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93 (1812)
La penúltima sinfonía de Beethoven tuvo varias críticas, buenas y malas. Calificándola él
mismo como “Una pequeña sinfonía” (Carta a Salomón, 1 de junio de 1815) y considerada
un paréntesis de reposo entre la Séptima Sinfonía (1811) y la Novena (1824). Compuesta
entre 1811 y 1812, siendo su primera ejecución el 27 de Febrero de 1814. Se publicó sin
dedicatoria, al mismo tiempo que la Séptima, por Steiner, de Viena.
Compuesta en poco menos de un mes y su expansión fue más lenta que la de sus hermanas.
Con tiempos graciosos; “Scherzo” la ligereza y gracia son rasgos de la partitura, la orquesta
siendo la misma que la Primera, Segunda y Séptima.
La “Pequeña Sinfonía” tiene influencias italianas, ya que Beethoven se había dejado influir
por Rossini. Desde su juventud, el compositor anunciaba ser de espíritu rossiniano. Fue
menospreciada y criticada fuertemente por sus dimensiones, pero fueron Berlioz y Wagner
los primeros en hacerle justicia a la Octava, de críticos como Chantavoine, la consideraban
inferior a las otras sinfonías. Sin embargo, igual se encontraban críticos como Weingartner,
quien dijo “En la diadema de nueve estrellas que resplandece sobre el maestro, la Sexta y
Octava brillan con dulce y fina claridad…”1,
Con cuatro danzas, La Danza del Trigo es una melodía lenta, acompañada por piano e
instrumentos de cuerda tocano pizzicato recordando así, el sonido de la guitarra. La Danza
1
Ernesto de la Guardia. (1948). Las sinfonías de Beethoven: su historia y análisis. Buenos Aires: Ricordi
Americana.
Finale, es una danza típica de los gauchos; rápida, sincopada, y ritmos que producen efectos
de percusión.