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Tema 2.

Ensayos resistentes de la madera.


Durabilidad natural e impregnabilidad.
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Índice

1. Estructura microscópica de la madera


1.1. La madera de coníferas
1.2. La madera de frondosas.
2. La pared celular: propiedades higroscópicas de la madera.
2.1. Composición.
2.2. Higroscopicidad.
3. Durabilidad de la madera: medidas constructivas.
4. Impregnabilidad de la madera
4.1. Medidas contructivas.
5. Adopción de medidas en la mecanización.
5.1. Preparación de la madera: Secado.

 1. Estructura micróscopica de la
madera

La madera no es un material homogéneo, está formado por diversos tipos de


células especializadas que forman tejidos. Estos tejidos sirven para realizar las
funciones fundamentales del árbol; conducir la savia, transformar y almacenar los
alimentos y formar la estructura resistente o portante del árbol.
Tanto las maderas de coníferas como las frondosas presentan dos tipos de tejidos
comunes, los tejidos prosenquimatosos y los tejidos parequimatosos.
Tejidos prosenquimatosos: denominados comúnmente conductores, son tejidos
formados por células alargadas, fusiformes o filoformes, firmemente unidas por
sus extremos puntiagudos de membranas engrosadas y sin contenido
protoplasmático o con muy poco.
Tejidos parequimantosos: están constituidos por células más o menos
isodiamétricas y no lignificadas.
Las principales diferencias entre las coníferas y frondosas vistas al microscopio
son:
1. Las frondosas presentan vasos, mientras que las coníferas carecen de ellos.
2. La madera de coníferas posee radios leñosos uniseriados, salvo en aquellas
especies en las que la presencia de canales resiníferos ensanchan el radio.
3. La estructura de las frondosas es más compleja.
4. Las frondosas son más ricas en parénquima que las coníferas.

1.1. La madera de coníferas

Las maderas coníferas están constituidas por tres elementos en lo que


corresponde a su estructura interna:
Traqueidas normales: elemento de conducción interior formado por tejido
fibroso lignificado, con punteaduras rebordeadas y extremos no perforados.
Punteaduras: son canales existentes en las traqueidas que permiten el paso de
sustancias entre traqueidas además de estar relacionadas con los fenómenos de
transporte de savia a través de las traqueidas mediante su apertura y cierre,
provocando diferencia de presiones que dan lugar al movimiento de los líquidos.
Parénquima: las células de parenquimatosas sirven en la albura, mientras están
vivas, como elemento conductor y de almacenamiento. A medida que crece el
árbol este van cesando su actividad pasando a formar parte del tejido que da
resistencia y sostén al árbol.

1.2. La madera de frondosas.

Los elementos que constituyen la estructura de las frondosas son los siguientes:
Vasos: la presencia de vasos en una madera es indicativo de su pertenencia al
grupo de las frondosas. Son tubos de conducción de agua y savia. Extremos
perforados.
Punteadura: son canales existentes entre los vasos.
Traqueidas: apariencia de vaso pero con punteaduras y sin perforaciones en los
extremos.
Fibrotraqueidas: células largadas con crecimiento longitudinal, paredes gruesas
y con punteaduras.
Fibras: constituyen el elemento de sostén junto con las fibrotraqueidas. Son
células fusiformes.
Parénquima: las células de parenquimatosas sirven en la albura, mientras están
vivas, como elemento conductor y de almacenamiento. A medida que crece el
árbol este van cesando su actividad pasando a formar parte del tejido que da
resistencia y sostén al árbol.

 2. La pared celular:
Propiedades higroscópicas de la
madera.

Las células que forman la madera están compuestas por pared primaria y pared
secundaria.
La pared primaria, se encuentra en células jóvenes y áreas en activo
crecimiento, por ser relativamente fina y flexible, en parte por presencia de
sustancias pépticas y por la disposición desordenada de las microfibrillas de
celulosa. Las células que poseen este tipo de pared tienen la capacidad de volver
a dividirse por mitosis: desdiferenciación. Ciertas zonas de la pared son más
delgadas formando campos primarios de puntuaciones donde plasmodesmos
comunican dos células contiguas. La pared primaria está en contacto con la
lámina media.
La laminilla media es el estrato común situado entre dos células vecinas. Está
formada por pectinas que actúan como elemento de cohesión de las células para
formar los tejidos.
La pared secundaria por su parte, está formada por capas sucesivas depositadas
internamente a la pared primaria de la que se difiere por la orientación de las
microfibrillas que difiere en cada una de las tres capas que se suelen formar en la
pared secundaria. También se diferencia en su composición ya que posee gran
cantidad de lignina confiriéndole a la pared propiedades elástica e inextensible.

2.1. Composición

Estas capas de la célula se componen principalmente de celulosa, lignina y


hemicelulosas, es de gran importancia su estudio previo para poder explicar la
estructura de la célula y de la madera, además son los componentes implicados
en la degradación de la madera por agentes bióticos o abióticos.
Celulosa: es uno de los componentes químicos principales de la pared celular de
la madera y se encuentra acompañada por poliosas y ligninas, que se encuentran
íntimamente asociada a ella formando complejos lignina –polisacáridos y
polisacáridos- polisacáridos, por lo que se podrá entender que su separación
requiere de tratamientos químicos fuertes y generalmente queda con impurezas.

Hemicelulosas: son heteropolisacáridos de gran abundancia en el reino vegetal y


en las plantas superiores lignificadas. En la madera pueden ser consideradas
como la fracción soluble en álcali y estable que se obtiene de la madera libre de
extraíbles.

Lignina: es un polímero de naturaleza aromática con alto peso molecular que


tiene como base estructural unidades de fenil-propano y probablemente está
ligada a los polisacáridos (poliosas) de la madera.

La lignina es el tercer componente fundamental de la madera, presentándose


entre el 15% y 35% de su peso.
La lignina es la substancia que los productores de celulosa y papel quieren no ver
en su madera, la manipulación genética de árboles para producir menos lignina o
un tipo de lignina diferentes que podría ser más fácilmente retirada son de
tremendo interés económico para el sector forestal.

Se localiza principalmente en la lamela media donde se deposita durante la


lenificación del tejido vegetal. Cuando el proceso de lenificación se completa,
generalmente coincide con la muerte de la célula, formando lo que se considera
tejido de resistencia. De allí se concluye que la lignina es un producto final del
metabolismo de la planta.

Composición de la lignina

Es un hecho comprobado que en la composición química elemental de la lignina


aparecen única y exclusivamente carbono, hidrógeno y oxígeno. La composición
básica elemental en términos de porcentajes varía particularmente si la lignina es
obtenida de árboles coníferas o latifoliadas y de como ha sido el método de
separación de la misma.
Sustancias pépticas: son una mezcla de polímeros ácidos y neutros muy
ramificados. Constituyen el 30% del peso seco de la pared celular primaria de
células vegetales. En presencia de aguas forman geles. Determinan la porosidad
de la pared, y por tanto el grado de disponibilidad de los sustratos de las enzimas
implicadas en las modificaciones de la misma. Las pectinas también proporcionan
superficies cargadas que regulan el pH y el balance iónico. La pectina es el
principal componente enlazante de la pared celular de los vegetales y frutas,
especialmente en la piel de las frutas.

2.2. Higroscopicidad
La madera es un material higroscópico que tiende a absorber o perder agua
según las condiciones del ambiente (humedad relativa y temperatura del aire). De
esta forma a cada estado ambiental corresponde un grado de humedad de la
madera, llamado humedad de equilibrio higroscópico (HEH).

Así por ejemplo, una madera colocada en un local a 20°C de temperatura y con
una humedad relativa del 40%, alcanzará una humedad de equilibrio del 8%. Por
tanto será necesario secarla previamente hasta esta humedad, para que sufra las
mínimas alteraciones dimensionales posibles. La madera deberá tener la
humedad correspondiente a la humedad de equilibrio higroscópico de las
condiciones higrotérmicas de servicio. De esta manera se reducen los
movimientos que podrían ocasionarse a causa de la variación de su grado de
humedad.

La higroscopicidad de la madera se mide como la variación de la densidad de la


misma cuando su contenido de humedad varía en un 1 por 100.
Sorción de agua por la madera
La existencia del agua en la madera no sólo se debe a sus propias necesidades
fisiológicas, como el transporte de sustancias alimenticias, sino que, debido a la
naturaleza polar de su pared celular, hace que ésta se encuentre en continuo
intercambio con el vapor de agua atmosférico.

El agua se puede encontrar en la madera fundamentalmente de tres formas:


Agua de constitución: aquella que forma parte de la composición química de la
propia pared celular de la madera.

Agua de impregnación: aquella que queda retenida por la pared celular de la


madera, hasta la saturación, como consecuencia de su naturaleza higroscópica.

Agua libre: es el agua existente dentro del lumen de las células y es la que el
árbol necesita para la conducción de sus elementos nutritivos. Cuando esta agua
se pierde, solamente se puede recuperar mediante la inmersión directa de la
madera en el agua y nunca a partir de la humedad del aire.
El agua de impregnación de la pared celular es la más importante desde el punto
de vista de variaciones dimensionales, puesto que es la encargada de los
fenómenos de hinchazón y merma de la madera.
La existencia de celulosas y hemicelulosas implica la presencia de grupos polares
H-C-OH y H-C-CH2OH en la pared celular.
Dichos grupos tienen naturaleza polar, y siendo el agua un compuesto polar, esta
puede ser retenida por ellos, confiriéndole estos la naturaleza higroscópica de la
celulosa y por extensión a la madera. Por una razón similar se admiten estas
valencias residuales como uno de los factores más importantes en la adhesión de
colas/madera y barnices/madera.

Sorción molecular

Por su naturaleza higroscópica, consecuencia de la presencia de grupos OH en la


pared celular de las células vegetales que forman el tejido xilemático, la madera
tiende constantemente hacia un equilibrio dinámico con el aire que le rodea.
No obstante, dicha higroscopicidad no dejaría de ser superficial, exterior o
perimétrica a la célula, si no existiesen intersticios en el interior de la pared
celular, que permitiesen la entrada de moléculas de agua.
Por todo lo dicho, si a una madera seca, no necesariamente en estado anhidro, se
la expone a unas condiciones higrotérmicas que corresponden a una humedad de
equilibrio superior a la que inicialmente presenta, ésta empezará a admitir
moléculas de agua del medio ambiente que la rodea.
La naturaleza polar de las propias moléculas de agua que penetran por los
espacios o intersticios de la madera, hace que sean retenidos por los grupos OH,
de las moléculas de celulosa que configuran la pared celular, quedando retenidos
por ésta.
No obstante, la retención por parte de los grupos OH de la pared celular, de las
moléculas de agua, no es un proceso anárquico o desordenado, sino que se rige
por un fenómeno de 07rdenación, consecuencia de la naturaleza polar de los
cuerpos en contacto.
Dicha entrada de agua, que en un principio pudiera parecer que supone un
aumento de volumen, origina un proceso de contracción volumétrica inicial,
originado por ese fenómeno de ordenación polar de la molécula de agua.
Por otra parte el hecho de pasar de un estado de energía superior, como es el que
posee una molécula de agua en movimiento, a un estado de energía inferior,
como es el que posee una molécula de agua atrapada por la trama polar de la
pared celular, hace que esa energía inicial se transforme. Esa transformación se
realiza provocando un desprendimiento de calor, conocido con el nombre de Calor
de Hinchazón.

Adsorción.

La segunda fase de sorción la constituye la adsorción. Dicha fase tiene lugar como
consecuencia de la gran cantidad de intersticios que posee la madera.
Esta superficie conforma un intrincado sistema submicroscópico que origina un
sistema capilar, capaz de retener las moléculas de agua sorbidas molecularmente.
Esta fase es exotérmica, ya que se ha demostrado que disminuye al aumentar la
temperatura.

Condensación capilar

Si seguimos aumentando la humedad relativa del aire que rodea la madera, hasta
llenar los espacios intermicelares, llegará un momento en que se podrán formar
meniscos. La condensación, denominada capilar, se podrá producir en aquellos
capilares cuyo radio tenga un valor adecuado en función de la humedad y la
temperatura.
La condensación capilar sólo se podrá realizar en la pared celular y no en lumen
de las células.
Cuando en todos los capilares cuyos radios son compatibles con las condiciones
higrotérmicas del aire se ha producido la condensación, la madera habrá
alcanzado por sorción su humedad máxima en la pared celular. A esta humedad
se la llama “Punto de saturación de las fibras” aunque más correctamente se
debería llamar “Punto de saturación de la pared celular”.
debería llamar “Punto de saturación de la pared celular”.
Debido a que la composición química y estructura capilar de la madera sea muy
similar en todas las especies hace que el punto de equilibrio higroscópico para
unas condiciones higrotérmicas sea muy parecido en todas las especies.

Movimiento del agua en la madera

El agua en la madera, bien sea en estado molecular, de vapor o de líquido, se


mueve por los espacios huecos que existen en la misma y por los cuales puede
pasar al menos en forma de molécula. Los espacios que se encuentran en la
madera son espacios interfibrillas elementales, cuyas dimensiones varían entre 2
y 3 veces el diámetro de la molécula del agua. Estos espacios son de dimensiones
permanentes en el caso de la madera.
El lumen de la célula, por su parte, están poco afectado por la hinchazón y sus
dimensiones son de entre 50.000 y 100.000 veces el diámetro.
A tenor de lo dicho puede deducirse que la madera es un sistema de canalículos
que permite la circulación de líquidos en su interior e incluso la fijación de
sustancias cuya naturaleza sea polar.
Por estas razones expuestas, se concluye que la madera que sufre cambios
dimensiones de hasta un 30 por ciento de contenido en humedad, conocido como
punto de saturación de las fibras que es el punto hasta el cual la pared celular
incorpora agua. A partir de este porcentaje la madera continúa absorbiendo agua,
pero se deposita en los espacios libres de las células, lo que supone que no existan
cambios dimensionales únicamente en su peso.

 3. Durabilidad natural de la
madera. Medidas constructivas.

El amplio concepto de durabilidad natural comprende aquellas características de


resistencia que posee la madera sin tratamiento frente al ataque de hongos,
insectos y otras influencias. Esta resistencia es debida a los componentes
accesorios, los que actúan en forma diferente dependiendo del agente de que se
trate.

Clasificación de la madera por su durabilidad

La durabilidad natural se establece mediante ensayos normalizados en campo o


en laboratorio. Estos usualmente consisten en clavar estacas en tierra y
comprobar de forma natural el tiempo que transcurre hasta que se produce su
rotura o degradación en laboratorio sometiendo a las piezas de madera a
condiciones controladas e igualmente determinar su tiempo de degradación.
Para establecer la durabilidad natural de la madera hay que tener en
consideración:

-Los agentes destructores a los que ha de enfrentarse.


-La exposición en la que se encuentre.
-La especie de madera que se trate.
-Qué parte de la madera se encuentra expuesta a un posible ataque.

Los agentes bióticos destructores de la madera son, de forma general, los hongos
xilófagos, los insectos xilófagos de ciclo larvario (líctidos, anóbidos y
cerambícidos), los insectos xilófagos sociales (termitas) y los xilófagos marinos.
La exposición en la que se encuentra determina la clase de uso.
De manera sencilla se han determinado 5 situaciones o clases de uso
(antiguamente identificados bajo la denominación ‘clases de riesgo’), reagrupadas
bajo la norma EN-335-1,2 y 3:

-Clase de uso 1: maderas para interior con una humedad inferior al 20 por cien
to.
-Clase de uso 2: maderas para interior con una humedad ocasionalmente superior
al 20 por ciento.
-Clase de uso 3: maderas para exterior sin contacto con el suelo, con una hume
dad frecuentemente superior al 20 por ciento.
-Clases de uso4: madera de exterior en contacto con el suelo o en posición hor
izontal con una humedad permanente superior al 20 por ciento.
-Clase de uso5: madera permanentemente en contacto con agua marina.

Cada uno de los agentes destructores anteriormente mencionados podrá estar o


no presente según la clase de uso en la que se encuentre la pieza.
De forma general se podrá aproximar que las especies de frondosas tendrán una
durabilidad distinta de las especies de coníferas, aunque entre cada uno de estos
grupos habrá diferencias importantes de unas especies a otras.
También existen otros tipos de generalidades según familias:

Frondosas
Albura sensible frente a hongos xilófagos, termitas y xilófagos marinos. Duramen
durable frente a líctidos y anóbidos.

Coníferas
Albura sensible frente a hongos xilófagos, termitas y xilófagos marinos. Duramen
durable frente a anóbidos e hylotrupes.
También cabe destacar dentro de cada especie el diferente comportamiento del
duramen y de la albura para una misma exposición. Evidentemente más
fácilmente atacable la albura que el duramen.

Durabilidad natural frente a hongos xilófagos


Los hongos xilófagos pueden atacar a la madera esencialmente en las
exposiciones al exterior, no cubierto, con o sin contacto con el suelo o en contacto
con agua dulce.
La durabilidad de la madera dependerá de la clase de la que se trate, oscilando
entre los 15 años como muy durable y los 3 años como no durable.
De forma general se puede decir que la madera de albura es no durable frente a
una exposición en la que pueden estar presentes hongos xilófagos.

Durabilidad natural frente a líctidos


Los líctidos (polilla) pueden atacar a la madera esencialmente en las exposiciones
cubiertas y sin contacto con el suelo o con humedad ocasional, correspondiente a
las clases de uso 1 y 2.
Los líctidos sólo atacarán a algunas especies de frondosas, considerando a las
coníferas como no atacables por estos agentes.

Durabilidad natural frente a anóbidos


Los anóbidos, como la carcoma, además de las exposiciones referidas a los
líctidos, también pueden estar presente en la exposición no cubierto y sin contacto
con el suelo, correspondiendo a las clases de uso 1,2 y 3.
Al igual que en el caso anterior, se considera la madera de duramen durable en
todos los casos. Los ataques en madera de albura serán variables según las
especies.

Durabilidad natural frente a cerambícidos


Al igual que en el caso de los anóbidos, los cerambícidos (carcoma gruesa)
pueden estar presentes en las clases de uso 1,2 y 3.
El Hylotrupes bajulus sólo ataca a las coníferas, mientras que el Hesperophanes
cinereus sólo ataca a las frondosas del sur de Europa.

Durabilidad natural frente a las termitas


Están presentes en una exposición al exterior, no cubierto, en contacto con el
suelo o con agua dulce, presente en la clase de uso 4.
La albura siempre es atacable, aunque la resistencia del duramen es catalogada
como durable, mediamente durable o sensible, hay que señalar que el término
durable no indica resistencia total ante las termitas.

Durabilidad natural frente a xilófagos marinos


Están presentes en una exposición en contacto permanente con agua sallada, por
lo que le corresponde una clase de uso 5. Otros ataques a tener en cuenta son los
abióticos como los radiales UV e infrarrojos, así como las inclemencias
meteorológicas.

 4. Impregnabilidad de la madera.

La impregnabilidad de la madera es la capacidad que ésta presenta para que un


líquido protector pase por su interior. En general, la madera de albura se
impregna mejor y más fácilmente que la de duramen. Se podría decir, de forma
general, que las especies de madera más fáciles de impregnar son las que tienen
una durabilidad menor.
La cantidad de producto que entre en la madera dependerá también del método
de tratamiento que se utilice, consiguiéndose mayores penetraciones forzando la
entrada del producto en el interior de la madera.

4.1. Adopción de medidas constructivas .

De forma general, como consecuencia de un tratamiento protector, la madera no


ve afectadas sus propiedades mecánicas resistentes, si bien se ve incrementada
su resistencia frente a agentes deteriorantes de origen biótico o abiótico.
Con los tratamientos químicos protectores se pretende aumentar la durabilidad de
la madera, tanto con carácter previo, tratamientos preventivos para aquellas
maderas que se vayan a colocar en espacios de alto riesgo, como de carácter
curativo, para las que se encuentren puestas en servicio y se encuentren en mayor
o menor medida afectadas. De esta forma se puede evitar los efectos de agentes
degradadores que puedan actuar sobre la madera o al menos retrasar y mitigar la
acción de éstos.
Es conveniente emplear al mismo tiempo métodos constructivos, tendentes a
reducir en lo posible la actuación de estos agentes, como pueden ser los aleros de
protección de fachadas, al elevación (intento de aislamiento) de los durmientes
respecto al suelo, evitando un contacto directo con humedad permanente, las
testas inclinadas para evitar retención de humedad.

Acumulación de agua y suciedad. Ventilación. Vías de desagüe


La madera, por la disposición longitudinal de sus vasos, tiene una capacidad de
intercambio de sustancias mucho más elevada por sus testas que por ninguno de
sus lados y cantos.
Esto provoca, por ejemplo, que si dejamos un pilar en contacto directo con el
suelo, el agua que se pueda acumular alrededor de su base es muy fácilmente
absorbida por capilaridad con lo cual fomentamos un foco de pudrición
importante.
Un error bastante común es el de introducir el pilar en una caja que evita el
desplazamiento lateral, pero que acumula el agua que escurre del pilar. Esta agua
es absorbida por testa y puede provocar una pudrición, que una vez que se revela,
cuando es visible por encima de la caja, el grado de pudrición es ya muy elevado.
También en aleros es importante resguardar las testas de los pares del contacto
directo con el suelo y las inclemencias. Éstos han de sobresalir más de 80
centímetros para proteger los paramentos verticales.
En general, cualquier acumulación de agua tarde o temprano es absorbida por la
madera si ésta no es desaguada o se facilita su evaporación. Por esto es muy
importante mantener todas las uniones bien ventiladas, para que las
humidificaciones sean ocasionales y en los casos que no sea posible, facilitar con
inclinaciones el desagüe de la misma. Asimismo, es recomendable alejar la
madera del suelo entre 30 y 50 centímetros para evitar las salpicaduras de la
lluvia.
Es preciso ser más meticulosos con todas estas medidas en las zonas más
castigadas por el sol, ya que son las que más van a deteriorarse. En las zonas no
expuestas al sol, la madera se conserva mejor. Luego la protección de las
fachadas y entarimados con sombras, bien por aleros, árboles, porches, etc.
Retrasará el deterioro de éstas.

Holguras
La madera expuesta al exterior va a sufrir las condiciones más extremas. Así, los
grandes movimientos dimensionales serán habituales.
En su puesta en servicio se debe prever unos espacios para el libre movimiento de
la madera. De no tenerse en cuenta, la madera al hinchar y hacer ‘tope’ unas
piezas con otras se ve obligada a un movimiento perpendicular al no poder
desplazarse en su plano.
De la misma forma que la madera colocada en obra sin estabilización previa, al
mermar desde una posición de unión, se abrirá una separación que
originariamente no había.

 5. Adopción de medidas en la
mecanización.

5.1. Preparación de la madera: secado

El secado es el procedimiento de eliminar el agua de la madera, para obtener un


producto sin defectos ni alteraciones que mermen su valor y que puede seguir
transformándose sin causar problemas derivados del secado. Pero el concepto
desecado va más allá de una simple definición, abarca el conocimiento de la
materia prima, de su comportamiento y de los equipos utilizados para un
procesamiento óptimo.
Uno de los procesos más exigentes en la preparación de la madera para usos
industriales y domésticos es el secado. De hecho, de su correcto desarrollo
depende que este material ofrezca buenos resultados durante y después del
proceso de transformación. La madera es un tejido vivo, que al momento del
corte, es bastante húmedo, llegando a tener un 50% de humedad en peso. El
secado puede realizarse de manera natural o artificial, con una cámara de
secado, que acelera el proceso. Incrementando la temperatura del aire, (con el
consiguiente aumento del nivel de humedad de saturación, permitiendo al aire
estar relativamente más seco con la misma humedad absoluta inicial), se
promueve el secado de las fibras de la madera, las cuales eliminan su humedad al
aire caliente que las rodea. Si la humedad de equilibrio no se alcanza, hay riesgo
de deformaciones y contracciones, que disminuirían la calidad del producto
terminado, reduciendo el valor del producto. El secado artificial permite tener un
mejor control del proceso, controlando el tiempo de secado y la velocidad de
pérdida de humedad, evitando problemas a la madera.
Los sistemas de secado más empleados son los siguientes:

Secado Natural
Se aplica en distintos lugares del mundo y para diversos casos, pero en especial
cuando no se cuenta con recursos para montar otros sistemas. Existen diferentes
maneras de secar naturalmente: desde los encastillados particulares o
apilamiento de la madera. Pese a lo popular de esta modalidad, el sistema tienen
como principal inconveniente el elevado tiempo que demanda difícil de establecer
pues depende de variables como la cantidad de luz solar, la velocidad del viento,
la exposición a puntos cardinales, la condensación y humedad relativa ambiental,
entre otros y la reducida homogeneidad en los resultados, pues no toda la madera
seca de igual forma, razón por la que no se puede establecer con exactitud la
humedad final que generalmente, no baja del 15 por ciento con éste sistema.

Cámaras Convencionales
Trabajan con temperatura media-alta y son las más usadas en el mundo, existe
una gran variedad, dependiendo de su configuración, aunque funcionan bajo un
mismo principio. Cuentan con una caldero a leña o carbón o gas, que calienta el
agua de 90° C a 100°C, para luego hacer pasar el líquido por unos
intercambiadores de calor o radiadores (serpentines) instalados en el interior del
horno, en donde también se instalan ventiladores de gran capacidad que generan
aire caliente, gracias al paso de éste por los radiadores.
Además, están provistos de unas boquillas de aspersión de agua usadas cuando es
necesario humectar o aumentar la humedad relativa de la cámara, y unas
chimeneas o ventilas ubicadas en ambos extremos del horno que pueden ser
abiertas o cerradas para controlar, tanto la humedad como la temperatura. En
algunas cámaras el vapor de agua cumple doble función: calentar y humedecer el
ambiente.

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