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UTSA PATNAIK 1979. Neo-Populism and Marxism: The Cheyano- En nuestro trabaJo a~o_rdam_os dg rías haciendo referencia a expe-
vian view of the agrarian question and its fundamental fallacy». pología maritim_a y ~dmzmstr_aczón ~ ~~::,~~s díses. Por ejemplo, atendemos
The Journal of Peasant Studies. riendas e investzgacwnes realzzadas e { adas en Estados Unidos con la
Vol. 6 no 3. a las experiencias de Fisheries Man_agement r1e9a85zz)
. , de an tropólogos (Fzrestone,
colaboraczon . d uestra · disciplina en el «JZS
.;· herzes
·
Pre_tendemos recalcar la import:;t~~a c~í:ca ante otros planteamientos que
management», y mantenemos ~~a p l , ero y el tamaño de los barcos que
. , eocupaczon por e num . .
mantzenen mas una pr (Bl k 1977) que desde nuestra perspectzva son tan
por una serie de «Soft data.» a eC dicen Miller y Van Maanen (1979)
interesantes como los przmeros. omo
«Boats don't fish, people do».

. , hi · Paleoambiente de
. . .d FPI Departamento de Antrop.ologia, Pre stona y .
(*) Becano e · FE
la Universidad de la Laguna. TENERI . .

531
530

Introducción
La administración de _los recursos pesqueros es en nuestros días un
problema candente. Se ha pasado en pocos años del mito «el mar es de
tod~s», y ~e una cierta laxitud en la expresión de la soberanía sobre la
franJa m~nna adyacente a cada una de las naciones, a la zona económi-
ca exclusiva de 200 millas casi universal. Junto a ello, el creciente es-
fuerzo y las técnicas de captura más perfeccionadas han provocado un
descenso en los recursos, por lo que se intenta controlar cada vez más
la p~sca realizada y el tema de la ordenación pesquera, de la adminis-
tración de pesquerías, se sitúa en primer plano. El «fisheries manage-
ment» se ha convertido incluso en programa de master en universida-
des norteamericanas. .
, En este context~ nuestra disciplina puede colaborar como antropo·
logia de la pesca aphcada a la administración de pesquerías, preocupa-
da P?r l~s comunidades y sociedades de pescadores, aportando datos y
e~p~Icact~nes sobre su comportamiento, y como antropología de la ad-
m~mstración de pesquerías, analizando la composición y el funciona-
m~ento de los organismos o comités encargados de llevarla a cabo, ade-
mas de los procesos de tom~ de decisiones a su interior. Ambos aspec-
tos resultan en· buena medida complementariós.
No administramos pescado, administramos pescadores
Esta afirmación programática sintetiza los rasgos fundamentales
de nuestra postura ante la administración de pesquerías. En esta últi-
ma no se está.t~abaj~ndo directamente sobre la biomasa marina, pues
el hecho admimstrativo, la or~enación, tiene lugar sobre las poblacio-
nes ~e.pesc~dores. Esto es evidente en tanto que las acciones político-
a?mmistrativas de los org~nis~~s encargados de controlar la pesca, si
bien se preocupan de la S1tuac10n de las especies que son objeto del
esfuerzo p~squero, toman medidas administativas que inciden única-
mente sobre este esfu~rzo, y por tanto, sobre aquellos que lo realizan.
Por ello podemo~ decir que la administración de pesquerías administra
pescadores, Yunicamente a su trayés pretende administrar unos recur-
sos comunes cual es el caso del pescado.
Decimos «pretende» puesto que la incidencia de otros factores
sobr~ las especies objeto de esfuerzo pesquero, como la contaminación
am?tental, los vert~~os indiscriminados de escombros, tierra, etc., no
reciben tanta atenc10n. Parece que en ocasiones se asume un esquema
532
condicional simple según el cual el elemento antecedente es el esfuerzo
pesqueño y el consecuente el estado de las poblaciones sobre las que
aquel actúa .. La situación de estas poblaciones,,tal y como es percibida
por los administradores,. actuará como mecanismo de feedback sobre
. el esfuerzo pesquero a través de la misma lógica de la rentabilidad de la .
pesca, y, sobre todo, a través de los límites que aquellos impondrán·a
las unidades productivas cuando a ~u.juicio ciert,as especies se~encuen-
tren comprometidas. · . .. · )"·. · : ·· ··. ~ ·- ;i; ~-.. · , ..: . ,:;· d ..!,·~r.;;.:
Sin embargo, este esquema aparentemente tan simple y evidente,
se tropieza con grandes problemas. Que derivan en primera. instancia
de la misma definición de pesquerías que adoptemos ( 1). Para algunos
una pesquería se refiere simplemente a unas especies de pescado, su
morfología, y la distribución geográfica y temporal del mismo. Para
otros se refiere a un sistema social históricamente definido que incluye
varias categorías de pescado, productores, personas dedicadas al pro-
cesado del pescado y consumidores. Los antropólogos de la pesca han
aceptado en general la segunda definición, y en ella se considera a la
administración de pesquerías como exógena al sistema.
Esta posición exógena es más que cuestionable dado que los admi-
nistradores han de estar muy conectados tanto a los productores como
a las industrias de procesado o a los mismos consumidores, y todos
estos se ven afectados por las reglas que aquellos impongan. La delimi~
tación de sistema a analizar que adoptemos como investigadores ha de
seleccionar el conjunto de variables de la máquina real que nosotros
consideremos más relevante (2). Introducir el hecho administrativo
dentro del sistema puede iluminar el análisis, examinando su función
(1) Como dicen Miller y Van Maanen. de quienes tomamos la id~a: «The term
fishery has different meaníngs for different people. To ~ome .. a.~shery stmply r~fers to
a species of fish. Fishery biologists, for examp~e, ~se ~hts deft~ltlon when studyt~g the
morphological, geographical, and temporal dtstnbutiOns of ftsh. To ?th~rs, a ~shery
refers toa geographically and historically defined social system .. By thts vtew, a fishery
includes various categories of fish, harvesters, processors, and m a vague wa~, c~nsu­
mers. The regulatory community (i.e., management and enforcement agenctes) ~~~e­
garded as exogenous to the fishery system, as are the academic and other commumttes
of marine especialists» ..
Maritime anthropologists have for the most part adopted the ~econd an~ br?ader
definition of fishery». En Miller y Van Maanen 1983: «The Emergmg Orgamzatton of
Fisheries in the United States», pp. 369-70.
(2) Esta visión de lo que es un sistema no resulta, ni mucho menos, reciente. Ver
Ashby 1952 y 1956.
533
í
1 1
c?ntroladora de alto nivel sobre las restantes instancias de la pesque-
na. : , ... .;
: La defi~ición de «pesquería» que apuntamos se caracteriz~, evi~
dent~mente, por una muy elevada complejidad, al incluir dentro de su
· ám~Ito un~ serie de fenómenos cuyo análisis exige conocer las diferen-
tes· mstancias de· la misma con precisión. .. ." · : . .·
,... :En este ·con.texto la ·antropología de la pesca puede, sobre todo,
aportar una sene de datos inalcanzables de otra forma. · ·
. Podemos emplear como ejemplo de la necesidad de su colabora-
Ción, ~os datos que se manejan en la administración. de las pesquerías
~an~nas en las que el concurso de la antropología ha sido hasta ahora
I~existent~; No s~lo intentaremos valorar la información disponible
smo ~amb1en en Ciert~ medida la actuación que sobre éstas y otras co-
mumda?es se ha realizado por parte de los organismos oficiales.
~á~1camente los datos disponibles se reducen a: inventarios de bar-
cos md1cando en algunos casos la potencia de sus motores recuentos
de c~pturas realizadas durante el plazo de un año, datos cu~ntificando
el numero de pescadores en cada comunidad, y estudios sobre la plata-
forma submarina en que aquellas faenan. Muchos de estos datos ade-
más ~esultan simplemente erróneos. Por ejemplo, refiriéndose a la co-
mumdad de Agaete un voluminoso informe sobre recursos elaborado
por un organismo oficial de Gran Canaria nos dice que cuenta con unas
catorce falúas con motorización que oscila entre los 10 y 15 CV., menos
tres.grandes con motorización mayor (datos de 1983). Pues bien, la
realidad es que el número de falúas en esa época podía ascender a unas
cuarenta, y que sus motorizaciones pasaban muchas veces de los 45
C~., lle~ando en ~c~..siones a los 70 CV. Con esta observación se puede
evidenciar la preciston que estos trabajos llegan a alcanzar. El índice
de error aquí pasa del 200%, lo que no dice mucho de la fiabilidad de
estos estudios. Tanto más cuando el índice que hemos tomado aquí
para estimar el posible error es algo tan observable como el número de
embarcaciones de un pueblo pesquero. ¿Qué grado de fiabilidad nos
merecen estos estudios en otras cosas no tan evidentes, como es el caso
de las capturas a lo largo de todo un año?
Esta es una tónica que no solo se da en el caso de nuestra adminis-
tración autonómica. En muchos departamentos de pesquerías envuel-
tos en programas d~ ~am~io .de otras naciones, con frecuencia pode-
~?s hallar problemattcas Similares. Una cita puede iluminar esta cues-
tlon:
«.. .las cooperativas y los departamentos de pesquerías existen den-
tro de los marcos organizativos que pueden proveer los datos nece-
534
sarios para comprender los departamentos, pero no se hallan sufi-
cientemente informados sobre los pescadores como para ofrecer
ninguna imagen precisa sobre la cultura del kuppam (pueblo· de
pescadores) más allá de recuentos estadísticos de barcos, artes, po-
blación y producción de pescado; ¿Por qué esta-,falta de «~oft
data?» (Blake 1977 ;: pag . .105).·~ .. ··: .1 , rt':: :r. ,~·
. Esta~ falta de .«solft ·>data>>, de. información cualitativa y :-precisa
sobre todas las cuestiones que contextualizan y enlazan los datos de
población, barcos, artes y capturas, provoca q~e éstos. carezcan d~ sen-
tido, y que se vuelvan;· aún en el caso de serct~rtos, mc~mpr~nsibles.
Pues no basta conocer una serie de elementos aislados al mtenor de un
sistema, sino que es necesario saber como .se en~uentran enlazados,
como interaccionan, para e~tender su funciOnamiento ..
El desconocimiento de estos aspectos puede conductr al fracaso de
programas de cambio o a políticas de pesque~as erróne~s (3!. E~ costo
de estas equivocaciones puede ser muy supenor al que 1mphc~~an los
estudios sociales y económicos enfocados al.proble~a en cues~10n, ~ue
podrían iluminarlo previamente evitando fracasos m~ecesan~s. Sim-
plemente el hecho de conocer sob~e el terr~no, por citar un eJemplo,
los procesos productivos y las relaciOnes sociales que se desarrollan en
tomo de una determinada actividad, puede ser de una gran ayuda a la
hora de intentar innovar o planificar en su contexto (4).
Ha de quedar claro que en la administració~ d~ pesquerí~s, Y en
programas de cambio sobre ellas, resulta imprescmdtble que extsta una
(3) Existen numerosos ejemplos de cómo programas de cambi~ pueden fracasar
por carecer de la adecuada información sobre. l~ pesquería Y_ especialmente sobre la
población de pescadores que se pretende admm1strar. Ademas, mu~has vec:s se des-
conocen las consecuencias que las innovaciones que pretenden ser mtroduc1das pue-
den acarrear e incluso las mismas características y rentabilidad de.aquellas .. Los te~tos
de Brainerd sobre Ghana y Sierra Leona pueden resultar especialmente Ilustrativos
sobre ésto. . .
(4) Muchos administradores o programas de desa:rollo ~an asumtdo ya la necesi-
dad de la participación de los antropólogos que han mvesttgado sobre .el terr~no las
zonas o problemas que se abordan. Esto se hace desde una perspec~t~a rac10n~l Y
capitalista. Se trata de hacer mejores proyectos de desarrollo Yde ad~mmstrar me~or:
Como dice Johan Helland, refiriéndose a su papel como antrop?lo~o en ~fnca.
« ... one way of summing up what my role is as an anthropo~ogts.t m ~fnca: the
people who hire me want sorriething in return,. and what that ts .fauly Simple. The
hire me, basically, because y have spent time m places and on tssues that no else
knows much about. Their hiring me is part of an honest attempt by an employer to
make better development projects» (Helland 198S;p. 30).
535

serie ~e perso?al que s~ encue?tr~ dedicado al trabajo de campo y a.
recopilar esta mformactón cualitativa de la que tan frecuentemente se·
carece: ..--' · ·· ~ ... é·r: ~ :· .•. "'~';
. « ... como frecuentemente ocurre en los progni~as de camb~~ la.
-·. gente envuelta en la mecánica a menudo se encuentra a si mis~a
__ más enredada con lo que ha sido aquí llamado «inercia del trabajo»
·que con las metas iniciales del proyect~. No todas las personas que
lle~an a verse envueltas con programas de cambio necesitan nece-
. sanamente gastar todo su tiempo en una relación cara a cara con la
c:ultura popular.- ·Es realista el reconocer que los administradores
tl~n~n que admmistrar, los oficinistas deben guardar fichas y escrt.:.
bu mformes, y que personal de campo debe pasar tiempo en los
pueblos con la gente» (Blake 1977, pag. 104-5). . ·r ~
. La falta ..d~ informació~ sobre estas cuestiones, la falta de conoci-
miento emptnco sobre la vtda del pescador y de las comunidades pes-
queras, provo_ca a menudo la incomprensión por parte de los «adminis-
tradores» hacta las costumbres o las formas de trabajo de sus «adminis-
trados», en este caso los pescadores.
La política investigadora que se ha seguido en las islas tambien ha
fall~do en el sentido de que los trabajos emprendidos por científicos
so~I~les s~bre la pesca artesanal, con los ausp1cios de los organismos
oficiales duectam~nte relacionados con el tema, han pecado por que-
rer abarcar.. demasiado en muy poco tiempo. Han sido planteados con
metodologtas de encuesta y con poca observación directa que pueda
falsar lo.s datos propo:cio.nados por los informantes. Además, el perío-
do prevtsto_de su r~~hzactón normalmente es corto, por imperativos en
buena medtda pohttcos. Esto lo refleja claramente Pollnac refiriéndo-
se a la problemática de las investigaciones sobre pesca:
«Los factores que contribuyen a la investigación inadecuada en el
seno de los ~ientíficos sociales son muy complejos y difíciles de su-
per~r. En pnmer lugar encontramos que se espera de los científicos
~octales que conduzcan su investigación en un período de tiempo
ureal~ente corto. Esto puede ser debido a fallos por parte de las
~genctas prom~toras o de los investigadores en percibir la comple-
JI~ad de las vanables envueltas y los problemas asociados a la reco-
. gtd~ de·datos socioculturales». (Pollnac 1976, pags. 3-4).
Evtdentement~ pro~lem.~s similares a los mencionados por Pollnac
han at~nazado la .~~vestigaciOn sobre comunidades pesqueras realiza-
das baJO los auspiCIOs de las corporaciones ofiCiales más relacionadas
con el tema en nuestro archipiélago. Se han pretendido resultados a
muy corto plazo que pudieran ser útiles de manera inmediata, abando-
536
nando la posibilidad de estudios en profundidad re~lizados d~s~e una
perspectiva diferente, en los que se aborden una sene d~ ~omunidades
fundamentales intensamente Y- «desde dentro». El anáhsts «pegado al
·
terreno» de los antropólogos, fruto de: su observación participante Y
del .trabajo de campo, es precisamente el ~asgo d~ferenciador. quepo-;
demos aportar frente a los restantes científicos soctales potenct~lmente
implicados en la administración de.pesquerías, y lo que nos puede dar
• • ,. ,. ' 1"• ""'·- : ~·
• ,.; ... .• , !fl~;.:
• f
una posiCIOnen estas. : · ·"· .. "'~; · ·· _.~..-.:- . -
Las medidas de administración de pesquerías, sobre. todo en el
caso de ir enfocadas como medidas conservacionistas, pueden tener
para los pescadores implicaciones ·significativas en cuatro grandes
apartados (5): ··
1).- Reducción de los ingresos. .
2).- Cambios en la estructura de la pesquen~ ..
3).- Desplazamiento de pescadores de la actividad. · .
4).- Percepción de las medidas o reglas como malas, capnchosas.
Todos estos aspectos son lo suficient~mente importantes como
para justificar la necesidad de que las ordenaciones en este terreno se
tomen con el suficiente corpus de datos que las respalden. Datos que a
la fuerza han de incluir «soft data» sobre las comunidades de pescado-
res, las unidades productivas a su interior, etc. Además habrán_ de ~re­
veer la magnitud de las consecuencias para el sector de su aphcaciót;t·
Un descenso en los ingresos o un desplazamiento desde la pesca hacia
otras actividades puede resultar, para la población de pescad~res que
se trata de administrar, traumático, si no se evalúa su magnitud. Lo
mismo hay que decir para los restante_s elemen~o.s qu~ componen la
pesquería. La importancia de las medtdas admtmstratlvas puede se~
para ellos también crucial. .
La administración de pesquerías, como cualqmer «management»
de recursos comunes, no es meramente tarea de científicos ~ técni~os
que saben «lo que es mejor»-. En ella intervendrán diversas Instancias
políticas, y múltiples sectores. Entre ellos, ha de ten7rse en c~enta el
hecho diferencial entre los pescadores. No todos son·tguales, ni repre-
sentan los mismos intereses. Por ejemplo en el caso español podemos
encontrar conflictos planteados por grupos socioeconómicos, por dife-
rentes artes de pesca por diversas utilizaciones de los productos pes-
queros, por el acceso 'a las zonas de pesca, por los privilegios de ciertos
(S) Pollnac & Littlefield 1981: Sociocultural Aspects of Fisheries Management»,
pp. 3 y SS.
537
 grupos, etc. (Laxe 1985 «Cuestiones básicas sobre ordenación pesque-
r~», PP~ 52-3). El conocimiento adecuado de estas cuestiones necesita-
ra muchas veces la observación directa de sus características~ y la labor
del antropólogo· en ello puede resultar fundamental. El examen de esta
problemática ha de atender con detalle a todas las partes intervinien-
tes, Y no sólo ~ndamentars; en datos estadísticos más o menos preci-
sos ..Debe considerar ade~as los contextos culturales y ecológicos (en
senttdo la~o ), en !os que se Integran las poblaciones de pescadores y las
restantes tnstanctas de la pesquería (6).
Administración de pesquerías y trabajo interdisciplinar
~~mos ~;cho referencia a la importancia de la antropología en la
admtmstr_acton de pesquerías. Pero su tarea no puede desarrollarse de
manera atslada. Resulta evid~nte la necesidad de equipos interdiscipli-
nares que desarrollen colectivamente la investigación sobre los dife~
r~ntes elementos que constituyen una pesquería, y que también parti-
Cipen en la elaboración de las medidas de «management» de la misma
Po~e~~s tener un ejemplo del papel de grupos de esta índole e~
los Sc~enttfiC and ~ta~i~ti~al Comm~ttee de 'los ocho Management
Cou_nctls en que ~sta dtvtdtda la admmistración de pesquerías nortea-
mencana. Por eJem~lo, el_ #del Golfo de Mexico estaba compuesto
(da~?s de 1985) por SI~te b10logos, ??s economistas, un abogado, un
s?cr~logo ~ un ..a_ntropologo. Su func10n es «proveer consejo experto,
te~~tco Y.c..tentlfico, al Council sobre el desarrollo de la política de ad-
mm~~trac10n de pe~querías, sobre la preparación de planes de adminis-
traciOn. ~e pesquenas y sobre la efectividad de estos planes una vez en
operaciOn;> (~aredes 1985, p. 178). Otra experiencia interesante es
crear a su mteno~ dos subcomités, uno formado por los biólogos, y otro
con dos ec~nomtstas, un abogado, un sociólogo y un antropólogo.
Amb~s analizaban las accion.es y los planes que podían ser adoptados;
exammaban las propues.tas, Intercambiaban síntesis de sus posturas y
desarrollaba~ comentanos y recomendaciones a las instancias políti-
cas, al Counctl formado por pescadores deportivos y profesionales, re-
(6) Una aportación muy in.teresante de Breton en este sentido puede hallarse en
~re~on 1987: «~cosystems, soctal classes and halieutic development in the gulf of Me-
XIco. the centnfugal elements of management policies i.n estuarine fishing», p. 21.
538
presentantes del sector de transformación del pescado, mayoristas y
consumidores (7). ~: . ~ ·., . ·;.- ,;:-:· ; · · ·
.e•:
Si bien estos consejos no trabajan como equipos de investigaci9Q
colectiv<:?s, no es descab~llado pensar que .el t~abajo en común de ci~n-::
tíficos de estas diversas disciplinas puede resultar extremadamente ~n­
teresante y re11;table de cara a una administraci<?n de pesque~ías eficaz.
Ha de quedar claro .que con el sólo. concurso de profesionales de
una de las ramas del conocimiento antes mencionadas difícilmente se
podrán administrar unas pesquerías. Por ejemplo, el c~so de·lo~ biólo-
gos, que como científicos tienen un papel de asesora~tento cas1 excl~­
sivo en la planificación de la pesca en las aguas cananas. Todo lo mas
pueden abordar uno de los componentes de la pesquería, tal y c?mo ha
sido antes definida: las poblaciones de pescado. Parece como st, al ser
uno de los fines de la administración de pesquerías la conservación del
pescado, se pasara de este principio a la asunción gratuita de que para
lograrlo se ha de saber mucho del pescado, y no es tan fundamental
conocer la industria pesquera o la vida de ~os trabajadores del mar. Se
les escapan tanto el grupo social de los pescadores c?mo ~1 sector de
transformación o los mismos consumidores. ¿Qué «fishenes manage-
ment» puede esperarse de esto? ¿Qué sentido puede tener para la ad-
ministración de pesquerías el enfoque exclusivista sobre los stocks de
pescado? Si los biólogos intentan con mayor o menor ~xito ~on~~ncer a
las autoridades de la relevancia de este enfoque de mvesttgac10n, los
científicos sociales podrían centrarse también exclusivamente en la
evolución demográfica de las poblaciones de pescadores. Dado. que
ambas poblaciones, pescado y pescadores, forman parte d~l mtsmo
ecosistema el estudio separado de cada una de ellas no deJa de ser,
cuando me~os, irrelevante (8). Es evidente que una pesquería no ha de
administrarse únicamente con fines biológicos (9), sino que las metas
sociales (incluyendo lo cultural), económicas y ecológicas han de ser
también tenidas en cuenta (10).
Un problema frecuente en la aceptación del papel de los científicos
sociales en la administración de pesquerías es que muchas personas re-
(7) T.R. Leary comentando a Paredes 1985. Ver Pared~s 1?85, p. 183. .
(8) Ver Breton 1985: «Ecosystems, social classes and ha~t~utt~ develo~me~t t? the
gulf of Mexico: the centrifuga! elements of management pohctes m estuanne fishmg»,
p. 22. .' 37
(9) Ver Laxe 1985: «Cuestiones básicas sobre la ordenacton pesquera», p. ·
(10) Acheson, J.M. comentando el texto de Paredes. Ver Paredes 1985, p. 182.
539

nistración de pesquerías y el n qu~ c~n~cen la sociología de la admi-
lacionadas con el tema asume
cia vital. Sin embargo -ia d'tmun .o e os pescador~s, por experien-
ciencia social es import~ntísi~:rencta entre mformactón anecdótica y
cosa de otra ·- :~.:.· · . 'Y ha _de_ ser claramente delimitada una
.. L, . • . . , , ,· -1.: ·~· . ~: .e
~1~a!~~t~: ~~;!~~e~::r:~~sbiólog~s es la del cOnservacionismo ~
ves problemas para muchas pobl~¿~e smdembargo puede acarrea,r gra-
mos penetrando en el se undo nes e pes~adores. Pero aqut esta-
tropología puede desarr~llar e~~~.c~m~o de mvestigación que la an-
diar como éste se realiza. ts enes management: puede estu-
El estudio de la administración de pesquerías
La antropología no sólo puede t
gando las poblaciones de escadore~m~r una funciO.~ aplicada investí-
.,
otros sectores de las pesq~erías E ' s~~o que tambten ~uede abordar
estudiar a los administradores, ioss~~~~s ca~~n~e, por .e¡emplo, puede
baJan, y los procesos por los cuales ésto~ t~:::.a~r::c~ón.c?n que tra-
La empresa no deja de se .~ ectstones.
investigación sobre la ese runa propuest_a en el contexto actual de la
esta posibilidad sin pa~icip:;~;u~stro pats. Resulta di~ícil acceder a
tración de las es uerías a guna manera en la misma adminis-
lo han hecho desde la pe~~~sc;.utores ~e han trabajado sobre el tema
muchos años de la misma admi~~:t qu~, a;l haber c~laborado durante
(11). En el caso español y cana :aciOn_ e pesqu~nas que analizaban
fuera, al no darse el caso -se ún no sen~ necesano abordarlo desde
A modo de conclusiones
En el presente ti:ibajo hemos intentado abordar el tema de las relal
ciones entre la iúitropología 'y' la administración de pesquerías·, relacio-
nes que giran en torno a dos grandes. campos de investigación. .
El primero Se concreta en lli antropología marítima como fuenie de
'éoriocimientos' y" de información 'sobre los· que fundamentar la ácción
gestora y planificadora. Y en los· antropólogos como participantes de
esta administración, elaborando planes~·diseñando métodos de con-
trol, etc. ·· '
El segundo consiste, cual metalenguaje antropológico, en aplicar
las técnicas de nuestra disciplina a la administración de pesquerías en
sí, estudiando entre otras cuestiones los procesos por los cuales las de-
cisiones son tomadas, las posibles presiones que existen, o los intereses
que pueden salir diferencialmente beneficiados por la estructura del
mismo proceso administrativo encargado de la ordenación.
La primera forma de colaboración es la que abordamos con mayor
intensidad, por ser la más desarrollada en la literatura de la antropolo-
gía marítima, y por tocar, desde nuestra perspectiva, problemas can-
dentes en la administración de pesquerías española.
El papel del antropólogo como investigador sobre el terreno, la im-
portancia del «soft data», que su contacto directo con la realidad de la
pesca a través de la observación participante o del trabajo de campo
puede proporcionar, son abordados en nuestro trabajo. Igualmente
abogamos por una administración de pesquerías en que la colabora-
ción entre científicos sociales y naturales, -entre por un lado antropólo-
gos, sociólogos, economistas y abogados, etc., y por otro, biólogos ma-
rinos, esté a la orden del día presidiendo su asesoramiento científico.

~~~u~~~u~:::n~~~r~ 0:~!~!~;~~:s~~~~;:~;~~~~: ~~:~:~~~~~:

sa tal, en la que se analice el «fis~~~e el mteres de realizar una empre- Bibliografia
es muy elevado. y estudiar en tes ma~a~emen.t» en ~uestro país,
ANDERSEN, Raoul (ed.). 1979. «NORTH ATLANTIC MARITI-
rrollada sobre la pesca desde l qu.é h~ co~ststtdo la mvesttgación desa-
ME CULTURES: ANTHROPOLOGICAL ESSA YS ON
resultar más que relevante. as mstttuciOnes oficiales también puede
CHANGING ADAPTATIONS». The Hague, Mouton Publis-
Todo esto constituye un cam 0 v· hers.
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