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2) En el modelo sistémico, en general, los síntomas son entendidos como expresiones

disfuncionales del sistema familiar, el foco de análisis recaerá sobre todo el sistema. Al
paciente que tiene las manifestaciones sintomáticas o el problema concreto se lo
denomina paciente identificado. Todas las escuelas ponen especial interés en las
conductas y en los patrones de intercambio entre los miembros que componen el
sistema. Se focaliza en general en las interacciones y pautas repetidas que marcan un
estilo de vinculación entre los miembros. La solución de los problemas o síntomas, se
encuentran en estrecha vinculación con las relaciones y pautas que establecen los
miembros del sistema entre sí.

Desde el punto de vista técnico, estos modelos han diseñado una serie de intervenciones
específicas.

Los tiempos de los tratamientos son considerablemente más cortos comparados con las
terapias analíticas, la actitud del terapeuta es activa proponiendo intervenciones y tareas
para realizar fuera de la sesión. Habitualmente el leguaje analógico, no verbal, ocupa un
lugar importante en el tratamiento.

En los primeros momentos se trabajaba fundamentalmente con toda la familia o el


sistema implicado, pero en la actualidad existen modalidades individuales, de pareja y
grupales. El enfoque está centrado en el presente fundamentalmente.

La Terapia Sistémica tiene sus fundamentos en los conceptos de la Cibernética (Primer


y Segundo momento y la Cibernética de la Cibernética), así como de la Pragmática de la
Comunicación y Teoría General de Sistemas.

En la Terapia Sistémica el terapeuta no se considera la existencia de la patología como


un conflicto del individuo, sino como una disfuncionalidad del sistema en el que se
relaciona e interactúan sus elementos como sistema abierto; como uno de los principios
sobre los que versa la terapia sistémica podemos considerar que siempre nuestras
relaciones se basan en que toda conducta denota comunicación.

Tomamos como base que la persona se encuentra inserta en un "sistema" siendo los
miembros de ese sistema interdependientes a lo cual denominamos “Familia”. Por lo
tanto, si nosotros realizamos como terapeutas un cambio en un miembro, esto afecta a
todos los miembros del sistema (Principio denominado “interdependencia”). El síntoma
tiene valor de conducta comunicativo, el síntoma es un fragmento de conducta que
ejerce efectos profundos sobre todos los que rodean al paciente sintomático. La terapia
va enfocada a intervenir activamente en el sistema para modificar las secuencias
comunicativas defectuosas que refleja en aquel momento dicho síntoma. Así pues, la
Terapia Familiar trata de modificar el equilibrio de la relación patológica entre los
miembros de la familia, a fin de facilitar nuevas formas de relación. Un síntoma de
cualquier miembro de la familia en un momento determinado se ve como expresión de
un sistema familiar disfuncional. Para comprender el síntoma se debe comprender no
solo al portador del síntoma, sino también al sistema familiar, ya que el síntoma cumple
la función de mantener el equilibrio en la familia.

En los anteriores modelos enfocados a la psique del individuo, abordándolo a partir del
diagnóstico y tratamiento del paciente podemos diferenciarlos del modelo interaccional
o sistémico, porque se basa en la unidad que es el sistema tomando así a la familia como
un todo (Principio de Totalidad) interactuante a partir del cual vamos cambiar contextos
de relación.

El objeto de la Terapia Familiar sería la creación de técnicas para la provocación de


cambios, o en otras palabras, intentar modificar los sistemas reguladores disfuncionales.
La estabilidad de un sistema, y en este caso de la familia, vendría definida por la
capacidad de cambiar con el cambio. En toda familia que estuviese detenida por un
proceso de comunicación limitada, descubrir "quién empezó a aislarse" no tendría
relevancia sobre el hecho de intervenir con eficacia en la cuestión de "promover
cambios". Buscar explicaciones en el pasado o intentar explicar lo ocurrido no serviría
de ayuda al sistema que se encontrase parado. La explicación no surtiría efecto por muy
cierta que fuese. Lo importante sería el estudio del círculo vicioso provocador del "no
cambio". El Terapeuta necesitará de las retroalimentaciones que se produzcan tras una
información breve o repetida para lograr hacer oscilar el camino adoptado por la
familia.

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