico, al
no pertenecerles los mismos; con lo que se acredita precisamente, la animadversión
latente hacia el procesado y el objetivo perseguido por estos.
1.6. En relación la “uniformidad” de la declaración de la presunta agraviada, el Colegiado
Superior admitirá que, precisamente esto se debe a la oportuna y adecuada
preparación y ordenamiento de la versión de la misma con el objeto de lograr
precisamente “verosimilitud y reiteración” en la incriminación, tal y conforme ha
acontecido; sin embargo, sirve para acreditar que, la propia agraviada miente, el haber
persistido con la afirmación de haber sido sometida a prácticas abortivas, cuando se
ha demostrado que a la data del examen médico legal (21.01.14), la misma mantiene
HIMEN COMPLACIENTE, no se encuentra alterado por penetración de órgano sexual
masculino. Esto es que, el himen de la presunta agraviada, no ha sido afectado por la
introducción de elemento extraño a la vagina de la misma, demostrándose que, en
este extremo la agraviada miente grotescamente cuando afirma haber sido “llevada a
una clínica con el objeto de ser víctima de prácticas abortivas, a las que fue
sometida cuando tenía 12 años”. Si hasta cuando fuera examinada por la médico
legista la misma mantiene intacto el himen complaciente, como es posible admitir
entonces que, cuando esta apenas contaba con OCHO años DE EDAD y fuera afectada
en su indemnidad sexual; se haya reiterado hasta los 12 años dicha afectación y luego
de esto fuera sometida a prácticas abortivas, en el entendido de que, debido a su

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escasa formación estructural en desarrollo, la penetración completa del miembro viril,
si deja huella o lesiones, así como la práctica de un legrado (aborto) genera secuelas
en el himen incluso siendo complaciente (elástico) debido a las maniobras que se
generan con la introducción de objetos o instrumentos que son propios de esa
práctica. Esto, sin embargo, no ha podido ser acreditado en el proceso, siendo que por
el contrario, conforme se ha dejado anotado en el examen médico legal practicado por
la doctora GABRIELA CARDENAS SALCEDO y su ratificación en juicio oral, afirmando
que, la presunta agraviada no tiene secuelas o lesiones en la zona estructural de su
himen complaciente (a sus 27 años), demostrándose con ello que, la veracidad de la
afirmación de la misma carece de contenido lógico y objetivo; siendo que por el
contrario, exámenes de este tipo constituyen prueba privilegiada en esta clase de
delitos.
1.7. Ciertamente, conforme se sostiene en ítem 3.2. Valoración Conjunta de la prueba
producida en Juicio Oral, punto A), la presunta agraviada y el procesado, ANTES DE
LOS HECHOS, no han mantenido relaciones basadas en el odio, la enemistad o
animadversión. Estas características se han mostrado luego de DIES Y SIETE años y,
como la ha sostenido el propio procesado, esto se debió al mostrado interés a que el
mismo abandonara los predios que conducía así como la vivienda que ocupaba
hasta el ano 2013, en la Comunidad Campesina de Cumbico; razón que abona para
demostrar la presencia del ánimo de generarle perjuicio; mientras que tal y
conforme se justifica del proceso oral, los “aportes probatorios generados a través
de la declaración de la agraviada y los testigos” por los lazos que los atan y el interés
en perjudicar al procesado, restan verosimilitud en sus propias versiones. Esto,
revierte entonces los presupuestos establecidos en el Acuerdo Plenario Nº 02-2011-
CJ-116, punto 22, que nos reconduce al acuerdo plenario Nº 02-2005-CJ-116, y, por lo
tanto, carece de presupuestos incriminatorios suficientes para que se sostenga una
sentencia condenatoria como la presente.
1.8. La agraviada al denunciar después de casi 2 décadas un hecho ilícito de suyo
grave, ha menoscabado una adecuada investigación, lo que genera consigo una duda
favorable al procesado, y por lo que las declaración de la misma sólo deberá ser
tomadas – referencialmente - como “ indicios razonables” para que el investigador de

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la “notitia criminis” (el señor Fiscal) pueda corroborar posteriormente , con
“elementos de convicción”, tales declaraciones, con otros medios de prueba que sean
“vinculantes” (con la conducta desplegada por el autor) y con la categoría de lo que
en la doctrina penal se denominan “MEDIOS DE PRUEBA IDÓNEOS” ; los mismos
que, para ser tales y posibiliten una sentencia condenatoria, deben reunir -
copulativamente- tres presupuestos: ser fehacientes; ser indubitables; y ser
incontrovertibles. Lo que no sucede en los actuados y en ninguna de las “pruebas”
ofrecidas, admitidas y actuadas en el correspondiente Juicio Oral
En este extremo, de la sentencia impugnada, si la declaración de la misma agraviada no
cumple el presupuesto del citado Pleno ( de ser vinculante) en el sentido que deberá ser
“persistente en la incriminación con pruebas fehacientes” , tampoco resulta meritorio
para expedirse sentencia condenatoria, como en el presente caso, puesto que el Principio
y Garantía de orden Constitucional: LA PRESUNCIÓN DE INOCENCIA (Apartado e, del
Numeral 24, del Artículo 2º de la Constitución Política) “…no ha sido enervado”; es decir
que – dicha garantía constitucional- se mantiene intangible. Aún más, en este orden de
ideas, no existe, para determinar la responsabilidad del imputado, “…suficiente actividad
probatoria de cargo, obtenida y actuada con las debidas garantías procesales…” tal
como así lo prescribe el Primer Párrafo del Art. II, numeral 1, del Título Preliminar del
Código Procesal Penal, al hacer referencia a la “PRESUNCIÓN DE INOCENCIA”. En este
sentido y al que hace referencia la sentencia impugnada, desarrolla dicha presunción – a
favor del imputado – dejando constancia que “…Si bien el juez o la Sala sentenciadora
son soberanos en la apreciación de la prueba, esta no puede llevarse a cabo sin
limitación alguna, sino que sobre la base de una actividad probatoria concreta – nadie
puede ser condenado sin pruebas y estas sean de cargo - jurídicamente correcta – las
pruebas deben ser practicadas con todas y cada una de las garantías que le son propias
y legalmente exigibles -, se ha de llevar a cabo con arreglo a las normas de la lógica,
máximas de la experiencia –determinadas desde parámetros objetivos – o de la sana
crítica, razonándola debidamente” . (*)
1.9. Que, las pruebas actuadas durante el debate no corroboran la fase inicial de
juzgamiento, al no haberse acreditado el injusto penal menos la responsabilidad del

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acusado de forma coherente, Firme y mantenida en el tiempo, siendo así debe de
absolverse de la acusación fiscal, pues aun cuando se trata de un delito grave que causa
alarma social y repudio, también lo que es para condenar debe existir pruebas suficientes,
lo que no a ocurrido en el presente caso que corrobore el perjuicio sexual, siendo el
requisito sine qua non, que se acredite de manera fehaciente el perjuicio sexual, por
cuanto el simple dicho de la agraviada sin prueba que lo acredite no es suficiente para
imponer una condena, por lo que debe aplicarse lo que dispone el art. 2 del T. P., del CPP.,
al no haberse destruido el principio constitucional de presunción de inocencia, como lo
prevé el art. 139 inc. 11., de la Constitución del Perú, dado que, para fundar una sentencia
de condena se debe de llegar al estado intelectual de certeza.
EN CONCLUSIÓN.- Por los fundamentos precedentes, el examen del Superior de Grado
determinará que la resolución impugnada sea REVOCADA decretándose la ABSOLUCION
del procesado..
POR LO EXPUESTO:
A Ud., señor Presidente del Colegiado, invoco se sirva
disponer lo pertinente, dando por cumplido con la fundamentación de la apelación
concedida.
Cajamarca, 20 de enero del 201

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(*) El Código Penal en su Jurisprudencia; Primera Edición; Mayo 2007; Gaceta Jurídica;
pag. 502; y ss.

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