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El concepto del ciclo vital de la familia es fundamental para la terapia familiar estructural.
Observamos a cada familia en relación con sus crisis previsibles y su historia evolutiva.
Los conceptos del desarrollo familiar son la piedra angular de la terapia familiar estructural;
se basan en la noción de que los contextos sociales cambian con el paso del tiempo y de que
estos cambios tienden a seguir pautas regulares.
El terapeuta estructural evalúa un sistema familiar fundándose en lo apropiado de la
distancia entre sus miembros. Determina lo que en ese sentido es apropiado valiéndose de
la perspectiva evolutiva implícita en el ciclo vital y luego examina el modo en que una
relación en particular corresponde a la organización global del sistema.
Cuando deseo emplear el ciclo vital en una evaluación, me valgo de un instrumento que
denomino “modelo cuatridimensional” de desenvolvimiento de los fenómenos familiares.
Se usa esto tanto para evaluar inicialmente a la familia como para apreciar las
probabilidades de mantenimiento de los cambios una vez terminado el tratamiento. El
modelo incorpora conceptos del ciclo vital, el estructuralismo y la teoría de los sistemas.
Ej: El cuadro de Marcel Duchamp… Desnudo descendiendo por una escalera, que
representa una figura femenina vista desde distintos ángulos, se considera una demostración
clásica del espacio cuatridimensional.
La terapia familiar depende, en muchos sentidos, de la proposición sobre la relatividad,
porque el punto de vista construccionista es el fundamento subyacente de gran parte de
nuestras ideas y modalidades de intervención. Un terapeuta familiar opera en cuatro
dimensiones, observa un sistema dinámico desde perspectivas diferentes, entrando y
saliendo de él. En un momento es un observador; en otro, un protagonista que apoya a un
miembro de la familia, para advertir, en una ocasión diferente, que es controlado por la
familia. Una vez reconocida, esta experiencia objetiva y subjetiva con el sistema le
proporciona al clínico datos de incalculable valor.
Están ligados entre sí en forma recursiva, de manera tal que ninguno de ellos tiene
precedencia sobre los demás.
Parámetro 1: desarrollo
Representa la dimensión evolutiva de un individuo o familia. Cada paciente que presenta un
problema médico o psicológico vive en un sistema que se encuentra en un estado de
inestabilidad evolutiva. Las investigaciones de Colmes y Rahe han demostrado que las
probabilidades de contraer una enfermedad física aumentaban considerablemente cuando el
individuo experimenta un elevado estrés en su vida. El estrés puede conducir también a la
aparición de síntomas psicológicos en momentos en que es alto y en que el sistema se
descompensa.
El aumento del estrés provoca síntomas que cada sistema familiar manejará de manera
diferente. Algunos muestran facetas más funcionales, otros se atascan, en vez de crecer
hasta alcanzar un nivel de organización, en este caso la aparición del síntoma es el
mecanismo que mantiene el statu quo del sistema, estabiliza a la familia y refuerza la
homeostasis.
Al estudiar la información obtenida en el trámite de admisión de una familia, el terapeuta
debe ser capaz de efectuar una evaluación preliminar de su etapa de desarrollo. Intentará
determinar, para ello, las fuerzas evolutivas generadoras de la inestabilidad que trajo a esa
familia al consultorio. Ciertas crisis previsibles de la edad adulta ocurren con la misma
regularidad con que suceden las etapas evolutivas en los niños.
Todo miembro de una familia vive en un contexto siempre cambiante.
Parámetro 2: organización y estructura
Este parámetro incluye no sólo las relaciones internas de la familia, sino también aquellas
relaciones extrafamiliares importantes que deben tenerse en cuenta en la terapia. El
terapeuta debe averiguar qué es la familia o, dicho de otro modo, qué sistema debe ser
tratado. Al crear este sistema, el terapeuta no sólo define la familia como una unidad (o sea,
una organización): va más allá y distingue ciertas conductas reiteradas como
representativas de la estructura familiar. El proceso por el cual se establecen distinciones
entre pautas crea una estructura.
El terapeuta estructural observa las relaciones interpersonales y traza una distinción. El
clínico debe ir más allá de las inestabilidades del desarrollo y observar las relaciones
internas del sistema familiar, evaluándolas en comparación con el telón de fondo del
desarrollo.
La familia como tal, es una organización. El terapeuta estructural no se contenta con
mirarla desde lejos; su mirada va más allá del sistema como organización y examina las
relaciones entre sus partes.
El terapeuta familiar estructural observa y distingue las relaciones entre los componentes
reales del sistema: en este caso, los miembros de la familia.
El terapeuta escudriña el sistema en busca de factores claves. Uno de ellos es la distancia
entre las personas que constituyen el sistema. Al observar el desenvolvimiento del ciclo
vital, conviene estar muy atento a los cambios de proximidad entre los miembros de la
familia. Al tener presente el flujo dinámico de sus miembros, el terapeuta percibe las partes
que constituyen la unidad denominada “sistema familiar”.
Parámetro 3: Historia
La historia misma es originada y mantenida por las demandas del contexto actual. Sin
embargo, esto no quiere decir, que la historia del pasado no haya influido también en la
evolución de este.
La historia, opera de modo recursivo para producir los otros parámetros.
Parámetro 4: proceso
A diferencia de otras carreras, nosotros no nos mantenemos a una distancia fija de la
familia. A veces nos incorporamos al sistema, incluso bajo técnicas tales como provocar un
desequilibrio. Dado que podemos utilizar nuestro self tanto en la evaluación como en la
terapia, nuestros instrumentos deben ir más allá de la evaluación lineal e intentar una
descripción del proceso de evaluación de un sistema. Este proceso se denomina cuarta
dimensión.
La cuarta dimensión o parámetro del proceso tiene dos facetas:
1.- Objetiva: Es la evaluación de las pautas de transacción observadas en el sistema, como
el enmarañamiento.
2,.Subjetiva: Es el uso por el terapeuta, dentro del sistema, de su capacidad de participación
en las actividades en curso. La independencia del terapeuta sirve para variar el imput del
sistema familiar. El terapeuta ocupa en el sistema terapéutico una posición bifronte, al
hallarse dentro y fuera de él.
Además de verse afectado por el contexto profesional, la capacidad de evaluar y cambiar un
sistema en particular se ve afectada también por el contexto propio familiar del terapeuta.
Al resistir las presiones de su propio contexto, el terapeuta puede reconocer una
información esencial sobre las diferencias de contexto. Debe prevalecer en última instancia,
su independencia cognitiva y su sensibilidad hacia la familia.
La terapia Estructural procura reorganizar el sistema familiar fundándose en ciertas normas
de desarrollo.
Desde el punto de vista del terapeuta, es importante poseer marcadores concretos del
desarrollo para determinar si la terapia es eficaz.
Para facilitar y acelerar el verdadero cambio evolutivo, debemos trabajar en la
reestructuración de todo el sistema.
Conclusión
Lo más importante para el terapeuta no es saber si ha surgido n cambio continuo o
discontinuo, sino determinar si el contexto en que ha ocurrido el cambio lo mantendrá.
El modelo cuatridimensional proporciona un instrumento útil para examinar lo que ha
cambiado en un sistema. Se presume que si han producido cambios suficientes en los
parámetros, el terapeuta podrá confiar más en que esos cambios (continuos o discontinuos)
se mantendrán y, por lo tanto, ser más optimista con respecto a la terminación de la terapia.
Resumen 2: IMPLICACIONES TERAPÉUTICAS DE UN ENFOQUE ESTRUCTURAL.-
El enfoque estructural de las familias se basa en el concepto que una familia no se reduce a
los aspectos biopsicodinámicos individuales de sus miembros. Los miembros de una
familia se relacionan de acuerdo con ciertas disposiciones que gobiernan sus transacciones.
La realidad de la estructura corresponde a un orden diferente que la realidad de los
miembros individuales.
La estructura familiar no constituye una entidad inmediatamente observable por parte del
observador. Los datos del terapeuta y su diagnóstico se logran experimentalmente en el
proceso de asociarse con la familia.
El terapeuta analiza el campo transaccional en el que se relaciona con la familia, para lograr
así un diagnóstico estructural.
El terapeuta, al mismo tiempo que responde a los acontecimientos que se producen en la
sesión, realiza observaciones y plantea interrogantes. Comienza señalando los límites y
pautas transaccionales y por elaborar hipótesis acerca de cuáles son las pautas operativas y
cuáles no. Comienza así, por establecer un mapa familiar.
Un mapa familiar es un esquema organizativo. Pero el mapa familiar constituye un
dispositivo simplificador muy útil, que le permite al terapeuta organizar el material de
diverso tipo que obtiene. También lo ayuda a determinar los objetivos terapéuticos.
La familia extensa
Cuando una familia consulta por síntomas en uno o más miembros, o entre los miembros, la
exploración del terapeuta tiende a responder a dos líneas de preguntas:
1.- ¿Por qué aparecieron los síntomas o conflictos?
2.-¿Cuál es el patrón interpersonal a través del cual la familia preserva o retiene el síntoma?
“Los síntomas cumplen funciones en la familia” este intento conduce a planteos
alternativos:
1.- La retención de los síntomas en familia puede ser explicada en términos de algún
proceso de producción colectiva, alguna razón tal como realineamiento de coaliciones,
mantenimiento de status, etc.
2.- La retención de síntomas puede ser explicada en términos de algún patrón colectivo de
mantenimiento, algún proceso circular de causación mutua por el cual la reducción del
comportamiento sintomático actúa favoreciendo en otros miembros de la familia conductas
inductoras de síntomas.
La meta última de esta estrategia es favorecer la adopción, por parte de la familia, de modos
alternativos de relacionarse con conflictos latentes, de modo que elimine el valor
económico del síntoma. El foco es la reconstrucción de la causa de origen del síntoma y la
subsiguiente eliminación de su función colectiva a través de lidiar con la causa. Con la
resolución del conflicto que le dio origen, el terapeuta espera que la matriz de apoyo del
síntoma se disolverá por sí misma y el síntoma desaparecerá. Este modelo moviliza una
estrategia terapéutica que trata la causa con el objeto de resolver sus efectos.
El procedimiento no es siempre reconstructivo a veces en el curso de la sesión, la familia
despliega un acto de su drama ante los ojos atentos del terapeuta.
Muchas pautas sintomáticas persisten en la familia aún cuando el contexto de la situación
de origen haya cambiado radicalmente. A favor de una respuesta afirmativa, se puede
argumentar que, una vez que a familia ha incorporado el síntoma como instrumento
interaccional, la pauta se activa cada vez que tiene lugar una situación del tipo de la
situación original. El sujeto y su entrono significativo utilizan la pauta interaccional para
lidiar con la clase de sucesos a la que perteneció como miembro el acontecer original, el
cual aparece como
sombra genética de cada nueva edición del problema.
El centro de atención de esta sección ha sido la lógica que subyace al desarrollo de
hipótesis centradas en los procesos de producción del síntoma y las estrategias terapéuticas
que derivan de ella. Una línea diferente de interrogantes, de lógica y de estrategias se hará
evidente en la sección siguiente, centrada en el exámen y la modificación de los procesos
que constituyen el soporte interaccional del síntoma.
Resumen
En la búsqueda del proceso de producción del síntoma por un lado, y de las pautas de
mantenimiento del síntoma por el otro, reside una diferencia central entre las dos
orientaciones prevalentes en el campo de la terapia familiar, la aproximación psicodinámica
y la sistémica. Ellas involucran hipótesis conceptuales y operacionales provenientes de
diferentes lógicas, diferentes conjuntos de datos, diferentes líneas de exploración de datos y
diferentes estrategias de tratamiento. Los rasgos distintivos de cada una de estas líneas son
discutidas y ejemplificados, poniendo especial énfasis en la visión interaccional sistémica.