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Nocent, Adrien - 07 Tiempo Ordinario 22-34 PDF
Nocent, Adrien - 07 Tiempo Ordinario 22-34 PDF
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I
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Colección RITOS Y SÍMBOLOS Adrien Nocent
14
EL AÑO LITÚRGICO
CELEBRAR A JESUCRISTO
VII
TIEMPO ORDINARIO
DOMINGOS 22-34
Págs. Págs.
Domingo 28.°
Domingo 23.°
Ciclo A — El banquete del Señor 64 Ciclo A 23
Ciclo B — Dejar lo que se posee 67 Ciclo B 123
Ciclo C — La gratitud para con Dios ... 69 Ciclo C 124
Domingo 29." Domingo 24.°
Ciclo A — Primacía del servicio de Dios 71 Ciclo A 31
Ciclo B — La vida de Cristo por la m u c h e d u m b r e 73 Ciclo B 125
Ciclo C — La oración en la fe 78 Ciclo C 35
Domingo 30." Domingo 25.°
Ciclo A — El a m o r al prójimo 80 Ciclo A 127
Ciclo B —r Los signos mesiánicos y la fe 82 Ciclo B 128
Ciclo C — La oración del humilde , 84 Ciclo C 129
Domingo 31.* Domingo 26.°
Domingo 32.°
Ciclo A , ... , % 244
Ciclo B ' 145
Este cuadro indica el tema general de la celebración de cada domin-
Ciclo C "* "' '" "' 245 go y el tema particular de cada lectura. Cuando la 2.a lectura correspon-
de al tema general del domingo, se comenta junto con las otras dos lec-
Domingo 33." turas, y se señala con un asterisco su referencia bíblica. Cuando no co-
rresponde al tema general del domingo, se comenta en la parte reserva-
Ciclo A , ... 247 da a las segundas lecturas, al final del libro.
Ciclo B 248
Ciclo C " ' '" "' " 248
CICLO A
Domingo 34.°
22 El sufrimiento necesario del discípulo
Ciclo A Mt 16, 21-27: Renunciar a sí mismo para seguir al Señor.
110 Jer 20, 7-9: Para mí, oprobio y desprecio.
Ciclo B 113
Ciclo C *Rm 12, 1-2: Presentar la persona y la vida en sacrificio.
116
23 La corrección fraterna
C E L E B R A C I O N E S DE F I E S T A S Mt 18. 15-20: Salvar a tu hermano.
Ez 33, 7-9: Poner en guardia al malvado.
C u a d r o de lecturas de algunas fiestas 253 *Rm 13, 8-10: Amar es cumplir la Ley entera.
30 El amor al prójimo
Mt 22, 34-40: Amar al prójimo como a sí mismo. 27 Unidad de la pareja
Ex 22, 20-26: Amar al huérfano, a la viuda, al extranjero, al pobre. Me 10, 2-16: Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.
1 Tes 1, 5-10: Abandonar los ídolos para servir a Dios. Gn 2, 18-24: Y serán los dos una sola carne.
Heb 2, 9-11: Los hombres santificados, hermanos de Jesús.
31 La ley y las obras
Mt 23, 1-12: Ellos dicen y no hacen. 28 Dejar lo que se posee
Mal 1, 14—2, 10: Acomodar la Ley. Me 10, 17-30: Vender lo que se tiene y seguir a Jesús.
*1 Tes 2, 7-9.13: Entregar el evangelio y también lo que somos. Sab 7, 7-11: Tener en nada la riqueza.
Heb 4, 12-13: La Palabra de Dios viva y eficaz.
32 Velar durante la espera
Mt 25, 1-13: Velar, porque no sabemos el día ni la hora. 29 La vida de Cristo por la muchedumbre
Sab 6, 12-16: Velar para hallar la sabiduría. Me 10, 35-45: El Hijo del hombre da su vida por la muchedumbre.
1 Tes 4, 13-18: A los que han muerto en Jesús, Dios los llevará Is 53, 10-11: El Siervo justificará a muchos.
consigo. *Heb 4, 14-16: El Sumo Sacerdote Jesús ha conocido la prueba.
30 Los signos mesiánicos y la fe
33 Fidelidad en el deber y en el trabajo Me 10, 46-52: Señor, que vea.
Mt 25, 14-30: Fiel en lo poco, pasa al banquete de tu Sefior. Jer 31, 7-9: El ciego y el cojo son consolados.
Prov 31, 10... 31: La mujer activa, perla preciosa. Heb 5, 1-6: Jesús, sacerdote para siempre.
1 Tes 5, 1-6: Vigilantes y sobrios, no seremos sorprendidos.
31 El gran mandamiento
34 Jesucristo, Rey del universo Me 12, 28-34: No hay mandamiento mayor que el amor a los demás.
Mt 25, 31-46: El Hijo del hombre, pastor que separará las ovejas Dt 6, 2-6: Amarás al Sefior con todo tu corazón.
de las cabras. Heb 7, 23-28: El sacerdocio eterno de Cristo.
Ez 34, 11-17; El Señor Juzgará entre oveja y oveja.
*1 Co 15, 20-26.28: El definitivo reino del Rey de gloria. 32 Dar lo que uno tiene para vivir
Me 12, 38-44: La viuda pobre dio más que nadie.
1 Re 17, 10-16: La viuda da el pan que tiene.
Heb 9, 24-28: El sacrificio único de Cristo.
CICLO B
33 Los últimos días
22 Guardar las palabras del Señor Me 13, 24-32: Los elegidos, reunidos de los cuatro extremos del
Me 7, 1... 23: Mandamientos de Dios y tradición de los hombres. mundo.
Dt 4, 1... 8: Guardar los mandatos del Señor. Dn 12, 1-3: Entonces se salvará tu pueblo.
*Sant 1, 17... 27: Llevar a la práctica la Palabra. Heb 10, 11... 18: Jesús, después de haber ofrecido su sacrificio, con-
duce a su perfección a los que ha santificado.
23 Los tiempos mesiánicos
Me 7, 31-37: Hace oír a los sordos y hablar a los mudos. 34 Realeza de Cristo sobre el univeiso
Is 35, 4-7: Los oídos del sordo se abrirán y la lengua del mundo Jn 18, 33-37: Tú lo dices: Soy Rey.
cantará de alegría. Dn 7, 13-14: A él se le dio poder, honor y reino.
Sant 2, 1-5: Los pobres, herederos del Reino. *Apc 1, 5-8: El Príncipe de los reyes de la tierra.
tomar por modelo el mundo presente, sino indagando cuál es la CICLO B. GUARDAR LAS PALABRAS DEL SEÑOR
voluntad de Dios. En eso está la renuncia. Y el culto verdadero, la
auténtica adoración. No hay adoración ni contemplación verda- Mandamientos de Dios y tradición de
dera sin esta renuncia de sí, cuya naturaleza y calidad entendemos los hombres (Me 7, 1 . . . 23)
mejor ahora. Este mismo amor que llevó al Hijo a ofrecerse en
oblación y en sacrificio de suave aroma a Dios (Ef 5, 2), debe
Parece normal que la joven comunidad cristiana se viera en
llevar a la misma actitud de renuncia a los hijos adoptivos. Indu-
dificultades de vida concreta ante unas normativas que debía
dablemente, el Antiguo Testamento conoce ya esta actitud de
abandonar y otras que tenía que adoptar. La tentación de refu-
ofrenda agradable al Señor (Eclo 35, 1-3); en las "confesiones"
giarse tras prácticas tradicionales y observancias para proporcio-
de Jeremías acabamos de leer la misma generosidad de donación
narse una buena conciencia, no es sólo cosa del Antiguo Testa-
incondicional al Señor. Pero a quienes en el bautismo han sido
mento y del judaismo. Ni es sólo de nuestro tiempo el que el cris-
transformados por el Espíritu, corresponde renunciarse de la mis-
ma manera que aquel de quien han sido revestidos. Así como el tianismo experimente semejantes tentaciones; los primeros tiem-
Espíritu les ha otorgado el nacimiento nuevo, así han de renovarse pos de la Iglesia también las experimentaron.
sus personas y su mentalidad. San Pablo nos muestra que las observancias y la pureza legal
provocaban actitudes que era preciso puntualizar. Sucesivamente,
Se sigue de ello que la vida del cristiano no es posesión pro- los Hechos de los Apóstoles, la carta a los Gálatas, la 1.a carta a
pia, sino que renuncia a su propia vida para ser testigo de lo que los Corintios y la carta a los Romanos aluden a este problema.
quiere Dios.
La carta a los Gálatas nos presenta al mismo Pedro titubeante
Si nuestra época redescubre las cualidades proféticas del frente a la importancia de determinadas reacciones. El comía en
cristiano, tal redescubrimiento no debería considerarse sólo como compañía de los paganos, pero, en un determinado momento, la
un derecho de misión y de reivindicación, porque en la base de
llegada de alguno del grupo de Santiago, le afecta; se le ve re-
todo profetismo está la renuncia a sí mismo para anunciar lo que
traído y que tiende a apartarse por miedo a los circuncidados,
quiere Dios. No hay, por lo tanto, verdadero profetismo sin cum-
imitándole en esto los demás judíos. San Pablo se le enfrenta du-
plimiento de la voluntad de Dios en los detalles de la propia
ramente (Ga 2, 11-14).
vida, lo mismo que no hay verdadero culto en una asamblea que
no tuviera la voluntad fundamental de someterse al plan de Dios El capitulo 10 de los Hechos nos presenta a Pedro como cen-
sobre ella. Por eso, es un verdadero profeta cristiano aquel que, tro de tales dificultades, pero una visión le dicta su conducta y
a pesar de las acusaciones de conservadurismo y de clericalismo, entra en casa del centurión, siendo así que a un judío le estaba
no busca lisonjear los deseos de los hombres d e este mundo, sino prohibido entrar en casa de un pagano, como el propio Pedro re-
que se atreve a proclamar la verdad y el mensaje tal cual es. Lo cuerda.
hemos visto y a : Jesús reprocha duramente a Pedro el querer También hay problema a propósito de la circuncisión, que al-
sustraerse a su pasión y al cumplimiento de la voluntad del Padre gunos querían imponer a los paganos que se convertían (Hech 15).
en la renuncia. El cristiano se ve obligado a veces a hablar, porque El mismo Pedro, cabeza de la Iglesia, siente la dificultad de r e -
hay silencios que son connivencias. Sería necesario que, al igual solver estos problemas; lo hace con valentía, pero no sin vaci-
que Jeremías, y a pesar de su temoi por las consecuencias de sus lación.
actitudes, se sintiera incapaz de resistir al impulso del Espíritu re- San Pablo siente la necesidad de subrayar igualmente la se-
cibido en su bautismo. La época en que vivimos exige la cualidad cundaria importancia de tradiciones alimentarias, y escribe: " L a
profética, pero ésta se confunde con la del siervo que da su vida. comida para el vientre y el vientre para la comida. Mas lo uno y
Ninguna fanfarronería, ninguna ostentación, sino una vida firme, lo otro destruirá Dios" (1 Co 6, 13). En su carta a los Romanos d a ,
sólida, enteramente dedicada a Dios en la renuncia a sus propios a este respecto, una lección de equilibrio de juicio: "El Reino d e
juicios para el establecimieto del Reino. Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el
Espíritu Santo". Sin embargo, Pablo continúa exhortando a tener
en cuenta la oportunidad, en atención a los "débiles": "No v a y a s
a destruir la obra de Dios por un alimento". Todo es puro, cierta-
mente, per* es malo que produzcamos escándalo ( R m 14, 17-20).
18 TIEMPO ORDINARIO DOMINGO 22° 19
Estos hechos nos permiten entender mejor lo que san Marcos cristianos a los que Santiago se dirige han sido los primeros en
quiere enseñar a sus fieles. Por motivo de las tradiciones, Jesús se beneficiarse de ese don de la palabra que regenera.
ve expuesto a las acusaciones de los fariseos. Los versículos 15 y Pero, a pesar de la eficacia objetiva de esta palabra de ver-
20 refieren dos precisiones de Jesús: "Lo que sale de dentro es dad, todavía es necesario que el hombre la reciba, la acoja; esta
lo que hace impuro al hombre" (Me 7, 15), "todas esas maldades palabra de verdad que es la Ley ha de ser recibida con docilidad.
salen de dentro y hacen al hombre impuro" (7, 20); y Jesús da la Lo cual significa que es preciso llevarla a la práctica. Y aquí define
lista de "esas maldades que salen de dentro": "los malos propó- Santiago claramente en qué consiste practicar la religión"; pone
sitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, in- fin a todas las ilusiones voluntarias o involuntarias de sus cristia-
justicias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivo- nos, que podrían refugiarse tras prácticas religiosas y tradicio-
lidad". Jesús no ha podido resistir a un cierto arrebato ante la nes. Practicar la religión es "visitar huérfanos y viudas en sus
hipocresía: "Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para ate- tribulaciones y no mancharse las manos con este mundo".
rraros a la tradición de los hombres" (7, 21-23). Este mensaje es necesario hoy día y se debe repetir a me-
nudo. No que haya que menospreciar y tener por sospechosas de
hipocresía todas las tradiciones y usos, que sería la reacción pue-
Guardar los mandatos del Señor (Dt 4, 1... 8) ril, pero sí tenemos que purificar constantemente nuestra forma
de vivir y de practicar nuestra religión. Podría ocurrir que nues-
Los mandatos y decretos que Moisés transmite al pueblo de tro culto no fuera el culto en espíritu y en verdad, sino que es-
parte de Dios son signo de amor; manifiestan los dos componen- tuviera manchado de legalismo y que se hubiera convertido en
tes de la alianza que el Señor quiere establecer con su pueblo: un refugio. Puede existir un falso sacramentalismo cristiano que,
Dios escoge su nación, la conduce y la protege en medio de los inconscientemente, utilice los sacramentos... para dispensarse del
muchos obstáculos que ésta encuentra, y d a pruebas incesantes amor. La expresión resulta, indudablemente, demasiado fuerte,
de su fidelidad hacia ella. Pero la fidelidad de Dios exige la fi- pero expresa bien la equivocación que puede introducirse en toda
delidad del hombre: se trata de escuchar los mandatos, de guar- vida cristiana. Algunos podrían imaginarse que la práctica de sa-
darlos, de no suprimir ni añadir nada en ellos, de ponerlos en cramentos y observancias cristianas salvan de una manera má-
práctica. Tal debe ser la respuesta del h o m b r e a la fidelidad de gica y que no se requiere tanto el amor a Dios y a los hombres.
Dios. Escuchar la Ley, recibirla, meditarla, ponerla en práctica, Esto no se dice de una forma tan brutal, pero se experimenta en
significa contribuir a la realización de la historia de la salvación el subconsciente cristiano. Cristo, sin embargo, nos indica el medio
querida por Dios. Cuando esto se realiza, Israel aparece a los ojos de juzgar lo bien fundado de nuestro culto y nuestras observan-
de los paganos como una gran nación q u e verifica la experiencia cias: lo que procede del interior del hombre puede estar po-
de la sabiduría. La Ley no es un peso que aplasta; es una levadura drido...
que debe imprimir entusiasmo al pueblo de Israel que encuentra
en ella su salvaciói y su grandeza.
Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda? CICLO C. HUMILLARSE PARA SER ENSALZADO
El que procede honradamente
y practícala justicia... (Sal 14). El que s e e n a l t e c e será humillado (Le 14, 1-14)
Llevar a la práctica la Palabra (Sant 1, 17... 27) El pasaje del evangelio proclamado hoy propone dos conse-
j o s : uno para los invitados a un banquete, el otro para el que
Siempre nos acecha una ilusión, y Santiago cae en la cuenta: invita. En la celebración d e hoy, es sobre todo el consejo dado
puede uno contentase con escuchar la p a l a b r a , sin llevarla a la a los invitados el que ha de fijar nuestra atención, ya que conecta
práctica. con el punto de vista desarrollado por la lectura del Antiguo Tes-
Ahora bien, «ta palabra viene de a r r i b a . Es un don y un tamento del Eclesiástico.
regalo maravilloso, Porque esta palabra n o s h a regenerado, y los Emp«emos por el consejo dirigido al que invita, para poder
20 TIEMPO ORDINARIO DOMINGO 22.° 21
relacionar mejor el otro consejo con la lectura del Antiguo Tes- milde se reconoce pecador (Is 6, 3); si el hombre hace en sí el
tamento. vacío para recibir la gracia (Prov 3, 34), Dios le glorificará (1 Sam
El que invita debe ser desinteresado; no invita para que le 2, 7). La experiencia hizo de Israel un pueblo que sabía lo que
inviten a su vez. Por eso, no son sus parientes o amigos los con- era la humildad, y los salmos no la ignoran, ellos que engrande-
vidados, sino pobres, cojos y ciegos. Eran categorías de desgracia- cen la oración dei humilde y del pobre. Porque son ellos quienes
dos, excluidos del Templo... Jesús imprime al final de su consejo pueden ante todo alabar al Señor (Sal 22, 25.27; 34, 7 ; 69, 3).
un sabor escatológico al banquete de que habla: "Te pagarán Conocemos, igualmente, en el Antiguo Testamento numerosos
cuando resuciten los justos". ejemplos de personas humildes, como el tipo del Siervo descrito
Pasemos al primer consejo, el dado a los invitados, y en el por Isaías (Is 53, 4-10). Al Mesías se le esperaba como un rey
que insiste la celebración del día. humilde (Zac 9, 9). En nuestro texto leemos que la condición del
Jesús se encuentra invitado en casa de un fariseo. No es la orgulloso no tiene cura porque la raíz del mal está en su interior.
única vez que le sucede, y sus encuentros con ellos en comidas Cuando Jesús habla de abajarse, ya saben sus oyentes lo que
no son raros. Encuentra allí la ocasión para el diálogo, la ense- entiende por ello. "Cuanto más grande seas, más debes humillarte",
ñanza y para una manifestación de su interés por ellos, llamados tal es el consejo del Eclesiástico. La actitud del sabio es la de la
como los demás a la salvación en el Reino. La comida debe persona modesta que escucha.
ser un tanto especial, ya que es sábado y el banquete adquiere una El salmo 67 nos hace meditar la oración del pobre, y se con-
modalidad un poco más rica que de costumbre. Con él estén invi- vierte en ocasión de cantar al Dios de los humildes y de los
tados doctores de la ley y fariseos. El anfitrión, además, es uno pobres:
de sus jefes. Como en toda reunión mundana, los invitados bus-
can hacerse valer y conscientes de su dignidad y reputación, es- Padre de huérfanos, protector de viudas,
cogen hábilmente los primeros puestos. Dios vive en su santa morada.
Toda la importancia del relato recae sobre la sentencia final: Dios prepara casa a los desvalidos,
"El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será libera a los cautivos y los enriquece.
enaltecido". . . . y tu rebaño habitó en la tierra
Antes de reflexionar en el valor de esta sentencia, veamos que tu bondad, oh Dios,
la doctrina propuesta en la primera lectura. preparó para los pobres.
La comunidad no puede admitir que uno de sus miembros viva en hacer algo por volver a encauzar al pueblo en el camino recto.
contradicción con lo que es. No es la reprobación la reacción pri- Sin embargo, Dios ofrece siempre su perdón, pero hace falta que
mera, sino el amor fraterno. Tampoco se puede evitar un plantea- el pecador reconozca que lo es, y que alguien le advierta de la
miento claro en nombre del cuerpo que es la Iglesia. muerte que le amenaza. Ese será el papel de Ezequiel. Si el pro-
El proceso es delicado. Jesús lo sabe, y propone tres estadios feta no cumple su función, se hará culpable de la muerte del hom-
en el cumplimiento de este deber. b r e : si él no le dice que abandone su mala conducta, el malvado
Hablar a solas con el hermano; intentar que haga caso. ¡Qué morirá por su pecado. Y al contrario, si el pecador no escucha,
alegría si atiende! En tal caso, "has salvado a tu hermano". Es morirá por su pecado, pero el profeta habrá salvado su vida:
la primera iniciativa de la caridad fraterna. Dios le hubiera pedido cuenta de su negligencia para con el pe-
Si el pecador sigue en su convicción y no cae en la cuenta cador.
de lo que hace, o si tiene la impresión de que las advertencias
son subjetivas, es conveniente entonces llevar consigo a otro o a
otros dos hermanos. Quizá esa coincidencia produzca su efecto. Amar es cumplir la Ley entera (Rm 13, 8-10)
Existe la posibilidad de que el hermano quede impresionado y
caiga mejor en la cuenta de la gravedad de su caso. Lo que ha de impulsar al cristiano a la corrección fraterna
Si el pecador sigue sin atender y se obstina, entonces, siempre es el amor, cumplimiento perfecto de la Ley. Esta lectura, ligada
en la caridad y porque se trata del bien mismo de la comunidad, por casualidad a las anteriores, nos permite sacar esta conclu-
habrá que decírselo a ésta. sión. La corrección fraterna satisface una deuda de amor para con
Se llega a una decisión dolorosa pero necesaria: y si no hace el otro. Tal deuda de amor fraterno es permanente; no se llega
caso ni siquiera a la comunidad, habrá que considerarlo como un nunca a satisfacerla; siempre es un deber amar al prójimo. Nos
pagano o un publicano. Porque esa persona no tiene el sentido encontramos aquí en plena mística de la comunidad cristiana. El
de la presencia del Señor en la comunidad; es una ofensa al Señor mandamiento mayor es el del amor. El domingo 30 (ciclo A) nos
que vive en la comunidad. proclamará las palabras de Jesús en san Mateo: "Amar al pró-
La Iglesia tiene el poder de juzgar, de atar y de desatar. Lo jimo como a sí mismo" (Mt 22, 34-40). El cristiano ejerce la
afirma el Señor. Las palabras de Jesús se refieren a un adagio caridad y lleva así la Ley a su plenitud, cosa que hizo Cristo mu-
rabínico que él utiliza, parece, para establecer no el poder doc- riendo por nosotros (Rm 10, 4). Amar al prójimo no es, pues,
trinal de la Iglesia, sino su poder "disciplinar", el de mantener sólo una obligación, es adentrarse en el camino mismo de Cristo,
en el orden y proteger a la comunidad. Al juicio de la Iglesia que imitarle y vivir como él.
ata o desata, corresponde la misma actitud por parte de Dios. El No cabe duda de que las condiciones de la vida actual y de
pecador que no quiere cambiar de vida, se ve, pues, condenado por nuestra civilización moderna no hacen posible la exacta imitación
la Iglesia pero, a la vez, por el Señor m i s m o ; porque la Iglesia del procedimiento recomendado por Jesús. No obstante, el espíritu
actúa en su nombre y ésta debe saber q u e su decisión conlleva la que le animaba sigue siendo imperioso para todos nosotros. La
misma toma de postura por parte de Dios. reacción del cristiano ante un hermano que se encuentre en el
pecado ha de inspirarse siempre en él: se trata de ganar a un
hermano. Divulgar su falta antes de haberlo intentado todo para
Poner en guardia al malvado (Ez 33, 7-9) corregirle con delicadeza, según las posibilidades que se ofrecen
en concreto, es no haber entendido el amor. Por otra parte, dejar
El Antiguo Testamento conoce deberes semejantes. Ezequiel en peligro a toda la comunidad, no aceptar ser un vigía que afian-
percibe que el Señor se le impone: " A ti, hijo de Adán, te he ce la vida de la Iglesia, es negarse al amor fraterno. Y esto no
puesto de atalaya en la casa de Israel". tiene nada que ver con la delación ni con la manía de deshacer en-
Israel ha olvidado sus deleres d e fidelidad con el Señor. tuertos, y menos aún con la nefasta costumbre de juez pronto a
Todo se acabó; es un nuevo destierro; q u e d a Ezequiel como úni- denunciar sin el ardiente deseo de curar ante todo. Nuestras gran-
co recurso, él debe seguir proclamando l a justicia y moviendo a des instituciones, que ya no se mantienen a nivel humano, hacen
la conversión. Dios le constituye en g u a r d i á n , el último que puede difícil y a veces imposible el ejercicio sereno de la corrección fra-
26 TIEMPO ORDINARIO DOMINGO 23.° 27
terna, señal, no obstante, de la vitalidad espiritual de un pueblo Los oídos del sordo s e abrirán y la lengua
guiado por el Señor; siquiera, es preciso que cada uno se pre- del mudo cantará de alegría (Is 35, 4-7)
gunte por sus deberes y se preocupe por sus actitudes con respecto
al hermano débil y culpable. Isaías anuncia esta venida del Mesías, cuya realización en
Jesús queda significada mediante curaciones típicas. San Marcos
conocía esta profecía y, al escribir, debió de pensar en ella, al
igual que también sus cristianos serían sensibles a ella. Entre el
CICLO B. LOS TIEMPOS MESIANICOS anuncio profético y la venida de Cristo ahora significada, se han
sucedido muchas etapas de la historia; y después de esta venida
Hace oír a los sordos y hablar a los mudos del Mesías y de su pasión gloriosa, nos hallamos situados ante la
(Me 7, 31-37) espera de una nueva venida. Caminamos con la Iglesia y somos
testigos de la presencia del Mesías y del cumplimiento de su misión
Esta escena de la curación nos parece extraña; no debía de de salvación. Sólo Cristo puede darnos la luz para caminar por los
ser así en tiempos de Jesús, y formaba parte de prácticas más o senderos rectos, como sólo él puede curar nuestra lepra y arran-
menos curativas de la época. carnos de la muerte. Constantemente se nos ofrecen estos milagros
espirituales, y el espectáculo del don de la fe despierta la admira-
De nuevo nos encontramos ante la prohibición de hablar del ción en quien es su testigo. Sabemos que los milagros liberadores
milagro. La multitud se encuentra, evidentemente, admirada; tal de Jesús continúan, sin que seamos siempre capaces de verlos ni
vez se da cuenta de que tales curaciones anuncian la presencia del de expresarlos. Nuestra dificultad consiste en la interpretación de
Mesías. Se puede pensar así escuchando sus aclamaciones, que po- los signos que vemos en nuestros días; es el mismo problema
drían ser el eco de poemas populares en el sentido que nos da a —aunque después de veinte siglos de experiencia de la Iglesia—-
conocer Isaías en la 1.a lectura (Is 35, 4-7). Es, sin duda, el motivo que el de los discípulos que vivían con Jesús. Era preciso verle
de que Jesús les prohiba hablar. Se constata, en efecto, que se tal como era, formarse del Mesías una idea distinta de la imagina-
impone silencio —aunque no siempre se observa— a propósito d a ; era preciso intentar comprender el significado de sus mila-
de milagros considerados como obras del Mesías que había de gros, y es sabido cómo la primera proposición que hizo del signo
venir: "Los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan de la eucaristía —comer su cuerpo y beber su sangre—, chocó con
limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan" (Mt 11, 5). Por una dura y penosa incomprensión por parte de muchos. Todavía
eso Jesús prohibe contar el milagro en el caso de la curación del en nuestros días, en torno a los signos sacramentales, que afir-
leproso (Mt 11, 1-44), de la resurrección de la hija de Jairo (5, 43), man la presencia del Reino y la marcha hacia su definitiva cons-
del sordomudo (Me 7, 36), del ciego de Betsaida (8, 26). No quiere titución, se realizan muchos milagros: interiores, luz de conver-
desvelar su identidad antes del tiempo previsto; tenía que cumplir sión que ilumina a un hombre o a un grupo de hombres que no
su pasión. Quería hacerse conocer progresivamente en la fe. Las pueden ya vivir si no es centrados en la muerte y resurrección de
reacciones de la gente señaladas por san Marcos a continuación de Cristo, y para quienes la existencia humana adquiere un sentido
este milagro denotan un progreso: un grito de aclamación que nuevo. Lejos de menospreciarla, trabajan en su progreso, pero le
va dirigido a lo que acaba de suceder, pero que no expresa nada asignan un objetivo invisible que sobrepuja las pretensiones de
en cuanto a la persona misma de Jesús, aun dando pie a que se los hombres.
pueda reflexionar sobre su identidad. Podemos, sin embargo, pre-
guntarnos si ese grito de la muchedumbre no es en realidad de los
cristianos, iluminados por la celebración pascual de la muerte y de 2. a lectura, p. 123
la resurrección de Cristo, que han comprendido la importancia
mesiánica del gesto de Jesús, a la luz de los acontecimientos que
celebran.
Es sabido cómo la liturgia del bautismo ha utilizado el rito
seguido por Jesús.
DOMINGO 23." 29
28 TIEMPO ORDINARIO
su contenido. En él se condenan duramente la cólera y el rencor. El salmo 102, respuesta a la 1. a lectura, nos hace cantar el
Cada uno de nosotros debe tener presente su condición carnal y perdón de Dios en lo que a nosotros toca:
sus debilidades; a partir de ahí, se hace difícil condenar a los
demás y no perdonarles. Ellos y nosotros formamos parte de una No está siempre acusando,
comunidad de deficiencias. ¿Y cómo suplicar en favor de las ni guarda rencor perpetuo.
propias faltas, si no perdonamos a los otros? La vida en Alianza No nos trata como merecen nuestros pecados,
supone el respeto a los mandamientos y el perdón sin rencores al ni nos paga según nuestras culpas.
prójimo.
su Pasión y con la invitación que dirige a sus discípulos para que irreal y simplemente mítico aquello que constituye lo esencial de
le sigan, precisándoles las condiciones que no pueden ser eludidas la vida del cristiano: ser revestido de Cristo. De este modo, renun-
por quien quiera ser discípulo. ciarse, llevar la propia cruz, no son actividades mutiladoras, sino
Ya desde las primeras líneas advertimos la actitud del Sier- que, por el contrario, conducen al hombre a su glorificación, ofre-
vo: no se ha rebelado y ha aceptado, sin echarse atrás, todos los ciéndole la posibilidad de dar a su vida el máximo de eficacia.
sufrimientos que le han sido infligidos. No sólo no se sustrajo
al sufrimiento, sino que ofreció la espalda y las mejillas y no 2. a lectura, p. 125
protegió su rostro.
Tal es el modelo de quienes quieren seguir a Cristo, tomar la
propia cruz, no pretender salvar sus vidas. Situación imposible, CICLO C. EL PERDÓN DEL SEÑOR
si el Señor no acudiera en ayuda de quien da su vida por obe-
decerle. Aquí el texto de la profecía se hace lírico. Porque el Alegría en el cielo por un pecador que s e
Señor viene en ayuda de su siervo. Desde ese momento ya no se convierte (Le 15, 1-22)
siente alcanzado por los ultrajes, su rostro es duro como pedernal.
Pero sobre todo se siente fuerte moralmente: sabe que no quedará La parábola del hijo pródigo es bien conocida; en el 4.° do-
avergonzado porque tiene cerca al que le justifica. Ahí está el mingo de cuaresma (ciclo C) se hizo su proclamación (1). Pero la
Señor que asume su defensa. Porque el siervo entrevé sus sufri- óptica de la actual proclamación es diferente a la de aquel do-
mientos como situados en un breve intervalo que le separa del mingo. Entonces era sobre todo la actitud de conversión del hijo
último día. Está cerca su abogado, y no tiene miedo en compare- pródigo y su voluntad de reconciliación lo que se ponía de relieve.
cer con los que le martirizan ante el tribunal del Señor. La oración La cuaresma nos hace caminar hacia la Pascua y la renovación de
es lo que permite al siervo pasar así indemne en medio de los la conversión bautismal. En la proclamación de hoy es más bien el
ultrajes y soportarlos por el Señor. El salmo 114 recuerda la asis- perdón de Dios lo que se presenta a nuestra meditación.
tencia de Dios a quien se ofrece en sacrificio para cumplir su vo- El relato deja entrever la continua angustia del padre por el
luntad : hijo que se lia separado de él. Percibe a su hijo cuando todavía
está lejos, lo cual permite adivinar la esperanza de que algún día
Me envolvían redes de muerte, el hijo volverá y hace suponer que con esta esperanza el padre
me alcanzaron los lazos del abismo, dirige a menudo y pensativamente su mirada a lo lejos. Puede
caí en tristeza y angustia. pensarse en la actitud de Dios que no olvida al pecador, sino que
Invoqué el nombre del Señor... lo espera coi) una larga paciencia. Al divisar a su hijo de lejos,
estando yo sin fuerzas, me salvó. el padre se conmovió. Es una actitud frecuente de Dios: quedar
sobrecogido de compasión. Porque el Señor es un Dios de Perdón.
El sufrimiento del cristiano aparece en este domingo como El libro del Éxodo, del que nos ofrece un pasaje la 1.a lectura,
transfigurado, y el significado de la renuncia para seguir a Cristo presenta al Señor como un "Dios misericordioso y clemente, tardo
deja de verse como una amputación o una ascesis negativa. Aquí a la cólera y rico en amor y fidelidad...", y Moisés dirá en su
la Temos como participación en la Pasión gloriosa de Cristo que oración al Señor: " . . . a u n q u e sea un pueblo de dura cerviz;
rescata a la humanidad y reconstruye el mundo. El sufrimiento perdona nuestra iniquidad y nuestro pecado, y recíbenos como
del Siervo de Dios que es Cristo es una ofrenda sacerdotal. Cada herencia tuya" (Ex 34, 6-9).
cristiano, siguiendo a su modelo, participa así más profunda- El padre no resiste a su compasión por su hijo; es él quien
mente en el sacerdocio de Cristo que se ofrece y ofrece. Por con- toma la iniciativa de ir a su encuentro para recobrarlo: "y, echan-
siguiente, no existe para nosotros más sufrimiento inútil que el do a correr, se le echó al cuello y se puso a besarlo". Iniciativa
que no aceptamos o no ofrecemos; todos los demás son redento- de Dios desde el momento en que ve un inicio de conversión. La
res, Si no fuese esto verdad, no habría motivo para admitir la misma actituJ vemos en Jesús cuando descubre arrepentimiento y
realidad de nuestro bautismo, que es participación de la vida de
Cristo en su muerte y su resurrección, y habría que negar como (1) Véase, vol. 3, pág. 166.
36 TIEMPO ORDINARIO DOMINGO 24° 37
/
deseo de conversión; por ejemplo, en el episodio de Zaqueo que pasado toda su vida al servicio de Dios. Concepción mercenaria de
desea verle, Jesús, al constatar ese comienzo de cambio de vida, la vida cristiana y de la justicia de Dios, que deja poco sitio al
da los primeros pasos y se invita a su casa ese mismo día, y de- amor. Jesús quiere corregirla. Cristo quiere oponerse con firmeza
clara: "El Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que a toda actitud religiosa que pudiera ser como una especie de
estaba perdido" (Le 19, 1-10). contrato de "do ut des" (te doy para que me des) entre Dios y
Pero las intenciones del hijo pródigo no son completamente los hombres. Es el amor el que debe ocupar el primer lugar. Para
desinteresadas. Su vuelta a casa no ha sido motivada exclusiva- el padre no hay ninguna depreciación del hijo mayor que permane-
mente por el sentimiento de su ingratitud y de su falta de amor ció siempre fiel, al contrario; lo afirma el padre: "Hijo, tú estás
para con su padre. La parábola deja ver claramente el egoísmo siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo". No hay ninguna injus-
siempre latente en la mentalidad del hijo: "¡Cuántos jornaleros ticia con él; sólo, por parte del padre, voluntad de perdón y de
de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me devolver la vida al hijo que estaba muerto.
muero de h a m b r e ! " . Lo mismo que en el caso de Zaqueo, no
encontramos al principio una intención pura, ni un verdadero
pesar de haber procedido mal. El pecador se deja llevar, en un El Señor renuncia a castigar a su pueblo
principio, por el deseo de escapar al sufrimiento provocado por su pecador (Ex 32, 7-14)
actitud. Para Dios, ese comienzo es ya un signo, y es el padre
quien corre al encuentro de su hijo. El pueblo de Dios se ha dejado llevar a adorar el Toro de
Aunque el hijo pródigo manifiesta su pesar, el padre parece metal. Falta imperdonable, si se piensa que ha sido cometida poco
de tal manera sumido en la alegría, que no parece reparar en ello; tiempo después de la promulgación del Decálogo.
él es todo alegría: "Sacad en seguida el mejor traje, y vestidlo; La plegaria de Moisés que implora el perdón, constituye el
ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el centro de este relato. Es una audaz defensa, estructurada en tres
ternero cebado y matadlo; celebremos un banquete". El padre lo argumentos bien construidos.
ha olvidado todo, ninguna amargura aparece en su comporta- ¿Por qué quiere Dios destruir "su" pueblo? Porque este pue-
miento, su único sentimiento es la alegría: "Porque este hijo mío blo es el suyo, y es él el que le hizo salir de Egipto con gran poder
estaba muerto, y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos en- y mano robusta. Se daría en el Señor una singular contradicción
contrado". de actitudes: destruir un pueblo al que, por otro lado, ha querido
El perdón de Dios no siempre es entendido por todos. Es salvar con medios tan espectaculares.
posible que san Lucas aprovechara la ocasión de la parábola ense-
Precisamente porque el Señor liberó a su pueblo de forma
ñada p o r Jesús para insistir en la aceptación dentro de la co-
espectacular y le h a engrandecido en medio de las demás nacio-
munidad cristiana de los que han pecado pero viven en la Igle-
nes, sería para él una especie de deshonor la destrucción de un
sia. Jesús mismo se encontró con personas que aceptaban mal al
pueblo al que h a salvado como suyo. El propio honor de Dios
pecador y lo consideraban como reprobado por Dios. La finalidad
está en entredicho. ¿Qué va a quedar del respeto y del temor de
de la parábola es hacerles comprender la actitud de Dios. Por eso,
su gran poder y mano robusta? Verdadero "chantage" que Moisés
se describe minuciosamente la reacción del hijo mayor: es la de
no duda emplear en su oración, en la que la fe permite todas las
algunos contemporáneos de Jesús; fue la de algunos discípulos de
audacias.
Lucas; es la de algunos cristianos de hoy día. El hijo mayor se
considera siervo fiel, y es verdad. Se siente como ofendido por el Pero el argumento más fuerte es el de la fidelidad a la que el
recibimiento hecho a su hermano. A él, siempre fiel, nunca se le Señor está obligado. Aunque el pueblo no sea fiel, el Señor sí debe
ha festejado con un banquete. Y en cambio, al que abandonó el serlo. Se ha comprometido con los patriarcas a darles una descen-
hogar p a r a gastar todos sus bienes, se le recibe con honores y con dencia. Aunque prometida a Moisés, no es menos cierto que ya se
una alegría jamás manifestada con el siervo fiel. Es el escándalo la había prometido a Abraham.
de muchos cristianos de hoy día. Por lo menos en su imaginación, El Señor r e n u n c i a al castigo previsto. Así pues, a pesar de la
lleían m a l que tal persona, que ha llevado u n a vida disoluta, sea falta, siempre es posible obtener el perdón de Dios. El perdón es
acegido por Dios después de su muerte lo mismo que el que ha siempre la última actitud del Señor.
38 TIEMPO ORDINARIO
Domingo 25. 0
Cristo vino para salvar a los pecadores
(1 Tim 1, 12-17)
en las maneras de ver Dios. E igualmente, no es posible, mante- CICLO B. EL HIJO DEL HOMBRE ENTREGADO
niéndose encerrado en la propia justicia e imaginándose que ésta EN MANOS DE LOS HOMBRES
da derecho a unos privilegios, entender los pensamientos de Dios.
La parábola no encuentra, pues, justificación alguna en el plano El Hijo del hombre entregado a los hombres
puramente humano, ni tiende a expresar una teología de la jus- (Me 9, 30-37)
ticia de Dios que nos resultaría incomprensible. Su finalidad es
ajena por completo a tal teología. Jesús ha sido enviado para salvar
a los pecadores; quienes le acogen en la fe son salvados, incluso Es el segundo anuncio de la Pasión que nos ofrecen los evan-
vienen a ser los primeros. gelios. El primero, se proclama en los tres ciclos previstos por el
leccionario (1); este segundo anuncio, tomado de san Marcos, se
proclama sólo en el ciclo B, mientras que el tercer anuncio no ha
Mis planes no son vuestros planes (Is 55, 6-9) sido incluido en el leccionario.
Mientras en los textos paralelos se anuncia la Pasión como
No se trata aquí de un Dios cuya conducta es arbitraria y a un futuro: "El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de
quien tendríamos que someternos sin entender nada. Este texto, los hombres" (Mt 17, 2 2 ; Le 9, 44), aquí es anunciada como un
lo mismo que la parábola de los obreros de la hora undécima, ha presente. Sin embargo, san Marcos expresa como futuro la conde-
dado pie a muchos comentarios destinados a hacer aceptar pruebas na a muerte y la resurrección: " . . . y lo matarán; y después de
o comparaciones difíciles de admitir. Pero basta leer el texto aten- muerto, a los tres días resucitará".
tamente para caer en la cuenta de que no se trata, de ninguna ma- Como es sabido, la palabra "entregar" es típica de la Pasión
nera, de un Dios que se complace en pensar a su modo y de una de Cristo. Se la encuentra en Jeremías (26, 24) y también en san
forma tal que nos sea imposible seguirle en sus decisiones. Pablo (Rm 4, 2 5 ; 8, 3 2 ; Ef 5, 2). El término se empleará también
Por el contrario, esta lectura nos permite entender mejor aún en el momento de la celebración de la eucaristía, en el relato de
el significado del evangelio del día. Se sitúa, en efecto, en un Lucas (22, 19) y en el de Pablo (1 Co 11, 24).
contexto muy particular: el del anuncio de una Jerusalén nueva,
¿Cómo entender la expresión: "El Hijo del hombre es entre-
de una nueva Alianza, eterna esta vez (Is 55, 1-4). Se trata de una
gado en manos de los hombres"? No se trata de un fatalismo, sino
nación nueva, creada por el Señor. Pero para entrar en ella, es
de la realización del plan de Dios. Es el Padre quien entrega a su
necesario convertirse: "Que el malvado abandone su camino, y el
Hijo en manos de los h o m b r e s ; es el Hijo del hombre entregado
criminal sus planes; que regrese al Señor, y él tendrá piedad; a
en manos de los hombres. Reencontramos el tema querido a san
nuestro Dios, que es rico en perdón".
Juan: "Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único" (Jn 3,
Si el Señor declara que sus planes no son nuestros planes y 16); y más cercano a nuestro texto, san Pablo escribe: "El que
que sus caminos difieren de los nuestros, ¿qué quiere decir con no perdonó ni a su propio Hijo, antes bien le entregó por todos
estas palabras? ¿Quiere indicar que sus categorías mentales son nosotros..." (Rm 8, 32).
extrañas a las nuestras? ¿Que su justicia no tiene nada que ver
con la nuestra? No parece. En esta afirmación hay que ver la El anuncio de la Pasión no es entendido por los discípulos.
afirmación de la infinita misericordia de Dios. Nuestra justicia ¡Hasta tal punto, que en ese preciso momento, en que hubiera
condena, la de Dios perdona, porque sus pensamientos están por debido revelarse con toda su carga dramática, los discípulos dispu-
encima de los nuestros. tan entre sí sobre quién será el mayor!
El salmo 144 lo expresa muy bien: Es la ocasión para q u e Jesús les enseñe cuál es, en la comu-
nidad que quiere formar, el sentido de "el primer puesto". Es ante
... es incalculable su grandeza. todo un servicio. Tener una responsabilidad significará ser el
El Señor es clemente y misericordioso, último, para servir a los demás. Quizá han surgido ya protestas
lento a la cólera y rico en piedad... entre los discípulos sobre quién tendrá la autoridad, y conocemos
El Señor es justo en todos sus caminos...
el episodio en que la madre de Jos Zebedeos pide un puesto de El salmo 53 expresa la voluntad de Cristo-siervo de ofrecerse
preferencia para sus hijos (Mt 20, 20). Es posible también que el al P a d r e :
evangelista se haya encontrado con debates en su comunidad y
haya querido presentar las palabras de Jesús para recordar el sig- Te ofreceré un sacrificio voluntario
nificado de la autoridad y de los primeros puestos en la Iglesia. dando gracias a tu nombre, que es bueno.
Podemos también preguntarnos si, en ese contexto en el que acaba
2. a lectura, p. 128
de anunciar su Pasión, el propio Cristo no se describe como ese
primero que es servidor de todos dando su vida por todos. Así
lo demostrará en el lavatorio de los pies y en el momento de su
Pasión. CICLO C. EL PROBLEMA CRISTIANO DEL DINERO
El texto prosigue: "Y acercando a un niño, lo puso en medio
de ellos". La unión de este episodio con lo que precede no está El servicio a Dios y al dinero son incompatibles
clara. Todas las hipótesis son posibles pero siguen siendo hipó- {Le 16, 1-13)
tesis.
La primera parte de este pasaje evangélico es tan enojosa, que
¿Habría aquí una relación entre el anuncio de la Pasión, el
que se permite... no proclamarla y empezar inmediatamente por
papel del siervo, y la fe en Jesús que insiste en la acogida hecha
la segunda parte... El motivo que favorece esta división es más
al niño como símbolo de la inocencia y también de la debilidad
bien la longitud del texto, pero sería una pena que este choque
indefensa? Quien acoge en su nombre a un niño como éste, es a
no se produjera nunca en la asamblea dominical. El caso del admi-
Cristo a quien acoge, y quien acoge a Cristo, acoge al que le h a
nistrador injusto, alabado por Cristo y propuesto como modelo, es
enviado.
a primera vista indignante, hay que reconocerlo.
De hecho, este último episodio no entra apenas en la temática Sin embargo, todo cristiano sabe que es imposible que Jesús
de este domingo consagrado al anuncio de la Pasión. alabe la injusticia; se admite el malentendido o la incomprensión
de lo que aquí se expresa, pero se hubiera preferido una condena
simple y llana, conforme a lo que nosotros sentimos; nos hubiéra-
Condenado a una muerte ignominiosa mos sentido más cómodos. Quizá hasta un cierto sentimiento de
(Sab 2, 12... 30) superioridad hubiese podido animarnos y permitirnos hacer buen
papel al lado de este administrador injusto a quien despreciamos.
Poco importa para nosotros el total de las estafas cometidas
En este texto está presente el retrato de Jesús anunciando su por este administrador. Lo que nos interesa, ya que es un caso
Pasión. Jesús es el aguafiestas: " N o s resulta incómodo". Se enu- por lo menos inteligente en medio de su villanía, es la habilidad de
meran los agravios hechos al justo. El primero es general: nos este hombre: hace de sus deudores cómplices perdonándoles sus
reprocha nuestra conducta; el segundo es más determinado: nos deudas, con lo que tendrán que recibirle en su casa si algún día
reprocha desobedecer la ley de Dios; el tercero es más ofensivo lo necesita. En una palabra, un curioso hecho distinto, que algunos
aún para ios fariseos: nos acusa d e abandonar nuestras tradi- creen real y utilizado por Jesús no para condenar una falta de
ciones. honestidad, cosa q u e no hubiera tenido trascendencia ya que es
Se ha visto en este texto el anuncio profético de la Pasión de evidente que Jesús debía condenarla, sino para encontrar en esta
Cristo, y con toda razón, según parece. En san Mateo, sin que por mezquina historia un punto de partida para una enseñanza nueva.
ello sea evidente que se refiere al libro de la Sabiduría, encontra- Porque, ciertamente, Jesús, a pesar de ciertos esfuerzos de algunos
mos en boca de los judíos los mismos propósitos sostenidos por los por demostrar lo contrario, asume la defensa del administrador
perseguidores del Justo: "Ha puesto su confianza en Dios; que injusto a quien no se abstiene de alabar. ¿Cómo entenderlo?
le salve ahora, si es que de verdad le quiere" (Mt 27, 43). Sea lo Parece que el propio Jesús se disculpa de toda posible com-
que fuere del sentido profético del texto, constituye una figura de plicidad, al decir: "Los hijos de este mundo son más astutos con
Cristo sufriente, que él hará real en la cima del martirio. su gente que los hijos de la luz". Son personas ingeniosas y rápidas
46 TIEMPO ORDINARIO DOMINGO 25.°
47
en sus decisiones cuando de negocios se trata. En cambio, los hijos Y nos equivocaríamos, igualmente, acerca del significado de
de la luz, que deben buscar el Reino, ¡son con frecuencia tan len- esta 1. a lectura si en ella viésemos una protesta contra todo comer-
tos y tan poco ingeniosos en sus medios para encontrarlo! Si tan cio y contra todo sistema económico productor de bienestar. Aquí
hábil se puede ser para cosas perecederas, ¿a qué se debe que se considera un apego al dinero que no se para a pensar en los
estemos tan faltos de sagacidad para ganar el Reino de Dios? desgraciados y que incluso viene a empobrecerlos más. Es la
Cristo, por lo tanto, de ningún modo alaba la deshonesta plena contradicción con el Señor; la idolatría del dinero, que no
conducta del administrador; alaba sólo su habilidad, y lamenta deja servirle a El y que por eso se siente ofendido y declara: "No
que ésta sea el atributo de quienes viven para el mundo y no el olvidaré jamás vuestras acciones".
de quienes buscan el Reino y parecen a menudo pesados y lentos El salmo 112, por el contrario, canta la atención con que Dios
en su actividad. se preocupa del pobre:
Uno de los medios de entrar en el Reino es dar, hacerse ami-
gos en las moradas eternas con el fin de hallar intercesores en Levanta del polvo al desvalido,
nuestra muerte. Es, pues, un aliento a la generosidad y a la limos- alza de la basura al pobre
na. Tened rasgos de generosidad con vuestro dinero para que po- para sentarlo con los príncipes,
dáis encontrar en el cielo intercesores en vuestra muerte. los príncipes de su pueblo.
Continuando el tema, Jesús aprovecha la ocasión para insistir
en el sentido del dinero. No se puede servir a dos señores, Dios y 2. a lectura, p. 129
Mammón, el dinero. Hay, así, personas que a diario rozan la
idolatría. Si hemos recibido dinero no es para que nos apegue-
mos a él como a un absoluto, sino para compartirlo. Atarse al di-
nero significa no haber entendido lo que es Dios y su absoluto. Se
nos invita, por lo tanto, a mostrarnos despegados en su utili-
zación, y lo realizaremos en la medida en que seamos hábiles en
buscar el Reino.
Domingo 26.° parábola de los dos hijos: uno, que se niega a ir a trabajar a la
viña, pero que, arrepentido, v a ; el otro, que dice que sí irá, pero
que no va. Ahora se entiende el sentido del párrafo segundo: Vino
Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia y no le
creísteis; los publícanos y las prostitutas, en cambio, sí le creyeron;
ellos, aun después de ver esto, no se arrepintieron para creer en
su palabra. Se ve el paralelismo entre esta diferenciación y la
propuesta en los dos hijos de la parábola. Por lo tanto, para en-
CICLO A. ARREPENTIRSE PARA VIVIR tender la parábola de hoy y su conclusión, debemos tener en
cuenta el relato que antecede. En efecto, los interlocutores de
Jesús no han creído en Juan, son como el primero de los hijos
Los pecadores, salvados por la fe y el que se negó a obedecer. Pero ese primer hijo se arrepintió y obe-
arrepentimiento (Mt 21, 28-32) deció, mientras que los interlocutores de Jesús, aun después de
haber visto a las prostitutas y a los publícanos decir sí y asentir
El pasaje proclamado hoy puede parecer incoherente, ya que a Juan, no se han convertido. Prostitutas y publícanos, pues, les
la primera parte no tiene nada que ver con la segunda. Además, llevarán la delantera en el Reino de los cielos.
podría parecer que la primera parte no presenta sino un simple Por otra parte, la parábola de los dos hijos enviados a la viña
caso moral: lo que cuenta no son las palabras ni las intenciones, hace pensar en la de los viñadores homicidas, que va inmediata-
sino el acto mismo. Es evidente que los sumos sacerdotes y los mente después del pasaje hoy. También ahí encontramos la nega-
ancianos no tenían ninguna dificultad en reconocer que quien había tiva a recibir a Jesús y a creer, llegando hasta el odio y la
cumplido la voluntad del padre era el que la había hecho, aunque condena a muerte de Cristo.
después de haberse negado a ello. Se trata, por lo tanto, de recibir a Jesús en la fe. Recibirle no
Sin embargo, semejante lección sobre la obediencia es un significa únicamente aceptarle conceptualmente, sino actuar. Obe-
poco corta. Y se experimenta además una cierta dificultad en admi- decer y creer en él: tal es la lección que tenemos que sacar del
tir que san Mateo haga seguir a esta parábola una conclusión que evangelio de hoy. Creer, con los propios actos, es decir, convertirse
aparentemente nada tiene que ver con ella. La impresión es real, y adecuar la propia vida a lo que se cree.
y de hecho algunos misales o leccionarios dejan un espacio entre
el primer párrafo sobre la obediencia de los hijos, y el segundo
que es el que refiere la sentencia de Jesús. Para entenderlo mejor, Apartarse de las faltas para ser salvado
pues, leamos el texto encuadrándolo más ampliamente. (Ez 18, 25-28)
Jesús ha entrado en el templo y enseña. Los sumos sacerdo-
tes y los ancianos del pueblo le preguntan con qué autoridad adop- Esta profecía es una llamada a la conversión: "cuando el
ta la actitud de enseñar. Jesús responde con una pregunta: "El malvado se convierte de la maldad que hizo, y practica el dere-
bautismo de J u a n , ¿de dónde era?, ¿del cielo o de los hombres?". cho y la justicia, él mismo salva su vida". Y también: "Si reca-
Los interlocutores se ven en un aprieto. Responder: del cielo, pacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y
sería incurrir en una sinrazón, ya que en ese caso, ¿por qué no no morirá".
le creyeron? Y si respondían: de la tierra, corrían el riesgo de Asistimos a un supuesto diálogo entre el Señor y su pueblo.
que la gente, q u e creía que Juan era un profeta, se encolerizara. Este encuentra extraño el proceder del Señor. ¿Por qué? El pro-
La respuesta de los judíos fue diplomática: "No sabemos". Jesús feta ha explicado de parte de Dios la responsabilidad personal tanto
entonces se negó a responder a su pregunta (Mt 2 1 , 23-27). en el pecado como en la abstención del mal. Dios, sin embargo, no
Aquí se inserta nuestro texto de hoy. Recordémoslo: se trata se complace en la muerte del pecador; su deseo es que viva, pero
de un contexto de fe y de obediencia, en el que los interlocutores él ha de renunciar a su conducta. La conversión, pues, se le ofrece
de Jesús no han querido arriesgarse, ya que se niegan a creer y a al hombre y complace a Dios. Pero también el justo puede faltar
obedecer. P«ro Jesús no abandona el problema, y les presenta la a la fidelidad, en cuyo caso hallará la muerte. Si la conversión es
50 TIEMPO ORDINARIO DOMINGO 26.° 51
pojsible, también lo es la infidelidad. Eso es lo que encuentran Es Juan quien interroga aquí al Maestro. Se le ve sorprendido
extraño los oyentes del profeta. El Señor responde a su crítica. y algo preocupado de que uno exorcizara siendo así que no for-
Si el justo se aparta de su justicia, se pervierte y muere en ese maba parte del grupo. La respuesta de Jesús es importante; amplía
estado, muere por la maldad que cometió. No habrá aprovechado la comprensión que los discípulos podían tener de su grupo. Fuera
los medios que el Señor le dio para vivir. de él puede encontrarse a alguien que crea en Cristo y que eche
El texto nos conduce al evangelio del día: el rechazo de Dios, demonios en su nombre. No hay razón para impedírselo; además,
el rechazo de la conversión. Siempre, no obstante, queda lugar existe un criterio para juzgar: si no habla mal de Cristo. San Ma-
para la conversión. El peligro consiste en la inconsistencia de las teo añade que es preciso que el profeta cumpla la voluntad del
disposiciones que pueden ser cambiantes. El problema de la fi- Padre que está en los cielos, para entrar en el Reino de los cielos
delidad es fundamental; se puede decir sí, y a continuación no ser (Mt 7, 15-22). De suyo, no es, pues, indispensable pertenecer a la
consecuente con la propia decisión; se puede decir no, y conver- comunidad de los cristianos para actuar en nombre de Jesús, a
tirse después. condición de que se tenga fe y se observen los mandamientos.
Nuestra meditación de hoy recaerá, pues, sobre el ofrecimien- Jesús quiere, por lo tanto, ensanchar las concepciones de sus
to que Dios nos hace de la salvación; lo que hizo en tiempos pa- discípulos, que podrían sentirse inclinados a encerrarse en una
sados, lo hace también ahora. Por otra parte, tenemos que velar campana de cristal y decididos a mantener celosamente lo que
por la constancia en el amor y en la fidelidad al Señor, si quere- ellos piensan ser privilegio exclusivo de la comunidad.
mos hallar el Reino. No obstante, la cualidad de discípulo de Cristo tiene un sig-
Como se ve, la vida del justo es delicada; su respuesta debe nificado, hasta el punto de que cuando alguien da un vaso de
ser recta y fiel; continúa sometido a posibles fluctuaciones contra agua a uno de ellos en nombre de Jesús, es al mismo Jesús a quien
las que hay que luchar. El salmo 24 es una plegaria para que el se lo da. Existe, pues, un lazo íntimo entre Jesús y los discípulos,
Señor le conceda luz y perdón: y en la comunidad cristiana debe haber una sólida unión. Los
discípulos "son de Cristo", expresión querida de san Pablo (Rm 8,
Señor, enséñame tus caminos... 9 ; 1 Co 1, 12; 3, 2 3 ; 2 Co 10, 7).
haz que camine con lealtad; El texto nos hace pasar a otro orden de ideas: el escándalo
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. de los pequeños que creen en Jesús. No habría que restringir el
Recuerda, Señor, que tu ternura escándalo de los pequeños a los n i ñ o s ; puede también tratarse de
y tu misericordia son eternas. los más sencillos dentro de la comunidad cristiana; en labios de
Jesús puede referirse a los que han sido menos instruidos, que
El Señor es bueno y es recto, pertenecen a una clase social menos cultivada y son real o cultu-
y enseña el camino a los pecadores; ralmente pobres.
hace caminar a los humildes con rectitud, El texto prosigue con una tercera advertencia. Se trata de la
enseña su camino a los humildes. ocasión de pecado. Entrar ahora en detalles sería falsear el signi-
2. a lectura, p. 130 ficado de lo que Jesús ha querido expresar. Jamás pensó en un
catálogo de tentaciones a las que correspondería un catálogo de
pecados. Su enseñanza va orientada a subrayar el valor absoluto
CICLO B. HABLAR, CURAR EN NOMBRE del Reino de Dios en relación con cualquier otra cosa. Lo que
DEL SEÑOR interesa es vivir ese valor y escapar al fuego que no se apaga.
jefes que se suceden. Así, Moisés constituyó un grupo de 70 an- CICLO C. FALSA SEGURIDAD DE LOS RICOS
cianos. El Señor tomó una parte del espíritu que Moisés poseía
y se la pasó a estos ancianos, y se pusieron a profetizar, pero esto Suerte final del rico y del pobre (Le 16, 19-31)
no duró.
El Espíritu, además, se posó sobre dos hombres que no esta- La parábola de Lázaro y el rico es bien conocida y tiene ante-
ban presentes en la reunión de los 70 y se pusieron a profetizar en cedentes egipcios y judaicos bastante semejantes, con frecuencia
el campamento. Estupor en un joven, que corrió a contárselo a citados en los comentarios.
Moisés. La respuesta de Moisés es admirable por la amplitud de Los actores representan dos tipos opuestos y clásicos en los
miras: "¡Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta y recibiera escritos del Antiguo Testamento: el rico y el pobre. La parábola
el espíritu del Señor!". Constatamos, pues, el deseo de apertura tiene como finalidad fundamental presentar un cambio de situa-
de Israel que no quiere aislarse en tradiciones cerradas. ción: en el más-allá, el rico, en medio de los tormentos, ve a Láza-
En la actitud de Moisés podría verse una reacción a lo que ro en el seno de Abraham. Las condiciones generales de vida en
en nuestros días podríamos llamar "triunfalismo" orgulloso. El ese más-allá no interesan a la parábola, salvo en lo que toca de
salmo responsorial 18 canta: cerca a los dos actores principales cuya situación ahora ha dado
la vuelta.
Preserva a tu siervo de la arrogancia, Nos hallamos ante el tema habitual del rico condenado y del
para que no me domine... pobre glorificado; inversión de situaciones presentada frecuente-
mente en el Antiguo Testamento. El Nuevo Testamento hereda esta
No es inútil la enseñanza de hoy. Debe provocar nuestra refle- temática, según constatamos en las Bienaventuranzas.
xión en varios aspectos. El estado de los que se hallan en el más-allá es irrevocable-
mente definitivo, y se abre un abismo inmenso entre los que están
Nos enseñan las lecturas una apertura y una actitud de reac-
en la vida dichosa y los otros, hasta el punto de no ser posible
ción contra todo lo que pudiera ser "clericalismo" y triunfalismo
ninguna comunicación entre ellos. En medio de su desgracia, el
de la Iglesia. Y lo que puede darse en toda la Iglesia, puede darse
rico sólo puede arriesgar una plegaria, implorando que se pre-
también en quienes en ella ostentan el poder. Porque, aunque el
venga a sus amigos en la tierra para que piensen en conver-
sacerdocio de Cristo se halla repartido por el Espíritu según gra-
tirse.
dos esencialmente diferentes, sin embargo todos los bautizados son
Tocamos aquí el verdadero centro útil de toda la parábola.
profetas de una determinada manera. Si no deben cerrarse las
Por eso la petición del rico es artificiosa; no sirve más que para
puertas sobre la propia Iglesia, excluyendo la posibilidad de gran-
introducir la enseñanza central de la parábola: "Tienen a Moisés
des cosas fuera de ella, con mayor razón los que han recibido el
y a los profetas: que los escuchen... Si no escuchan a Moisés y a
sacerdocio en sus grados más elevados no tienen que impedir que
los profetas, no harán caso ni aunque resucite u n muerto".
se ejerza el sacerdocio de los fieles, por más que éstos deban ha-
Dos puntos importantes emergen, por tanto, de esta parábola:
cerlo bajo el control y la autoridad de aquéllos.
escuchar y convertirse.
El problema del escándalo no debe descuidarse tampoco. Este Escuchar. Es, sin duda, privilegio de los humildes, de los
no concierne únicamente a las tentaciones de cada uno de nosotros, pobres, poder escuchar sin verse entorpecidos por las riquezas y
sino a la posibilidad de herir a quienes no tienen una fe bien todas sus consecuencias, como por ejemplo el orgullo. La parábola,
organizada. No es que existan verdades diversas, pero no todo es por otra parte, está toda ella construida teniendo en cuenta a los
para decir y enseñar a todos y en todas las circunstancias y de jefes de los fariseos; se trata, en efecto, de que habría que es-
todas las maneras. La época actual nos invita a revisar a veces cuchar a Moisés y a los profetas. Pero ese es precisamente el d r a m a
nuestras posturas en este punto, lo mismo que en los anteriores. que Jesús vive: los judíos no escuchan, están bloqueados por su
seguridad y su orgullo. Si no escuchan a Moisés y a los profetas,
2." lectura, p. 131 ¿por qué habrían de escuchar a un muerto que viniera del más-allá
para advertirles? Tal es la primera lección, d u r a y sin piedad, d e
la parábola.
54 TIEMPO ORDINARIO DOMINGO 26." 55
Convertirse. Es el otro punto importante de la parábola: la Guardar el mandamiento del Señor hasta
urgencia de la conversión, tantas veces ya predicada en los evan- su vuelta (1 Tim 6, 11-16)
gelios. La conversión se anuncia porque el juicio está próximo.
Son numerosos los pasajes en los que el tema es la necesidad de la Cabe relacionar esta 2. a lectura con las otras dos; esta coin-
conversión (Le 3, 3 ; 10, 1 3 ; 11, 3 2 ; 13, 3.5; 24, 27). Los He- cidencia fortuita puede constituir un enriquecimiento en lo que a
chos de los Apóstoles muestran que es el tema más frecuente de la la enseñanza de este domingo respecta. En efecto, sus elementos
predicación apostólica (Hech 2, 3 8 ; 3, 19; 5, 3 1 ; 11, 1 8 ; 14, 1 5 ; son convergentes con las lecciones que se desprenden de la lectura
17, 3 0 ; 26, 18). Como se ve, san Lucas considera este tema como del evangelio y del profeta: Apostar por la fe y la caridad; en
capital para Israel. concreto, velar por la fe y luchar por ella; tener ante la vista el
fin de los tiempos.
Hay que procurar ser justo y religioso, vivir sinceramente la
Una civilización podrida (Am 6, 1... 7) personal búsqueda de Dios. Para san Pablo, practicar la justicia
y la religión no es una apariencia; significa vivir en la fe, el amor,
El profeta Amos se alza vigoroso contra la vida de su tiempo. la paciencia y la delicadeza: las cualidades opuestas al retrato que
Formula una dura crítica de los ricos y, en general, de la sociedad Amos nos hace de la sociedad de su tiempo, y lo opuesto a la acti-
de su época, una sociedad que se entrega a todos los lujos y a tud del rico de la parábola.
todos los excesos con una increíble sensación de seguridad. La Combatir por la fe. Es la principal actividad de todos en el
descripción corresponde admirablemente a la que nosotros podría- intervalo que nos separa del último día. Hemos sido llamados a la
mos hacer de ciertas sociedades de hoy día. Una vida a espaldas vida eterna y vamos a ella mediante la fe, la que hemos profesado
de la realidad, toda vez que no se ve entre estas personas ninguna delante de muchos testigos.
preocupación por la situación real de Israel, que el profeta consi- Guardar los mandamientos. Porque la fe sola no salva, requie-
dera desastrosa. Porque esos ricos viven a costa de la sociedad y re las obras. Se trata de permanecer "sin mancha ni reproche, has-
ta la venida de nuestro Señor Jesucristo". La vida entera es una
de los pobres sobre todo. Allí ya no se ven la fe de Israel ni su
preparación para el último día.
Ley; ¿dónde queda la Alianza en esta forma de vivir? Sin duda
Ultimo día, porque el Señor de los Señores, el Rey de reyes,
que el profeta no pretende condenar el aumento de bienestar, sino
el que habita en una luz inaccesible, a quien nadie puede ver,
los abusos j la distancia demasiado grande entre diferentes con-
mostrará a Cristo en tiempo oportuno.
diciones de vida, viviendo unos del trabajo de los otros y de su
Termina la lectura con una bellísima doxología, himno litúr-
indigencia. La protesta de Amos apunta sobre todo a los que gico de gloria, que afirma el poder y la gloria de aquel que da su
viven en medio del abuso aun profesando externamente la religión verdadero sentido a toda vida.
de Israel. Aunque nos es difícil situar históricamente la historia Ciertamente, las lecturas de este día conectan con nuestras ne-
social de Israel en ese momento, el texto mismo nos indica bas- cesidades actuales: tener ante los ojos la parusía que llega, saber
tante de ella p a r a entender a quién se dirige la dura crítica del juzgar las cosas en su justo valor y, ante todo, mantenerse firme
profeta. Este se siente rebasado por la vida actual, en la que no ve en la fe, ajustando a ella nuestra conducta, ése es el ideal cristiano.
relación alguna con los principios básicos de la Alianza. Es una La verdad es que, con demasiada frecuencia, buscamos la seguri-
vida pagana vivida por gentes que, sin embargo, están oficialmen- dad y creemos hallarla en un bienestar ilusorio, mientras que po-
te incluidos en la Alianza. Esto constituye para él un escándalo que demos estar acercándonos a la catástrofe. Estamos hechos para el
se resolverá con un castigo ejemplar: irán al destierro a la ca- más-allá; no hay que pensar en ello con una cierta tristeza por
beza de los cautivos. "Se acabó la orgía de los disolutos". abandonar valores que pasan, sino persuadidos de que quedaremos
La lectura no relaciona estos excesos con la vida futura, sino fijos en el bien o en el mal, según el fervor de nuestra búsqueda
que predice castigos ya en este mundo. ¿Harán éstos reflexionar d e Dios en la fe.
y podrán ser u n signo para todos?
DOMINGO 27.° 57
Domingo ij° Israel; se refiere después al Hijo, Jesús, condenado a muerte por
los judíos. San Mateo quiere subrayar, como lo hace a menudo
en su evangelio, la responsabilidad de los sumos sacerdotes y de
los ancianos del pueblo, a quienes se dirige aquí Jesús, lo mismo
que lo hace también a los fariseos.
La conclusión de san Marcos y de san Mateo es idéntica: los
viñadores merecen la muerte, y la viña será arrendada a otros.
Pero hay una conclusión especialmente puesta de relieve por
san Mateo: los nuevos viñadores deberán entregar los frutos a sus
tiempos.
CICLO A. LA VIÑA QUE DEFRAUDA
Esta particularidad de san Mateo caracteriza, por lo demás,
todo su relato. Los viñadores no entregaron el fruto de su viña;
estos nuevos deberán preocuparse de entregar al dueño esos fru-
Arrendará la viña a otros labradores tos de la viña. Entregarlos a sus tiempos; hay, pues, un momento
(Mt 21, 33-43) establecido en el que deberán dar cuenta de su trabajo.
Parece claro que san Mateo ha querido acentuar la forma
Este texto ha planteado y plantea todavía serios problemas a en que Israel recibió a los profetas y las advertencias de Dios.
los exegetas. Algunos ven en él un relato compuesto por la comu- No produjo frutos. Es responsable de la muerte del Hijo enviado
nidad cristiana que querría describir la historia de las preferen- al final de los tiempos por el Padre. San Marcos también pone
cias de Dios por su pueblo hasta el momento en que envía a su esto de relieve. Y los críticos piensan que aquí —como es el caso
propio Hijo. Sería, pues, una manera de presentar la vida de frecuentemente cuando el texto nos dice: " ¿ N o habéis leído nunca
Cristo en relación con la historia de Israel, el fracaso y el paso en la Escritura...?"— la frase: "La piedra que desecharon los ar-
de la elección de Dios a un pueblo nuevo. Esto no quita nada al quitectos es ahora la piedra angular", habría sido introducida por
hecho de que el Espíritu Santo ha guiado la redacción de esta los cristianos. Y añade san Mateo: "Se os quitará a vosotros el
historia de Israel, de Cristo y del nuevo pueblo escogido. Sin em- Reino de Dios (y no "de los cielos", como escribe habitualmente)
bargo, y sin querer entrar en estos problemas de crítica literaria, y se dará a un pueblo que produzca sus frutos". Advirtamos de
diversos especialistas no admiten esta forma de ver y consideran nuevo aquí la insistencia de san Mateo en los frutos que el nuevo
más indicado buscar en el evangelio de san Marcos las líneas más pueblo de Dios debe producir.
exactas y más antiguas del relato, para poder después constatar
que san Mateo, tomando como base la parábola contada por
san Marcos, la utilizó para las necesidades catequéticas de su pro- La viña del Señor es la casa de Israel
pia comunidad. (Is 5, 1-7)
Sin entrar aquí en el detalle comparativo entre el relato de
san Mateo y el de san Marcos, debemos, sin embargo, señalar di- Este notable poema describe toda la historia de la fidelidad
ferencias importantes. de Dios para con su pueblo y la de las múltiples manifestaciones
En san Marcos (12, 1-12), es enviado un siervo una primera de esta fidelidad y, por otra parte, las infidelidades de Israel.
y una segunda vez antes de ser enviado el hijo. Ambos siervos El plan del pasaje es claro: El propietario de la viña prodiga
son maltratados, el segundo peor que el primero; hay como una todos sus cuidados a su plantación. Pero resulta un fracaso. Se
exasperación en contra del dueño; por fin es matado el hijo. En invita a los habitantes de Jerusalén y de Judá a que den su juicio
san Mateo, los enviados son dos grupos, el segundo más nume- sobre estos hechos. ¿Qué más podía hacer el dueño de la viña?
roso que el primero, y, de golpe, son cruelmente maltratados; por En un caso así, tienen que comprender el duro castigo que el dueño
fin, el envío del hijo se salda con su asesinato. Cabe pensar que hará sufrir a su viña. Sólo queda descubrir quiénes son los actores
san Mateo ha querido subrayar el trato infligido a los distintos reales q u e se ocultan bajo el relato. El autor lo hace.
profetas enviados a la viña del propietario, es decir, al pueblo de Tenemos aquí, por lo tanto, la descripción poética del amor
58 TIEMPO ORDINARIO DOMINGO 27.° 59
de Dios por su pueblo y las infidelidades de este último. Se le fe, pero sin preocuparse de una unión lógica entre tales enseñan-
apremia a juzgarse a sí mismo y a reconocerse en esa viña que zas. La 1. a lectura de hoy tendrá conexión únicamente con la pri-
merece ser castigada: "La viña del Señor de los ejércitos es la mera parte del evangelio. Nos vemos, por ello, impulsados a in-
casa de Israel". sistir en ésta, sin por eso olvidar completamente la otra parte. Al
La enseñanza de este domingo tiene su importancia para la comentario de la primera parte del evangelio haremos que siga el
Iglesia de hoy. La falta que se reprocha a los primeros viñadores, de la 1. a lectura, tomando a continuación la segunda parte del
al primer pueblo de Dios, es sobre todo la de no haber producido evangelio.
frutos; no ha escuchado a los profetas y se ha mostrado infiel. El debate se abre a partir de una insidiosa pregunta planteada
Si ahora se ha arrendado la viña a un nuevo pueblo, éste último por un fariseo. Se trata de un grupo que interroga a Jesús, con-
—la Iglesia, la comunidad que san Mateo quiere catequizar— no cretamente acerca del divorcio. Podría uno pensar que se encuen-
debe olvidar tampoco ella el producir ese fruto a su tiempo. En tra en una reunión mundana de hoy día, con ocasión de la cual
este intervalo que le queda entre el momento en que el Señor cons- un sacerdote se encuentra en un aprieto a propósito de un pro-
truyó su nuevo pueblo, y el momento de su vuelta, es preciso que blema lleno de actualidad en la vida de un Estado, cuyo gobierno
la comunidad trabaje por producir frutos, frutos que son, ante se ve a menudo envuelto en dificultades, precisamente por el mis-
todo, el amor. La Iglesia ha de ser, pues, un instrumento dócil en mo tema planteado a Jesús en el evangelio. Está claro que san Mar-
las manos del Señor, y no puede comportarse como dueño del cos se siente en esta ocasión satisfecho de poder ofrecer una ins-
Reino, como si éste no se le hubiera confiado. trucción precisa a sus fieles a propósito del matrimonio.
La respuesta, tomada del salmo 79, expresa el desconsuelo de Se trata de la manera cristiana de concebir el matrimonio,
Israel: concepción que se enfrenta con la manera palestina y pagana de
¿Por qué has derribado su cerca, concebirlo. Conflicto entre cristianismo, judaismo y paganismo a
para que la saqueen los viandantes, propósito de la fidelidad en el matrimonio.
la pisoteen los jabalíes En efecto, según el judaismo, el adulterio se da en la mujer
y se la coman las alimañas? con respecto a su marido; el hombre, en cambio, no es adúltero
respecto a su mujer. San Marcos es claro en la forma de referir
Expresa, asimismo, muy bellamente la plegaria de los nuevos las afirmaciones de Cristo. Hombre y mujer están en el mismo pla-
viñadores, el nuevo pueblo de Dios que tiene por misión hacer que no en lo que a su deber de fidelidad se refiere: un hombre que
la viña dé frutos en la fidelidad: repudie a su mujer y se case con otra, es adúltero. El adulterio
Dios de los ejércitos, vuélvete: existe lo mismo para el hombre que para la mujer. La ley mosaica
mira desde el cielo, fíjate, sobre el repudio está claramente abolida. Jesús propone aquí,
ven a visitar tu viña, pues, la ley de Dios que sobrepasa toda disposición particular y
la cepa que tu diestra plantó, temporal adoptada por Moisés. Cristo no se queda en el enunciado
y que tú hiciste vigorosa. de un rincipio, sino que se apoya en la Escritura, y, así, leemos
aquí la interpretación que Jesús da al texto de Génesis: "Al prin-
2. a lectura, p. 133 cipio de la creación, Dios los creó hombre y mujer. Por eso
abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su
mujer y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son
CICLO B. UNIDAD DE LA PAREJA dos, sino una sola carne". Es afirmar la unidad irrompible y per-
manente del matrimonio.
Lo que Dios ha unido, que no lo separe el
hombre (Me 10, 2-16] Y serán los dos una sola carne (Gn 2, 18-24)
El evangelio de hoy contiene dos partes que no están visible- El relato del Génesis nos presenta al hombre y a la mujer
mente unidas entre sí. San Marcos refiere diferentes enseñanzas de como dos seres iguales que tienen un origen común. En efecto, la
Jesús agrupándolas bajo un mismo título, el de la revelación y la mujer no es objeto de una "creación" a la manera que lo fue el
60 TIEMPO ORDINARIO DOMINGO 27.° 61
hombre, sino que la mujer sale del hombre; la persona del hom- El Reino de Dios e s de los que son como ellos
bre se encuentra únicamente diversificada, con el fin de recibir la
ayuda que solicita de Dios, pero no existe otro ser humano profun- El evangelio de hoy tiene una segunda parte que no tiene
damente diferente que sea creado. Por eso exclama Adán: "Esta unión con la primera.
sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne". Adán mismo Ha podido haber confusión sobre las palabras de Jesús a pro-
le da nombre a la mujer: "Su nombre será Mujer". Las traduc- pósito del Reino y de los niños. Cristo no recomienda la actitud
ciones aquí son impotentes para dar el realismo, importante sin general e ingenua, ni tampoco la irresponsabilidad de los niños,
embargo, de esta exclamación de Adán. El término hebreo em- en orden a la entrada en el Reino, sino que quiere llamar la
pleado es ish: hombre; "ish" da a la que ha salido de él el nom- atención sobre un hecho: la acogida del don del Reino que se
bre de "mujer", es decir, ishah, femenino de ish. nos ofrece. Nadie tiene acceso a él si no recibe este don como re-
Pero el libro del Génesis prosigue explicando las consecuen- cibe un don el niño. No se trata, por lo tanto, de una candidez
cias de esta "creación" de la mujer: " P o r eso abandonará el hom- infantil, ni de una pretensión de permanecer en la infancia, sino
bre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos de mantener en uno mismo las posibilidades de acogida que en-
una sola carne". El libro pone así de relieve la unidad de la contramos en el niño. Un niño no está endurecido por el propio
pareja. Sin embargo, no habría que exagerar el alcance del texto egoísmo, ni por su orgullo de saber; por eso acepta fácilmente y
del Génesis; el papel de la mujer como ayuda del hombre fue con generosidad lo que se le da. Así ocurre con el Reino. Los niños
perfectamente comprendido en los tiempos antiguos, sin que por entran en él fácilmente, porque son capaces de acoger un don. Este
ello se admitiera la poligamia en la vida de los patriarcas. En frescor, que nada tiene que ver con la candidez, es lo que desea el
nuestro texto de san Marcos no se trata más que del repudio; la Señor en quienes quieren entrar en el Reino.
poligamia no queda recogida en las reflexiones -de Jesús. Lo que
el autor y autores del Génesis querían, era afirmar la igualdad de 2. a lectura, p. 133
la mujer: en el plano humano no es distinta del hombre, no le es
inferior. En ella encuentra el hombre una compañera igual a sí
mismo, de la misma naturaleza que él y que proviene de él, de CICLO C. DINAMISMO DE LA FE
quien aquélla es "una parte".
De este modo, ya en los primeros tiempos de la Iglesia tiende Fuerza de la fe (Le 17, 5-10)
ésta a dar una doctrina que viene de su experiencia vivida. En el
plan de Dios, la mujer es entregada al hombre como su ayuda, El evangelio de este día parece presentar dos temas que no se
pero como su igual. Hay entre ellos tal unidad, que no se puede relacionan: por un lado la respuesta a una petición, y por otro
pensar en romperla; todos los motivos que puedan aducirse, no una parábola. Y sin embargo, mirándolo más atentamente, ambos
tienen consistencia ante el hecho ontológico que representa su pasajes tienen un fuerte lazo entre sí.
"creación" en la unidad. Y así, la unidad de la pareja y la exigente El primero —respuesta a la petición de los discípulos—, trata
fidelidad de los esposos, uno para con el otro, no es únicamente de la fe y de todo lo que puede ésta producir cuando tiene una cier-
una exigencia moral, que sería obediencia a unos acuerdos, a una ta fuerza; el segundo, presenta esa eficacia como resultado de un
ley externa a ellos mismos, sino que esa exigencia de fidelidad está don de Dios. Los apóstoles reciben la fe como un don, y la eficacia
inscrita en lo que ellos son uno para el otro ontológicamente. Na- de esta fe no es suya, no tienen en ello ningún mérito, sino que
die puede ir en contra de esta ontología; ni nadie, ni la Iglesia, son deudores de Dios como de un don precioso que se les ha
y esto tiene consecuencias hasta el heroísmo. Meditación salvadora hecho.
para todos los esposos, especialmente en nuestra época, en que las La petición de los apóstoles es conmovedora, aunque también
concepciones paganas y eróticas tienden a cobrar empuje. No es un tanto especial: reconocen tener fe, pero piden que aumente.
sólo un hecho de moralidad externa el que exige la moralidad de Para comprender lo que quieren pedir es necesario situar bien el
los esposos, sino la manera en que Dios mismo ha concebido el episodio en su contexto. Esta vez no enseña Jesús a la gente, sino
mundo y ha pensado al hombre dándole una ayuda que sea para que conversa con sus discípulos, y esto demuestra que el tema es
él otro yo-mismo. especialmente g r a v e e importante.
62 TIEMPO ORDINARIO DOMINGO 27.°
63
En san Marcos, las enseñanzas de Jesús sobre la fe vienen El justo vivirá por su fidelidad
introducidas por la higuera que el Señor había maldecido y que (Ha 1, 2-3; 2, 2 -4)
los discípulos encuentran seca al día siguiente. Cristo les habla
entonces de una fe que podría trasladar montañas (Me 11, 23). Nos hallamos en un contexto de violencia y abominaciones
En san Mateo, la enseñanza de Jesús responde a la pregunta saqueos, luchas, contiendas. Un clima abrumador. El profeta Ha-
de los discípulos que no han conseguido expulsar al demonio baquoc se queja de que el Señor parece permanecer sordo a su s
(Mt 17, 19-20). Más tarde, en el mismo san Mateo, a propósito gritos, y se pregunta hasta cuándo va a durar esta prueba. Confor-
de la higuera seca, vuelve otra vez la misma enseñanza sobre la me a las creencias y costumbres de la época, escribir en un mate-
fe y su dinamismo (Mt 21, 21). Podríamos, por lo tanto, pregun- rial duro un texto, significaba ya provocar su cumplimiento d e
tarnos si la petición de los apóstoles a propósito de la fe no se algún m o d o ; es una poderosa materialización de la palabra. La
limita al deseo de hacer milagros. Pero el relato de Lucas no respuesta de Dios es tranquilizadora, aunque apela a la paciencia.
lo demuestra de ninguna manera. Al fin, viene el oráculo de Dios: " . . . el justo vivirá por su fideli-
Es necesario, pues, ver cómo considera la fe san Lucas, tan- dad". El que es paciente y perseverante será justificado.
to en los Hechos como en su evangelio. Hay que reconocer que la elección de este texto con respecto
al evangelio de hoy es muy pobre y que no se ve con claridad que
En los Hechos, pone la fe en relación con la adhesión a la
aporte ninguna riqueza nueva o comprensión en un comentario
palabra. Las expresiones: "abrazaron la fe", "aceptar la fe", "ha-
litúrgico durante la celebración. Aquí tenemos un poco desarrolla-
cer acto de fe", se emplean en relación con la escucha de la pa-
do el tema de la perseverancia, de la fidelidad que da la vida;
labra de los apóstoles (Hech 4, 4 ; 6, 7 ; 13, 12; 14, 1; 17, 12;
en el evangelio, el tema es la fe que es confianza, donación, segui-
17, 3 4 ; 21, 20, etc.). En el evangelio, esta relación se señala
miento del Señor. No hay lugar para unir uno y otro.
con menos frecuencia; sin embargo, la encontramos con ocasión
Pero el evangelio nos ofrece la ocasión de repensar la fe que
del relato de la parábola del sembrador (Le 8, 12-13). Se trata,
nos anima y la que nosotros debemos suscitar en los demás. Desde
igualmente, de creer a la persona misma de Jesús, es decir, de
este momento nos vemos invitados por san Lucas a considerar
arriesgarlo todo por él, de seguirle (Le 9, 59.61). No habría, pues,
nuestra fe como un don, y todo lo que podamos llevar a cabo,
que restringir la fe, que los apóstoles quisieran ver aumentar en
como el efecto de un dinamismo divino. Todo cuanto vemos ope-
sí mismos, al único deseo de poder realizar milagros; piden tam-
rarse mediante la Iglesia misionera es don de Dios, y los que tra-
bién que su fe pueda entender mejor la palabra y cumplirla y que
bajan en ello son siervos que no hacen más que su deber. Seme-
puedan seguir más perfectamente a Jesús.
jante reflexión no debería, sin embargo, sonar demasiado dura. Ya
Por otra parte, el hecho de que los apóstoles pidan la fe, es sabemos que san Lucas piensa también en la recompensa que el
importante para la catequesis de Lucas, porque la fe es un don: Señor dará a quienes hayan trabajado por él: los q u e hayan su-
hay que pedirla. Porque es Dios quien "había abierto a los paga- frido por él (Le 6, 23), los que se hayan negado a sí mismos (Le 14,
nos la puerta de la fe" (Hech 14, 27), y vemos al mismo Jesús 1 4 ; 18, 30), todos cuantos sirven al Señor tendrán su recom-
orando al Padre por la fe de Pedro (Le 22, 32). pensa.
Jesús no responde diciendo que va a acceder a su deseo, sino
que les muestra lo que podrían hacer si tuviesen una fe mayor. Porque él es nuestro Dios,
Sin embargo, la fe sigue siendo siempre un don, y su eficacia y nosotros su pueblo,
es, asimismo, un don que va ligado a ella. La parábola, en conse- el rebaño que él guía.
cuencia, es sencilla: u n esclavo no tiene ningún derecho a esperar
recompensa por lo que hace: está ligado a su dueño. De la misma 2. a lectura, p. 134
manera, los apóstoles en relación a Cristo son siervos, y si realizan
obras importantes es precisamente porque el Señor les da la posi-
bilidad de hacerlo; n o tiene, por lo tanto, que mostrar su recono-
cimiento en nada; si algo hacen lo hacen por don de El.
DOMINGO 28.° 65
El festín de los salvados (Is 25, 6-9) CICLO B. DEJAR LO QUE SE POSEE
Pero no habrá que olvidar que el relato de san Mateo es Vender lo que se tiene y seguir a Jesús
alentador, a pesar del final un tanto oprimente, para la salvación (Me 10, 17-30)
de todos los que quieren seguir al Señor. Están invitados al festín,
a pesar de su situación desgraciada, aun teniendo que pensar en El conjunto del pasaje evangélico de san Marcos que hoy
adquirir un traje de fiesta... se proclama, no plantea problema especial y se entiende fácilmen-
La lectura de Isaías nos sitúa en la perspectiva de un banque- te su tesis: la riqueza es difícilmente compatible con la salvación,
te escatológico al que somos invitados. El poema se encuentra en aun cuando el rico la desee y parezca buscarla. Por otro lado, Je-
los capítulos denominados "Apocalipsis de Isaías" (Is 24-27). En sús promete el céntuplo desde ahora a los que dejan todo por
el pasaje de hoy se trata de un festín mesiánico. Ya se sabe que el seguirle.
último día y la retribución en el Reino se representan, también en Observa san Marcos el deseo de este hombre que tiene mu-
el Nuevo Testamento, mediante un banquete. chos bienes y que se precipita a los pies de Jesús para preguntarle
Advirtamos que a este festín suntuoso, de manjares suculen- cómo heredar la vida eterna. Es evidente que el evangelista ha
tos, enjundiosos, y de vinos generosos, de solera, están invitados querido señalar ese ardor en pedirle a Cristo el medio de llegar a
todos los pueblos. Por espléndido que sea el banquete, supone la salvación. Jesús es denominado "bueno", a lo que él hace la
también unos elementos espirituales: allí desaparece toda tristeza observación de: " ¿ P o r qué me llamas bueno?", pero no espera la
y todo velo de duelo; la muerte queda aniquilada para siempre, el contestación y prosigue: "No hay nadie bueno más que Dios".
Señor enjuga todas las lágrimas y aleja toda humillación. Sin duda alguna la introducción del adjetivo "bueno" roporciona
Es la nueva Jerusalén, el festín que responde a una larga a Cristo la oportunidad de subrayar su divinidad o de abrir los
esperanza, el festín de la salvación: "Aquí está nuestro Dios...; ojos al rico que le interroga. Pero también podemos preguntarnos
celebremos y gocemos con su salvación". si el título de "bueno", que no corresponde más que a Dios, no
se introduce aquí motivado de los mandamientos que siguen y que
preparas una mesa ante mí,
son signo de la benevolencia divina para con su pueblo, que
enfrente de mis enemigos;
él guía.
me unges la cabeza con perfume,
Cristo enumera los mandamientos. El rico cree haberlos ob-
y mi copa rebosa (Sal 22, responsorial).
servado desde su niñez. Una cosa le falta: vender todo lo que
tiene, darlo a los pobres para tener un tesoro en el cielo, y luego
Y es que no hay que olvidar que los cristianos se reúnen el
seguir a Jesús.
domingo para la celebración de la eucaristía. Tanto el poema de
En ese momento se produce el desgarro. El rico quedó som-
Isaías, como la parábola de san Lucas sobre el banquete tienen
brío y se marchó triste...
una especial resonancia en esta ocasión. Cada cristiano es un
Jesús puede entonces desarrollar su enseñanza sobre el apego
llamado, un llamado que efectivamente no tenía ningún privile-
y el Reino. El ejemplo es tan exagerado, que ha de producir un
gio para serlo. Lo ha sido, pero es preciso recordárselo: para
cierto desaliento entre los discípulos. Han comprendido que no es
participar en el festín, signo del banquete definitivo del Reino,
suficiente abandonar todos sus bienes. San Mateo piensa en todos
tiene que vestir el traje nupcial. Esto no quiere decir que el cris-
sus cristianos, y evidentemente no todos eran ricos; quiere mos-
tiano se someta a un examen de conciencia acerca de las faltas
trarles los diversos y numerosos obstáculos sembrados a lo largo
graves que haya podido cometer, sino que supone, más bien, que
de su camino y que ellos deben superar. Pero, ¿quién puede ha-
deje de estar demasiado seguro de sí mismo y condescienda a con-
cerlo? Esa es la atemorizada pregunta de los discípulos. Jesús les
siderar cuál es su apertura en relación con los demás y si, por
da una respuesta: Sí, es imposible para los hombres salvarse, pero
sus maneras de vivir y de encerrarse en sí mismo, no rehusa la
Dios lo puede todo.
invitación que le es ofrecida, por más que haya entrado en la
Se ha querido a veces ver en este texto una llamada a la "vida
sala del banquete para participar en él.
religiosa", tal como actualmente la entendemos, camino excepcio-
2. a lectura, p. 136 nal de perfección. Sin embargo, Jesús se dirige aquí a todos los
68 TIEMPO ORDINARIO DOMINGO 28.» 69
cristianos, y es ciertamente lo que ha querido también san Mateo. CICLO C. LA GRATITUD PARA CON DIOS
Todos los cristianos deben renunciar a lo que tienen y seguir el
camino del desprendimiento, porque es cuestión de entrar en el No se ha visto que volvieran para dar
Reino. Ante este problema no hay más que una respuesta: la con- gloria a Dios (Le 17, 11-19)
fianza en Dios que lo puede todo.
Pedro se siente asustado y los demás discípulos también; en El grito de los leprosos es conmovedor por su fe; el doble
nombre de todos, Pedro declara: "Ya ves que nosotros lo hemos título que dan a Cristo subraya esta fe profunda: "Jesús", "Maes-
dejado todo y te hemos seguido". Se adivina su angustia: ¿Ser- tro". Como es sabido, esta ardiente plegaria de los leprosos: "Je-
virá eso de algo? Jesús entonces, enumerando lo que ha de aban- sús, Maestro, ten compasión de nosotros", convertida en: "¡Señor,
donarse, promete ahora, en este tiempo, cien veces más, con perse- Jesucristo, hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador!", es la fórmu-
cuciones. Equivale a decir que no son esos bienes en sí mismos los la frecuente de la oración de los monjes y también de los fieles
que son obstáculo para la salvación, ya que desde ahora se multi- bizantinos; la consideran como la oración continua que se des-
plicarán por cien, sino la actitud de apego respecto a ellos. No grana a modo de rosario. Oración bíblica, ya que es frecuente en
sin malicia, san Marcos añade a la lista de bienes restituidos las los salmos, por ejemplo, en el 31 (30) y 51 (50).
persecuciones... Pero por esa renuncia Jesús promete en la edad Jesús no responde de inmediato, al menos aparentemente, a
futura vida eterna. la petición de fe de los leprosos, sino que los envía a los sacerdo-
tes, que han de dar constancia de su enfermedad, según el Le-
vítico. ¿Es que no han ido ya? Es una prueba de fe que Jesús
Tener en nada la riqueza (Sab 7, 7-11) les impone. Pero mientras iban, quedaron limpios. El evangelista
no insiste más en el milagro, del que no hace descripción nin-
La elección de esta lectura viene, evidentemente, fijada por guna. No es su objetivo. Lo que él quiere enseñar es, por un
la del evangelio. Es, pues, legítimo leerla en función de este úl- lado, la importancia de la fe, pero también el agradecimiento. Pero
timo, así como es legítimo aclarar el evangelio en función de esta lo que pretende enseñar más todavía es que fe y reconocimiento
lectura, por más que en estricta exégesis apenas se pueda conceder pueden darse también en un no-judío. Por otra parte, el relato
esto. Hemos dado ya nuestra explicación sobre el tema en repetidas termina con esta amarga observación de Cristo: "Los otros nue-
ocasiones. ve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar
gloria a Dios?". La curación de los otros, ingratos, no significa,
La plegaria del sabio, capaz de tener en nada la riqueza, mues-
por tanto, su salvación, ya que sólo al extranjero que ha vuelto le
tra, sin embargo, que la Sabiduría es un don que hay que pedir.
dice el Señor: "Levántate, vete; tu fe te ha salvado".
No es posible al hombre el propio despego de sí, si no recibe el don
de la Sabiduría. La pobreza, el desasimiento es don. Una vez
recibido este don del Señor, todo se vuelve barro en comparación
Naamán vuelve para dar gloria a Dios
de sus riquezas.
(2 Re 5, 14-17)
San Marcos pudo de esta manera, utilizando palabras de Je-
sús, ensmar a sus cristianos los peligros de la riqueza, pero tam- En el evangelio, la fe va seguida de la curación; aquí es la
bién los peligros de todo apego a las cosas terrenas. El que desea curación lo que provoca la fe de Naamán. El relato escogido por
seguir al Señor, debe sobrepasar todo lo pasajero y permanecer en la liturgia de este domingo empieza por el momento del milagro.
el no-condicionamiento. Pero esto no se puede llevar a cabo sin un Pero es conocida la inicial irritación de Naamán cuando Elíseo le
don del Señor. ordenó que fuera a bañarse en el Jordán. Naamán se imaginaba
Cor demasiada frecuencia se atribuyen estos textos a la condi- más ceremonias para su curación. Cede, sin embargo, ante la in-
ción de la vida religiosa. Pero apuntan a la existencia de todo sistencia de sus servidores, sin creer de verdad en su curación.
cristiano. Hay que poner cuidado en esto. Pero se cura y vuelve para dar las gracias a Eliseo y ofrecerle un
regalo que el profeta rehusa. Entonces Naamán hace su profesión
2. a lectura, p. 136 de fe. Su curación y su gratitud le han valido ese don.
70 TIEMPO ORDINARIO
ciado por tres veces. Pero su voluntad parece bien determinada: ser primero, será esclavo de todos. Servidor y esclavo son, de
"Queremos que hagas lo que te vamos a pedir". Su deseo es, de hecho, dos expresiones próximas.
hecho, un deseo de compartir la gloria con Cristo, aun a costa de Podemos pensar que toda esta presentación ha sido fuerte-
pasar por momentos difíciles. Pertenecen, sin duda, al grupo pri- mente subrayada por san Marcos en orden a las necesidades de
mero de los cuatro llamados por Jesús; tradicionalmente, aunque su Iglesia. Se buscará en ella más el servicio que la autoridad, y
sin prueba alguna, se ha visto en ellos a parientes de Jesús. Su ese servicio —especie de esclavitud en su absoluta dependencia de
petición es tan extraña, y la forma en que Jesús responde —usan- los demás— se presta a toda la comunidad. Entrar en esta línea
do un vocabulario inusitado— es tan particular, que algunos han de servicio es un don; es Dios quien elige para ello. Y aunque
pensado que el relato habría sido introducido posteriormente, para en la Iglesia existirán diferentes grados en el servicio, al poner
anunciar el martirio de Santiago y de Juan. Los demás discípulos cada uno sus talentos a disposición de todos, todos los grados
se indignan al oír a los dos hermanos dirigirse a Jesús con su de tal servicio serán una especie de esclavitud en beneficio de toda
propuesta. la comunidad. En ello no hay, por lo demás, sino una imitación de
Jesús, sin responder directamente a su petición, se limita a lo que Cristo quiso hacer, tomando la condición de siervo (Flp
hacerles comprender más profundamente la realidad dolorosa de 2, 5-8). Lo dice claramente Jesús: "El Hijo del hombre no ha ve-
su Pasión, que ellos tendrán que soportar lo mismo que él. Da la nido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate
impresión de que no saben bien lo que piden. Tendrán que beber por todos".
el cáliz que él beberá. Esta expresión metafórica es conocida en Pues bien, ya entendemos lo que significa la frase: "dar su
la Biblia. "El cáliz de la cólera", "el cáliz de la salvación", "el vida en rescate", pero nos suena mal. Es cierto que ha habido in-
cáliz de bendición" son expresiones conocidas para expresar una terpretaciones teológicas que han llegado a estudiar esa especie de
fase crucial en la vida de un hombre o de una ciudad. Por el con- intercambio entre nuestras vidas y la de Cristo. ¿Cómo concebir,
trario, la imagen del bautismo en el que Cristo será sumergido y sin un cierto horror y un vago sentimiento de blasfemia, un Dios
del que ellos deberán participar, apenas es conocida. En sí misma, que quiere la muerte de un hombre para redimir del pecado y que,
la expresión puede designar lo mismo que el cáliz: un bautismo de a través de esa muerte y mediante ella, es como libera a los hom-
sufrimiento, inmersión en el dolor, bajo la cólera de Dios. El bres? Así presentado, como hacemos ahora, limpiamente y sin lite-
salmo 108, 18 ve a la maldición penetrar como el agua; en el ratura, esta especie de mercado no sólo nos parece repugnante, sino
salmo 42, 8 (41), el salmista describe las cataratas y el oleaje (de indigno de nuestra manera de entender a Dios. Nos es preciso,
Dios) pasando sobre él. Si este pasaje se introdujo con posterio- pues, desentendernos de la expresión, aunque guardándonos de va-
ridad, sería posible ver la relación entre este bautismo y la ciarla de lo que sería su contenido.
remisión de los pecados por la Pasión del Señor. Para entender el texto, tenemos, pues, que ir derechamente a
Pero los hijos de Zebedeo siguen obstinados en su petición y la historia, a los hechos, y abandonar lo que puede ser sólo una
afirman estar dispuestos a compartir tales sufrimientos. Jesús, sin expresión metafórica, ligada a un momento dado de la historia so-
embargo, les concede sólo el participar de su Pasión; en lo que cial del mundo y de un país. De hecho, constatamos que tanto el
a la gloria toca, no depende de él; el P a d r e ha preparado los si- Antiguo como el Nuevo Testamento conocen el tema de un hom-
tios, no cabe sino someterse a su voluntad. bre que sufre y da su vida a cambio, en rescate por la muche-
La indignación de los discípulos proporciona ocasión a Je- dumbre; un ejemplo es el texto de la 1. a lectura de hoy (Is 53,
sús para una nueva enseñanza acerca de la autoridad y el servicio. 10-11). Los evangelios sinópticos, como por ejemplo nuestro evan-
En realidad, el resto de los discípulos, sin tomar la audaz inicia- gelio de hoy, también lo utilizan. San Pablo desarrollará abun-
tiva de los hijos de Zebedeo, alimentaban, sin duda alguna, en dantemente el tema. Las primeras comunidades cristianas gustarán
sí mismos una ambición semejante. Jesús presenta entonces la de aplicar a Jesús, tal como lo hace la celebración de hoy, el tema
autoridad y el servicio tal como lian de entenderse en el grupo de del Siervo sufriente que da su vida como expiación por muchos.
sus discípulos. Es una absoluta inversión de lo que en el mundo Los temas de redención, rescate, sustitución, se encuentran con
se practica. Aquí, la autoridad es un servicio. Los grandes del frecuencia. El problema está en saber si expresan una teología o
m u n d o hacen sentir su poder; no puede ser así entre los discí- si son imágenes que quieren explicar a su manera unos hechos.
pulos. El que quieía ser grande, será servidor; y el que quiera Formulando limpiamente, como hemos hecho al principio,
76 TIEMPO ORDINARIO DOMINGO 29.° 77
una teología en la que Cristo pagara con su muerte la redención a marcado por una determinada época? Porque, si pensamos en la
Dios por todos nosotros, hacemos una teología bien cercana al Trinidad, ¿cómo no ver al Padre mismo entregado a los hombres,
mito religioso, y tenemos la impresión de situarnos en una religión dado a todos ellos para reencontrarlos? Aunque el Padre no ha
antigua, en la que el dios quiere una víctima expiatoria. muerto y aunque el sufrimiento del Padre es distinto del sufri-
Pero, ¿cuáles son los hechos históricos? ¿Cuál ha sido la miento del Hijo, se puede decir que el Padre sufre la muerte de
vida concreta de Cristo? No es a partir de imágenes como debemos su Hijo. En el acontecimiento de la cruz no se da, por un lado, el
representárnosla, sino a partir de la realidad. ¿Y cuál es esta Padre como justiciero y, por otro, el Hijo como víctima en lugar
realidad? Toda la vida de Jesús es un combate, no ideológico, sino de todos, pagando por todos lo exigido por el Padre. Entre Padre
concretado en actitudes, contra todo lo que reduce al hombre a la e Hijo hay una profunda conformidad de voluntad. Tal vez es
esclavitud, contra el desequilibrio que se le ha convertido en con- san Juan quien mejor expresa este misterio cuando escribe: "Por-
natural. Su predicación, sus ejemplos, todo converge en esa vo- que tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo único, para que
luntad de restaurar a la humanidad en su libertad. Más en con- todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna"
creto, vemos a Jesús queriendo liberar de la Ley: no que él haya (Jn 3, 16). El propio Juan ve en el misterio de la cruz el misterio
venido a aboliría —dice defendiéndose—, sino que no es el único del amor que define a Dios mismo: "Dios es amor" (1 Jn 4, 16).
medio por el que haya necesariamente que pasar para llegar a la Dios es, pues, amor aun en el momento de la cruz. Aunque pare-
salvación; en esto debía oponerse a su entorno religioso. Se niega cen en ese momento separados, Padre e Hijo se encuentran profun-
a entrar en el juego político que se desearía de él; no quiere que damente unidos en el mismo amor por la salvación del mundo. La
se confunda su misión con la de un político llegado para restaurar muerte, la sangre, son signos que expresan el amor. No es la
la nación. Aun siendo enviado por Dios, no quiere que esa cua- muerte lo que salva, sino lo que ella expresa. Pero era necesaria
lidad se ponga al servicio de una especie de política milagrosa la muerte para que esa salvación quedara expresada ante el
que actuaría pasando por encima de la responsabilidad de los mundo.
hombres. Jesús combate todo lo que pudiera ser seguridad y magia Volviendo ahora a la expresión: "dar su vida en rescate", ve-
fácil en las relaciones con Dios: quiere el amor al prójimo, el mos con más precisión lo que significa, y podemos tranquilamente
perdón, la humildad de la caridad, la oración oculta, la austeridad dejar caer la idea comercial del "do ut des" que implica hoy para
ignorada por los demás. En todo esto choca: su muerte será con- nosotros Es imagen de una realidad: la del amor del Padre y del
secuencia de sus actitudes. Muere como un profeta que no ha Hijo que quieren salvar el mundo, siendo enviado y muriendo
respetado para n a d a los deseos profundos del pueblo al que enseña. el Hijo como consecuencia querida y ofrecida de la actitud de
Ha defraudado. Peor aún, es nocivo para la praxis de una religión toda su vida terrena, perdonando en su muerte y triunfando en
bien enraizada, para su casta sacerdotal, para sus doctores. Jesús su resurrección, liberación de todos nosotros para la vida eterna.
muere, y su muerte adquiere un significado y una eficacia ente-
ramente particular, porque es una muerte en medio del perdón de El Siervo justificará a muchos (Is 53, 10-11)
las ofensas. Este perdón es para la multitud una liberación, y
desemboca en la resurrección. Para expresar todavía de otra ma- Comprendemos ahora mejor con qué óptica cristiana tenemos
nera la historia de Jesús, podemos decir que desde su Encarnación
que ver este poema. Bástenos remitir al viernes santo para el
empieza su P a s i ó n : en el momento en que entra en la condición
análisis más detallado del texto (1).
humana, se entrega voluntariamente a la muerte. Esa muerte, el
perdón — " P a d r e , perdónales, porque no saben lo que hacen" (Le
El Sumo Sacerdote Jesús ha conocido la
23, 34)— y su resurrección son la salvación querida por Dios
desde siglos. prueba (Heb 4, 14-16)
Pero hay q u e tener cuidado de no hacer teología de las ca-
Esta lectura se utiliza el viernes santo; allí se encontrará un
tegorías ligadas a la historia cultural de un momento dado. ¿Cómo
breve comentario (2).
se puede ver a Dios exigiendo, en medio de su cólera, la muerte
de iin hombre, su Hijo, para el rescate de todos? ¿Es esto una (1) Celebrar a Jesucristo, vol. 4.
visicn teológica, o una teología traducida a un lenguaje cultural (2) Ibid.
DOMINGO 29.° 79
78 TIEMPO ORDINARIO
en alto. Tal fue su perseverancia, que hubo que sostenerle los bra-
Este domingo no es pura contemplación pasiva. Tiene conse-
zos cuando éstos empezaron a pesarle. Y triunfa Josué. Moisés
cuencias para la vida de cada cristiano. Como Cristo, debemos
permanece en esta postura de intercesión hasta la puesta del sol.
sobrellevar las consecuencias de nuestro bautismo. Estamos en
El buen resultado de su muda oración podía comprobarse: "Mien-
evidente oposición a los principios del mundo y somos, en conse-
tras Moisés tenía en alto sus brazos, vencía Israel; cuando les
cuencia, extranjeros en esta tierra de la que, por otra parte, te-
bajaba, vencía Amalee".
nemos el deber de preocuparnos. Como Cristo, somos siervos;
cuanta más autoridad tenemos, más lo somos. Somos siervos que Indudablemente, el ejemplo de perseverancia es importante;
ofrecen su vida y el perdón de las ofensas a todos, a fin de que por otra parte, entendido de forma ruda, podría dar una teología
ellos crean incluso en la práctica de sus vidas. Lo que tenemos mecanicista de la oración.
que entregar a los demás no es otra cosa que el deseo de servir, Conviene añadir a este relato la reflexión final de Jesús en el
a fin de que todos participen en el Reino. Mezquinas y miserables evangelio de hoy a propósito de la fe, de la que también decía
son, pues, las divisiones entre nosotros y la ambición de los pri- que puede mover montañas.
meros puestos en la Iglesia. Cada uno debe estar allí donde le La oración continua centrada en la fe y la sumisión a la vo-
quiere el Espíritu, según el juicio de la Iglesia; en cualquier parte luntad de Dios ha sido el ideal de la Iglesia, y el "orad constan-
en que nos quiere, nos quiere como servidores de la Palabra hasta temente" (1 Tes 5, 17) se ha seguido en todo tiempo, con moda-
el sacrificio de nuestra vida por todos. lidades diversas. Hoy se invita al cristiano a que reflexione en
su intensidad y su técnica de oración.
2. a lectura, p. 139
CICLO C. LA ORACIÓN EN LA FE
mún, en la que Dios mismo se declara presente. ¿No se exige tam- hace llamar al ciego. Su venida hacia Jesús significará su proceso
bién en esto un esfuerzo al cristiano en orden a una más fácil personal. Por sus reflejos se ve su fe: deja el manto, salta y se
participación en la vida litúrgica, la cual, aun no siendo el instru- acerca a Jesús.
mento exclusivo de su unión con Dios, no por ello deja de ser una La pregunta de Jesús puede parecer extraña: ¿Para qué pre-
de sus cimas? guntar a un ciego lo que quiere se haga por él? Parece evidente;
El amor al prójimo se presenta en nuestra civilización con- además, el ciego había gritado: "Ten compasión de mí". Pero
temporánea bajo formas más amplias. Investigación científica para Jesús ha querido un avanzar físico que pruebe la fe del desgra-
el progreso del mundo, vida política, participación en obras so- ciado; quiere, asimismo, que exprese su fe claramente: "Maestro,
ciales, son formas de servicio de amor al prójimo. Trabajar en el que pueda ver".
progreso de los valores culturales, pero también de los valores La respuesta es inmediata: "Tu fe te ha curado". El ciego
materiales para el bien humano de las personas, es una forma de recobra la vista y camina siguiendo a Jesús.
amar; con mayor razón, todo cuanto se relaciona con el pro-
greso espiritual de la humanidad. Por eso, sería inconcebible, en
la cristiandad, una vida religiosa que pretendiera dedicarse al El ciego y el cojo son consolados
amor de Dios sin incluir en ello, bajo una u otra forma, el amor (Jer 31, 7-9)
al prójimo, al menos en las intenciones de su oración y en sus
preocupaciones. Este pasaje ha sido elegido por estas palabras: " . . . entre ellos
Jamás se encarecerá suficientemente que el cristiano debe per- hay ciegos y cojos..., los guiaré entre consuelos". Este consuelo
suadirse de la importancia de estos dos mandamientos que están es uno de los signos que manifiesta que "el Señor ha salvado a su
en la base de su vida. No tener esto presente, o tenerlo distraída- pueblo, al resto de Israel". Porque el ciego y el cojo aquí no tie-
mente, sería correr el riesgo de llevar una vida cultual sin auten- nen sino un puesto muy secundario: se trata de la salvación
ticidad, y ejercer una actividad sacramental fuera, de su verdadero ofrecida a todo Israel, una gran multitud que retorna. Son los
contexto. deportados del exilio de Babilonia. El "resto" de Israel vuelve al
país, y Jeremías enumera las categorías de todos los que vuelven,
2. a lectura, p. 140 y entre ellos el ciego y el cojo. Se marcharon llorando, vuelven
en medio de consuelos. El Señor termina su declaración diciendo:
"Yo soy un padre para Israel".
El salmo 125 era respuesta obligada a esta lectura, ya que
CICLO B. LOS SIGNOS MESIANICOS Y LA FE canta el jubiloso regreso de los deportados:
Señor, que yo vea (Me 10, 46-52) Hasta los gentiles decían:
"El Señor ha estado grande con ellos".
Jesús está en camino, sube a Jerusalén. Le sigue un gentío ¡El Señor ha estado grande con nosotros,
considerable. Sentado al borde del camino, un ciego, Bartimeo. y estamos alegres!
En este marco se va a desarrollar el milagro, un milagro que,
como todos los de Jesús, será un signo de la presencia del Me- ¿Cómo abarcar la amplia temática ofrecida en la celebra-
sías. ción de este domingo?
La acción d e Jesús es desencadenada por los gritos de fe del Sin duda, la curación del ciego nos hace pensar inmediata-
ciego: "Hijo de David, ten compasión de m í " ; gritos del ciego mente en la luz dada por Dios. Pero en la 2. a lectura no se en-
a quien la muchedumbre quiere imponer silencio, gritos molestos y cuentra esa especificación. Si queremos sintetizar los puntos im-
casi sin decoro. La gente no está en condiciones de sopesar lo que portantes para nosotros, propuestos en las dos lecturas de hoy,
en esa conmovedora llamada hay de fe. podríamos contentarnos con las notas siguientes.
Jesús sí se conmueve, se detiene y hace llamar al ciego. Jesús En la salvación, todo depende de la iniciativa de Dios. Emi-
se detiene: es u n signo de su benevolencia; pero no se adelanta: nentemente es él quien salva. Así es para los deportados de Ba-
84 TIEMPO ORDINARIO DOMINGO 30.° 85
bilonia a quienes el Señor libera, y así es para el ciego. Dios es estarían tentados de vivir en la seguridad de su buena conciencia.
quien se detiene para, en su benevolencia, entablar contacto con No cabría mejor comparación del grupo de aquellos a quienes se
el hombre. dirige esta parábola de Jesús a través del evangelio de san Lucas,
Sin embargo, siempre se exige un movimiento del hombre que los parroquianos practicantes, bien seguros de sí mismos y
hacia el Señor: "el resto" de Israel obedece y camina hacia Jeru- a menudo bien instalados en su observancia. A ellos se dirigen las
salén, aun los ciegos, los cojos y las preñadas y paridas; el ciego palabras de Jesús: "Vosotros sois los que os las dais de justos
salta y se acerca al Señor. Ese movimiento es signo de una pro- delante de los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones; por-
funda fe: el ciego grita hasta el punto de que la gente quiere ha- que lo que es estimable para los hombres, es abominable ante
cerle callar. Por parte del hombre, pues, la fe es el elemento Dios" (Le 16, 15). Pero no convendría arremeter con demasiada
fundamental de la salvación. violencia contra los fariseos, entre quienes debían de encontrarse
Pero la salvación no se limita a una curación personal e in- justos observantes. Lo que en ellos es grave es su suficiencia y su
mediata. La curación del ciego es signo mesiánico y signo de un orgullo.
tiempo definitivo que llega. "El resto" de Israel camina hacia Je- Es inútil entrar en la descripción de las diversas actitudes de
rusalén, pero la ciudad santa misma es signo de una ciudad de- estos dos extremos: el Fariseo y el Publicano. Sólo nos interesa
finitiva. Para tener acceso a este Reino definitivo hay que con- la conclusión: El publicano vuelve a su casa "justificado". La
vertirse y caminar en la fe. palabra es importante. Justo es la persona que es "justificada" por
Tenemos, por lo tanto, que tener cuidado de no detenernos Dios; recibe la gracia no por ser justo, sino porque, en su hu-
en los acontecimientos inmediatos, como si fueran un fin en sí mildad, cree que Dios puede tener compasión de él y perdonarle
mismos. No conviene pararse en la curación del ciego, como si su condición de pecador. Las obras de los hombres, aunque no
ésta fuera un término, sin darnos cuenta de que es un signo, una sean todas malas, jamás podrían bastar para obtenerles el per-
señal del mundo que llega; e igualmente, no tenemos que dete- dón; sólo el sacrificio del Hijo hecho hombre tiene esa eficacia.
nernos en el signo sacramental en sí mismo, como si acabara en A quienes creen, el Espíritu les da la remisión de sus pecados y
sí mismo, sino en cuanto que nos llera, a nosotros y al mundo, vuelven justificados a su casa.
hacia el último día y la reconstrucción total. P o r eso, en este
domingo se nos invita a alimentar continuamente nuestra fe, orien-
tándola hacia el mundo definitivo que viene. Toda gracia recibida La oración del pobre alcanza las nubes
debe conducirnos liacia ese Día. (Eclo 35, 12-18)
metralmente opuesta. Se puede pensar que san Mateo quiere refe- Entregar el Evangelio y también lo que
rir este discurso de Jesús como enseñanza para quienes, en su somos (1 Tes 2, 7-9.13)
comunidad, ejercen alguna autoridad. El Señor pone en guardia a
sus discípulos sobre todo respecto al último defecto, el de querer San Pablo centra toda su enseñanza en una sola cosa: el
ser llamados maestros, con todo lo que eso lleva consigo. Ellos, evangelio. El que enseña no tiene que transmitir su propia doc-
en cambio, no se harán llamar maestros ya que todos ellos son trina, sino la de Jesús. Tal enseñanza no puede quedarse a nivel
hermanos y no tienen más que un solo y verdadero maestro que doctrinal, sino que el apóstol debe darse a sus fieles a la vez que
les enseña; y no tienen más que un Padre, lo mismo que no tie- les entrega el evangelio, arriesgando su vida, tanto en la práctica
nen más que un maestro, Cristo. De modo que, "el primero entre de lo que enseña, cuanto mostrándose lleno de solicitud por los
vosotros será vuestro servidor" (1). Y a continuación volvemos a miembros de su comunidad.
encontrar el adagio otras veces repetido: "El que se enaltece será La carta utiliza varias expresiones bastante raras en san Pa-
humillado, y el que se humilla será enaltecido". blo. Se le ve lleno de entusiasmo y de ternura con los Tesalonicen-
ses que, sin duda, han hecho patente de forma especial su cambio
de vida a partir de la visita de Pablo. Les recuerda cómo se dedicó
por entero a ellos en su trabajo de predicación, tratándolos como
Acomodar la Ley (Mal 1, 14—2, 10) una madre al hijo que ha de educar y hacer crecer. Y san Pablo
concreta, de hecho, por qué se siente tan dichoso: los Tcsaloni-
Una vez más la liturgia de este día escoge un texto no por sí censes han recibido la palabra de Dios por lo que ella es realmen-
mismo, como haría un exegeta que tomara en consideración todo te, no una palabra de hombre, sino la Palabra de Dios que per-
el rico texto de este pasaje. Hoy, en esta celebración, no se trata manece operante en ellos.
de presentar toda la riqueza de ese pasaje, sino de poner de relieve De tal actividad, san Pablo no deduce el menor orgullo; ve
lo que el evangelio del día enseña a propósito de quienes tienen en ello la obra de la gracia de Dios mismo.
responsabilidad en la Iglesia. En la comunidad eclesial, todos —en grados esencialmente
diferentes— llevan la responsabilidad de un sacerdocio. Como ta-
Desde la primera frase, leemos la severa advertencia de Dios
les, todos los fieles tienen, por tanto, la responsabilidad de la fra-
a los sacerdotes que no observan la Ley pero que se la imponen a
ternidad en la comunidad, del progreso de todos y de cada uno,
los demás. Si no toman en serio dar gloria a su nombre, éste
y esta responsabilidad les compromete a mostrarse leales, a no
maldecirá las bendiciones que ellos den. Han hecho de la Ley no
un guía que ayude a vivir, sino una ocasión de tropiezo para la llevar una doble vida: una hecha de prácticas cristianas, y otra
gente; han invalidado, pues, la Alianza. Ya el profeta Oseas ha- con frecuentes faltas del sentido de la caridad y del amor mutuo,
bía hecho el mismo reproche a la casta sacerdotal: "Ya que tú con ambición por los primeros puestos incluso en organizaciones
has rechazado el saber, yo te rechazo a ti de mi sacerdocio" de obras cristianas para el bien de la comunidad. Porque también
(Os 4, 4ss.). a este nivel se da la tentación.
Pero la enseñanza de hoy se dirige ante todo a los que
Sólo Dios es Padre, el único Padre de todos porque él nos tienen el encargo de enseñar a los demás y una responsabilidad
ha creado a todos. Esto evoca la unidad de la comunidad que propiamente sacerdotal. Los ataques, muy duros a veces y a me-
forma el pueblo con Dios y en sí mismo. No hay, pues, que trai- nudo injustos, contra la Iglesia por este motivo, no son para ella
cionarse entre sí. Sin duda, el texto hace aquí alusión al divorcio, únicamente una prueba, pueden también ser ocasión de un exa-
o al matrimonio con una mujer que honra a un Dios pagano, etc. men de conciencia profundo. La adecuación entre la forma de
Pero la lectura del día utiliza el texto en relación con el evangelio
vivir y lo que debemos enseñar siempre está en desequilibrio. Esto
y se detiene aquí.
será así hasta el fin de los tiempos, y no se puede exigir de un
sacerdote o de un catequista que sea perfecto. Pero por lo menos el
pueblo de Dios está en su derecho al esperar de él que busque la
santidad y que se consagre a ella, no tanto por él mismo cuanto
(1) 29.° Domingo, B. por los que le han sido confiados.
90 DOMINGO 31.° 91
TIEMPO ORDINARIO
El servicio de la comunidad debe ir por delante de todo lo La respuesta del escriba es, a su vez, una enseñanza; expresa
demás. Aunque los honores son, indudablemente, menos buscados cómo el amor al prójimo vale más que todas las ofrendas y sacri-
en nuestros días que antiguamente, y aunque los títulos son menos ficios.
reivindicados por parte de los que ocupan los más altos rangos, También tenemos que fijarnos en la conclusión del episodio:
un evidente orgullo se infiltra ahora por otras partes y de forma "No estás lejos del Reino de Dios", le dice Cristo. Volvemos a
sutil: sin querer ser llamados maestros, muchos pretenden ense- encontrar aquí la preocupación de san Marcos, el Reino anunciado.
ñar "su" doctrina y no siempre la del Evangelio y la de la Iglesia. Ahora bien, se anuncia cuando el amor de Dios y la caridad frater-
Este procedimiento, que se ampara inconscientemente tras una ac- na son proclamadas y realizadas en la comunidad. Con toda segu-
titud muy democrática, a veces desaliñada humanamente, con una ridad, también esto es algo que san Marcos quiere enseñar a los
cierta permisividad que quiere ser fraternal, oculta una nueva es- suyos.
pecie de orgullo y suficiencia. No siempre es fácil enseñar el
evangelio objetivamente y seguir las líneas de enseñanza impues- Amarás al Señor con todo tu corazón
tas. La lectura de hoy nos pide a todos revisar con lealtad las (Dt 6, 2-6)
propias posturas íntimas y no creer demasiado rápidamente que los
reproches de Jesús afectan sólo a los demás. Este es el texto a que Cristo hace referencia en su respuesta
al escriba.
Es un pasaje tan importante, que fue incluido en lo que en
CICLO B. EL GRAN MANDAMIENTO el judaismo se llama Schema Israel, recitado a diario por el judío
piadoso aun en nuestros días. Recogido por el mismo Señor Je-
No hay mandamiento mayor que el amor a los
sús, este texto merece nuestra meditación y constituye para noso-
demás (Me 12, 28-34) tros un punto selecto de contacto con la religión israelita.
A la observancia de esto que se pide, el Señor promete la
En el evangelio de san Mateo, la pregunta del escriba era: felicidad. Sin duda, se trata aquí de la felicidad de la comunidad
"¿Cuál es el mandamiento principal de la Ley?". La pregunta re- de Israel. Ciertamente, ésta no es despreciable: la felicidad terre-
sultaba insidiosa, porque los judíos discutían entre ellos cuál era n a no es un mal, es incluso un bien, y ninguna verdadera espiri-
el mandamiento que sintetizaba todos los demás (1). Aquí la cues-
tualidad tiene derecho a desinteresarse de ella, en la medida en
tión se plantea de otra forma, aunque en parecidos términos, y se
que la felicidad no se opone o no hace olvidar la definitiva felici-
percibe menos la intención de poner a prueba a Jesús, hasta el
dad. Siempre será verdad que la observancia de los mandamientos
punto de que el escriba que pregunta, da la razón a Jesús, cosa
del amor a Dios y al prójimo dotan a la comunidad de equilibrio
que le vale una preciosa frase de aliento: "No estás lejos del
y de atmósfera alegre y distendida.
Reino de Dios".
Este amor va dirigido a un Dios único, que el texto llama
Jesús, en su respuesta, utiliza el texto del Deuteronomio (6, "nuestro Dios". "Yahvé es nuestro Dios" es una especie de acla-
4 ss.). En el Antiguo Testamento, el Deuteronomio es el que más mación litúrgica que pudo servir en ocasión de ciertas celebra-
emplea la expresión "amar a Dios"; es más r a r a en los otros li- ciones. Hacia el siglo V antes de Jesucristo se atribuye a Yahvé
bros, como por ejemplo, el libro de Josué (22, 5 ; 23, 11), el
el título de Señor, "Adonai". Además, estaba prohibido pronunciar
salmo 30 (v. 24) y el Eclesiástico (2, 10; 7, 32). También el
el nombre de Yahvé, y era el de Adonai el que se pronunciaba
término "amor" se emplea bastante raramente. Sin embargo, el
cuando en el rollo de la lectura aparecía "Yahvé" (1). El Señor
Antiguo Testamento nos habitúa a una terminología paralela, como
la de "temor de Dios", "servicio", "buscar el rostro de Dios", "fi- (1) En la lectura litúrgica está, pues, contraindicado leer Yahvé por
delidad". Aquí la afirmación del amor va unida al monoteísmo: tres motivos: Esa palabra jamás se pronunció; por lo tanto, es preferi-
"El Señor, nuestro Dios, es el único Señor". Pero Jesús añade el ble leer Señor. Estamos en un contexto cristiano; no es conveniente, pues,
leer Yahvé. Esto se refiere sobre todo a los salmos, que se deben poder
amor al prójimo como íntimamente unido al amor de Dios. dirigir ya como Cristo y la Iglesia oran al Padre, ya como la Iglesia se
dirige a Cristo; en este último caso sobre todo, la palabra Yahvé ya no
(1) Mt 22, 34-40; 30.° Domingo, A. se adapta, evidentemente.
92 TIEMPO ORDINARIO DOMINGO 31.° 93
es considerado como una especie de posesión del pueblo de Is- la curiosidad está en primer término en su proceso, pero bajo esta
rael. El Señor es " s u " Dios. curiosidad se adivina un secreto deseo de encuentro y de cambio
La puesta en práctica de estos mandatos da fecundidad a una de vida. De hecho Zaqueo se siente aparte de la vida de sus con-
tierra en la que manan la leche y la miel. Es sabido que en mu- ciudadanos. Trabaja por cuenta del ocupante y esa ocupación no
chos países se daba leche y también miel al recién nacido, uso me- ha dejado de producirle beneficios. Se tiene la impresión de que
dicinal pero también supersticioso. En el ritual del bautismo de Zaqueo experimenta cierto disgusto de sí mismo que no es ex-
adultos de la Tradición Apostólica de Hipólito de Roma, al prin- traño a su curiosidad por ver a Jesús, de quien ha oído hablar.
cipio del siglo III, el neófito recibe, con la Santa Sangre, leche y Pero esto es suficiente, y ahora ya Jesús toma el asunto en
miel, en recuerdo de la promesa hecha a nuestros padres. El uso sus manos. Zaqueo ha sido seguido por la paciencia de Dios;
pudo introducirse fácilmente, dado que ya existía, sin duda, para ha hecho un gesto, y ahora el Señor lo aprovecha. Con escándalo,
los lactantes (1). por otro lado, de todos: "Ha entrado a hospedarse en casa de un
El salmo 17 canta el amor al Señor. Es precisamente uno de pecador".
los salmos en que se utiliza la expresión " a m a r " con referencia La conversión de Zaqueo es espectacular: da a los pobres la
a Dios: mitad de sus bienes, y si de alguno se ha aprovechado, está deci-
dido a restituirle cuatro veces más.
Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza;
La conclusión de Jesús es clara: Zaqueo también, y a pesar
Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador.
de lo que haya hecho, es un hijo de Abraham. "El Hijo del hom-
Todavía hoy la Iglesia sigue ofreciendo al cristiano el recuer- bre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido". Es una
do del estatuto que constituye su vida. La reflexión de Jesús al conclusión querida de Lucas (15, 6.9.24.32).
escriba, debe animarle a ponerla en práctica: "No estás lejos del Sería inútil desarrollar aquí los demás aspectos del relato,
Reino de Dios". La comunidad que realiza este amor a Dios y el dado que la celebración litúrgica nos sitúa decididamente en otro
amor al prójimo es ya en sí misma comienzo del Reino. camino.
2. a lectura, p. 142
La larga paciencia de Dios que estimula la
conversión (Sab 11, 23—12,2)
CICLO C. LA COMPASIÓN DE UN DIOS QUE AMA
"Porque todo lo puedes"; por eso se compadece de todos los
El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar hombres y cierra los ojos a sus pecados para que se arrepientan.
lo que estaba perdido (Le 19, 1-10) Dios ha creado todo lo que existe; partiendo de ahí, ¿cómo
podría sentir odio por el pecador? Por otra parte, nada puede
El relato de hoy es uno de los más conmovedores que pueda subsistir si Dios no quiere. Creador y Dueño de la vida, él
haber. Es rico en diversos aspectos y en lecciones morales. Pero ama la vida.
su proclamación en conexión con la 1. a lectura nos orienta en Esto constituye una admirable teología de la "angustia" de
una dirección determinada. De hecho, no es tanto la ida de Jesús a Dios con respecto a la criatura, la suya, la que le ha negado; es
la casa de Zaqueo lo central de hoy —como sería el caso en el punto de partida de todas las búsquedas de Dios a través de la
ocasión de la celebración de la consagración de una iglesia—, historia para recrear lo destruido por el pecado.
cuanto la salvación que Jesús vino a traer, particularmente la bús- Pero el texto nos coloca sobre todo ante la larga paciencia d e
queda del pecador y la larga paciencia de Dios que le espera y le Dios. El no abandona a los que caen; los corrige poco a poco.
transforma desde que ve sus primeros pasos de conversión. El Señor no actúa brutalmente; respeta a su criatura aun cuando
Zaqueo es de baja estatura; se ve en dificultades en medio ésta le es infiel. Este respeto de Dios por el hombre agrada inmen-
de la gente para poder ver al Señor que pasa. Es indudable que samente a nuestra época. Dios respeta al hombre, aun al infiel.
(1) HIPÓLITO DE ROMA, La Tradition apostolique, Ed. B. BOT- No le castiga ferozmente; además su primera actitud no es cas-
TE, op. cit., pp. 56-57. tiga!, sino convertir. Hace caer en la cuenta, recuerda a los hom-
94 TIEMPO ORDINARIO
bres en qué han pecado. Quiere que se aparten del mal y que
puedan creer en él. Porque en el punto de partida de la con- Domingo 32°
versión está esa inmensa fe en Dios que ha creado a sus criaturas
y que lo puede todo para volver a tomarlas en sus manos.
La Iglesia describe hoy a los suyos toda la admirable pedago-
gía divina, en la que ella misma debe inspirarse constantemente.
Podemos pensar que san Lucas, que sabe que en su comunidad se
da a veces la experiencia del pecado, quiere enseñar a sus fieles
que el pecado no ha de enfocarse en primer término desde el
punto de vista de la justicia de Dios, sino precisamente desde la CICLO A. VELAR DURANTE LA ESPERA
misericordia. El Nuevo Testamento, aunque en el pecado ve una
falta contra Cristo, ve sobre todo en él la misericordia y el
perdón. Velar, porque no sabemos el día ni la hora
El salmo 144 canta: (Mt 25, 1-13)
puerta estrecha" (Mt 7, 1 3 ; Le 13, 24), y por otra parte nos La Iglesia utiliza el evangelio de este día para la celebración
viene a la memoria la señal trazada en las puertas, cuando el de la fiesta de las vírgenes. Y, si en su liturgia ha conservado el
paso del Ángel, para preservar de la muerte a los hijos de los simbolismo del cirio pascual, columna de nube que dirige la mar-
Hebreos. cha de los bautizados, Cristo que guía a su Iglesia hacia la Tierra
La vigilia, la noche, la puerta, son temas de Pascua, temas de definitiva, ha conservado también el simbolismo de la lámpara en-
liberación y de entrada en el Reino. tre sus bautizados, a los que se la confía recomendándoles que la
La puerta se cierra sobre las jóvenes que no habían velado alimenten.
y habían sido negligentes en alimentar su lámpara. Sus gritos no En la institución de las vigilias, principalmente la de Pascua,
pueden nada y a ; es la hora del banquete. la Iglesia piensa incesantemente en la venida del Esposo, su Cristo,
La conclusión es severa: "Velad, porque no sabéis el día que viene para hacerla entrar en el Reino. La primera preocupa-
ni la hora". ción de la Iglesia es, por lo tanto, mantener las lámparas de sus
fieles para que no se encuentren desprevenidos. La de los fieles,
debería ser la búsqueda prudente de la Sabiduría, de la luz de
Velar para hallar la sabiduría (Sab 6, 12-16) Cristo, alimentando constantemente la luz recibida en el bautismo
para entrar en el festín del Reino.
Se debería pasar toda la vida buscando la Sabiduría. Es el
tema de esta lectura que describe la Sabiduría con imágenes 2. a lectura, p. 144
poéticas.
Se deja contemplar fácilmente por quienes la aman y se deja
encontrar por quienes la buscan, porque ella es radiante. Merece
la pena que se la busque porque es inalterable. Tales son las cua- CICLO B. DAR LO QUE UNO TIENE PARA VIVIR
lidades fundamentales de la Sabiduría. No se trata de una filosofía
esotérica, reservada a una élite, sino que está al alcance de todos,
a condición de que quiera buscársela. Es más, ella se anticipa La viuda pobre dio más que nadie (Me 12, 38-44)
a los deseos, siendo la primera en darse a conocer a quienes la
desean: está desde la aurora sentada a la puerta de quienes la
Jesús convoca a sus discípulos para mostrarles el valor oculto
buscan. Pensar en ella debe constituir la actividad principal: no
del gesto de la viuda. La descripción de la gente echando dinero
pensar ya más que en ella y velar en honor suyo.
en el cepillo del Templo, contrasta con la humildad de la viuda,
La Iglesia, sin personificar a la sabiduría, ha visto en ella a
que no pone «stentación alguna en su gesto, sino que se siente
Cristo mismo y su gracia. La transposición es sencilla. La Sabi-
incómoda por dar tan poco, aun dando todo lo que tiene. El evan-
duría, Cristo, la gracia, va y viene buscando a quienes son dignos
gelio del día vuelve a recoger, en contraste, la enseñanza de Je-
de ella. Y he aquí que aparece de pronto, en las revueltas de los
sús a propósito de los fariseos preocupados de los vestidos que
caminos; cada vez que se piensa en ella, viene a nuestro encuen-
les hacen ser notados y de los primeros puestos. Quiere otra vez
t r o : "En los caminos se les nuestra benévola y les sale al encuen-
poner de relieve la religión interior, q u e Dios acepta. Bella e im-
tro en todos sus pensamientos".
portante lección para una comunidad cristiana como la de san
El salmo 62 canta al Señor, sabiduría manifestada en Cristo:
Marcos. San Lucas recoge el mismo episodio que le ha llamado
la atención y que considera útil para sus fieles. En su deseo de
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios,
dar una enseñanza que haga impacto, no describe a la gente ofre-
por ti madrugo...
ciendo su limosna, sino a ricos que él opone a la pobre viuda
(Le 2 1 , 1). San Marcos, por lo demás, no desaprovecha la oca-
En el lecho me acuerdo de t i
sión de escribir que "muchos ricos echaban en cantidad".
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio, Los demás echaron de lo q u e les sobraba, la pobre viuda echó
y a la sombra de tus alas canto con júbilo lo que tenía para vivir.
98 TIEMPO ORDINARIO DOMINGO 32° 99
La viuda da el pan que tiene (1 Re 17, 10-16) épocas. La nuestra, aun sin los insidiosos planteamientos de los
Saduceos, se muestra a menudo preocupada por el más-allá y
Ya hemos visto que las viudas son consideradas en la Escri- como en tiempos de Jesús, hay discusiones sobre este tema. Los
tura blanco de la injusticia social y la imagen misma del infortu- evangelistas debieron de encontrar problemas parecidos en su
nio y de la pobreza en todas sus formas. Dos pobrezas al encuen- tiempo; las cartas de san Pablo se hacen eco de ellos, y los He-
t r o : la de la viuda y la de Elias. chos de los Apóstoles recuerdan que los Saduceos no admiten la
La viuda da lo que tiene, en ambiente de fe en el Señor: resurrección de los muertos, que, sin embargo, había venido a ser
"Por el Señor tu Dios". doctrina común en el judaismo (Hech 23, 8 ; Dn 7, 13.27; 12, 2).
El milagro se produce porque la viuda da pruebas de fe, En nuestro relato, los Saduceos piensan que van a acorralar a Je-
porque ella no da sólo de lo superfluo, sino todo lo que tiene, sús en el ridículo de una situación divertida. ¿De qué marido
hasta la imprudencia. será esposa en el más-allá la mujer casada siete veces?
Pero el Señor Jesús no se detiene apenas en describir la manera en que
hace justicia a los oprimidos, vivirán en el más-allá los resucitados. De hecho, en lo que al modo
de vida de los resucitados se refiere, el misterio es completo; todo
da pan a los hambrientos...
lo que se puede decir es que, aun siendo ellos mismos, son distin-
El Señor sustenta al huérfano y a la viuda... tos, y que la vida sexual, tal como la vemos realizada aquí abajo,
El Señor reina eternamente (Sal 145). ya no tiene sentido en el más-allá, donde los cuerpos serán trans-
formados.
Se invita, así, hoy a la Iglesia y a los fieles a que reflexionen Pero Jesús en lo que quiere insistir es en el hecho de la
en dos actitudes: La de su generosidad en ambiente de fe. Todos resurrección. A decir verdad, su respuesta parece débil; sin duda
son miembros de un mismo cuerpo y todos pertenecen a Cristo. nos parece así a nosotros que no tenemos la misma sensibilidad
Su generosidad debe estar animada por esta fe que va más allá de bíblica que los contemporáneos de Jesús y que los fieles a quienes
todo cálculo. Por otra parte, deben estar desprendidos de sus bie- los evangelistas se dirigen. Jesús, además, hubiera podido escoger
nes hasta el punto de estar prestos a dar incluso lo que les es otras pruebas escriturísticas más convincentes.
necesario, si fuera preciso, para salvar a los demás. Esta actitud Los tres evangelistas cuentan el episodio; a los tres, sin
de apertura se impone a todos los miembros de una comunidad duda, les han interrogado a propósito del más-allá, y someten
que pertenece de verdad al Señor. ahora a sus comunidades la respuesta de Jesús y su enseñanza
En segundo lugar, el evangelio de hoy recuerda también la sobre el tema. San Mateo y san Marcos subrayan que el problema
interioridad de toda vida cristiana. Las apreciaciones de Dios no hay que resolverlo mediante el conocimiento de la Escritura: "Es-
son siempre como las de los hombres: él sondea los ríñones y los táis en un error, por no entender las Escrituras ni el poder de
corazones, y es él quien puede juzgar con exactitud. La intención D i o s " (Mt 22, 2 9 ; Me 12, 24). Si Dios es un Dios que da la
y el calor del don es lo que lo hace precioso a sus ojos, y no su vida, y si Abraham, Isaac y Jacob están muertos para siempre,
materialidad. Una vez más Jesús y los evangelistas hacen un ¿qué significa la Alianza con un Dios de vivos? San Lucas añade
llamamiento a una religión en espíritu y en verad. u n a explicación: "No es Dios de muertos, sino de vivos, porque
2. a lectura, p. 145 p a r a él todos están vivos". Otros traducen: "por él, a causa de él,
gracias a él". Esta última traducción explica más inmediatamente
lo que precede, a saber, que el Señor es Dios de vivos y como
CICLO C. EL DIOS DE LA VIDA tal, conserva y devuelve la vida. Sin embargo, esta interpretación
está lejos de ser evidente; no la sigue, por ejemplo, la Biblia de
En el mundo futuro todos tienen la vida por Jerusalén. Pero indirectamente, la argumentación sí vale, ya que
Dios (Le 20, 27-38) si se constata que los patriarcas vivieron para Dios y ahora están
definitivamente muertos, su vida fue un error y la Alianza pierde
El problema del significado de la vida y de lo que ocurrirá fuerza.
después de la muerte interroga a todos los pueblos y a todas las
100 TIEMPO ORDINARIO
Así se expresa la respuesta, tomada del salmo 16. Las dos lecturas que comentamos crean dificultades. En efec-
En cuanto a la Iglesia, viendo a su Cristo muerto y resuci- to, si nos atenemos al significado fundamental de cada una de
tado, primicias de la resurrección, contempla en el Espíritu Santo ellas, es difícil establecer, incluso en un sentido amplio, su rela-
—que transforma a los hombres en nueva criatura y en hijos de ción, y no se ve claro el motivo de la elección de la lectura de
adopción— la certeza de la resurrección. Si Cristo murió para dar Antiguo Testamento. Si, por el contrario, la 1.a lectura impone a
la vida, no es para dar una vida que pasa, sino una vida de- la 3. a su significado como lo principal en esta celebración, el nexo
finitiva. Las cartas de san Pablo expresan a este propósito la doc- es más claro, aun cuando el estudio exegético del texto nos muestra
trina de la Iglesia desde sus comienzos. El amor de Dios y el amor que lo esencial del pasaje elegido debería ser distinto del que la
de los rescatados hacia él hacen de la resurrección una exigencia, liturgia le asigna.
sin que sea necesario ni resulte posible penetrar en los condicio- Leyendo atentamente el evangelio, deberíamos exegéticamente
namientos de la supervivencia, cuyo misterio se mantiene íntegro. vernos llevados, situándolo en su contexto, a atribuirle como cen-
tro de interés la vigilancia activa y los talentos que hay que hacer
2. a lectura, p. 145 fructificar para la vuelta del dueño. Sin embargo, la 1. a lectura
no nos dice ni una palabra sobre la vigilancia ni sobre la vuelta
del Señor; su centro de interés son los frutos del trabajo de una
mujer hacendosa. Por lo tanto, es en esta fidelidad y en el sen-
tido del deber y del trabajo en lo que hay que insistir; lo cual
no excluye, evidentemente, confrontar la exigencia de estos debe-
res con la vuelta del dueño, con la vigilancia y con el último día.
Si se da el caso de que los evangelistas han utilizado a veces
una parábola de Jesús interpretándola a su modo en otro contexto,
debido a las necesidades de sus fieles, no se ve por qué la Iglesia
no podría proceder de la misma manera en Ja liturgia de la
Palabra por las necesidades de sus fieles actualmente.
Parece inútil entrar en la explicación de detalles de la pará-
bola. Sólo debe interesarnos su conjunto. Es rica en enseñanzas
para la Iglesia y los fieles de hoy, como lo fue para la Iglesia de
los primeros tiempos. Todo estriba en el estado de servidor en que
102 TIEMPO ORDINARIO DOMINGO 33." 103
está constituido todo cristiano. A partir de ahí, se establece el no puede atenerse a lo mínimo de Jo que se le exige, sino que su
deber de hacer fructificar los talentos recibidos para el bien de la preocupación debe ser reclamar de sus dones espirituales el máxi-
comunidad y del Reino. La parábola se muestra en esto de una mo rendimiento, so pena de ver cómo se le retira ese mínimo que
gran claridad: no es suficiente devolver el talento recibido. Es él quiso conservar al precio del menor esfuerzo y del menor amor.
frecuente encontrar cristianos que se imaginan su vida cristiana
como cerrada en una especie de contrato de estricta justicia entre 2. a lectura, p. 147
Dios y ellos: "Yo observo fielmente lo que se me pide en los man-
damientos; no veo que tenga que hacer más". Razonamiento más
frecuente de lo que cabría pensar, rara vez expresado con esa CICLO B. LOS ÚLTIMOS DÍAS
frialdad; pero, implícitamente, así es en lo íntimo del corazón.
Una especie de minimalismo cristiano que se limita a la observan- Los elegidos, reunidos de los cuatro extremos
cia de los mandamientos y usos de la Iglesia. O también, la de- del mundo (Me 13, 24-32)
terminación de hacer fructificar el talento que uno prefiere para sí
y no para el servicio de los demás. La respuesta del dueño aleja No cabe duda de que un pasaje del evangelio como éste des-
toda excusa de malentendido. Nosotros nos encontramos en la concierta a los oyentes de hoy. Se encuentra en efecto, tan alejado
condición de siervos. No basta conservar lo que se nos ha con- de nuestra manera de escribir y de pensar, y sus imágenes son a la
fiado ; debemos hacer fructificar para servicio de Dios y de los vez tan alucinantes y tan ingenuas, que nos resulta difícil no
demás lo que tenemos. La gracia bautismal que hemos recibido escuchar esta proclamación como un poema o una visión anticipa-
y que ha hecho de nosotros hijos de adopción, exige un crecimien- da de un cataclismo mundial propia de un genio del teatro. La ense-
to, no basta con dejarla intacta en nosotros; hay aquí una legítima ñanza de hoy, tanto lo que se refiere a la visión de Daniel como a
ambición, que es un deber, por hacerla crecer. la descripción del evangelio, tienen el peligro de quedar sin con-
Es una actitud de amor y de agradecimiento; es también toma secuencia especial.
de conciencia de nuestra colaboración en la extensión del Reino de A esto podrían añadirse las discusiones de los exegetas es-
Dios y en la venida súbita de Cristo, a la hora en que no le pecializados acerca de la autenticidad de este pasaje, más exac-
esperábamos. tamente acerca de la intervención más o menos importante de los
evangelistas, de san Marcos especialmente, en una enseñanza q u e
Jesús habría dado de forma mucho menos metafórica y quizá m á s
La mujer activa, perla preciosa (Prov 31, 10... 31) breve y mejor argumentada. Pío queremos entrar en la relación d e
las diferentes hipótesis propuestas sobre el tema; ninguna, d e
Este bello retrato del ideal de la mujer no desagradará a hecho, puede dar cuenta con satisfacción de lo que se trata. No
nuestro tiempo. Sin embargo, la liturgia del día no se preocupa obstante, hay que admitir que aquí, lo mismo que en otros casos,
de desarrollar el tema de la promoción de la mujer. Lo que con- los evangelistas habrán utilizado la enseñanza de Jesús ponién-
sidera es la habilidad que despliega en el servicio de la comu- dola al alcance de sus iglesias, sin inventarla, pero colocándola
nidad; es el motivo de que merezca la alabanza de cuantos reco- dentro de un marco más amplio, lo cual no cambia para nada su
nocen los frutos de su trabajo. Su previsión, su habilidad, su sustancia. De todas formas, es bastante difícil —si no ilusorio—
caridad con los demás, hacen de ella un modelo: no descuida sus creer poder llegar a descubrir cuál es la parte exacta de las frases
talentos sino que les utiliza para el bien de todos. y expresiones que corresponden al mismo Jesús. Este problema n o
A pesar de su dificultad de interpretación en el marco de debe en modo alguno inquietarnos. Sabemos que los evangelistas
este domingo, la liturgia de la Palabra de hoy no deja de tener estaban inspirados, y eso no significa que escribieran su evangelio
utilidad. No sólo anima al trabajo y a la perseverancia a aquellos de manera autómata, sino que el Espíritu les inspiró la forma
a quienes el Señor ha confiado talentos para el bien de la comu- en que debían enseñar a las generaciones de parte de Jesús.
nidad humana y de la comunidad eclesial, sino que alienta sobre No tiene, pues, ningún interés, a no ser el literario, entrar en
todo y advierte a todo cristiano de su deber de superar lo que los detalles de la descripción. Lo que sí cabe es detenerse breve-
sería una perspectiva mercantil de la vida cristiana. Un cristiano mente en ciertas expresiones.
104 TIEMPO ORDINARIO DOMINGO 33." 105
"Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con significado del texto no resulta sencillo. ¿Cómo puede ignorar el
gran poder y majestad". Hijo lo que el Padre sabe, siendo así que Jesús mismo dice que
La descripción está tomada del libro de Daniel (7, 13 ss.). nadie conoce plenamente al Padre sino el Hijo? (Mt 11, 27). Los
¿Cómo interpreta y utiliza el texto evangélico la cita tomada de exegetas resuelven esta dificultad viendo en Jesús al Hijo que
Daniel? tomó carne y se humilló como una criatura, y en este sentido, en
En la visión de Daniel aparecen las Bestias que se oponen al cuanto encarnado, no conoce el día ni la hora.
Hijo de hombre, el cual pertenece al mundo trascendente, al mun- Nos encontramos aquí ante una tentativa del evangelista para
do divino, sin que sea posible ir más lejos en la identificación. Se explicar a su comunidad la parusía, y para estimular en ella el
trata de los diferentes imperios del mundo que deben derrumbarse sentido y el comportamiento debido a la espera.
para hacer sitio al Reino de Dios. Después del libro de Daniel se
volvió a tomar el símbolo del Hijo de hombre y se amplió todavía
más su trascendencia. Llegamos poco a poco a la utilización de Entonces se salvará tu pueblo (Dn 12, 1-3)
esta expresión, pero transformada en "Hijo del hombre" en los
evangelios. Sabemos que Jesús se designa a sí mismo como tal El primer versículo describe una situación catastrófica. Sin
(Mt 5, 1 1 ; 16, 13-21; Me 3, 27-31; Le 6, 22). En los Hechos de embargo, es el momento en que vendrá la salvación del pueblo.
los Apóstoles, san Esteban ve a Jesús como el Hijo del hombre Y Daniel lo explica como una resurrección y un juicio. Los muer-
(Hech 7, 55), y también en el Apocalipsis aparece el Hijo del tos despertarán, unos para vida perpetua, otros para ignominia y
hombre (Apoc 1, 12-16; 14, 14 ss.). desgracia perpetuas. Por otra parte, los sabios brillarán como el
Para Jesús, el Hijo del hombre es, evidentemente, una per- fulgor del firmamento junto con los que enseñan la justicia. Ve-
sona, él mismo, que da su vida como rescate por muchos (Me mos, pues, aquí la afirmación de una resurrección individual y d e
10, 45). una retribución. Es una teología nueva para el judaismo; será
" P a r a reunir a sus elegidos de los cuatro vientos". En el ju- acogida y retomada en el Nuevo Testamento.
daismo se trata de la reunión de todos los judíos en su país. En
el evangelio se trata de todos los bautizados que constituyen el No me entregarás & la muerte,
nuevo Reino. La imagen será recogida, por ejemplo, en un escrito ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
judeo-cristiano, la Didajé o Enseñanza de los Apóstoles.
"Os aseguro que no pasará esta generación antes que todo se Tal es la respuesta tomada del salmo 15. Y tal es, en efecto,
cumpla". la lección de este domingo. Más que detenernos en los detalles ca-
Habrá signos precursores. La higuera es un ejemplo en for- tastróficos y espantosos de estas descripciones, es la alegría del
ma de parábola: "Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las último día lo que debe animarnos en la esperanza. Indudable-
yemas, sabéis que la primavera está cerca". Lo mismo es para la mente, nuestra mentalidad cristiana de hoy día no nos centra sufi-
parusía. Desde el momento en que aparezcan los signos anunciados, cientemente en la parusía; estamos más exclusivamente preocupa-
querrá decirse que el Hijo del hombre está cerca. dos con nuestra muerte y nuestra comparecencia ante Dios. Es la
" . . . antes que todo se cumpla". Ese "todo" no es evidente. falta de comprensión de nuestro pertenecer a un Reino que ha de
Se puede pensar en los fenómenos descritos más arriba, como en llegar a su estadio definitivo. No es que hayamos de desinteresar-
la destrucción del Templo. nos de nuestra salvación personal e individual, pero tendríamos
"Esta generación" designa, de suyo, a la generación contem- que incluirla en este paso definitivo del mundo al más-allá, en
poránea del evangelista. Sin embargo, esto queda vago. Para los el momento del juicio, que es tanto una construcción como un
primeros cristianos, esta generación era el judaismo que se hun- juicio, con frecuencia demasiado unido al miedo al castigo, y no
diría junto con el Templo mismo, destrucción que era signo del lo bastante a la certidumbre de una construcción nueva. Ahora
juicio y del castigo de Dios. La parusía total, sin embargo, sigue bien, toda la espera cristiana del éxito de la redención debería
siendo esperada por los cristianos e indeterminada en su fecha. consistir en la viva y gozosa esperanza de esta realización. La ce-
Por otra parte, el propio Jesús lo afirma: nadie conoce el día ni lebración eucarística es, a la vez, prenda de la certeza que espe-
la hora, ni siquiera el Hijo, sino solamente el Padre. Aquí el ramos y eficacia que engendra la madurez del mundo y apresura
106 TIEMPO ORDINARIO DOMINGO 33.° 107
el fin de los tiempos. Cada vez que celebramos la eucaristía, nos Cristo describe entonces las catástrofes cósmicas: luchas en-
hallamos "a la espera de su venida", y contribuimos a que pase tre pueblos, terremotos, espantos y grandes signos en el cielo.
el tiempo de los signos sacramentales para llegar al cara a cara. Poco importa, por otra parte, la descripción de estos aconteci-
Espiritualidad olvidada con demasiada frecuencia, hasta el punto mientos. Pero en el momento de su desencadenamiento, el cristia-
de que con dificultad podemos entender los textos de la Escritura, no podrá darse cuenta de que su redención está cerca.
hasta el punto también de permanecer aislados en medio de una Lo que ante todo es importante son las persecuciones a las
espera a veces perezosa de nuestro destino, sin que pensemos en que estarán expuestos los cristianos. San Lucas quiere instruir a
enlazarla con }a de toda la Iglesia que camina al encuentro de su comunidad, que vive entre el momento de su liberación por el
su Señor. bautismo, y el momento de la vuelta de Cristo. Durante este
2. a lectura, p. 148 tiempo debe anunciarse el evangelio. Y eso provocará la perse-
cución. Los discípulos no deberán temer n a d a ; el propio Jesús
les dará palabras y sabiduría contra las que nada podrán los ad-
CICLO C. EL DÍA DEL SEÑOR versarios. Pero la situación será muy dura, porque habrá traicio-
nes por todas partes, hasta entre los miembros de la propia fami-
Perseverar en el sufrimiento para obtener la vida lia, y los cristianos serán odiados por causa del nombre de Jesús.
el Día del Señor (Le 21, 5-19) Pero hasta los cabellos de la cabeza están contados y ningún mal
podrá acontecer. El que persevere, se salvará.
El capítulo 13 de san Marcos refiere también este relato pero Con esto, Jesús exhorta a sus discípulos y a todos los que le
de una manera bastante diferente. Jesús sale del Templo, y uno escuchan a la perseverancia. Para san Lucas, las persecuciones no
de sus discípulos le llama la atención sobre el esplendor del edi- son signos del fin del mundo; forman parte de la condición del
ficio reconstruido por Herodes. Es entonces cuando Jesús predice cristiano que ofrece testimonio en medio de un mundo perverso.
que de esa construcción que desafía a los siglos no quedará piedra Para él, la paciencia, la perseverancia, son cualidades que debe
sobre piedra. Un grupo de cuatro discípulos sube con él al Monte cultivar cada cristiano en la comunidad. La actitud cristiana con-
de los Olivos y Jesús tiene allí un discurso reservado para ellos. siste en la fe firme en la acogida de la palabra del Señor y s u
En san Lucas, Jesús se encuentra en el templo, y es todo el puesta en práctica a través de todas las persecuciones.
pueblo el que escucha sus reflexiones. En los otros dos evangelis-
tas, la destrucción del templo desemboca en el fin del mundo.
La pregunta sobre el momento y las señales precursoras se centra El Día del Señor, horno para los malvados, Sol
en la ruina del templo solamente. Sin embargo, tanto en Lucas de justicia para los buenos (Mal 3, 19-20)
como en Marcos, el discurso de Jesús no se limitará a la destruc-
ción del templo, sino que se extenderá hasta la catástrofe final Este texto se sitúa en una época de grave desaliento p a r a
del mundo y hasta la venida gloriosa del Hijo del hombre. Quizá Israel. Los exiliados lian vuelto después de 50 años; el templo
san Lucas ha querido disociar claramente la ruina del templo, en se ha reconstruido. Sin embargo, hay desilusión: Los que vuelven
el año 70, y los acontecimientos predichos del fin del mundo y no han sido precisamente bien acogidos; sus bienes habían sido
de la venida del Hijo del hombre, no siendo la destrucción del repartidos y ellos se \en solos, pobres, desatendidos; la ciudad,
templo una señal del fin de los tiempos. mal fortificada, es a menudo objeto de incursiones; todo ello tiene
Jesús anuncia primeramente los acontecimientos venideros; graves repercusiones en la vida religiosa. La gente está decepcio-
después, da consejos sobre la manera de abordarlos. Hay que nada y ya no se cree gran cosa; la fidelidad a la Alianza está
tener cuidado de dos cosas: No confiar en quienes pudieran pre- claramente amenazada. En unos versículos antes del pasaje hoy p r o -
sentarse en nombre de Cristo diciendo: "Yo soy; el momento clamado aparece expresada la desilusión. "Cosa vana es servir a
está cerca". Y tampoco las guerras y las revoluciones serán señal Dios" (Mal 3, 14).
de los tiempos, ni tienen conexión con lo que ocurrirá al fin de Es entonces cuando Malaquías se esfuerza por despertar a l
los tiempos. En san Marcos, estos acontecimientos son considera- pueblo, y le anuncia que llega el día del Señor. En primer lugar, srr
dos como el principio de las tribulaciones que habrán de venir. habla de la irrupción de la cólera de Dios contra los impíos y
108 TIEMPO ORDINARIO DOMINGO 33." 109
perversos. Son como paja que arderá, "y no quedará de ellos ni Pero hay desilusiones que se deben a otros motivos. A algu-
rama ni raíz". Paja, árbol, son comparaciones ya utilizadas por nos lo que les desilusiona es la carencia espiritual en muchas
otros profetas, por ejemplo, Nahúm ( 1 , 10), Amos (2, 9), o esferas de la Iglesia. Ven en ella tibieza, abandonos, debilidades
Isaías (5, 24). El fuego indica la cólera represiva del Señor. En en la fe, incertidumbres por todas partes. Hasta en las Ordenes
el Deuteronomio, el Señor declara que el fuego de su cólera está religiosas, las más dedicadas hasta ahora a la espera del Señor,
encendido (Dt 32, 22). En Job, leemos: "Suelta Dios contra él encuentran traición a su propio objetivo. Es una forma insidiosa
(contra el impío) el fuego de su cólera" (Job 20, 23). El tema de tentación de cara al último día. Aunque los motivos a veces
del fuego como venganza divina, se encuentra varias veces en son objetivos, la clara visión de nuestro destino en Dios no
Jeremías: " . . . no sea que brote como fuego mi saña" (Jer 4, 4); legitima en modo alguno la huraña desilusión; al contrario, con
"porque un fuego ha saltado en mi ira que sobre vosotros estará Malaquias, habría que tomar ánimos y espabilar Jo que parece
encendido" (Jer 15, 1 4 ; 17, 4 ) ; "so pena de que brote como dormido o en peligro.
fuego mi cólera" (Jer 21, 12). Ezequiel emplea la misma imagen: Más grave es el peligro que corren muchos cristianos que no
"Soplaré contra ti el fuego de mi furor" (Ez 2 1 , 36); "en el fuego se interesan en absoluto por problema alguno de su propia vida
de mi furor los he exterminado" (Ez 22, 31). o de la vida de la comunidad cristiana a la que pertenecen. Sin
La imagen del árbol es también conocida de otros autores. saberlo siquiera, viven un conformismo sin problemas y, sin duda,
En Job, la iniquidad es desgarrada como un árbol (Job 24, 20). jamás han sentido cruzar sobre ellos el soplo de la persecución del
En Jeremías, la cólera de Dios se vuelca sobre los árboles (Jer 7, mundo, precisamente porque su vida cristiana no tiene ningún re-
20). En el evangelio de san Mateo, Juan Bautista anuncia que "ya lieve y no puede hacer impacto sobre su entorno. A esos cristianos
está el hacha puesta a la raíz de los árboles" (Mt 3, 10). que no sienten ningún desgarramiento, las lecturas de hoy debe-
La segunda fase será la aparición del Sol de justicia; con su rían inspirarles reflexiones útiles. Nada importante puede desarro-
esplendor trae la curación. Aunque el pueblo de Israel conoció, llarse sin sufrimiento; cuando en una comunidad cristiana y cuan-
sobre todo en el exilio, los cultos al sol, Malaquias no alude aquí do en sus miembros no se dan rasgos de sufrimiento ante la
para nada a ello. Se trata de una imagen de la poderosa interven- propia búsqueda de vida religiosa, hay que temer que ésta sea
ción del Señor para defender a los pobres y a los oprimidos. tibia. Sin duda, ha perdido el mordiente de su misión en el mun-
¿Resultarán vanas estas palabras de este domingo para los d o ; se ha cerrado sobre sí misma, o se contenta con trabajar
cristianos de hoy día, y tomaremos la proclamación de estas lec- por el progreso de los valores humanos, desinteresándose del
turas por poesías de otros tiempos? avance de los valores espirituales. Vive de sus rentas y las agota
Sin embargo, es el Señor mismo quien habla, ¿y podría ha- peligrosamente en una época en la que deben movilizarse todas
blar para no decir nada, para no ser escuchado, para ceder a las fuerzas para reivindicar la primacía del Reino de Dios.
arqueologismos? Sería impensable. Intentemos, pues, en pocas ¡Sana confrontación con el objetivo final; sana confronta-
líneas ver cómo esta enseñanza se aplica, indudablemente, a noso- ción de la Iglesia, de toda comunidad cristiana y d e cada cristiano
tros en la actualidad. con el significado profundo de su existencia!
Algunos de entre nosotros son consuetudinarios de la desilu-
sión y, como tales, propensos a la laxitud. ¿De qué desilusiones 2." lectura, p. 148
se trata? Con frecuencia han esperado de su fe y de su vida reli-
giosa lo que no puede darles: la felicidad humana; el cristianismo
no asegura ninguna felicidad terrena.
La fe y la fidelidad no aseguran la dicha terrena. Por el con-
trario, con frecuencia es la persecución y los malentendidos, in-
cluso familiares, lo que puede seguirse. Algunas formas de desi-
lusión, por lo tanto, han de atribuirse a una falsa comprensión
del cristianismo. En tal caso, la visión del día del Señor puede
ser saludable: La religión cristiana no existe más que con vistas a
ese día y no adquiere sentido más que en función de él.
DOMINGO 34." 111
Domingo 34.0 hermanos que salgan para Galilea; allí me verán" (Mt 28, 10).
Con esta indicación, estamos autorizados a pensar que Jesús
se refiere aquí a sus discípulos.
Queda la expresión "estos humildes (pequeños)" que son mis
hermanos. Se trata, parece, de los discípulos, llamados así fre-
cuentemente, aunque la expresión se aplique también al cristiano.
Podemos dar un vistazo rápido a los textos en los que san Mateo
emplea esta expresión: "El más pequeño en el Reino de los cielos
es mayor que él" (Mt 11, 11). Se trata del testimonio de Jesús
acerca de Juan Bautista: "En verdad os digo que no ha surgido
CICLO A. JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el Bautista; sin
embargo, el más pequeño en el Reino de los cielos es mayor que
él". Esto no afecta a la grandeza de la persona del Precursor
El Hijo del hombre, pastor que separará las mismo. Se comparan dos situaciones: antes y después del Reino.
ovejas de las cabras (Mt 25, 31-46) El que forma parte del Reino, está en una situación completamen-
te distinta; el tiempo del Reino está por encima de todo lo que
El año litúrgico concluye con una visión de gloria. Evoca le ha precedido. "Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la
la retribución final, y quizá la perspectiva del juicio oscurece el tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios y prudentes, y
esplendor glorioso de esta venida del Hijo del hombre. se las has revelado a pequeños" (Mt 11, 25). Evidentemente, se
Dejando de lado el problema literario de la descripción de trata del pobre y del humilde. Y en otro contexto: "Guardaos de
este triunfo del Hijo del hombre, hay que ir al núcleo de lo que despreciar a uno de estos pequeños... De la misma manera, no es
san Mateo quiere enseñarnos aquí. voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno de estos
Al leer objetivamente su texto, al oírlo proclamar de parte del pequeños" (Mt 18, 10-14). Aquí se trata de los niños.
Señor, mejor aún, al Señor mismo hoy en su Iglesia, constatamos Pero hay un texto que podría ilustrarnos más: "Todo aquel
que el juicio hecho por este Rey de gloria se basa únicamente en que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos
la caridad: "Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de pequeños" (Mt 10, 42). El significado de la palabra no puede
estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis". Para entrar dejar duda. Nos encontramos en la conclusión del discurso misio-
en el Reino, el Señor enuncia una sola exigencia: el amor al nero de Jesús. Hablando a sus discípulos, les dice: "Quien a
otro. vosotros recibe, a mí me recibe, y quien me recibe a mí, recibe
¿Cómo entender la expresión "uno de estos mis humildes her- a Aquel que me ha enviado". Y también: "Quien recibe a u n
manos"? Porque la significación del amor exigido para la entrada justo por ser justo, recompensa de justo recibirá" (Mt 10, 40-41).
en el Reino depende de su objeto, señalado aquí concretamente por Estamos, pues, en un contexto de retribución, como en el texto
Cristo. Es difícil identificar cuáles son esos pequeños, esos herma- proclamado hoy, y se trata de enviados. Más aún, Jesús precisa:
nos, de los que habla Cristo. En efecto, el término "hermano", en "Y todo aquel que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca
san Mateo, lo mismo que en los otros, concierne a los miembros a uno de estos pequeños, por ser discípulo, os aseguro que n o
de la comunidad eclesial (Mt 18, 15.21.35; 23, 8). Sin embargo, perderá su recompensa". La correspondencia entre la expresión
la palabra se emplea también en un sentido mucho más amplio y "pequeño" y "discípulo" es evidente. Se trata de la acogida hecha
designa a todos los hombres (Mt 5, 22-24; 7, 3.4). Pero también a los discípulos en nombre de Cristo.
a los discípulos se les llama "hermanos" (Mt 12, 5 0 ; 28, 10). En Podemos, por lo tanto, preguntarnos si en el pasaje que oímos
nuestro texto, la expresión es más precisa: "estos 'mis' humildes proclamar hoy, no se trata délos discípulos que deben ser acogi-
hermanos". En este caso, repetido dos veces, se trata, sin posible dos. Si esto es exacto, tal acogida encuentra su recompensa en el
equívoco, de los discípulos (Mt 12, 4 9 ; 28, 10). He aquí estas cielo.
citas: "Y, extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: Estos En seguida se ve cómo una homilía que quisiera insistir exclu-
son mi madre y mis hermanos" (Mt 12, 49); "id, avisad a mis sivamente en la exigencia del amor y el sentido de los demás p a r a
112 TIEMPO ORDINARIO DOMINGO 34.° 113
la entrada en el Reino, dejaría de lado elementos importantes y Esto no significa que la realeza de Cristo sea temporal y que
correría el riesgo de falsear gravemente los puntos de vista. Porque se detenga en el momento en que termina el tiempo de la historia.
se trata de acoger a los enviados de Cristo que son otros "él" y Más bien hay que ver en las afirmaciones de san Pablo una forma
en ese caso, se comprende que es a él a quien se da un vaso de metafórica de mostrar que toda la actividad de Cristo, que su
agua, al darlo a uno de sus enviados. Hay, pues, además de la Misterio pascual no tiene por finalidad sino recapitular todo en
caridad, una actitud de acogida que supone la fe; no se acoge Dios. Nos encontramos ahora en un reinado nuevo.
únicamente al misionero enviado por Cristo, sino también su doc- Ciertamente, las lecturas de hoy pueden encontrarnos poco
trina y su palabra. preparados para comprenderlas con facilidad y su estilo nos re-
sulta también extraño.
Sin embargo, la enseñanza de san Mateo y de san Pablo a su
El Señor juzgará entre oveja y oveja comunidad sigue siendo actual para nosotros, hoy, en nuestro
(Ez 34, 11-17} tiempo. El tiempo de la Iglesia y el propio tiempo histórico de cada
uno se desarrolla en función de ese juicio y del fin de los tiempos,
No convendría desviarnos demasiado de la finalidad de la cuando todo será por fin sometido a la realeza de Dios. Tenemos
proclamación de las lecturas de hoy. Se trata en ellas ante todo que llenar este tiempo histórico amando, acogiendo la Palabra y a
de un Rey que viene a juzgar. Pero es un Rey y un juez que no los que la proclaman, viviendo en la perspectiva de un juicio que
encuentra parecido en la tierra. Porque no se contenta con juzgar el Rey ha de hacer sobre nosotros, pero que es más construcción y
ni con condenar, sino que su preocupación es salvar y dar reposo. justificación que condenación, ya que nos esforzamos por vivir en
Es un juez en busca de la oveja perdida; venda a la que está la caridad y en la fe, escuchando a los que Cristo envía y poniendo
herida; da fuerzas a la que es débil. El Señor que viene el último en práctica su palabra.
día es, pues, ese pastor, el más auténtico pastor de todos los
pastores. El juicio es una justificación; es restablecimiento de la
justicia.
CICLO B. REALEZA DE CRISTO SOBRE
En cuanto a nosotros, los cristianos, sabemos que la vida EL UNIVERSO
sacramental nos conduce hacia ese juicio hecho por el Rey de
los pastores; está preparado nuestro destino, y hacia él caminamos Tú lo dices: Soy Rey (Jn 18, 33-37)
sin angustia.
La escena transcurre en el interior del pretorio, donde Pilato
El Señor es mi pastor, interroga a Jesús. Se percibe allí a Pilato interesado y de hecho
nada me falta; turbado poi la personalidad de Jesús. Se pregunta sinceramente
en verdes praderas me hace recostar (Sal 22). quién es. Lo manifiesta su pregunta, en la que no habría que ver
una ironía: "¿Eres tú el rey de los judíos?". Jesús hace alusión a
esa inquietud de un Pilato que se encubre: "¿Dices eso por t u
El definitivo reino del Rey de gloria cuenta o te lo han dicho otros de mí?".
(1 Co 15, 20-26.28) Pero Jesús no quiere ya ocultar su verdadera cualidad: " T ú
lo dices: Soy Rey". Con todo, Pilato podría confundir las cosas.
Este texto se inscribe en la instrucción de san Pablo sobre La realeza Je Cristo es de orden espiritual, no de orden nacional.
la resurrección de los muertos. Oímos que se proclama una especie En cuanto autoridad espiritual Jesús es rey, y esta autoridad per-
de gran apocalipsis. Contemplamos un gran fresco de la resurrec- tenece a Dios. Su realeza no viene de este mundo; le ha sido con-
ción en el que, en Cristo, todos resucitan, pero cada uno en su fiada por el Padre. Jesús, por lo tanto, no es rey en el sentido
rango. Gran apoteosis, donde Cristo devuelve su poder real a su político de la palabra, tal como Pilato podría entenderlo. Sin em-
Padre, una vez acabada su obra y destruidos todos los poderes bargo, Pilato ha dicho que Cristo era rey, y ha dicho verdad, si
del mal. Habiendo el Hijo sometido todo, incluida la muerte, por ello entiende una realeza que escapa a toda consideración
devuelve su poder al Padre, y Dios será todo en todos. terrena. Poique la realeza de Cristo consiste en dar testimonio d o
114 TIEMPO ORDINARIO DOMINGO 34." 115
la verdad. Verdad no significa aquí una filosofía, sino la realidad un cierto triunfalismo cristiano. Si Jesús dijo a Pilato: "Soy Rey",
eterna en contraposición a lo que pasa, la realidad de Dios. Jesús fue para afirmar que lo era, pero de forma muy distinta a la de
ha sido enviado y ha venido para transmitir a los hombres una los reyes de la tierra. No es un rey que libere a los pueblos, como
realidad que libera, la realidad eterna, objeto esencial de la re- haría un líder político. La confusión no era posible sólo para
velación por la que el Verbo se encarnó. Pilato... o para nosotros; lo era para los apóstoles mismos, y el
Esta escena del proceso de Jesús es paradójica. Pilato es juez día de la Ascensión escuchamos de boca de uno de ellos esta
de Jesús; en realidad, es Jesús quien juzga a Pilato; él es el pregunta humana: "Señor, ¿es ahora cuando vas a restablecer el
Rey, el juez, porque es quien libera o condena, según que se reino de Israel?" (Hech 1, 6). ¿Cuántas veces ha intentado la mu-
reciba el testimonio de la verdad divina o que se rechace este chedumbre hacer rey a Jesús? (Jn 6, 15).
testimonio. Si Jesús es Rey, todos los cristianos pertenecen a un pueblo
de raza real. Resulta, pues, posible construir un silogismo carente
de realidad: todo cristiano es hermano de Cristo, todo cristiano es
A él se le dio poder, honor y reino (Dn 7, 13-14) rey, la Iglesia es el pueblo de Cristo, toda la Iglesia es real. ¿No
supone esto para los cristianos y para la Iglesia un régimen social
En este pasaje se nos presenta al Señor en su función de de privilegios?
juez de los últimos tiempos. Para nosotros, el personaje simbólico, De esta forma, podríamos trasponer miserablemente la realeza
el Hijo del hombre que avanza hacia el Anciano venerable, ese perecedera. Se trata, en cambio, de una realeza de servicio; todo
Hijo del hombre es el Mesías, Jesús, el Cristo. Le vemos en su cristiano y la Iglesia entera, como pertenecientes a un Reino pri-
dominio y poder, en la gloria de su Realeza sobre todas las nacio- vilegiado, no tienen que gozar de privilegios pasajeros, porque
nes y pueblos. Es un reino eterno que no será destruido. no tienen otra función que la de dar testimonio de la verdad,
ellos cuya situación no es real más que por ser mensajeros de una
El Señor reina, realeza que no pasa y que libera a los hombres de la esclavitud
vestido de majestad; en la que viven los reyes de la tierra y todos los poderes pú-
el Señor, vestido y ceñido de poder (Sal 92). blicos.
Y sin embargo, el que esta realeza sea espiritual y el que
Jesús menosprecie el ejercicio de todo poder político, no significa
El Príncipe de los reyes de la tierra (Apoc 1, 5-8) en modo alguno que la Iglesia deba vivir fuera del mundo y en
una actitud espiritualista desinteresada con respecto a la vida de
Pasamos del apocalipsis de Daniel al Apocalipsis cristiano. Si los hombres de nuestro tiempo. La realeza de Cristo obliga a toda
se nos presenta a Cristo como Rey, nosotros somos en su reino los actitud política de este mundo a ser consciente del fin último al
sacerdotes de Dios, su Padre. que debe servir toda política. Esa realeza de Cristo no significa que
Todo este pasaje es una gran doxología, himno al Rey que la Iglesia de este mundo deba ejercer sobre él un poder de dominio
nos ha liberado de nuestros pecados con su sangre. Es el Rey que humano, sino que la realeza de su Cabeza es un constante llama-
nos da la paz, el primogénito de entre los muertos, asegurando así miento a la auténtica concepción de un verdadero Reino. Deter-
nuestra propia resurrección, sobre el soberano de los reyes de la minadas épocas de la Iglesia han confundido, sin duda, realeza y
tierra. En ese momento, todos le reconocen como el Rey soberano, realeza; la Iglesia que ahora vive en esta tierra no tiene que es-
también los que Je atravesaron. tablecer un reino terrestre.
Toda la actividad pascual de Cristo ha tenido éxito: ha reuni- Queda y quedará siempre por hacer una indagación sobre
do un reino de sacerdotes al servicio del Padre, para gloria suya. la forma en que la Iglesia debe utilizar la realeza de Cristo, no
Ha sido constituido un gran Reino que canta al Señor como su dominando ella misma como un rey de la tierra, sino alentando
alfa y omega. con todas sus fuerzas los caminos concretos para la liberación
Toda la liturgia de hoy contiene una visión triunfal. Podría, de los oprimidos y marginados. Al celebrar a Cristo, Rey del uni-
sin embargo, inducirnos a error y hacer que renaciese en nosotros verso, la Iglesia no lo hace reivindicando una supremacía humana
116 TIEMPO ORDINARIO DOMINGO 34.» 117
y terrena, sino animando a los que tienen por encargo conducir en débil; en cuanto tal, es a menudo objeto de oposición, aunque
concreto al mundo en su existir terrestre, a que confronten su ésta jamás llega hasta la contestación del ideal regio. Aun si
política con el Rey único, eterno y cuyo Reino es definitivo para la persona del rey es criticable, la realeza sigue constituyendo
siempre. para Israel una indispensable condición de su vida y de la segu-
ridad que tiene de la presencia de su Dios con él. Esto supuesto,
es normal que la literatura y, por ejemplo, los salmos den del rey
CICLO C. UN REY CRUCIFICADO una imagen idealista. El rey es el símbolo de la esperanza y, en
todo momento, la esperanza de un rey justo que conduzca a Israel.
Jesús crucificado, acuérdate de mí cuando En este sentido hay que entender al profeta Jeremías cuando ve
vengas como Rey (Le 23, 35-43) suscitarse en la familia de David un "germen justo" por el que
será salvado el pueblo. Y ésa es, igualmente, la visión de Ezequiel,
Evangelio significa "Buena Noticia", la de la salvación. Así que ve en el futuro rey a un buen pastor que reunirá a las na-
es como se nos presenta la proclamación del evangelio de hoy: ciones dispersas (Ez 34, 2 3 ; 37, 22).
"Si tú eres el Rey de los judíos, sálvame", "acuérdate de mí cuan- La hora de la salvación va llegando progresivamente, y al-
do vengas como Rey". Y Jesús responde: "Hoy estarás conmigo gunos la reconocerán en la venida de Jesús. Los profetas, sobre
en el paraíso". Es verdaderamente el anuncio de la salvación por todo Isaías, le presentarán como el Siervo, aquel que da su vida
medio de la cruz y de la promesa que hace un Rey crucificado. (Is 53) en medio de la humillación para constituir un reino.
Un rey que es vencedor de la muerte. En efecto, la respuesta
de Jesús no deja ninguna duda. En la cruz da una respuesta que
no es una promesa vaga, sino una afirmación soberana: "Hoy En el reino de su Hijo querido (Col 1, 12-20)
estarás conmigo en el paraíso". El buen ladrón provocó por parte
de Cristo la respuesta que, en adelante, dará esperanza a todas las Describe san Pablo en su carta el desarrollo de la vida cristia-
generaciones hasta la consumación de los siglos: la muerte es na en relación con la Historia de la salvación. En el plan de Dios
puerta del paraíso, y "estar con él" es el objetivo de toda vida aparece en primer lugar el Hijo, imagen de Dios invisible, primo-
cristiana y la realidad última de toda muerte. génito de toda criatura. Con su sangre, restablece la primacía q u e
había ejercido al principio de la creación. En él tienen todas las
cosas su total realización. El cristiano es introducido en este plan
David, pastor y ungido rey de Israel de reconstrucción, y su vida evoluciona según ese mismo plan.
(2 Sam 5, 1-3) Nosotros entramos en el reino que él funda restaurando toda l a
creación y reconciliando todo por él y para él, haciendo la paz
Los orígenes de este Rey crucificado se remontan lejos en el por la sangre de su cruz.
símbolo y en el anuncio. La realeza de Cristo encuentra así su Esta parte de la carta de san Pablo es un himno de gloria.
figura y su tipo. Recibe la unción regia como un rey pastor. Este mismo Cristo Rey está a la cabeza de su Iglesia, en la q u e
Debemos subrayar las peculiaridades del oficio de rey en estamos insertos por nuestro lautismo, convertidos en una nación
Israel. Este no es como un rey entre los paganos. El pueblo es, santa, un pueblo regio.
en efecto, el pueblo de Dios y pertenece a él solo. El rey tiene, La 1. a lectura de hoy nos ha orientado hacia el Rey-Mesías
pues, como función dirigir al pueblo que se le ha confiado, esperado, mientras que el evangelio nos ha mostrado cómo l a
guiarlo; es un pastor elegido de Dios para su pueblo. Es ma- historia de la salvación es regida por Cristo quien, por su cruz,
nifestación del poder de Dios. Si alcanza una victoria, es Dios la conduce a su término. La 3." lectura es un canto de gloria a t o d o
quien la alcanza (2 Sam 5, 17-25; 8, 1-14; 19, 10). Pero su lo que Cristo, Rey del universo, ha realizado para la instauración
función es sagrada; él es el ungido del Señor. Dios manifiesta del Reino en el que estamos insertos. A todos, pues, se nos invita
su presencia a su pueblo mediante la presencia del rey, y a través a hacer la experiencia de una vida vivida bajo un Rey, en un pue-
de él hace el Señor visible su soberanía, su poder, su gloria (Sal blo regio, pero bajo un Rey cuyo reino no es de este mundo.
72, 8 ; 110, 1). Es, pues, signo de Dios pero, a la vez, hombre
LECTURA DEL APÓSTOL Y
VIDA CRISTIANA HOY.
LAS SEGUNDAS LECTURAS DE LOS
DOMINGOS 22 A 34
Domingo 22. 0
CICLO A, p. 13
CICLO B, p. 17
CICLO C
CICLO A, p. 23
CICLO B
CICLO C
Domingo 24.0
Onésimo ya no es esclavo, debe ser acogido
como un hermano (Flm 9... 17)
CICLO C, p. 35
CICLO A
Domingo 26.° sando por uno de tantos", "como un hombre cualquiera", no sig-
nifican que Cristo fuera hombre aparentemente, sino que, excepto
el pecado, asumió toda la condición humana.
Pero el misterio de la redención no se para aquí, termina en
la gloria; el misterio de Pascua, centro de nuestra vida, es el de
una muerte pero también el de una resurrección en la gloria:
Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el "Nombre-sobre-todo-nombre",
CICLO A de modo que al nombre de Jesús
toda rodilla se doble
—en el cielo, en la tierra, en el abismo—
Tener en uno mismo los sentimientos del
Señor Jesús (Flp 2, 1-11) y toda lengua proclame:
"¡Jesucristo es Señor!",
San Pablo sigue insistiendo en nuestra íntima comunión con para gloria de Dios Padre.
Cristo, hasta el punto de que debemos tener en nosotros sus sen-
timientos. No podría llevarse a cabo la comunión con Jesús sin la Es la entronización de Cristo en su gloria: recibe un Nombre
unión íntima entre todos los que viven de él y por él. En Cristo y su Soberanía se proclama en todo el universo.
está el aliento. El tema del aliento, del consuelo en Cristo es queri- Es posible que este himno sirviera de aclamación litúrgica. La
do a san Pablo. De una forma que podría considerarse diplomá- liturgia lo ha recogido y lo canta en diversas ocasiones, entre ellas
tica, pero que de hecho es enteramente espiritual y teológica, el el viernes santo.
Apóstol expresa su deseo de ver realizarse entre los cristianos la San Pablo ofrece esta descripción como norma para el cris-
unidad; sería su mayor alegría como apóstol y como pastor. Sin tiano que vive en íntima comunión con Cristo hasta deber repro-
duda, había constatado en la comunidad de Filipos disensiones ducir en sí mismo las fases de la vida de Jesús.
creadas por la ambición de algunos y por propósitos de propio
bienestar o de una posición ventajosa. Por el contrario, el cris-
tiano debe considerar a los demás como superiores a sí mismo. CICLO B
Para comprender esta actitud hay que remitirse a la de Cristo.
La describe san Pablo, y quedará por los siglos como la teología Corrupción de la riqueza [Sant 5, 1-6)
de la kénosis de Cristo en cruz:
Una carta dura; se parece a una homilía destinada a desper-
El, a pesar de su condición divina, tar las conciencias. Sin que deba servir de bandera política, es
no hizo alarde de su categoría de Dios; aplicable hoy a las presentes situaciones, evitando las vulgaridades
al contrario, se despojó de su rango y superficialidad que semejante reproche tiene el riesgo de llevar
y tomó la condición de esclavo, consigo. El retrato de la riqueza está hecho con fuertes brochazos;
pasando por uno de tantos. una cruda pintura. La riqueza, al parecer tan deseable y brillante,
súbitamente se desmorona y no queda de ella más que míseros
Y así, actuando como un hombre cualquiera, jirones. No puede tener consistencia más que si la afrontamos
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, con la vista puesta en el último día; en relación con él, la riqueza
y una muerte de cruz. no tiene sentido ninguno, se convierte en una condenación. Está,
además, manchada de injusticias de toda clase: salarios no paga-
Se trata de toda la realidad del misterio de la redención que dos y que claman venganza, vida de lujo y de placer, mientras se
tiene por comienzo la Encarnación del Verbo. Las expresiones "pa- oprime a la gente. Han condenado al justo y le han matado sin
132 TIEMPO ORDINARIO, 2.a LECTURA
CICLO C, p. 53
El Dios de paz con nosotros (Flp 4, 6-9)
CICLO B
El pasaje contiene expresiones que pueden ofender a los oídos los cristianos para que entiendan mejor lo que es el ministerio de
y que hay que entender bien. Expresan todas ellas el hecho de la sus obispos y sacerdotes y les ayuden con su actitud, su servicio
Encarnación y apuntan, por lo tanto, a la naturaleza humana de y su oración. Es una perspectiva sacramental de la permanente es-
Cristo sin perjuicio alguno de su divinidad. tructuración de la Iglesia, trabajo que exige abnegación, renun-
Jesús ha sido puesto un poco por debajo de los ángeles, pero cia, fortaleza, sufrimiento y fidelidad al depósito de la fe, la cual,
a causa de su pasión y de su muerte, ha sido coronado de gloria. debiendo ser estudiada, profundizada, explicitada, nunca puede
Es el tema de la carta a los Filipenses (2, 1-11, Domingo 26.°, A). ser traicionada, ni sustituida por ideas personales que no estén
El autor de la carta a los Hebreos cita en el capítulo 2 el salmo 8, claramente contenidas en ella.
6: es el abajamiento de Jesús en su naturaleza humana. Jesús es
perfeccionado por el sufrimiento. No que no fuera perfecto en su
naturaleza divina, sino que tomó una naturaleza humana en todo
igual a la nuestra, excepto el pecado, de la que lleva las conse-
cuencias. Por eso es susceptible de perfección. De este modo, la
naturaleza humana asumida por Cristo será reparada y llevada a
su perfección mediante el sufrimiento. No es que el sufrimiento,
por sí mismo, sea fuente de perfección, sino el sufrimiento acep-
tado y ofrecido según los designios de Dios. En ese caso, el sufri-
miento lleva al perfeccionamiento de la gloria. Y si esto se ha
realizado en Jesús, debe realizarse en nosotros que somos sus
hermanos, por quienes él dio su vida.
CICLO C
CICLO C
Domingo 28.°
Muertos con él, viviremos con él (2 Tim 2, 8-13)
CICLO B, p. 73
DOMINGO 30.°, 2.a LECTURA 141
CICLO B
Domingo 30. 0 Jesús, sacerdote para siempre (Heb 5, 1-6)
CICLO B
El sacerdocio eterno de Cristo (Heb 7, 23-28)
CICLO C
La gloria del Señor Jesús en nosotros
(2 Tes 1, 11—2, 2)
CICLO B
Domingo 32. 0
El sacrificio único de Cristo (Heb 9, 24-28)
CICLO A
CICLO B tiano. El que no trabaje, que no coma el pan de los demás. Por su
parte, no es un consejo, sino una orden y una llamada.
J e s ú s , d e s p u é s d e haber ofrecido su sacrificio, Siempre hay el peligro, también hoy, de no guardar equilibrio
conduce a su perfección a los que ha santificado en la propia perspectiva de la vida por Dios. Se han podido dar
(Heb 10, 11... 18) épocas en las que algunas vidas llamadas contemplativas no han
resistido a un cierto desequilibrio, olvidando la vida material, dado
Prosigue la enseñanza de la doctrina del único sacrificio de que los demás se preocupaban en lugar de ellos. La vida actual tie-
Cristo y de su eficacia infinita. Su punto de partida es la com- ne esto de bueno, que hace imposible tal actitud; sin duda, es una
paración con el sacrificio del Antiguo Testamento. Los repetidos gracia de Dios esa vuelta de todos a la necesidad de trabajar para
sacrificios del Antiguo Testamento jamás pudieron borrar los pe- ganar el pan, intentando un justo equilibrio entre oración y
cados ; los sacerdotes lo ofrecían de pie. Jesús, en cambio, ha trabajo.
ofrecido un único sacrificio y está sentado para siempre a la
derecha de Dios. Es la continuación de lo dicho el domingo an-
terior. Sin embargo, hemos de reflexionar sobre la última afirma-
ción de este pasaje: el cristiano queda aquí configurado como
quien ha sido llevado hasta su perfección. ¿Podemos suscribir esta
afirmación, cuando a diario experimentamos la debilidad? Tene-
mos que entender esta frase como la afirmación de lo que Cristo
nos ha merecido, en principio, por su sacrificio: nos ha conducido
objetivamente a la perfección, pero nos queda incorporarnos a
esa situación que se nos ofrece. Una vez más constatamos, así, el
estado de tensión de toda existencia verdadera del cristiano: está
ya santificado y, por otra parte, está obligado siempre a incor-
porarse a la santificación que se le ofrece. Esa es la razón de que,
aunque el sacrificio de Cristo es único, nuestra debilidad exige que
sea actualizado frecuentemente por nosotros. Aunque no hay que
buscar ya ningún sacrificio para la expiación del pecado, el propio
Cristo ha querido que se actualice su única ofrenda y su único
y definitivo perdón.
CICLO C
CELEBRACIONES DE FIESTAS
CICLO A, p. 110
CICLO B, p. 113
CICLO C, p. 116
CUADRO DE LECTURAS DE ALGUNAS FIESTAS
2 de febrero: Presentación del Señor segunda fiesta de Epifanía. También nosotros estamos invitados a
reconocer en la Iglesia, en los demás, en los acontecimientos, la
Salvación que nos es ofrecida. Cada sacramento es, ante todo,
una epifanía del Señor, al que encontramos y que nos orienta al
encuentro definitivo.
Sólo en el siglo VII aparece la mención de la celebración de Las dos columnas de la Iglesia, que tienen cada una en Roma
la fiesta de la Anunciación en un antiguo evangeliario. Aunque una su basílica respectiva, han sido festejadas siempre juntas en la
inscripción hallada en las ruinas de una antigua basílica de Na- Iglesia de Roma. Tenemos ya un testimonio cierto de esta cele-
zaret lleva las palabras "Ave María", es difícil afirmar que ya en bración en Roma hacia mediados del siglo III en el calendario
el siglo IV se hubiera dedicado a la Anunciación una iglesia o una Filocalio y en el martirologio Jeronimiano el 29 de junio. Estos
celebración. Tanto en Oriente como en Occidente, es en el siglo VII documentos anuncian la fiesta señalando los sitios de celebración:
cuando aparecen trazas de una celebración de esta fiesta. de san Pedro, en la Vía Aurelia y en las Catacumbas (Vía Appia);
de san Pablo, en la Vía Ostiense. Hay, por lo tanto, tres fiestas
en su honor, como lo confirma un documento del siglo V en un
Será llamado Hijo de Dios (Le 1, 26-38) himno.
No podemos relatar aquí las investigaciones históricas y ar-
Cfr. vol. 2. queológicas que tratan del tema, así como del lugar del martirio
y del enterramiento del cuerpo de los dos apóstoles. Remitimos a
las numerosas obras escritas sobre este asunto.
He aquí que la Virgen concebirá (Is 7, 10-14)
Heme aquí para hacer tu voluntad (Heb 10, 5-10) Cfr. Domingo 21.°, A, vol. 6.
Cfr. 4.° domingo de Adviento, vol. 1
El Señor me ha arrancado de las manos de
El prefacio de la fiesta, así como los formularios de oración, Herodes (Hech 12, 1-11)
recuerdan la historia de la Anunciación como cumplimiento de la
promesa (prefacio) e insisten en las dos naturalezas de Cristo.
En realidad, la fiesta es un doblete de lo que se celebra duran-
te el Adviento; pero se entiende que el desarrollo de las cele-
braciones de la Natividad de Jesús haya conducido a celebrar de Recibir la recompensa del vencedor
forma particular este episodio de su venida en la carne. (2 Tim 4, 6... 18)
15 de agosto: Asunción de la Virgen María se subraya con fuerza tanto en la 1.a oración, como en la oración
sobre las ofrendas y en el prefacio. Este último, sobre todo, de-
clara: "Con razón no quisiste, Señor, que conociera la corrupción
del sepulcro la mujer que, por obra del Espíritu, concibió en su
seno al autor de la vida". Él mismo prefacio ve en la Virgen la
perfecta imagen de la Iglesia futura, aurora de la Iglesia triun-
fante. Pero la Iglesia se pone bajo la protección de la Madre de
Dios subida al cielo: "Ella es consuelo y esperanza de tu pueblo,
todavía peregrino en la tierra" (prefacio), nos hace estar atentos
"a las realidades divinas" (oración), nos sostiene en el deseo de
Los griegos llamaban a esta fiesta, destinada a conme- la resurrección y de nuestra subida a la gloria (oración después
morar la muerte de la Virgen, Kóimesis, en latín, Dormitio, Depo- de la comunión).
sitio, A1 átale, Transitus, pero se conmemoraba al mismo tiempo su
asunción. En realidad, nada se sabe del final de la Virgen María.
En el siglo V es cuando aparece la fiesta en libros litúrgicos de la
época. La liturgia de Roma tenía una festividad de la Virgen fe-
chada para el 1 de enero, restaurada actualmente en el nuevo
Misal. Esta fiesta, que data del siglo V, no conoció ninguna otra
antes del siglo VIL Pero hay que observar que la institución ofi-
cial de una fiesta es, la mayoría de las veces, resultado de una
devoción concreta muy extensa y que puede remontarse hasta
muy arriba, como es constatable en la devoción del pueblo cristia-
no a la Asunción de la Virgen, cuya definición dogmática venía
simplemente a confirmar la fe de todo el pueblo cristiano en su
conjunto. Se puede decir que la fiesta empieza a celebrarse en
Jerusalén hacia mitad del siglo V; en el VII ya está extendida de
manera oficial en todo el mundo latino.
Cfr. 4.° domingo de Pascua, B, vol. 4. Elegidos antes de la creación del mundo
(Ef 1, 3... 12)
La fiesta se centra en la intercesión de los santos del cielo
por nosotros. Aluden a ello la primera oración y l a oración sobre Cfr. 1 de enero, vol. 1.
las ofrendas. Por otra parte, la celebración tiene u n carácter es-
catológico fuertemente marcado. El prefacio contempla al conjun- Las oraciones y el prefacio recuerdan lo esencial del dogma:
to de los santos que cantan eternamente la alabanza del Padre. la Virgen preservada por la gracia preveniente, la Virgen prepa-
Pero esto debe ser para la Iglesia entera un aliento, p u e s ella rada para que alumbrase al Hijo. El prefacio ve además en la
marcha también por el camino de la fe, animada por el ejemplo Virgen inmaculada la prefiguración de la Iglesia, la prometida sin
de los santos. Así se expresa el prefacio. La oración de después mancha ni arruga, resplandeciente de belleza. Recurrimos a su
de la comunión, normalmente escatológiea, pide q u e "pasemos de intercesión porque, escogida entre todas las mujeres, interviene
esta mesa de la Iglesia peregrina al banquete d e l Beino de los en favor del pueblo de Dios, para el que ella es un ideal de
cielos". santidad.