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Biogeografia 1 PDF
Biogeografia 1 PDF
Museo de Zoología "Alfonso L Herrera", Facultad de Ciencias, UNAM, Apdo. Postal 70-399, México
04510 D.F. Instituto de Ciencias Naturales, Universidad Nacional de Colombia.
RESUMEN
Se ofrece una síntesis histórica de la escuela biogeográfica dispersionista; se iden-
tifican sus precursores, ideas seminales, proponentes principales y obras clásicas.
También se resumen sus conceptos y métodos más importantes, así como sus fun-
damentos teóricos, los cuales se analizan, se discuten y se comparan con otras es-
cuelas de pensamiento en biogeografía histórica.
La síntesis se inicia en sus raíces en la historia de las primeras ideas sobre la distri-
bución orgánica que son base para las primeras teorías de Linneo, Buffon y De Can-
dolle. Se reconoce en Lyell, Darwin y Wallace a los más importantes fundadores del
Dispersionismo y se comentan los contextos sociales e intelectuales de su estruc-
turación teórica en el siglo XIX. Tal estructura se reconoce en la biogeografía neo-
darwiniana cuyos representantes son Matthew, Darlington, Simpson, Mayr y, más
recientemente, Briggs. Al final se desarrolla una crítica ontológica y epistemológica
de los fundamentos del Dispersionismo.
ABSTRACT
By means of identifying its precursors, fundamental arguments, major proponents,
and classic publications, an historical synthesis of the school of dispersalist biogeo-
graphy is provided. Its concepts and major methods are analyzed and compared
with those of other schools of historical biogeography.
The historical roots of this synthesis emerge from Linnaeus, Buffon, and De Can-
dolle. The founders of a dispersalist school were Darwin, l.vell, and Wallace whose
theoretical structure was influenced by the intellectual and social contexts of the
19th century. This structure is recognizable in the neodarwinian biogeography of
Darlington, Matthew, Mayr, Simpson and, most recently, Briggs. An ontological
and epistemological criticism is provided of dispersalism.
depositada sobre el monte Ararat, y desde allí se Iglesia Católica se reunió de 1545 a 1563 en el
dispersaron por toda la superficie terrestre las di- Concilio de Trento, y decretó la interpretación lite-
versas criaturas que había salvado Noé. El relato ral de la Biblia. Se reafirmó entonces la creencia en
del diluvio se convirtió en la explicación canónica un acto de creación único en el tiempo y localizado
del poblamiento del mundo dentro de la visión en el espacio, con lo que la libre especulación so-
cristiana. En el siglo V, San Agustín, obispo de Hi- bre los hechos del mundo, incluida la distribución
pona, al componer la primera gran Summa cristia- geográfica de plantas y animales, quedó social-
na, convalidó la explicación dispersionista. A mente reprimida.
partir de la leyenda del diluvio, elaboró la metáfora
de que cada una de las especies que había salvado
La dispersión de la biota terrestre a partir de un solo
Noé representaba a una de las distintas naciones,
punto geográfico no dejaba de tener cierto apoyo
que por más ínfimas que fueran, se salvarían del di-
luvio del mal a través del arca salvadora represen- empírico, si se considera que desde el siglo XVI se
conocían casos de plantas traídas de lejanas tierras
tada por la Iglesia Católica (San Agustín, 1992:
que prosperaban exitosamente en Europa. También
367). Debido a que Dios daba a todos los hombres
animales como el conejo, que se habían introducido
oportunidad de salvación, era necesario que se hu-
a Inglaterra con el fin de combatir las hambrunas re-
bieran salvado todas las especies embarcadas por
currentes, habían proliferado en tierras extranjeras.
Noé. Quedó así asentada una concepción biogeo-
Sin embargo, se presentaban casos problemáticos
gráfica a partir de una metáfora teológica, y se
para la explicación dispersionista. Uno era el de las
aceptó, con la fuerza de la autoridad de San Agus-
especies de fieras iguales o muy semejantes que ha-
tín, que a partir de Ararat se dispersaron todas y
bitaban áreas separadas por grandes distancias. La
cada una de las especies que habitan la Tierra (Pa-
explicación de que habían sido transportados por
pavero et al., 1995). Un corolario de esta tesis es
hombres no era precisamente satisfactoria, pues re-
que sólo hubo una creación, de modo que el caso
sultaba difícil imaginar hombres transportando ani-
problemático de la presencia de animales en luga-
males feroces durante largas travesías, mientras que
res aislados y remotos San Agustín la resolvió re-
la explicación agustiniana que apelaba a la trans-
curriendo al transporte, ya fuera hecho por los
portación divina o 'angelocoria' no dejaba de cau-
hombres o, si hacía falta, por los mismos ángeles
sar escepticismo.
(Llorcntc et al., 20(0).
Es admirable la naturaleza en la variedad con que animales perfectos, y de no menor excelencia que
para mayor contento del hombre reparte en diver- esos otros conocidos.
sas provincias y regiones las cosas producidas. En
Indias hay especies que en ningún otro lado se ha- De cualquier forma, Acosta ya no fue más lejos y
llan; y ante todas cosas parecen ser de aquellas se mantuvo dentro de la ortodoxia dispersionista
partes y pertenecerle ... (en Trabulse, 1985). del Génesis:
Los nuevos hechos de distribución orgánica no pa- Todos los animales salieron del arca, pero por ins-
recían adaptarse al relato del Génesis. Cada vez era tinto natural y providencia del ciclo, diversos gé-
más manifiesto que en diferentes partes del globo neros se fueron a diversas regiones, y en algunas
habitaban especies distintas. El jesuita español 10- de ellas se hallaron tan bien que no quisieron salir
de ellas, o si salieron no se conservaron, o por
seph de Acosta (1540-1600) en su Historia Natu-
tiempo vinieron a fenecer, como sucede en mu-
ral y Moral de las Indias (Acosta, 1940) manifestó
chas cosas. Y si bien se mira ésto, no es caso pro-
dudas bien razonadas sobre el origen de los anima-
pio de Indias, sino de muchas otras regiones y
les que vivían en América: provincias de Asia, Europa y África, de las cuales
se lec haber en ellas castas de animales que no se
Halláronse, pues, animales de la misma especie hallan en otras, y si se hallan, se sabe haber sido
que en Europa, sin haber sido llevados de españo- llevadas allí.
les. Hay leones, tigres, osos, jabalíes, zorras y
otras fieras animales silvestres de los cuales hici- Si bien la explicación de Acosta sobre la distribu-
mos en el primer libro argumento fuerte, que no ción orgánica es básicamente ecológica, ya se ma-
siendo verosímil que por mar pasasen en Indias,
nifiesta una idea importante: el reconocimiento de
pues pasar a nado el océano es imposible, y em-
que en diferentes partes del orbe se encuentran es-
barcarlos consigo hombres es locura, síguese que
por alguna parte donde el un orbe se continúa y pecies propias y exclusivas. A partir del siglo XVI
avecina al otro, hayan penetrado, y poco a poco y como resultado de los hallazgos de los viajes
poblado aquel nuevo mundo. Pues conforme a la transoceánicos, se volvió cada vez más clara la
Divina Escritura, todos estos animales se salva- existencia de diferencias regionales en la distribu-
ron en el arca de Noé y de all í se han propagado en ción de plantas y animales. Ello implicó percatarse
el mundo. de un hecho que ha sido trascendental para el desa-
rrollo de la biogeografía: la distribución espacial
Hasta aquí la explicación que daba Acosta se ape- de la biota no ocurre de manera azarosa. La idea de
gaba a la ortodoxia, además de llevar implícito el la dispersión original a partir del Ararat se iba ha-
principio de parsimonia, pues suponía más proba- ciendo cada vez más problemática. Dos fueron los
ble una dispersión más o menos continua que otra puntos específicos de controversia: 1) aclarar si las
mediante grandes saltos. Sin embargo, las especies semejanzas entre diferentes especies de la locali-
que eran exclusivas del Nuevo Mundo resultaban dad se debían a una misma historia o bien a que se
aún más problemáticas: desarrollaban bajo las mismas condiciones am-
bientales, y 2) resolver si las distribuciones disyun-
Mayor dificultad hace averiguar qué principio tu- tas se explicaban por creaciones múltiples, por
vieron aquellos animales que se hallan en Indias y separación secundaria de áreas previamente conti-
no se hallan en el mundo de acá. Por que si allá los
nuas, o bien por dispersión desde lugares remotos
produjo el Creador, no hay para que recurrir al
(Mayr, 1982).
arca de Noé ni aún hubiera para qué salvar enton-
ces todas las especies de aves y animales si habían
de criarse después de nuevo; ni tampoco parece Todavía en la segunda mitad del siglo XVIII, la le-
que con la creación de los seis días dejara Dios al yenda del diluvio persistió en un esquema que ela-
mundo acabado y perfecto, si restaban nuevas es- boró Linneo para explicar la distribución de la
pecies de animales por formar, mayormente flora (L1orente et al., 2000). De acuerdo con su
Bueno & Llorente: Una visión histórica de la biogeografia dispersionista 165
formación religiosa, el naturalista sueco, lo mismo (sincronía o alocronía), o si habían iniciado a partir
que otros naturalistas coetáneos, vio a la naturaleza de una sola pareja o de poblaciones enteras (relicto
como un segundo libro de la Revelación, sólo infe- monotípico o partición poblacional).
rior en importancia a la propia Biblia. Bajo esta vi-
sión, la naturaleza se concibe metafóricamente La ley de Buffon
como una obra escrita por Dios, que si se sabe in-
No obstante, frente a la preeminencia de la explica-
terpretar adecuadamente, revelará los designios de
ción de la distribución orgánica por las condicio-
la Providencia (Eiseley, 1978). La versión linneana
nes que hoy llamamos ecológicas, presente desde
del Edén consistía en una altísima montaña situada
Acosta hasta Linneo, se fue desarrollando otra ex-
en latitudes tropicales que abarcaba toda la tierra
plicación que apelaba a causas históricas.
emergida, rodeada por un inmenso océano. En esa
montaña-isla se originaron todas las criaturas vi-
En Francia, el conde de Buffon mantenía diferen-
vientes, incluida la especie humana:
cias marcadas con Linneo, de quien criticaba su
En las primerasedades del mundo,los continentes sistema de clasificación por considerarlo superfi-
permanecíansumergidosbajo el mar,una sola isla cial, de modo que propuso una clasificación 'prác-
en medio de ese inmenso océano. Allí, todos los tica' de los animales con base en su distribución y
animales vivían con holgura y todas las plantas su lugar de origen. Si bien al principio había com-
crecían abundantemente [en Nelson y Platnick, partido la opinión generalizada en su tiempo de
1981, traducidodel inglés; Lyell (1832) citó parte que cada fauna era el producto de la región que ha-
de la frase original en latín, tomada de la obra de bitaba, afirmando que: "La tierra forma a las plan-
Linneo, Orario de telluris habitabilis incremento,
tas; la tierra y las plantas forman a los animales."
de 1744:In quá comodé habitaverint animalia om-
(en Nelson, 1978), abandonó después ese determi-
lúa, et vegetabilia lacté germinaverint.i
nismo ecológico. Cuando comparó a los mamífe-
A medida que las aguas se retrajeron, los distintos or- ros del Viejo y del Nuevo Mundo, llegó a una
ganismos fueron bajando hasta ocupar la franja alti- conclusión que ya había atisbado dos siglos antes
tudinal en la que encontraban las condiciones Acosta: "Ninguna especie de la zona tórrida de un
adecuadas a su existencia. La creación, podría decir- continente se encuentra en el otro." A partir de en-
se, siguió un gradiente de distribución altitudinaI. tonces, este hecho empírico se fue generalizando.
Ya en la primera mitad del siglo XIX se había ex-
La versión linneana del paraíso tiene algunas dife- tendido desde los mamíferos hasta las aves, repti-
rencias con el relato del Génesis. En primer lugar, les, insectos y plantas, y podía aplicarse no sólo a
no hay referencia directa al arca de Noé. Linneo las especies del Viejo y del Nuevo Mundo, sino a
aborrecía la idea de un Dios omnipotente que ensa- las de cualquier región de la Tierra separada por al-
yaba creaciones defectuosas para después destruir- guna barrera (Papavero el al., 2000).
las. En segundo, es más parsimoniosa, ya que se
hace coincidir espacialmente el centro de origen Con el titogeógrafo suizo Augustin Pyramus de Can-
con el centro de dispersión (Llorente el al., 2000). dolle, el principio de Buffon alcanzó un mayor nivel
de abstracción, como Humboldt también lo aceptó.
Johann Gmelin, discípulo de Linneo, viajó a las re- De Candolle reconoció explícitamente que los facto-
giones árticas y contribuyó a enriquecer la colección res físicos no agotan por sí solos la explicación de la
tlorística de Upsala. Sin complicarse demasiado, su- distribución orgánica; pues además existen causas
girió la existencia no de uno, sino de varios centros de primarias desconocidas. Deslindó claramente el
creación repartidos a lo largo del mundo (Browne, efecto de las condiciones físicas sobre la distribución
1983), y sobre esta idea básica se desarrollaron una de los organismos respecto a las causas históricas.
serie de variaciones; desde discutir si las creaciones Las 20 grandes regiones fitogeográficas que propuso
habían sido al mismo tiempo o en diferentes tiempos De Candolle, definidas por el carácter endémico de
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su flora, no se explican en términos de sus estacio- multiplication 01' ncw forms. We can thus unders-
nes, es decir, de sus condiciones físicas. El hecho em- tand the high importance 01' barriers, whether of
pírico de que en la misma franja latitudinal de land or water, in not only separating, but in appa-
rently forming the scvcral zoological and botani-
distintos continentes haya especies diferentes, a pe-
cal provinces.
sar de que las condiciones físicas sean básicamente
las mismas, refuta una explicación puramente ecoló-
Darwin consideró que la hipótesis alternativa que
gica. Las habitaciones, es decir, las diferentes recio-
o apelaba a grandes cambios continentales para expli-
nes ílorísticas en que puede dividirse la superficie
car las relaciones bióticas estrechas entre áreas am-
terrestre, caracterizadas por una composición biótica
pliamente separadas carecía de evidencia empírica,
particular y específica, se explican en términos de
de modo que se decidió por un modelo inmovilista
causas históricas. Surgen así los conceptos de flora,
de la superficie terrestre, según el cual la disposi-
fauna y áreas de endemismo, que implican conjuntos ción de tierras y mares había permanecido esencial-
integrados de especies (Browne, 1983), no simples
mente constante a través del tiempo. Aceptó en
agregados azarosos, y que suponen una historia com-
cambio que habían ocurrido oscilaciones importan-
partida entre la Tierra y su biota. Desde entonces la
tes en el nivel del mar, que en algunos casos permi-
biogeografía histórica se convierte en el estudio de
tieron la aparición de corredores entre islas y
las causas de ese patrón general: las regiones biogeo-
continentes durante los períodos glaciares, a través
gráficas. A continuación se tratará sobre la explica-
de los cuales se dio el tránsito de especies vegetales
ción particular que elaboró la biogeografía disper-
y animales. Las teorías de enormes puentes inter-
sionista sobre este patrón. continentales y creaciones múltiples (politopismo)
fueron explicaciones que Darwin rechazó, a favor
La biogeografía evolutiva: del monotopismo y dispersión subsecuente.
desde LyeIl hasta WaIlace
La teoría biogeográfica de Darwin implica que los
En El origen de las especies se dedican dos capítu-
taxones siempre son más recientes que los lugares
los del libro al análisis de la distribución orgánica;
que habitan, es decir, la superficie terrestre se conci-
resulta claro que la intención principal fue tomar los
be como un contenedor estático, un espacio absolu-
hechos de distribución como un argumento más a
to en el que han ocurrido multitud de movimientos
favor de la teoría de la descendencia con modifica-
de organismos desde el pasado remoto. Después de
ción. La conclusión general de estos dos capítulos
que los organismos logran aleanzar un área (vacía o
es que la distribución espacial de los organismos es
con organismos más 'débiles') y son capaces de co-
congruente desde una perspectiva evolutiva, mien-
Ionizarla, estableciéndose en ella, se modifican du-
tras que resulta caprichosa desde una perspectiva
rante el transcurso del tiempo, formándose así las
creacionista.
distintas áreas de endemismo.
... that each separate region of the globe, both of desde allí se expandieron de manera dominante
the land and water, is occupied by distinct groups por toda la Tierra.
of species, and that most of exceptions to this ge-
neral rule may be referred to disseminating cau-
ses now in operation, is eminently calculated to Es fácil percatarse de la gran similitud que existe en-
excite curiosity, and to estimulate us to seek sorne tre los pasajes del Génesis y el modelo dispersionis-
hypothesis respecting the first introduction of ta de Darwin y Wallace. Al respecto, Nelson (1984),
species which may be reconciliable with such uno de los principales proponentes de la teoría de la
phenomena. vicarianza, ha señalado que, en ambos casos, la no-
ción de centro de origen tuvo su raíz en el mito de la
Luego de hacer una amplia y exhaustiva revisión de creación más que en datos empíricos. No obstante
los diversos medios y mecanismos mediante los debe reconocerse que en lingüística, antropología
cuales se difunden o diseminan las especies (antece- cultural, origen de razas humanas y otros temas hu-
diendo lo que con tan marcada semejanza haría Dar- manísticos de la prehistoria europea, se acepta una
win en El Origen ...), lo que genera la admiración de hipótesis dispersionista, análoga al mito de Babel,
Lyell no es la gran capacidad dispersoria de los or- también bíblico y similar al mito de Ararat. Incluso
ganismos, sino que a pesar de ello permanezca casi se propuso un relicto monoboreal para explicar el
incólume la regla general de la marcada división de origen de los pueblos indoeuropeos, desde donde se
la superficie terrestre en regiones biogeográficas, en supone que se dispersaron mediante oleadas sucesi-
vez de una posible mezcla heterogénea de especies, vas (Bemárdez, 1999).
lo que se esperaría como resultado de las dispersio-
nes aleatorias (Lyell, 1832: 81). Al igual que a las faunas dominantes a las que ape-
laban, las ideas darwiniano-wallaceanas termina-
The machinery before adverted to is so capable of ron por desplazar a las ideas rivales. Joseph Hooker,
disseminating seeds over almost unbounded spa- que viajó como botánico en la expedición de las
ces, that were more intimately acquainted with naves Erebus y Terror, y a quien se le ha atribuido
the economy 01' nature, we might probably ex- marcar el inicio de la biogeografía histórica causal
plain all the instances which occur of the aberra- (Brundin, 1988), luego de llevar a cabo un amplio
tion of plant to great distances from their native
estudio taxonómico de las floras de las tierras aus-
countries. The real difficulty which must present
trales, planteó que existía una clara afinidad geo-
itself to every one who contemplates the present
geographical distribution of species, is the small gráfico-histórica entre ellas. Encontró que había
number of exceptions to the rule ofthe non-inter- una relación más estrecha entre las floras de Aus-
mixture of different groups of plants. Why have tralia, Sudamérica y Sudáfrica, que entre cualquie-
not, supposing them to have been ever so distinct ra de ellas y las floras norteñas. Después de consi-
originally,become more blended and confounded derar los posibles mecanismos de dispersión, que-
together in the lapse of ages? dó convencido de que la dispersión no era la causa
de tales relaciones. De ello dedujo que había ocu-
Entonces fue con Darwin con quien se fundó el nú- rrido una disyunción primaria latitudinal, que se-
cleo de la concepción biogeográfica dispersionis- paró las floras de los hemisferios septentrional y
ta: preeminencia de dispersiones aleatorias sobre austral, seguida de separaciones entre las tierras
una geografía estable. Esta tesis la desarrollaría sureñas. Hooker sugirió que las distribuciones dis-
con mayor amplitud Alfred R. Wallace, después de yuntas de grupos vegetales meridionales podían
1855, al postular a la selección natural como pro- explicarse muy bien por separación de los conti-
ceso causal. Su tesis central afirmaba que las es- nentes. Wallace (1876) rebatió vigorosamente esta
pecies dominantes, con mayor capacidad compe- idea, afirmando que cada una de las floras sureñas
titiva, surgieron en algunos centros de origen derivaba de dispersiones independientes de razas
norteños a través de la lucha por la existencia, y dominantes que procedían del norte. Ello implicaba
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que las relaciones florísticas eran más estrechas en La mentalidad expansionista se manifestó variada-
un sentido norte-surque en un sentido latitudinal, y mente y su retórica está adornada con frases que
que las afinidades entre las floras sureñas que ha- bien podrían incluirse en una antología de la
bía encontrado Hooker sólo eran casuales, mien- arrogancia:
tras que mantenían verdaderas relaciones genéti-
cas con sus contrapartes norteñas. El método más adecuado y productivo para colec-
tar escarabajos es aclarar los bosques de Auckland
(Capitán Broun, entomólogo y primer gobernador
Colonialismo y dispersionismo
de Nueva Zelanda (Craw, 1992).
El dispersionismo, como modelo de investigación
Las producciones de la Gran Bretaña se sitúan mu-
en biogeografía histórica, surgió en pleno auge del
cho más alto en la escala dcl ser que las de Nueva
Imperio Británico, durante un período de fuerte do-
Zelanda.. las producciones orgánicas de Nueva
minancia y expansión colonialista. No es casual, Zelanda ahora están cediendo ante las legiones de
como ha hecho notar Craw (1992), que algunos de plantas y animales introducidos de Europa. (Char-
los términos adoptados por la biogeografía proven- les Darwin, en Craw, 1992).
gan del argot militar. 'Región', por ejemplo, provie-
ne del término latín regere, que significa mandar o Si aceptamos la configuración de la Tierra como
permanente, una dispersión continua y progresi-
reinar; 'provincia' deriva de la palabra latina vince-
va de las especies del centro a la circunferencia,
re, que significa conquistar, y se refería original-
es decir, hacia el sur, parece inevitable. Si un ob-
mente a un territorio conquistado por el Imperio Ro- servador se colocara en algún punto en el Canal
mano; aunque tales términos también provienen de de San Jorge, desde el que fuera visihle una mitad
la agrimensura latina. En el siglo XVIII, el natura- del globo, vería la mayor cantidad posihle de tie-
lista alemán Johann Reinhold Forster, quien acom- rra extendiéndose hajo la forma de una especie dc
pañó al capitán Cook en su segundo viaje de figura estrellada. La supremacía marítima de la
exploración a los mares del sur, atribuía la miseria raza inglesa quizá ha fluido desde la posición
moral y material de los habitanres del extremo sur central de su morada. El que tal disposición haya
facilitado una migración centrífuga de organis-
de América a un enfriamiento desigual de la super-
mos terrestres es obvio de cualquier manera, y las
ficie terrestre. El conde de Buffon, en su Histoire
condiciones climáticas que operan desde el polo
naturelle, veía en el menor tamaño de los cuadrúpe- suministrarían medios efectivos de propulsión.
dos del Nuevo Mundo una evidencia de su degene- (Thiselton-Dyer, en Nelson, 1978).
ración, que tenía como causa posible el bajo nivel
cultural de los aborígenes, quienes al no domesticar En síntesis, durante el período al que Nelson y
a sus animales, no los habían fortalecido. La empre- Platnick (1984) denominaron 'wallaceano", ini-
sa de cartografiar el mundo, así como el reconoci- ciado desde la publicación de El origen de las es-
miento de sus recursos naturales a través de expe- pecies y que dominó por un lapso de cien años, la
diciones célebres, como las del Resolution y Adven- biogeografía histórica se propuso como programa
ture o la del Beagle, llevaba un trasfondo ideológico de investigación el descubrir los centros de origen
implícito: el penetrar regiones vírgenes y delimitar- norteños y las rutas de dispersión hacia el sur de los
las con precisión, para poder así separar lo salvaje distintos grupos vegetales y animales dominantes.
de lo habitable, lo primitivo de lo avanzado, lo inci-
vilizado de lo civilizado. Dentro de la tradición darwiniano-wallaceana se
distinguieron dos tipos de dispersión que podían
Subyacente a los mapas delineados por los súbdi- explicar los casos de grupos con distribuciones
tos de la corona y de las rutas de dispersión segui- disyuntas: 1) las dispersiones que consistían en la
das por sus navíos, se esconde una profunda carga simple expansión de los individuos de una especie,
ideológica, en la cual la ciencia sirvió como un ins- sin barrera alguna de por medio, seguidas por la
trumento legitimador del colonialismo imperial. extinción de las poblaciones intermedias; los
Bueno & Llorente: Una visión histórica de la biogeografia dispersionista 169
un juicio sumario, Darlington concluyó que lo que l. Los cambios climáticos han sido un factor im-
le correspondía hacer a la biogeografía era tomar a portante en la evolución de los vertebrados terres-
Darwin y Wallace como punto de partida, y agre- tres y la principal causa conocida de su distribución
gar la geología y 'otras cosas' (sic) en proporciones actual.
convenientes para hacer crecer a la biogeografía.
Sin el menor rigor histórico, simplemente hizo a un 2. Las principales rutas de migración en las épocas
lado toda una tradición en estudios biogeográficos geológicas recientes han radiado desde centros ho-
que desarrolló las ideas y conceptos básicos sobre lárticos de dispersión.
la distribución orgánica mucho antes que Darwin,
3. No se requieren grandes cambios geográficos
tradición cuyo corpus conceptual ya daba la posi-
para explicar la distribución actual de los vertebra-
bilidad de interpretar la historia espacial de la vida
dos terrestres, y la mayor parte de ellos no afecta la
en términos de relaciones genealógicas entre áreas
permanencia de los océanos, tal y como están defi-
o biotas (Llorente y Espinosa, 1991).
nidos por los continentes actuales.
Otro aspecto que también influyó en la creencia
4. Las teorías de alternancia de climas húmedos y
extendida de que la biogeografía nació a partir de uniformes con climas secos y locales está en per-
Darwin, es que desde que apareció su teoría de la fecta concordancia con el curso de la evolución de
evolución, el énfasis se puso sobre el estudio del los vertebrados terrestres.
proceso evolutivo, mientras que decayó el interés
sobre los patrones que ha producido (Janvier, 5. Los numerosos puentes continentales hipotéti-
1984). La sistemática y la biogeografía, que por cos en las regiones tropicales y sureñas son impro-
antonomasia son las disciplinas que estudian los bables e innecesarios para explicar la distribución
patrones a grandes escalas dentro de la diversidad geográfica. Por el contrario, los hechos conocidos
orgánica, quedaron relegados a un segundo térmi- apuntan claramente hacia una permanencia gene-
no, y si bien siguieron acumulando una cantidad ral de los perfiles continentales durante las últimas
importante de datos, tuvieron muy poco desarro- épocas geológicas. Además, los miembros más re-
llo teórico (Zunino y Zullini, 1995). El paradigma cientes viven en el hábitat de origen.
centro de origen-dispersión se convirtió en el mo-
delo dominante para explicar el poblamiento de Así, los centros de origen y radiación estarían en
las diferentes áreas del mundo y permaneció las masas terrestres circumpolares del norte. Es
esencialmente igual desde Darwin y Wallace has- claro que el modelo de Matthew reafirma la posi-
ta los principales biogéografos neodarwinistas, ción permanentista de la tradición darwiniano-walla-
como Matthew, Simpson y Darlington. ceana, y añade como factor causal de la distribución
al cambio climático. Matthew, al igual que Darwin
El paleontólogo estadounidense especialista en ver- y Wallace, rechazó tajantemente el recurso de los
tebrados William D. Matthew (1915) desarrolló la puentes intercontinentales para explicar las distri-
teoría del holarticismo, según la cual el hemisferio buciones de taxones estrechamente relacionados
meridional se fue poblando a partir de dispersiones pero separados por grandes distancias. Registró
provenientes del hemisferio boreal (Zunino y Zulli- numerosos casos de distribuciones disyuntas de
ni, 1995). Se le atribuye a Matthew el haber enfati- organismos fósiles y concluyó que las formas que
zado la dimensión temporal en los estudios zoo- ocurrían en el hemisferio meridional eran los re-
geográficos, analizando con particular atención el presentantes especializados de formas ancestrales
efecto que tuvieron los cambios climáticos pasados que habían surgido desde el Eoceno en las tierras
sobre la distribución orgánica (Udvardy, 1969). norteñas.
Matthew resumió (1915) su modelo de la siguiente Matthew adoptó la teoría de la isostasia, que postula
manera: un balance entre continentes y cuencas oceánicas.
Bueno & Llorente: Una visión histórica de la biogeografía dispersionista 171
Se da una alternancia entre períodos de invasiones de las interacciones competitivas con la especie
marinas y emersiones de la tierra emergida, madre, que en general está menos adaptada. Esas
aunque las principales masas continentales han interacciones por lo regular provocan la ocupa-
permanecido sin cambios sustanciales. Retomó la ción del área original por parte de la especie hija
idea dispersionista de las balsas naturales, que se y el desplazamiento de la especie madre a la peri-
desprenden de las riberas continentales transpor- feria. Así se concibe al centro de origen de gru-
tando ocasionalmente hembras grávidas de mamí- pos supraespecíficos como el área donde se
feros colonizadores, para explicar las distribu- forman nuevas especies, que va creciendo a me-
ciones disyuntas, negando con ello a los puentes dida que se originan especies mejor adaptadas
intercontinentales. dentro del grupo. Esta expansión ocurre en fun-
ción de la vagilidad total de la especie, que es la
Biogeografía neodarwinista suma de sus medios característicos de disper-
sión, tanto activos como pasivos.
El procedimiento general de la biogeografía
neodarwinista consiste en recuperar la historia
del poblamiento de un área determinada; ejem- La biogeografía evolucionista desarrolló una serie
plos de ello son los trabajos de Simpson (1964) de criterios para localizar los centros de origen de
-quien reconstruyó la historia del poblamiento los diversos grupos. Estos criterios los resumió y
de Sudamérica durante el Cenozoico, con base analizó críticamente Cain (1944), mostrando sus
en la historia biogeográfica de los principales inconsistencias; sin embargo, siguieron empleán-
grupos de mamíferos-, o el de Lack (1947) dose profusamente en la literatura dispersionista.
-quien explicó la radiación adaptativa de los Entre los criterios principales que se han usado
llamados 'pinzones' de Darwin-, por saltos para localizar centros de origen, podrían citarse los
desde el continente al archipiélago de las Galá- siguientes (Bueno y Llorente, 1991):
pagos. También los trabajos de Reig (1962) y
Hal ffter ( 1961, 1976) pueden inscribirse en esta l. Área de máxima diferenciación de un tipo. El
tradición biogeográfica. Al dispersionismo le centro de origen corresponde al área en la cual se
interesa entonces reconstruir historias particu- presenta la máxima diversificación taxonómica
lares de dispersión, con sucesivas integraciones y/o la máxima diversificación ecológica. Se basa
de biota proveniente de otras áreas en distintos en la suposición de que hay un incremento de la di-
tiempos (invasiones alocrónicas). Darlington versidad en función del tiempo, de modo que el
(1957) afirmó explícitamente que es tan impor- área más antigua, que sería el centro donde se ori-
tante analizar casos particulares como compa- ginó el taxón, es la que tiene mayor diversidad. Si
rarlos; así, el rumbo que toma este enfoque es bien el razonamiento parece lógico, carece de fun-
preponderantemente casuístico. damentos teóricos y empíricos. Siempre cabe la
posibilidad de que el área con mayor riqueza co-
Las premisas básicas del Dispersionismo son rresponda a un centro secundario de diversifica-
que cada taxón nace en un centro de origen y tie- ción. Un caso conocido es el de las especies de
ne una historia propia de dispersión, dada por drosófilas que habitan las islas del archipiélago de
una combinación de azar y capacidades disper- Hawai. El área total del archipiélago es de apenas
sorias particulares del taxón, por lo que pierde unos 16,000 km2, sin embargo alberga aproxima-
sentido el investigar los patrones generales de damente 500 especies de drosofflidos, número que
distribución. La especiación tiene una causa pre- representa una tercera parte de todas las especies
cisa: es la respuesta adaptativa de una población del mundo. Es cIaro que si el archipiélago tiene un
local a las presiones selectivas del ambiente. Al na- origen geológico más o menos reciente (Oligoce-
cimiento de una nueva especie, mejor adaptada a no-Mioceno), las especies de drosófilas endémicas
las condiciones locales, sigue el establecimiento del archipiélago hawaiano son resultado de un
172 Caldasia Vol. 22, No. 2, 2000
proceso de diversificación amplia a partir de dis- variedad de fósiles conocidos tenga que coincidir
persiones continentales (Carson et al., 1970), por con el área de origen.
lo que sería absurdo tomar como centro de origen
al archipiélago. 6. El centro de origen de un grupo corresponde al
área donde se encuentra la especie con mayor nú-
2. Área de mayor abundancia o dominacia de indivi- mero de caracteres plesiomórficos. Este criterio es
duos. Es el área donde la especie alcanza su máxima exactamente opuesto al segundo, además de que
reproducción o su mejor establecimiento. La identifi- ambos son igualmente apriorísticos; es un criterio
cación de esta área con el centro de origen se basa en que se basa en la regla de la progresión corológica
una suposición gratuita. Resulta lógico pensar que la y especiación peripátrida (Brundin, 1988).
mayor densidad de individuos de una especie ocurre
7. Área donde se localizan los individuos de tama-
en el centro de su área de distribución y que decrece
ño máximo. Desde el siglo pasado, Allen (1892)
hacia la periferia debido a que en el centro hay un me-
enunció una serie de mal llamadas 'leyes' que pre-
jor acoplamiento entre los requerimientos de la espe-
tendían explicar la evolución de las especies de
cie y las condiciones ecológicas, mientras que en los
acuerdo con la int1uencia climática. Con base en
márzenes los individuos se ven sometidos a condi-
b
ellas, se esperaría que el máximo desarrollo físico
ciones extremas. Además, también hay casos de es-
de los individuos de una especie ocurriera en don-
pecies que tienen una densidad homogénea en toda
de las condiciones físicas son las más adecuadas.
su área de distribución. Por tanto, el criterio de domi-
Según la misma lógica, las especies de mayor ta-
nancia y densidad se explicaría simplemente porcau-
maño de un taxón indicarían el centro de origen del
sas ecológicas.
taxón. De acuerdo con la disminución del tamaño
corporal que encontró en diversas especies de aves
3. El centro de origen corresponde al área donde
y mamíferos a lo largo de un gradiente norte-sur,
se encuentra la especie más reciente (más diferen-
Allen (1892) concluyó que el hemisferio septen-
ciada) del grupo. Se basa igual que la anterior, en
trional era el área de origen de varios grupos. Sin
suponer que las especies más recientes desplazan a
embargo, Cain (1944) hizo notar que aun aceptan-
las menos evolucionadas hacia la periferia del área
do que las relaciones entre tamaño corporal y cli-
de distribución. Al igual que el criterio previo, su-
ma sean correctas, no existe ninguna relación
pone a priori que no han ocurrido cambios climáti-
absoluta entre tamaño corporal y centro de origen.
cos que pudieran provocar la extinción o el
Casos que refutan la tesis de Allen son los de mu-
establecimiento de poblaciones ancestrales o des-
chas especies de plantas y animales habitantes de
cendientes, lo cual invalidaría ese razonamiento
islas oceánicas que presentan un mayor tamaño
simplista.
que sus parientes continentales (gigantismo en is-
las); sin embargo, sería absurdo aceptar que ellu-
4. El centro de origen se localiza por el fósil más gar de origen del linaje son las islas. Más bien se
antiguo del grupo. El problema con este criterio es esperaría que migraron de los continentes, y que su
que no hay forma de saber que un fósil es el más an-
mayor tamaño en las islas se debe a las condiciones
tiguo del grupo, ni conocer hasta donde se extendía ecológicas favorables que encontraron y a la au-
su área de distribución, a menos que se tuviera la sencia de competidores. Por ello Cain concluyó
certeza de tener un registro fósil exhaustivo del que el tamaño corporal no es un criterio confiable
grupo, asunto por demás utópico. para determinar centros de origen ni de dispersión.
planta cultivada. Por el contrario, la variación en la de las periodicidades de corrientes marinas y vien-
producción aumentaría a medida que las áreas se tos, y de la eventualidad de que alcancen áreas que
alejaran del centro de origen. Sin embargo, la esta- tengan las condiciones adecuadas a sus particula-
bilidad en la productividad simplemente podría ex- res modos de vida, esto es, de que tengan coloniza-
plicarse por la estabilidad de las condiciones ción y arraigo exitosos (Udvardy, 1969). Con
climáticas, por lo que identificar las áreas de pro- hipótesis sobre centros de origen y rutas de disper-
ductividad más estables con centros de origen re- sión, los biogeógrafos de la tradición dispersionis-
sulta forzado. ta pudieron elaborar historias particulares sobre
cómo había ocurrido el poblamiento de las áreas
9. Dirección indicada por las afinidades geográfi- por los diferentes taxones, incluidos los numero-
cas. En cualquier región pueden encontrarse espe- sos casos de distribuciones disyuntas. La recons-
cies extrañas que son comunes en áreas lejanas. trucción de rutas dispersorias tuvo una restricción
Tiene sentido suponer que tales especies habrían hasta antes de la aceptación generalizada de la teo-
provenido del área lejana, que sería su centro de ría de la deriva continental y de la tectónica de pla-
origen. Por ejemplo, puede suponerse que las espe- cas, que era el suponer una geografía estable. Los
cies de cactos que se presentan como epífitas en los biogeógrafos dispersionistas siguieron con la con-
bosques tropicales arribaron desde regiones desér- cepción inmovilista de la Tierra defendida por
ticas. Sería más improbable la historia inversa, es Darwin y sólo aceptaron cambios en el nivel del
decir, que se originaron en regiones eálido-húme- mar. Se admitía que durante los períodos en que el
das y después alcanzaron el desierto. Sin embargo, agua se concentraba como hielo en los polos, po-
también puede haber casos en los que el área prin- dían quedar al descubierto corredores de islas que
cipal de distribución sea derivada, mientras que las facilitaban la dispersión. Simpson (1940, 1964)
áreas menores sean relietuales. distinguió tres diferentes tipos de rutas para el in-
tercambio de elementos entre biotas distintas: los
En la bibliografía biogeográfica se pueden encon-
corredores, los filtros y las rutas aleatorias, defini-
trar más criterios; Cain (1944) citó que había halla-
dos según el grado de resistencia que ofrecían las
do 13. Él reconoció que en general se habían
barreras a la dispersión. Sin embargo, a excepción
empleado de forma un tanto vaga y acrítica, y lo
de la escuela puente-continentalista o extensionis-
que era más grave, que había criterios contradicto-
ta, representada por autores como Schuchert
rios entre sí. Aunque se percató de que las distribu-
(1935) o más recientemente por Termier y Termier
ciones disyuntas presentan modelos duplicados, y
(1960), los biogeógrafos neodarwinistas rechaza-
en general no explicables por puro azar, su trabajo
ron sistemáticamente las teorías e hipótesis que
sigue siendo básicamente dispersionista, enfocán-
postularon grandes y extensos puentes transconti-
dose a describir aspectos corológicos. Así, por
nentales. Fuera de esta restricción, había una gama
ejemplo, llegó a la conclusión de que el tamaño y
de alternativas para proponer rutas dispersorias en
los límites de las áreas de distribución de los dife-
los casos de distribuciones disyuntas, y si alguna
rentes taxones, principalmente se explican por sus
nueva evidencia geológica o paleoclimática con-
capacidades dispersorias particulares.
tradecía la ruta propuesta para explicar un caso
El segundo paso metodológico dentro del protoeo- particular de distribución disyunta, quedaba abier-
lo dispersionista es el de estableeer las rutas que to el recurso de proponer otra que diera el mismo
han seguido los taxones hasta alcanzar su distribu- resultado.
ción aetual. Como cada grupo se ha dispersado in-
dependientemente de otros, los patrones distribu- Briggs (1984) es uno de los autores relativamente
eionales se eonvierten en el resultado de procesos recientes que persistió en sostener un enfoque ne-
que en esencia son azarosos, que ocurren en función tamente dispersionista; él defendió con vigor la
de las capacidades dispersorias de los organismos, pertinencia de investigar centros de origen, a pesar
174 Caldasia Vol. 22, No. 2, 2000
de las críticas acervas que le han argumentado a l. El que haya un solapamiento sustancial entre
este concepto las escuelas vicariancista y panbio- dos o más especies. Ello no implica que la coinci-
geográfica, ambas de corte contemporáneo. Este dencia entre las áreas de las especies analizadas
autor afirmó que la evidencia sobre frecuentes ca- sea exacta a todas las escalas; sin embargo, la con-
sos de migración en un solo sentido, que interpreta dición básica es que haya una simpatría extensa.
como expansiones de faunas dominantes, son irre-
batibles (Briggs, 1974). Redefinió a los centros de 2. Desechar del análisis las especies cuyo estatus
origen como áreas en las que ha ocurrido la mayor taxonómico sea dudoso.
parte -no necesariamente la primera- de la historia
evolutiva de un grupo, empleando como sinónimo 3. Las áreas de las especies que se elijan para el
de centro de origen las expresiones 'centro evoluti- análisis deben ser comparativamente pequeñas en
vo' y 'centro de radiación evolutiva'. relación con la región global bajo análisis.
especies
genealógicamente entre sí de lo que cualquiera de
~~~~
ellos lo estaría con otro grupo) para la sistemática
filogenética. Si una serie de transformación de ca-
racteres del tipo al, a2,a" <14, ... , en el que el estado de
carácter al es el más plesiomórfico (ancestral), se
puede superponer a un patrón geográfico lineal, cabe
la hipótesis de que el desarrollo de caracteres se ha + + + + +
áreas de
producido en función de la expansión geográfica del distribución A B e o E
En contraposición a las ideas de Hennig, Briggs criterios empleados para localizar centros de
(1984) sostuvo como tesis principal que existen nu- origen, lamentaba la pesada carga de hipótesis y
merosos grupos en los cuales los individuos que re- supuestos que arrastraba el quehacer biogeográfi-
tienen el mayor número de caracteres primitivos son co, lo cual atribuía a un abuso del razonamiento de-
incapaces de competir con los miembros más espe- ductivo. Pero quizá podría decirse que el ataque
cializados del grupo. Entonces, las formas arcaicas frontal contra la biogeografía dispersionista se ini-
sólo pueden sobrevivir marginándose hacia la peri- ció con la demoledora crítica que apareció en el
feria del área de distribución del taxón. El resultado trabajo de Croizat el al. (1974):
es que existen ciertas áreas geográficas situadas en
latitudes bajas en las cuales se han desarrollado los Rechazamosel concepto darwiniano de centro de
órdenes y familias más avanzados de multitud de ta- origen y su corolario, la dispersión de las espe-
xones. Tales áreas son de importancia primordial en cies, como modelo conceptual de aplicación ge-
neral en la biogeografía histórica.
el estudio de los patrones actuales de distribución de
la biota, ya que han ejercido una poderosa influen-
En ese mismo trabajo se destacó que la preocupa-
cia en la composición de la flora y la fauna de una
ción de los biogeógrafos neodarwinistas por re-
amplia porción del mundo, actuando como centros
construir historias particulares de dispersión sólo
de radiación evolutiva y de suministro de especies a
había conducido a un confuso amasijo de creencias.
otras áreas menos activas o menos efectivas en tér-
Por ejemplo, Mayr (1946) había hecho una división
minos evolutivos.
de la avifauna de Norteamérica de acuerdo con sus
Briggs ( 1984) ensayó una explicación sobre ese pa- presuntos centros de origen, y según afirmaba: "En-
trón. Su hipótesis es que los procesos de especiación tre las aves estrictamente terrestres, existen ocho fa-
que ocurren en el centro son diferentes de los que milias tan ampliamente extendidas, que analizarlas
ocurren en la periferia. La formación de especies es en este momento resulta muy difícil."
afectada por el tamaño poblacional y la cantidad de
A pesar de su propio decir, no tuvo reticencia para
variación genética. Los ritmos de especiación y de
hacer afirmaciones ambiguas, como la de que las
evolución entre las poblaciones grandes son más
familias de caprimúlgidos y carpinteros bien ha-
lentos que los de las poblaciones periféricas, las
bían podido originarse en el Nuevo Mundo, aun-
cuales están aisladas y son de menor tamaño (espe-
que: "el hecho de que sus parientes más cercanos
ciación peripátrida). Sin embargo, según él, los gru-
(Jyngidae) sean exclusivos del Viejo Mundo, pare-
pos surgidos de las poblaciones grandes son más
ce indicar lo contrario." (Mayr, 1946). Por razones
exitosos, en el sentido de que producen linajes de
similares, se vio obligado a desistir de intentar la
manera continua y persistente.
localización de centros de origen de cerca del 30 %
Las críticas al Dispersionismo de las familias de aves de Norteamérica.
A partir de las décadas de los setentas y los ochen- En Darlington (1957) se encuentra el mismo tono
tas, con el surgimiento y diferenciación de los en- paradójico que en Mayr. En el capítulo que dedicó
foques vicariancista y panbiogeográfico, la bio- a la distribución de las aves, razonó que a pesar de
geografía dispersionista enfrentó críticas severas. ser el grupo mejor estudiado, todavía encontraba
Se sostuvo que el enfoque dispersionista era ende- muy difícil de entender su distribución: "1 still find
ble epistemológicamente por dos razones: 1) su in- the distribution of birds very hard to understand"
consistencia metodológica, y 2) su proclividad por (p. 226). Si bien admite que el patrón de las aves es
recurrir a hipótesis ad hoc. Ya desde su mismo in- claro, no deja de ser complejo, y los procesos que
terior, el Dispersionismo había empezado a gene- los han producido -la evolución y la dispersión-
rar algunas autocríticas. Cain (1944), al referirse a son muy difíciles de rastrear y entender. Atribuyó a
la ambigüedad e inconsistencia que había en los ello el que los ornitólogos se hubieran interesado
178 Caldasia Vol. 22, No. 2, 2000
poco por estudiar las relaciones geográficas y los relativamente recientes, como las aves, no hay
centros donde se originaron estos organismos. Ex- mucha dificultad para reconstruir las rutas de dis-
plicó que la complejidad del arreglo geográfico de persión que siguieron hasta alcanzar su distribu-
las aves se debía a los variados movimientos que ción actual en regiones biogeográficas, las cuales
han hecho muchas aves en muchas direcciones, lo se corresponden claramente con los continentes
que además ha provocado que ese patrón se esté re- actuales. En cambio, en los grupos más antiguos la
formando continuamente. Reconoció que si bien el situación se complica al romperse esa correspon-
lugar de origen de muchos grupos es evidente, no dencia debido al 'ruido' que introduce la deriva de
hay elementos suficientes para determinar el área los continentes. Dicho de otra manera, el poder ex-
de origen de otros tantos. plicativo del modelo dispersionista va decreciendo
a medida que los grupos son más antiguos. Con
Después de leer a Mayr y a Darlington, parecería ello resulta que la confirmación de un hecho tan
que la biogeografía dispersionista había llegado a importante como la deriva continental, en lugar de
un impasse. No había criterios claros para determi- esclarecer la explicación sobre la distribución la
nar los centros de origen, los patrones de distribu- confunde, pues para Wilson los patrones de distri-
ción se consideraban muy complejos y, además, el bución se van desdibujando cuando se retrocede en
propio Darlington (1957) reconoció que persistían el tiempo.
muchos puntos de desacuerdo y contradicción en
la clasificación de las aves. Aunque declaró su pre-
A medida que se reconocieron evidencias en favor
ferencia por la clasificación de Mayr y Amadon so-
de la teoría sobre tectónica de placas y de la deriva
bre la de Wetmore, porque proporcionaba más
continental y se apreció su capacidad de explica-
indicios sobre la dispersión, admitió que aspectos
ción y predicción, dejó de ser inconcebible la idea
tales como el de cuáles familias y géneros debían
de grandes masas terrestres transportando biotas
reconocerse, o decidir en qué familias deberían
enteras por millares de kilómetros y a lo largo de
ubicarse ciertos géneros y cómo se relacionaban
extensos períodos geológicos. La escuela de la vi-
las familias entre sí, eran preguntas que no se ha-
carianza (Croizat et al., 1974; Nelson y Platnick,
bían resuelto satisfactoriamente.
1980, 1981; Nelson y Rosen, 1981) afirmó que la
La ineficiencia del principio de la dispersión como congruencia entre patrones vicariantes (es decir, la
proceso causal de la distribución es manifiesta en coincidencia geográfica de los patrones disyuntos
los trabajos de Darlington. Al igual que Mayr, tam- que presentan grupos diversos), tiene como causa
poco pudo explicar siquiera la distribución de las un proceso de vicariación (es decir, la fragmenta-
aves, el grupo de vertebrados mejor conocido. Aun- ción de poblaciones originalmente continuas, por
que Darlington reconoció que la capacidad de vuelo efecto del surgimiento de una barrera), y no disper-
de este grupo afecta de manera crucial su distribu- siones independientes de los diversos grupos que
ción, no era suficiente para explicar por qué grupos hayan salvado la barrera. Dicho brevemente, la vi-
como los crácidos, horneros y tucanes, entre otros, carianza sostiene que la causa de la especiación
no habían podido alcanzar las Indias Occidentales alopátrida generalizada es el cambio geológico y
desde Sudamérica, a pesar de que tienen cierta capa- no la migración, pues los cambios tectónicos frag-
cidad de vuelo y de que las barreras acuáticas que mentan biotas y las aíslan. También la panbiogeo-
separan estas dos áreas es relativamente estrecha. grafía (Croizat, 1958, 1964) concibe a los patrones
de distribución biótica como el resultado de la inte-
La aceptación de la teoría de la deriva continental racción entre dos procesos: el inmovilismo (la vi-
sorprendentemente profundizó en algunos casos la carianza) y el movilismo (la dispersión), de los
confusión conceptual y metodológica del Disper- cuales el primero tiene gran relevancia en la gene-
sionismo. Wilson (1978), por ejemplo, afirmó ración de patrones biogeográficos. No hay nada
que en grupos que han evolucionado en tiempos que quede al azar en la distribución espacial de los
Bueno & Llorente: Una visión histórica de la biogeografía dispersionista 179
organismos. Siempre ha habido una estrecha co- Ball (1976) señaló que la biogeografía dispersionista
rrelación entre la historia de la vida y la historia de sólo ha sido capaz de generar explicaciones narrati-
la Tierra, tanto en el tiempo como en el espacio, se- vas sobre la distribución de taxones particulares. Por
gún el slogan de Croizat. ejemplo, la aceptación acrítica del concepto de cen-
tro de origen puede conducir a un número indetermi-
La biogeografía de la vicarianza toma el método cla- nado de explicaciones para los mismos hechos, todas
dístico y lo emplea para determinar las relaciones je- racionales, aunque ninguna se pueda poner a prueba.
rárquicas entre áreas de endemismo (ver Nelson y Así, cita un caso tomado de la bibliografía dispersio-
Platnick, 1981; Humphries y Parenti, 1987; Espinosa nista sobre la distribución anfiatlántica que presentan
y Llorente, 1991). Los enunciados fundamentales de ciertas especies de oligoquetos. Mientras que Omo-
este enfoque (Minaka, 1987) son: deo (en Ball, 1976) invocó la existencia de un puente
terrestre que permitió la migración de las especies
l. Los patrones de distribución geográfica se reco- europeas a Norteamérica, Gates (en Ball, 1976) atri-
nocen por la congruencia geográfica de especies buyó esa distribución disyunta al transporte activo
de taxones diferentes que habitan un conjunto de que hizo el hombre durante los últimos 400 años.
áreas. Aunque ambas explicaciones son históricas y racio-
nales, ninguna hace predicciones que puedan some-
2. La congruencia geográfica se explica por una terse a falsación sensu Popper (1962). Las dos hi-
causa común. pótesis tienen un bajo contenido de información,
además de que no se excluyen mutuamente. El discu-
3. Un evento de vicarianza, es decir, un suceso his- tir cuál de las dos es la válida tendría tan poco sentido
tórico que provocó la subdivisión o fragmentación como preguntarse si "el cricket es un mejor deporte
de una biota ancestral en biotas descendientes, que el baseball" (Ball, 1976). Por la forma en que es-
puede cali ficarse como un factor común, en contra tán planteadas estas dos explicaciones, no hay ningu-
de la explicación convencional, que apela a las ca- na base lógica que permita justificar la preferencia
pacidades específicas de dispersión de los distintos por alguna de ellas.
grupos como la causa de los patrones de distribu-
Luego de hacer una evaluación de los tres enfoques
ción. Dichas capacidades de dispersión no pueden
de biogeografía histórica contemporánea (Disper-
entenderse como factores comunes, sino indepen-
sionismo, Vicarianza y Panbiogeografía), con base
dientemente, por lo que sólo pueden explicar pa-
en el modelo epistemológico de Lakatos (1983),
trones de distribución únicos.
Craw y Weston (1984) concluyeron que el Disper-
sionismo ni siquiera alcanzaba el estatus de un pro-
La biogeografía dispersionista también ha sido cri-
grama de investigación científica, ya que para la
ticada desde el punto de vista epistemológico. Enfo-
localización de centros de origen, que es uno de los
ques como el ingenuo inductivismo que anunció
conceptos centrales de este enfoque, existe una serie
Darlington (1957) en el prefacio de su Zoogeo-
variada, apriorística e incluso contradictoria de su-
graphy (su advertencia de que le interesan más los
puestos. Además, no genera predicciones novedo-
hechos que las ideas, y quc ha seguido el procedi-
sas, sino simplemente proporciona explicaciones
miento de recopilar datos, ponerlosjuntos y descu-
narrativas sobre taxones particulares. Por tanto, ca-
brir así las causas y principios de la distribución
rece de la mínima coherencia conceptual y metodo-
orgánica - p. vii - ) resultaron francamente inadmi-
lógica que requiere un programa de investigación.
sibles cuando empezó a difundirse la obra de Karl
Popper en inglés (1968). Según su conocido criterio
CONCLUSIONES
de demarcación las explicaciones dispersionistas
quedarían fuera del ámbito científico, pues no pue- Desde que se propuso un esquema global de la dis-
den ser sometidas a prueba crítica. tribución de las formas orgánicas sobre la superficie
180 Caldasía Vol. 22, No. 2, 2000
terrestre (v. gr. Sclater y Wallace) surgieron dos pa- empezaron a conocerse las ideas clasificatorias de
trones que ineludiblemente han atraído la atención Hennig, a partir de la traducción de su obra al idio-
de los estudiosos de la geografía de la vida. Uno es ma inglés, en 1966. El método explícito de la siste-
el de las grandes regiones de endemismo; el otro, mática filogenética permitió establecer, con un ri-
las grandes disyunciones de grupos relacionados gor que no había sido capaz de alcanzar la sistemá-
(v. gr. intercontinentales o bipolares). Estos patro- tica gradualista del neodarwinismo, hipótesis de
nes han ejercido una especie de fascinación entre relaciones genealógicas entre grupos de taxones,
los biogeógrafos, y hacia la búsqueda de su expli- expresadas a través de c1adogramas, que fueron la
cación se ha canalizado el esfuerzo de varias gene- base del método desarrollado por los biogeógrafos
raciones de biogeógrafos, desde Buffon, De vicariancistas.
Candolle, Sclater, Darwin, Wallace y Hooker hasta
Matthew, Darlington, Simpson, Hennig, Briggs, A partir de la década de los setentas, la discusión bio-
Nelson, Platnick y Croizat, por citar algunos de los geográfica se ha nutrido más por cambios de concep-
más relevantes. ción espacio-temporales que por la continuidad de
contenidos entre teorías rivales. Los cambios impor-
Durante el siglo XIX se generaron dos tradiciones tantes han ocurrido más por el desarrollo de diferen-
de razonamiento (Martínez, 1997) que desde enton- tes contextos teóricos que por el descubrimiento de
ces se mostraron incompatibles entre sÍ. Cada una nuevos hechos empíricos de distribución, pues los
desarrolló su propio patrón de explicación y su pro- patrones biogeográficos que se reconocen actual-
pio corpus conceptual. Por un lado, surgieron expli- mente en esencia son los mismos que ya avizoraban
caciones vicariancistas, como la de Hooker, que al los naturalistas del siglo XVIII. Más que un agregado
principio fueron desestimadas y que resurgieron de meros conocimientos empíricos, los paradigmas
bajo un nuevo marco conceptual casi un siglo des- de la biogeografía histórica contemporánea son ela-
pués con la importante obra de Leon Croizat, quien boraciones teóricas progresivamente refinadas.
demostró empíricamente que la capacidad de dis-
persión y colonización de los diversos grupos de Tanto la panbiogeografía como la biogeografía de la
plantas y animales no guarda relación alguna con vicarianza esencialmente se han dirigido a encon-
los principales patrones biogeográficos. trar patrones generales de distribución así como sus
explicaciones. Se han dejado de lado las investiga-
Por otro lado, surgió la explicación de la distribu- ciones idiosincráticas sobre taxones particulares,
ción orgánica mediante dispersiones a gran distan- que fueron el quehacer normal del enfoque disper-
cia sobre una geografía estable, promovida princi- sionista. La búsqueda de centros de origen puntua-
palmente por Darwin y Wallace. Bajo esta concep- les de grupos animales y vegetales particulares ya
ción, la distribución orgánica no es más que el no tiene sentido dentro de la panbiogeografía y la
resultado fortuito de episodios múltiples e inde- vicarianza, pues su búsqueda implica aceptar que la
pendientes de dispersión. Durante el auge de la dispersión y divergencia son la explicación de los
biogeografía darwinista, los enfoques de Hooker y patrones actuales de distribución.
de Sclater por un lado, así como el de Croizat, fue-
ron relegados respectivamente por los biogeógra- Pero hay que destacar que existe otra diferencia
fos darwinistas y neodarwinistas, a quienes no les entre los enfoques de la dispersión y de la vicarian-
interesó la identificación de regiones naturales de za, que va más allá de que al primero le interese en-
endemismo ni sus interrelaciones históricas. contrar centros de origen y al segundo no. El
asunto de fondo es elegir entre la disyuntiva de si
Sin embargo, a partir de la segunda mitad de este si- en la historia de las biotas ha habido o no ciertas
glo, el surgimiento de la teoría sobre tectónica de áreas geográficas que hayan actuado como centros
placas conmovió la premisa inmovilista del Disper- de radiación evolutiva y de suministro de especies
sionismo. También en el período de posguerra hacia otras áreas (Briggs, 1984). Si ha ocurrido,
Bueno & Llorente: Una visión histórica de la biogeografía dispersionista 181
necesariamente se acepta que hay áreas con mayor coinciden en sostener que uno de los propósitos
importancia evolutiva que otras y que en esas áreas fundamentales de la biogeografía es desarrollar
de generación y diversificación de grupos, el pro- una clasificación natural, es decir, basada en re-
ceso de evolución ha actuado de una forma más in- laciones genealógicas de las áreas, que son las
tensa y efectiva. Esta tesis se inscribe dentro de la que verdaderamente importan si lo que se desea
más pura ortodoxia darwiniana. Al rechazarla, los es reconstruir la historia de la vida.
enfoques vicariancista y panbiogeográfico desa-
fían no sólo a los biogeógrafos neodarwinistas,
sino al mismo modelo de evolución por competen-
cia, según el cual las nuevas especies con mayor Una de las conclusiones que se ha avanzado des-
capacidad competitiva desplazan a las antiguas en pués de las discusiones de los últimos años entre
una lucha perenne por la existencia. los estudiosos de la biología comparada, es que la
mejor aproximación hacia el conocimiento de la
historia espacial de la vida es la congruencia entre
Dentro del desarrollo de la biogeografía histórica,
relaciones de área, establecidas a partir del análisis
la búsqueda de centros de origen y rutas de disper-
de diversos taxones. La evidencia de tales relacio-
sión ha jugado un papel preeminente. Sin embar-
nes se obtiene a partir de hipótesis c1adistas de ta-
go, a partir del surgimiento de la panbiogeografía y
xones endémicos en el caso de la vicarianza, o a
la vicarianza como enfoques alternativos de bio-
partir de homología espacial indicada por trazos
geografía histórica, la versión dispersionista ha ido
generales, en el caso de la panbiogeografía. Como
perdiendo vigencia en la medida en que ha sido in-
sea, el interés en los enfoques modernos de bio-
capaz de explicar y predecir patrones generales por
geografía histórica se ha desplazado hacia la bús-
medio de causas comunes. Los problemas sobre
queda de patrones de interrelación del endemismo,
cómo localizar los centros de origen y cómo deter-
mientras que la elaboración de narrativas sobre el
minar las rutas de dispersión, antes que haberse re-
origen y la dispersión de grupos particulares se
suelto, parecen haberse disuelto. Sin embargo, la
está desvaneciendo.
polémica sigue. Conceptos surgidos recientemen-
te, como el de áreas ancestrales (Bremer, 1992;
Ronquist, 1994), pueden intepretarse como un rea-
vivamiento del interés por ubicar espacialmente AGRADECIMIENTOS
las áreas en donde se han originado los diversos ta-
xones; aunque el sentido es distinto si se considera
que en efecto debió de haber un área, cualquiera Los autores agradecen a Martha Rocha del Instituto
que sea ésta, para el origen de taxones y biotas. de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional
de Colombia por sus sugerencias y correcciones. El
La emergencia de los modelos de la panbiogeo- CONACyT (32002), DGAPA, UNAM IN-211397
grafía y la vicarianza marca una ruptura episte- y la Facultad de Ciencias, UNAM, fueron de gran
mológica (Bachelard, 1958) respecto al enfoque importancia para la conclusión de este trabajo; beca
tradicional dispersionista. Para Wallace, las re- a los autores en pos grado y estancia de investiga-
giones biogeográficas son un artificio que ern- ción fueron significativos para otorgar tiempo sufi-
pIcan los biogeógrafos por convención, lo cual ciente al desarrollo de ésta y otras contribuciones en
es útil para propósitos didácticos, de regionali- historia de la biogeografía. Las instalaciones del
zación y clasificación de áreas. Bajo esta con- Instituto de Ciencias Naturales (ICN) de la UNC, en
cepción, los biogeógrafos dispersionistas relacio- Bogotá, Colombia, permitieron la conclusión de
nan las áreas mediante algún índice de similitud este manuscrito. John Lynch nos procuró el abstract
que mide el número de taxones compartidos. En de este trabajo. Fueron básicos los consejos de J.
cambio, la panbiogeografía y la vicarianza Morrone.
182 Caldasia Vol. 22, No. 2, 2000
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