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TERAPIA FAMILIAR

“CAPITULO V. IMPLICACIONES TERAPÉUTICAS DE


UN ENFOQUE ESTRUCTURAL”
Empieza hablándonos que los miembros de una familia se relacionan de acuerdo
con ciertas disposiciones que gobiernan sus transacciones. Estas disposiciones,
aunque por lo general no son establecidas en forma explícita, o siquiera
reconocidas, constituyen un todo: la estructura de la familia. La realidad de la
estructura corresponde a un orden diferente que la realidad de los miembros
individuales.

La estructura familiar no constituye una entidad inmediatamente observable por


parte del observador. Menciona que los datos del terapeuta y su diagnóstico se
logran experimentalmente en el proceso de asociarse con la familia. El terapeuta
escucha lo que los miembros de la familia le dicen acerca del modo como
experimentan a la realidad, pero también observa el modo en que los miembros de
la familia se relacionan con él y entre sí. El terapeuta analiza el campo transaccional
en el que se relaciona con la familia, para lograr así un diagnóstico estructural.

Un mapa familiar es un esquema organizativo. No representa la riqueza de las


transacciones de la familia, del mismo modo en que un mapa tampoco representa
la riqueza de un territorio. Es estático, mientras que la familia está en constante
movimiento. Pero el mapa familiar constituye un dispositivo simplificador muy útil,
que le permite al terapeuta organizar el material de diverso tipo que obtiene.

El mapa familiar ayuda al terapeuta, bueno le permite formular una hipotesis acerca
de las áreas en el seno familiar que funcionan correctamente y también acerca de
aquellas áreas donde no ocurre lo mismo.

INVESTIGANDO DENTREO DEL SISTEMA TERAPEUTICO

El terapeuta familiar se considera a sí mismo como un miembro actuante y


recreativo en relación con el sistema terapéutico. Para asociarse con la familia,
subraya los aspectos de su personalidad y experiencia que son sintónicos con los
de la familia. Pero también conserva la libertad de ser espontáneo en sus
indagaciones experimentales.

LA FAMILIA EXTENSA

El modelo de la familia extensa es una forma bien adaptada a situaciones de stress


y penuria. Por lo tanto, se trata de un modelo sumamente significativo en muchas
familias afectadas por la pobreza. Las funciones pueden ser compartidas. Un
miembro puede cuidar a los niños mientras los otros adultos trabajan para mantener
a toda la familia. Las tareas hogareñas, al igual que otras, pueden ser compartidas.

LA FAMILIA CON UN HIJO

El sistema puede funcionar en forma adecuada. Los hijos menores reciben los
cuidados requeridos y el hijo parental puede incrementar su responsabilidad,
competencia y autonomía mayores que las habituales en su edad. Sin embargo, una
familia con una estructura de hijo parental puede afrontar dificultades si la
delegación de autoridad no es explícita o si los padres abdican, permitiendo que el
niño se convierta en la principal fuente de orientación, control y decisiones. En ese
caso, los requerimientos planteados al niño pueden contraponerse a sus propias
necesidades infantiles y desbordar su capacidad para encararlas.

Pérdida temporaria. Aunque una familia puede verse afectada por todo tipo de
situaciones transicionales, esta situación se comprueba en particular en casos de
separación y retorno. Cuando uno de los padres abandona a la familia, se deben
negociar una serie de ajustes.

Las relaciones entre los cónyuges se interrumpen y deben reformarse. Las


relaciones parentales cambian y deben renegociarse. El progenitor que regresa
debe establecer nuevas relaciones con los hijos. Tres subsistemas desaparecen,
luego reaparecen y deben ser absorbidos como parte del funcionamiento del
sistema recientemente reformado.
CAPITULO VI. LA FAMILIA EN TERAPIA

Nos habla que lo más común o por lo general una familia asiste a terapia debido a
los síntomas que presenta cada uno de sus miembros. Se trata del paciente
identificado, al que la familia rubrica como "el que tiene problemas" o "el que es el
problema". Pero cuando una familia aplica a uno de sus miembros la etiqueta de
"paciente", es posible considerar a los síntomas del paciente identificado como un
recurso para mantener el sistema o mantenido por el sistema. El sistema puede
constituir una expresión de una disfunción familiar. O, si no, puede haber sido
suscitado en el miembro individual de la familia debido a sus condiciones de vida
particulares y, luego, ser apoyado por el sistema familiar. En ambos casos, el
consenso de la familia de que un miembro es el problema señala que en algún nivel
el síntoma es reforzado por el sistema.

Como sistema sociocultural abierto, la familia enfrenta constantemente


requerimientos de cambio. Estos requerimientos son inducidos por cambios
biopsicosociales en uno o varios de sus miembros y por diversos estímulos
provenientes del sistema social en el que la familia está incluida. Una familia
disfuncional es un sistema que ha respondido a estos requerimientos internos o
externos de cambio estereotipando su funcionamiento. La selección de una persona
como problema constituye un simple método para mantener una estructura familiar
rígida, inadecuada.

La función del terapeuta de familia consiste en ayudar al paciente identificado y a la


familia, facilitando la transformación del sistema familiar. Este proceso incluye tres
pasos fundamentales. El terapeuta se asocia a la familia en una posición de
liderazgo. Saca a la luz y evalúa la estructura familiar subyacente. Crea
circunstancias que permitirán la transformación de esta estructura. En la terapia tal
como se desarrolla estos pasos son inseparables.

En terapia familiar, la transformación de estructura es definida en términos de


cambios en la posición mutua de los miembros de la familia, con una modificación
consecuente de sus requerimientos complementarios. Aunque los términos cambio
y transformación son similares, en este contexto pertenecen a gramáticas
diferentes. En terapia familiar, la transformación, o la reestructuración del sistema
familiar conduce al cambio, o a una nueva experiencia del individuo. Por lo general
la transformación no cambia la composición de la familia. El cambio se produce en
las sinapsis, el modo en que algunas personas se relacionan entre sí.

DESEQUILIBRIO EN LAS TRANSFORMACIONES

Nos dice que, para transformar el sistema familiar, el terapeuta debe intervenir de
tal modo que desequilibre el sistema.

EVOLUCIÓN EN TERAPIA

Las experiencias de las personas se modifican a medida que sus posiciones


relativas se transforman. Pero se plantea el problema de hasta qué punto la
situación anterior de la familia se restablece cuando el terapeuta deja de formar
parte de la unidad y hasta qué punto se mantienen las transformaciones La familia
acude a terapia solicitándole solamente al terapeuta que alivie sus problemas
actuales. Lo sorprendente es que luego sus miembros permitan y asimilen las
intervenciones del terapeuta, sus cuestionamientos y su insistencia en el cambio.

Como todos los terapeutas, el terapeuta de familia cuestiona la percepción de la


realidad de los pacientes. Le dice a un miembro de una familia que sus experiencias
son discutibles, ya que el terapeuta sabe que la realidad es más compleja. Corroe
la certeza de cada miembro de la familia acerca de la validez de su experiencia. No
se trata de una confrontación técnica. En realidad, el terapeuta apoya a los
miembros de la familia, pero sugiere que más allá de lo que han percibido hay otra
cosa. Aunque los cuestiona basándose en la consideración de que puede ver más
allá que ellos, debe ser capaz de aferrarse a posibilidades de alternativas de
experiencia, o a códigos alternativos, de los que los miembros de la familia puedan
disponer. Lo que plantea debe formar parte del repertorio existente de los miembros
de la familia.

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