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psicología

Observaciones psicológicas
sobre el problema de la pedofilia

Giovanni Cucci y Hans Zollner

Características psicológicas
de la pedofilia

Los medios de comunicación La fenomenología pedofílica pre-


han concedido amplia cobertura senta algunos elementos comunes
a los abusos sexuales perpetrados con otras manifestaciones psicoló-
sobre menores por parte de miembros gicas indicadas con los términos
del clero de la Iglesia católica, «perversiones», «desviaciones»,
particularmente en Irlanda «parafilias». Con estos vocablos se
y Alemania. Como consecuencia de señala un trastorno en la modali-
estos hechos el Papa Benedicto XVI dad de la excitación sexual, que se
ha escrito recientemente una carta manifiesta en ocasiones totalmente
pastoral a los católicos irlandeses. particulares, cuando se ven objetos
El presente artículo, además de o prendas de vestir (fetichismo),
condenar los hechos, pretende cuando se visten prendas propias
establecer una serie de rasgos acerca del otro sexo (travestismo), cuando
de la personalidad del pedófilo se observan las relaciones sexuales
que permitan una mejor comprensión que mantiene otros (voyeurismo),
del problema denunciado. cuando se muestra a otros la pro-
pia desnudez (exhibicionismo),
cuando se inflige humillaciones,
violencias, e incluso hasta la muer-

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te al compañero sexual (sadismo, tistical Classification of Disease and


estupro), o cuando se molesta, se Related Health Problems (ICD-10),
inflige violencia, o se tiene relacio- publicada en Ginebra, 1992.
nes sexuales con niños o adoles-
centes (pedofilia, efebofilia). Las parafilias se clasifican entre
los trastornos «clínicos» (los lla-
La cuarta edición corregida del mados trastornos del Eje I), es de-
Manuale Diagnostico e Statistico del cir, los «trastornos que ordinaria-
Disturbi Mentali (DSM IV-TR), pu- mente aparecen en la primera, en
blicada en el 2000 por la Asociación la segunda infancia, o en la ado-
Psiquiátrica Americana (APA), si- lescencia» 1. Éstas influyen de mo-
do significativo sobre la dinámica
psíquica general del individuo,
hasta la psicosis: entre ellas se en-
cuentran la esquizofrenia, los tras-
un elemento importante
tornos afectivos, de ansiedad, di-
desde el punto de vista sociativos, el uso de drogas y la
de la psicodinámica general demencia.
es la gran escasez La pedofilia en particular se define
de relaciones en paridad: como una específica actividad se-
el pedófilo se interesa xual o fantasía sexual que tiene por
objeto a niños menores de 13 años,
por personas más jóvenes, por un período al menos de 6 me-
porque son más débiles ses, cometida por un sujeto de
y remisivas edad no inferior a 16 años: «La se-
cuencia es de ordinario crónica, es-
pecialmente en los que se sienten
atraídos por niños. El porcentaje de
recaídas en pedófilos que prefieren
guiendo las ediciones precedentes niños es casi el doble de los que
de 1994 y 1987 (DSM IV; DSM III-
prefieren niñas» 2. Las víctimas son
R), evita los términos «perversio-
nes» y «desviaciones», por consi-
derarlos condenatorios y moralísti-
1
ASOCIAZIONE PSICOLOGICA AMERICANA,
Manuale Diagnostico s Statistico del Dis-
cos, es decir, no «científicos», y
turbi Mentali (DSM-IV), Milano, 2000,
mantiene el único término de «pa- 4.ª ed., [111], 51.
rafilias». Los mismos criterios de 2
Manuale Diagnostico… DSM-IV-TR,
valoración se encuentran en la dé- 2001, [F.65.4], 610 s. WORLD HEALTH OR-
cima edición de la International Sta- GANIZATION, The ICD-10 Classification of

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en el 60% de los casos, niños; la pe- tante adoptado para justificar estos
dofilia guarda relación con otras comportamientos) tiene muy poco
características propias de las para- que ver con las características ma-
filias, como el exhibicionismo, el duras del amor y del afecto, como
voyeurismo, la violencia sexual, el el respeto, la no posesión y el reco-
abuso del alcohol 3. nocimiento de la personalidad del
otro. La verdad es que el pedófilo
Un elemento importante desde el «no siente afecto por el niño, sino
punto de vista de la psicodinámica sólo por la posibilidad de ejercer
general es la gran escasez de rela-
ciones en paridad: el pedófilo se in-
teresa por personas más jóvenes,
porque son más débiles y remisi- otros síntomas importantes
vas. Esto revela su nivel de inferio- a la hora de pronosticar, son
ridad: «La señal más clara de salud
los comportamientos de tipo
psicológica es la existencia de rela-
ciones en paridad, íntimas y satis- antisocial, la inclinación a
factorias» 4. Incluso su manera de la violencia y la sexualidad
«querer bien» (un estribillo cons- precoz, especialmente
en la edad del desarrollo,
Mental and Behavioural Disorders, Génè-
ve, 1992, [302.2]. síntomas que se
3
H. KAPLAN y B. SADOCK, Psichiatria. manifiestan también
Manuale di scienze del comportamento e
psichiatria clinica, I, Torino, 2001, 704; en el modo de hablar,
G. ABEL, M. MITTLEMAN y J. BECKER, «Se- imaginar o relacionarse
xual Offenders: Results of assesment
and recommendations for treatment»,
en H. BEN-ARON, S. HUCKER y C. WEBSTER,
Clinical criminology: The Assesment and un poder sobre él. Cuando el niño
treatment of Criminal Behaviour, Toronto, se convierte en adulto, el «amor»
1985, 191-205; R. LANVEGIN y P. FEDROFF, desaparece, porque sólo se siente a
Report to the Ontario Mental Heath Foun- gusto con los niños, a los cuales
dation: A 25-year follow up study of sex of-
puede dominar» 5.
fender recidivism, Phase I, 2000; D. PAI-
TICH y R. LANVEGIN et al., «The Clarke
SHQ: A clinical sex history questionnai- 5
R. HANSON, «Prognosis. How Can Re-
re», en Archives of Sexual Behaviour 6 lapse Be Avoided – Discussion», en K.
(1977) 421-436. HANSON, F. PFAFFLIN y M. LÜTZ, Sexual
4
S. ROSSETTI, «Some Red Flags for Abuse in the Catholic Church. Scientific
Child Sexual Abuse», en Human Deve- and Legal Perspectives, Città del Vaticano,
lopment 15 (1994) n. 4, 8. 2004, 149.

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El problema de la pedofilia no radi- riores y mantener secretas las pro-


ca en la frecuencia del tiempo pias inseguridades» 6.
transcurrido con niños, y menos Otros síntomas importantes a la
aún en el hecho de estar genuina- hora de pronosticar, son los com-
mente interesado por ellos, interés portamientos de tipo antisocial, la
que se requiere para desarrollar inclinación a la violencia y la se-
una tarea educativa, profesional, xualidad precoz, especialmente en
ministerial por parte de los padres, la edad del desarrollo, síntomas
enseñantes, animadores deportivos que se manifiestan también en el
y comunitarios y sacerdotes. La fre- modo de hablar, imaginar o rela-
cuencia puede aparecer preocu- cionarse. El que ha sufrido abuso
pante si la persona adulta no cono- tiende, de ordinario inconsciente-
ce otro tipo de relaciones, y sobre mente, a comportarse con los otros
todo si se siente incómoda y aisla- de un modo seductor, porque a
da entre adultos, revelando que su menudo es la única forma que co-
mundo interior, y sus intereses e in- noce de relacionarse y de ser consi-
clinaciones van por otro lado: «Una derado: «Existe el convencimiento
pregunta clarificadora es: ¿cómo común de que la «conducta sexua-
emplea el tiempo libre o las vaca- lizada» en los niños es uno de los
ciones? Los pedófilos y efebófilos «timbres de alarma» para prever si
tienden a pasarlo sólo con meno- el menor será un probable candi-
res. Los adultos sanos pasan su dato a comportamientos abusan-
tiempo libre con otros adultos […]. tes. Por comportamiento sexualiza-
do o inapropiado se entiende: una
Cuando se hace una evaluación relación sexual con juguetes o ani-
psicológica para descubrir a los males, unas fijación sobre temas de
que abusan de los niños, se le pre- naturaleza sexual, la masturbación
gunta al sujeto cuál es su mejor compulsiva y una relación alterada
amigo. No rara vez, mencionan a con los actos sexuales» 7. Tal hiper-
un menor. Del mismo modo, se
puede preguntar qué relaciones 6
S. ROSSETTI, «Some Red Flags for
personales han sido más significa- Child Sexual Abuse», cit., 7-8 y 10.
tivas. A menudo, hablan de sus re- 7
A. SALVATORI y S. SALVATORI, L’abuso
laciones con menores. Esta dificul- sessuale al minore e il danno psichico. Il ve-
tad acompaña con frecuencia a un ro e il falso secondo la rassegna della lettera-
tura internazionale, Milano, 2001, 187. Cf.
estilo de personalidad pasiva, ce-
R. LUSK y J. WATERMAN, «Effects of sexual
rrada, dependiente, falsamente dó- abuse on children», en K. MAC-FARLANE
cil y remisa, pero en realidad preo- y J. WATERMAN, Sexual abuse of young chil-
cupada por complacer a los supe- dren, New York, 1986, 15-29; A. SALTER,

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sexualización emerge por desgra- emerge de las investigaciones es


cia en menoscabo de los afectos, que la mayor parte de los casos de-
que permanecen como en hiberna- nunciados son de pedofilia (30%) o
ción y hacen difícil una relación no de efebofilia (30%), en el 40% res-
sexualizada, presidida por la inti- tante se trata de víctimas mayores
midad, la ternura y el don de sí. de edad 9.

La personalidad del pedófilo el pedófilo ha sido a menudo


víctima a su vez de abuso,
Es muy difícil dibujar de modo de ordinario por un hombre,
preciso la personalidad propia del
pedófilo, porque en contadas oca- y, aunque esté casado, no se
siones el que comete abusos reve- siente amado por su mujer;
la sus propias tendencias y sus por esto busca niños de la
modos propios de pensar; aparte
de que muchos casos de violencia
misma edad en la que él ha
permanecen secretos y no se reve- sufrido violencia para
lan por vergüenza o por temor a poderlo volver a vivir de
las consecuencias. otra manera, obteniendo
Si nos atenemos a las últimas inves- así un momentáneo alivio
tigaciones, el abusador suele ser ge- a su propia angustia
neralmente de sexo masculino: se-
gún los datos del Censis, la mayor
parte de los abusos (84/90%) ocu- Una investigación realizada por
rren dentro de la familia, y en el Seympur e Hilda Parker sobre un
27% de los casos el abusador es un grupo de 54 padres incestuosos (28
familiar cercano; por consiguiente padres biológicos y 26 padrastros),
se trata de incesto 8. Otro dato que
(2001) 118-126; R. LANGEVIN y R. WATSON,
Treating child sexual offenders and their «Major factors in the assesment of para-
victims: a practical guide, Beverly Hills, philics and sex offenders», en Sex Offen-
1988; J. WRIGHT, Child sexual abuse within der Treatement 23 (1996) 39-70.
the family: assesment and treatment, New 9
Los datos se refieren al Canadá, que
York, 1988. registra una proporción de reatos se-
8
R. BLANCHARD y P. KLASSEN et al., «Sen- xuales, en conjunto, de 90 por 100.000
sivity and specificity of the phallometric habitantes. Cf. CANADIAN CENTRE FOR JUS-
test for pedofilia in nonadmitting sex of- TICE STATISTICS, Sex Offenders, Ottawa,
fenders», en Psychological Assesment 13 1999, 19 (3). Catalogue n.85-002-XPE.

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frente a otro grupo de padres no pretar negativamente el comporta-


abusadores, muestra una serie de miento de los niños, con relación a
rasgos comunes en la personalidad los no abusadores, incluso cuando
del abusador, como, por ejemplo, esto entra en las normas ordinarias
una relación siempre problemática del desarrollo. De modo semejante
con sus padres (en términos de ale- otros estudios han demostrado que
jamiento, ausencia, violencia o abu- los padres abusadores tienen ex-
so), una falta de relación de apego pectativas más irreales sobre lo que
afectivo, entendida también como debiera ser un comportamiento
falta de un contacto físico con los apropiado de parte de los hijos. Los
propios hijos, y pobreza de relacio- padres abusadores tienden a ver el
comportamiento de los hijos como
más estresante, en comparación
si la mayor parte de los con los padres no abusadores 10.
abusadores han sido a su vez También puede ser problemática
una relación de ocultación (o dis-
víctimas de abusos no sólo minución) afectiva, unida a una
sexuales, no todos los violencia súbita o a un abandono
abusados se hacen a su vez precoz, especialmente en algunas
abusadores; parece que fases delicadas del desarrollo psí-
quico como la del destete (svezza-
depende mucho de la edad, mento), con recaídas problemáticas
del contexto en que tuvo en relación con el propio cuerpo y
lugar el abuso, de si fue el fracaso edípico.
aislado o repetido, o de si el Por el contrario, en la investigación
abusador fue un desconocido referida, los padres no abusadores
habían establecido con sus propios
o una figura afectivamente hijos una relación incluso táctil,
relevante que los hacía estar atentos y pre-
murosos con ellos. De esta manera,
nes, especialmente con adultos, al-
coholismo o abuso de drogas: «Los 10
R. EMERY y L. LAUMANN-BILLINGS,
padres abusadores pueden distin- «Child Abuse», en M. RUTTER y E. TAY-
LOR, Child and adolescent psychiatry, Ox-
guirse de los no abusadores en el
ford, 1994, 328 s. Para la investigación
modo cómo perciben a los propios de Seympur e Hilda Parker (citada por
hijos […]. En modo particular los D. GLASER y S. FROSH, Child sexual abuse,
estudios han mostrado cómo los London, 1988), cf. A. OLIVIERO FERRARIS y
padres abusadores tienden a inter- B. GRAZIOSI, Pedofilia, cit., 91 s.

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el elemento decisivo es la forma que esté casado, no se siente amado


con la que se vive el papel parental, por su mujer 12. Por esto busca niños
y la situación «enferma» que se de la misma edad en la que él ha su-
acaba creando; de tal modo que el frido violencia, un especie de flas-
«sistema familiar» padre/madre hback, de «coacción repetida», un
acaba socavado por el «subsiste- tendencia actualizada de volver al
ma» en el que los hijos se encuen- pasado, a la «escena del delito», pa-
tran asumiendo, contra su volun- ra poderlo volver a vivir de otra
tad, los papeles de vice-marido y manera, obteniendo así un momen-
vice-mujer: «Aunque la responsa- táneo alivio a su propia angustia. El
bilidad sea siempre individual, la porcentaje de abusadores que a su
dinámica psicológica de este caso vez habían sufrido abuso de niños
puede ser entendida considerando es casi el triple en relación con la
los factores «de predisposición», o media estadística de los relatos de
sea el alejamiento de la mujer de su este tipo 13; una proporción semejan-
cónyuge y (precozmente) de la hi- te se encuentra en los comporta-
ja, el progresivo abandono de los mientos criminales, junto con un
roles conyugales por parte de en- impresionante aumento de proble-
trambos, las transformación del mas de salud mental y un mayor
papel parental del padre siempre riesgo de comportamientos suici-
das. De aquí las profundas heridas,
menos «padre» y siempre más
físicas, psíquicas y cognitivas que
«compañero» de la hija […]. La ex-
se encuentran presentes en quien se
periencia muestra que, en casi la
vio abusado siendo niño 14.
mitad de los casos, al verificarse el
incesto padre-hija (o padrastro-hi-
ja) la armonía de la pareja quedaba
12
G. GABBARD, Psichiatria psicodinamica,
Milano, 1995, 316.
comprometida y las relaciones con- 13
«Cerca del 30%» de los hostigadores
yugales habían cesado hacía tiem- sexuales (offenders) han sufrido a su vez
po. El incesto se convierte así en un violencia sexual cuando eran niños»
potente regulador de los proble- (P. TAYLOR, «Beyond Myths and Denial.
mas de la pareja» 11. What Church Communities Need to
Know About Sexual Abusers», en Ame-
Otro punto establecido por la inves- rica, April 1 2002, 9).
tigación es que el pedófilo ha sido a 14
R. HANSON y S. SLATER, «Sexual victi-
menudo víctima a su vez de abuso, mization in the history of sexual abusers:
A review», en Annals of Sex Research 1
de ordinario por un hombre, y, aun-
(1988) 485-500; R. LANGEVIN, P. WRIGHT y
L. LANDY, «Characteristics of sex offen-
11
A. OLIVIERO FERRARIS y B. GRAZIOSI, Pe- ders who were sexually victimized as
dofilia, cit., 93-94 y 97. children», en ibíd., 2 (1989) 227-253.

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Si la mayor parte de los abusadores tir a situaciones gravemente deses-


han sido a su vez víctimas de abu- tabilizadoras y estresantes, si sobre
sos no sólo sexuales (un ambiente todo vive en un ambiente familiar
familiar marcado por la violencia, en el que puede encontrar com-
física o verbal, carencia de afecto y prensión, o referirse a una figura
comunicación), no todos los abusa- externa afectivamente significativa,
dos se hacen a su vez abusadores. con la que compartir cuanto ha
Parece que depende mucho de la acaecido, podrá reelaborarlo, man-
teniendo las distancias. Esto es lo
que en psicología se llama resilen-
ante los abusos cometidos cia 15, la capacidad de afrontar las di-
por sacerdotes católicos ficultades de modo adaptativo; así
surge la pregunta de cómo lo acaecido podrá ser «metaboliza-
do», rompiendo el círculo vicioso y
ha sido posible que estas mostrando diferentes posibilida-
personas hayan accedido a la des. La variables que entran en con-
ordenación o a la profesión sideración son ciertamente mu-
chas, complejas y diversificadas,
religiosa; en realidad es muy por lo que no es posible, ni siquiera
difícil aun hoy establecer en estos casos, pensar en una mera
con precisión que alguien en relación de causa/efecto.
el futuro es un potencial
pedófilo: muchos elementos La pedofilia entre los sacerdotes
permanecen aún oscuros de la Iglesia católica
y exigen ulteriores estudios
Del 2001 al 2010 se han denunciado
y pruebas al Congregación para la Doctrina
de la Fe cerca de 3.000 abusos co-
edad, del contexto en que tuvo lu-
gar el abuso, de si fue aislado o re- 15
La investigación actual individualiza
petido, o de si el abusador fue un algunos componentes precisos, típicos
desconocido o una figura afectiva- de la repulsa; un humor tendencialmen-
mente relevante; en fin, depende te optimista, una buena filiación con una
figura afectivamente significativa (es de-
sobre todo de cómo el sujeto relee
cir, marcada por el respeto y la confian-
las consecuencias del trauma. Si la za), capacidades cognitivas desarrolla-
estructura de la víctima es suficien- das, una expresividad rica (cf. J. OLDHAM,
temente fuerte y equilibrada, si po- A. SKODOL y D. BENDER, Trattato dei distur-
see la capacidad de afrontar y resis- bi di personalità, Milano, 2008, 337).

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metidos por sacerdotes católicos en Analizando los datos, aparecen al-


los últimos 50 años. De estos casos, gunos elementos diferentes de los
como recuerda monseñor Charles J. encontrados hasta ahora. Una in-
Scicluma, promotor de justicia de la vestigación sobre 36 sacerdotes
Congregación, «en el 60% de los ca- abusadores, de los cuales el 69%
sos se trata sobre todo de actos de eran católicos, mostraba que la
efebofilia, es decir, debidos a la gran mayoría de víctimas eran ni-
atracción sexual por adolescentes ños menores (83%), el 19% de ni-
del mismo sexo; en el 30%, de rela- ñas menores y por el 3% de ambos
ciones heterosexuales, y en el 10% sexos. Los abusados eran casi la
de actos de verdadera y propia pe- mitad (48%) menores de 14 años 17.
dofilia, es decir, determinados por Otro elemento común es que la
una atracción sexual por niños im- mayor parte de los abusadores ha-
púberes. Los casos de sacerdotes
bían sufrido a su vez abusos 18. En
acusados de pedofilia verdadera y
la diócesis de Boston, una de las
propia han sido cerca de trescientos
más señaladas por las acusaciones
en nueve años» 16.
de pedofilia, el número de los sa-
16
G. CARDINALE, «Chiesa rigorosa sulla
pedofilia», entrevista a mons. Ch. Sciclu- 17
R. LANVENGIN, «Who Engages in Se-
ma, en Avvenire, 13 de marzo de 2010, 5. xual Behaviour with Children? Are
La mayoría de los casos señalados llega Clergy Who Commit Sexual Offences
sobre todo de los Estados Unidos, «que Different from Other Sex Offenders?», en
por los años de 2004-2005 representaban K. HANSON, F. PFÄFFLIN y M. LÜTZ, Sexual
cerca del 1,80% del total de casos. En el Abuse in the Catholic Church, cit., 39; ÍD.,
2009 el porcentaje estadounidense subió «The clergy and sexual offenses: Exami-
al 25% de los 223 casos nuevos señalados ning facets of past offenses and possible
en todo el mundo. En los últimos años future preventive change», Lecture pre-
(2007-2009) la media anual de casos se- sented at Victimization for Children and
ñalados a la Congregación en todo el Youth: An International Conference,
mundo ha sido de 250 casos. Muchos pa- New Hampshire, Portsmouth, 2002.
íses señalan solamente uno o dos. Crece, 18
En el centro S. Luke, en Silver Spring
por consiguiente, la diversidad y el nú- (Maryland, USA), dedicado a la recupe-
mero de países de proveniencia de casos, ración de sacerdotes afectados por gra-
pero el fenómeno es bastante reducido. ves problemas, entre los cuales los abu-
Se debe recordar que el número comple- sos sexuales, el 2/3 de los acusados de
xivo de sacerdotes diocesanos y religio- hostigamiento habían sido a su vez hos-
sos en el mundo es de 400.000. Este dato tigados (S. ROSSETTI, «Some Red Flegs for
estadístico no corresponde a la percep- Child Sexual Abuse», cit., 9; C. BRYANT,
ción que se crea cuando estos casos tan «Psychological treatment of Priest Sex
tristes ocupan la primera página de los Offenders», en America, 1 de abril de
periódicos» (ibíd.). 2002, 14-17).

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cerdotes acusados, antes de la su magisterio, y, dado lo caracte-


comprobación de su efectiva cul- rístico y esencialmente simbólico
pa, giraba en torno al 2% de la to- de su figura, sobre la credibilidad
talidad de los sacerdotes católicos del sacerdote como tal. Sin embar-
de la diócesis 19. go, se pueden establecer otras mo-
tivaciones, expresadas a su vez de
¿Por qué las noticias de estos últi- un modo explícito por algunos pe-
mos meses han hablado casi ex- riódicos y revistas. Es indudable
clusivamente de los casos acaeci- que la posición de la Iglesia en te-
dos en el interior de la Iglesia ca- mas de moral y sexualidad no es
tólica, cuando constituyen poco aceptada por muchos, y que éstos,
más del 3% de la totalidad de los ante el influjo que la iglesia tiene
casos denunciados? 20. Una posible sobre la gente, estarían interesa-
respuesta es por el particular sig- dos en desacreditarla y así acallar-
nificado que reviste la figura del la. La insistencia casi unívoca so-
sacerdote en sus funciones religio- bre los crímenes cometidos por al-
sa, educativa o moral. Semejante gunos clérigos católicos quiere
delito, aunque sea más raro, le- insinuar que también la doctrina
vanta justamente mayor escánda- que predican no tiene ningún va-
lo e indignación y plantea serias lor y por ello debe anularse .
objeciones sobre la credibilidad de
Frente a los que así opinan, mu-
chos piden que los sacerdotes cató-
19
La indagación llevada a cabo por la
Congregación del Clero señala que el
licos culpables de pedofilia, ade-
porcentaje de los que habían sido acusa- más de la condena que les corres-
dos de abuso sexual entre el clero gira- ponda, deben ser reducidos al
ba en torno al 1% del total (CH. SCICLU- estado laical, y acusan al Vaticano
MA, «Sexual Abuse of Children and por no haber procedido del tal mo-
Young People by Catholic Priests and do. Es cierto que éste puede ser un
Religious: Description of the Problem
procedimiento necesario, previsto
from a Church Perspective», en K. HAN-
SON, F. PFËFFLIN y M. LÜTZ, Sexual Abuse
en el Código de Derecho Canóni-
in the Catholic Church, cit., 23). co 21, pero no se dice que sea lo me-
20
«En USA, en 1988 se dieron 2.178.000 jor para las víctimas potenciales,
denuncias de violencia contra menores, los niños, y para el mismo abusa-
prácticamente el 3% de todos los niños dor, que a menudo vuelve a la so-
del país. Según algunas estadísticas re- ciedad civil sin ningún control y,
cientes, una niña de cada tres, y un joven
dejado a sí mismo, recae en los
de cada siete, sufren violencias sexuales
antes de llegar a la mayoría de edad» (la
Repubblica, 24 de agosto de 1989, 16). 21
CDC, c. 695; 729; 745; 1395.

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mismos abusos. Este ha sido el ca- cramento del orden o en la consa-


so de James Porter, sacerdote de la gración una especie de curación
diócesis de Fall River (Massachu- mágica. Aunque muy pronto el
setts): una vez secularizado, no fue pensamiento mágico se da de bru-
perseguido por las autoridades ci- ces con la realidad, con consecuen-
viles, se casó y poco después fue cias trágicas, como aparece por la
acusado por los abusos cometidos experiencia de quien se ha ocupa-
contra la baby sitter de sus hijos 22.

se da por supuesto que tan


La importancia de una formación dolorosos casos ponen a la
integrada
vista la necesidad de hacer
Ante los abusos cometidos por sa- un atento cribado y de
cerdotes católicos surge la pregunta dotar de una preparación
de cómo ha sido posible que estas adecuada a los formadores
personas hayan accedido a la orde-
nación o a la profesión religiosa. En y superiores que tienen la
realidad es muy difícil aun hoy es- responsabilidad de formar
tablecer con precisión que alguien a aquellos que aspiran al
en el futuro es un potencial pedófi-
sacerdocio o a la vida
lo: muchos elementos permanecen
aún oscuros y exigen ulteriores es- religiosa, dado que tal deseo
tudios y pruebas. Esta condición se puede ser la cobertura de
descubre a menudo sólo tras la ve- dificultades graves en el
rificación de un caso de abuso.
área de la sexualidad y de la
Hay además que añadir que el personalidad en general
afectado de parafilia y otros tras-
tornos clínicos, como la pedofilia,
no siempre pide entrar en semina- do de estas tristes historias: «Los
rio o en la vida religiosa para bus- candidatos que creen que un com-
car víctimas potenciales; muchos promiso con una vida célibe les
de ellos viven atormentados por ayudará a echar a la espalda sus di-
estas inclinaciones y ven en el sa- ficultades sexuales, están obsesio-
nados con el problema. ¡Cuántos
22
S. ROSSETTI, «The Catholic Church abusadores de niños me han dicho
and the Child Abuse», en America, 22 de que pensaban que en el ministerio,
abril de 2002, 13. en el celibato sus batallas sexuales

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habrían encontrado una defensa! tadoras. Algunos gestos pueden


Muchos no han tenido problemas sin embargo resultar igualmente
en los primeros diez o quince años importantes. Por esto es de gran
de ministerio. Sin embargo, antes o valor y significado la decisión de
después emergerá el problema no acoger y escuchar a las víctimas
resuelto en la esfera sexual» 23. de los abusos, como ha hecho re-
petidas veces Benedicto XVI.
De estas tristes experiencias se
pueden deducir algunas enseñan- 2) Es importante que la Iglesia
zas valiosas: reconozca la gravedad de cuanto
ha sucedido, no solamente casti-
1) El escándalo de los abusos es gando a los abusadores, sino sobre
doloroso, pero necesario e impor- todo preguntándose qué clase de
tante, quizá también purificante, sacerdotes quiere tener y cómo ha-
para los pastores y para los que se cer para formarlos de un modo sa-
preparan a serlo. Muchas víctimas no, haciéndolos idóneos para ser
pueden comunicar finalmente su apóstoles, capaces de inclinarse
drama, el dolor, las angustias, la sobre las heridas y los sufrimien-
rabia y la vergüenza después de tos de las personas que les han si-
tantos años, y pueden así abrirse a do confiadas. Esto requiere saber
la posibilidad de una mayor re- elegir con cuidado y atención los
conciliación. Cierto que ningún posibles candidatos y acompañar-
proceso y resarcimiento podrá les de un modo adaptado para
nunca sanar estas heridas devas- que puedan vivir el celibato. Es
también necesario afrontar el des-
afío espiritual subyacente: ¿en qué
23
ÍD., «Some Red Flags for Child Se-
xual Abuse», cit., 11. La misma conclu- consiste el centro de la fe?
sión se deduce de otro estudio clínico:
3) La Iglesia, cuando compadece
«Para algunos de estos hombres que por
fin han emprendido el camino del sacer-
con solicitud y transparencia a las
docio –por muy sinceros que pudieran víctimas, y muestra su empeño por
ser sus compromisos con la vocación– el la ayuda terapéutica y su disponi-
hecho de adherir a la regla de la absti- bilidad a colaborar con la autori-
nencia sexual ha constituido parte del dad civil, puede ayudar a una ma-
tentativo para resolver sus conflictos. yor claridad y razonabilidad de la
Claramente, los sacerdotes que han rea-
discusión pública (véase el proce-
lizado sus fantasías y sus deseos efebófi-
dimiento seguido en las archidió-
los han fracasado en sus esfuerzos»
(G. KOCHANSKY y M. COHEN, «Sessualiza- cesis de Munich, Colonia y Bolza-
zione dei minori», en M. FRAWLEY, O’DEA no, donde los obispos han asumido
y V. GOLDNER, Atti impuri, cit., 59). una actitud que podría definirse

46 julio-agosto - 2010 razón y fe


Observaciones psicológicas sobre la pedofilia

como proactiva, es decir preventi- atento cribado y de dotar de una


vamente colaboradora ante las au- preparación adecuada a los for-
toridades y los medios de comuni- madores y superiores que tienen
cación). la responsabilidad de formar a
aquellos que aspiran al sacerdocio
4) Celibato y pedofilia no están
o a la vida religiosa, dado que tal
conectados de un modo causal.
Esto está demostrado, como he-
mos dicho, por el hecho de que
aquellos que han cometido actos desde el punto de vista
de pedofilia son en su mayor par- de las ciencias humanas,
te casados y con hijos; los sacer-
dotes que se han manchado con se trata de verificar la
actos semejantes no vivían en madurez afectiva y el
castidad 24. equilibrio general y el
5) Otra enseñanza, más general, dominio de los propios
ligada a estos tristísimos casos es impulsos, requisitos
que los sacerdotes tomen mayor
conciencia del papel público que fundamentales en el hombre
están llamados siempre a ejercer, y de Dios, como los
las repercusiones de sus decisiones, documentos de la Iglesia,
como también de sus opiniones y
juicios. incluso recientes, han
recordado con frecuencia
Dicho esto, se da por supuesto
que tan dolorosos casos ponen a la
vista la necesidad de hacer un
deseo puede ser la cobertura de
dificultades graves en el área de la
24
«La recurrencia del fenómeno de la
pedofilia entre los ministros del culto en sexualidad y de la personalidad
las comunidades protestantes en los Es- en general. Se trata de conocer al
tados Unidos (mormones, baptistas, me- candidato también en su dimen-
todistas y episcopalianos), como tam- sión humana, especialmente en la
bién entre los ortodoxos, hebreos y mu- esfera afectiva y sexual. Más en
sulmanes estaría entre el 2 y el 5%, dato general, desde el punto de vista
alarmante, pero todavía inferior al per-
de las ciencias humanas, se trata
centual de la población adulta en su con-
junto, donde el recurso a la pedofilia se
de verificar la madurez afectiva y
acercaría al 8%» (G. MARCHESI, «La Chie- el equilibrio general y el dominio
sa Cattolica negli Stati Uniti scossa dallo de los propios impulsos, requisi-
scandalo della pedofilia», cit., 482). tos fundamentales en el hombre

razón y fe julio-agosto - 2010 47


Giovanni Cucci y Hans Zollner

de Dios, como los documentos de pastores cualesquiera, sino pasto-


la Iglesia, incluso recientes, han res ‘según su corazón’. El ‘cora-
recordado con frecuencia 25. zón’ de Dios se ha revelado a nos-
otros plenamente en el corazón
De aquí la importancia de una co- de Cristo Buen Pastor. […]. La
laboración entre inteligencia, gente ansía salir del anonimato y
afectos y voluntad a propósito de del miedo, tiene necesidad de ser
la experiencia de la fe, según lo conocida y llamada por su nom-
que Juan Pablo II indicaba como bre, de caminar segura por los
característica fundamental del sa- senderos de la vida, de ser ende-
cerdote formado: «La promesa de rezada si se ha perdido, de ser
Dios es de asegurar a la Iglesia no amada, de recibir la salvación co-
mo supremo don del amor de
25
CONCILIO VATICANO II, Decreto Perfec- Dios: esto precisamente es lo que
tae caritatis, 28 de octubre de 1965, n. 12; hace Jesús, el buen Pastor» 26. En
PABLO VI, Carta encíclica Sacerdotalis coe- tal retrato apasionado del ideal,
libatus, 24 de junio de 1967, nn. 60-64;
propio de un hombre de Dios,
JUAN PABLO II, Exhortación apostólica
post-conciliar Vita consecrata, 25 de mar- una indudable señal de honradez
zo de 1996, n. 65 s.; CDC, c. 642, 1029; y rectitud puede consistir en el
CONGREGACIÓN PARA LOS INSTITUTOS DE VIDA reconocer y trabajar con humil-
CONSAGRADA Y SOCIEDADES DE VIDA APOSTÓ- dad y deseo de crecimiento sobre
LICA, La vita fraterna in comunità, 2 de fe- eventuales obstáculos que hacen
brero de 1994, n. 37; ÍD., Potissimum insti- más difícil la libre respuesta a
tutioni, 2 de febrero de 1990, n. 43; OBRA
una tal llamada. Y esto es precisa-
PONTIFICIA PARA LAS VOCACIONES ECLESIÁSTI-
CAS, Nuove vocazioni per una nuova Europa,
mente la tarea de la formación in-
6 de enero de 1998, n. 37; CONGREGACIÓN tegrada. ■
PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA, Orientamen-
ti per l’utilizzo delle competenze psicologiche 26
JUAN PABLO II, Exortación apostólica
nell’ammissione e nella formazione dei candi- post-sinodal Pastores dabo vobis, cit.,
dati al sacerdozio, 29 de junio de 2008. n. 82.

48 julio-agosto - 2010 razón y fe

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